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El mito del pinareño tonto: La concretera anticastrista

Durante décadas, los pinareños —naturales de la provincia más occidental de Cuba— han soportado estoicamente una anécdota entre humorística y denigrante, que los ha hecho blanco preferencial, regionalmente hablando, del ya clásico choteo cubano.

Se trata del famoso caso de la concretera olvidada dentro de un cine de Pinar del Río, que los constructores del mismo se dejaron tras terminarlo y en pos de la que luego debieron derribar una pared, pues no podía salir ni por la puerta principal. El hecho, entre mítico y edulcorado, ha justificado durante años el calificativo de “bobos” injustamente adosado a los pinareños.

Lo traigo a colación tras ver por segunda vez un video en Youtube que revela la exponencial estupidez de Fidel Castro. Se trata del ya célebre en el que el dictador ordena que se coloque en las cabezas de las vacas un sistema de aire acondicionado —mientras el resto del cuerpo de las rumiantes queda expuesto al medio ambiente— con el objetivo de que produzcan más leche.

¿Tontos los pinareños? Para nada. El episodio de la concretera atrapada en el cine nunca hubiera tenido lugar en un tiempo anterior al castrista, cuando quienes trabajaban, trabajaban de verdad; cuando quienes invertían, invertían de verdad. Sólo la ineficiencia más la quisquillosa bobería de un sistema como el comunista, en el que nada es de nadie y todo es del Estado –y todo el Estado era del «benefactor» de vacas que lo secuestrara durante más de medio siglo, y ahora de su familia–, pueden provocar un despropósito de las características del que nos ocupa.

No sólo fueron pinareños los que se dejaron la concretera: fueron pinareños aletargados y/o desmotivados por el estúpido sistema adoptado por la estúpida familia Castro los que se dejaron la concretera. La diferencia no es sutil: es definitoria y esclarecedora. Incluso no hay que descartar que los pinareños de la concretera se hayan puesto de acuerdo para, efectivamente, dejarla dentro del cine: un sabotaje más en la ya larga lista de desidias y pequeñas venganzas con que los cubanos han penalizado, silenciosamente, al idiota y criminal régimen que los empobrece. De hecho, esta variable parece la más probable.

No lo olvidemos nunca: Es tonto el afán de poder castrista y ha sido estúpido el ejercicio de ese poder, más lo que ha traído como resultado. Conservarlo de la manera en que lo han conservado los Castro no constituye un mérito y mucho menos un signo de inteligencia, sino todo lo contrario.


Martí, Maceo y el racismo

El 10 de octubre de 1868 lo que ocurrió en realidad -¡y muchos no  lo comprenden todavía!- fue que la conciencia de lo cubano quiso romper el viejo molde, que ya lo asfixiaba, y construir otro, propio e independiente, para vaciar en él las energías físicas y espirituales del pueblo gestado en las entrañas de la tierra conculcada por la corona española desde 1942.

En los siglos transcurridos entre las postrimerías del XV y la segunda mitad del XIX, la Historia creó insensiblemente un tipo humano peculiar, criollo, o sea: creado, cocinado en el horno de la tierra, configurado con el barro de las razas yuxtapuestas por los colonizadores sobre la raza autóctona. El papel de la Metrópoli fue idéntico al de la mujer grávida, quien por fuerza tiene que parir un día y dar a luz el hijo que inexorablemente trae con él un destino personal, propio, distinto al de la madre.

En los países nacidos tras la larga gestación por la Historia iniciada en el Nuevo Mundo a la llegada de los europeos, se produjo la creación de un nuevo tipo humano: el mestizo, el hombre mestizado no sólo por los cruces de sangre, sino principalmente por el cruce de ideas, de creencias, de concepciones de la sociedad y de la vida. Ni España ni ninguna otra nación podía conseguir allí el mantenimiento perpetuo de una raza «pura», la blanca, porque hubiera necesitado un apartheid mil veces más grotesco que el de Surafrica, y porque el español es, culturalmente, el más mestizado de los europeos.

El mestizaje racial o/y espiritual producido en el horno y caldero de la Isla, mestizaje reflejado no únicamente en el pigmento, es el cubano. Un cubano blanco no es igual a un español o a un norteamericano blanco. Un negro cubano no es igual a un senegalés o a un sudanés negro. Un mulato o un mestizo cubano no es igual a un mulato o a un mestizo (hijo de indio con otra raza) de Perú o de México. El cubano, sea por su color externo blanco, negro, achocolatado o betúnico es, ante todo, cubano. Porque la naturaleza, lo animal, es siempre vencido por la Historia, que es la humanizadora por excelencia. Ni el color ni la cuna determinan un alma.

Explicó Ortega y Gasset que el hombre, a diferencia del animal, no es naturaleza, sino historia. Es algo creado a partir de la condición primitiva o prehumana por el perfeccionamiento (la doma de los instintos) que en esa materia prima efectúa la cultura vivida como sociedad, región, por el hecho social. Nuestra historia muestra dos grandes modelos de hombres eminentemente cultos, desprovistos de lo zoológico hasta en el fondo de sí mismos: José Martí y Antonio Maceo. Ni el uno ni el otro se pensó nunca como blanco o como mulato: ambos eran felices en su conciencia de ser mucho más que una concentración más o menos intensa de melanina. Los dos eran, primero, cubanos. Y luego todo lo demás, lo accesorio. Los dos formularon explícitamente su creencia: Maceo en su fundamental carta al marqués de Santa Lucía, y Martí cuando dijo: «Cubano es más que blanco y más que negro: dígase cubano y se ha dicho todo».

Razón tenía el catalán padre de don Fernando Ortiz cuando decía, según su eminente hijo, que Martí tenía alma de mulato. De mulato cubano, digamos, y de blanco cubano, y de negro cubano, tenían mestizada el alma tanto Martí como Maceo.

Por no entenderlos y vivirlos a ellos como especímenes de ese producto específico de suprarraza y de supracasta, la República fue, y lo sigue siendo dentro y fuera de la Isla, una casa dividida (como la habría calificado Lincoln), o una nación invertebrada, a la manera dolorosa y perpetua de España. El regionalismo, que es una variante del racismo, desvertebra y balcaniza la nación mientras que el racismo, en el caso concreto de Cuba, quiebra y secuestra la supremacía de lo cubano, entendido como lo entendieron los Arquetipos.

El racismo es un capítulo de la zoología, una supervivencia de la infrahumanización del hombre primitivo. Inmensa fortuna para los hijos de la Isla fue el nacimiento en ella de estos dos Hombres Simbólicos, dos seres liberados, limpios de las huellas de la animalidad. Pero quedan todavía demasiados cubanos que ignoran que Maceo no peleó por los negros, ni Martí murió por los blancos. Maceo era, por lo exterior y por lo interior, portador de la cubanía integral. Por lo interior y por lo exterior, Martí era su gemelo. Los dos, repito, eran, primero, cubanos. Y todo lo demás era accesorio. ¿Tendría que ser accesorio también para todos nosotros?


Una primera versión de este artículo apareció en 1990. Cortesía El Blog de Montaner


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Cuba de nuevo en la mira del mundo

Son cinco los generales cubanos muertos en 10 días: Agustín Peña Porres, Marcelo Verdecia Perdomo, Manuel Eduardo Lastres Pacheco, Rubén Martínez Puente y el último (por ahora) Armando Choy Rodríguez de 87 años. De ellos, sólo Agustín Peña Porres a sus 57 años estaba activo. Comandaba el ejército de Oriente del país. Hay un sexto muerto, Gilberto Antonio Cardero Sánchez, fundador del Segundo Frente Oriental junto a Raúl Castro, de manera que era también un octogenario jubilado. En Cuba, la esperanza de vida al nacer es 78,73 años. 

¿Está la mano de la Seguridad tras esas muertes, coincidentes con los disturbios populares acaecidos el 11 de julio? No lo creo, pero vaya usted a saber. Lo único evidente es que pronto morirán Raúl Castro, Ramiro Valdés y José Ramón Machado Ventura. Con edades entre 89 y 91 años tienen para morir de vejez. Ya están pasados de rosca.

Cuba no es el único país del mundo que ha tenido un sospechoso periodo luctuoso. Después de Leonid Brezhnev, muerto a los 74 años, tras 18 de gobierno implacable, le llegó el turno a Yuri Andropov, ex jefe del KGB. Duró 15 meses en el cargo. Murió a los 70 años de edad en 1984. Luego vino Konstantin Chernenko. Unos meses más tarde, en 1985, pasó a peor vida. Tenía al morir, como Brezhnev, 74. 

Ronald Reagan, acusado de no hacer lo posible por llevarse bien con los líderes soviéticos, dijo, sonriente, como era su talante: “trato, pero no puedo, se me mueren. El Partido Comunista no organiza al Estado ruso. Organiza funerales”. Los soviéticos, aprendieron la lección y eligieron al “muchacho” Mijaíl Gorbachov. Sólo tenía 54 añitos. Pero no los envenenaba una larga mano negra. El uso del KGB, que se sepa, sólo se reservaba para los disidentes. Gorbachov ya cumplió 90 años de edad. Morirá muy pronto de alguna complicación de los riñones.

Parte de los problemas del gobierno cubano se derivan del secretismo. El afán de ocultarlo todo, incluida la esposa y los hijos de Fidel hasta que fueron adultos, tiene sus ventajas y sus consecuencias. Entre sus ventajas está que no hay que cuidarlos. Pero entre sus consecuencias radica el inevitable rumor que despiertan todos los secretos. Comoquiera que Cuba, como el resto del planeta, se enfrenta a la Covid 19, según el rumor popular los generales perdieron la batalla contra el virus.

De Cuba me llegó el rumor, por ejemplo, de una fuente usualmente confiable, de que a Raúl Castro le llegaron 100 vacunas de Pfizer contra la Covid 19. Fueron discretamente adquiridas en Estados Unidos. Son para él mismo y su círculo íntimo. ¿Será verdad? Es muy probable. Raúl tiene fama de astuto. La vacuna “Abdala” no pasó por las pruebas de eficacia a que sometieron a las de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. Es razonable que Raúl no confíe en ella.

Ese coronavirus (hay otros) es la mayor causa de mortandad en la Isla. La agencia británica de noticias Reuters, que sigue de cerca las estadísticas oficiales de 240 países, reporta que diariamente mueren en Cuba unas 70 personas debidas a la COVID 19, hay más de 514 casos por 100,000 habitantes, y la infección, que está en su “pico”, desborda los hospitales, especialmente los matanceros. La fuente que utilizan es el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), pero hacen la salvedad, en todas las naciones, que previamente deben ser diagnosticadas correctamente.

Miguel Díaz-Canel, el actual presidente de Cuba, debió sacar a Raúl Castro de su letárgica jubilación porque se vio con el agua al cuello. Pero, ¿cuántas veces puede hacer esa prestidigitación?

En algún momento Raúl optará por morirse y Diaz-Canel estará sólo frente al peligro. El peligro, claro, proviene de los propios “revolucionarios”, gente que está hasta la coronilla de la insistencia absurda en la planificación centralizada que ha empobrecido a Cuba terriblemente. Los militantes, como toda Cuba, desean mercado y democracia, y comprobaron el 11 de julio, lo que ya sospechaban: Cuba y sus jóvenes están listos para un cambio. La insistencia en pedir “libertad” lo demuestra. 

El entonces presidente Barack Obama fue a Cuba a pedir apertura. Eso estaba bien, pero tal vez hizo demasiadas concesiones sin pedir nada a cambio. En todo caso, la combinación entre la visita de Obama, por todo lo que tuvo de crear ilusiones, más Internet, a lo que se agregó el desastre sanitario de la Covid 19, tuvo un clarísimo resultado en las manifestaciones del 11 de julio. 

Si el presidente de Estados Unidos Joe Biden pone al servicio de los cubanos Internet le dará a la dictadura la puntilla final. Dice el señor Pompeo, ex jefe de la CIA, que es algo que, técnicamente, está resuelto. Si eso es posible, los cubanos esperan que Biden lo haga. De lo contrario será un trágico error, equivalente al que cometió Kennedy en abril de 1961 cuando les negó el auxilio a los expedicionarios de la Brigada 2506.  Sería otro “fiasco”. 

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Guía para restablecer el avance civilizador en Cuba

Le calculé unos nueve o diez años de edad. Vestía de color rosa. El semblante era tierno como el de todas las niñas. Pero, de improviso, aquel rostro angelical se convirtió en una máscara de odio. Sus manitas estaban destrozando ejemplares de la Declaración de los Derechos Humanos, al tiempo que levantaba los ojos para mirar, roñosa y desafiante, al pequeño grupo de Damas de Blanco y otros opositores pacíficos, asediados por turbas violentas al mando de la policía política. El hecho puntual ocurrió hace varios años (por más que otros similares han estado repitiéndose incesantemente durante décadas), pero a partir de entonces lo he llevado siempre muy vivo en la memoria, sin dejar de padecer el mismo retorcimiento de tripas que me produjo presenciarlo.

Hoy, sin embargo, he advertido una nueva impresión cuando lo recordé. El malestar y la vergüenza de otras veces me llegaron menguados, por dos causas: 1) la certidumbre de que al fin es posible soñar, por vez primera en sesenta años, con un futuro próximo en que los niños cubanos dejen de ser víctimas de un sistema de educación cavernario, que les imparte la ignorancia y la deformación espiritual y moral como estrategia para esclavizarlos; 2) la lectura de un libro que me ha devuelto el alma al cuerpo, pues, para mayor suerte, cayó en mis manos en días de un muy esperanzador estallido social en la Isla.

Instituto Edison: Escuela de vida, del escritor y periodista Armando Añel, es ese libro singularmente emotivo, no sólo porque refrenda el momento exacto y las circunstancias que condujeron a la debacle del sistema de educación en Cuba, pecado de lesa historia que terminaría devastando los cimientos espirituales y culturales de la nación; también, y sobre todo, porque representa una lección y un instrumento invaluable para revertir el caos.

Sorprende y regocija adentrarse en la memoria histórica de este instituto, fundado por una familia de maestros del barrio habanero de la Víbora, bajo la inspiración y rectoría de la ilustre educadora Ana María Rodríguez. Hace ya casi un siglo (abrió sus puertas en 1931) era un centro académico modélico, no sólo en el entorno nacional. Los valores humanísticos y científicos que regían sus programas de estudios le garantizaron muy pronto un estatus de vanguardia al nivel incluso de los países más desarrollados del orbe.    

Siempre me pareció penoso que instituciones del supuestamente culto primer mundo (ONU, UNESCO, UNICEF, entre otras hierbas), elogiasen y brindaran su respaldo al sistema de educación que nos fue impuesto a la fuerza por la revolución fidelista. Resulta difícil entender cómo se las han agenciado durante tanto tiempo para ignorar, o fingir que ignoran la oprobiosa manipulación política y el embrutecimiento que sufren nuestros niños desde que acuden por vez primera a la escuela, fruto de la irracionalidad convertida en doctrina de poder que intenta devolver a las personas a su arranque homínido, no sólo mediante obtusos programas académicos, sino en la imposición de una conducta uniforme que les obliga a pensar y a comportarse como robots de serie única.

Luego, para colmo, sucede que tan inhumana chapuza ha sido fácilmente aplaudida por la progresía internacional como una avanzada del mundo subdesarrollado –dicen- y como un patrón de panacea revolucionaria. Sin embargo, a lo largo de toda esta extensa etapa siempre estuvo entre nosotros, neutralizado por la censura y por el ignominioso y conveniente olvido, el ejemplo del Instituto Edison, auténticamente revolucionario, si aplicamos con justicia el significado del término. La evidencia está en sus métodos de educación experimental, impulsados de cerca por las teorías del célebre filósofo, psicólogo y pedagogo norteamericano John Dewey, pero cuyos pilares en general pueden ser localizados más atrás, en la propia Isla, entre grandes pensadores del siglo XIX, o aún mucho antes y más lejos, como en aquella lección de Galileo, para quien la mejor manera de educar a un ser humano es enseñándolo a descubrir lo que guarda en su interior. Son valores que en lugar de perder vigencia, han ganado solidez y actualidad con el paso del tiempo, no obstante la cruel ligereza de quienes propugnaron su postergación.

Al incentivar la iniciativa individual a contrapelo de la imitación autómata, al priorizar las aptitudes naturales del niño a la par y a veces hasta por delante del rígido academicismo reglamentario, al impartirles los conceptos de responsabilidad, libertad y honradez como materias perennes dentro y fuera del aula, los maestros del Instituto Edison no únicamente formaban personas capaces de ubicar los estándares de Cuba dentro del concierto de las naciones mejor establecidas en la modernidad en cuanto a materia educacional. También dejaban alumbrado el camino que algún día, casi un siglo más tarde, podría servirnos para abandonar, de una vez y por todas, el oscurantismo totalitarista.

Las coordenadas están descritas al detalle en este magnífico libro de Añel, a través de un lenguaje fluido y con interés creciente, donde el autor da cuenta de los treinta años de existencia activa del instituto, antes de que fuera clausurado por el régimen castrista. Una sustanciosa cantidad de documentos, recuerdos, anécdotas, reflexiones y testimonios de profesores y ex alumnos, incluidos algunos de sus fundadores, los miembros de la familia Rodríguez Gutiérrez, le suman, además, valor agregado como historiografía de imprescindible consulta. En fin, es imposible sintetizar en unas líneas todo el rico contenido de Instituto Edison: Escuela de vida. Así que quizás el modo más práctico de resumirlo sea recomendando su lectura, bajo la convicción de que puede resultar reveladora para cualquier cubano, en especial los que no hayan tenido la oportunidad de recibir educación en escuelas independientes. Para mí lo ha sido. No en balde lo considero desde ya una guía idónea para retomar la ruta civilizadora que perdimos en 1959.


The Island (Summer of 2021)

In one of the most profound and significant historic moments affecting that immense sanitorium which floats at the mouth of the Caribbean Sea, the inmates of the asylum, for the first time, screamed “¡Libertad!” (Liberty!), “¡Abajo el comunismo!” (Down with Communism!), “¡No más tiranía!” (No more tyranny!), all anguishing cries that resonated the world over. It was July 11of 2021. 

Seemingly, to the amazement of the keepers of the institution, there was a crack in the wall that surrounds the booby hatch, where the programmed brainwashed population was supposed to be happy and quiet. Through that tight opening the soul and sight of hundreds of thousands of human beings escaped, screaming for freedom and for a basic form of human dignity, to the consternation of the Supreme Warden and subsequent subordinates. 

These who up to that moment held total control of the inmates, were all members of two generations of pirates that decided to stay put -a much more extended presence than the usual predatory stopover. These grotesque, malevolent, cruel, chameleonic, totalitarian, at times charismatic and at times vulgar creatures had coalesced into a single voice that with brutality set aside any form of mask to proclaim cynicism that the inmates who rebelled were simply cockroaches to be crushed immediately, some by assassination or heinous beating and the rest by renewed, continued incarceration.

The isle-jail-asylum continues to float.  Tourism flows uninterruptedly.  What will these new visitors see?  Are they different from the previous myriads that came and departed without even a hint that they were visiting a gigantic prison?  Is there anyone who sees or hears besides the family relatives of the sufferers, besides the socially conscious beings, or besides the ones that still contemplate Christianity, Beauty, and the Gracefulness of Freedom?  Is the cry of the inmates to be transformed into a monstrous echo chamber to the pleasure of all still applauding the jailers?  Is 10 million people a significant amount of human flesh to be taken into consideration beyond a few days of international posturing?

Can any of the jailers have even a midnight blink of consciousness?  Is any one of the big leeches leaving the scene? The asylum island is Cuba, populated by a group of beautiful, loving, jovial, creative, hardworking human beings who since 1492 to the present have enjoyed only 57 years of freedom as a Republic.  Those in the streets screaming “Liberty” are Cubans in a macabre house of correction, hoping that a miracle would change their fate.  Any hope…?


No hay vuelta atrás

En gran parte, los exiliados suelen mantener la economía de su país natal. A 62 años de dictadura comunista, los cubanos exiliados también debemos estar generando grupos de trabajo, o apoyando a aquellos que incluyan a los diversos sectores de la población para una transición pacífica en Cuba.

Seguir trabajando en las estrategias calle-redes resulta fundamental. En este caso, particularmente el de tomar las calles, soy de la teoría que, de trabajar más con el pueblo del exilio, movilizándonos en distintas plazas, parques, en marchas como la que se logró el 26 de julio en Washington, tendremos mucho más impacto. Organizándonos en el exilio, buscando más aliados a nivel internacional, mostrándoles las pruebas irrefutables de que Cuba es una dictadura, contribuiremos decisivamente a acelerar la liberación.

Después del 11 de julio, la historia de Cuba es otra. Ha habido varios parteaguas, pero este día en especial marcó un antes y un después, mucho más para quienes piensan que la liberación de Cuba compete principalmente a los cubanos que han quedado en la isla. Ojalá vuelvan a protestar en las calles, pero que la libertad no dependa solamente de eso.

Como he dicho en otras ocasiones, no soy de quienes piensan que la libertad de Cuba se logrará solamente con cubanos que viven dentro, sino que para la libertad de Cuba es imprescindible contar con el exilio.

Muy agradecida de la convocatoria de tantos cubanos. Una jornada maravillosa, donde había demócratas, republicanos e independientes como yo. La Cuba que quiero, diversa.

Estuvimos en Washington D.C., Madrid y muchas otras ciudades este 25 y 26 de julio, y vamos a estar donde tengamos que estar. Es momento de seguir, de darnos el lugar que nos corresponde. Se trata de ayudar a nuestros hermanos y de ayudarnos nosotros mismos para salir de este absurdo. Para salir de la prisión totalitaria, porque aun en el exterior hemos sido prisioneros de un sistema tentacular que alimentamos con nuestras remesas.

La economía de los exitosos empresarios cubanos es suficiente para la infraestructura que necesitará, en principio, la reconstrucción nacional. No podemos temerle al día después, debemos visualizarlo y ya estamos apresurándolo.

Nos toca a los cubanos exiliados accionar más que reaccionar. Coordinar encuentros para seguir empoderando al exilio cubano y al cubano en la isla. Siéntase un influencer y no dude que un tweet o un post en Facebook, o en cualquier otra red social, pueden marcar diferencias. Siéntase parte del cambio.

Al exilio le toca recobrar nuestro valor como pueblo, es definitorio. Acabar con la psicología dependiente. Trabajar en estrategias conjuntas con nuestros hermanos en la isla. El exilio es la voz del pueblo sufrido de dentro y de afuera. No podemos desmovilizarnos. Ya perdimos el miedo y conocemos nuestro poder.

Los exiliados colombianos y dominicanos, por citar dos ejemplos cercanos, pueden votar en las elecciones de su país. ¿Por qué los cubanos exiliados no? Pues, primero, porque en Cuba no hay un sistema electoral creíble, y porque hemos servido para calzarlos en el poder.

Han silenciado nuestra voz durante muchos años y ya nos cansamos. No hay vuelta atrás, seguiremos en las calles, seguiremos en las redes, seguiremos en los foros internacionales. Hasta el fin de la dictadura.

El secreto de los generales desaparecidos

¿Cuál es el secreto tras las muertes consecutivas de cinco generales cubanos en apenas una semana, o poco más, luego de las manifestaciones masivas del 11 de julio (11J) pasado a lo largo y ancho de Cuba?

De los cinco generales muertos, el primero en caer, y el más joven, Agustín Peña, era quien mayor poder concentraba en su condición de jefe del Ejército Oriental. Los cinco son los siguientes por orden de “evacuación”:

Agustín Peña. (Holguín, 1963). General de División, jefe del Ejército Oriental de Cuba y miembro del Comité Central del PCC

Marcelo Verdecia Perdomo. (Granma, 1941). General de Brigada de la Reserva, guardaespaldas de Fidel Castro en la Sierra Maestra

Rubén Martínez Puente (Santiago de Cuba, 1942). General de División. Miembro del Comité Central del PCC y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Dio la orden de derribar las avionetas de Hermanos al Rescate

Manuel Eduardo Lastres Pacheco (Yara, Granma). General de la Reserva. Otro “histórico” de la Sierra Maestra. El noticiero oficialista no informó su edad.

Armando Choy Rodríguez (Las Villas, 1934). General de Brigada, miembro fundador del Movimiento 26 de Julio y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2014

Divido este breve recuento en tres líneas de investigación, o hipótesis, sobre las causas de sus desapariciones: 1-Purga, 2-Vacuna y 3-Virus

La hipótesis de la purga

De las tres hipótesis manejadas en esta nota, la de la purga parece la más plausible en primera instancia. La extraordinaria coincidencia, entre comillas, de las cinco muertes en pocos días, apunta a algún tipo de elemento exógeno implicado en ellas, ya sea humano, animal o químico.

Una purga, en el caso que nos ocupa, ¿estaría relacionada con la respuesta de estos generales, o no respuesta, a las marchas del 11J? Es la primera pregunta que viene a la cabeza.

La hipótesis de la vacuna

Supongamos que ante la crítica expansión del coronavirus en Cuba los machotes generales, que en principio habían evitado vacunarse, debieron, en procesión obediente, entrar por el aro del camarada Abdala y la compañerita Soberana, quienes los liquidaron con sus efectos secundarios no suficientemente estudiados por la «potencia médica». Quise decir por la «potencia miédica», claro, extraviada en su propia película de terror.

Se sabe de personas fallecidas tras recibir las vacunas autóctonas. Recuérdese que no se trata de medicamentos certificados por la comunidad científica internacional, de los que no hay estudios exhaustivos publicados y que aún están en fase de comprobación.

La hipótesis del virus

La tercera posibilidad, tal vez la más remota, es la de la contaminación de este grupo militar por un Covid en su variante más agresiva. En cuyo caso habría que especular con alguna reunión o evento en que estos altos mandos hayan estado juntos, incluso revueltos, tras la rebelión popular del 11J.


En la calle hasta que Cuba sea libre

En Madrid y Washington D.C., pero también en ciudades tan inimaginables como Tokio. Manifestantes en muchas partes del mundo volvieron a tomar las calles este fin de semana para visibilizar el anhelo de libertad de la población cubana, maniatada por un sistema militarizado de control y represión que, herido de muerte, se aferra al poder desesperadamente.

Las masivas manifestaciones del 11 de julio pasado en la Isla (11J), y las protestas y operaciones represivas posteriores, han encendido la mecha de la liberación de Cuba, que ahora se manifiesta en el exilio con particular intensidad.

«Quiero para todos los cubanos las mismas oportunidades que disfrutan mis hijos en libertad, en Estados Unidos», expresó Idabell Rosales, presidenta de Vista Larga Foundation, la noche de este domingo frente a la Casa Blanca.

«Vamos a estar en la calle hasta que Cuba sea libre. Dondequiera que haya un cubano, va a estar diciendo ¡Viva Cuba libre!”, gritó el cantante del célebre tema ‘Patria y Vida’, Yotuel Romero, ante una multitud reunida en Madrid también el domingo.

El cantautor cubano Pablo Milanés defendió el sábado, desde su página oficial en Facebook, el papel de los jóvenes como motor del cambio en Cuba, condenando los excesos gubernamentales contra la población de la Isla. «Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo», aseguró.

«Confío en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y sin hambre», añadió el autor del popular tema ‘Yolanda’. «Creo en los jóvenes, que con la ayuda de todos los cubanos deben ser y serán el motor del cambio».

Tras las manifestaciones del 11 de julio y posteriores en Cuba, se calculan decenas de heridos, al menos dos muertos y cientos de detenidos y desaparecidos, muchos de ellos menores de edad. En cadena nacional, el subpresidente Miguel Díaz Canel llamó ese día a la represión de las marchas, asegurando que «la orden de combate» estaba dada.

La muerte en línea de tres generales del ejército cubano, tras los sucesos del 11J, ha añadido morbo a un contexto informativo que el castrismo aún intenta controlar, sin comprender que en este tercer milenio tecnológico todo, o casi todo, a la corta o a la larga, se filtra o se averigua.

La Isla (verano de 2021)

En uno de los momentos históricos más profundos y significativos que ha vivido ese inmenso sanatorio que flota en la desembocadura del Mar Caribe, los internos del manicomio gritaron por primera vez «¡Libertad!», «¡Abajo el comunismo!», «¡No más tiranía!», gritos angustiosos que resonaron en todo el mundo. Era el 11 de julio de 2021. Aparentemente, para asombro de los guardianes de la institución, se produjo una grieta en la pared que rodea la escotilla, donde se suponía que la población con el cerebro programado estaba feliz y tranquila.

A través de esa apretada abertura se escapó el alma y la vista de cientos de miles de seres humanos, gritando por libertad y una forma básica de dignidad humana, para consternación del Alcaide Supremo y sus subsiguientes subordinados. Estos, que hasta ese momento tenían el control total de los reclusos, eran todos miembros de dos generaciones de piratas que decidieron quedarse en el lugar, una presencia mucho más prolongada que la habitual escala depredadora. Estas criaturas grotescas, malévolas, crueles, camaleónicas, totalitarias, a veces carismáticas y a veces vulgares, se habían unido en una sola voz que dejaba de lado, brutalmente, cualquier forma de máscara para proclamar con cinismo que los internos que se rebelaban eran simplemente cucarachas que debían ser aplastadas de inmediato, algunos mediante el asesinato o la paliza atroz y el resto mediante un nuevo y continuado encarcelamiento.

La isla-cárcel-asilo sigue flotando. El turismo fluye ininterrumpidamente. ¿Qué verán estos nuevos visitantes? ¿Son diferentes de las miríadas anteriores que vinieron y se fueron sin ni siquiera insinuar que estaban visitando una gigantesca prisión? ¿Hay alguien que vea o escuche además de los familiares de los enfermos, además de los seres con conciencia social o además de los que aún contemplan el cristianismo, la belleza y la gracia de la libertad? ¿Acaso el grito de los presos se va a transformar en una monstruosa cámara de eco para placer de todos los que aún aplauden a los carceleros? ¿Acaso 10 millones de personas son una cantidad significativa de carne humana que debe ser tomada en consideración más allá de unos días de posturas internacionales? ¿Puede alguno de los carceleros tener siquiera un parpadeo de conciencia a medianoche? ¿Se va a ir alguna de las grandes sanguijuelas de la escena?

La isla de asilo es Cuba, poblada por un grupo de seres humanos hermosos, cariñosos, joviales, creativos y trabajadores que desde 1492 hasta el presente sólo han disfrutado de 57 años de libertad como República. Los que están en las calles gritando «Libertad» son cubanos en una macabra casa de corrección, esperando que un milagro cambie su destino. ¿Alguna esperanza?

Hoy enfócate en lo que nos une, una Cuba libre para todos

No importa si votas izquierda, centro, derecha o te abstienes; no importa si eres del norte, sur, este u oeste; no importa si eres cubano o de otro país; no importa si nunca antes dijiste lo que pensabas o si fuiste de los primeros que lo vio todo claro y lo dijo claramente; no importa si te creíste el cuento del gato con botas o si “a ti no hay quien te pase gato por liebre”; no importa si tu discurso está lleno de consignas panfleteras o si ya tu verbo tiene alas propias; no importa si eres un ratón enmascarado o “un bárbaro con el hacha”; no importa si actuaste “a tiempo” o si “más vale tarde que nunca”; no importa si te gusta el protagonismo absoluto, la humildad infinita o el anonimato extremo; no importa si eres dramático o bochinchero, elocuente o lacónico, purista o malhablado, no importa tu preferencia sexual, religiosa, características étnicas, cultura, tendencia, postura o locura; no importa que hayas cerrado los ojos, que “no hayas querido ver” o que tengas luz larga.

Lo esencial es que hoy tu sentido más elemental de la empatía y la decencia humanas se anteponga a tus viejas heridas, tus intereses, conveniencias, alianzas, creencias y miedos para condenar el abuso y la intimidación a los que han sometido por 62 años al pueblo cubano, sin poner “peros” ni “parches”, ni “cambiar de tema” para quedar bien “con dios y con el diablo”.

Hoy nos unimos, hoy no vamos a debatir quién fuiste, eres o serás, cómo pensaste, piensas o pensarás, si lloras o bailas conga, si te expresas con frases delicadas o estallas en palabrotas.

Hoy no permitas que nos dividan. Hoy no te pelees con tu familia ni con tus amistades. Hoy no seas radical, intransigente, intolerante, contra todas las banderas. Hoy no busques atención hablando de tus resentimientos. Hoy déjalo pasar. Hoy dile: “tal vez tengas razón, lo discutimos luego”. Hoy anota esa “cuenta pendiente” y sáldala más adelante, si aún vale la pena para entonces.

Hoy ganemos la batalla más importante. Sin ganar esa, seguiremos girando en la rueda del monstruoso laboratorio del tirano.

Hoy no te enfoques en lo que nos separa, enfócate únicamente en lo que nos une: ¡eliminar el poder absoluto de un gobierno que decide “el bien y el mal”! ¡Enfócate en que Cuba sea libre para todos los cubanos! No se trata de un “quítate tú, dictador que solo impone una forma de pensar, pa’ ponerme yo, dictador, e imponer mi forma de pensar”. Se trata de que todos quepamos, aunque sea apretados.

¿Y qué haremos con los que actuaron impunemente, los que causaron daño, los que arruinaron vidas? Con una sociedad lo más plural y democrática posible (e imperfecta, por supuesto), se establecerá un Estado de Derecho que haga justicia y que proteja a todos con independencia de sus opiniones, creencias o preferencias.

Hoy únete al tirio aunque seas troyano contra un poder que los afecta a ambos.

Mañana, sepárate del tirio o del troyano y defínete dentro del grupo con el que tengas mayor afinidad, o de varios, o de ninguno.

Mañana debate lo que quieras. Si quieres, enarbola la bandera que te guste o ninguna, saca tus trapitos, ajusta cuentas pendientes mientras todos vamos construyendo un lugar de coexistencia y respeto mutuo, un lugar donde nos sintamos protegidos por las leyes.

Puede que yo no coincida en nada contigo, o solo en parte, o en casi todo, pero hoy no te lo diré.

Hoy te abrazo y te agradezco lo mucho o poco que hagas por defender una Cuba para todos los cubanos, sin dictaduras ni dictadores. Hoy no me tomo nada personal, porque entiendo que las personas heridas, pueden herir. Hoy ni siquiera reparo en los oportunistas y sinvergüenzas que intentan sacar ventaja económica en río revuelto.

Hoy abrazo a los que suman su voz al coro.

Hoy el tema de conversación es Cuba sin dictadura.


Las luces desde el mar compartido

Pertenezco a una familia desmembrada por el exilio. Viví pensando en que nos reuniríamos del otro lado de esas 90 millas, que han sido el sueño y la pesadilla de un país entero.

Siendo ya adulta, pude salir por reclamación familiar, con mi hijo, entonces menor de edad, pero decidí quedarme por amor. Así de simple. Porque no puedes llevarte todo cuando te vas, y elegir puede ser dolorosísimo y traumático. Puede cercenarte en dos partes.

Entiendo profundamente el exilio porque lo viví a la inversa, y siempre he pensado que esas barreras que separan a los cubanos del mundo (políticas, más que geográficas), tienen que ser removidas.

Las luces que cubanos de Miami lanzaron anoche desde el cielo compartido por ambos países, desde el mar compartido, me hicieron sentir que el fin de la pesadilla está cerca y esa distancia volverá a ser lo que realmente es. Porque cuando la recorrí por fin hace dos años, en avión, no podía creer que tantos muertos, tantas familias desechas, tanta tristeza cupiesen en ese espacio de agua y en 45 minutos de vuelo.

Ya es hora de desbaratar el hipnotismo, la «fatalidad» geográfica, de la «maldita circunstancia del agua por todas partes». Ser una isla no nos condenaba al ostracismo, ni al atraso comercial ni tecnológico antes de 1959.

Gracias hermanos del exilio, por no dejarse arrancar a Cuba. Gracias cubanos de adentro, por no dejarnos morir en el inxilio que nos han impuesto.


Los crímenes de Aurika

La memoria suele tornarse resbalosa y oscura como túnel de alquitrán. Entre las inciertas afirmaciones peor y mejor intencionadas (pero todas igual de nocivas) que leo a diario acerca de ese prodigioso suceso que fue (es) la rebelión popular contra la dictadura castrista en Cuba, el pasado 11 de julio, me han rechinado particularmente algunas según las cuales Fidel Castro habría sabido neutralizar la situación con menos violencia y mayor poder de persuasión que Díaz-Canel o las momias estrelladas que hoy le mueven los hilos. De hecho, aseguran que Fidel lo hizo así cuando el Maleconazo, acontecimiento al que mi labor de periodista independiente me condujo como testigo de primera línea, y cuyas experiencias personales recrearía más tarde en la novela Los crímenes de Aurika, de 2010. He aquí un fragmento, breve pero suficiente para el caso:

                       Los crímenes de Aurika (fragmento)

Creo que apenas había transcurrido un mes de las estrepitosas ocurrencias relacionadas con el remolcador Trece de Marzo, abordado por varias docenas de personas que lograron tocar la línea del horizonte antes de que fueran apeados por buques del régimen hasta el fondo oscuro de un naufragio sin apelaciones. Y antes, en fechas distintas, otros desesperados se habían llevado más de una lancha que cubría el servicio de transportación de pasajeros entre los poblados costeros de Regla y Casa Blanca. Incluso alguna de estas lanchas consiguió salir de la rada para adentrarse varias millas en el mar abierto, aunque finalmente cayeran igual en los tentáculos de sus perseguidores, o también pudieron ser interceptadas por guardacostas estadounidenses. Con ambos inconvenientes tuvieron que lidiar nuestros audaces navegantes de aquellas jornadas. Pero ahora mismo no me siento capaz de ordenar los detalles según sus fechas y otras puntualizaciones. Aunque tampoco logro ubicarlo en fecha, sí recuerdo que fue en días precedentes cuando otro grupo se apoderó de un buque mercante en el puerto de Mariel e intentó poner proa al norte pero sin resultados satisfactorios, para los abordadores quiero decir. Pero mejor dejo de tocar la flauta y voy a lo que iba. En La Punta y en los alrededores la gente esperaba aquel jueves o viernes por Juan Ponce y su expedición posmoderna de nuevos descubridores de La Florida. Nadie conocía quiénes eran ni qué tipo de embarcación traerían consigo. Y a nadie parecía importarle. Ningún barco habría podido cargar con tantos pasajeros. Total, era lo de menos. Fuese el velero de Ponce o el Nautilus del capitán Nemo o la chalupa de Carontes o algún cefalópodo de acogedoras ventosas halado desde las profundidades por Ned Land el arponero, daba igual. Lo único verdaderamente serio y revelador seguía radicando en aquellas caras. Caras de gente joven, por supuesto, ya que las caras de los viejos –lo notó Bioy Casares a los 70 años de edad– sólo son capaces de expresar azoramiento, ansiedad, majadería, memez… Tan reveladoras me parecieron las caras de aquellos temerarios muchachos que revelador tampoco sería el calificativo exacto.

Luego de merodear por allí durante un largo rato sin que nada nuevo sucediese, decidí continuar pedaleando. Si era verdad que habían secuestrado otro barco, podría confirmarlo subiendo por toda la Avenida del Puerto hasta el Muelle de Luz. Y fue lo que hice. O lo que procuré hacer, pues el acceso al puerto estaba cerrado, así que llegué a una altura en que no pude seguir viaje, me lo impedía una cadena humana (lo de “humana” puede ser exagerado), conformada por mocetones cogotudos y elásticos, todos pelados al rape, todos vestidos de civil, con overoles de trabajo y camisetas rojas. No sé por qué, aunque posiblemente sepa por qué no lo sé, fue justo en aquel momento cuando reparé en que a lo largo de toda mi trayectoria no había visto ni a un solo policía, ni uno de sus carros patrulleros, ni tropas, ni tanques, ni ametralladoras, ni camiones del ejército, nada. Sin embargo, tipos robustos y con la piel requemada por el sol, siempre en grupos de más de veinte o cincuenta o cientos, que actuaban uniformemente, de esos si había hasta para hacer dulce. Los primeros los vi configurando aquella cadena delante del puerto. Pero después vi más. Lo cierto es que no dejé de toparme con ellos en todos los sitios por donde anduve. Frente con frente al Viceministerio de la Marina de Guerra estaba desplegada una de estas pandillas cuyos miembros portaban largas trancas de madera, pero largas y sólidas en abundancia, mucho más que bates de béisbol. Recuerdo que llevaban el torso desnudo, en tanto sus camisetas, todas de color rojo, iban amarradas a la cabeza. Era como un no-uniforme que los uniformaba. Consideré razonable entonces que más allá del sitio en que se encontraban estas huestes la Avenida del Puerto apareciera prácticamente desierta. Y eso que eran pasadas las tres de la tarde, un horario de suma actividad en la zona. Tanta tranquilidad y tanta tranca coincidiendo me provocaron un tuntún desazonador en la boca del estómago. Finalmente, apenas sobrepasada la Lonja del Comercio me dio por pensar que estaba jugándome la suerte que me había acompañado hasta ese momento. Así que tomé por un costado de la iglesia de San Francisco de Asís y luego por la calle Oficios sin detener el pedaleo hasta que me vi en la Plaza Vieja. Iba a torcer hacia arriba, nuevamente con dirección a la zona del puerto, buscando el Muelle de Luz pero sin necesidad de pasar por el tramo de avenida que había hallado tranquilo y trancado. Entonces, justo en áreas de la Plaza Vieja, fue cuando me topé de pronto con Aurika.

De la misma manera que me había inquietado la tranquilidad de la Avenida del Puerto, el exceso de movimientos en la Plaza Vieja, más que inquietarme, me asustó de lleno. Allí las bandadas de jóvenes vigorosos y broncos con camisetas rojas se veían transitar en números muy mayores. Llegaban a pie desde diferentes ángulos de la plaza, eran reorganizados y de seguida los iban montando en camiones que salían disparados rumbo al litoral. Supuse que la plaza había sido escogida como una especie de centro de distribución. En este caso los hombres no traían sus pechos desnudos, así que pude distinguir en cada una de sus camisetas las ilustraciones en letras blancas que los identificaban (o los hacían pasar, eso no lo sabe ni Dios) como integrantes del contingente de obreros de la construcción Blas Roca. Vi que antes de acomodarlos en los camiones les era entregadas a cada uno de ellos unas porras de color negro, muy lustrosas. No sé si eran de goma o de metal o de madera. Sólo sé que aquellas porras rutilaban como los ojos del cernícalo bajo las pálidas sombras del atardecer, y sé que eso me laxó los músculos, que inesperadamente empecé a sentirme todo blando y pastoso como el majarete y que al parecer perdí por un instante las nociones de espacio y de tiempo, ya que cuando vine a ver, sin haberlo visto venir, Aurika estaba parado frente a mí regañándome: Vete de aquí, comemierda, desaparece, hazte humo.

Debe ser verdad eso que afirman los que saben acerca del cerebro, que es conservador, dicen, porque primero creó nuestros instintos, luego las emociones y por último, sólo a la zaga de todo lo demás, la virtud de razonar. Por suerte (esto lo digo yo), parece que durante aquel proceso no teníamos todavía cerebros de consumistas. Ni fantasear me gusta acerca de la posibilidad de que nuestros cerebros al crear nuevas habilidades hubiesen tirado las anteriores al latón de los desperdicios. Nos sobraría sustancia para razonar, tal vez, pero, ¿qué sería de nosotros sin la capacidad instintiva?  O para ser más conciso, ¿qué sería de mí? A la luz de la razón no me fue dado entender aquella tarde –creo que todavía no lo entiendo completamente, con todo y los más de diez años transcurridos– qué hacía Aurika en la Plaza Vieja, entre aquellos gorilas cibernéticos, vestido como ellos y con la negra y bruñida porra en mano. A la luz de la razón ni siquiera se me ocurrió preguntarle. Únicamente abrí la boca, cuando al fin pude abrirla, para tragar saliva boqueando como un pichón, pero ya para entonces mi amigo había logrado encasquetarme sobre la bicicleta y me empujaba calle abajo mientras decía sonriendo, con su sonrisa entre sonrisa y mueca: Ve y enciérrate en tu casa, que ya te haré llegar noticias. Estoy planeando robarme el yate Granma de su pedestal en el Museo de la Revolución, a ver si todavía navega. Era el Aurika de costumbre, capaz de escurrirse por el vado tirando a guasa los asuntos más severos y en medio de las situaciones más dramáticas. Sin embargo, ahora que puedo sopesarla como no pude entonces, juraría que le costó un gran esfuerzo desembuchar aquella guasa. No es que se lo notara, yo no estaba en condiciones de notarlo, pero lo juraría. Por cierto, esas fueron las últimas palabras que escuché de su boca, hasta el sol de hoy. Si bien no sería la última vez que iba a verlo. Desgraciadamente no iba a ser la última vez que iba a verlo aquella misma tarde. 

Sin miedo no hay pasiones, la acción resulta absurda. Debo haberlo leído en algún libro y bien que me vino, porque aquella tarde, después de repetírmela unas veinte o treinta veces mientras pedaleaba desde la Plaza Vieja en busca de la calle Monte para bajar tirando a El Cerro, fue precisamente esta frase la que me ayudó a volver en mí y a frenar la bicicleta con la idea de desandar lo andado. Fue la frase y también la casualidad de que me cruzara con otro de mis colegas reporteros independientes de la carroña. El sujeto venía desde Centro Habana y me contó que en las inmediaciones de las calles San Lázaro, Galiano o Belascoaín ya estaba armada la gorda. Dijo haber presenciado cómo las muchedumbres de aquellos muchachos embravecidos hacían añicos a pedradas los cristales del hotel Deauville y de unos cuantos establecimientos más. Dijo que pudo ver a muchos de ellos cuando eran esposados y conducidos a lo bruto por grandes cantidades de policías, los que al pasar cerca de los balcones de edificios aledaños eran confrontados por los vecinos que les gritaban criminales y esbirros, entre otros piropos. También le oí decir que tanto la policía como las multíparas turbas de los cogotudos con camisetas rojas apaleaban y pateaban a todo manifestante que les caía entre las garras, y que se podían contar por cientos (creo que el sujeto dijo ceremiles) los jeeps de asaltos con ametralladoras de setenta milímetros que recorrían las calles, sobre todo en las áreas aledañas al Malecón, por más que –también me dijo el sujeto– las protestas continuaron extendiéndose, y tanto que sus ecos resonaban ya en pueblos periféricos como Regla y Cojímar.

Sin miedo no hay pasiones. Pero cuando el miedo sobrepasa los límites tampoco hay frijoles sobre la mesa para los infelices reporteros a los que como a mí nos había tocado morar de pupilo en las temblonas riberas del miedo, y además escarbando dentro de la carroña. Así es que, sin pensarlo, regresé aquella tarde a la zona del conflicto… 


Biden se opone al comunismo cubano

El abogado Sergéi Magnitsky fue torturado y asesinado por la policía política rusa en el 2009. Había denunciado fraude fiscal en su país natal por más de 200 millones de dólares. Lo mataron o lo dejaron morir en su celda. Da igual. El crimen quedó impune. En el 2012 el senador demócrata Ben Cardin, con el apoyo del republicano John McCain, presentó una ley al Congreso de Estados Unidos a la que tituló “Ley de responsabilidad del Estado de Derecho Sergéi Magnitsky”. Fue firmada por el presidente Obama. Como existe la tendencia estadounidense a abreviar el lenguaje, le han aplicado al estado cubano la ley Global, el “Magnitsky Act”, y han sancionado al general Álvaro López Miera, Ministro de Defensa y persona a cargo de las FF.AA, y a los temidos Boinas Negras, remedo de las camisas pardas de los nazis o de las negras de los fascistas.

Los rusos, con Putin a la cabeza, se han opuesto vigorosamente a la globalización de la justicia, pero la tendencia continúa. La idea de “nosotros somos los únicos que debemos juzgar nuestros propios crímenes” no funciona del todo. Genera impunidad. Inglaterra, Canadá y los países bálticos están a bordo de la “Ley Global Magnitsky”. Pretoria la estudia junto a Francia y Alemania. En todo caso, la primera demanda de los exiliados cubanos al presidente Joe Biden era que restableciera el Internet a la Isla de Cuba. Se sabe que, tecnológicamente, Estados Unidos puede hacerlo. Pero la segunda demanda, de acuerdo con María Werlau, el alma de “Archivo Cuba”,  era que implementara la Ley Global Magnitsky, y parece que le han hecho caso o han coincidido. (No sé si las personas que se oponen a la globalización saben que juegan una partida de naipes marcada por Vladimir Putin).

Hace muchos años recibí un mensaje de Gustavo Arcos sobre el general Álvaro López Miera. En la misiva había nombres de otros generales que me reservo. Gustavo fue un héroe de la lucha contra Batista y luego se opuso a su ex amigo Fidel Castro y acabó en la cárcel. Gustavo me pedía que siguiera de cerca la figura de López Miera. Lo hice. Era un santiaguero, aunque nacido en La Habana, hijo de republicanos españoles, que había sido semi-adoptado por Vilma Espín y Raúl Castro. Su padre fue catedrático de la Universidad de Oriente. Supuestamente, Álvaro se había alzado a los 14 años (nació en diciembre de 1943), y siguió la carrera militar en la URSS. “Vilma lo quería como un hijo”, me dicen quienes conocieron los vínculos que unían a las dos familias.

No sé por qué Gustavo me mencionó este nombre, pero vuelvo a encontrarlo acusado como un represor de los derechos humanos de los cubanos. Por lo pronto, recuerdo al general venezolano Manuel Ricardo Cristopher Figuera, ex jefe del SEBIN. Se pasó al adversario y le levantaron las sanciones. Hay dos epígrafes que justifican ese maravilloso Jordán. Por “genuino arrepentimiento” y porque, a petición del Presidente de USA, le conviene a la Seguridad Nacional. No sé cuál de los dos le aplicaron al general venezolano. Acaso los dos. De lo que no hay la menor duda es de que las sanciones existen para ser eventualmente levantadas.

No habrá una invasión americana contra Cuba, pese a los deseos de los cubanos dentro y fuera de la Isla. Salvo que la resistencia dentro de Cuba provoque una matanza generalizada, abundantemente filmada. Ante esos hechos, por razones humanitarias, la sociedad estadounidense puede ser arrastrada al combate, pero es muy difícil que suceda. Ni siquiera hubo una intervención de Donald Trump contra Nicolás Maduro, pese a haber coqueteado con “todas las opciones están sobre la mesa”. Trump jugaba a asustar a Maduro, pero no conversó seriamente con sus generales sobre la posibilidad de destruir desde el aire el aparato militar venezolano, algo que hubiera sido muy fácil.

Ese desenlace sólo es posible si EE.UU. toma en serio lo que sucede en América Latina y pacta crear en su hemisferio un aparato como la OTAN, pero no veo la menor intención de dotar de fuerza las decisiones políticas. Tampoco existe en esta porción del mundo una voluntad de defensa de la democracia como la que se observa en Europa, donde Estados Unidos es obligado a bombardear a los serbios o a los libios. Estamos acostumbrados a convivir con Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia y pronto nos habituaremos al señor Pedro Castillo en Perú. 

Eso no quiere decir que el régimen cubano se salga con la suya. Las protestas de los días 11 y 12 de julio han servido para negarle a la dictadura cualquier tipo de apoyo significativo. Son inolvidables las obscenas imágenes de los jóvenes policías y militantes comunistas vestidos de civiles, llegados en autobuses y dotados de bates y maderos para silenciar a la oposición. Así ocurrió en toda la isla. Aunque las protestas fueron ahogadas en sangre, las pocas inversiones que fluirán serán, en su gran mayoría, de dinero non sancto. Ninguna persona seria y respetuosa de la ley querrá mezclarse con ese mundillo de delincuentes que sólo tienen el apoyo de AMLO en México y de Cristina en Argentina.

Estamos muy cerca del final. ¿Cómo llegará? De la misma manera que comenzó la revuelta de mediados de julio. De forma imprevista. Pero llegará. No desmayemos. 

http://www.elblogdemontaner.com/

¡Díaz Canel, singao! La frase más coreada por el pueblo el 11J en Cuba

¿Quién dijo primero ante los cubanos «Díaz Canel, ¡singao!»?

Fue en el barrio de San Isidro, en la Habana Vieja, y lo dijo Maykel Castillo Osorbo. El 4 de abril de 2021 en la puerta de la casa de Luis Manuel Otero Alcántara, donde se había acuartelado parte del Movimiento San Isidro en noviembre del 2020. Tenía todo el barrio delante, cuyos amigos y vecinos le habían ayudado a que la policía no se lo llevara preso momentos antes. Pero siendo justos, hace dos años Silvito el Libre y A12 colgaron un video en el que el estribillo era precisamente este. O sea, sentaron las bases para la popularidad de esta frase y lo hicieron en el momento que Raúl Castro puso al monigote de Diaz Canel en el cargo que hoy ocupa.

Han salido videos nuevos del 11 de julio y la constante en todos es la frase más popular del año en Cuba seguramente: Díaz Canel, ¡singao! Algunos «intelectualoides cultos o cultistas» han mostrado desacuerdo por lo soez del singao, que quiere decir en «cubano» traidor o mal nacido. Son los mismos que ante los discursos de la dictadura castrista, durante años llenos de vulgaridades y mentiras, nunca dijeron una palabra.

Lezama Lima, culto de verdad y el mejor escritor cubano del siglo XX, decía que a él no le gustaba el erotismo, que le gustaba la pornografía, las frases directas, y el capítulo VIII de Paradiso lo demostró. Seguro le hubiese encantado «Díaz Canel, ¡singao!». No lo dudo, era de Centro Habana, de Trocadero 62.

En todos los países europeos, latinoamericanos y en las ciudades de Estados Unidos donde se han hecho manifestaciones por la libertad de Cuba, también esta frase ha sido la más dicha, a modo de grito de solista y en coro.

A un amigo catalán y a otro francés les expliqué hace unos días que en Cuba existe el complejo de la rumba, el guaguancó, la columbia y yambú, y que en todos ellos existe un solista con un coro que le responde. Veo aquí el origen de la popularidad de la frase, pues alguien en las manifestaciones grita «Díaz Canel» y el coro responde «singao», algo típico del guaguancó habanero que todos los cubanos conocemos bien.

«EL 11J superó toda la historia de las protestas en Cuba y a nivel nacional. Pero no olvidemos que el 4 de abril se hizo viral y la foto de Maykel fue recogida en todos los medios digitales en castellano tanto de la supuesta izquierda, como El País, como de la derecha. Trascendió desde ese lugar un video que mostraba a sus pobladores en pie de guerra gritando y cantando, disfrutando del triunfo colectivo del barrio sobre los órganos represores del gobierno, que se quedaron tiesos al ver tanta gente de un barrio apoyando al Movimiento San Isidro. Repito, si el 11J tiene una semilla, fue la del 4 de abril en San Isidro. Si le pongo un ADN, seguro será el de Los acuartelados de San Isidro. Como digo en Adiós al miedo en Cuba:

«EL 11J superó toda la historia de las protestas en Cuba y a nivel nacional. Pero no olvidemos que el 4 de abril se hizo viral y la foto de Maykel fue recogida en todos los medios digitales en castellano tanto de la supuesta izquierda, como El País, como de la derecha. Trascendió desde ese lugar un video que mostraba a sus pobladores en pie de guerra gritando y cantando, disfrutando del triunfo colectivo sobre los órganos represores del gobierno, que se quedaron tiesos al ver tanta gente de un barrio apoyando al Movimiento San Isidro. Repito, si el 11J tiene una semilla, fue la del 4 de abril en San Isidro. Si le pongo un ADN, seguro será el de Los acuartelados de San Isidro».

El 4 de abril de 2021 todos juntos cantaron también ‘Patria y Vida’, una canción que en buena medida nació allí, en San Isidro, y que se supone que nadie en la Isla se atreva siquiera a tararear para no desatar la ira del régimen. Este barrio, uno de los más marginados y pobres de la capital, dejó entonces de serlo para convertirse en un palenque insurgente de hombres y mujeres libres que celebraban las esposas que no pudieron cerrar en las muñecas de Maykel Osorbo. Maykel, rapero vuelto cimarrón, inmortalizaba una escena épica en la que, con un brazo extendido, mostraba sus cadenas rotas y arengaba a la multitud:

-Cuando yo diga Díaz-Canel, ustedes dicen singao… ¡Díaz-Canel!
-¡Singao!
-¡Díaz-Canel!
-¡Singao!


Noticiero Facebook: Silvio Rodríguez, la barbarie y la ‘amnistía’

Silvio Rodríguez

El cantautor oficialista Silvio Rodríguez pediría «amnistía» para los detenidos que «no fueron violentos» en las protestas del pasado 11 de julio en decenas de ciudades y poblados de Cuba, tras encontrarse con el dramaturgo y actor contestatario Yunior García Aguilera, quien impulsó la reunión. A continuación algunas reacciones en Facebook:

«¿Y qué ‘pedirá’ el de ‘Ojalá’ para los violentos del Estado que no fueron ‘detenidos’?» Francisco Framil

«A Silvio sus torres de marfil en Siboney y Jibacoa le impiden ver con nitidez a La Güinera y Los Pocitos. Por otra parte, que no se haga más el loco ni el sorprendido con que los jóvenes no se sienten parte de esa mierda, ¿o es que él no sabe que lo de ‘Díaz-Canel singao’ lo inventó su hijo, ‘Silvito el Libre’?» Mario Luis Reyes

«El detalle está en que Silvio dice que Yunior y su generación no se sienten parte del ‘proceso cubano’. ¿Qué es para Silvio el proceso cubano? Si en algo están inmersos esos jóvenes es en el proceso cubano, el proceso de transformar y mejorar la patria. De lo que no se sienten parte los jóvenes, y algunos no tan jóvenes, es del proyecto sociopolítico fallido iniciado, y conducido con mano férrea, hace más de 60 años por la generación de sus abuelos. Esa generación que además se tomó el trabajo de excluir a todo el que no estuviera de acuerdo con sus postulados, aunque el desacuerdo sea únicamente el lugar en el que está situada una coma. No entiendo cómo al gran poeta y compositor que tanto admiro le falte lucidez para situar las cosas en el lugar que corresponde y llamarlas por su nombre». Jorge Gómez de Mello

«Lo que más me aterra del episodio Silvio es que mientras él está desilusionado porque nos sentimos fuera, nosotros perdemos la vida. Yo no nací para alimentar la ilusión de nadie. Me importa un bledo lo que le duela a Silvio. ¿Qué es esto? ¿Una terapia de grupo? ¡Hay cientos de cubanos inocentes presos!». Anamelys Ramos

«Desilusión es incluso una palabra demasiado dulce para lo que se siente con toda la barbarie que han desatado contra el pueblo. Una guerra civil, un estado de terror, y ahora hasta dicen que cualquiera puede conducir a alguien a una unidad policial: más degradación en esa cacería, y se está hablando de nostalgia y de sentirse ‘fuera’. Yo me siento muy honrada de sentirme fuera de un sistema que siempre fue mentira, que se estableció dividiendo a los ciudadanos y a las familias a base de ‘escarmientos’, con juicios sumarios a jóvenes, no condenados a prisión sino a la pena de muerte». Verónica Vega

«En defensa de Silvio Rodríguez hay que decir que él mismo no se cree ni una palabra de lo que dice». Ernesto Menendez-Conde


Subdesarrollo Pérez: ¡qué envolvencia! El arte de la simulación

La simulación —real como el ocultamiento por miedo, resquemor y prejuicio— es una categoría eticoestética que, como teoría y libro, canonizara el narrador, poeta, ensayista y creador plástico cubano Severo Sarduy (Camagüey, 1937-París, 1993) en su libro homónimo, aparecido en la Francia de 1982.

   Desde su propia teoría de la simulación, afín a los textos de su amigo galo, el notable ensayista Roger Caillois, que en los ‘30s de la pasada centuria publicara su análisis surrealista del mimetismo animal, el relevante novelista cubano —Gestos (1963), De donde son los cantantes (1967), Cobra (1972, Premio Medicis), Maitreya (1978), Colibrí (1984), Cocuyo (1990) y Pájaros en la playa (póstuma, 1993), como asimismo renovador decimista en Un testigo fugaz y disfrazado (1985) y Un testigo fugaz y dilatado (1993), no menos relevante ensayista de Escrito sobre  un cuerpo (1969), La simulación (1982), El Cristo de la Rue Jacob, Nueva inestabilidad y Ensayos generales sobre el barroco (éstos tres últimos de 1987), tal dibujante— relaciona las teorías del agudo ensayista francés con el concepto budista de nirvana, momento de iluminación que culmina con la aniquilación del yo, siempre centrado en índices y rasgos culturales de su lejana pero no olvidada Cuba, desde 1960, cuando arribara a París, becado del [des]gobierno castrista para estudiar Bellas Artes y nunca regresar.

   Por tal sintonía, de alguna manera, apenas conocí la publicación del más reciente volumen del maestro caricaturista Arístides Pumariega (Aristide), con textos de su invariable Rebeca Ulloa, me vino a la memoria La simulación (Monte Ávila, Venezuela, 1982), el libro preferido por mí del relevante polígrafo cubano quien —influido por cuatro figuras de la poesía, el pensamiento y la plástica: el mexicano Octavio Paz, el ya mencionado Roland Barthes, el calígrafo chino-francés François Cheng y el pintor estadunidense Mark Rothko— lograría conectar en su obra, aupándolos, distantes/distintos fenómenos llegados de espacios heterogéneos y en apariencia inconexos: insólito haz que de lo orgánico a lo imaginario, y de lo biológico a lo barroco, combina tatuaje, travestismo sexual y humo: reflexión y homenaje a las palabras, en suma.

   Vinculado, sobre todo con Barthes y Sarduy, Aristide desbroza el laberinto borgiano y la dantesca/oscura selva de la cotidiana simulación, que impusiera «El Último Dinosaurio» a nuestra patria, consiguiendo su hecatombe moral, social y ética, acaso la mayor catástrofe causada por la maléfica deconstrucción del «Homo Diabolus», cuyo nombre mencionar no quiero.

   La tríada: disimular/ocultar/fingir del cubano de la Isla, y sus terribles resultados, no tiene parangón en el mundo de hoy, salvo en las ex repúblicas socialistas del este europeo, las que, por fortuna, dieron al traste con el infernal dueto fascista y comunista, tan similares, como prolijamente acusara la ex prisionera Margarete Buber-Neumann, en su magnífica novela-testimonio: Prisionera de Stalin y Hitler, publicada por el prestigioso sello editorial Círculo de Lectores, Galaxia Gutenberg, con prólogo del destacado novelista español Antonio Muñoz-Molina, quien, muy bien definiera a la valiente autora como «una de las voces que recordaron el horror doble de los campos sovieticos y nazis, y que ayudaron a establecer su comun naturaleza totalitaria».

El arte de la simulación

   Publicado por Eduardo René Casanova en la nueva Colección aun sin nombre de su Editorial Primigenios, apoyado con los breves/certeros textos de Rebeca, en Subdesarrollo Pérez: ¡Qué envolvencia! El arte de la simulación, el veterano dibujante evidencia en todas sus caricaturas el acierto y aserto del idóneo tándem integrado décadas atrás con su infaltable «compinche» de vida y obra, cuyos loables resultados constituyen un ejemplo de cuánto puede la conjunción de una pareja cuando la une el quehacer creativo de valía. 

   Reconocido entre los cien caricaturistas más populares del pasado siglo y con el respaldo de no pocas décadas de extensa e intensa praxis, en revistas, diarios y semanarios de Cuba, Colombia, EE. UU., entre otros países, este nuevo volumen se suma con creces a su amplio quehacer. Mas, no podia ser de otra forma: tras sus plumillas y dibujos, se asoman los rostros y los dibujos de sus colegas satíricos que le antecedieron en Cuba, desde el primer grupo de caricaturistas de la Isla, entre los que evoco, ahora y sin orden cronológico: Augusto Ferrán, Hipólito Garneray, Federico Miahle, Juan Jorge Peoli, Tejada, Nassaro, Francisco Cisneros, Francisco Camilo Cuyás, Codezo, Chaveta y Jorge Ritt, Ricardo de la Torriente y su «Liborio», Eduardo Abela y «El Bobo», los también pintores: Conrado W. Massaguer, el asimismo escenógrafo José Luis Posada, sin olvidar a Antonio Prohías, Jaime Valls, Rafael Blanco y Zumbado, como los talentosos jóvenes del siempre recordado equipo de Dedeté, entre los que figurarían: Ajubel, como mis muy cercanos Manuel y René (ya fallecido y al que recuerdo en particular por haber estudiado como este cronista en la Escuela Nacional de Arte), entre otros no menos talentosos.

   Por tanto, por todo, apunta Rebeca en el primer capitulillo,

Desde su primera aparición en Palante y Palante (1968), Subdesarrollo Perez cautivó al público. En medio de la hostilidad revolucionaria, traía de vuelta al humorismo gráfico cubano, el choteo, la burla y la risa.

   Apenas dos años más tarde, el personaje, junto a su alter ego Aristide, fue confinado al ostracismo. Los hirieron de muerte. Ambos como el Ave Fénix.

            Mas, Subdesarrollo vuelve hoy a desandar La Habana, de nuevo

           enfrenta colas, apagones […] jineteras y el castigo, recreando sus 

           travesuras desde la distancia, sin abandonar su tono crítico y
           simpático.

   Otro aspecto importante subraya Rebeca, al connotar que «la simulación y la dualidad caracterizan a la familia disfuncional de Castro», como muchas de las aberraciones y canalladas del dueto de sus tarados hijos: los hermanos asesinos, quienes, hijos del tramposo viejo español Ángel Castro (o mejor: Diablo), quien, desde sus orígenes y su non sancta existencia, marcara con el robo, el abuso y demás canalladas ocultas por los ¿colegas? de la prensa cubana, entre ellos, una ¿periodista o aduladora in extremis? publicaría poco tiempo atrás, la ¿biografía? del explotador gallego, donde se esforzara por presentarlo como lo que jamás sería: un bondadoso hombre que fue a la Isla a hacer bien…

   Falso: desde que llegara a Cuba como soldado del ejército español, los maquiavélicos afanes de trasnochado y ¿angelical? conquistador gallego le llevarían a enriquecerse tras la guerra como terrateniente y, con su fortuna, adquirir un tren, con el que recorrería sus plantaciones. Mas, leamos el breve, pero contundente capitulillo de Rebeca: «Verde como las palmas…», donde asaetea la diabólica imagen del también cornudo hispano:

Siendo ya un cuarentón, conoce a la joven de diecinueve años, hija de una sirvienta de la casa, Lina Ruz. Mantiene relaciones extramaritales con ella, y aun casado, nacen los dos primeros hijos, de los siete que tendría con Lina. Con la intención de ocultar a sus hijos ilegítimos, manda a Fidel y a Raúl [a estudiar] internos a Santiago de Cuba. La condición bastarda de Fidel, lo convirtió en víctima de burlas y humillaciones. Le apodaban «El Judío». La esposa lo abandona y se dispone a reclamar la mitad del patrimonio familiar. Ángel simula estar en bancarrota y pasa la mayor parte de su fortuna a nombre de un amigo. Como represalia, le niega el divorcio y el matrimonio […] deberá esperar mucho tiempo, tanto que hasta los diecisiete años, Fidel figura como hijo bastardo.   

   A éste, le sigue otro momento de valía: «A su imagen y semejanza», donde Rebeca perfila con acierto la trastocada personalidad del que, con el tiempo, devendría el mayor asesino que, siempre gran menteur, se impusiera en nuestra patria, ya devenido por los complejos trastornos de su desequilibrada personalidad, en maestro de la simulación, al punto de que ni el padre de la Psicología Moderna, Sigmund Freud, de haberlo  tenido como paciente, habría desentrañado su aberrada personalidad.

   Con un afán antirreligioso, superior al de los republicanos españoles, quienes quemaron Iglesias y asesinaron monjas y curas, el enajenado dictador no solo repetiría tales desmanes en Cuba, sino que prohibiría  la mayor fecha de regocijo y paz en Occidente: Las Navidades, e impondría la «fiesta nacional» el 26 de Julio, pues «se sentía dios, quería que el pueblo fuera a su imagen y semejanza […] Al querer acabar con la religión, él mismo convirtió su revolución, con tantas prohibiciones, en puro dogma».

   En «Castro tuvo ideas y todas “brillantes”», siempre con el respaldo visual de las incambiables caricaturas aristideanas, Rebeca enumera no pocas de las ideas ¿geniales?, según imponían llamarlas en los órganos de prensa, a la cabeza de los cuales figura el indigno Granma (siempre empleado como papel sanitario ejemplar, a falta del que aun escasea en Cuba).

   Entre éstas, la primera sin duda es haberse impuesto el UNO en el consejo de ministros y el partido comunista, como los cargos de jefe del consejo de estado y comandante en jefe. Mas todo comenzaría con el  canallesco slogan «No soy comunista», dicho y repetido desde el preámulo del casi inmediato Inferno de su dictadura, cuando en abril de 1959, durante su primera visita oficial a Estados  Unidos, aseverara: «Sé que están preocupados por si somos comunistas. Pero ya lo he dicho muy claramente: no somos comunistas. Que quede bien claro», como asimismo aseguraría «armas para qué».

   Sin embargo, el 22 de diciembre de 1961, declaraba exactamente lo contrario en un discurso que sería muy recordado, donde afirmara ya sin su habitual máscara fouchesca:

¡Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo, eso es socialismo! Y esa esperanza, esa gran esperanza de mañana, ¡eso es socialismo!, y por eso ¡somos socialistas!, y por eso, ¡seremos siempre socialistas!, ¡por eso somos marxista-leninistas!, ¡y por eso seremos siempre marxista-leninistas!», exclamó ante una multitud reunida en la Plaza de la Revolución, en La Habana. Cuatro años después fundó el Partido Comunista de Cuba, que se convirtió en el único aceptado en la isla. Para entonces, las libertades de expresión, de prensa y de protesta ya habían desaparecido.

   Ya había alcanzado su diabólico sueño, pues con su ya autoconfirmada vocación comunista, y con el poder absoluto de la Isla (su enorme colonia, su gran finca), llegarían algunas de las prácticas que llevaría a cabo desde su etapa de pésimo estudiante universitario, en la que, pistola en ristre, actuaría como su odiado-amado padre gallego: como un ganster, un malhechor, en fin, un canalla.

   En consonancia con ello, bajo el cariz de un nuevo «idioma» creado por el propio tirano ¿neogologista? —trastocaría el sentido de palabras y conceptos—, imponiendo algunos, tales robar, que redenominara «nacionalizar», apoyado en su cervical odio a Estados Unidos (donde desde antes, vendría a quedarse en una «casa embrujada» que, a pesar del veneno que dejara entre sus paredes, aun se conserva, tal ha comprobado el cronista, quien debe pasar a menudo frente al terrorífico inmueble).

   También denominada «Intervención», el innombrable robaría muchas empresas norteamericanas, cuyo pago aun tratan legalmente de resolver los expropiados, residentes en este país, donde hemos venido miles de cubanos, huyendo del maldito régimen que, ya muerto por fin el tirano, tratan de mantener sus seguidores, con el mediocre asesino Diaz Canel… ¿hasta cuándo? Otras «geniales» ideas de robos, serían las supuestas reforma agraria y reforma urbana, y basta, que solo recordar la mala, pésima ¿vida? sobrevivida en la Isla o Gulag tropical, erizan la piel al pinto de la paloma.

   En fin, con su más reciente volumen a dos manos, Arístide y Rebeca continúan su decisiva denuncia del castrocomunismo, que, desde el pasado domingo 11 de julio, parece anunciar su fin, tras su maldita existencia de más de seis décadas de violencia y vejación, robo y crimen: signos de las peores tiranías que en el mundo han sido; solo comparable a las teñidas de sangre por el fascismo, ya corroborado por el más vil asesino de la historia latinoamericana en su autodefensa La historia me absolverá, cuyo título tomara de su parangón: Mein Kampf (Mi lucha), de Adolf Hitler.


La realidad como celebración sonámbula

Artefacto que sirve para medir con precisión milimétrica el orden del mundo. Así es calificada la verdad por el protagonista de una muy conocida novela latinoamericana*. No creo que tal definición fuese de gran provecho para el poeta y narrador cubano Luis Felipe Rojas a la hora de estructurar su libro Artefactos, ninguna de cuyas piezas parece tener como fin la medición del orden mundial, mucho menos con exactitud milimétrica. La verdad, en su caso, no actúa como regla inflexible, sino como vehículo de igual o aún mayor capacidad ficcional que la ficción, toda vez que los hechos, personajes y circunstancias que el libro recrea no pueden ser comprimidos entre las chatas orillas de lo corriente.

Si el entorno de este creador estuvo siempre contaminado por el mito y por la perenne distorsión de la historia, no es raro que la única verdad a la que ahora da cabida entre sus artefactos narrativos sea aquella que le permite diluir lo visible en lo invisible y lo real entre sus múltiples bifurcaciones. Y es fácil entender por qué con tales artefactos ha conseguido estructurar relatos tan redondos, demostrativos del pleno dominio en el arte de narrar.

La lectura de Artefactos, recién publicado por la Editorial Casa Vacía, de Richmond, Virginia, me ha proporcionado la satisfacción de corroborar el empuje (tardío pero a tiempo) con que la actual narrativa del exilio cubano demuestra estar lista para la recuperación del terreno perdido por la Isla dentro del panorama de la literatura hispanoamericana, luego de varias décadas de abúlico desconcierto y obnubilación aldeana.

Cuando Luis Felipe aborda motivos cubanos en este libro (y lo hace recurrentemente en la decena de relatos que contiene), suele encauzarlos desde la plena experiencia artística. Su materia prima, que son los asuntos de eso que llamamos la vida real, no discurren del suceso a la página por efecto de mímesis: ni crónica reporteril, ni esperpénticos realismos sucios -siempre más sucios que realistas-, ni interposiciones condicionadas por el forced foot de la denuncia social o del brochazo folclórico. Pareciera que los personajes de Artefactos perciben la realidad como una suerte de celebración sonámbula, porque han sido moldeados para que las tristes paradojas de su universo queden expuestas como fruto de la imaginación.  

En Artefactos, magnífico relato que da título al conjunto, es la zozobra de la mujer vigilada que comparte obsesiones con el ojo mágico que la vigila. En Domingo, Diez pe eme, es el rejuego, ingenioso, certero, con los flujos narrativos y la disposición espacial, difuminando límites entre realidad y fantasía, en un contexto de amores extraños, lujuria, peligro, miedo, entremezclados a través de un radio-teatro que recubre la lobreguez del drama con la doble capa de ficción dentro de la ficción. En Píntate los labios, María, los mediadores entre el protagonista y la mujer deseada son el cine, la fotografía, los sueños, las revistas ligeras. Persuadido de que “…el tiempo es un ruidoso tren al infinito, es un bicho que se lo come todo”, este personaje intenta atenuar sus impactos sumergido en el espejismo y la entelequia.

En Jazzmanecer o devuélveme la perla, más que ser atenuado, hay momentos en que el tiempo se entumece, mientras el narrador desvaría enhebrando los encantos de una misteriosa secta (la de los hombres perlados) y los recuerdos de su experiencia amorosa con una mujer de progenie especialmente sugestiva. Aquí Luis Felipe lleva hasta el clímax lo que a todas luces alinea entre las finalidades básicas del libro, que es revelar las ricas implicaciones del contenido ocultando sus detalles elementales. Narración de primera fila donde las haya, esta pieza es un delicioso ajiaco en que convergen personas, obras, pasajes históricos ajenos entre sí, aunque sólo en la medida en que pueden ser ajenos por la gravitación de los años, más otras eventualidades menores. John Coltrane, Rulfo y Martí desandan juntos y revueltos una atmósfera posmodernista sugerida quizá por Thomas Pynchon, que es como decir por el legado clásico, de estirpe cervantina. Ciertamente no resulta sencillo escoger lo mejor de un libro en que todos sus componentes exhiben virtudes afines, pero puesto a optar por un solo relato, me costaría evitar que este fuera mi elección.

En cualquier caso, celebro no verme ante tan incómoda disyuntiva. Pues lamentaría postergar otras joyas como Cuestión de perros, impoluta, concisa, de envidiable graduación descriptiva, que roza la excelencia para remedar (paródicamente, creo) la técnica del iceberg sostenida por Hemingway, ya que en vez de dejar oculto bajo el agua nueve décimos del bloque de hielo, Luis Felipe sumerge todo el iceberg, no permite ver nada, o sólo deja ver lo que no importa, en una historia donde el presumible visor es el apareamiento de una pareja de perros, pero la trama real va por otra dirección, la de sus dueñas.

Sustentando esa relativización de la racionalidad lógico-causal, combinando detalles y rasgos comunes con las más fantasiosas ensoñaciones, viabilizando extraordinarias o hasta absurdas incongruencias mediante canales que parecen mágicos debido a su eficaz elaboración, el autor ha logrado una obra de notable excepción, con estilo brillante, alta tensión dramática y un sistema de signos lingüísticos tan afilado que le permite abrir brecha entre una amplia multiplicidad de perspectivas. Luego, para el remate, todas las piezas aparecen engarzadas por un texto narrativo sin título estable, que adopta forma fragmentaria para prodigarse desde la primera hasta la última página. Es como un eje en torno al cual se articulan los presupuestos esenciales del conjunto, otorgándole organicidad. También es, por sí misma, otra pieza modélica entre los artefactos narrativos de Luis Felipe.


*Novela La ciudad ausente, de Ricardo Piglia.

Una propuesta para cuando Cuba sea libre

Tengo una propuesta para cuando Cuba sea libre, en estado de derecho:

A todos los que se documente que reprimieron, golpearon, dispararon, chivatearon y abusaron durante la rebelión ciudadana del 11 de julio de 2021 y días posteriores —con Díaz-Canel, Ramiro, Machado, Comité Central, Buró Político y Asamblea Nacional del Poder (Im) Popular incluidos—, los debemos recluir en Alamar, en la zona donde los edificios tapan la vista al mar, con apagones, falta de agua, de gas, circuito cerrado de TV con transmisión de la Mesa Redonda, discursos de Fidel, muñequitos y películas rusas y libreta de desabastecimiento con todas sus exquisiteces incluidas: pasta de oca, cerelac, yogurt de soya, picadillo de eso mismo, etc. Y no puede faltar la cola del pollo.

Se me olvida que deben crear un CDR por cuadra, hacer guardia y vigilarse y chivatearse entre ellos. Y una PNR con policías «palestinos» pidiéndoles el carnet de identidad a cada rato. Para visitarse, habrá un camello con la ruta HP-26, que estará roto cada tercer día. Y se chequearán la correspondencia y el Facebook entre ellos, y las conversaciones telefónicas.

En fin, el paraíso castrista que tanto están defendiendo.

Por último, el seboruco con las supuestas cenizas de aquel será trasladado para esa zona cerrada de Alamar, para que se turnen con las guardias de honor y tengan encendida la llama eterna cuando consigan luzbrillante.

Había pensado antes del 11 de julio que habría que demoler todo Alamar cuando Cuba sea libre, y hacer polvo el ceboruco de Infiel, pero creo ahora que a esa parte de Alamar y al horrible peñasco se les puede dar un mejor uso.

¡Patria y Vida! ¡Abajo el socialismo castrista canelista! ¡Viva Cuba Libre!


Advertencia a Latinoamérica

Un comunicado de Archivo Cuba:

Aunque el aparato represivo ha controlado las calles de Cuba por ahora, el régimen enfrenta una bancarrota tanto económica como de legitimidad. Entre las consecuencias que merecen atención, están las implicaciones regionales. Es de suponer que el régimen cubano acorralado incrementará la subversión de las democracias de la región para distraer la atención internacional, ocupar a los gobiernos en la defensa de sus propias democracias y chantajearlos con la amenaza de más violencia, así como para captar recursos con la expansión del “socialismo del siglo 21” (castro-comunismo).

Desde sus inicios en 1959, el régimen cubano ha financiado, entrenado y coordinado a incontables individuos, grupos, organizaciones y partidos políticos para subvertir el orden democrático en todo el hemisferio occidental y avanzar con sus planes imperialistas. Sus tácticas siempre han incluido un conjunto de metodologías asimétricas tales como la lucha de guerrillas, la formación de cuadros para la movilización urbana y la penetración clandestina. A partir del 2019, la violencia coordinada desatada en la región ha neutralizado la acción colectiva contra el régimen de Venezuela y potenciado la expansión del modelo cubano-chavista.

Nuestro libro La intervención de Cuba en Venezuela: una ocupación estratégica con implicaciones globales (2019) describe lo anterior y detalla cómo trabaja Cuba.

Miles agentes de la dictadura cubana promueven su agenda por todo el mundo

El libreto de Cuba aparece intacto una y otra vez en los medios de prensa y en boca de personalidades influyentes; más recientemente, éste intenta neutralizar el daño de las recientes protestas culpando a fuerzas externas por la falta de libertades y el bienestar en Cuba. Muchas personas de buena voluntad adoptan la narrativa de Cuba sin darse cuenta, a menudo por carecer de información o conocimiento. Pero muchos son agentes preparados con agendas clandestinas.

El comunicado que la cancillería de Ecuador sacó el 16 de julio parece escrito por el régimen cubano, aunque el Presidente Lasso pronto corrigió la posición de su gobierno para apoyar a los cubanos que piden libertad. Según el ex oficial de la inteligencia cubana Enrique García, al momento de su deserción en enero de 1989, Cuba contaba con al menos cuatro agentes (reclutados clandestinamente) con rango de embajador en la cancillería de Ecuador. Nos preguntamos si algunos siguen en la cancillería o simplemente adoptan la retórica cubana por falta de criterio.

Cuba tiene una penetración importante de las instituciones gubernamentales, legislativas y militares así como los medios de comunicación, los círculos académicos y todo el espectro sociocultural  y político de todos los países de la región. Hasta el 1989, la sola excepción era Paraguay, que no tenía relaciones diplomáticas con Cuba y había logrado contener a los cubanos.

Miles de espías y colaboradores de la dictadura cubana apuntalan por todo el mundo el gigantesco aparato de desinformación, propaganda e influencia de Cuba.  Se estima que solo en Estados Unidos los servicios de inteligencia de Cuba tienen alrededor de 5,000 relaciones secretas.

Es evidente que la mejor manera de defender la libertad de los cubanos y de todos los pueblos de la región es que la dictadura comunista cubana salga del poder.

¿Cómo puede el gobierno de Estados Unidos ayudar a los cubanos a obtener su libertad?

Muchos medios de comunicación, analistas y otros nos han preguntado cómo podría ayudarse al pueblo de Cuba a recuperar la libertad. Miembros del Congreso de los Estados Unidos buscan sugerencias. A continuación, presentamos algunas ideas.

1. Proporcionar o facilitar el acceso gratuito a Internet para todos los cubanos.

2. Aplicar a los agentes del estado cubano la Ley Magnitsky, que autoriza al gobierno de los Estados Unidos a sancionar a los violadores de derechos humanos, congelar sus activos y prohibirles el ingreso a los Estados Unidos; emitir un comunicado público para anunciarlo y dedicar recursos gubernamentales a identificar a los perpetradores.

3. Invitar a Canadá y Brasil a codirigir un esfuerzo multilateral que incluya a las democracias del mundo para:

Canalizar la asistencia humanitaria y de todo tipo hacia Cuba de manera que solo llegue directamente al pueblo y a través de grupos, entidades, iglesias e individuos independientes, sin mediación de entidad alguna del Estado cubano y prohibiendo ayudas a todas las entidades controladas por el estado, incluidas las llamadas ONG (organizaciones sin fines de lucro), así como a los miembros del Partido Comunista.

Exigir la liberación inmediata de todos los presos políticos en Cuba: los encarcelados antes, durante y después de las protestas del 11 de julio incluyendo los encarcelados por todas las causas políticas y las aberraciones jurídicas como la peligrosidad social predelictiva y los «delitos» económicos como el sacrificio de ganado o la tenencia de alimentos, medicinas y productos básicos que solo vende el Estado.

Exigir una transición pacífica a la democracia y, si el gobierno cubano se niega, tomar acciones multilaterales de creciente intensidad para presionar en esa dirección.

Alentar y ayudar a los líderes prodemocráticos de Cuba a trazar juntos una hoja de ruta para una transición pacífica a la democracia.

4. Mantener líneas abiertas de comunicación con potenciales reformistas dentro del gobierno y las fuerzas armadas de Cuba para alentarlos a apoyar una transición democrática.

5. Liderar un esfuerzo dentro de organismos internacionales como la OEA y la ONU, a través de sus múltiples entidades, para responsabilizar al régimen cubano por sus violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

6. Priorizar los recursos de contrainteligencia para monitorear y contrarestar las actividades de Cuba en los EE. UU.

7. Informar sobre la amenaza que representa Cuba a la seguridad nacional, regional y global y destinar más recursos a colaborar con los servicios de contrainteligencia de las democracias regionales para contrarrestar el trabajo de Cuba y sus abanderados.

8. Defender la seguridad regional, invocando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca para:

Apoyar los esfuerzos por la democracia en Cuba, Venezuela y Nicaragua con medidas no bélicas.

Discutir medidas colectivas urgentes para contrarrestar la subversión regional de la democracia y el estado de derecho por parte de Cuba y sus representantes / aliados.

Enviar un mensaje a Rusia, China, Irán y todos los actores externos de que ayudar en la represión de manifestantes pacíficos por la libertad en Cuba se considerará actos de agresión que tendrán consecuencias.


Intervención humanitaria e intervención militar: Diferencias y coincidencias

Pretender que una intervención humanitaria en Cuba, o militar, se reduciría a un desembarco de marines previo bombardeo indiscriminado, a la vieja usanza retórica, parece un poco infantil. A continuación algunos pocos ejemplos de acciones posibles.

Ejemplos de intervención humanitaria con soporte militar:

-Interrupción de las comunicaciones represivas por medio de algún tipo de operación tecnológica que requiera elementos militares o contribución militar

-Bombardeo de insumos o medicamentos desde aviones o drones del ejército

-Distribución de insumos desde o a partir de una base militar, pongamos la Base Naval de Guantánamo

Ejemplos de intervención militar con soporte humanitario:

-Acción militar directa, lanzamiento de misil desde drone, etc., contra un represor o grupo de represores sin que haya civiles de por medio (en una zona militar, una pista de aeropuerto, etc.) Algo parecido ocurrió recientemente en Irak, donde un dron MQ-9 Reaper liquidó al tenebroso general Soleimani, comandante de la fuerza de élite Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní

-Acción militar directa contra una base, almacén o instalación militar castrista donde se acumulen tanques o vehículos utilizados para reprimir a la población indefensa

-Operación comando para captura de dirigente cubano implicado en la represión contra la población. Hay quien considera, por ejemplo, que, al llamar al combate en las calles, Miguel Díaz Canel es responsable directo de los desaparecidos, muertos y heridos de los últimos días, y por tanto se ha convertido en potencial objetivo de la justicia. Ya se sabe que las cifras de desaparecidos, muertos y heridos aún están por completarse o verificarse, pero indudablemente las golpizas y operaciones represivas han sido abundantes en Cuba este mes

Recuérdese que en Cuba los civiles no tienen derecho a portar armas, como en otros países. Estamos hablando de un pueblo desarmado absolutamente, que ya ha expresado en las calles su deseo de ser libre. Estamos hablando de adolescentes que están sacando a la fuerza de sus casas para utilizarlos de carne de cañón, y de cientos de desaparecidos. No permitamos que sigan masacrando al pueblo cubano poquito a poco, en permanente impunidad.


Washington: La movilización permanente que podría acelerar la libertad de Cuba

Parece que con la intensidad del momento la capacidad movilizativa de la comunidad cubana en el exterior crece, particularmente la del exilio en las afueras de la Casa Blanca. Si los cubanos en Estados Unidos logran mantener a varios miles de manifestantes por la libertad de Cuba durante varios días en Washington, muy probablemente generen algún tipo de compromiso o esfuerzo fundamental por parte de la administración Biden.

Habría que contagiar también a venezolanos, colombianos, nicaragüenses, ecuatorianos y a todos aquellos sectores inmigrantes que de una forma u otra, directa o indirectamente, han adquirido sensibilidad frente a la desgracia de la influencia castrista en el continente. Hasta a chinos y coreanos si es preciso. Que las distintas caravanas no solo lleguen a Washington, sino que se mantengan allí al menos por 72 horas. Y así sucesivamente, en una espiral de relevos, retroalimentando una concentración permanente de miles de personas.

Se trata, sin duda, de un desafío monumental, inviable en cualquier circunstancia que no sea extraordinaria. Esta, tras las protestas masivas del 11 de julio en Cuba y la consiguiente reacción represiva de un régimen abusador, está claro que lo es.

Jóvenes se solidarizan con el Movimiento San Isidro en Miami. 25 de noviembre de 2020

El enemigo nunca fue el Norte, sino el pueblo

Habana (Henry James)

El régimen siempre lo supo, el enemigo nunca fue el Norte sino el pueblo. La soberanía no era otra que la soberanía del engaño. Hacen lo que sea, matan, sí… lo hicieron en el 59′ y vuelven a hacerlo hoy.

El principio: que no hay principios. La verdad: que todo lo que dicen es mentira. La revolución: sólo la que los llevó al poder. El apoyo: el que imponen por chantaje, o ese otro de quienes estudiaron todos los procesos menos el que los hace esclavos.

La ideología: da igual si era absurda, era una herramienta. El objetivo: vivir eternamente de otros. La familia: la de ellos, las demás que se sumen o se rompan.

Igual fue con Stalin, igual fue con Mao y en la Europa oriental. Es un engendro de criminales y hoy, más que nunca, de sus cómplices.


La foto que resume toda una intensa tradición de desprecio a los derechos humanos

El opositor venezolano Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, acusó este sábado al régimen de Nicolás Maduro de financiar la «represión y la persecución» en Cuba, tras tuitear una foto de la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, con el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel.

«Mientras el mundo rechaza la represión y la persecución, la dictadura de Maduro la financia en Cuba. Tienen años cooperando en la violación de derechos humanos», declaró Guaidó, quien aseguró sobre la foto:

«Representa desprecio por el ser humano, no representa a los venezolanos y cubanos que luchamos por libertad y democracia».

Díaz-Canel recibió el viernes en La Habana a la vicepresidenta de Venezuela, quien manifestó su apoyo a la dictadura cubana tras las masivas protestas ocurridas en el país. El pasado 11 de julio, en decenas de ciudades y poblados de Cuba, la gente se echó a las calles espontáneamente, con miles de manifestantes clamando libertad y “Patria y Vida”.

El régimen respondió con violencia y los desaparecidos se cuentan por cientos. También respondió con un apagón tecnológico que dejó a la población sin posibilidades de coordinarse o denunciar en tiempo real secuestros, palizas, tiroteos y todo tipo de operaciones encubiertas.

Ahora, mientras las imágenes de la represión militar y paramilitar del día 11 y posteriores recorren los medios y redes sociales de todo el mundo, Díaz-Canel pretende que su gobierno es víctima de “terrorismo mediático”.

La visita de Delcy Rodríguez extiende una tradición de intimidad represiva que dura ya más de 20 años entre chavismo y castrismo. En etapas de crisis o rebeliones libertarias ambos regímenes han mantenido siempre intensas consultas e intercambios.

La liberación de Cuba, cual efecto dominó, probablemente derribaría el castillo de naipes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega en Venezuela y Nicaragua, extendiendo una ola de rechazo a la ultraizquierda en América Latina.

El castrismo constituye una especie de sala de máquinas de la desestabilización regional, cabeza de playa de Rusia y China, referente antinorteamericano de toda clase de gobiernos y movimientos extremistas, o empobrecedores, y principal asesor para la represión en el hemisferio. Todo lo cual conspira, directa o indirectamente, contra la seguridad nacional y la estabilidad geopolítica de Estados Unidos.

También, el pueblo de Cuba, a diferencia del de Venezuela o Nicaragua, cuenta con un exilio influyente a un tiro de piedra, en Miami y en Washington, con representantes tanto en el Poder Legislativo como en el Ejecutivo, lo mismo en el Partido Republicano que en el Demócrata (funcionarios, congresistas, senadores, etc.).

Medidas radicales que hagan pagar un alto precio por la represión en Cuba, o algún tipo de operación humanitaria o tecnológica que garantice a la población cubana indefensa conexión a Internet y cierta protección frente a los abusos del aparato totalitario, no deberían descartarse durante este caliente verano.


Castrismo, actos de reafirmación e irrealidad

"Fue tan espontáneo que fueron con sus sillas y todo". Dalgis Fernández en Facebook

«Cerraron más el acceso a internet en Cuba. Desde hace un rato, además de los sitios y servicios a los que solo se podía acceder con VPN, se ha sumado la caída de velocidad de conexión a la web. No sé qué estará pasando pero el ‘ojo de Sauron’ no quiere que veamos… solo él puede mirar. Me dice un amigo que en Pinar del Río está totalmente ‘tumbada’ la internet. Varios colegas de La Habana tampoco tienen ninguna posibilidad de mantenerse conectados. No sé cuánto tiempo más podré estar conectada. Una pena porque quería publicar un video de la fila de ómnibus llevándose a los participantes del acto del Malecón después de que finalizara… por unas calles donde el transporte público es hoy casi inexistente». Yoani Sánchez

«En la RDA también hubo ‘actos de reafirmación revolucionaria’ cuatro semanas antes de la caída del comunismo. ¡Ánimo mi Cuba!». Lucía González

«Una pequeña protesta se tornó masiva contra el comunismo. En Cuba el 11 de julio. En Rumanía el 17 de diciembre de 1989. La Securitate disparó contra el pueblo. Miles tomaron las calles al grito de ¡libertad! Ceausescu convocó a una movilización de apoyo. Su fieles llenaron la plaza. Horas después lo fusilaron. En Cuba, Díaz Canel convocó a sus fieles. Les entregó porras para golpear. Golpearon. Aplauden. Por ahora…». Armando López

«La dictadura totalitaria que intervino en toda Latinoamérica y Africa promoviendo rebeliones y revoluciones de corte marxista y populista, cuyo principal objetivo era ‘crear dos, tres, muchos Vietnams’, ahora grita horrorizada de que alguien siquiera la mire de reojo». Roberto Lozano

«Mucha gente no entiende que al castrismo, como a cualquier extremismo -asuma la ideología que asuma o pertenezca al bando que pertenezca-, la realidad no le entra por un oído y le sale por el otro, sino, simplemente, no le entra. Porque no tiene oído. Porque no oye. Vive en un mundo paralelo donde se escucha a sí mismo únicamente, dentro de un globo donde la patria es un partido o una ideología o una familia, los Castro, y quien diga lo contrario es un traidor. El problema consiste en que ese globo pretende ser la realidad, obligar a la realidad a amoldarse a su fantasía permanente. Un problema que solo puede resolverse, visto lo visto, muertos los muertos, desaparecidos los desaparecidos, explotando el globo. Ya sea con una aguja o con un proyectil». Armando Añel


Carta abierta a Miguel Díaz-Canel

Presidente,

A nadie, salvo a los psicópatas, les gusta ser percibidos como los inductores del terror. Eso fue lo que cambió abruptamente el domingo 11 de julio. Regresaron, volando del más allá, Esteban Ventura y Conrado Carratalá, dos famosos asesinos de Batista, y se confundieron con los revolucionarios. Se modificó sustancialmente el relato. Los revolucionarios pasaron de ser los protagonistas de una historia gallarda de resistencia frente a la adversidad a ser percibidos como lo que son: unos abusadores que les pegan, hasta matarlos, a jóvenes desarmados que piden libertad.

El estallido social se veía venir. El Movimiento San Isidro y la canción Patria y Vida fueron los puntos de inflexión. Su gobierno, presidente, no supo responder. Como siempre han hecho, dieron un do de testículo sin advertir que las circunstancias son otras. Fue un error no conversar con esos jóvenes.

El 11 de julio de 2021 todo comenzó a cambiar en Cuba. No es el final, pero sí el comienzo del final. Lo dijeron, antes de que ocurriera, entre otros, muy preocupados, Yoani Sánchez en 14yMedio, y el cura José Conrado Rodríguez a todo el que lo quisiera oír. Esta vez sería distinto. No era una crisis habitual.

Los cubanos llevan décadas subalimentándose en casas semiderruidas por la incuria de sus gobernantes. Con frecuencia, tienen que evacuar sus viviendas porque se vienen abajo. La educación y la sanidad son del tercer mundo (menos para los “mayimbes”, claro). Las ropas, los zapatos y los teléfonos móviles son objetos tan preciados que te pueden matar para quitarte unos tenis o un celular. El transporte es del cuarto mundo. Internet va y viene al criterio de los jefazos. Y, sin embargo, nada pasaba.

¿Qué ocurrió el 11 de julio? Sucedió que Fidel murió a fines del 2016 y Raúl, aparentemente, se había retirado. Sucedió que casi se acabaron los alimentos. Las manipulaciones oficiales con la moneda terminaron de hartar a la sociedad porque era una estafa tras otra. Nada irrita más al trabajador que le paguen en una moneda sin poder adquisitivo y le vendan en una divisa que vale 20 o 30 veces más que su magro salario. Sucedió el calor del espantoso verano cubano y la ausencia de abanicos eléctricos y mucho menos de aires acondicionados.

Díaz Canel brinda en Corea del Norte por la legitimación de la dictadura de Kim

Sucedió la pandemia del Covid 19. Ustedes, presidente, gestionaron muy mal esa crisis. Las vacunas “Abdala” ni siquiera tienen el visto bueno de las autoridades sanitarias cubanas o venezolanas. Sólo han llegado a un porcentaje minúsculo de la totalidad de los habitantes de la Isla, mientras 12 millones de vacunas han ido a parar a Venezuela. Se han atrevido a decir que su eficacia es del 92%, tras tres dosis. ¿Por qué ese 92%? ¿Para no ser menos que la vacuna rusa? Con la vida de las personas no se juega, presidente. La secretividad no es una virtud en estas cuestiones. Ya sabe, porque lo dijo Martí, que no se manda una República como si fuera un campamento militar.

Ustedes carecen de verosimilitud, presidente. Ni dentro ni fuera del país les creen una palabra. No se puede mentir a la gente durante tanto tiempo. Fidel juró que no era comunista al principio de la revolución. Luego se contradijo y aseguró que se hizo marxista leninista en la etapa universitaria. Acusó a EE.UU de todos los males que afectaban a Cuba. Incluso, de mandarle los ciclones. Le llamaba “bloqueo” al “embargo”, unas medidas que limitaban las transacciones comerciales entre los dos países, producto de las confiscaciones de empresas norteamericanas sin pagar un céntimo de indemnización.

Estas confiscaciones comenzaron durante el gobierno de Eisenhower y se intensificaron en los mil días de Kennedy. Pero cuando Obama restableció relaciones en el 2014 y trató de allanar el camino entre ambas naciones, lo acusaron de imperialista y de tener intenciones ocultas de anexar a la Isla, tendencia que, supuestamente, estaba presente en Estados Unidos desde comienzos del siglo XIX, a partir de la presidencia de Thomas Jefferson.

Usted, presidente, si no quiere provocar un golpe militar, tiene que abrirse al diálogo con la sociedad. Ya se han dado de baja miles de personas. Los más conspicuos son los artistas que todos conocemos: Chucho Valdés, los Van-Van, Leo Brouwer (sobrino-nieto de Ernesto Lecuona) y Silvio Rodríguez (se lo está pensando). Pero hay un general, Viceministro del Ministerio del Interior, llamado Jesús Manuel Burón Tabit, muy disgustado con el cariz que han tomado los atropellos en Cuba, de acuerdo con Juan Juan Almeida y publicado en ABC de Madrid. Aunque si este no fuera, otro lo sustituiría.

Raúl, a sus noventa años, está muy viejo y ha vivido para complacer a Fidel. No tiene remedio. Incluso después de enterrado, el Comandante gravita sobre todos ustedes. ¿Qué dijeron en las reuniones? Se preguntaron qué hubiera hecho Fidel Castro. Pero Fidel no entendía nada del mundo actual, y murió entretenido dedicado a la producción de moringa. Podía vencer, pero no convencer. La democracia sirve, entre otras cosas, presidente, para evitar la violencia. Es verdad que usted puede perder el poder, pero de qué le sirve el gobierno si usted es universalmente repudiado. La revolución cubana fue ejemplar en sus comienzos, pero el proceso fue rechazado paulatinamente. Los últimos vestigios de lozanía los perdió el 11 de julio pasado. A partir de entonces han quedado como asesinos y matones. Ese rol, presidente, no le gusta a nadie. Continuarán las deserciones.


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Un régimen que agoniza

El castrismo ha quedado desnudo frente al mundo y sin posibilidades de encasquetarse algunos de los disfraces con que solía disimular su esencia criminal.

Ya se sabe que se trata de un sistema encabezado por un pequeño grupo de bandoleros capaces de las peores vilezas en aras de conservar el poder.

En realidad, no cabe aludir novedad alguna, simplemente estamos ante la ratificación de una gran estafa, de ver en tiempo real la pavorosa concatenación de hechos que revelan las manifestaciones delincuenciales de un gobierno capaz de matar a cualquiera, incluso a niños, a plena luz del día, con una retahíla de garrotazos o accionando el gatillo de una pistola.

Desde el 11 de julio, las hordas de esbirros y chivatos han desatado toda su ira contra los miles de participantes en las manifestaciones espontáneas que han tenido lugar en diversas localidades de la Isla, a causa del hastío producido por el círculo vicioso de las agonías que crecen en los bordes del agobiante racionamiento, la falta crónica de medicinas, las cada vez más desesperantes carencias alimentarias, los constantes abusos de la policía, la sempiterna e insoluble crisis habitacional y las promesas de un futuro mejor que se desvanecen más rápido que una voluta de humo.

Los excesos de las tropas especiales, policías y paramilitares, han copado el ciberespacio, más allá de los esfuerzos del régimen por ocultar los episodios sangrientos con la suspensión o limitación de las conexiones en todo el territorio nacional.

El mundo ha sido testigo de la violencia zoológica ejercida sin contemplaciones en avenidas y callejones contra manifestantes pacíficos que demandan a grito limpio ¡libertad!, ¡abajo el comunismo!, y la renuncia del presidente escogido por Raúl Castro para garantizar la continuidad del marxismo esperpéntico y trasnochado que nos impusieron hace más de seis décadas.

La revolución cubana agoniza en las penumbras del descrédito. De nada le vale a sus voceros y amanuenses insistir en la defensa de un conjunto de valores que dan fe de una decencia e hidalguía inexistentes.

Fidel Castro, quienes lo secundaron en su aventura y los elegidos para conservar el funesto legado de una gesta redentora que murió al nacer, cargan con el peso de la derrota, aunque aún no se haya concretado en su totalidad.

Cuba es una suma de ruinas, un portento de desilusiones, un extraño híbrido de manicomio y barracón.

El asunto es que los esclavos se hartaron de tantas humillaciones y salieron a reclamar, a voz en cuello, la definitiva emancipación.

No importa que la bestia redoble la fuerza de sus zarpazos y continúe sumando muertes, desapariciones forzosas y heridos.

Su fin se acerca inexorablemente. El mundo y la gran prensa observan la tragedia y poco a poco van tomando cartas en el asunto.

El tardocastrismo se consume en su propia maldad. Se le acaban las coartadas. Se despide manchado con la sangre de ese pueblo que usó por tanto tiempo para lograr sus perversos fines dentro y fuera del país.

Su tumba no será un vergel. Reposará, para siempre, en el basurero de la historia, entre la peste, las moscas y los gusanos. 


A los artistas, intelectuales, actores, escritores y músicos cubanos

Algunos artistas de renombre internacional como Leo Brouwer, Chucho Valdés y Van Van han expresado, de una u otra manera, su rechazo a la represión del Estado cubano contra el pueblo. Que yo sepa, lo han hecho solo en las redes sociales. Muy bien y aplausos.

Pero eso no basta. Si de verdad piensan así, deben usar su propio prestigio para denunciar abiertamente la represión. Quienes se han tirado a la calle desde el pasado 11 de julio no tienen ni prestigio ni carreras que cuidar ni dinero. Por el contrario, para el Estado son no-personas, criminales y delincuentes. No van a investigar los muertos porque esas vidas no les importan.

Pero cada artista, escritor, intelectual, músico, actor, director de cine que tenga visibilidad internacional, y a quien, por lo mismo, el Estado no puede descalificar ni llamar mercenario sin descubrir las mentiras que ha fabricado, si no usa ahora ese poder para defender a los que lo tiran todo al fuego entonces lo está usando para apoyar la represión.

Y aquellos como Víctor Fowler y Nancy Morejón, que arremetieron contra la declaración conjunta de Harvard, ahora tienen una oportunidad única: o dan la cara y suman sus voces a la de Díaz-Canel y llaman a los cubanos criminales y delincuentes, o hacen, por fin, lo que debieron hacer hace mucho tiempo.

Nunca le he exigido a nadie, ni acepto que me lo exijan, que tome posición. Pero no soy yo, ni es nadie en particular. El Estado, al mostrarse en su represión brutal, es el que ahora ha eliminado cualquier excusa para el silencio.

Van a hacer juicios sumarios y van a aplicar condenas duras, porque tienen miedo y porque quieren infundir terror. Por eso ahora hacen falta todas las voces capaces de salirles al paso.


Cuban message to Jeff Bezos, Mark Zuckerberg and Elon Musk

Dear Jeff Bezos, Mark Zuckerberg and Elon Musk,

We are writing to you, free and successful businessmen, with enormous management capacity and initiative, in the hope that you can help us at a time when the Cuban people suffer the brutality of an oppressive regime. Specifically, we ask for your contribution to provide directly or through the alliances that you consider feasible, in coordination with the Biden Administration if necessary, an Internet without filters in Cuba. An Internet independent from Cuban state companies, which protects the population from government abuse and allows Cubans to free themselves.

As you may know, on July 11, even with the Internet running, Cubans took to the streets in dozens of cities across the island, demanding freedom and basic subsistence resources. In response, the totalitarian regime resorted to two immediate measures of force: direct violence against protesters – which included beatings of women and children, torture and firearms shooting – and disconnection from the Internet. Already the dead, wounded and imprisoned are accumulating, although, precisely because of the computer blackout imposed by the dictatorship, it is not yet possible to offer the exact number of victims.

In this third millennium, providing the Cuban population with unfiltered Internet is like, in other areas or times, saving a country from an epidemic. The great epidemic that Cubans suffer is censorship, the impossibility of coordinating freely, without being spied on by the regime in power or suffering from technological blackouts. Rest assured, dear friends, that in a future free Cuba, Cubans will know how to thank your inventiveness and generosity with the emphasis that an effort of such extraordinary dimension deserves.


Carta cubana a Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y Elon Musk

Estimados Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y Elon Musk:

Nos dirigimos a ustedes, empresarios libres y exitosos, con una enorme capacidad de gestión e iniciativa, con la esperanza de que puedan ayudarnos en momentos en que el pueblo cubano sufre la brutalidad de un régimen opresor. En concreto, pedimos vuestra contribución para que provean directamente o por medio de las alianzas que consideren factibles, en coordinación con la Administración Biden si es necesario, un Internet sin filtros, independiente de las empresas estatales cubanas, que proteja a la población del abuso gubernamental y le permita liberarse.

Como tal vez ustedes conocen, el pasado 11 de julio, aún con Internet en funcionamiento, los cubanos se lanzaron a las calles en decenas de ciudades de toda la Isla, demandando libertad y recursos básicos de subsistencia. En respuesta, el régimen totalitario recurrió a dos medidas de fuerza inmediatas: la violencia directa contra los manifestantes —la cual incluyó palizas a mujeres y niños, torturas y disparos de armas de fuego— y la desconexión a Internet. Ya los muertos, heridos y encarcelados se acumulan, aunque, precisamente por el apagón informático impuesto por la dictadura, aún no es posible ofrecer el número exacto de víctimas.

En este tercer milenio, proveer Internet sin filtros a la población cubana es como, en otros ámbitos o épocas, salvar a un país de una epidemia. La gran epidemia que padecen los cubanos es la censura, la imposibilidad de coordinarse libremente, sin ser espiados por el régimen en el poder o padecer apagones tecnológicos. Estén seguros, estimados amigos, que en una futura Cuba libre los cubanos sabrán agradecer vuestra inventiva y generosidad con el énfasis que merece un esfuerzo de tan extraordinaria dimensión.



Dear Jeff Bezos, Mark Zuckerberg and Elon Musk,

We are writing to you, free and successful businessmen, with enormous management capacity and initiative, in the hope that you can help us at a time when the Cuban people suffer the brutality of an oppressive regime. Specifically, we ask for your contribution to provide directly or through the alliances that you consider feasible, in coordination with the Biden Administration if necessary, an Internet without filters in Cuba. An Internet independent from Cuban state companies, which protects the population from government abuse and allows Cubans to free themselves.

As you may know, on July 11, even with the Internet running, Cubans took to the streets in dozens of cities across the island, demanding freedom and basic subsistence resources. In response, the totalitarian regime resorted to two immediate measures of force: direct violence against protesters – which included beatings of women and children, torture and firearms shooting – and disconnection from the Internet. Already the dead, wounded and imprisoned are accumulating, although, precisely because of the computer blackout imposed by the dictatorship, it is not yet possible to offer the exact number of victims.

In this third millennium, providing the Cuban population with unfiltered Internet is like, in other areas or times, saving a country from an epidemic. The great epidemic that Cubans suffer is censorship, the impossibility of coordinating freely, without being spied on by the regime in power or suffering from technological blackouts. Rest assured, dear friends, that in a future free Cuba, Cubans will know how to thank your inventiveness and generosity with the emphasis that an effort of such extraordinary dimension deserves.

El corazón de los cubanos no lo pueden apagar

Es totalmente mentira que en las barriadas habaneras existe apoyo, multitudinario o masivo, al régimen del dictador Miguel Díaz-Canel. Todo lo contrario. En cada barriada de esta ciudad, los ciudadanos solo alzan su voz y miradas para expresar: se acabó el abuso.

Es totalmente mentira que las organizaciones de masas [CDR, FMC, CTC, PCC, UJC] a nivel comunitario están en los barrios. No pasan de una treintena los que, entre consignas y banderitas de papel, se desgañitan en las sedes nacionales y provinciales de estas organizaciones.

¿Por qué el NTV no pone las imágenes del repudio popular al dictador Díaz-Canel y a Ramiro Valdés?

¿Por qué el NTV no pone las imágenes de represión violenta a manos de los elementos de las Fuerzas Armadas [FAR] y Ministerio del Interior [MININT] contra manifestantes pacíficos?

¿Que somos delincuentes? No familia, porque entonces en Cuba hay once millones de delincuentes.

Quisieron controlar la narrativa apagando tecnológicamente a Cuba, pero resulta que el corazón de las personas no lo pueden apagar.


Creadores y profesionales argentinos piden libertad para Cuba

Creadores y profesionales argentinos se pronunciaron públicamente ayer lunes, 12 de julio, ante la arremetida castrista contra los manifestantes pacíficos en Cuba:

«Por los hechos condenables, recurrentes y recientes ocurridos en Cuba, ante un pueblo que lucha por su libertad, la dignidad y los derechos humanos, firmamos repudiando esta nueva y violenta represión realizada por la dictadura castrista. Nuestra solidaridad con el pueblo cubano y un fraternal compromiso con la vida»:

Francisco García Bazán (Filósofo e investigador)
Carlos Penelas (Escritor, poeta)
Antonio Las Heras (Escritor, filósofo)
Jorge Giorno (Ex Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores)
Liliana Paniagua Molina (Abogada, Jury de enjuiciamiento, Ciudad de Buenos Aires)
Rocío Danussi (Intérprete)
Marcelo Charras (Cineasta)
Alicia Zamudio (Escritora)
Horacio Gálvez (Economista)
José María Lentino (Científico, físico)
Danilo Albero Vergara (Escritor, traductor)
Ruth Palacios (Artista, compositora musical)
Albino Gómez (periodista)
Fernando García Acosta (Conferencista)
Beatriz Schaefer Peña (Escritora, poeta)
Salvador Roberto Martínez (Historiador y escritor)
Luis Vázquez (Periodista)
Roberto Jorge Martínez (Periodista)
Sandra Noemí Britos (Investigadora en Filosofía)
Eduardo Arranz (Escritor, cineasta)
Alicia Otazú (Abogada)
Gerardo Las Heras (Músico)

Carlos Solero (sociólogo)


Organizaciones llaman a respetar derechos y a detener la violencia contra manifestantes en Cuba

Ilustración de Rafael Alejandro

Las organizaciones firmantes condenan “la represión del gobierno cubano hacia las protestas ciudadanas registradas desde el 11 de julio de 2021 y que hasta el momento siguen aconteciendo. Asimismo, hacemos un llamado urgente a la administración presidida por Miguel Díaz-Canel a detener todo acto de violencia y violaciones a los derechos humanos de la ciudadanía, mediante el uso de la fuerza, la represión policial y el llamamiento a la confrontación entre cubanos”:

Cuba atraviesa una profunda crisis sanitaria, económica y política. Durante las jornadas del domingo y el lunes, la calle ha reclamado al gobierno por la falta de libertades individuales, la insuficiencia de servicios médicos para enfrentar la pandemia por Covid-19, los estragos provocados en las economías familiares por el ordenamiento monetario, la escasez de alimentos, los cortes del suministro eléctrico, y la recurrente violencia de los cuerpos de seguridad contra cualquier expresión de descontento de la ciudadanía. Las movilizaciones masivas ocuparon al menos 58 locaciones distintas.

Como respuesta a las movilizaciones, elementos de la Policía Nacional Revolucionaria, las Brigadas Antimotines y el Departamento de Seguridad del Estado llevaron a cabo detenciones arbitrarias y agresiones físicas contra personas que se estaban manifestando de manera pacífica, entre ellas estudiantes universitarios. Del mismo modo, personas de diferentes medios de comunicación independientes y activistas[1] denunciaron la instalación de dispositivos de seguridad alrededor de sus domicilios para evitar que salieran a la calle, práctica que las autoridades cubanas han adoptado anteriormente como táctica de intimidación. Es importante mencionar que organizaciones de la sociedad civil internacional, activistas y periodistas presentes en las movilizaciones o siguiéndolas de manera remota reportaron cortes del servicio de internet, de plataformas de redes sociales como Facebook, Twitter y aplicaciones de mensajería instantánea, hechos que se han registrado también el día 12 de julio.  

Por su parte, el gobernante Miguel Díaz-Canel realizó un llamado a los simpatizantes del oficialismo a salir a las calles a confrontar a quienes protestaron, haciendo una clara incitación a la violencia: “Por eso estamos convocando a todos los revolucionarios de nuestro país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles en cualquiera de los lugares donde se vayan a producir estas provocaciones hoy, desde ahora y en todos estos días”.

Después del mensaje,  grupos afines al gobierno de Cuba salieron a agredir y golpear a las personas manifestantes.

Dentro de las violaciones registradas por organizaciones de derechos humanos, destacan actos contrarios a la integridad física y psicológica de las personas, a la seguridad jurídica, al derecho a la reunión, a la libertad de expresión, acceso a la información, a la libertad personal y al derecho a defender los derechos humanos. Hasta el momento, entre varias de las organizaciones firmantes se han registrado docenas de personas detenidas y/o desaparecidas a manos de agentes de la Policía Nacional Revolucionaria y de la Seguridad del Estado, entre las que se encuentran menores de edad, de entre las cientos de detenciones que estimamos ocurridas, cifra que no se ha podido determinar por los cortes al servicio de internet en el país, manteniendo incomunicadas a las personas violentadas en diversas zonas.

Es importante destacar que periodistas que cubrieron la manifestación fueron agredidos, entre ellos, el fotoreportero de la agencia Associated Press (AP), Ramón Espinosa[2]. Otros, cuya información se está documentando, no ha sido posible localizarlos, como es el caso del director de la Hora de Cuba, Henry Constantín, Iris Mariño García, Neife Rigau  y Orelvys Cabrera Sotolongo, Rolando Rodríguez Lobaina, Niober García  o fueron detenidos, como el director de Tremenda Nota, Maykel González Vivero. Además, hoy se registró la detención arbitraria de la periodista Camila Acosta, quien es la corresponsal en Cuba del diario español ABC y colabora igualmente con Cubanet News..

Las organizaciones firmantes hemos registrado el creciente malestar social que la falta de apertura al diálogo, el espíritu punitivo de las autoridades cubanas en su interacción con la ciudadanía y el hostigamiento constante hacia la sociedad civil y medios de comunicación independientes han provocado. En ese contexto, el gobierno de Cuba ha señalado a las personas activistas y periodistas de formar parte de un plan de desestabilización con el fin de restarle legitimidad a las demandas expresadas en las distintas protestas de hoy y de años atrás.

Por esto, hacemos un llamado al gobierno de Cuba, presidido por Miguel Díaz Canel, para que se abstenga de continuar violando los derechos de las personas críticas, de incitar a la confrontación y violencia entre personas con posturas divergentes a la posición oficial, y a garantizar la integridad de las personas que ejercen de manera legítima su derecho a la manifestación.

Asimismo, hacemos nuevamente otro llamado a la comunidad internacional, en especial a las embajadas de la Unión Europea y a las relatorías especiales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, para pronunciarse a favor de los derechos de la ciudadanía cubana, y llamar a la democratización a través del diálogo genuino como única forma de lograr un cambio en el país.

FIRMANTES:

Acción Constitucional

Amnistía Internacional  
ARTICLE 19 México y Centroamérica

Artists at Risk Connection

Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP)

Aula Abierta

CADAL

Civil Rights Defenders

CUBALEX

Cuido60

Cultura Democrática

EXTITUTO

Freedom House

Freemuse

Fundación Artemisas

Fundación Ciudadanía y Desarrollo

Fundamedios

Gobierno y Análisis Político A.C.

IFEX-ALC

Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos

Movimiento San Isidro

Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (Juventud LAC)

Observatorio de Libertad Académica (OLA)

PEN Cubanos en el exilio

PEN International

People in Need

Prisoners Defenders

Programa Cuba

Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea)

Medios de comunicación

ADN Cuba

Alas Tensas

Árbol Invertido

CiberCuba

Cubanet News

Diario de Cuba

Play-Off Magazine

Proyecto Inventario

Rialta


[1] Héctor Valdés Cocho, Luz Escobar, Tania Bruguera, Kirenia Yalit Nuñez

[2] (7) Facebook

Díaz-Balart presenta resolución pidiendo solidaridad internacional con el pueblo cubano

Este martes, en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el congresista Mario Díaz-Balart presentó una resolución en la que pide solidaridad internacional con el pueblo cubano en sus demandas de libertad, y condena «la brutal opresión de la dictadura comunista en Cuba».

“Durante 62 años, el pueblo cubano ha luchado por la libertad y los derechos humanos bajo una dictadura brutal y represiva», expresa el comunicado de prensa. «En este día, que también coincide con el aniversario de la Masacre del Remolcador 13 de marzo, también recordamos las décadas del horror del régimen, incluyendo el derribo de las avionetas de los Hermanos al Rescate, los pelotones de fusilamiento, las torturas, las detenciones arbitrarias, los asesinatos, el tráfico de personas, a quienes huyeron en balsas improvisadas a través de aguas infestadas de tiburones, y a los muchos patriotas que han sufrido simplemente por atreverse a hablar en contra del régimen. El pueblo cubano será libre y recordará a quienes lo apoyaron. Agradezco a muchos de mis colegas por estar con ese pueblo respaldando esta importante resolución «.

La resolución pide un pronunciamiento a favor de la liberación de todos los presos políticos y el fin de los actos de represión, encarcelamientos arbitrarios, torturas y otras violaciones de los derechos humanos contra el pueblo cubano; honrar al valiente pueblo cubano por atreverse a enfrentar al régimen y exigir el respeto de las libertades fundamentales, como la libertad de expresión y reunión; reconocer a los valientes activistas a favor de la democracia y los derechos humanos, incluidos periodistas independientes, artistas, líderes sindicales y religiosos que han sido perseguidos durante décadas de tiranía comunista; instar a otras democracias, organizaciones regionales y multilaterales a que afirmen que no se tolerará la violencia contra el pueblo desarmado de Cuba y que los violadores de derechos humanos serán responsables de sus crímenes; expresar solidaridad con el sufrido pueblo cubano en sus demandas de una auténtica transición democrática; y pedir a la comunidad internacional que apoye a quienes luchan por la libertad en Cuba condenando la represión y expresando un apoyo inequívoco a sus derechos al autogobierno, los derechos humanos y las libertades básicas.

Los copatrocinadores de la resolución son los siquientes:

Steve Scalise (LA-01), Elise Stefanik (NY-21), Michael McCaul (TX-10), Devin Nunes (CA-22), Mark Green (TN-07), Alexander Mooney (WV-02), Maria Elvira Salazar (FL-27), Carlos Gimenez (FL-26), Nicole Malliotakis (NY-11), Kat Cammack (FL-03), Chris Smith (NJ-04), Vern Buchanan (FL-16), Gus Bilirakis(FL-12), Daniel Webster (FL-11), Michael Waltz (FL-06), Bill Posey (FL-08), Brian Mast (FL-18), Gregory Steube (FL-17), Neal Dunn (FL-02), Dan Crenshaw (TX-02), Byron Donalds (FL-19), John Rutherford (FL-04), Scott C. Franklin (FL-15), Anthony Gonzalez (OH-16), Matt Gaetz (FL-01), Thomas P. Tiffany (WI-07), Jennifer Gonzalez-Colon (PR-At Large), Liz Cheney (WY-At Large), Steve Chabot (OH-01), Darrell E. Issa (CA-50), Andy Barr (KY-06).


Emilio Estefan y la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba se unen en apoyo a la libertad

Emilio Estefan y Tony Costa en un momento del video promocional

Emilio Estefan y la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba se unen al pueblo cubano con una muestra de su nueva canción “Libertad”, que tiene como objetivo ofrecer solidaridad y solicitar apoyo internacional para exigir al régimen cubano que detenga la violencia contra la población:

Nota de prensa

Emilio Estefan y la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) se suman al pueblo cubano y a los miles de ciudadanos que se manifestaron por su libertad en toda la isla. Juntos, el reconocido artista y productor musical y la organización sin fines de lucro, que promueve una transición no violenta a una Cuba libre y democrática, presentarán el adelanto de una canción nombrada “Libertad”. La meta de este esfuerzo de colaboración es comunicarle al mundo que ya es hora de que el pueblo cubano tenga una oportunidad de vivir sin la sombra del totalitarismo.

 “Esta canción es un mensaje de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en la isla. También un llamado a la comunidad global para unirnos y apoyar los esfuerzos del pueblo cubano hacia una nueva vida. Se trata de un tema musical que refleja la historia de dolor y sufrimiento de los cubanos a causa de una dictadura criminal que les ha robado el derecho a todas las libertades esenciales en Cuba”, dijo Emilio Estefan.

El tema musical cuenta con una impresionante interpretación de dos jóvenes artistas cubanos, Yailenys y Joncien, y promete convertirse en himno para los cubanos y los defensores de la libertad. La canción ha sido estrenada parcialmente en la radio con una impresionante aceptación. Estefan, un incansable luchador por el respeto a los derechos humanos de los cubanos, se encontraba en plena producción del video clip musical cuando estallaron las protestas en Cuba.

 “Qué mejor momento para expresarle al pueblo de Cuba que en estos años de doloroso exilio no hemos dejado de pensar en ellos ni un solo día y que nuestra isla no está sola”, dijo el presidente de FHRC, Tony Costa.

 “Libertad” enviará un mensaje poderoso de esperanza por una Cuba libre y próspera, edificada con el esfuerzo del pueblo cubano que vive en la isla y en cualquier parte del mundo.

 Un adelanto de este video está disponible aquí: 

La versión final será estrenada muy pronto.

Para más Información:

Yadira Rangel (305) 788-4531

Melissa Shuffield (305) 926-0343

Maite Luna (786) 270-6645

Comunicado del PEN de Escritores Cubanos sobre las protestas en Cuba

El pueblo cubano ha salido a las calles a exigir un cambio en la política de la Isla y la respuesta del aparato político militar que gobierna el país ha sido represión, amenazas y el llamado del propio gobernante en funciones, Miguel Díaz Canel, a sus partidarios a combatir junto a la policía y paramilitares a los manifestantes pacíficos, en vez de intentar la concordia, como corresponde a la investidura de su cargo.

Las protestas masivas que espontáneamente tuvieron lugar a lo largo de toda Cuba el domingo 11 de julio del 2021, son señal del deterioro de la convivencia nacional. La creciente falta de libertad en todos los aspectos de la vida nacional, la represión contra opositores, intelectuales y periodistas independientes y el propósito del gobierno de permanecer en el poder sin ceder espacios para otras corrientes de pensamiento, ha llevado a Cuba a esta coyuntura que augura peores escenarios.  

El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, filial del PEN Internacional, hace un llamado para que la comunidad internacional acuda en ayuda de los cubanos con todos los recursos disponibles para detener lo que ya se avecina como un baño de sangre.

El gobierno de Cuba, nucleado alrededor del Partido Comunista de Cuba, no tiene el derecho de reducir al silencio, ni de someter al hambre y la miseria colectiva a un pueblo en aras de una ideología política, la comunista, que ha demostrado su fracaso en los países donde se implantó y que esos pueblos desmantelaron.

Cuba como nación está rota desde hace muchos años y su voraz destructor ha sido el gobierno de la Isla, cuya finalidad única es permanecer en el poder, rechazando cualquier llamado al diálogo y a la armonía nacional. Su propósito es el poder totalitario, como también está ocurriendo en Venezuela y Nicaragua.

Se impone una respuesta internacional conjunta y contundente, para frenar a la dictadura y devolverle al país el orden y la libertad que merece.

Luis de la Paz, Presidente                           Orlando Rossardi, Vicepresidente

Daniel Pedreira, Secretario                          Ángel de Fana, Escritores en Prisión

                                Sara Martínez Castro, Comité de Escritoras


11 de julio: De la Primavera Negra a la Primavera Cubana

Al parecer, un domingo como todos los días del mundo, en Cuba no se esperaba nada. Extremadamente aburrido, incierto, con un manto invisible de incertidumbre en cada casa. Pero en San Antonio de los Baños (Artemisa) alguien soñó que ese día, en vez de apagones, una luz se iba saliendo de cada cuerpo y era de cada habitante de la Isla un rayo incandescente que lo podría quemar todo, acabar definitivamente con las penumbras de las falacias, de las mentirosas promesas, de la miseria y el odio y de todas las palabras y discursos que durante 62 años han sumergido al país en un insondable inframundo.

¡Se acabó!, gritó alguien, y la voz se extendió hacia los corazones exhaustos de tanta esclavitud; y la voz se fortaleció con las nuevas palabras de “¡Patria y Vida!”, y la voz se hizo tan diversa que cubrió todos los rincones de la Isla.

La voz se fue haciendo un solo grito de muchas quejas, críticas, reclamos. Las manifestaciones empezaron a aflorar, y los cubanos iban transformando sus angustias, sus miedos, sus hambres y miserias y sus muertes de pandemia, en pura esperanza, en fe de que el problema era solamente de ellos y que solo contaban con la solidaridad de Dios. Entonces el día dejó de ser aburrido, incierto, donde solo el riesgo de vivir era la muerte. Se abrió una luz, en todas las personas de buena voluntad se abrió la luz y la mente y las almas despertaron.

Empieza de nuevo la represión de las avispas negras, esbirros entrenados desde niños para estas contingencias. Pero el amor a la vida también es un proceso, y este proceso comenzó hoy. De la Primavera Negra podremos pasar a la Primavera Cubana. La justicia ha de llegar. Ahora sí estamos seguros que, más temprano que tarde, la justicia ha de llegar.

https://palabrabierta.com/


Los cubanos se echan a las calles en ciudades y pueblos de toda la Isla

En decenas de pueblos y ciudades de Cuba decenas de miles de ciudadanos se manifestaron y manifiestan este domingo 11 de julio, exigiendo libertad y responsabilidad al régimen castrista por el desabastecimiento y el abuso, al grito de «Patria y Vida», «Díaz Canel, singao», entre otros.

Las manifestaciones, inéditas en Cuba por producirse simultáneamente en varias provincias, tuvieron y tienen lugar en San Antonio de los Baños, Alquízar, Ciego de Ávila, Palma Soriano, Ciudad Habana, Santiago de Cuba, Cienfuegos, Camagüey, Cárdenas, Bauta y San José de las Lajas, entre otras muchas localidades.

En su intervención por la televisión estatal, el subpresidente cubano Miguel Díaz-Canel llamó prácticamente a una guerra civil. «La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios», dijo. En ciudades como Cienfuegos y Cárdenas, los presentes filmaron a boinas negras y policías golpeando a manifestantes. En Centro Habana, Cubanet reportó que los militares utilizaron gas pimienta contra la población.

En las redes sociales, las reacciones no se han hecho esperar:

«No importa cuántas patrullas y agentes hayan y sigan llegando fuera de nuestras casas, o que nos apresen, hay otros miles de cubanos dignos dispuestos a salir. ¡Patria y vida!”. Tania Bruguera

«Hoy estoy feliz por el despertar del sufrido pueblo cubano. Tengo ganas hasta de llorar, muchos sentimientos encontrados. Patria y Vida. ¡Abajo la narcodictadura comunista de los Castro- Diaz Canel! ¡Abajo el comunismo!». Claudio Lahaba

«El pueblo de Cuba está en las calles demandando libertad. La tiranía usará la violencia más feroz para reprimirlo. Es urgente que USA y la comunidad internacional ofrezcan la máxima solidaridad al pueblo cubano». Mario Diaz-Balart

«¡Debemos enviar nuestro mensaje al ejército cubano para que abra los ojos y vea a su pueblo!». Nilo Julián González Preval

«¡Cuando un pueblo enérgico y viril sale a las calles, los esbirros tiemblan!». Luis Enrique Jaime Saíz


¿De qué vale aceptar la miseria? Dile adiós al miedo

Los dirigentes cubanos, la dictadura cubana, agradecen la ayuda internacional, que será repartida entre el poder militar y las instituciones represivas de la Seguridad del Estado y los cuerpos policiales. Las donaciones, si te las dan, te las venden, y los cubanos miserables ni protestan ante este acto ilegal.

En Cuba no hay organizaciones no gubernamentales. Solo existe el poder represivo, que vive de los cubanos, y gente con corazón que dona con honestidad.

En vez de cambiar y abrir la Isla, allá viven pidiendo ayuda que solo favorece a la dictadura y su establishment. Cubano de Matanzas y Cuba, ¿de qué vale aceptar la miseria? Intenta cambiar tu país.

Aceptan ayuda, pero ningún cubano del exterior puede invertir en negocios en Cuba, salvo si piensa como sus dictadores. Ahora quieren su dinero y donaciones, pero eligen quién entra o no a la Isla.

A mí y a cientos de miles no nos dejan entrar en Cuba por ser críticos con la dictadura. Pero sí quieren mi dinero para seguir engordando al régimen y que sus familias continúen haciendo negocio en Europa con agencias de viajes y paquetería solo de los hijos del poder, como OnLine Tour en Barcelona, del hijo de Eusebio Leal. Antes de morir, Leal aseguró a su hijo en Europa, y los mismos que se mueren de hambre en Cuba lamentaron por Facebook la muerte de otro cómplice de su miseria.

Hoy es Matanzas, mañana será toda Cuba y tú sigues mirando para el lado, como si contigo no fuera.

Dile adiós al miedo:

Declaración urgente sobre crisis humanitaria en Cuba

Los integrantes de la Corriente Agramontista, de abogados independientes en Cuba, hicieron pública este 8 de julio la siguiente declaración humanitaria:

Declaración urgente

Los integrantes de la Corriente Agramontista (la más antigua y nutrida agrupación de abogados independientes de Cuba) hemos decidido emitir y circular el presente documento en razón de la situación especialmente crítica en la cual se encuentra sumida hoy nuestra patria.

En el plano económico, la situación del país ha sufrido desde hace años una evidente involución, la cual no ha hecho más que exacerbarse en este 2021 a raíz de la implantación de la llamada “Tarea Ordenamiento”, que ha representado un ataque feroz contra los ingresos reales del cubano de a pie. A las dificultades surgidas en este terreno a nivel mundial (que son reales), hay que agregar otros desastres de origen nacional, como la reciente zafra azucarera, que puede ser calificada como un verdadero desastre. En medio de esa ruinosa coyuntura económica, podemos constatar la profunda agudización de la situación epidemiológica relacionada con la presencia entre nosotros del virus Sars-COV-2. Y lo que es peor, sin perspectiva alguna de alcanzar una pronta mejoría.

En días recientes hemos visto, en la prensa independiente y las redes sociales, informaciones e imágenes sobrecogedoras, que ilustran la crítica situación de hacinamiento, precariedad y desamparo en la que se encuentran los enfermos que están en los hospitales de la Isla (al tiempo que otros, según las informaciones, ni siquiera han podido acceder a esos centros asistenciales). Impactan en ese sentido las noticias provenientes de Cárdenas, nuestra Ciudad-Bandera, convertida en epicentro de la epidemia. Pero los comentarios y fotos alarmantes abarcan también otras localidades de la provincia de Matanzas, así como de casi todo el país.

El régimen castrista ha anunciado el envío a esos puntos más afectados de algunos médicos recién graduados. Mejor sería —claro está— que dispusiesen el retorno a Cuba de los miembros de la Brigada “Henry Reeve”, que prestan servicios en medio mundo (y no sólo de unos pocos de ellos, como acaban de hacer). Esto permitiría no sólo que los enfermos recibieran la atención de verdaderos especialistas, también serviría para conjurar las acusaciones de “esclavitud moderna” que de modo insistente se emiten sobre esos profesionales de la salud. Al propio tiempo, el gobierno cubano ha optado por repetir lo que siempre ha hecho: enfrentar las severas críticas con una actitud triunfalista y consignas victoriosas, como la que enarbolan ahora, que afirma que ninguna provincia será abandonada.

Pero por encima de la retórica y los éxitos fingidos están las realidades apabullantes, que confirman que nuestra patria enfrenta una situación catastrófica, la cual sólo podemos esperar que se agrave aún más con el paso del tiempo.

Por ello la Corriente Agramontista estima imprescindible que las autoridades reconozcan que Cuba se halla sumida en una profunda crisis humanitaria, y que soliciten y acepten toda la ayuda (tanto asistencial, como en alimentos y fármacos) que puedan brindar las organizaciones internacionales (incluyendo el fondo de vacunas COVAX) y otros países. Y deberá permitirse que esta ayuda pueda ser recibida libremente no sólo por agentes gubernamentales sino también por ONGs y ciudadanos particulares, sin exclusiones, discriminaciones ni condicionamientos de clase alguna.

Al propio tiempo, pedimos a todas las mencionadas organizaciones internacionales y países extranjeros que, en la medida de sus respectivas posibilidades, respondan de modo positivo a esa solicitud tan pronto ella se formalice, lo cual agradecerá infinitamente el pueblo cubano.

Hacemos estos pedidos porque sólo de ese modo será posible conjurar la terrible catástrofe.

Cuba, 8 de julio de 2021

Por la Corriente Agramontista (en el orden en que lo firmaron):

Maybell Padilla Pérez

René Gómez Manzano

Serafín Martínez

Eduardo Ortiz Ramírez

Yuniesky San Martín Garcés

Roberto de Jesús Quiñones Haces

Hildebrando Chaviano Montes

Lázaro G. Godínez González


Moscardones

El General de las Tres Guerras iba a hablarme al oído, pero el Jefe de Brigada interrumpió: “es tu mejor oportunidad, soldado”. Yo era un soldado. Cada vez que me llamaban de ese modo, tenía la impresión de estar “soldado” a una verja con todos los hierros. Había ensayo a toda hora. “Tirar y tirar bien”, la única consigna de los labios. Y yo de ningún modo aprendía a tirar como ordenaba la consigna. Ni bien ni mal. Pero el jefe confiaba: “ese soldado nos va a dar una sorpresa”. Y llegaba el día del desfile. Y las marchas por los héroes de regreso al hogar. Los ensayos. La consigna. El acto. Tenientes, generales, coroneles… y cargamos las AKM. Y disparamos, aunque yo dije que no dispararía. Que nunca iba a aprender porque yo había nacido para escribir sobre el disparo de los otros. Yo nunca supe disparar. “Yo no sé disparar, señor”. Aquí no hay señores y usted si sabe disparar, soldado, dijo la voz. Y apreté el gatillo. Y descargué las balas que jamás salieron. Y todos felices, el soldado debilucho se incorporaba el arma después de descargar… Y el coronel en su discurso. Y el homenaje transmitido a millones de manos que sepultan al unísono los cadáveres. Y el llanto por los leales y valientes hijos. Y las madres, padres, abuelos, abuelas, esposas… y el llanto. El aplauso. Las lágrimas de gloria. Y aquí está el relevo seguro, los que mañana partirán a otras tierras. Ya tienen las armas empuñadas. Sólo faltan las cabezas enemigas. Ya ellos apuntan y el enemigo anuncia que asomará su odio… y no les vamos a permitir un solo milímetro de avance, cada uno de ustedes significa un metro de costa defendida las veinticuatro horas. Los muertos. Los nombres de los muertos. Los apellidos de los muertos. Las cajas de los muertos. Las medallas de los muertos. Y el soldado muerto de miedo. Y la escopeta pesa tanto en sus hombros. Él la desmonta, le salen llagas, en tres años le han vendido un solo traje. Está pálido. Raído. Casi roto. La escena es expectante. El silencio sepulcral y sobre la necrópolis hay nubes.

Y si comienza a llover este soldado no puede mojarse, le da gripe. Tiene asma. En la tribuna las palabras que vindican… Y yo, soldado-cabeza-tronco-extremidades, hecho-polvo-de-la-patria, comprendo-la-oportunidad. Y espanto la mosca que desde los cadáveres es enviada por uno de los soldados triturados por las balas.Y yo capto la contraseña.Y digo que sí al soldado que me guiña un ojo desde el nicho.Y la única manera de protestar es mover el arma que no se ha disparado. Y la muevo de un hombro a otro. Todo es silencio. Sólo se escucha la voz del que está al mando. Y la impaciencia porque cuando un soldado envía una orden desde su tumba, hay que cumplir. Y al cambiar el arma de un hombro a otro, la camisa también habla, exige rapidez, alarmada por el arma que sigue en ese hombro izquierdo y delgaducho, la tela acabará rompiéndose y el acero traspasará la piel del soldado. Y el soldado soy yo. Soy yo el que mueve el arma, sin otra intención que pasar inadvertido, señores. Y aquí ya le dijimos que no hay señores. Que somos camaradas. Y compañeros. Y soldados. Y oficiales… y se ofendió la mosca. Y caga las cuartillas. Y el hombre limpia. Detiene el discurso para pasar sus manos de hombre decente por la página ultrajada.Y vuelve a cagar la mosca. Y el hombre dice:“aquí hay gato… no es de mosca, esto es mierda de hombre”. Y es que tal vez la mosca no es la mosca, la mosca es el soldado que se cagó en su tumba y se cagó en la madre que lo parió y las millones de madres belicistas y los ríos que no enviaron aguas para lavarle las heridas y en la ausencia de congratulaciones en sus días festivos arrancados de todos los almanaques y en los besos muertos de su boca. Y ahora la mosca es el ala sabia, la emisaria que trae a las cuartillas del orador la mierda del guerrero. Del hombre arrepentido de su muerte. Sus distancias. Sus iras. Sus fobias. Sus balas. Y las balas enemigas. Y este armatoste me abre un hueco en las carnes de mis hombros.Y soy otro de esos cuerpos que están dentro de sus cajas. Y por fin el disparo que nunca se había disparado. Porque el soldado nunca supo hacerlo. Otros piensan que sí, y él todavía no aprende. Y ya la cambia de un hombro a otro. Y la lleva del izquierdo al derecho. Y en el trayecto se dispara. Y ya el tiro roza las cuartillas en la alta tribuna. Y corren todos. Y yo sé que nunca más vendrán a citarme, en mitad de la muchedumbre que enterraba los huesos de otros “soldados”, “adheridos”, “cosidos” en esa mentira que es estar vivos y eternos en la muerte, quedó demostrado su peligro de mosca. Y pelotón. Firme. Licéncienlo ahora mismo por no cumplir en el momento decisivo. En nombre de Calixto García, que prefirió darse un tiro antes que rendirse, licéncienlo, dijo quien sujetaba con las manos temblorosas las cuartillas donde la bala imprudente abriera fuego.


Crisis de derechos humanos en Cuba (comunicado)

Un comunicado oficial del Movimiento San Isidro:

Crisis de derechos humanos en Cuba

Ante los sucesos del último mes, reflejo de la creciente represión del Estado Cubano en contra de activistas y artistas, el Movimiento San Isidro reitera su compromiso con la liberación de los arbitrariamente detenidos y procesados en los últimos meses y con la lucha por el respeto a los derechos humanos de las y los cubanos. Tres de nuestros miembros se encuentran dentro de los detenidos y sentenciados, Maykel Castillo (Osorbo), Esteban Rodríguez y Denis Solís. A este último le restan solo unos días para cumplir su condena. Nuestro coordinador Amaury Pacheco está bajo investigación, acusado del delito de ‘instigación a delinquir’, al igual que el artista Hamlet Lavastida. La obra de Lavastida se centra en poner al Estado Cubano frente a su propio horror, en mostrar la filigrana perversa con que dispone de personas y espacios, sus discursos y sus manipulaciones a través del tiempo.

Nuestra solidaridad es con ellos y con el resto de los manifestantes de Obispo, con Adrián Coruneaux, Yeilis Torres, El gato de Cuba.

Nos alarma que todas esas personas encarceladas están expuestas a una situación de vulnerabilidad extrema, sometidas a abusos e irregularidades procesales, que van desde el traslado a cárceles de máxima seguridad, lejanas a sus lugares de residencia y de sus familiares, hasta torturas físicas y psicológicas.

La violencia política en contra de las mujeres y la discriminación, caracterizan varias de las detenciones arbitrarias cometidas por el régimen. La curadora Carolina Barrero fue arrastrada en ropa de dormir y se le realizó un registro de su casa sin orden judicial. La desaparición por horas de las artistas Tania Bruguera, Camila Lobón, Katherine Bisquet y del periodista independiente, miembro del MSI, Héctor Luis Valdés Cocho. A Iris Ruiz, otra de nuestras fundadoras, se le ha impedido el tratamiento para el diagnóstico de un tumor cancerígeno.

Joseph Borrel, Vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha llamado la atención sobre la situación del artista Luis Manuel Otero, de otros miembros del MSI que permanecían en prisión y del encarcelamiento de los manifestantes de Obispo. Por otra parte, el Parlamento Europeo aprobó por mayoría una resolución que señala a Cuba como violadora del Acuerdo con la Unión Europea en materia de derechos humanos.

La comunidad internacional ha mostrado preocupación y alarma por la crisis de derechos humanos en Cuba. Sin embargo, el régimen cubano no parece ceder en sus acciones represivas, todo lo contrario, la violencia aumenta, al igual que la judicialización de la participación ciudadana.

Denunciamos el hostigamiento a la sociedad civil independiente. Nuestros hermanos de UNPACU, del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), de las Damas de Blanco, del Movimiento Cristiano de Liberación, de FANTU, del Movimiento Opositor Juventud Despierta, de Delibera Organización, de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana, entre otros, han sido reprimidos y perseguidos constantemente por su labor.

Quienes queremos hacer vida en el espacio público desde nuestros diferentes ámbitos y aportando lo mejor de nuestras capacidades, no somos delincuentes, nos negamos a ser juzgados como tales y exigimos el respeto a nuestros derechos humanos. Solicitamos del mundo libre, de las organizaciones de protección y defensa de derechos humanos, continúen vigilando y ejerciendo los recursos pertinentes dentro de sus mandatos para que la sociedad civil independiente en Cuba sea reconocida y por ende no criminalizada su existencia.

El Movimiento San Isidro se mantendrá trabajando y generando alianzas. Alertamos nuevamente sobre las consecuencias que puedan resultar de las acciones pacíficas que estaremos llevando a cabo para lograr la liberación de los hoy injustamente detenidos, el respeto a nuestros derechos humanos, la regeneración del ejercicio cívico y la creación colectiva.

El arte no es delito. La libertad de expresión y de conciencia no es delito. La protesta pacífica no es delito. ¡Patria y Vida!
¡Estamos conectados!


Sobre la situación en Nicaragua: Comunicado

Comunicado del Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio y la Fundación Festival Internacional de Poesía de Miami:

El PEN de Escritores Cubanos en el Exilio (filial del PEN Internacional), y la Fundación Festival Internacional de Poesía (FIPMI II), ambas con sede en Miami, EE.UU., alarmados por el creciente deterioro de las libertades civiles y políticas en Nicaragua, denuncian al gobierno sandinista de la República de Nicaragua por las medidas dictatoriales que lleva a cabo contra escritores y medios de comunicación del país, así como contra organizaciones internacionales como el propio centro PEN de Nicaragua.

Del mismo modo el gobierno nicaragüense ha implementado una serie de leyes dictadas expresamente para mantener en el poder a un partido político que imponga un modelo económico y social a su antojo. Condenamos al gobierno encabezado por el dictador Daniel Ortega por emprender una verdadera cacería contra los opositores a su régimen, los candidatos a las elecciones presidenciales, los periodistas y, en general, contra todos aquellos ciudadanos que se atreven a levantar la voz contra la lamentable situación que padece el país.

La triste realidad de la Nicaragua de hoy es extremadamente preocupante para nuestro hemisferio. El gobierno sandinista, con absoluta impunidad y la complicidad de magistrados y miembros de todos los poderes del Estado colocados en sus puestos por el propio gobierno, viola los derechos individuales y civiles, emprendiendo cambios de leyes que le permiten obrar a su libre albedrío.

Por lo expuesto, reiteramos firmemente nuestro compromiso y solidaridad con los escritores, periodistas, comunicadores y ciudadanos nicaragüenses en general y exigimos la excarcelación de los candidatos a las elecciones y de todos los presos políticos, así como la restitución y devolución a sus legítimos propietarios de los medios de comunicación usurpados por el gobierno sandinista. Del mismo modo, exigimos a dicho gobierno la derogación de las leyes que conculcan la libertad de expresión y demandamos condiciones para unas elecciones observadas internacionalmente y transparentes, en la que se incluya el voto nicaragüense en el exterior.   

Luis de la Paz                        

Presidente, PEN Cubanos en el Exilio

Ariel Montoya

Fundación Festival Internacional de Poesía de Miami


Luis de la Paz presenta su nuevo libro en el Miami Hispanic Cultural Arts Center

Al pie de las montañas, novela del escritor y promotor cultural cubano Luis de la Paz, será presentada el próximo 9 de julio, a las 8:00 p.m., en el Miami Hispanic Cultural Arts Center (111 SW 5ta Ave., Miami). La presentación estará a cargo de la escritora y periodista Elvira de las Casas.

«La novela, escrita en tercera persona omnisciente, está estructurada en una veintena de capítulos -cortos y repletos de detalles, pero ágiles- que la hace avanzar de manera cronológica», apunta Manuel C. Díaz en El Nuevo Herald. «El argumento, a pesar de su linealidad narrativa, no deja de crecer en dramatismo gracias a la complejidad de unos personajes profundamente humanos en sus excesos, imperfecciones y virtudes: Felo: un tipo siniestro, lleno de tatuajes; Alejo, un muchacho tímido y vulnerable; y Efraín, el viejo presidiario que ayuda a Tomás a lidiar con los delincuentes que había en el campamento».

Luis de la Paz (La Habana, 1956). Escritor y periodista cubano, ha publicado, entre otros, los libros Un verano incesante, El otro lado, Tiempo vencido y Reinaldo Arenas, aunque anochezca. Entre 2001 y 2008 editó la revista virtual de literatura cubana El Ateje. Es Premio Museo Cubano de Ensayo por “Dulce María Loynaz, tránsito de una gran dama cubana”, y Premio Lydia Cabrera de Periodismo en 2011. Preside el Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio. Reside en Miami.

‘Hermanos de vez en cuando’, de David Landau

No recomiendo este libro a los amigos de la revolución cubana porque trata sobre la felicidad humana, enemiga natural de los proyectos revolucionarios, como demuestra la historia.

Este libro no es un fresco de la revolución cubana, sino una historia real que se lee como novela, inspirada en una familia arrastrada al ojo del tornado, situación que se repite en Cuba como fractal, a perpetuidad, como las hojas de un árbol, cada cual diferente e igual a las demás.

Su autor, el escritor norteamericano David Landau, ganó fama internacional a los 22 años, inmediatamente después de graduado en Harvard, con un best seller sobre Henry Kissinger. Me confiesa que Hermanos de vez en cuando (Editorial PurePlay) lo escribió durante 30 años, después de cuantiosas indagaciones con los protagonistas, algunas inconclusas, como el caso del desaparecido primer documento disidente de la revolución cubana en los años 60. El libro es la destilación del subconsciente de Landau, rebozado de información y emociones.

El joven matrimonio campesino Rivero Caro emigra a La Habana en los años 20. Partiendo de cero, prospera a base de trabajo honrado hasta lograr una buena posición económica y darle a su dos hijos una excelente educación, incluidos estudios superiores en Estados Unidos.

Después de oponerse a Batista y del inicio de la revolución, sus dos hijos toman caminos opuestos, se tornan adversarios.

Emilio Adolfo (Emi), el mayor, se convierte en agente de la CIA y se infiltra en la Sierra del Escambray, adonde salta en paracaídas con un alijo de armas. Cae en manos de la Seguridad del Estado cubano mientras realiza labores de organización en La Habana. Es sometido a interrogatorios cuya transcripción supera cualquier fantasía, y es condenado a 30 años de prisión. Emi Rivero Caro funda, junto a Alfredo Izaguirre, el presidio Plantado en Isla de Pinos, sufre torturas durante 19 años y sale fresco como una lechuga cuando lo indultan en 1979.

El hermano menor, Adolfo Rivero Caro, se hace comunista doctrinario y al comienzo de la revolución remonta posiciones en la jerarquía del partido hasta que por su honestidad política, su antiestalinismo devenido en antifidelismo y la influencia teórica del autor polaco Isaac Deutscher, sigue el ejemplo de los jóvenes comunistas polacos Kuron y Modzelewski y contribuye a escribir un documento disidente que es presentado al Partido Comunista de Cuba. Comienza su calvario. Es condenado a trabajar como obrero y más tarde, en su segunda prisión en los años 80, ayuda a Ricardo Bofill a organizar el Comité Cubano Pro-Derechos Humanos. Debido a las gestiones de su hermano Emi y de su madre con el presidente Mitterrand, Castro le permite exilarse en Francia.

Las líneas paralelas pueden ir en sentido contrario y además encontrarse. Los hermanos se abrazan en París.

Adolfo le confiesa llorando a Emi: “Pedí que te fusilaran”. Emi le contesta: “Eso me salvó del paredón”.

En los Estados Unidos, durante muchos años, Emi en Washington D.C. y Adolfo en Miami, se dedican a una fructuosa vida intelectual, esta vez con el mismo propósito: la libertad de Cuba y contra las ideas de izquierda en las Américas. Hasta la muerte.

El libro me dejó la impresión de que la mayor tragedia la vivieron los padres, que sin escoger su futuro, desterrados, sin medios a una edad avanzada y truncadas sus vidas, lucharon por la libertad de sus hijos hasta morir.

La foto de la portada preconiza el futuro: Adolfo, con la mirada perdida en un ideal utópico; Emi, decidido hombre acción; Delia, la madre, presintiendo el despeñadero en que caerán irremisiblemente.

Hermanos de vez en cuando muestra la inutilidad del pensamiento ideológico, que no contribuye a la felicidad personal. Las ideologías tienen un gran poder para agitar el conflicto social y los revolucionarios se sienten naturalmente atraídos a ellas porque les facilita la toma del poder. Pero una vez instalados en este, como demuestra la historia, no tienen ningún interés en construir la felicidad que la mayoría de la gente quiere para sí misma, sino solo la muestran en el horizonte desde una felicidad propia.

La lectura de Hermanos de vez en cuando me mostró una vez más que el bien indestructible no está en las ideologías, sino en el corazón de los hombres sencillos.

En inglés: Brothers from time to time


¿Por qué no puedo salir de Cuba?

Ya se cumplieron los 90 días que tenía la oficina de emigración para darme respuesta sobre por qué tengo una medida de prohibición de salida de Cuba.

La dirección de emigración y extranjería del Minint viola de manera flagrante el Código Penal y también la Constitución de la República de Cuba al ocultarme la información requerida sobre por qué estoy regulado.

Información que están obligados a darme como dictan sus propias leyes.

Si no lo hacen, entonces le estarán mostrando al mundo que ya no están tratando de camuflar la represión, sino que la están llevando a cabo con toda la impunidad que siempre ha tenido esta dictadura.

Siendo esto un claro mensaje de que el régimen cubano está listo para aplastar cualquier rebelión y que por defender la revolución sacará los tanques a la calle y asesinará personas.

Es importante que se sepa que si el país estalla y el régimen da la orden de reprimir, cada persona que muera será responsabilidad única y exclusivamente del régimen cubano, el mundo sabrá esto.

La dirección de emigración del Minint se confabula con la Seguridad del Estado para llevar a cabo estas grandes violaciones de derechos humanos, y no solo conmigo, sino con más de 200 disidentes regulados, entre los que se encuentran opositores, activistas, periodistas, artistas, ambientalistas, escritores, etc.

La ley obliga a la dirección de emigración a darme la información sobre por qué estoy regulado, así que la semana que viene vuelvo a ir a sus oficinas a ejercer mi derecho ciudadano. Y como ya les he contado antes, a los oficiales que trabajan ahí no les gusta mi presencia, ya me han confrontado en dos ocaciones, inclusos me tildaron de terrorista. Pero volveré otra vez y espero que no haya ningún altercado, ni me haré responsable de lo que suceda, ya que ellos son los que se ponen violentos cuando llego a ese lugar.

Añadir que no tengo antecedentes penales, ni le debo nada al país, ni he cumplido sanción alguna, ni hay ningún proceso abierto sobre mi persona.

Todo esto es obra de la policía política de Cuba, G2, porque así son las dictaduras.

El autor en La Habana

La dirección de emigración y extranjería del Minint y su jefe jurídico, el Teniente Coronel Roilán Hernández Concepción, cargan con la responsabilidad de prohibirme la salida del país, así que voy para arriba de ellos.

Yo no soy persona de interés público, yo solo soy un poeta. Bendiciones para todos y todas.


Todos esperan un Gorbachov dentro de Cuba

Acuartelados en San Isidro. Noviembre de 2020, La Habana

Joe Biden vino a Miami. La coartada fue el hundimiento del edificio en Miami Beach. Murieron varios cubanos. Copio un mensaje, consternado, del ingeniero Ariel Gutiérrez. Yo le había preguntado, curioso, por el infrecuente apellido Berezdivin, leído en un diario de Miami: “Deborah Berezdivin es la nieta de Diana y Manolo. Es hija de Jeff, el menor de sus descendientes. Deborah está desaparecida. Así como Nancy Kress, hermana de Diana y sus dos hijos con sus respectivas esposas. Nancy estaba casada con mi gran amigo Saúl Kleiman, quien es el padre de estos dos hijos. Estudió en el Instituto Edison”. 

La suerte se ensañó con ellos. Dudo que la tragedia del edificio derribado haya golpeado con tanta intensidad a otra familia como a los Berezdivin-Kress de Manolo y Deborah, una ejemplar pareja hebreo-cubana. Lógicamente, están inconsolables. Pero hay más pérdidas cubanas: mis amigos Tony Lozano y su mujer de toda la vida. A Tony no lo veía hace décadas. Lo recuerdo siempre amable y risueño. Me dicen que así fue. Parece que era un feliz matrimonio. Veo en el noticiero a uno de sus hijos. Dijo que sus padres solían debatir, preocupados, quién se “iría” primero. Generalmente, son las mujeres las que enviudan. Es absolutamente natural el temor a quedarse solo en este valle de lágrimas. Se fueron juntos, súbitamente, mientras dormían. Como en el verso de Miguel Hernández, murieron “como del rayo”. Ojalá no hayan sufrido.

Pero Joe Biden venía, también, a otros asuntos. Por ejemplo, a fortalecer el bipartidismo. A sus 78 años había confirmado mil veces que la razón no suele estar en sólo un lado de la mesa. Se reunió con Ron DeSantis, el gobernador republicano de Florida y trumpista ferviente, y con Daniella Levine Cava, alcaldesa demócrata de Miami-Dade, la urbe más poblada de Florida. Levine Cava ha tenido la cortesía de aprender español razonablemente bien, dado que el 69.4% de las personas que habitan en Miami-Dade son de esa procedencia. También el senador Rick Scott. 

A Biden le esperaba una misiva a propósito de Cuba, también bipartidista, dirigida al belga Charles Michel, Presidente de la Comisión Europea; al español Josep Borrell, una especie de Ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Europea; y al periodista italiano David Sassoli, Presidente del Parlamento Europeo. La carta la firman los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart, Alex X. Mooney y Carlos A. Giménez, y los demócratas Albio Sires y Debbie Wasserman Schultz, así como los dos senadores de la Florida: Marco Rubio y Rick Scott, ambos republicanos.

Pero, al margen de ser una carta bipartidista, lo que le resta peso al argumento de que el anticastrismo es una actitud solamente republicana, lo importante es su contenido. Viene a decir que nada ha cambiado en la Isla tras la muerte de Fidel y el retiro de Raúl. La dictadura continúa oprimiendo a los cubanos, aunque la novedad es que los enemigos son otros: nada menos que los jóvenes artistas y músicos del Movimiento San Isidro, y José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), una persona extraordinariamente valiente que fue encarcelada durante la Primavera Negra del 2003.

El cáncer cubano ha hecho metástasis por la geografía latinoamericana. Está presente en Venezuela y en Nicaragua (y muy pronto asomará su cabeza totalitaria en Perú, decimos nosotros). Mientras el gobierno cubano practica el más hondo y repulsivo racismo –de acuerdo con la carta de marras–, simultáneamente la Unión Europea le entrega a España la orientación de su política hacia la Isla, en lugar de contar con el consejo de Lituania, el pequeño país báltico que primero se liberó del yugo soviético. 

A mí me parece bien que se tome en serio la postura de Lituania con relación a Cuba, pero, en realidad, esa parte de la denuncia no es exacta. No tiene en cuenta cómo el gobierno de José María Aznar propuso y logró que se aprobara, en diciembre de 1996, una “posición común” hacia Cuba de la Unión Europea (redactada por Miguel Ángel Cortés) que duró hasta el 2016. En ese momento, la italiana Federica Mogherini, comunista en su juventud hasta que el Partido, taladrado por la corrupción, se convirtió en otra cosa, consiguió desmantelar la posición de la Unión Europea con el peregrino argumento de que “no había logrado sus objetivos”, olvidando la defensa de las libertades y el respeto a los derechos humanos, tan caros en la historia de Europa. 

Realmente, no es España la culpable de este desatino. Fue el gobierno de Pedro Sánchez, aconsejado por el leninista Pablo Iglesias, el culpable de la vergonzosa actitud de la diplomacia española, encarnada en Josep Borrell Fontelles, un socialista hispano-catalán, españolista, de la época dorada de Felipe González. En todo caso, no son únicamente los españoles los llamados a exigir que el gobierno de Cuba rectifique. Todos esperan, dentro y fuera de la Isla, a que un Gorbachov se atreva a cambiar el miserable destino del país. Lo aplaudirían hasta el delirio.


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Eliseo Diego, una poética atemporal

Cuando leemos la poesía de Eliseo Diego y la comparamos con la de José Lezama Lima, podemos corroborar que la cosmovisión poética del Grupo Orígenes no interfería con el estilo escritural de sus miembros. Lezama no fue ese Papa negro al estilo de un Breton con los poetas surrealistas, tal como lo padecieron Paul Eluard y Louis Aragon al abandonar las filas del Movimiento Surrealista. Es decir, en Orígenes no se ejerció esa tiranía estética, pues era más importante el contenido que la forma, su cosmovisión, sobre todo de lo insular, por encima del lenguaje hermético o el sencillo.

Por eso sí podía resultar incómodo un poema como La isla en peso, de Virgilio Piñera, que desnudaba a Cuba despojándola de los oropeles idílicos de Orígenes.

Cuando leemos hoy la poesía de Eliseo Diego, podemos refrendar que es una poética atemporal, sin pretensiones vanguardistas en tiempos de apogeo vanguardista ni mucho menos experimental (vicio de estos tiempos de altaneras retaguardias, en el que el dadaísmo puede resultar tan trasnochado como el romanticismo). La de Eliseo Diego es solo una poética que puede leerse y disfrutarse en cualquier tiempo, libre del ya manido, y nada innovador, lenguaje experimental, pues solamente le asistió la posesión de una voz, la propia.


Carolina Barrero narra nuevo secuestro en Cuba

La historiadora del arte y activista del movimiento 27N, Carolina Barrero, fue secuestrada este jueves en Cuba en una nueva operación express de la policía política, la cual ha intensificado considerablemente la represión y el acoso contra la sociedad civil cubana durante lo que va de este año 2021.

A continuación, escrita por la propia secuestrada, una nota que describe los hechos.

La narración:

Todo sucedió muy rápido. Abrí la puerta, no salí, solo alcancé a extender la mano para recibir un encargo de mi padre, y un hombre enorme, que se escondía tras la puerta, me levantó en peso y me sacó a la fuerza. Me resistí, me moví en el aire todo cuanto pude y atiné a gritar el nombre de Yamilka. Ella tenía que saber que me llevaban y que subirían por ella.

Fue una operación de extracción, un secuestro meticulosamente planificado, cargado de la violencia que confiere a los opresores el sentido de la impunidad. Sin mascarilla, medio descalza y con un golpe en la cabeza, me metieron en un carro particular. En Infanta y Manglar la teniente coronel Kenia María Morales Larrea me acusó por el delito de Instigación a delinquir, artículo 202.1 del código penal, por una publicación en mi cuenta de Facebook del domingo 27 de junio.

Ese día, cinco miembros del 27N llegamos a Villa Marista a preguntar por el artista Hamlet Lavastida, recluido e investigado en ese centro de detención por el supuesto delito de Instigación a delinquir. Llevábamos también una cinta negra en el brazo por la liberación los presos políticos. Una iniciativa del 27N para exigir el cese de la represión sobre quienes disienten del la discurso oficial.

Pedir la liberación de los presos políticos no es un delito, no hay ningún artículo del código penal que lo prohíba, por lo que, extender a quienes sienten suyo este reclamo a manifestarlo pública y pacíficamente, tampoco podría ser delito.

La razón por la que ayer nos sacaron de casa, no obstante, era otra. Sobre una sábana escribimos con rojo de labios estos versos de Martí, la última estrofa del último poema de los Versos Sencillos. La dejó estampada en mi pecho la plenitud de otro pecho fiero y entero:

Verso, nos hablan de un Dios
a donde van los difuntos:
Verso, o nos condenan juntos
o nos salvamos los dos.

¡Libertad para los presos políticos!
¡Libertad para Hamlet Lavastida y Maykel Castillo!
¡Libertad para los manifestantes de Obispo!


Detención de Ignacio Giménez en La Habana genera cacerolazo

La detención del supuesto abogado Ignacio Giménez este miércoles en La Habana, cuando se intentaba imponerle una multa por exceso de velocidad, conmocionó las redes subterráneas, o clandestinas, del pintoresco influencer, generando un conato de protesta frente al malecón capitalino.

Según reportó a Arroz con Mango Juanito el Correspondiente, corresponsal en Cuba de esta revista humorística, Giménez conducía un viejo automóvil norteamericano de los años cincuenta cuando chocó contra un poste de la calle 23, en El Vedado, y se dio a la fuga subiéndose a la acera a un costado del edificio del ICRT.

Posteriormente, Ignacio Giménez abrió una de las puertas del vehículo y escapó a trote sostenido. Mas no pudo llegar muy lejos, según Juanito, «por encontrarse fuera de forma, con más barriga de la debida teniendo en cuenta su ya considerable edad».

Tras ser interrogado por la policía, efectivos de la Seguridad del Estado llegaron al lugar y condujeron a Ignacio, «amistosamente» según Juanito, a un auto de apariencia civil en el que este potencial liberador de Cuba desapareció acompañado de otros hombres.

Aproximadamente una hora más tarde, siempre según Juanito, varias personas se congregaron en 23 y Malecón para rendir homenaje al detenido. En un intento por hacer sonar la cazuela que blandía desesperadamente una fan de Ignacio, la tercera persona congregada le pegó con una espumadera, momento clímax tras el cual los tres manifestantes fueron “disgregados”.

Esta es una noticia en evolución. El hecho de que la serie «Apocalypto» fuera cancelada por el propio Ignacio Giménez para los primeros días de julio de este año, sugiere que las aventuras del libertador de Cuba, ya en Cuba -en el mismo centro de la Sociedad del Disparate-, apenas han comenzado.


La otra campaña de inmunización

Diíaz Canel condecora a Antón Arrufat

No deja de sorprenderme la diferencia entre aquello que notamos los que estamos acá, y lo que escapa a la atención de la mayoría de nosotros. Esto se debe a nuestra desinformación voluntaria: nos negamos a leer el Granma, Juventud Rebelde, etc. Digo leer, de cabo a rabo, para intentar por lo menos anticipar lo que el Estado ya está cocinando. Cuando secuestraron a Luis Manuel Otero Alcántara sí que lo revisábamos todo diariamente. Ahora estamos al tanto, o eso parece, de la detención arbitraria de Hamlet Labastida –que, por cierto, también deberíamos considerar secuestro.

A partir principalmente del MSI y el M27, el aparato represivo le ha estado concediendo una atención “inusual” a los artistas e intelectuales de la isla. Inusual en el sentido de hacer a la población consciente de esa atención; de mantenerla “informada” constantemente. Sugiero que esa campaña “informativa” que se caracteriza por ser incesante tiene una meta concreta: inmunizar a la población –preparándola para que acepte, y de paso advirtiéndole de los riesgos que entrañaría la más simple forma de resistencia– en caso de producirse, como es posible que así sea, una ola represiva de proporciones no vistas.

La campaña de inmunización se ha estado llevando a cabo a través del programa de Humberto López, de ataques personales en la prensa en la se han estado levantando acusaciones que supuestamente justificarían la aplicación del Código Penal. El propio presidente Miguel Díaz-Canel se ha puesto al frente de esos paredones que, insisto, están apenas pavimentando el camino. Lo que vemos, entonces, cada día, es el constante ataque en los medios a artistas, activistas e intelectuales que, insisto, no tiene precedentes. Pensemos, por ejemplo, en cuántos cubanos realmente oyeron hablar o se enteraron –en el momento de los hechos, e incluso después– del arresto de Heberto Padilla y su confesión. O de la censura de P.M., y de las “Palabras a los intelectuales”. De estos hechos, que tuvieron repercusión internacional, apenas se enteraron los cubanos.

Pero las cosas han cambiado, y no sólo, claro, por el surgimiento de las redes sociales, sino sobre todo hoy por la creciente miseria, el visible fracaso del sistema, y el descontento –también en aumento– de la población. De esto último el Estado está perfectamente enterado –ya sabemos cómo– y es lo que más le preocupa, porque está en juego el mantenimiento del poder. Por eso tiene muy claro la influencia que sin dudas puede tener el desafío de artistas e intelectuales. Lo dije y lo vuelvo a decir: no se reponen del golpe de “Patria y Vida”.

Habrán notado que al mismo tiempo que atacan y deslegitiman a unos artistas y escritores, han comenzado a usar a otros para que se sumen a esas agresiones, y abonarle el camino al Ministerio del Interior. Tras la primera petición a LASA para que exigiera el respeto a la libertad de expresión y a los derechos humanos en Cuba, y la declaración conjunta de Harvard, el Estado le dio el megáfono, primero, a Victor Fowler. La vileza del texto que escribió no solo fue divulgada en los medios que usa el Estado mayormente para su propaganda externa –como Cubadebate– y otros más especializados como Casa de las Américas –sino también por Granma, que lo publicó en dos partes, para la población. No hay que decir que los cubanos que leyeron eso, no leyeron ni la declaración de Harvard, ni el contenido de la carta. Pero lo importante era que Fowler ganaba más visibilidad como modelo del intelectual revolucionario, y se perfilaba como lo opuesto de aquellos otros que eran presentados como enemigos. Fowler no era Otero Alcántara, ni Tania Bruguera. Fowler no es Hamlet Lavastida.

 ¿Y qué acaba de ocurrir?

Hace dos días, el 28 de junio, Díaz-Canel pronunció un discurso en la Biblioteca Nacional “por el aniversario 60 de Palabras a los intelectuales.” Que alguien me refresque la memoria si me equivoco, pero que yo recuerde nunca hubo ninguna celebración semejante, ni por el 10 aniversario, ni por el 15, el 20 ni el 30. Es más, ¿a qué viene eso? Un hecho del que, como dije antes, casi nadie del pueblo sabe nada. ¿O me equivoco?

 Claro que me equivoco, y a esto iba. ¿Ustedes han notado cuánto hace ya que, a la par de “Soberana es Cuba,” los medios vienen bombardeando con artículos, largos y breves, sobre esas “Palabras”? Claro, al igual que con la declaración de Harvard, todo eso se ofrece descontextualizado, manipulado, a un público esencialmente desinformado. Pero para el Estado lo que cuenta es que la gente escuche hablar de esas “Palabras,” y básicamente recuerde que –desde tiempos inmemoriales– los artistas e intelectuales revolucionarios, y por extensión los cubanos– “acordaron” que “dentro de la revolución todo…” Si revisan Granma y Juventud Rebelde desde mayormente el 23 de junio –pero incluso desde antes– verán el camino al acto del 28 que, para que fuera más amenazador, para “actualizarlo,” se realizó en la Biblioteca Nacional. Y allí, en esta ocasión, no hubo un Virgilio Piñera que levantara la mano para decir que tenía miedo. Por el contrario, allí hubo cómplices y culpables del terror que se vive hoy. Esos a los que Díaz-Canel les prendió la chapita, le dieron su espaldarazo al secuestro de Otero Alcántara, al de Hamlet Labastida y a los ataques contra Tania Bruguera. Antón Arrufat, que sabe muy bien cuál fue el costo de esa política “cultural,” y que fue su víctima, recibió allí mismo donde había levantado Piñera la voz, la orden Félix Varela. En cuanto a los que juntó la carroza de la medalla Alejo Carpentier, ¿para qué hablar?

 Les habría sido tan fácil fingir a última hora un dolorcito de estómago, o de cabeza. Sabían –¡cómo no iban a saberlo!– la significación represiva de ese acto, y que contribuían así a aceitar la máquina represiva. Ni siquiera necesitaban ya esos premios.

No quiero concluir sin advertir que las inequívocas señales amenazadoras del Estado son también, por “inusuales” en lo que tienen de masivas y evidentes, señales de miedo y de debilidad. Son la prueba más palpable de que ya no tienen la iniciativa, y de que están jugando a la defensiva. Por eso, cada vez más arrinconado e incapaz de esconder su propia ruina, es ahora más peligroso. En estas circunstancias el silencio es tal vez comprensible, pero la complicidad es francamente repulsiva.

Cuba en apagón

Candil del mundo, oscuridad de la casa.

He aquí el país que envió aviones y barcos durante años de «bloqueo» para conquistar a los africanos con su modelo de «libertad».

El país que inundó de guerrilleros a Nuestra América. Se infiltró en las selvas de Bolivia y vio morir a su Che y lo «resucitó» para repartirlo por los Andes del orbe…

Tengo plena seguridad de que vivo en el país más triste del mundo, el que más pena da, el único capaz de perdurar en la mentira por infinitas décadas. El único capaz de matar a su Apóstol desde la pluma de sus propios intelectuales.

Que Dios ampare a Cuba.

Doy gracias a los buenos espíritus, que en medio del terror trajeron luz celeste a mis días. Doy gracias y oro con fe profunda porque Cuba despierte.

Los cubanos tenemos derecho a la luz de la Verdad.

Que se haga esa Luz. ¡Que llegue pronto!

PD. Escribo desde un barrio apagado de Holguín. Es demasiado largo el apagón.


Réquiem por una educación cubana verdaderamente cívica

Nunca hice nada por casualidad, ni ninguno de mis inventos llegaron por accidente; llegaron por el trabajo.

                                                                 Thomas A. Edison

El debate sobre la educación en la Cuba posterior a 1959 es, sin lugar a dudas, el menos transitado. Tema puntual, pero que muy poco se ahonda desde los escenarios donde se discuten las premisas hacia una transición democrática en la isla. 

No obstante, para no pocos cubanos ha resultado erróneo haber cedido toda la responsabilidad de la formación del llamado “hombre nuevo” ‒que no fue otra cosa que la instauración del pensamiento unidireccional en la educación y la percepción maniquea del mundo‒ a la revolución castrista que, a porrazos, blanqueó toda la historia cubana anterior a su arribo al poder.

Es por ello que la publicación de un volumen como Instituto Edison: Escuela de vida. Visión, obra y legado de la Dra. Ana María Rodríguez de Gutiérrez, de Armando Añel, puede considerarse como imprescindible y sumamente necesario si queremos abordar, a cabalidad, cualquier discusión en torno al devenir de Cuba libre de las ataduras y mordazas del castrismo.

La educación y la formación de valores morales y cívicos que instauró el Instituto Edison ‒fundado en 1931‒ es considerado un paradigma en la historiografía cubana, pero silenciado veintiocho años más tarde por un sistema educacional que basaría sus fundamentaciones educacionales en el marxismo-leninismo y los principios pedagógicos de Antón Makarenko.    

En Escuela de vida se nos devuelve, a través de irrefutables testimonios, la impronta que nos legó esta institución sobre el sentido práctico de los planes de estudio en la escuela. Pero desde un concepto de escuela que, para la propia Dra. Ana María Rodríguez, debía romper con cánones anquilosados:    

“[…] La escuela moderna tiene que crear para el niño un ambiente de estímulo, de solidaridad, de vida activa, de afectuosa protección, de amor al trabajo, creando hábitos de verdadera honradez, cultivando su mente, haciendo sano y ágil su cuerpo, sana y limpia su alma. Que amen el arte en todas sus manifestaciones a la vez que ejerciten sus músculos y se hagan fuertes y disciplinados. Todo ello en provecho del niño, de la familia y de la patria. La verdadera escuela educa e instruye no con el falso concepto que de la instrucción y educación tiene la escuela antigua, sino que instruye y educa en la más amplia y moderna acepción que estos vocablos tienen […]”.

En este sentido Escuela de vida señala, a través de las interrogaciones de Natalia Goenaga ‒exalumna de esta institución‒, los resortes que develan por qué el sistema de educación de este colegio fue singularmente avanzado:

“[…] ¿Por qué, tras 1959, el cubano exiliado se adaptó tan rápido al sistema de vida en los Estados Unidos? ¿Por qué se sintió como en casa? Pues porque de cierta manera dábamos continuidad a un patrón de conducta al que habíamos accedido por medio de la educación recibida en Cuba; educación influida, entre otros factores, por una metodología de la enseñanza norteamericana […]”.

E inmediatamente el autor contextualiza en cuáles circunstancias históricas se adecuaron las prerrogativas que ubicaron al Instituto Edison como academia rectora en la educación y formación de una sociedad civil francamente renovadora:

“[…] Son los tiempos en que en Norteamérica gana adeptos el método de educación experimental impulsado por el filósofo y pedagogo John Dewey, cuya influencia sobre el Instituto Edison, así como sobre la enseñanza cubana en general, resultará apreciable. Dicho método partía de un concepto pedagógico que estimulaba la iniciativa, el espíritu de empresa y las habilidades innatas del estudiante en detrimento del aprendizaje rígido y la adquisición reglamentada del conocimiento, porque Dewey estaba convencido de que el sistema educativo vigente a finales del siglo XIX en los Estados Unidos no preparaba adecuadamente al futuro ciudadano para vivir en democracia […]”.

Escuela de vida, donde confluyen además el ensayo histórico, la investigación y la crónica, es un documento categóricamente vigente que emplaza los actuales dogmas educativos en Cuba anclados, como ya hemos señalado, a un sistema educativo y de formación de valores y principios cívicos que no se permite a sí mismo la revisitación, y que contiene más adoctrinamiento que metodologías diversas para la formación del pensamiento. 

Desde los conservatorios ‒que tenían validez académica y que sumaba un Conjunto de Mandolinas, uno de Guitarras, un Cuerpo de Ballet, un Conjunto Coral y otro de Declamación‒ y un museo de Historia Natural; hasta canchas deportivas, estaciones de radio y clases nocturnas de Comercio, conformaban el universo del Instituto Edison, constituyéndose en una institución previsora donde sus estudiantes encauzaban sus verdaderas vocaciones. Con una narrativa evocadora, exquisitamente literaria y de rigurosidad histórica, Escuela de vida nos traslada a una que es difícil no extrañar:

“[…] En enero de 1934 la Escuela de Comercio abre sus puertas, y en su momento cimero contó con una Oficina de Control con práctica de archivos, máquinas de calcular, mimeógrafos, dibujos, trabajos de librería, manejo de aparatos de calcular […]. La asignatura Journalism tenía como método práctico, por ejemplo, la redacción y publicación de la revista Commercial Herald en español e inglés, a cargo del Dr. Charles Yribarren. El Banco Escolar de Ahorros ofrecía a estudiantes, profesores y empleados los servicios de una organización bancaria moderna, que funcionaba con equipos de alumnos de tercer y cuarto año que se desempeñaban como tenedores de libros, cajeros, auditores, etcétera, efectuando transacciones reales con dinero real entre las manos. En la clase de Shorthand el estudiantado aprendía a tomar dictados en inglés, en Bookkeeping a llevar libros de contabilidad en ese idioma y en el English Laboratory perfeccionaba su pronunciación acostumbrando el oído a través de un arsenal auxiliar que incluía discos, aparatos individuales, grabaciones de la pronunciación propia y otros recursos […]”.

El repaso que hace Escuela de vida sobre la formación de los alumnos en la libertad de prensa que propició el Instituto Edison es sumamente puntual. Revela la integralidad de una institución educativa que supo avizorar cuáles son los presupuestos para formar individuos, pero desde la plenitud de los derechos y libertades individuales: componentes irremplazables para consumar una sociedad civil realmente empoderada en todos los estamentos de la vida cívica.

“[…] Transmitido por C.O.C.X. onda corta y C.M.X. onda larga, ambas de la Casa Lavín, en cadena con la C.M.C.Q. de García Serra en la Víbora y la C.M.G.H. desde la provincia de Matanzas, el programa Hora de Radio del Instituto Edison era transmitido los domingos, en horario extraescolar […]. La Hora de Radio del Instituto Edison consiguió colocar en el mapa nacional e internacional al colegio de los hermanos Rodríguez, inaugurando una modalidad educativa que, por su importancia en la formación del carácter y en el desarrollo de las habilidades creativas del estudiante –en música, locución, declamación, etcétera–, estableció precedentes en el ámbito de la enseñanza cubana. En 1935 el Instituto Edison da un paso decisivo en la consolidación del programa radial, al construir dentro de la escuela sus propios estudios. Desde ellos, por control remoto a RHC Cadena Azul y C.M.C.Q., la Hora de Radio del Instituto Edison se mantuvo en el aire hasta finales de 1960 […]”.

Como bien señala el autor de Escuela de vida, la implementación y difusión de la actividad deportiva fue también una premisa, más allá de una asignatura complementaria, para los fundadores del Instituto Edison. La trascendencia de estimular la práctica deportiva para este colegio se explica en las propias palabras de Luciano Rodríguez Gutiérrez, responsable de Educación Física y Deportes en el Instituto Edison:

“[…] Conviene aclarar que, desde su fundación, el Instituto Edison se trazó una línea de conducta en materia deportiva que ha seguido en todas sus partes. El deporte lo practicamos como principio, no como finalidad. Hacemos deporte por los beneficios que reporta al organismo escolar, aprovechando, naturalmente, el estímulo que la competencia despierta en los niños. Con esta divisa nos lanzamos a la palestra deportiva. Es necesario advertir que el Instituto Edison cultiva los deportes mirando siempre a los beneficios que el alumno recibe con su práctica, sin importarle, las más de las veces, la calidad de los teams que logra reunir o preparar […]”.

Más allá de una mera tesis, los logros que el Instituto Edison logró en materia deportiva estuvieron a la misma altura de aquellos otros que habría de alcanzar en disciplinas como las ciencias, el comercio, las lenguas extranjeras y el periodismo:

“[…] El Instituto Edison se inicia en el deporte oficial en diciembre de 1934, participando exitosamente en el Campeonato Femenino de Baloncesto de menores de quince años. En esa oportunidad la institución logra su primera victoria contra el equipo del Colegio la Estrella, entonces invicto en la categoría. Desde ese momento, y hasta 1960, el plantel participa en prácticamente todas las competencias organizadas por los distintos organismos intercolegiales que existían en la mayor de las Antillas, como la Asociación Atlética Femenina, la Federación Atlética Intercolegial, la Liga Intercolegial de Cuba, la Asociación Cubana de Voleibol, la Federación de Kickingball y la Liga Intercolegial Cubano-Americana […]”.

Absolutamente nada escapa a la rigurosidad con la cual Armando Añel rescata este capítulo de la historia de Cuba ‒el Instituto Edison‒, y que tiene que ser redimido si acaso se entiende que solo volcados en la memoria y la responsabilidad histórica se llega a ser enteramente libres.

Y es que Escuela de vida no es simplemente una indagación al pasado, ni una reseña o guiño sobre un período educacional de la república. Es la devolución de un empeño que se convirtió por sí mismo en un referente mundial que marcaría un antes y un después en la consolidación de un sistema académico que nunca debió ser truncado tras la llegada de la llamada Revolución.

Exhaustivamente visionario, el Instituto Edison adentró también a sus estudiantes en los conocimientos básicos del funcionamiento bancario:

“[…] La apertura del Banco Escolar del Instituto Edison, en 1952, constituiría un hito en la trayectoria de la Escuela de Comercio del colegio, y aun de la institución en su conjunto. La idea de abrir el departamento correspondió al profesor de Contabilidad Pedro Fernández Roig, quien contó con la entusiasta colaboración del Dr. Charles Yribarren, a la postre encargado de impartir, en el propio local, las clases de práctica bancaria. En el Banco Escolar los empleados, alumnos y profesores del centro podían depositar sus ahorros recibiendo los mismos beneficios que en cualquiera otra institución financiera. El Banco Escolar no operaba con dinero simulado, así que los alumnos de tercer y cuarto año de la Escuela de Comercio que realizaban sus prácticas en él podían desarrollar sus operaciones y transacciones al calor de una mecánica bancaria rigurosa, en el marco de un departamento que funcionaba en tiempo real con dinero real. Se trabajaba con hojas de depósitos, cheques y libretas oficiales con anotaciones verdaderas, en las que aparecían las iniciales de los empleados a cargo de cada operación. En la primera libreta de ahorros expedida por el Banco Escolar, para uso de los alumnos y el plantel en general, podía leerse que al abrir una cuenta en dicho establecimiento debía manifestarse el nombre, dirección y ocupación del depositante. Que los depósitos debían ser entregados al cajero, único oficial autorizado para recibirlos. Que, por añadidura, todos los depósitos debían ser entrados en la libreta por el tenedor de libros. Se leía, además, que los intereses serían calculados al tipo y condiciones que el banco estableciera de tiempo en tiempo. Que el depositante podía inquirir en cualquier momento el tipo corriente de interés. Y que no se abonarían intereses sobre depósitos que hubieran permanecido en el establecimiento por menos de un mes. El Banco Escolar del Instituto Edison, que llegó a contar con más de treinta mil pesos en fondos disponibles, concedía préstamos de hasta cincuenta pesos mensuales a maestros y trabajadores. Las operaciones bancarias de los alumnos-empleados se efectuaban en inglés, lo cual constituía un beneficio extra para la matrícula de Comercio […]”.

Si partimos del postulado que conlleva a la pregunta de la antropóloga cubana Hilda Landrove Torres ‒“qué tipo de imagen podría ayudarnos a abandonar la idea de una nación hecha y, con ella, también la idea de una nación rota, porque rota significaría que antes estuvo entera y ello solo nos llevaría a construir un puente hacia la nostalgia del pasado”‒ tendríamos que, por antonomasia, revisitar las cardinalidades del Instituto Edison como punto de partida para la reconstrucción de esa nación.    

Para imaginar, o crear la imagen, de una nación por construir, habría entonces que leer y releer este volumen que, gracias a Armando Añel, nos recuerda cómo el Instituto Edison replanteó, durante toda su existencia, el camino hacia una educación cultivadora y cosechadora de libertades, de empoderamientos, de civismo, de democracia.

Confrontar Instituto Edison: escuela de vida. Visión, obra y legado de la Dra. Ana María Rodríguez de Gutiérrez deja esa sensación maravillosa que implica el redescubrimiento de uno mismo en medio de la nada. De cualquier manera, una reseña ‒esta‒ no alcanza para todas las preguntas ni para las respuestas:

“[…] Desde su concepción práctica de la enseñanza, la Dra. Ana María Rodríguez de Gutiérrez asegura que sus aulas no son otra cosa que talleres donde se trabaja: “El empeño, tanto colectivo como individual, de nuestros profesores va más allá del cumplimiento de un programa. En el Instituto Edison los alumnos saben dirigir su propio aprendizaje, consultar, investigar, realizar tareas de tipo creativo, hacer y producir por sí mismos”. La directora de la escuela hace suyo el postulado de Enrique José Varona, planteado en Las reformas de la enseñanza superior: “He pensado que nuestros profesores debían serlo en el sentido moderno: hombres dedicados a enseñar cómo se aprende, cómo se consulta, cómo se investiga, hombres que provoquen y ayuden el trabajo del estudiante, no hombres que den recetas y fórmulas al que quiere aprender en el menor tiempo posible la menor cantidad de ciencia, con tal que sea la más aparatosa. Hoy un colegio, un instituto, una universidad, deben ser talleres donde se trabaje, no teatros donde se declame […]”.


Entre la espada y la pared: El Covid avanza y la represión arrecia en Cuba

«La Isla amaneció este lunes con 39 870 pacientes ingresados para vigilancia clínica epidemiológica, de ellos 8 900 sospechosos, 17 757 en vigilancia y 13 213 confirmados», informó este lunes Cubanet. Así, «Cuba marca récord de casos activos por decimoquinto día consecutivo».

«Durante el fin de semana Cuba rompió su récord de contagios en un día, mientras crecen las denuncias del colapso de varios hospitales por el alto número de casos, la falta de camas y medicamentos». Martí Noticias

«¿No existe una estrecha relación entre el desbordamiento de la Covid en Matanzas, con más de 600 casos hoy, y los vuelos turísticos desde Rusia a Varadero?». Pedro Armando Junco

Entretanto, la represión contra artistas y activistas independientes también avanza en el país, contribuyendo a la cerrazón y el asfixiante estado de sitio. El fin de semana fue detenido el artista Hamlet Lavastida a su regreso de Alemania.

«El 26 de junio de 2021, el reconocido artista visual y activista político Hamlet Lavastida fue arrestado por las autoridades de seguridad cubana. Actualmente es preso político en la prisión Villa Marista en La Habana. Hasta hace poco, era titular de una beca del programa internacional de estudio de Künstlerhaus Bethanien y nuestro estimado invitado en Berlín». Künstlerhaus Bethanien

Fue un fin de semana muy activo para los represores cubanos, quienes también detuvieron a los artivistas Tania Bruguera, Katherine Bisquet y Camila Lobón, y al periodista independiente Héctor Valdés Cocho, sometido a tratos «crueles, inhumanos y degradantes».

«¿Qué institución en este país vela porque este tipo de actos realizados a personas que disienten sean penalizados? Esa pregunta me la hacía una y otra vez en aquel espantoso lugar (el calabozo). Lloré, lloré y mucho, creo que aún lloro por dentro. Siento asco no de mí, sino de ellos». Héctor Valdés Cocho


‘Cuentos fríos’ a fuego lento

Como en las inmersiones de fondo, aquí María Matienzo respira hondo inmediatamente antes de atravesar las profundidades de una obra que, como la de Virgilio Piñera, más que presentación amerita recreación. Particularmente, en Desmembrar el cuerpo… (Puente a la Vista, 2021) cocinamos a fuego lento Cuentos fríos, la obra quizá más conocida de uno de los escritores cubanos más relevantes del siglo XX.

“Nos devoramos a nosotros mismos, nos despedazamos entre nosotros mismos, padecemos una amargura disfrazada de felicidad, de risa sincera, que debe ser consecuencia del salitre que nos penetra hasta el tuétano, de ese mar por todas partes del que tomamos más conciencia en cuanto intentamos salir corriendo y la tierra se nos acaba”, afirma sugerentemente la autora en este libro evocador y al mismo tiempo quirúrgico, tajante investigación del espíritu de la letra, del alma de la idea, de la esencia del sujeto invocado entre los claroscuros del instante creativo.

La creación, a la enésima potencia, recorre Desmembrar el cuerpo… de la mano de la autora y su «objeto de recreo», si me permiten parafrasear el lugar común. Un devorar y ser devorado que genera, para ganancia del público lector, condimentación existencial y conocimiento poético. Un parto de dos para disfrute de todos.

María Matienzo nació en La Habana en 1979. Es editora, escritora y periodista. Ha colaborado en portales digitales como Havana Times, Cubanet y Diario de Cuba, y ha sido antologada en varias publicaciones nacionales e internacionales. Apocalipsis La Habana (Guantanamera) y Elizabeth aún juega a las muñecas (Hurón Azul) son dos de sus libros publicados. Editó la revista alternativa Voces y es miembro del Club de Escritores Independientes de Cuba. En el año 2020 fue seleccionada por la Fundación Internacional para las Mujeres en los Medios (IWMF, por sus siglas en inglés) como parte de la campaña que rinde homenaje a las mujeres periodistas más valientes en todo el mundo.


De la guanábana de Gerardo Hernández al abatanica de Guillermo García

En la imagen que encabeza esta entrada puede apreciarse al Lithoredo Abatanica, una nueva especie de molusco descubierta en Filipinas que come rocas y defeca arena.

Según diversas fuentes, el general Guillermo García Frías ha pedido muestras del animalito para iniciar su “cultivo” en Cuba. Y es que el Lithoredo Abatanica mataría varios pájaros de un tiro: Mataría el hambre de la población sustituyendo a la claria, la jutía y el avestruz; no habría que producir o invertir para alimentarlo pues rocas es lo que se sobra en Cuba e, incluso, podría revitalizar algunas playas de Varadero en medio de su proceso digestivo, ya que caga arena.

Negocio redondo para el homo castricus, que con el tiempo hasta podría mimetizar al Abatinica, seguir su glorioso ejemplo y comer piedras. Todo es posible en la Cuba de Gerardo Hernández, donde este exespía del grupo de Los Cinco reparte regaderas de aluminio para hacer de cada casa un jardín, de cada jardín un huerto, de cada huerto un organopónico y de cada organopónico un supermercado con verduras para todos, frutas para todos, semillas para todos y hasta guanábanas para todos por la libre y por la libreta.


Reflexiones que entristecen: En torno a la violación grupal en Cuba

Entristece, de veras, que una treintena de personas denigre y difame a una niña de 13 años de edad, quien fue víctima de una violación grupal en Cuba.

Si una turba de adultos [los familiares de los seis violadores] no aceptan la aberración que estos individuos cometieron a sabiendas, entonces habría que detenerse en varias interrogantes:

¿Qué sociedad es aquella donde una niña, que apenas una semana antes de ser agredida sexualmente había cumplido 13 años, es calificada con los peores epítetos como si fuese ella la responsable de semejante iniquidad?

¿Para cuál futuro los opositores, activistas pro Derechos Humanos, periodistas y artistas independientes, arriesgan diariamente la libertad y la vida?

¿Hasta cuáles desviaciones morales se ha llegado, donde una madre [Cleida García] y su hija son llamadas prostitutas por la simple razón de denunciar que también en Cuba están ocurriendo violaciones grupales contra menores de edad [en este caso]?

Llena de mucha rabia contemplar cómo las autoridades de justicia y policiales prefieren ocultar la ocurrencia de este tipo de hechos acallando, hostigando y reprimiendo las voces que denuncian la involuntad política contra la creciente ocurrencia de abusos sexuales a menores, feminicidios y actos de violencia de género.

Todo ser humano tiene el derecho de defender a sus familiares; pero existen delitos y actitudes que no pueden ser defendidas ni justificadas bajo ningún concepto.

La pedofilia y la pederastía difícilmente pueden ser aceptadas en comunión social. No tienen espacio en sociedad alguna.

Sin embargo, cuando fui interrogado por la policía política [por asumir la cobertura del juicio contra los seis violadores], me cuestionaron el hecho de defender los derechos de una niña [a ser niña] y los derechos de una madre [a ser madre].

Ese interrogatorio me recordó al policía de Santiago de Cuba cuando le preguntó al violador de una niña «por qué elegiste a la más chiquita de las hermanas y no a la más grandecita».

Tanto los familiares difamadores y calumniadores, como la policía política, están más dispuestos a la tolerancia de los abusos sexuales a menores, y a la represión contra quienes nos oponemos y denunciamos.

Es el legado de la continuidad de esta exRevolución.


Florida: DeSantis firma Proyecto de Ley para educar sobre los horrores del comunismo

El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, firmó este martes un proyecto de ley según el cual los estudiantes de secundaria del Estado recibirán información sobre los horrores de las ideologías comunistas.

De esta manera, la educación cívica se ampliará en Florida, incluida la instrucción sobre gobiernos totalitarios. El gobernador aseguró que se debe enseñar a los estudiantes que los regímenes comunistas son perversos.

“Los estudiantes de Florida aprenderán sobre los patriotas exiliados en Estados Unidos tras huir de regímenes comunistas”, apuntó un tweet de DeSantis. “Nuestros estudiantes recibirán un plan de estudios integrado de educación cívica que compara nuestros derechos y libertades con lugares donde no existen, como China y Corea del Norte”.

“Educar a la gente sobre los crímenes del comunismo constituye la piedra angular de la misión de Victims of Communism Memorial Foundation (VOC)”, dijo durante el evento el embajador Andrew Bremberg, presidente y director ejecutivo de la fundación. “Esta educación es especialmente crucial para los jóvenes estadounidenses durante sus años de formación, por lo que aplaudimos que Florida garantice que sus estudiantes la reciban. La encuesta más reciente de VOC sobre la actitud de Estados Unidos hacia el socialismo, el comunismo y el colectivismo demuestra aún más la necesidad de educar a los estudiantes sobre el tema, ya que solo el 63% de la Generación Z y los Millennials cree que la Declaración de Independencia garantiza la libertad y la igualdad mejor que el Manifiesto Comunista, y un 40% de los estadounidenses tiene una visión favorable del socialismo actualmente”.

DeSantis firmó tres proyectos de ley en una escuela secundaria del condado de Lee, en la Florida. Dos de los proyectos tratan de la educación cívica y el otro garantiza la libertad de expresión en las universidades estatales.

“Tenemos a muchas personas en Florida, particularmente en el sur de Florida, que han escapado de regímenes totalitarios, que han escapado de dictaduras comunistas para poder venir a Estados Unidos”, expresó DeSantis durante el acto. “Queremos que todos los estudiantes comprendan la diferencia, ¿por qué alguien huiría a través de aguas infestadas de tiburones, digamos saliendo de Cuba, para venir al sur de Florida?”.


Los animales políticos de Reinaldo Arenas

Se cuenta que Pitágoras rechazaba comer carne porque veía en los animales posibles reencarnaciones de sus amigos muertos. Es un escrúpulo encomiable siempre que uno esté convencido de que en verdad los amigos suelen reencarnar transformados en puercos o pollos. Plutarco, en cambio, no comía carne porque le resultaba asquerosa la perspectiva de alimentarse con cadáveres igual que las aves carroñeras. Son apenas dos ejemplos (entre un montón) que sirven para ilustrar cuán antiguo resulta este dilema humano que tal vez podríamos resumir con la paráfrasis “comer o no comer… carne: he ahí la cuestión”, un dilema que además confirma en estos casos las enormes diferencias que han mediado desde siempre entre quienes optan por el vegetarianismo.

El emperador Ashoka, fundador de la India, abogó entre su gente por el respeto a la vida animal, aunque no antes de haber ocasionado la muerte de 100.000 personas, y la deportación sin retorno de otras 150.000, durante la conquista de Kalinga. Por su lado, Tenmu, antiguo emperador de Japón, parece haber sido un resuelto defensor de los animales. Prohibió el consumo de su carne, lo cual dio lugar a que los japoneses estuvieran 1.200 años comiendo legumbres y verduras, un hecho que –según se cree- influiría decisivamente en su alta longevidad.

Es lo dicho, tan desde atrás como el asunto mismo demuestra ser la diversidad de motivaciones entre aquellos que se han erigido como inspiradores del asunto.

Adolfo Hitler y Mahatma Gandhi eran recelosos por igual ante el consumo de carne, aunque debieron esgrimir motivos distintos y hasta razonablemente opuestos.

Sea para cuidar la propia salud, lo que deriva, por inferencia, en la salvaguarda de la salud animal. Sea por motivos religiosos, por remordimientos de conciencia, o por consideraciones más o menos científicas relacionadas con la protección del medio ambiente, la cuestión ofrece mucha tela por donde cortar. Y es bueno que así sea, en tanto reflejo del libre albedrío humano, sobre todo si dejamos afuera la probabilidad de que –como está ocurriendo- prosperen los militantes de ambas tendencias empeñados en imponer sus criterios, llegando incluso a otorgarles categoría de rígidos preceptos éticos y, aún peor, ideológicos.

Leonardo Da Vinci soñaba con una época futura en que la matanza de animales sería vista como crímenes de la humanidad. “Vivimos por la muerte de otros”, escribió con certeza, pero pasando por alto que su apotegma encajaba con la misma exactitud para los humanos y para la gran mayoría de los animales. Thomas Edison parece haberlo pensado mejor. Dijo: “Hasta que dejemos de dañar a otros seres vivos, seremos todavía salvajes”. Y Albert Einstein, acostumbrado a escandalizar al mundo con descubrimientos revolucionarios, o a revolucionarlo con declaraciones tajantes, aseveró que “nada beneficiará tanto la salud humana e incrementará las posibilidades de supervivencia de la vida sobre la Tierra, como la evolución hacia una dieta vegetariana”.

Con todo, a mí me suena más sensato, por su enfoque desprovisto de intención doctrinaria y por su gracia, lo que expresó Franz Kafka parado frente a las vidrieras de un acuario: “Ahora puedo mirarlos en paz. Ya no me los como”.

En fin, que estamos ante una de esas expresiones culturales que, por su seriedad, no merecía desembocar en lo que es hoy, un tópico, otro entre tantos de los que dividen a la sociedad moderna, atizando pasiones y alentando polarizaciones.

Y es lógico que la literatura no se haya resistido a reflejar también este tópico. Incluso ni siquiera evadió aportar lo suyo para la incitación de polarizaciones y pasiones. Entre las muy violentas y sanguinarias escenas de Yawar fiesta, la gran novela del peruano José María Arguedas, donde son víctimas por igual toros, cóndores y hombres, hasta la defensa militante de los animales en un libro como El tiempo el gran escultor, de la admirable Marguerite Yourcenar. Desde el tan conocido y elogiado texto La vida de los animales, de Coetzee, otro célebre militante del vegetarianismo, hasta El coronel no tiene quién le escriba, de García Márquez, donde las reprensibles peleas de gallos configuran un recurso literario del que no podría prescindir este magistral relato. Desde Hemingway, cazador impenitente y entusiasta de las brutales corridas taurinas, a José Saramago, cuyo Ensayo sobre la ceguera es un delicado monumento al perro. Todos son igualmente grandes, al tiempo que básicamente dispares en lo referido al modo en que asumen el asunto. Y los contenidos que abordan no les restan ni suman por sí mismos valor a sus obras. Así que me resulta un tanto pueril la intención de aquellos que pretenden establecer diferencias entre unos y otros sólo por lo que cuentan, dejando al margen los valores intrínsecos de sus textos. Asimismo encuentro desafortunada la pretensión de utilizarlos como banderas para una u otra causa, sin detenerse en el análisis de lo que representan como creadores, que es al fin y al cabo su principal misión sobre la Tierra.

Pero como ya vemos, es algo que también ocurre en estos días. Repeler a Hemingway sólo por alardoso cazador y machista, y venerar a León Tolstoi (aun sin leerlo a fondo) sólo porque declaró que matar animales y alimentarse con ellos constituyen actos bárbaros, puede resultar tranquilizador para la conciencia de ciertas personas, pero no creo que sea cabalmente justo con Tolstoi ni con Hemingway. Menos aún con la literatura. Sin embargo, el hecho es reflejo de una tendencia que cada vez se expande más y de modo más aberrante.

El colmo es que a pesar de la notable cantidad de escritores famosos que han mostrado susceptibilidad ante el maltrato o la explotación abusiva de los animales, a los militantes del asunto no parece bastarles. Así que se afanan en agenciarse nuevos partidarios, sin que les importe mucho la realización de un examen minucioso de lo que han escrito. Es el caso (entre otros) de Reinaldo Arenas, cuya novela El Portero ha entrado en los planes de los militantes de marras.

Como es sabido, esta novela de Arenas, escrita en New York, entre 1984 y 1986, es una deliciosa fábula, inspirada sin duda por los grandes del género, desde Esopo o Fedro o La Fontaine, hasta los dibujos animados de Walt Disney, pasando por la inevitable órbita de Rebelión en la granja, del clásico moderno George Orwell. Al igual que en todos esos grandes predecesores, los animales de El Portero son los que se proyectan como valedores de las causas humanas, y no al revés, tal como se ha pretendido. Ello, por supuesto, no significa que el escritor cubano no sintiera una marcada simpatía por los animales. Hombre sensible como era y además particularmente identificado con la naturaleza, por su origen campesino, Reinaldo Arenas no debió ser indiferente al drama que sufren los animales ante el avance de la civilización humana. Incluso quizá esa simpatía podría explicar en parte que haya escogido a un grupo de animales para representar en la novela sus cuestionamientos político-sociales y sus reclamos reivindicadores. Pero, en rigor, el suyo no es más que un recurso de estilo, que de ninguna manera justifica la inclusión de El Portero entre los libros que hoy sirven a la causa de ambientalistas, vegetarianos y otras hierbas. Me temo que, de estar vivo, Arenas sería el primero en burlarse de esta pretensión, aplicándole alguna de las paródicas ocurrencias con que solía tirar a mondongo todo o casi todo lo humano y divino.

En síntesis, la novela de Arenas narra las peripecias de un emigrante que luego de fracasar tratando de adaptarse a la condición de humilde colocado en varios empleos, consigue trabajo como portero de un rascacielos en Manhattan. Allí vuelve a las suyas. No conforme con dedicarse a abrir y cerrar la puerta del edificio, intenta demostrarles a los inquilinos que existe otra puerta mucho más importante -la de la auténtica felicidad-, al tiempo que se ofrece para guiarlos a través de ella. Es así como se ve abocado a un nuevo fracaso. Esas personas lo maltratan, lo ignoran, lo consideran loco, el dueño del edificio está resuelto a despedirlo. Y es en medio de tales circunstancias que el portero se anima a buscar corro entre los animales que sirven como mascotas de los inquilinos. Ha descubierto que acostumbran reunirse en el sótano para intercambiar experiencias y elucubraciones. Entonces comienza a asistir a sus reuniones.

Tratándose de Arenas, es fácil prever las desternillantes agudezas y la impronta satírica y subversiva que tipifican aquellas reuniones de su protagonista con los animales, los cuales, uno por uno, parecen ser mejores (o por lo menos parecen conocerse mejor a sí mismos y ser más sabios) que sus respectivos dueños. La jicotea afirma: “Tener un enemigo es ser ya sólo la mitad de nosotros mismos, la otra parte la ocupa siempre el enemigo…”. El perro acota: “El hombre no es ni mejor ni peor que nosotros, pero puede ser peor porque es más poderoso y puede ser mejor porque es más inteligente”. El conejo lanza al aire la pregunta de los mil millones con su consecuente respuesta: “¿Quién es quién? Eso nadie lo sabe”. Por lo general, a todos los reunidos les gustaría librarse de aquellos que ejercen un poder radical sobre sus destinos, pero, por lógica de natura, cada uno enfoca la cuestión desde un prisma muy suyo, lo cual imposibilita el consenso. Para la serpiente, la única solución es huir, ya que se siente repudiada por los humanos. La rata, en cambio, acepta depender parasitariamente de las personas, pero quisiera transformar sus leyes con tal de esclavizar a su fuente de alimentación. Por su parte, con un discurso algo más depurado, la ardilla añade: “Yo propondría que mantuviéramos con el hombre relaciones diplomáticas, siempre y cuando no afectaran nuestra libertad”. El oso manifiesta sentir asco ante su dueña, pues ésta lo usa como instrumento sexual. La paloma le dice al portero: “Los dos soñamos con nuestro paisaje y, lo que es aún más importante, los dos estamos prisioneros”. Concluye así que para ambos sólo hay dos caminos: fugarse o seguir siendo dependientes. En tanto, la mosca inquiere: ¿No es mejor gozar un instante de toda la plenitud posible y una vez embriagados perecer”. Ante lo cual el mono amenaza de muerte a la mosca y se dedica a echar pestes sobre los humanos, pero sin proponer nada ni demostrar que posea una sugerencia liberadora.

En suma, los animales de Arenas semejan humanos disfrazados. Y consecuentemente exhiben conciencia social y actitudes políticas o aun bagaje filosófico. Así es que por lo menos yo no aprecio el pretendido énfasis en su particular defensa que ahora creen ver los militantes del asunto. Lo que se ve a las claras es que El Portero intenta subvertir los códigos de la fábula al uso para refundirlos en un argumento de recusación existencial contra el orden imperante, como ya lo hizo Orwell, pero con adiciones bien particulares, dadas a partir de la idiosincrasia iconoclasta, escéptica y comprensiblemente fatalista del escritor cubano.

Asimismo, tampoco creo que, como se ha dicho desde el otro ángulo, Arenas sacrifique en esta novela la dimensión artística para ponerse al servicio de una causa política. De aceptar un juicio tan rotundo habría que aplicarlo por igual a casi todo el grueso de su obra. Y al menos para mí, la única verdad constatable es que él alinea entre los muy pocos escritores que han logrado joyas imperecederas partiendo sin cortapisas de la pasión política y aún del resentimiento.

Es algo en lo que quizá -por la coyuntura histórica que viene marcando a Cuba desde hace más de medio siglo- también conformamos excepción. Ya que los dos mayores exponentes de la literatura nacional en el exilio, Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas, lo que es decir los dos mayores narradores cubanos de las últimas décadas, proyectaron casi toda su creación desde la roña y la frustración políticas, lo cual, lejos de empobrecerles, ha potenciado sus altos valores cualitativos, que se evidencian hoy en más de una obra maestra.


Ignacio Giménez protagonizará ‘Apocalypto, el desembarco del karma’

“Un prófugo de la justicia influencer desembarca clandestinamente en el oriente de Cuba y se interna en las profundidades de la Sierra, perseguido por efectivos del Noticiero Nacional, las Milicias de Tropas Territoriales y el Cenesex”, anuncia la promoción de la nueva serie que el abogado y libertador de Cuba, Ignacio Giménez, protagonizará a partir del próximo 28 de junio, cuando arribe a la Isla.

“Impredecible, vertiginosa, estremecedora… Apocalypto, el desembarco del karma, una serie que te mantendrá sembrado en tu asiento con las actuaciones estelares de Guillermo García Frías, Mariela Castro, Humberto López y, por supuesto, el inigualable Ignacio Giménez».

Entre las operaciones clandestinas que lideraría Ignacio desde la Sierra Maestra, se ha mencionado la emisión y/o distribución de un billete de 100 euros cubanos, una especie de Frankenstein del papel moneda que podría dejar definitivamente fuera de combate al dólar estadounidense. Llevaría el perfil español de Ignacio Giménez por una cara mientras por la otra inmortalizaría el momento en que Fidel Castro tropezó durante un acto en la ciudad de Santa Clara, el 20 de octubre de 2004, precipitándose al vacío.

En aquella ocasión, Castro se fue al suelo tras «pisar» un escalón en falso, cuando abandonaba la tribuna. Ahora, según Ignacio, su imagen en el aire, cayendo interminablemente, imprimiría un carácter altamente simbólico a esta cara del billete, donde podría leerse a manera de lema: «Nada podrá detener la marcha de la historia».


¿Qué dijo Colón?

“Los nativos son generosos. Dan todo lo que tienen. Será fácil convertirlos a nuestra religión, hacer que crean.

“Con apenas 12 hombres será fácil someterlos, porque no tienen armas. Creen que vinimos del cielo. Nos han recibido como a salvadores. Hasta tenían en sus bohíos saludos de bienvenida que decían:

“¡Esta es tu Isla, Fidel!»


Biden y Putin

Primero se impone “la revelación” propia del periodismo norteamericano. Mi nieta Paola Ramos estuvo muy cerca de Joe Biden. Tiene y me ha transmitido una gran opinión del Presidente y de su esposa. No sólo como jefes, sino como personas. “Son, me dijo, una pareja decente y admirable”. Declinó, sin embargo, continuar trabajando con ellos. Prefirió los medios de comunicación, como sus padres Jorge Ramos y Gina Montaner (separados, pero en los mejores términos posibles).  Como su abuelo.

En todo caso, es importante conocer personalmente a los principales adversarios y aliados. Comencemos por los aliados de la OTAN, tan castigados como incomprendidos por Donald Trump. Cuando Biden ganó las elecciones, uno de los primeros mensajes de felicitación fue un tweet de Ana Hidalgo, alcaldesa de París nacida y criada en España, en el que le daba la bienvenida a un mundillo del cual Estados Unidos no se debía retirar voluntariamente. Es verdad que ese momento llegará algún día, pero todavía no es hora. Durante los cuatro años previos, la cabeza del mundo libre dejó de funcionar. Trump había suscrito la retórica antiglobalización de Steve Bannon, sin advertir cuánto daño le hacía a Estados Unidos alejarse de las líneas maestras que surgieron del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Estimular la separación del Reino Unido de la Unión Europea fue un error. Pelear con Emmanuel Macron, Presidente de Francia, por el rol de su país en la Primera y Segunda Guerras mundiales,  y con Mette Frederiksen, Primer Ministro del Reino de Dinamarca, por no venderle Groenlandia, fue una colosal estupidez. Como lo fue, literalmente, empujar a Dusko Marcovic, Primer Ministro de Montenegro, por apresurarse a hacerse la foto con sus “colegas” de la OTAN, quienes sabían que el bully por excelencia los detestaba.  

Sigamos con los adversarios. ¿Sirvió para algo la reunión de Vladimir Putin y Joe Biden? Para poca cosa. Acaso para que Putin confirmara que Biden no es un anciano perdido en las tinieblas del Alzheimer, y para que Biden aceptara que Putin, además de ser un “asesino”, como le llamó hace pocas fechas, es un hombre inteligente y astuto. Dos “hallazgos” para los que no hacía falta viajar hasta Suiza. Los perfiles psicológicos que trazan los expertos de los servicios de inteligencia en este tipo de retrato robot seguramente lo afirman.

Fue curioso que Biden le entregara a Putin una lista de 16 campos en los que no podía haber “cyber ataques”. ¿Quería eso decir que cualquier terreno ajeno a esos blancos inatacables podían ser víctimas de los hackers cuasi oficiales rusos? ¿O sería para estudiar la reacción de Putin? Si aceptaba la lista y la respetaba era una prueba contundente de la complicidad entre el Kremlin y las bandas de maleantes, seguramente al servicio de Putin. Como la aceptó, el presidente Putin confirmó la casi segura convicción por parte de Estados Unidos: detrás de los ataques cibernéticos, es cierto, estaban los hackers, pero tras ellos, manejando los hilos, estaban los servicios rusos.

Realmente, me conmovió el respaldo dado por Biden a Alexai  Navalny. (En alguna medida fue similar a la solidaridad de George W. Bush con los disidentes cubanos). Llegó a decirle a Putin que podía esperar unas “consecuencias devastadoras” si Navalny es asesinado en la cárcel. No explicó por qué serían “devastadoras”, pero probablemente se trate de una respuesta colegiada, dentro de la OTAN, que incluya una ruptura de los lazos comerciales con Moscú, aunque difícilmente Alemania deje de adquirir el combustible que necesita para alimentar los hogares y las enormes instalaciones industriales. ¿Puede ser una represalia cibernética? En todo caso, los servicios rusos se estarán planteando lo mismo. A Ike Eisenhower le fue muy rentable blandir la espada y dejarla en alto durante los ocho años de su mandato sin aclarar nunca lo que se proponía hacer.

Me dejó intrigado cómo, en cuatro horas de conversación, no se tocó el tema de las andanzas de Moscú en el traspatio norteamericano, en Venezuela y en Cuba. Parece que los servicios de inteligencia gringos han dado con la pista que conduce a Rusia a propósito de las agresiones acústicas a diplomáticos y personas de la comunidad de inteligencia, tanto estadounidenses como canadienses. La fuente, por lo visto, es el entorno de Alejandro Castro Espín, la persona a la que su padre, Raúl Castro, entregó las relaciones con Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama. Cosas veredes, Mío Cid.


Mi vida junto a Margo

Ha hecho muy bien Claudio Ramos en contar su vida. Por una punta, es una gran historia de amor a Margo, su esposa, y por la otra es la versión cubana de una novela de Horatio Alger. Otra persona que demuestra que sigue siendo cierto el sueño americano y que en Estados Unidos es posible, mediante el trabajo honrado, el ahorro y la inversión juiciosa, abrirse paso hasta la riqueza y el reconocimiento social. La historia de un país se hace con las historias de la gente que lo compone.

Es la “intrahistoria” de que hablaba Unamuno. Este cubano ejemplar fue privado de todos sus bienes en Cuba y salió al exilio sin dinero, con su mujer y cuatro hijos. Salió por México y debió cruzar la frontera de un modo impresionante. En Estados Unidos recomenzó su vida. La dictadura comunista se lo había quitado todo menos las ganas de luchar por labrarse un destino. Lo consiguió. Mi vida junto a Margo es el testimonio de esa vida ejemplar.

Instituto Edison, un proyecto de vida contra viento y marea

Uno de los hechos de mayor decoro en la historia educacional de Cuba tuvo lugar en 1931, cuando la familia Rodríguez Gutiérrez se atrevió a fundar una institución escolar que, con el nombre del inventor estadounidense Thomas Alba Edison, llegó a poner bien en alto la enseñanza académica hasta el mismo momento en que la dictadura castrista decidió apropiarse de todo.

“Fundar una escuela en 1931, en medio de la depresión y la violencia —apunta Ariel Gutiérrez, exalumno de la institución e hijo de su directora—, haber tenido la voluntad y la visión de fundar esa escuela con tan escasos recursos, y haberle puesto el nombre de un americano aún vigente la Enmienda Platt, en medio de un país convulsionado por el nacionalismo, habla alto y claro del espíritu que animó la apertura del colegio”.

El Instituto Edison es uno de los mejores ejemplos de la diferencia abismal entre una docencia para un auténtico proyecto de vida, con una cosmovisión de valores humanísticos y científicos, y un adoctrinamiento salvajemente embrutecedor impartido por un régimen totalitario y deformador de conciencias.

Así, este libro de Armando Añel, Instituto Edison. Escuela de vida. Visión, obra y legado de la Dra. Ana María Rodríguez de Gutiérrez (Miami, Neo Club Ediciones), no solamente constituye el recuento de la épica historia de una familia inmersa en uno de los objetivos más nobles que invocan el mejoramiento humano, que es la educación, sino que además aporta toda una panorámica, desde la perspectiva de la docencia y la vocación hacia los demás, de cómo en Cuba, antes de la supuesta revolución, existía una verdadera fuente de progreso, un deseo inquebrantable de superación y el ánimo de hacer un real y justo hombre nuevo del cubano.

Entre recuerdos de profesores, testimonios de los miembros de la familia Rodríguez Gutiérrez y párrafos anecdóticos y valorativos, Añel logra exponer no solo una hermosa y profunda historia de unidad familiar y valores humanos universales sino, además, un proyecto de vida que todavía en la actualidad tiene sus vectores educacionales muy vivos en espera de una nueva sociedad abierta para todos los cubanos.

Por otra parte, el prólogo escrito por Carlos Alberto Montaner otorga a este libro un toque de garantía valorativa que le abre las puertas, asegurando la posibilidad de que lo que se va a leer es digno de la mayor atención, pues este escritor nos tiene acostumbrados a una seria revisión de la historia de Cuba.

Un testimonio que abre todo un espacio de luz, como comprensión de ese proyecto de vida, es el de Carmen Getán:

“Creo que lo que ocurrió en el Instituto Edison, y no quiero sonar exagerada, fue algo fuera de lo común. Por eso es tan difícil ponerlo en blanco y negro. Lo que adquirí allí no fue solamente un currículum, que era excelente con profesores excelentes, sino una visión de la vida que resulta sumamente difícil traducir en palabras. Una actitud ante la vida. Nos metieron en la sangre y el cerebro aquello de ser hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy, o no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy… Una experiencia que me ha servido durante toda mi vida”. (p. 64)

 Realmente, aquí se puede constatar la validez de la voluntad humana, cuando se quiere buscar el objetivo de una sociedad que esté animada por los mejores valores. Cada una de las personas que estudiaron en el Instituto Edison muy probablemente debieron ser pilares, por su sólida preparación cultural, para una sociedad que cada vez más necesitaba una conciencia colectiva del Bien. Y ello, en su esencia, tenía que lograrse en cada individuo. Solo así se podía crear una colectividad fuerte, impenetrable a los sofismas “revolucionarios”, para poder desmitificar el Espejismo que el castrismo fue creando en Cuba.

“Seguramente, en aquel momento ni siquiera los hermanos Rodríguez tenían un conocimiento cabal del alcance de lo que estaban haciendo. Tampoco nosotros, los estudiantes, de lo que estábamos aprendiendo. No es posible comprender la trascendencia de una enseñanza así hasta que no observas sus frutos. Puede tenerse una intención al enseñar, pero tú no comprendes la profundidad de lo que has hecho hasta que no recoges la cosecha. En aquel colegio nos inyectaron valores, principios, amor, deseos de superación… ¿Quién iba a anticipar que nuestra generación sería truncada como lo fue a partir de enero de 1959? Sin embargo, en el Instituto Edison nos facilitaron un montón de herramientas para afrontar esa realidad. La clave creo que estaba en enseñar con amor, con auténticos deseos de que el estudiante creciera y pudiera enfrentarse adecuadamente a la vida”.

     1959: La debacle

Desafortunadamente, faltó tiempo para que el ejemplo del Instituto Edison cuajara en otras academias, en el mismo sistema de educación del país, incluso en las organizaciones sociales que podían conformar una plataforma cultural en la que la libertad y el verdadero conocimiento de las disciplinas científicas y humanísticas se levantaran como un auténtico valladar contra toda injerencia ideológica. Aquella generación del Instituto Edison, quizá dos mil o tres mil educandos, no pudo evitar las reacciones suicidamente fanáticas de millones de individuos que, en su ignorancia histórica, eran deslumbrados por una especie de flautista de Hamelin que los arrastraba al despeñadero.

 A partir de 1959, la debacle fue precipitándose mes por mes y el absurdo se instauró en Cuba como un proceso diabólico que no perdonó nada. Nada se salvó de la catástrofe porque el castrismo era, en esencia, una catarsis de miseria en todos los sentidos, y entre tantas cosas a destruir se encontraba el sistema de educación y, en específico, las instituciones privadas, que siempre habían tenido un éxito mayor de verdaderas resonancias. Así ocurrió con la superestructura e infraestructura cubana. El Instituto Edison, de hecho, no presentaba ningún tipo de utilidad en medio del sistema comunista-castrista, principalmente porque este importante centro docente se encargaba de crear a hombres libres.

La educación degeneraba rápidamente. A la juventud la fueron separando de la familia, las familias mismas se fueron dividiendo; la urbanidad, la cortesía y las buenas costumbres desaparecieron en poco tiempo. La sociedad se fue dividiendo en clases antagónicas: había que acabar con la burguesía e igualar a todos en la miseria.

El país se convertía en una especie de utopía para el extranjero, fundamentalmente de izquierda, mientras que en su realidad avanzaba cada vez más a un estercolero. Era un espejismo con su sótano, donde el pueblo cubano, por su propia ignorancia imaginativa, quedaba prisionero de un hacedor de idiotas. Quienes podían se iban, huían, escapaban. La Dra. Ana María Rodríguez lo describe así:

“En octubre de 1960 uno de los hermanos Rodríguez Gutiérrez, Rolando, abandona con su familia el territorio nacional, dejando un colegio al que había entregado veintinueve años de su vida. En enero de 1961 otra de las hermanas toma el camino del exilio, y en los primeros días de febrero y marzo de ese año la directora y la administradora abandonan también su hogar, su patria y lo que para ellas era como un hijo, el Instituto Edison. Ese curso el IE cumpliría treinta años de fundado, había alcanzado una matrícula de 3,010 alumnos y el Banco Nacional de Cuba tasaba su valor en tres millones y medio de pesos. En mayo de 1961 el Instituto Edison es intervenido por el gobierno comunista…” (p. 165).

Sin embargo, en el exilio ha quedado archivado el recuerdo de esta grandiosa institución. Su ejemplo, sus datos, su currículo, los obstáculos que tuvo que rebasar y los triunfos, los grandes objetivos que se trazó y cumplió  con su incansable espíritu de vida la Dra. Ana María Rodríguez de Gutiérrez y toda su familia. En buena medida, la narración de esta epopeya educacional se encuentra en este libro, que cubre la mayor parte de sus logros. Ese sentido de hacer del acervo humano un verdadero y sustancial proyecto de vida no es sino la más productiva enseñanza para el ser humano.

Así, este volumen se sitúa como uno de los más importantes testigos de la docencia cubana antes de la revolución de 1959, para echar por tierra el malsano engaño castrista acerca de la Cuba anterior.    


Sucede en Cuba: Ruzzo, Roldán, los Titanes y los Criollos

-Los doctores tienen prohibido informar a sus pacientes que no hay medicamentos. Tienen que expedir las recetas aunque sepan que en las farmacias del Estado no existen ni los condones. Si un galeno es sorprendido diciendo a un paciente que los medicamentos están en falta, podría enfrentar sanciones laborales, e incluso el despido.

-Después de seis décadas rogando el acceso a los dólares estadounidenses, el régimen cubano [que comanda el inepto Miguel Díaz-Canel] informa que en sus arcas sobran. La justificación ha sido más pintoresca que la decisión de convertir, literalmente, al dictador Fidel Castro en un pedrusco: no le aceptan sus dólares [al régimen] en los bancos internacionales. Anteriormente a 1993, los cubanos sorprendidos con esta divisa en sus manos enfrentaron largas condenas de prisión.

-Los fumadores en Cuba, adictos a cigarrillos de calidad media y superior, solo podrán adquirirlos en Moneda Libremente Convertible [MLC]. Es decir, con los mismos dólares que no podrán depositar a partir del próximo 21 de junio. En caso contrario, solo tienen la opción de consumir las marcas nacionales Criollos y Titanes, racionadas y a través de la cartilla de racionamiento. Cigarrillos que, actualmente, tendrías que ser un verdadero titán para fumar debido a su pésima calidad.

-Ex integrantes de la agrupación Orishas [Roldán y Ruzzo] deciden componer e interpretar un tema musical en contra del embargo económico y financiero de los Estados Unidos a Cuba. La canción de marras, según informaciones divulgadas, es en contraposición con el tema Patria y Vida de Yotuel [también ex Orishas]. Esta agrupación se vio obligada al exilio, al igual que Habana Abierta, a consecuencia de las propias políticas culturales que impuso el régimen en la isla desde las edades tempranas de la exRevolución cubana. Como decía un viejo son cubano: «De cualquier malla sale un ratón».


De la serie #SucedeenCuba


Instituto Edison, un libro para el futuro de la educación en Cuba, ya en Amazon

Ya a la venta en Amazon Instituto Edison: Escuela de vida, libro que aborda la historia de una de las instituciones de enseñanza más sobresalientes de la Cuba republicana. Con prólogo de Carlos Alberto Montaner y autoría de Armando Añel, este volumen de 260 páginas—cuya primera edición, ya agotada, data del año 2006— contiene gran cantidad de testimonios, tanto gráficos como escritos, así como una amplia variedad de reflexiones, apuntes y planes de estudio que contribuirán a que el lector comprenda el importante papel que jugó, y deberá jugar tras el fin del totalitarismo, la educación privada en Cuba.

El libro puede adquirirse en Amazon en español e inglés, de manera que los cubanoamericanos más jóvenes pueden leer esta historia de sus raíces en el idioma que habitualmente manejan. En inglés aquí y en español aquí.

El Instituto Edison, fundado en 1931 por la excepcional educadora y directora de la escuela, Ana María Rodríguez de Gutiérrez, y su familia, contaba con algo más de tres mil estudiantes cuando fue intervenido por el castrismo, y estaba valorado en tres millones de dólares de la época. Según el autor del libro, esta escuela puede servir de guía para quienes, ya en una Cuba libre, reconstruyan y extiendan el papel de la enseñanza privada en la formación de las futuras generaciones.

“En el Instituto Edison no se descuidó absolutamente nada: el terreno académico, el deportivo, el intenso dominio del inglés, la música, el aprendizaje práctico del comercio, la banca y las finanzas, la radio, las artes plásticas… Había, naturalmente, un método de enseñanza, y era el que preconizaba John Dewey: aprender haciendo, no memorizando”. Carlos Alberto Montaner

“Creo que lo que ocurrió en el Instituto Edison, y no quiero sonar exagerada, fue algo fuera de lo común. Por eso es tan difícil ponerlo en blanco y negro. Lo que adquirí allí no fue solamente un curriculum, que era excelente con profesores excelentes, sino una visión de la vida que resulta sumamente difícil traducir en palabras. Una actitud ante la vida. Nos metieron en la sangre y el cerebro aquello de ser hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy, o no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy… Una experiencia que me ha servido durante toda mi vida”. Carmen Getán

“La institución era una institución que representaba el orden. Un orden armonioso, eso sí, no un orden de imposición autocrática; por el contrario, se trataba de una imposición dialogante, abierta, en beneficio de todos, de la comunidad, del alumnado y del profesorado”. José Kozer.

“En Instituto Edison: Escuela de vida asistimos a la reveladora cronología de la enseñanza privada en Cuba. Sobre todo, leyendo este libro puede comprenderse lo vital que resulta, de cara al futuro de la Isla, una educación independiente que libere la creatividad, y cultive la responsabilidad, de la juventud cubana. No sorprende entonces que, llegados al exilio en la década de 1960, la mayoría de los egresados del colegio triunfaran, destacaran o fluyeran en sus respectivos ámbitos profesionales”. Armando Añel

“Cultivamos un tipo de alumno responsable, cooperativo, que actúa por sí mismo. Así logramos que la escuela llegue a ser verdaderamente la vida”. Ana María Rodríguez de Gutiérrez

El 4 de noviembre de 1931 la familia Rodríguez y sus colaboradores se reúnen en el número 25 de la calle Juan Bruno Zayas, en la barriada habanera de la Víbora, para inaugurar formalmente la escuela. Solo cuentan con cinco alumnos, pero la Dra. Ana María asegura, al cierre del acto, que, curiosamente, también son cinco los sentidos, cinco los continentes, cinco los dedos de la mano, cinco las puntas de la estrella en el triángulo de la bandera cubana. Instituto Edison: Escuela de vida narra los treinta años siguientes en el desarrollo del colegio, revelando una realidad minuciosamente escondida por el régimen que tiraniza la Isla: sin iniciativa individual, sin educación independiente, sin objetividad en la enseñanza, resulta inviable la Cuba de todos y para el bien de todos a que aspirara José Martí.


El caso del general

El general solía pensar que lo vigilaban pero no se atrevía a consultar al médico. De ir a un doctor que no fuera el médico militar que le correspondía por su unidad, la contrainteligencia militar se daría a sospechar. Y de ir, por el médico militar se enteraría la contrainteligencia de que descubrió que lo vigilaban o que sospechaba que era vigilado. Optó por auto medicarse.

Durante diez años consumió el general cuanto fármaco halló en Internet contra las dudas y los malos pensamientos, y en todo ese tiempo ni por casualidad durmió una noche bien. Por sospechar, llegó a pensar que también su mujer y sus hijos formaban parte del complot. Dándole esta sospecha un severo vuelco a su vida, el general no dudó en dar por confirmado algo que venía sospechando de tiempo atrás: por exceso de trabajo o por lo que fuera, había enloquecido: así lo demostraban aquellas nuevas sospechas filiales y todas sus anteriores fantasías. Descubrir esto fue un alivio para el general, pero también un compromiso impostergable. Aunque no manejaba mayores secretos de Estado Mayor, se le hizo muy claro que un general en sus condiciones era un peligro para el Ejército. De modo que un día no pudo con eso. Cerró la puerta de su despacho, besó su carné del Partido y se pegó un tiro. Hacer esto sin permiso de la autoridad competente fue en definitiva la única mácula que quienes lo venían vigilando pudieron al cabo señalar en el hasta entonces impoluto expediente del general.

‘Casa de cambio’ y ‘Desobediencia’, novelas de Alejandro Aguilar en Amazon

Ya en Amazon las novelas Casa de cambio y Desobediencia (el cuerpo vacío), del escritor Alejandro Aguilar (Camagüey, 1958), reeditadas en Alemania por Iliada Ediciones, que dirige el también escritor cubano Amir Valle.

“Antonio, ingeniero cubano, llega a Budapest en los momentos agónicos del socialismo y esto alterara todo su pensamiento y la forma de ver la realidad de su país y de un mundo que se desmorona hacia la libertad”, apuntan sobre Casa de cambio los editores en Amazon. “La novela muestra la otra cara de la vida en el socialismo, la doble moral de los diplomáticos cubanos y otros funcionarios”.

“Original, profunda, humanista y dura novela sobre la caída de ciertas falsas utopías y ciertas manipulaciones políticas e ideológicas en la historia moderna”, subraya Amir Valle.

En cuanto a Desobediencia (el cuerpo vacío), “un actor venido a menos, Paco del Real, borracho, viejo y hundido en la mala vida, tiene la oportunidad de regresar a las tablas para representar una obra que alguna vez le dio fama y gloria. El escenario de la novela es una Cuba de fin de siglo en la que todos navegan en el mismo barco, con un pintor (Marcel), la hija de un burócrata corrupto (Claudia), un director de teatro (Marcos), y otros protagonistas que hundirán sus vidas en esas mismas aguas turbulentas que acechan bajo la proa de una nación cambiante y convulsa”.

Alejandro Aguilar, escritor, profesor universitario y editor, es Licenciado en Pedagogía Superior en Historia y Ciencias Sociales por la Universidad de La Habana y Master en Artes, en Lengua Española y Literatura Hispanoamericana por la Universidad Temple de Filadelfia, Estados Unidos. Ha publicado los poemarios Tregua (2019) y Tesituras (1994); los libros de cuentos Paisaje de arcilla (1997) y Figuras tendidas (2000); así como las novelas La desobediencia (2004), Casa de cambio (2005), Fijar la mirada (2009), El cliente tatuado (2013) y Ojos de niño (2016).

Actualmente, Aguilar reside en República Dominicana, donde es editor jefe de AULA: Revista de Humanidades y Ciencias Sociales.


Joe Biden

Felipe González, el expremier español, una persona muy respetada nacional e internacionalmente, afirmó con admiración que Joe Biden es un “socialdemócrata”. Lo dijo en el programa de entrevistas más visitado de la televisión española: “El Hormiguero”, dirigido por Pablo Motos, en Antena 3.

Es cierto, aunque con matices. En general, hoy los demócratas, los electores y los elegidos, tienden a parecerse a la socialdemocracia. Muchos son partidarios de extender el Medicare a toda la población, y no sólo beneficiar con ese seguro a los mayores de 65 años. Asimismo, creen que si la sociedad necesita profesionales no es razonable cobrarles

los estudios a los universitarios. Lo ven, como en casi toda Europa, como una inversión y no como un gasto. Se trata de dos medidas discutibles, pero nada tienen que ver con la implantación de una dictadura comunista. 

En cuanto a extender la cobertura del Medicare a toda la población, la medida tiene ventajas y desventajas. El país invierte prácticamente el 20% del PIB en gastos sanitarios –la nación a la que más le cuesta en el planeta- y no se sabe con exactitud cuánto más tendrá que aportar. Con relación a los estudios universitarios sucede más o menos lo mismo. USA tiene las 100 mejores universidades del planeta y se autorregulan. Si el Estado decide qué se va a enseñar y cómo, prerrogativas del que paga la cuenta, acaso será contraproducente. Se corre el riesgo de que se reduzcan las innovaciones o invenciones a niveles mucho más bajos y ya se sabe la relación de ese número con el desarrollo general de los países.

Los demócratas instruidos son, como regla general, además, keynesianos. Es decir, creen que el gasto público, dirigido o efectuado por el Estado, tiene la propiedad plástica de modular la economía. Puede impulsar o frenar el crecimiento económico a su antojo. Algo que no es tan sencillo de hacer, dada la tendencia de la sociedad a convertir cualquier medida transitoria en una permanente “conquista social”, agravada por la manera dispendiosa en que se suele efectuar el gasto público en todas las latitudes. Sería muy conveniente que quienes poseen la tentación de aumentar el gasto público se familiaricen con las obras de los economistas James Buchanan y Gary Becker, ambos Premios Nobel de Economía. Tal vez pongan en dudas sus premisas.   

Los demócratas “progresistas” sostienen que se requieren más impuestos para satisfacer las demandas sociales y conseguir sociedades más “justas e igualitarias”. De ahí el ritornelo “del 1% más rico que evade sus responsabilidades fiscales” con que fatigan todas las tribunas. Eso incesantemente predican Bernie Sanders, senador por Vermont, y Alexandria Ocasio-Cortez, congresista por NY, pese a que los “progresistas” suelen defender las medidas de las sociedades que menos progresan. (A esta joven le llaman popularmente AOC para evitar el enredo en inglés de un nombre tan largo y tan “extranjero”).

Las diferencias entre los demócratas estadounidenses y la socialdemocracia europea está en los orígenes ideológicos. El Partido Demócrata de USA tiene poco que ver con la cháchara marxista. (De hecho, antecede al marxismo varias décadas, dado que fue creado por el general Andrew Jackson en 1828). Los alemanes y los españoles, en cambio, tuvieron que desprenderse del pesado fardo de Karl Marx. Los alemanes del SPD (Partido Socialdemócrata Alemán) en el Congreso de Bad Godesberg en 1959, mientras los españoles lo hicieron 20 años más tarde, en un Congreso extraordinario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), convocado por Felipe González en 1979 en Madrid.

John Maynard Keynes (el más famoso economista de la primera mitad siglo XX) tampoco creía en las supersticiones puestas a circular por los autores del Manifiesto Comunista. JMK fue, incluso, asesor del gobierno de los rusos blancos, nombrado por los británicos que intentaban impedir el triunfo de los bolcheviques tras el regreso de Lenin a Rusia y la creación de la URSS. Los leninistas le llamaban displicentemente el “mayor enemigo del pueblo” dado su enorme tamaño. Medía 6 pies y 7 pulgadas.

Es natural que los hispanos respalden mayoritariamente a Joe Biden. Casi todas las minorías étnicas lo hacen. También quienes tienen inclinaciones sexuales poco ortodoxas. La tolerancia y la aceptación de las personas diferentes a la media hoy militan en el Partido Demócrata. No siempre fue así. 

Lo que quiero decir es que, tanto los republicanos como los demócratas, carecen de raíces ideológicas y pueden cambiar diametralmente de posición. El Partido Demócrata, que fue durante muchos años un vivero del KKK, encontró primero en John F. Kennedy, y luego (y sobre todo) en Lyndon B. Johnson, el más sólido apoyo al  reformismo negro de Martin Luther King. Mientras el Partido Republicano, fundado por Abraham Lincoln (tenía sus antecedentes en el partido de los whigs  antidemócratas), un partido que le había dado la libertad a los negros durante la sangrienta Guerra Civil (1861-1865), ha terminado (por ahora) en manos de Donald Trump y cautivo de los evangélicos blancos fundamentalistas, quizás como consecuencia de la fuerte influencia de Steve Bannon sobre el magnate. 

Como exiliado cubano me preocupaba que Joe Biden fuera a incurrir en la simplificación de aceptar sin más la política de Barack Obama sobre la Isla, como temían algunos de mis amigos, pero no ocurrió así. Biden ha continuado la correcta estrategia de Trump de apretarle las clavijas a la dictadura. 

¿Por qué esto ha sucedido? Por tres razones fundamentales: 

Primero, porque él y su canciller Blinken han visto como un insulto que, lejos de aceptar con algún gesto de reciprocidad la llegada del engagement  en lugar del contaiment, el régimen aprovechó para declarar su “victoria” y solicitar 126 mil millones de dólares como recompensa por los daños del “embargo”, mientras insultaba a Obama por haber pronunciado en La Habana un discurso aperturista.  

Segundo, porque los servicios de inteligencia de EE.UU detectaron un aumento en el respaldo a las dictaduras de Maduro en Venezuela y a Daniel Ortega en Nicaragua. 

Tercero, porque se desató el “Síndrome de La Habana” debido a la agresión acústica a los diplomáticos norteamericanos y canadienses. Según estos servicios, que tienen contactos con altos funcionarios cubanos, detrás de esa agresión están los rusos de Vladimir Putin. 

Poco después del discurso de Obama en La Habana, Alejandro Castro Espín, el hijo de Raúl que dirigió por la parte cubana el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y USA, fue a Moscú el 25 y 26 de mayo a rendir un informe. Poco después ocurrió la agresión acústica. Dada la relación de Alejandro y de su padre, Raúl, con Moscú, no hay que ser un lince para concluir que Cuba se prestó a ser un banco de pruebas de los rusos.

Sólo que Joe Biden no juega con la Seguridad de Estados Unidos, y mucho menos con las vidas de los diplomáticos, agentes de inteligencia y funcionarios. Por eso continúa la presión sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua. Es mucho lo que está en juego. 

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El gobierno ha de nacer del país

En su ensayo Nuestra América, José Martí advierte la necesidad que tienen los pueblos del continente de conocerse, tener conciencia de quiénes son, para darse la forma de gobierno más acorde a ellos, más apropiada a sus circunstancias, como manera de darle solución a sus problemas de gobernabilidad y llegar a un estado de derechos y justicia social, alejándose de la herencia del colonialismo y sus maneras de hacer las cosas. Señala también que esa es la forma de evitar el ascenso de tiranos, y por ende, de impedir el caos y la ignominia con que estos ejercen el poder sobre los pueblos.

«El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país», afirma Martí en su texto.

El ensayo Nuestra América fue publicado por primera vez en La Revista Ilustrada de Nueva York, Estados Unidos, el 10 de enero de 1891, y más tarde, el 30 de enero de ese mismo año, en El Partido Liberal, México, y en él Martí describe el momento histórico de la región, el cual no difiere mucho de todo lo que ha vivido el continente desde entonces, como si los hombres, los políticos y los líderes no fueran capaces de romper con las cadenas del colonialismo histórico, político y cultural.

Las jóvenes naciones americanas estaban entonces pasando por alto sus propias realidades a la hora de darle soluciones a sus problemas y continuaban mirando hacia otras latitudes, hacia el viejo continente, idealizando a su gente, creyéndolos más adelantados en cuanto a formas de gobierno y como sociedades, como si solo existiera una manera de administrar un país, una manera de crear desarrollo y riquezas, o como si la cultura tuviera que ser importada para poder ganar el respeto de los poderosos del mundo.

Ante esto Martí señala que el conocer el escenario y el contexto de cada país, y no el apresurarse a copiar de las experiencias de otros que viven en realidades diferentes, puede ser la solución para que juntos, gobiernos y pueblos, creen el mejor estado de bienestar posible.

«A lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar bien; y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país».

Es así como el apóstol de Cuba sentencia que «el gobierno ha de nacer del país», y explica que «el espíritu del gobierno ha de ser el del país», y que cualquiera sea la forma de gobierno que los pueblos se den, esta «ha de avenirse a la constitución propia del país» todo, porque «el gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país», y los que pretendan, o tengan la tarea de gobernarlo, deben ser conscientes de eso, y sobre eso desarrollar su gestión.

Asimismo refiere que los gobernantes del continente adolecen de una soberbia tal que los lleva a creer que lo merecen todo, y al no obtener los mismos resultados que otros de igual condición, aplicando los mismos métodos, solo atinan a acusar de «incapaz e irremediable a su república nativa, porque no le dan sus selvas nuevas modo continuo de ir por el mundo de gamonal famoso, guiando jacas de Persia y derramando champaña».

Para Martí, el problema «no está en el país naciente», que tiene la necesidad de un régimen que se acomode a sus características y capacidades, «sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia».

Es claro para Martí que sobre las costumbres de los pueblos americanos deben construirse sus formas de gobierno, que si bien «el hombre natural es bueno, y acata y premia la inteligencia superior», asimismo no perdona que se valgan de su sumisión para dañarlo u ofenderlo prescindiendo de él. “Cosa que no perdona el hombre natural», y solo lleva a que busque los medios, incluso haciendo uso de la fuerza, para restaurar sus derechos.

Nuestra América explica un fenómeno que increíblemente se ha mantenido hasta nuestros días: la utilización de las masas marginadas por parte de los tiranos para alcanzar el poder, para ponerse a la cabeza de los pueblos y así tratar de saciar sus ansias de grandeza y reconocimiento, y que una vez establecidos, se envilecen, y se olvidan de quienes los llevaron hasta esa posición, prescindiendo de ellos, incluso pasan a oprimirlos, convirtiendo su administración en un régimen de oprobio, lo que solo puede dar como resultado su caída a manos de los oprimidos; situación que siempre da paso a que otros de su misma condición repitan una y otra vez el mismo libreto, como si gobernantes y gobernados estuvieran atrapados en un laberinto sin salida.

«Por esta conformidad con los elementos naturales desdeñados han subido los tiranos de América al poder; y han caído en cuanto les hicieron traición. Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno y gobernar con ellos», escribe Martí y sentencia: «gobernante en un pueblo nuevo quiere decir creador».

El menosprecio de las tiranías en América hacia sus pueblos, y la incapacidad o la negativa de romper con esta suerte de tradición, ha hecho que el continente, a pesar de sus riquezas y vasto capital humano y cultural, no logre salir del lodazal de miseria en el que siempre ha vivido. 

Martí preguntaba: «¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América?». Pero sucede que ahora abundan las universidades que imparten materias afines, pero los gobernantes, los pueblos, los países, continúan adoleciendo del mismo mal, repitiendo la historia una y otra vez, aunque las formas de gobiernos que ensayen sean diferentes.

El continente sigue mirando hacia otras latitudes, prefiriendo emular otros procesos políticos y sociedades, algunos de estos procesos incluso con suficiente evidencia de su fracaso allá donde fueron creados y puestos en práctica, como si América Latina fuera el laboratorio político-social del planeta.

Aquí hay que acotar que Martí no rechaza los saberes del mundo, porque los entiende útiles para el desarrollo de nuestras repúblicas, solo que estos deben ser utilizados como complemento a la vasta herencia de conocimientos de los pueblos nativos, acentuando la preponderancia a estos últimos, por ser los de esa inmensa mayoría que ha de ser gobernada.

Más de cien años después de haber visto la luz este ensayo de José Martí, el caudillismo aún sigue ocupando el lugar de los hombres cultos, y los pueblos continúan eligiendo a quienes los enamoran con promesas vanas antes que a aquellos que han dedicado su tiempo a conocer el arte y los rudimentos de la buena política. Y cuando los primeros arrasan con el país y/o lo traicionan, el ciclo de violencia vuelve a repetirse.

Apunta el apóstol de Cuba que conocer los problemas de la nación es la manera más fácil, quizás la única, de resolverlos, porque solo de ellos puede salir la solución. «Conocer es resolver», afirma, y añade que gobernar acorde a este conocimiento es la única manera de evitar que el país caiga en manos de tiranos.


Resolución solidaria: La Unión Europea condena los abusos del régimen castrista

Este jueves 10 de junio, el Parlamento Europeo aprobó, por 386 votos a favor, 59 abstenciones y 236 en contra, una resolución de condena al régimen militar cubano que cuestiona el acuerdo de cooperación UE-Cuba, en vigor desde 2017, lamentando que la implementación del mismo no haya derivado en resultados tangibles para la sociedad civil en la Isla.

“La resolución entre otros temas rechaza la situación de más de 150 presos políticos en la Isla, condena el ataque sistemático y las campañas de difamación contra artistas, periodistas y activistas independientes por parte de las autoridades y cataloga de esclavitud el estado de trabajo de los médicos cubanos que cumplen misiones internacionales”. Árbol invertido

“La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba saluda la histórica resolución sobre la Situación Política y de los Derechos Humanos en Cuba aprobada este jueves 10 de junio con amplia mayoría ─que incluye a partidos de izquierda, verdes y socialistas─ por el Parlamento Europeo. FHRC considera que el documento es el más exhaustivo y contundente en décadas al detallar los recientes y sistemáticos abusos del régimen cubano contra la población de la isla (…) FHRC felicita a todos los actores de la sociedad civil independiente en Cuba ─como Prisoners Defenders, Archivo Cuba, Víctimas del Comunismo, Outreach Aid for the Americas y otros─  con los que trabajamos durante años en la investigación y denuncia sistemática de esta larga lista de abusos. Las mayorías democráticas de Europa nos han escuchado y se han pronunciado”. Fundación para los Derechos Humanos en Cuba

“613 de 683 eurodiputados condenaron la represión al movimiento artístico San Isidro y la existencia de presos de conciencia. Según datos de la organización Prisoners Defenders, en esta primavera negra 2021 se registran 31 nuevos casos de presos políticos”. DW

“Tenemos que defender nuestros valores, tenemos que suspender el acuerdo con Cuba”. Dita Charanzová

“Me emociona esta resolución histórica. Ya no vale más hablar bajito y seguir simulando. Estamos consiguiendo que el mundo empiece a llamar las cosas por su nombre. ¡Hay que vencer el miedo!”. Anamelys Ramos

“Es una victoria muy importante. El PSOE, con Borrell a la cabeza, podía haber tumbado la resolución, pero no pasó. Fiesta”. Arsenio Rodríguez Quintana


Luis Agüero presenta su nuevo libro en el Miami Hispanic Cultural Arts Center

Instrucciones para matar un enano y otras historias desatinadas (Ediciones La Gota de Agua, 2021), el nuevo libro del escritor Luis Agüero, se presenta el próximo viernes 11 de junio, a las 8:00 p.m., en el Miami Hispanic Cultural Arts Center (111 SW 5ta. Avenida), en un evento público que presentará el también escritor cubano Rolando Morelli.

Autor de la celebrada novela La vida en dos (1967), mención Casa de las Américas, Luis Agüero nació en Consolación del Sur, Pinar del Río, en 1937. Además de este nuevo libro de cuentos ha publicado, entre otros, Duelo a primera sangre (cuento, 1986, Premio Concurso Unión de Escritores y Artistas de Cuba) y La vuelta del difunto caballero (noveletas policiales, 1987).

Su relato La muerte enteramente desnuda de Enriqueta la de Alcántara recibió el segundo premio en el concurso Juan Rulfo (1990) de Radio Francia Internacional.


El abrazo de Amalia D.

Cuando Amalia D. llegó al edificio del tribunal el juicio había terminado ya y estaba cayendo una lluvia espesa que los relámpagos atravesaban desde todos los puntos cardinales. Ónix P. fue condenado a veinte años de prisión y, antes de que los guardias se lo llevaran, Amalia pudo llegar hasta él. Ante la sorpresa de todos y la consternación de sus otros dos hijos, la mujer le dio un fuerte abrazo al asesino de su hijo menor.

Luego no sabría explicar por qué había hecho aquello. Una semana después, aunque sus otros dos hijos ni la perdonaban todavía ni comprendían el motivo de su acto, Amalia, que no había dejado de llorar al menos una vez al día, dijo que no había abrazado al asesino de su hijo, sino a la madre del asesino de su hijo.

Por el resto de su vida, cada vez que pensaba en aquella mañana, no pudo recordar el rostro del joven homicida sino solo la lluvia electrizada por los relámpagos.Y nunca más tuvo el coraje de volver a abrazar a nadie.


Directo al actual dueño de Palacio

Jorge Enrique Rodríguez (Facebook)

El tirano es la única especie humana que teme a la poesía; y los poetas que se subordinan a su manquedad pertenecen a esa bancada que solo pueden ser nombrada de una manera: cobardes.

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quizá menos tirano pero más mediocre que sus antecesores [los Castro Ruz], teme, como nunca antes en la historiografía cubana, a la poesía y al arte.

El Instituto Internacional de Artivismo «Hannah Arendt» [INSTAR], el Movimiento San Isidro [MSI] y el Movimiento 27N han vivido bajo un asedio que financia el Partido Comunista y que ejecutan los diversos elementos de la Policía Política [Seguridad del Estado].

Un hostigamiento que incluye la violencia de Estado en todos sus aspectos: asesinato de reputación, privación de libertad, secuestros, restricciones de movimiento, difamación, homofobia, racismo, destierros, sicariato, amenazas de muerte, inducción al suicidio.

Esa exrevolución, actualmente bajo el mandato de Díaz-Canel, ya no es temible. Terrible quizás, porque es dueña absoluta de cada propiedad, institución y recursos del país. Pero ya no temible.

Así lo demuestran las acciones que diariamente ejecuta la Seguridad del Estado contra artistas y escritores independientes que han asumido posiciones contrarias a la política cultural [y por ende, a las políticas de Gobierno]. Así lo demuestra la posición de resistencia y perseverancia de esos mismos artistas y escritores ante la represión estructural que domina en la isla.

Es desde la cobardía y la mediocridad que Díaz-Canel ejerce su tiranía.

No existe ninguna otra manera de catalogar a una persona de pensamiento tan fronterizo que logra confundir a un poeta con un agente de la CIA, a un artista con un terrorista, y al ansia de todo un pueblo con mercenarismo.

Mediocridad y cobardía que incluso le han conllevado a amenazar las voces [diáspora/exilio] que le increpan desde lejos.

No es un primer secretario del Partido Comunista; no es un presidente; no es un diplomático. Nada de eso, en absoluto. Díaz-Canel es simplemente un tirano incapaz de percibir que criminaliza con la misma velocidad de su salto al vacío; es decir, un criminal en su caída.

Criminal, sí. Cuál otra definición merece quien, desde un poder absoluto, asesina a la verdad [y a sus portadores] y entroniza la miseria como lógica de supervivencia.

Silenciar lo que me palpita dentro no es una opción. No al menos para mí.

Pero ojo, Díaz-Canel, mi posición no va de heroísmos ni martirologios al pie de calvario alguno.

No. Solamente soy ese poeta que ya no teme. Que ya no se subordina al susto y al sobresalto. Que ya duerme con las consecuencias en ristre. Que está en pie y que a diario e incesantemente le recordará su tiranía, su cobardía, su mediocridad.

Nadie puede engañarse a sí mismo; ni siquiera usted, embestido de todos esos poderes y espejismos.

La diferencia entre usted y yo es simple [e insalvable]: a usted lo sostienen el engaño y el poder; a mí me sostienen la verdad, la libertad y el corazón como únicas posesiones.

Sé bien, señor Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que no importa cuántos años de vida y poder a usted le queden: nunca podrá decir lo mismo de sí mismo.

Porque quien porta y se rige desde la verdad no la traiciona, no la encarcela, no la asesina.

Sírvase usted, buen provecho… y ahora, si le sirve, pulse el gatillo.


De la serie #JugadasApretadas


Procesado en el paraíso o el arte de novelar sin tópicos

Félix Luis Viera, Ismael Sambra y José Hugo Fernández en el XI Festival Vista de Miami

Convertir la escritura política en un arte fue la mayor aspiración de George Orwell, según confiesa en un ensayo de 1946. Pero es obvio que se refería a sus propios textos, no a la escritura política en general, pues ésta ya había sido convertida en arte desde siglos atrás. Cervantes lo hizo a través de varias obras, incluida El Quijote, sobre la cual se dice que es la primera novela política de la historia, por más que si nos ponemos impertinentes, no nos costaría un gran esfuerzo encontrar otras anteriores. La Celestina, por ejemplo (escrita unos cien años antes que El Quijote), ingresa frescamente en la materia, toda vez que refleja la conflictiva correspondencia entre los intereses de la gente común y los obstáculos que les imponen las dominantes estructuras sociopolíticas del entorno.

El arte de novelar, en tanto se afinca en el rastreo y la recreación de los abismos humanos, hizo suyas desde siempre las vicisitudes de la política. No es que todas las novelas sean políticas (según pretenden algunos aspaventosos), pero ya que, como prefiguración natural del género, todas se orientan hacia los enigmas de nuestra existencia, llevan lo político en la base, como hidrógeno en el agua.

Que este componente medular fuese menos percibido o menos atendido en la novelística de tiempos pasados, no significa que estuviera menos presente, sino que tanto los entusiastas como los detractores de lo que llaman “novela política” no habían llevado aún al colmo ese prejuicio que estigmatiza a muchas piezas de ficción con subrayado énfasis en lo político-social, conduciendo a mirarlas por encima del hombro como panfletarias y defectuosas. Resulta impensable que los lectores de épocas precedentes (ni los de hoy) dieran validez a ese prejuicio ante Los miserables, de Víctor Hugo, o ante El Proceso, de Kafka, entre tantísimas obras célebres que nunca fueron leídas como políticas porque alcanzaron su auge en circunstancias en que lo político, al tiempo de ser convertido en arte, era disuelto entre otros contenidos mediante una labor de magistral orfebrería literaria.

Luego, esa labor iba a ceder terreno torpemente, agrediendo las esencias de la novela como género proteico, para favorecer el sobrepeso político y aun panfletario mediante pobres corrientes formales que serían publicitadas como naturalismo, realismo socialista o denuncia social entre otros purgantes difíciles de tragar. Y es lo que debe haber ayudado a que los lectores metieran indiscriminadamente en el tacho de los desperdicios todo lo que oliese a “novela política”, fueran o no panfletos.

La literatura cubana ha sido fecunda en malas “novelas políticas”, pero también cuenta con algunas buenas y hasta muy buenas. Sin embargo, parece que la mayoría de nuestros lectores tienden a subestimar por igual las buenas y las malas, incluso a priori, sin leerlas, tal vez porque el prejuicio les lleva a concluir que ya tienen de sobra con los temas políticos que pululan en los medios de información y de comunicación social, así que prefieren apelar a la novela en busca del disfrute estético o el entretenimiento o la desconexión de una realidad politizada y politiquera hasta el moño.

Felizmente, la lectura de algunos de nuestros más importantes narradores de los últimos tiempos, digamos Cabrera Infante o Reinaldo Arenas, no ha sido en rigor afectada por ese prejuicio. Ellos también demostraron su talento a la hora de aplicar la mencionada orfebrería literaria, quizás no tanto para diluir lo político como para presentarlo como lo que es, un asunto más, tan legítimo y dúctil para ser novelado como otro cualquiera, aunque –eso sí- llevando siempre por delante el rigor artístico.

El apostolado político, la teoría filosófica o social, el discurso de tipo ontológico sólo encajan orgánicamente en la ficción cuando no rechinan dentro del resto de los contenidos, lo que es decir cuando se funden en un todo armonioso con la forma. El único compromiso de un escritor es escribir lo mejor posible, no se cansó de repetir en vida Cabrera Infante, y debe ser por eso que varias piezas suyas (junto a las de Arenas) alcanzaron la cumbre de la literatura hispanoamericana sin que necesitasen ser promocionadas como obras de denuncia, y menos bajo el rótulo de “novela política”.

De izquierda a derecha, los escritores Armando Añel, Amir Valle (editor de la novela) e Ismael Sambra.

Por suerte, ha ocurrido, además, que al imponer su impronta, esas pocas pero buenas “novelas políticas” del patio nos traspasaron la tendencia como legado. Debe ser la razón por la que en medio del aturdimiento y el descarrío que aquejan hoy a la novela, y a la narrativa en general, no hayan dejado de transitar por nuestro panorama editorial nuevas obras de ficción que, no obstante su hondura política, desbordan denominaciones reductoras y únicamente se atienen al arte de novelar sin tópicos ni etiquetas, devolviendo al relato la desaprensiva transparencia que tuvo en otras épocas.

Es el caso de Procesado en el paraíso, novela de Ismael Sambra, recién publicada por Ilíada Ediciones, en su colección Caribdis. Sin transgredir las leyes específicas de la ficción, Sambra ha enhebrado un argumento de sólida contundencia política. Esto, unido a que el novelista es además personaje protagónico dentro de la trama, puede propiciar que se le califique como novela testimonio o novela denuncia o historia novelada sobre hechos reales. Ninguna de tales denominaciones falta tentativamente a la verdad, pero creo que ninguna es exacta, puesto que se trata, ante todo, de una lograda novela (sin apellidos) y justo en ello radican su atractivo y su mérito mayor.

En esencia, la obra es un gran fresco que abarca más de medio siglo de la historia de Cuba, o sea, desde los inicios de la revolución fidelista hasta el presente de la dictadura totalitaria en la que devino muy pronto. Sambra se abre paso a través de ese contexto para recrear la saga de una humilde familia del oriente del país, acudiendo a técnicas que aportan un pertinente matiz clásico al relato.

Sin embrollos estructurales, sin pavoneos de estilo, ni aparatosas acrobacias sobre el tiempo-espacio, sino con prosa firme y con un lenguaje ameno, diáfano, conmovedor en toda línea, Procesado en el paraíso nos adentra en las andanzas del poeta Ismael, mostrando de trasluz el drama (más las enriquecedoras experiencias que genera) de su discurrir por escenarios y acontecimientos que van a marcarlo para siempre: desde las secuelas que dejó en su inconsciente haber sido testigo, en la niñez, de cambios tan radicales en la sociedad, hasta el momento en que, gracias a cuasi milagrosas gestiones internacionales, consigue librarse de una larga condena en la cárcel…

Sabemos, mediante declaraciones públicas del autor, que tales andanzas conforman un corpus ficcional que está inspirado tanto en su propia biografía como en las de algunos familiares y amigos. Aunque es algo que tal vez colegirían sin dificultad los nacidos o crecidos en Cuba durante los últimos decenios. Incluso no dudo que muchos pudieran verse representados en las vivencias de los personajes, sea porque, al igual que éstos, sufrieron la pérdida (poco a poco o de un tirón) de su inocencia política, o de sus simpatías por el líder tan falso como cautivador; o porque padecieron traumas igualmente demoledores, primero, por las dudas; luego, por la incertidumbre y las desilusiones, así como por el cuadro de horror al que les condujo asumir con honradez el desengaño.

En fin, creo que no está de más insistir en que nos encontramos ante una obra que por su madurez formal y la riqueza de su trama, sobrepasa limpiamente los límites de las “novelas políticas” al uso. Así que de igual modo que no sería justo circunscribir su alcance con tópicos reductores, tampoco me parece atinado recomendar su lectura concentrando las expectativas sólo en las lecciones extra-artísticas que pueda brindar. Si es que acaso la buena literatura sirve verdaderamente para dar lecciones.  


Cristiana Chamorro de Lacayo

Daniel Ortega se quedó helado. A fin de cuentas, quería que le dijeran la verdad. No deseaba que lo engañaran, como en 1990, cuando estaba absolutamente seguro de que ganaba las elecciones y así se lo hizo saber a Fidel Castro. El viejo dictador cubano no era partidario de que se “jugara” el poder en unas elecciones libres. Se encolerizó cuando Ortega le explicó que, por imposición de Gorbachov, que no estaba dispuesto a continuar financiando la guerra civil nica, iba a seguir la senda venezolana de Hugo Chávez. 

A Ortega le llevaron una encuesta muy bien hecha. Eran 1,200 entrevistas que reflejaban la realidad política del país. De acuerdo con los números mostrados, Cristiana Chamorro, si las elecciones hubieran ocurrido la penúltima semana de mayo, habría sacado el 59% de los votos. Daniel Ortega, el presunto contendiente, apenas el 41%. ¡Qué familia para oponerse a sus proyectos de controlar permanentemente a los nicaragüenses!

Por supuesto, Ortega se dotaría de una coartada para tratar de impedirle aspirar a Cristiana. La hizo acusar de “blanqueo de capitales” y de haber recibido dinero de la corrupción para sustentar su campaña. Pero todo fue inútil. Nadie lo ha creído. Era el pájaro tirándole a la escopeta. Todavía existía entre los nicas el recuerdo de lo efectivo que fue el gobierno de Violeta Chamorro y Antonio “Toño” Lacayo en borrar las huellas del sandinismo. Liquidó de un plumazo la hiperinflación que carcomía el sistema productivo. Devolvió algunas propiedades y el país comenzó a crecer y despegar de nuevo. Mantuvo la paz y con el impulso inicial fue capaz de transmitirle la autoridad a otros dos gobiernos liberales. Si no hubo un tercero fue producto de la división de los liberales (el mal político nicaragüense) entre José Rizo y Eduardo Montealegre. Toño Lacayo fue marido de Cristiana, hasta su muerte prematura (2015), como consecuencia de un accidente de aviación. Era perfectamente lógico que los nicas miraran a Cristiana como la salvación para quitarse de encima el salvajismo de Daniel Ortega, que ya contabilizaba a más de 300 opositores muertos.  

El 92% de los nicas se disponían a votar en la encuesta que tenía Ortega sobre su mesa. Un porcentaje mayor del que votó en 1990. De acuerdo con la historia de las votaciones, en el momento de sufragar el número de los que acudían a las urnas se reducía en torno al 85%. En todo caso, son muchos y Cristiana estaba algo mejor posicionada que Doña Violeta. Su madre había sacado el 55% de los votos. Ella, repito, el 59 en la encuesta de marras. Pero votar contra el Frente Sandinista era muy diferente y mucho más arriesgado. 

Daniel Ortega es visto como un traidor no sólo por sus adversarios, sino también por los sandinistas. Dánae Vilchez, una colaboradora desde Managua del Washington Post, quien se ocupa de examinar la violación de los Derechos Humanos en este país, titula uno de sus artículos “Daniel Ortega, traidor de la revolución sandinista”. El propio Edén Pastora, el mítico Comandante Cero que dirigió la operación que sacó de la cárcel a Ortega, y quien murió recientemente de Covid en Managua respaldando al gobierno, pasó por Madrid en los años ochenta del siglo pasado, invitado por un programa de televisión que dirigía Mercedes Milá. Dijo horrores de Ortega frente a las cámaras.

Pero no se trata sólo del inestable Pastora. El excelente novelista Sergio Ramírez, vicepresidente de Nicaragua durante la década del primer gobierno sandinista, Jaime Wheelock, Henry Ruiz y Dora Téllez entre otros muchos, comenzando con el general Humberto Ortega, hermano del dictador nica, han roto abiertamente con el matrimonio Ortega-Murillo. Dora Téllez ha llegado a comparar a Ortega con Somoza, diciendo que no es infrecuente que quienes combaten a los tiranos acaben pareciéndose a ellos. 

Daniel Ortega, es verdad, mataba y mata mucho más que Somoza. Pero hace más de 30 años Ortega creía que tenía la razón y se comportaba como un joven revolucionario idealista que construía el socialismo. Ya no construye nada. El socialismo desapareció de la faz de la tierra y de sus objetivos personales. O mejor aún: construye su fortuna para su disfrute y el de su familia. Es algo así como el Somoza bis. Un viejo calvo y enfermo, como casi todos los que pasan de los 75 años, que se protege obsesivamente de los atentados que seguramente planea un Rigoberto López Pérez revivido. (RLP fue el poeta que en 1956 intercambió su vida por la del fundador de la dinastía de los Somoza). 

Al fin y al cabo, el poeta mártir no era miembro del “Frente Sandinista”,  que ni siquiera existía, sino del “Partido Liberal Independiente” (PLI) que en el 90, cuando la primera debacle electoral de Ortega, dirigía Virgilio Godoy, el vicepresidente de Violeta Chamorro. Lo dicho: ¡Qué familia para oponerse a sus proyectos de controlar permanentemente a los nicaragüenses!


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Declaración de Lecturas en Tiempo (LET)

El pasado viernes 4 de junio, aproximadamente sobre las 5:25 p.m., el servicio de datos móviles me fue suspendido.

Interrupción que, sin dudas de índole alguna, tuvo como objetivo único atentar contra la realización de este espacio online que se transmite todos los viernes, desde las 6:00 p.m. hora de Cuba, bajo el auspicio del Instituto Internacional de Artivismo «Hannah Arendt» [INSTAR].

En esta ocasión, nuestro invitado era el joven escritor y poeta Noel Alonso Ginoris.

No es la primera ocasión en que las autoridades del régimen cubano atentan contra este espacio artístico-literario. Anteriormente, tres ediciones de LET habían sido saboteadas: la de Rafael Vilches; la de Tony Armenteros y la de Katherine Bisquet Rodríguez.

Curiosamente, este nuevo sabotaje a LET ocurrió un día después de que la sede de INSTAR fuese asediada por una veintena de ciudadanos, con la única intención de cometer un acto de repudio violento contra Tania Bruguera, quien a su vez es víctima de una campaña de difamación desde el espacio gubernamental Hacemos Cuba, que conduce el difamador y agente de la Seguridad del Estado Humberto D. López Suárez.

Reitero que la invitación a Noel Alonso Ginoris se retoma para el próximo viernes 11 de junio, en el habitual horario de LET.

Sépase que ningún acto de repudio, o linchamiento de reputación, u hostigamiento, me hará retroceder ni amedrentar un solo milímetro: ni en mi trabajo como reportero de Diario de Cuba [DDC]; ni en mi columna literaria en Puente a la Vista; ni como anfitrión en LET; ni en mi condición de opositor político.

Así que el cierre de esta declaración va directo a usted, señor Miguel Díaz-Canel:

No tengo, absolutamente, ningún temor a defender mi posición sin importar las consecuencias: tanto si implica mi privación de libertad como si conduce a la privación de mi vida.

Le insto a que me crea seriamente, porque seriamente se lo estoy diciendo mirando recto a los ojos. Puede usted proceder a confirmarlo si así lo desea y cuando estime conveniente.

Sírvase usted.


Ignacio Giménez, capturado en Miami Beach

La noticia de que el connotado influencer cubano Ignacio Giménez fue capturado en Miami Beach colapsó las redes sociales este sábado, mientras cientos de periodistas y ciudadanos en general se daban a la tarea de rastrear la veracidad de la información.

Ahora, según diversas versiones, Ignacio se encuentra detenido en el Departamento de Investigaciones de Bebidas Coercitivas de esta playa miamense. Detenido tras escapar de Cuba con el secreto de la maltinga, una bebida que desarrollaran en la Universidad de Matanzas varios cientos de estudiantes y profesores entregados a la ardua tarea de inventar algo que salvara a la “Revolución”. De ahí que al influencer, de origen cubano pero dueño de un acentuado acento español, le fuera imposible realizar la directa del viernes pasado con la que pretendía liberar a Cuba.

Pero, ¿qué es la maltinga? Según declaraciones atribuidas al propio Ignacio, se trata de una “bebida energética” elaborada a base de afrecho, un subproducto de la industria cervecera cubana, arroz malteado germinado, azúcar y moringa.

La maltinga nació en la planta piloto del departamento de Química e Ingeniería Química de la referida Universidad de Matanzas, donde los estudiantes hacían cerveza durante sus prácticas de la asignatura Bioquímica, de manera que no hay que ser muy imaginativo para percatarse de que fue empinando el codo que a alguien se le encendió el bombillo de esta nueva batalla alimentaria. Aunque no a Ignacio Giménez, por supuesto, cuyo hurto de la fórmula no lo acredita necesariamente como su inventor.

Por otra parte, al parecer, también pudo saberse a través de Ignacio que el Yutyrannus huali, una especie de gigantesco pollo habitante del Cretácico inferior, podría ser clonado por científicos chinos y cubanos, en lo que ya algunos analistas consideran la solución definitiva para la permanente crisis alimentaria que padece Cuba.

«No pudieron crear la vaca enana con la que Fidel resolvería el vasito de leche diario que anunciara Raúl, pero están a punto de crear el pollo infinito», habría revelado Ignacio a las autoridades de la playa. «Muy preocupante porque en breve podría haber pollo para todo el mundo en Cuba, por la libre y por la libreta».

«Naciones como Cuba y Corea del Norte resolverán sin mayores sobresaltos sus cíclicas hambrunas con el Yutyrannus huali, un dinosaurio emplumado de unos 9 metros de largo y más de 1.300 kg de peso», habría declarado Giménez. Una consideración que ya ambos regímenes llevarían a vías de hecho, y que ha precipitado la huida de Ignacio de Cuba tras haber permanecido clandestinamente en la Isla los últimos dos meses, ultimando los detalles del derrumbe del campo socialista.


La mano

La mano camina de costado, hacia atrás, siempre con sus dedos finos y saltones. Es una mano huesuda y arácnida, misteriosa y enrarecida bellamente por el tiempo. Mano que pronostica el futuro, que se llena de callos en las fábricas de los Acreditados y muchas veces se transforma en un puño rabioso. Mano que va y regresa al mismo lugar, que recorre las paredes y los muebles, que registra las gavetas, que abre cerraduras y ventanas buscando tesoros escondidos. Mano que ahora tamborilea sobre el lecho de un Acreditado, silenciosamente inquieta, porque ve una mosca que se posa sobre el cuerpo de la mujer, y entonces se mortifica y con la rapidez de un resorte escala la almohada para quedar al acecho, calculando la situación del insecto; y comienza a acercarse con sigilo, articulando sus movimientos, pero al disponerse a saltar oye el suspiro y la respiración acompasada del cuerpo, y la mano, con un movimiento brusco, se repliega.

Así, otras moscas vuelan libremente por la habitación y en un santiamén se detienen en la región de los Senos Erectos. En buena medida la mano da brinquitos y se excita por la ira que le producen esos dípteros. Sin embargo, es testaruda y hace que sus falanges corran a encaramarse de nuevo sobre la almohada. La palma, ahuecada y rígida, salta en el mismo instante que los insectos desaparecen y la mujer siente el golpetazo y se mueve y cambia de posición… De hecho, la mano ha quedado prendida de un seno para no resbalar y lentamente afloja su tensión, se hace flácida, calurosa. Ahora es una mano ardiente que se desliza por el tórax y soba el abdomen, se tiende plana, sin peso, con las coyunturas estiradas y la sangre corriendo por las falangetas. De esa forma, los dedos acarician las curvas de la cintura. Entonces el cuerpo se vira entreabriendo los muslos y, en unos segundos, la mano, convertida en un equipo de dátiles ágiles, merodea por la región de los Glúteos Insólitos. Y el Índice señala el camino por el cual los demás dedos comienzan a resbalar despacio hasta entrar en un sendero maravillosamente cálido. Enseguida, los muslos forman un escorzo propicio y el dedo privilegiado y autosuficiente del Hacedor penetra en la región del Buen Infierno, donde pasa a ser el Embolo Sagrado. Con movimientos acertados, profesionalmente compaginados, el dedo-émbolo va extrayendo el licor de la vulva. Y el cuerpo de la mujer (que puede ser el de alguien llamado Marja o de otras mujeres de cuerpos y nombres tan sugerentes como Charlize, Nicole, Mónica o la mismísima Cleopatra) se estremece, desprendiendo suspiros y susurros, y con respiración intensa y palabras incoherentes viene el jadeo, y los espasmos y los ruegos de placer, y en el instante infinito (porque esa es la imagen que con mayor fuerza se graba en la memoria), cuando el cuerpo se arquea entregando la sustancia vital, la mano del Hacedor se paraliza, queda expectante, y tan sólo dos segundos le bastan para comprender que está casi atrapada, porque ahora en la puerta de la habitación golpea el Acreditado, porque los ojos de la muchacha se han abierto y se incorporan en el lecho y la miran con un rostro engañado —pero que se sabe cómplice—, comprimido entre el terror y la ira, porque el Acreditado impertinente forcejea ya con la cerradura que cruje…

Y la mano salta de entre los muslos, con su humedad viscosa. Y tiene la certeza del momento fatal, cuando oye el grito de la mujer y la puerta que cede… Y la mano se precipita, corre al igual que una araña asustada, trepa por la ventana y se pierde en la oscuridad de la noche, entre las callejuelas de La Habana, como un cangrejo despavorido.


La mano pertenece al libro de relatos La noche del Gran Godo


Intercambio cultural con los Estados Unidos y represión para los artistas cubanos

Mientras el régimen de La Habana se empeña en mantener la represión como único medio para tratar con los artistas independientes cubanos, la plataforma oficialista Cubadebate, con todo el cinismo que la caracteriza, en un artículo publicado el 31 de mayo pasado, pide que se restablezcan los canales de intercambio cultural con los Estados Unidos.

Según rememora Cubadebate, durante los años anteriores a la administración Trump, «y muy a pesar de las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra Cuba», artistas e intelectuales cubanos habían viajado al país norteño y la mayor parte de esos cubanos «que fueron a espacios estadounidenses lo hicieron literalmente por amor al arte, ante la imposibilidad de cobrar honorarios por sus presentaciones».

Añade el medio oficialista que la situación se fue deteriorando hasta el estado en que se encuentra hoy, debido a que en el gobierno de Donald Trump se tomaron medida, una tras otra, «para afectar las relaciones bilaterales, limitar los intercambios entre ciudadanos comunes y establecer una matriz de opinión negativa contra la Isla». Pero omite, como no puede ser de otra manera tratándose del castrismo, hablar sobre la escalada represiva que se estaba llevando a cabo en la isla contra los artistas independiente en tiempos del intercambio cultural, algo que dura hasta el día de hoy, y no parece que vaya a desaparecer, porque estos artistas han establecido un frente de lucha, y no ya solo contra la llamada política cultural del régimen a la que en 2018 adjuntó el Decreto Ley 349, sino contra todo lo que vaya en contra de la dignidad humana en la isla.

En su texto Cubadebate rememora una serie de eventos que formaron parte del intercambio cultural, y alega que a pesar de que las condiciones políticas bajo el mandato de Donald Trump ya no eran propicias para seguir, «los creadores y las instituciones estadounidenses continuaron acompañando las acciones de acercamiento bilateral», como intentado legitimar su tesis y al mismo tiempo mantener ante los ojos de los partidarios del castrismo el papel de víctima que éste interpreta cuando se trata de las relaciones con el Gobierno de los Estados Unidos, aunque hay que recordar que no fue hasta 2019 que la Casa Blanca prohibió que el gobierno federal financiara actividades de intercambio cultural con funcionarios y entidades estatales de Cuba.

Por otro lado, sostiene que en Cuba no hay tal represión y todo se trata de una especie de conspiración muy mediática financiada por «el aparato de fabricación de disidentes de la USAID y la NED», el cual, en otro intento de desestabilizar el orden interno de la isla, «entregó dinero a individuos sin ninguna obra cultural reconocida en Cuba o en el exterior para que posaran como víctimas y ciertos medios de prensa que tienen deudas con el Departamento de Estado y otras agencias redondearon la campaña magnificando ‘movimientos’ de personas aisladas y de otros que fueron víctimas de la confusión».

La única realidad detrás de esto es que régimen posee el monopolio de la actividad cultural, y prescinde de todo creador que manifieste públicamente su inconformidad con el sistema, a lo que hay que sumar una larga lista de artistas y escritores censurados, perseguidos, encarcelados y con prohibiciones de salida del país. Aunque hay que destacar que eso no es suficiente para evitar que los creadores independientes, contestatarios, continúen haciendo su obra y gocen de reconocimiento tanto dentro de la isla como en el exterior; posiblemente el ejemplo más visible de esto es el de Luis Manuel Otero Alcántara, artista visual que ha sabido llevar su creación a la par del activismo y en función de éste, razón por la cual en los últimos años ha sufrido la represión del régimen como nadie.

Por último, cabe añadir que este artículo de Cubadebate no es otra cosa que el reflejo de la necesidad que tiene el castrismo de que la Casa Blanca revierta la política heredada de Trump. Restablecer el intercambio cultural no sería otra cosa que el primer paso hacia el añorado acercamiento, el cual por estos días tanto funcionarios como medios de comunicación y propaganda han estado reclamando.


Artistas convocan #SOSCUBA en Washington DC

El próximo sábado 5 de junio, líderes del exilio cubano, medios de comunicación independientes, artivistas y en general cubanos residentes en Estados Unidos protagonizarán una jornada de protestas que culminará frente a la embajada de la dictadura castrista en Washington DC.

3:00 p.m. Meridian Hill Park

16th St NW & W St NW

Washington DC. 20009

7:00 p.m. Embajada cubana

2630 16th St. NW

Washington DC. 20009

Varias acciones artísticas marcarán el evento por la liberación de los presos políticos y la libertad de Cuba:

Luis Manuel Otero Alcántara en la calle

Tras permanecer un mes secuestrado en el hospital Calixto García, de La Habana, el artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara fue finalmente liberado este lunes. En la nota informativa de la «Dirección del Hospital Universitario” pudo leerse lo siguiente:

«Como se ha informado anteriormente, desde el pasado domingo 2 de mayo, el ciudadano cubano Luis Manuel Otero Alcántara se encuentra ingresado en el Hospital Universitario General Calixto García con un diagnóstico de inanición voluntaria referida. Durante la estadía hospitalaria su evolución ha sido favorable, con parámetros clínicos y de laboratorio que ya se encuentran todos dentro de rangos normales (…) Por todo lo anterior, previa información al paciente, el equipo médico ha decidido darle el alta hospitalaria en el día de hoy».

Y en las redes sociales las reacciones no se hicieron esperar:

«Felices en casa esta tarde con la noticia de que Luis Manuel Otero Alcántara fue liberado desde el hospital Calixto García. Lo mantienen lejos de San Isidro por macabra estrategia, pero él está en San Isidro… cuando lo escuchamos hablar pudimos constatarlo. Su mensaje fue preciso». Emma Artiles

«Además de mi amiga Iliana Hernández, este 31 de mayo estamos sitiados por el G2 Abu Duyanah Tamayo, Osmani Pardo Guerra y yo. No quieren que nos encontremos con Luis Manuel Otero Alcántara». Oscar Casanella

«Soltaron a Luis pero lo mantienen lejos de San Isidro. El mismo día mandaron a Maykel (Osorbo) para Pinar del Río. Y a Esteban Rodríguez lo mantienen en Valle Grande. No crean que no advertimos su estrategia macabra. Saneamiento barrial y castigos ejemplarizantes para aquellos que tienen arraigo en la gente. Todo con procesos amañados e injustos que vamos a seguir con organismos internacionales y con toda la visibilidad que lleva». Anamelys Ramos

«Que sí, que lo besé. Desde hace mucho quería hacerlo y hoy pude. Luis Manuel Otero Alcantara está libre, vivo, entre nosotros. Tanta luz no podía apagarse. No lo niego, lloré y mucho. Te quiero mi Luis Ma». Héctor Valdés Cocho

«Y ahora cómo le explicamos a los noruegos que en Cuba cuando sales del hospital es que te liberaron de la prisión, y cuándo sales de la cárcel es que te dieron de alta… no van a entender nada». Armando Tejuca


Moda y escultura, las ‘instalaciones vestibles’ de Celia Ledón

Durante seis meses, se han exhibido 18 piezas de gran formato de Manolo Valdés en los parques de Doral, ciudad del condado de Miami-Dade. El legado resulta así la mayor exposición al aire libre, hasta la fecha, de esculturas monumentales del artista español, que radica desde hace décadas en Nueva York, pero que también tiene una casa-estudio en Coral Gables, cerca de Doral.

La exposición cerrará el 3 de junio con Instalaciones vestibles, donde desfilarán modelos en una pasarela callejera luciendo piezas confeccionadas por la artista cubana Celia Ledón, por encargo del Museo de Arte Contemporáneo de Doral (DORCAM). El espectáculo, en el que participarán también músicos y bailarines, lejos de quedar en acontecimiento fortuito será el primer paso del evento bianual Moda, arte, diseño.

Instalaciones vestibles agrega un nuevo hito a la ya notable carrera de Celia Ledón, diseñadora de moda, directora de arte y consultora de vestuario cinematográfico, que ha trabajado en 13 largometrajes, entre los que destaca Yuli, de la cineasta española Iciar Bollain, sobre el célebre bailarín cubano Carlos Acosta.

Licenciada en diseño industrial, ha producido también dos colecciones para Clandestina, primera marca independiente de moda urbana en Cuba, y tiene además lista ya para producir una colección propia de ropa de calle. La revista Vanity Fair consideró a Celia Ledón, en 2018, una de las cinco diseñadoras de moda más inspiradoras de su país.

“En este proyecto, parto de una imagen mental, pero luego voy haciendo cambios”, nos dice Celia, ocupada en una de sus piezas en este amplio local de una céntrica zona de Doral, una de las ciudades más florecientes de Estados Unidos. Y añade: “A veces, algo que ocurre por error o por casualidad resulta mejor que lo que habías planeado”. Eso resulta comprensible porque se trata de una labor meticulosa, por momentos repetitiva, que requiere de largas horas y mucha paciencia.

La pieza sobre la que se afana ahora es un vestido que va realizando sobre un molde con la forma ya bien conocida del traje de una de las meninas de Velázquez, convertida en uno de los sellos visuales de Manolo Valdés, como se hace evidente en las esculturas monumentales de El legado.

Pero el material que utiliza aquí Celia Ledón es la simple cinta adhesiva transparente que sirve para embalar equipajes. “Me imaginé que funcionaría y ahora estoy probando”, dice la artista, aplicando una pistola de calor sobre la superficie de este inusual «vestido».

Y aquí está la esencia de la cuestión. Para decirlo en pocas palabras: estamos ante una diseñadora de moda cuya premisa es reciclar, reutilizar y «descontextualizar» objetos y materiales de la vida cotidiana. Para confeccionar sus obras, se vale de pajillas absorbentes, viejas cintas magnéticas, anillas de latas de bebidas, lonas de desecho y muchos otros elementos que se pueden encontrar lo mismo en un contenedor de desechos industriales que en un Home Depot.

Celia hizo su tesis de graduación en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en La Habana, con una metodología del diseño de vestuario para audiovisuales. “Allí aprendí muchísimo”, recuerda, “porque los cortometrajes de los estudiantes, como tenían un carácter naturalmente didáctico, me obligaban a hacer de todo, desde el vestuario hasta la dirección de arte y el maquillaje”.

Aunque trabaja frecuentemente fuera de Cuba, la artista reside en La Habana, donde ya había realizado varias performances antes de participar, con un traje de cinco metros de altura, en un espectáculo en el que se presentaron artistas como Roberto Fabelo, Roberto Diago o Manuel Mendive, en el Centro Kennedy para las Artes Escénicas, de Washington D.C.

“La moda tiene que ver un poco con el sufrimiento, porque es un ciclo interminable”, dice, explicando su concepto de fashion victim. “Y está también la dicotomía del ser humano, que quiere ser único e irrepetible y a la vez quiere pertenecer a un grupo”.

El cine, el videoclip y el teatro, no obstante, han cobrado gran peso en su carrera. “De cierto modo, el cine te muestra un extracto de la realidad y la gente espera realismo y verosimilitud en una película, aun cuando se trate de una fantasía. En el teatro, en cambio, hay convenciones muy particulares, porque el espectador no necesita ver el vaso cuando un actor coge un vaso de agua. Eso me da la posibilidad de hacer cosas que no puedo hacer en otro lugar”.

Trabajar sobre distintos soportes y enfrentar los más variados retos creativos, resultan algo muy estimulante, no importa si se trata de un encargo o de un proyecto personal. “Al final, tus recursos para realizar una película, una publicidad o una obra de teatro son los mismos. Alguien te puede encargar algo y tú también te puedes proponer algo. Y estás en un mundo no solamente interdisciplinario, sino también transdiciplinario, por tienes que incursionar tú en disciplinas ajenas y otros tienen que incursionar en la tuya”.

Aunque pareciera que la laboriosidad, la imaginación, la habilidad manual y el instinto son suficientes para su faena, lo cierto es que Celia Ledón, como todo buen artista, se vale también de recursos que no resultan evidentes a primera vista, como la geometría fractal, las leyes de la Gestalt, el número de oro o la sucesión de Fibonacci. “Las proporciones son todo. Mi trabajo es un estudio de materiales y utilizo la repetición de motivos, pero el material será el protagonista del resultado. Por eso es que me gusta tejer, porque así puedo crear mi propio material”.

En cuanto a este proyecto específico, “la relación de mis piezas con la obra de Manolo Valdés es más bien casual y variable, no directa, ya que depende de los recursos, del simbolismo, de los materiales, de la «pregnancia visual», como en el caso de las meninas. Se trata de una relación muy sutil”.

Fusionando la moda y la escultura, Instalaciones vestibles cerrará la exposición El legado de Manolo Valdés y abrirá el evento Moda, arte, diseño, que se efectuará en Doral dos veces al año y que procurará mover las fronteras de estos campos, interrelacionando a diseñadores, artistas visuales y especialistas de moda y vestuario. “Todo lo que sirve para vestir se percibe como moda y todo lo que se autosustenta se percibe como escultura. De ahí que yo llame mis piezas «instalaciones vestibles». Pero es importante, además, que sea un espectáculo en todos los sentidos, con música, performances, bailes, y que la gente disfrute, para que ese tono marque los futuros eventos”.


Diccionario de la Real Neurastenia de la Lengua Vitriólica: La tiradera cubana

Si usted desemboca, a través de Internet, en Definiciones de Oxford Languages, observará el siguiente significado de “tiradera”:

Tiradera. Nombre femenino. Colombia: Dicho o hecho con el que se procura poner en ridículo a alguien o algo. «Dejen ya la tiradera o me pondré de mal genio». Similar: Burla.

Aunque la Real Academia de la Lengua Española es mucho más tradicional al respecto:

Tiradera. De tirar y -dera. 1. f. Flecha muy larga, de bejuco y con punta de asta de ciervo, usada por los indios de América, que la disparaban por medio de correas. 2. f. rur. Ar. Clavo grande de hierro con una cadena para arrastrar maderos.

En cualquiera caso, a efectos de la cotidianeidad en este tercer milenio –buena parte de la cual, como ya sabemos, se desarrolla en las redes sociales, Youtube, Facebook, etc.–, la definición de Oxford Languages se ajusta mucho más a la realidad. Y si hablamos de la realidad cubana, más todavía. Así, se me ocurre ajustar ligeramente el significado con relación a las diversas expresiones y problemáticas de lo cubano en Internet:

Tiradera. Dichos, hechos, enfrentamientos y salpafueras por medio de los cuales los youtubers e internautas cubanos de las primeras décadas del siglo XXI captan la atención del público, de cara a la monetización de sus respectivos nichos de mercado. En el ámbito cubano, donde el brete, el alarde, el choteo o la difamación han resultado sumamente populares en todas las épocas, incluso antes del surgimiento de Internet, la tiradera refuerza el carácter disparatado, y/o el impulso caníbal, de la sociocultura isleña, provocando que no se sepa qué es peor (o mejor): ordeñar la vaca o cortarle la pata.

Elevar la tiradera a otro nivel, o descender con ella otro escalón, constituyen alternativas por las que la cubanidad aún no se decide conscientemente, trabada como está entre el tiraquehala y el dimequetediré, el chanchullo tradicional y el enredo de toda la vida.


Galatea viaja por las nubes

“Galatea viaja por las nubes; aún permanece como si fuera el aliento de un pabilo que no se gasta con sus lágrimas de cera; con su llamita titilando, temblando de incertidumbre, pero a la vez persistiendo, en medio de un avión y un firmamento que va dejando atrás la oscuridad”.

Galatea fue una prostituta cubana (imaginaria pero no menos real) que soportó con mucho estoicismo su antiquísimo oficio. Guardaba el secreto de una romántica tragedia familiar, cuando se llamaba Michélle y había nacido en París, y en su infancia y adolescencia se rodeó de exposiciones de arte y anticuarios parisinos, de restaurantes y champañas. Pero más que en París, llegó a crecer y se hizo mujer en Baden Baden; muy joven conoció el matrimonio con genio-tonto y rico que terminó en el suicidio; tuvo la protección de una madre y un padrastro adinerado hasta que surgió Hitler en Alemania y con él la noche negra que cubrió el mundo en esos años de la década del 40.

A partir de entonces su vida fue un desastre, casi podría decirse que se convirtió en una eterna huida. “La noche negra se tragó todo a su alrededor, y fue, desolada, hacia un país desconocido”. El país donde huyó, temerosa y mísera, fue Cuba, la isla que en aquellos tiempos llamaban Los ojos del Paraíso.

Este es el título de la novela del escritor y periodista cubano Darcia Moretti que ganó el premio Letras de Oro (1989-1990) de la Universidad de Miami, y en ella se narra simplemente la historia de una mujer que por circunstancias de su vida se vinculó a la isla. Más que vincularse, se fundió al destino de un país, al que primero odió y luego amó entrañablemente. Galatea, en esencia, vivió y representa la imagen de la Cuba de mitad del siglo XX; años convulsos, augurales de una fatalidad nueva, diferente, desconocida para el pueblo que aún se encuentra perdido en su propio laberinto.

La vida de Galatea estuvo signada por dos nombres: Adolfo Hitler y Fidel Castro. Y ella representa, en buena medida, a la gran meretriz de una época de transición. Quizás la imagen del último prostíbulo burgués en la Cuba de los primeros años de la revolución; pero también, como historia, refleja el paso hacia la prostitución de los valores políticos y sociales.

En Los ojos del Paraíso los personajes quieren trascender sus individualidades para convertirse en símbolos de una época. Una proyección válida que por momentos alcanza los logros y posibilidades de la buena narrativa; en otros, los menos, se queda en la intención por su carácter un tanto efusivo a la hora de describir la realidad de los hechos.

En esta historia imaginaria —no menos real, naturalmente—, el personaje de Michélle, desde su soledad irreverente con la vida, logra levantar el más famoso y refinado prostíbulo de La Habana, en esos años previos al triunfo de la revolución comunista: La casa Galatea. Tanto en su papel protagónico, como en el de los personajes secundarios y la descripción del ambiente de esta mansión visitada por diplomáticos, funcionarios, hombres ricos y después barbudos revolucionarios, se aprecia un contexto bien definido de la realidad de aquel entonces. Hay una atmósfera de sensualidad y complejidad humana; una trama bien estructurada no exenta de atracción por el comportamiento de los personajes; atracción, incluso, por la intención de presentar —tal vez con un poco de apresuramiento— esos dos o tres primeros años de un proceso aparentemente revolucionario, que desde un inicio pudo provocar en algunos la sospecha de que se avecinaba un tiempo de mayor degeneración política y social.

Parece ser que Galatea es también la imagen de la eterna peregrina. La escena final, en el avión que los sacaba de Cuba a ella y a sus amigos, cierra muy bien el ciclo de sus dos fatalidades: la alemana de Hitler y la cubana de Castro. Es el comienzo de un exilio que, como el judío, se ha tenido que llevar a cabo a sangre, sudor y lágrimas, pero con el recuerdo y el tesón para rehacer la vida.

En definitiva Los ojos del Paraíso es una novela necesaria, que presenta la otra cara de la narrativa cubana de la segunda mitad del siglo XX, cuando recoge y recrea el comienzo de la otra historia, muy verdadera, que la llamada literatura de la revolución cubana no se ha propuesto evidenciar. Y es que la verdadera literatura no se realiza por decretos (Dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada), sino que se hace con la sensibilidad, la imaginación y la memoria de lo vivido. En el caso de Cuba, sólo hay una literatura: la que se ha escrito y escribe desde la isla y, no menos importante, la que se ha escrito y escribe en el exilio.


Darcia Moretti nació en Cuba y emigró a Estados Unidos en 1958. Otras obras suyas publicadas han sido un libro de entrevistas, Gente importante (1975) y la novela El universo de Nina (1979).


Prehistoria humorística de la robolución cubana

Cuba invertebrada

Según el cartógrafo José María de la Torre, eran treinta los antiguos cacicazgos de la Isla de Cuba. Así que el problema del cubano invertebrado -el relajito, la rencilla, el brete, Humberto López, etc.- pudiera ser anterior a Colón (sin olvidar que los caribes se comían vivos a los guanahatabeyes). Y ya se puede imaginar con la llegada de los también invertebrados españoles.

Los gorriones

A mediados del siglo XIX, en Santi Spíritus, fue juzgado un gato por comerse un pajarito. El hecho tuvo lugar en torno a la llamada “Crisis de los Gorriones”, durante la cual los españoles llevaron a juicio a varios «cubanos» por eliminar o pretender eliminar a esas aves, altamente depredadoras. Los españoles habían introducido al gorrión en Cuba con el objetivo de poblar la isla con aves auténticamente peninsulares y desplazar a las nativas, y el ecosistema se resentía, y los sembrados criollos. Cuando aquello los “cubanos” aún no eran cubanos formalmente… quién sabe si fueron estos pajaritos los detonantes del nacionalismo parasitario que desembocó luego en la robolución cubana.

«El Cuerpo Militar de Voluntarios, una organización española dedicada a mantener el orden en ciudades y pueblos, prototipo de las milicias fidelistas, los comités de la defensa de la revolución y los grupos de acción rápida, adoptó como símbolo el gorrión frente a la bijirita mambisa», ha recordado el historiador Manuel Márquez Sterling en la revista Herencia Cultural Cubana. En Cuba, hasta los gorriones son un producto de importación, tradición a la que se acogería desde el principio la robolución castrista.

Que el muerto lo ponga otro

Supuestamente, según el autor de Los zapaticos de rosa, había que impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extendieran por las Antillas los Estados Unidos y cayeran, “con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”. Pero dígase lo que se diga, cuando en 1898 Estados Unidos intervino en la guerra hispano-cubana libró a los independentistas, a todos los cubanos, de un desangramiento interminable. De hecho, ya habían solicitado su presencia, por activa o por pasiva, numerosas figuras históricas —esas a las que el nacionalismo insular suele llamar patriotas o fundadores de la nación—, desde el mismísimo “Padre de la Patria”, Carlos Manuel de Céspedes, pasando por Ignacio Agramonte, hasta el generalísimo Máximo Gómez (omito decenas de nombres ilustres para no perdernos en enumeraciones caóticas), circunstancia que la historiografía oficial cubana esconde ladinamente.

Pero no solo intervino Estados Unidos, sino que además puso a funcionar a un país devastado por la guerra. Construyó escuelas y carreteras, distribuyó becas, erradicó enfermedades (el Plan de Saneamiento de la Isla), otorgó rebajas arancelarias a los productos cubanos, montó sistemas de drenaje y alcantarillado, garantizó la paz militarmente, con el enorme gasto que ello conlleva… En “agradecimiento”, Cuba desarrolló a continuación una de las culturas más antiamericanas del continente (más “antiimperialistas”, dirían sus sostenedores), cuyo colofón, la llamada “revolución cubana”, se define a sí misma en oposición al vecino del norte. Muchos de nuestros compatriotas, en una suerte de éxtasis de ingratitud, solo se acuerdan del episodio de la intervención estadounidense para culpar a los americanos de haberle querido robar a Carlos J. Finlay el descubrimiento del mosquito que provocaba la fiebre amarilla.

“Que ponga el muerto otro”, pensarán —o más probablemente: sentirán— los americanos. Sobre todo porque ya pusieron el muerto una vez y han comprobado por sí mismos, sobre todo tras el triunfo de la robolución castrista, cómo los cubanos cayeron, como una fuerza más, sobre todo lo que Estados Unidos significa.


Sobre el entierro del bolero en Cuba

Algunos han escrito que la prohibición no estuvo entre las causas por las que el bolero perdió su popularidad en Cuba. El papel aguanta todo cuanto le escriban. De cualquier modo, si bien es verdad que este género nunca fue prohibido por decreto, también lo es el hecho de que desde los primeros meses del gobierno revolucionario empezó a ser visto, desde arriba, como un pernicioso rezago del pasado. Eso situaría al bolero en cuarentena. Hasta que finalmente iba a ser rematado con la prohibición de sus más exitosos intérpretes.

Así como muchos de los grandes soneros cubanos quemaron sus naves quedándose en la Isla después de 1959, subempleados, sin perspectivas, ni instrumentos, ni discos, ni giras, ni espacio en la difusión, ni salones de baile, sin un peso para el chícharo y sin un chícharo de consideración ante su peso histórico, no sucedió igual con los más famosos boleristas. Se trata de un pasaje digamos curioso de nuestra historia que quizá merezca estudio más detenido.

Hubo excepciones, como Fernando Álvarez o Lino Borges. Y hubo casos excepcionales, como los del impar Benny Moré o la muy versátil cancionera Elena Burke, como Roberto Faz, Pacho Alonso, Celeste Mendoza, Raúl Planas, Orestes Macías, Carlos Embale o Tito Gómez, entre otros que por ser grandes en todos los géneros, lo han sido también en el bolero, aunque no se enmarquen como boleristas. Pero el resto, o sea, aquella tropa nutrida y peculiar que lo apostó todo en los años 40 y 50 por la interpretación del bolero cubano, potenciándole el rango de suceso mundial, prefirió irse con su música a otro lado. Y todos pagaron con la excomunión. Lo malo es que a la hora de tachar sus nombres, el bolero cayó también bajo la raya. Así quedaba conclusa para sentencia la primera gran síntesis vocal en la historia de nuestra música popular.

El motivo por el que aquellas estrellas renunciaron a su éxito y a su público, pudo quedar condensado en una declaración de una de las más brillantes, Olga Guillot, quien dijo haberse ido porque su pobreza la administraba ella y no Fidel Castro.

Hacia finales de los años ochenta, cuando, aprovechando el ventarrón de la Perestroika, algunas emisoras en La Habana intentaron sacudirle cenizas al género, más de una generación entre nosotros desconocía totalmente el quehacer, los nombres y hasta la existencia de la propia Guillot, o de Orlando Vallejo, Antonio Machín, Bienvenido Granda, La Lupe, Ñico Membiela, Blanca Rosa Gil, así como de otros muchos boleristas famosos. El bolero únicamente resultaba atendible (que no reconocible) entre los jóvenes si era cantado por el mexicano Luis Miguel. Las pocas luminarias del género que sobrevivían en la Isla eran asumidas (que no atendidas) como fósiles, menesterosos viejitos del tiempo de antes.

La nota paradójica es que la mayoría de aquellos famosos boleristas que se marcharon de Cuba, lo hicieron guiados por el interés neto de continuar su carrera. Algunos, incluso, ya vivían en el exterior desde antes del triunfo de la revolución, y no quisieron regresar. Otros murieron de viejos soñando con el retorno. Pero todos fueron borrados por decreto de nuestra memoria y aun de la historia.

Con frecuencia se insiste en nombrar a Orlando Contreras (un magnífico cantante con un pésimo repertorio) como representación paradigmática de aquel bolero que hizo época en las victrolas cubanas, en los años vísperas de la revolución. No es un error, pero sí un reduccionismo histórico que puede conducir a la errónea subvaloración del bolero como género, sobre todo entre los jóvenes.

Los desengaños de bares y cantinas que tan buenas ganancias le reportaron a Orlando Contreras constituyen sólo una de las diversas líneas temáticas del bolero. El tango las tuvo peores, pero no por ello ha dejado de ser fuente viva de la música argentina, inspiración y modelo de casi todo lo que se canta y toca en ese país (incluidos el rock y los géneros llamados cultos), a más de ser un monumento cultural que es motivo de orgullo para los argentinos de cualquier edad.

Mientras, el bolero cubano, marginado, abolido y deshecho por quienes pretendían barrer los vicios del pasado y terminaron barriéndolo todo menos los vicios, llegó a ser pieza obsoleta en su país natal durante largas y sufridas décadas.

Aquel regusto a victrola de cantina lo marcó desde el primer día, agravado por la consecuente acusación de machista. Y para colmo, sucedió que no encajaba, no podía encajar en el proyecto de los fabricantes del hombre nuevo. Por motivos obvios: su filiación con los nostálgicos, los fatales, los que sufren por amor, los machos tristes que no lloran, y los que lloran pero no transigen, los perdidos que resultan perdidos por las perdidas, en fin, todo lo que somos, lo que nunca hemos dejado de ser. Pues la tragicómica moraleja de esta historia es que los cubanos jamás renunciamos a llevar el bolero en el alma, algunos más y otros menos, pero probablemente no resultaría exagerado afirmar que todos los nacidos en la Isla (incluso los censores y hasta los caciques del régimen) seguimos pensando, actuando, viviendo en tiempo de bolero. Y a la vez, cada día son menos los que viven en tiempo de Nueva Trova.


¿Aprenderemos de esta lección que nos abofetea el rostro?

Todos tenemos la culpa por Luis Manuel Otero Alcántara.

Sí. Dejemos la hipocresía y las emociones a un lado. Ninguna de estas dos premisas ha funcionado; de tal modo que Luis Manuel está entre la vida y la locura inducida.

A pocos días de iniciada su última huelga, me comuniqué con Luis Manuel para hacerle saber mi criterio: «Una huelga de hambre es sinónimo de muerte, y tú te convertiste en un símbolo de Patria y Vida».

Era mi criterio contra su ansia de recuperar sus obras robadas, días antes, por la policía política al servicio del Partido Comunista.

Pocos se alinearon a este criterio. Muy pocos.

Muchos utilizaron el cuerpo de Luis Manuel como trinchera. Muchos hicieron comparaciones trasnochadas con el 33, en franca alegoría con Cristo. Muchos publicaron sus «mea culpa». Muchos alegaron el derecho de Luis Manuel a la huelga.

Pues ese derecho que ayer quisimos como amparo para Luis Manuel, hoy se traduce en lamentos vacíos volcados en centenares de posts, mientras la policía política [aprendiendo de nosotros] también utiliza su cuerpo como trinchera.

No lo dejarán morir. El Partido Comunista aprendió la lección cuando, en ese mismo hospital, dejó morir a Laura Inés Pollán Toledo el 14 de octubre de 2011.

Intentan dejarlo inutilizado mentalmente, y exhibir su desarticulación psicológica como escarmiento.

Si los lamentos de hoy los hubiésemos convertido en llamadas a Luis Manuel, para que ideara otra manera de recuperar sus obras, la policía política no tendría la ventaja que exhibe como triunfo en nuestras propias narices.

Pero nuestro apego por la pasión, por el capricho de no comprender [de una vez y por todas] que no necesitamos mártires para derrocar la tiranía del régimen de Cuba, nos enceguece y nos hace inútiles.

Tan inútiles como puede serlo este mismo texto.

Luis Manuel no tiene absolutamente ninguna culpa. Asumió una posición, y nuestro deber debió haber sido mostrarle las otras variantes donde podíamos acompañarlo para recuperar sus obras y continuar su pelea.

Mostrarle que ante Patria o Muerte habíamos elegido Patria y Vida.

¿Aprenderemos de esta lección que nos abofetea el rostro? No lo creo. Francamente no lo creo.

Quien permanece secuestrado y bajo un tratamiento que va lejos de sanarlo [Luis Manuel no estaba enfermo] es toda Cuba. Porque Luis Manuel es la representación cabal de todo un país bajo la opresión.

Quien permanece secuestrado y a punto de la locura es Cuba. Esa misma isla que las organizaciones que sirven de árbitros de los derechos humanos y las libertades civiles han abandonado a su suerte.

No confío en ninguna de esas organizaciones. Pues su única posición, en los últimos 60 años, ha sido servir de sombrilla a los desmanes de una dictadura militarista y totalitaria.

Si algo necesitó Luis Manuel de nosotros fue un simple mensaje: «tu vida vale más que una huelga, que un cadalso… tu vida vale más, incluso, que el conjunto de las obras que nos regalaste como demostración de que estabas puesto».

Pero ese mensaje, lamentablemente, nunca le llegó. Abrazo de paz y memoria para Luis Manuel.


De la serie #JugadasApretadas


Noticiero Facebook con Luis Manuel Otero Alcántara

Reconocidos artistas cubanos demandaron este lunes que sus obras sean retiradas del Museo Nacional de Bellas Artes «en solidaridad con el artivista Luis Manuel Otero Alcántara, internado sin comunicación desde hace tres semanas en un hospital de La Habana», informó la agencia AFP. Tania Bruguera, Tomás Sánchez, Celia González, Reynier Leyva Novo y Sandra Ceballos, entre otros, dirigieron una carta abierta al director del museo que fue publicada en Facebook, declarándose «motivados por un auténtico sentimiento de preocupación y solidaridad» con Otero Alcántara. Además, llamaron a otros creadores a sumarse al gesto. Supuestamente, desde el 2 de mayo pasado Otero se encuentra secuestrado por la Seguridad del Estado en el Hospital Calixto García. El secretismo en torno al fundador del Movimiento San Isidro, y su deterioro físico, evocan algunos de los episodios represivos más impresentables de la llamada «revolución cubana».

El fallecimiento en La Habana, el pasado domingo, de la abuela materna de Otero Alcántara, ha añadido aún más dramatismo al contexto represivo. Al artivista no se le permitió asistir a las honras fúnebres.

Los intelectuales cubanos Pablo Betancourt, Enrique Patterson, Gilberto Dihigo, Miguel Candelario, Francisco Morán, Danielle Pilar Clealand y Rita Martin publicaron esta semana una carta abierta en Ipetitions.com, dirigida a la comunidad afroamericana, que continúa recaudando firmas. «No podemos guardar silencio ante el aumento de las violaciones de los derechos civiles y humanos de los activistas negros en Cuba que se atreven a alzar la voz contra el racismo sistémico… Hacemos un llamado al Gobierno de Cuba para que libere de forma inmediata e incondicional a nuestro hermano Luis Manuel Otero Alcántara», subraya un fragmento de la petición.

La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba advirtió este lunes que procesará como represores a quienes cooperen con la Seguridad del Estado en el hospital Calixto García, dañando al artista del Movimiento San Isidro. Juan Antonio Blanco, director ejecutivo de la Fundación, denunció a «una élite de poder» que en Cuba «usa la medicina como herramienta de diplomacia y propaganda al tiempo que la emplea como instrumento diabólico de su represión. El uso de los servicios médicos para la tortura y asesinato de disidentes ha sido una práctica represiva durante estas seis décadas”.


Amnistía Internacional pide firmas por la liberación de Otero Alcántara

«El 2 de mayo agentes de la Seguridad del Estado en Cuba lo sacaron de su casa y lo llevaron a un hospital mientras estaba en huelga de hambre en protesta por la confiscación de obras de arte suyas. Tiene las visitas tan restringidas que había dudas de si estaba vivo o no. Luis Manuel Otero Alcantara es preso de conciencia y exigimos su liberación inmediata e incondicional. El hostigamiento hacia él y el movimiento de San Isidro es inaceptable».

Tu firma es fundamental en este esfuerzo de Amnistía Internacional (AI) y de cara a otras iniciativas y denuncias a favor de la liberación del artista, visiblemente afectado por el abuso, hasta ahora impune, del aparato militar cubano.

«Este hombre es un artista cubano de 33 años, una figura emblemática de la oposición pacífica en Cuba. Forma parte del Movimiento de San Isidro que fue creado por un grupo de artistas en protesta por una ley que les restringe su libertad de expresión», recuerda AI.

«Desde de Amnistía Internacional nos hemos movilizado por él y por la gente del movimiento en varias ocasiones, por encontronazos con las autoridades, a las que no les gusta su arte contestatario».


Cuba: Apuestan todo por unas vacunas de las que se desconoce casi todo

Ilustración y gráfica de Bals Mena


El último sábado de febrero, el nonagenario Gustavo Figueroa tenía cita para vacunarse contra el coronavirus en esta ciudad, donde reside hace más de 60 años.

Nacido en Cuba en 1930, Gustavo es el más longevo de 17 hermanos. Carlos Manuel Figueroa, de 85 años, y radicado en la Isla, le sigue los pasos.

Aunque hace mucho tiempo que no se ven, durante los últimos meses los dos compartieron algo: ambos estuvieron confinados en sus hogares y temiendo contagiarse de covid-19 durante varios meses. A lados diferentes del Estrecho de la Florida, estuvieron expuestos al nuevo coronavirus y a la espera por la inmunización.

Pero a medida que la vacunación comenzó a avanzar en todo el mundo, y en especial en los países más ricos, sus historias comenzaron a divergir.

Para marzo pasado, Gustavo ya tenía acceso a varias vacunas. Estados Unidos estaba inmunizando masivamente a su población con las vacunas de Pfizer/Biontech, Moderna y Janssen.

Las tres son vacunas cuya eficacia ha sido demostrada tras finalizar estudios de fase III, un requisito indispensable para determinar con certeza si un fármaco funciona.

Las tres han sido aprobadas para uso provisional en los países que tienen sistemas regulatorios más estrictos: Estados Unidos y la Unión Europea. Las tres cuentan con el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su distribución por todo el mundo.

Gustavo pudo elegir cuál de ellas recibir. Y, de hecho, decidió no acudir a la cita que tenía y esperar a que estuviera disponible la de Janssen, la última en ser aprobada, porque prefería inmunizarse con una sola dosis, en vez de con las dos que requieren las otras vacunas disponibles en Estados Unidos.

Del otro lado del Estrecho, su hermano Carlos Manuel, residente en Colón, en la provincia de Matanzas, solo puede esperar. Como él, ningún cubano ha recibido hasta el momento una vacuna cuya eficacia haya sido probada o avalada por reguladores de otros países. 

Carlos Manuel solo puede confiar en los esfuerzos que su país está realizando por desarrollar sus propias vacunas, un proyecto hasta el momento envuelto por la propaganda y la opacidad, en el que Cuba está trabajando en solitario en medio de una grave crisis económica.

Soberana 02 y Abdala, los dos candidatos vacunales cubanos que están en la fase III de desarrollo, son de los pocos en el mundo, en ese grado de avance, de los que aún no se ha publicado ni un solo estudio sobre su eficacia o seguridad en humanos.

Pese a ello, las autoridades ya están dando por hecho que inmuniza y han anunciando que serán administradas a casi toda la población de La Habana. Esto convertiría a los candidatos vacunales cubanos en uno de los pocos en el mundo que se están administrando masivamente sin que apenas se disponga información de ellos.

Sin inmunidad

Cuba vive desde el comienzo de este año la mayor ola de covid-19 que ha experimentado el país hasta el momento. En el transcurso de 2021 se han detectado siete veces más casos que en todo el año pasado entero y la pandemia ha matado al triple de personas que en todo 2020, según muestran las estadísticas oficiales.

De acuerdo con un estudio hecho por instituciones científicas cubanas, en los últimos meses están circulando en el país cinco variantes de la cepa original del coronavirus original detectada en Wuhan, China. Se han identificado las llamadas variantes británica, sudafricana y californiana.

Amílcar Pérez Riverol, un biólogo cubano y experto en inmunología que reside en Brasil, comentó en un reciente post de Facebook: “Tenemos variantes con mayor transmisibilidad, potencialmente más patogénicas, que podrían evadir la respuesta inmune en pacientes ya recuperados y podrían afectar la eficacia de las vacunas. Estas características ―particularmente la ganancia en transmisibilidad― representan un nuevo factor que podría explicar la magnitud y resiliencia del brote actual en Cuba”.

Aún así, las autoridades no piensan en inmunizar a personas de la tercera edad como Carlos Manuel, el anciano de Colón, o al personal sanitario de primera línea con vacunas compradas en el extranjero.

De hecho, Cuba es uno de los dos únicos países en la región que aún no han administrado a su población ni una sola dosis de vacunas cuya eficacia ha sido probada en estudios completos de la fase III (el otro es Haití). Y es el único país de Latinoamérica que no pertenece y no tiene asignadas vacunas en el mecanismo Covax, un programa internacional que busca que los países con menos recursos puedan inmunizar a sus habitantes con los fármacos aprobados por la OMS. Incluso Venezuela, el otro país que no formaba parte de Covax, recientemente anunció que realizó el pago necesario para estar en el programa.

Las autoridades cubanas no se han interesado en ingresar a Covax ni han inmunizado a su población con productos de eficacia probada porque se están centrando en otros objetivos. Desde el año pasado, los dirigentes del país parecen dispuestos a hacer todo lo posible por anotarse el tanto propagandístico de ser el primer país latinoamericano que desarrolla su propia vacuna e inmuniza a toda su población en 2021.

Además, en un momento de caída del ingreso de divisas, las autoridades también han dado muestras de querer desarrollar vacunas que puedan venderse a países afines, como Venezuela y Bolivia, o que sirvan de incentivo para que los turistas vuelvan al país y revivan una actividad fundamental para la economía. De hecho, Cuba registró la patente de la marca Soberana en Europa en septiembre del año pasado.

La carrera por conseguir estos objetivos empezó el 13 de agosto de 2020, día en que el fallecido dirigente comunista Fidel Castro hubiera cumplido 94 años. Fue entonces cuando los cubanos recibieron la noticia de que el país estaba desarrollando una vacuna contra el coronavirus.

Desde entonces, a pesar de la crisis económica que atraviesa el país, de que sus reservas en bancos internacionales están en mínimos históricos, según el Banco Internacional de Pagos; de que el país dispone de recursos decrecientes para comprar insumos en el extranjero y las importaciones cayeron un 34 por ciento en 2020, según las estadísticas del Fondo Monetario Internacional, Cuba se ha volcado en desarrollar vacunas lo antes posible.

Hasta el momento esto es algo que solo han logrado las principales economías del mundo o grandes empresas transnacionales. 

Los candidatos vacunales

Desde agosto pasado, Cuba ha anunciado, uno tras otro, la creación de vacunas, para un total de cinco propuestas: Soberana 01, Soberana 02, Mambisa, Abdala y Soberana Plus.

De estas, dos han llegado a la fase III: Soberana 02 y Abdala. Su eficacia está siendo probada desde marzo en unas 80.000 personas en las dos principales ciudades del país: La Habana y Santiago.

Los estudios de fase III son lentos porque implican no solo administrar la vacuna ―en el caso de los candidatos cubanos se trata de tres dosis―, sino de esperar a que un número determinado de participantes en el estudio se contagien del virus y desarrollen la enfermedad.

La eficacia de la vacuna variará en función de qué proporción de los que enfermaron integraban el grupo que recibió el placebo y cuántos fueron los que sí recibieron el tratamiento.

Por esta razón, para acelerar el proceso, muchos de los estudios de la fase III que sí han concluido se realizaron en múltiples países al mismo tiempo, en zonas especialmente afectadas por la pandemia. Pfizer/Biontech, por ejemplo, desarrolló la fase III de su vacuna en 162 puntos diferentes de Estados Unidos, Brasil, Alemania, Sudáfrica y Turquía.

Cuba, en cambio, solo está contando con la colaboración de Irán para probar la eficacia de Soberana 02 y en el caso de Abdala lo está haciendo en solitario.

Pero las autoridades parecen no estar dispuestas a esperar a que estos dos estudios finalicen y se determine si realmente los candidatos cubanos reducen el riesgo de enfermar gravemente de covid-19.

Según la información publicada en el Registro Cubano de Ensayos Clínicos, los estudios terminarían en julio para Abdala  y en noviembre para Soberana 02. Sin embargo, desde finales de marzo, unas 270.000 personas ya están recibiendo los dos candidatos vacunales en lo que las autoridades han llamado “estudios de intervención”.

Y, a finales de abril, se anunció que casi toda la población de La Habana, alrededor de 1,7 millones de personas, también será inoculada con Soberana 02 y Abdala en mayo.

Al hacer este anuncio la jefa del Departamento Nacional de Atención Primaria del Ministerio de Salud Pública, María Elena Soto, no mencionó que la eficacia de los candidatos aún no se ha probado y que estos son, por el momento, precisamente eso: candidatos. Solo recordó a la población que tras recibir la primera dosis no deben confiarse, que deben esperar a que “la inmunización se complete” con las siguientes inyecciones.

Opacidad

Otros países autoritarios como China o Rusia han seguido estrategias similares: han suministrado vacunas a su población sin antes concluir las tres fases imprescindibles de un ensayo clínico. Esto se ha justificado como una necesidad ante la emergencia sanitaria que supone la pandemia, ya que el riesgo que puede suponer una vacuna puede ser menor al que representa el coronavirus.

Sin embargo, el caso cubano es especial por la opacidad de la información sobre sus dos candidatos en fase III, aun en comparación con los fármacos chinos o rusos.

Sobre la seguridad o eficacia en humanos de Soberana 02 aún no se ha realizado ninguna publicación. Solo existe un artículo científico sobre su eficacia en ratones.

En redes sociales y programas de televisión, las autoridades han difundido una gráfica en la que se muestra que después de que 44 personas (de las que se desconoce la edad) recibieran dos dosis de Soberana 02 y una de Soberana Plus, el 91 por ciento de ellos desarrolló anticuerpos específicos contra el coronavirus.

Pero como han señalado expertos en inmunología como Pérez-Riverol, esta gráfica no evidencia que estos niveles de inmunidad sean suficientes para neutralizar el coronavirus u ofrecer protección a medio o largo plazo.

Sobre la seguridad y eficacia del candidato vacunal Abdala, sencillamente se desconoce todo.

Hasta el momento, la única publicación sobre el uso en humanos de un candidato cubano es sobre Soberana Plus. Sin embargo, este fármaco solo se probó en un grupo de 30 pacientes ya recuperados de covid-19 y no se está planteando como una vacuna que prevenga la enfermedad, sino como un refuerzo.

En contraste, laboratorios estatales o empresas chinas tenían, a mediados de abril, cinco candidatos en fase III y el gobierno de ese país ya estaba suministrado tres de ellos a la población, según una base de datos de vacunas contra el covid-19 publicada por la OMS. De cada uno de los cinco candidatos chinos en evaluación existían ya publicaciones sobre su uso en humanos, según un recuento realizado para este reportaje.

Tres de los fármacos chinos difundieron sus resultados en The Lancet, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, y otro en la revista de la Academia Americana de Ciencias Médicas (Jama).

Uno de los candidatos desarrollados por la farmacéutica china Clover, que como Soberana 02 o Abdala empezó su fase III en marzo, ya ha publicado resultados preliminares de su estudios de la fase I en The Lancet.

Pese a la importancia que tiene en el mundo científico difundir resultados de las investigaciones, los candidatos cubanos se encuentran entre los más opacos del mundo. De los 20 candidatos vacunales que a mediados de abril se encontraban en la fase III de ensayos clínicos, de solo seis no existen publicaciones sobre estudios clínicos en humanos. Dos de ellos son los candidatos cubanos.

Un caso similar a Cuba es el de Kazajistán, una antigua república soviética en Asia Central, que también tiene un candidato vacunal en fase III, del que apenas se cuenta con información pública y que se ha anunciado que será suministrado a la población.

Sin embargo, las autoridades kazajas no han negado a su población vacunas de eficacia probada y han inoculado dosis chinas y rusas. Cuba, en cambio, está apostando exclusivamente por sus productos.

Y los está desarrollando prácticamente en solitario.  En la actualidad, instituciones y empresas de todo el mundo se están aliando o colaborando para avanzar más rápido en el desarrollo y producción a gran escala de la vacuna, algo que constituye un desafío incluso para grandes transnacionales y países con muchos recursos. Los laboratorios cubanos, pese a sus limitaciones, no están integrados en esfuerzos internacionales.

Abdala es desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) mientras que Soberana 02 ha sido creada por el Instituto Finlay de Vacunas.

Ambas son instituciones prestigiosas en Cuba y, anteriormente, han participado en el desarrollo de vacunas, como suele resaltar la propaganda gubernamental. Sin embargo, en el discurso oficial se tiende a eludir el hecho de que las anteriores vacunas fueron creadas durante periodos largos y, con frecuencia, con la colaboración de otros países o instituciones internacionales.

La vacuna contra la meningitis tipo B y C, uno de los grandes éxitos de la medicina cubana, necesitó nueve años para desarrollarse, prácticamente toda la década de 1980. Y para los estudios finales del candidato se contó con la asistencia de la OMS y los CDC de Estados Unidos. Posteriormente, esta vacuna se logró comercializar a gran escala en países africanos, con la colaboración de Brasil, como explicó en una reciente entrevista el doctor Luis Herrera, un experto en vacunas y fundador del CIGB.

Otra vacuna cubana exitosa, la de la hepatitis B, se ha logrado comercializar a nivel internacional gracias a una alianza con la farmacéutica francesa Abivax, que colaboró para que fuera posible realizar estudios de la fase III en varios países. La vacuna cubana contra la meningitis de origen bacteriano también fue desarrollada con la Universidad de Ottawa, Canadá.

Propaganda

Pese a la escasa información real de la que se dispone sobre Soberana 02 o Abdala, los candidatos vacunales cubanos contra el covid-19 se han convertido en uno de los temas más presentes en la propaganda oficial.

Los medios estatales han producido y reproducido la imagen de Cuba como el primer país de América Latina y el Caribe en desarrollar vacunas propias en fases avanzadas de investigación. El esfuerzo por producir la vacuna ha sido constantemente exaltado y se ha utilizado para recalcar que Cuba es una potencia médica y farmaceútica sin igual en la región. Esto incluso condujo a que funcionarios del régimen sugirieran ideas falsas en medios oficiales, como que los candidatos cubanos contaban con el aval de la OMS y que podrían convertirse en la esperanza de todos los países pobres del mundo.

La oficina en Cuba de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) tuvo que desmentir esto.

El despliegue propagandístico se intensificó a comienzos de este año. El 20 de enero, cuando el demócrata Joe Biden tomaba posesión como presidente de Estados Unidos y prometía vacunar en 100 días a 100 millones de personas, la propaganda cubana lanzaba su particular respuesta a la consigna: “Cuba alista 100 millones de dosis de vacuna anticovid-19”.

¿Qué quería decir exactamente que Cuba “alista” ese gran número de dosis? Más allá del titular que se vendió a la población y al resto del mundo, la noticia en sí era más realista: “Cuba crea las capacidades para producir 100 millones de dosis de la vacuna Soberana 02 contra la covid-19”. Fue realmente lo que anunció el Instituto Finlay, líder del proyecto, una afirmación que puede resultar tan grandilocuente como vacía en la práctica, una técnica habitual en la propaganda oficial.

Después, según avanzaban los estudios, las autoridades se encargaron que participaran en ellos periodistas estatales que transmitieran el entusiasmo oficial.

El director de la revista Temas, Rafael Hernández, publicó una foto suya en Facebook del momento en que recibía una inyección y confirmó que participaba de la fase II de Soberana 02.

Leticia Martínez, otra vocera gubernamental que también fue parte del ensayo, reportó su evolución en Facebook. “Me siento bien. Nada raro en mí. Solo un ligero dolor en el hombro izquierdo, que no duró más de dos horas. Nada de fiebre, ni malestar. Espero que en mi cuerpo se comprueben las buenas respuestas que necesitamos. Confío en ello”, contó.

Los medios oficiales, además de informar puntualmente de la evolución de los candidatos y realzar el interés internacional que están atrayendo, han convertido el asunto en una cuestión de fe e ilusión. “Miles de cubanos inyectados y crece la esperanza en el alma nacional”, titulaba recientemente Granma.

Pero lo cierto es que hasta la fecha, las únicas medidas de eficacia garantizada que tiene la población para protegerse contra la pandemia son las que Cuba lleva aplicando desde marzo de 2020.

“Solo tenemos las máscaras, el distanciamiento, evitar las aglomeraciones y ambientes cerrados y practicar higiene personal y de superficies. La única vacuna utilizable y eficaz en Cuba hoy es cumplir las medidas sanitarias”, comentó el científico Pérez Riverol en otro post.

Pero esto tampoco es sencillo en un momento en el que la escasez de alimentos y otros artículos de primera necesidad convierte en inevitable hacer colas durante horas para comprar alimentos.

A esas colas que él no padece pero sus sobrinos sí, son las que teme Gustavo, el anciano de Miami. Y teme, en particular, a lo que pueda sucederle a su hermano Carlos Alberto. Para él, la perspectiva de recibir una vacuna y mucho más una de eficacia probada parece aún algo lejano. 


Del Nudo Gordiano y otras sublevaciones

Jamás aprendas a defenderte de las ramas que no te sostienen. Como yo lo aprendí, con la agonía del firmamento en la laguna, jamás.

Francis Sánchez ‒Vertical


La poesía como forma de rebelión; como discurso que se opone a las circunstancias del desarraigo; como legitimación de esa cólera que desanda el desterrado. La poesía como reclamo de libertades es también posible. El poemario Nudo Gordiano, de Whigman Montoya Deler, lo demuestra a cabalidad y desde una eficacia poética que únicamente se logra cuando la sinergia entre autor y escritura, al unísono, rebasa los escollos de la gratuidad literaria.

Nudo Gordiano no es un libro de ordalías, sino de esas otras premisas que no esquiva la aspereza implicada en toda sublevación: el rompimiento con las reglas de un establo que impone la sumisión y los recatos como fórmulas de existencia. Ante esos límites se rebela el poeta ya en los versos de su primer cántico, La Casa de las Hojas (la sede del miedo):

“La culpa no es de la Casa de las Hojas

sino de los habitantes de la casa-isla

y los desmochadores.

La culpa es del tirano”.

Más que una escritura que cincela sus emociones desde una distancia obligada ‒la terrible diáspora como sitio de todos y de nadie‒, los textos que reverberan en Nudo Gordiano replantean toda visión poética anterior respecto a una isla ‒sede del miedo y del sesgo‒ enemistada consigo misma. Sin embargo, estos textos tampoco se forjan como lamentaciones hilvanadas a destiempo, ni buscando el escarceo o la expiación, sino que advierten sobre esa certidumbre inmisericorde donde solemos evadirnos, en tanto nadie es poeta de sí mismo. Tiro al blanco, un poema de soberbias, sirve como umbral hacia un destino que duele, pero también salva:

“Una tierra

rodeada de otras tierras no hace puerto

tampoco

una

con un pedazo de mar

te hace marinero.

Puedes vivir en una isla

y no conocer el puerto

los peces

incluso

no conocer la sal que seca y salva.

Aun así

el Martín Pescador

que vuela

y atrapa con los ojos cerrados

en un lago o río

vuelve

a la misma rama

seco

con su presa”.

Al igual que Alejandro Magno ante el reto de su nudo gordiano, Whigman Montoya Deler enjaeza su decisión ante la emboscada de resignarse o rebelarse. Trasciende la opacidad que contuvo el gesto del conquistador ‒“es lo mismo cortarlo que desatarlo”‒ para negarse al silencio de discursar la isla que lleva dentro; pero no la isla que recuerda, ni aquella otra que bien podría fabular desde cualquier prerrogativa o motivación. Prefiere cercenar su dilema, su propio nudo, desde el dolor que rezuma ser abandonado por la isla y, aun así, erigir una voluntad que nombra Esquejes:

“Si acaso pudiera ser como un arbusto

preferiría la Acacia del Negev

de mi inhóspito sur erosionado.

Si tuviera tan sólo pocas ramas

cortaría primero los brotes

algo similar a una uña

siempre por debajo de un nudo

quizás una falange:

el nacimiento de un hijo

bien vale perder parte de un dedo.

Si no brotara, quitaría las ramas tiernas

tal vez mi labio inferior que tanto adoras

o mi lóbulo de Buda.

No importa que se vaya la suerte

con tal que me naciera un hijo.

Si tampoco se diera

renunciaría a los tallos más gruesos y fuertes

¡seguro serían mis manos!

qué importa si no escribo unos versos

tan solo si tuviera un hijo.

Aún, de no nacer, amputaría las estacas

tan seguro como todavía estar de pie.

Qué importa que mañana no pueda

si de un brote, una rama, un tallo

o una estaca, me naciera un hijo”.        

Narrar el origen, sin importar si este trasciende o vacila ante la mordedura del destiempo, requiere entregar el cuerpo hasta ayer invicto. Vetar el origen, oficio fácil que se ampara tras la renuncia, apenas demanda el esfuerzo de sellarse el alma. En Nudo Gordiano no existe el silencio. Allí están todos los gritos contenidos que la Historia dejaría huérfanos en pos de una épica vacía en sus propios alardes. El poeta sabe los riesgos que entraña reinterpretarse a sí mismo. Sabe que transfigurarse en hereje conlleva sostener todos los llantos; todas aquellas reminiscencias que no envejecen, que acechan, que hieren en ese costado vulnerable donde agoniza la fe y el reencuentro con alcoholes menos feroces.   

Un texto como El fusilado más hermoso del mundo, no es un remordimiento, sino un recordatorio del precio a pagar cuando te debes a la inclemencia de “ser” y “estar” cuando los árboles deciden deshojarse a despecho del poeta y de los muros:

“Ni aun marcados por las balas

los muros de piedra dejan de ser de muros

ni las piedras dejan de ser piedras.

La tapia a sus espaldas

miles de ojos afilan sus cañones.

No hay desnudo más bello que el de la piedra

sobreviviente a los siglos

la ola o el viento la desviste y cincela

el faro y la isla por testigos.

Yo también tiré la piedra

escondí la mano del decreto

en mis profundos agujeros

mano-tubo de lava

luego

garra de mis deposiciones.

Él era el fusilado más hermoso del mundo

lo desnudó mi palabra reductora

pero él estaba ahí

como una estalagmita que sale de su cueva

propia luz

con su verdad de a gota.

Ni aun abrazado por los plomos

su cuerpo de sangre dejó salir las balas

él fue su propio muro

pecho de muro”.

Leer Nudo Gordiano no deja lugar a la indiferencia. Nos obliga a sangrar por el devenir, si es que acaso logramos librarnos del simulacro del presente y de los fetiches individuales que nos marcaron el pasado colectivo. Es un poemario que nos impone una deuda, sin apenas margen para intentar saldarla. Un poemario que, semejante a un rosario y sus veinte misterios, nos devuelve la gratitud por aquellos que, como Whigman Montoya Deler, alzan su voz poética por nosotros y para nosotros:

“Atados de pies y manos

un nudo en la garganta.

La pena, el hambre

o simplemente el amarre sobre nuestros pasos

en la colegiala: su cabeza y su cinta

o el nudo del kimono viril

devenido metal en la cintura espía

ese que te regula tras la puerta de tu casa

a la salida de tu patria o a la entrada.

Tantos nudos pueden ser tan intensos

/que desaten

pisemos los cordones

y no podamos agacharnos.

¡Tanto nudo gordiano debe ser cortado!

¡Tanta mano y poco filo!

Un Alejandro

da igual cómo se haga

pero uno grande

frente al que ató con astucia

a una isla

su lanza y su yugo”.


Una sociedad con un pie en la tumba

El 6 de junio sabremos si los peruanos se suicidarán en masa. Leo en el diario Expreso una encuesta que demuestra que Pedro Castillo hoy “sólo” aventaja por 3.2% a Keiko Fujimori. Me recuerda, no sé por qué, una anécdota cubana de José María Eça de Queiroz. El escritor y diplomático portugués visitaba a su médico en La Habana (vivió dos años en Cuba) y le explicó sus síntomas. Era, por supuesto, hipocondriaco. El galeno le aseguró que no tenía nada, que estaba muy bien. “Eso me consuela –le dijo el novelista-. Me moriré en perfecto estado de salud”.

Los peruanos morirán en perfecto estado de salud. Se suicidarán en pleno goce y disfrute de sus facultades mentales. El sistema democrático funciona extraordinariamente bien. Las elecciones son transparentes. Es verdad que Pedro Castillo no le lleva los 20 puntos que le sacaba a Keiko Fujimori al día siguiente del sorprendente triunfo de ambos en las primarias; y también es cierto que la tendencia de las encuestas parece que perjudican a Castillo, pero basta un puñado de votos para inclinar la balanza.  

En realidad, basta sólo un voto extra en el platillo de Castillo para que gane las elecciones y precipite al país en el desastre mayor. En Chile, el gran referente de Perú, las recientes elecciones a la Asamblea Constituyente demostraron que la izquierda independiente y el Partido Comunista están en su mejor momento, aunque sólo votó el 41% del padrón electoral. Hay un cierto hartazgo de los partidos tradicionales. 

Me lo dijo Juan Claudio Lechín, el escritor boliviano, un gran experto en la conducta de los comunistas: “En Chile y Perú los camaradas se han dedicado eficazmente a destruir a los partidos políticos, presentándolos como insalvables focos de corrupción. Por eso han salido muchos jóvenes a las calles a destruir todo lo que no podían saquear o llevarse a casa. Ha sido una labor de demolición en la que todos hemos colaborado activa o pasivamente con nuestro silencio cómplice”. Lechín tiene razón.

La encuesta publicada en Expreso apareció antes del primer debate presidencial entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo, realizado en Chota, Cajamarca, en la que quedó claro que el maestro rural no tenía la menor idea de cómo gobernar o cómo crear empleos. Después de esa cita han aparecido otras dos encuestas en las que Castillo tiene unos cinco puntos de ventaja. Keiko Fujimori tiene que obrar milagros para ganar la elección.

¿Puede hacerlo? Por supuesto que podría hacerlo. Todo está en que demuestre a los peruanos que sabe crear un clima social proclive a la continuidad del crecimiento económico en el que sus connacionales se encuentren reflejados. No tiene mucho sentido el mensaje anticomunista. El peruano pobre, que es la mayoría, no cree o no le importa lo que sucede en Cuba o en Venezuela. Tiene una pésima opinión de los venezolanos que han “invadido” a Perú, o supone que Perú no es Cuba ni Venezuela, y, por lo tanto, lo que ocurrió en esos desdichados países no les va a suceder a ellos. 

Los peruanos de a pie, sencillamente, no está inmersos en un debate ideológico. Alguien que es capaz de votar por Castillo, o que encuentra simpático su sombrero y su cabalgadura, no tiene la mínima información que se requiere para darse cuenta del problema en que está metiendo al país, o lo que significa gobernar a una nación en el momento en que existe un evidente cambio de paradigmas. 

Tampoco recuerdan las virtudes y defectos de Alberto Fujimori, un ingeniero de ochenta y dos años. El Perú de nuestros días es muy diferente al que lo vio triunfar frente a Mario Vargas Llosa, o gobernar tras el desorden del primer Alan García. Ningún peruano de menos de 30 años puede recrear la angustia que se vivía cuando parecía que “Sendero Luminoso” iba a ganar la partida. Fujimori fue un gobernante de la década de los noventa del siglo pasado. A su hija le toca salvar a Perú aquí y ahora. Ojalá se den cuenta los que piensan abstenerse o votar en blanco. Estarán apoyando a Castillo.


Martí perdido en la telaraña de la Matrix

En un nuevo aniversario de la muerte de José Martí, un par de anotaciones al margen:

a) Martí no fue un guerrero en la Matrix, de serlo nunca se hubiera tomado demasiado a pecho las descalificaciones de que era objeto por algunos de sus compatriotas involucrados en la guerra contra España. Parece que su mayor error no fue la imprudencia o la precipitación en Dos Ríos sino, antes que eso, haberse dejado llevar por su indignación, por el deseo de «callarle la boca» a sus detractores -los cuales lo acusaban de capitán araña o simplemente ponían en duda su honestidad y capacidad- con una carga heroica.

Este impulso del ego, del orgullo herido o como se prefiera llamarle, suele estar en la raíz de casi todas las decisiones disparatadas y constituye una debilidad imperdonable en cualquier combate, sea de la naturaleza que sea (física, intelectual, etc.).

b) Relacionado con lo anterior: Para lograr la liberación de países como Cuba, donde hacer picadillo a quien sobresale en prácticamente cualquier campo o circunstancia constituye un deporte nacional, se necesitan, más que héroes, hombres y mujeres avezados en la recurrente tarea de ningunear a los saboteadores y envidiadores, que siempre son legión. Individuos capaces de observar, con una mezcla de compasión y humor, el disparatado espectáculo de la tragicomedia humana, y de actuar en libertad, psicológicamente a salvo de la dependencia egotista. Gente, en fin, que no se deje «cohetear» (manipular, empujar al charco hediondo), para utilizar un modismo vigente en la Cuba que dejé atrás hace 20 años.


Originalmente publicado en mayo de 2019 en Neo Club Press


‘Procesados en ausencia o extraditados mediante la cooperación jurídica internacional’

El fiscal José Luis Reyes Blanco, invitado del inefable Humberto López, ha asegurado en el programa de la televisión cubana Hacemos Cuba que las leyes allí permiten el juicio de ciudadanos que no se encuentran en el país. Según Reyes, “aquellos individuos» que financien, convoquen o coordinen estas acciones «pueden ser procesados en ausencia o extraditados mediante la cooperación jurídica internacional”.

En Cuba, estas «acciones» puede ser tan peligrosas o aterradoras como incluir símbología nacionalista en un performance u ofender artísticamente la sensibilidad patriótica del pueblo combatiente. Ironizar con la figura de Fidel Castro, por ejemplo, quien según Abel Prieto «es amado entrañablemente por los cubanos patriotas», pudiera ofender artísticamente la sensibilidad patriótica del pueblo combatiente. Y así.

En el exterior, sobre todo preocupan al régimen las convocatorias anticastristas en las redes sociales, que cada vez se vuelven más contagiosas gracias al avance de Internet, y toda clase de soporte y coordinación que beneficie directamente al cubano de a pie, a quien el Estado intermediario insiste en mantener bajo su bota.


Armando y Ángel de Fana en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor Luis de la Paz, regresa a sus presentaciones con público presencial para un encuentro y conversatorio con los hermanos Ángel de Fana y Armando de Fana.

Fecha: viernes 21 de mayo de 2021
Hora: 8:00 de la noche
Dirección: 111 SW 5ta. Avenida
Más información en el (305) 786 747-1877.

Durante el evento se presentará el libro Mis pinturas en el presidio político cubano, de Ángel, y Mangos 105, memorias de mi familia, de Armando.

El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña (†) y dirigida por Eriberto Jiménez.

Venezuela o la misión imposible

¿Quién dijo en España “estúpido como un torero”? Sin duda no se refería a “Guerrita”. Fue el torero Rafael Guerra quien anotó: “Lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible”.  Era un filósofo de andar por casa, no un estúpido. A la oposición venezolana, que es algo así como el 80% del país, le han pedido una misión imposible: que salga por las buenas de Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello, de Delcy y Jorge Rodríguez y de la patulea que gobierna a esa desdichada sociedad. Se lo ha pedido el gobierno de Estados Unidos, la OEA, la Unión Europea y el Grupo de Lima. Las mismas entidades que le dan todo el respaldo a Juan Guaidó.  

“Las buenas” es una salida electoral democrática y abierta, unas elecciones realmente limpias. Sin duda, qué más quisieran Juan Guaidó y su equipo de gobierno que tal cosa fuera posible. Súbitamente, se comenzarían a solucionar los problemas. Los casi seis millones de personas escapadas del paraíso castro-chavista regresarían a casa más o menos ordenadamente. En un par de años se reconstruiría PDVSA y la economía de Venezuela volvería a crecer exponencialmente. Como ocurrió durante un largo periodo en los denostados 40 años que duró la democracia venezolana, las mejores cuatro décadas consecutivas que ha conocido la historia de esa torturada nación.

Guaidó cuenta con la capacidad de deslegitimar el proceso electoral que se avecina, pero no tiene los recursos para quitarle el poder a Maduro violentamente. Maduro, por su parte, carece de fuerzas objetivas para matar o encarcelar a Guaidó. Es un empate. Por la otra punta de la complicada gestión, Maduro sabe que el país se le ha escapado del control militar. Ni siquiera pudieron derrotar a las guerrillas del ELN cuando tuvieron una desavenencia por el manejo de la droga, que es por lo que pelean los cárteles. Por supuesto, casi toda la oposición no está dispuesta a participar en unas elecciones avaladas por un árbitro electoral fraudulento, elegido por Maduro para perpetuarse en el poder. Sería suicidarse y los políticos inteligentes no suelen hacerlo.

No obstante, el presidente Juan Guaidó le ofrece a Nicolás Maduro sentarse a dialogar con él. ¿Para qué lo haría si ya ha dicho que no piensa participar en el simulacro electoral oficialmente diseñado? Tal vez, para transmitir de primera mano una salida al impasse en que Maduro ha metido al país. Acaso para solucionar por primera vez por procedimientos pacíficos la crisis que vive Venezuela.

Maduro está entre la espada y la pared. Nadie quiere vincularse a un capo de la droga. Ha sido, con toda justicia, “norieguizado”. Es él y no Guaidó el que tiene que traer soluciones a la mesa. Apenas el 5% del país vive decentemente porque tiene dólares. Eso se agravará. Las sanciones americanas han tenido efecto. Dentro de 90 días, a juzgar por los informes de Russ Dallen de “Caracas Capital”, no habrá un dólar ni una onza de oro en las reservas del país. Irán y Turquía quedan muy lejos y no querrán irritar más a los estadounidenses. Los chinos y los rusos dan por perdidos los préstamos. Especialmente los chinos. Los militares de alta graduación no tendrán dónde robar. Los informes de “los cubanos” a Díaz-Canel son tremebundos. Ya no confían en que Maduro pueda rebasar la crisis y piensan en otras personas de confianza para reemplazarlo. 

¿Qué puede ofrecerle Guaidó a Maduro a cambio de su renuncia sin persecuciones? ¿Acaso la creación de un gabinete mixto, gobierno y oposición, que lo primero que haría es decretar la libertad de todos los presos políticos y convocar a elecciones sin candidatos arbitrariamente inhabilitados, y con un CNE libre de sospechas? Si yo estuviera en el pellejo de Maduro me lo pensaría. Incluso, me cercioraría de que las sanciones estadounidenses se pueden levantar, como le ocurrió al general Manuel Cristopher Figueras. Es cuestión de tiempo que las FFAA le den un golpe militar. A fin de cuentas Maduro apenas controla una mínima parcela de autoridad. 


La noche de los aplausos

Crónica sobre lo sucedido en la protesta del 27 de noviembre del 2020 frente al Ministerio de Cultura en La Habana.


Les digo la verdad, me lo estuve pensando, comiéndome las uñas, ansioso. No podía contenerme. Razones para no ir tenía más de mil. Pero a medida que pasaban las horas el Ministerio se iba llenando, y mi cabeza también. Era un viernes, y cuando supe que muchos policías y fuerzas represivas se estaban acumulando alrededor de los que fueron a protestar, no me pude contener. Tenía que actuar. Así que sí, estuve en el Ministerio de Cultura esa noche, y esta es mi historia.

Me vestí rápido, estaba loco por salir de casa y sobre todo para que mi mamá no me preguntara. Cuando lo hizo, le dije la verdad, que iba para una fiesta de un grupo de Facebook en el Vedado. Lo que no le dije que el bar al que iba estaba a solo cuatro cuadras del Ministerio.

Agarré la mochila y me fui. Estuve todo el día hablando con Bustillo, que estaba junto a su novia Laura en el lugar; temí por ellas cuando me mandó fotos enseñándome la cantidad de agentes de la Seguridad del Estado que tenía alrededor. Hablé con el Riki y le dije que se les pegara por si sucedía algo las sacara de allí enseguida, luego temí por él y puse a otro amigo mío a vigilarlos a los tres. Demasiado personas con botas militares, el ambiente se estaba poniendo peligroso.

Llegué al Vedado con la idea de llevar agua. Había personas allí desde muy temprano bajo el sol. Quería llevar comida, pero eso sería contraproducente. Pedí nueve pomos de agua de los grandes en el Cupet de Línea y 2.

Fueron todos los que me cupieron en la mochila. Subí por Paseo para ver la situación y la calle 13 estaba llena de policías, agentes de la seguridad del estado y personal administrativo. Todos me miraron con mala cara, y yo a ellos. Entré.

Aquello era un mar de personas. Estaban aplaudiendo cuando llegué, entraba Fernando Pérez al Ministerio. Llegué tarde, ya habían elegido a los delegados para el diálogo, de haber estado hubiera sido uno de los treinta que entraron a la boca del lobo, pero no, me tocó otra misión, así que comencé a buscar a mis amigos y amigas para darles agua.

Me encontré al Riki y lo abracé. Mientras fumábamos me actualizaba de lo que estaba ocurriendo. Sobre quienes entraron a dialogar y les di el visto bueno a todos y todas.

Seguí caminando y mirando para todas partes, estaba rodeado, y mi miopía y la falta de luces no eran buenas aliadas.

Entonces me encuentro con un grupo de los duros. Jorge Enrique, Waldo, Lester. Luego Luna, Leo, Fabiana. Fui dejando pomos de agua a mi paso.

Saludo a Mario Guerra, luego le dejo un pomo de agua a Marthica. Otro a Maivic, la que de tantas personas me agradó mucho que estuviera en la protesta. Me preguntó: ¿Y eso que no entraste? Le dije que había llegado solo hacía unos minutos. Le pregunté por trecientadecimocuarta vez cuándo haríamos fotos, y otra vez me dijo por trecientadecimocuarta vez que no, que yo era muy reaccionario, y nos reímos. Me agradeció por el pomo de agua y nos abrazamos. Seguí.

Me encuentro a Bustillo sentada junto a su novia Laura. Yo preocupado por llevarles agua, pero alguien les había comprado. Hablamos unos minutos.

Se aplaudía cada 15 minutos, me explicó que era para que los delegados supieran que no estaban solos, que afuera se mantenían en protesta más de 500 personas. Además, la situación era mucho más que eso, ninguno de los que estábamos en el Ministerio de Cultura esa noche estábamos solos, el mundo nos estaba mirando.

Seguí saludando a personas y conversando, me movía de un lado a otro. Hacía mucho calor y yo sudaba. Le dejé un pomo de agua a Carolina. Entonces, me fui para el bar.


Cuando llegué al bar en 17 y D, era como una Cuba de otra dimensión, donde no existía dictadura ni régimen de terror. El comunismo nos ha dejado un trastorno hereditario en la memoria colectiva. El castrismo suplantó la democracia para instaurar un régimen comunista que todavía se mantiene en pie, aunque ese 27 de noviembre la dictadura estaba herida, y aún no sabía cuánto.

En el bar todo estaba encantador. La Cuba de los bares no es muy diferente a New York o Paris. Son el reflejo de una sociedad que se ha mantenido ajena a la represión y los encarcelamientos. Puedo asegurar que los hombres y mujeres de los bares de Cuba son la generación que más apoya el fin del embargo económico y el acercamiento con los norteamericanos. También constituyen la generación que más ignora el proceso histórico de ese pedido, sus complejidades, el cómo se dieron las cosas. Son la generación privilegiada que piensa que los norteamericanos nos van a sacar del problema, obviando lo más importante: que los norteamericanos siguen siendo los malos de la película y que Cuba es una dictadura cruel impuesta por Fidel Castro, uno de los hombres más diabólicos y estafadores de la historia reciente. Alias ‘El cenizas’.

Pedí una cerveza y me puse a conversar con mis amistades, a las que no veía desde hacía mucho por culpa del Covid 19.  Pero mi cabeza estaba en el Ministerio de Cultura. No podía dejar de pensar en lo que estaba sucediendo. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido el día anterior. Cómo la Seguridad del Estado cubano irrumpió en la sede de los acuartelados de San Isidro. En cómo cinco esbirros agarraron a mi amigo Abu Duyanah para llevárselo. Yo estaba encabronado.

En el bar el ambiente era de fiebre de sábado por la noche. Había hasta un hombre tocando un saxofón. Tal parecía que La Habana no era la capital de una dictadura que llevaba más de 60 años en el poder a golpe de represión y totalitarismo.

A la tercera cerveza, ya sabía que iba a regresar para allá. Sobre las doce mi amiga Carolina me llamó y me dijo que iba para el Ministerio otra vez, y le dije que yo también, que me demoraba unos minutos, pero que iba a regresar seguro.

Me pedí una última cerveza, conversé un rato más y me fui.

Subí por la calle 17, estaba alumbrada por suerte. Cuando llegué a Paseo sabía que todo estaba a punto de explotar y podía ocurrir lo peor.

Crucé el separador y aquello estaba lleno de policías y gente de la Seguridad del Estado. Carros y camiones por todas partes, pero no vi ambulancias. Caminé despacio por al lado de aquella gente. Era obvio que yo iba para el Ministerio de Cultura. Cuando llegué a la calle 15, lo supe. La dictadura estaba lista para atacar a los civiles esa noche.

La calle 15 estaba oscura, pero bastaba con fijar la vista y se veía bien claro, como lo vi yo esa noche. En el medio de esa oscuridad, habían varios jeeps con las armas montadas y guaguas pequeñas de las negras. Ahí estaban las tropas antimotines, con las armas en las manos. Armas cortas, automáticas.

No me asusté ni un poco. Muchos sabemos que la dictadura es capaz de sacar los tanques a la calle, para reprimir y dar el gran escarmiento de una vez, y ese día, 27 de noviembre, era el día.

Seguí caminando y por la calle 13 supe que no podía entrar al Ministerio. Todo estaba acordonado y lleno de agentes de la Seguridad del Estado, de policías y muchas otras personas, directivos o algo así, y del otro lado, en el separador de Paseo, alrededor de 500 personas. Eso me impresionó.

Hombres, mujeres, jóvenes, incluso personas mayores, unidas todas con el único propósito de servir como fuerza represiva. La respuesta del pueblo, la masa combatiente, la masa de croqueta Prodal lista para explotar contra la democracia cubana.

Cuando vi a aquellos acólitos me hirvió la sangre. Ellos me miraron con odio, y yo igual. Éramos enemigos en el medio de esa noche habanera.

Llamé a mi amiga Carolina y le conté lo que estaba viendo mientras caminaba despacio. Caro me dijo que lo mejor era que me fuera, que, por mi condición, por los problemas con la Seguridad del Estado a causa de mi padre, lo mejor era que me fuera. Pero le dije que no. Si me iba no me lo iba a poder perdonar.

Caro me contó que entró al Ministerio por la calle 2, que había pocos policías y ella pasó sola en medio de la confusión, porque los policías le lanzaron gas pimienta a varios jóvenes. Le dije que iba a intentar pasar por ahí. Y para allá fui.

En línea y 2 apenas había cuatro policías. Se me quedaron mirando, pero no reparé en ellos, era mi oportunidad para volver a entrar al Ministerio de Cultura. Pero nada más lejos de la realidad, en la esquina de 11 y 2 estaba el cerco de la policía, y eran muchos.

Me acerqué poco a poco, había varios muchachos sentados en las esquinas de la calle. Sin pensarlo fui directo a los policías que estaban en el medio del cordón policial. Me les acerqué sin miedo. Me paré frente a uno mayor y le pregunté por qué tantos policías. Por qué no dejaban pasar a la gente. El hombre me miró directo a los ojos y me dijo que me apartara. Pero yo no lo hice. Estaba puesto.

Seguí preguntándole con toda la educación del mundo, con mis manos sujetas a las azas de la mochila. Y el tipo seguía respondiéndome lo mismo. Estaba en automático, una máquina de represión. Eso era ese policía. En una de esas se puso inquieto, se quitó las manos de atrás y empezó a señalarme con ellas que me fuera, que me apartara. Ya lo había sacado de paso, ya era hora de echarme atrás un poco porque el tipo ya me quería dar un golpe.

Di media vuelta y en algún momento pasaron las palabras de mi amiga Caro que me fuera para la casa. Pero en vez de eso miré a todos los muchachos que estaban, y les grité: ¿¡Bueno qué!? ¿¡Estamos listos!?

¡Sí!

¿Estamos listos?

¡Sí!

¡De aquí no nos movemos! ¡Abajo la dictadura!

Y después de gritarles me planté en medio de la calle, al otro lado de la acera, de frente a los policías, que eran unos veinte más o menos, y por detrás de ellos cinco o seis agentes de la Seguridad del Estado.


La calle 11 era una línea delgada que dividía al país en dos bandos, dos ideologías políticas.

En la acera del frente, los comunistas con sus ideas de gelatina. Los que inventaron la dictadura del proletariado pero al proletariado lo mandaron para la cárcel de boniato y se quedaron solo con la dictadura.

Una dictadura que llevaba más de 60 años en el poder a golpe de represión, adoctrinamiento y miedo. Cuba es una Matrix bien calculada donde sus ciudadanos se resisten a salir de ella, convirtiéndose en enemigos mortales de los que sí quieren salir, y sobre todo, de los que ya lo hemos hecho. Esos éramos los que estábamos al otro lado de la acera, los que ya habíamos salido de la Matrix.

Cubanos y cubanas libres que estábamos esa noche defiendo nuestro derecho a una vida bonita, y estábamos listos para enfrentarnos a la policía con ese fin.

Desde el momento que me planté delante de los policías, sentí un poder que no puedo describir, y no tenía miedo. Estaba listo para la pelea.

Los muchachos y muchachas comenzaron a poner música contra la dictadura. Y cuando llegó el turno de aplaudir para que los delegados que estaban en el dialogo supieran que no estaban solos, pues yo también lo hice. Y los demás me siguieron. Así que cada diez minutos aplaudíamos en contra de la dictadura. Cada diez minutos aplaudíamos por Cuba. Cada diez minutos éramos la revolución de los aplausos.

A nuestros gritos de abajo la dictadura, fuera los Castro, los policías comenzaron a ponerse inquietos.

Mientras nosotros comenzábamos a entonar canciones de protesta, los policías comenzaban a moverse de un lado a otro. Estaban locos por partirnos para arriba. En su vida hubieran pensado que un grupo de jóvenes estuvieran plantados en su cara en medio de una Habana que ya no aguantaba más. Estaba claro que ellos, con toda la fuerza y las armas del mundo, no estaban listo para la pelea.

Y tanto era así, que los agentes de seguridad detrás de ellos, a medida que pasaba el tiempo, comenzaban a llamar por teléfono, cada uno por minutos, quizás reportando que tenían otra pequeña revolución a una cuadra de la sede del Ministerio de Cultura.

Mientras tanto, nosotros seguíamos cantando y aplaudiendo sin movernos de allí. Lástima que éramos muy pocos, yo sabía que no nos iba a dar la cuenta. Además, entre nosotros había jóvenes muy pequeños, casi niños y niñas de menos de 18 años. No iba a ser yo el causante de un desastre si los empujara correr contra el cordón policial. La prudencia primaba por encima de todo, y ya me sentía responsable de ese grupo en medio de aquella madrugada.

En una de esas me tocaron por detrás y casi le reviento la cara al tipo.

¿Tú eres Maceo?

Sí. ¿Quién pregunta?

Perdona hermano soy amigo de Carolina.

Lo saludé enseguida y le dije que de allí no nos movíamos. Y me dijo que seguro.

Los policías y los agentes de la Seguridad del Estado se asustaron con nosotros. Y es que comenzamos a cantar el himno nacional en sus caras, y ellos en vez de cantar el himno con nosotros, como buenos patriotas, lo que hicieron fue llamar más refuerzos.

Cuando llegué a 11 y 2, ellos eran poco más de veinte oficiales; luego de llamar a los refuerzos se convirtieron en más de cincuenta entre policías y otros esbirros vestidos de civil que llegaron. Quizás eran más, pero ellos tenían esa calle oscura. Llegaron también camionetas medianas, grises, y dos patrullas.

Una de esas patrullas se parqueó detrás del cordón policial, de frente a nosotros.

Sus luces nos iluminaban al rostro y a mí me vino a la cabeza los perros esos de Venezuela tirando los carros encima de los manifestantes. Pensé si la policía cubana sería capaz de hacer algo así en contra de la población y la respuesta era que sí.

En una de esas los policías se echaron a un lado, y nosotros nos movimos igual. La patrulla pasó por entre nosotros rompiendo por un momento nuestro grupo, pero apenas pasó me volví a parar en medio de la calle, de frente a ellos, con toda la fuerza del mundo sobre mis hombros.

En medio de los gritos de abajo la dictadura, de aplaudir con las más de 500 personas que estaban plantadas frente al Ministerio, la prensa especializada vino. Se pararon a un costado de la calle detrás de los policías y comenzaron a hacernos fotos.

Los muchachos enseguida sacaron sus móviles para iluminarnos y que nos vieran las caras. Para que el mundo supiera que un buchito de personas nos habíamos hecho del control de una esquina del Vedado en las narices del régimen.

Del diálogo no sabíamos nada, ni se sabía mucho de los hombres y mujeres que fueron sacados a la fuerza de la sede de San Isidro, luego de que algunos de ellos y ellas estuvieron en huelga de hambre por varios días. Tampoco se sabía sobre Denis Solís, aún estaba preso.

Llegaron un par de frikis de la vieja guardia, entre ellos Dyango Pulido, uno de los frikis más importantes de la historia del Rock all Roll cubano. Cuando lo vi me le acerqué. A pesar de que solo nos conocíamos por Facebook, nos reconocimos enseguida y nos dimos un abrazo. Lo puse en contexto sobre lo que estaba pasando, y quedamos en lo mismo. Allí había que amanecer, sin importar qué se decidiera en el diálogo, sin importar que las fuerzas represivas nos cayeran encima. Había que amanecer. Esa era nuestra forma de ganar.

Dos ciclistas se acercaron al cordón de la policía con víveres. Traían varias bolsas con alimentos para llevarlos a alguna de las personas que estaban fuera del ministerio, a una cuadra de donde yo me encontraba.

Los dos hombres hablaron con la policía, pero por supuesto no los dejaron pasar. Le entregaron los bultos a uno de los agentes de la seguridad del estado y le agradecieron. Quiero pensar que esas bolsas de alimentos llegaron a su destino.

La madrugada seguía avanzando y las tensiones subían. No se sabía nada de lo que estaban conversando los delegados dentro del Ministerio.

Menos mal que el video de cuando se abalanzan cinco agentes de la Seguridad del Estado sobre Abu Duyanah, para sacarlo a la fuerza, yo no lo había visto todavía.

Estaba agotado. Apenas si comí cuando salí de la casa. Pero tenía la mente lista para lo que sucediera, y el cuerpo también, por eso no saqué mi teléfono en ningún momento para hacer fotos, grabar o revisar Facebook. Tenía que estar con todos los sentidos intactos, porque los hombres delante de mí estaban listos para atacarnos con todo lo que tenían. Y aunque no tuvieran convicción, estaban esperando órdenes.

Un grupo de personas salieron de la protesta del Ministerio para irse. Pasaron por un costado de la policía cuando llegaron a nosotros.

Eran jóvenes en su mayoría, y entre ellos Samantha venía saliendo. A pesar de las pocas luces de la calle y mi miopía, la reconocí. Y cuando pasó por mi lado le dije:

—Sami estamos aquí —y me miró enseguida y me dio un abrazo que me estremeció. Casi se me salen las lágrimas.

Un abrazo que me sobrecogió y estoy seguro de que no solo a mí, sino a ella, y a todos los que nos estaban mirando.

—Mis respetos —me dijo mientras me abrazó y todos se quedaron en silencio a nuestro alrededor.

Un abrazo que fue como un flashazo y me trajo a la mente por qué había elegido ser el hombre libre que soy, por encima del régimen, el totalitarismo y la represión comunista de Cuba.

Un abrazo que nos devolvió la vida a todos los allí presentes, menos a los policías, porque cuando volví a mi posición inicial, con mis manos firmes agarrando la mochila con la vista al frente, los esbirros me estaban mirando con mucho odio. Pero a mí me traía sin cuidado.


Estoy seguro de que, a esa altura de la madrugada, las más de 500 personas que estábamos protestando sabíamos que lo mejor era amanecer, aguantar hasta que soltaran al Denis.

Algunos de los muchachos de mi grupo comenzaron a llamar a sus amistades que estaban frente al Ministerio, para que mandaran un grupo enorme de gente para romper el cordón policial. Algunos ya estaban dispuestos para bajar por la cuadra y ayudarnos a cruzar la línea. Estábamos listos para darnos la mano y echar a correr entre los policías. Pero no dio tiempo.

A una cuadra de nosotros todos gritaron y aplaudieron y nosotros también lo hicimos desde nuestro frente. Imaginé que era por los delegados, porque súbitamente todos hicieron silencio, como si estuvieran escuchando atentos.

Y lo próximo que escuchamos fue un grito de desacuerdo. Desgarrador. Lo que fuera que hubieran negociado los delegados, ese grito les decía que estaban a punto de cometer un error. Uno muy grave.

A los pocos minutos una masa enorme de personas comenzó a bajar hacia donde estábamos nosotros. Todos y todas se estaban marchando. Aquello me sabía a derrota. Sobre todo, como víctima directa del sistema represivo cubano. Sentí tristeza.

Dyango me miro y me dijo: aquí ya hicimos todo lo que pudimos, la policía se va a poner a dar vueltas por todo el Vedado, es hora de irnos. Y le dije que sí. Nos fuimos.

Y justo eso fue lo que pasó. Las patrullas no paraban, los jeeps con tropas anti-motín avanzaban despacio, no permitían hacer estancia en la calle.

Dyango y yo nos sentamos en el parque de Calzada y Paseo a fumar. Estábamos escépticos por lo que se hubiera conversado dentro del Ministerio pero de acuerdo con lo que se logró esa noche, que fue mucho.

Estuvimos un rato ahí hasta que hablé por teléfono con Carolina y me reuní con ella y sus amigos en el parque Villalón.

Me contaron cómo estuvo todo frente al Ministerio, que les quitaron la luz, que estaban rodeados de agentes de la seguridad. Que tampoco querían irse. Que era una locura confiar en la palabra de esos tipos. Y estaban eufóricos y contentos porque se la hicimos buena. Y tomamos ron y celebramos por un rato. Luego, casi a las seis de la mañana, nos fuimos. Nos despedimos todos. Abrazados, con la cabeza llena de imágenes que había que digerir una vez que cada cual llegara a su casa.

Caminé hasta Línea, la calle estaba desierta salvo por las patrullas que iban de arriba abajo como hormigas locas.

Le saqué la mano a un taxi y le dije 10 cuc hasta Jaimanitas, y el hombre me dijo que me montara, sin chistar, sin tratar de cobrarme más dinero. Esa noche Cuba había despertado, lo sentía mientras miraba por la ventanilla y el taxi se adentraba, como en aquella promesa de los Blinders, “en lo más crudo del invierno”.


Poemas de Gastón Baquero

El orgullo común por la poesía nuestra de antaño, escrita en o lejos de Cuba, se alimenta cada día, al menos en mí, por la poesía que hacen hoy -¡y seguirán haciendo mañana y siempre!- los que viven en Cuba como los que viven fuera de ella. Hay en ambas riberas jóvenes maravillosos ¡Benditos sean! Nada puede secar el árbol de la poesía.

Gastón Baquero, 1991


Gastón Baquero es una constante referencia recurrente –un puente de unión– entre todos los poetas cubanos, residan dentro o fuera de la Isla, y su obra poética, su ensayística y su no menos importante periodismo cultural se valoran en las letras hispanas como una de las grandes voces del pasado siglo XX. Este 15 de mayo se cumplen 24 años de su fallecimiento en Madrid.

Selección de poemas (fragmento):


Qué pasa, qué está pasando

Qué pasa, qué está pasando siempre debajo del jardín

que las rosas acuden sin descanso.

Qué está pasando siempre bajo ese oscuro espejo

donde nada se oculta ni disuelve.

Qué pasa, qué está pasando siempre debajo de la sombra

que las rosas perecen y renacen.

Que nunca se desmiente su figura,

que son eternas sombras, idénticos recuerdos.

Qué está pasando siempre bajo la tierra oscura

donde la luz levanta rubias alas

y se despliega límpida y sonora.

Qué está pasando siempre bajo el cuerpo secreto de la rosa

que no puede negarse el cielo temporal de los jardines,

que no puede evitar el ser la rosa, precisa voluntad, sueño visible.

Qué pasa, qué está pasando siempre sobre mi corazón

que me siento doliéndola a la sombra,

estorbándole al aire su perfil y su espacio.

Y nunca accedo a destruir su nombre,

y no aprendo a olvidarme, y a morir lentamente sin deseos,

como la rosa límpida y sonora que nace de lo oscuro.

Que se inclina hacia el seno impasible de la tierra

confiando en que la luz la está esperando, creándose la luz,

eternamente fija y  libertada bajo el cuerpo secreto de la rosa.

(Poemas, La Habana, 1942).

.

Memorial de un testigo

I

Cuando Juan Sebastián comenzó a escribir Cantata del café,

yo estaba allí:

llevaba sobre sus hombros, con la punta de los dedos,

el compás de la zarabanda.

Un poco antes,

cuando el siñorino Rafael subió a pintar las cameranas vaticanas

alguien que era yo le alcanzaba un poquito de blanco sonoro

bermejo,

y otras gotas de azul virginal, mezclando y atenuando,

hasta poner entre ambos en la pared el sol parido otra vez,

como el huevo de una gallina alimentada con azul de Metilene.

¿Y quién les sostenía el candelabro a Mozart,

cuando simboliteaba (con la lengua entre los dientecillos de ratón)

los misterios de la Flauta y el dale que dale al Pajarero

y a la Papagina?

¿Quién con la otra mano, le tendía un alón de pollo y un vasito

de vino?

Pero si también yo estaba allí, en el Allí de un Espacio escribible

con mayúsculas,

en el instante en que el Señor Consejero mojaba la pluma de ganso

egandino,

y tras, tras, ponía en la hojita blanca (que yo iba secando con

acedera meticulosamente)

Elegía de Marienbad, anén de sus lágrimas.

Y también allí, haciendo el palafrenero,

cuando tuvo que tomar de las bridas al caballo del Corso

y echar a correo Waterloo abajo. Y allí, de prisa, un tantito

más lejos, yo estaba

junto a un hombre pomuloso y triste, feo más bien y demasiado

claro,

quien se levantó como un espantapájaros en medio de un

cementerio, y se arrancó diciendo:

Four score and seven years ago.

Y era yo además quien, jadeante, venía (un tierno gramo de ébano

corre por las orillas de Manajata)

de haber dejado en la puerta de un hombre castamente erótico

como el agua,

llamado Walterio, Walterio Whitman, si no olvido,

una cesta de naranjas y unos repollos morados para su caldo,

envío secretísimo de una tía suya, cuyo rígido esposo no consentía

tratos

con el poco decente gigantón oloroso a colonia.

II

Ya antes de todo tiempo yo había participado mucho. Estuve

presente

(sirviendo copas de licor, moviendo cortinajes, entregando

almohadones, cierto, pero estuve presente),

en la conversación primera de Cayo Julio con la Reina del Nilo:

una obra de arte, os lo digo, una deliciosa anticipación del

psicoanálisis y de la radioactividad.

La reina llevaba cubierta de velos rojos su túnica amarilla,

y el romano exhibía en cada uno de sus dedos un topacio

descomunal, homenaje frustrado

a los ojos de la Asombrosa Señora. ¿Quién, quién pudo engañarle

a él, azor tan sagaz, mintiéndole el color de aquellos ojos?

Nosotros en la intimidad le decíamos Ojito de Perdiz y Carita

de Tucán,

pero en público la mencionábamos reverentemente como Hija

del Sol y Señora del Nilo,

y conocíamos el secreto de aquellos ojos, que se abrían grises con

el albor de la mañana,

y verdecían lentamente con el atardecer.

III

Luego bajé a saltos las escaleras del tiempo, o las subí, ¡quién

sabe!

para ayudar un día a ponerse los rojos calzones al Rey Sol

en persona

(la música de Lalande nos permitía bailar mientras trabajábamos):

y fui yo quien en Yuste sirvió su primera sopita de ajos al Rey,

ya tenía la boca sumida, y le daba cierto trabajo masticar el pan,

y entré luego al cementerio para acompañar los restos de Monsieur

Blas Pascal,

que se iba solo, efectivamente solo, pues nadie murió con él

ni muere con nadie.

¡Ay, las cosas que he visto sirviendo de distracción al hombre

y engañándole sobre su destino!

Un día, dejadme recordad, vi a Fra Angélico descubrir la luz

de cien mil watios,

y escuché a Schubert, en persona, canturreando en su cuarto

la Bella Molinera.

No sé si antes o después o siempre o nunca, pero yo estaba allí,

asomado a todo

y todo se me confunde en la memoria, todo ha sido lo mismo:

un muerto al final, un adiós, unas ceniza revoladas, ¡pero no

un olvido!

porque hubo testigos, y habrá testigos, y si no es hombre será

el cielo quien recuerde siempre

que ha pasado un rumoroso cortejo, lleno de vestimentas

y sonatas, lleno de esperanzas

y rehuyendo el temor: siempre habrá un testigo que verá

convertirse en columnilla de humo

lo que fue una meditación o una sinfonía, y siempre renaciendo.

IV

Yo estuve allí,

alcanzándole su roja peluca a Antonio Vivaldi cuando se disponía

a cantar el Dixit,

yo estuve allí, afilando los lápices de Mister Isaac Newton, el de

los números como patitas de mosca,

y unos días después fui el atribulado espectador de aquel médico

candoroso

que intentaba levantar una muralla entre el ceñudo

portaestandarte Cristóbal Rilke

y la muerte que él, dignamente, se había celosamente preparado.

Sobre los hombros de Juan Sebastián,

con la punta de los dedos, yo llevaba el compás de la zarabanda.

Y no olvido nunca,

guardo memoria de cada uno de los trajes de fiesta del Duque

de Gandía, pero de éstos,

de estos rojos tulipanes punteaditos de oro, de estos tulipanes

que adornan mi ventana,

ya no sé si me fueron regalados por Cristina de Suecia o por

Eleonora Duse.


El gato personal del conde Cagliostro

Tuve un gato llamado Tamerlán.

Se alimentaba solamente con poemas de Emily Dickinson,

y melodías de Schubert.

Viajaba conmigo: en París

le servían inútilmente en mantelitos de encaje Richelieu,

chocolatinas elaboradas para él por Madame Sevigné en persona,

pero él todo lo rechazaba,

con el gesto de un emperador romano

tras una noche de orgía.

Porque él sólo quería masticar,

hoja por hoja, verso por verso,

viejas ediciones de los poemas de Emily Dickinson,

y escuchar incesantemente,

melodías de Schubert.

(Conocimos en Munich, en una pensión alemana,

a Katherine Mansfield, y ella,

que era todo lo delicado del mundo,

tocaba suavemente en su violoncelo, para Tamerlán,

melodías de Schubert.)

Tamerlán se alejó del modo más apropiado:

paseábamos por Ámsterdam, por el barrio judío de Amsterdam

concretamente,

y al pasar ante la más arcaica sinagoga de la ciudad,

Tamerlán se detuvo, me miró con visible resplandor de ternura

en sus ojos,

y saltó al interior de aquel oscuro templo.

Desde entonces, todos los años,

envío como presente a la vieja sinagoga de Ámsterdam,

un manojo de poemas.

De poemas que fueron llorados, en Amherst, un día,

por la melancólica señorita llamada Emily,

Emily, Tamerlán, Dickinson.


Joseíto Juai toca su violín en el Versalles de Matanzas

Cuando el niño Joseíto Juai tocaba el violín en el patio de la casa,

el gallito malatobo,  el filipino, y el valenciano,

enarcaban sus cuellos y cantaban el quiquiriquí

de las grandes fiestas,

creyendo que había llegado el mediodía.

Dale que dale el niño, en su éxtasis,

entraba y salía sin cansancio de las melodías,

con el paso ligero de un enanito vestido de rojo

que corretea por el bosque y tararea

cancioncillas de los tiempos de Shakespeare,

y hace jubilosa cabriolas en festejo del sol,

porque él vive tan sólo de lo luminoso y lo diáfano,

y ama más que nada la luz convocada por el violín de este niño.

Cuando Joseíto Juai tocaba su violín, allá en el Versalles de

Matanzas,

las mariposas se detenían a escucharle,

y también las abejas, los solibios, los sinsontes clarineros,

el tomeguín comedido, y las palomas, ¡siempre las palomas!,

las altísimas y las grises, con ese cuello que tienen

tan cuidadosamente irisado por los pinceles de Giotto.

Cuando ese niño tocaba su violín,

la puesta de sol se hacía lenta, llena de parsimonia,

porque el Señor del Mediodía no aceptaba perderse ningún sonido,

y sólo se decidía a hundirse en la extensión del horizonte

cuando la madre tomaba de la mano al niño y le decía:

-“Ya está bien de estudiar, que va a enfriarte el relente de la

tarde;

deja por hoy tu violín: mañana volveremos a vivir en el reino de

la luz,

y volverá el gallito malatobo a cantar su quiquiriquí de gloria”.

(Magias e invenciones, Madrid, 1984).


Con Vallejo en París –mientras llueve

Metido bajo un poema de Vallejo oigo pasar el trueno y la centella.

“Hay bochinche en el cielo” dice impasible el indio acorralado

en callejón de Paris. Furiosa el agua retumba sobre el techo

blindado del poema. Emprésteme Abraham, le digo, un

paraguas, un cacho

de nube seca como el chuño enterrado en la nieve. Estoy harto

de no entender el mundo, de ser el pararrayos del sufrir, de la

frente al talón,

Alguien tiene que tenderme una mano que sea como un túnel

por donde al final no haya un cementerio. Dígame, Abraham,

cómo se las arregla para parir el poema que es ruana recia del

indio,

y es al mismo tiempo hombreante poema panadero, padrote,

semental poema.

Me cobijo, me enclaustro, me escabullo amigo Abraham en ese

parapeto

de un poema suyo donde se puede agüaitar, arriba, el paso del

hambre

que sale por el mundo a comerse gente carniprieta, a devorar

pobres y más pobres, requetecienmil pobres tiritando de hambre.

Oiga, Abraham, llamado César como un emperador de toga negra

y corona

de espinas, ¿cómo se las arregla para tristear sus poemas, si

nunca cesa

de llover miseria humana, y se nos tuercen todos los tacones

de los viejos zapatos, y el agua cala impiadosa los remiendos del

poncho?

Y qué risa me da que use usted nombre de imperial romano.

Usted

tendría que llamarse eternamente Abel o Adán, pero Abraham

está bien:

la mamacita de usted le llamaba Abrancito y le decía niño no

pienses tanto,

que en el pobre pensar no sirve para nada, pensar es sufrir más.

Oiga lo que le digo, Abraham:

tanta hambre paso en París que voy al Louvre a comerme el pan

y los faisanes

de un bodegón holandés. Le arrebato a un hombre de Franz Hals

un jarro

de cerveza y me harto de espuma. Salgo del museo limpiándome

el hocico

con el puño cerrado y digo ¿cuándo parará de llover en este

mundo, cuándo

en el techo de los pobres no rebotarán más piedras y lloverá maíz

en vez de luto?

Y agarro el bastón de Chaplin, me subo el cuello de la chaqueta y

salgo

en busca de un refugio, de un cobijo donde pasar lo que reste de

llanto.

Me siento a caminar por la tristura y vengo aquí al providente

amigo

a pedirle emprestado un jergón para echarme a dormir, déjeme

por un siglo no más un poema suyo, testicular semilla, antihambre

poema,

antiodio poema vallejiano, deme un alarido sofocado por miedo al

carcelero,

un alarido en quéchua o en mandinga, pero con techo y suelo

donde echarse a morir,

digo, a dormir, me contradigo, me enrosco, me encuclillo, vuelvo a

ser feto

en el vientre de mi madre; me arrebujo y oigo su rezongar andino

sollozante:

a París le hace falta un Aconcagua, y voy a lloverle a Dios sobre

su misma cara

el sufrimiento de todos los humanos.

Alguien dice carcasse

y yo digo esqueleto. Hasta de espaldas se ve que está llorando,

pero empresta

el refugio piadoso que le pido, y me echo a morir, digo, a dormir,

acorazado

por el poema de Abraham; de César, digo; quiero decir, Vallejo.


Nota:

Estos poemas de Gastón Baquero aparecen en el apéndice de la 5ª edición del libro Conversaciones con Gastón Baquero (Betania, 2019), que puede adquirirse en Amazon.

Para esta  breve selección de poemas de Gastón Baquero, he usado principalmente dos antologías. Me refiero a Poesía completa de Gastón Baquero (Madrid: Verbum,  1998 y 2013) y a Gastón Baquero, la patria sonora de los frutos (La Habana: Editorial Letras Cubanas,  2001), selección, prólogo, notas y compilación del apéndice de Efraín Rodríguez Santana.  También he revisado otras dos antologías que merecen ser mencionadas: Gastón Baquero. Poesía completa, 1935-1994 (Salamanca, Fundación Central Hispano, 1995)- Edición a cargo de Alfonso Ortega Carmona y Alfredo Pérez Alencart, y Gastón Baquero. Palabra inocente. Antología poética, 1935-1997 (Madrid: Visor, 2017). Edición a cargo de Carlos Javier Morales.  F. L.

Gastón Baquero (Banes, 1914 – Madrid, 1997). Poeta, ensayista y periodista cubano. Doctor en Ciencias Naturales e ingeniero agrónomo por la Universidad de La Habana. En la capital cubana colaboró en las revistas literarias Verbum, Espuela de Plata y Poeta, y fundó los cuadernos poéticos Clavileños. Vinculado a la generación de la revista Orígenes, en cabezada por José Lezama Lima, fue Jefe de Redacción del Diario de la Marina, uno de los más prestigiosos periódicos cubanos y académico correspondiente de la Academia Nacional de Artes y Letras de Cuba.

Se exilió en 1959 y, desde entonces, residió en Madrid, donde trabajó en el Instituto de Cooperación Iberoamericana y en Radio Exterior de España; además de ejercer como profesor en la Escuela Oficial de Periodismo. Como periodista fue asiduo colaborador de periódicos y revistas, tanto cubanas y españolas, como del mundo hispano.

La Universidad Pontificia de Salamanca publicó Celebración de la existencia. Homenaje internacional al poeta cubano Gasón Baquero (Salamanca, 1994) y la Fundación Central Hispano editó dos tomos con su obra poética y ensayística: Gastón Baquero: Poesía y prosa (Madrid, 1995).

Su poesía ha sido analizada en Lo cubano en la poesía (La Habana, 1958 y 1970) de Cintio Vitier, en Estudios de la poesía cubana contemporánea (Nueva York, 1967) y en Diez años de poesía cubana (Madrid, 1972), ambas de José Olivio Jiménez.

Blog eBetania: http://ebetania.wordpress.com


Intelectuales dominicanos condenan secuestro de Otero Alcántara

Luis Manuel Otero Alcántara, artista y activista independiente

Decenas de intelectuales y creadores dominicanos protestaron el martes, en carta abierta al embajador de Cuba en la República Dominicana, por el secuestro del artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara, a quien el régimen castrista mantiene en el hospital habanero Calixto García desde hace ya más de una semana, incomunicado y a merced de la manipulación gubernamental.

«Otero Alcántara es perseguido por la única causa de exigir que su libertad para crear y opinar sea respetada, una causa que nosotros compartimos y apoyamos plenamente», citó la página Acento.com.do

«La organización no gubernamental de abogados Cubalex ha denunciado 50 detenciones y más de 15 arrestos domiciliarios en Cuba entre el 26 de abril y el 2 de mayo, vinculados directa o indirectamente con la huelga de hambre de Otero Alcántara», añadió la web.

Carta abierta al embajador de Cuba en la República Dominicana, Carlos Jesús de la Nuez López

Excelentísimo embajador:

Quienes firmamos esta carta somos intelectuales y artistas dominicanos que desde hace semanas seguimos con atenta y creciente preocupación la forma en que el Gobierno cubano ha tratado y trata al artista Luis Manuel Otero Alcántara. La actuación de las fuerzas policiales cubanas que entraron en su casa, lo tomaron preso, destruyeron algunas de sus pertenencias y secuestraron sus obras de arte es típica de los sistemas totalitarios, que no respetan las libertades de sus ciudadanos, y resulta tan inaceptable para nosotros como lo fue para el propio Otero Alcántara, quien se declaró en huelga de hambre y sed por esta razón. Pero se ha ido más lejos: nuevamente la policía cubana penetró en su vivienda durante una madrugada y, según afirma la prensa oficialista, lo trasladó a un hospital en La Habana bajo el pretexto de que pretendían suministrarle ayuda médica. Ha pasado una semana de este secuestro y las únicas noticias del artista son aquellas que emite el Gobierno a través de sus órganos oficiales, solo para denigrar a Otero Alcántara y asesinar su reputación. Con el debido respeto, no podemos confiar en esas informaciones, provenientes de medios donde no encuentran cabida la pluralidad de opiniones y la posibilidad del ojo crítico.

Nuestras preguntas son muy simples, señor embajador: ¿Dónde está realmente Luis Manuel Otero Alcántara? Si, como afirma la prensa bajo control del Gobierno en Cuba, que es toda la prensa admitida en el país, su huelga fue falsa, ¿por qué no se le permite abandonar el hospital donde supuestamente se encuentra? ¿Por qué no se permite que sus amigos y compañeros del Movimiento San Isidro lo visiten? ¿Por qué no se permite a Otero Alcántara conectarse a Internet e informar a través de las redes sociales y con sus propias palabras cuál es la situación?

Nosotros, artistas e intelectuales dominicanos protestamos enérgicamente contra esta manera de proceder, al tiempo que exigimos con todo rigor la libertad de Luis Manuel Otero Alcántara para que sea atendido, en caso de ser necesario, por un personal médico en el cual confíen sus familiares y compañeros. Otero Alcántara es en este momento un preso político cuya única causa ha sido exigir que su libertad para crear y opinar sea respetada, una causa que nosotros compartimos y apoyamos plenamente.

Quedamos a la espera de su oportuna respuesta, con el respeto que su alto cargo nos merece:

Máximo Vega
Kianny Antigua
Keysi Montás
Jorge Pineda
Rodolfo Báez
Eduardo Gautreau De Windt
Manuel García Cartagena
Pedro Antonio Valdez
Ibeth Guzmán
Bismar Galán
Rubén Lamarche
José M. Fernández Pequeño
Nancy Vizcaíno
Néstor E. Rodríguez
Arturo López
Karma Davis Pérez
Gramsci Guzmán
Wali Vidal
Jochi Muñoz
José Levy
Sole Fermín
José Pión
Lili Ayala
Gipsy de los Santos
Nancy Vizcaíno
José Almonte
Pery Jiménez
Elka Díaz
Tulio Augusto Feliz
Alescar Ortiz
José Peralta
Adonis Montero
Samuel Priego
Luis Heredia
Arturo López
Karma Davis Pérez
Gramsci Guzmán
Wali Vidal
Jochi Muñoz
José Levy
Sole Fermín
José Pión
Lili Ayala
Gipsy de los Santos
Nancy Vizcaíno
José Almonte
Pery Jiménez


‘Aquí lo que hay es que irse’ dos años después

El 11 de mayo de 2019 estaba presentando mi novela Aquí lo que hay es que irse, en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras, de Joaquín Gálvez, en el agradable Café Demetrio en Coral Gables, Miami.

Recuerdo cómo, después de la presentación de mi libro que hizo Jose Hugo Fernandez, reseña que todavía me conmueve si la leo, entre aquel público de cubanos exiliados, yo defendía el hecho de permanecer en Cuba porque me sentía parte de un proceso de cambio, de un grupo de artistas que reclamaban una plataforma para el arte independiente. Parte de un país en tránsito.

Parece que un tornado arrasó con aquel optimismo y el título de esa novela cobra hoy una fuerza alarmante, a pesar de que ya no existe la ley ‘Pies secos, pies mojados’.

Pero quién sabe. Dicen que la luz está más cerca justo cuando el túnel es más oscuro e impenetrable.

‘Cuerpos y márgenes’ en Delio Photo Studio

Miami Ensemble presenta en Delio Photo Studio el próximo jueves 13 de mayo, a partir de las 9:00 p.m., el evento poético musical ‘Cuerpos y márgenes’, en apoyo al Movimiento San Isidro, continuamente hostigado por el régimen militar imperante en Cuba.

Se presentan Penélope Hernández (poeta), Laura Marrero Felipe (poeta), Nilo Julián González (poeta), Luis Ernesto Prieto (poeta), Sandro RasSandino (cantante), Zane Hobbs (músico) , DjoydeCuba (músico) y VjCuba (músico).

Día: 13 de mayo

Hora: 9:00 p.m.

Lugar: Delio Photo Studio

2399 Coral Way, Miami, FL 33145

+1 (305) 856 5632

“Un evento poético musical en el cual se presentan tres jóvenes poetas cubanos por vez primera. Cuerpos poéticos y márgenes humanos. Cuerpos eróticos. Márgenes sociales. Cuerpos espirituales. Márgenes políticos. Cuerpos económicos. Cuerpos y márgenes en el alma del mundo”, Acetato Producciones.

La amante de Humberto López, Alpidio Alonso y el Estado misógino

A nadie en su plenitud se le ocurriría tener relaciones íntimas con el periodista Humberto López, es decir, con el policía que habita en él. Policía político que sopla, enloquecedoramente amarillista, la Gran Trompeta Enredadora del Estado del Secuestro. Cederista residual para el segmento estelar de la infratelevisión cubana. A nadie absolutamente. A no ser, claro, que López pague. O chantajee o amenace. O por lo menos brille en el ideario chivatiente de quien lo integre a sus relaciones íntimas.

Cada una de estas tres posibilidades es posible, sobre todo aquellas variantes en las que dos de ellas, incluso todas, aparecen mezcladas parcial o totalmente. Cuba está llena de chivatos, pillos, masoquistas, rebeldes amaestrados, policías del pensamiento. Y abusadores. Sobre todo abusadores. Como López mismo, cuyo ejercicio de la difamación en la infratelevisión cubana ha visto multiplicada, este fin de semana, su miserable esencia: Resulta que el supuesto periodista no es más que un maltratador capaz de abusar de una mujer en plena vía pública y con casi absoluta impunidad, como han mostrado varios videos en las redes sociales (como si no bastara el asesinato de la reputación de tantas informadoras y activistas independientes en horario estelar). Esta vez, la víctima fue la exfiscal Yeilis Torres, actualmente opositora al régimen, quien debió salvar su teléfono del arrebato tras sorprender a López visitando a su «querida».

Como otro «intelectual» robolucionario nada menos que ministro de Cultura, Alpidio Alonso, este «periodista» de la ficción de Estado tiene debilidad por los teléfonos ajenos. Ambos los arrebatan cual rateros empedernidos, con la única diferencia que se trata de rateros respaldados por el Estado misógino en las calles de un país cuyas leyes, diseñadas para proteger la robolución, apuntan siempre a la cabeza de las víctimas de la robolución… sin que jamás la “Federación de Mujeres Cubanas” proteste.

Estos abusadores de mujeres —Alpidio permitió hace pocas semanas que varias jóvenes del movimiento 27N fueran golpeadas y secuestradas en un ómnibus frente al Ministerio de Cultura, de hecho encabezó la operación de escarmiento— anhelan desesperadamente una Cuba sin conexión pero con sirvientas, sin opositores ni críticos ni disidentes, donde ellos y solo ellos puedan guataquear por la libre los interminables campos del brete robolucionario. Para empezar, quienes enfrenten la desinformación, o simplemente no obedezcan, se quedan sin teléfono.

La amante de Humberto López, el mismo López, el ministro de Cultura y el Estado misógino tienen en común su absoluta falta de escrúpulos, su mal gusto, una tenebrosa inhumanidad. A no ser, claro, que López pague. Quedaría excluida su amante.


El comportamiento uniforme, una superstición insana

Lo reconozcamos o no, todos hemos querido alguna vez que los demás actúen igual que nosotros. O por lo menos que actúen como a nosotros nos gustaría. Es una superstición cándida (y a veces feroz) que acompaña a los humanos desde que hacemos uso de la sinrazón, quiero decir, desde el surgimiento de las religiones y las ideologías, por no irnos más atrás, al instante en que el primer homínido se convirtió en líder de la manada.

Son frecuentes las ocasiones en que pensamos y hasta llegamos a expresar simplezas del tipo: “Si todos actuáramos de la misma manera con respecto a tal asunto, resolveríamos de una vez el problema”. Fantaseamos, y lo sabemos muy bien, pero no siempre tenemos en cuenta que este tipo de fantasía responde a mecanismos mentales poco sanos.

Dejan de ser sanos, sobre todo, cuando junto a esa ingenua pretensión de uniformidad, propagamos juicios de valor (que por lo general contienen duras descalificaciones) contra las personas que no actúan igual que nosotros, o como a nosotros nos gustaría que actuaran.

Hace unos dos millones de años, numerosos individuos con aspecto más o menos humanoide deambulaban por la Tierra. Podían ser parecidos o muy diferentes entre sí. Ninguno era exactamente igual al otro. Mucho después, treinta mil años atrás, los humanos “modernos” formaban ya varias comunidades genéricas, con características que las distinguían entre sí. No podían ser idénticos, por imperativo de las circunstancias. Y fue justamente esa capacidad para la diferencia lo que propició que algunos de esos grupos sobrevivieran y fundaran las bases para la civilización humana en nuestro planeta.

Hoy ni siquiera los hermanos gemelos piensan igual y comparten los mismos gustos, simpatías y antipatías, por más complicado que a veces resulte diferenciarlos físicamente.

No obstante, la ilusión de uniformar el comportamiento humano pervive agazapada en nuestro inconsciente. Los más, logramos mantenerla bajo control, aunque no en todo momento. Los menos, han convertido esa idea en pesadilla bochornosa, haciendo correr ríos de tinta, que afortunadamente siempre fueron a desembocar al mismo sitio: el fracaso, el ridículo y aun el horror. Bastaría con recordar la eugenesia, hija dilecta de Darwin e inspiradora de las técnicas de ingeniería genética tramadas por los hitlerianos; o el perfecto homus soviéticus estalinista; o el hombre nuevo del Che Guevara y su pandilla.

Desde luego que existe una distancia abismal entre quienes aspiran a la uniformidad como ambición de dominio, o como expresión de personalidades anormales, perversas, dogmáticas (los totalitarismos, los populismos, las tiranías…), y aquellos que lo hacen por un simple desliz de su inconsciente, o por ignorancia, o por pasajeros arranques de pasión. Sin embargo, hay un componente que parece influir por igual en unos y en otros, por más insalvablemente desiguales que sean sus naturalezas. Es la falta de humildad.

Siempre que seamos capaces de actuar con humildad, lo que es decir, con los pies bien puestos en la tierra, estaremos vacunados contra esa epidemia tan contranatural y absurda ahora mismo como en los inicios de la civilización terrestre: la insana superstición del comportamiento uniforme. La pregunta de los sesenta millones sería entonces: ¿hasta qué punto podrían proponerse ser humildes aquellos que necesitan, por un imperativo interior, que los demás acepten sus actos como modelo?


Originalmente publicado en Neo Club Press en el verano de 2018.


Las apropiaciones de Jorge Enrique Rodríguez

La duda, el dolor, el amor, la ciudad, las «calles incendiadas»… la paternidad, la orfandad, los naufragios, la memoria… son algunos de los temas que recorren y determinan Apropiaciones indebidas (Puente a la Vista Ediciones, 2021), poemario de Jorge Enrique Rodríguez que, dividido en tres zonas de interpretación —ordalías, pertenencias y letanías—, ondea como una especie de reflejo existencial de esa Cuba profunda sobreviviente, a pesar de todo, a más de seis décadas de totalitarismo.

«Tras la urdimbre de fingir en desventaja puedo decirte: / Patria es también enjaezar a contracorriente los demonios de esta isla, / una casa frente al mar para despedir los barcos que zarpan hacia la vida».

«Más que isla transito la emboscada del mendigo, / el renunciamiento del pez que trafica sus límites», canta Jorge Enrique Rodríguez con la certeza de quien camina en la cuerda floja: En este cuaderno desgarrador, profundamente íntimo y al unísono insistentemente público, el hombre se alza sobre sus circunstancias para darnos una lección de poesía.

Escritor Freelance, periodista independiente, poeta, promotor cultural, Jorge Enrique es desde hace varios años uno de los reporteros más activos, e incisivos, con que cuentan los medios no oficialistas para informar sobre la realidad insular. Por añadidura, este libro lo reafirma como una de las voces cubanas más reveladoras de nuestros tiempos. En el periodismo como en la poesía. En la poesía como en la vida.


La gallina nacionalista y el huevo multicultural

El dilema de la cubanidad se reproducía una vez más, metafóricamente hablando, en una noticia de Prensa Latina fechada hace ya algún tiempo. Supuestamente, produjeron en su momento la vaca que daba más leche (Ubre Blanca), incluso la yuca más extensa –o la malanga, no recuerdo bien–, y no tranquilos con ello descubrieron el mayor huevo del planeta (según afirmaba la nota oficialista). ¡Una gallina cubana, Cuquita, generaba la postura más grande del mundo! Salieron a agitarlo como una bandera.

¿Qué es primero, lo «cubano» o su supervivencia? Sin ser, lo cubano no puede sobrevivir, pero para sobrevivir —para avanzar, única forma de sobrevivir decentemente— necesita dejar de querer ser lo que ahora mismo supone que es. Convertirse en algo más flexible, inclusivo, humilde, posnacional. En un sentido pragmático, relajadamente multicultural. Luego entonces lo primero ahora mismo debería ser el huevo, no la gallina.

El ser cubano es un producto de la diferencia. La diferencia amalgamada, rociada por los cuatros costados con el agua de todos los continentes. Chinos, españoles, africanos, europeos, indígenas… cristianos, judíos, musulmanes, ingleses, franceses, eslavos, moros y un largo etcétera. La aceptación de la diferencia, la convivencia entre distintos, debiera constituir el santo y seña de esa Isla. ¿Cómo es posible que un pueblo así se niegue a echar por la borda el lastre de su cerrazón, de su nacionalismo oscurantista?

Cuba es la diferencia en perpetua mezcla, lo terrenal en su versión más impura y, por lo tanto, más completa… y cómo lo desperdicia. Hasta 1959, la Isla reflejó en Latinoamérica el desarrollo norteamericano, y con ello la modernidad. Pero la vocación de universalidad que alimentaba el espíritu insular, o que debió alimentarlo, se dio de bruces, ya derrocado Fulgencio Batista, con su supuesta interpretación y/o negación. Así, en un sentido sociológico, socioalardoso, el castrismo fue el altavoz a través del cual se expresó, y todavía se expresa parcialmente, lo peor de la seudonación cubana, mentalmente atrincherada.

Lo castrocubano –la gallina nacionalista, exhibicionista, egobiada– al final, contradictoriamente, desperdicia una y otra vez el huevo multicultural. Hay que salir de Cuquita.


Luis Manuel Otero Alcántara y el poder de los sin poder

El único video en el que creeré será en una directa de Luis Manuel Otero Alcántara ya libre de sus verdugos. Pueden poner cien mil más, que lo único que interpreto claro es, primero, que los han mostrado por la presión internacional de fe de vida y, segundo, que el artista no se comporta con odio a pesar de estar sedado y bajo los efectos secundarios de su huelga de hambre.

Con lo que sea que le han suministrado, su nobleza sigue intacta y, aunque no se trata de un performance, la naturaleza de su actitud de calidad humana es la de un artista que en todas las circunstancias crea con su cuerpo, mente y proyección.

Sus detractores querían una prueba de que es un creador: ahí la tienen. En las garras de una fuerza poderosa del mal, logra darnos dos mensajes para que el video salga: que él está vivo, que no representa al odio y que la naturaleza de lo que puede sanar a la nación cubana viene de esa autenticidad; no busca el protagonismo ni la gloria sino, en cualesquiera de las circunstancias a que lo exponga ese poder, aquello de lo que Václav Havel dio fe en El poder de los sin poder: mover algo, protestar con palabras o en silencio, negarse, dejar de hacer, sobrevivir, disentir según las posibilidades que ese poder te deja como individuo, actuar hacia el prójimo, socorrer y tener la esperanza de que cada cosa que hagas, por mínima que sea, es mejor que hacer nada.

Y por último, sí me parece muy indigno avalar cualquier tipo de interpretación que venga de parte de sus secuestradores. Ellos son los verdaderos perdedores, han tenido que ceder su posición de intransigencia a ultranza porque necesitan tiempo para bajar el nivel de tensión y la atmósfera de protesta que tanto los desvela.


El cinismo en la punta del iceberg

Mi amigo Salvador Blanco Mayans, a quien me une un afecto que dura ya 43 años, desde que nos conocimos en aquella aventura televisiva llamada Para Bailar, me pide comparta este reportaje suyo sobre un asunto que sigo con atención y que ocupa la actualidad noticiosa cubana.

Se trata de un tema complejo, profundo, con muchas aristas y que ha sido objeto de gran manipulación mediática. Como dije, estoy al tanto, pero de toda esa historia, como la mayoría, apenas distingo la punta del iceberg.

De Luis Manuel Otero Alcántara y demás miembros de lo que llaman Movimiento San Isidro, no conozco sus obras artísticas, ni sus vínculos con otros individuos o instituciones, pero sí me consta que han elevado sus voces y desafiado a un poder represivo al precio de detenciones, violencia, estancias en calabozos, asedio y allanamientos sistemáticos.

Son jóvenes que han elegido el desafío frontal al régimen totalitario para reclamar tantos derechos que nos han sido arrebatados por quienes se aferraron al poder en 1959, arruinaron al país y nos impusieron su ideología dogmática y excluyente, de espaldas a las necesidades y aspiraciones de su pueblo.

Basta echar un vistazo a la ofensiva propagandística en estos días de los medios oficialistas cubanos, en su empeño por desacreditar a Luis Manuel y sus compañeros de causa, para entender el pánico del Partido Comunista de Cuba ante una crisis social, económica y política que no sabe gestionar y que cada día añade presión a una olla con válvula defectuosa.

La tiranía que nominalmente encabeza una marioneta de los militares dueños de todas las estructuras productivas del país sabe que, al menos en su estado actual, tiene el tiempo contado. Mientras viva Raúl Castro no se atreverán a mover ficha, pero cuando el casi nonagenario general parta, se sentarán a negociar sin pudor lo que haga falta, a cambio de que no se les lleve ante la justicia ni se les despoje de lo robado. Algo así como una versión tropical de la llamada «mafia rusa», o sea, aquellos funcionarios del PCUS y de la KGB que se apropiaron de las riquezas de la extinta URSS.

Mientras, cada día quedan más expuestos en su cinismo y más vulnerables son ante una juventud que expresa su rebeldía porque desterró de su mente el miedo, ese anestésico social que está en la base misma de la opresión que vive Cuba desde hace más de seis décadas.


‘Ritmos y campos de sentido’, la nueva exposición de Waldo Balart

Alberto Rojo Blas, alcalde de Guadalajara, España, invita a la inauguración de Ritmos y campos de sentido. Pinturas de Waldo Balart, exposición que abre sus puertas este viernes 7 de mayo a las 7:00 p.m. en el Museo Francisco Sobrino (Cuesta del Matadero 5, Gualajara).

Este artista internacional, nacido en Banes (Cuba, 1931) y residente en España desde hace décadas, «trae a Guadalajara una selección de sus obras más recientes», explican los anfitriones. «Un buen número de bellas pinturas en las que el ritmo, en cuanto a manifestación de energía en proceso primario, responde a las leyes de progresión y de contraste de fuerzas».

Una exposición abierta del 7 de mayo al 27 de junio de 2021, comisariada por María José Gutiérrez Muñoz y Ángel Llorente.

La pintura de Waldo Balart puede disfrutarse en el MoMA de Nueva York, en el Reina Sofía de Madrid, en el Museo de Arte Contemporáneo de Paraguay o en el Sammlung Grauwinkel de Berlín. Es considerado un exponente fundamental del Movimiento de Arte Concreto, con estudios de arte en el Museum of Modern Art de Nueva York entre 1959 y 1962. Reside en Madrid.

Un consejo en torno a la hospitalización de Luis Manuel Otero Alcántara

Tenemos un consejo: Necesitamos movilizarnos en otro escenario. Si no lo hacemos, el gobierno cubano va a capitalizar la acción de Luis Manuel Otero Alcántara a su favor porque está dando la imagen internacional de que:

  1. Lo están atendiendo
  2. No lo están dejando morir
  3. Lo llevaron a un hospital y
  4. Lo hicieron pasadas las cinco de la mañana, hora a partir de la cual, según el derecho, se pueden comenzar los registros y allanamientos, entre otros.

Lo que le están haciendo ahora nadie lo sabe. Ahí es donde hay que movilizarse.

Él es jurídicamente libre. En consecuencia, debe tener médicos de su confianza. No médicos del partido contrario a él. No médicos que sean de la Seguridad del Estado, etc. Él no es un preso. No está encausado. Tiene derecho a los médicos de su elección. Ese es su derecho. Debemos defendérselo.

También hay que exigir los nombres de los médicos que lo atienden. Investigarlos. Se necesita saber quién es el jefe de sala, quiénes entran y quiénes salen.


Texto en colaboración con el licenciado Faisel Iglesias


Comunicado del Movimiento San Isidro sobre Luis Manuel Otero Alcántara

Hoy se cumplen siete días de huelga de hambre y sed de nuestro compañero Luis Manuel Otero Alcántara, como último recurso para reivindicar sus derechos a la libre expresión artística. Tres exigencias justas, posibles y realizables, a saber:

1. Levantamiento del cerco policial en el que permanece desde el mes de noviembre de 2020, así como la erradicación del estado de sitio como práctica para impedir el libre tránsito de los y las artistas, periodistas y activistas

2. Devolución de las obras de arte que le fueran robadas e indemnización correspondiente por el daño que les han ocasionado a las mismas

3. Respeto al ejercicio de las libertades artísticas, de manera plena, de todos las y los artistas cubanos.

Hasta la fecha el gobierno no ha dado señales de deponer su posición, lo cual constituye una violación flagrante a los derechos humanos. El gobierno, ante los ojos de la comunidad internacional, se niega a respetar las libertades fundamentales y continúa abusando de su poder. Las detenciones arbitrarias y la represión contra quienes pacíficamente manifiestan su apoyo a Luis Manuel, han aumentado.

Agradecemos infinitamente la valentía de todas y todos, porque cada vez somos más, protegiéndonos, defendiéndonos como hermanos, en el amor por Cuba. Es allí donde en estos momentos nos estamos  reencontrando. Así como Luis Manuel quiere crear y disponer libremente de su arte, así nosotros juntos queremos vivir en paz, sin miedo, sin  miseria, sin persecución, como seres humanos dignos, entendiendo que las opiniones diferentes nos enriquecen y que el derecho a la vida es un principio inalienable.

Ningún cubano ni cubana debe morir por defender una idea. El gobierno de Cuba tiene la vida de Luis Manuel Otero Alcántara en sus manos.

Movimiento San Isidro


Las máscaras de David

Cuando contemplamos el David de Miguel Ángel, nos impresionan su belleza, la pose que sugiere determinación, seguridad en sí mismo, y también arrogancia. Difícilmente alguien pensaría en Goliat. Ese David, imagen de la victoria, no sólo ha vencido ya a Goliat: también lo ha remplazado. Goliat, el gigante -el Monstruo-, ha cedido ante el empuje de la imagen masculina, blanca, serena, civilizada y racional de David. No es casual que este David se haya convertido en esa imagen en la que han enredado la admiración y el deseo, la masculinidad y el homoerotismo, el deseo homosexual y la noción de belleza en cuanto blanca y masculina.

Fidel Castro habló a los cubanos en 1959 del gran destino que estaban llamados a tener. Les dijo, mientras se fusilaba a lo largo y ancho del país, que eran el pueblo más noble del mundo. Para defenderse de las críticas internacionales, Castro afirmó que éramos un país civilizado y no un montón de africanos salvajes. Los cubanos aplaudieron. Estaban complacidos con el espejito.

Castro hizo creer a los cubanos que eran David enfrentados al monstruo imperial. Por supuesto, David era él, y su sueño no era derrotar al imperio, sino sustituirlo. El mejor ejemplo de esto fue la aventura colonial en África. La excusa: teníamos sangre africana, nuestra herencia. Para echar sal sobre la herida le dio a la operación el nombre de una negra rebelde que, todavía hoy, es casi una desconocida: Carlota. Lo era aún más en aquella época. De lo que se trataba era de jugar a ser una gran potencia, y tenida por tal, en la Guerra Fría. Lo logró, y luego convirtió al país en capilla ardiente de los caídos (mayormente negros). La empresa colonial continúa hoy con las misiones filantrópicas a los más necesitados y menesterosos. Ejércitos de batas blancas son fotografiados llegando con una gran bandera cubana y un retrato de Castro en muchas ocasiones. Excepto por lo del retrato, hasta en esto el Estado cubano ha llegado a parecerse al de Estados Unidos. Cada cual hace propaganda colonial con lo que tiene: médicos o soldados.

Castro declaró que la victoria en Angola había sido otro Girón. Es decir, los soldados cubanos solos pelearon y vencieron en África. Esto demuestra las sutilezas con que hay que entender el racismo. Internacionalmente, la victoria fue de Cuba y, sobre todo, de Castro. Aunque hayan peleado y muerto negros, la victoria, en África, es todavía la del hombre blanco: Castro. Después de su muerte empezó a enfatizarse su segundo nombre: Alejandro. Hay hasta un «Cantar de Alejandro». Por algo será.

Castro pretendió perpetuarse, y el Estado a su vez perpetuarse en él. Se inscribió en la prensa y en la división administrativa de la isla: periódico Granma, periódico Girón, provincia Granma. Y ahora, en un infame edificio en la provincia de Matanzas (menciono sólo algunos ejemplos).

El país está hundido en la miseria más que nunca. Las farmacias están vacías. El Covid está haciendo los peores estragos, y aumentan los muertos. Pero el Granma sigue en la tarea de pintar el Paraíso. Y el Congreso del PCC dejó en claro que no permitirá ningún desafío al sistema. ¡Socialismo a muerte! Y a Muerte es, porque el mensaje a la población va siendo cada vez más claro: comerán lo que puedan sembrar. Así que no boten las laticas.

En medio de este desolador panorama, la resistencia se ha plantado firme. Y esa resistencia, que ha hallado su reserva simbólica en un barrio pobre y de negros, y de jóvenes -San Isidro-, ha mostrado al mundo entero la brutalidad del racismo institucional y la dictadura imperantes en Cuba.

Hace unos días alguien subió un video desolador. Muy cerca de la entrada al hotel Inglaterra había un negro pordiosero echado en el suelo. Un policía se le acercó con una lata y empezó a echarle agua en la cabeza. El hombre no se levantó y el policía volvió a lo mismo. La operación se repitió varias veces, mientras la gente pasaba y miraba. Finalmente el hombre se levantó y el policía le indicó que se fuera. Medio cojeando, el hombre empezó a caminar. No protestó, no dijo nada. Se fue. El policía hizo con él lo que yo mismo había visto hacerle a un perro para que se fuera. Hubo alguna que otra indignación en Facebook, pero no repercutió mucho. El Estado la ha cogido ahora con hacerse el campeón de los derechos de los animales. Pero en ese proceso está aprendiendo de su «Némesis»: no dejes pasar el abuso de los animales, pero si se trata de un negro matado por la policía o de otro acosado por la policía, bueno, ¿pues qué? Pero el asunto habla también de nuestra bancarrota como seres humanos, aquí y allá, y en todas partes. Ese negro me recordó a mi padre, pero no era necesario para que me diera cuenta de que su vida, tratada como un trasto, era la de cualquiera de nosotros.

El performance de Luis Manuel Otero Alcántara tiene un peso simbólico y político imposible de subestimar. La imagen de Alcántara agarrotado pone ante los ojos de todos la continuidad colonia-república-«revolución». Pero sobre todo colonia-«revolución», puesto que nunca antes como desde 1959 el Estado ejerció un control tan férreo del espacio público y de la libertad de expresión.

Otero Alcántara, agarrotado, ejecutado sumariamente por los medios de comunicación del Estado, ha hecho posible así la emergencia de otro David, el que mejor nos representa: el del negro pobre esclavizado y condenado al cepo y al latigazo. Y también al verdadero Goliat: el Estado blanco, machista, totalitario, plantacionista. Y Otero Alcántara es también el negro del hotel Inglaterra: los dos agarrotados, todos en el cepo y perseguidos y acosados por los rancheadores. Pero los perseguidores ahora tienen miedo, mucho miedo, y no pueden ocultarlo.


Tras la muerte de Antonio Maceo

La reacción habida en España al conocerse la muerte de Antonio Maceo fue, sin proponérselo nadie, un homenaje magno, en lo político y en lo militar, al héroe entre los héroes.

Ver prácticamente terminada una guerra tan larga y terrible por la desaparición de un hombre, quería decir que ese hombre era la encarnación misma de la guerra. Una publicación española de aquel momento dijo que el éxito representado por esa muerte no había podido «surgir para España con mayor ni más dichosa oportunidad». Y añadía el jubiloso comentario: «La impaciencia del espíritu público ante las operaciones de Pinar del Río había llegado a su último extremo; la perfidia yankee estaba dispuesta a aprovechar en su favor todos los incidentes desfavorables para nuestra causa. Por fortuna para el país, y para gloria de nuestro ejército, con el combate del potrero Matilde hemos dado a la  insurrección un golpe de muerte y un rotundo mentís a nuestros mal encubiertos enemigos del Norte de América».

La noticia se confirmó el día 9 en la prensa. Era oficial desde el 8, con el telegrama donde Ahumada decía que en el combate del que había dado cuenta esa misma mañana «resultó muerto  el cabecilla Antonio Maceo, cuyas prendas de ropa, armas y documentos tengo en mi poder, así como los del hijo de Máximo Gómez, Francisco Gómez Toro que, herido ya, y antes de caer en manos de la fuerza, se suicidó por no abandonar el cadáver del cabecilla, dejando documento  auténtico, que conservo, en que así lo declara, pidiendo sea dirigido a sus padres».

En el primer momento, nadie podía creerlo. Así era de fuerte la leyenda de invencible que aureolaba a Maceo, entre los españoles como entre los cubanos. En un viejo trabajo mío titulado «Maceo visto por sus enemigos», detallo esto del júbilo en España, recordando que en un horrible poema de Javier de Burgos, publicado el día 8, en el centro de una orla donde aparecía a un lado la Virgen (el 8 de diciembre es la gran fiesta  española por la Inmaculada), y al otro una robusta matrona representando a España, a la que la Virgen se dirigía diciéndole que por ser tan buena hija suya le entregaba, ese día, como premio, «la cabeza del mulato Maceo». Y comentaba servidor que eso de emparentar de alguna manera  a Maceo con el cielo, le parecía muy bien.

Los detalles dados por los periódicos confirmaban la promisoria noticia. Un diario decía: «Su identificación pudo hacerse por la ropa y objetos  que llevaban los cadáveres. En la finísima camiseta de punto que cubría el recio cuerpo del mulato había bordadas estas letras: A.M. El hijo de Máximo Gómez apoyaba su cabeza sobre el cadáver de Maceo. En su bolsillo llevaba el «Diario de operaciones de la campaña». Y otro periodista decía para describir los cadáveres: «Uno de ellos, mulato, de fuerte complexión, con el pelo rizado y canas abundantes en el pelo y en el bigote».

Fue tanto el júbilo, fueron tantas las fiestas públicas, tantas las muestras  de satisfacción por aquella muerte, que Don  Emilio Castelar se sintió avergonzado, como español y como cristiano, y puso  las cosas en su sitio. En enero del ’97, desde San José de Costa Rica, una señora que dolorosamente tenía  que firmar ya «viuda de Antonio Maceo», le escribió a Don Emilio la carta siguiente:

Exmo. Sr. Dn. Emilio Castelar
Madrid

Muy señor mío:
En medio del vocerío de innoble júbilo que se levanta en toda España con ocasión de la muerte de mi ilustre consorte el Mayor General Antonio Maceo, se singularizó usted por la corrección de su conducta, consagrándole palabras de respeto y consideración a aquel heroico jefe cubano. Y como aprendí de él a admirar y enaltecer las acciones generosas de los enemigos, me considero obligada a manifestarle a usted mi gratitud, por más que a pesar de su inmenso talento no haya podido usted desprenderse por completo de las preocupaciones que perturban el criterio de los españoles más ilustrados, cuando de Cuba y sus hombres se trata. Y como sería insensato después de todo pedirle a un español, siquiera sea de espíritu tan levantado como usted, que venere y admire la memoria del guerrero indomable que aterrorizó a esa nación por largos años, y que en Jobito, en Peralejos, en Calimete, en Coliseo, en Guamacaro, en San Luis, en Paso Real, en las Taironas, en Loma del Rubí, en Claudio, en Lomas de Estorino, en Ceja del Negro y en Artemisa, derrotó a los mejores generales españoles, venciendo en desproporcionados combates a las tropas más selectas, yo me conformo con la justicia incompleta que usted ha hecho, y aplaudo con calor su conducta, la cual, emocionando hondamente mi corazón de viuda atribulada ha mitigado el amargo sentimiento que me inspiró el populacho congregado en las plazas y paseos de toda España para festejar, en horrible saturnal de caníbales, el fin glorioso de un caudillo enemigo, ilustre por sus méritos y sus hechos, y que fue siempre tan bravo en la pelea como generoso en la victoria con el enemigo derrotado.

Soy de usted con la mayor consideración, agradecida servidora.

María Cabrales, viuda de Maceo

Esa carta perfecta, tanto en lo literario como en lo moral, merece estar en la primera línea de la historia de la cultura cubana. Es un compendio de ética, y la ética es el reverso de la barbarie. María Cabrales, como Antonio Maceo, es un modelo de civilización, de buena educación, de dominio de las pasiones por la reflexión y la obediencia a unas normas. Eso es ser culto. Eso es ser persona.


Una primera versión de este artículo apareció en 1994. Cortesía El Blog de Montaner


Si acaso puedes, sálvame de vivir

[…] Un vagabundo manipulando una pistola, en la cocina de una casa desierta donde flota una atmósfera de guerra, era en verdad un espectáculo novelesco e inhabitual. Pero el gato, con los ojos semicerrados y el lomo todavía arqueado, no se movía, tan imperturbable como si hubiese conocido el secreto encerrado en todo aquello […].

Ryunosuke Akutagawa ‒Castidad de Otomi


La novela Sálvame si puedes, de Rafael Vilches Proenza, que se alzó con el premio de narrativa Reinaldo Arenas 2020, tiene más que merecido este galardón. Aunque debe acotarse que las distinciones, en ningún caso, legitiman la altura de una obra porque el talento no se administra del mismo modo en que se administra, por ejemplo, la justicia. 

En todo caso, Sálvame si puedes no es una fábula. Es un fragmento de vidas laceradas ‒por la maldita circunstancia de nada por todas partes‒ que nos recuerda la convicción básica de la vida: nadie vive dos veces, y mucho menos para contarlo. Más que una novela Vilches Proenza nos otorga una encrucijada: el via crucis que significa la indagación de uno mismo, el redescubrimiento de nuestra identidad, y de nuestra percepción individual intentando sobrevivir a la asfixia de ser negado y negar.

No es gratuito que gran parte del relato se erige desde la pubertad que escudriña casualmente la vida de los otros. Pero no desde el aburrimiento que representa espiar, sino en busca de una respuesta suficientemente eficaz que otorgue sentido al confinamiento de su verdadera identidad:

“[…] ¿Por qué tuve que nacer varón? ¿Por qué uno no puede decidir lo que desea ser sin tener que ir por ahí guardando el secreto? […]”

Un adolescente de trece años no debiera pasar por el desgarro que implica el escarceo con su entorno mediato, en una circunstancia de país y una guerra inmerecida. Pero los adultos, parece ser, se aliaron a ese miedo que se agazapa tras los alcoholes, al juego de ser penetrados por las prohibiciones. Y es ahí que solo queda, como testimonio, la soledad de Angélico queriendo quebrar su crisálida y trascenderla. Un adolescente que no sabe de enemigos, como tampoco sabe a quién culpar:

“[…] Antes, cuando vivíamos con papá, mi madre era muy distinta. No bebía alcohol. Era muy linda, joven, andaba maquillada, con la ropa impecable, todos la respetaban. Ahora siempre tiene ojeras, hasta los dientes ha perdido, padece de insomnio. Papá debe tener una nueva familia. Jamás volvió.

Mis días se cubren de nubes grises, mi vida es una tormenta. No me gustan las muchachas de aquí, las del Catorce tampoco, no me gusta ninguna, pero eso no se lo cuento ni a Dani. Ni loco. No quiero que se moleste. Prefiero oír su risa, mirar su cara redonda, sus ojos negros que me deslumbran, esos cabellos que toman el color del día como si fueran ojos, brilla cuando está contento. Le regalara un girasol, uno bien grandote, pero los policías tienen prohibido sembrar girasoles […]”.

El misterio también acecha en qué tipo de lectura atrapa y distrae a Angélico. Qué lee este púber, además de la sobrevida en ese sitio que el lector olfatea como pueblo de campo, o campo de una ciudad, o ni lo uno ni lo otro, sino ese infierno que burbujea en cada rincón de una isla financiada por los temores de sus habitantes. Un misterio más indescifrable que aquel de Guillermo Vidal en su Matarile:

“[…] Estoy perdidamente enamorado de los libros. Sencillo. Era el más pequeño del barrio y hasta del aula. Estaba la furia de los padres por ponernos a jugar pelota o balompié, algo que nos hiciera gastar energía, que engordáramos un poco y nos desarrollara los músculos. Como no tenía padre, ni tamaño, ningún capitán de equipo perdía su tiempo en pedirme. Además, detesto el olor a sudor en mi cuerpo.

«—Tú eres el público —me decían—. Mira y aprende, si prestas atención, a lo mejor mañana te pidamos de primero, ¿entiendes? Ahora no sabemos en qué posición ubicarte.

«El juego no me parecía entretenido. A mamá todo esto del deporte le importaba un bledo. Y yo no estaba dispuesto a perder los dientes en una discusión insípida y sin sentido. Me dejaba caer a un costado del campo como si tuviera mal de ojos. Miraba a los estúpidos divertirse. Me sentía en el fondo de un pozo. Como tontos gritaban sus proezas. Un día se rompían los guantes, otro se desflecaba la pelota, otro se partía el bate, y no había dinero, ni existía un lugar para repararlos, mucho menos donde comprarlos. Querían fútbol, pero no había balones. La gente aspiraba que sus hijos se convirtieran en peloteros, pero sin bates y pelotas, imposible. Se disipó la furia de los padres por los deportes. Sus promesas miserables me perseguían, restallaban en mis oídos. Yo prefería leer. Lo descubrí un día que entré en la biblioteca por casualidad, era pequeño, estaba jugando a los escondidos y fui a esconderme en la sala de lectura, allí estaban Daysi, la directora, Eva, la mamá de Tony, y Pancho, el proyeccionista, entonces disimulé y me puse a leer. Ahí supe que sería un lector empedernido. Un libro en el bolso me alimenta el espíritu. Leer me hace volar. Es como irme a otra dimensión, muy lejos de aquí. Eso Tony Ovejo no lo entiende ni lo podrá entender. La mañana se ha llenado de sol. No logro concentrarme.

«Dani ni siquiera asoma la nariz. Pero me entretengo con el libro y con el viejo Ortíz. Me gustaría escuchar lo que susurra a sus palomas. Me mira. Yo lo miro con el rabo del ojo. Dani no acaba de aparecer. La patiflaca de Angelita se asoma al balcón. Esa muchacha es una piedra en mi fondillo. Debería hacer una lista de cosas que quisiera olvidar, eliminarlas para siempre, no sé qué sería lo segundo o tercero, pero ella estaría en primer lugar. La odio […]”.

Esperar a Danilo es también la justificación de Angélico para evadirse de una orfandad que, más que agobiarlo, lo azota. Describe a detalles lo que contemplan sus ojos, pero en verdad distorsiona lo que realmente acontece. Solo Danilo está a salvo de sus implacables veredictos; y presuntamente lo salva también a él como una especie de trueque donde la mercancía puede ser el alma, pero también el escarceo erótico, físico, que no se atreve a vender.

Danilo, en ocasiones, no es una persona a la cual espera, sino esa promesa que a todos, en esta isla, se les hace eterna y hasta enemiga.

En Sálvame si puedes su autor pincela a cada personaje con una perspicacia envidiable. Cada lector puede encajar en cualquiera de ellos, aunque no lo reconozca públicamente por las mismas razones que Angélico se resiste a develar qué lee, o por qué en realidad se expone a la espera.

Cualquier época cubana ‒posterior a enero de 1959‒ contiene ese rincón, cercado de militares y policías que se mueven casi en sigilo, obligando a todos al susurro. A esconderse de sí mismos. Un rincón donde solo existe una sola rebeldía posible: la procacidad de ser adolescente:

“[…] Los perros ladran en los corrales. Angélico mastica hojas de tamarindo y la boca se le llena de saliva. Los perros parecen retorcerse de dolor.

«—Esos se van a morir de asco —dice Tony.

«Un par de gallinas selecas se bañan con ceniza. Los tres o cuatro puercos que quedan en los corrales no dejan de gruñir. Sopla el viento y las nubes plomizas que parecían estáticas pasan y se alejan. Las palomas de Ortíz siguen picando las minucias de Socorro. El sol del verano se cuela por las ramas de los tamarindos, reverbera, ilumina los prados arenosos de un desierto cubierto de hierbajos secos que se bambolean a sus pies. El viento los despeina. Tony chasquea la lengua para llamar la atención, se esfuerza, quiere aparentar no temerle a Fidel, por eso aprovecha el ensimismamiento del otro para provocarlo:

«—¿Tú no te ibas?

«—Sí, pero ya te lo dije, tú vienes conmigo.

«Tony no dice nada, se queda absorto en los cañaverales que se bambolean después de las vías férreas y el terraplén. Fidel aun con tono autoritario baja un poco la guardia.

«—Por fin, ¿te embullas o no? Le caemos a Pancho pa que nos ponga un partido de fútbol, anda, uno, aunque sea grabado… —suaviza más, trata de convencer a su víctima.

«Tony ni se molesta en contestar. Lo mira con cara desencajada y larga una bocanada de humo que le da en pleno rostro. Fidel respira gordo y no reacciona, la voz de Madeleine, desde el edificio, escapa por las ventanas de su apartamento y embelesa a Fidel, que permanece ido con la botella en la mano. De pronto despierta.

«Está bien, Ovejo, dice, si quieres no vayas —esta vez mira hacia su casa. Ángela está en el balcón—. A Danilo lo tengo entre ojo y ojo —disimula con la negativa de Tony y se vuelve para Angélico—. Si lo agarro con Pimpi se va a arrepentir. Te juro por la pura que le arranco el rabo con bolsa y to, lo voy a capar como a un marrano, ¿me oíste?, tú que eres su mano derecha, si no lo quieres perder, aconséjale que me deje a Pimpi tranquilita donde está, dile que digo yo que el jamón no es pa perros, que lo voy a despingar, ¿okey?

«La luz del sol saca destellos de los charcos. Empieza a llover.

«—Caballeros, va a apretar.

«—Estate tranquilo, Angélico, esa lluvia no alcanza ni pa llenar una palangana.

«Ángela riega los helechos.

«Un viento leve viene del norte. Acaricia las sombras de los tamarindos. Fidel pasa la botella. Se dan el trago. Angélico no bebe, se entretiene sobando el lomo al libro dentro del bolso.

«—Están locos —murmura Angélico para desviar el odio de Fidel contra Dani—. ¿Ustedes se quieren matar con el cigarro ese?

«No responden. Tony echa otra bocanada de humo azul, ríe con una risita tonta, ofrece su cigarro. Fidel se molesta, no ha logrado convencerlo de ir a la casa de Pancho a ver el balompié, pero acepta el cigarro y fuma callado.

«La lluvia aprieta, los tamarindos están copiosos, bañados en rocío. Angélico mira de soslayo hacia el jardín de Socorro. Victorio mueve las tijeras con destreza, la lluvia traspasa su cuerpo transparente […]”.

Leer esta novela de Vilches Proenza es como releer ‒o regresarnos a‒ ese instante donde también fuimos abandonados por la esperanza. Donde pecar era un desafío, pero jamás una representación del miedo. El misterio, por encima de pagar el precio por descifrarlo, derrotó al propio miedo de vivir. Allí, los personajes de Vilches Proenza intentan estafar la inercia de un país que los olvidó, que los obligó a ser enemigos de sí mismos. Incluso enemigos de sus propios deseos, porque en definitiva Angélico ‒Eros en su resurrección‒ no logró trascender más allá de desear a Danilo.

No habrá perdón para mortales en la caída, parece ser el acertijo ‒o la moraleja‒ que nos embosca en Sálvame si puedes. Pero eso no significa derrota alguna, ni siquiera para un adolescente que amó a todos ‒con aspereza a veces‒ porque no los necesitó para llegar a esa iluminación:

“[…] Una vez quise ser escritor. Ahora sé que mi destino, más que escribir es ser un gran bibliotecario. Aunque no salga de este país. Los libros me llevarán a donde sea. Imaginación se me sobra. Y visiones también, si no, no podría ver lo que otros no ven. Mamá también ve, ve a los muertos, como yo, y no es de la borrachera, al menos está tomando menos, está colaborando con dejar el alcohol. Tengo que lograr que se ponga bien. El día que me emborraché en el parque le dolió. Dijo que no quería eso para mí. Que prefería que fuera marica, que eso sí le parecía bien, que, total, ya la hija de Raúl Castro les había dado la libertad a los maricones. Yo no hallaba dónde meterme cuando me dijo todo eso como una retahíla. Pensé que estaba muy molesta, pero no, estaba normal, me dijo: hijo, pronto voy a comenzar en las reuniones de Alcohólicos Anónimos, y te acepto como eres, y sé perfectamente cómo eres. Me sentí tan feliz. Lo dijo sin estar en tragos. Es verdad que me acepta. Eso me deja más tranquilo […]”.


Nietzsche en el cachumbambé

Como las flores del cactus, el aforismo suele proliferar en los ambientes oscuros. Tal vez ello explique la puntualidad con la que cada cierto tiempo asistimos a su rebrote público. Sobre todo en días como los actuales. Pues, con todo y que los aforismos, junto a otros tipos de paremias, vienen haciendo lo suyo casi desde el inicio del habla humana, es en los momentos convulsos, enrarecidos e inestables cuando más se prodigan. 

Posiblemente se deba a ese singular poder de concisión que le permite emitir chispas de lucidez en medio de la oscuridad, develando, de un plumazo, significaciones que de otra manera resultaría difícil resumir con tan pocas palabras (a veces ni con muchas), y con igual facilidad para la comprensión de cualquier clase de destinatario, en cualquier lengua.

El aforismo es aquello que leemos más allá de la página, lo que no deja lugar para certezas irremplazables. Una suerte de atajo dado a diseminar fronteras entre la poesía y la filosofía.

No en balde esa ductilidad que le faculta para alumbrar a todos, de acuerdo con los horizontes de cada cual, a la vez que todos se sienten por igual motivados para desgranar sus propios aforismos. Y aún más actualmente, con el auge de las nuevas tecnologías y las redes de comunicación social. ¿Quién que es no ha encajado en Facebook su dardo, como solía llamarles Nietzsche, o se ha resistido a la tentación de lanzar algún que otro “pensamiento estrangulado”, que es como solía denominarlos Cioran?

Entre los cubanos será difícil hallar una sola excepción. Con lo mucho que nos gusta aleccionar y con nuestra marcada tendencia al énfasis y a decirlo todo en octosílabos, pareciera que nacimos destinados a convertirnos en los campeones del aforismo en las redes.

Sin embargo, llama la atención la escasez de libros sobre este género que han sido publicados por escritores cubanos contemporáneos. ¿Será que preferimos reservar el aforismo, la sentencia, el adagio –con el resto de la parentela- para el lenguaje oral o circunstancial, mientras que algún raro pudor nos frena a la hora de plasmarlos en libros cuyos predecesores conforman ejemplos de gran valía en la historia del pensamiento y la literatura?

Afortunadamente, resulta más fácil hallar excepciones en este caso. Sin ir lejos, no hace mucho comentábamos Meditaciones de Cantinflas o el intérprete digital en la Sociedad del Disparate, afinado, oportuno, delicioso y agudo libro de aforismos con el que Armando Añel desmonta temores sobre nuestra cortedad ante el género como literatura.  

Y ahora, además, la suerte ha traído a nuestras manos Breviario de identidad, otro magnífico volumen de aforismos, escrito por el cubano José M. Betancourt, quien se ha tomado a pecho, sin duda, la colocación del género entre las prioridades de nuestra literatura de hoy. Lo mejor es que parece haberlo hecho sin que le sonrojara la expectativa de codearse con sus más serios e ilustres hacedores históricos, llámense Wittgenstein, Pascal, Séneca, Lao Tse o La Bruyére… todos identificables en una de sus dos principales corrientes de influencias, mientras que en la otra domina Nietzsche, como el clásico elefante que mantiene en vilo a los ocupantes del extremo contrario en el cachumbambé.

“El poder, que por siglos escribió la historia, ha sido degradado a desmentirla”. “A efectos de frustrar el vuelo, sirve igual dar alas enormes como cortarlas”. “La libertad no existe sino a puertas cerradas; el menor contacto con el exterior la compromete”. “Cuando lo único que tengo es que elegir, tengo una pérdida”. “El comunismo y el fascismo son siameses que se aborrecen por su incapacidad de separarse”. “El sentido común no es una meta, es un límite”. He aquí, a modo de un ligero piscolabis, algunos de los dardos con que José M. Betancourt nos adentra en su nietzscheana y a la vez muy cubana manera de reanimar el aforismo también en nuestros medios literarios. Enhorabuena. 


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Proyecto de ley cubanoamericano busca habilitar Base de Guantánamo para trámites de reunificación familiar

Los congresistas por la Florida María Elvira Salazar y Mario Díaz-Balart, ambos de origen cubano, anunciaron este lunes un proyecto de ley bipardista para sacar del limbo a aquellos cubanos con trámites pendientes de reunificación familiar o visado, «permitiéndoles hacer el papeleo en la base naval de Guantánamo», señaló la agencia EFE.

«Me enorgullece presentar este proyecto de ley bipartidista que codifica el programa de reunificación familiar y autoriza utilizar la Base de Guantánamo como un sitio seguro para proteger nuestra seguridad nacional y tramitar entrevistas para el CFRPP de manera ordenada», escribió Salazar en Twitter.

Según la congresista, hay 22.000 casos de reunificación familiar pendientes y alrededor de 100.000 casos de visados, una situación crítica para la convivencia cubana.

Solo podrían tramitar sus papeles en Guantánamo aquellos cubanos que ya tengan iniciados sus respectivos trámites y sean aprobados por el comandante de esa base militar, subrayó Díaz-Balart. No habrá posibilidad de pedir asilo político.

En 2017, EE.UU. suspendió sus servicios consulares en La Habana tras una serie de ataques «sónicos» aún sin resolverse. Desde entonces, quienes desean reunirse con sus familiares deben salir de Cuba para realizar los trámites, fundamentalmente en México o Guyana.


El choteo en la intimidad del castrochavismo

El choteo en el castrochavismo alcanza niveles de realización francamente lamentables. Como cuando Maduro le pregunta a Guillermo García Frías por sus gallos y éste, en lugar de responderle, averigua a su vez por “su pajarito”, mensajero del difunto Hugo Chávez.

El asunto de la alimentación entre las filas del funcionariado obeso, no por familiar menos agobiante, añade combustible al fuego del choteo en las “altas esferas”. Puede asumirse que Machado Ventura carece de sentido del humor, o que Vasito’e leche es un pesao, pero nunca dejarán de calentar, quizá por eso mismo, ciertos episodios de socarronería escatológica.

Otro gran tema afín a la ancianidad castrochavista y sus asistentes en el choteo: La muerte. Hablan sin descanso, a menudo en son de burla cuando no se refieren a sí mismos, sobre lo viejos que están todos y lo pronto “que se van a morir”:

“El partido es inmortal”, rezonga Vasito’e leche.

“Déjalo que se tiña, Raúl, déjalo que se tiña”, sugiere Maduro mirando de soslayo a Díaz Canel.

“Que se tiña tu pajarito”, le responde el aludido, cual García Frías cualquiera.

“Socialismo o muerte”, musita desde el más allá el Comandante en polvo.


¿Se define Puerto Rico?

Conocí de cerca la belleza de la “Isla del encanto” y la bondad de su gente. Hace más de medio siglo me fui a enseñar a Puerto Rico. Allí viví cuatro años y me nació un hijo. Mandaba el gobernador Roberto Sánchez Vilella. Le creí a Luis Muñoz Marín, el líder de los “populares”, cuando nos explicó que el “Estado Libre Asociado” era el presente y el futuro del país. Pero no tardaría en escuchar que “no era Estado, ni Libre, ni Asociado”. ¿Qué era entonces? 

Finalmente, hablaron los expertos. (Por lo menos, muchos de ellos). Decenas de scholars en Derecho Constitucional de las mejores universidades norteamericanas han escrito una carta pública a Nancy Pelosi y a Kevin McCarthy, a Charles Schumer y a Mith McConnell –los líderes demócratas y republicanos del Poder Legislativo, donde está la autoridad de la Isla– urgiéndolos a aprobar la ley que permitiría a Puerto Rico incorporarse a la Unión Americana como el Estado # 51. 

Simultáneamente, los animan a que rechacen la propuesta de ley llamada Puerto Rico Self-Determination Act. La razón que esgrimen tiene que ver con la esencia de la República: Estados Unidos es una república regida por leyes y no se contempla una vinculación al país que no sea como un Estado más de la Unión Americana. El “Estado Libre Asociado”, creado por Luis Muñoz Marín en 1952, no es posible. Es una quimera. No existe. Según los firmantes de la carta, el juego no es a tres bandas. Es sólo a dos: independencia total o total vinculación a Estados Unidos.

Naturalmente, como la independencia total tiene pocos partidarios –apenas un seis por ciento-, eso deja a la “estadidad” como única opción real. Pero sucede que las dos terceras partes de los puertorriqueños comparten valores y visión con los demócratas actuales (todos: los de derecha y los de izquierda), así que los republicanos prefieren prolongar indefinidamente la cuestión del status de Puerto Rico,y que sea la próxima generación la que le busque una solución al “problema”.

Los dos senadores puertorriqueños, y la decena de congresistas federales, de acuerdo con el panorama político actual, se vincularían a los demócratas y “desequilibrarían” las relaciones de poder en Washington. ¿Se aumentarían las 435 bancadas del Congreso para acomodar a los boricuas o se mantendría esa cifra y se redistribuirían las curules? 

En todo caso, si los puertorriqueños tienen una oportunidad de alcanzar la estadidad, es ahora, durante la presidencia de Joe Biden, cuando se tiene una visión plural de la sociedad norteamericana y existe en Washington una manera inclusiva  de entender las relaciones políticas. 

Hace 123 años, en 1898, comenzó el “problema” durante la Guerra Hispano-Americana. Entonces desembarcaron los norteamericanos en Puerto Rico y Cuba en medio de una salva de aplausos y apoyos a cargo de los boricuas y los cubanos. Poco antes, la flota del almirante George Dewey, de Estados Unidos, pulverizaba a los barcos españoles en Manila, Filipinas. Aquello, más que un combate naval fue un “tiro al blanco”. Los cañones de EE.UU tenían mayor alcance que los españoles. Era un mono amarrado peleando contra un feroz tigre suelto. 

Las tres naciones tuvieron un destino diferente. Una vez colocadas bajo la soberanía de Estados Unidos, luego del triunfo americano y la firma del “Tratado de París” entre los representantes de Washington y Madrid. Cuba se convirtió en una República independiente en 1902, mientras Puerto Rico y Filipinas fueron territorios legalmente controlados por el Congreso de Estados Unidos. Las tres naciones se transformaron en “protectorados” de Estados Unidos mediante procedimientos diferentes. 

Cuba lo fue hasta 1934. En ese año Estados Unidos derogó unilateralmente la “Enmienda Platt” que le permitía controlar (hasta cierto punto) las relaciones exteriores de la Isla. El archipiélago filipino se convirtió en independiente el 4 de julio de 1946, tras la derrota de los japoneses. Sólo Puerto Rico continuó siendo parte de Estados Unidos. ¿Por qué?

Porque en 1917, mediante la “Ley Jones”, firmada por el presidente Woodrow Wilson, otorgaron la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños y no querían renunciar a ella, salvo un puñado de independentistas. Unos 18,000 se integraron en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. No se sabe cuántos boricuas pelearon o murieron en la Primera Guerra mundial, pero sí que los puertorriqueños negros participaron en batallones segregados, como era la costumbre estadounidense en esa trágica época de derechos civiles conculcados. (Fue el presidente Harry Truman, tras la Segunda Guerra Mundial, quien liquidó la segregación racial en las Fuerzas Armadas de EE.UU).

¿Aprovecharán los partidarios de la “estadidad” los cuatro años de Biden para tratar de lograr sus objetivos? No sé. Recuerdo a un muñocista que fue mi amigo, Wilfredo Brashi, un notable escritor boricua, endiabladamente inteligente, que me dijo: “el final de este drama será la estadidad”. ¿Será?  


Noticiero Facebook: Del Garrote Vil al VIII Congreso inútil


En esta serie interactiva, Puente a la Vista cita aquellos posts o comentarios de Facebook que resultan relevantes o aportan noticiosa o argumentalmente a los temas relacionados con Cuba


«Performance: Causa #1 de 2019. Luis Manuel Otero Alcántara permanecerá por ocho horas diarias durante cinco días en el Garrote Vil. Acción protesta por los juicios amañados e injustos, las detenciones arbitrarias y los encarcelamientos de activistas, artistas, periodistas y ciudadanos que protestan contra la dictadura castrocomunista». Movimiento San Isidro (16 de abril de 2021)

«La acción de Luis Manuel Otero Alcántara y su posterior arresto retratan de cuerpo entero a un régimen que solo puede mantenerse en el poder, celebrar congresos inútiles, etc., recurriendo al garrote, a la fuerza bruta». Idabell Rosales

«Acabo de hablar con AfrikReina BV. Me ha confirmado que allanaron Damas 955, destruyeron las obras de Luis Manuel y los detuvieron con violencia. Sin zapatos y sin nasobuco los llevaron. A ella la condujeron a Infanta y Manglar. De Luis Manuel no sabemos. Afrika está en su casa sin datos móviles, sola, con patrulla y agentes de la SE que la vigilan. Me ha pedido que lo cuente… mañana, cuando le restauren los datos, lo explicará mejor ella». Carolina Barrero

«Desde ayer hay más de una decena de activistas y periodistas en La Habana con vigilancia permanente. A eso habría que sumarle los de las provincias y los cortes del internet a muchos de ellos. Todo porque en Cuba hay un estado de terror que se ha recrudecido por la celebración del Congreso del PCC. Un congreso transcurriendo y las calles militarizadas y las personas presas en sus casas o en calabozos si se atreven a salir». Anamelys Ramos


El pangolín pisa fuerte en el VIII Congreso del Partido

Despenalizan la venta de carne roja cuando las vacas cubanas apenas pastan en la memoria de un ecosistema prohibido, más viejo que andar a pie. Pero la verdadera prioridad alimentaria resulta mucho más exótica, incluso en la Cuba castrista.

A falta del célebre vasito de leche prometido en 2007, en este VIII Congreso del Partido Raúl Castro, junto a José Ramón Machado Ventura y Guillermo García Frías, se la juega con el pangolín, animal cuasi prehistórico que en su momento fuera injustamente acusado por el «imperialismo yanqui» de propagar el coronavirus.

¿Y Ramiro Valdés? Aun deseoso de conformar la tríada reformista, tras ser mordido en un instante de culinario descuido por uno de estos mamíferos placentarios, fue dado de baja del Congreso y se investiga si ha sido contagiado o no.

A propósito de todo este rollo alimentario, aprovecho para «meter de contrabando» dos neohaikus que cada vez me gustan más. El primero, dedicado a Mariela Castro:

La langosta
mientras más castrista
más angosta

El segundo, a García Frías:

El pangolín
lo mismo que la langosta
se puede hervir


La libertad, brazo derecho del desarrollo

Uno de los temas que comúnmente ha sido base de amplios debates en las últimas décadas, tal vez en los últimos siglos, es el desarrollo evidentemente superior que hoy manifiestan las naciones cuyos orígenes tienen raíces en la cultura anglo-germánica sobre las comunidades hispanas y sus descendientes, de las cuales me considero parte. Recientemente tuve la oportunidad de leer ciertos enfoques, muy válidos, donde los autores mencionaban el surgimiento del protestantismo en Alemania como posible punto de partida, versus el sostenimiento de las prohibiciones clericales en Roma durante la misma época, así como un número importante de factores culturales y hechos históricos como principales componentes de lo que hoy es plataforma real de nuestras vidas.

Probablemente la solución está en el buen análisis de los elementos que conformaron y conforman nuestra tradición, junto a la adquisición de una conciencia crítica que nos permita preguntarnos: ¿Qué hicimos mal? ¿Cómo podemos revertir este escenario? ¿Se podría acortar la distancia? Coincido en que no se trata de un factor o un evento aislado, sino el concurso de múltiples factores culturales. ¿Fue entonces la Reforma quien diferenció a los anglo-germanos del menos avanzado mundo hispanoparlante? Es un excelente punto, pero a mi juicio hay un componente que ha escoltado siempre al desarrollo y La riqueza de las naciones, como titulara Adam Smith su magistral obra: El libre pensamiento, la Libertad.

El protestantismo si bien no fue el punto de partida original, marcó un momento significativo, dado que luego de muchos siglos de oscuridad, incluso dentro del dogma eclesiástico, comenzaba un grupo a separarse conceptual y prácticamente sobre una mayoría jerárquica convenientemente entronizada que pretendía sacar provecho de la Fe. Para muchos, el inicio de una rebeldía que nacía casi en paralelo con el Renacimiento, como antesala de lo que fue poco después la Ilustración con Locke, Hume, Rousseau, y de ahí hasta la Acumulación Originaria de Capital, la consolidación del Libre Mercado y más adelante la máquina de vapor, el ferrocarril y el mundo moderno que hoy todos conocemos. Los valores de la cultura grecolatina y la contemplación libre de la naturaleza regresaban al rescate de Europa y el mundo occidental.

Primero Lutero y luego Calvino, entre otros, se habían atrevido al enfrentamiento. La invención de la imprenta, a fines del siglo XV, acompañó la cruzada. Alemania, Holanda, el norte de Francia y el norte de Italia fueron los principales exponentes de este retorno del individuo al cuestionamiento y el análisis. Un Retorno para el Despegue. Por el contrario, España, Portugal, el resto de Italia, particularmente Roma, y la América hispana, recién conquistada, continuaron defendiendo su irrefutable ideología, no dispuestos a perder cuotas de poder a cambio del new-wave y la tolerancia de pensamiento. El famoso aforismo “Trabajar para el inglés” (originalmente: trabajar para el holandés) honraba el momento histórico. Se había creado una zanja entre dos tesis: La Idea única, irrefutable contra La Idea por comprobar. Estos son los hechos, busquemos las pruebas para apoyarlos, dijeron los unos. Estas son las pruebas, veremos a qué hechos nos llevan, dijeron los otros.

Si hacemos un breve recorrido cronológico vemos, por ejemplo, que en la democracia griega se logró un estadio sorprendente de desarrollo político e intelectual, y aunque la religiosidad era parte indiscutible de la sociedad creada en las Polis, quien cuestionaba o aportaba nuevas ideas no era condenado. Por el contrario, existía un espacio libre para la crítica, la inventiva y el análisis.

Roma, en su etapa más fructífera, la República, los últimos dos siglos antes del nacimiento del cristianismo, y los primeros dos del Imperio, fue testigo de grandes avances: acueductos, puentes, embalses, ingeniería militar, minería, metalurgia; nunca hasta ese entonces la humanidad experimentó tal auge desde el punto de vista tecnológico. A su vez, la corriente intelectual, cuya base había sido heredada de la conquistada Grecia, si bien no tuvo lo fuerza que en el mundo helénico, no quedó atrás. Destacando entre ellos dramaturgos, poetas y sobre todo historiadores. De nuevo encontramos que no existía, al menos en la etapa que refiero, una ideología que sometiera al individuo.

Por el contrario, la Edad Media y Oscura muestra un estancamiento desconcertante. Aunque en esta etapa destaca la labor por varios siglos que efectuara la Iglesia en términos de educación sobre mayorías que habían quedado intelectualmente vacías tras la caída de los Césares de Occidente. Mas comenzaba un período donde el Saber quedaba confinado a la doctrina de los distinguidos. Todo parecía estar investigado y escrito. Nada por desarrollar. Parecía como si otros vinieran de vuelta por nosotros.

Con la Reforma, y entonces al origen del debate, luego de diez o doce siglos de incuestionable cosmogonía y seguimiento de un manual de instrucciones único, la avaricia de los elegidos pasa de límites y termina sufriendo un golpe nunca antes pensado, como comentábamos anteriormente. Poco después, empezaron a afianzarse Estados como Alemania e Inglaterra con el primer Bill of Rights, y ya en el siglo XVIII las ideas de la Libertad como puntal de la escala de valores dentro de una sociedad alcanzarían su consolidación y más alto desarrollo con el surgimiento de la nación americana.

Llegando a nuestros tiempos, mientras la Europa anglo-germana, los Estados Unidos y nuevos pueblos en Asia con un pasado británico-norteamericano en común -Japón, Singapur y Hong Kong, por citar algunos- daban sus primeros pasos dentro de la maquinaria del capitalismo, impulsados por las revoluciones industriales, surgía entonces un nuevo dogma: el colectivismo. Engendrado por “ilustres” ingenieros sociales, encabezados por Marx, dispuestos a salvar las mayorías del siglo XIX, y puesto en práctica desde comienzos del siglo XX. Este fenómeno, con la excepción temporal de la mal llamada RDA, encontró eco pero muy pocas posibilidades de proliferar en el expandido hemisferio anglo-germánico, pero sí en Latinoamérica, como hemos padecido muchos. Hoy ha ganado renovada fuerza en España y otras regiones.

Ya no solo se trataba de vedar el pensar diferente o hacerte memorizar el pasado, sino que esta nueva fuerza llegaba por más. Ellos, llenos de certezas, reclaman ser los mejores al interpretar el presente y saben absolutamente qué se debe hacer para alcanzar el futuro necesario. Otra vez, el individuo es relegado al aprendizaje de una ideología. Estos intelectuales de Izquierda poseían la arrogancia, la “fatal” como la denominó Hayek, de ser superiores intelectualmente a la compleja sociedad moderna, en todos los órdenes. Una nueva etapa de estancamiento e involución cercaba de nuevo las naciones que siguieron este terrible equívoco. Naciones como la extinta Unión Soviética y Cuba, donde las mayorías prefirieron que nuevos «héroes» les colocasen todo a la mano antes de razonar que la solución para prosperar está en uno mismo, en tu propia voluntad e inventiva y en vivir en una sociedad que premie al que se esfuerce. Una vez más la Libertad quedaba presa de los intransigentes.

Siempre que la humanidad y el pensamiento se han inmovilizado dentro una ideología rígida, liderada por unos pocos mensajeros de una verdad única, detienen su evolución, su progreso e incluso sufren retrocesos que luego cuesta siglos reponer. El mundo hispano tal vez solo esté inferiormente organizado, tal vez necesitemos un Bill of Rights, y apremie establecer verdaderas democracias, pero lo que sí la Historia demuestra es que la Libertad en toda su extensión podría, si no revertir, al menos acortar considerablemente la distancia.


¿Escaparemos los cubanos de la epidemia populista?

Hay quienes consideran que el tiempo del populismo ya pasó para Cuba. Tal vez lo piensan por aquello de que muerto el perro se acabó la rabia. En cualquier caso alegan, con razón, que los cubanos está hartos de demagogia patriotera y manipulación visionaria, y que muy en especial los jóvenes parecen nacer incapacitados para la utopía. Tal realidad suele ser apreciada como el lado más débil del castrismo y, a la vez, como un déficit del movimiento opositor.

Obviamente el régimen no dispone hoy siquiera de un prospecto de líder con auténtica capacidad movilizadora. Es una especie de zombi que se mantiene artificialmente vivo a través del organismo de un muerto. Tampoco es extraño que esto ocurra, puesto que así lo concibió e impuso a sangre y fuego Fidel Castro. “Después de mí, el diluvio”, propuso el rey Luis XV y Fidel lo cumplió. Y es probable que esta causa por la que no existen líderes populistas dentro del aparato del régimen sea exactamente la misma por la que no existen en la oposición.

Quedaría por ver hasta qué punto el hecho es perjudicial o beneficioso, o al menos deseable o no, según se trate de los intereses del régimen o de los opositores.

Personalmente, no creo que un líder populista constituya opción para el castrismo en este momento. No sólo por los motivos antes expuestos sino porque dentro de las férreas estructuras y dogmas que se empeña en conservar, no habría espacio para las fabulaciones del populista, una de cuyas tácticas más efectivas radica en la promesa de barrer con lo establecido por el orden imperante y con la corrupción que éste genera. No es que la dictadura castrista no esté a tiempo de formar un líder carismático. Lo que no podría es proveerlo de argumentos coherentes. Una cosa es que el pueblo acate y se resigne a sufrir sentado en el banco de la paciencia, y otra bien distinta es que se deje ilusionar a estas alturas con discursos de cuando el Morro era de madera.

En cuanto al movimiento opositor, no hay por qué dudar que en circunstancias apuradas –como las actuales– podría beneficiarle la irrupción de un líder carismático. Sobre lo que sí cabrían muchas dudas es si a la larga, y dada la falta de preparación de los cubanos para ejercitar la democracia, el líder conseguiría esquivar la tentación de convertirse en caudillo y, consecuentemente, en un nuevo tirano.

No sería la primera vez que un líder carismático se transfigura en populista. De hecho, el segundo suele derivarse casi siempre del primero. Y puesto que el populismo, más que una ideología política encarna ya un estilo para gobernar, tampoco sería sorpresa que el caudillo populista degenere en un nuevo dictador.

La historia está repleta de ejemplos. Incluso también lo está el panorama internacional de la política actualmente. Si algunos de los líderes populistas de la actualidad no terminan convertidos en ramplones tiranos, no es porque no lo deseen ellos, ni aun porque no se lo admitan sus seguidores, sino porque los preceptos y las estructuras del mundo democrático fueron creados justo para evitarlo.

No sería el caso de Cuba cuando recién acabe de librarse de la dictadura castrista.

Tampoco es que el pueblo cubano sea más proclive que cualquier otro a dejarse vajear por la serpiente del populismo. De lo que se trata, insisto, es del contexto estructural. También se ha visto, tanto en la historia como en el panorama de estos tiempos, que ni el alto nivel de instrucción o el desarrollo socioeconómico y aun cultural de una nación resultan suficientes para evitar que sus pobladores leviten hipnotizados por la falaz verborrea de los populistas.

En lo que a Cuba se refiere, igual hay quienes comparan nuestro caso con el de Rusia, alegando que es preferible un Putin a un Brézhnev. Para gustos, colores. Pero yo preferiría un sistema que se acerque en todo lo más que pueda a lo establecido por la verdadera democracia para un país en desarrollo. Soy realista, así que me gusta soñar con lo imposible, o con lo dudoso por lo menos.


Miami: La cita es en ‘La Esquina de Abuela’ en apoyo al MSI

Fiesta audiovisual este sábado 17 de abril en Miami, en apoyo al Movimiento San Isidro (MSI). Dirección: Esquina de Abuela, 2705 NW 22nd Ave. Miami, FL 33142. “Un lugar mágico con una linda energía y un arte que te da vida” (Alina Guzmán Tamayo).

Exposición de pintura, dibujo y fotografía más poesía, música, Djs y proyecciones audiovisuales. El evento estará dividido en dos partes:

10:00 a.m.: Graffiti del logo MSI en apoyo a este movimiento acosado por la dictadura castrista en Cuba

6:00 p.m.:  Presentación de RasSandino, Alina Guzmán Tamayo, Emerge, Nilo Julián González Preval, Estudiantes sin Semilla, Kiele, JahThePoet, DJ RedemptionYouth y otros

Un evento patrocinado por Afrovida, Esquina de Abuela y Acetato Producciones.


Continuidad: Díaz Canel y la explosión de las croquetas Prodal

A propósito de la visita de Miguel Díaz Canel a Nueva York en 2018, escribí este soneto paródico. En ese momento no podía imaginar que la marca de croquetas Prodal alcanzaría la relevancia noticiosa que esta primavera de 2021 hace evidente.

El soneto evoca los peligrosos estallidos, o chispazos, que provocaban, al freírlas en Cuba, las croquetas castristas. Y que provocan. Porque Prodal es continuidad:

Me descroqueto, Canel, me descroqueto
cuando evocas mi masa aplatanada
cual fufú envilecido, atornillada
al silencio implacable de un soneto.

¿Por qué si el estallido no concreto
aquí en USA, en Cuba era sonada,
y hay aceite girasol en tu mirada
y en tu boca la baba es como un reto?

Tanto sonar en la alta madrugada
tanto estallar en Cuba en andanada
y ni en «Niuyor» obtengo tu respeto.

Aunque intento explotar no suena nada.
Veo un jurel que avanza y silenciada
me descroqueto, Canel, me descroqueto.


Manuel Díaz Martínez, el placer de la desobediencia

Foto cortesía de Infonortedigital

En diciembre de 2015 tuve la inmensa satisfacción de ser parte del jurado que otorgó a los poetas Manuel Díaz Martínez y Rafael Alcides el Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’. Fue un premio muy bien compartido. Por muchas razones. Ambos, excelentes poetas, miembros de la Generación del 50 (los dos mejores, a mi criterio), grandes amigos, dignos a prueba de todo, sin claudicar, uno en el exilio en Canarias y el otro en La Habana, eran como las dos caras de una misma moneda. O una tesis y su antítesis.

Manuel Díaz Martínez, sin apartarse más de lo necesario de la realidad, es el más metafísico de los poetas de la Generación del 50. En su poesía, aunque nunca deja de sonar cubana, se siente el eco de Quevedo y Machado. Es tierna, nostálgica y conmovedora, pero de ningún modo, y aunque no le falten motivos para serlo, melodramática. Ni siquiera cuando habla de la pérdida de su esposa Ofelia, su musa, en los versos de Acta Veneciana, o de la Patria, en ese poema suyo que bien mereciera ser el himno de los exiliados.

Sobre su obra, Díaz Martínez ha escrito: “En mis años juveniles pretendí hacer una poesía que fuese como me imaginaba la realidad, y soñaba con una realidad que era como me imaginaba la poesía. Hoy lo que me apetece y busco es una poesía de mí mismo en la realidad que vivo…Si mi evolución se hubiese detenido en la etapa inicial, ahora sería visto como un poeta optimista y tendría todo el limbo por delante”.

El poeta se considera parte de una generación frustrada que “se empeñó en reducir a realidad una utopía” y a los que timó un ilusionista que se hizo pasar por iluminado.

Díaz Martínez, que fue uno de los represaliados del caso Padilla, en vez de esperar que los mandamases lo rehabilitaran y hasta le concedieran un premio nacional de literatura, como hicieron con los demás a cambio de que permanecieran mansos y obedientes, rompió públicamente con la dictadura al firmar en 1991 la Carta de los Diez. Como a pesar de las amenazas no se retractó, se vio obligado a marchar al exilio.

Sobre esa actitud, años después, entrevistado por Rafael Alcides (Manuel Díaz Martínez entrevista, Encuentro de la Cultura Cubana, número 40, 2006), explicaría: “Me deprimiría insoportablemente que se recompensara mi obediencia cuando lo que me place es desobedecer. El placer que sentí cuando me rebelé contra los poderes que intentaron en 1991 pisotearme en lo político y humillarme en lo personal, y que lo habían conseguido en 1968, es indescriptible y solo comparable al que me embarga cada vez que me detengo a pensar que ya esas potestades no pueden tiranizarme por más que quisieran”.

Manuel Díaz Martínez ha dejado bien claro que si en la patria no cabe la libertad, él prefiere morirse de distancia.


«Se acabó»: ¿Cómo se acaban los regímenes colectivistas?

Patria y vida es una canción protesta surgida en Cuba. El estribillo asegura que “se acabó” el régimen, pero no dice cómo. Es un homenaje al popular Movimiento San Isidro de artistas y músicos surgido en un barrio pobre de La Habana.  Tiene varios millones de reproducciones en YouTube. Se escuchó por primera vez a mediados de febrero de este año 2021. Se ha convertido, súbitamente, en el himno de la juventud cubana. La escribieron, cantaron, y grabaron, muy emocionados, Yotuel, Gente de Zona y Descemer Bueno. 

Patria y vida se opone a la incómoda propuesta de “Patria o muerte”. Los cubanos están cansados de que los convoquen inútilmente al sacrificio. Llevan 62 años de revolución. Cada día que pasa la meta de la felicidad está más lejos. Los cubanos de esta última generación no quieren optar. Están fatigados. Hay un cambio de sensibilidad. No quieren oír hablar de colectivismo ni del Estado como solución de los problemas comunes. Durante 62 años ha crecido la maquinaria burocrática, incluida la policía política, y con ella los abusos. En la década de los años cincuenta del siglo XX se convocaba al heroísmo mediante los poetas y recitadores. El poeta Israel Rodríguez, amigo de José Antonio Echeverría, le pedía a Dios un favor muy especial (“Señor, dame tu ‘santo y seña’ para entrar en combate”). Si viviera en nuestros días hablaría de amor, de la no-violencia y del respeto a ser diferente porque los jóvenes colocan la tolerancia al frente de sus valores. Esas son ahora las señas de identidad del verdadero demócrata. Israel lo era, sólo que la época era diferente.  

Es asombroso que la dirigencia de lo que allí, pomposamente, llaman el “proceso revolucionario”, no se dé cuenta del cambio de mentalidad. Los jóvenes, cuando otean el ambiente, no sienten el olor a pólvora con que derrotaron a Batista ni al imperialismo yanqui, sino a la naftalina de las viejas ideas. Miguel Díaz-Canel, el Presidente de Cuba, elegido por Raúl Castro y luego obedientemente refrendado por la Asamblea Nacional del Poder Popular, es más joven que la revolución. Tiene 60 añitos. Manuel Marrero, el Primer Ministro, apenas posee 57. Es el “chiquillo” de hacer los mandados. La generación que hizo la revolución, encabezada por Raúl Castro, tiene casi noventa. 

Todos saben que pueden controlar el poder, pero a base de violar las leyes y reprimir al pueblo de manera creciente. Hasta el día en que los militares se cansen de sufrir la incompetencia del sistema, desalojen la cúpula y le devuelvan la soberanía al conjunto de la sociedad. Algo parecido a lo que sucedió en Perú durante la dictadura de izquierda del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975), quien fuera sustituido por el también general Francisco Morales Bermúdez. No porque los nuevos golpistas hayan descubierto los valores de la democracia, sino porque si algo se conoce de una manera fehaciente es el hecho de que a una mayor libertad para producir se corresponde un más alto grado de prosperidad, aunque también sea inevitable la acentuación de la iniquidad social. Dicho de otro modo: todos tendrán más recursos, pero aumentarán las diferencias relativas entre los propietarios de los bienes de producción y los que carecen de ellos.

Morales Bermúdez pensó en quedarse en el poder. Los papeles tras su golpe (el tacnaso, dado que los militares se sublevaron en Tacna) hablan de una “profundización del proceso revolucionario”. El embajador cubano en Perú, Antonio Núñez Jiménez, “Ñico Cuevita” para los irreverentes cubanos, apoyó el golpe. Pensaba que era por y para la izquierda. Pero Morales Bermúdez se aconsejó y pasó a la historia por haber hecho una revolución genuinamente liberadora. Tal vez la primera transición a la democracia y la economía de mercado del mundo moderno. En 1978, presionado por los desórdenes callejeros, convocó a una Constituyente para desmontar el velasquismo. Por mandato de los electores la presidió Víctor Raúl Haya de la Torre, el fundador y creador del APRA, quien moriría de muerte natural al año siguiente.

No es posible mantenerse en el poder indefinidamente a la espera de que cambie la suerte. Siempre hoy será mejor que mañana. ¿Se atreverá a plantearlo alguien en el Octavo Congreso del Partido Comunista que se celebrará en La Habana en estos días? No lo creo. Están dispuestos a matar por defender unas formas de vida en la que ellos mismos ni siquiera creen. No son descerebrados. Son desalmados. Hasta que surja el Morales Bermúdez cubano. Tengo varios candidatos, pero me reservo los nombres.


http://www.elblogdemontaner.com/

‘Patria y vida’: El Funky alerta sobre fabricación de causas en tiempos de asesinato de la reputación

Movimientos culturales como el de San Isidro y el 27N, el éxito del tema Patria y vida, su impacto sociopolítico en Cuba, etc., han puesto contra las cuerdas al aparato de control oficialista y sus instituciones coercitivas, que deben escoger entre reprimir aún más ferozmente, y desatar reacciones internacionales, o controlar daños a la espera de tiempos supuestamente mejores.

De cualquier manera, frente a la creciente popularidad del movimiento cultural independiente en Cuba, el régimen totalitario está haciendo lo que mejor sabe hacer: reprimir, asesinar la reputación, tramar escenarios de descrédito para los creadores más visibles, llámense Tania Bruguera, Yotuel Romero, Maykel Osorbo, Luis Manuel Otero Alcántara o El Funky, entre otros.

El castrismo espera que una combinación de represión quirúrgica y asesinato de la reputación en la televisión cubana y otros medios oficialistas (de ahí el espacio en horario estelar asignado a Humberto López) logre contener, o haga desistir, o agote, a los activistas, artistas y comunicadores independientes.

En Facebook, el 8 de abril pasado, tras regresar de una cita policial en la estación de Cuba y Chacón (Habana Vieja), El Funky, rapero y artista independiente, cantante de Patria y vida, advirtió sobre estas prácticas:

“El jefe del sector fue el que me citó. Abordó a mi madre, no solo a mí, como para garantizar que fuera. Quiero recalcar antes de seguir que esta práctica de asediar a nuestras familias es de las cosas más bajas e inmorales y demuestra el acoso del que somos víctimas. ¿Por qué meterse con nuestras familias y sembrar el terror si nosotros todos somos adultos y conscientes de nuestros actos? Solo las mafias actúan así”.

“En la estación de Cuba y Chacón me dijeron que por mis vínculos con el movimiento San Isidro, por las multas y detenciones que había tenido y por estar desocupado, iban a ponerme un control de seis meses, durante el cual me citarían al menos una vez al mes a reunión y me harían un seguimiento”, añadió El Funky.

“No soy un desocupado, me dedico a crear junto a mis amigos y con nuestro esfuerzo», recordó. «Ahora mismo estamos preparando un disco donde reflejamos la realidad de la gente de a pie».

«He querido explicar todo esto porque es evidente que ellos están nerviosos por el apoyo popular que tenemos, por nuestro vínculo con el barrio, y no van a descansar hasta construirnos una causa y encerrarnos», dijo.

“Contamos con todos si eso pasa”, cerró El Funky. “No somos delincuentes. Somos creadores y queremos contar cómo vivimos todos y tener vida. Ya ha sido demasiada muerte y desesperanza. ¡Estamos conectados!”.


En carta a Biden, representantes abogan por más apoyo a la democracia en Cuba

Los representantes Nicole Malliotakis, Debbie Wasserman Schultz, María Elvira Salazar, Rick Scott, Mario Díaz-Balart, Albio Sires, Marco Rubio, Alex X. Mooney, Anthony González y Carlos A. Giménez enviaron este miércoles 7 de abril una carta al presidente Joe Biden abogando por un nivel de financiamiento adecuado para la Oficina de Transmisiones a Cuba (Office of Cuba Broadcasting, OCB) y los programas de apoyo a la democracia en ese país.

El congresista de origen cubano Mario Díaz-Balart impulsó esta solicitud bipartidista, concentrada en apoyar una transición a la democracia en Cuba.

«Debemos apoyar a los cubanos mientras protestan contra la represión, exigen libertad y permanecen desde hace semanas en huelga de hambre, sufriendo violencia, arrestos y acoso de todo tipo», señaló en Twitter el representante por la Florida.

Radio y TV Martí resultan fundamentales “al conectar a cubanos de toda la isla y vincular a activistas a favor de la democracia con una red global en expansión comprometida con la lucha por la libertad y los derechos humanos”, explican a Biden, en la misiva, los diez senadores y congresistas. En el año fiscal 2022, agregan, “el financiamiento solicitado es esencial para que esta agencia radiodifusora brinde información precisa y sin censura a los cubanos, mantenga a su personal y continúe contrarrestando los esfuerzos de interferencia del régimen”.

“En menos de un año, de 84 contratistas que tenía la OCB se ha pasado a 21, cuyo trabajo resulta vital en el sector satelital y tecnológico, en el soporte de programación y otros servicios imprescindibles”, apuntan los representantes. “Nos preocupa que nuevos recortes resulten en reducciones de personal federal y daños a las operaciones de OCB en momentos en que el pueblo cubano precisa más información exterior y de sus compatriotas en la isla”.

También recibieron copias de la solicitud el Secretario de Estado, Antony J. Blinken, y Kelu Chao, directora ejecutiva de la Agency for Global Media (USAMG).

Puente a la Vista llevó al español la misiva de los representantes:


7 de abril de 2021

Presidente Joseph R. Biden. La Casa Blanca

1600 Pennsylvania Ave.

Washington, DC 20500

Estimado presidente Biden:

Le escribimos para solicitar, de acuerdo con las reglas y regulaciones aplicables, que su Justificación del Presupuesto del Congreso (The Congressional Budget Justification, CBJ) para el año fiscal 2022 incluya un nivel de financiamiento adecuado, de no menos de $30 millones, para la Oficina de Transmisiones a Cuba (Office of Cuba Broadcasting, OCB), a la cuenta de la Agency for Global Media, así como un incremento igualmente razonable, de unos $20 millones, para los programas de apoyo a la democracia en Cuba, en línea con el Fondo de Apoyo Económico (FSE).

El proyecto de ley que dio origen a Radio Martí fue aprobado por amplio margen en la Cámara y por unanimidad en el Senado en el año 1983. Luego, el Congreso aprobó el brazo televisivo de las transmisiones a Cuba en 1990, a través de la Television Broadcasting to Cuba Act, nuevamente con un sólido apoyo bipartidista. Radio y TV Martí rompen el bloqueo informativo del régimen cubano para brindar información oportuna y confiable al pueblo. Este servicio resulta fundamental al conectar a cubanos de toda la isla y vincular a activistas a favor de la democracia con una red global en expansión comprometida con la lucha por la libertad y los derechos humanos en sus respectivos países. El nivel de financiamiento solicitado es esencial para que esta agencia radiodifusora brinde información precisa y sin censura a los cubanos, mantenga a su personal y continúe contrarrestando los esfuerzos de interferencia del régimen.

Los $30 millones solicitados para OCB representan un nivel medio de financiamiento en comparación con los estándares de años anteriores. Los presupuestos para OCB fueron de aproximadamente $33.9 millones para 2007, $33.4 millones para 2008, $34.8 millones para 2009 y $30.5 millones para 2010. Entre los años fiscales 2011 y 2019, OCB recibió fondos de entre $27 millones y poco más de $29 millones anuales. Sin embargo, sufrió recortes en 2020 y 2021, recibiendo solo $20.9 millones, con una transferencia adicional de $7 millones a USAGM, destinada a sostener OCB. Sin embargo, USAGM no ha utilizado plenamente la transferencia para el año fiscal 2020 ni está en camino de utilizar los $7 millones completos para el año fiscal 2021. Esa decisión, junto con los recortes de 2020 y 2021, ha tenido efectos negativos en las transmisiones al pueblo cubano. En menos de un año, de 84 contratistas que tenía la agencia se ha pasado a 21, cuyo trabajo resulta vital en el sector satelital y tecnológico, en el soporte de programación y otros servicios imprescindibles. Nos preocupa que nuevos recortes resulten en reducciones de personal federal y daños a las operaciones de OCB en un momento en que el pueblo cubano precisa más información exterior y de sus compatriotas en la isla.

Además, en el año fiscal 2022, el programa para la democracia en Cuba, con el patrocinio del FSE, requiere al menos $20 millones para mantener sus habituales niveles de solidaridad con el pueblo cubano. Estados Unidos ha apoyado programas para la democracia en Cuba desde 1996, y el año fiscal 2008 marcó el nivel más alto de financiamiento de un programa de este tipo, con $45,7 millones. Desde el año fiscal 2014, y mayoritariamente durante las últimas dos décadas, los programas para la democracia en Cuba han recibido $20 millones anualmente. Se trata de programas esenciales para apoyar a la sociedad civil, fomentar el libre flujo de información, promover los derechos humanos y brindar asistencia a los presos políticos y sus familias. Estos programas, administrados a través del Departamento de Estado, USAID y la NED, son vitales para sentar las bases de una eventual transición democrática.

Un financiamiento adecuado para la OCB, y en apoyo a los programas para la democracia en Cuba, resulta clave en la promoción del objetivo fundamental de la política estadounidense respecto a los cubanos: que disfruten un país libre y democrático. También es de crucial importancia para nuestros Estados y nuestros electores. Por ello, solicitamos respetuosamente no menos de $30 millones para OCB en el año fiscal 2022.

Agradecemos grandemente su atención y compromiso para garantizar que el gobierno de los Estados Unidos apoye al pueblo cubano en su lucha por la libertad, los derechos humanos y la democracia.


El pueblo, la policía, Maykel Osorbo y los opositores impolutos

No solo resulta importante, en términos de la liberación cubana, que los vecinos del barrio de San Isidro lograran detener la detención del rapero Maykel Osorbo, valga la redundancia, el pasado 4 de abril en una de las callejuelas de la Habana Vieja. El episodio constituye también una clase de estrategia de supervivencia, de guerra de todo el pueblo contra la guerra de toda la policía de Díaz Canel y los Castro, como puede apreciarse en este video de Cubita Now:

En artículo del pasado 27 de febrero escribía yo que el tema Patria y vida, como podía intuir cualquiera con un mínimo de oído musical y criado en un barrio del centro de La Habana, probablemente iba a servir de hilo conductor de la Gran Liberación Cubana. Tal vez sea lo que estamos viendo.

Tres artistas activistas —artivistas como les llamaría la performer Tania Bruguera— ya de por sí bastante populares en San Isidro anteriormente, Luis Manuel Otero Alcántara, El Funky y el propio Osorbo, han sido más visibilizados y/o reconocidos que nunca a través de este tema, multiplicando su exposición pública en positivo. Este factor habría jugado un papel en el entusiasmo con que varias personas, en medio de la guerra de todo el pueblo, arrancaron a Maykel de las manos de la policía el domingo pasado, y celebraron con él, con la canción, poco después.

Primera secuencia: Dos mujeres y un hombre con un niño en brazos impiden que la policía termine de esposar a Osorbo y lo meta en el carro patrullero.

Segunda secuencia: El forcejeo entre “Fuenteovejuna”, los policías y el rapero se extiende, y el grupo se aleja paulatinamente del auto patrullero.

Tercera secuencia: En plena batalla campal, comienza una suerte de recorrido con los policías insistiendo, el pueblo interponiéndose, Osorbo resistiéndose y el auto patrullero siguiendo lentamente al grupo.

Cuarta secuencia: Osorbo y algunas de las personas que lo apoyan logran distanciarse de los agentes del desorden.

Quinta y última secuencia: Alguien entrega una bicicleta al rapero y este desaparece aún con una de sus manos esposada. Mientras, otro grupo de peatones cerca al auto patrullero, impidiendo su avance. Toda una hazaña de solidaridad popular.

En contraste, en torno a un evento tan significativo de cara a la movilización anticastrista en Cuba, en las redes sociales a algunos comentaristas, incluso opositores, les ha dado por concentrarse en las maneras y “vulgaridades” proferidas por algunos de los artivistas que celebraron junto a la multitud tras la liberación de Osorbo, frente a la sede del Movimiento San Isidro, ese 4 de abril.

Saludamos el derecho a la opinión y libertad de expresión de estos analistas y opositores impolutos —faltara más—, pero insistimos, o insisto, como se prefiera: “Díaz Canel singao” y bien, “no coma tanta pinga Comandante”.  


El MSI calienta San Isidro y demuestra la debilidad del régimen castrista

A pesar de que el pasado sábado 3 de abril los activistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo fueron arrestados, junto a otros integrantes del MSI y el 27N, este domingo 4 de abril el movimiento con sede en la calle Damas, en La Habana Vieja, logró celebrar un cumpleaños colectivo que acabó convirtiéndose en un abierto desafío a la policía política cubana.

A pesar de que la policía intentó detener a Maykel Osorbo este domingo, y casi lo introduce en un auto patrullero, el rapero bailó junto a los vecinos de la calle Damas, y lo hizo esposado de una mano, pues logró escapar por poco del intento de detención gracias al apoyo popular.

Luis Manuel Otero Alcántara, quien se solidarizó con los huelguistas de hambre de la UNPACU, en Santiago de Cuba, logró filmar algunos de los momentos de la fiesta que pueden verse en este video:

En plena calle, junto a la sede del Movimiento San Isidro, los vecinos bailaron Patria y vida, el tema de Yotuel, Maykel Osorbo, El Funky, Descemer Bueno y Gente de Zona, además de otros hits de El Aldeano, Silvito El Libre (corearon el popular «Díaz Canel singao») y El Micha.

La policía política y sus tropas paramilitares no se atrevieron a intervenir durante las varias horas de un evento que puso caliente el barrio de San Isidro y demostró que la dictadura castrista es más débil de lo que se cree. Ahora, quizá más que nunca en este tercer milenio, en manos del pueblo cubano está la posibilidad de ser libre.


Noticiero Facebook: Domingo de bloqueos y secuestros en Cuba

En esta serie interactiva, Puente a la Vista cita aquellos posts o comentarios de Facebook que resultan relevantes o aportan noticiosa o argumentalmente a los temas relacionados con Cuba


Héctor Valdés Cocho en Facebook. Listado de sitiados y detenidos en Cuba. 4 de abril de 2021:

Tania Bruguera: Secuestrada y en paradero desconocido.
Oscar Casanella: Detenido y en paradero desconocido.
Abu Duyanah Tamayo: Sitiado.
Esteban Rodríguez: Sitiado.
Yasser Castellanos y Verónica Vega: Sitiados
Jorge Luis Capote Arias: Sitiado.
Osmani Pardo Guerra: Sitiado.
Luis Manuel Alcántara: Sitiado.
Katherine Bisquet Rodríguez : Sitiada.
Camila Lobón : Sitiada.
Camila Acosta y Fabio Corchado Borroto : Sitiados.
Héctor Luis Valdés Cocho : Sitiado.

«Las personas habían comenzado a desparecer. Eran desapariciones intermitentes, como trucos de un prestidigitador; ahora me ves, ahora no me ves. Tania Bruguera salió esta mañana del 4 de abril a realizar recados personales y no se ha vuelto a saber de ella. Así sucede un día sí y otro también. En una librería, cruzando una calle, en la cola del pan, o en la puerta de tu casa, te meten en un carro y te llevan a algún paraje lejano, deslocalizado. Ahí te gritan, amenazan, insultan, difaman. Quieren romperte, que dudes de ti y de los otros, quieren inocular el terror. Es una violación elemental de los principios del derecho ciudadano, y es inaceptable. No lo vamos a consentir». Carolina Barrero

«Me acaban de pasar un mensaje donde me dicen que ‘ya está’. Es decir, que mi hermana ya está a salvo después de tres horas y no me han dado más detalles. Realmente, pase lo que pase hoy, todas mis fuerzas, las pocas con las que me he levantado, están dirigidas a acompañar a los huelguistas de la UNPACU, que están literalmente muriéndose y sin importarle esto el gobierno ha recrudecido la represión contra ellos (y quienes los apoyan). No dejo que ni los abusos de hoy contra mi propia hermana empañen en lo que tenemos que estar enfocados: en que levanten el cerco de la UNPACU, los están matando y acelerando el proceso a pedradas y golpe de acto de repudio». Deborah Bruguera


Del humor al desparpajo: El choteo cubano

El choteo ha sido gracia y desgracia en la historia cubana. En su Indagación del choteo, Jorge Mañach nos habla de la peligrosidad del mismo en su forma más perversa, cuando deja de ser manifestación esporádica de nuestro humor criollo para convertirse en patrón perenne de actitud ante la vida, transgrediendo las normas más elementales de conducta, disciplina y respeto.

Es decir, este choteo pernicioso, impregnado de inmadurez cívica, no repara en invadir el territorio ajeno en el plano humano, y es así como deviene en violento, pues el choteador se regodea con la humillación que ocasiona a otras personas.

La revolución cubana y el castrismo ejemplifican este tipo de choteo violento. Castro exacerbó los rasgos morbosos del choteo en la población cubana para usarlos a favor de su afán caudillista. La estructura del régimen totalitario castrista lleva consigo ese talante de choteo violento, el cual se fue imponiendo a medida que los valores cívicos de la era republicana fueron considerados rezagos del pasado y sustituidos por patrones de conducta de la sociedad periférica. Y este patrón se expandió a todos los niveles de la sociedad cubana, incluyendo al de los egresados universitarios.

Los mítines relámpagos, las delaciones de los cederistas, las palizas de las Brigadas de Respuesta Rápida, la vigilancia del seguroso cultural, los aullidos de Vigilia Mambisa, en Miami, destruyendo los discos de Juanes, son paradigmas de este choteo violento que confiere a sus participantes el goce de una comparsa carnavalesca.

Lo absurdo y surrealista de la vida cubana actual, que sólo puede ser concebido en una obra teatral de Ionesco o en una película de Buñuel, es el choteo llevado a su máxima expresión patológica. Por eso no podemos confundir el desparpajo, ese choteo sistemático del que nos habla Mañach, con el humor. Un gracejo criollo, o para decirlo de una manera cubana, un choteo ponderado, sobre la base de una madurez cívica, nos haría un pueblo más feliz y menos desgraciado.

No cabe duda de que nuestra tragedia nacional es también producto de los rasgos nocivos del choteo. Esto constituirá un reto para las futuras élites cubanas, que tendrán que ahondar en las causas de nuestras frustraciones políticas, entre las que se encuentra este déficit cultural, si es que desean extirpar el mal de raíz.


‘Cualquier perro canta mejor que usted’. Descemer Bueno a Cándido Fabré

Tras el nuevo tema Yo soy de patria o muerte, estrenado por el cantante Cándido Fabré contra Descemer Bueno, Gente de Zona, Alexis Valdés, Yotuel, Maykel Osorbo y en general el entorno del exitoso Patria y vida, el propio Descemer ha respondido en su cuenta de Facebook al llamado “León de Oriente”, cuya carrera se ha politizado crecientemente a favor de la dictadura castrista:

“Cándido Fabre –escribió Descemer–, no hay que ser tan perro. Aquí te dejo una foto de mi madre, la que no podré ver de nuevo mientras los Castro sigan allí  tirándote la gandinga… no quiero ofender a los animales, que seguro tienen más dignidad que usted y sobre todo: cualquier perro canta mejor que usted. Cuídese la voz, ya que ha desarrollado un ladrido muy desagradable que es exactamente lo que merece el comunismo castrista. Entiendo que al comunismo le duela mucho el pedazo que defiendo de Patria y vida, haciéndose viral con la canción  y con el pueblo, pues el coro de esta nefasta repuesta  tuya me lo dedicaron a mí. Gracias”.

¿Será verdad que Cándido suena como un perro? Juzgue usted mismo.


El Covid y sus vacunas candidatas en Cuba: Un matrimonio en cámara lenta

Asegura CNN que ayer miércoles «Cuba alcanzó un nuevo récord sombrío en infecciones por Covid-19: 1.051 nuevos casos diagnosticados en 24 horas». También afirma que el castrismo «ha logrado una hazaña que ningún otro país latinoamericano puede pretender hasta la fecha: el desarrollo de cinco candidatas a la vacuna de covid-19, dos de las cuales se encuentran en ensayos de fase tres, la última».

Es decir, que las vacunas ni siquiera han salido de su fase de ensayos, con lo cual en la práctica no existen -recuérdese otras vacunas que ha habido que suspender o retrasar en otras naciones luego de anunciadas-, mientras que en el resto de los países latinoamericanos ya se está vacunando desde hace meses, y resulta que es Cuba la que «ha logrado una hazaña». Todo un milagro mediático.

“Cuba estaría en capacidad de inmunizar a la población cubana contra el virus SARS-CoV-2 en el primer semestre de 2021”, había declarado Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, a fines de diciembre pasado. Pero ya entramos en el segundo trimestre y, a pesar de la imprudente quema de etapas en el proceso de pruebas, la población cubana sigue esperando por la potencia de mentiritas.

¿Cuántas muertes y cuántos contagios han ocurrido en Cuba, la famosa «potencia médica» que ni siquiera puede vacunar a su población al ritmo del resto del mundo, desde diciembre o enero para acá, cuando comenzó la vacunación masiva a escala global? Miles y miles, aunque nunca sabremos la cifra exacta, por supuesto. No olvidemos que, como en el venezolano y otros regímenes autoritarios, en Cuba el Poder se dedica a maquillar y/o esconder la realidad en beneficio de la perfecta imagen del clan dirigente y su ideología de tapadera.

Este miércoles, «Cuba alcanzó un nuevo récord sombrío en infecciones por Covid-19: 1.051 nuevos casos diagnosticados en 24 horas». Aunque, claro, la cifra seguramente es mucho mayor. En cualquier caso, a quién le importa en el Comité Central si los cubanos en Cuba son, primero, conejillos de Indias, y luego carne de cañón… o viceversa. Carne de vacuna en cámara lenta.


Solo Tania Bruguera y Wilfredo Lam: Un mensaje para Humberto López y la televisión cubana

La performer Tania Bruguera y su proyecto INSTAR, que durante los últimos años han sufrido el acoso y campañas de desprestigio del oficialismo cultural cubano, han ganado el Gran Premio de documenta fifteen durante la edición 28 del Arnold Bode Prize.

Según anunció en su sitio de Facebook Estudio Bruguera, la artista se convierte en la primera figura latinoamericana en obtener este galardón junto al Instituto Internacional de Artivismo ‘Hannah Arendt’, creando un precedente como primer proyecto colectivo en ser premiado.

«Tania Bruguera responde a las calumnias y vejaciones con arte y con su empeño de seguir construyendo alrededor suyo un mundo mejor, una sociedad donde caben todos, donde la tolerancia y la verdad son las palabras de orden», apuntó Estudio y desafió al aparato cultural oficialista:

«Pedimos gentilmente a la televisión cubana, visto que ocupa un gran espacio en crear un expediente donde la artivista es acusada de traidora a la patria, que la presenten como la persona que ha llevado al arte cubano a otro nivel internacionalmente. Como la persona a la cual el Ministerio de Cultura de Cuba le otorgó en su momento la Distinción por la Cultura Nacional por el aporte realizado al patrimonio de la cultura cubana participando por primera vez en ese evento, solo que esta vez se ha superado y ha ganado junto a INSTAR el gran premio».

«Esperamos entonces que al menos el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana cuente también este ‘secreto’ junto a que Tania Bruguera y Wifredo Lam han sido los únicos artistas que han llevado a Cuba a participar en dos ocasiones en tan prestigioso evento, la muestra más importante del arte contemporáneo a nivel global».


El espejismo del ‘Patria o muerte’ en el llanto del hombre nuevo

El llanto del hombre nuevo es parte de lo que debemos esperar los cubanos en esa transición de inventiva solemne hacia la reivindicación de una nación ubicada sobre pilares de libertad. De modo que el luto, el espejismo del «patria o muerte» que una mayoría carga hoy en su conciencia, no tiene una solución en lo inmediato. Hay que pasar esta larga refriega del llanto colectivo para que el individuo conquiste su valor intrínseco, el inherente a la condición humana y que, después de entenderse sin prejuicio de juez moral, sacuda y alumbre dicha conciencia.

Por ahora, ciertas cargas al machete virtuales ponen al descubierto el victimismo cubano, la autoflagelación y la autocensura, modo anormal de ver con normalidad una dualidad. Una cosa es hacia dentro y otra hacia fuera. El potrero mueve sus cercas pero el pasto de las vacas sigue escaso, y vivir es ya una afrenta.

La necesidad de justificar el miedo al miedo tiene una correlación de fuerza lógica, es desde hace mucho una tabla para cruzar los océanos internos de la provincia a la capital de esa provincia que llamamos “país” y que no es otra cosa que La Finca. La poética de la sobrevivencia defiende su correlación con un «realismo sucio» garante de la continuidad del poder único, que lo «único» que produce son esas manchas de ceguera por las que ponemos música en nuestro ombligo. Pensar con nuestra tripita, llorar por esa tripita, tiene un precio que separa a los de adentro y los de afuera. Casi todo el mundo tiene, de alguna forma, una relación directa con el cordón umbilical donde se proyecta la «Matria».

Al parecer, pensamos con el estómago y consumimos tajadas de espiritualidad que se asientan como costras en unas «almas» que han dicho al «combate corred», y que siempre corren echándole la culpa al vecino. Nunca se reconocen, por orgullo, almas desnutridas.

Ya no nos obligan directamente a un discurso. El acomodo es otro, viene a ser como un exilio en insilio mientras, dentro, una mayoría apuntala la desgracia nacional que produce la muerte en vida. Porque, claro, vivir siempre es otra cosa, al menos en esa burbuja que soplamos ante la violencia de los días y los años mejores que siempre están por venir. La solución objetiva se presenta como inalcanzable, destinada a estar más arriba, allí donde los héroes de siempre no permiten el llanto porque afloja.

El llanto entonces no es por la fe de las almas austeras. Y claro, queda varios escalones más abajo, donde por mucha matraca, conga y baile que haya el coletazo tantas veces ensayado es el estandarte de una nación que no reza a un Dios vivo ni celestial. Es la gloria de vivir como los muertos.

La consigna por cansancio ya no es peregrina y repetitiva, ese veneno lo portamos como valor del «hombre nuevo». Somos los portadores enfermos que hacen entrevistas y responden entrevistas, el chachachá de las entrevistas, porque siempre hemos tenido un comandante al que le roncan las entrevistas (y aquí usted puede saltar como un antiyanqui, aproveche una pausa breve, tome aire y convenza a conciencia como dice el bolero, dígale que la quiere). Ya sabemos repudiar lo que nos delata, indefensos mártires de un vacío al que no se puede mirar de frente porque es un espejo que no pone rostro para las respuestas.

No hay respuestas en el abismo. Lo único esperanzador parece ser cruzar, con cara de lástima una y otra vez, las que sean necesarias, el Niágara en bicicleta.


Dos textos de Jorge Luis Borges

Dos textos de Jorge Luis Borges. “Borges y yo”, genial y muy célebre, que se mueve entre el relato y el ensayo, como tantas otras cosas suyas. Y “Un problema”, que aparece en su libro El Hacedor, menos conocido pero de igual excelencia.  


Borges y yo

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar.

Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página.

Un problema

Imaginemos que en Toledo se descubre un papel con un texto arábigo y que los paleógrafos lo declaran de puño y letra de aquel Cide Hamete Benengeli de quien Cervantes derivó el Don Quijote. En el texto leemos que el héroe (que, como es fama, recorría los caminos de España, armado de espada y de lanza, y desafiaba por cualquier motivo a cualquiera) descubre, al cabo de uno de sus muchos combates, que ha dado muerte a un hombre. En este punto cesa el fragmento; el problema es adivinar, o conjeturar, cómo reacciona don Quijote. Que yo sepa, hay tres contestaciones posibles.

La primera es de índole negativa; nada especial ocurre, porque en el mundo alucinatorio de don Quijote la muerte no es menos común que la magia y haber matado a un hombre no tiene por qué perturbar a quien se bate, o cree batirse, con endriagos y encantadores. La segunda es patética. Don Quijote no logró jamás olvidar que era una proyección de Alonso Quijano, lector de historias fabulosas; ver la muerte, comprender que un sueño lo ha llevado a la culpa de Caín, lo despierta de su consentida locura acaso para siempre. La tercera es quizá la más verosímil. Muerto aquel hombre, don Quijote no puede admitir que el acto tremendo es obra de un delirio; la realidad del efecto le hace presuponer una pareja realidad de la causa y don Quijote no saldrá nunca de su locura. Queda otra conjetura, que es ajena al orbe español y an al orbe del Occidente y requiere un ámbito más antiguo, más complejo y más fatigado. Don Quijote -que ya no es don Quijote sino un rey de los ciclos del Indostán- intuye ante el cadáver del enemigo que matar y engendrar son actos divinos o mágicos que notoriamente trascienden la condición humana. Sabe que el muerto es ilusorio como lo son la espada sangrienta que le pesa en la mano y él mismo y toda su vida pretérita y los vastos dioses y el universo.


El CUC, hermano bastardo del dólar, ha muerto

Ilustración, cortesía de Bals Mena

Ha muerto el CUC y murió joven, como Amy Winehouse, Jimi Hendrix o Janis Joplin. Justo con 27 años.

En una puesta en escena el CUC, o peso cubano convertible, o el “chavito”, como también se le ha llamado, vendría a ser el actor suplente de ese actor principal que es el dólar y que, a veces, ha ocupado el lugar de un extra o de un doble, pues ha entrado y ha salido a conveniencia del teatro económico de Cuba, digamos.

El CUC fue, además, una especie de hermano bastardo del dólar, que en ocasiones quiso asumir un nombre que no le tocaba.

Incluso sabiendo que se trataba del Peso Cubano Convertible, al CUC por años le seguimos llamando dólar, a las monedas le seguimos diciendo “kilitos en dólar”, y abierta y chabacanamente también le nombrábamos los “fulas”. 

Siempre cargó, el CUC, con esa falta de identidad. Siempre estuvo a la sombra del dólar y al final, él, el hermano legítimo, terminó imponiéndose sobre el bastardo.

El nacimiento

La moneda, emitida por el Banco Central de Cuba, comenzó a circular en 1994, poco después de que el país tocara fondo con la crisis amablemente llamada Periodo Especial, que hizo a los cubanos entender de qué se habla cuando se habla de hambre.

En diciembre de 1991 desapareció la Unión Soviética y los años que vinieron fueron particularmente duros para Cuba, cuando colapsaron importantes sectores económicos como la industria y la agricultura.

El Estado cubano siguió imprimiendo dinero para pagar salarios aunque muchos trabajadores dejaron de tener una actividad real que realizar. El resultado fue una inflación galopante, que alcanzó un 200 por ciento ese año y evaporó la capacidad de consumo de la población.

Como el peso cada vez servía para comprar menos. Quienes pudieron dejaron de usarlo en favor del dólar, que alcanzó valores desorbitados en el mercado informal. Un dólar llegó  a costar 150 pesos cubanos, cuando antes se había cotizado en apenas cinco. Cinco pesos.

El gobierno decidió entonces legalizar el dólar y unos meses después, en 1994, inventaron una moneda nacional que tuviera paridad con la divisa estadounidense. Por cada dólar que entrara a la economía cubana, se emitiría un CUC y ambas monedas se utilizarían en la economía que comenzaba a emerger, dependiente del turismo, las remesas y la inversión extranjera.

De esta manera, el gobierno trataba de aislar las partes muertas de la antigua economía en las que se utilizaba el peso, de las nuevas actividades más lucrativas, dominadas por el dólar y su hermano bastardo: el CUC.

Ambas podían utilizarse en las nuevas Tiendas Recaudadoras de Divisas, en las que era posible encontrar todo lo inexistente en el resto de tiendas.

Pero fiel a su papel de actor secundario, en estos primeros años, el CUC quedó relegado frente al dólar.

Los turistas, que comenzaron a llegar por millones, podían pagar con dólares. Las empresas estatales vinculadas al turismo o la inversión extranjera podían tener cuentas bancarias en dólares y utilizarlos para comprar insumos en el exterior.

El dólar se podía utilizar para comprar. El problema residía en la forma en que te podías agenciar los dólares trabajando.

Desde Estados Unidos, los emigrados tuvieron más facilidades para enviar divisas a sus familiares, gracias, en parte, al servicio de Western Union que comenzó a operar a finales de 1995.

Con el tiempo, las remesas se convertirían en uno de los ingresos más importantes para el país.

Estas medidas crearon un país más estable durante los años 90. Era una país en el que convivían tres monedas simultáneamente, aunque en realidad estaba dividido entre quienes tenían dólares y el resto.

El auge

El CUC nació en un contexto de emergencia, pero con el nuevo siglo fue posicionándose dentro de la economía de la Isla.

El uso del dólar que hacían las empresas estatales cubanas no había pasado desapercibido para Estados Unidos que, en mayo de 2004, impuso una sanción de 100 millones de dólares a un banco suizo por operar transacciones en dólares para Cuba y otros países sancionados.

Fue una advertencia de la administración de George W. Bush que motivó a las autoridades cubanas a dar el siguiente paso: el dólar pasaría a un segundo plano, el CUC sería el protagonista.

Ya desde 2003, el CUC se había impuesto como la moneda con la que tenían que operar las empresas estatales. Pero en noviembre de 2004, se decidió que el dólar dejaría de circular como moneda con la que comprar bienes y, en adelante, solo podrían usarse CUC o pesos cubanos.

No se prohibió la circulación del dólar en Cuba, aunque se desincentivó su uso, especialmente los pagos en efectivo al crear un impuesto del 10 por ciento al cambio. Las cuentas bancarias en dólares siguieron existiendo.

A partir de entonces, comenzó el reinado del CUC en el país y los cubanos se dividieron entre los que tenían pesos convertibles y el resto.

Con el peso cubano podías pagar en ciertos lugares, con el CUC en casi todos. Incluso si la venta no era en CUC el vendedor veía que tenías tal moneda y le brillaban los ojos y te vendía el producto, cobrando el peso convertible, por ejemplo, a 23 pesos, cuando la tasa oficial de cambio estaba a 25.

El ejemplo más palpable fueron los boteros de La Habana (taxistas privados de los automóviles estadounidenses de los 50 que se quedaron como detenidos en el tiempo). Quién no montó alguna vez en un almendrón, y cuando llegó al destino final, si pagó con CUC, le devolvieron (en pesos cubanos) siempre menos cantidad de lo que en realidad esperaba.

Si te atrevías a reclamar, el chofer seriamente respondía que ese era el tipo de cambio a como él aceptaba el CUC y si no estabas de acuerdo entonces la opción era pagar con el peso cubano que no llevabas encima. Luego no te quedaba más opción que tirar la puerta del carro del año 57 o del año 59, y dejar al chofer con su razón o su falta de ella.

Del CUC llegaron a haber monedas de 5, 10, 25 y 50 centavos, equivalentes a 1, 2, 5 y 10 pesos cubanos, respectivamente. Esas monedas eran los conocidos “kilitos en dólar” que cada niño cubano le pedía a su padre conservar. En cuanto a billetes, circularon de 1, 3, 5, 10, 20, 50 y 100 pesos convertibles, equivalentes al precio que el vendedor estimara conveniente hacer respecto al peso cubano.

El CUC, que nunca salió más allá de los límites de Cuba y nunca llegó a poder comprarse en el exterior, nos trajo no pocas alegrías y tristezas, como todo en la vida.

Si lograbas clasificar en uno de esos trabajos donde te pagaban 450 pesos cubanos y 10 CUC, seguías siendo un trabajador muy mal pagado y, aun así, eras uno de los trabajadores más afortunados de tu barrio, de tu municipio, incluso de tu provincia. El resto de los trabajadores cobraba su salario completo en pesos cubanos.

Apareció por esta época, además, el triste fenómeno de la reorientación laboral, según el cual si habías estudiado en la Universidad y tenías grados académicos, cobrabas menos que la persona que trabajaba en el sector gastronómico o que el chofer o el cocinero de una embajada, quienes, por lo general, tenían ganancias en el anhelado CUC.

Con el CUC nació, además, la figura del “revendedor”, un oficio ilegal que se inventaron los cubanos para comprar y vender dólares indistintamente por CUC en el mercado negro, siempre a un mejor valor que el ofrecido por los bancos o las casas de cambio Cadeca (del estado).

En Cuba llegaron a haber tiendas en las que todo valía un CUC; ponerse las uñas postizas costaba un CUC; las clases particulares de inglés costaban un CUC la hora; los carritos locos del parque de diversiones de Varadero costaban un CUC; el Día del Maestro, en cada aula se recogía un CUC para el regalo colectivo. Y así, nos adaptamos a hablar en ese lenguaje, o en esa moneda.

El CUC era una especie de opio para el cubano: tenía la facilidad de abstraerte, de enajenarte con números aparentemente sencillos. Por ejemplo, no era lo mismo que te dijeran que el par de zapatos costaba 20 CUC a que costaba 500 pesos. Nos acostumbraron a cifras bajas, a colorearnos así el caos y la miseria.

No pocos turistas llegaban al país y no comprendían el porqué de tantas monedas y tantas tasas de cambio para cada una de ellas. ¿Cómo explicar todo este complejo sistema a los visitantes extranjeros, si apenas lo entendíamos nosotros mismos?

Un ciudadano común que recibiera un CUC o un dólar como remesa podía cambiarlo por 24 o 25 pesos. En cambio, para un trabajador de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel cada CUC que, en teoría, ganaba, se convertía en 10 pesos. Y para las empresas estatales, a efectos contables dólar, CUC y peso eran equiparables.

El resultado de esto fue un país en el que se incentivaba importar todo para venderlo en CUC y seguir importando. Exportar o producir para el mercado local se hacía imposible. Y el problema de los salarios en el sector estatal no parecía tener solución. Con sueldos que se convertían en 20 o 30 CUC apenas se podían comprar esos mismos productos que se importaban.

El panorama fue moldeando la nueva economía, que poco a poco dejó de producir alimentos o productos industriales que el mercado interno necesitaba.

Estos siempre se podían importar, mientras el turismo siguiera fluyendo; mientras los cubanos siguieran emigrando al país donde sí podían ganar dólares; mientras Venezuela y otros países siguieran contratando los servicios médicos.

La caída

Que el CUC estaba destinado a morir comenzó a intuirse en 2011, cuando el Congreso del Partido Comunista aprobó los llamados “Lineamientos”, que dictaminaron que el país debía “concluir” la unificación monetaria y cambiaria.

Para entonces comenzaba a estar claro que los múltiples tipos de cambio eran un problema y la paridad entre el CUC y el dólar ya no era real. Desde hacía años cada CUC carecía del respaldo de un dólar detrás.

Las empresas estatales ya no podían convertirlos en dólares sino que dependían de documentos llamados Certificados de Liquidez que les otorgaba el gobierno y que definían cuáles CUC eran equivalentes a dólares y cuáles no.

Pero en Cuba este tipo de cambios, si es que suceden, suelen ocurrir despacio. De hecho, se necesitaron casi diez años, el colapso de la economía venezolana y la llegada de una pandemia global que terminó (al menos temporalmente) con el turismo, para que “concluyera” la unificación.

La última década sería la de la decadencia del CUC. Como un paciente al que le diagnostican una enfermedad terminal, el CUC siguió vivo sabiendo que tenía los días contados.

En 2014, el gobierno anunció que había creado un plan para unificar las dos monedas nacionales, algo que ocurriría en lo que se denominó el “Día Cero”. Esa sería la fecha de defunción del CUC y del nacimiento del peso como única moneda en circulación.

A partir de entonces, la supuesta e inminente llegada del “Día Cero” se convirtió en un rumor recurrente que pendía sobre la vida del CUC.

En 2016, los medios oficiales publicaron artículos en los que señalaban que la decisión era impostergable.

En 2017 Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba y en ese momento presidente del país, dijo que la solución del problema “no puede dilatarse más”.

Pero no solo se fue dilatando, sino que en octubre de 2019, las autoridades volvieron a vender productos en dólares. La historia, como dicen, es cíclica: el país de nuevo tenía tres monedas: peso cubano, CUC y dólar.

Quedó claro, entonces, que aunque en el Día Cero se eliminase el CUC, en el país seguiría existiendo más de un moneda.

Al principio, solo se comercializaron en divisa extranjera electrodomésticos, repuestos para vehículos y otros productos que se definieron como de “alta gama”. Después, en julio de 2020, se abrieron tiendas que vendían todo tipo de alimentos y productos de primera necesidad.

Estas tiendas, llamadas de Moneda Libremente Convertible (MLC), solo admiten pagos con tarjetas magnéticas vinculadas a una cuenta bancaria con dólares o euros. Para atraer los dólares a estas tiendas, las autoridades decidieron retirar el impuesto del 10 por ciento que había pesado sobre la divisa estadounidense.

Una vez abiertas las tiendas en MLC, quedaron completamente relegados los comercios en CUC, con sus estantes cada vez más vacíos y sus ofertas -ya escasas- aún más empobrecidas.

Al perder su utilidad para comprar bienes básicos, la salud del CUC entró en fase terminal. En los últimos meses que vivió, los cubanos ya no sabían qué hacer con sus cuentas, ahorros o tenencias.

Muchos comercios o ya no los aceptaban o devolvían el cambio en pesos. Como el dólar volvía a instalarse, el CUC perdía valor cada día. Al final de 2020, la moneda que un día había tenido paridad con el dólar, se llegó a cambiar en el mercado negro por medio dólar.

El 10 de diciembre de 2020 se anunció que el Día Cero sería, finalmente, el 1 de enero de 2021.

La muerte del CUC fue anunciada por el mandatario Miguel Díaz-Canel, con Raúl Castro a su lado, cuando dijo que por fin arrancaba lo que por años habían estado cocinando: la reunificación monetaria o la “tarea ordenamiento”, como también ha sido llamado últimamente el proceso.

Ahora, para la población en general, incluyendo los trabajadores por cuenta propia, el peso convivirá con el MLC. Sus ingresos se recibirán en la primera moneda, aunque muchas de las cosas que necesitan comprar se venderán en la segunda, como sucedía en 1993.

Para la mayoría de las empresas estatales sólo existirá el peso. Y solo podrán acceder a dólares al mismo tipo de cambio que se aplica a los ciudadanos: 24 pesos por cada dólar.

Esto significará la ruina para muchas de ellas, que o bien desaparecerán o tendrán que ser rescatadas, han dicho las autoridades. Esto también producirá una inflación, que según algunos cálculos será de entre el 470 y el 900 por ciento, peor que la registrada en 1993, el año más duro del Periodo Especial.

El CUC quedará en las memorias del cubano, en las memorias de los últimos treinta años, que son las memorias de la escasez, del desabastecimiento. No obstante, nadie extrañará al CUC, que murió joven, pero dicen los expertos, los que saben, que debía de haber muerto más joven aún.


La OEA respalda a activistas cubanos en huelga de hambre

Luis Almagro en una imagen de archivo

El titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, acusó hoy al régimen castrista de terrorismo de Estado y lo responsabilizó por «la salud y el bienestar» de 55 activistas cubanos de derechos humanos que permanecen en huelga de hambre dentro y fuera de Cuba, informó la agencia EFE.

«El titular de la OEA participó en una conferencia de prensa virtual organizada por Cuba Decide, junto a José Daniel Ferrer, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), que lleva siete días en huelga de hambre, y otros opositores, como el artista Luis Manuel Otero Alcántara», señaló EFE.

El evento responde el asfixiante cerco policial que desde hace 12 días opera contra la sede de la UNPACU en Altamira, Santiago de Cuba.

«A los huelguistas de Cuba, repartidos por varias provincias, se han sumado tres en Suiza, en la sede de Naciones Unidas, tres en Estados Unidos, uno en Colombia y otro en Brasil», citó EFE a Ferrer.


‘Huesito de Canel’, lo último de Humberto López

Huesito de Canel, el nuevo espacio del NTV (noticiero de la televisión cubana), ha sido formalmente anunciado por el exabogado Humberto López en su horario «estelar» de «noticias», dedicado esta vez a lo mismo con lo mismo, la difamación y el enredo, pero ahora con cederistas escogidos entre los más connotados y chivatientes CDRs de las quince provincias de la Isla y su municipio especial.

En Huesito de Canel, cuya melodía y estribillo de presentación remedan la conocida canción infantil Barquito de papel (en su tiempo interpretada por Consuelito Vidal), cada cederista invitado obsequiará a Humberto López ingredientes para la Gran Caldosa Anual -huesos, pellejo, colmillos, mondongo, etc.-, que se preparará cada 28 de septiembre en el mismísimo estudio o set televisivo y sobre la que, rodeado de decenas de participantes, López rifará una caja de aceite.

Huesito de Canel (letra)

Canelo de papel,
mi amigo fiel…
tráeme el hueso aquel
que dejó Fidel…

yo quiero conocer
huesitos de aquí y allá
y así preparar
caldosa estelar…


Al pie de las montañas

Ya disponible en Amazon Al pie de las montañas. Memorias del fuerte, del Luis de la Paz, libro que recoge las memorias de Tomás, «un joven que pasó dos meses en Fort Indiantown Gap, en Pensilvania, donde una secuencia de vivencias inesperadas tuvieron lugar; unas sorprendentes, otras desagradables, pero siempre en la idea fija de salir al encuentro de una vida plena en libertad».

«Y es que la experiencia del éxodo del Mariel no terminó para todos con la llegada a Cayo Hueso», recuerdan los editores. «Muchos pasaron por los campamentos de refugiados habilitados por el gobierno norteamericano para procesar a los recién llegados del Mariel».

Luis de la Paz (La Habana, 1956). Escritor y periodista residente en Miami desde 1980, cuando salió de la Isla durante el Éxodo del Mariel. Premio Museo Cubano de Ensayo, Premio Lydia Cabrera de Periodismo y accésit al Premio de Poesía Luys Santamarina-Ciudad de Cieza, Murcia, España. Ha publicado los libros de cuentos Un verano incesante, El otro lado, Tiempo vencido, Salir de casa y Del lado de la memoria. En poesía, De espacios y sombras, Imperfecciones del horizonte y Of Space and Shadows. Además, bajo su firma han aparecido recopilaciones como Reinaldo Arenas, aunque anochezca, Teatro cubano de Miami, Cuentistas del Pen, Soltando sorbos de vida y La floresta interminable.


Una ciudad que nunca fue y una poeta que aún espera

Foto: Reynier Leyva Novo

[…] Escudriñando con atención estas tinieblas,
durante mucho tiempo quedé lleno de asombro,
de temor, de duda, soñando con lo que
ningún mortal se ha atrevido a soñar; pero el
silencio no fue turbado y la movilidad no dio
ningún signo […].

Edgar Allan Poe ‒El Cuervo‒


Existen autore(a)s que no necesitaron escribir un libro para legitimarse como escitore(a)s. En un solo poema entregaron el desgarro y el ansia de trascender sus voces a cambio de nada, pero amándolo todo: la vida y la alucinación que en ocasiones nos asiste para sostenerla; el abismo y esa enajenación donde otros vacilan temerosos del vacío. Ciudad Nuclear mon amour, el poema que Katherine Bisquet (Cienfuegos, 1992) nos lega como revancha, es de esos textos, únicos, que obligan a detenernos y replantearnos la existencia misma, literaria o no.

El Cuervo de Poe y la Ciudad Nuclear de Bisquet bastaron para que ambos ‒en sus dominios, distancias, distinciones y modos de entrever sus circunstancias‒ se irguieran más allá de las signaturas, y de la presunción estética que solemos utilizar para enmarcar el desasosiego que implica deberse a la poética de la complicidad. A fin de cuentas, un poema nunca será un rosario de salvación, sino la salvación en sí misma.

“[…] No has visto nada en La Ciudad Nuclear.

Nada.

-Lo he visto todo,

todo.

He visto el policlínico,

estoy segura.

Existe un policlínico en La Ciudad Nuclear.

¿Cómo podría no verlo?

-No has visto el policlínico en La Ciudad Nuclear.

No has visto nada en La Ciudad Nuclear.

-Cuatro veces al reactor.

-¿Qué reactor en La Ciudad Nuclear?

-Cuatro veces al reactor en La Ciudad Nuclear.

He visto a los ingenieros pasearse.

Los ingenieros se pasean, pensativos,

a través de las paredes de hierro,

el desmantelamiento,

a falta de otra cosa […]”.

Para comprender la Ciudad Nuclear de Bisquet, su obsesión por nunca olvidarla a toda costa, habría que comprender primero el marasmo de un país que alguna vez danzó en torno al espejismo de ser, más que isla, un reducto donde sostener ‒a conveniencia‒ los últimos cerrojos de una Guerra Fría.

Una ciudad que nunca pudo ser nuclear. Una ciudad que a duras pena podría llamarse ciudad, a pesar de que miles de personas decidieron quedarse tras el abandono del proyecto, y a expensas de la marginación gubernamental.

“[…] Las justificaciones,

a falta de otra cosa.

Cuatro veces al reactor.

He mirado a los ingenieros,

he mirado, incluso yo,

pensativa, el hierro,

el hierro vulnerable como la carne.

He visto la gran cúpula.

¿Quién lo habría dicho?

Pieles jóvenes, sacrificadas,

sobrevivientes,

todavía en la pena del sufrimiento […]”.

Ciudad Nuclear mon amour, es como un destierro al tiempo que un sentido de pertenencia. Una disyuntiva que no comulga con la resignación, sino con un acto de rebelión que se niega a la desmemoria sin importar que el precio suponga descomponer el corazón y volverlo verso. Y es ahí donde se ubica, con exactitud de vértigo, la magistral pericia poética de Bisquet.

“[…] La temperatura del sol en la plaza.

¿Cómo ignorarlo?

El mar… muy sencillo.

-No has visto nada en La Ciudad Nuclear.

Nada.

-El desmantelamiento se ha hecho con la mayor seriedad posible.

La historia se ha hecho con la mayor seriedad posible.

La historia es tan bien contada

que los otros apenas saben.

Siempre uno puede gritar.

¿Pero qué puede hacer el otro,

si no sabe nada?

Siempre he pensado en el destino

de la Ciudad Nuclear.

Siempre.

-No.

¿Por qué habrías pensado?

-He conocido gente.

En el 91,

no me lo he inventado,

desde el 91,

miles de personas aparecieron desde la electronuclear,

y el fracaso.

Y esas personas viven…aquí. Los he visto.

Me lo ha contado la gente.

Los he visto.

Desde el 91,

desde el 92,

desde el 93.

-No has visto nada […]”.

Si en Poe la persistencia del Cuervo fue confrontación ‒“[…] quise encadenar las ideas buscando lo que auguraba el pájaro de los antiguos tiempos […]” ‒, en la Ciudad Nuclear Bisquet insiste en la premisa de traducirnos los fragmentos dispersos, quizás en busca de conciliar el tiempo que transcurre en una ciudad utópica y ese otro tiempo que discurre en su rebeldía. Es poeta, pero también persona. Es poeta, pero también sangra. Es poeta, pero también tiene el derecho a elegir entre el olvido y ese “nunca más” del hormigón y el acero clamando por un dios.

“[…] Desde el 94.

La Ciudad Nuclear se llenó de sus fracasos.

Por todas partes, radioquímicos y electronucleares,

y termofísicos…

No me he inventado nada.

-Lo has inventado todo.

-Nada.

Igual que en la vida,

esta ilusión existió,

esa ilusión de lograr un sueño.

He tenido la ilusión de que jamás olvidarán.

Igual que en la vida.

También he visto a los descendientes,

a los que estaban en el vientre.

He visto la conformidad,

la inocencia,

el desconocimiento aparente

de los herederos de La Ciudad Nuclear,

que se acomodan a un destino tan injusto,

que la imaginación,

habitualmente tan fecunda,

ante ellos, se cierra […]”.

Ciudad Nuclear mon amour, publicado por Ediciones Sinsentido (La Habana, 2020), es un poema feroz. Un poema terrible que nos agarra desprevenidos; que nos recuerda que ninguna resiliencia es posible si antes no transitamos el acto de amor homicida que representa recordar; que no es justo salir ileso cuando sabemos cuáles muros nos sostienen por dentro mientras afuera todo se derrumba.

Un poema que duele. Después de su lectura es imposible no quedar endeudados.

“[…] Nada.

Igual que en la vida,

esta ilusión existió,

esa ilusión de lograr un sueño.

He tenido la ilusión de que jamás olvidarán.

Igual que en la vida.

También he visto a los descendientes,

a los que estaban en el vientre.

He visto la conformidad,

la inocencia,

el desconocimiento aparente

de los herederos de La Ciudad Nuclear,

que se acomodan a un destino tan injusto,

que la imaginación,

habitualmente tan fecunda,

ante ellos, se cierra.

Escucha, lo sé.

Lo sé todo. Cómo continúa.

-Nada.

No sabes nada.

-Las mujeres crían a sus hijos.

Pero continúa.

Los hombres corren el riesgo.

Pero continúa.

Situaciones desiertas.

La costa araña.

Ha arañado a esta gente.

El hambre.

No hay tierra en la ciudad entera.

La furia de una ciudad entera.

La furia de una ciudad entera.

¿Contra quién la furia de una ciudad entera?

La furia de una ciudad entera…

¿contra qué?

Escúchame.

Como tú, conozco el olvido.

-No.

No conoces el olvido.

-Como tú, estoy dotada de memoria.

Conozco el olvido.

-No.

No estás dotada de memoria […]”. 

Katherine Bisquet en su Ciudad Nuclear nos obsequia, con humildad, un legado. Dependerá de cada lector, en su dominio privado o público, la apropiación que nos podría servir de amparo y de amuleto cuando las encrucijadas de la sobrevida toquen a degüello.

Ningún suave latifundio puede encerrar a Ciudad Nuclear mon amour, ni a su autora, en esas categorías literarias inamovibles y maniqueas que solo han sido útiles para el adorno de estanterías o anaqueles que los cuervos no revisitan. A deshacernos de esas cargas, inmerecidas durante décadas, nos enseña esta joven autora con todo el tiempo del mundo por delante.

Hágase la luz.        

“[…] Como tú, yo también he intentado luchar con todas mis fuerzas contra el olvido.

Como tú, he olvidado.

Como tú, he deseado tener una memoria inconsolable,

una memoria de sombras y piedras.

He luchado por mi cuenta,

con todas mis fuerzas,

contra el horror de ya no entender

la necesidad de acordarse.

Como tú, he olvidado.

¿Por qué negar la necesidad evidente de la memoria?

Escúchame.

Todavía sé.

Volverá a empezar.

Miles de jóvenes.

Son cifras oficiales.

Volverá a empezar.

Habrá calor sobre la tierra.

Así es Cuba, dirán.

El asfalto arderá.

Un profundo desorden reinará.

Una ciudad entera será destruida y se convertirá en cenizas […]”.


El libro del buen Savón

Ya disponible en Amazon El libro del buen Savón (Classic Subversive), del poeta y ensayista cubano Manuel Sosa, un volumen «para el viaje y la desidia: un remedio eficaz que crea otra conciencia, otro tipo de cinismo».

«Manuel Sosa ha incursionado en la escritura subversiva desde su niñez procaz/precoz, siempre aprovechando esa zona marginal que incluía libretas de apuntes, cuadernos de ejercicios, manuales y murales furtivos», apuntan los editores. «Con el arribo de la tecnología, los blogs y las redes sociales, su nombre comenzó a moverse entre los puntales de la comunicación alternativa y la pura sedición, como se ha visto en libros desde Contra gentiles (2011) hasta Memorias de la guerra virtual (2019). También ha reunido su ‘poesía para leer entre amigos’ en el volumen Marcados para no recoger en libro, cuya edición sólo verá la luz de manera póstuma, por expresa voluntad del autor. La presente compilación ilustra su afán obsesivo, casi enfermizo, por los arquetipos y el sentido literal; además, su desdén por el lenguaje ingenuo que desborda los medios y la propia literatura».

«Toda la sabiduría concentrada en píldoras aforísticas (así como suena), y por $9.99 usted puede tener en casa la respuesta a todas sus preguntas, la frase oportuna, el argumento que vendrá a sacarlo de un apuro», reseña el propio autor. «No deje que su estante siga ostentando la pérdida que significa no tener este volumen de filosofía savoniana (la técnica sigue siendo la técnica), y rellene ese vacío físico y espiritual. Es el libro ideal para leer en aeropuertos, en el dentista, en la cola para la vacuna. Regalo de cumpleaños, de aniversario, de reconciliación. Abandone el sofá, vuelva a caerle bien a la gente, déjese querer por un módico precio. Luego no diga que fue por falta de información».

Apretaste lanza su versión 7.2, más rápida y más social

Una nueva versión de Apretaste ya está en la calle, fundamentalmente enfocada “en la funcionalidad, velocidad de navegación y experiencia social”. A continuación su nota de prensa:

Nota de prensa

Después de varios meses de espera, el equipo de Apretaste puso a la disposición del público su versión 7.2, orgullosos de su interfaz social y la velocidad de trabajo para ambas plataformas iOS y Android.

Esta versión se enfoca primeramente en la funcionalidad, velocidad de navegación y experiencia social. «Mientras más usuarios acceden a la app, más esperan tener vías para socializar y compartir, conocer lo que otros piensan y debatir los temas de actualidad», aseguró Salvi Pascual, Director Ejecutivo de Apretaste.

Fruto de meses de esfuerzo, la nueva versión 7.2 incluye una carga mucho más ligera por la internet, y la posibilidad de trabajar en paralelo a través del correo Nauta para ahorrar tiempo de espera. En la versión anterior, un usuario de correo Nauta tenía que esperar a que un correo llegara para enviar la próxima petición; ahora puede enviar tantas peticiones como lo desee al mismo tiempo, lo cual agiliza enormemente el uso de la app.

Pero el cambio más importante de la versión 7.2 es la experiencia social. Desde el servicio Pizarra (la red social de Apretaste) ahora las notas se descargan más rápido, y vienen con mayor cantidad de espacio para escribir y un cúmulo de reacciones que permiten al usuario expresar sus sentimientos acordes al tema de cada publicación. También pueden crear mensajes con estilos personalizados, usando colores, tipos de letras, punteados y estilos de texto, haciendo lucir sus notas más prominentes y más propias al gusto y la personalidad.

Un nuevo cambio técnico, que no es fácilmente visible al usuario común, viene con esta nueva versión: la posibilidad de hacer peticiones al servidor en segundo plano de manera rápida y segura. Esto permite ofrecer al usuario mucho más dinamismo al usar la app. Por ejemplo, crear un scroll infinito en la Pizarra, o alertar cuando sus amigos están publicando. 

En la versión 7.2 también se mejoró la experiencia de «chat», creando una comunicación entre usuarios mucho más directa incluso cuando la otra persona se comunica a través del correo electrónico. Así y todo, quedan muchas mejoras que traer a la experiencia de conversación, como salas grupales, las cuales se incorporarán en la próxima versión.

Con la versión 7.2 se brinda al cubano de a pie la oportunidad de expresarse libremente, de forma pública o privada, revisar las noticias sin censura, leer cursos libres de adoctrinamiento y buscar ofertas de trabajo en el sector privado, ahora con una experiencia de uso mucho más rápida, social y fácil de usar, comparable en calidad con las apps más modernas del mercado.

¿Quiénes somos? Apretaste es la red más segura y libre de todos los cubanos, donde usando tecnologías a la mano de la gran mayoría, brindamos información sin censura y promovemos un debate abierto y libre. La app de Apretaste ofrece acceso gratuito a decenas de servicios críticos de internet, usando redes anónimas y correo Nauta de forma segura y comprimida. De esta manera el cubano navega anónimamente y ahorra saldo.

Para descargar la app de Apretaste


¿Por qué enterraron vivo a Severo Sarduy?

Tal vez el documental Severo secreto, exhibido en 2017 en La Habana, durante la Muestra de Cine Joven, resucitara a Severo Sarduy para las nuevas generaciones de cubanos. Nunca es tarde. Tal vez los que sean jóvenes dentro de 20 años ya no tendrán que preguntarse por qué no le han visto jamás el pelo (ni en fotografía), y, peor todavía, por qué no han leído los libros de un escritor cubano de gran talla internacional, que -aun cuando vivía en el exilio- nunca se declaró enemigo abierto del régimen castrista.

Como tantos otros, Sarduy simpatizó en un inicio con la revolución fidelista. Pero a diferencia de otros, no rompió con ella estentóreamente. Apenas la dejó pasar, mientras se mantenía fuera de su alcance, en París, sin dejar de ser un artista de ideas revolucionarias (que no es lo mismo que ser fidelista), aunque, eso sí, sin tomarse muy en serio el compromiso ideológico, de igual modo que no se tomaba demasiado en serio a sí mismo, lo cual no iba a impedirle ser un humanista cabal o vivir consagrado auténticamente al servicio del arte y la cultura.

Dos debieron ser los motivos esenciales por los que Sarduy fue borrado del panorama de la literatura cubana: su homosexualidad sin tapujos (así que renuente a encajar en las hipócritas reglas del machismo fidelista), y esa actitud tan suya de tirar a mondongo al régimen, sin concederle siquiera su repulsa pública.

Claro que igual lo hubiesen borrado si llega a declararse enemigo acérrimo del fidelismo. Pero el hecho pondrá sin duda en un doble aprieto a los alcahuetes y comisarios de la cultura oficial cada vez que intenten explicar por qué lo enterraron vivo.

Al referirse a las sonadas revueltas revolucionarias que tuvieron lugar en Europa, en mayo de 1968, Cabrera Infante ha comentado, en su libro Vidas para leerlas: “Para algunos eran divertidos, pero no para los exiliados cubanos en París, que habían huido de una Revolución para sentirse atrapados en una revuelta. Estaban, entre otros, Néstor Almendros y Severo Sarduy sentados en el café Flore, el favorito del escritor y el cineasta, cuando Néstor le preguntó a Severo qué iba a hacer “si ganaban”. Severo respondió: “Quedarme y adaptarme”. Néstor no lo podía creer: nunca soportó el oportunismo, así lo dijo, y Severo, con la misma voz, pero con una inflexión cubana, respondió: “¡Qué va, chica! Estaba bromeando. Si yo soy una gusana del carajo”.

Por supuesto que Severo Sarduy no era un “gusano” corriente, sino un artista extraordinario y con prioridades definidas, por más que siempre rechazara las tomas de posiciones públicas, colocándose (como dijera otro amigo suyo, el pintor Ramón Alejandro) “del lado de la estética más que del de la política”. Quizá por eso los alcahuetes y comisarios de la cultura oficial no renunciaban a la esperanza de traerlo de vuelta al redil. El mismo Ramón Alejandro cuenta cómo “… fue objeto, a partir de los 80, de ciertas solicitudes por parte de las autoridades culturales cubanas, que le habían propuesto publicar algunos de sus libros en la Isla. También podría ir a visitar a su familia en Cuba. Sarduy dudó mucho aunque, finalmente, se negó a responder a esas solicitudes insistentes”.

No gratuitamente, entonces, declararía el propio Severo Sarduy, mediante entrevista de 1986 al crítico argentino Jorge Schwartz: “Ahora por paradójico que pueda ser, y por pura mezquindad, soy excluido de todas las antologías cubanas”.

Había salido de la Isla a fines de 1959, con una beca para estudiar historia del arte en París. Cabrera Infante asegura que los ensayos sobre pintura escritos por Sarduy y publicados por él en Lunes de Revolución le sirvieron para ganar esa beca. “Paseando por los jardines del Louvre, en octubre de 1962 –cuenta el autor de Tres tristes tigres– me dijo (Sarduy) que sus estudios históricos terminaban y planeaba regresar a Cuba. Le dije que sería un error, un horror. Acababa de saber que la persecución de homosexuales se sistematizaba en toda la isla: sería una víctima propicia”. Este comentario, por lo que sugiere el autor, terminó de persuadirlo para que quemase las naves de una vez y por todas. Al hacerlo, asumía la determinación de desarrollar como el apátrida que nunca fue una labor como narrador, poeta y crítico de arte que está inscrita entre las más notables de la segunda mitad del siglo XX, en Cuba y en Latinoamérica.

Sobre su muerte, ocurrida en 1993, también escribió Cabrera Infante: “Con él muere en el exilio (como murió en Cuba con Lezama) la tradición tan cubana del poeta culto que comenzó con José María Heredia a principios del pasado siglo, se continuó con José Martí y culminó con Julián del Casal a fines de siglo”.

Sin embargo, ni su estatus como condenado al exilio por más de treinta años ni su excelsa categoría como poeta culto, consiguieron difuminar en su obra y en su hablar cotidiano las expresiones del cubano genuino, rellollo, que siempre fue. Tampoco la censura, el prejuicio homofóbico y las parcialidades ideológicas de corte tremendista que le acorralaron durante toda la vida, conseguirían amargarlo. Y menos atenuar su innata tendencia a la jodedera y a una cierta frivolidad que en su caso no parece haber servido sino de camuflaje defensivo.

Una anécdota del gran novelista barcelonés Enrique Vila-Matas resume en síntesis la personalidad de Sarduy. En sus días de loca juventud en París, bajo la influencia de Lautréamont, Vila-Matas se esforzaba graciosamente por ser un escritor desesperado y aspirante a suicida. “Hasta que un día –cuenta– me encontré con Severo Sarduy en la Closerie des Lilas y me preguntó qué pensaba hacer el sábado por la noche. ‘Matarme’, le respondí muy circunspecto, con dejo sumamente trágico. ‘Entonces quedemos el viernes’, dijo Sarduy”.


‘Patria y vida’ arriba a los cuatro millones de vistas estableciendo tendencia

El éxito de Patria y vida, el tema interpretado por Yotuel Romero, El Funky, Maykel Osorbo, Gente de Zona y Descemer Bueno, puede consultarse principalmente en Youtube, donde solo en el canal de Yotuel alcanza cuatro millones de vistas en apenas un mes.

Cifra que podría multiplicarse para un estimado global, teniendo en cuenta las miles de vistas de otros canales que reproducen Patria y vida más el hecho innegable de que en Cuba, en considerable medida, los videos populares se consumen en grupo no solo por televisión, sino en dispositivos ligeros como laptops y celulares.

Patria y vida podría ya haber sido proyectada, y este es un ejemplo hipotético, por un millón de televisores y dispositivos ligeros en Cuba, habiendo visto este millón de proyecciones entre tres y cuatro millones de personas.

Millones adicionales que no registrará el contador de Youtube, que solo suma una vista por dispositivo o cuenta.

Esta canción, su indiscutible alcance, ha establecido una tendencia de réplicas oficialistas, memes relacionados, etc., poniendo nacional e internacionalmente en entredicho la capacidad del aparato cultural totalitario para enfrentar, o banalizar, la realidad cubana.

Los pésimos arreglos, textos, coros, ritmos y sonidos en las respuestas musicales a Patria y vida así lo confirman. Y en las no musicales también.


Humberto López, listo para freír

Humberto López… sí, usted que dice que nosotros los periodistas independientes y opositores somos mercenarios y terroristas… hoy le toca en aclarar en la televisión cubana esas imágenes donde se le ve, junto a un ayudante de su padre, en el acto dudoso de transportar hacia su automóvil estatal una caja de aceite.

Por cierto, Humberto, al cubano de a pie que la policía sorprenda con una caja de aceite le acusan de acaparamiento.

Y antes que te pongas histérico conmigo: no estoy diciendo que estabas «robando» aceite, sino que desmientas las fotos, a ver cómo te va en eso.

Te espero a las 8:00 p.m.

Arrestan con violencia a Adrián Góngora y Rafael Vilches, autor de ‘Ángeles desamparados’

Este viernes en la tarde, en Las Tunas (oriente de Cuba), fueron arrestados con violencia los activistas Adrián Góngora y Rafael Vilches, este último reconocido escritor cubano autor de novelas que reflejan el clima represivo imperante en la Isla desde hace 62 años, como Inquisición roja y Ángeles desamparados.

Así lo narra el propio Vilches:

«A las 2:00 p.m. salí de mi casa a buscar algo de comer. Por el camino me encontré con Adrián Góngora. Me acompañó al Mercado El Tunero y antes de llegar nos encontramos a tres inspectores poniéndole una multa a un vendedor de dulces. Uno de los inspectores, al percatarse de la presencia de Adrián, llamó por teléfono a la PNR.

«Salimos de allí y Adrián comenzó a hacer una directa. En el Parque de las Flores, un policía nos dio alcance y nos pidió el carné. Llegaron varios policías, unos uniformados y otros vestidos de civil, que le fueron arriba a Adrián con tremenda rabia para quitarle el teléfono. Lo tiraron al piso, lo golpearon, le retorcieron los brazos y, ya en pie, le pusieron una llave de estrangulación y lo esposaron. Luego, en el jeep 871, nos montaron esposados. También iba un vendedor de plantas que protestó por el abuso de la policía con Adrián.

«Fui amenazado por el agente de la SE que violentó a Adrián. Me pusieron una multa de 2.000 pesos que no firmé, y fui amenazado de que si no la pago en tres días voy preso para el Típico, o deportado para Holguín.

«Según ellos, cada vez que me sorprendan fuera de mi casa seré multado con 2.000 pesos. Me confesaron que mi estancia allí no era casual, y me amenazaron con mis cuatro hijos. Uno de los represores sabía de mis libros, me habló de mi novela Sálvame si puedes y del Premio Reinaldo Arenas. Vaya, le vi la cara al ‘compañero que me atiende’ en la ciudad de Las Tunas. Me tuvieron detenido hasta las 4:00 p.m».

Nota de prensa de ‘Lecturas en tiempo’

Lamentablemente, la edición de ‘Lecturas en tiempo’ de este viernes 19 de marzo se pospone.

Rafael Vilches, nuestro invitado, fue arrestado (violentamente) en horas de la tarde de hoy, junto a su amigo Adrián Góngora, cuando salía en busca de alimentos.

Vilches fue además multado con 2.000 pesos y amenazado con peores represalias si intentaba volver a salir de su domicilio.

Durante el arresto, uno de los elementos de la policía política le dijo: «Ahora que te defiendan tus libros».

Y sí, es cierto. A Vilches lo defienden sus libros, su magnífica literatura, su escritura total. Pero también lo defienden su actitud y su dignidad, y todos aquellos cubanos que viven con la verdad por delante, como el propio Vilches.

Y para que el mundo sepa a quién reprimieron hoy, dejamos aquí, como testimonio, la biografía literaria de este grande de las letras cubanas:

Rafael Vilches Proenza (Vado del Yeso, Río Cauto, Granma, Cuba, 1965).  Licenciado en Educación Artística en Artes Plásticas. Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Premio de poesía Manuel Navarro Luna en 2004 y 2010 con El único hombre (Ed. Orto, 2005) y País de fondo (Ed. Orto, 2011). Premio de Poesía Dulce María Loynaz, en 2018, con el libro La luna entre nosotros.

Ha publicado Ángeles desamparados (Novela. Ed. Bayamo, 2001 / El Barco Ebrio, España, 2012 / Neo Club Ediciones, 2016, EE.UU.), Dura silueta, la Luna (Ed. Bayamo, 2003), Trazado en el polvo (Ed. Holguín, 2006), Tiro de gracia (Ed. Holguín, 2010), Lunaciones (Letrabierta, La Habana, 2012) y Café amargo (Miami, EE.UU, 2014).

También ha publicado las novelas Inquisición roja (Ilíada Ediciones, 2019) y Sálvame si puedes (Premio Reinaldo Arenas 2020). Textos suyos se han publicado, además, en España, Italia, Nueva Zelanda, Alemania, Puerto Rico, México, Honduras, Brasil, Chile, Canadá, Argentina y EE.UU.


Noticiero Facebook: El bloqueo interno contra Karla Pérez

Karla Pérez (Facebook)

En esta serie interactiva, Puente a la Vista cita aquellos posts o comentarios de Facebook que resultan relevantes o aportan noticiosa o argumentalmente a los temas relacionados con Cuba


«Otra violación de la ‘humanísima Revolución Cubana’: a Karla Pérez (Karly Sut en Facebook), una de las más inteligentes periodistas que conozco, mujer valiente como pocas, le acaban de negar la entrada a su país, Cuba. Primero la expulsaron de una universidad cubana por pensar distinto; tuvo la suerte de que una universidad en Costa Rica le ofreciera terminar su carrera en ese país, y allí estuvo cuatro años. Ahora, con el triunfo de haberse graduado con excelencia en esa universidad, decide regresar a su país y los dueños de la finca que es Cuba la dejan plantada en el aeropuerto de Panamá, sin poder regresar a Costa Rica ni poder entrar a Cuba. Espero que todos los colegas periodistas y escritores de la isla que ahora mismo leen esta noticia levanten sus voces para defender los derechos de Karla, que son los derechos de todos nosotros. A mí me hicieron lo mismo en 2005, nadie se enteró porque no había internet como ahora y viví 13 años como apátrida hasta que Alemania me dio la nacionalidad. Por eso sé muy bien lo que siente ahora mismo Karla». Amir Valle

«La Ley de Migración No.1312, modificada por unos cuantos decretos y puesta en vigor el 14 de enero de 2013, en su Artículo 24.1 consta que ‘a los efectos de la entrada al territorio nacional, resulta inadmisible toda persona que se encuentre comprendida en alguno de los supuestos siguientes: (y aquí pondría el inciso que creo se le imputa a Karla) d) cuando razones de Defensa y Seguridad Nacional así lo aconsejen’. Aquí esta ciudadana cubana queda totalmente desprotegida, en un limbo migratorio, en un absurdo espacial e identitario, exiliada, expulsada; y todo por obra y gracia de un Partido y su Contra Inteligencia. Por la voluntad (lo que “aconseja”) de un Comité Central que tiene la impunidad para hacer y deshacer contra los ciudadanos lo que cree correcto para el bien máximo de su gestión como poder, no para el bien común ni para el bien de los ciudadanos mismos. Porque, ¿con quién ellos han contado para decidir qué es lo bueno o lo malo para mi país?». Katherine Bisquet

«Todos los cubanos tenemos derecho a entrar y salir del territorio nacional. Invoco ahora el Artículo 52 de la Constitución: las personas tienen libertad de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio nacional, cambiar de domicilio o residencia, sin más limitaciones que las establecidas por la ley. Espero ver a Karla Pérez regresar a su país, espero ver a todos los cubanos que quieran volver, hacerlo. No necesitan permiso, es su derecho». Carolina Barrero

«Si a alguien le queda duda de la maldad de quienes nos dirigen, de su vocación por el odio, que piense en lo que han hecho con Karla». Mónica Baró



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Convocatoria fotográfica sobre el mito del sistema de salud cubano

Umbrella Art Foundation convoca a fotógrafos/as de todo el mundo a participar en el concurso “Expectativa/ Realidad: El falso mito del sistema de salud cubano”, con obras que expongan las condiciones paupérrimas, el deterioro y el apartheid sanitario que sufre el cubano comparado con turistas y extranjeros; y que muestren el carácter esclavista de las misiones médicas, el falso humanismo de la solidaridad internacionalista y todo lo que se esconde detrás del mito del glorioso sistema de salud en la Cuba comunista.

Participantes:

Podrán participar ciudadanos de todo el planeta con fotografías, en cualquiera de los formatos, que muestran la crudeza de la grave crisis sanitaria que ha atravesado por más de medio siglo el sistema de salud cubano, el cual somete a sus ciudadanos a la carencia de medicamentos, servicios y demás necesidades básicas mientras el mundo toma a Cuba como referencia y cree real el cacareado discurso de la “potencia médica” debido a la propaganda comunista.

Podrán participar:

1-Fotógrafos cubanos residentes en Cuba

2-Fotógrafos cubanos residentes en el exterior

3-Fotógrafos no cubanos

4-Los participantes deberán tener más de 18 años

La inscripción será gratis y el envío de las obras otorga automáticamente el consentimiento del autor

Requisitos:

-Las obras deberán ser enviadas en formato digital.

-Las fotos se entregarán en cualquier formato digital (preferiblemente a 300 DPI). En caso de ser tomadas con un celular o Tablet, 16.9 o 4.3, debe ser con la mayor resolución posible que permita su impresión.

-El envío de los trabajos deberá hacerse a través del correo electrónico [email protected]

La aplicación debe incluir la siguiente información:

-Datos personales: Nombre completo/ edad/ nacionalidad/ lugar de residencia/ correo electrónico/ teléfono.

-Cada participante podrá enviar como mínimo una fotografía y un máximo de cincuenta, con la siguiente información:

Título/ dimensiones/fecha/ y/o especificidades técnicas.

Breve biografía del artista y declaración o sinopsis de la obra.

Legales:

Las fotos que participen en la muestra pasarán a los archivos de Umbrella Art Foundation, que las podrá usar en el momento que lo considere oportuno. Esto no implica la pérdida de derecho de autor de los creadores.

Proyectos seleccionados:

Umbrella Art Foundation se reserva siempre el derecho a admitir o no a los artistas participantes.

Los proyectos seleccionados tendrán la oportunidad de formar parte de la exposición fotográfica “Expectativa/ Realidad: El falso mito del sistema de salud cubano”, la cual se exhibirá en importantes museos e instituciones de los EE.UU. y el mundo, como en la OEA, Parlamento Europeo, Museo de la Diáspora, Víctimas del Comunismo y dentro de eventos internacionales defensores de DDHH.

-Los proyectos seleccionados serán incluidos dentro de los catálogos físicos y digitales de la exposición.

-Los proyectos y artistas seleccionados contarán con un sistema de promoción y difusión de sus trabajos, podrán participar en paneles teóricos e intercambio con otros artistas y su trabajo será reseñado dentro de los textos críticos de la muestra.

-La producción de las obras seleccionadas, en términos de impresión, enmarcado, embalaje y montaje, etc., estará a cargo de Umbrella Art Foundation.

Excepcionalidad:

Considerando la situación sociopolítica que se vive dentro de la Cuba comunista y el riesgo que corren los artistas independientes, se otorgarán estipendios para apoyar a determinados proyectos seleccionados.

Si vive en Cuba y considera que su proyecto merece y necesita nuestro apoyo. comuníquese al correo: [email protected]

Umbrella Art Foundation se reserva el derecho de seleccionar y valorar mediante patrones estéticos y de producción cuáles de estos proyectos cumplen con el criterio para formar parte de este sistema de apoyo.

Advertimos que los cupos para estipendios son realmente limitados, y se otorgarán para proyectos excepcionales.

Reconocimiento:

Los proyectos seleccionados tendrán derecho de participar y ser tomados en cuentas para una serie de reconocimientos especiales que se otorgaran a determinadas obras fotográficas debido a su aporte estético, temático y/o de inserción social.

Atención:

En caso de que alguien falsee sus datos, Umbrella Art Foundation se reserva el derecho a eliminarlo de la exposición. En caso de que algunas de las obras no sean propiedad de quien aplique a la convocatoria, esta persona se verá automáticamente eliminada del certamen. Los fallos del comité de selección serán inapelables.

Fecha de admisión de las obras:

Las obras podrán ser enviadas a partir del 20 de marzo de 2021 hasta el día 10 de mayo del 2021 a las 11:59 de la noche, hora de Cuba.

Para +Info:

+ 1 786 554 5375

+ 1 786 973 8556


Cuba: Represión aterroriza a periodistas y desarticula proyecto independiente

“Dos impresoras, dos laptops, cuatro teléfonos celulares, un tablet, cuatro memorias USB, seis cajas de papel en blanco, tres pomos de tinta y una moto eléctrica marca Águila (propiedad de Yoandy), fue lo que ocuparon”, aseguró al Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) el director de Páginas villareñas, el nuevo proyecto desarticulado por la policía política cubana, el periodista independiente Carlos Torres.

Varios de los periodistas detenidos por la policía política, y que fueron puestos en libertad poco después, se negaron a hablar vía telefónica con Normando Hernández, director general del ICLEP, aterrorizados ante la vigilancia que estaría ejerciéndose sobre ellos.

El propio Torres intentó «comunicarse personalmente con los periodistas y le ha sido imposible, pues se encuentran aterrorizados y rechazan tener cualquier encuentro personal».

“Lo sucedido con los periodistas y el medio Página villareñas ha sido un duro golpe», declaró Normando Hernández. «El más grande desde el 2012, cuando comenzamos nuestro trabajo en Cuba. Los periodistas están aterrorizados. Su director nos informó que le es imposible continuar trabajando y que se ven obligados a cerrar el medio. Sin dudas, nunca habíamos enfrentado una situación similar”.

La ola represiva del régimen contra los medios de comunicación comunitarios del ICLEP se extendió a las provincias de Sancti Spíritus, La Habana y Matanzas.

Para leer la nota completa, clic aquí.


Otro golpe en la mesa: Tras ‘Patria y vida’, ‘Yo soy cubano’

Tras el contundente éxito de la canción Patria y vida, interpretada por Yotuel Romero, El Funky, Maykel Osorbo, Gente de Zona y Descemer Bueno, llega a las pantallas de Youtube Yo soy cubano, con Alexis Valdés y Willy Chirino.

Luego de la serie de respuestas «musicales» fallidas del régimen castrista a Patria y vida, todas ellas de una factura empobrecedora, Yo soy cubano pone en ebullición al personal.

“Cubano, no tengas miedo”, pide la canción en el minuto 5:46.

Este nuevo tema irrumpe en la llamada «batalla de ideas» con una frescura y una gracia inspiradoras, en la cuerda de Patria y vida. “Y no me importa el pasaporte que está en tus manos”.

La canción recuerda a Díaz-Canel y el oficialismo castrista que los exiliados, los nacidos en la isla amordazada desde hace ya 62 años, no necesitan un pasaporte de Cuba para ser lo que son (junto a otras muchas cosas, agregaría yo).

A mitad del video, a Yo soy cubano se suma Arturo Sandoval para redondear, trompeta en mano, un producto de primer nivel.

Casi 140,000 vistas en menos de 24 horas, con 20,000 likes frente a solo 122 dislikes, revelan que la cultura independiente vuelve a golpear, musicalmente hablando, a la opresión totalitaria.

Que la disfruten:

¿’Detrás de la Fachada Reload’ o ‘San Nicolás del Peladero Redemption’?

Dos muchachones en Cubadebate asegurando que Fidel Castro era un periodista en ciernes.

Miguel Díaz-Canel suponiendo que «negros» y «mulatos» son dos especies diferentes.

Enrique Ubieta Gómez afirmando que Fidel Castro era negro de piel clara.

El Ministerio del Interior desfalcando la caja chica para financiar una «cosa ahí» reguetonística/revolucionaria.

Todo en apenas una semana.

Si esto no es Detrás de la Fachada Reload, es San Nicolás del Peladero Redemption.

El Partido Comunista no cree en lágrimas.


Cuba y la enajenación colectiva

Fragmento del libro, en preparación, El huevo de Hitchcock, de José Hugo Fernández


No nos queda sino reconocer que gran parte de la población cubana parece sufrir enajenación colectiva. Y ojalá que sea un padecimiento transitorio. En caso contrario, no resulta estimulante pensar en cómo nos iría cuando llegue el fin de la dictadura.

No debe ser sino bajo los efectos de un grave trastorno que las personas renuncien a los beneficios que proporciona el trabajo y se resignen a vivir del aire, apostando por la inseguridad y aun por la miseria, con tal de preservar ciertos ripios de libertad individual. Que no trabajen porque no encuentran estímulos en los salarios de hambre que se les paga, ayuda sin duda a entender este fenómeno, pero en rigor no creo que sea suficiente para justificarlo. La sociedad cubana está desintegrada. Y tal vez haga falta asumirla desde ese desmembramiento para entender a cabalidad el origen de su enajenación colectiva. El empeño totalitarista del régimen por reducir a los cubanos hasta una especie de tribu ancestral, al estilo de las primeras hordas de antropomorfos, ha terminado exacerbando el individualismo primitivo de nuestra gente y su falta de responsabilidad ya no sólo ante el propio destino, sino ante la historia.

Es un tema que preocupó a los sociólogos y a los psicólogos sociales a lo largo de cientos de años. Precisamente uno de ellos, el célebre Emile Durkheim, lo convertiría en el centro de trascendentales estudios. De acuerdo con Durkheim, la actual civilización existe –representada en sociedades de funcionamiento colectivo– gracias al hecho de que amplios grupos de personas consiguieron unir sus intereses mediante relaciones armónicas y reglas que se fundamentan en una serie de hábitos, tradiciones, conceptos y modos de conducta que les permiten reconocerse como grupos afines y actuar en consecuencia, sin que nadie necesite renunciar a sus aspiraciones como individuos sino al contrario, contando para ello con la comprensión y el apoyo de la comunidad.

Es a lo que algunos llaman conciencia colectiva, justamente a partir de la teoría desarrollada por Durkheim en su libro, de 1893, La división del trabajo en la sociedad. “La conciencia colectiva es resultado de fuerzas sociales que son externas al individuo, que recorren la sociedad, y que trabajan juntas para crear el fenómeno social del conjunto compartido de creencias, valores e ideas que la componen”. Así lo establecía el reconocido sociólogo y filósofo francés en las conclusiones de su estudio, del cual resulta imposible prescindir hoy para comprender las bases del sostenimiento de la civilización moderna, y para constatar como un hecho involutivo que haya personas viviendo enajenadas en sus márgenes, tal y como ocurre ahora mismo en nuestra isla.

El agravante, en el caso de Cuba, es que esa enajenación convierte a las personas en ingobernables, lo que puede ser ventajoso mientras permanezcan dominadas por una dictadura, pero más adelante sería un serio escollo para la aspiración de vivir en democracia.

Como ya quedó dicho, a fuerza de subsistir durante tanto tiempo bajo un poder que le domina en lugar de gobernarle, parece que la sociedad cubana deambula sin brújula ni timón. Un problema bien grave, al cual quizá no hemos prestado toda la atención que merece, ni de nuestra parte ni de parte del régimen. Aunque posiblemente no sea muy tarde para hacerlo. Para nosotros quiero decir, pues para el régimen sí que es tarde.

Justo en los días que corren más de un politólogo ha manifestado preocupación por el agotamiento que exhiben los países en cuanto al control de mecanismos representativos de la democracia. Advierten que esa situación constituye una amenaza para la gobernabilidad, lo que es decir para la vida en civilización. Tal vez exageran. Pero en cualquier caso, pasan por alto ejemplos como el de Cuba, donde la ingobernabilidad no es una amenaza sino un hecho concreto, y no obedece al agotamiento de los mecanismos de la democracia, sino a su aniquilación por vía violenta.

Porque es obvio que la mayoría de la gente en la Isla demuestra estar gobernada únicamente por la inercia. Se ha perdido, o está a punto de perderse esa chispa de inconformidad que rige cada acción entre los seres vivos. A fuerza de fingir, los ciudadanos han ido derivando hacia una suerte de incapacidad ya no sólo para decir las verdades, sino para enfrentarlas o, aun menos, para identificarlas. De tanto ocultar o disfrazar lo que en verdad piensan y sienten, pareciera que cada día disponen de menos aptitud para manifestar auténticos sentimientos. Frente al abandono a que les condena la dictadura castrista, responden abandonándose ellos mismos. Ante la enfermiza manía concentracionaria del poder, oponen la silenciosa picaresca del disimulo y del individualismo. La tan cuestionada pasividad del cubano frente a los abusos del régimen (la que afortunadamente comienza a dar síntomas de reversión), ha estado respondiendo a esa dejadez, a esa inconsciencia que ya es defecto de fábrica. Ante la tesis totalitaria de que el Estado es superior a los individuos, y, por tanto, éstos tienen que ser sus servidores, las probetas para sus caprichosos inventos, quedaron asfixiados en el inconsciente colectivo la espontaneidad y el impulso de originalidad, rasgos eminentemente humanos, cuya ausencia les aplasta hoy, a la vez que demuestra la ineptitud del régimen para gobernar.

Esos grandes y pequeños funcionarios corruptos que saturan todas las estructuras y que, lejos de extinguirse al ser aplastados, se multiplican como las lombrices. Y esa abulia generalizada entre la gente de a pie ante los llamados al orden, ante el cumplimiento de la ley, o ante la perspectiva de cualquier compromiso, sea para apoyar con hechos los planes oficiales o para rechazarlos, no es sino consecuencia directa de la ingobernabilidad de los cubanos, posiblemente el más nefasto de los males que heredaremos del fidelismo. En apariencia, la gente está dispuesta a obedecer todo lo que se les ordene y a sufrir resignada lo que le impongan, pero si bien se mira, no deben abundar en el mundo pueblos tan desobedientes y descreídos como el cubano. Tampoco abundarán los que estén resueltos a pagar por ello un precio tan alto.

No es que fuéramos perfectos antes de 1959. Ciertamente, hay deformaciones del carácter y de la conducta que vienen acompañándonos desde el inicio mismo de nuestra nacionalidad. Algunos incluso han sido suficientemente descritos y estudiados en épocas anteriores. Bastará con recordar el muy conocido ensayo Memoria de la vagancia en la Isla de Cuba, donde José Antonio Saco analiza el modo en que vicios deformadores como el juego estaban incidiendo significativamente sobre el desapego al trabajo entre los cubanos del siglo XIX. También se refiere Saco a otras lacras como la corrupción administrativa y la falta de orden público. Sin embargo, tales anomalías eran en gran medida insuficiencias propias de una nación que había nacido y apenas comenzaba a madurar socialmente bajo el dominio colonial y esclavista, los que lejos de propiciar su desarrollo, lo impedían. No obstante, y aun cuando no sea equilibrado establecer comparaciones entre dos momentos y circunstancias históricamente lejanos y distintos entre sí, resulta imposible pasar por alto que las dimensiones de la holgazanería o de las otras torceduras descritas en Memoria de la vagancia en la Isla de Cuba no eran ni tan extendidas ni tan graves como las que se evidencian hoy en Cuba a simple tiro de ojo, ya que no se dispone todavía de un estudio serio y confiable para argumentarlo.

No es que no hayamos avanzado mucho desde los días de Saco, lo cual ya sería escandaloso de por sí. Es que luego de haber conseguido enderezar el rumbo civilizador en la etapa republicana, todos los índices de progreso histórico se detuvieron con el advenimiento de la revolución de 1959. Y después han estado reculando estrepitosamente por más de medio siglo bajo la bota del totalitarismo fidelista.

Además, tales índices no se refieren sólo a las deformaciones descritas en el ensayo de Saco. Hoy son muchas más. Abarcan en suma todas las actividades y las manifestaciones socioeconómicas del país. Empezando, desde luego, por la holgazanería, que es producto estrella del socialismo y su más eficaz instrumento de dominio.

Ya se sabe que Lenin no trabajó nunca, y que mientras se preparaba para su único empleo, el de alucinado profesional, comió y vistió durante 30 años con las remesas que le enviaba su madre a distintas ciudades de Europa. Marx también estuvo muy lejos de ser un modelo como trabajador. Se cuenta incluso que jamás vio una fábrica por dentro, ni de visita. Stalin no hizo más que dedicarse a imponer su estalinismo a sangre y fuego. Mao Zedong otro tanto. El primero y último trabajo estable que realizó Fidel Castro en toda su vida fue el de líder de una revuelta de holgazanes, entre cuyos legados sobresale hoy el total aniquilamiento del respeto y la dedicación al trabajo que durante mucho tiempo había estado caracterizando a nuestra gente en Cuba.

No acabo de entender a esta crema encaprichada en gastársela como la vanguardia de los trabajadores del mundo sin que se le haya ocurrido trabajar alguna que otra vez, aunque no fuese más que por aquello de que solamente se aprende a capar cortando huevos.

No todos los llamados Comandantes de la Revolución eran señoritos sin oficio antes de irse a la Sierra Maestra. Algunos trabajaron. Pero en 1959 llegó el líder y mandó a parar. Hace más de sesenta años que no disparan un chícharo. Eso no es serio. ¿Cómo es posible que una persona que conoció por sí mismo el valor material y los beneficios morales del trabajo, acepte sin el más mínimo sonrojo un estatus de millonario condicionado por el robo y por la explotación abusiva del esfuerzo de otros que han trabajado como bueyes sin tener acceso siquiera a dos comidas calientes por día, digamos a base del elemental tasajo con boniato que era el plato común de los esclavos en tiempos coloniales?

Cuando en un futuro (ojalá no lejano) se intente estudiar el cuadro de invalidez general que ha sumido a Cuba en la ruina económica, pulverizadas todas las estructuras, las tradiciones y los valores identificativos, y con la mayor parte de la población sin ánimos y sin interés por emprender la recuperación, estoy seguro de que todos los caminos conducirán al día en que el trabajo extravió su verdadera función y empezó a convertirse, como todo lo demás, en consigna hueca, perdiendo su significado como propiciador básico de la existencia y como generador de progreso. Y todo por obra de un sistema de dominio que luego de sacarle el sumo a los trabajadores, eligió hacerse fuerte a costa de su apatía ante la lucha por la vida, estimulando la falta de esfuerzos y de iniciativas, premiando la grisura de intelecto y amoldándoles a la idiosincrasia del rehén, a quien se le “asegura” la vida, precariamente, sin que tenga que mover un dedo, a cambio de que no se rebele. Cuando se arribe a tales conclusiones, y se vea que los culpables de la debacle se auto-titulaban líderes del pueblo trabajador, habrá llegado el momento de prescindir de los historiadores y llamar a los psiquiatras para que rescriban nuestra historia.

Es realmente difícil (yo diría que imposible) hallar en nuestro hemisferio otro país donde se trabaje menos que en Cuba, y donde, a la vez, los trabajadores acumulen tantas quejas y frustraciones, lo que es decir, tan pocos motivos para celebrar. Sin embargo, el primero de mayo, llamado Día Internacional de los Trabajadores, alinea allí entre las grandes celebraciones del año, motivo de masivas marchas y concentraciones populares, que deben ser celebrativas por ley, sin la menor protesta ni demanda.

Es muy posible que la nuestra sea la única nación del planeta donde el trabajo ha perdido su incentivo como propiciador básico de la existencia y como generador del progreso, descontando, claro, sus pérdidas como formador moral y espiritual. Lo que ha tenido lugar en la Isla, a lo largo de más de seis décadas, es la institucionalización paulatina pero implacable de la vagancia como parte de un sistema de poder que, más que explotar nuestro trabajo, eligió hacerse fuerte induciéndonos la abulia y el parasitismo. Ni a Hitler, ni a Stalin, ni a Lenin, ni a ninguno de los ambiciosos y envilecidos reyes o emperadores que en este mundo han sido, se les ocurrió lanzarse con una coartada tan chapucera pero a la vez tan efectiva para atornillarse en el poder.

Quizá tampoco ninguno entre ellos habría conseguido hacer funcionar tan bien y durante tanto tiempo un sistema que se sostiene, sin avanzar pero sin que acabe de hundirse, no con el trabajo de la gente que esclaviza, ni con la eficacia de su propia gestión económica, sino a través de la doble subvención parasitaria: desde el exterior hacia el régimen y desde el régimen hacia sus dominados, pero en brutal desproporción.

Mucho se habla y escribe al respecto, pero me temo que este fenómeno no haya sido estudiado suficientemente, en todos sus resquicios, como lo que verdaderamente es: la causa primera y fundamental de las desgracias actuales del país y su mayor hipoteca de cara a un futuro que cada vez se avizora más cercano y también más dramático.

El desapego, la falta de hábito y el abierto menosprecio que manifiestan ante el trabajo la mayoría de los cubanos –y no sólo los más jóvenes, como suele decirse– puede contar con fuertes atenuantes justificadores, pero ello no nos impide estar situados en la cola de la civilización, ni evita que veamos el futuro democrático mucho más engorroso y traumatizante de lo que tal vez hoy estamos dispuestos a reconocer.

Podemos seguir buscándole la quinta pata al gato a la hora de explicar por qué la mayor parte de las tierras fértiles del país han permanecido yermas durante decenios, o por qué nuestras producciones de bienes materiales no se acercaron jamás a la suficiencia, como no fuera en los informes de la prensa oficial. Pero el motivo es uno, único por la contundencia sobre los demás: la función del trabajo, según su real significado, o sea, en tanto conducto para el desarrollo y herramienta para la conquista de la independencia individual –por limitada que ésta fuere, y ya sea independencia ante el entorno natural o ante las trabas impuestas por los hombres–, ha sido sistemáticamente enrarecida entre nosotros. No, como suele afirmarse, gracias a una larga cadena de torpezas administrativas, ni a fallos graves en el sistema de educación, sino a lo trazado por un meticuloso programa de dominio dictatorial.

Todavía hoy, uno no sabe si llorar o hacer gárgaras ante el espectáculo de un grupo de ancianos caciques cayéndose en pedazos, sin disposición para dar un solo paso al frente, pero listos para continuar parapetados hasta el fin tras sus insultantes equivocaciones. Y ellos son quienes nos hablan sobre la necesidad de revitalizar el espíritu del trabajo y la lucha contra la corrupción. Desde luego que el trabajo deberá ser medicina de urgencia para los males generados por muchas décadas de abulia y de múltiples involuciones con respecto al mundo real. Pero no hay forma de que lo asumamos con seriedad si antes no mandamos definitivamente para el basurero de la historia a quienes, con plena conciencia, impunemente, nos privaron de la primordial y más enriquecedora entre todas las virtudes de los seres humanos: las ganas de trabajar.

¿Serán capaces los historiadores del futuro de establecer con precisión el  daño ocasionado a nuestra economía por el colosal e improductivo aparato de administración y represión de la dictadura castrista? Yo creo que no. Pero tal vez sí podamos concluir desde ahora mismo que Cuba no saldrá de la crisis en que agoniza desde hace decenios si antes no logra deshacerse de ese barril sin fondo que es el parasitismo institucionalizado.

Se trata de un mal endémico del régimen. Nació apenas iniciado su dominio, en los años 60 del siglo XX, y fue creciendo incesantemente a través de las décadas, como la socorrida bola de nieve (o de mierda): mientras más vueltas daba, mayor era su volumen, hasta llegar a convertirse en un monstruo de insaciable apetito. Luego, para colmo, desde las entrañas de ese Polifemo tragón que es el sistema de dictadura totalitarista, creció otro parásito monstruoso, que es su contingente de burócratas y represores. ¿Quién podría calcular la cifra exorbitante de miembros activos del Ministerio del Interior, de sus copartícipes con sueldo o prebendas dentro de las instituciones estatales, y de sus agentes de plantilla, aunque encubiertos, en el exterior o interior del país? ¿Mediante qué estadística oficial sería posible consultar los enormes gastos que generan, tanto en dinero contante y sonante como en especias, los colaboradores de nuestra dictadura en Europa o en América?

Eso por no hablar de los cientos de miles de paramilitares que cada día despliegan en las calles con el único e inútil objetivo de vigilar a la población y de asfixiar a la brava la menor manifestación de protesta o descontento.

¿Podremos conocer algún día el monto real de las dilapidaciones, tanto en salarios como en otros gastos, de organismos parásitos como los gigantes FAR, PCC, CTC, UJC, CDR, FMC…? El edificio del Ministerio de la Agricultura, en La Habana, tiene 16 plantas de oficinas repletas de burócratas, más innúmeras delegaciones en cada provincia, pero en los mercados cada vez hay menos viandas y frijoles. El del Ministerio de Transporte tiene 10 plantas, además de cuantiosas sucursales en toda la Isla, pero jamás ha funcionado debidamente el transporte público, ni en La Habana ni en ningún rincón del territorio nacional, ni aun en tiempos de la total subvención soviética.

La necesidad de importarlo todo, no obstante las muy reducidas demandas de consumo de una población acostumbrada a la pobreza extrema, ha constituido en los últimos decenios otra de las grandes tragedias de nuestro país. La dictadura depende de las importaciones para abastecer el mercado con migajas de la peor categoría. Y como no es capaz de producir ni siquiera lo mínimo indispensable, se ha visto impelida a vaciar los hospitales y los policlínicos para exportar sus recursos médicos, en una maniobra parasitaria y neo-esclavista sin precedentes en la historia del mundo moderno.

El monopolio estatal de las inútiles capacidades de producción, mediante el racionamiento del producto, en combinación onerosa con la poca demanda, ha permitido al aparato dictatorial reducir al máximo las exigencias poblacionales, de manera que el Estado pueda seguir ejerciendo su vocación de parásito que emplea a otros innumerables parásitos para mantenerse. Es la fórmula mágica del barril sin fondo.

Cuando llegó el momento de reducir empleos, metió la manga al codo con la gente del montón, puesto que le sobraba, luego de pasarse la vida inflando plantillas improductivas para fingir que en Cuba no había desempleo. Sin embargo, por cada trabajador que fue a la calle, eran empleados dos nuevos inspectores y por lo menos tres policías. La cartera de ofertas para empleo en los organismos de represión es como los cementerios: su convocatoria no cierra nunca, siempre cabe otro, por más que sumen. Y los salarios fijados para ellos sobrepasan los de cualquier categoría profesional.

¿Llegaremos a tener algún día pleno conocimiento de causa sobre la retranca impuesta al desarrollo de nuestro país por la epidemia de enajenación colectiva a la cual nos precipitaron semejantes engendros del fidelismo? Lo dudo. Pero ya que no podríamos esperar más, ¿nos queda por lo menos la esperanza de que los responsables de tanto desmadre sean obligados a comparecer alguna vez ante los tribunales?

Uno de los peores precedentes que generan las dictaduras totalitaristas radica en el hecho de que nada parece anormal donde todo lo es. Y ello representa un gran obstáculo para el ejercicio de la ley, a la vez que también enrarece y desvirtúa el procedimiento de la historia. El ejemplo más notable, y muy posiblemente el mayor entre todos los generadores fidelistas de enajenación colectiva, es la corrupción, la cual, a fuerza de anegar absolutamente todos los conductos y todas las fuentes de actividad económica en el país, llegaría a convertirse en tara idiosincrática del pueblo.

Parece que ante la imposibilidad de cambiar tal situación, a la dictadura no le quedó sino cambiar el alegato para su defensa. Así que ha procurado apelar a la historia, utilizándola como idóneo chivo expiatorio para falsearse a sí misma. Pues, según varios analistas adeptos al aparato dictatorial, la corrupción administrativa que sufre hoy Cuba no nació con el fidelismo, ni es compatible con su ideario, sino que forma parte de nuestra génesis como nación. Ellos sostienen que en 1510, cuando los españoles comenzaron la colonización de la Isla, traían ya en sus carabelas el fantasma de la corrupción. Se trata de ese tipo de medias verdades utilizadas por los pícaros para construir mentiras completas.

Lo malo para los mentirosos es que aun cuando el relato histórico resulte sensible a la manipulación, no sucede lo mismo con ciertas realidades que discurren en tiempo real delante de nuestros ojos. De modo que habría que estar ciego para no reconocer que: a) nunca antes en la historia de nuestro país, desde los tiempos coloniales, la corrupción permeó y pudrió como hoy todas las estructuras económico-sociales, estando a cargo, con mando absoluto y sin contrapartidas institucionales; b) que mientras en otros tiempos (o en otros escenarios nacionales de ahora mismo) la corrupción actúa como excrecencia, entre los cubanos se presenta orgánica y sistémica, sustituye al trabajo y a su agente natural, la eficacia económica. Es un fenómeno tal vez sin precedentes en todo el planeta, o al menos no los tiene en nuestra historia, aun cuando retrocedamos a buscarlos entre las carabelas españolas.

Como las hordas invasoras de Atila o las de Pánfilo de Narváez, los rebeldes de la Sierra Maestra llegaron a La Habana y se adueñaron, para su uso privado, de las residencias, los automóviles y otras muchas posesiones de los ricos cuya ciudad habían conquistado a la brava. Esa y no otra es la raíz del muy particular caos corrupto que hoy pudre todo el tejido socio-económico en nuestro país. Cada proceder, cada discurso, cada ley del régimen fidelista, durante más de seis décadas, no han sido sino derivaciones de aquella apropiación invasora. Atila o Pánfilo de Narváez no dispusieron jamás de tanto tiempo ni de tan ilimitadas oportunidades para exprimir hasta el hueso los territorios conquistados. El poder absoluto corrompe absolutamente. Y son pocas las aventuras de conquistas en las que el vencedor fue favorecido con tan omnímodo poder.

Inevitablemente provoca una sonrisa que entre las políticas adoptadas por el régimen para combatir la corrupción administrativa y fortalecer la institucionalidad, los especialistas de marras mencionen la creación de la Contraloría General de la República, una entidad que viene siendo más fantasma que aquel que vino en la calaveras de los españoles. Guiarse por el número de funcionarios, administradores y aun de ministros que fueron sustituidos, para concluir que el régimen cubano se ha empeñado en librar una exitosa pelea contra la corrupción, no sólo es erróneo, también es un error muy poco creíble como tal. La única manera de avanzar más o menos convincentemente en el control de las prácticas corruptas –que ya forman parte de nuestra nueva moral, de nuestros hábitos y tradiciones– es partiendo de un cambio radical en las estructuras políticas y económicas. Pero eso no lo contemplan los estudiosos adscritos al oficialismo. Dios los libre.

Prefieren continuar utilizando como pantalla las falsas estadísticas y los amañados informes que algunas instituciones internacionales (sean cómplices propiciatorias o manipuladas por el régimen) se han dedicado a publicar durante años sobre los índices de desarrollo humano en Cuba. La cínica componenda, bien estructurada y oportunamente puesta en órbita, puede convertirse en hecho histórico. Maquiavelo lo tenía claro, así que cuánto mejor aprendido no lo tendrán los caciques del fidelismo, que son alumnos suyos aventajados. De modo que luego de hacer trizas casi todos los fundamentos para el desarrollo humano en nuestra islita, se han dedicado, con esmero paciente y frío, a dorarle la píldora a reconocidas organizaciones como la ONU, la UNESCO o la UNICEF, y, por su conducto, al ámbito académico internacional y a los ambientes intelectuales, para redondear el embeleco, haciéndole creer a una porción del mundo civilizado que su dictadura, involutiva y aun salvaje en más de un aspecto, ha representado un proyecto revolucionario de carácter humanista y  emancipador.

A los historiadores y a los sociólogos o antropólogos o psiquiatras del futuro corresponderá explicar cómo, mediante qué artilugios de la insana política, lograron llevar el gato al agua. Pero lo cierto es que Cuba ha estado ocupando el lugar 67 entre los 188 países que tributan informes al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, por lo cual sobresale como exponente de desarrollo humano. Uno no sabe si reír o llorar ante el dato, pero así consta, lo cual sirve de referencia tanto para los casposos académicos como para la intelectualidad cómplice.

Aunque esté de más, habría que puntualizar que, según lo conceptuado por la propia ONU, el desarrollo humano de cada nación se mide, ante todo, por la posibilidad del grueso de los habitantes para llevar una vida que cubra sus expectativas y que les permita desarrollar todo su potencial como seres humanos. Y así tenemos que un país donde la única ilusión de la juventud es huir hacia el exterior en busca de su crecimiento material y espiritual; o donde los ancianos constituyen una carga que nadie puede echarse encima y, por tanto, ante la que nadie se conmueve, empezando por el estado; o donde los ciudadanos son excluidos, acosados, encarcelados por sus ideas políticas; o donde el trabajo ha perdido su función como sustento de la existencia familiar y esencia del progreso… Ese país alinea como paradigma de desarrollo humano.

Lo sorprendente no es que el régimen amañe sus estadísticas, sino que tales instituciones las tomen como fidedignas y además las reproduzcan y las premien, sin que se les haya ocurrido emprender verificaciones independientes, in situ y a fondo, en tanto paso previo para sus conclusiones, que tienen carácter científico.

Algunos otros parámetros que se utilizan como guía para medir el desarrollo humano de un país son: una economía sólida, basada en tecnología de punta para hacerla funcionar; sociedad civil e instituciones democráticas autónomas y fortalecidas; igualdad entre las personas, al margen de cualquier prejuicio; fin de la discriminación por motivos de género, raza, origen étnico, económico o religioso; libertad de expresión; eliminación del temor ante las detenciones arbitrarias y otros actos violentos por razones políticas; eliminación de la miseria; libertad para desarrollar y materializar plenamente el potencial de cada individuo; eliminación de la injusticia y de las violaciones del estado de derecho; posibilidades y garantías para disponer de un trabajo decoroso y sin explotación… Quienes se tomen la molestia de sopesar estos parámetros, ya me dirán si encuentran, no en todos sino aunque sea en uno solo de ellos, fundamentos para proclamar a Cuba como ejemplo de alto desarrollo humano.

Pero, en fin, ya quedó dicho que el papel aguanta todo lo que le escriban. Aunque menos se dice, pero es verdad mayor, que no resulta difícil ejercer la autoridad y medrar desde ella. Lo difícil es conseguir que el ejercicio de la autoridad se corresponda con el de la credibilidad, pues no suelen ir juntos, por más consonantes que sean, y a pesar de que sólo así la autoridad alcanza su real autentificación.


Noticiero Facebook: ‘Plantados’, de Lilo Vilaplana, desnuda las entrañas del castrismo

En esta serie interactiva, Puente a la Vista cita aquellos posts o comentarios de Facebook que resultan relevantes o aportan noticiosa o argumentalmente a los temas relacionados con Cuba


«Si en algún momento sientes que las fuerzas no te dan para seguir luchando por Cuba, sólo haz un alto en tu vida y mira la película Plantados. No lo dudes, tendrás un nuevo ímpetu para querer acabar con la dictadura». Joanna Columbié

«Plantados, que se produjo con el 90 por ciento de actores cubanos del exilio que viven en el sur de La Florida, tuvo un elenco formado además por colombianos, venezolanos, argentinos y puertorriqueños. La producción estuvo asesorada por conocidos ex prisioneros cubanos como Ernesto Díaz Rodríguez, quien fue condenado a 40 años de cárcel en Cuba en 1968, de los cuales cumplió 22 años, así como Manuel Antonio López, condenado a 30 años, de los que estuvo tras las rejas 28 años y tres meses. Otros ex prisioneros también colaboraron con Vilaplana». Jesús Hernández Cuellar

«Gracias a Lilo Vilaplana y al elenco artístico que hizo posible una obra de incuestionable patriotismo, con escenas impactantes que serán un recordatorio imposible de eludir; Plantados merecería la gratitud del pueblo cubano, especialmente la del exilio, porque es un acto de justicia hecho con la poesía de la verdad». Suanet Alfonso

«Acabo de ver Plantados. Las imágenes, los tipos de celdas de castigo, el trabajo dentro de las zanjas de excremento, la violencia, las huelgas de hambre y los gritos, los gritos de los fusilados, todo coincide con lo que contó Noble Alexander en su libro Moriré libre. Lo leí hace par de años. Me dio horror. Algo de esa imagen poética de La Cabaña, sus libros y su aire de mar, cambió en mí para siempre. Quisiera volver a La Cabaña cuando también exista allí un muro con los nombres y las fotos de los fusilados. Porque la historia mutilada es mera manipulación. Y sí, que sigan las letras, los conciertos y el cañonazo; hacer oda al rencor y la falta de perdón es fatal para el alma. Pero ojo: no hay paz sin justicia». Yaiset Rodríguez Fernández

«Plantados narra las entrañas del castrismo, revuelve el fondo de la cubeta donde fermenta el excremento. Porque eso espera siempre en el fondo a los historiadores e investigadores interesados en revelar la verdadera esencia del régimen vigente en Cuba, su auténtico espíritu: excremento en cantidades industriales. La trepidante película dirigida por Lilo Vilaplana, implacable durante sus casi dos horas de proyección, nos recuerda además que estamos contemplando historia viva: en este 2021 la isla comunista continúa repleta de cárceles y las cárceles de presos políticos, algunos reconocidos, otros, los más, ni siquiera archivados como tales». Armando Añel


El caudillito

El caudillo español en Cuba creó, de alguna forma genética, a los caudillitos. Cada cubano tiene un caudillito dentro, una verdad, una razón, una división. Es un asunto psíquico aparentemente hereditario. Aunque el individualismo del líder y el divisionismo como tal son temas universales, que andan de la mano, de España le viene a América Latina. Y en específico, y en mucho, en los cubanos se extralimita para pasar de la divergencia a la disidencia y ya, de una manera muy negativa, a la discordia.

Nos damos a opinar como en un arrebato irrefrenable, en todos los temas posibles, con todos los argumentos que puedan pensarse. Es como que en nosotros prima el sentido del caos… todos opinamos (yo, tú, él/ella, nosotros, vosotros, ellos/ellas, opinamos), con frecuencia, sin control. No se puede negar que el cubano discute de manera afiebrada y escandaliza, y la voz se va a las alturas, una voz por encima de la otra, a ver quién escandaliza más fuerte, y se disgrega en las conversaciones, cambia de tema con una rapidez inusitada, y esto lo hace de una manera natural. Otras, con el sentido también natural de hacer valer una opinión noble y válida, de contradicción armónica.

En este tipo de sustentación con criterio agudo, veraz, de argumentación polarizada pero bien encauzada, la característica del caudillito, ese diablito buena gente que se sale del inconsciente -¿o del consciente?- y se posa sobre tu hombro para decirte cómo van las cosas o por dónde hay que tomar, hace que el hecho hereditario se torne brillante, se conforme en cualidad discrepante que da paso a resultantes de pensamiento múltiple.

De aquí entonces que, con la divergencia y la disidencia, el cubano tenga una potencialidad democrática en su propia naturaleza. Pero cuando ello se distorsiona, cuando el genio del ego sale, entonces asoma ese caudillo hispano de Velázquez, de Cortés o de Alvarado, y el sentido discrepante se convierte en empresa loca, en misión endiablada como la de Lope de Aguirre en busca de El Dorado, en aventura implacable, en sino despiadado y destino adverso, trasmutado por no se sabe qué genética neuronal a Fidel Castro. El carisma del engendro encuentra así, en lo militar y lo político, una vía y voluntad de ser.


Noticiero Facebook: Proceso contra Carolina Barrero continúa en Cuba


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«La historiadora del arte Carolina Barrero estuvo detenida el lunes 8 de marzo dentro de una patrulla en el parqueo del Hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana. Las autoridades le prohibían salir de su casa. ‘No podemos consentir el arresto domiciliario arbitrario. Queremos un estado de derecho y justicia social’, defendió la joven del movimiento 27N tras ser liberada». Diario de Cuba
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«Estuve detenida dentro de una patrulla en el parqueo del Hospital Hermanos Almejeiras. Me propusieron traerme a casa y que permaneciera sin salir. Me negué. Les dije que iba a salir siempre, que no había motivo para que tuvieran patrullas en nuestras casas. Al rato me dijeron que me retiraban la custodia policial, que podía salir, y me aseguraron que también se la quitarían a los otros. He sabido que a algunos les retiraron la custodia y a otros no. No podemos consentir el arresto domiciliario arbitrario. Queremos un estado de derecho y justicia social». Carolina Barrero

«Los ciudadanos cubanos tenemos el derecho y el deber de juntar la creatividad y la coordinación para evitar el ensañamiento de los militares cubanos con Carolina Barrero. La Seguridad del Estado busca neutralizar a la mujer cubana que, en persona, presenta un tremendo desafío legal en nombre de muchos cubanos». Pedro Benítez

«12 de marzo. Apenas abrí la puerta ya venían a por mí. Me condujeron hasta la unidad policial de Santiago de las Vegas, en el extremo oeste de la ciudad. Allí llegó la teniente coronel Kenia Morales Larrea, instructora del proceso penal por delito de ‘Clandestinidad de Impresos’ (Artículo 210 del Código Penal), que el pasado 4 de febrero iniciara con una acusación suya en la unidad policial de Infanta y Manglar. Hasta allá fue hoy para advertirme sobre dos cosas, el proceso penal en curso, ahora en fiscalía y con fecha máxima de resolución 24 de marzo, y sobre mis publicaciones y mi participación ciudadana en la defensa del derecho de manifestación y protesta. La teniente coronel me explicaba que no permitirían la protesta pacífica en las calles con carteles que considerasen agresivos con la Revolución. Le dije que no había nada de agresivo en pedir, por ejemplo, una ley de protección animal, o un cartel que dijera simplemente ‘por el derecho de manifestación y protesta’, que ya recogen los artículos 54 y 56 de la Constitución. No sé si en algún momento llegó a contemplar ese lugar común donde todos podemos debatir y decidir. Al final le dije que el derecho de la Revolución a existir no puede estar por encima del derecho de los ciudadanos; la legitimidad de los gobiernos no se gana a base de miedo, control y represión, sino en la defensa plena del derecho de sus ciudadanos por encima de todo bien. Si por sostener y defender estos principios quieren acusarme y procesarme, que lo hagan, yo voy a salir siempre». Carolina Barrero


Hay dos diálogos y millones de voces

Respetemos a todas las plataformas que proponen cambio o nunca tendremos democracia y seguirá fortaleciéndose la idea de los 62 mil milenios. Para la gente antidiálogo, que se empeña en repetir la consigna de que «no se dialoga»: ¡por favor, dejemos la inmadurez!

Hay dos diálogos. Uno en el que usted gana y otro en el que puede perder. Usted, como es lógico, si es inteligente, se propondrá establecer uno en el que venza al adversario, o sea, al PCC que lleva 62 años sin diálogo, de monólogo absoluto, y que agradece más que nadie que no lo obliguen a dialogar.

Ya basta con el absurdo argumento de los diálogos que no funcionaron en el pasado. Usted puede proponerse ser protagonista de su diálogo, de su llamado a contar a la fuerza antagónica.

A los amigos que quieren cambio en Cuba: ayudemos a ganar plaza, a ganar pueblo. No le hagamos la contra a quienes están dando un empujón para ver si acabamos de dejar atrás tantas décadas de comodidad y discurso fácil, sin interlocutores, de quienes se han establecido como dueños de la palabra.

En el mundo entero se dialoga a diario porque hay congresos, senados, asambleas o parlamentos pluripartidistas. Los comunistas se lo robaron todo en Cuba, y están muy cómodos de una sola voz y un solo oído.

Diálogo para que ellos queden mal al no aceptar un diálogo justo y civilizado.

Diálogo porque, por cada celular que nos arrebate un ministro, ganaremos miles de seguidores y ellos volverán a sus almohadas llenos de cargos de conciencia.

Diálogo porque el mundo nos mirará como nunca antes, nos visibilizará y apoyará dado que Occidente sabe dialogar y el PCC no. Porque es hora de dejar atrás la herencia bolchevique de país donde solo hablan, discuten y proponen los del Partido Único.

Diálogo porque somos un partido opositor, un movimiento disidente, una prensa alternativa que se ha ganado el derecho de ser escuchada.

No diálogo de complacencia. Diálogo para reclamar. Para gritar en la cara del oponente: ¡tenemos derecho a tener derechos!

Por favor, respetemos y comprendamos, más allá de una frase, el mensaje martiano: «Con todos y para el bien de todos».

¿Usted tiene otra propuesta? Aplausos y más aplausos. Siga adelante con ella, pronto se unirán la suya y la del otro. Y del otro. Y del otro. No ataque a su hermano de lucha. El enemigo es el PCC como partido en dictadura. No lo pierda de vista.


Homenaje póstumo al amigo que me ha honrado

La desaparición física del destacado escritor cubano Arnoldo Tauler, me sorprendió mucho. No tuve noticias de que padeciera alguna enfermedad. Me sorprendió también que no apareciera ni una simple nota sobre su fallecimiento en ningún medio, y me enteré tarde de su muerte ocurrida el pasado 15 de febrero de este 2021, a la edad de 84 años, aparentemente de un ataque cardiaco, según me dijo su hijo Jesús desde La Habana. Me enteré por un soneto publicado en Facebook que le dedicó in memoriam el actor y poeta cubano Erwin Dorado. Y pensé que era una broma.

Nos comunicábamos a menudo y cada vez que iba a Miami nos encontrábamos. Así es la vida. Tanta guerra. Tanto «silencio competitivo». Tanto luchar para morirse igual. Y todavía no aprendemos y nos peleamos hasta por la más mínima mierda. Oriundo de Santiago de Cuba, vivía desterrado en Miami con su familia, y escribía y se presentaba con modestia a pesar de ser un escritor incansable y exitoso, y además un excelente director y guionista de programas de radio y televisión. Su voluminosa obra da prueba de esto. Libros como El caracol manchado y El pescador de fantasías y otros cuentos, nos atrapan de principio a fin. Hizo con el lenguaje y su estructura lo que le dio la gana hacer, hasta hacerlo propio. Se adueñó de la palabra viva y “abusó” de ella hasta convertirla en literatura.

No era muy adicto a los eventos y sin embargo me hizo el honor de presentar mi libro Cuentos de la prisión más grande del mundo en mi primera aparición en el V Festival Vista de Miami, el 10 de diciembre de 2016. Pensé que con mi invitación lo podría estimular a seguir participando. No lo logré. Sin embargo, supo lo que es ser amigo y con esa virtud a cuestas se fue al otro mundo sin despedirse de mí.

Me enviaba y dedicaba siempre con orgullo sus libros. En su novela Quetzal, escribió: Para mi hermano Ismael Sambra, esta, mi mejor obra literaria, bendecida ya porque lleva delante, como bandera victoriosa, tu valioso y poético exergo. Un abrazo. Arnoldo. Y precisamente mi presentación en el evento de Miami la comenzó con este exergo.

Mi dolor y reconocimiento póstumo van con él y con la publicación de esta presentación que hizo de mi libro, y que hasta ahora permanecía inédita. Honor eterno al amigo eterno. EPD.

Breves notas para presentar un libro de obligatoria lectura

Deseo iniciar esta presentación con palabras propias del autor de este libro Cuentos de la prisión más grande del mundo, el poeta y narrador Ismael Sambra: “¿Quién le dijo que no a la palabra?/ amiga aquí te tengo/ aquí te reproduzco/ aquí te alcanzo…” (Hombre familiar o Monólogo de las confesiones).

Con este libro de cuentos Sambra niega, rechaza y vence el silencio que le impuso una injusta prisión, y, tras apoderarse del derecho a esa palabra por la que ha sido condenado, la reproduce con verdadera maestría para entonces alcanzarla en toda su significación, no sólo literaria, sino también testimonial.

Y es que este libro, narrado sin barroquismos ni rebuscadas metáforas, impone su retórica sencilla, al estilo de Onelio Jorge Cardoso, para darnos a conocer doce desgarradoras historias, relatadas por los que sufrieron los rigores y el maltrato de las prisiones cubanas y por el propio autor, quien también fue víctima del abuso. Ni la humillación ni la maldad pudieron vencer la fe en la libertad de la que fueron arbitrariamente despojados.

Esta es una obra escrita con pedazos del corazón, pues, en su encierro, Ismael Sambra, como en un rompecabezas, tuvo que ir sacando de entre las rejas, gracias a la ayuda de custodios y familiares, los fragmentos de lo que luego sería esta digna y al mismo tiempo dolorosa evidencia que hoy puede mostrar con orgullo en forma de libro.

Es así que Sambra libera la palabra para demostrar con valentía que las ideas no se pueden encarcelar. Con esa naturalidad propia de quien reproduce fielmente el tono atormentado y desafiante de sus personajes, el autor, ajustado a esta forma expresiva, nos cuenta sus amargas experiencias personales y su osada decisión de dar a conocer al mundo las condiciones inhumanas de la injusta condena y el trato cruel a los que, como él, por discrepar con las inoperantes imposiciones de la dictadura, tienen que defender su inocencia a través de los barrotes y cerrojos que les impuso una prisión inmerecida.

Por eso este libro, por encima de sus valores estilísticos, tiene otra connotación que está enmarcada en su histórica condición documental, al reproducir con franqueza el habla coloquial, su sencilla pero profunda trascendencia reveladora, que no sólo nos persuade a creer lo que nos relata, sino que también nos conmueve, al reflejar de manera vívida la realidad que la dictadura castrista siempre ha negado.

Cuando se quiera conocer parte de la triste historia del pueblo cubano bajo la dictadura castrista, hay que acudir a este documento literario Cuentos de la prisión más grande del mundo, prisión que no está enmarcada solo por las rejas de la cárcel de Boniato o cualquiera otra de las cientos de prisiones que ha construido el castrismo, sino, además, por las rejas ideológicas de opresión, tortura y muerte que rodean las fronteras marítimas de la Isla de Cuba, y que Sambra, con destreza y ojo documental, nos narra por haber alcanzado la palabra atrevida y precisa que dignifica la libertad que merece el pueblo cubano.

Aunque hubiésemos querido verlo en vida enfrentando la justicia de un tribunal y condenado por asesino a sobrevivir en los mismos inmundos calabozos que les asignó al autor de esta obra y a sus personajes presentados, en días pasados hemos tenido la grata noticia de la muerte del dictador Fidel Castro. Esto me ha hecho recordar unos versos de José Martí. “Yo he visto al águila herida/ Volar al azul sereno/ Y morir en su guarida/ La víbora del veneno”. El águila herida de Sambra pudo al fin volar con entera libertad al azul sereno, y desde allí ver cómo moría en su guarida esa víbora del veneno.

Antes de finalizar debo subrayar algo que es evidente y que honra al autor, y es que al escribir esta obra Ismael Sambra rinde homenaje merecido a todos los ex presos políticos en el exilio, y también a los que valientemente hoy defienden la libertad y el valor de los derechos humanos desde las inmundas mazmorras de la prisión más grande del mundo, que es Cuba.

Estas breves palabras no pretenden ni pueden abarcar toda la significación de este libro. Por eso dejemos que el propio autor, como partícipe y protagonista, sea quien nos cuente los detalles de este imbatible documento literario. Con ustedes Ismael Sambra, poeta, escritor, ensayista, periodista. Ha recibido varios premios y reconocimientos. Ha sido traducido a varios idiomas. Autor de más de 20 libros, entre ellos Hombre familiar o Monólogo de las confesiones (poesía), Vivir lo soñado (cuentos breves), El único José Martí, principal opositor a Fidel Castro (ensayo), Queridos amantes de la libertad (periodismo), Los ángulos del silencio (Trilogía poética), El color de la lluvia (relato para niños, edición bilingüe). Fue fundador junto a otros del primer grupo de escritores cubanos independientes, conocido como El Grupo.


Arnoldo Tauler, narrador, ensayista, director y escritor de programas de televisión. Licenciado en Letras en la Universidad de Oriente, premio UNEAC de literatura. Es autor de más de 20 libros, entre ellos La sangre regresada (cuentos), Los siete pasos del sumario (novela), Las cáscaras del hombre (cuentos), El general Sombra (novela), La noche de los escorpiones (novela), Batalla contra el eclipse (novela), El Dron, atentado al presidente (novela de espionaje) y Técnica artística de cine y televisión (ensayo).


Mexicanas contra José Martí

“Las campañas de los pueblos sólo son débiles cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer”. José Martí (Periódico Patria, 1892)
“La mujer no es como nosotros, sino como una flor, y hay que tratarla así, con mucho cuidado y cariño”. José Martí (Revista la Edad de Oro, México, 1889)


El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, un grupo de las que protestaban —no celebraban— en el centro de la Ciudad de México (CDMX) la emprendió contra la estatua de José Martí que se encuentra junto al Centro Cultural que lleva el nombre del Apóstol de la Independencia de Cuba.

Nadie debe dudarlo: se trataba de una representación de lo peor del feminismo, que ha tenido su escuela en la peor izquierda mexicana.

En las filas del feminismo en CDMX hay muchas y muchos miembros de valía, pero lamentablemente le ha florecido la escoria. ¿Por qué? ¿Por qué la gente decente que forma parte de esa agrupación ha permitido que algo de lo más cerril o perverso, o de ambas condiciones, se le haya “infiltrado”? Es tema para un largo análisis.

El grupo de mujeres que le fue encima al Maestro, según se ve, no es numeroso, sino más bien un basural colado en la manifestación femenil que, en esos mismos momentos, trataba de derribar la valla que el gobierno de izquierda del presidente Andrés Manuel López Obrador había colocado par de días antes para amparar el Palacio Nacional. Como buen montonero de barricada —valga la redundancia—, sintió López el pálpito de lo que podría venirle encima, en fecha semejante, en un país donde es raro el día en que al menos una mujer no resulte muerta o violada o con ambos resultados.

El piquete de enardecidas le entró con todo fervor de clase a la estatua del poeta. Según se puede comprobar en las fotografías que circulan en las redes sociales, le dieron con aerosoles, espray diversos, tiza y otras infamias.

Algunos replicantes, sobre todo en Facebook, le han hecho saber a quienes se duelen del suceso que este no tiene importancia: la estatua de José Martí no pasa de ser un trozo de metal o de piedra que, con solo someterla a una limpieza, quedará bien. Visto así, si escupo la foto de tu madre no hay ningún problema: no he escupido otra cosa que un trozo de cartón, que luego, con solo pasarle un paño, quedará como antes.

A raíz de lo ocurrido, no pocas personas han querido ver una posible confrontación entre los gobiernos de Cuba y México, en el sentido de que el primero, mediante un tono enérgico, pida explicaciones al segundo, intente lavar la afrenta. No sueñen, señoras y señores, todo esto quedará entre cuates, entre socios, entre perros rabiosos de la misma manada.


Odas, elegías güineras y otros poemas

«Es sorprendente tanta ternura suspendida del tiempo»: Ya a la venta en Amazon Odas, elegías güineras y otros poemas (Voces de Hoy, Miami, 2020), el nuevo libro del poeta cubano Efraín Riverón.

«Efraín Riverón una vez más reaparece como el bardo que retorna al origen de los sucesos, de seres entrañables, de imágenes que solo pueden ser traídas más allá de la memoria, más acá del tiempo y del olvido, por el ojo paciente de quien ve en el asombro los pequeños detalles de la vida», subrayan los editores.

“Así como los niños que han sobrevivido al ser criados por lobos, no logran desprenderse de los sonidos del bosque ni olvidar las leyes que les permitieron un lugar entre la manada, el poeta Efraín Riverón Argüelles expone sus vivencias», apunta el también poeta Jorge García Prieto sobre este libro.

«Regresa el niño al mantra que le forjó el aullido y, desde allí, sin pieles la memoria, nos ofrece el canto. La luz neón jamás será como la luna, y el rocío es un imán que se reparte. Bien lo sabe el poeta… sin medias tintas y desde el instinto. Cuando un libro de poemas es legítimo, adentrarse en él es peligroso, como nacer o enamorarse. Para Efraín Riverón, siempre la luna es llena”.

Matar el hambre: Del aguacate criollo y otros desencuentros

Ah querido y nunca bien ponderado hombre nuevo estresado en Homestead, Sweetwater, Pembroke Pines… cuántas maravillosas sutilezas culinarias están o podrían estar enriqueciendo tu paladar ahora mismo. Pero te niegas a abrirte al mundo, como quería el Papa, y solo sabes hablar de que el aguacate no sabe igual que en Cuba o de que las hamburguesas de McDonald’s supuestamente están hechas con vísceras podridas.

Recuerda, el problema no es la realidad, la vida, la gente: el problema eres tú, secuestrado por el vago recuerdo del sabor de un aguacate degustado con 62,000 milenios de hambre acumulada.

Mientras en China comen perros, pangolines, murciélagos y hasta cucarachas todos los días; mientras en Cuba revenden pollo viejo, retoman la dieta a base de gato y desaparecen al caracol gigante africano, McDonald’s alimenta eficazmente a casi 70 millones de personas en el mundo. Eso se llama desarrollo, bienestar, nutrición, carne, bacon, lechuga, tomate, mayonesa, ketchup, papitas fritas. Eso se llama matar el hambre, que es lo que hay que desaparecer en primer lugar en este mundo signado por el disparate y la inanición. Y encima es sabroso. Y encima todavía hay gente que se queja de la inexistencia del aguacate «criollo».

En ciertas circunstancias, todo aguacate es un tesoro, pero en todas las circunstancias la vida es insustituible. El recuerdo no la puede edulcorar.


Noticiero Facebook: El diálogo nacional del MSI

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«Leí la convocatoria. El MSI habla de un diálogo nacional con los diferentes sectores del país tanto dentro como fuera de Cuba. En ningún momento habla de diálogo con la dictadura. Aquí se dice: ‘Hacemos un llamado para que unidos jóvenes, grupos feministas, movimientos animalistas, artistas, organizaciones sociales y políticas, afrodescendientes, iglesias, familias, barrios, vecinos, gremios laborales, la diáspora cubana, entre otros, expresemos y conversemos sobre nuestras mejores intenciones para vivir en una Cuba próspera, libre, democrática y respetuosa de los derechos humanos’. No critiquen tanto y aporten». Rita Martín

«El problema no es que alguien, o un grupo, considere que el diálogo puede ser solución de algo. Lo importante es no perder de vista que el enemigo es el PCC. Todo el que aporte (en un grupo de FB grande que va contra la dictadura) debe ser respetado y tenido en cuenta como parte de un grupo mayor: la oposición. No es bueno crear divisiones, porque eso lo aprovecha el régimen». Ghabriel Pérez

«Yo creo que para desarrollar un diálogo nacional real debemos ante todo poner una serie de puntos. -Quiénes somos los interlocutores (y quiénes no, si es necesario). -Qué queremos lograr. -Cuáles son las reglas del intercambio/diálogo. -Cómo se documenta y estructura el resultado del diálogo. Un diálogo nacional no es tarea fácil, tenemos muchos dolores guardados y el diálogo implica estar dispuestos a dar y recibir, escuchar y entender y respetar al otro. La Cuba del futuro tiene que ser de todos. Todos en el respeto de la otredad y la dignidad de cada individuo». Aram Zaldívar

«Propongo mi diálogo nacional. #1: Pueden habilitar el yate Granma en el que vinieron en el 56 o pueden coger una balsa, como tantos cubanos han hecho y más de 78 mil han perdido la vida en el estrecho de la Florida por culpa de ustedes… ¿Entonces qué? ¿De qué estamos hablando? Sin temor: al que no le guste como soy puede dejar de seguirme, mis disculpas pero yo sí no pretendo olvidar. El diálogo que propone el MSI es solamente para el pueblo y por el pueblo». Maykel Osorbo


Jerónimo Esteve-Abril, el compromiso de dar

Ya desde 1959, alcanzado el poder en Cuba, el castrismo desató una violenta ofensiva contra los empresarios cubanos. A consecuencia de ello, en octubre de 1960 Jerónimo Esteve Abril dejó la mayor de la Antillas junto a su familia y arribó a Puerto Rico contando con sólo 15 dólares en efectivo, pero con un espíritu de lucha a prueba de demoliciones. Desde ese momento, su capacidad de trabajo, su don de gentes y su espíritu creativo se impondrían, hasta desembocar en el éxito de su principal empresa, Bella International Corporation. Jerónimo es el primer cubano al que le han hecho un homenaje en el Congreso de Puerto Rico.

¿Qué rasgos caracterizan al líder de empresa, al líder cívico? ¿Qué factores o cualidades determinan que un “humilde vendedor de automóviles”, como habitualmente se reconoce a sí mismo el empresario Jerónimo Esteve-Abril, sobresalga del común de los hombres de negocios hasta convertirse en un referente, alguien admirado incluso por sus competidores, a los que, por añadidura, siempre ha evitado calificar como tales? ¿A partir de qué atributos Don Jerónimo y su empresa, Bella International Corporation, alcanzaron el éxito económico y el reconocimiento social?

La biografía que escribí sobre este gran empresario y líder cubano responde estas preguntas. A continuación otras más generales:

Armando Añel. ¿Cómo define Jerónimo Esteve Abril su pensamiento, su tendencia política?

Jerónimo Esteve-Abril. No tengo tendencia partidista alguna. Básicamente, a lo que aspiro es a apoyar un gobierno democrático, que respete las libertades y los derechos humanos. Un régimen donde todo el mundo tenga la oportunidad de opinar y crecer.

AA/ ¿Pero tiene usted una vocación política definida?

JE/ Probablemente. Desde pequeño, en la escuela, por alguna razón mis compañeros pensaban que yo podía ser un dirigente estudiantil o algo por el estilo. Y de hecho lo fui, en el Instituto de Marianao…

AA/ ¿Cuál es su filosofía de vida?

JE/ Siempre ha formado parte de mi filosofía de vida esta premisa fundamental, que heredé de mi padre: Hay que cumplir con las obligaciones antes de disfrutar de los beneficios.

AA/ “A mal tiempo buena cara…” ¿Cuál ha sido el secreto de Don Jerónimo para mantener la buena cara a través del tiempo?

JE/ Mi fe en Dios y mi confianza en mí mismo. Mi seguridad en que con el esfuerzo, el trabajo y la lucha se pueden vencer todos los inconvenientes.

AA/ ¿Cuál es el error más frecuente que comete el empresario novato?

JE/ Querer crecer con demasiada rapidez. Se debe ir poco a poco. A veces los saltos precipitados conllevan al fracaso.

AA/ ¿Cómo motiva a sus empleados?

JE/ El empleado debe tener confianza en que su jefe no lo defraudará nunca, que le dará oportunidades. Debe sentir que está trabajando con alguien que no sólo reconoce su labor, sino que sabe que es un ser humano que tiene preocupaciones, dificultades y una familia a la que atender.

AA/ ¿Cuál le parece la cualidad más sobresaliente del pueblo cubano?

JE/ Creo que su generosidad. Su deseo de compartir con los demás. Lo ha demostrado incluso en una situación tan precaria como la que vive bajo el régimen actual. El cubano, si tiene un pedazo de pan, lo pica en tres para compartirlo.

AA/ ¿Y cuál considera la característica más negativa de ese mismo pueblo?

JE/ No podría manifestar ninguna en particular. Quizás una cierta ingenuidad a la hora de evaluar determinadas realidades.

AA/ ¿Cuál es el sentido de la vida para Jerónimo Esteve-Abril?

JE/ Seguramente ayudar al prójimo. Es el compromiso más grande que tengo con Dios. Te lo digo de corazón: creo que debo ayudar todavía más a la gente de lo que la he ayudado.

Creo que el mundo está dividido en dos grupos. Dos grupos enormes. El grupo de los que tienen, y tienen la obligación de dar, y el grupo de los que no tienen, y tienen que vivir de lo que le dan.

AA/ Pero este grupo de los que no tienen, ¿no debería hacer un esfuerzo mayor por producir, por tener?

JE/ Por lo mismo, una de las formas de ayudar a este grupo que no tiene es dándole facilidades para que pueda producir y tener.

AA/ ¿Qué significa para usted el amor?

JE/ El amor es entrega. Cuando hay verdadero amor uno se entrega, deja de ser uno para ser del otro. No esperas que te den: das. Y vuelvo a lo mismo: creo que mi compromiso con Dios es dar. Dar amor, dar ayuda, dar confianza… Porque estoy del lado de los que podemos dar. Dar de todo.

La Seguridad del Estado es una viga vieja apuntalando un edificio en ruinas

El testimonio de esta valiente periodista cubana se publicó como parte del especial International Women’s Day 2021. Ha sido firmado con el seudónimo de ‘Camila’.


Una tarde me llamaron de la dirección. El profesor guía, que estaba en ese momento al frente de la clase, se quedó perplejo. Yo era la estudiante más disciplinada, no había suspendido ni una sola prueba, había sido jefa de destacamento el año anterior… Era, en fin, una puntualita. Y a los puntualitos nunca los llamaban de la dirección. El profe no entendía el tono acusador del otro profesor que se paró en la entrada del aula y me ordenó: dice la directora que dejes todo eso y vayas a verla.

-¿Tú dijiste que aquí no hay libertad de expresión? -preguntó ella.

Rápidamente caí en la gravedad del asunto. No por lo que había dicho, sino por las consecuencias. Me levantarían un acta, anexada con presilla a mi expediente escolar, una “mancha”, como decían. En cuestión de minutos sobrevinieron los temores de cualquier adolescente de 14 años: mi mamá me regañaría preocupada -por decir las cosas, nunca por pensarlo, como hasta el día de hoy hace-, no cogería la Lenin, la escuela a la que aspiraba para asegurarme una carrera universitaria. En mi cabeza había echado a perder nueve grados, nueve años, de conducta intachable.

-Tú dices todo eso porque tu familia está afuera, tú no sabes lo que significa, eso es lo que tú oyes decir a tu familia cuando viene -siguió la directora.

Recordé mi comentario de unos días atrás. No fue en respuesta a nadie, en ninguna discusión. Dije que en Cuba no había libertad de expresión como quien dice que el pan de la bodega huele a harina rancia. Con esa edad entendía la frase ingenuamente: decir lo que uno quiere, donde quiere, sin miedo ni represalias. Sabía lo que significaba, pero no lo que implicaba. Y ahí mismo, parada en la dirección, con las dos manos agarradas en la espalda, entendí que ciertamente en Cuba hay cosas que no se pueden decir. La directora me estaba dando la razón.

Una noche del verano pasado, mientras escuchaba el noticiero, me entró la llamada. Pude ponerle voz, rostro, y un nombre falso, pero al menos un nombre, al oficial del que ya intuía su presencia. Yo esperaba su llamada hacía tiempo. No porque me creyera culpable -nada más lejos de esa idea-, sino porque veía cómo iban llamando a los periodistas que trabajan para medios independientes. Supuse que en algún momento me tocaría, y no me causaba susto, sincera e ingenuamente lo digo. Pero hace poco más de un año, cuando se hicieron más frecuentes los arrestos arbitrarios, de periodistas con ojos vendados y cabeza al suelo, los interrogatorios durante horas, los arrestos domiciliarios, las citaciones a la estación de policía donde te toman declaración como si un delincuente fueras, me entró la incertidumbre. ¿Cómo sería ese encuentro? ¿Qué me preguntarían? ¿Me temblarían las manos? ¿Se me quebraría la voz? ¿Rompería a llorar? ¿Cedería a la extorsión por miedo? Por más que me preparara psicológicamente, por más que ensayara posibles situaciones, solo ahí, con ellos de frente, conocería mis propios límites.

Tengo una imagen de una periodista cubana que se encerró en el baño de su casa al llegar de un interrogatorio. Yo hasta entonces había pensado en el momento en sí, en la desesperación porque ese momento acabe. Aquella imagen me ubicó. El interrogatorio puede terminar en una casa de protocolo o en una estación policial, pero la ansiedad no acaba nunca.

Tu nuevo conflicto deviene entre normar tu comportamiento en función de que ahora tienes “un compañero que te atiende” (y cuando digo esto me refiero desde comprar comida en el mercado informal hasta usar correctamente la mascarilla, cualquier detalle por el que mínimamente estés cometiendo un delito en este país), o mandarlo todo a la mierda, porque en la primera opción no hay vida sana posible.

Es la rabia post-interrogatorio, la impotencia, lo que más jode, y no el interrogatorio mismo. En ese momento la cabeza está fría, pendiente a lo que te están diciendo, a lo que te quieren decir con eso que te están diciendo, a lo que respondes -cuando lo haces- y a lo que se merecen escuchar y te callas porque, ante todo, nada de lo que digas puede dar pie a postergar el encuentro.

-Usted es una pingúa -fue la reacción de mis amigos cuando les conté.

Por pingúa, un concepto machista que viene de pinga, de pene, de hombre, se entiende valiente. Valiente se es cuando una dice que sí teniendo la opción de decir que no, sin consecuencias, y no es el caso. Para un interrogatorio, ese poder de decisión no lo tenemos. Rechazar una cita tiende a otra, y a otra, y a otra. Lo mismo que ir y decepcionarlos porque esperan de ti la conducta intachable de tus primeros años. Es un bucle del que solo se sale yéndote del país o renunciando al periodismo independiente.

La mañana del primer interrogatorio una amiga me acompañó en casa. Hablamos de varias cosas, temas banales, cualquier asunto que le restara importancia a la situación, mientras yo comía algo y preparaba mi bolso, sin llaves, sin teléfono, sin las foticos ni los papelitos de recuerdo que llevo siempre en el monedero. Le sorprendió mi tranquilidad. Yo había hecho el ejercicio de recordar a detalle aquella tarde en la dirección, cuando estaba en la secundaria, y me aliviaba la certeza de que ahora, casi dos décadas después, todavía tenía la razón. 

Adopté como mantra que el objetivo no era yo, no al menos individualmente. Para la Seguridad del Estado somos una mala yerba que hay que arrancar de cuajo, como sea, para evitar a toda costa que desequilibremos la balanza de poder con la que se sostienen este gobierno y este sistema, en el que cada vez menos creen. Y pretenden que seamos, además, herramientas de su viejo método.

-Nosotros no queremos que dejes tu pincha, de algo tienes que vivir. Pero esto no puede ser de un solo lado -me insinuaron.

A la Seguridad del Estado no le importa -o parece no importarle tanto- si estás investigando cuánto gana el presidente (sumando salario más beneficios) o cuáles son los orígenes y a cuánto asciende el presupuesto para la construcción del Centro de Estudios Fidel Castro en medio de una pandemia. No le importa si quieres hacer un reportaje sobre cómo y gracias a qué los hijos y nietos de militares de alto rango se hicieron con propiedades, negocios y empresas cubanas registradas en paraísos fiscales, o sobre cuántos suman en realidad nuestros enfermos y nuestros muertos por Covid-19. Su única preocupación expresa consiste en saber de dónde viene el dinero que tú ganas por ser periodista independiente.

Ese detalle, que comparten con los vecinos chismosos que preguntan cuánto ganas, o si ahora cobras en USD (dólares americanos), es del que se valen para arengar que el Departamento de Estado subvenciona los proyectos periodísticos independientes cubanos, para seguir jugando a la víctima. Y es el argumento del que se valen también para recordarte que pueden abrirte un proceso penal, con sanciones de multa o privación de libertad por la Ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, la ley mordaza.

Para ellos, somos, pensamos y habitamos por su gracia. Es el mensaje que nos transmiten todo el tiempo, que estamos bajo su poder, un poder irrisorio, pero como poder al fin, con la capacidad de jodernos la vida. Nos miden con la vara revolucionaria, por nuestra fidelidad, nuestra lealtad, nuestra sumisión a su gobierno. No a nosotros los periodistas, a cualquiera alineado al margen de su esquema. Bajo esa lógica, para la Seguridad del Estado todos somos potenciales disidentes.

¿Qué puede haber más cerrado e intransigente que eso?


Cuba: Implantan récord de violaciones a la libertad de prensa

254 violaciones a la libertad de prensa en el mes de febrero de 2021 implantaron un récord en el último lustro en Cuba, informó este martes el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP)

«El pasado mes culminó con un incremento del 477% de hechos violatorios a la libertad de prensa en comparación al mismo periodo del pasado año, siendo, en el presente, las restricciones en el espacio digital el método represor más utilizado por el régimen para censurar la libertad de expresión en la isla», apunto la página digital del Instituto.

El grupo periodístico más perjudicado fue precisamente el del ICLEP, cuyos 42 comunicadores sufrieron el corte parcial o total de sus conexiones telefónicas «y el acceso a la red de redes durante 4 días consecutivos».

Para leer la nota de prensa completa, clic aquí.


Comienzan a despertar

Por primera vez la televisión de Catalunya, y en catalán para los catalanes, ha dado la noticia de la detención de Maykel Osorbo en La Habana. Para mi alegría absoluta, cada vez más el Movimiento San Isidro, los acuartelados y las denuncias de la represión en Cuba, no se quedan allá. Gracias al empuje de muchos, dentro y fuera, logramos más visibilidad para quienes se la están jugando con la dictadura.

Justo el mismo día que en la televisión catalana están hablando del comienzo del juicio por brutalidad policial en Estados Unidos contra el expolicía acusado de la muerte de George Floyd, en la TV3 catalana dan la noticia de la detención arbitraria de Maykel Osorbo, algo impensable hace unos años. La visibilidad del Movimiento San Isidro, y la repercusión de las diferentes acciones de la oposición actual en la isla, ya es imparable también en Europa, donde comienzan a despertar de las mentiras del gobierno cubano.

Pronto mi libro Los acuartelados de San Isidro. Crónicas sobre la disidencia artística en Cuba (1961-2021), Ed Muntaner, aparecerá en TV3 catalana en forma de entrevista. Mientras más visible les hagamos desde aquí, más fuertes serán en Cuba.


Una invitación a dialogar entre cubanos

«El diálogo nos une en la pluralidad, es benéfico», expresa el omnipoeta Amaury Pacheco, miembro del Movimiento San Isidro, desde La Habana. «El régimen no borrará esa palabra de nuestra acción. No tienen semejante poder».

«¿Qué hacer?, ¿qué significa diálogo?», apunta el artista total Luis Eligio de Omni en Facebook. «Escribe pequeñas notas resumiendo tu encuentro de diálogo o graba videos de un minuto con las respuestas en tu encuentro, con el nombre completo de los que hablan como un testimonio de valor cívico».

«No diálogo con el régimen, no diálogo con la dictadura», recalcó Eligio. «Diálogo entre cubanos».

Precisamente un llamado al diálogo entre los distintos representantes de la sociedad civil cubana es lo que proponen la Plataforma Patria y Vida y el Movimiento San Isidro. Los participantes deben detallar los resultados de su diálogo escribiendo al correo [email protected] o subiéndolos a la página web www.movimientosanisidro.com en la pestaña «Plataforma Patria y Vida».

Integrantes del Movimento 27N y el propio San Isidro están entre los impulsores de este diálogo nacional, abierto hasta el próximo 25 de marzo y cuyas premisas son las siguientes en su Fase 1:

-En tu círculo más cercano de amigos, familia, compañeros de actividades, etc., dialoga sobre lo siguiente:

1- ¿Consideras que el diálogo es una buena herramienta para encontrar soluciones a los problemas que enfrenta nuestro país actualmente?

2- En orden de importancia: ¿Qué temas consideras que se deben abordar en un diálogo de manera urgente?

Hashtags: #MSI #27N #diálogonacional


Arroz frito y castrochinismo: Sobre la longevidad de la dictadura en Cuba

¿Acaso no tiene todo cubano un chino detrás? ¿O un plato de arroz frito detrás? ¿Acaso casi todo cubano no aprecia la comida china, o tiene un antepasado chino, o disfrutó viendo películas de Kung-fu? Y esa dualidad chino-cubana, paciencia más choteo más estridencia más resignación, ¿no estará en los orígenes de la longevidad del castrismo?

Algunos cargan los dados sobre España, otros sobre África e incluso sobre el detonante árabe oculto en la escopeta ibérica, ¿pero y China? ¿Y los chinos? ¿Tienen alguna responsabilidad en la persecución de los «62,000 milenios» que el cantante Raúl Torres, cual mandarín sabático, pretende en Patria o muerte por la vida? ¿No andarán por ahí, metidos de trasmano? ¿Raúl Castro no es medio chino?

¿De dónde son los cantantes finalmente?

En cualquier caso, quien en su niñez haya degustado un arroz frito en el Pacífico –me refiero al restaurante chino de Centro Habana— habrá atesorado para siempre el fluir del tao en la pelea del león contra el mono amarra’o, en el esqueleto del leopardo saltando hacia el vacío de la sabiduría primordial, en el vuelo del halcón meditando sobre la paloma iluminada. Escapar a través del paladar de generaciones de mujeres y hombres recordándote, explicándote, sugiriéndote, rogándote que escapes. Que escapes para que alcances tu definición mejor, que diría el poeta. Para degustar, por ejemplo, un arroz frito en el Palacio de los Jugos de Miami (tan lejos del castrochinismo y tan cerca de Nueva York y su delicioso barrio chino).

Jama y libertad. Abajo el comunismo. Patria y vida.


Plantados

La historia comienza en Miami. “Ramón” (espléndidamente representado por Gilberto Reyes), un expreso político que había sufrido el rigor de los carceleros castristas por ser un plantado, cree ver a uno de sus torturadores. Lo sigue y confirma que se trata de la misma persona. El episodio le trae recuerdos dolorosos de esas décadas ignominiosas de los años sesenta y setenta del siglo anterior. El film se construye viajando de Miami al pasado a lomo de esos terribles “flashbacks”. Ramón llama a algunos de sus compañeros, todos exiliados, y les cuenta lo sucedido. Planean secuestrar al torturador. (No les digo más porque me han permitido ver la película en un pase privado, a condición de que no revele el desenlace).

-¿Ni a mi mujer se lo puedo contar?

-Ni a tu mujer.

El Festival de Cine de Miami es una de las grandes cosas que ocurren en esta ciudad anualmente. La otra es la Feria del Libro. Este año exhiben Plantados, una película largamente esperada por los cinéfilos. Afortunadamente, la dirigió Lilo Vilaplana, un realizador serio y experimentado, al que hay que agradecer que se enfrentó a una historia muy dramática con total sobriedad. El guión fue obra de Ángel Santiesteban, de Juan Manuel Cao y del propio Vilaplana. Los dos primeros sufrieron injustamente cárcel política en La Habana, aunque muchos años después de los sucesos que narra este largo metraje. La música es de Arturo Sandoval. Boncó Quiñongo abandona su rol cómico y fiestero y borda un papel dramático de preso político.

Se les llamó “plantados” al puñado de presos políticos cubanos que se declararon en rebeldía pese a la brutal represión que el régimen de los Castro ejercía contra ellos. Los golpeaban o asesinaban a su antojo. Algunos de ellos habían tenido un comportamiento heroico y significativo contra la anterior dictadura, la de Batista. Pienso en Huber Matos y en Eloy Gutiérrez Menoyo. Otros no tuvieron suficiente edad para destacarse, como Ernesto Díaz Rodríguez o Ángel de Fana, y les tocó desplegar todo su valor personal contra el castrismo, algo que hicieron (y siguen haciendo) notablemente.

Realmente, los plantados fueron pocos entre los miles de retenidos en las cárceles comunistas durante un buen número de años. Cuando el régimen advirtió que no conseguía domarlos y debía matar a todos los presos políticos –lo que no podía hacer dada su imagen y el hecho de su extrema visibilidad–, o buscar alguna forma de liberarlos, encontró la solución de su dilema en los “planes de rehabilitación” y en el hecho posterior de que Jimmy Carter los aceptaba de buena gana en territorio norteamericano. Como siempre ha ocurrido, le pasaba su problema a Estados Unidos.

Los soviéticos, que eran grandes expertos en la materia, le explicaron a los comunistas cubanos que ofrecer alguna recompensa a quienes se prestaran a participar en el “plan”, como la libertad anticipada, sólo podía traer ventajas para los que la otorgaban. En primer término le dividía a la población carcelaria entre un grupo de “irreductibles”, decididos a medir la calidad de los seres humanos por la capacidad de aceptar el sufrimiento, y otro, mucho mayor, de “razonables”, dispuestos a admitir que habían perdido la guerra y se refugiaban en batallas personales o familiares.

Existía, además, un mecanismo psicológico que llevaba a la mayor parte de los seres humanos a “creer en lo que decían” y no al revés, especialmente si se trataba de personas mentalmente bien estructuradas. Todo estaba, pues, en generar las condiciones para que los presos repitieran como un mantra ciertas idioteces ideológicas. Dando por descontado que muchos tratarían de engañar a los “rehabilitadores” para alcanzar la libertad o para escapar, pero todos saldrían cohibidos de volver a las conspiraciones, salvo los “plantados”.

Uno de esos plantados era José Pujals Medero. Una persona integérrima que había estado en la cárcel 28 años. Cuando salió de la prisión y de Cuba (valga la redundancia), habló mucho con Leopoldo Fernández Pujals, su sobrino, un magnate cubano radicado en España, y le contó todo lo que había padecido en manos de los carceleros. Parece que éste le dijo, conmovido: “esto merece ser llevado al cine”. A José Pujals no le alcanzó la vida para ver esta película enteramente financiada por su sobrino.


Levedades de plomo

Fragmento del libro, en preparación, El huevo de Hitchcock, de José Hugo Fernández


Son las hermanas mayores del kitsch. Así que todo queda dentro de la familia. Aunque, por más que se nutran con la misma savia, la hermana menor no pasa de ser un apéndice de la mayor. El kitsch es eructo con disfraz de suspiro, timo a la vez que narcótico para las masas homogéneas. Resumiendo las muchas definiciones que existen sobre lo kitsch, el novelista Milán Kundera ha puntualizado que es la necesidad que sienten algunos (yo diría que muchos) de mirarse en el espejo del engaño embellecedor y reconocerse en él con emocionada satisfacción. No en balde suele orbitar con especial incidencia en torno al arte y la cultura, abaratándolos a golpe de sensiblería. En cambio, las levedades de plomo no florean, son anzuelos que van directamente al encéfalo de las multitudes. Tal vez por eso se han hecho fuertes en la política y en los procesos psico-sociales, sobre todo en los relacionados con los regímenes de vocación autoritaria. Conforman un amplio abanico de recursos teatrales, golpes de efectos, exabruptos mesiánicos, chorradas en suma, destinados a manipular aviesamente a los individuos que el poder considera incapaces de identificar y gestionar por sí mismos el verdadero objetivo de la existencia. Así que en vez de argumentaciones sólidas, les ofrece vaharadas de gases venenosos, tan livianos como tóxicos.

De repente puede parecer contradictorio esto de calificar como levedades las groseras pesadeces del autoritarismo. Pero lo que las hace leves es precisamente su carencia de sustentación y de sentido común, su falsía, junto a la ridiculez de pretender que el énfasis sustituya el argumento y que la verdad sea soslayada con huecas altisonancias. Otro gran novelista. Umberto Eco, resumió el fenómeno del kitsch en la política llamándole, certeramente, patata mal hervida. Para adecuarla a nuestro contexto, podríamos decir que su hermana mayor, la levedad de plomo, es como un boniato al que adornan con ramitas de perejil y romero para venderlo a precio de alta cocina.

De cualquier manera, kitsch y levedades de plomo se funden y confunden en el caso del fidelismo cubano, para que sea más densa la trama, buscando escabullirse quizás de aquello que Heidegger condenaba como ligereza que pretende robar el peso a las cosas. Son muchas y demasiado frecuentes las manifestaciones. Al punto que resulta difícil escoger una arquetípica. Pero ya que por alguna habría que empezar, pongamos el patético cuadro que nos brinda Mariela Castro con su proyecto de monopolizar los sentimientos y las aspiraciones de los homosexuales (tan maltratados y humillados por el machismo-fidelismo del régimen), con el único fin de maquillar la historia de su casta tiránica. Abundan en Cuba las discriminaciones: políticas, económicas, raciales, de género… Y a mí por lo menos me parece sintomático que la presunta heredera del trono de los Castro haya escogido a las víctimas de esta comunidad discriminada, que a la vez que alinea entre las más sufridas (y las más reprimidas) es posiblemente la más vulnerable ante las manipulaciones del poder, por ser quizá la más dividida y digamos la más inofensiva. ¿Le permitirían a un auténtico antirracista organizar mítines callejeros y convocar en comparsa a sus defendidos para que exijan reivindicaciones? ¿Se lo permitirían a un auténtico defensor de los derechos de los trabajadores, tan acogotados y mal remunerados? Ya que la respuesta es no, habrá que concluir que los planes de Mariela Castra, lejos de ser antidiscriminatorios, son especialmente prejuiciados, despreciativos y aun mezquinos. Considero demasiado simple esa hipótesis según la cual ella escogió el tema LGBT solamente en busca de un protagonismo fácil y muy mediático, que le permitiese hacer currículum como futura líder, sobre todo teniendo en cuenta lo bien mirada que resulta la faena por parte de la progresía internacional. Son detalles que sin duda debieron ejercer su peso sobre el asunto. Pero se me hace que lo verdaderamente definitorio ha sido el profundo desprecio, la pobre consideración y el nulo respeto –por no hablar del nulo miedo– que los miembros de la comunidad LGBT merecen ante los ojos del régimen fidelista. Ello explicaría, por ejemplo, que mientras mujeres y hombres pacifistas han sido sistemáticamente encarcelados y apaleados por caminar por las calles en silencio y con flores en las manos, a Mariela y su heroica guerrilla se les permita arrollar en pintorescas congas por las más populosas avenidas de La Habana, disparando consignas presuntamente liberadoras. Son manifestaciones muy kitsch, sin duda, pero tan malevolentes que sobrepasan su propia ligereza para adentrarse en predios de la levedad de plomo, pues además de cursis, resultan tramposas para los sentimientos de sus ingenuos representados.

Otro tanto podríamos decir sobre la hojarasca y el ringorrango que durante decenios se gastó el Historiador de La Habana, Eusebio Leal, mintiendo en mayestáticas tabarras acerca del interés mostrado por el régimen ante la conservación de la ciudad y la vida de sus pobladores. Más de lo mismo ha sido la pretendida preocupación de Alicia Alonso por la suerte de los perros callejeros de la capital, aunque jamás le inquietó la vida de perros de la gente de a pie. O los finales de la Mesa Redonda con las notas de Imagine, único contexto donde se ha conseguido que esta soñadora canción de Lennon suene desfasada y ridícula… Tal cuadro de imposturas que la combinación del kitsch con levedades de plomo ha venido mostrando (y muestra hoy mismo) en los medios intelectuales y artísticos de la Isla, podría ser sintetizado como el esfuerzo por dar patente oficial a un bulo de humanismo y de progresismo político que mientras contradice en su fondo el comportamiento de la dictadura, superficialmente edulcora su real naturaleza. Las floridas muelas con acento ecologista y pacifista que han debido sufrir los televidentes cubanos, luego de asistir a una inclemente agresión de varias décadas contra el suelo y la flora y la fauna nacionales, o luego de perder tanta sangre familiar y tanta oportunidad de desarrollo económico en aventuras guerreristas a lo largo de medio mundo, pueden parecer una burla a nuestra sensibilidad e inteligencia. Y es lo que son: chapuceras levedades de plomo.   

La presunta identificación con su raíz popular y humilde sobre la que suelen alardear ciertos actores con éxito en el cine, o ciertos escritores que no son sino raposos productos de exportación del fidelismo, o ciertos músicos o pintores… no pasa de ser mera artimaña publicitaria. Pero no es lo peor. Aunque no lo parezca de pronto (o aunque ellos piensen que no lo parece), cuando dicen que no podrían crear ni vivir alejados de su patria, además de mentir taimadamente, están haciendo cursilería de rancia factura. Otro muy conocido estudioso y teorizador de la materia, el filósofo, sociólogo y musicólogo alemán Theodor Adorno, afirmó, más o menos, que ante este tipo de chapuza con disfraz ético y estético se torna muy difícil trazar una línea entre lo que resulta verdadero y lo que es simple basura sentimental. Y he aquí que de nuevo una definición tan atinada parece quedar corta para identificar el fenómeno tal y como tiene lugar en Cuba. Porque al margen del arte (aunque ligado a éste en abrumadora y triste medida), en las levedades de plomo en que incurre la claque habanera en cuestión, nada es verdadero: novelería de punta a cabo, basura sentimental, pero que va siempre más allá, con dimensiones fraudulentas, puesto que al validarse ellos mismos como ciudadanos afincados y fieles al suelo patrio, dejan por descontado su compromiso con el sistema de dominación política imperante. Se trata de una actitud oportunista, a la cual su público no sólo atribuye un valor del que carece, creyéndola sincera, por lo que encuentra incentivos para imitarla. No por casualidad el psicólogo estadounidense Bertram R. Forer concluyó desde hace tiempo que el ser humano es una máquina que tiende automáticamente a buscar y detectar influencias de opinión que, al considerarlas modélicas, las adopta como propias. No era otro el fin que perseguía Fidel Castro con sus discursos kilométricos o con sus grotescas cucharetas y disposiciones dictatoriales sobre cualquier tipo de tema: desde la agricultura hasta la meteorología, desde la genética animal o la ecología hasta el sistema de educación, ocasionando en todos verdaderos desastres históricos.

Levedad de plomo donde las haya es el último dictado que lanzó Castro para prohibir el uso de su nombre en lugares o programas o anuncios públicos, con el supuesto objetivo de evitar el culto a la personalidad. La única manera de hacer un bien es hacerlo a tiempo, dice el dicho. Y como en este caso el mal estuvo hecho desde el inicio, el bien no sólo llegaría tarde sino que no fue más que otro mal, disfrazado con artificiosas poses históricas. Por si fuera poco, también iba a resultar gratuito y hasta risible, puesto que todo el mundo sabe que el culto a su persona existió desde siempre, que fue engendrado y sustentado por él mismo, y que constituye su peor herencia.

De esa inflada y farisea levedad de plomo se derivó otra por lo menos igual, por no decir aún más nociva, toda vez que llegaría a ocupar vidrieras en los cuatro puntos cardinales del planeta. Hablo de la adoración tan bobalicona como frívola al Che Guevara.

Se cuenta que el Che, en un esfuerzo inútil por evadir la pelona a última hora, intentaba convencer a sus ejecutores de que, para ellos, valdría más vivo que muerto. Fue otra de sus equivocaciones. Ni remotamente calculó el dineral que llegaría a mover después de muerto. Y no sólo para el bando contrario. También para el propio. Si no es la más grotesca entre las levedades de plomo engendradas por el fidelismo, debe ser seguramente la más lucrativa. Con punto más que cero de inversión para obtener ganancias millonarias, el negocio internacional en torno a su imagen devino un Potosí de nueva era. Poco importa que en la política concreta su utilidad no sea mayor que la de una maquinaria para embotellar crepúsculos. Por esos extraños resortes de la psiquis humana sobre los que habló Forer, su rostro, muy parecido al de Cantinflas pero con expresión de mala leche y brillo de odio en la mirada, amenazó con emular en popularidad, o al menos en promoción pública, con el que se supone que fuera el rostro de Jesucristo. La diferencia estriba en que las hazañas espirituales y materiales que se le acreditan al Hijo del Hombre no podrían ser jamás superadas por su impronta física. En tanto el Che Guevara ha pasado a ser, sobre todo, una cabeza de santo con boina, un talante mucho mejor conocido que su historia, un emblema que atrae veneraciones más por lo que simboliza que por lo que fue o lo que hizo en vida. En fin, mera levedad de plomo. Icono del merchandising propio de la manoseada sociedad de consumo. Pero ocurre que, igual que en tantos otros casos, los enemigos del capitalismo son los primeros beneficiarios de sus dividendos, por más que se escuden en la hipocresía y el cinismo que les son naturales.

Hace algún tiempo, su viuda, Aleida March, calificó de repulsiva la subasta de un mechón de pelo del Che llevada a cabo por un ex agente de la CIA que parece haber participado en su captura y ejecución. Repulsivo, espeluznante, insano es que alguien se dedique a vender restos humanos, sean de quienes fueran. Pero no menos ominosa y aberrante es la conducta de aquellos que participan en la subasta con interés por comprar tal mercancía. ¿Y quiénes serían esos compradores para el caso sino los heroicos guevaristas de cátedra y salón y foro? ¿Y hasta qué punto esos practicantes de necrolatría del peor gusto se diferencian moralmente de otros cientos de miles de fanáticos que visten camisetas con la cara del Che o vuelan en masa hasta La Habana para retratarse al pie de su efigie en relieve que preside el edificio del Ministerio del Interior (cuya simple mención asusta a los cubanos), o coleccionan como suvenires las monedas de tres pesos (símbolo de los dislates económicos de Guevara y Fidel), sin que les importe exhibirse como propagandistas del odio y de la violencia criminal?

Gracias a esa levedad de plomo que ha trascendido con creces las fronteras físicas de Cuba y aun los límites del fidelismo, la crema del progresismo internacional, engrosada por un insufrible batallón de gente frívola con el más diverso origen, está llenando las arcas de los mercaderes de la imagen del Che, situados por igual a la izquierda o la derecha de su ideología. Los diferencia únicamente el discurso santurrón y desaprensivo de la izquierda (otra levedad de plomo), y muy en particular el del régimen cubano, aun cuando a algunos de sus voceros se les escape de vez en cuando la verdadera intención, como fue el caso de Silvio Rodríguez, quien justo sobre la banalidad de imprimir motivación guevarista a un desfile de Chanel en La Habana, dijo que daba lo mismo quiénes fueran a posar siempre que pagasen bien.

En la exposición “Che. Revolución y Comercio”, presentada hace ya algunos años en el International Center of Photography de Nueva York, fue exhibido un centenar de enseres, prendas de vestir, obras de arte y propaganda de toda laya que, durante varias décadas, habían puesto en órbita comercial su cabeza con boina en más de 30 países. Hoy el número de esos objetos se ha multiplicado. El rostro en cuestión es uno de los más reproducidos en la historia de la fotografía. Circula en camisetas, posters, gorras, ropas, muebles, tatuajes, bisutería, portavasos, carpetas, pegatinas, zapatillas, pins, toallas, perfumes franceses (y cubanos), bebidas alcohólicas, diversos artículos de lujo entre los que se incluye ropa interior femenina, piyamas, bikinis, tabaco, marcas de automóviles… En fin, hasta un cartel gigante con su cabeza coronada de espinas ha sido utilizado por cierta iglesia británica para atraer adeptos. Y aún se recuerda la controversial serigrafía Che Gay, donde sirvió de icono para amantes de una preferencia sexual que mucho despreciaba el llamado guerrillero heroico.   

En síntesis, constan noticias precisas sobre los miles de millones de dólares que ha estado generando este negocio transnacional. Por ejemplo, es bien conocido que una de las comercializadoras por Internet más importantes del mundo, la estadounidense eBay, ha llegado a ofrecer al público una variedad de 3.040 diferentes T-Shirt con la imagen del Che. Y no es la única, desde luego. El boom comercial de la marca Che Guerrillero Heroico es ya un hecho corriente. Lo que nadie conoce –y muy posiblemente no lleguemos a conocer nunca– son las cifras que por este concepto han estado obteniendo los generales castristas a través de la industria turística cubana. No hay un solo hotel, tienda, feria o centro comercial en áreas turísticas de la Isla donde no se comercialicen, a precio de oro, los más variados suvenires con esa imagen. Y es fácil suponer que ni uno sólo de los cientos de miles de visitantes guevaristas –sean de pacotilla o de aberrada militancia– se marchan de la Isla sin comprar su correspondiente cabeza de santo con boina, o sin haber pagado por visitar sus sitios de culto.

Es igualmente sabido que tanto el autor de la foto original, Alberto Korda, como su heredera, se han mostrado escrupulosos ante la manipulación comercial de esta obra. También se sabe que la familia del Che ha pedido cuentas en más de una ocasión a los mercaderes extranjeros de su imagen. Sin embargo, no ha trascendido hasta hoy (al menos que yo sepa) que unos o los otros exteriorizaran inconformidad o presentaran demanda ante el uso y abuso del monopolio comercial del régimen. Tal vez sea otro de los misterios que nos acompañan. O quizá no resulte tan misterioso, y pueda explicarse en el hecho de que aun cuando ya nadie en Cuba quiere ser como el Che, todavía hay algunos a los que no les viene nada mal vivir bajo su mítica sombra.

Es otro de los puntos en que se cruzan dos clases de levedades de plomo que llevan marca registrada por el fidelismo: el culto a la personalidad y las degradaciones morales que éste suele destapar directamente. Pero es sólo otro de los puntos. Hay muchos, algunos de ellos anticipados por Borges cuando apuntó: “Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomentan la idiotez”. Santa palabra, ya que ciertamente las levedades de plomo del fidelismo, aún más que a fomentar la crueldad, se han destinado a fomentar la idiotez mediante una cadena interminable, unas a partir de otras, hasta llegar al punto que deben ser muy pocos los que, por ese concepto, estarían en condiciones de asegurar inequívocamente que han logrado mantenerse impermeables ante la arrolladora influencia fidelista, sea en un sentido o en otro.

Se trata de una tragedia que pende, como espada de Damocles, sobre el presente de la historia nacional y que entenebrece de algún modo el futuro. Tanto más cuanto menos resueltos nos mostremos a encararla sin complejos. Desde luego que en este caso los efectos del legado fidelista, en materia de levedades de plomo, exceden las fronteras de la política. Pero no por ello resultan menos graves. Son de carácter epistemológico, pues se relacionan con nuestra manera de percibir la realidad y con la tozudez en que actuamos partiendo de esa percepción equivocada. El enfado, o pesar, o rencor como reacciones ante el bien del prójimo, muy particularmente cuando éste no comparte nuestros estilos de pensamiento y de vida. La incapacidad, unida a la total falta de condescendencia para valorar las razones del otro. El recurso de asumir la competencia no mediante el análisis y la superación de los defectos propios, sino intentando desacreditar al competidor, sin reparar en miserias ni falsedades. La acción abusiva ante el más débil, en proporción con la taimada y ladina actitud de víctima ante el fuerte: He aquí algunas, sólo unas pocas de las levedades de plomo (patógenos del fidelismo) que pesan sobre la intercomunicación entre los cubanos de hoy, vivamos donde vivamos, aunque siempre de acuerdo con los estratos y los sitios en que actuamos, y siempre identificables entre los rasgos de incorporación más o menos reciente a nuestra identidad. Y unas pocas más son: la procacidad como supuesta manera de hablar claro; la ofensa a ultranza en tanto alarde de falsa valentía, sobre todo cuando se está amparado por algún poder o por la distancia; el talante de fullero, jactancioso, arribista, postalita, trepador, parlanchín, cañonero, soberbio y déspota como patrones de conducta para conquistar el éxito. Me estoy refiriendo a una serie de levedades de plomo que nos tipifican en forma generalizada. De modo que nadie debiera sentirse ofendido si considera que no aplica dentro del prototipo. Ya sabemos que lo excepcional no niega sino complementa la regla.

El cubano no es un pueblo político, por fortuna nunca lo fue, pero hoy estamos gravemente ideologizados, en el sentido más pernicioso, es decir, idiotizados por la ideología. Y es sobre tal idiotez que se yerguen otras de nuestras levedades de plomo, asumidas en la forma de impresentable facha de agresivos. La carencia de ánimos para reafirmar y defender nuestro ser individual. La falta de opiniones propias y el excesivo temor para sostenerlas cuando las tenemos. La solidaridad como demagogia o como picaresca sin auténticas sustentaciones éticas. La desestimación de la familia en tanto tradición y fundamento. La pasmosa apatía con que nos resignamos durante tanto tiempo a ser sujetos dependientes… Son por igual levedades de plomo que hemos venido padeciendo, unos más y otros menos, pero todos en definitiva. Desde los tiempos de la esclavitud no conocimos otro flagelo tan persistente, por los estragos que causa en el progreso material, en la moral y en el espíritu. La diferencia, en todo caso, radica en que los esclavos de siglos anteriores no aceptaron nunca resignadamente su destino, ni exhibieron sus llagas como virtudes.

Por no dejar de perder los recursos que nos protegían contra las levedades de plomo, se nota cada vez más frágil nuestra inveterada propensión a reírnos de todo y de todos, incluso de nosotros mismos. El enfado nos expugna como un nuevo vicio. Y eso es algo contranatural en nuestro caso. Otra conquista de la revolución, incorporada a la idiosincrasia cubana como tantas lacras del fidelismo, junto a sus lecciones de contumacia dogmática y de odio y descalificación a todo lo opuesto, diferente, alternativo. La roña, el insulto, la implacable revancha, el dictamen sin juicio previo y sin derecho a réplica, son constantes por las que hoy damos cauce a esa proyección de coléricos. Es como un atajo para el laberinto de nuestras conciencias de humillados sin desquite. De no existir otras vías para confirmarlo, basta con un sencillo clic de acceso a las redes sociales, todo un muestrario revelador de cubanos irremediablemente ofendidos. Los hay de todas las tendencias políticas o religiosas o artísticas o existenciales. Y de todos los gustos, o todos los dudosos. Hay incluso los que se esfuerzan por creer (o hacer creer) que siguen siendo personas serenas y dadas a la desaprensión. Pero basta que alguien haga o diga algo que les contraríe, para que el enojo les desborde. Evidentemente, cambiar de lugar de residencia y de atmósfera política no nos alcanzó para superar la manera de encauzar nuestras pasiones. Michel de Montaigne nos lo había advertido desde hace cuatro siglos: “Ya he roto mis cadenas, dirás: como el perro rompe el lazo a fuerza de tirones pero en su huida arrastra un buen trozo de cadena al cuello”. Precisamente este célebre humanista y moralista del Renacimiento apostaría resueltamente por la serenidad de espíritu y por el recogimiento dentro de nosotros mismos en tanto principios para conquistar la libertad. Y de eso se trata, ni más ni menos. Si vivimos recelosos, embestidores y coléricos a tiempo completo, no lograremos ser libres, donde quiera que estemos. A más de que la roña podría matarnos de un infarto cardíaco, lo cual tal vez termine siendo el menos sufrible de sus efectos. Peor que consumir nuestras vidas, posiblemente sea que nos consuma la alegría, el sosiego, el raciocinio, el sentido del humor, la sensibilidad. Y peor que peor es que nos convierta en censores, o sea, que nos mate el arranque humano de ser justos y solidarios. Porque el gesto punitivo de acallar al otro diciéndole: “si no te gusta lo que a mí me gusta, te vas de aquí”, esa tremenda levedad de plomo tiene su origen en el enfado, que conduce inevitablemente a la censura, pues no nos permite dudar de la opinión propia. Cuando estamos encabronados, no existe otra verdad más que la nuestra.

Luego, para mayor Inri, igual está perdiendo vigencia entre nosotros el lanzamiento de la trompetilla, la más efectiva arma de defensa ante engendros como el de marras. Eladio Secades, gran reactivador y artífice del costumbrismo cubano en el siglo XX, tuvo a bien advertirnos que casi todos los errores que aparecen en nuestra historia son trompetillas que hemos dejado de tirar. Pero no le hicimos caso. Y nada mejor para ilustrar las consecuencias que el montón de levedades de plomo que hoy nos cercan.

En Cuba, donde la gente nace con un chiste en la punta de la lengua, el humorismo ha vivido en la picota durante los últimos sesenta años, al tiempo en que las levedades de plomo le usurpaban la ofensiva. La causa, ya sabemos, radica en la solemnidad, la gravedad y la mala leche que se gastan los caciques del fidelismo, no obstante incurrir perenne, porfiada y ridículamente en levedades de plomo, actitud que conforma fuente eterna de inspiración para la jodedera, pero por ello mismo proscribe el humor y propicia el florecimiento de la insoportable levedad de plomo. Recordemos también lo sentenciado por Jorge Mañach en su proverbial ensayo Indagación del choteo: “No hay gravedad, por imperturbable que sea, en la que no cale siquiera de momento esa estridente rociada de menosprecio que es la trompetilla”. Pero tampoco lo tuvimos en cuenta. Así que concedimos abúlica exención a tales pesadeces con las que nuestra identidad nacional, tan socorrida en los discursos, ha sido y es sistemáticamente atropellada, humillada, atrofiada en su fuero interno.

Paradójicamente, las levedades de plomo echadas a rodar por el fidelismo encuentran tal vez su más redondo símil en una obra clásica del humorismo político, La fábula sobre el rey Murdas, donde el célebre Stanislaw Lem cuenta que este monarca, obsesionado con el poder absoluto, y nervioso ante la perspectiva de perderlo, dispuso que atornillaran su cuerpo al trono, fundiéndolo con soldaduras, para que no hubiese fuerza de Dios ni de los hombres capaz de separarlos. Sucedió entonces que una noche tuvo lugar un gran incendio en el palacio, cuyas llamas iban a terminar arrasándolo todo, incluido el rey Murdas, a quien no le fue posible correr por razones obvias.

Igual que esas soldaduras que dejaron al monarca de Lem sin alternativas de escape, veo yo las levedades de plomo del fidelismo, con su larga estela de idioteces y gandulerías.


Esbirros

Cada día llegan más noticias tristes de Cuba: golpizas, interrogatorios humillantes, encarcelamientos, ultrajes de toda índole, de parte de las fuerzas del “orden”, para quienes se manifiestan pacíficamente contra el gobierno, mujeres incluidas.

Asimismo, la emprenden contra los manifestantes ciertos piquetes de “civiles” estimulados y retribuidos de una u otra manera por el régimen.

Escribí arriba “noticias tristes”, porque en algún momento la ira que provoca lo antes dicho se convierte en pesadumbre.

Pesar, tristeza al ver cómo ciertos segmentos de aquella sociedad se bestializan.  

Como hemos afirmado en otras ocasiones, nunca en sitio alguno ha sido necesario importar esbirros; no hubo que traerlos del extranjero durante las dictaduras en Argentina,  Chile, República Dominicana o Cuba 1952-59, ni en las extintas Unión Soviética, Rumania o la Alemania nazi. Los esbirros son un producto nacional. Y, como casi todo —lo bueno y lo malo— , surgen cuando la época, digamos, lo reclama.

De niño, en el barrio de mi infancia, le pregunté a un boxeador al que admiraba por qué era boxeador. “Uno lo es cuando está en el ring, ya cuando se baja uno es otra cosa”. Mucho tiempo reflexioné sobre esta respuesta hasta que llegué a la conclusión que hoy sostengo, y que desde hace tiempo debe ser pan comido para psicólogos y sociólogos: el ser humano promedio puede reaccionar de acuerdo con las circunstancias o el sitio en que esté.

Aquel barrio lo frecuentaban dos policías asesinos de la tiranía de Batista. Eran hombres que no tenían piedad, todos lo sabíamos. Recuerdo sus apellidos, Barroso uno, Montano el otro. Un día, el segundo se acercó a mí, que me hallaba sentado en la acera de una esquina, y me pasó la mano por la cabeza con suma ternura. “¿Qué pasa, fiñe?”, me dijo mientras me ofrecía unos caramelos de chocolate. Yo acepté los caramelos y sonreí.

Si atendemos a la represión que se ha desatado en Cuba en los últimos años, es posible asegurar que asistimos a un nuevo parto de esbirros.

Localizamos este nacimiento, entre otros, en la policía, en los cabecillas y componentes de las cuadrillas que golpean a los “contrarrevolucionarios” y en algunos miembros de los Comités de Defensa de la Revolución a nivel de cuadra dedicados a realizar “actos de repudio” contra la “gusanera”.

A cualquier lector le pueden saltar estas preguntas elementales: ¿Dónde está la ética de esas personas que, amparadas por el Poder, con impunidad por tanto, golpean, injurian, humillan a otras? ¿Dónde la hombría de esos varones que la emprenden contra mujeres desarmadas? ¿Qué puede esperar un gobierno de semejantes adeptos? ¿Qué se puede esperar de un gobierno que cuente con semejantes adeptos? Estas preguntas no se las hacen los esbirros ni los gobernantes cubanos. Los primeros, no tengamos dudas, van a matar sin piedad llegado el momento. Los segundos, darán a los primeros las órdenes de matar. A ambos los mueven los mismos intereses.

A mí me duele algo en especial —quizás “especial” no sea la palabra adecuada, pero ahí la dejo—: esos escritores que allá, en la patria, continúan apoyando al régimen de una u otra forma. Pues veamos que en tiempos pasados no estaban enterados de tanta injusticia, de tanta impiedad. Pero hoy ya no es así. Y esto es lo que más me duele.


Israel Lanuza vs Raúl Torres: La peor canción del siglo XXI

La noticia de que la canción Patria o muerte por la vida, iniciativa del trovador cubano Raúl Torres, aparece en Google como respuesta al concepto “peor canción de 2021”, habría inquietado a los representantes del cantante nicaragüense Israel Lanuza, célebre por sus interpretaciones desafinadas en Youtube.

Con más de tres millones de vistas en Youtube, el tema El tiempo y las situaciones, de Lanuza, ha contribuido a disparar la carrera del cantante nicaragüense de manera exponencial, acumulando la nada desdeñable cantidad de 30,000 dislikes contra poco menos de 12,000 likes.

Pero Patria o muerte por la vida, de Torres acompañado por Annie Garcés, Dayana Divo, Karla Monier y Yisi Calibre, ya lo ha superado ampliamente en la náusea del público con 70,000 dislikes contra poco menos de 7,000 likes.

“Desafinar y desvariar no puede convertirse ahora en una moda”, declaró a Arroz con Mango un potencial representante de Lanuza que prefirió no ser identificado. “Este novedoso modo de cantar es de exclusiva autoría de Israel y no vamos a permitir que se llenen los bolsillos en Cuba sin citarnos siquiera”.

“El tema de Lanuza merece por derecho propio el título de ‘Peor canción del siglo XXI’, y no va a venir ahora un mequetrefe comunista a escamoteárnoslo”, protestó el representante nicaragüense, que añadió: “Vamos a pelear muy duro para que nuestro tema siga ocupando un lugar único e insondable en el tiempo y sus sucesivas situaciones”.

En momentos en que se suceden las respuestas oficialistas a Patria y vida -el tema interpretado por Yotuel Romero, El Funky, Maykel Osorbo, Gente de Zona y Descemer Bueno- crece también la inquietud en Youtube, Google y otras redes sociales ante el holocausto rítmico, o cagástrofe sónica, que el régimen castrista estaría dispuesto a perpetrar.


Soandry del Río: ‘El rap me dio las respuestas’

En el rap cubano hablar de Hermanos de Causa es mencionar un pilar que sin dudas, con su estilo y poesía, marcó una línea que continuarían muchos grupos que le sucedieron. Dentro de la diversidad del movimiento de rap cubano de los noventa, este dúo logró un sello que cada uno de sus miembros mantiene. La representación del rap noventero, Old School, en el presente son ellos, y lo siguen siendo por los diferentes rumbos que han tomado sus dos miembros.

Dentro del panorama actual del hip hop es bastante recurrente escucharle a los nuevos raperos expresiones como “soy real”, “soy underground”, “soy consciente”  mas estas frases no pasan de una retórica construida en busca de fórmulas fáciles para agradar al oyente poco exigente. El verdadero concepto de lo que es ser Real o Underground cada vez se pierde más entre el mercantilismo del arte y la necesidad de los artistas de ser aceptados por el público.

Soandry del Río, director de Hermanos de Causa, con más de veinte años de carrera artística, sigue marcando el paradigma de lo que es ser real y consecuente con un discurso. Que ha tenido transformaciones en su largo trayecto, es lógico, y ha madurado muchas ideas y concepciones; pero su esencia sigue siendo la misma. Rebelde, antisistema, se trata de alguien que se debe a sus percepciones de la vida y no a lo que dictan las masas o las políticas culturales, ya sean de Cuba o del planeta entero. La música que hace Soandry te remonta a un tiempo que al menos personas de mi generación no vivimos. Es portador de una poesía áspera y punzante que relata el escenario en el cual se inspira y nos da vestigios del lugar y la época de donde viene.

Soandry, aunque no le guste reconocerlo públicamente –pues en su interior lo sabe–, es una de las figuras más importantes dentro de su gremio rapero en la isla; lo es por su historia, por sus valores, por cómo ha asumido y mantenido sus posturas y por poseer una luz como la de pocos. Reconocido por todo el que conoce las raíces del rap cubano, incluso por las instituciones que censuran su obra.

Pese a esto, él camina humilde por las calles de Cojimar, pasea a sus perros, educa a su hija y huye de la aclamación mediática. Es de esos artistas que crea por necesidad de expresión, por botar lo que le oprime el alma, no por ser famoso. Prefiere calar de forma concisa en el corazón y la mente de unos pocos antes que ser una moda pasajera o generar productos de reemplazo a diario.

¿Qué es ser un rapero negro y de la Habana del Este?

Esta frase es parte de una de mis canciones favoritas de Hermanos de Causa: quiere decir que me siento orgulloso de mi raza, de mi barrio, de mi música y de mi gente. Fue la manera que encontré de gritarle al mundo a través de una canción el amor y la devoción que sentía y siento por lo que fui, lo que soy y lo que seré; puesto que siempre aborrecí la doble moral. Por lo general trato de evitar la tendencia a relacionarme con personas que no asumen lo que son pese a que vivimos en una sociedad interdependiente y sometida  a inescrupulosos dogmas. Aceptar y reivindicar lo que eres es el primer paso del largo camino que te conduce a ser libre.

Cuéntame cómo fue la etapa de tus comienzos en el rap…

Fue a través de la cultura negra norteamericana como descubrí que yo tenía muchas cosas que expresar. Por otra parte, me sentí identificado por un fuerte sentido de pertenencia que era incapaz de encontrar en la política cultural impuesta por las instituciones que rigen el ámbito artístico en mi país; ellas eran excluyentes con las posturas no afines al sistema o con las manifestaciones empíricas que no contaban con el respaldo de la academia.

Comprendí que la cultura Hip-Hop es una herramienta necesaria para creadores que no encajan en la estructura paternalista y centralizada que ofrece el oficialismo. El rap me dio las respuestas que nadie me pudo ofrecer, la música me esculpió y la poesía me dio un poder. Me siento extremadamente afortunado de poder decir que soy pionero y de los fundadores del rap underground en la isla, puesto que tuve el privilegio de ser partícipe de uno de los mayores fenómenos de empoderamiento artístico que ha experimentado esta nación.

Fue bello cantar en lugares que ya no existen; con tecnología obsoleta como la máquina de cintas, disco de acetato, casete, minidisco y disco compacto. Fue maravilloso compartir un mismo par de zapatos, un pulóver, una gorra con un amigo o un vaso de ron para todo un grupo. Identificar el sonido de los diferentes chiflidos de las personas cuando trataban de agruparse a la salida de los eventos o discotecas.

Eran geniales aquellas batallas de freestyle a las tres o las cuatro de la madrugada en la parte de atrás de una confronta, cuando regresábamos de Pabexpo o la Piragua. Fue divino ver cómo era más importante el baile que presumir la ropa, compartir un cigarro con un extraño producto por el cual muchas veces podías amanecer con una fosforera que no era tuya en el bolsillo.

Reunirnos, ensayar en casa del socio de la grabadora cuando sus padres estaban para el trabajo, intentar aprender cómo construir antenas ilegales para captar las señales de radio y televisión de los canales de la Florida. Esto como única fuente de actualización de música para presunción del conocimiento cultural a través del sonido. Por otra parte, estaban los festivales de rap, amigos que ya no están, talentos que ya se han ido y toda una escala de valores que con poco creaba muchos nichos.

Qué te puedo decir, pudiéramos estar horas hablando del tema.

¿En qué momento los miembros fundadores del hip-hop cubano comienzan a tomar una conciencia autóctona de la realidad social cubana y a tratar la temática racial?

Una toma de conciencia es el cumulo de muchos momentos, de muchos factores y de muchos actores. Me atrevería a decir que la toma de conciencia de la temática racial en el movimiento comenzó por la imitación de los códigos de vestimenta emitidos por los artistas negros norteamericanos, quienes, para nadie es un secreto, constituyen la cultura negra visual y musical con más influencia en el mundo.

Partiendo de lo antes dicho, el primer paso comienza a partir de la ruptura con los cánones impuestos de belleza que siempre han tenido como base el eurocentrismo. A esto hay que agregarle la interacción con personas con conocimientos en el tema que no tardaron en percatarse del creciente poder de convocatoria que emergía del novedoso género.

También con artistas, académicos y activistas nacionales e internacionales que corroboraban dicha toma de conciencia, la cual iba exigiendo más sentido de la responsabilidad como respuesta a la necesidad de plasmar de manera efectiva la esencia de una realidad que, simultáneamente, representa un despertar que retroalimenta al emisor y al receptor como parte del mismo conflicto.

De esta manera fue que poco a poco fuimos descubriendo que todo tenía su dosis de racismo, incluyendo el párrafo que en la Constitución hace alusión a la erradicación del mismo; ya que cerrar las puertas al debate y vivir de espaldas a la realidad ha sido parte del problema, ayudando a consolidarlo. Los raperos lograron amplificar el tema racial ayudando al reconocimiento y la aceptación del mismo en la nación. Si hoy en Cuba se reconoce que hay evidentes problemas de racismo, en gran medida es gracias al rap cubano.

¿Qué impacto generó en diferentes sectores de la sociedad, la cultura y la política el abordaje de estos temas en las voces de los raperos?

Como explicaba antes, mediante el rap cubano se amplificó el tema racial a través de las vivencias narradas por los que más sufrían el impacto, y con un lenguaje que estaba en sintonía directa con las masas; expandiendo y generando conciencia no solo en los afro descendientes sino en toda la sociedad. Al mismo tiempo que sonaban las alarmas en las instituciones culturales, el rap cubano se posicionó en la mirilla gubernamental, convirtiéndose así en centro y atención de interés político.

Si ya de por sí un negro fue y es motivo de sospecha y miedo, con un micrófono en la mano y poder de convocatoria pasaba a ser un foco de preocupación estatal. No solo por condenar el racismo, sino por indagar en la verdadera historia de Cuba, la que no te dan en la escuela, la que vetan de muchos libros, la que se acerca muchísimo más a la verdad.

Este proceso trajo consigo toda una ola de empoderamiento cuya fuerza era capaz de desgastar la dependencia física y psicológica fomentada por el régimen. Otro aspecto importante fue la interacción con reconocidos activistas sociales de la esfera internacional generando de esta forma una simpatía que comenzó a labrar una vía alternativa a la colaboración e intercambio de experiencias y conocimientos. Al tiempo que la propuesta artística, desde la oratoria, mejoraba más y más.

Por otra parte, fuimos capaces de demostrar que se podía incidir en la comunidad a través de la plataforma cultural, identificando vacíos desatendidos desde la política. Al tiempo que se gestaba un muy necesario e imprescindible estado de opinión.

¿Crees que de los 90 hacia acá hubo alguna mejoría?

Comenzaré diciéndote que el racismo cubano es súper hipócrita y en la mayoría de las ocasiones asintomático. Es algo que se esconde con extrema facilidad, pero tú sabes que está ahí. Está tan arraigado y tan insertado en la cultura que a mucha gente le cuesta identificarlo apropiadamente. Las personas están tan acostumbradas a ver al negro jodido que se molestan cuando uno les habla de racismo o cuando uno los confronta con la evidencia sobre el racismo imperante en la sociedad.

La gente está tan familiarizada con las desventajas de las comunidades negras, tan acostumbrada a ver al negro jodido, repito, que ven como malagradecimiento cuando una persona negra se muestra inconforme con la situación en la cual se encuentran los afrodecendientes. Todo esto es producto del racismo estructural también.

Uno de los pilares que sostiene esta dinámica racial está conformado por aquellos que saben que existe tal racismo estructural pero no pretenden renunciar al mismo para poder seguir disfrutando las ventajas adquiridas por los privilegios y se escudan en la negación, en la justificación histórica, así como inventan estrategias de contraataque para llevar a cabo sus objetivos. Otra base importante en este aspecto es la inmensa ignorancia histórica del tema. Por tanto, el racismo hace que muchas personas viren la cara cuando se toca el tema, que siempre se deja de último.

Muchas personas tienen como única concepción de la palabra racismo la esclavitud, la colonial, por decirlo de alguna manera. Si no ven abuso físico, castigo en el cepo o latigazos, sienten que es una exageración decir que hay racismo, ignorando de manera consciente o inconsciente toda una amplia gama de mecanismos de opresión, marginalización y dominación, los cuales contribuyen todo el tiempo al freno del desarrollo de los negros cubanos.

Yo, en el plano personal, considero válidos muchos esfuerzos que se llevan a cabo por grupos de personas en el mundo para luchar por la erradicación de dicho flagelo. Pero hasta tanto la sociedad no adquiera la madurez de entender lo aberrante de la dogmatización y el blanqueamiento al cual somos diariamente sometidos, siempre habrá una gran parte incapaz de ver al racismo realmente como lo que es: una vergüenza.

De los años 90 para acá, uno de los logros para los afrodescendientes ha sido el mayor acceso a la información a través de los avances de la ciencia y las comunicaciones a nivel mundial. En términos de la sociedad cubana, se ha realizado un insuficiente y muy pequeño esfuerzo estratégico por erradicar los problemas que tenemos. El racismo ha permanecido y ha ido cambiando según la situación o los intereses, camuflándose unas veces más, otras veces menos, escondiéndose cuando es necesario, saliendo cuando hace falta. Pero por sobre todas las cosas, sosteniendo y construyendo el dominio de un estructura de poder blanca.

Yo siempre he defendido la tesis de que en el hip-hop cubano el grupo que introduce la temática de lo sociopolítico, desde el activismo consciente, es Hermanos de Causa. ¿Cómo se descubren ustedes con esa línea de trabajo? ¿Fue consciente o llegaron ahí por casualidad y después la fueron concientizando?

Todo empezó por lo sociocultural y de manera consciente. Ya el aspecto político es algo inherente dentro del mismo proceso. Lo que tengo que reconocer que llegó de manera inconsciente fue la madurez sociopolítica y el mejor ejemplo de esto que estoy diciendo es el tema Tengo.

Luego de algún tiempo de cantar el tema, recuerdo que en una entrevista una estudiante de filosofía norteamericana que estaba haciendo su tesis de graduación basada en el fenómeno cultural que representaba el rap cubano, me dice: “La canción es una analogía del poema Tengo de Nicolás Guillén”. Y lo era, lo que no estuve consciente de ello cuando compuse la letra. Justo ahí me di cuenta de que estaba siendo partícipe de un proceso que no siempre percibía.

Otra experiencia que pudiera contar de la misma canción fue la conferencia realizada por el prestigioso catedrático Alan West Duran, quien vino a Cuba y expuso en el museo de la música un análisis profundo entre el poema Tengo de Nicolás Guillén y la canción Tengo de Hermanos de Causa.

Por otra parte, me gustaría agregar que es el único tema en el rap cubano que ha sido interpretado por otro grupo musical y cabe destacar que, en la cultura hip-hop, los raperos no interpretan canciones escritas por otros raperos, puesto que cada artista tiene como máxima proyectar su propio discurso.

¿Qué extrañas de las épocas pasadas del rap en Cuba que ya no se ve en el presente?

Lo extraño todo, pero por sobre todas las cosas la escala de valores de aquellos tiempos. Pasamos de ser una selva diversa y saludable a convertirnos en un maizal uniformado y enfermo. Vuelvo y repito: lo extraño todo.

Háblame de tus influencias en las artes visuales…

Vienen desde muy temprana edad, recuerdo que cuando era niño pasaba horas dibujando. Por otra parte, tengo que reconocer que haber tenido un hermano pintor y escultor contribuyó a la construcción de la conexión que hoy tengo con dicho sector de la cultura.

Cabe destacar también que gracias al rap cubano he tenido la oportunidad de conocer y trabajar con prestigiosos artistas de la plástica. Tengo que mencionar un evento que marcó mi vida en el 2010, cuando fui invitado por Alejandro de la Fuente a participar en Keloides. También dentro de mi círculo de amistades cercanas se encuentran muchos exponentes de la antes mencionada tendencia artística.

No puedo concebir mi poesía sin la influencia de los mismos. También considero que en cierta medida mis canciones son como cuadros abstractos conformados por palabras.

Háblame de tu reciente video Todo pa’ él…

Todo pa’ él es una crítica social más. Retrata parte de mi visión sobre el momento actual. La oración Todo pa’ élhace alusión al egoísmo gubernamental, que, si lo comparamos con la retórica de los tres monos, los tres se representarían tapándose los oídos. Creo que gran parte de la crisis en la cual se encuentra inmersa nuestra sociedad se debe al paternalismo patológico y el acaparamiento desmedido que no permite que el cubano de a pie sea partícipe de Cuba.

Como ya es costumbre en mí, busqué transmitir mi inconformidad desde una poesía elaborada que en ocasiones encripta un poco el mensaje para de esa forma jugar con un doble sentido que jamás deja de ser crítico. Me gusta poner a pensar a las personas porque implica un proceso que exige esfuerzo mental para con uno mismo.

En esta canción también se aplica la filosofía de mínimo recurso vs máximo rendimiento. En este caso me refiero al video clip pero, vuelvo y repito, el grueso de la batalla se lleva a cabo en el plano mental. Aquí también se puede apreciar la participación de la plástica a través del grafiti callejero no solo como elemento de la cultura hip-hop sino, también, como complemento del mensaje transmitido.

En parte, la canción lo que hace es unir dos corrientes artísticas de magnitudes diferentes pero que se mueven en el mismo sentido. Todo en el video clip está mandando un mensaje, y aquí voy a compartir algunos: el pasamontaña representa la hipocresía, la doble moral, los personajes y avatares que psicológicamente nos construimos. El traje representa el dogma y el estatus quo. La piscina abandonada de Alamar representa la obra social descontinuada que una vez al pueblo le fue prometida. Como detalle interesante, esta piscina tuvo como objetivo ser la más grande que en América Latina se haya construido, y hoy luce como el reflejo de un pacto que no fue cumplido, una promesa olvidada en un barco sin destino, etc.

Quiero agradecer a las personas que contribuyeron a llevar a cabo y confiaron en este quehacer artístico, que cada vez se torna más inusual para las tendencias que rigen el arte.

Háblame de ese otro campo del arte en el cual llevas un tiempo adentrándote: la fotografía.

Siempre me ha gustado la fotografía, pero también quería indagar y profundizar en ella para entender muchísimo mejor el efecto que causan en la mente las imágenes. Considero súper importante entender este proceso porque, por ejemplo, cuando yo quiero trasmitir algo de alguna canción o cuando quiero o siento la necesidad de mostrar algo en materia visual, quiero proyectar la mayor esencia posible de mi punto de vista. Entonces, si no conozco el lenguaje visual o de la fotografía, estoy en la necesidad de que otro tenga que traducir en término visuales lo que yo quiero decir. Siento que sin intermediarios en ese aspecto, el mensaje llega más directo en relación a todo lo que tenga que ver con mi música.

Otra cuestión por la cual me vi motivado a indagar en el campo de la fotografía es la escasa proyección de la imagen afro. Para nadie es un secreto que la industria de la publicidad está dominada por personas blancas y en su mayoría tienen un concepto eurocentrista del mundo, y así se manifiesta la gráfica que trasmiten. Es clave saber articular un mensaje propio en este sentido.

Háblame de los animales…

Siento un profundo respeto por la vida de la mayoría de los seres vivos de este planeta. Considero que parte del karma político que está viviendo este país se debe a que la sociedad cubana es bastante cruel y desentendida con los animales.

¿Cómo vez la problemática del maltrato animal en Cuba y las soluciones que da el gobierno?

La problemática del derecho animal en Cuba no ha sido ni es prioridad para las instituciones pertinentes. Creo que hay que ser recelosos con los acuerdos y hay que estar atentos para que los mismos se lleven a cabo correctamente. También estar pendientes de mantener esas leyes para la protección de la vida de los animales. Ahora que me hiciste la pregunta, me viene a la mente una de las historias que recuerdo haber leído cuando era niño, La historia del cachorro ssesinado; anécdota de la Sierra Maestra que en síntesis narra cómo se sacrificó a un pequeño perro que estaba poniendo en peligro un cerco operativo con sus diminutos aullidos.

¿Cómo ves Cuba en el presente y te la imaginas en el futuro?

En el presente honestamente creo que se ha aprendido muy poco del pasado, seguimos dependiendo de la necesidad de un Mesías, seguimos teniendo la tendencia patológica de centralizar todos los procesos, queriendo hacer monte con un solo palo. Seguimos ejerciendo el mismo racismo, el mismo machismo, el mismo daño antropológico heredado del comunismo. Todos miran si te caes, nadie advierte del abismo. Nos sigue ganando la emotividad conjuntamente con las hambres viejas de reconocimiento y aprobación ajena.

Por otro lado, hay que reconocer que se han dado procesos significativos, ya sea por el cúmulo de distintas situaciones o por mala praxis política de la cúpula gubernamental que intenta obtener ganancias sin compartir la riqueza, poniendo la ideología por encima de la evidencia, de la lógica y el sentido común.

El futuro no me lo replanteo. Solo me enfoco en palear la crisis y ser una mejor versión de mí mismo.


Raúl Torres, Eduardo del Llano y el Pacto de la Guayabera

En un acto de reafirmación revolucionaria ligado con solidaridad infocastrista el cantante Raúl Torres recargó el teléfono del cineasta Eduardo del Llano esta semana, evitando en primera instancia la retirada de este último de Facebook.

“Ya no me es tan fácil conseguir recargas”, había confesado Del Llano en su página oficial este lunes, tras quejarse de que en esa red social lo acusan “de quedar bien con los dos lados, nadar entre dos aguas” y “ser bipolar”.

Torres, quien junto a Annie Garcés, Dayana Divo, Karla Monier y Yisi Calibre grabó recientemente el contradictorio tema ‘Patria o muerte por la vida’, en respuesta al hit ‘Patria o vida’, recibió a cambio de la recarga una guayabera que inicialmente había pedido prestada a Del Llano para aparecer en el “video clip”.

“Verdad que al principio, arrugada y todo, no me la quiso prestar”, se sinceró el cantante en declaraciones rescatadas del olvido por Arroz con Mango. “Pero una recarga es una recarga y finalmente firmamos lo que jodedoramente hemos llamado ‘El Pacto de la Guayabera’”.

Aunque en un arranque escatológico Del Llano expresó en la red “no voy a seguir publicando, me voy de la mierda esta” y “estoy cansado de la mierda esta”, el oficialismo cultural cubano apuesta por la permanencia del cineasta, “porque hay cosas que para lograrlas han de andar en Facebook”.

“Estoy harto de la bobería esta, yo soy un escritor y un cineasta”, se había franqueado el también guionista. «Voy a seguir con mi trabajo y se pueden meter su Facebook por donde les quepa”.

“Espero que Eduardo comprenda que, en promedio, la gente se va de Facebook al menos cinco veces al año”, reflexionó Raúl Torres. “Pero al final, arrugá y todo, siempre se queda… como yo con su guayabera”.


¿Fidel Castro era guapo?

Fragmento del libro Los timbales de Dios, de José Hugo Fernández


Nunca evito recordar con una sonrisa que aquellos sociópatas que tan fácilmente le ganaron la partida a todos sus intimidantes émulos de la época estaban dirigidos por un guapo búcaro. He leído lo que se cuenta acerca del pasado de Fidel Castro como miembro de la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), una de las pandillas más sanguinarias de los tiempos republicanos, encabezada por otro militar, no más faltara, Emilio Tro, comandante y director de la Policía Nacional. Entonces no tengo por qué dudar que en sus faenas de pistolero al servicio de UIR, Castro haya matado y apolismado a más de un contendiente. Sin embargo, continúo creyendo que su fuerte como sociópata no fue nunca entrarle de cuerpo presente a la refriega. Su ego estratosférico y sus humos de patriarca deben haberlo convertido desde muy temprano en un manipulador de guapos y un formador de sociópatas. La valentía de tiroteo y cóctel molotov debió dejarla mayormente para sus acólitos. Serían éstos los destinados a poner el muerto, mientras que Castro aportaba la sustancia gris. Un portentoso creador de espejismos. Eso sí. Nada que ver con los líderes auténticamente corajudos de la guerra de independencia. Ahora bien, la amalgama casi mágica que consiguió al combinar su guapería de histrión con las reales temeridades de guapos y sociópatas que le seguían encandilados por su carisma, constituye quizá el más singular hallazgo (y el más devastador) de nuestra historia política. Y también sintetiza el más sonado triunfo, la máxima consagración alcanzada por el falogocentrismo en nuestra tierra, pródiga tanto en sociópatas de menor y mayor envergadura como en guapos búcaros.

No tengo miedo de un ejército de leones guiado por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas guiado por un león. Dicen que así lo afirmaba Alejandro Magno, uno de los mayores, o el mayor entre los ídolos de Fidel Castro. Entonces no me cuesta suponer que se haya servido de su frase, con la correspondiente acomodación, para formar un ejército de leones dominadores de ovejas pero guiados por un zorro. Y es lógico que entre aquellos leones que le rodearon resulte muy fácil identificar todas las variedades de guapos sociópatas. Desde los más brutos y, por tanto, idóneos para obedecer sin analizar cualquier orden, por demencial que fuera, hasta los más degradados engendros de la sociopatía: odiadores, furiosos insaciables, indolentes ante el dolor ajeno, obcecados dueños de la verdad absoluta… Se ha dicho suficientemente que el Che Guevara, modelo por excelencia de este último ejemplar, no logró ninguno de los objetivos que se había trazado al abrir frentes guerrilleros en diversos países del mundo. Pero yo me pregunto: ¿Y si sus objetivos, en tanto sociópata crónico, no eran otros que introducir la violencia y el caos en esos países? ¿Y si además de responder a los retorcimientos de su mente anómala, lo que verdaderamente se propuso el Che no fue sino recuperar en otros ámbitos el protagonismo que Fidel Castro le había arrebatado sin mucha sutileza en Cuba, al convertirlo en instrumento de su megalomanía? No existen fines nobles para los sociópatas. Sus medios son los fines.


Nefasto entrevista a San Garpanta

El arribo a La Habana del eminente nutricionista y experto de la ONU en crisis alimentarias para los Estados Unidos, Francia, África  y Corea del Norte, el compañero San Garpanta, llamó la atención de Nefasto, pues llegó en un vuelo privado y, sin ningún protocolo, corrió a hospedarse en el Gran Hotel Manzana Kampinnski, de la capital cubana. Garpanta, aún sin perder el aliento etílico del camino, accedió a responder estas preguntas para los lectores de La Bola Incendiaria:

LBI  ¿Qué motivo lo trajo a Cuba?

San Garpanta (SG): No fue un solo motivo, Nefasto, son tres. Pero el primero es complacer a Fray Betto, mi dilecto amigo gourmet de todas las épicas mesas suecas y comilonas palaciegas en la Isla,  y de paso felicitar a la gentil y juncal anfitriona, Lis Cuesta ¿Caro?… Primera Dama de Cuba.

LBI: ¿Y los otros? Si se puede saber…

SG: El segundo es degustar un “Timbal de cerdo mamón ahogado con su chicharrón y piña acaramelada, y como postre, un volcán de guayaba sobre crema de queso y sopa de mango”.

LBI: ¿Y esa receta es cubana?

SG: Y muy tradicional  en los fogones de leña de los pueblos fantasmales de la región oriental del país y barrios marginales de la capital, según me reveló la cantante Hayla Mompié, nacida en Amancio Rodríguez y criada en un solar de Belén.

LBI: ¿Pero Hayla Mompié, “La Diva del Estrallón en el Carlos Marx”, es chef?

SG: Bueno, Nefasto, hasta ahí llega mi información. Pero si sé que se mandó esa receta –junto a un chef español– en los modestos salones del capitalino Hotel Grand Iberostar Packard, durante la celebración del Taller Internacional de gastronomía GastroCult 2019. No sé si participó en el de 2020, nombrado Cuba Sabe ¿a qué?, y aún no conozco cómo se llamará el de este año en medio de la epidemia de la Covid.

LBI: Me confunde usted, Garpanta. Que Hayla María Mompié, además de cantante sea chef, y La Primera Dama, Lis Cuesta ¿Caro?, anfitriona de un evento gastronómico internacional siendo ella una “puesta al dedo” –como su marido en la presidencia del país– al frente de la Agencia de Representación Artística Paradiso, perteneciente al agresivo Ministerio de Cultura (MINCULT). ¿Cómo el pueblo cubano no conoce nada de esto, Garpanta, si vivimos aquí?

SG: Eso no me extraña, Nefasto. Ustedes son las personas más desinformadas del mundo. Conoce más un beduino en medio del Sahara de lo que pasa en Cuba que un guagüero de la ruta Palatino- Miramar. Además, ¿qué profesional, técnico u obrero cubano tiene para pagar los 250 o 500 dólares que cuesta la inscripción sólo para participar? ¿De qué se asombra usted?

LBI: En eso tiene toda la razón, Garpanta. Entonces dígame cuál es el tercer motivo que lo trajo a Cuba.

SG: El tercero y más importante motivo es sobre unos chismes, runrunes y bretes sobre la escasez y el desabastecimiento en Cuba, cuando la revolución cubana, conjuntamente con quien le habla, diseñó y puso en práctica un plan que garantiza la Soberanía Alimentaria y Nutritiva (SAN) del país.

LBI: ¡Pero todo eso es verdad! ¿O usted no ha visto las interminables colas para ver si pueden alcanzar algo que comer por causa del desabastecimiento de tiendas y agromercados en el país? ¿Acaso no le han informado que donde único se pueden encontrar alimentos y otros artículos de primera necesidad es en tiendas donde sus productos se comercializan en dólares, moneda que no circula en Cuba sino es a través de tarjetas magnéticas de quienes reciben remesas del exterior?

SG: Si le soy sincero, Nefasto, no he podido salir del hotel. Pero, entre mi colega de la ONU, el representante de la FAO en La Habana, y mi amigo Fray Betto, asesor del programa de Soberanía Alimentaria y Nutricional (SAN) en este país –que han participado en la deglución del timbal– me han convencido que este es el pueblo más alimentado y mejor nutrido en la faz de la tierra.

LBI: ¿ Y en cuánto a conocer otros criterios publicados en la prensa independiente cubana, los activistas de Derechos Humanos y las agencias de información internacional que siguen el tema Cuba desde aquí o desde el exterior?

SG: ¿Para qué, Nefasto? ¿Usted cree que ellos sean más objetivos y estén tan informados de la situación del problema de la escasez en el país como el presidente Díaz-Canel, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, el Primer Ministro Manuel Marrero, el zar de la economía Marino Murillo y otros comensales que participaron en Loel sencillo atracón de timbales y otros comestibles y bebestibles comunes en esta nación?

LBI: ¿Y qué le dijeron ellos?

SG: Lo suficiente. Que todo eso era una campaña del imperio a base de patrañas y mentiras escritas por mercenarios pagados desde el exterior. Además, me dijeron con convicción: Si quiere no nos crea, pero mire esos platos y pregúntese: ¿Existe miseria, hambre, desabastecimiento y escasez en Cuba?

LBI: ¿Usted que contestó?

SG: Nefasto, como vista hace fe, y todo lo que me decían sobraba frente a mí. Les dí la razón.

LBI: ¿Y qué hará?

SG: Lo que le corresponde hacer a cualquier representante de la FAO, la UNESCO o la UNICEF después de un buen atracón y de ser tratados a cuerpo de Rey en este país. Volver a mi oficina en la ONU y redactar un informe sobre las garantías que da el gobierno cubano a su población.

LBI: Es lógico, Garpanta, no esperaba otra cosa de usted, ni de otros representantes de un organismo internacional. Gracias, ya lo resolveremos entre los cubanos. No hay más que hablar.


De la Primavera Árabe a Caibarién: El horno no está para pastelitos

27 de febrero de 2021. Un hombre que solo desea trabajar, y es multado por ello -en Caibarién, al centro de Cuba-, decide rebelarse contra la injusticia, también contra el hambre, y se manifiesta sobre su vehículo reuniendo a una multitud que lo apoya y grita «¡Quítenle la multa!» y «¡Patria y vida!».

Según los funcionarios de la dictadura, el vendedor -de dulces-, descalificado por un reportero oficialista por supuestamente padecer “trastornos mentales”, violó las «disposiciones sanitarias que prohíben la venta ambulatoria de productos durante la fase de Transmisión Autóctona Limitada y, en correspondencia con lo dispuesto en el Decreto 31 del 2021 del Consejo de Ministros, recibió una multa de 2 mil pesos”. En cualquier caso, más allá de la metatranca oficial, la multa fue retirada… o eso parece.

¿Qué nos recuerda todo esto?

17 de diciembre de 2010. Túnez, cuna de la Primavera Árabe coordinada a través de Internet. El vendedor Muhammad Bouazizi se prende fuego luego de que las autoridades desarbolaran su pequeño puesto de frutas, para el que no tenía licencia (a pesar de que el director de la oficina estatal para el empleo había declarado que no era necesario pedir permiso “para vender con una carreta”). La ira popular toma cuerpo tras la inmolación del joven y el resto es historia: se desata la revuelta popular de 2010-2011 que provoca la huida del dictador Zine El Abidine Ben Ali tras haber permanecido veinticuatro años en el poder.

En la protesta de Caibarién solo faltó el detonante de la inmolación, más propio de culturas orientales, ciertamente, pero cabe subrayar que en países como Egipto, Túnez, Libia o Siria, los manifestantes no se echaron a las calles pidiendo derechos humanos en abstracto, o no solo, sino para sacar del poder a gobernantes que percibían arrogantes, corruptos, incapaces de generar empleo o un aceptable nivel de vida. Se asumían injustamente relegados (y este concepto, el de justicia, resulta clave para entender lo ocurrido en Caibarién y lo por ocurrir en Cuba de mantenerse el actual estado de injusticia, opresión y miseria).

Todo lo cual pone de relieve una circunstancia que el régimen cubano no debería pasar por alto: no hay sistemas, ni siquiera culturas, inamovibles o eternos. El cambio se impone a la corta o a la larga y en un mundo cada vez más conectado por las nuevas tecnologías nada es irrevocable, tampoco el socialismo por mucho que intente vender ese concepto el oficialismo procastrista.

“Las cazuelas ya no tienen jama”. Cuba arde de impaciencia ante el abuso y el horno, nunca mejor dicho, no está para pastelitos. Con un Internet cada vez más extendido, como ocurrió durante la Primavera Árabe, es posible coordinar la Gran Liberación Cubana. “Patria y vida” parece que será el hilo conductor.


Que siempre haya quien triunfe para que nunca falte lo que queremos

 “Si vas a opinar algo, habla de economía y no te metas en política”, te dicen desde allá cuando intentas hacerles ver que Cuba es como una monarquía medieval. ¿Cómo excluyo la política donde las transacciones reales de todo un país conciernen únicamente al Estado?

“Es que allá afuera es otro sistema”, comentan quienes comienzan a ceder a medida que se les hace evidente que toda sonrisa devenida de lo material pasa por una gestión de mercado. Venden lo que aparezca, se estrechan para rentar donde viven, o producen soluciones para una demanda tenue pero que lleva tiempo escapándosele al ineficiente aparato estatal.

“No tengo tiempo para leer análisis o escuchar opiniones de otra parte”, colocan de muro de contención otros sin percatarse de que allí se trabaja dos jornadas, a veces consecutivas y en muchas ocasiones simultáneas: la oficial y todo el resto del tiempo que dedicas a “resolver” tu sustento.

A pesar del encofre dentro del cual sobrevive el gran colectivo, el individuo en Cuba aún toma pequeñas decisiones: ¿A quién le compro la carne de res? ¿A cuánto vendo esto que terminé anoche? ¿Cuánto pido por este cuartico? Es aquí donde urge entender que tenemos el derecho a decidir no solo donde el Estado -por suerte- no llega, sino por todo aquello que atañe a nuestras vidas.

El Estado no puede ser el único empleador y además quedarse con el 95% o 99% de lo que ganaríamos en un mercado libre con el pretexto de garantizar gratitudes que existen también en otras partes del mundo. Menos aún disponer de todo y luego culpar siempre al otro, ya sea el embargo-pretexto o a los ministros que ellos mismos designan. El Estado no puede dedicarse a ahogar cada intento de empresa privada por temor a que esta alcance voz y pluralice el escenario político. Ni tiene derecho a decidir quién nos emplea ni preferir foráneos ante nacionales. Tampoco convertir a todos en eternos agradecidos, dependientes y erguirse como absoluto proveedor de soluciones.

El origen de tal erróneo andamiaje yace sobre aquellos conceptos que la izquierda un día extrajo de la moral común para ser reconstruidos a su imagen y conveniencia. Igualdad, Justicia Social, Dignidad, entre otros. Aprovechando no el verdadero significado sino la asociación emocional que estos términos implican, crearon una sociedad que debe procurar un nivel similar para todos, ser digna en su conjunto y por supuesto ser justa. Como si se tratase de un ente unificado, superior al individuo y que debe -por el bien general- imponer su voluntad. Pasando a ser la patria ese lugar geográfico donde el ser devenido en súbdito ya no persigue su felicidad sino la del colectivo.

La igualdad, por ejemplo, la izquierda maneja este término como paridad de riquezas, o como sucede en la práctica, paridad de pobreza. Entonces no importa cuánto lo intentes, el objetivo es que cada uno tenga más o menos lo mismo. ¿Pero es ello posible siendo todos desiguales por naturaleza, siendo nuestras decisiones distintas unas de otras? ¿Cómo imponer igualdad en un mundo donde cada uno tiende a competir, llámese éxito o vanguardia del mes? Pretender que todos lleguemos a iguales resultados no solo es arbitrario sino injusto e irracional.

Por tanto, en una sociedad libre la desigualdad de resultados resulta justa. Cualquier ejemplo sirve: Pidámosle a un estudiante que pase puntos de su nota al amiguito que salió mal en el examen porque no estudió lo suficiente, y veremos.

Sin embargo, no es un juego de suma cero donde solo puede ganar uno. Ahí está la clase media, comprando en cuanto mercado existe, disfrutando de cuanta tecnología aparece y abarrotando de autos las autopistas. Ahí están los Denzel Washington o Lebron James y tantos otros millonarios hoy, nietos de lo más pobre de América. Resalta el dato que solo 8 de las 500 personas más ricas heredaron su fortuna. El resto la construyó.

Esa sociedad libre tampoco puede ser la consecuencia de un grupo que reparte según entiende sino el producto de una evolución amparada en un orden institucional, con todos iguales ante la ley y cuyo principio es el respeto por los proyectos de vida de todas las personas.

Es válido agregar que la desigualdad de oportunidades también es justa. Pues la vida no es una competencia de cien metros donde todos parten de un mismo punto, sino más bien una carrera de relevo y el esfuerzo de algunos puede ser heredado por sus descendientes.

La justicia social. Todos aprueban que haya justicia social, pero, ¿qué es lo justo? ¿Que cada cual tenga según su esfuerzo, según como interprete el mundo donde vive y su habilidad para insertarse en él? ¿O que tengamos todos lo mismo a merced de una redistribución dada cierta escala de méritos?

Cualquier distribución resulta injusta, pues de alguien tiene que salir aquello que va a ser distribuido. Además, como se ha comprobado siempre, si se reparte lo mismo al que se esfuerza que al que no con el tiempo se esforzarán menos todos. Y peor aún, en esos regímenes, ese que reparte nunca carece (al parecer sufre de apropiación espontánea).

Para distribuir y alcanzar esa aclamada justicia social tenemos que apelar a los méritos. ¿Cómo organizamos los méritos? ¿Cuáles pesan más y cuáles menos? ¿A quién le doy el LADA, al médico de Angola o al de Etiopía? Y además, ¿porque algunas personas tienen la potestad de establecer y decidir los méritos de otros?

Queramos o no, el mundo no premia el mérito, sino la capacidad que poseen unos de satisfacer lo que demandan otros y por lo cual pagarían. O sea, siglos de interacción sobre un escenario -el mercado- que respeta, por medio de leyes, lo que aporta cada cual al momento de todo intercambio. Siendo esto muy diferente a donde prima ganarse el favor de una elite.

Tal vez es injusto, desde el punto de vista moral, que un deportista estrella o un cantante famoso gane mucho más que el médico que salva vidas humanas y realiza una labor más meritoria según cierta escala de valores, pero si las personas ponen su dinero para ir al juego o al concierto, así lo han decidido y no hay derecho a forzarlos a que hagan lo contrario.

Y lo mismo sucede si compramos una libra de salmón en el mercado, donde por lo general no importa si fue capturado en masa por un barco pesquero o por un pescador -arpón en mano- en medio del Atlántico. O cuando vamos el domingo a reír en el teatro en vez de darle a la primera enfermera que encontremos el dinero que íbamos a pagar por la obra. No nos sintamos mal, acudimos con más frecuencia a por aquello que nos satisface de inmediato que a por lo que nos parece moralmente correcto.

Con la dignidad ocurre algo muy similar. La dignidad verdadera es solo aquella del individuo, del respeto a sus derechos, y a la búsqueda de su felicidad. No existe dignidad de colectivos. Es un invento para endosar discursos. La dignidad plena del hombre de que hablaba Martí era precisamente eso, la de cada persona. ¿Cómo puede acuñarse que un pueblo es digno si sus individuos apenas tomas mínimas decisiones y van a las urnas solo a ratificar lo que ya está decidido?

La Cuba futura necesita reencontrarse con el verdadero significado de estos términos y muchos otros, pues una vez que se aceptan las premisas con las que un equívoco se presenta es muy difícil escapar a su lógica. Además, es imposible ser libres sin poseer libertad económica. Pero no se puede alcanzar libertad económica si el Estado además asaltó la mayor parte de la economía y, lejos de servir, se transformó en un gigantesco obstáculo. Menos si ese mismo Estado determina cuáles líderes lo componen, por cuánto tiempo y qué medida aprobar en cada momento.

La sociedad de consumo no es un ogro, como insiste en asegurar una izquierda cuyos líderes siempre han consumido bastante, sino el producto de un gran mercado libre donde cabemos todos, y el éxito no puede ser motivo de envidia o férreo cuestionamiento, como se describe en los manuales socialistas, sino de admiración. Gracias a esos ricos tal vez algún día exista trabajo para muchos cubanos. Que siempre haya quien triunfe para que nunca falte lo que queremos.


Centro por una Cuba Libre llama a interceder por las vidas de presos políticos cubanos

Keilylli de la Mora

El Centro por una Cuba Libre (CFC), al recordar «la muerte hace once años del opositor Orlando Zapata Tamayo tras una huelga de hambre», mostró esta semana su preocupación «por la vida y seguridad de cuatro prisioneros políticos debido a las crueles y duras condiciones carcelarias en Cuba», reportó la agencia EFE.

«Tememos por la vida de estos presos políticos y que, trágicamente, otro preso de conciencia muera», expresó a EFE John Suárez, director ejecutivo de la CFC.

En especifico, Suárez se refirió a los opositores políticos Yandier García Labrada, Keilylli de la Mora Valle (en la foto que encabeza esta nota), Josiel Guía Piloto y Virgilio Mantilla Arango, e hizo un llamado urgente «a las organizaciones internacionales de derechos humanos a interceder por estas vidas en riesgo».

De la Mora, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue arrestada en abril de 2020 por «no usar su mascarilla correctamente», y sentenciada a un año y medio de prisión por desacato, entre otras «ofensas».

García Labrada, miembro del Movimiento Cristiano de Liberación, está detenido desde octubre pasado por quejarse del mal servicio en una tienda de abarrotes de la localidad de Manatí. Guía Piloto, presidente del Partido Republicano de Cuba, cumple una condena de cinco años por haber criticado al difunto Fidel Castro. Y Mantilla Arango, condenado a siete meses de prisión, estuvo en huelga de hambre durante varias semanas en protesta por su arresto y juicio arbitrarios.

Recientemente, el CFC denunció la muerte de Yósvany Aróstegui Armenteros en agosto pasado, «tras una larga huelga de hambre en protesta por su injusto encarcelamiento».


La verdadera patria de Lilliam Moro

Hay en la verdadera poesía -diría Lorca- un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir. Y es lo que encontramos en la poesía de Lilliam Moro. Esa deleitable iluminación que emana de sus textos. La pulcritud de estilo, la intensidad, los tonos melancólicos, la agudeza de pensamiento, un silencio hecho de conjeturas, todo un discurso armónico donde nos encontrarnos con el tiempo intacto de la memoria.

Para Lilliam, la poesía era su casa, el sitio donde sentarse a mirar los recuerdos como viejas fotografías, un sitio de revelación, de resistencia, el hogar, el país, la patria verdadera. Patria personal, donde nace y renace, un horizonte abierto desde donde puede contemplar el mundo y contemplarse, el camino de la búsqueda de una verdad esencial que revele el sentido del origen. Escribe para fijar preguntas, los vértigos que nacen de la perplejidad, y la desazón existencial. Escribe angustiada por la incertidumbre de futuro, acosada por el doliente sentido de la existencia y la visión de desolación, ruina y precariedad que acompañan el presente. Moro buscaba comprender lo incomprendido desde la belleza y el espanto, una palabra en la incontestable pregunta del silencio que pudiera traspasar todos los límites. Poesía de historias descarnadas y anhelos redentores. Donde encontramos una sobreabundancia de diálogo con la realidad, y con una tradición asimilada a la que le agradece cierta cultura para la poesía: Eliot, Quevedo, Rilke, Lezama, Baudelaire, Vallejo, San Juan de la Cruz, Virginia Woolf, entre otros. Los poemas homenajes, los de tono elegíaco y de alabanza, junto a los poemas sociales, constituyen los centros generadores de su lírica. Un ejemplo de emocionalidad profunda lo encontramos en los versos finales del poema dedicado a Charles Baudelaire publicado en la Gaceta de Cuba, La Habana, en 1965: solo con el amor como un cadáver que velaremos /pacientemente, en silencio, delante de la cara apenada de los amigos /y el pésame y la vela blanca y la rata corriendo por encima de las flores quemadas. Lilliam sabía que no había nada más importante para homenajear a un poeta que un poema, lo hizo muchas veces. Quizás por aquello de que Honrar honra, o porque la poesía sirve para crear presencia, y para traer lo ausente. Yo tampoco encuentro nada mejor para honrarla que ese diálogo con su poesía, que ese acercamiento a esa fibra viva de su poesía que recoge el dolor nuestro de cada día.

Si me pidiera una palabra para definir a Lilliam, sería serenidad, esa imperturbabilidad que hacía que uno se sintiera cómodo en su presencia. Y es justamente ahí donde aflora uno de los rasgos más significativo de su poesía, la disposición para reflexionar. Pero que nadie se engañe, tras la calma aparente, la apacibilidad, y la mansedumbre de Lilliam, se escondía una fuerza avasalladora, incontenible que se desborda en sus versos: no rompas el espejo que te pongo delante /porque en cada trocito habrá multiplicado lo que no quieres ver /uso la insinuación como metáfora para decirte lo que te molesta/ pero no: que nada es tan sencillo… cuando la piel del alma en carne viva /implora una esperanza… Esta poeta inmensa que habla con lucidez, que escribe desde la sinceridad, que le duele todo el dolor del mundo, que escribe versos certeros, y lleva las reflexiones siempre a un plano trascendente, que recoge todo para que no se pierda, palabras, ruidos, voces, los ojos de los extraños días… Habla como quien ha vivido todo, como quien ha sufrido en carne propia el desprecio y la intolerancia, y a lo que teme, a lo que verdaderamente teme, es a la insuficiencia existencial, a no ser, o a lo que es peor: que la obliguen a ser lo que no es: 

Rómpete el pecho contra el mundo -nos dice-, como quien se ha librado de un miedo antiquísimo, como quien sabe ordeñar silencios, verdades que extrae de ese ritmo vital y conciso de sus meditaciones, como quien no abandona la memoria, pero se siente salvada, intocable, como quien carga con el asombro diario y vuelve a ver su vida y la representa, y vuelve a los recuerdos, pero con una nostalgia salvada. Yo una vez tuve un país -nos dice- y creí que tenía un universo… Hoy Puedo vivir en cualquier sitio. Ha conocido el daño que hacen las ideologías que naturalizan la desigualdad y que permiten o establecen formas de injusticias, su poesía entonces se vuelve un método de denuncia, testimonio, protesta. Porque hay que estar de pie sobre los miedos, alzarse contra el discurso bárbaro.  Hacer silencio cuando las palabras van hacia una verdad, cuando suena a pasión descomunal esa verdad tremenda: no tiembles. /Que no vean que te mueres de miedo, /que no sepan que no tenías para casos así /ningún poema preparado. Porque –una isla es una porción de tierra /rodeada de paranoia por todas partes /–nos apedrearon –no es metáfora–. La Isla, el país que quiere olvidar para salvarse de la añoranza y una amarga tristeza, repitiéndose como si necesitara convencerse:

Yo nunca estuve allí;

pero llegan las cartas de otro mundo,

llega el olor del musgo húmedo y verde

de una tarde de lluvia;

llega el tufo a pasado,

el vuelco en el estómago

al ver la ingenua letra de mamá

escribiendo mi nombre como su verso más perfecto.

Reviso la gramática de urgencia

en qué tiempo te ubico

patria hinchada de sol,

torpe incesto maldito que hace ruido en el pecho.

Para Lilliam, la nostalgia era una muerte crónica, una forma de morir. No es que se viva en el pasado -decía-, es que se vive fuera del tiempo, en el continuo paréntesis de la insatisfacción, en la huida de sí mismo. Su poesía intenta recobrar lo próximo, aunque vayan sus versos con un rumor de polvo herido…  mientras los días pasan comiéndonos el alma… y esta ciudad contiene tantos gritos, tanto clamor ahogado, tanta ceniza amarga, días consumidos… dónde está el último cauce, /la distinta palabra /o el ruido de los mares bajo la tierra…  La poeta nos entrega una obra rica en consideraciones, y en interrogantes, cargada de introspección, pero donde no faltará un reclamo por la injusticia, y el sentimiento de solidaridad.  No son los males violentos los que nos marcan –diría Emile Ciorán– sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo.  Para Lilliam esos males diarios son los peores, las noticias que llegan de la isla, el éxodo interminable, la visión por todos lados trágica que se repite. La poesía se vuelve un acto de salvación, no importa que las palabras no alcancen para decir el dolor, que no sean suficientes para decirlo todo, que ni siquiera logren describir la crueldad y la impunidad que hay en el mundo. Lilliam deja un testimonio de resistencia, pertenece al grupo de poetas insobornables, que entienden que no tienen nada y esa miseria radical que comparten se convierte en un acto político valiente, denodado: Porque un día no seré el protegido /los hombres armados que arremeten /contra los otros hombres /de los que miran mi rostro de frente y de perfil /los que agarran entintan mi indefenso pulgar /los que golpea sin piedad las dos mejillas /y me empujan impávido ante un muro /dónde espero el disparo de gracia.

A pesar de la denuncia y el malestar que inunda su poesía, en la obra de Lilliam no tiene cabida el nacionalismo estrecho. El significado de patria está alejado del ideal clásico del dulce et decorum est pro patria mori, y también de la sublimidad del cristianismo, para quienes la patria principal, o acaso única, continúa siendo el Paraíso.  Tampoco podía definir la patria moralmente identificándola con el lugar donde reinara el bien, porque entendía que el mal estaba por todas partes. Leyéndola, la encuentro cercana al pensamiento de Benjamín Franklin: Donde more la libertad, allí está la patria.  Y para Lilliam, la poesía era la patria de redención y libertad, el castillo personal desde donde controla los contratiempos y los graves augurios… Si la felicidad necesita un eco para perpetuarse, también la poesía. Porque los poetas poetas (como le gustaba decir a Lilliam) se prolongan, son continuidad, fundan lo permanente, cargan con su destino, lo llevan con su peso y su grandeza siempre hasta la última aurora. Los poetas poetas escuchan lo que murmura la sangre, y lo escriben, aunque suene a insensatez y locura, cargan, como diría Hermann Hesse, la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos.

La realidad es demasiado escueta para que podamos soportarla, nos daña con toda su carga de aflicción, con su verdad innegable de miseria y desamparo. Y hay necesidad de huir, de salirse, de aprender el olvido -no el olvido total, sino aquel que hace una enajenación de los recuerdos que abruman y nos inmovilizan. Lilliam pudo escapar de muchos lugares, exiliarse; pudo salirse de un aburrido mundo de obviedades y lugares comunes, escapar del peso terrible del ayer, del tiempo y hasta de la propia realidad de la muerte. Pero de lo que si nunca pudo escapar fue de la poesía, como hija adoptiva aceptó su ciudadanía perenne. Poesía, Patria, Reino, desde donde puede mirarse hacia el futuro y las eternidades. Si en el conocimiento no hay explicaciones para el dolor, el absurdo del tiempo y la muerte. La poesía nos convence que la muerte no acabará con los poetas, la muerte no puede con la poesía porque esta se nutre de la vida, y la muerte no es más que la vida. La muerte ni siquiera es un país del que no se regresa. La muerte es solo sueño. La poesía es continuidad, infinitud, un espacio de vida indestructible.    


Homenaje

                                   A Lilliam Moro

Una poeta se muere

una poeta

y yo sin tiempo

sin palabras que decir

con las alas cortadas

con esta absurda noche que se cierra

con la esperanza golpeada

por la muerte.

Gira la noche hacia la noche

en su peor ceguera

los círculos perfectos del aire

en su rutina.

Una poeta tendida ahí

en el espanto primero de la luz

en el naufragio sordo del silencio.

***

Nunca tan frágil

desoyendo

los disfraces serenos

un sol de soles

cernido

los solsticios todos

algún advenimiento.

Una poeta en su tarde

de paz

en su espiga de niebla

anochecida

en la volátil frontera

en la vigilia del amor sin frutos

que corona a la muerte.

***

Ahora el corazón

en su limo de frescura y sol.

Tantas gaviotas alzadas

sobre la blancura náufraga de la luz.

La realidad en su entraña virgen

la ardua realidad en su limosna 

concertándose

los ciclos que cierran la oscuridad.

Ahora el demasiado estrépito

el ruido insoportable

el corte   /las agujas

el balastro de los ojos

en su último desdén

y estas manos

lanzadas

que abrigan el abismo

estas manos que escriben

que retienen pródigas

los signos de la muerte.

***

Se va entibiando el mundo,

                                                                      y los muertos echan brotes y florecen.

Paul Celan

Te llaman por tu nombre

No respondas

no sucede nada

nada sucede.

el poema no es un pájaro

mutilado

es una especie de prodigio

entra en él

aletea

no cierres los ojos

hay un montón de vida

sucediéndote.

***

Esa expresión de tus ojos dice más

que todas las realidades

ese párpado abierto como un torrente

esa cabeza que inicia el mundo.

Como un álamo en su incendio

siempre verde

como un ciprés entre cipreses

en su espiral lluviosa.

Ya no serás la imagen del olvido

ya no /ya no serás la ultimada inocencia.

Desconfía de la vida

de toda esa madeja inútil que es la sombra.

Redime el tiempo impronunciable

ese caos que es la esperanza

en el desequilibrio que es la noche.

Deja que siga el silencio

en su hipócrita congoja

y no te mueras entonces

no te mueras.

***

Tu corazón va cayendo conmigo

Tu corazón como un muérdago

llenándose de lluvias.

Toco un salterio para ti

como un David renovado

para que Dios escuche

tus semillas latiendo

mi propia semilla

mi enigma de mujer

el tiempo virgen

para que Dios devore

el cardumen de la luz

en su esterilidad

la endémica migaja

de la muerte.

***

Escribo las sílabas enteras

de su nombre.

Oh pureza de Dios

el tiempo del zumbido

y las arterias.

La vigilia incendiaria. 

La largura del parto

y los ángeles

sobre las magníficas serenidades

vistiendo esa inocencia

que es la muerte.

Sigue desnudando

esos pájaros de luz ciega

acompáñalos tú con tu piedad

aliméntalos con las absurdas vanidades.

Sigue sembrando ojos

en la libertad de las palabras.

Deja que termine de pasar

la célebre imagen de la muerte.

Todo ese ramaje de muertos

de buenos difuntos

que visten mi país

tú país.

Ni siguiera la muerte

nos acercará a la libertad

ni siquiera estar muertos

nos dará una apariencia gloriosa.

***

Es verdad que los muertos tampoco duran

Ni siquiera la muerte permanece.

Jose Emilio Pacheco

Porque la vida es la vida

Acompáñate aquí

rompe el descolor

los babilónicos silencios

que confunden la noche.

Niégate a entrar 

hazte ligera como el silbo

de la flecha lezamiana.

El signo incomprendido

sigue aguardando.

Rompe tú

esa amalgama huérfana de infinitud.

Engéndrate ahora que arde

esa monotonía de la muerte

ahora que el cielo ruge en su semilla

y este pedazo de sol amargo

se escurrirá como el recuerdo.

***

estás adentro

y has cerrado la puerta: estás adentro

Como se queda el polen diminuto

en sus domados diálogos

esos cadáveres

que se tiende en las luces.

Como el amor te quedas

en su intacta fiereza

como el amor

en su cáscara y fruto

adornando

el viejo candor de las palabras.

Tú cantas aquí

te abres

benignamente

como la claridad.

Y uno descubre entonces

que se puede vivir eternamente

en quien se marcha.

Porque un poeta no se disuelve

porque un poeta

no se ausenta para siempre.

***

Rosa y púrpura

tan íntima como la luz.

Flor del abismo

no cerraran sus ojos

abiertos a tantas soledades.

Y no sabrán domesticarla 

ella es como la muerte.

decrece solícitamente

la oscuridad

sus ojos son ese laberinto

donde respira la vida

su eternidad de asombro.

***

Duerme el sueño de paz

tú que sufres la herida que arde y se agita

el desparpajo que es la oscuridad

esos desamparos casi perfectos.

La noche es ahora flor

lumbre y vísperas

concertándose.

Tú como la hoja caída que no vuelve

y es enterrada 

bajo el crepúsculo de

Hölderlin.

En la mayúscula oscuridad

de un perpetuo espejismo.

Tú solo tú

y la terrible soledad

al borde de tu muerte.

***

Era la tarde de las tardes

la tarde detenida de Dios para nosotras

Tendidas sobre los vientos feroces

quién nos protegerá del silencio

de la bestial inarmonía de la sombra.

Quién profanará

los rastros de ponzoña

y viva voz

las rosas que rondan sin destino

los derramados soles de tantas soledades.

Como a ti       

me has interrogado tantas veces

como tú sigo abrazando

ese corpúsculo infinito de la muerte

el almendro en su música

el lenguaje en su terrible paradoja.

Respiramos el dolor en su aire

en su amarga procesión solidaria.

De espaldas contra el viejo muro

esperaremos juntas el disparo de gracia.

***

Habítame como si fuera tu casa.

Divide el ojo de los muertos

el siseo interminable.

Hállate aquí

cercana

bajo los riscos blandos de la luz.

Descubre

la fibra dulce del amor

en su pascua nómada

entre los tonos azules del lenguaje

el silencio que nos encarnará.

La ternura vuelve a soñarse

la vieja nostalgia.

Habla ahora que estoy hecha de silencios

ahora que la lluvia empieza

a hundirme en su desesperanza.

Ahora la muerte es un sonido

que sigue prolongándose

como Dios en su atenuante paz

en su recogimiento.

                                                              Odalys Interián Guerra

                              Del libro: Te mueres, se mueren, nos morimos

La falta de respeto

28 de enero 2021.

A mi represor muerto.


Hoy es 28 de enero, debe haber sido un día como hoy que hace treinta años recité con mi bata limpia una poesía de Martí en el patio sucio de mi escuela sucia. Un día como hoy se suele ensuciar el nombre del poeta con matutinos bajo el sol, con flores marchitas, con faltas de ortografía y con una gran ausencia de convicción. Hoy debería escribirle a él, pero considero un atrevimiento dirigirme a él siendo quien soy una mujer sin poesía, y que solo podría ser valiosa mi carta cuando sin que me tiemble la muñeca pueda afirmar que te hemos borrado a ti de nuestros cuerpos y vidas. Entonces, me doy cuenta que es a ti a quien quiero hablarle. A ti, Fidel, sí tú, Fidel Castro Ruz.

Ya tú habías acaparado la poesía de Martí cuando yo nací. Se cumplían 26 años de tu revolución, y ya habías cometido varios de tus peores crímenes, ya habías hecho de Martí un busto de yeso o de plástico, ya habías manoseado con tus uñas largas sus palabras, manipulado con tu pedantería sus ideas, tanto, que nos hiciste creer que tu revolución era la de él, e hiciste de él una figura ordinaria y gris, y no del gris intenso de la alegría que trae una tormenta, no, el gris del yeso olvidado en la mugre de tus doctrinas.

Fidel, no voy a pedirte permiso, menos disculpas, por tutearte, tú me quitaste la poesía y también el respeto por los grandes héroes, al mandarlos a fabricar de manera industrial y comercializar y traficar con ellos tus intereses. Y así como me anestesiaste y vacunaste contra los grandes héroes y poetas y verdaderos revolucionarios, lo hiciste con los grandes monstruos y sus villanías. Una vez, alguien me comentó cómo le sorprendía escuchar incluso entre intelectuales cubanxs, alabarte, dotándote de una inteligencia sobrenatural, alardeando de tu carisma aplastante. Esa soberbia heredada también de ti, en la que muchxs se regodean para engrandecer tu figura, a pesar de reconocer tus vilezas, algo así como que el falo opresor no puede ser uno pequeño cualquiera, tiene que ser un gran falo opresor, el mejor de todos, supongo que eso justificaría la admiración enfermiza que sienten hacia ti algunas personas. Yo no te conozco, nunca te vi personalmente, alguna vez en un teatro grande a los lejos había un muro de traje verde olivo, y algunos, nerviosos, dijeron que eras tú. Yo no soy intelectual, ni siquiera llegué a la universidad, pero yo también te creía un gran líder, especial, un gran hombre, desviado por el poder, pero una criatura de inteligencia superior, capaz de enamorar a millones.

Un día despierto y de la manera más insulsa me entero que te habías muerto. Y yo, lloré. Lloré y mientras lo hacía me preguntaba por qué las lágrimas y los mocos, si estos no fluyeron cuando se murió mi abuela. Sería el famoso síndrome de Estocolmo o sería algún padecimiento de emigrante. Después de un tiempo, entendí que cuando mi abuela murió yo estaba ahí, en la misma ciudad, con la gente que tenía que estar. Cuando tú moriste, Fidel, yo lloraba por no estar en el lugar que sentía debía y quería estar, pero sobre todo lloraba y lloro todavía porque te llegó la muerte tranquila, como le llega a las personas buenas como mi abuela. Te llegó la muerte y no te bajamos de ese pedestal en forma de podio, te llegó la muerte y no fuiste juzgado, como se juzgan a los asesinos. Y es que Fidel, tú no fuiste loco, ni grande, ni maravilloso, ni demasiado inteligente, y si lo fuiste, esta mujer sin poesía se negará a reconocerlo. Tú serás para mí, y te recordaré y haré que los míos te recuerden de manera fácil y simple, como lo que fuiste, una mala persona.

Eres y siempre fuiste no más que eso, Fidel, mijo, y quiero practicar el ejercicio de quitarte al menos desde la construcción de mi lenguaje todo aire de hombre superior toda palabra que pueda traducirse en respeto o admiración. Tú también me quitaste eso, asere, yo ese músculo lo tengo jodido, no tengo canción preferida o banda, o escritor o escritora o libro, o película o sabor, o color, mi cuerpo es incapaz de contraerse de más hacia alguna preferencia, pero es bastante transparente y firme con lo que desagrada. Y tú, asere, me caes mal, porque además tengo la sensación de que nunca tuviste otro interés que no fuera el de curar tu ego inflamadísimo. Nunca hubo otro propósito en tu accionar que no fuera soberbia machicienta y pura de una bestia rabiosa en busca de una posición de superioridad donde acomodarse y establecerse. Nunca tuviste otro plan que no fuera el de tener esclavos que repitieran tus ideas, inútiles y antojadas. Yo quisiera algún día, con la tecnología del futuro, borrar de la memoria de tu revolución a José Martí, un hombre tan inmenso como tu egoísmo, de muchas formas brillante, pero principalmente por su fragilidad y nobleza. ¿Has visto, Fidel, con el cuidado y amor que escribía este hombre para referirse incluso a sus enemigos? Cómo pudiste, Fidel, banalizar tanto amor, tanta belleza, que jamás tú entenderías.

Por eso nos empobreciste, no solo de lo material, nos cambiaste el amor por las colas, nos burlaste la nobleza y nos hiciste miserables bichos de excesos e histerias que esperan y esperan.

Pero entonces, te mueres, te mueres sin que te llegue tu hora, sin que haya llegado el día en que se te nombre por tus delitos y que se te trate como quien los comete. Fidel Castro, asesino, corrupto, juzgado y tratado como se trata a los corruptos y asesinos, según la magnitud de sus crímenes. Escenas así me imagino que ya no pasarán, porque se nos fue la vida nuestra y la tuya y no nos decidimos, no tomamos una postura firme o blanda, aunque fuera una, pero no. Y entonces somos un país que perdió la oportunidad de una real reparación, que tuvo más de 50 años para juzgar a su opresor y no lo hizo. Y por eso pasan estas imágenes fantasmagóricas, que aún después de muerto dicen por ahí que, esta calle es tuya, que este pueblo es tuyo, incluso la desproporcionada y demente frase de: ¡Viva Fidel!

Nos inoculaste la corrupción en el sistema respiratorio como un mecanismo de supervivencia. Y la burocracia en el lenguaje para impedirnos nombrarte a ti mismo como dictador. Nos colocaste en la ilegalidad y nos hiciste cómplices de una vida ilegítima, en la que se trafican los derechos y se otorgan privilegios. Nos creaste como pueblo bicéfalo, no, no es cierto, deben haber más mostritos pero yo ahora sólo quiero identificar dos, porque así soy, bajita de nivel, criada en el binario de patria o muerte, socialismo o muerte, yo solo quiero hablar de estas cabezas que dividen a la masa entre intelectuales, brillantes sí, pero con un ego castrista, melindrosos para tomar una postura que les comprometa, y los otrxs, los zombies con negocios millonarios, que ejercen el poder sobre los zombies doblemente muertos en hambre y espíritu. Lo letal y escandaloso en cualquiera de estos zombies sería la falta de convicción, estos personajillos que no creen ni en ti, Fidel. Y es ese tu mayor logro, viéndolo desde tu punto de vista usurpador y mediocre, claro, el hecho de fabricar personas bustos, personas de yeso y marmolina, que calzan perfectos en el molde de tu capricho de moda y lo que es delirio, la fábrica sigue produciendo, activa aun después de tu muerte.

Toda la culpa es tuya, Fifo, nos hiciste un pueblo que padece, y no siente, no puede sentir, la piel es ya tan delicada que la brisa la deshace y nadie se atreve siquiera a mirar cómo se les desprende de la carne, aunque anden pisando su propio rastro en el asfalto.

¿Pero sabes una cosa, Fidel, asere? Conozco cubanxs que tienen una luz hermosa en su mirar, conozco cubanxs a los que les sobra grandeza de espíritu y valor, ese que tanto codiciaste y nunca encontraste. Conozco cubanxs a lxs que no pudiste quitarles la poesía, conozco cubanxs en lxs que Martí vive orgulloso.

Y sí, yo soy vulgar y ordinaria como tú me criaste, Fifo, también soy cobarde como tú. Yo soy pionera de las escuelas que tú creaste para repetir y repetir y jamás pensar, mucho menos reflexionar. Yo soy de esos lugares y barrios donde los versos más honestos que se recitan te parten el alma en tres de un bofetón de realidad:

Ay Martí

ayer no comí

Ay Maceo

tengo un hambre que no veo.

Una falta de respeto, sí. Por eso quisiera en mi precariedad poder hacer entender algo a mi gente, así como quien riega una bola con base en la verdad: Que tú no fuiste un hombre grandioso y/o excepcional, fuiste un oportunista de mediana inteligencia, pues alguien realmente sabio hubiera podido dialogar en lugar de eliminar a quien disintiera. Tampoco fuiste un gran líder, fuiste un dictador, que es diferente, las personas no te siguieron, te obedecieron en un ambiente de terror y doctrina. Yo no veo más que los destrozos que deja un ego profundamente herido. En fin, quiero que te bajen de ese pedestal los que te quieren bien y los que nunca te quisieron, pero te respetan. Eso quiero, que te pierdan el respeto que nunca mereciste y mucho menos ganaste. Quiero que abandonen el pensamiento tuyo mal reciclado con olor a muerto… de toda la vida, no de ahora que estás bajo una piedra. Eras un tipo mala persona, es lo único que puedo reconocerte, como millones que hay en el mundo, ordinario como la mala hierba, ni más ni menos, solo eso.


Yotuel Romero – Joe Biden, la cumbre que todos esperan

Varios medios han sugerido, y el propio Yotuel Romero al periódico madrileño ABC, que una cumbre del presidente Joe Biden con el cantante sería altamente gratificante para los cubanos de ambas orillas.

«¿Cuál es el siguiente paso?», preguntó la periodista Susana Gaviña a Yotuel en ese diario. A lo que el artista respondió: «Hablar con el Parlamento Europeo. También me han llamado para hablar con Biden. Creo que es necesario que la gente conozca la realidad del pueblo cubano. Cada día que pasa la agonía está marchitando al pueblo cubano, y el cubano quiere vida».

Y es que el tema Patria y vida, reciente iniciativa del propio Yotuel acompañado de Maykel Osorbo, El Funky, Gente de Zona y Descemer Bueno, parece no tener techo. «¿Puede convertirse en Grândola, Vila Morena, la canción que hizo caer la dictadura de Portugal, la banda sonora de La Revolución de los Claveles?», se preguntó el escritor Arsenio Rodríguez Quintana en su blog esta semana.

Cómo saberlo ahora mismo, pero sin duda Patria y vida está generando una cantidad de adhesiones, incluso réplicas e intertextualidades, que presagian lo mejor para el futuro inmediato de una sociedad civil cubana verdaderamente liberada. Y a falta de un gobierno electo con el cual reunirse oficialmente, ¿por qué no habría de decidirse Biden a hablar con un representante del pueblo reprimido que en pocos días ha hecho llegar a más de dos millones de cubanos este himno emancipador?


El fuego se acerca cada vez más al barril de pólvora

Uno de estos días (más temprano que tarde, según me parece) veremos circular en Internet la siguiente noticia: “Policías y esbirros de civil son ajusticiados en un barrio pobre de La Habana, al estilo de Fuenteovejuna”. Con toda seguridad, el redactor de la noticia contará que el hecho tuvo lugar cuando los represores abusaban de mujeres y hombres indefensos. Y añadirá que nadie pudo distinguir, dentro del molote, la mano o las manos que aplicaron justicia anónimamente, como en la proverbial tragedia de Lope de Vega.

Es de prever que ese episodio sea el detonante para que se repitan otros similares. Y otros…

No estoy seguro (¿quién podría estarlo?) de que tales conatos de rebelión popular derriben a la ya más que sofocada, pero aún sofocante dictadura castrista. Lo que sí resulta incuestionable es que un acontecimiento de ese tipo marcaría irreversiblemente el fin de la sexagenaria historia de su impunidad, sus atropellos y sus burlas al mundo civilizado.

No soy de los que confían en el desplome de la dictadura castrista por efecto dominó, después que hayan caído las de Venezuela y Nicaragua. Tampoco creo que caiga como resultado de las medidas económicas que le aplique el gobierno estadounidense, por duras que sean. Sin embargo, me parece que el detonador para un cambio radical sí podría ser ese inicio de rebeliones espontáneas de la gente contra las fuerzas represivas, y ahora además impulsadas por la desesperación ante las nuevas carencias que contrae el eufemístico “período coyuntural”. No es en modo alguno deseable (al menos para mí no lo es) que la posible solución dependa de una masacre a la población inocente, pero tal y como van las cosas, quizá no quede otro remedio que aceptar lo evidente. Con tristeza.

A diferencia de tiempos atrás, a la camarilla gobernante no le basta ya con los discursos esperanzadores ni los golpes de efecto populista. Sus viejos argumentos sucumbieron entre el dicho y el hecho. La pérdida de credibilidad ha venido minándoles como uno de esos cánceres que se expanden silenciosamente por el organismo hasta desembocar en metástasis. Ni siquiera las acciones intimidatorias les reportan hoy los resultados habituales.

Es fácil comprobar el modo en que (contradiciendo la antigua demagogia fidelista) los policías se aceptan a sí mismos como represores y no como defensores del pueblo. Saben que en cada ciudadano de los barrios pobres tienen un enemigo, sea más o menos activo. Y a diario se evidencia en las calles que han recibido órdenes de silenciarlos a la fuerza.

En tanto, los ciudadanos demuestran ya tener claro que la única función de la policía es reprimirles. Así que en forma gradual, pero creciente a ojos vista, han comenzado a revirarse.

Es imposible predecir cuándo tendría lugar la explosión, pero hay dos detalles que al menos para mí quedan fuera de toda duda: 1) el barril de pólvora está llegando al tope en los barrios más menesterosos tanto de La Habana como del interior de la Isla. 2) todo parece anunciar que el fuego para la mecha lo aportará la gente en masa y de modo espontáneo, sin necesidad de un comandante en jefe, ni de caudillos carismáticos, a Dios gracias.


El acto de repudio como solución final

22 de febrero de 2021. Mitin de repudio contra los opositores Anyell Valdés y Adrian Rubio. «Gritan consignas desde afuera, invaden la propiedad y escriben en los muros de la casa ‘Viva Fidel'», informa Cubalex. Dirección de la casa atacada por las turbas del castrismo: Calle Morales 86 e/ Finlay y Cisneros Betancourt, Los Pinos, Arroyo Naranjo, en Ciudad Habana.

Al momento de producirse el ataque, había tres niños, una anciana, una mujer y un joven dentro de la vivienda. Previamente, el perro de la familia había sido adormecido con alguna sustancia desconocida.

Tras el asalto, la sociedad civil cubana se ha pronunciado en las redes. Fragmentos en Facebook:

«Después del ‘acto de repudio’ contra la familia de Anyell Valdés, no queda dignidad que defender en ninguna patria que se llame Cuba. El horror está fijado en esas imágenes». Maykel González Vivero

«Un perro envenenado, un niño llorando, una madre nerviosa, un joven acorralado… afuera una turba de ogros, de seres sin rostro; una masa fétida con la foto de un genocida. ¿Cómo puede haber gente que todavía gasta neuronas, salivas o megas en tratar de enmendar esta debacle política que hace metástasis y se convierte en una debacle espiritual?». Julio Lorente

«El acto de repudio es la solución final para no terminar como Fulgencio Batista, asesinando en las calles. De antemano constituye la prueba de la inocencia. Identificar a la víctima, que pretenden pasar por victimario, es poner en manos del pueblo la solución para que el poder se lave las manos». Lynn Cruz

«El canelismo se ha vuelto un estado paramilitar. Esos vecinos, gentes de CDR, etc., son focos paramilitares comandados por la seguridad del estado cubana. Y lo mismo hacen un acto de repudio que dan golpes. Y tienen varios estamentos: el del CDR y el de los civiles del DTI, que te montan en una guagua y te masacran allá arriba, como sucedió el 27 de enero pasado». Carlos Aguilera


Para que haya vida, para que haya patria, tiene que haber libertad

Para que haya vida, para que haya patria, tiene que haber jama. Para que haya jama, para que haya Cuba, tiene que haber libertad

Inspirado en el entrañable personaje de Pánfilo, escribí hace ya once años esta especie de poema paródico, en momentos en que ofrendábamos nuestro ocio por su libertad.

«Porque cuando la vida se te va buscando jama / ya no es vida / porque cuando te condenan por querer jamarte algo / no hay quien viva».

Insisto, el hambre o muerte ha sido y es un instrumento de la robolución cubana -de ahí que el «Patria o muerte» seudoabastecedor insinúe un «Cuota o suerte» seudoadministrativo-, como las colas, Alpidio Alonso, el NTV, el Ministerio del Interior, las tripas, la claria, los chivatones, la moringa, Abel Prieto, las brigadas de respuesta rápida, el picadillo de soya, la vaca enana y un largo y oprobioso etcétera.

Es preciso recordar que la dictadura mantiene a la gente ocupada buscando jama para que no se le ocurra liberarse. Esta relación enfermiza entre el Poder y el Pueblo -que incluye, cómo no, el secuestro estatal de los medios de producción, la comida en dólares, los salarios en pesos y la libreta de racionamiento- tiene que acabar.

Para que haya vida, para que haya patria, tiene que haber jama.

Para que haya jama, para que haya Cuba, tiene que haber libertad.


Hoy como ayer

El Dr. Antonio Guedes

Sospecho que Lourdes le puso el título a las memorias de su marido, el Dr. Antonio Guedes. Se titulan Hoy como ayer y fue la última canción de Moisés Simons, el autor de El manisero. Lourdes es la parte musical de la pareja y la mujer que apartó a “Tony” del celibato. Como me dijo Felícito Rodríguez, quien, por aquel entonces, también intentaba ser cura: “el comunismo es muy cruel, pero si se une a la castidad llega a ser terrible”. Ambos abandonaron la vida religiosa a bordo de dos muchachas encantadoras, aunque siguieron siendo muy católicos.

La historia se origina en Unión de Reyes, un pueblo de la provincia de Matanzas en el que Tony nació en una familia de clase media. El abuelo era el mago de las locomotoras. Las mantenía funcionando contra viento y marea … hasta que llegó el socialismo. Era mago y hacía grandes trucos, pero no podía hacer milagros. Contra la capacidad destructiva del comunismo no hay quien pueda. 

La madre era maestra y el padre bodeguero. Tenía una de las treinta bodegas que abastecían al pueblo. Si uno sustituye la señora estupenda que inspiró a Moisés Simons por la idealizada “Cuba”, no hay duda de que Guedes dio en el clavo. En esas memorias está la Cuba “que no volverá jamás” porque unos bárbaros la han destrozado inútilmente. De las treinta bodegas que existían en el pueblo, hay un par en el que se venden los productos de la libreta de racionamiento, cuando existen, y poco más. Ni cines, ni clínicas, ni pintura. Nada. Un pueblo que, como toda Cuba, se está cayendo a pedazos tras 62 años de incuria y estupidez.

Estas memorias, sorprendentes por el detalle y la memoria viva, fueron escritas con una impecable redacción, pero sin pretensiones literarias, para la familia y los amigos. Una obra para las hijas, para los nietos y demás descendientes, pero que deben leer todos los cubanos. Constituye, al mismo tiempo, una acusación formal contra el régimen, y una clara explicación de por qué se marchan los jóvenes de esa isla. 

En la amarga década de los setenta, Tony estudió medicina en Cuba hasta que lo atrapó el radar de la Seguridad del Estado. Curiosamente, se le permitió estudiar en la facultad de Medicina, sin abjurar de sus creencias religiosas, hasta que la policía política lo detectó y lo sacó sin contemplaciones de la universidad. Es el único caso que conozco en el que se especifican sin pretextos las razones por las que resultó echado del recinto: por sus convicciones religiosas. 

Generalmente, la Seguridad recurre a vagos subterfugios como ser “inmorales” o “inveterados contrarrevolucionarios”, pero casi nunca comete el error de decir a las claras por qué está truncando el destino de una persona joven y prometedora. Se limita a cumplir la consigna “de que la Universidad es para los revolucionarios”, y así les va. El país esta en manos de una burocracia inepta forjada por incapaces que esgrimen argumentos sacados de la vulgata marxista. 

Fue entonces cuando lo conocí. Provisto de ese documento, y con unos cuantos años de medicina cursados en Cuba con notas excelentes, llegó a Madrid en el invierno de 1981, locuaz y apasionado, con Lourdes, su mujer, una hija, Beatriz, y otra, Cecilia, acurrucada en el vientre de su madre, que vería la luz en España, nacida en mayo de 1982. Tendrían que acostumbrarse a un nuevo país, a un nuevo sistema de estudio, y a nuevos amigos. Afortunadamente, los cubanos tenemos los defectos y las virtudes de los españoles, de manera que no fue muy cuesta arriba el asunto. 

La convalidación parcial de los estudios no tardó. Matriculó en Madrid y a los pocos años terminó la carrera. Como el 90% de los médicos, comenzó a trabajar en el sistema público, hasta que el Ministerio de Salud le ofreció la dirección de un “policlínico” dedicado a la atención primaria, algo que el Dr. Guedes aceptó, más por sentido de la responsabilidad que por la recompensa material, que era, prácticamente, inexistente. A principios del siglo XXI había visto, auscultado y redireccionado –cuando era necesario- a más de 100,000 pacientes. 

A todas estas, sin olvidar su compromiso con Cuba. Había estado presente en la creación de la Plataforma Democrática Cubana, un esfuerzo de los democristianos, los liberales y los socialdemócratas cubanos, con el concurso de las respectivas “Internacionales”, por llevar la libertad a Cuba de una manera pactada y razonable, como había sucedido en España tras la muerte de Franco, o en toda Europa oriental con relación a Moscú, pero se estrelló contra el integrismo comunista ortodoxo de Fidel Castro. 

De manera que la Unión Liberal Cubana, creada en Madrid con el respaldo de Adolfo Suárez, a la sazón presidente de la Internacional Liberal, lo convirtió en presidente de la institución por cinco años, hasta que fue sustituido por el escritor Miguel Sales Figueroa, quien en el 2020 le dio paso al economista cubano-valenciano Elías Amor. En todo caso, el médico Antonio Guedes tiene que estar orgulloso de su vida, de su obra y de Hoy como ayer, sus espléndidas memorias.


¿Sangra nuestro Martí? Carta en franco alegato de nuestra culpa (III y final)

Carta anónima de un escritor residente en el oriente de Cuba, quien ha preferido ocultar su firma por razones de seguridad.

La novedad, indiscutiblemente, se reservó para el natalicio del Apóstol Nacional. Releamos una vez más la noticia: el Tribunal Municipal Popular de Plaza de la Revolución celebró el juicio oral y público el 21 de diciembre pasado (Causa 61 de 2020). A Panter Rodríguez, Yoel Prieto y Jorge Ernesto se les imputó el delito de “Difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado”; y “daños a bienes del patrimonio cultural” por cubrir de sangre tarjas y monumentos, en su mayoría de José Martí. El Tribunal Provincial Popular lo dio a conocer el 26 de enero y no es sino hasta el jueves 28 de enero que el periódico Granma anuncia el resultado del juicio en el artículo que llevaba por título “Condenados quienes ultrajaron los bustos de José Martí».

Pero no sólo el atesorar la noticia para ese día, como mismo se exhiben los cuerpos en la plaza pública luego de una ceremonia de ahorcamiento, hace presumir una venganza ideológica y el expido implícito de un mensaje de amenaza. Existen demasiados detalles que han entregado los medios de comunicación y otros mecanismos usados comúnmente en Cuba para la coacción y la manipulación ideológica (todos bajo la dirección absoluta del único partido permitido) que deberían ser minuciosamente analizados.

El Granma (que, a propósito, se identifica como el órgano oficial de dicho Partido Comunista), expuso, además: …puestos de común acuerdo para desacreditar la imagen de José Martí, compraron seis piedras de droga, conocida comúnmente como cocaína, con parte del dinero recibido de una ciudadana cubana residente en EE.UU., la que consumieron para la realización de los eventos delictivos.”

Parece presentarnos a tres sujetos que merecen todo nuestro desprecio social: sacrílegos de lo mejor de nuestra cubanía, ladinos en la realización de los hechos, mercenarios vendidos al mejor postor, traidores a la patria de todos. ¡Y drogadictos! Pero me surge una duda: Después de consumir algún estupefaciente, ¿pudiera formularse el “aprovechándose de la oscuridad” como un argumento incriminador sensato?

Veámoslo con otro ejemplo: Si un individuo asesina a otro, ¿es un agravante que hubiera estado bajo el estado de inconsciencia por el consumo de alguna droga al realizar los hechos, o todo lo contrario?

¡Seis piedras de droga! ¡Qué medida es esa! ¡Ni siquiera logro encontrar una película de narcos y policías corruptos donde se mencione un término similar! ¿Qué quiso decirnos el Granma? A dos piedras por cabeza. Parecen estar totalmente fuera de sus cabales. Pues si es así, más que marginalidad y degradación moral, esto no podría señalar más que Panter, Yoel y Jorge decidieron enfrentar la tarea de la única forma que conocían posible para mitigar de cuajo sus temores. Conocían el sumo peligro de decirle a los poderosos que aún había cubanos que no estaban de acuerdo que se utilizara a Martí con la impunidad que otorga su hegemonía. ¿Por qué no es esta una razón que funcione como atenuante?

No sugiero que tales individuos no tengan responsabilidad penal. En definitiva, era el riesgo que tomaron al hacerlo. Hablo del decoro al ejercer equidad en el análisis de los hechos más que de las formalidades legales del proceso que se arguyen para simular perfecta justicia (se cumplieron las garantías procesales establecidas y el respeto debido al proceso, consagrado en la Constitución de la República, es la aclaración que el Granma atribuye a la información dada por el Tribunal Provincial).

Si estos ciudadanos fueron motivados por el financiamiento otorgado para sus actos, más que por sus convicciones, como se señaló en la televisión cubana los días siguientes posteriores, es harina de otro costal, y en realidad serviría de un agravante objetivo. Pero en ese agravante tampoco podríamos pasar por alto el detalle de que el dinero recibido era bastante insignificante como para ser llamado financiamiento. Más bien sólo hubiera servido para tomar algún par de taxis y comer algunas chucherías en los días de planeamiento y ejecución.

Tampoco se debe dejar de considerar si la idea original partió de Cuba, pues sería menos reprochable desde ese punto de vista. En caso contrario, si se pudiera probar que partió del extranjero, influiría el determinar si sólo la ejecutaron como un trabajo de rutina o con la simpatía que nace del ciudadano más común o marginal que decide participar en la lucha por algo mayor, la que inflama los ánimos por defender la obra del héroe del descrédito de los poderosos. Además, si quienes la concibieron eran cubanos de nacimiento y coincidían en sus ideales, es inexacto que se proyecte públicamente como un acto de mercenarismo, a pesar de que estos vivan en un país extranjero. ¿O es la primera vez que se conspira desde otra tierra a favor de ideales patrios en la historia de Cuba?

Si entramos directamente al tema de mercenarismo y patriotismo, aprovecho para preguntar si es honesto haber convocado y mediatizado cada acto de repudio, popularizando la idea de que estos tres ciudadanos tenían como intención “desacreditar la imagen de José Martí». ¿Cuántas personas de quienes dirigieron los actos de repudio en cada universidad o escuela, por todo el país, reaccionaron automáticamente a las encomiendas ideológicas sin darse cuenta que la magnitud del juego político involucraba vidas humanas más que consignas? ¿Una actitud así de sumisa, servil y superficial no es, además de injusta, antipatriótica? ¿No fueron Panter, Yoel y Jorge sentenciados políticamente cien veces antes del juicio? Luego de esta mediatización, ¿se dejaba alguna opción política a los responsables de impartir justicia o al menos de otro punto de vista en la defensa sin pecar de apátridas o mercenarios, sin que una postura contraria les trajera graves consecuencias a ellos y sus familias? ¿No es este un indicador de que esta sentencia fue una solicitud ideológica al sistema de justicia para exhibir un escarmiento público, una advertencia represiva? ¿No denota, además, que la división de poderes en Cuba es ficticia?

Es irrebatible a la luz de la razón: nos han hecho presenciar, y participar con nuestro silencio, en un acto de fanatismo e injusticia. Definitivamente encuentro que la sentencia de estas personas fue sólo una técnica para desviar la atención ante el verdadero mensaje que se nos quiso transmitir.

¿Valen lo suficiente Panter, Yoel y Jorge para molestarnos en valorar su mensaje y la naturaleza de sus acciones por encima de la molestia que han generado? Es la pregunta real e indigna que el Granma intenta que nos hagamos. No es la primera vez, y lo hará en cada ocasión que quiera ocultar la verdad que se pasea en las calles cubanas, o las ideas de cada uno de nosotros, dentro y fuera del país. Lo mismo que intentarán algunos lectores de mis cartas (gente que sí perciben salario para fingir y crear un estado de opiniones en las redes). De ellos es quien me despido hoy, diciéndoles: No, ustedes no pueden entender cuánto vale un ser humano, su vida, su libertad, más allá de una ideología. Lo siento, yo no percibo ninguna ganancia como ustedes. Me es suficiente con saber que algunas madres, abuelas, hijos, amigos, se sentirán aliviados con que, desde cualquier lugar del mundo, al menos aparezca un alegato de defensa. Que exista, que pueda ser publicado, leído, e incluso sinceramente discutido, puede hacernos a todos más cubanos, más decorosos, como lo deseó el Martí que no soñó una patria repleta de sus esculturas y tarjas sino desbordante de un “culto a la dignidad plena del hombre”; también en las salas de los tribunales, y en la más apartada celda.


https://puentealavista.org/2021/02/15/sangra-nuestro-marti-carta-en-franco-alegato-de-nuestra-culpa-ii/


El huevo de Hitchcock

El miedo constituye fuente de placer para millones de personas normales, quiero decir no sólo para las de cerebros romos, como ciertos devotos de Sacher-Masoch o como los que practican el barranquismo tanto deportiva como intelectualmente. Alfred Hitchcock lo dejó apuntado desde su perspectiva, ilustrando la afirmación con el ejemplo que mejor conocía, el cine. Si los espectadores se gastan su dinero y sus escasas oportunidades de ocio por ver películas de horror, significa que el miedo les resulta placentero. Es el razonamiento en que se basa El placer del miedo, un ensayo no carente de atractivo (hitchcokiano al fin), pero que a mí me deja en las nubes, ya que no obstante el título, no demuestra que el miedo nos produzca placer por sí mismo. Apenas se refiere al placer que nos produce ver a otras personas sentir miedo teniendo la certeza de que ese miedo no nos afectará directamente, porque es un miedo ajeno y porque además no es real. Tal como se argumenta en este ensayo: “Por cada persona que sale en busca del miedo en un sentido real o personal, millones lo buscan de forma indirecta, en el teatro y en el cine. En auditorios oscuros, se identifican con los personajes ficticios que sienten miedo y sienten, ellos mismos, esas sensaciones (el pulso acelerado, la palma seca y húmeda, etc.), pero sin pagar el precio. Que el precio no tenga que pagarse es el factor importante”, puntualiza Hitchcock. De manera que estaba refiriéndose a un tipo de placer más cercano al que disfrutan los devotos del Marqués de Sade que los de Sacher-Masoch. Entonces no es que normalmente hallemos placentero sufrir miedo. Lo que en realidad nos ocasiona placer es observar cómo son otros quienes experimentan el miedo.

Antes de sostener tan categóricamente que el miedo es placentero, a Hitchcock le hubiera venido bien repasar sus propios miedos, digamos el que le provocaban los huevos de gallina. Un miedo sin pizca de placer, valga la aclaración. Y además sui géneris. Al punto que echó por tierra las hipótesis con que los especialistas tratan de explicar los resortes del miedo en tanto mecanismo defensivo del cerebro para protegernos frente a las situaciones de riesgo o para adaptarnos al entorno y sus peligros.

Sentir miedo puro y duro ante un huevo de gallina es una reacción que en buena ley debiera inhibirnos de expresar rotundidades sobre la naturaleza placentera del miedo. Verdad que ese miedo de Hitchcock no era representativo. No muchas personas en su sano juicio le tienen miedo a un huevo. Pero tampoco creo que fuese anormal. En temas como este, provenientes de los caliginosos fondos de nuestra personalidad, es posible que ni los psiquiatras tengan la última palabra sobre lo que puede ser normal o no. Digamos mejor entonces que aquel miedo que los huevos infundían a Hitchcock era estrafalario, o raro cuando menos. Aunque no tan raro, quizás, como el que han experimentado otras personas más o menos normales como él, e igual de ingeniosas. Basta citar el conocido ejemplo de Hans Christian Andersen, quien tenía miedo a los niños, no obstante ser uno de los más célebres creadores de literatura infantil.

El miedo inventa nombres para distraerse, tuvo a bien advertirnos Elias Canetti, consciente de que en igual medida que algunos miedos requieren la ayuda de los psicólogos, hay otros que merecen palos. Pongamos por caso no ya el abordado en El placer del miedo, sino uno todavía más obtuso y que, de hecho, hace estricta contraposición al tema del ensayo hitchckokiano: el miedo al placer. Pero no a un placer cualquiera, sino a uno de los mayores, a la vez que el más sano y natural entre los que están al alcance de las personas y hasta de los animales: el placer de vivir en libertad.

Que nada resulte tan aberrante como el miedo al placer de vivir en libertad, no ha impedido que millones de seres humanos (su número supera quizá al de los aficionados al cine de horror), se cobijaran bajo su égida durante mayor o menor tiempo, ni que se cobijen todavía en pleno siglo XXI, al que nos gusta llamar civilizado.

Es un asunto que por su trascendencia ha merecido la atención de renombrados investigadores del comportamiento social. Desde las más rancias posturas, como la del sociólogo francés Gustave Le Bon, con sus ideas sobre la existencia de razas de hombres superiores, hasta las enjundiosas conclusiones del libro El miedo a la libertad, donde el filósofo y psicólogo alemán Erich Fromm desmenuza la creciente estandarización del individuo en la sociedad moderna; y sin olvidar, entre otros, los ya clásicos ensayos Masa y poder, de Canetti, y La rebelión de las masas, de Ortega y Gasset. Desde luego que las conclusiones de estos estudiosos no son (no tendrían por qué ser) necesariamente unánimes, pero todos lanzaron por igual alumbradoras sondas hacia el núcleo de ese extraño fenómeno que es sentir miedo ante el placer de vivir en libertad. Únicamente es de lamentar que ninguno de ellos tuviera la oportunidad de conocer de cerca el caso de nuestra gente en Cuba, el cual, según mi consideración, desborda todas las hipótesis aireadas hasta hoy en torno al tema.

El nuestro empezó por ser un tipo de miedo digamos corriente (aunque fuese mucho más venial que el de Hitchcock ante el huevo y tan indefendible como el de Hans Christian Andersen ante los niños), un miedo que nos alineaba en simetría mental de ciento quince mil kilómetros cuadrados, algo verdaderamente extraño en la polimorfa caribeña, pero era un miedo lógico, toda vez que respondía a la atmósfera de terror impuesta y sostenida por la dictadura castrista, y su aparato represor, a lo largo de varias generaciones. Ya que por ahí empezó, era de esperar que durase más de lo humanamente deseable. Pero lo que ningún observador parece haber previsto es que después de transcurrido más de medio siglo, no sólo mantuviese intacto su poder de arrasadora expansión radioactiva, sino que aquel miedo supuestamente común (a la cárcel, a la muerte, o a cualquier tipo de amenaza real) se haya transformado en miedo al placer que proporciona dejar de tener miedo, previendo los riesgos y la responsabilidad que ello contrae. Es el miedo a la idea de vivir en libertad que ha devenido rasgo de toda nuestra nación, marca idiosincrática, sello de identidad y referencia del entorno socio-cultural de Cuba, como el tabaco, la rumba o los frijoles negros.

De tal forma, cuando actualmente nos apuramos a mencionar el miedo a la represión bruta para explicar por qué la población cubana no decide plantar cara a las fuerzas de la dictadura, tal vez estamos pasando por alto una realidad histórica que es mucho más compleja. Creo que mejor encaminados podríamos estar si empezamos por formularnos un par de preguntas que no aparecen con frecuencia en las alocuciones de los cubanólogos: ¿Hasta qué punto la inmensa mayoría de nuestros paisanos en la Isla está verdaderamente interesada en incorporarse a lo que llamamos el mundo libre? ¿No será que allí cada cual entiende y desea muy a su modo lo que es vivir en libertad?

No dudo que responderían uniformemente que sí cuando les preguntemos si desean ser libres. Pero bien poco niveladas deben resultar sus respuestas si les preguntamos para qué quieren ser libres. Muy por delante de las motivaciones políticas (fin de la dictadura y del abusivo monopolio estatal…), presumo que se impondrán las de carácter práctico-individual. Tal vez cada quien vea en la libertad un filón para la propia mejoría y la de su familia, lo cual es coherente y justo, pero, ¿habrán pensando en las trabas que impiden al individuo alcanzar auténticas mejorías dentro de un país en total bancarrota económica y envuelto en un caos sistémico que amarra de pies y mano a todas las personas decentes y emprendedoras? Valdrá entonces una interrogante más: ¿En qué medida gravita sobre los cubanos la vieja pero cada vez más vigente teoría de Erich Fromm sobre el miedo que suelen sentir muchas personas no ya ante sus represores, sino ante la libertad misma, por el enorme compromiso individual que implica? Ese miedo anómalo al placer de sentirse libre planta sus bases efectivamente en la tranquilidad que procede del predominio de lo inconsciente, de la supresión del acto volitivo y, en suma, de la renuncia a todas las capacidades y virtudes de que dispone el ser humano racional para perseverar como especie.

No es que simpaticen con la dictadura (pues ya se sabe que no), o que se opongan a las críticas y reclamos de los disidentes. Es que su idiosincrasia, que por lo general responde más a instintos que a ideas, los muestra como alienígenas distantes a años luz de ciertas prácticas que son de elemental cumplimiento fuera de la atmósfera de caos en que ellos viven. Tampoco es que la población cubana sea más cobarde o menos despierta que otras. Sencillamente obedece a una máxima de sobrevivencia que es más antigua que el bostezo: “A quienes tienen hambre, dales primero de comer y después háblale de libertad o de lo que sea. Pero si lo haces al revés, fracasarás”.

Claro que en el caso concreto de la gente de allá, el hambre no es sólo de arroz. Su depauperación se origina más arriba del estómago, por falta de horizonte cultural, de conocimiento sobre cómo funcionan las cosas allende los mares. Le temo a lo que no conozco, es otro principio básico que puede estar pesando dentro de la cabeza de nuestros paisanos. Y sólo faltaría por ver en qué medida quienes luchan por cambiar la situación política y socioeconómica en la Isla serán capaces de lidiar con las múltiples limitaciones que padecen los nuestros como seres no aptos para actuar a tono con las reglas de una forma de vida que jamás conocieron. Así que el problema no atañe ya únicamente a la política y a la economía. Es de trasfondo moral, ante todo.


Fragmento del libro, en preparación, El huevo de Hitchcock, de José Hugo Fernández


Patria y vida: Hacer que la disidencia esté pegá

Yo pienso -sí, a veces me da por eso-, que la disidencia cubana necesita ser popular.

Pienso que debería dejar de ser exclusiva de los extremos. Me refiero a que debería salirse un poco de los escondrijos intelectuales de revista independiente y también debería salir de entre las grietas de los márgenes y de los cuerpos, como el del muchacho aquel que sale solo a la calle con un cartel y nunca más ve la luz del sol.

Necesita invadir nuevos terrenos, nuevos cuerpos, apáticos por miedos o por privilegios, da igual. Necesita estar más en el medio, en el hoyo del meollo. Eso, necesita estar pegada como una canción en el inconsciente dormido de mi tía o de tu vecino.

Necesita, la disidencia quizá, apropiarse de las «oportunidades» que por décadas ha acaparado el sistema. El tema Patria y vida es para mí eso, una otra manera de hacer que la Disidencia esté Pegá.


Cántaro

Ya en Amazon Cántaro (Hypermedia Américas), el nuevo poemario del escritor cubanoamericano, crítico y curador independiente, Joaquín Badajoz (Pinar del Río, 1972).

«Cántaro es un libro experimental que incluye textos poéticos escritos entre los años 2004 y 2012, dividido en cuatro secciones ilustradas con viñetas originales de Ferret Vincench —y concepto de portada y guardas de Cepp Selgas», explica el autor.

El libro «hurga en los orígenes de la poesía, la religión y la política desde una perspectiva personal, un tiro de sedal que captura el pez gigante de la herencia y sacude el árbol atávico y ancestral de las familias. Entre sus secciones contiene una dedicada a limericks, epigramas y divertimentos, y cierra con un ‘mise en abyme’ en prosa titulado Cabezas como dátiles«.


Una foto por la libertad

El Movimiento San Isidro Miami, Cuba Decide y Somos + convocan para el próximo sábado 20 de febrero, a las 4:00 p.m. en el Tamiami Park de Miami (Cuban Memorial), a la demostración ‘Una foto por la libertad’.

Dirección: 11201 SW 24th St, Miami, FL 33165

«Quienes asistan tendrán una camiseta gratuita con el Martí de Carolina Barrero» (se refieren a la joven historiadora de Arte, miembro del movimiento 27N, a quien la policía política cubana le abrió un expediente recientemente por imprimir el José Martí que aparece en el cartel de esta convocatoria), apuntaron los organizadores.

«Nos haremos una foto para la historia y alzaremos la voz por nuestros hermanos en Cuba», añadieron los organizadores en la convocatoria publicada en Facebook.


Carolina Barrero: «La Seguridad del Estado me acusa por esta imagen impresa. Es un Martí hecho de estrellas, con el trazo de la ternura y del ensueño».



Concurso de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2021

El proyecto Puente a la Vista y sus amigos convocan al Premio de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2021, que se regirá por las siguientes bases:

1- Podrán participar todos los poetas cubanos residentes en Cuba o fuera de ella, a excepción de aquellos que hayan ganado el primer lugar de este concurso en anteriores ediciones.

2- Solo se podrá presentar un libro por autor, que tendrá que ser original e inédito, quedando excluidos aquellos que hayan sido premiados en cualquier otro certamen. La extensión mínima será de 1,500 versos, y la temática libre.

3- El original, a enviarse por correo electrónico (email), será encabezado con el título del libro y un seudónimo del autor. En un segundo archivo (datos del autor), adjunto al mismo correo, el concursante incluirá su nombre completo, dirección de domicilio, teléfono, dirección de correo electrónico y currículo.

4- Los libros se enviarán en formato Word y con tipografía a discreción del autor. Las obras deben ser remitidas al email [email protected] con el asunto o encabezamiento CONCURSO DE POESÍA 2021. De enviarse con otro asunto o encabezamiento en el email, serán descalificadas.

5- Las obras presentadas al concurso no podrán estar comprometidas para publicación ni participación en otro certamen. La utilización de formatos PDF u otros que no sean Word, o de ilustraciones o fotos junto a los poemas, implicará la descalificación de la obra.

6- Los autores serán informados de su participación en el concurso a través de su correo electrónico, tras recibirse sus obras.

7- Se otorgarán dos premios, un primer lugar de $1,000 USD y un segundo de $500 USD. El premio en metálico será único e indivisible en ambos casos e implicará, además, la publicación de la obra por Puente a la Vista Ediciones –con todos los derechos cedidos al autor de la misma– y 10 ejemplares gratuitos.

8- El plazo de admisión cierra el 31 de agosto de 2021. Los resultados se darán a conocer en octubre de 2021. Los organizadores no mantendrán correspondencia con los participantes y solo se dirigirán a los ganadores para anunciarles el resultado.

9- El jurado que analizará las obras a concurso estará integrado por escritores, críticos y/o editores radicados en la Isla y el exterior. Tras anunciarse los ganadores, se dará a conocer su integración.

10- El hecho de participar en este concurso implica la total aceptación de sus bases.


En Cuba nacieron los timbales de Dios

“Chekendeke lengorísemo” [El que no tiene corazón no va a la guerra]

‒Proverbio ñáñigo‒


Debemos apurar la afirmación: desde una deliciosa “ambientación” literaria José Hugo Fernández nos regala este ensayo, Los timbales de Dios: apuntes para una revisión de la historia de la guapería en Cuba, que “versa” sobre la sobrevaloración del valor, o la guapería. Garantizar que el lector disfrute su disertación es, de antemano, la moneda de cambio que ofrece José Hugo en este volumen que fuese mención especial en el premio Carlos Alberto Montaner 2019.

La “revisión” de la guapería isleña en sus aspectos más simbólicos nos llega desde el inicio mismo de este peculiar ensayo que, envalentonado, se adentra en abordamientos que han ocupado poquísimo espacio de la literatura cubana. El diente de oro se enfoca entonces como ese primer encontronazo hacia lo que José Hugo percibe [la guapería en sí] como una suerte de máscara:

“[…] Pero, en esencia, la realidad histórica es que en Cuba (aunque no sólo, ni en eso somos únicos), el uso de los dientes de oro quedó evidenciado desde hace mucho como manifestación de los más humildes estatus sociales, con frecuencia incluso de los ambientes delictivos. Y a mí por lo menos me parece elemental que en la base de esa tendencia tiende su larga sombra el machismo, que es nuestro pecado original, y, por extensión, fundamento de lo que consideramos la guapería del cubano, que también funciona como una suerte de camuflaje […]”.

La afirmación de que “se supone que a los guapos de verdad no debiera interesarles andar por la vida con el hocico en ristre y todo engrifado a tiempo completo, como gallos de lidia, sólo para que los otros perciban de antemano el gran peligro que representan”, podría encontrar aprobación en las esquinas de las barriadas calientes de Cuba.

Más adelante José Hugo calibra dónde comienza esa confusión, casi histórica también en las calles cubanas, entre “valentía” y “guapería”. Deja establecido, en líneas precisas, el uso a conveniencia que el régimen de Cuba ha hecho de esa confusión, explotando el verbo belicoso y la pose “guapa” como retórica política hacia el exterior.

“[…] Son muchos los valores que exaltan la conducta humana. Pero sólo uno entre ellos, la valentía, monopoliza el genérico. Algo más o menos similar ocurría entre los antiguos romanos, quienes llamaban Virtus a la valentía, como si ésta fuera la única virtud. ¿Y por qué los cubanos –con algunos latinoamericanos– llamamos guapos a los valientes? Son atributos distintos, según el diccionario, pero no para nosotros. ¿O sí? Va y ocurre que el guapo, por ser cosecha patria, ha devenido cumbre de la valentía […]. Nuestras presunciones nacionalistas encajan como anillo al dedo con las presunciones machistas, y, por consiguiente, con las de la guapería. Son las tres patas de una misma mesa. George Orwell alineaba a los nacionalistas en dos grupos, positivos y negativos. No creo que a los cubanos se nos pueda encasillar rígidamente en una de esas alineaciones. Somos nacionalistas ingenuos, así que fantasiosos y efusivos, a veces para bien y otras veces para mal. Cuando la guapería se funde o se confunde con el nacionalismo, lo cual ocurre a menudo, ya que es casi una regla, su efecto suele ser negativo. El nacionalismo es sed de poder mitigada con autoengaño. Esto también lo apuntó Orwell. En nuestro caso, el autoengaño lo aporta la gente de a pie, mientras que los políticos y los líderes de toda laya aportan la sed de poder. Y es justo en ese matrimonio –disfuncional pero muy bien llevado– donde mejor se evidencia la ingenuidad de los nacionalistas criollos, y, por condigno, su guapería […]”.

Con relatos históricos que van delineando los antecedentes sociopolíticos y políticoculturales que funcionan como puntos cardinales en una Cuba difícilmente dominada por otros atributos historiográficos más allá del cronocentrismo, José Hugo afirma que, “para la mayoría de nuestros coterráneos, ser guapo significa algo así como haber recibido al nacer un don providencial que te sitúa por arriba o al menos por delante del rebaño. Al frente van los guapos. A la zaga va el resto, en multitudes que se dejan llevar, cautivadas, intimidadas, achuchadas o manipuladas por la guapería de los guapos”.

En opinión de José Hugo, los cimientos de la deformación de la valentía ‒manifestación gramatical del valor‒ quizá están en conformidad con la maniquea percepción que solemos esgrimir sobre la historia grande y nuestros pasados como entes sociales. Quizá ese no saber traducir la historia impide sobremanera no saber contar correctamente los propios saberes:

“[…] Lo que un tanto festinadamente llamamos Valor, suele afincar sus bases no sólo en otros valores, también en los más impresentables defectos. Al punto que su sobrevaloración bien pudiera ser una traba para el avance de nuestro desarrollo como especie superior del planeta, ya que es así como nos califican. Claro que la historia del Valor como máxima expresión de la ejemplaridad y el liderazgo entre los humanos (igual que entre los animales) resulta tan antigua como el aburrimiento, o más. Y de acuerdo con las disquisiciones o la fantasía de los historiadores, ha jugado un papel de vanguardia en nuestro desarrollo […]”.

Al igual que José Hugo, yo por lo menos no creo que el martirio obedezca siempre a un impulso de auténtica valentía, sin que por ello deje de ser respetable o venerable o recordable en todos los casos. Dejar constancia de lo anterior no es gratuito en la “guapería” de este ensayo, en tanto se narra ‒¿a través del tío Papo?‒ la historia de Cuba, tan llena de martirologios y mártires a pulso:

“[…] Aunque los historiadores no hayan llevado la cuenta, no me parece razonable poner en duda la enorme cifra de mártires que debieron morir temblando de miedo, por más convencidos que estuviesen de sus motivaciones. Muchos se lanzarían a la muerte atontados por la esperanza de encontrar otra vida mejor en “el más allá”. En no pocos pudieron prevalecer los prejuicios de orden moral o sentimental. La certidumbre de lo irremediable. La soberbia. Los tan diversos y múltiples valimientos de la sugestión… En rigor, ¿sobre cuántos mártires podría afirmarse que actuaron espoleados únicamente por su naturaleza de verdaderos guapos y no por impulsos de un arrojo contaminado por sabe Dios qué coyundas, fueran éstas hijas de la virtud o del defecto? […]”.

En Los timbales de Dios: apuntes para una revisión de la historia de la guapería en Cuba desfilan, como testimonios de ese resultado irresoluto de confundir “tener timbales” y ser “guapo”, personajes nuestros [como el ya entrañable Tío Papo] que orbitan desde la pobreza. Y es que guapería y pobreza no son sinónimos, pero sí los “enyunta” un trazado común que exige un adentramiento antropológico que apenas consta de una bibliografía seria, más allá del polémico Los negros curros de Fernando Ortiz.

Cierra Los timbales de Dios con apuntes de José Hugo que, ciertamente, nos hacen temblar. En sus remembranzas de Centro Habana ‒epicentro para este ensayo deliciosamente literario‒ el autor nos recuerda que es allí “donde han campeado en connivencia durante más de medio siglo el miedo y el peligro o el miedo y la amenaza. Ni imaginar quiero lo que pueda suceder si algún día a esa gigantesca burbuja de miedo y silencio concentrados, como gas butano, se le abre una grieta, un leve orificio de escape”.   

Es imposible no estar de acuerdo con José Hugo en la casi totalidad de un ensayo que puede constar, sin más “guapería”, como imprescindible en las letras cubanas.

“Lo determinante para que unas u otras muestren sus feas proporciones se deriva de aquellos a quienes nos toque enfrentar. Ante los machos machotes del poder político y todo su aparato avasallador, ya sabemos cuál es la reacción de aquellos guapos que se la pasan sentados en la esquina. Son los mismos que, en cambio, se comportan de muy distinta manera dentro de los límites de su miserable dominio”. Es una descripción áspera ‒como lo debe ser la historia cabal sin blanqueamientos ni cronocentrismos‒ de cómo el régimen cubano conjuga también la belicosidad diplomática con la más vulgar “guapanga”. Quizás, como pudiera decir “machísticamente” el tío Papo par de tragos de por medio, harían falta más los pantalones de Dios que sus timbales.

“[…] De hecho, la violencia ciega y sorda es el más perdurable patrimonio que nos está legando esta dictadura. Creo que fue Chesterton quien apuntó que el mal del militarismo no es que enseñe a ciertas personas a ser feroces y altaneras y excesivamente belicosas, sino que enseña a la mayoría de las personas a ser mansas y tímidas o exageradamente pacíficas. Me parece que ambos males son igual de nefastos. No en balde proceden de la misma cepa. Y ambos han calado por igual entre nuestros coterráneos. Pero con una particularidad, añadida tal vez por ese esperpéntico tan propio de una isla en la que hacen olas los hombres a todo y los verdaderos guapos. La ferocidad, altanería y belicosidad conviven mezcladas con la mansedumbre y el miedo dentro de nuestros barrios […]”.


‘El gobierno de Cuba debe normalizar las relaciones con sus ciudadanos como premisa para normalizarlas con el mundo’

Ilustración de Rafael Alejandro

A: Gobierno de los Estados Unidos de América
Gobierno de la República de Cuba
Congreso de los Estados Unidos de América

Ante la posibilidad de un nuevo acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, nos dirigimos a ustedes para transmitir nuestras impresiones sobre este tema.

Quienes suscribimos esta carta somos miembros de los diferentes sectores de la sociedad cubana, personas con distintas ideologías y posiciones políticas, pero movidos por el mismo anhelo de una Cuba democrática, próspera y respetuosa de todos los derechos para todas las personas. Muchos acompañamos y participamos con esperanza del acercamiento (normalización) propiciado durante la administración Obama y desde las enseñanzas de aquella experiencia hacemos constar que:

a) La soberanía de Cuba como nación independiente no puede ser monopolizada por un gobierno. No se debe confundir empoderamiento de la sociedad con el apoyo a la agenda del régimen y de grupos autorizados por este para representar a la sociedad civil.

b) El régimen vigente en Cuba niega derechos fundamentales -políticos, civiles, económicos y culturales- a su sociedad. Criminaliza el disenso y excluye la participación autónoma. Este tipo de regímenes atenta contra estándares internacionales de derechos humanos, por lo cual es legítimo que la comunidad internacional asuma posicionamientos ante la desprotección en que se encuentran los ciudadanos del país.

c) Durante la normalización no se experimentaron en la Isla avances en los derechos humanos. Organizaciones nacionales e internacionales documentaron entonces altos niveles de represión contra actores de la sociedad civil y la oposición. Muchos de los activistas, periodistas, emprendedores y artistas que acompañaron la normalización, hoy se encuentran en el exilio.

d) La represión es consustancial a la naturaleza totalitaria del sistema y responde al empoderamiento de los ciudadanos. No depende de la actitud del gobierno de Estados Unidos, como demuestra este primer mes de la presidencia de Biden. Hoy se ha expandido y diversificado la represión incluso contra nuevos actores como los activistas de poblaciones en situación de vulnerabilidad, artistas, ambientalistas, protectores de animales, intelectuales de orientación progresista, entre otros.

e) Las reformas económicas realizadas por el gobierno de Cuba durante la normalización de Obama fueron mínimas y sufrieron congelamiento o reversión incluso antes de la administración Trump. Algunos de los reclamos básicos de los emprendedores cubanos llegaron, también de manera limitada, en el contexto de la crisis económica generada por la obsolescencia del modelo económico, el impacto del coronavirus y las sanciones de la administración Trump, pero no en el marco de la normalización.

f) Durante el deshielo anterior, es cierto que creció cierta clase media urbana que mantuvo una actitud de no confrontación o colaboración con el régimen, pero la mayoría empobrecida del país no se benefició de la normalización. Su situación, en términos de ingresos, consumos y derechos no mejoró y se ampliaron los niveles de desigualdad.

Partiendo de lo antes expuesto, ratificamos nuestro compromiso con el avance democrático en nuestro país y el apoyo a nuevos procesos de normalización y negociaciones, siempre que estos tengan en cuenta un grupo de condiciones mínimas e indispensables:

1- Que haya una amplia participación y representación de la sociedad cubana, en toda su diversidad social y política, en el proceso de normalización.

2- Que, a diferencia del proceso anterior, la negociación se realice en condiciones de transparencia, con acceso equitativo a medios oficiales e independientes cubanos, así como a la prensa internacional. Ningún acuerdo podrá tomarse a espaldas de la ciudadanía cubana y estadounidense. El proceso deberá ser acompañado por mediadores de credibilidad y experiencia como el Vaticano, Noruega y el Parlamento Europeo e involucrar multilateralmente a gobiernos y sociedad civil de Europa y Latinoamérica.

3- Que toda negociación debe tener como principal premisa y finalidad el reconocimiento de los derechos civiles, económicos y políticos del pueblo cubano contenidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales aprobados por las Naciones Unidas.

4- Que el proceso de negociación y los acuerdos resultantes tengan un carácter escalonado, con metas concretas y empíricamente evaluables para cada fase del proceso. Con mecanismos periódicos de revisión en los que, junto a los gobiernos, se incluya el acompañamiento, monitoreo e incidencia de la sociedad civil, siguiendo buenas prácticas de otros procesos internacionales. De los resultados de estas evaluaciones dependerá el avance de las negociaciones a fases superiores o su interrupción en caso de incumplimientos.

5- Que sea preliminar al inicio de las negociaciones la liberación inmediata -sin exilio condicionado- de los más de cien presos y presas políticos condenados de manera injusta por ejercer y reclamar derechos ciudadanos, así como la legalización de todas las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado que van a estar representadas en las conversaciones. El cese de la represión política y las restricciones económicas a la ciudadanía tienen que constituir un imperativo para el mantenimiento de las negociaciones.

6- Que una negociación que tenga como centro los derechos del pueblo cubano, no puede avanzar mientras subsistan elementos que entorpezcan las relaciones entre los cubanos de la Isla y el exterior. Resulta necesario la reapertura de trámites consulares en ambos países; que el gobierno de los Estados Unidos derogue las restricciones a los viajes de cubanos a la Isla y el envío de remesas por vías civiles; y que el gobierno cubano elimine las prohibiciones de salida y entrada del país a médicos, deportistas, profesionales, disidentes, activistas y todas las personas a las que injustamente se les priva de estos derechos. Estas son decisiones que deben ser tomadas al unísono por ambos gobiernos.

Como ciudadanos cubanos queremos que el gobierno avance hacia la normalización de las relaciones con el resto de las naciones, pero, en primer lugar, con los propios cubanos donde quiera que se encuentren. Que Cuba se inserte en el mundo como un país verdaderamente soberano, respetuoso de los derechos humanos y democrático, algo que hoy está lejos de ser una realidad. Toda negociación debe ir enfocada a este objetivo.

Firmas hasta el momento de esta actualización:


1- Abel López Gil
2- Abel Sierra Madero
3- Adonis Espinosa Espinosa
4- Adonis Milán
5- Adrián Yiong Rivero
6- Alain Oliva Pérez
7- Alain Rafael Dueñas Estévez
8- Alberto Pérez López
9- Aldo Rodríguez Baquero (El Aldeano)
10- Alejandro Dobarganes Guerra
11- Alejandro Pérez Villa
12- Alejandro Rosales Trinchet
13- Alenmichel Aguiló Queijeiro
14- Alexey González Bello
15- Alexis Sabatela Ugarte
16- Alien Tijerino Castro
17- Almakki Diaz
18- Amable Fortunato Casas Suárez
19- Amable Fortunato Casas Pacheco
20- Amaury Pacheco del Monte
21- Amaury Gutiérrez
22- Amilkar Chuey-Cesar
23- Aminta de Cárdenas Soroa
24- Ana Díaz Palacios
25- Ana María Acosta Lemes
26- Ana Rosa Díaz Naranjo
27- Ana Virgen Parada
28- Anamely Ramos González
29- Anay Remón García
30- Andrés Avelino Domínguez Beltrán
31- Andrés Hernández Amor
32- Anet Hernández Agrelo
33- Ángel Rodríguez Fernández
34- Ángel Santiesteban Prats
35- Ángel Tur
36- Annia Gil Fernández
37- Antonio José Ponte
38- Aram Zaldívar Rodríguez
39- Ariel Álvarez Díaz
40- Ariel Gálvez Lamas
41- Armando Chaguaceda Noriega
42- Armando León Ferreiro
43- Armando Valenzuela Fernández
44- Arturo Sandoval
45- Augusto César San Martín
46- Augusto Juarrero de Varona
47- Aurelio Yáñez Alvarez
48- Bárbaro W. de Céspedes Hernández
49- Betty Hernández Quintana
50- Boris González Arenas
51- Boris Larramendi
52- Boris Vega Pestana
53- Brian J. Infante Machin
54- Camila Acosta Rodríguez
55- Camila Remón James
56- Camila Ramírez Lobón
57- Carlos A. Aguilera Chang
58- Carlos Alejandro Rodríguez Martínez
59- Carlos Amel Oliva Torres
60- Carlos Amílcar Melián Moreno
61- Carlos Cabrera Pérez
62- Carlos Ferrera
63- Carlos Pintado
64- Carlos Rodríguez Cárdenas
65- Carolina Barrero
66- Cecilia González Sánchez
67- Celia González Álvarez
68- Ciro Javier Díaz Panedo
69- Clara Helena Fonseca Espinosa
70- Claudia Elizabeth Ruíz García
71- Claudia Genlui Hidalgo
72- Claudia Padrón Cueto
73- Cristian Pérez Carmenates
74- Cristina Parra González
75- Daiky Lascaiba Martín
76- Dairis González Ravelo
77- Darcy Guerra Alarcón
78- Daniel Triana Rubio
79- Daniel Ventura Timonchuk
80- Danilo Ricardo Velázquez
81- David García Pompa
82- Dayana Fernández Molina
83- Daysel Pimentel Martínez
84- Dayvis Tamayo Hodelin
85- Denis Valdés Pilar
86- Diana Álvarez amell
87- Dimas Castellanos Martí
88- Dayana Acosta Lorenzo
89- Dunia Medina Moreno
90- Duniel Pío Pérez
91- Edel Pérez García
92- Edel Padrón Cala
93- Eddy Rodríguez de la Cruz
94- Eduardo Mesa Valdés
95- Eduardo Naranjo
96- Eisbel Rojas
97- Elena Lourdes Verges Abreu
98- Elena Larrinaga de Luis
99- Elías Amor Bravo
100- Élida Lima Vásquez
101- Eliecer Ávila Cicilia
102- Elizabeth Rodríguez Barbán
103- Eloy Viera Cañive
104- Emilio Arteaga Pérez
105- Emilio Milián Socorro
106- Emilio Rey Reyes
107- Érick González León
108- Ernesto Pérez Alonso
109- Ernesto R. Ricardo Suárez
110- Esteban Rodríguez López
111- Evelyn Rodríguez de Villafuerte
112- Fabio Corchado Borroto
113- Félix Navarro Rodríguez
114- Fernando Crespo Taupier
115- Fernando Miguel González López
116- Fernando Pérez Díaz
117- Fernando Morell Dearmas
118- Fernando Yaisel Pérez Muñoz
119- Francis Sánchez Rodríguez
120- Freyser Martínez González
121- Gabriel Mustelier Torres
122- Gabriela Rock Pérez
123- Ghabriel Pérez
124- Georgina González Contreras
125- Giselle Morfi Cruz
126- Gleider Alcalá Álvarez
127- Gretell Salermo
128- Hamlet Lavastida Cordoví
129- Hannah Imbert Morell
130- Hans Carrillo Guach
131- Hansel Porras García
132- Harold Crespo Marrero
133- Héctor Luis Valdés Cocho
134- Henry Constantín Ferreiro
135- Henry Érick Hernández García
136- Hilda Landrove Torres
137- Idael Edesio García Zaldivar
138- Ileana Álvarez González
139- Ileana Corbett Santos
140- Iliana Hernández Cardosa
141- Iluminada Montalvo
142- Inalkis Rodríguez Lora
143- Ingeborg Portales
144- Ingrid Arenas González
145- Irenia Tirado Sánchez
146- Iris Mariño García
147- Iris Ruiz Hernández
148- Irving Calderón González
149- Iván León Fernández
150- Isbel Díaz Torres
151- Ismario Rodríguez Pérez
152- Ivette Falcón Ugarte
153- Janet Figueredo Vasallo
154- Janet María Hernández Adán
155- Jesús González Cruz
156- Jimmy Roque Martínez
157- Joel Álvarez Díaz
158- Jorge Caballero Peralta
159- Jorge Enrique Rodríguez Camejo
160- Jorge Luis Arzola Benítez
161- José Ángel Gracias de Armas
162- José Antonio Espinosa Domínguez
163- José Daniel Ferrer García
164- José Luis Acosta Cortellán
165- José Manuel Cardentey Cuesta
166- José Ramón Benítez Álvarez
167- José Raúl Gallego Ramos
168- Judiet Falls Gonzalez
169- Judith Figueredo Vasallo
170- Julio Llopiz-Casal
171- Katherine Mojena Hernández
172- Kirenia Yalit Núñez Pérez
173- Kizzy M. H. Omni
174- Ladislao Aguado Morillas
175- Laritza Diversent Cámbara
176- Laura Felipe Marrero
177- Lázara Emilia Ayllón
178- Lázaro Javier Chirino Díaz
179- Lázaro Mireles Galván
180- Legna Rodríguez Iglesias
181- Leidy Laura Hernández Naranjo
182- Lemis Tarajano Noya
183- Lennier López

184- Leonardo Luis Rivera
185- Leovanis Correa Moroso
186- Léster Álvarez Meno
187- Lidier Hernández Sotolongo
188- Limara Meneses Jiménez
189- Linda Rosa Iturrey
190- Litsay Rodriguez Ortega
191- Liz Solanch Calvo Peláez
192- Lizandra Góngora Espinoza
193- Lourdes A. Ricardo Suárez
194- Lucinda González Gómez
195- Luis Alberto Mariño Fernández
196- Luis Andrés Domínguez Sardiñas
197- Luis Dener
198- Luis Eduardo Flores Fernández
199- Luis Eligio D Omni
200- Luis Enrique Fernández-Supervielle Bravo
201- Luis Enrique Milián Columbié
202- Luis Enrique Perdomo Silva
203- Luis Giraldo Estrada Ayala
204- Luis Manuel Mazorra Fernández
205- Luis Manuel Otero Alcántara
206- Luis Orlando Ramírez Vázquez
207- Luz Escobar Perez
208- Mae Jenny Mendoza Toiran
209- Manelyn Morales Lazo
210- Manuel Alberto Guerra Guerrero
211- María Antonia Pacheco García
212- María Antonieta Colunga Olivera
213- María Caridad (Karina) Gálvez Chiú
214- María Cristina Garrido Rodríguez
215- María Cristina Labrada
216- María de Lourdes Mariño Fernández
217- María Matienzo Puerto
218- Maribel García González
219- Mario Félix Ramírez Méndez
220- Mario Junquera Moráguez
221- Marisol García González
222- Marisol Peña Cobas
223- Marlen Reparte Que
224- Marta Trujillo Carbonell
225- Martha Reyes Pías
226- Marthadela Tamayo González
227- Maury Duany Benítez
228- Maykel Castillo Pérez
229- Michael Valladares Cala
230- Michel Matos Alonso
231- Michel Perea Enríquez
232- Miguel Yasser Castellanos Guerrero
233- Mirlis Reyes Salarichs
234- Mirta Fernández Laffitte
235- Modesto Diaz Serpa
236- Mónica Rodríguez Álvarez
237- Monserrat Sardoni Puigbo
238- Náyade Sánchez Cicilia
239- Neife Rigau Chiang
240- Nelson Falcón
241- Neuris Norberto Rodríguez Suárez
242- Niovel Alexander Tamayo Formen (Abu Duyanah)
243- Norges Rodríguez Almiñán
244- Odalys Valdés
245- Olivia Sofía Manrufo Hernández
246- Omar Mena González
247- Omar Orlando Torres Sosa
248- Omar Santana
249- Omara Ruiz Urquiola
250- Oristel Hernández Fente
251- Orlando Luis Pardo Lazo
252- Óscar Antonio Casanella Saint-Blancard
253- Óscar Iglesias Rodriguez
254- Osmani Pardo Guerra
255- Osmany Suárez Rivero
256- Osmel Adrián Rubio Santos
257- Osmel Almaguer Delgado
258- Osmel Ramírez Álvarez
259- Osvaldo Gallardo González
260- Pablo Díaz Espí
261- Pastora Colunga Torres
262- Patricia Martínez
263- Pedro Agustín Camacho Suárez
264- Pedro Armando Junco López
265- Pedro Benítez Barreras
266- Pedro Enrique Rodríguez Uz
267- Pedro Luis García Macías
268- Pedro Manuel González Reinoso
269- Pedro Pablo Aguilera Juarrero
270- Rafael Alejandro García Fernández
271- Rafael Fornés
272- Rafael Rojas González
273- Rafael Vilches Proenza
274- Raudel Collazo Pedroso
275- Raúl García Ricardo León
276- Raúl Rodríguez Álvarez
277- Raulise Negret Chacón
278- Reinaldo Delgado Salermo
279- Reinaldo Rollaliaga
280- Renay Kairus
281- Reynier Leyva Novo
282- Ricardo Pavón Vega
283- Roberto Julián Gutiérrez Consuegra
284- Roberto Madrigal Ecay
285- Roberto Márquez Díaz
286- Roberto Miguel Santana Capdesuñer
287- Rodolfo Cabrera Arcia
288- Rolando Arias Peña
289- Rolando Labusta Lores
290- Rolando Morelli
291- Rosa María Payá
292- Roberto Leiva Olivares
293- Roberto Martínez Vargas
294- Rubén Mendoza Caveda
295- Sandra Contreras Tablada
296- Sania Medina Garmendía
297- Saraí Morales
298- Saudy Hernández Bretón
299- Silverio Portal Contrera
300- Silvia María Méndez Rosado
301- Sol García Basulto
302- Tania Bruguera
303- Taylor Emilio Torres Escalona
304- Teresa Díaz Canals
305- Ulises Peña Fuentes
306- Verónica Pérez Vega
307- Vladimir Turro Pérez
308- Víctor Alfonso Cedeño
309- Yadisley Rodríguez Ramirez
310- Yaiset Rodríguez Fernández
311- Yaima González Acosta
312- Yaima Marín Díaz
313- Yaima Pardo La Red
314- Yanelis Díaz Morales
315- Yanier Hechavarría Palao
316- Yankiel Gutiérrez Faife
317- Yankiel Sarduy Melendres
318- Yanelys Núñez Leyva
319- Yanet Rosabal Navarro
320- Yasunary Rodríguez Vázquez
321- Yaxys Cires Dib
322- Yoan Rivero Olivera
323- Yoel Suárez Fernández
324- Yoniel Suárez Guerrero
325- Yulys Espinosa Acosta
326- Yunier Gutiérrez Vázquez
327- Yunior Villarejo Estévez
328- Yuri Ariel Redonet
329- Wendy González Varona
330- William Felipe Prieto
331- Zaqueo Báez Guerrero

¿Sangra nuestro Martí? Carta en franco alegato de nuestra culpa (II)

Carta anónima de un escritor residente en el oriente de Cuba, quien ha preferido ocultar su firma por razones de seguridad.


Para rememorar: Panter Rodríguez, quince años de privación de libertad. Yoel Prieto, nueve años. Un año para Jorge Ernesto; según el departamento de redacción del Granma, correspondiente a este jueves 28 de enero. Condenados quienes ultrajaron los bustos de José Martí, fue el titular. El Tribunal Provincial Popular lo dio a conocer el 26 de enero. El Tribunal Municipal Popular de Plaza de la Revolución celebró el juicio oral y público el 21 de diciembre de 2020 (Causa 61 de 2020). ¿Los delitos imputados? Difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado; y daños a bienes del patrimonio cultural.

“Este 28 de enero, en celebración de su natalicio, el semidios sudamericano José Julián Martí recibe con agrado una ofrenda de venganza por el sacrílego ataque a las imágenes erigidas en su honor”: sería un titular más acorde. Y si le resulta ofensiva esta idea, me atrevo, en nombre del mismo Martí que ambos defendemos, a preguntarle si no le parece más vejatorio que estos hombres sean sentenciados más allá de lo que cometieron, y que dos de ellos lo paguen con más años de cárcel que los policías que violaron en el pasado año a dos niñas en Marianao, La Habana.

¡Claro que es coherente comparar estos hechos! Martí dedicó palabras llenas de ternura y pureza a los niños; y tiempo a influir en su educación. A pesar de ello, estas niñas fueron violadas en el país al que entregó su vida. En donde luego le hicieron Héroe Nacional y le levantaron monumentos, tarjas y bustos en cada centro de trabajo y escuela.

Sumamos esto a que las violaciones son un acto de violencia detestable, incompatible también con el pensamiento martiano. Un abuso de ese poder personal que la circunstancia o la superioridad conceden y que, en vez de ser empleado en beneficio de la otra persona, es usado de una forma egoísta y perversa. Es el robo de una intimidad que no ha sido otorgada, jamás justificado con la condición moral de la víctima ni el tipo de relación que se ha mantenido con ella. ¡Y esta vez las agredidas fueron niñas! Si usted tuvo acceso a la información de estos tristes y condenables sucesos, y no pudo notar de cuántas maneras la afrenta es superior, le ofrezco ahora imaginar que Martí pudo haberle dedicado algunos de sus escritos de la Edad de Oro a estas niñas si les hubiese conocido.

La mayoría de nuestros conocidos (¡gracias a Dios!) concordarían en que los niños no deben ser víctimas de agresiones sexuales, ¡mucho menos por parte de adultos! Más si estos adultos son, nada más y nada menos, ¡agentes del orden público! ¿Qué decir si estos mencionados oficiales de la policía están en el ejercicio de sus funciones? A estas niñas se las llevaron en la patrulla sin importar incluso que los adultos responsables de ellas se encontraban cerca (lo que muestra la impunidad que acostumbraban a gozar por causa de sus uniformes y cómo sus conciencias no se encontraban siquiera inquietas). ¡También lo hicieron estando en medio de una pandemia! Una emergencia nacional en la que, si no lo ha notado a causa de las arbitrariedades absurdas y la continuada escalada de agresión de los agentes policiales y militares contra la población civil en esta etapa por la que atraviesa Cuba, el estado, la policía, el ejército y demás cuerpos, instituciones y extensiones de poder, deberían estar amparando a los ciudadanos y no haciendo uso de un desmedido autoritarismo. Sin embargo, ellos, a los que Martí hubiese llamado hombres viles y perversos, a pesar de sus uniformes, recibieron sólo …8… y …9… años de cárcel.

¿Lo nota ya? Si después de esto aún no entiende la necesaria comparación de estos hechos judiciales y la indignación que pueden causar, ni se moleste en seguir leyendo. Primero trabaje en su dignidad personal y luego discuta sobre justicia.

No estuve en el juicio del 21 de diciembre. Ni siquiera tuve la noticia de cuándo se realizaría. Tampoco habría podido cruzar las fronteras necesarias como para participar; y, en realidad, siempre creí que este ya había acontecido. Los conocedores de la realidad cubana estamos acostumbrados a la velocidad que acompaña a tantos procesos y acontecimientos, y al misterioso velo que les cubre de la vista pública (como la reciente investigación de la caída del avión que acababa de levantar vuelo en el aeropuerto de La Habana). Es usual ver desplazadas la opinión y la participación ciudadana a un segundo plano, hasta que salen a la luz los irremediables veredictos finales. Pero, desde la lejanía de la capital de la patria que me vio nacer, y por la posibilidad legal de apelación que ahora les asiste, es que intento aportar algunos cortos argumentos que al menos sean útiles a la posible apelación.

Quisiera volver a ese fragmento que considero tan representativo, sobre el que hice mis análisis personales en la primera parte de este artículo. Ahora quiero llamar la atención sobre: aprovechándose de la oscuridad de la noche y de la escasez de personas en las calles a esas horas, en la madrugada…

Un fondo oscuro al cuadro no tiene por qué añadir algún oscuro motivo. ¿Sería la nocturnidad un agravante serio que pueda provocar vulnerabilidad al mármol o haga caer al bronce en un estado de letargo y desamparo? ¿La noche debilita la defensa de los bustos ofendidos? ¿Sugiere alevosía en percance de un monumento inanimado el escoger una hora en la que no se encontrara nadie alrededor que pudiese brindar auxilio? ¿O es que Panter, Yoel y Jorge son culpables, además, por no ejecutar lo planificado de una manera que les facilitase el trabajo represivo a las autoridades?

Hacerlo a la luz pública, ¿les beneficiaría con menos años por las costillas? Es que ese planteamiento me hace suponer que se espera que una obra así debería hacerse a media mañana, como si fuera un performance artístico. Pero pasaríamos por alto que todos los pintores de grafitis -como arte de protesta-, o autores de cualquier letrero o gráfico como llana y simple protesta ciudadana (incluidos los realizados por el Movimiento 26 de Julio en contra de la dictadura de Machado), asumieron el mismo horario en toda la historia de Cuba. Nadie quiere ser detenido antes de culminar su objetivo. Mucho menos ser golpeado públicamente; ¡y ya hasta en los confines del universo ya se conoce que en Cuba se han detenido personas por leer poesía públicamente!

Hablemos de otro caso contradictorio con el mismo tema del que nos ocupa: Muy recientemente la prensa independiente dio a conocer el caso sobre el ciudadano camagüeyano conocido como “el patriota”, que fue multado por divulgar ¡a pleno día! impresos que fueron considerados clandestinos mientras recitaba las estrofas del Himno Nacional. ¡Y sólo eran pequeñas tarjetas de papel que precisamente contenían frases martianas! Resulta bastante incómodo y enigmático, para la jurisprudencia, tratar de colegiar cómo el echar sangre sobre el busto de Martí puede ser catalogado como delito, y, a la vez, regalar las frases de quien representa tal busto también lo sea.

No perdamos objetividad y miremos el contexto histórico, incluso ese desventajoso que el simple y cotidiano discurso hace ver a la isla como una completa e indefensa víctima atacada desde un Miami feroz. Aún situados en centro mismo de la batalla ideológica, no cabe que los emigrados y supuestos financiadores del sacrílego hecho se dediquen a blasfemar del Apóstol. ¡Cómo es posible si los cubanoamericanos opuestos al gobierno de la isla llevan años tratando de demostrar la incompatibilidad de los ideales del Apóstol con la cúpula del poder cubano! Sino, ¿cuál es entonces el sentido que se haya escogido el nombre de Martí para el más conocido medio de comunicación antagonista del estado cubano y su sistema de poder asentado en la Florida? Es por eso que, a pesar del marco de las pruebas presentadas y las declaraciones obtenidas, vuelvo a aducir como duda razonable el que estos tres ciudadanos hubiesen tenido como intención desacreditar la imagen de José Martí.

Hablemos ahora del patrimonio. Luego de la caída del campo socialista, el derribo de las estatuas de Lenin y otros símbolos del comunismo, ejecutado por masas ciudadanas que se encontraban dentro de la llamada Cortina de Hierro, fue tal vez el ataque al patrimonio histórico más comentado dentro de la isla en estos 61 años. Fuera de eso, sólo recuerdo que los medios brindaran atención al saqueo de obras de arte en el curso de alguna que otra guerra en el medio oriente, o que en algún documental se mencionara a los ladrones de las tumbas egipcias o el ávido saqueo producto de la ocupación nazi.

Estoy seguro que pocos, dentro de las fronteras cubanas, conocen que en los últimos meses han acontecido, en varias partes del mundo, cientos de ataques vandálicos en perjuicio de estatuas, esculturas, monumentos e iglesias. La mayoría de estos actos son expresión del odio cimentado en la ignorancia y la falta cultura; pero todos están directamente relacionados, tanto en los símbolos y textos utilizados, o la forma del ataque, con una animadversión hacia la persona o los valores representados por estos monumentos. Sin embargo, ni en unos ni otros, encuentro una similitud con los ataques de Panter y Co. al patrimonio cubano.

En los eventos acontecidos luego de la caída del campo socialista, se derribaban los símbolos de un pasado al que no querían volver; en las obras de arte robadas en el medio oriente, los ladrones de tumbas y la Alemania nazi, prima el enriquecimiento y el desmedido interés por la posesión del arte desde diferentes puntos de vista, y en la ola de acontecimientos más cercanos a nosotros, se vislumbra la inconformidad con los valores del pasado que habían sido exaltados o reconocidos social y culturalmente. Nada similar al acto ejecutado por estos tres hombres -o por medio de ellos, si prefiere. En él veo una inconformidad acerca de realidad cubana en relación al prestigioso ideal que nuestros mártires representan. Una denuncia. El modo de despertarnos al sacrilegio que estamos cometiendo y no un sacrilegio en sí mismo. Que nos sintamos ofendidos por el estado en que hayan quedado la representación de nuestros próceres no significa necesariamente que su memoria haya sido ultrajada con este acto.

No se honra a Martí, a nuestro Martí, con actos de puro escarmiento; ni se puede vengar en uno, o en un puñado de hombres, los males que detestamos o tememos. Las palmas son novias y esperan, dijo el Apóstol; y seguidamente nos exhortó desafiante: Hay que poner la justicia tan alto como las palmas. Quisiera, a pesar de creer en la utilidad que reportan los bustos y las tarjas a la memoria histórica de una nación, despedirme deseando a Panter, Yoel y Jorge que tengan suerte si optan por la apelación a que tienen derecho. ¡Que su próximo juicio no sea animado por la indignación, sino por esa buena fe que mira desde todos los ángulos para no ser gravosa, sino educativa además de justa! ¡Buena suerte compatriotas! Lo hago sin miedo a ser juzgado con críticas despiadadas, sentencias oportunistas y el abundante desprecio de los fanáticos ideológicos que no recuerdan que la historia nos lega, incluso, patriotas de pasados turbios.

Me despediré también de tal modo que resulte para el bien de todos: ¡Buena suerte, Patria mía! ¡Que ningún enfoque ideológico pueda pervertir el sagrado ejercicio de la justicia! ¡Que ninguna burda campaña mediática pueda oscurecer el entendimiento de ningún sector de tu pueblo! ¡Que ninguna creencia o partido pueda hacernos menos humanos en valorar lo correcto!


Una obra armónica y despiadada

Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a los bosques más remotos, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros.

―Franz Kafka

Carta a Oskar Pollak, 1927


La poesía —al menos la que yo necesito— se adentra en algo que la ciencia aún está lejos de conocer en toda su colosal magnitud: el producto del funcionamiento del cerebro humano. Eso que muchos han llamado “alma” o “espíritu” y que, en cambio, yo defino con esa terminología más pedestre, pero más gráfica: producto-del-funcionamiento-del-cerebro-humano. Porque, en realidad, cuando hablamos de ese “producto”, hablamos de lo que somos; es decir, de lo que queda en el cerebro después de que éste haya procesado todo el material a que ha tenido acceso; ese material que, para simplificar, llamamos vida, sociedad, época, historia, cultura… y que, al hacerlo, traduce como “experiencia” o, en sincopado, “la realidad”. Hablamos, pues, del uso que el cerebro, cada cerebro, hace (según su calibre) de eso.

Cuando encuentro un libro que bucea en ese misterio, o a partir de él, sé que he tenido suerte. ¡Por fin alguien que ha entendido!, me digo. Que ha entendido, quiero decir, el mejor uso que, según esa necesidad mía, debe hacerse de la fabulosa herramienta que es el poema. Porque veo en él, no tanto un solaz para alienar, como un instrumento para comprender.

Es lo que me acaba de ocurrir con la poeta Odalys Interián y su libro Esta es la oscuridad, Editorial Dos Islas, 2020.

Un poemario que, para empezar, es un artefacto casi perfecto. Tanto el conjunto como cada uno de los poemas son simétricos, sólidos, “suaves al tacto”. Constituyen una arquitectura imponente y sin la más mínima grieta. Parecen objetos en el sentido que lo son un cuadro o una escultura.

Quizá por eso (por esa belleza y esa armonía formales) sorprende tanto el universo devastador que contiene. Uno se desliza verso a verso por esa suave y armoniosa superficie como si navegara en una confortable embarcación por un río sin rápidos, sin rocas afiladas, sin monstruos que acechen… un río aparentemente apacible. 

Aparentemente, porque si se abren bien los ojos y se mira de verdad a través del agua cristalina, o a la ribera, o al frente, o incluso atrás… entonces… entonces… se descubre que esa belleza y que esa paz son solo obra de la magia de Odalys: Un embrujo. Con su voz, con su dulce voz, nos ha envuelto y, sin que nos hayamos percatado, desde el primer verso nos ha hecho caer en la trampa. Una trampa que, en el caso de esta oscuridad, comienza con el vacío (con ese tenebroso vacío) que sigue a las palabras. “Hay un vacío siempre después de las palabras”, dice en ese primer verso. Nada menos que en el primer verso.

A partir de ahí, el auténtico rostro de esa realidad que es todo este viaje no deja de mirarnos fijamente. No para amenazarnos, sino para advertirnos. Es como si nos dijera: No te fíes de mi belleza, no te fíes de mi calma; lo peor, como lo esencial (glosando un poco a Saint-Exupéry) no tiene por qué ser visible a los ojos.

“He sido odiada, señor”, confiesa casi enseguida. Una premisa que también da muchas claves sobre lo dicho. Aunque para compensar advierte que “lo que importa es el amor”. Una sabiduría sencilla, un bello tópico incluso que, sin embargo (porque todo en este gran poemario está lleno de estos embrujos) nos hace tropezar enseguida con “un animal enfermo” o con “la esperanza que se arrastra inarticulada” (inarticulada, no desarticulada, hay un matiz), bajo —si hilamos— “un cielo hundiéndose/ sobre el desparpajo masivo/ que es la oscuridad”. En lo cual solo descuella la conciencia de su lucidez: “Mi cabeza como un mástil”. Algo que no necesariamente es un alivio.

Y no lo es, entre otras cosas, porque “Dios (está) en el sitio del odio/ a cara descubierta”. Y si Dios está ahí es porque no puede, o porque debido a alguna abstrusa razón, no quiere hacer nada. O porque si lo hace, si llega a hacerlo, si está en su plan, será en diferido, al otro lado de la vida o, lo que para el caso es lo mismo, de la muerte.

Entretanto, tendremos que enfrentarnos al vértigo; a la náusea; a los “brotes incendiarios”; a los rostros amados que ya no se reflejarán; al “ojo peligroso que nos mira”; al “amor que siempre dispara”; a la huella borrada de la felicidad… tendremos que enfrentarnos, en suma, al cierre del “lazo corredizo de la sombra”, contando solo con esa “insípida certeza” que, al abrir la segunda sección, es el deseo de que, insípida o no, sea “profundísima”.

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Una certeza que, a la vista de la totalidad, lo es. Una “profundísima certeza”. Una certeza de lo que es el ser o, en su caso, este producto-del-funcionamiento-del-cerebro-humano que Odalys resume magistralmente con estas palabras: una pobreza sin nada; una “oscuridad”; un misterio en y con esa indigencia que, sin embargo, resulta inabarcable. 

Se trata, por tanto, de la mirada de esos ojos que tantean los abismos y bordean los límites en el genérico de su tragedia; y, en fin, del poso que se asienta en ese ‘producto’ después de la Historia. Aún en plena soledad. O, como dice la poeta, “bajo el escombro de las soledades”.

Para ella —para el personaje poético de este gran libro, quiero decir— la luz empieza en el coágulo.

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Y es ahí, en ese coágulo (en el espejo de ese coágulo), donde imagino que se miran las “muchachas que arbolan la oscuridad” bajo el “larguísimo cadáver” del sol. Las muchachas: Sylvia, Alejandra, Virginia, Storni… se miran a la vez que buscan la huella borrada de la felicidad sin perder, eso sí, lo mejor de vivir: el asombro.

Una sección ésta donde Odalys descorre un velo en la oscuridad y se asoma (nos asoma) a otra habitación, también a oscuras, donde se hallan los silencios de ese “enjambre de hembras moldeadas por la triste deformación de los silencios” que veremos en la siguiente y última sección pero que están presentes, así, como hembras, en cada poema del resto. Hembras acurrucadas allí. Hembras (Odalys siempre acertando, siempre dando el toque mágico que clarifica o define) a las que invita a jugar un juego muy ad hoc: “a que avance la esperanza”.

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Y es aquí [“Otra vez (en) la oscuridad brillante, suicida”] donde Odalys decide sorprendernos con siete textos que son poemas en prosa o prosas poéticas o, simplemente, versos “picados” de otra manera o no “picados” en absoluto. Y todos con algo más de “historia” o de “relato”. Porque en cada una de estas últimas piezas ocurre algo, y no solo en el campo sensorial y emocional, más abstracto, que es el de lo lírico, sino también en el sentido que, de común, suelen entenderse tales términos. Y todo sin alterar —es importante insistir en ello— la euritmia, la simetría… la belleza de ese todo; y sin dejar de bucear en el misterio que es este ‘producto-del-funcionamiento-del-cerebro-humano’ que, como digo, se trata del ser, de su “experiencia” o de “la realidad”, según se ve desde “el mástil” de la “narradora” y lo que cada lector, a su vez, pueda hacer con ello.

Hasta que llega la lluvia del final. La lluvia final. No, “nadie vendrá con esta lluvia”, nos dice Odalys. Así que no esperamos a nadie. Y es ahí, en y durante esa soledad, cuando medita sobre lo que vendrá, ese misterio que ella parece desvelarnos desde la altura de su mástil, con la engañosa suavidad de su voz de “bruja buena”: “Después —dice—, Después la nada, mi cuerpo cayendo a otro hundimiento, a esa humedad armónica y despiadada que es la eternidad”. Una imagen cuyo eco sin duda quedará rebotando para siempre en el vacío que —como nos advirtió ya en el primer verso— sigue a las palabras.

Armónica y despiadada. Dos adjetivos, por cierto, que podrían describir a la perfección esta obra. “Esta es la oscuridad”: una obra armónica y despiadada. ¡Sí!

Adenda:

He explicado como he podido mi lectura de estos estupendos poemas. Pero, como diría Foucault: que la única ley sean todas las lecturas posibles. 


Fallece el poeta Ángel Cuadra

Angel Cuadra, Premio Nacional de Literatura Independiente 2017, con el también poeta Joaquín Gálvez en el Festival Vista de Miami

Con profundo pesar el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio anuncia el fallecimiento de Ángel Cuadra Landrove, Miembro de Honor y fundador de nuestro PEN cubano en el Exilio.

Cuadra falleció en la ciudad de Miami el sábado 13 de febrero a las 2 am, en el hospital Jackson Memorial. Tenía 89 años.

Cuadra nació en La Habana el 29 de agosto de 1931. Estudió Derecho en la Universidad de La Habana. Estuvo contra la dictadura de Batista y posteriormente se enfrentó a la tiranía de Fidel Castro, por lo que pasó 15 años en las cárceles castristas condenado por conspiración.

Fue actor y fundador del movimiento cultural El Renuevo. Poeta con una sólida obra. En la prisión continuó alentando el patriotismo y la cultura. El PEN de Suecia se interesó por su caso y lo acogió como preso de conciencia. Tras salir de la cárcel y de Cuba, se estableció en Miami donde se desempeñó como profesor en el Miami Dade College y laboró como coordinador de los autores hispanos a la Feria Internacional del Libro de Miami durante varios años.

Ángel Cuadra siempre se mantuvo en el camino de la libertad y la cultura. Fue presidente del Ex Club, asociación para los presos políticos y columnista de Diario Las Américas. Respaldó y fue el rostro de los cubanos exiliados, en la concesión por parte del PEN Internacional, de una filial para los escritores cubanos exiliados. Representó al PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio en distintos congresos y dejó un legado literario de gran significación.

Entre sus libros se encuentran Peldaño (1959), Impromptus (1977), Poemas en correspondencia (1979), Esa tristeza que nos inunda (1985), Fantasía para el viernes (1985), Las señales y los sueños (1988), Réquiem violento por Juan Palach (1989), La voz inevitable (1994) y Diez sonetos ocultos (2000), entre otros.


Nota del Editor: Ángel Cuadra recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’ en 2017. También ese año, la revista Puente de Letras publicó un Dossier dedicado a su obra y trayectoria. Clic aquí para acceder al número.


La mujer que volvió del más allá

Vivian Fernández de Pellas recibe el premio 'Amor Ferviente a la Vida' (La Jornada)

La Madre Teresa estuvo en 1988 en Managua. El cardenal Obando le organizó una cena y la autora y su hijita de seis años fueron invitadas. De pronto la santa –que entonces no lo era de derecho, pero sí de hecho– le dijo a la niña:

–Cuida mucho a tu madre porque ella tiene una misión en esta vida.

Ella, la autora, sonrió amablemente y no la creyó. Pensó que se lo decía por pura cortesía.

El libro fue leído con deleite durante tres días. Deleite y horror, como esas películas tremendas en las que el placer se deriva del miedo que pasamos. Está escrito en una prosa directa, sin pretensiones ni trampas estilísticas. El libro, sencillo y bien editado, con numerosas fotografías, casi todas a color, incluso las que son desagradables. invita al lector. Se titula Convirtiendo lágrimas en sonrisas.

La autora viajaba en el vuelo 414, en Boeing 727, junto con su marido, un prominente hombre de negocios nicaragüense. Ella estaba inquieta. Era el 21 de octubre de 1989. Su país de adopción, Nicaragua, se preparaba para las elecciones en que saldría electa Violeta Chamorro, en febrero de 1990. Se despedirían, pensaban que para siempre, del malvado sandinismo tras más de una década de pesadilla.

Se trataba de un vuelo regular de la línea hondureña TAN SAHSA. Llevaba 138 pasajeros y ocho tripulantes. Sólo sobrevivieron 11 personas. Fue un accidente provocado por un error de los pilotos. El peor de la aviación centroamericana. El avión se desintegró contra un cerro cercano a la capital hondureña. Los restos se incendiaron tras el impacto. Escrito así parece un parte dado a una compañía de seguros, pero fue un increíble pandemonio en el que el humo negro destrozó los pulmones de los damnificados.

La autora fue salvada por su marido. Con el rostro y los brazos quemados (perdió varios dedos de la mano izquierda) logró desatar a su mujer y cargarla. Todos los huesos de su esposa se habían quebrado. Todos: los de la cabeza, el tronco y las extremidades. Fue entonces que ella comenzó a pensar que, si salía con vida, se dedicaría a evitar que otras personas quedaran desfiguradas por el fuego. Nadie, especialmente los niños, merecía una vida como ésa. Tras las primeras curas en Tegucigalpa, marido y mujer fueron trasladados a Miami. Le hicieron decenas de operaciones en el rostro, la mayor parte a través de la boca, e innumerables trasplantes de hueso e injertos de piel.

El mago de la cirugía plástica, Dr. Anthony Wolfe, desarrolló procedimientos nuevos para intervenir a su muy estropeada paciente. Estuvo meses, años, en cirugía, sin poder hablar, muerta de dolor, comunicándose por medio de gemidos que la madre lograba descifrar. Se aficionó a la morfina. Costó Dios y ayuda sacarse del cuerpo esa droga terrible. Afortunadamente, la familia le respondió muy bien. Sin ella acaso habría muerto de soledad y tristeza en medio de un mar de batas blancas.

Se llama Vivian Fernández de Pellas y el marido es Carlos Pellas Chamorro, uno de los empresarios más diversificados de Nicaragua, Estados Unidos y América Latina: azúcar, ron, hoteles, bancos, automóviles, construcciones y un largo etcétera. Desciende de un italiano genovés, notable aventurero –como los Vicini de república Dominicana–, que llegó a Managua en el siglo XIX, atraído por el paso de las caravanas estadounidenses que transitaban de una costa a la otra. Entonces, atravesar los Estados Unidos era más peligroso y lento. Quedó enamorado del país y de sus gentes. Ahí comenzó la saga.

Vivian es cubana. Llegó a Nicaragua siendo una niña. La familia, sin un centavo, se trasladó al país en agosto de 1961, tras una redada masiva que hubo en Cuba, donde su padre estuvo detenido en un teatro durante muchos días. Las cárceles no daban abasto para tantos presos políticos. Otra vez se cumplía la regla del furor trabajador de los emigrantes. A poco de llegar la familia al exilio, ya estaban encaminados.

La riqueza está en la gente, en los emprendedores. En ese 20% que persigue sus sueños y arrastra al 80% restante como si fuera un torbellino. Unos son como Jeff Bezos, el fundador de Amazon, otros crean un modesto restaurant o una barbería. Sobre ellos se construyen las sociedades. Es lo que denodadamente trata de explicar el “Consejo Superior de la Empresa Privada” (COSEP). Es la norma de Vilfredo Pareto extendida, aunque el matemático italiano, a caballo entre los siglos XIX y XX, no especuló sobre ese misterio estadístico. Acaso es el dato que me dio Roberto Argüello cuando hablamos sobre este artículo: «los banqueros nicas son los mejores de Centroamérica». ¿Por qué? No se sabe. Pero no hay duda de que Ramiro Ortiz Mayorga está entre ellos.

La Madre Teresa tuvo razón. Vivian y Carlos Pellas han fundado APROQUEN en Managua. Tienen una unidad de quemados que es la mejor de América Latina. La corporación corre con todos los gastos. Eso se llama tener conciencia social. ¿De qué vale ser una persona económicamente exitosa si estás rodeado de una pobreza infinita y no haces nada por evitarlo? Vivian Pellas tiene una misión: convertir las lágrimas en sonrisas. Con frecuencia, lo logra.


http://www.elblogdemontaner.com/


Azúcar amarga: El Clasificador prohíbe toda iniciativa dulce en Cuba

Pensé que el “Clasificador Nacional de Actividades Económicas (CNAE)” —no se sabe muy bien si se trata de un humano, una máquina o simplemente una lista elaborada maquinalmente por un grupo de humanos— había prohibido la fabricación de “naves espaciales”. Pero no. Ideas que me hice tras una primera lectura fugaz, influida tal vez por la inquietante noticia de que, en Nicaragua, Daniel Ortega ha presentado un proyecto de ley con el objetivo de crear una “Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre”.

Tras una segunda mirada, el PDF no dejaba lugar a dudas: Estaba y está prohibida la fabricación de «naves especiales» en Cuba, que no es lo mismo ni se escribe igual.

En una nave espacial se puede volar. Abandonar el planeta. Dejar atrás incluso la Luna. En cambio, en una nave especial se puede hacer de todo. Hasta construir una nave espacial.

Partiendo de que utilizamos aquí, para entendernos, la cuarta acepción de “nave” según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (“Cuerpo, o crujía seguida de un edificio, como almacén, fábrica, etc.”), en una nave especial, por ejemplo, se puede hacer azúcar. Es decir, producirla tras cortar la caña en el campo, transportarla a la nave y elaborarla dentro de ella. Todo en secreto, por supuesto, porque tanto hacer una nave especial como producir azúcar constituyen, ahora mismo, actividades prohibidas en Cuba por el “Clasificador Nacional de Actividades Económicas”.

El Clasificador especifica, entre otras muchas prohibiciones, que no se puede fabricar “aeronaves y naves especiales y maquinaria conexa” (3030) en Cuba. Enseguida me asaltaron tres preguntas aparentemente inconexas:

1) ¿Qué clase de nave puede ser tan especial como para que un Estado todopoderoso prohíba su fabricación independiente?

2) ¿Cómo saber qué es maquinaria conexa? ¿Conexa respecto a qué?

3) ¿Por qué no se puede producir azúcar en Cuba, por cuenta propia, si el café necesita azúcar, los frijoles negros necesitan azúcar, los cakes necesitan azúcar, los cumpleaños necesitan azúcar, hasta el agua con azúcar necesita azúcar? Y encima, el Estado cubano no la garantiza en cantidades industriales.

Una revolución es dulce, luego de ser violenta, o no es. Hace mucho tiempo la robolución cubana mató a la revolución cubana. Institucionalizó la amargura, arruinó la industria azucarera, etc. Y cuando arruinas algo, o lo amargas, no puedes pretender monopolizarlo.

Larga vida a la producción independiente. Y a las naves especiales. Y a toda clase de maquinaria creativa.

Azúcar para crecer.


Comisión Interamericana protege cautelarmente a artistas y activistas del MSI

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó este jueves medidas cautelares de protección a favor de veinte creadores y activistas cubanos pertenecientes al, o relacionados con el, Movimiento San Isidro (MSI) y los acuartelados de Damas 955 en noviembre de 2020, en la Habana Vieja.

«La Comisión considera que la información presentada demuestra prima facie que las veinte personas integrantes identificadas del Movimiento San Isidro se encuentran en una situación de gravedad y urgencia, puesto que sus derechos a la vida e integridad personal están en riesgo de daño irreparable», señaló el informe de la CIDH.

«La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actuar como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan a sus países de origen o residencia».

La lista a continuación:

(1) Denis Solís González
(2) Luis Manuel Otero Alcántara,
(3) Maykel Castillo Pérez,
(4) Iliana Hernández Cardosa,
(5) Anamely Ramos González,
(6) Oscar Casanella,
(7) Katherine Bisquet Rodríguez,
(8) Omara Ruiz Urquiola,
(9) Adrián Rubio,
(10) Jorge Luis Estien,
(11) Alfredo Martínez,
(12) Amaury Pacheco,
(13) Michel Matos,
(14) Esteban Rodríguez,
(15) Iris Ruiz,
(16) Miguel Yasser Castellano Guerrero,
(17) Anyell Valdés Cruz,
(18) Jorge Luís Capote Arias,
(19) Niovel Alexander Tamayo Formen
(20) Osmani Pardo Guerra

Con un hueco entre las tetas

Imagen de fondo, cortesía Pixabay

Tengo la sensación de que, como consecuencia del cambio climático, no solo llegó la pandemia, sino que a las mujeres nos viene la menstruación cada dos semanas. Pero hoy es uno de esos días en que no se puede culpar ni a la regla. Sé que no son las hormonas, que no es el verano sin sol, que no es lo que él me dijo, que no son las horas/meses sin dormir. Hoy es de esos días en que, como en un eclipse, se hace evidente un suceso extraordinario.

Estoy convencida de que vivo con un pequeño agujero en el pecho, un huequito del diámetro del impacto que dejaría una bala que nunca existió, no estoy segura de su tamaño, lo que sí puedo atestiguar es que me atraviesa. Que cuando camino de frente al sol, del otro lado puede verse ese tubito de luz como el que se escapa por las hendijas de una puerta de madera hinchada. Que cuando tomo agua muy fría se filtra, que cuando tomo el café muy caliente me quemo los dedos cuando intento taponearlo. Y que cuando como algo muy dulce se me cuela alguna que otra hormiga, que no puedo ver pero me hace cosquillas.

Yo no nací con este hueco. Lo comencé a notar una tarde en que el viento podía escucharse y de pronto un silbido me atravesó el pecho.

Este hueco comenzó a formarse después que mi cuerpo aterrizara en una ciudad dejando a mi cabeza en otra. A veces digo que me fui de la habana como quien se va de una fiesta que se ha vuelto aburrida, en la que hasta la canción que te encanta pierde ritmo de tanto repetirse, en la que ya el alcohol no hace efecto sino que crea defectos, y duelen los pies, y en la lucha porque caigan los párpados para siempre no sucede algo que pueda despertarte de ese letargo, y solo te levantas y das un paso y otro y luego caminas, y luego te vas sin darte cuenta que te estás yendo. Y al despertar al día siguiente comprendes que te fuiste no solo de la fiesta: te fuiste de la ciudad, caminaste tanto y has llegado a otro país. Y te das cuenta, sentada en una cama de otro país, sobre un suelo de otro país, bajo un techo de otro país, con el olor de ese país, con la luz de ese país, te das cuenta que hiciste muchas colas, con muchos sustos, con papeles y cuños y sellos, para estar en otro país del que no conoces ni el suelo, ni el cielo, ni el olor, ni las miradas de su gente, ni la cama donde estás sentada… todo te es extraño de una manera aplastante. Entonces lloras, y yo lloré y lloré tan asustada, preguntándome si alguna vez podría parar de llorar.

Definitivamente fue en este momento en que algún poro se quedó demasiado abierto producto de la transpiración cargada de miedos y bilis y ansias y que con los años llegaría a ser un agujero de una redondez perfecta.

Este hueco lo he intentado cerrar de muchas maneras, porque por más que no moleste es un hueco, y por los huecos salen cosas que no se pueden avizorar. He intentado cerrarlo con un pedazo de pan mojado, con abrazos, con tierra, con harina y huevo, con cemento. He intentado también coserlo y engraparlo, he intentado tanto que las últimas veces sentí que si lograba al fin taparlo lo extrañaría.

Este, mi agujero, me avisa cuando el suelo está pronto a moverse.

Yo tengo una amiga, que vive en Cuba y me pregunta si siento vergüenza de lxs cubanxs que guardan silencio. Estos son los momentos en que mi agujero se afianza y se expande. Ha pasado un mes y no logro responderle. Cómo le hago entender a mi amiga que lo que me duele de su pregunta es la manera en que presume que puedo sentirme superior a un otro. No siento vergüenza de ningún cubanx, menos de lxs que callan, porque para empezar todavía me considero parte de esa masa, aunque no me sienta identificada con ella. Como tampoco siento vergüenza de estxs cubanxs que rompen su silencio para dejar salir todo ese aliento viejo apestando a doctrina ya expirada, a úlcera mal curada. Cómo le explico a mi amiga que estoy harta de la cochambre que nos separa en valientes o cobardes, como dos únicas opciones, opuestas y alejadas una de otra. Cómo le explico a mi amiga que cuando pienso en lxs cubanxs, pienso que nos han instalado en nuestro sistema operativo la corrupción en el alma como un mecanismo de supervivencia y la burocracia en el lenguaje para impedir expresarnos, convirtiéndonos en animalitos tartamudos imposibilitados de nombrar incluso lo evidente. 

No le respondo a mi amiga, y ahora soy yo la que calla.

Es otro día, me despierto y mi hija sigue durmiendo, entonces barro la casa en lo que se hace el café. Barro compulsivamente todavía en calzón, sacando de los rincones preferidos ese polvito acumulado mientras pienso posibles respuestas para mi amiga. Barrer es un buen ejercicio para pensar, llevo menos de diez minutos despierta y ya mis ideas se atropellan en la punta del cerebro, pienso otra vez en que quiero ser una escritora mediocre, últimamente me repito esta frase, a veces sale sola de detrás de algún nervio lastimado. Lo que no quisiera es encontrar una excusa para no escribir. Cuando no escribo, todo se amontona desordenado, dejando frases sin sentido dando vueltas entre pedazos de diálogos de otros, ideas nuevas, merodeando por las heridas abiertas, bordeando los huecos de las medias con huecos, entre algún reclamo escondido, y sobre todo se queda entre los dientes como las hilachas de una carne dura ablandada a martillazos, las palabras se quedan ahí entre las muelas, hostigando la existencia, acabando con la paz de las encías, irritando hasta herir la lengua. 

Se despierta ella y desayunamos y el día está tranquilo y claro y caluroso, nunca como en la habana, pero el sol puede llegar a irritarte de igual manera.

Estamos en el parque, compramos pistolas de agua aprovechando la última semana antes que nos encierren nuevamente por el Covid. Le dejo un audio a un amigo, y termino riéndome de mí misma por algo que le cuento y no recuerdo, vuelvo a la conversación y tengo un mensaje suyo que leo como un corrientazo y que corta mi risa.

Sigo en el parque, es 27 de enero, lxs muchachxs del 27N han vuelto a presentarse ante el Mincult exigiendo la liberación de varixs de ellxs y que atiendan las demandas hechas dos meses atrás en el mismo ministerio.

En el parque todo está tranquilo, hay otrxs niñxs y ya juegan un poco más juntxs porque se conocen, aunque a veces haya que intervenir ante algún empujón por no querer prestar la pelota. Está todo tranquilo aquí a mi alrededor, es todo calma, y dentro mío siento cómo intercambian lugares el hígado con el riñón, el pulmón derecho con el izquierdo, la vejiga se me enreda en el intestino delgado y, así, todo convulsionado dentro de mí. Intento no ver el teléfono demasiado, y de pronto ya he compartido tres publicaciones de lo que está sucediendo. Corro, me persiguen, me tumban en la hierba, me caen encima Marieta y tres pistolerxs, aprovecho para desconectarme de la ficción de la virtualidad y participar de esta que tengo enfrente, al costado, que me puede tocar y hacer sudar.

Vamos a treparnos al árbol. “Ayuda, mamá”. La ayudo, le indico dónde poner un pie y dónde una mano, quiero que empiece a buscar la forma de treparse ella solita. “Se los están llevando en una guagua, les están dando golpes”. Leo en el teléfono el mensaje de mi amigo, que está tan emocionado como yo, tan al borde del desborde como yo. Hay un video, me lo pasan, no puedo verlo.

Hay una tregua, vamos a merendar. Entre que pelo la mandarina, ahora sí, el video carga. Veo al ministro acercarse como una tromba marina a un muchachito, ¿es Mauricio? Me sé su nombre porque da la casualidad había conversado con él por primera vez hacía unos días y compartimos información valiosa de lado a lado.

Tengo los dedos pegajosos de la mandarina, la pantalla de mi celular es un asco y la claridad lo hace evidente, Todo se pone negro en el video, puedo ver mi ceño fruncido reflejado en la pantalla, solo eso. Me pego el teléfono al oído y el terror comienza.

El hecho de no ver y solo escuchar para mí es doblemente perturbador, porque los gritos sin una imagen que le acompañe se convierten en la expresión extrema del dolor traducido en terror. Para mí el terror es no entender de dónde viene esto que te atropella, esto que te arrasa, esto que escapa de la razón humana.

Vamos a saltar la cuerda, la saltamos, jugamos culebrita, yo de vez en cuando tiemblo y hago pucheros. A estas personas no las conozco de nada, hacía dos meses había estado en la misma situación, no conocía ni podía siquiera reconocer más que a un par de ellxs. Durante estas semanas había ido involucrándome más y ya podía identificar a varixs, ya sabía sus nombres, qué hacían, cómo lucían, cómo pensaban, les había leído y escuchado. La otra vez igual me desbordé, igual hice veintitantas publicaciones, igual estuve atenta, hasta que el último salió. Pero ahora me sentía más comprometida, más cercana quizá.

Regresamos a la casa, hacemos spaghettis con atún, que es más rápido y siempre son bien recibidos. Mientras espero que hierva el agua, leo en mi teléfono y veo otros videos. El ministro dio un manotazo y con la mejor sincronización en la historia de la revolución cubana se desató la superioridad de un Estado avasallante.

La veo paradita, absorta con sus ojitos chinos de placer.

—Marieta, ¿qué haces? ¿Caca?

—Sí, mamá.

Termina y busco un pañal para cambiarla.  Se lxs llevaron a todxs en una guagua que apareció de pronto, como si la hubieran puesto en la post de un video editado.

Culito limpio y fresco, me abraza el cuello con sus piernas. Me lavo las manos, me enjuago la cara, me miro en el espejo, otra vez hago pucheros. Pongo los spaghettis al agua. Empiezo con la salsa.

Están presxs, secuestradxs, nadie sabe de ellxs. Y una jodida frase desde la mañana me atraviesa la frente como esos loups de pantalla publicitaria. Una de las personas que se habían llevado, la noche antes me había dicho: “Yo voy a mí, y sigo avanzando”. Yo no había respondido, porque estaba cansada y porque él siempre se va sin despedirse y aparece sin saludar, y a mí eso me gusta, y quise copiar su estilo. Y ahora esa frase me pasaba factura, me impendía coordinar el movimiento del cuchillo para picar la cebolla. A 3950 km haciendo el almuerzo en otra ciudad con el pecho oprimido, con mi hueco en el pecho latiendo como la boca de un pez moribundo.

Almorzamos y no puedo ver el teléfono, odio estar tan pendiente del teléfono, pero tengo miedo que algo pase en mi ausencia. Ya estás ausente, Olivia, no estás ahí, ni siquiera cerca, me digo y me respondo:

—Ya lo sé, pero igual… es la sensación de quien no está y está todo el rato.

Terminamos y me pide Teta, le doy. Con suerte se quedará dormida. Mi amigo me ha pasado un audio. Ya se quedó dormida. “No hables, ¡no hables! ¡Porque no, porque no me da la gana!”. Ahora sí lloro con los audífonos puestos, ¿por qué grita así ese señor? Me pongo toda chiquitita. Y detrás de mi frente está la única imagen que pude salvar intacta del video, una mujer con el cabello en trenzas y brazos firmes reduce con violencia el cuerpo de otra mujer que lleva su cabello hermoso sin ataduras y hace olas de resistencia con sus rizos sueltos.

Abro la computadora y ahora, con mis cuatro deditos y mi pecho estrujado empiezo a dar el berro durísimo, desde mi virtualidad. Ella sigue haciendo su siesta, sabe que mamá necesita unas horas para mamá escoria.

Es en esos momentos en que se siente, dentro de lo terrible, dentro de lo oscuro, que no se está solo; se siente una ola que acompaña, no se puede tocar ni oler, se puede ver a través de una pantalla, se puede sentir el rumor de cuando somos muchos dando el berro en un agudo infinito. Firmando peticiones, haciendo listas, compartiendo listas con sus nombres, preguntando dónde están, publicando los videos, desde todos los ángulos posibles, para que no haya duda aunque siempre terminarán sembrando una, preguntando dónde están, exigiendo que los suelten.

Y los comienzan a soltar, unx a unx. Ya están todxs en sus casas. Y su mamá me confirma que, el que no se despide, ya está a su lado.

Yo, la verdad, no sé cómo se siente esto a 3950 km, si llegara a sentirse. Si la subjetividad es tal que todo me lo armo yo, que no tengo a dónde agarrarme y me aferro a una lucha que me invento.

Lo único físico que tengo es este hueco en el pecho que solo yo puedo ver y sentir.

Todavía tengo un mensaje que responder.

Cómo le explico a mi amiga que a mí lo que me interesa es lo que está sucediendo ahora, así, imperfecto, así amorfo, así apasionado y hasta naif. Estuve demasiado tiempo ignorando, evitando, divagando, demasiados gerundios con respecto a Cuba. He evitado saberme con este agujero que me perfora y ahora no solo le encuentro sentido, ahora quiero exhibirlo. Es esto lo que me hace ser yo, así imperfecta, naif, así apasionada, amorfa, así, fuera de lugar.

Mis deditos no van a parar de escribir no van a parar de acompañar desde donde puedo, con mis privilegios y mis penas, con mis esfuerzos y mis temores. Donde se ubique mi cuerpo en el mapa es para mí circunstancial, por tanto, no tendría por qué ser esto, una suerte o una maldición y menos aún determinar lo que pueda una sentir, pensar o hacer.

Es cierto, no pongo el cuerpo. A veces lo lamento y me cuestiono si lo prefiero, pues el privilegio de mi virtualidad también tiene un precio. Cuando quito la vista del teléfono, solo me espera el vacío, me encuentro ante la soledad de un paisaje extraño a pesar de ser el que me sostiene. No tengo donde depositar toda la intensidad, el dolor, todo el coraje de mi “realidad”. Y ojalá lo que sintiera fuera proporcional al tiempo que dura la batería de un aparato electrónico y que Cuba se apagara en mi mente cuando se apaga el teléfono.

Soy una mujer con un hueco en el pecho, que no tiene mucho peso que la afirme en la tierra. Pero esta vez quiero creer, y soy consciente de la ficción y del ejercicio que supone decidir vivirla. Pero es lo que yo quiero. Quiero practicar quizá por primera vez el ejercicio de la fe a ver cómo me sale.

Y entonces recuerdo que existen terraplanistas en Cuba y, claro, ciertamente es más fácil e inofensivo creer en un grupo que puede negar los avances de la ciencia hasta el siglo XXI que creer en un grupo de cubanxs que insisten en la poesía y en el derecho a tener derechos.

Como me inclino más hacia lo curvilíneo, decido creer entonces en estxs cubanxs que apuestan sus cuerpos, sus nervios y músculos para disentir ante un sistema podrido y plano. Y con eso me basta.

Pero hay algo más, y es el hecho de que esté sucediendo hoy, ahora. Y sí una es tan egoísta como el tiempo mismo. Sucede ahora y cerca de mí, aunque esté en otro hemisferio, me provoca, coquetea conmigo. Y quiero hacerle caso y devolverle la miradita cómplice, aunque esto conlleve a que el hueco entre teta y teta crezca y duela, por tensar la piel y mostrar lo dividida que estoy. No importa, es asunto mío que me detenga a sospechar qué sí o qué no hubiera hecho si… es pensamiento muerto. No quiero compartir mi cuerpo con una apatía que heredada. Debo reconocerme entonces como la persona agujereada que soy, si no, viviré siempre con los nervios de punta esperando a que alguien o algo me exponga y haga evidente mi fraude apátrida.

Esta vez siento que algo excede la cotidianidad de mis asuntos no resueltos y me atrae por la cintura, que algo más grande que mi yo me ha dejado un espacio pequeño, casi molecular donde quepo y en el que puedo enredarme junto con otros seres moleculares formando la trama de algún tejido superior a nuestras penas y ansias. Así, dividida y entrelazada, en contradicción con lo real y lo virtual, le encuentro últimamente otro sentido a despertar y caminar, tomar desayuno, verme en el espejo… actividades a las que, en ocasiones, puedes perderles el ritmo y la gracia.

Y sí, toda esta película la vivo a través de cubanxs que no son mis amigxs, ni mi familia, ni siquiera conocidxs. No les conozco y a la vez tengo esa sensación de cuando se está enamorada y una se entrega consciente, a riesgo de reventarse los dientes contra una pared por el impulso desmedido. Me encanta. No obstante, debo reconocer que hay algo más allá del efecto que me hace insistir en el afecto, y es justamente la hermosura que despiden los seres cuando creen en ellxs mismxs, vivxs, con el pecho latiendo bajo el sol, hoy, ahora.

A veces entiendo la vida como una pelusa en medio de una tormenta tropical, por lo cual se me dificulta creer en estrategias a largo plazo, por un futuro que sólo se siente cuando se convierte en pasado y se te planta infame a modo de recuerdo. No sé.

La verdad es que tengo miedo de dilatar las acciones, las esperanzas, las pasiones, y quedarme dormida en ese mientras tanto, y convertirme en una piedrita a la orilla del camino de alguien más. Y vivir entonces así, como viven las piedras. Incapaz de mover mi propio centro, sin poder decidir sobre mi existencia petrológica.

—Mamá…

Se despertó, la de ojitos chinos y piecitos comestibles. Mientras subo las escaleras miro por última vez el teléfono y alcanzo a leer: “Lista de prohibiciones, carta abierta a Biden…”.

Guardo el facebook en mi bolsillo.

Todo vuelve a empezar y todavía no le respondo a mi amiga. Sería mejor darle un abrazo.


Cuba prohíbe oficialmente el emprendimiento cultural y la recreación independiente

El régimen de La Habana anunció esta semana la expansión del trabajo “por cuenta propia” en Cuba, y el llamado “Clasificador Nacional de Actividades Económicas (CNAE)” incluyó 2,110 actividades permitidas. Sin embargo, 124 serán prohibidas total o parcialmente, según el sitio oficial del MTSS.

Entre las figuras empresariales prohibidas por la dictadura se cuentan todas aquellas que sirven de vehículo a la libre transmisión de ideas o que facilitan la expansión de la iniciativa cultural independiente, incluso la deportiva. Entre ellas:

-La impresión y maquetación de libros, revistas, tabloides o periódicos

-La producción audiovisual y cinematográfica, y de sonido y edición de música

-La exhibición de películas y las transmisiones de radio

-Las bibliotecas, las actividades sindicales y de programación cultural y las transmisiones alámbricas e inalámbricas

-Las actividades de agencias de noticias y clubes deportivos

-El alquiler y arrendamiento de equipo y salas de recreación

-La fabricación de embarcaciones (en Cuba el mar, no solo la calle o la universidad, también es de los “revolucionarios”)

Algunas opiniones en Facebook:

“El Clasificador Nacional de Actividades Económicas atenta contra la libre elección del empleo. Es un retroceso en derechos humanos». Laritza Diversent

«Los que estudiamos y trabajamos en el cine, sabemos todas las especialidades que se asocian a esta disciplina. Al prohibir la producción cinematográfica privada no se prohíbe un oficio (hay que ser imbécil para pensar así), se prohíben cientos de ellos. Quien quiera tener una idea, que mire los créditos finales de cualquier película americana, y sabrá de qué se trata esta nueva treta de la ‘Lista de oficios prohibidos’. El bloqueo es comunista». Boris González Arenas

«¿Y qué van hacer, nos van a meter a todos presos? ¡Porque yo voy a seguir haciendo lo mismo!». Iliana Hernández


‘Plantados’, la película de Lilo Vilaplana que hace justicia histórica

“Desde el momento que Ángel de Fana y Ernesto Díaz Rodríguez me contactaron para conversar con el productor de este filme, Leopoldo Fernández Pujals, para darle forma a este sueño que intentaron realizar varias veces y llevaba más de veinte años postergado, sabía que era un reto importante desde el guion hasta que llegara a las salas de cine”, explica el director de Plantados, un largometraje largamente esperado por los cubanos dentro y fuera de Cuba. “Una aventura en la que agradezco a todos los involucrados haber entregado lo mejor de cada uno para lograr una obra tan importante”.

“Ahora, al  ver que ya es una realidad, que se hará justicia histórica con los plantados, me llena de orgullo poder seguir soñando con una Cuba Libre”. Al habla con Lilo Vilaplana:

Tus admiradores, y por supuesto los de los protagonistas de la lucha por la libertad de Cuba que reflejas en este filme, esperaban con impaciencia verlo ya desde 2019. ¿Por qué ha demorado tanto en aparecer la película si ya está terminada desde hace tiempo?

Sí, Armando, la película estaba lista para estrenarse, pero el virus comunista chino aparece justo terminando el rodaje. Estaba previsto que se estrenara en el 2020, “el año de los sueños rotos” que también afectó a nuestra película. 

¿Cuándo y en qué salas de cine podrá verse en Miami, y en general en Estados Unidos? ¿Podrá disfrutarse luego en algún website o portal de Internet?

Al resultar seleccionada en competencia en el Festival de Cine de Miami, decidimos que era el  mejor momento para estrenarla y, una vez terminado el evento, seguir con ese impulso a realizar un gran estreno comercial el 18 de marzo próximo en el Payret. De ahí, seguir a  distintas salas de cine de Miami. Tenemos previsto, con el inversionista y  el distribuidor, que el filme se exhiba en varias salas de cine de distintas zonas de Miami, entre ellas una proyección el 20 de marzo en el icónico Teatro Tower. Está  previsto que transite primero por varias ciudades de EE.UU., y en algunos países, antes de ir a una plataforma online.

¿Cómo resumirías la trama?

Un expreso político plantado se encuentra casualmente con su torturador en Miami. Al reconocerlo se debate entre la justicia y la venganza. Mientras avanza esta trama vamos conociendo paralelamente, en retrospectiva, la historia del presidio político cubano y la épica de los plantados. Después de intentar, infructuosamente, ajustar cuentas al esbirro, decide contarle a dos hijos de hermanos del presidio, que deciden retener al exmilitar y hacerle una especie de juicio moral. En esta confrontación vamos conociendo detalles relevantes e insospechados de la historia, que va in crescendo hasta el inevitable desenlace.

¿Qué consideras lo más relevante de este filme?

Para mí todo es relevante. Si tengo que destacar algunos aspectos, te lo resumo de esta manera:

En la investigación previa al guion, conocer de primera mano las historias, contadas por estos hombres, mujeres y sus familiares. En la preproducción y rodaje, me estremeció  la amistad y los vínculos afectivos y emocionales que se establecieron  entre los verdaderos plantados con los actores y el equipo de producción y técnico. Ahora estoy ansioso, esperando el estreno para ver cuando el público cubano tropiece con ese pasado que muchos no conocen, un pasado que sigue siendo presente en Cuba. El régimen sigue ahí y cambia algunas de sus estrategias, pero la esencia del castrismo es la misma que impuso Fidel desde que llegó al poder en 1959.

Va a ser muy relevante que personas de otros países conozcan estas historias que el castrismo no quiere que salgan a la luz.

En Cuba, ¿cuándo podría verse, o cómo?

Con la tecnología actual, la película va a entrar a la isla de la manera más inesperada y en cualquier momento. Ya las cortinas de desinformación que mantenía la tiranía controlando  lo que se podía mostrar, o qué censurar, en la isla, se desvanecieron. Internet va a poner fin a esta pesadilla que hace más de sesenta años se impuso en Cuba.


Cuba: El castrismo se ensaña con las mujeres del 27N

Golpizas, secuestros, amenazas legales y una serie difamatoria en el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana (NTV), que narra el ya tristemente célebre abogado Humberto López, son algunas de las acciones represivas con que el régimen representado por Miguel Díaz-Canel intenta acallar las voces y detener las iniciativas de los creadores independientes cubanos, fundamentalmente nucleados en torno a los movimientos de San Isidro y el 27N (aunque no solo).

En este contexto, la difamación, e incluso la represión directa contra las mujeres artistas, escritoras y activistas, está alcanzando niveles verdaderamente sádicos.

Creadoras y periodistas como Carolina Barrero, Luz Escobar, Aminta D’Cárdenas, Camila Lobón, Camila Acosta y Katherine Bisquet, entre otras, han sido víctimas en las últimas semanas de maniobras y represalias que incluso, en varios casos, incluyeron la violencia física. El NTV se ha ensañado particularmente contra la reconocida performer Tania Bruguera, quien ha sido acusada de mercenaria y “asalariada” por los mismos asalariados de la dictadura.

La joven historiadora de arte Carolina Barrero explica así, en la revista Rialta, la maniobra del viceministro de Cultura cubano Fernando Rojas que terminó en la golpiza y secuestro que varios jóvenes, mujeres incluidas, sufrieron el pasado 27 de enero en La Habana, frente al Mincult:

“En una llamada no prevista en horas de la noche anterior, le pidió a Solveig Font que acudiera al Ministerio junto a Camila Lobón y Yunior García, portavoces del 27N. Finalmente, Fernando se había decidido a dar respuesta a los muchos correos y documentos que desde el 27 de noviembre la institución prefería ignorar y desacreditar. A las nueve de la mañana, camino de la cita, Camila fue interceptada por la policía a escasos metros del Ministerio, y Sol recibió otra llamada, en la que se postergaba la reunión a horas del mediodía, mientras un operativo policial dejaba en prisión domiciliaria a Tania Bruguera y detenía a Camila Acosta, Katherine Bisquet y Amaury Pacheco”.

«La mejor respuesta que se le puede dar a las difamaciones y ataques del Noticiero Nacional de Televisión y el órgano oficial del PCC es dejarles saber que se ha anunciado la inclusión del Instituto Internacional de Artivismo Hannah Arendt (#INSTAR) en Documenta 15, la exposición más importe de artes plásticas en el mundo», apuntó la página oficial en Facebook de la artista Tania Bruguera esta semana. «Hoy ha ganado una gran victoria el arte independiente cubano».

«No coincido  con ella en la mayoría de sus puntos de vista y acciones como activista, pero en mi escritorio, a buen recaudo, tengo el número de la tarjeta de crédito de Tania Bruguera», recordó en las redes la curadora Valia Garzón, residente en Estados Unidos. «La he usado, entre otros momentos similares que sería muy largo enumerar, para comprar varios (bastantes) miles de dólares en comida y avituallamientos que llegaron directamente a familias que durante el tornado del 2019 en La Habana lo perdieron todo. Familia por familia, llamando a cada una, enviando exactamente lo que cada persona dijo que en ese momento necesitaba más, en el medio de la pesadilla que los dejó de la noche a la mañana sin techo y sin lo poco que tenían».

«En un documental realizado por la Seguridad del Estado para la serie Las razones de Cuba y emitido por televisión el 5 de febrero pasado, a Tania se le acusa, entre otras muchas cosas, de ser una ‘mercenaria’ por vender su trabajo a museos internacionales y de que este carece de valor artístico», posteó Estudio Bruguera. «Sin embargo, el dinero que produjo su obra fue utilizado por el gobierno para remodelar un hospital pediátrico, sin duda, una muestra de lo que son capaces las autoridades cubanas para borrar la historia de quienes consideran sus enemigos y comenzar a difamarlos».

“Hablan y construyen sandeces que la gente puede llegar a creer de mujeres a la altura de mi hermana, de Luz Escobar o de Aminta D’Cárdenas… ¿pero por qué no le das derecho de réplica a las tres?”, se preguntó en Facebook Deborah Bruguera, refiriéndose al NTV. “¿El monólogo es de quién? ¿La falta de respeto y el odio que emanan ustedes y los medios de prensa oficiales, de dónde viene? ¿La seriedad con la que ustedes cuentan mentiras y que permiten de dónde sale? ¿Qué es lo que están ustedes defendiendo -que es válido- sin ética alguna? ¿Dónde han dejado los principios? ¿Los tuvieron alguna vez? ¿Porque prefieren usar represalias y difamación a conversar con unos artistas?”.

Entretanto, una resolución del Senado de Estados Unidos, presentada por los representantes Richard Durbin (D-IL), Ben Cardin (D-MD), Bob Menéndez (D-NJ) y Marco Rubio (R-FL), condenó este martes la violencia castrista contra los creadores independientes del 27N y se solidarizó con los integrantes del Movimiento San Isidro.


‘Identidad y presencia’, de Julio Cortázar

Este cuento no es de los más conocidos de Cortázar. Quizá porque no está en la cuerda de lo fantástico, que suele ser la tendencia suya que más aclama el público. Además, es sumamente gracioso, una línea que no estaba entre las más fuertes del argentino. Pero es magnífico. Después de haber vuelto a él muchísimas veces, siempre termino de releerlo con una carcajada, como si fuera la primera vez. Pertenece a su libro La vuelta al día en ochenta mundos, de 1968.

                                             Identidad y presencia

A Solano le tocó acarrear el pésame en nombre de los compañeros  de oficina del difunto, changa que lo abrumó al punto de buscar apoyo moral en el mostrador de un bar de la calle Talcahuano donde ya estaba Copitas en abierta demostración de lo aceptado del sobrenombre. A la sexta grapa Copitas condescendió a acompañar a Solano para levantarle el ánimo, y cayeron al velorio en alto grado de emoción etílica.

Le tocó a Copitas entrar primero en la capilla ardiente, y aunque en su vida había visto al muerto, se acercó al ataúd, lo contempló recogido, y volviéndose a Solano le dijo con ese tono que sólo suscitan y quizá oyen los finados:

–Está idéntico.

A Solano esto le produjo un ataque de hilaridad que sólo pudo disimular abrazando estrechamente a Copitas, que a su vez lloraba de risa, y así se quedaron tres minutos, sacudidos los hombros por terribles estremecimientos, hasta que uno de los hermanos del difunto que conocía vagamente a Solano se les acercó para consolarlos.

–Créanme, señores, jamás me hubiera imaginado que en la oficina lo querían tanto a Pedro –dijo.


Respuestas a los amigos

Ser silenciosos nos permite estar atentos y ser constantes. Respetuosos con los amigos que aconsejan y brindan su saber con amor.

Insistir, es amar lo creativo, lo eterno, lo bello en cada esquina del mundo. Insistir desde la voluntad consciente.

Respuesta a los amigos: Sí tengo una opinión política. Firme. Sólida. Consciente.

Otra respuesta a los amigos: Si todos los artistas cubanos están enfocados en la lucha contra el gobierno, otros artistas deberían enfocar su obra en crear espacios humanamente inmediatos en los cuales, usando las herramientas del arte, el público descubriera o creara otras maneras de enfocar la realidad.

Una última respuesta política: Como sistema social, cultural y económico, el socialismo y el comunismo constituyen un proceso científico en el cual todas las herramientas y propuestas están dirigidas a la deshumanización del ser, a romper el vínculo biológico y natural que todos los seres vivos tienen con el universo.

Todas y cada una de las medidas implementadas por el grupo terrorista que con el apoyo de una parte del pueblo cubano llegó al poder en 1959, fueron y son medidas que rompen y contravienen el ciclo natural del sentir y del pensamiento del ser humano.

Las instituciones internacionales emplean el término «guerra de baja intensidad».

Y una última respuesta a un amigo curioso: Sí, soy integrante fundador del Grupo Omni y después integré Omni Zona Franca. Fui fotógrafo y camarógrafo de ambos grupos por mucho tiempo y esa es la razón por la cual casi nunca aparezco en las imágenes o fotos colectivas.

Yo soy próspero. Amamos crear en la luz.


Ejercicios de creación plástica

Fotografía de Alina Guzmán Tamayo

Enero-febrero 2021 Miami, Fl

Acetato Producciones Casa Templo del Arte Cubano

Taller de Educación Artística. Servicios gráficos y producciones audiovisuales

305 469 6653

[email protected]


Carolina Barrero y José Martí, bajo acoso en Cuba

Carolina Barrero en Facebook

El primer teniente José Antonio Ramírez Hernández citó este sábado, ante el instructor penal, capitán Gustavo Figueredo Pérez, en la estación de la calle Picota 209 e/ Paula y San Isidro, en la Habana Vieja, a la joven historiadora de arte Carolina Barrero. Dos días antes, a esta integrante del movimiento 27N le habían abierto un expediente de investigación a propósito de la imagen impresa de José Martí que el lector puede ver a continuación, en esta nota, y las reacciones en las redes sociales no se han hecho esperar.

La propia Barrero ha explicado así el acoso de la policía política:

“La Seguridad del Estado me acusa por esta imagen impresa. Es un Martí hecho de estrellas, con el trazo de la ternura y del ensueño. No hay una pizca de ofensa en ese dibujo, es todo respeto e ilusión. Este impreso no es desorden público, es una apología del héroe y del poeta. La Clandestinidad de Impresos, delito que me imputa la agente de la seguridad del estado ‘Kenia’, está descrito en el artículo 210 del Código Penal Cubano como un delito contra el orden público, impreso, difundido y transportado en la clandestinidad. Si me van a construir un caso de esto para meterme presa en un juicio sumario que lo hagan, pero que les quede claro, no me van a chantajear ni amenazar con la construcción de un supuesto delito. Se los dije ayer, no me he ocultado para hacerla, la imprimiría mil veces”.

Más adelante agregó en su muro de Facebook:

«La Seguridad del Estado me informa que han abierto un expediente de investigación sobre la denuncia impuesta por la agente Kenia. Me dice el capitán Gustavo que tienen un plazo de hasta diez días para notificarme si la denuncia se retira o se mantiene. Y que me sugiere, a título personal, que mejor regrese a España, porque después esa salida se me podría complicar (el plazo parece que no es para ellos sino para mí). Le he preguntado al capitán, si mi abogado podía tener acceso al expediente de investigación y participar del proceso, como sucede en cualquier estado de derecho. Me informó que no, que el proceso de investigación es secreto y solo tienen acceso a él los instructores penales/agentes de la seguridad de estado. Luego me preguntó si tenía algo que declarar; le dije que ya había dicho públicamente todo lo que tenía que explicar y que me acogía a mi derecho de guardar silencio. Lo digo otra vez: no me he ocultado para hacerlo, lo imprimiría mil veces más; ¿quién necesita ocultarse para imprimir una imagen así? La clandestinidad de impresos, por otra parte, es una figura legal que responde a una lógica de otro siglo, de otro tiempo. No fabriquen más casos y, sobretodo, no intenten usar formas de chantaje y de miedo, conmigo no va a funcionar. Estoy convencida de que no he cometido delito».

El pasado 3 de febrero de 2021, Solveig Font y Carolina Barrero, en representación de 1.245 artistas, activistas e intelectuales en general, habían registrado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular «un recurso legal para iniciar el proceso de Revocación de Mandato del Diputado Alpidio Alonso Grau, actual ministro de Cultura, en un giro sin precedente en la relación entre ciudadanía e instituciones públicas en la República de Cuba».

Algunas reacciones en las redes:

«En un plazo de diez días también se pueden realizar gestiones para redactar una síntesis biográfica y legal, y contactar a The New York Times, The Washington Post, El País, Wall Street Journal, Financial Times y revistas de importancia». Pedro Benítez

«Por donde vaya Carolina Barrero vamos todos. No voy a permitir que la obstinación de este gobierno por la injusticia y la represión me siga destruyendo el alma día a día. Esa ley que quieren usar con Caro es vomitiva de tan ridícula, un claro instrumento de criminalización política y el mundo lo sabe. Midan bien lo que van a hacer, si van a multar o encarcelar a Martí. Somos muchos detrás apoyando, comencemos a pronunciarnos ya. ¡Basta!». Camila Lobón

«Y bueno… ¿están jugando a lo de siempre? ¡Claro! No tienen imaginación alguna. Carolina Barrero no ha cometido delito alguno, ustedes (Seguridad del Estado) lo saben bien. Lo que les molesta es que ella es libre en su pensar y actuar y está clara. Nada más que eso. Hay unas palabras de José Martí que aparecieron pocos días después de que en enero de 1869 la colonia española aprobara la libertad de imprenta y él y Fermín editarán el primer y único ejemplar del volante El diablo cojuelo, donde Martí escribió: ‘esta dichosa libertad de prensa, que por lo esperada y negada y ahora concedida, llueve sobre mojado, permite que hable usted por los codos de cuanto se le antoje, menos de lo que pica; pero también permite que vaya usted al Juzgado o a la Fiscalía, y de la Fiscalía o el Juzgado lo zambullan a usted en el Morro, por lo que dijo o quiso decir’”. Luz Escobar


2+2=5: Pinto lo que veo, lo que vivo, lo que siento…

Fabián tiene 24 años. Sus allegados conocen su nombre real, pero para el resto es “dos más dos”. Es fácil caminar por las calles y encontrar sus huellas en una Habana que se sumerge en la decadencia, reflejada en el arte de este joven grafitero. Muchos piensan que su concepto de dos más dos proviene de la distopía reflejada por Orwell en 1984. Pero no, Fabián encuentra una nueva lectura y significado a este cálculo matemático, le haya un concepto consecuente a la filosofía de vida que refleja en su arte.

Sabe que su arte es efímero, que el país donde vive no lo reconoce como un creador e intentará borrar sus marcas por la vida, pero aun así lo importante para él es pintar. Cuando toma los rodillos y las brochas es como si le llegara el alma al cuerpo. Se le nota en la mirada la felicidad de un niño chiquito cuando le han comprado un juguete nuevo. Esa es su expresión cuando termina una obra.

Sobrevive a las carencias, trabaja con lo mínimo y sabe cuánto material necesita para cada línea. En un país donde es complejo encontrar lo necesario para trabajar, sabe que el desperdicio es pecado y el castigo sería la larga espera en pos de encontrar los materiales que, de por sí, en tiempos normales ya eran escasos.

Ha recibido la peor tortura que puede resistir un artista: le han hecho borrar sus obras de las paredes. Nunca le he preguntado qué se siente, pero, como escritor, imagino que sería lo mismo que si me hicieran borrar un texto de Word, salvar y cerrar el programa en blanco. No obstante, él sigue porque el arte, la pintura, el graffiti, le son tan vitales como el aire que respira.  

¿Por qué 2+2=5?

Porque nada es perfecto en la vida. Eso surgió en la secundaria, como en octavo grado. La maestra de aquel entonces le preguntó a un colega que andaba conmigo cuánto eran dos más dos, entonces salí yo para joder y dije “cinco”. Desde ese momento todo el mundo se comenzó a conectar con esa talla, me lo tatué, me metí en un canal y comencé a poner el 2+2=5 como firma en las calles.

¿Cómo te acercas al graffiti?

Yo tenía más menos el instinto desde chamaco, pero tengo un colega que se llama Yairán, vive en Alemania ahora y firma 5Star. Cuando lo conocí, fue quien me instruyó más en el graffiti. Él pintaba unos cuantos años antes que yo, y yo iba junto con él a pintar, lo ayudaba con las cosas y por ahí fue que me adentré. Después conocí a Yulier P y fui a trabajar en la galería de Prado y Neptuno. Todo eso ocurre más menos cuando tenía 19 años.

¿Se asocia tu práctica de Skate con la afición por el grafiti?  

Eso nace con uno. Yo montaba Skate, y este lo convertí prácticamente en el transporte para ir a pintar.

¿Qué buscas expresar en tu obra?

Pinto lo que veo, lo que vivo, lo que siento, lo que percibo cada vez que me levanto, el berro de la pura para que busque el pan. Me inspira la convivencia diaria de las personas, la supervivencia de todos los días, de buscar el alimento, el money y esas cosas, alimentar al chamaco.

Háblame sobre lo que sucedió con el graffiti de Trump.

Esa pincha fue mal entendida. Pensé que haciendo esa pincha iba a apoyar al país, supuestamente, y lo que ocurrió fue que se viraron. No pensé que iba a causar tanto insulto en ellos. Yo lo hice y no entendí por qué talla ellos se reviraron, pero fue así.

Después de ese suceso, ¿cómo has venido desarrollando tu trabajo?

He estado en mi casa tranquilo, haciendo lienzos y pinturas en formatos pequeños, para ahorrar más materiales. También he ido superándome en el nivel académico desde mi casa.

¿Cómo consiguen los materiales?

Amigos de otros países me los traen. A veces también cambio trabajos por materiales, y así voy resolviendo.

¿Cómo te identificas con la cultura Hip Hop?

Imagínate tú que antes, cuando chamaco –ahí es cuando tengo que mencionar a Soandry, porque es parte de esto de verdad–, me identifiqué mucho con Los Aldeanos, que marcaron a una pila de gente, Hermanos de Causa, Mano Armada… Yo los ponía mucho, incluso la pura, que no les descargaba, me mandaba a quitar la música. Al final me metí tanto en esa cuerda, me relacione tanto con el rap, que hice algo con Soandry. Esta colaboración es como un escalón más que avanzo. Lo veo así por esa gran conexión que tengo con el rap.

Háblame de las experiencias fuera de Cuba.

El viaje a Francia fue mi primer viaje y para mí resultó una gran sorpresa, pues fue como el comienzo de un camino. Cuando llegué allí fue una experiencia total. Ahí sí hay que echarla, pues te vas a encontrar arte dondequiera. Es un país muy desarrollado en comparación con el hueco donde estamos. Al final, es “tocao” que uno viaje, va abriendo y liberando la mente.

En Colombia hice algunos trabajos por las calles y me gustó mucho. Resultó como Cuba, pero más desarrollada.

Háblame de tus referentes en las artes visuales…

Los Gemeos, el estilo de esa gente es final. Banksy me cuadra, pero los Gemeos están primero. Me cuadran mucho, la verdad.

¿Cómo ves la situación de los grafiteros cubanos para desarrollar su trabajo?

Este arte es una candela en cualquier parte, pero aquí es un poco duro. Yo creo que si nos ponemos y nos unimos y hacemos eventos buenos, donde se manifiesten todas las tallas positivas, juntos podremos lograr más alcance, e incluso para el rap también, que no tiene muchos espacios.

¿Cómo visualizas la Cuba del futuro?

Las preguntas del futuro las voy a responder en el futuro. Aquí no se sabe cómo esto va a quedar. Es como que… ¿tú quisieras que Santa viniera? Claro que sí. Yo quiero una Cuba donde uno pueda vivir, no sobrevivir.


Un manotazo y la pendencia: el dibujo de una exrevolución

El régimen de Cuba ya no tiene siquiera respuestas ideológicas [el segmento del seudoabogado y seudoperiodista Humberto López en el NTV es toda una tragicomedia].

Ni respuestas ideológicas ni administrativas.

El único saldo que le queda [cual bono o paracaídas] es la incitación a la violencia, más allá de la actuación cretina del «manisuelta» Alpidio Alonso Grau, seudoministro de Cultura.

Veamos.

Hace días circuló una especie de meme gubernamental. Era la imagen del multicampeón de lucha greco Mijaíl López y una especie de aviso: «por qué no fueron a protestar frente al INDER».

Una referencia [reto] al llamado movimiento #27N.

El Partido Comunista, y su chivo expiatorio Miguel Díaz-Canel, en su afán de socorrer a un globo en un cumpleaños de niños [otra imagen imposible] recurre a soliviantar no solo a sus «altos» funcionarios, sino también a sus deportistas.

Supongo que, y siguiendo la única lógica del régimen, mañana podrían aparecer carteles [o memes] tales como:

«Por qué no protestan frente al hospital Calixto García» [la imagen podría ser una enfermera esgrimiendo una jeringuilla]

«Por qué no protestan frente a la panadería» [la imagen podría ser un panadero esgrimiendo una barra de pan de corteza dura]

O «por qué no protestan frente a la UCI» [la imagen podría ser un joven informático esgrimiendo una laptop].

Lo cierto es que tanto el manotazo de Alonso Grau, como la seguidilla pendenciera alimentada por «trabajadores» con celulares petroleros, es la respuesta de un régimen contra jóvenes artistas pacíficos.

Todo un exceso que jamás se ha visto en las esquinas de los barrios más calientes de Cuba, y donde las fuerzas del orden público se la piensan dos veces para entrar.

Claro, todo marrano sabe el sancocho que se come.

El oficio del régimen cubano siempre ha sido uno: la violencia contra toda forma de vida [animal, vegetal, mineral]; contra todo diccionario que no registre el discurso oxidado y encerrado en el desgastado «patria o muerte»; contra toda observación que no sea a través de su caleidoscopio.

Creyendo que somos tontos, o que nos falta un buen pedazo de masa encefálica, los escoliastas del Partido Comunista intentan estafar a los integrantes del 27N disfrazándolos de reclutas.

No logran comprender par de cosas simples:

La protesta fue pacífica [los manotazos ya sabemos quién los firmó]; y el 27N protestó frente a la institución que le correspondía: el ministerio de violencia cultural.

Frente al INDER deberán protestar, no dudo que sea pronto, los deportistas de alto rendimiento defraudados y estafados durante los últimos sesenta años.

A su vez, frente al Calixto García, protestarán aquellos profesionales de la Salud Pública que durante décadas han sido víctimas de una esclavitud moderna disfrazada de ayuda solidaria e internacionalista.

Frente a las panaderías ya están las protestas andando. Un recorrido por los barrios habaneros lo confirmará.

Se tenía que decir… y se ha dicho. #AhoraEsPeor

PD: el de la foto soy yo, para que sepan quién es el agente de la CIA que les está disparando.

De la serie #JugadasApretadas


¿Cine mudo cubano?

¿Qué esperan los cineastas decentes de Cuba para levantarse contra la bestia?

Recuerdo el horror de palabras que el Innombrable emitió al enterarse de que se estrenaba en un Festival de Cine, en Europa, el filme Guantanamera. Y recuerdo a la locutora de Radio Progreso, que mientras Tomás Gutiérrez Alea agonizaba decía su parrafada oficialista versus cineasta.

Pero siempre hubo y parece que sin remedio miles de ojos vendados ante la idea de que el país fundó un Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano con la intención de dignificar a los cineastas y espectadores del Tercer Mundo. Por eso hemos visto las lluvias de alabanzas, cuando desde el primer instante debió pronunciarse la condena por tratarse del país que más filmes ha prohibido a sus artistas en toda la historia del cine.

Tres célebres de nuestra cinematografía (Gutiérrez Alea, Humberto Solás y Daniel Díaz Torres) se fueron de este mundo con al menos un filme prohibido. Filmes que la televisión y las salas de exhibición cinematográfica se negaron a pasar.

Desde mi adolescencia, cuando vi los primeros momentos del Festival, supe que era otra de las tantas trampas tejidas con argucia para atrapar a las almas incautas. Y supe que no habría respeto a la libertad de creación, a la libertad de pensamiento y acción, ni siquiera hacia los más reconocidos intelectuales.

Ahora vuelven como nunca, a los ojos de todos, los odios de la militancia PCC por cuanto huele a libertad, más que nunca lanzándose indecente e impunemente contra todo lo que huele a hombre libre.

En el peor de sus intentos de criminalizar el arte y vida de los hombres libres, el desatino del periodismo oficialista ahora se anuncia contra Miguel Coyula, un hombre que personifica el decoro del cine cubano, mientras Humberto López (representante en grado sumo de lo que me responsabilizo en calificar de “periodismo del crimen”) es la resurrección del Leopoldo Ávila, quien atacó a las figuras más prominentes de la literatura cubana de las primeras décadas de lo que alguna vez fue una revolución. Él decidió salir de las páginas que creíamos dormidas de la revista Verde Olivo al tiempo que nos han desempolvado a Farvisión en la TV. Tenemos un país demasiado militarizado y, aunque no del todo, de cine mudo.

Estamos viviendo los momentos más cínicos, oprobiosos y criminales del periodismo. Asistimos a la peor imagen que un país puede dar de sus profesionales de los medios de difusión. Basta con ver sus rostros adustos y resabiosos día a día en el NTV, donde para colmo de males se justifica al ministro que agrede a un ciudadano, desencadena con ello dramáticos momentos de violencia, se autotitula paladín del diálogo y, como premio, recibe vítores por parte de las instituciones encargadas de defender el arte y la cultura de la nación, las que de balas contra Martí declaran públicamente que no existe el «con todos y para el bien de todos» a la hora del intercambio cívico.

Pretenden borrarnos de la Historia. Es urgente documentar que le pertenecemos a la esperanza. ¿Qué esperan los cineastas decentes de este país para levantarse contra la bestia? ¿Qué esperan?

¡Qué Dios ampare a Cuba!


El privilegio de los tuertos

1

Supongamos que existe un país. Y en este país nace, digamos, un Juan. Juan “nace” ciego, y lo que entiende Juan y lo que le han dicho es que es eso lo normal, todos son ciegos a su alrededor. Entonces Juan dice:

-Ah pues, bacán, a vivir en la oscuridad, si al final todos somos iguales y la humanidad ha sobrevivido, por qué yo no…

Un día, a Juan, su mamá y su papá le dan la noticia que con mucho esfuerzo y años de trabajo han logrado comprarle un ojo, un ojo con córnea y con todos los cables correspondientes, es decir, le regalarán la visión de un ojo. Juan, sorprendido y un poco asustado, porque para empezar no tenía idea de que existiera esta posibilidad, acepta feliz su regalo. Y qué sorpresa la de Juan al descubrir ahora que es tuerto, que hay muchos tuertos como él, que incluso ya hay personas que nacen tuertas, o visto de otra forma: ahora que Juan empieza a familiarizarse con el verbo ver, entiende que hay personas que no nacen siendo ciegas. Pero qué decir, las diferencias existen de forma natural, qué puede hacer Juan, nada. Juan está empoderado ahora que es tuerto, y siente que podrá comerse al mundo.

Llega un punto en la vida de Juan en el que ya está completamente establecido, en ese mundo que conoce de ciegos y en el que, no, por suerte no, con mucho esfuerzo y trabajo, él es tuerto. Una tarde llega a su trabajo cansado y por equivocación baja en el último piso del edificio, y por primera vez ve personalmente a su jefe, quien amablemente le invita a un café porque entiende lo que es desvelarse por trabajo. Juan regresa a su oficina, contento y hasta orgulloso de trabajar para una persona tan amable y considerada. De pronto Juan entiende que ha pasado por alto un detalle: su jefe no es ciego, ni tuerto, su jefe tiene dos ojos y goza de una excelente visión en ambos.

Otro día Juan, saliendo del mercado, se topa con una protesta de ciegos y tuertos, una igual que las cientos que ha visto con su ojito nervioso. “Ciegos y tuertos inconformes”, se dice Juan. Esta vez un cartel llama su atención: “Respeten nuestros derechos, devuélvannos los dos ojos”. Juan ríe casi molesto, y dice para sí:

 -¡Qué tontería, ni que eso existiera!

Pero Juan, a continuación, no puede sacarse esa frase de la cabeza y ya no puede parar de hacerse preguntas.

Y bueno, Juan descubre que efectivamente todxs nacen con ojos, dos, y con una visión casi siempre perfecta. Pero Juan descubre más: al parecer hay un país vecino en el que las personas “nacen” sin brazos, algunos son mancos y muy pocos gozan de sus dos extremidades. Y así, otro país en el que “nacen” sin piernas, algunos son cojos y muy pocos son los que pueden caminar con sus dos piernas. ¿Pero y por qué pasa esto? Pues porque así son las cosas, pues Juan también ha comprendido que el hecho de que él sea tuerto y no ciego es gracias a que en algún momento existió un tuerto que “perdió” el ojo que le quedaba. Nada, boberías, a seguir viviendo.

Una mañana Juan, viendo la tele, coincide con un canal extraño donde se presenta una persona con dos ojos, dos brazos, dos piernas, que anuncia que ese día es el día de los derechos, y lee una lista de dichos derechos. Esta persona que lo tiene todo, al menos en apariencia, dice que todxs tienen derechos a tener: dos ojos, dos piernas, dos brazos, un corazón, dos pulmones (la lista de derechos era sorprendentemente larga). Porque todxs sin excepción nacen con estos derechos y que cuando no sucede así es porque alguien en nombre de algo ha violado y/o amputado estos derechos. Y Juan, con su desayuno triste, que pensaba que si se esforzaba mucho llegaría algún día a tener dos ojos, ahora, mientras come su pan seco, traga y se da cuenta de que hubiese preferido quedarse ciego para no tener la necesidad de comprar un televisor y ver ese día ese canal con esa persona que lo tiene todo viniendo ahora a formar caos diciendo que existen derechos, y que no solo él, que todxs tienen derechos a no ser tuertos, a no ser ciegos.

Juan, como que ya no se siente tan cómodo, y decide hacer el intento, por qué no, de reclamar sus derechos, y se pone todo elegante para ir a la Oficina de los Derechos. Por supuesto en esta oficina todxs son muy conscientes y atentos, pues todoxs tienen todos sus ojos, y sus extremidades, y todas sus partes y derechos. “Vaya, que están completos”, diría Juan. Se le acerca una persona con todos sus dientes y muelas y le habla muy cariñosa:

-¿Vienes a reclamar tus derechos? Ay, Juan, haz la cola, mijo, y toma asiento.

Ya en la cola, Juan, conversando, se entera de que hay personas que «nacen» sin ojos, ni piernas, ni brazos, ni, ni, ni… Cansado de esperar y ya con hambre, decide regresar a su casa, feliz y agradecido de ser tuerto.

2

Tengo que decir que, si firmo públicamente propuestas y reclamos realmente importantes, por una Cuba nueva, una Cuba viva y despierta en todos los sentidos, entonces también tengo que decir esto.

Yo lo siento, hay algo que no pasa por mi garganta. Hay algo con respecto a los Derechos Humanos que me pica y me pica, y no encuentro el bicho que provoca el escozor y justamente eso es lo que me preocupa.

Que exista una lista de derechos humanos y universales, me resulta casi bochornoso, entiendo que quizá el objetivo sea visibilizarlo y quizá se trate solo de eso. Visibilizar todas las maneras en que se violan a diario en toda la extensión del planeta tierra estos derechos.

¿Pero quién o quiénes deciden visibilizarlos y en qué momento? ¿Qué tiene que pasar para entrar a dicha lista? ¿Qué existe primero, el derecho o la violación del derecho? ¿Y qué pasa una vez visibilizada la violación y por consecuencia el derecho?

Yo: Bueno pues, se crea, justamente, el derecho.

Yo: ¿Cómo que se crea, no se nace con él?

Yo: Sí, bueno, se visibiliza.

Yo: Ah, ya, ¿y entonces? ¿Qué se hace?

Yo: Se crean procedimientos, leyes, para protegerlos…

Yo: Bien, de acuerdo… Y bueno, ¿cuál es el cuño que falta para que se empiecen a cumplir estos acuerdos y leyes? ¿Y qué pasa cuando los que hacen o aprueban estas leyes para protegernos, violan los mismos derechos que supuestamente protegen? ¿De qué me sirve ahora la lista, si los miembros que la aprueban y protegen mis derechos son los principales violadores de los mismos? ¿Qué pasa cuando entre los miembros que aprueban esta lista, aparece un lugar llamado Cuba, que de manera legal hace lo que hace con sus ciudadanos? ¿Qué pasa cuando entre los miembros que aprueban esta lista hay un Estados Unidos que de manera legal hace lo que hace en cualquier parte del mundo? ¿Qué tipo de broma o paradoja perversa es esta?

¿Por qué tendría entonces que permitir que tú, tú organización, o lo que seas, decida si es conveniente que se cumplan o no mis derechos, y cuáles son más o menos urgentes o importantes o visibles? Si es que son míos, si es que ya está todo el mundo convencido de que es algo inherente a mí. No logro entender. ¿No será que me estoy confundiendo, y en realidad siempre has velado porque se cumplan tus derechos? Tú, hombre, blanco, heterosexual, colonialista, europeo, tú y tu pensamiento tu sistema hetero-patriarcal, eurocentrista, normativo, binario. Y que todo al final se reduzca a de qué lado del derecho te encuentras, del lado del privilegiado o del lado del violado. Y nos has hecho creer que no hay alternativa posible, que los derechos de unos están construidos por el secuestro de los derechos de los otros. A ese otro, invisible no, invisibilizado. Porque es que siempre hay un otro que estás pisando, por donde quiera que te voltees. ¿Por qué eres tú, o quienes te representan, quienes deciden qué es un derecho humano?

Los animales, las mujeres, lxs inmigrantes, las comunidades indígenas, lxs pobres, la mujer pobre e inmigrante, lxs que no tienen el mismo color de piel que tienes tú, lxs que no piensan como tú piensas, lxs que no quieren expresarse como tú te expresas, lxs que no quieren desear como tú deseas, lxs que no creen en quien tú crees… los bosques, los ríos, los mares y nuestra tierra.

Me vas a decir que, a pesar de todo, hemos avanzado como sociedad, que ya no es como antes, que por ejemplo las mujeres ahora pueden votar, y que la ciencia, claro, la ciencia, gracias a ella, hemos descubierto tanto de lo desconocido… que si Júpiter tiene no sé cuántas lunas, que si hay agua en Marte. Y te diré que tienes razón, siempre se puede encontrar ese ángulo desde donde tú miras, pero no por eso voy a dejar de decirte que: Las mujeres votan, sí, por un gobierno que necesita una ley, la cual tampoco aprueba para que ella pueda decidir sobre su propio cuerpo. La mujer vota para que un gobierno no la deje parir como ella quiera y cuando ella quiera. La mujer vota para que un gobierno la esterilice sin su consentimiento. La mujer vota para que un gobierno deje morir a una niña embaraza de su violador. La mujer vota por un sistema que defiende la vida con la muerte. Y sí, hoy en día sabemos de Marte, y hasta de Júpiter, pero todavía dejamos morir y matamos a esos otros que solo defienden sus derechos de ser humanos.

Yo: Pero el día de los derechos humanos fue hace meses.

Yo: Ah, sí. ¿Y?

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‘El hombre con la sombra de humo’, ¿una parábola?

El jurado del Premio Narrativa Editorial Hypermedia 2020 acordó que la obra merecedora de tal distinción fuera El hombre con la sombra de humo, de José Hugo Fernández (JHF en lo sucesivo). En el editorial de Hypermedia Magazine del 26 de junio de ese año, lo argumentan de este modo:

José Hugo Fernández (…) Por el camino de la imaginación con tintes fantasmagóricos, de las citas literarias entrecruzadas, del misterio y el fetiche cultural, (…) impone su autoridad desde las primeras páginas. La escritura, de un ritmo y un tono sumamente eficaces, sigue un rastro de sangre y deja al final un saldo curioso de preguntas. ¿Vampiros en La Habana? ¿En Miami? ¿Agentes de la CIA? ¿Espectros? ¿Una secta secreta? ¿Locos y carceleros? ¿La verdad tiene la estructura de la fantasía? ¿Quiénes son los “enemigos del pueblo”?

Lo que está bien. Con eso puede que sea suficiente para entender el “acuerdo” y quizá, sí, para sentirme motivado a leer la nouvelle (cít). Pero una vez leída la obra —una vez disfrutada casi de un tirón— se comprende que lo citado, quizá por los apremios del espacio, resulta una simplificación extrema.

Sin duda El hombre con… , como sugiere lo apuntado por Hypermedia Magazine, es una historia apasionante. Contiene esos ingredientes que tanto atraen a los lectores del género “negro”: el cadáver o toda una sucesión de ellos, las pesquisas policíacas, el “ritmo”, el “tono” y el  suspense. Y, al final, en efecto, quedan flotando esos interrogantes. Pero —es lo que resalto—,  no es todo. Como ocurre con todos los buenos libros, éste irradia o sugiere significados que traspasan con mucho la literalidad del texto.

Antes de continuar, releo la nota editorial y creo importante subrayar además esta frase: “ las citas literarias entrecruzadas”. Evidentemente JHF bromea con ello. Bromea de un modo serio. Casi que abruma al lector con las citas,  pero como el buen maestro que es, no lo hace de modo gratuito. JHF simplemente nos está presentando a su personaje. Es éste quien recuerda sus lecturas y las aplica a lo que vive. Y lo hace con una precisión asombrosa. Simplemente “deja caer” la cita en el sitio inevitable y, de ese modo, nos dice (JHF, ahora sí): así es el personaje: alguien que lee; alguien que tiene una memoria “fotográfica”; alguien que quiere saber. Alguien, en fin, que encaja en el perfil del “investigador” outsider, una condición que comparte con su “amigo de la calle Flager”. Ambos diferentes por completo del investigador “oficial” (Rubio) de la segunda parte.

También antes de continuar, y por último, importa mencionar cómo, con qué maestría, el autor “impone su autoridad desde las primeras páginas”. Lo hace como suelen hacerlo todos los grandes escritores: primero que todo, trata el idioma con respeto y conocimiento (lo que en cierto modo es lo mismo). Y no me refiero únicamente al asunto gramatical o al cómo, sino además a la cuestión del argumento o al qué. Y en éste, aparte de la absorbente historia que bastaría por sí sola para lograr ese magnetismo, nos encontramos con reflexiones cuyos destellos  nos sobrecogen por su carga  poética y filosófica. Entresaco al azar tres ejemplos que, sobra decir, no tienen por qué ser los más significativos:

  • Añorar el pasado es correr contra el viento, dije yo, tal como advertían los viejos allá en mi tierra. No es correr, es mear contra el viento, se apuró a rectificar mi amigo.    
  • La forma aconsejable para funcionar en el mundo es no asomarse mucho a los abismos que abren en nosotros las experiencias extremas.
  • Por el ojo de Dios, como un buzo muerto, entra en el sueño la poesía.

Reléase cada uno y piénsese. Hay para rato.

Y ahora, sí, continuemos. JHF compone, pues, una novela que cumple con esos mínimos del género y añade otros no menos importantes. Intentaré resumirlos con estas palabras: Tras el argumento policíaco como tal desarrolla un argumento que calificaré, en el sentido más amplio, de  “intelectual”. Y esto ya es algo propio de las mejores novelas, sean éstas del género que sean y en el supuesto —siempre en el supuesto— de que dejemos “encasillada” esta rica obra en alguno.

En pocas palabras —y disculpen el casi oxímoron que se ha deslizado sin querer entre “desarrollar” algo y, en su lugar,  hacerlo en o con “pocas palabras”—, JHF utiliza lo detectivesco y lo fantástico para algo más que distraernos y,  para utilizar un término más a propósito, alienarnos. Lo emplea también y, quizá sobre todo, para explorar nuestra condición y, si se quiere, nuestro modo de estar-o-de-ser-en-el-mundo;  más exactamente,  ese gran interrogante que es el Yo / Nosotros. Y, en un plano más cerrado, el insondable asunto de la identidad; eso que los griegos antiguos resumieron en piedra con el famoso y caro “Conócete a ti  mismo”,  convertido ya entonces en una obsesión que sigue palpitando hasta hoy en el corazón de la gran literatura, se ocupe o no explícitamente de ello.

¿Cómo JHF lo logra? Veámoslo a través de una simple comparativa. Quiso la casualidad que El hombre con… me llegase a las manos al mismo tiempo que “El libro negro” de Orhan Pamuk. Esa oportuna coincidencia me llevó, sin proponérmelo, a reconsiderar dicha idea. En esa novela Orhan Pamuk hace que los personajes busquen  su identidad o, por así decirlo, la “trabajen”; JHF en la suya, en cambio, “condena” el hecho de semejante conflicto. O sea, “persigue” a quien,  habiendo cambiado o escamoteado la suya, asesina a aquéllos que han usurpado las de otros y que, en el caso, son identidades de fallecidos. Si bien todos terminan atrapados en el mismo conflicto. En la misma —y retomo el término porque me parece el más a propósito— alienación. Son, creo, dos actitudes frente al asunto completamente distintas pero correlacionables. Difieren en el tratamiento, mas coinciden en el objeto. Y, como suele ocurrir casi siempre en estos casos,  se complementan.

La segunda parte de El hombre con… supone un cambio notable (y muy significativo) de registro y de escenario, siempre dentro de ese significante axial que, según lo veo, conduce al significado que he dicho. De EEUU la acción se desplaza a Cuba; y del punto de vista del primer narrador al Informe de Rubio, un auténtico investigador. El ambiente onírico a veces, surrealista otras, grotesco muchas,  nos resulta curiosamente familiar. Con ese “nos” me refiero a quienes conocemos la Cuba profunda desde los dos lados de la barrera: el de los que aceptan y el de los que no. Matices aparte.

En síntesis, su desarrollo y su desenlace son sorprendentes, como corresponde al género en cuestión,  aunque no al modo de (por citar) Agatha Christie o Conan Doyle, sino, en última instancia, al modo del James Ellroy de La dalia negra. Con el añadido en este caso de que el “saldo curioso de preguntas” que apunta el citado editorial de Hypermedia Magazine es absolutamente preciso. Sin embargo, insisto en situarme más allá de eso y volver,  para concluir, a la cuestión que digo.

Porque quiero ver en esta absorbente novela, al margen de la extensión, una especie de parábola que nos “enseña” algo sobre, entre otras cosas, la identidad. Y quiero pensar que, tal vez por eso, el autor decide trasladar la acción a la isla y darle una solución que allí, en ese contexto, tiene un insólito realismo. Porque, en fin, Cuba es ese extraño lugar en el que el rigor totalitario lleva seis largas décadas forzándola y deformándola, con consecuencias psicológica y sociológicamente catastróficas.

Pero, como sucede con todas las parábolas, la interpretación dependerá de cada lector. Y espero que sean muchos. Muchas. Ya les digo que vale la pena.


Lian Marrero: arte, fe y censura

Decenas de músicos, pintores, actores, fotógrafos y comunicadores en Cuba no tienen acceso a los medios de comunicación simplemente por profesar y manifestar su fe en el arte que hacen, por ser «religiosos».

Lian Marrero, quien es intérprete de música urbana y creador del radioshow independiente La Descarga, sabe bien de esta situación. Ese programa juvenil, principalmente, promueve la música hecha por cristianos y a sus exponentes. Para Lian, La Descarga fue un sueño durante muchos años, hasta que junto a tres amigos (un productor musical, un fotógrafo y un realizador audiovisual) emprendió el camino para dar voz al talento de su comunidad.

¿Crees que la iglesia cubana es censurada por los medios oficiales?

Yo sí creo que hay censura en nuestro país. Los pocos representantes que el gobierno usa para mostrar su lado “amigable” con la Iglesia, son una representación que no habla de la Palabra de Dios. Lo que hemos visto no representa los principios del Reino de Dios, generalmente salen hablando a favor del socialismo. Se trata de intereses, para dar legitimidad al gobierno.

Las veces que la Iglesia evangélica ha tenido participación, digamos en Semana Santa y Navidad, no se ha mostrado la cantidad de denominaciones que hay. Siempre visibilizan a los mismos, me refiero a ese sector que orbita entorno al Consejo de Iglesias de Cuba, que son sirvientes del Estado. Creo que sí, la mayoría de la Iglesia evangélica es censurada desde el momento que no puede contar con acceso a la prensa ni a la televisión.

¿A quién favorece esta situación?

La censura de la Iglesia favorece al gobierno, porque el cristianismo defiende la verdad, el respeto de las opiniones y los derechos de todos, habla de un amor transparente y denuncia el pecado que promueve la agenda de izquierda.

El cristianismo no incita al odio, no incita a que trabajes en contra de tu prójimo, al contrario, te invita a amarlo. Están privando a la sociedad cubana de ese mensaje de paz, generosidad y amor.

¿Puedes mencionar algún ejemplo de censura?

Cuento con testimonios de artistas que llegan a ser entrevistados en espacios oficiales y les niegan hablar de Dios. (De ese tema hemos conversado en La Descarga). Para mí eso es una manera de censurar, porque si tu arte está íntimamente ligada a tu fe no hay razón para omitir palabras.

¿Crees que la Iglesia en Cuba está capacitada profesionalmente para acceder a los medios?

No puedo generalizar, no conozco todas las iglesias del país, así que voy a hablar desde mi experiencia. No contamos con estudios de televisión, pero contamos con profesionales a lo largo del país. Es un reto que la iglesia debe tomar.

Ya algunos lo hemos estado haciendo con sacrificio, como en el caso de La Descarga. Y el feedback ha sido muy positivo.


Crean mascarilla resistente al nasobuco

Modelo de alta «costura», para llamarlo de alguna manera. Reusable. Reajustable. Plástico y transparente. Moderno. Urbano. Fotogénico.

Según la casa publicitaria, esta mascarilla (en la foto que acompaña esta nota) está fabricada a prueba de niebla y es resistente al agua: mejorada con un revestimiento antivaho impermeable, brinda una vista perfectamente cristalina en todo momento… ¡y bajo cualquier clima!

Vista hace fe.

Es además reutilizable: Fabricada en policarbonato transparente de alta calidad, usted solo tiene que lavarla bien con agua y jabón y secarla luego con una toallita. Un modelo creado con materiales de PC de grado alimenticio sin BPA, ¡perfectamente seguro e higiénico para reutilizar y reciclar!

Nada menos parecido a un «nasobuco», esa extraordinariamente fea palabra, aunque sumamente pegajosa —palabra-chicle, palabra amuleto cromañón—, con que en la Cuba castrista llaman al barbijo o mascarilla.

“Logramos derrotar al nasobuco, o nasotruco, con esta nueva innovación digna de figurar en los anales de la Real Academia de la Lengua Española”, refirió a Arroz con Mango uno de los participantes en su puesta a punto, cubanito de Hialeah. “Ya nunca más nadie se acordará de él”.

El capitalismo lo corrige todo en Estado de Derecho, que lo mejora todo.

Todos contra el Covid-19. Todos contra la destrucción del idioma.


¿Sangra nuestro Martí? Carta en franco alegato de nuestra culpa (I)

Carta anónima de un escritor residente en el oriente de Cuba, quien ha preferido ocultar su firma por razones de seguridad.


El Granma correspondiente al pasado jueves 28 de enero da a conocer al fin, bajo el titular Condenados quienes ultrajaron los bustos de José Martí y con la firma de su departamento de redacción, la suerte que correrán los ciudadanos Panter Rodríguez Baró, Yoel Prieto Tamayo y Jorge Ernesto Pérez García.

  Las sentencias fueron informadas por el Tribunal Provincial Popular, según la nota, y el juicio oral y público fue celebrado el 21 de diciembre del pasado año (Causa 61 de 2020) por el Tribunal Municipal Popular Plaza de la Revolución. Los delitos imputados fueron los de difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado; y de daños a bienes del patrimonio cultural. 

  Granma asegura que el Tribunal dio por probado que los acusados se asociaron de común acuerdo el 1ro. de enero de 2020 para desacreditar la imagen de José Martí, derramando sangre (de cerdo) sobre varios bustos y pancartas de nuestro Héroe Nacional y otros próceres de la revolución (no especificados en la nota). Hace resaltar en ella el accionar sobre el busto de Martí situado frente a la sede de la revista Bohemia (declarado patrimonio cultural). 

  El resultado final más notorio fue: quince años de privación de libertad para Panter Rodríguez, nueve años para Yoel Prieto, y un año para Jorge Ernesto…

  Por mi parte, llevo un largo año haciéndome preguntas sobre lo acontecido. Preguntas que hasta ahora no quise expresar públicamente. Llegué a pensar que la creación de una polémica podría agudizar el problema para estos cubanos, en la posible animosidad que pudiesen sentir algunos militantes de la política actual de la isla de ganar la discusión a toda costa, o en la necesidad de acentuar un oportuno acto ejemplarizante; pero, en vista a que la suerte está echada, me animo a compartir públicamente mis razonamientos. Y me atrevo a solicitar que sean examinados con independencia de lo que cada cual opine sobre el hecho o sus resultados.  

  Comenzaré con un argumento de simpleza extraordinariamente martiana: ¡Tomar quince y nueve años de la vida de estos hombres no hará más digno a ninguno de nuestros héroes, ni les sacará a ellos de la falta de decoro por la que han sido juzgados! 

  No hablo de estar de acuerdo, o no, con el acto en sí; de que nos guste, o no, el modo en que lo hayan realizado. Solo persigo una respuesta desnuda: la profanación juzgada, a pesar de haber sido hecha sobre monumentos de nuestros héroes, ¿tiene carácter físico o moral? ¿corpóreo o de principios patrios? 

  Si el descrédito a la figura de Martí no fue exactamente la naturaleza conceptual de la acción, por muy enojados que estemos con el resultado final nos encontraríamos cometiendo un acto más vergonzoso del que se ha juzgado en nuestros tribunales. Sobre todo, cuando no solo nos preciamos de ser una nación que se conmueve frente a la inocencia de nueve estudiantes de medicina juzgados injustamente, sino también de indignarnos ante la idea de que el supuesto sacrilegio a la tumba de aquel oficial español fuera una razón de magnitud suficiente como para privar de la vida a seres humanos. Esa vida que no solo puede perderse al morir, sino que se pierde igualmente cuando se le niega el tiempo y la libertad para ser aprovechada, o la posibilidad de ser rehabilitada. Sin importar lo invisibles e irrelevantes que hayan sido estos ciudadanos hasta el momento de los hechos.

  Comencemos por el rojo oscuro que matiza el caso. El Granma asegura que el Tribunal indicó que: aprovechándose de la oscuridad de la noche y de la escasez de personas en las calles a esas horas, en la madrugada del 1ro. de enero de 2020, comenzaron a derramar sangre de cerdo sobre cuantos bustos y pancartas de nuestro Héroe Nacional… Pienso que estas palabras sintetizan fríamente los emocionales discursos y comunicados que amplificaron los medios de comunicación, permitiendo una vez más que la procedencia de la sangre contribuya a inclinar la balanza de la justicia. Yo hubiera preferido: derramaron sangre (de cerdo) sobre…; como hice en el tercer párrafo de este artículo. Y creo que existen muchísimas razones para brindar importancia a tan simple detalle en la defensa.

  ¿Tenían Panter, Yoel y Jorge otra sangre para hacer uso de ella en ejercicio del delito por el que fueron sancionados? ¿Sangre humana? Matar o robar para adquirirla hubiese indicado una perversión mayor, un irrespeto, éticamente hablando, a la vida humana. También, en caso de ser sangre destinada a transfusiones, cabría la posibilidad de que afectase la salud de algún paciente necesitado de ella; o constituiría una violación de otra índole al tener que ser hurtada de una institución estatal. ¿Sangre de ganado vacuno? ¡Tendrían que ser suicidas! Si eran sorprendidos con ella, de seguro se le añadirían más años por la vaca que por el Apóstol, pues todos conocen que en Cuba le echan más años a quien mate una vaca que a un ser humano. Y también estaría claro que, aunque no fueran ellos los responsables del sacrificio, tanto paga el que mata la vaca como el que le amarra la pata. Eso sin contar las dificultades para conseguir sangre de vaca en plena Ciudad de La Habana. ¿De pollo? ¿Cuántos pollos tendrían que conseguir? Y tendrían que ser pollos vivitos y coleando. Los que se venden congelados no cuentan, porque también vienen desangrados. Así podríamos analizar hasta el infinito, pero me parece innecesario continuar, pues creo que la lógica establecida puede aplicarse a cualquier otra variante. 

   El cerdo, nos guste o no, era el animal adecuado para su empresa. Nada tiene que ver la irreverencia del nombre (cerdo, puerco, verraco) con que es conocido el mamífero de donde procedió el plasma. Por lo que, por favor, no continuemos haciendo que parezca vil su utilización. Concentrémonos en que vertieron sangre sobre los bustos erigidos en conmemoración a los próceres de la patria y alejemos una deshonesta conveniencia que le añade saña al suceso.

  No sólo el detalle de la naturaleza de la sangre debe ser analizado con mesura. También el hecho de lo que no hicieron es tan revelador en este caso como lo que hicieron; mucho más si ambos análisis resultan congruentes. Comencemos por notar que Panter y sus asociados no arrojaron ácido, que hubiera denotado explícitamente la intensión de causar daños; ni agredieron los monumentos con mandarrias, cinceles o algún otro instrumento para mutilarlos. 

  También me parece significativo que cubrieran con sangre los monumentos y no con pintura roja, por solo citar una posibilidad. La pintura hubiera sido más fácil de conseguir sin hacerse notar en la ulterior investigación. Se hubiese podido obtener en vericueto más intrincado de cualquier barrio (recordemos que aún los puntos de venta de los cuentrapropistas no estaban cerrados ni diezmados por la pandemia cuando sucedieron los hechos). La pintura roja hubiera arrojado un resultado más perdurable y difícil de eliminar, y con ello, habrían asegurado mayor cantidad de espectadores a lo largo del tiempo. Imaginemos por un momento estatuas y bustos manchados de pintura roja. El carmín hubiera agredido la blanca pureza de los ideales martianos, constituyéndose una elocuente crítica ideológica en relación al comunismo y su único partido. Con seguridad, de solo pensarlo, algunos militantes se sienten aliviados de que fuera sólo sangre el material usado.

  Bajemos entonces los ánimos, sino de la justicia, al menos en nombre del raciocinio. Si a nuestro Martí (o más bien la imagen que se erigió en su memoria) le hubieran cubierto de excrementos o hubiese sido miccionada (como aquel histórico y deshonroso hecho cometido por marines yanquis, borrachos y soberbios, que aún perdura en la memoria de los cubanos dignos), significaría desprecio de parte de los atacantes; sería una burla humillante a su memoria. Si le hubieran lanzado tripas o vísceras, indicaría algún desafecto profundo a causa de una amargura personal. Si hubieran sido cubiertos de pintura (en dependencia de las diferentes connotaciones simbólicas del color), esto hablaría de un desacuerdo. Y, si de palabras y símbolos le hubieran garrapateado, hubiese otros elementos más claros para interpretar… pero, ¿sangre? 

  ¡Sangre, cubanos! La sangre es la esencia. La representación de la vida. Un atributo de la existencia misma. Una expresión y el asiento y la demostración del ser. La sangre es savia, existencia, fundamento, espíritu, substancia. La sangre es estirpe, vínculo, memoria, tradición. Es energía, fuerza, vigor, aliento, valor. Es pasión, acción, brío, impetuosidad, entusiasmo; y también sensibilidad, nobleza, dignidad. ¡El simbolismo es evidente! 

  Concentrémonos entonces en que vertieron sangre sobre los monumentos, y tal vez podamos leer con mayor facilidad el contenido que expone la acción. Para mí, cabrían sólo tres grandes posibilidades: (1) Panter y peligroso escuadrón quieren muerto a Martí y cualquier otro prócer; lo cual debe ser descartado casi de inmediato, porque fallecidos están, mucho antes de que ellos nacieran. En este caso una metáfora sobre que deberían ser muertos dos veces quedaría encerrada en la segunda posibilidad que expongo. (2) Consideran a cada héroe como desalmados que hicieron correr demasiada sangre inocente; o sea, viles asesinos bajo el disfraz de patriotas; argumento que resulta harto improbable, sobre todo en referencia a Martí. Histórica y psicológicamente era más lógico elegir a otro. Se bastan ejemplos notables que fueron responsables de un sinnúmero de muertes. (3) Nos acusan a nosotros de hacerles sangrar después de muertos. De matarles nuevamente, de traicionar sus principios, de no honrar su reposo eterno con nuestra conducta. Este último me parece el único coherente, además de expresado con una claridad meridiana. En tal caso, habiendo ejecutado únicamente una profanación corpórea, nos dota primeramente de una responsabilidad en su condena, pues sólo deberían de pagar por el daño causado al patrimonio material. Eso tiene completo sentido y nos coloca a nosotros, sin excusas, en el banquillo de los acusados, al menos en el de nuestra conciencia. 

  Somos nosotros quienes deberíamos estar avergonzados ante la metáfora. Abochornados por haber desangrado a nuestro Martí, palabra tras palabra, verso a verso, omitiendo o permitiendo omitir de su letra la esencia de su virtud, el espíritu de su pensamiento en la construcción de la Patria de todos y para el bien de todos. Hemos sido culpables desde las tribunas y en las plazas repletas, en las pizarras y sobre los pupitres, en las reuniones oficiales y en las esquinas de los barrios, en las oficinas y junto a los surcos. Sencillamente pecamos, y Panter, Yoel y Jorge nos lo trajeron a la memoria. ¿Debían ser ellos el motivo de nuestra ira o la razón de nuestra constricción? 


La verdad puede más que la difamación… y es más rápida

A pocos días de los sucesos represivos ocurridos en las afueras del Ministerio de Cultura, las campañas difamatorias del sistema, mediante los medios oficiales, han intentado dar una visión torcida a la población. Según el pseudoabogado Humberto López, el ministro intentaba darme la mano en el momento en que yo prácticamente amenazaba su vida con un teléfono.

El sistema alega que los periodistas presentes no somos profesionales de academia. A veces me pregunto cuáles serán los estándares por los que se rigen los comunicadores oficiales. ¿Acaso no saben que Alpidio Alonso es una figura pública y, por tanto, de interés para los medios periodísticos, que puede ser interpelado, filmado en la vía pública? ¿Saben que cualquier persona —no solo un periodista— puede pedirle declaraciones y este, en ejercicio de su cargo, debe tener la decencia de responder, aun cuando solo sea para decir que no está en condiciones de prestar declaración?

La televisión cubana intenta blanquear la figura de Alpidio mostrando videos editados que filmamos los periodistas presentes. Es patética esa estrategia, dado que una gran parte del país posee internet y comparar ambas versiones ya no es tan complejo como en años atrás. No obstante, cuando dialogan con alguien que conoce los hechos, quienes no poseen internet, mayormente personas mayores que no pueden pagar los altos precios de ETECSA, si no se convencen del engaño a través de López por lo menos ponen en duda la versión que conocen del suceso.

En la tarde del sábado 30 de enero, mientras me dirigía a casa de una amiga con quien había quedado para cenar, el ómnibus en el que me dirigía casi tiene un accidente. Al bajarme, un señor se puso a hablar conmigo de lo ocurrido y a bromear sobre la forma de conducir del chofer del carro. Me contó sobre el reciente accidente que tuvo un ómnibus de pasajeros en Mayabeque.

Ya que estábamos tocando noticias nacionales, le pregunté si conocía del suceso ocurrido en el Mincult. Lo conocía pero no estaba familiarizado con lo que había pasado. No era una persona que apoyara a los manifestantes, pues obviamente no conocía a ninguno de nosotros, y solo sabía lo que mostraba el noticiero. Nunca le dije que yo era el periodista al que el ministro había atacado. Me bastó con afirmar que en los videos de internet se veía al titular de Cultura actuando con clara violencia hacia un periodista que simplemente lo estaba presentando.

Eso fue suficiente para que el señor se sumiera en la duda y comenzáramos a hablar de la pobre situación del país y lo necesitados que estamos de un cambio, algo que anhelan la mayoría de los cubanos de a pie que, como yo, toman el transporte público.

Por una parte, las imágenes reales del suceso generan indignación; por otra, las mentiras de Humberto por el NTV solo causan gracia. En menos de 24 horas por redes sociales, y en estados de WhatsApp, circularon memes y stickers sobre la reacción del ministro.

Ya la faceta de karateca del viceministro Rojas era conocida y objeto de burla, pero este último manotazo, bastante rápido e inesperado para mí, ha hecho pensar a alguno que el Ministerio de Cultura es un dojo donde sus funcionarios reciben entrenamiento en artes marciales.

En redes sociales llueven los comentarios favorables que apoyan a los miembros del 27N. Los internautas son residentes tanto en Cuba como en el exterior. Cubanos de todo el mundo, cansados de las arbitrariedades de un sistema incapaz de entenderse con los artistas, intelectuales y jóvenes que proponemos discursos que atienden a nuestras necesidades como generación. Ni los troles de Facebook, ni los posts de algunos entes oportunistas, han logrado parar la oleada de apoyo y buenas energías que han desatado quienes aman y sienten por Cuba.

A medida que pasa el tiempo son más las personas que van despertando y alzando su voz ante el cinismo con que el régimen cubano oprime a su sociedad civil. El 27 de noviembre marcó una pauta en la historia de la cultura cubana; artistas e intelectuales de diferentes generaciones, e incluso de diferentes posicionamientos políticos, lo cual incluía a personas asociadas a la institucionalidad, reclamaron el derecho al diálogo y la necesidad de escuchar a las voces más jóvenes. Voces que con virtudes y defectos serán las encargadas de asumir las responsabilidades de guiar al país, dado que la jerarquía imperante en estos momentos, por edad y ley de vida, está destinada a perecer.

Este 27 de enero se logró desenmascarar el rostro institucional, desprovisto de herramientas para entablar un diálogo y rectificar los errores que se llevan cometiendo durante los 62 años de una revolución que involuciona a la velocidad de la luz. Se evidenció el machismo oficialista, puesto que la represión contra las mujeres fue mayor y más violenta que la ejercida contra los hombres. En fin, como dice el dicho popular, salió el ratón de la ratonera.      


Un enero terrible para la libertad de prensa en Cuba

«Con 38 hechos violatorios a la libertad de prensa cierra el primer mes del año, de los cuales el 55% correspondieron a detenciones arbitrarias sin orden judicial para continuar siendo el método más utilizado por el régimen cubano para reprimir la libertad de prensa en la isla», informó este martes el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP).

«Citaciones a una unidad policial, desalojo de las viviendas donde residen los comunicadores, difamación sin derecho a réplica, restricciones del espacio digital, censura, detenciones arbitrarias y agresiones físicas fueron algunas de las violaciones que sufrieron los periodistas independientes», detalló el Instituto.

«El comunicador más reprimido durante el mes fue el colaborador del ICLEP Héctor Luis Valdés Cocho, quien el 27 y el 28 de enero fue agredido físicamente, estuvo bajo detención domiciliaria cuatro días consecutivos y en dos ocasiones fue desalojado de la vivienda que rentaba por el simple hecho de ejercer el periodismo de forma independiente», añadió.

Para conocer la lista de los comunicadores más reprimidos, clic aquí.


Fuera de juego: ¿Cómo y por qué exigir la dimisión de Alpidio Alonso?

La lucha por lograr la dimisión o sustitución del ministro de Cultura cubano Alpidio Alonso, instigador y ejecutor de acciones de terrorismo de Estado contra los creadores independientes en Cuba -quien arrebató como un vulgar delincuente el teléfono del periodista Mauricio Mendoza y encabezó la turba paramilitar que agredió a los jóvenes presentes, entre ellos varias mujeres, el pasado 27 de enero en las afueras del Mincult-, no parece del todo desenfocada, o ilusa, como han sugerido algunos en las redes sociales.

Alonso es un símbolo del trepador al uso que a través de la literatura o el arte medra con el sudor y la indefensión de buena parte del pueblo cubano. Aun cuando el régimen castrista lo defenderá a capa y espada, siendo como es Alpidio un apéndice más de su mecánica represiva, todo el ruido mediático y las gestiones que puedan hacerse en pro de su dimisión resultan inteligentes, porque contribuyen a desenmascarar y poner en la diana de los organismos internacionales y la opinión pública a uno de los instrumentos de manipulación más sofisticados, y tortuosamente eficaces, con que cuenta la dictadura para camuflar el terrorismo de Estado: la cultura y los intelectuales serviles.

Nada revela mejor la naturaleza criminal del castrismo que su ministro de Cultura repartiendo golpes. ¡La cultura esclavista, totalitaria, es siempre represiva, terrorista! En la acción de Alpidio se resumen las mazmorras de la Seguridad del Estado, los cubanos asesinados por tierra, mar y aire, las torturas y los interrogatorios, los linchamientos y mítines de repudio y tantos otros abusos y violaciones de los derechos ciudadanos característicos del régimen en el poder en Cuba desde hace 62 años:

“Dada la gravedad de los hechos ocurridos el pasado 27 de enero a las puertas del Ministerio de Cultura, artistas, escritores, periodistas y miembros de la sociedad civil integrantes del 27N, exigimos la renuncia inmediata del Ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau. Como ciudadanos de la República de Cuba creemos en la reivindicación pacífica de nuestros derechos y condenamos enfáticamente toda manifestación de violencia, en particular, cualquier manifestación de violencia gubernamental impulsada desde las instituciones y ejercida por funcionarios públicos”. Para firmar esta petición clic aquí.

“Yo no vivo en Cuba, pero he firmado esta petición porque ese ministro de Cultura, que da manotazos a colegas periodistas para que no transmitan la realidad, y permite la violencia contra jóvenes creadores frente al Ministerio de Cultura, no merece permanecer al frente de la cultura de un país que a pesar de ser una dictadura tiene mucho arte”. Lien Carrazana

“Lo único inadmisible de los sucesos del ministerio el 27 de enero no es el manotazo del ministro Alpidio Alonso. Eso solo ya bastaría para su dimisión y su vergüenza porque significa, además de su vulgar comportamiento, un desconocimiento y desprecio por lo que significa ser un servidor público. Pero lo que ocurrió inmediatamente después es todavía más grave: él y los otros funcionarios se quedaron mirando y hasta ayudaron en la golpiza que militares de civil le propinaban a esos jóvenes. Golpiza, literalmente, con un saldo que incluye personas con moretones, arañazos, hasta un yeso para Alfredo Martínez, que le fracturaron el dedo. Esas no son especulaciones, son hechos. Y los recalco para que sepan todos lo que están justificando y apoyando: ¡están justificando y apoyando una golpiza a ciudadanos cubanos!”. Anamelys Ramos

“A los dinosaurios solo les queda renunciar. La única manera que tienen de sostener su régimen es la violencia, el calabozo, el mitin de repudio y la mentira. Eso quiere decir que ya perdieron”. Luis Dener

Perdieron y ahora le caen a patadas a la mesa. Son ellos los que están fuera de juego.


La afónica Libertad y los 20 provocadores

Libertad es el nombre de la mujer a la que mejor le salen las croquetas en Cuba, y apostaría mis uñas que también en el mundo.

Libertad es una mujer dulce como ese saborcito tierno que tienen las buenas croquetas, ya sean de pescado o de pollo. Pero Libertad puede quemarte la lengua, el cielo de la boca y el esófago, si la muerdes en el momento inadecuado. Como ese día en que la cola de la carnicería había sobrepasado los límites de la ternura humana y en el que decenas de personas, aun siendo de noche, continuaban acumulándose esperando por que el carnicero terminara de hacer su inventario y se dispusiera finalmente a vendernos esos espinazos de jurel con ojos. Yo detestaba el pescado, pero amaba las croquetas de mi mamá.

No sé bien qué fue lo que provocó el estallido, pudo haber sido una mosca, pudo haber sido una mirada, pudo haber sido el calor. Lo que sé es que yo llegué a llevarle café a mi mamá, que se aferraba a una de las rejas de la carnicería, y de pronto, se armó. El carnicero, atrincherado detrás del mostrador todavía enrejado, gritó amenazante:

-¡Voy a vender! Se me organizan… si no, no hay na´ pa´nadie hasta mañana…

Una señora algo murmuró con ojos saltones. Silencio. Un perro ladró por allá lejos. La señora insistió con el murmullo, esta vez señalando a la mujer más tranquila y dócil de la cola, señalando con sus ojos de jurel sin oxígeno a mi mamá, y Libertad simplemente estalló. El cardumen humano comenzó a agitarse sin piedad ni sentido aplastando contra las rejas, aun cerradas de la carnicería, a los que estaban próximos a esta, también a mi mamá y a mí. Mi mamá gritaba y gritaba, ya no tanto porque se respetara la cola, sino porque la dejaran sacarme a mí de ese vórtice de brazos y piernas sin cabezas. Escuchar a mi mamá en ese estado es un punzón frío en el estómago, como eso que no se debe presenciar jamás. Y es que Libertad, cuando se incendia, pierde la voz. Su voz es grave como un trueno bien sonado pero de tan abajo que se va, de tan profundo sale que se va perdiendo entre los intestinos y llega sin fuerza a su garganta, y comienza a salirle un humo seco y disonante por la boca, hasta quedarse afónica. Mi mamá perdió por minutos la voz y su turno en la cola ese día.

Mi mamá es una mujer tranquila que te acurruca con su mirada. Pero mi mamá lleva por dentro, guardada entre costilla y costilla, la infancia feroz que se tiene cuando eres la penúltima de nueve hermanxs amontonados en un cuartico de un solar en los Pocitos, Marianao. Sí, nueve hijxs crió la abuela sola. El abuelo aparecía para poner el nombre y dejar la próxima semillita, largarse y volver para poner el nombre… y así. Por lo que la disciplina autoritaria dictatorial impuesta por mi abuela, para criar a nueve bocas en la miseria, era tan humana como necesaria. A mi mamá le pusieron Libertad porque el abuelo era un pobre más entusiasmado con la Revolución. Y mi mamá, Libertad, salió rebelde y mansa a la vez; ella le tiraba un reloj despertador a la abuela, la abuela a ella un jarro. Cosas de madre e hija, nada del otro mundo.

Habría pasado quizá un año o dos del suceso de la carnicería. Yo había entrado en L y 19 (la escuela de ballet), mi mamá y yo nos despertábamos a las 5 am porque debíamos estar en la parada a las 6 am a más tardar, si no, no habría forma ni espiritual ni física de que pudiéramos llegar de la Habana Vieja al Vedado para entrar a clases a las 8 am. A pesar de las medidas tomadas, casi siempre llegábamos ras con ras, con el corazón en la garganta oliendo a petróleo. Mi mamá, que bien sabía que todo en mi corta vida me avergonzaba, para tranquilizarme siempre me decía:

-No te preocupes, una vez montadas en la guagua el viaje no dura más de 10 minutos. Vas a llegar a tiempo.

Y sí, la distancia era bochornosa, en un pestañear se llegaba, tres paradas, no más. Pero, aun así, era ley: a las 6 am había que estar en la parada y esperar, y esperar, y a veces no bastaban las horas de pie. Esos, en secreto, eran mis días preferidos, esos en que, por más que la multitud toda, concentrada, mirara fijamente al mismo punto que nunca se convertía en guagua, la guagua, vulgarmente, no pasaba. 

“No se va entonces a la escuela -decía Libertad, molesta con la ruta 222-. Es mejor no llegar, que llegar tarde”. No sé qué filósofx habrá dicho esta frase, quizá fue mi mamá, pero yo concordaba completamente con ella. Escuchar esta sentencia y sonreír, eran momentos de verdadera felicidad para mí; regresar a mi casita, a esa hora de calma en que todos los otros pobres niñxs ya estaban metidos en sus jaulas, perdón, en sus aulas.

Pero desgraciadamente no podía ser esta una constante, y Libertad decidió entonces mudar de estrategia y pasar de la guagua al camello. A un costado de las ruinas del teatro Martí, estaba la parada del M-1, el camello rosado que venía de Alamar sabroso, desbordante, con racimos de personas colgando de sus tres puertas. Yo, con mis 10 años, me preguntaba por qué había tanta gente desesperada por ir a su trabajo; yo iba a la escuela porque era obligatorio, no entendía por qué los adultos se mataban por llegar a su trabajo si eran adultos y nadie los mandaba. Pero, en fin, quién entiende a los adultos.

En uno de esos días salvajes, en que nos tocó viajar en la puerta, Libertad volvió a quedarse sin voz al discutir con la cobradora del preservativo en el dedo. Otra vez no sé cómo empezó, supongo que eran tiempos en que los motivos sobraban. Entre la puerta uno y las dos, entre veintitantas personas de por medio, mi mamá y la conductora se fajaron a gritos mudos de Libertad, y de parte de la conductora nos llegó un reglazo que le arañó la frente a mi mamá.

El año pasado, Marieta y yo nos adentramos en las aventuras habaneras del transporte público. Ya no eran camellos rosados, ahora eran gacelas amarillas. Pasó algo más que un mes, así como quien se castiga por alguna culpa oculta, y estuvimos haciendo colas para llegar a un círculo infantil. Marieta tenía un año y medio y yo sólo 49 kilos de huesos. Un día, después de esperar, después de quedarnos para la próxima, después de forcejear con mi hija cargada, y de gritar un Pinga que todos escucharan, decidí, como diría el apóstol, arrancar mi derecho de pasar primera en la cola. Pregunto en la caseta de inspectores y me dicen que por supuesto, pero que pida permiso en la cola.

-Yo, yo soy la primera -me respondió una muchacha-. Por mí, bueno, no sé, si tú quieres montarte primero… por mí… si la gente de la cola no tiene ningún problema, por mí normal.

La muchacha de los mil “por mí”, la primera, la de chicle en boca y sombra rosada en los párpados, asumió que yo le estaba pidiendo permiso para colarme con mi hija en brazos. Al intentar sin éxito explicarle que sólo por cuestión cívica le estaba avisando de lo que pasaría cuando llegara la ruta 10, su expresión fue aún más anodina, por lo que la tercera de la cola entendió que era su momento de hacer tribuna.

-Yo nunca hice eso. Con ninguno de mis dos hijos, nunca pedí un favor para que me pasaran delante, y nunca jamás me colé en una cola. Desde chiquiticos conmigo para todas partes, y nunca pedí nada de eso.

Este monólogo lo decía la tercera de la cola, mientras la cola de hombres viejos y viejas, mujeres y adolescentes, empezaba a acompañarla con frases sueltas, pero de apoyo a la muchacha, la tercera, de rayitos rubios y debajo de un pegoste de pestañas rizadas su mirada de repudio, sintiéndose más mujer que yo, mejor madre que yo, más sacrificada que yo, más fuerte que yo, mejor persona que yo.

Yo, que no me llamo Libertad, pero me incendio de la misma manera, escogí bien las pocas palabras que podría decir antes de quedarme sin voz, como mi madre, porque ya siento que viene ese vendaval que comienza en el cuello del útero y no he aprendido a domesticar. Bien podía quedarme callada e ignorar los comentarios de asco por estar “colándome” con Marieta cargada, esperar como piedra delante de todos, pero en vez se me ocurrió algo peor, siempre se me ocurre algo peor.

-No estoy pidiendo un favor. Estoy reclamando un derecho -dije.

Es en este momento en que siento se hace otra vez ese silencio en que se escucha un perro a lo lejos como el día de la carnicería, y en las películas del oeste corre una brisa que arrastra una pelusa gigante del desierto… y se puede escuchar el silbido de Morricone en el legendario Parque de las Piedras, que antes de las gacelas nadie sabía que se llamaba así.

Se escucharon suspiros, freidores de huevos, murmullos helados, cuchicheos con risitas picantes, y a la muchacha tercera de la cola: sus pestañas se entorpecían, las de abajo con las de arriba, el ojo izquierdo le picaba desde la córnea, los cachetes le temblaban y el labio superior intentaba disimular con una sonrisa de animalito hambriento.

Esa palabra. Derechos. Ella no quería escuchar esa palabra insulto, ella quería una ofensa personal, un grito en una mala palabra común, y muy probablemente ella, en el fondo, como yo, lo que quería era sangre. Y ella no sabía los deseos genuinos que habitaban en mí, de descargar todos mis fracasos con el puño bien cerrado en el centro de su tabique y desviárselo, y hacerle sangrar su labio nervioso, a ella y a todos y todas lxs zombies que me vieron por un mes hacer cola y quedarme fuera cuando se les antojaba marcar a sus amigxs y tenía que esperar otra media hora con mi hija en brazos bajo un agosto terminal. Ella, la de las pestañas rizadas y yo, queríamos redundar en la violencia familiar y cochambrosa que compartíamos.

Me acordé de Libertad afónica y aquella señora jurel, y pensé entonces en el carnicero diabólico que juega con el hambre y la paciencia de unas madres.

Me acordé de mi abuela tirándole el jarro a mi mamá por sentarse en el quicio, y pensé entonces en mi abuelo que hizo nueve hijxs y no les dio más cariño que un nombre y un apellido.

Me acordé de mi mamá afónica otra vez y la cobradora del camello, y pensé entonces en el chofer que decidía parar una cuadra antes o una cuadra después de la parada, jugando con el tiempo y la cordura de trabajadores y estudiantes.

Estas pequeñas y tranquilas acciones que conducen a la precariedad de las bestias en lycra que somos. Pienso en estos gestos diminutos que se terminan con la uña o con la punta de la lengua, estas decisiones previas a la histeria y el caos, e imagino un alquimista recopilando estas dosis moleculares de violencia y creando un extracto poderoso e inoloro, y vendiéndolos en frascos con goteros. Una gotita de extracto de violencia vertida en una cola, del pescado o del camello, sería suficiente para movilizar los odios personales, los egos maltratados, los estómagos vacíos, los alientos estragados, las úlceras de trámites inconclusos.

Y vuelvo a mí, que no voy a mentir diciendo que decidí, centrada y consciente, dialogar; debo decir que simplemente no pude cumplir mi sueño de fajarme en una cola, que me dio por hablar y convencer a la cola de mis derechos y obtuve un silencio burlón, quizá más opresor y violento que un buen piñazo.

Y entonces llego a este suceso del 27 de enero. Y no, no sucedió en una carnicería del barrio Jesús María en la Habana Vieja, ni en una cuartería pobre en los Pocitos, tampoco en la cola del camello, de la parada al costado de las ruinas del teatro Martí, tampoco en la cola para la gacela ruta 10, en el parque de las piedras que está en diagonal con el finalmente restaurado teatro Martí. No, es la víspera del natalicio de Martí, en el Vedado, y unxs muchachxs, necixs ellxs, tienen al ministro con dolor de pecho, porque se les ha metido en la cabeza que quieren dialogar. Mira tú, qué cosa se les ocurre a estxs muchachxs artistas, además. Dialogar, dialogar: palabras con palabras, con el ministro poeta de cultura. Qué provocación. Inaudito.

Lxs muchachxs no encuentran mejor manera de pasar la espera en lo que el ministro se decide, o en lo que el ministro espera que llegue la guagua que lxs va a recoger a todxs minutos después: lxs provocadores, que eran 20, optan por leer, poesía de Martí, frente al ministerio de cultura, homenajeando la espera del poeta ministro y el natalicio de El poeta.

Bien, ¿qué es lo que sucede cuando una persona toma este camino, mal conocido como el camino más sabio? ¿Cuántas frases hechas vomitivas existen al respecto sobre lo valioso de dialogar, de la fuerza y lo victorioso que es ganar la batalla con las palabras? Nadie te dice qué es lo que sucede después, cuando por ejemplo te vas por el camino del diálogo y te encuentras con un muro, impávido, blanco, adoctrinado y canoso, heterosexual, falogocéntrico y panzón. Y ese muro con el que se intenta dialogar, es poeta y es ministro y de cultura. Imagínate tú. ¿Y qué pasa cuando a este muro poeta, cervecero y ministro, le da por salir de su mansión, de abandonar su buró, y con ganas de participar, sale a dar su rostro de poeta y ministro, y cuando alguno espera que ya que es poeta y ministro pueda finalmente comenzar el diálogo, pues el funcionario de cultura opta por este gesto pobre, insulso, cargado de esa ira ya podrida, el popular Manotazo? Este manotazo, que funcionó como detonador para la represión que sucedió segundos después. Seguramente venía con una dosis alta de ese extracto de violencia que también se desprendía de los poros del carnicero de la calle Apodaca, y del chofer del camello y del abuelo progenitor. Todxs son portadores de estas gotitas, pero por ser el ministro no poeta, pero sí funcionario de alma corrupta, la violencia articulada se ejerce de manera jerárquica, como la de un rey que manda a la guillotina a sus pobladores por osar permanecer unas horas en el frontis de su palacio. Un rey que tiene el poder de hacer morir y dejar vivir.

Pienso otra vez en esas pocas veces que me enfrenté a la ignorancia de una cola y no pude ser tan violenta como hubiera querido. Pienso otra vez en el ministro tan pesado, tan cargado de funciones con ese lenguaje corporal tan machiciento, enfrentándose a unxs nuevxs muchachxs, estxs muchachxs que defienden básicamente el derecho de ser que les ha quitado, porque el humano es lenguaje, es palabra primero, si no, no fuera, no pudiera ser nombrado como tal, y aun menor sería la posibilidad de su existencia, la posibilidad de ser humano.

Y vuelvo al ministro, en ese momento en que se muestra, la carga colérica que desparrama en los hombres nuevos. No los hombres nuevos que pretendió la revolución y de la que salieron el chofer, el carnicero, mi abuelo y hasta el propio ministro, no, estos “hombres nuevos” que pueden ser mujeres, que pueden ser cuerpos libres y disidentes de varios sistemas, que pueden ser ellos, como pueden ser ellas como pueden ser elles, ellxs en los que vive la poesía de Martí, y que vencen en su fragilidad. Tengo en mi cabeza una imagen producto del sobreconsumo cursi kitsch tecnológico, un algo audiovisual, del recorrido en cámara lenta de una bala que al final se convierte en flor (no estoy segura, quizá me la inventé y son mis intestinos los que producen esta miseria visual), en fin, tengo esta imagen, pero al revés en mi cabeza. Estos hombres flores, frágiles y frescos como mariposas amanecidas, que al toparse con el muro ministerioso y poeta trapero, se convierten en balas y lo despingan. Sí, lo despingan, literalmente, vulgarmente, hermosamente. Atraviesan su cerebro falocentrista y lo deshacen en esferitas de confetis polvorientas pero alegres.

Y es que ya el ministro perdió no solo su cabeza con papada, perdió el control sobre las ideas, quizá ya entendió lo imposible de su hazaña y por eso le fue imposible evitar el dichoso manotazo. Una vez que una idea surge y contagia, puedes golpear al cuerpo, puedes humillar la honra, puedes difamar, mentir, abusar de la cámara lenta en las noticias, lo que desees, ministro, pero la idea persistirá. No puedes, querido ministro Alpidio Alonso, no puedes extraer las ideas una vez plantadas, ya están ahí germinando, creciendo revoltosas en el pecho de las personas, no las puedes arrancar, no de raíz, y por más que mandes a chapear van a volver a crecer, porque el suelo está fértil, porque ya la tierra prendió.

Y quizá, quién sabe, y hasta también las hierbas silvestres, como mi mamá y yo, comenzamos a crecer donde menos se lo esperan. Y dejamos de ser cuerpos sumidos en la violencia que nos inoculan. La que nos ponen como vacuna al nacer, dosis de placebo como mecanismo de defensa para protegernos de la misma violencia que ellos propician.

Y en ese momento en que la rabia te muerde el hígado en una cola, seamos capaces de guardar la voz y cerrar los ojos, cambiar el ángulo, abrirlos y buscar dónde está, ¿al frente, al costado? ¿Dónde está ese que observa calmado, cómplice como un carnicero, o un abuelo revolucionario, o un ministro Alpidio o un chofer de camello, o un viceministro Rojas? ¿Dónde está y quién lo puso ahí? A esta figurita despreciable que presencia regodeándose en la violencia que ellos han consentido, normalizado, naturalizado, en una cola para el pescado o la guagua, en una familia, en una institución.


Colombia en la mirilla de ‘los cubanos’

Apareció en Semana. Publicaron un dossier secreto, escrito por los cuerpos de inteligencia, y destinado al presidente Iván Duque. Esto sucedió tras la entrada en la publicación del “Grupo Gilinski”. El sensacional contenido revela la manipulación e injerencia cubanas en los asuntos políticos internos. Semana es una muy importante revista colombiana dirigida por la periodista Vicky Dávila.  

Colombia está en la mirilla de “los cubanos”. Naturalmente, Miguel Díaz-Canel, el propio presidente de Cuba, lo ha negado, pero la huella está clarísima. ¿Por qué La Habana se ha dedicado a conquistar Colombia? Por, al menos, tres razones. Porque ya dominan Venezuela y el país ha sido minuciosamente saqueado y destruido. Cuba necesita un reemplazo en las fuentes de suministro de petróleo y de fondos económicos. La Isla tiene un sistema absolutamente parasitario e improductivo al servicio de los militares y no quiere cambiarlo. 

En segundo lugar, porque cuenta con viejos apparátchiks como Gustavo Petro e Iván Cepeda. Ya no hace falta derribar a cañonazos las viejas estructuras de la República. Basta con participar en los comicios y ganarlos. Los Quisling están dentro del país, como sucedió con Chávez y Maduro. Y tercero, porque Cuba lo ha hecho siempre y lo ha hecho “bien”. Los toros de lidia embisten porque embisten. No hay que buscar culpables ni jugar al psicoanálisis. Está en su naturaleza.

Iván Duque deberá decidir lo que hace con el régimen de La Habana. Ya sabe que José Luis Ponce Caraballo, el embajador cubano, es un risueño y hábil oficial de inteligencia adiestrado para penetrar y ganar amigos, como me dijo el ex oficial de inteligencia cubano Enrique García, exiliado en Miami. Y sabe, además, que Colombia es un objetivo apetecido por la producción de petróleo (aunque haya mermado mucho), y la capacidad de producir alimentos para el hambreado pueblo cubano. 

Si rompe relaciones, afirman “los cubanos” sotto voce, le sueltan la jauría interna, incluso el ELN, creado por ellos hace medio siglo. Pero si no rompe, los operadores políticos cubanos hallarán la manera de que Petro gane las elecciones. “Chávez tenía menos del 5% cuando comenzamos a funcionar en 1998. Al final derrotamos a Henrique Salas Römer por un amplio margen”, dicen ufanos.

Si la conquista de Venezuela le llegó a Cuba cuando Fidel estaba vivo y existían algunas esperanzas de que mejorara la calidad de vida del pueblo cubano, hoy no hay casi nadie dentro de la Isla que piense lo mismo con relación a Colombia. Todos han visto con pavor la destrucción paulatina del país. La caída en picado de la producción petrolera. La incapacidad de Caracas para producir alimentos o para cumplir sus compromisos financieros. Los apagones de electricidad. El exilio súbito de casi seis millones de venezolanos. En fin: han visto en Venezuela lo que sucede cuando se copia el modelo cubano de convivencia. 

¿Para qué someter al pueblo de Colombia al horror venezolano o al cubano? ¿Por qué recorrer el mismo camino si los cubanos están ensayando o estudiando cómo liquidan el modelo soviético calcado de la URSS en los años sesenta, cuando existía la URSS, y cuando Fidel, Raúl, el Che y otra docena de “revolucionarios” se creían el cuento del marxismo e impusieron una dictadura implacable. ¿Qué harán después de destruir Colombia? ¿Lo intentarán con Brasil?

Estas preguntas deben hacérselas los propios responsables de América Latina en la administración de Joe Biden. A lo largo de muchos años, desde los gobiernos de Clinton y su sucesor George W. Bush, han invertido miles de millones de dólares en fortalecer a Colombia, un aliado eficaz y sincero en la lucha contra el narcotráfico y por la preservación de la democracia. ¿Permitirán que todo ese esfuerzo se desvanezca? ¿Permitirán que los sacrificios y los muertos carezcan de propósitos? 

Uno de los síntomas del tercermundismo es hacer tabla rasa de los actos de gobierno del antecesor. No todo lo que hizo Trump fue incorrecto. Uno de sus últimos decretos fue incluir otra vez a Cuba entre las naciones que auspician el terrorismo. Lo hizo por otras razones, mas Biden puede no morder el anzuelo y utilizar esa designación como un elemento de negociación. Seguramente el presidente Obama se precipitó en eliminar la descripción de “terrorista” del estado cubano, pensando que bastaban las buenas intenciones de uno de los dos contendientes para que el otro cambiara su comportamiento. Pero Cuba continuó devorando los despojos de Venezuela. No se había percatado de que los toros de lidia están programados para embestir. Es su naturaleza. 


Un programa para el rescate de la memoria colectiva

“Quien no sabe honrar a los grandes no es digno de descender de ellos. Honrar héroes, los hace”. Esta frase de José Martí antecede la propuesta que Radio Online con Acento Cubano presenta en su nuevo espacio “Cita con las celebridades”, un programa presentado por el novelista, poeta, ensayista, compositor, profesor y productor musical cubano Reynaldo Fernández Pavón. Con él, apunta el proyecto, “acudiremos al encuentro que nos acerca a las personalidades más relevantes de nuestra historia, las que enaltecen nuestra cultura, la sociedad civil que representan y la sólida identidad que han colaborado a conformar”. 

El pasado 16 de diciembre salió al aire por primera vez este programa en la emisora radial online Radio con Acento Cubano de Madrid, España.

En sus seis primeras emisiones se ha rendido homenaje a Félix Varela, José María Heredia, Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales, Gertrudis Gómez de Avellaneda y José Martí.

“Esta programación radial se dedica a mencionar a las mujeres y los hombres que representan la esencia de la nacionalidad cubana y que han contribuido a la creación de nuestro pueblo, de sus valores más nobles y del carácter y psicología común que nos ha identificado como nación”, comentaron los editores.

Durante las dos primeras semanas de febrero del 2021 saldrán al aire varios programas dedicados a la vida, obra y pensamiento político de José Martí, apóstol de la independencia de Cuba. El resto del año se continuará citando a celebridades en todos los campos de la actividad humana: ciencias, artes, literatura y demás manifestaciones de la conciencia social. “Son tiempos de unir y la vida y obra de estas personalidades que sin dudas nos representan, contribuirán a que así sea”.

Puede sintonizarse el programa “Cita con las celebridades” los miércoles y sábados a las 9:00 a.m. del Pacífico, 12:00 p.m. del Este de los Estados Unidos, 6:00 p.m. hora de España en www.elrinconcubano.es


Brillo amontonado

Los hombres y mujeres que golpean a sus compatriotas porque estos no coinciden con su ideología —con la ideología en el poder, que los ampara— sin duda son personas cobardes.

Amparados, respaldados por el poder, sabiéndose dueños de la impunidad, hemos visto en la Cuba de los últimos años a las llamadas “brigadas de respuesta rápida” —compuestas solo de varones revolucionarios— golpear a hombres y mujeres que se manifiestan pacíficamente.

Asimismo, se suman a este tipo de “combatividad revolucionaria”  personas que, indignadas por alguna acción “contrarrevolucionaria” de su prójimo —ya sabemos que en Cuba aun contradecir al régimen afirmando que el azul es azul puede resultar contrarrevolución— la emprenden contra este mediante los llamados “actos de repudio”, una muestra de la peor vileza; un griterío de cochinadas contra el vecino de enfrente que en ocasiones ha pasado a la agresión física.

El poeta cubano Alpidio Alonso nació en 1963, en La Dalia, un caserío de 800 habitantes cercano a Yaguajay, municipio con 60.000 habitantes perteneciente a la central provincia de Sancti Spíritus. Alguna vez él manifestó que era revolucionario sobre todo por las anécdotas que escuchara acerca de la desigualdad que imperaba en la Isla, y todavía más en sus campos, antes de la revolución de 1959.

Mentiría yo por omisión si no dijera que es —o era— un tipo suave, fácil, terneza a flor de piel; alguien con suma calidez para tratar al semejante, solidario en buena medida.

Mentiría igual si me callara la opinión de que es un excelente poeta.

¿Qué lo llevó a agredir físicamente al periodista independiente Mauricio Mendoza cuando este, el pasado miércoles, cubría una protesta pacífica que llevaba a cabo un grupo de creadores frente al Ministerio de Cultura?

Digamos que fue la “ira revolucionaria”.

La ira del revolucionario que se sumó a la revolución en busca de la igualdad social y política y hoy es parte de la gran desigualdad ambiente.

Queda una pregunta: ¿como los integrantes de las “brigadas de respuesta rápida” y los revolucionarios que realizan los “actos de repudio”, Alpidio tenía en su inconsciente que Mauricio Mendoza no le devolvería el golpe, que no podía devolverle el golpe?

En 1998, Alonso ingresó en la Uneac (Unión de Escritores y Artistas de  Cuba). Desde finales de 1980 a 2001 vivió en Santa Clara, donde dirigió la editorial Sed de Belleza y trabajó en la emisora radial CMHW. En 2001 fue elegido presidente de la agrupación de jóvenes escritores y artistas Asociación Hermanos Saiz. Luego fue vicepresidente del Instituto Cubano del Libro y desde 2018 es ministro de Cultura.

Aquel dijo que “El poder corrompe” y humildemente agrego que no solo corrompe a quien lo detenta, sino a quienes se encuentran cerca de él y llegado el momento no pueden negarse al “ascenso”.

También hacen daño a la poesía, al ser, las malas compañías. Eso de tener de vecino de escritorio a alguien tan repugnante, ventajista, torpe, cerril,  “cavernicoide” como el viceministro Rojas, resulta en realidad muy dañino.   

En algunos de sus versos, Alpidio Alonso nos hace saber:

“Decir alguna vez, mirando la ceniza: no hagas caso del gris, todo no es más que brillo amontonado”.


El cambio es indetenible

Miro esta foto tomada hace dos años frente al Ministerio de Cultura y recuerdo la manera en que reaccionó la secretaria del ministro ese día, cuando entramos a exigir se diera respuesta a la carta que habíamos presentado, exigiendo la derogación del Decrero 349. Ella trató de ser amable, pero se notaba la crispación latente de quien no está acostumbrada a dar explicaciones. Al menos, no a los artistas. Y especialmente a artistas no avalados por esa institución.

La actitud de los funcionarios cubanos es siempre de soberbia. Ellos han disfuncionado prevaricando de sus cargos, de su función de servir, porque saben muy bien que aquí no están para representar a la cultura sino al gobierno, y mientras sean leales a éste (no importa cuánto se censure y se cercene a obras y a artistas), podrán conservar sus cargos y sus privilegios. Tal como la Agencia Cubana de Rap no fue creada para desarrollar el Hip Hop, sino para controlarlo, exactamente como la del Rock.

Pero si hacemos un paneo más extenso, vemos que sucede lo mismo fuera del arte. El sindicato no representa a los obreros sino al PCC (o sea, al gobierno), la UJC no defiende los intereses de los jóvenes, y cada organización oficial, incluyendo ANIPLANT, la única ONG que existe en Cuba para proteger a los animales y las plantas, está ahí para representar, solo y siempre, los intereses del gobierno.

Esto explica la violenta y vergonzosa reacción contra artistas del 27N por parte de Alpidio Alonso, quien lleva sobre sus hombros, directamente, la muerte del festival de Rap de Alamar, tal como Fernando Rojas carga con la del festival Poesía sin fin, también de Alamar, una ciudad de la periferia habanera con una arquitectura horrible cuya mayor riqueza eran la cercanía del mar y el movimiento artístico alternativo, de una pujanza fuera de serie. El Ministerio de Cultura se encargó de convertir esa energía en abulia, esa ebullición en silencio total.

Su aspiración perenne es que vivamos aceptando lo inaceptable y, en su embriaguez de poder, no son capaces de entender que no pueden mantener la ilusión de «diálogo» y de falsa tolerancia porque muy pocos les creen ya, y ellos mismos se están encargando de decepcionar a los que aún les creían.

El cambio está llegando y es indetenible. La vida es siempre más poderosa que la muerte.


La patria es una naranja

Los poemas de Félix Luis Viera que conforman el poemario La patria es una naranja (Editorial Primigenios, Miami) contienen la dosis necesaria para inspirarnos mientras nos acercamos al poeta que vive lejos de su tierra natal pero está en ella, como el zumo que trasciende el dolor más íntimo para que entendamos el nuestro.

Desgarrados los versos. Claridad de concepto. Un alma que ya no le teme al blancor con el que miran los hombres que saben decir las cosas precisas en un tiempo difícil.  Un tiempo donde la belleza de vivir pasa por el recuerdo y sobrevive contra todo lo demás, con una precisa forma, muy simple y profunda, para llegarnos con el contenido de unos versos que no tuvieron la necesidad de ser escritos por un inocente en la playa, ni en otra posa, ni bajo otro árbol que no sea esta copiosa fronda desde donde el poeta se mira y nos mira.

Un árbol existencial, pero sin frutos secos, conforman estos versos que no hacen diferencia de generaciones, que incorporan la fuerza de un espíritu que sufre y conmueve, que añora y presagia y sabe:

45

Bajo esta llovizna,
en medio de este frío,
entre estas calles anchas y arboladas,
brillantes por el asfalto negro,
¿se habrá de detener tu corazón?
¿Se detendrá tu corazón dentro del Gran valle?
¿Regresarás a la patria convertido en una bolsita de cenizas?
Inerte, ¿harán volar tu corazón hecho cenizas,
cual pájaro hecho cenizas,
por sobre la inmensidad del Golfo,
hasta la tierra donde una vez tú cantabas?
¿Habrá de detenerse tu corazón dentro de este frío donde siempre
es medianoche?
Junto a esta grisura de los árboles
del atardecer
de la avenida tuya de cada día,
¿habrá de detenerse una agrisada tarde tu corazón?,
tu tan jodido corazón,
tu corazón lleno de bilis,
tu corazón con tantas muescas de derrotas,
¿habrá de detenerse
bajo la densidad de este cielo,
pisoteado por la lluvia ácida,
envuelto
en la densa capa del olvido?


Carta a mi Papá y su plusvalía paternalista

Dibujo de la autora

El gobierno cubano anunció las nuevas medidas para el Ordenamiento Económico que se implementarán a partir de este mes. El periódico oficialista Juventud Rebelde publicó un artículo escrito por el periodista José Alejandro Rodríguez, titulado Con lupa para llegar abajo. 

A mi papá y su plusvalía paternalista


Papá, tú dices que eres mi papá y eres socialista, marxista, leninista, fidelista… Demasiada gente eres, papá, demasiados nombres eres, demasiados papás tengo.

Pero de eso no quiero hablar ahora. Quiero que hablemos de padre a hija, o de empleador a empleada, ahora que de pronto quieres llamar a las cosas por su nombre, ahora que tú me acusas de vaga, extraviada y malagradecida.

Hay algo que me inquieta y no sé dónde ponerlo.

Hablemos del trabajo, ahora que nos llamas mantenidxs. Mis hermanxs y yo trabajamos 30 días en el mes para ti, papá. Y el salario que obtenemos es de, digamos, 500 pesos, pero si incluimos al valor de este trabajo, no solo el tiempo y lo que se hace en la jornada laboral, sino todo lo que implica que básicamente estemos vivxs y trabajemos de manera eficiente y productiva, se me ocurren algunos ejemplos que puedo mencionar:

“Techo” y todo lo que conlleva mantener este “techo”. Alimento.  El trabajo de cuidados no remunerados (gratis) que hace mi mamá, o como tú le dices: ama de casa. Vestido/ Calzado – Salud- Educación – Transporte (y unos cuántos etcéteras más)

Entonces, papá, tú que dices que me creo merecedora de algo por lo que no he trabajado, me doy cuenta que el salario que me pagas en realidad solo equivale al valor, siendo optimista, que corresponde a 5 de los 30 días que yo trabajo. Visto de otra manera, llevamos la vida entera trabajando gratis para ti, o pagándote porque seas nuestro papá. Tus hijxs llevan 60 años sosteniendo y resistiendo tu explotación. A eso que tú llamas manutención yo puedo decirle esclavitud. Y no me vengas con el discurso del izquierdista ingenuo que si educación y salud gratis. Seamos serios, por favor, papá.

Y entonces me tropiezo con lo que dice Marx (uno de mis otros papás) sobre la plusvalía; que el valor no pagado del trabajo del obrero crea un plus producto del cual se hace propietario el empresario (o sea, tú Papá). Originando así la esencia de la explotación o acumulación capitalista ¿Cómo? ¿No es que éramos, somos, socialistas?

Y bueno, ahora dices que tienes que ajustar la correa, que la sobreprotección no ha funcionado conmigo y mis hermanxs, que somos descarriadxs y desviadxs. Le ronca el mango, papá, escucharte decir esto, cuando ni llorar me permites cuando me pegas. Y no solo eso, ahora hasta reconoces que tienes hijxs que están tan por encima de lxs otrxs que deben mirar con lupa a lxs pobrecitxs hermanxs piojitos de abajo. Me pregunto quién lxs habrá puesto ahí, si eres tú, papá, quién decide todo lo que pasa en esta finca.

Me parece de sabio, papá, que te reconozcas y te pongas en evidencia, llamándote paternalista o, dicho de otra manera, usurpador de derechos. Pero te digo algo, si vas a rectificar ahora, empieza por dejarme ser quien yo quiera ser. Déjame sola, papá, deja que me pierda y me encuentre en mis propias luchas, y que me enfrente a mis enemigos. Los míos, que no tienen que ser los tuyos.

Pero, principalmente, déjame decidir si quiero seguir teniendo un papá como tú. Solo déjame decidir, Papá.

Sin rencores.

Tu ex hija.

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Ministro cubano Alpidio Alonso filmado en lo que parece un intento de robo

¿Un ministro de Cultura intentando arrebatarle el teléfono a un periodista?

¡Ataja, ataja!

En cualquier lugar del mundo, incluso en Jesús María, Cayo Hueso o San Leopoldo, barrios de La Habana profunda, el instinto natural de un policía habría sido caerle atrás al ministro, en este caso Alpidio Alonso, para evitar el robo del celular de Mauricio Mendoza, el reportero objeto del intento y colaborador de Puente a la Vista.

Algunos medios se han referido a este acto delincuencial ocurrido frente al Ministerio de Cultura, este 27 de enero, como una agresión física. Pero lo cierto es que Alpidio tiene más cara y tipo de ladrón que de pugilista, y a mí me parece que más que golpear a Mendoza quiere quedarse, a la fuerza, con su teléfono.

Un integrante del Movimiento 27N, de creadores independientes, afirmó en un mensaje de audio al que tuvo acceso Diario de Cuba «que se llevaron a todos los activistas en una guagua luego de realizarles un acto de repudio. En un video publicado en Facebook por La Hora de Cuba se escuchan gritos dentro de ese ómnibus».

En algunas redes sociales se reportó que los activistas habrían sido golpeados en el interior del ómnibus de transporte público dispuesto para la ocasión. La activista Celia González fue agredida por varios funcionarios e inutilizada por una mujer policía dentro del vehículo, según reportó el propio Mauricio Mendoza a este portal. Tres mujeres también policías agredieron a la artista Camila Lobón para intentar quitarle el celular.

Entre los miembros del 27N que se encontraban este miércoles en las afueras del Ministerio de Cultura figuraban, además de Mendoza, Maykel Osorbo, Héctor Luis Valdés Cocho, Julio Llópiz-Casal, Mijail Rodríguez, Oscar Casanella, Ulises Padrón, Víctor Alfonso, Solveig Font, Carolina Cabrera, Reynier Leyva Novo, Sinder Riverí, Miryorli García, Henry Eric y Celia González, entre otros.

A periodistas y creadores independientes como Tania Bruguera o Katherine Bisquet se les impidió llegar hoy al Ministerio de Cultura de Cuba, desde donde Alpidio, el ministro arrebatador de teléfonos, habría invitado a «dialogar» con un tweet.

Al cierre de esta nota aún algunos de los activistas agredidos se encontraban en paradero desconocido.


Ordenar el ordenamiento

Nunca seré capaz  de entender al pueblo cubano. Si como dicen los hijos de Ramiro Valdés y Marino Murillo, “somos felices aquí” – aunque lo griten desde allá-, ¿qué razón asiste a un grupúsculo de 11 millones de cubanos para cuestionar, indignarse y exigirle a nuestros nobles, humildes, solidarios, altruistas y palmados dirigentes, una rebaja sustancial a los nuevos precios?

¿Dónde quedó el desinterés por el dinero que preconizaba el Che cuando era presidente del Banco Nacional de Cuba? ¿Alguien lo escuchó quejarse alguna vez del precio del pasaporte, el billete de avión o del hotel cuando iba disfrazado de Mongo (Ramón) hacia el Congo o Bolivia? ¿Tan siquiera uno le oyó decir boludo a un funcionario por el precio de la gasolina, el café o los helados?

¿Ya olvidaron el bolsillo de la guerrera de Fidel donde según su probada honradez no encontrarían ni un dólar, callando por pudor y compromiso con el cubano de a pie que los guardaba por miles de millones en Suiza, Islas Caimán o quién sabe dónde, para devolvérselos -si fuera necesario- al pueblo que los generó, convertidos en  salud, educación y electricidad gratuitas o subsidiadas?

Si Raúl lloró frente al espejo mientras se cepillaba los dientes con crema dental Perla (8 pesos la unidad, y sin quejarse) antes del fusilamiento de Arnaldo Ochoa, Patricio de la Guardia y otros héroes de la República de Cuba,  ¿con qué moral Liborio El Tiribitabara y Juanita La imbañable se quejan del precio del jabón, el detergente o el champú, ahora que seremos socialistas millonarios?

Nadie puede asegurarme que vio a la presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle Boue, descompuesta y quejosa en una cola para comprar pollos. Tampoco tienen evidencias de que la Ministra de Finanzas y Precios, Meisis Bolaños Weiss, haya protestado por la subida del gas manufacturado, los frijoles, el picadillo de pavo y el puré de tomate. Y  menos que la Viceministra, Anayansi Rodríguez, cuestione los  precios del croquinol, el tinte y la queratina.

¿Acaso alguien escuchó a nuestro Ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández “El Dandy”, quejarse del precio  de un refrigerador, una lavadora, un aire acondicionado, un televisor Panda o un pantalla plana? ¿Pueden decirme si alguno lo escuchó alguna vez criticando el precio de los autos y motorinas importados? ¿Lo han visto molesto por los precios del vestuario y el calzado?

¿Alguno a visto al ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, metido hasta las rodillas en un surco para saber in situ el precio de cosechar malangas? ¿Lo han escuchado protestar por el precio de una papaya o un plátano burro, una libra de tomate o una ristra de ajo?  ¿O a Eduardo Rodríguez Ávila (Eddy para los amigos), ministro del Transporte, criticar alguna vez los precios del pasaje en un P-2, una gacela, un tren, un ómnibus interprovincial o un almendrón? Lo dudo mucho.

Es más, ¿quién me puede asegurar que vio al ministro de la Alimentación con tres metros de tripas al hombro por La Habana para hacer un exquisito embutido, o comiéndose una gallina decrépita? ¿Quién al Comandante de la Revolución Guillermo García comiéndose una jutía, un avestruz o un cocodrilo? Seguro que no. Ellos son altruistas, entregados a la causa revolucionaria,  y prefieren comerse una langosta enchilada o un bistec de res antes que tocar lo que le pertenece al pueblo.

Como si fuera poco, hablan del tren de vida del Primer Ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, aunque nadie lo ha visto enojado por los pequeños derrumbes de las edificaciones y la muerte de niños, mujeres y ancianos bajo los balcones, las paredes y techos en La Habana. ¿Quién lo ha oído protestar airadamente porque le den pollo por pescado? Seamos serios y hablemos la verdad sobre estos ángeles alados que resisten la escasez y desabastecimientos sin ningún reclamo.

Es más, para terminar este triste ejercicio de indignación ante los temores, enojos e inconformidad de mis compatriotas por los precios y otras subidas y bajadas que nos trae este año  2021, quiero preguntarles: ¿Por qué dudan y hablan de la integridad de nuestro presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, si él, como cualquier hijo de vecino, anda sin nasabuco, baila casino, desayuna café con pan o agua con azúcar, paga la electricidad y usa pulóver Puma y relojitos Rolex desechables?

¿Cuál es la obsesión de llamarlo “puesto a dedo” si a él lo eligió Raúl y alrededor de otros 12 catetos, en nombre de casi nueve millones de cubanos que sabían estaríamos de acuerdo con la elección impuesta por vía democrática? ¿Cómo dudar de un hombre que pone sus ingeniosos descubrimientos, como “El limón es la base de todo”, en manos del pueblo sin pedir nada a cambio?

¿Dónde se ha visto que un presidente que nos convoca a pensar como país -para extranjeros-, y dice ser un continuador de los sublimes éxitos económicos  y garantías políticas de los Derechos Humanos que tienen a medio país en el exilio, y al resto con las maletas hechas -por si acaso se presenta un chance-, asegure que hay que «Ordenar el Ordenamiento» con tanto caché y desenfado?

De verdad que duele oír quejarse a tanta gente por una subidita de precios implementada por quienes junto al pueblo, codo a codo con las masas, hacen colas a sol y sereno, durante días para comprar cuatro libras de cerdo, un colchón o tres bolsas de cemento, mientras miran, anegados en lágrimas, cómo la ingratitud del pueblo se agiganta, y lo menos que les gritan es… ¡descarados!

Y eso es injusto, compatriotas. Ninguno de los susodichos dirigentes arriba mencionados se ha ido del país, ni falta que les hace. Así que pienso ha llegado la hora de que los entendamos. Más de seis décadas sacrificándose a sol y sereno por el pueblo, aguantando apagones y escaseces sin resabios, es mucho, y debemos recompensarlos por su sincera entrega: Ayudémoslos a marcharse.

Eso se los recomiendo yo, Nefasto El Consejero

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Honor a quien honor merece: una visión plural sobre la obra de Manuel Gayol

Los escritores Alberto Lauro y Manuel Gayol Mecías en el II Festival Vista de Miami (2015)

La revista Puente de Letras, de arte y literatura, despidió el año 2020 dedicando en sus páginas un dossier/homenaje, más que merecido, al escritor Manuel Gayol Mecías, considerado entre los autores más relevantes de las letras cubanas.

Poeta, narrador, ensayista, crítico literario y periodista cubano, Gayol Mecías es percibido en la reseña de Armando Añel ‒Del poeta al narrador al ensayista: Gayol Mecías en sus tres dimensiones‒ “como uno de los ensayistas más lúcidos, y originales, de la Cuba posnacional”, y más adelante advierte que:

“[…] Y es que el narrador, el poeta, el ensayista y, por qué no, el filósofo, constituyen a fin de cuentas una misma fuente de conocimiento y placer, de deleite y sabiduría: El autor de La noche del gran Godo, colección de relatos sobresaliente en el marco de la narrativa contemporánea, el escritor fuera de serie que viaja mucho más allá del tema cubano para abordar en profundidad, a esencia cierta, las diversas naturalezas del sueño en que vivimos […]”.

Para Carlos Penelas, en su reseña de Para una poética de la conciencia, resulta esencial precisar cuáles son los paralelos literarios, y las inspiraciones filosóficas, en la obra de Gayol Mecías. Sorteando con éxito el peligro que siempre nos aguarda al esgrimir el juego de las comparaciones, Carlos Penelas nos devela a un Gayol Mecías merecedor de ser ubicado entre constelaciones literarias allende los mares.

“[…] El cosmos de Bachelard aparece una y otra vez en las páginas de Gayol Mecías. Gaston Bachelard, un creador fundamental para el poeta, un filósofo interesado en la ciencia moderna y al mismo tiempo en la creación literaria y poética […]”.   

Se llega a coincidir con Carlos Penelas que “no es casual entonces que en este itinerario surja la figura de uno de los grandes pensadores de nuestra época: Pierre Teilhard de Chardin, el hombre que pensó como nadie la filosofía biológica, la grandeza poética elaborada sobre la ortodoxia religiosa y científica; Teilhard de Chardin, el creador de la liturgia cósmica”.

Tanto lo irracional como el poder, la ambición, el miedo, el fanatismo religioso, la falsedad y la degradación en la que el hombre está sumergido ‒abordamientos que sobresalen en el libro Para una poética de la conciencia de Gayol Mecías‒ nos recuerda a Yuval Noah Harari. El Harari que, señala Carlos Penelas:

“[…] Expone cómo en la sociedad actual el epicureísmo es la filosofía dominante. indica que en los tiempos antiguos mucha gente rechazó el epicureísmo, pero hoy en día se ha convertido en la opinión generalizada […]”.

En La luz y sus vibraciones en la prosa de Manuel Gayol, exquisita e imprescindible reseña de Ivette Fuentes de la Paz sobre el volumen Las vibraciones de la luz, se focaliza quizá al más intrínseco Gayol Mecías; a un “moderno alquimista” que trasvasa “la imago mundi que provoca la realidad de unas nuevas resonancias”. Un Gayol Mecías, reflexiona Ivette Fuentes de la Paz, que nos permite asomarnos a los “atisbos de antiguas y eternas paradojas” que no todos sabemos enjaezar y al mismo tiempo permanecer:

“[…] La premisa para adentrarnos en el mundo propuesto por Manuel Gayol decide superar la mirada fenomenológica, a ratos racional, de las cosas, para situarnos desde el inicio en el ámbito que Edmund Husserl conceptuara como “objetividades esenciales” y llegar a aquello que Mearlau Ponty llamara “textura imaginaria de lo real”. Traspasar el espejo de la realidad, a partir de su asomo en la esencialidad del objeto, es el primer llamado de Gayol Mecías para hacernos entender que la luz es inalcanzable más que cuando nos sumergimos en sus vibraciones, que no es más que su latido vital. Lo más interesante de los presupuestos de Gayol, y que recuperan un método al que infelizmente tantos estudiosos han renunciado en pro de diseños de investigación más científica –olvidando a su vez que, como dijera Henri Bergson, no hay ciencia sin coeficiente de intuición–, es su previo acercamiento impresionista que apoya en la total entrega a través de una sintonía –sympathos– que le permite adentrarse en el objeto al convertirse él mismo en sujeto contemplado […]”.

La perspectiva de Roberto Álvarez Quiñones sobre Marja y el ojo del Hacedor‒novela icónica en toda la obra literaria de Gayol Mecías‒ nos guía por los predios eróticos y escatológicos de un autor [Gayol Mecías] que, como pocos, se maneja invicto en la revisitación de temáticas que evitamos adentrar, rehuyendo de aquella máxima antiquísima que supone que no existen temas viejos ni nuevos, sino tratamientos.

Una novela que, aventura Roberto Álvarez Quiñones en su reseña Sobre Marja y el ojo del Hacedor, prefigura “una ruptura definitiva con el discurso machacón y alienante de las ideas marxistaleninistas en Cuba y un estupendo retrato al óleo de la moral socialista”.

“[…] Uno de los mayores méritos de la novela radica en que todo el tiempo transpira un audaz erotismo que el autor maneja diría que magistralmente. Marja relata pasajes sexuales que, pudiendo ser pornográficos, el Hacedor, con su filtro léxico, transforma en trances carnales líricos que calan la libido del lector más sonso. Si Giovanni Boccaccio en El Decamerón logró convertir escenas pornográficas en erotismo a base de humor delirante, Gayol lo hace poéticamente con resultados asombrosos […]. La novela es una simbiosis de metafísica y de una realidad expresada tan vívidamente que evoca al Jean Valjean de Víctor Hugo por las alcantarillas de París. Aunque, a diferencia de Les Miserables, aquí no se frena la imaginación y lo fantástico no tiene techo […]”.

 A este dossier/homenaje sobre la obra de Gayol Mecías se suma la reseña Un antídoto contra la idiotez nacionalista del siempre magistral Amir Valle. Una reseña sobre el libro 1959. Cuba, el ser diverso y la isla imaginada que Valle define como “aplasta egos”.

“[…] Gayol, autor de varios libros que entran en esa categoría, logra con este el que creo es el más documentado antídoto intelectual contra esa idiotez nacionalista que durante años los cubanos, tanto en la isla como el exilio, hemos padecido, gritando nuestra enfermedad a los cuatro vientos con argumentos que sólo un nacionalismo barato enfermizo puede generar […]”.

Incisivo y preclaro, Amir Valle apunta que la literatura de Gayol Mecías, esencialmente con 1959. Cuba, el ser diverso y la isla imaginada, se ubica como el zócalo literario ‒que a un mismo tiempo es punto de partida‒ hacia una trascendencia que derriba la mismedad, el mutismo y el auto encarcelamiento de gran parte de la literatura cubana en las últimas seis décadas.   

“[…] Gayol Mecías hace un recorrido memorioso (léase intuitivo y analítico) por los estamentos fundacionales, los comportamientos y las diversas esencias que configuran eso que algunos llaman “la identidad del ser cubano”. Una verdadera proeza, es justo decirlo. Porque en estas páginas no sólo aparecen cuestionamientos muy serios a esa isla imaginada con la que todos cargamos; a las raíces y a las consecuencias de esas mixturas culturales/raciales para el concepto de nación; a los históricos contrapunteos entre la Cuba real y la que cada uno de nosotros (en dependencia de nuestras circunstancias íntimas, y de la Historia) concebimos; al encontronazo perpetuo de esas “sensibilidades” y “dones” que originan el relajo, el choteo, la risa escapista a modo de supervivencia; al daño antropológico de esa predilección por el líder o de la autocensura como estrategia definitoria del comportamiento social, y muchas otras cosas […]”.

También sobre el texto 1959. Cuba, el ser diverso y la isla imaginada diserta Luis Cino a través de su reseña El antídoto de Gayol Mecías contra nuestras fantasías nacionales, donde entroniza que Gayol Mecías, “con erudición y lucidez, con mañas de sicólogo y de filósofo, disecciona nuestra alma nacional y analiza los cómo y los por qué de nuestro enfermizo patrioterismo, de nuestra recurrencia en confundir el límite entre la realidad y los mitos, aquellos que nos inculcan caudillos y demagogos y los que nos inventamos nosotros mismos”.

“[…] Advierte Gayol Mecías que al perder la imaginación vital y quedar solamente “la rutina, la falta de creatividad, la existencia repetida en una uniformidad de miseria, la monotonía de una vida que nada más dispone de corrupción, miedo e incertidumbre”, se ha creado una cultura de la subsistencia donde vale todo y que entraña el riesgo de degenerarnos como pueblo. En ese punto estamos hoy […]. Cuando refiere Gayol que “el temperamento imaginativo del cubano le lleva a soñar con cosas que aún no tiene con seguridad entre las manos”, nos remite a nuestra incapacidad para deslindar la realidad de lo soñado y deseado, algo que cuando se suma a la facilidad con que olvidamos anteriores engaños y fracasos, nos pone a dar vueltas en vano, como un perro mocho que intenta morderse la cola que no tiene […]”.

Cierra este dossier/homenaje con dos textos del propio Gayol Mecías ‒El premio, la culpa, la nada y la esperanza, y El ojo diplomático‒ y una selección de su poesía. El primero es el prólogo a su libro La noche del gran Godo, y el segundo un cuento.

De entre la selección de poemas, destaca Estorbo a los lisiados, más que un poema, un grito de revancha:

Estorbo a los lisiados

Los lisiados me animan

a ser un degollador de sus sonrisas.

Me confunden los lisiados de la verdad

con camisa de fuerza

entre jirones de cristal, me hielan

la sangre con sus burlas.

Soy un estorbo visceral en medio

de la noche

el salto que les mutila la mirada

y me asombro de mi muerte

lenta, inacabable…

Ah, pero vuelvo a nacer, y soy la sombra,

el estorbo de un ridículo entre los lisiados…

Aún estoy débil, y entre muchos

me encuentro solo en la ciudad.


I Premio Ilíada de Periodismo

La casa editora Ilíada Ediciones, el proyecto cultural AV Kreativhaus y el magazine literario trimestral OtroLunes – Revista Hispanoamericana de Cultura, convocan al I Premio Ilíada de Periodismo con el fin de fomentar la creación y promoción de libros que aborden temas de la actualidad nacional de Cuba desde la perspectiva del periodismo.

La presente convocatoria se regirá por los siguientes requerimientos: 

1.- Podrán participar en esta convocatoria todas las personas nacidas en Cuba, residentes en la Isla, que ejerzan el periodismo, ya sea por haber estudiado la carrera o por haberla elegido como medio de expresión, publiquen en medios estatales, independientes o en sus propias plataformas.

2.- La temática y estructura de la obra será libre, pero limitándose a asuntos de la más estricta realidad nacional cubana. Cada libro deberá centrarse únicamente en un tema, ya sea de forma compacta o mediante trabajos de cualquier género que aborden esa temática. En ningún caso se aceptarán compilaciones de trabajos de temáticas diferentes. 

3.- Se podrá enviar un libro por autor, inédito hasta en un 70%, que debe tener una extensión no inferior a 100 cuartillas ni mayor de 300, en formato A4, letra Times New Roman a 12 puntos e interlineado de 1/5. Se podrán incluir fragmentos o artículos ya publicados siempre y cuando no se rebase el 30% de la totalidad del libro.

4.- La participación de las obras será mediante seudónimo y los libros deberán remitirse única y exclusivamente por correo electrónico a la dirección [email protected], enviando dos archivos:

a) En el primer archivo deberá incluirse el libro en formato PDF, y sin ningún dato que permita identificar al autor. Para ello en el nombre de este archivo se hará constar únicamente: “Premio Ilíada de Periodismo: (seguido del título del libro y seudónimo)”

b) En el segundo archivo deberán incluirse, también en formato PDF, los siguientes datos: título del libro, seudónimo utilizado, nombre del autor, y datos personales del autor (nombre, apellidos, carné de Identidad, domicilio, correo electrónico y teléfono de contacto en Cuba), seguidos de un breve currículum. En el nombre de este archivo se hará constar únicamente: “Datos personales: (seguido del seudónimo utilizado)”

c) En el asunto del correo electrónico mediante el cual se enviarán estos dos archivos deberá figurar obligatoriamente el siguiente texto: “Premio Ilíada de Periodismo – (Título del libro) – (Ciudad de procedencia)”.

5.- Se otorgará un premio único consistente en 500 euros, publicación del libro en Ilíada Ediciones y 10 ejemplares de la edición. La cifra del premio se considera en carácter de anticipo a las regalías por las ventas. Para la publicación, la editorial enviará al autor premiado un contrato sobre la obra que cubrirá todos los derechos en lengua española por un período de 5 años.

6.- El plazo de admisión, abierto desde la publicación de esta convocatoria, cierra el 31 de mayo de 2021, a las 12:00 pm, hora de Cuba.

7.- Una comisión integrada por especialistas de las instituciones convocantes realizará la preselección de los finalistas, cuyos títulos serán anunciados a finales del mes de junio de 2021. Los jurados no se darán a conocer hasta el momento en que se anuncie la obra ganadora.

8.- La premiación se realizará el 8 de septiembre, Día Internacional del Periodista.

9.- Aunque se dará acuse de recibo de los trabajos recibidos, los organizadores no mantendrán ningún otro tipo de comunicación con los concursantes. El hecho de participar en este concurso implica la total aceptación de sus bases.


Angola: Un crimen de lesa humanidad

La isla que soñaba con ser continente (Sandra Ramos, detalle)

Han transcurrido 31 años de los hechos que voy a narrar. Lo conversé con mis padres en las semanas posteriores a mi regreso a Cuba, pero nunca lo he contado a nadie más.

Si escribir mis novelas Cualquier tiempo pasado… y Pero sueño con árboles me ayudó a procesar y superar las consecuencias emocionales de lo vivido, este episodio no he podido acabar de “digerirlo” y sigue merodeando en mi mente tantos años después, con su pesada carga de vergüenza ajena, que contribuyó a que me cuestionara mi presencia allí y muchas otras cosas, como parte de un largo proceso que marcó el despertar de mi conciencia, el definitivo cambio de mi rumbo y, finalmente, me condujo a la emigración.

El 21 de enero de 1990 amanecimos conmocionados en la 80 Brigada Tanques de Lobito, provincia de Benguela, por la noticia del ataque de un nutrido comando de la UNITA a la purificadora de agua del Valle de Hanha, en el territorio controlado por aquella gran unidad de las tropas cubanas. Según las primeras informaciones, se había producido una masacre, que incluía a varios combatientes cubanos muertos y heridos.

A los pocos días de mi llegada a Angola había sido asignado a la 80 BT, como ayudante del juez militar de la brigada, lo cual me permitió participar en las investigaciones de una serie de sucesos acontecidos por aquellos días. Particular impacto tuvo en mí la imagen de los cadáveres de los cuatro cubanos fallecidos durante la escaramuza, así como el deplorable estado de los sobrevivientes. El análisis de las causas y condiciones que propiciaron aquellos hechos reveló las graves violaciones del ABC de la seguridad, la falta de disciplina elemental y de supervisión al funcionamiento de aquella pequeña unidad, lo cual dejaría importantes lecciones.

Los once combatientes cubanos que custodiaban la estratégica purificadora de agua del Valle de Hanha, a pocos kilómetros de la zona ocupada por el 85 Grupo Táctico, incumplían las más elementales normas establecidas en medio de una guerra que, si bien ya no tenía la intensidad previa a la firma de los tratados tripartitos de paz, distaba mucho de haber concluido. Aquellos hombres pasaban sus días y sus noches en un inconcebible estado de relajación, sin vestir el uniforme completo, con las armas reposando en el armero de la unidad, descuidando las guardias establecidas, mezclados con la población civil, como si se tratara de un campismo, en vez de una unidad militar en un enclave de particular importancia.

En las semanas previas al ataque, los efectivos de la UNITA habían saboteado sistemáticamente las líneas de comunicación, de modo que casi todos los días los ‘linieros’ tenían que salir a repararlas. Las últimas noches hubo evidencias de que la pequeña unidad estaba siendo observada por exploradores enemigos, pero no se tomó medida alguna para impedirlo, ni se informó a los mandos superiores.

De acuerdo con la información recopilada durante la investigación de los hechos, alrededor de las 4 a.m. se inició el ataque simultáneo de unos trescientos guerrilleros de la UNITA a la aldea y a la purificadora. Los lugareños identificados como colaboradores del gobierno del MPLA, incluyendo al líder local y su familia, fueron degollados. Uno de los soldados cubanos, a quien al parecer le traicionaron los nervios, vio desde cierta distancia cómo los atacantes entraban a la casucha donde dormían sus compañeros y remataban a los heridos, sin que él, que portaba su AKM, hiciera nada para impedirlo.

No fue ágil la movilización de los efectivos del 85 Grupo Táctico, que debió socorrer a la pequeña guarnición. Cuando llegaron al lugar, solo encontraron cadáveres y algunos heridos. La UNITA, en su retirada, se llevó consigo al resto de la población civil, como escudo humano para impedir la represalia de las tropas cubanas.

Informado del ataque el cuartel general de la Misión Militar Cubana en Luanda, su máximo jefe, el general Leopoldo Cintras Fría –hoy general de Cuerpo de Ejército y ministro de las Fuerzas Armadas– se desplazó en helicóptero hasta la sede en Lobito de la 80 Brigada de Tanques, donde estableció un puesto de mando.

Según los datos obtenidos por los exploradores enviados, el comando atacante y sus rehenes se desplazaban con relativa lentitud, alejándose del Valle de Hanha.

El general “Polo” valoró la gravedad de lo sucedido y sus posibles consecuencias. Si aquella acción quedaba sin respuesta, podría establecer un precedente que condujera a nuevos ataques a las posiciones de las tropas cubanas desplegadas por todo el territorio angolano, otorgando a los guerrilleros una total impunidad con la toma de rehenes.

Con el absoluto peso de su jerarquía y de su cargo, “Polo” ordenó precisar las coordenadas de aquella masa humana que se desplazaba en dirección contraria al Valle de Hanha y decidió sin pestañear la respuesta que consideró adecuada. Se emplazó de inmediato una pieza de artillería reactiva BM-21 de la dotación de la 80 BT y el general ordenó abrir fuego.

El accionar de aquella máquina de muerte nos ensordeció a los cientos de hombres y mujeres presentes en la unidad.

Transcurridos aquellos interminables minutos, se ordenó a los exploradores de avanzada dirigirse al lugar e informar. Lo que encontraron fue simplemente dantesco: solo se distinguían fragmentos de los cuerpos de cientos de seres humanos aniquilados por los cohetes reactivos. Como era de esperar, no hubo un solo superviviente.

No logro explicarme cómo se puede decidir con semejante frialdad el destino de tantas vidas. Tampoco trato de entenderlo, porque el razonamiento de los militares suele contradecir la lógica y otras valoraciones de los civiles. Lo cierto es que lo sucedido aquel 21 de enero de 1990 sería juzgado en cualquier tribunal de este planeta como un crimen de lesa humanidad, con su correspondiente condena.

No obstante, el general Cintras Fría fue condecorado como Héroe de la República de Cuba y ascendido sucesivamente a general de división, general de Cuerpo de Ejército y, finalmente, a ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Es un episodio más, de los muchos todavía por revelar, de lo sucedido durante dieciséis años de participación en una guerra ajena a los intereses del pueblo cubano, solo al servicio de las ambiciones personales de un caudillo que se sumó al rejuego geopolítico de las potencias mundiales, llenando de luto y sufrimiento a la familia cubana.

El desprecio por las vidas ajenas constituye un patrón de conducta de los mandamases del régimen: lo mismo hicieron con los ocupantes del remolcador «13 de marzo», que hundieron sin compasión, pese a su preciosa carga humana.


A Leandro no le han pedido perdón

Foto cortesía Pixabay

Rosa y Pepe eran una pareja de ancianos que vivían en mi edificio. Rosa era una señora de esas que huelen a recién bañadas con el pecho blanco de talco, y parecía estar siempre molesta. Pepe era un viejito de esos que andan con una jabita de yute vacía colgando del brazo y te hacen una mueca o una gracia para hacerte sonreír.

Rosa y Pepe tenían dos hijos. Uno, Pepito, era ese hombre que a mis 9 años yo encontraba bien parecido, y que mi papá decía era un batido de mandarria porque no saludaba cuando te lo cruzabas en el pasillo del edificio. Y el otro, Leandro, un hombre realmente hermoso, que una tarde tocó la puerta de mi casa, con una sonrisa y una fragilidad cautivadoras, para darle un abrazo a mi papá. Había venido de otro país a saludar a su amiguito de la infancia.

Nadie en ese momento me contó, pero yo hablaba poco y escuchaba mucho. Al parecer Leandro había sido famoso en esa cuadra de la calle Suárez en la Habana Vieja. A Leandro le habían hecho un acto de repudio en el cual, como si no fueran suficientes los huevos y las ofensas, en la primera línea de ataque estaban Pepe el papá y Pepito corazón de cemento, el hermano. Leandro era traidor y gusano por tomar la decisión de abandonar la Revolución Socialista, o, de otra forma, Leandro era gay, lo que lo convertía en traidor y gusano para la Revolución Socialista. 

De esa tarde en el balcón hay una foto muy bonita a pesar de quedar movida y del cuerpo enjuto noventero de mi papá. Después que se fue, recuerdo las caras y muecas de mi papá y mi abuela, hablando bajito y por señas para que no escucharan los vecinos, los papás de Leandro “el traidor”.

-¿Y ahora qué va a decir Rosa, después de vocear que solo tenía un hijo? -decía mi abuela, que, ante todo, siempre escogió ser madre.

Eran los 90s y los tiempos parecían haber cambiado. La gente andaba más callada y flaca, quizá por conciencia, quizá porque ya no había qué tirar, quizá porque el agua con azúcar en el estómago vacío no alcanzaba para gritar frases de odio a un extraño. Y Leandro no venía a ver a los tiradores de huevos e insultos, venía a darle un beso a sus viejos, que siempre serían sus viejos.

Yo ahora comprendo por qué Rosa siempre andaba molesta, y por qué a Pepito le costaba tanto abrir la boca para dejar salir un “Buenos días”. Quizá solo era un mal educado, pero quizá a veces también sentía vergüenza, o quizá hubiese preferido no tener que pelearse para siempre con su único hermano.

¿Puede haber algo más violento que un padre o una madre abandonando a su hijo? Supongo que el hecho de que el padre repudie a su hijo porque una Revolución Socialista así se lo exige, porque la lógica a seguir es “si no es hijo de la Revolución tampoco puede ser tu hijo o tu hermano”, porque simplemente no puedes tener de hijo o hermano a una mala persona. Porque no se trata aquí de personas que piensan o sienten diferente, se trata de personas sin valores, personas menos personas, eso es lo que son los que no están con La Revolución Socialista.

Mi papá siempre decía rojo de indignación:

-Es que ellos son los mismos… en otros lugares, el gobierno se equivoca y después viene otro gobierno y así, pero ellos son los mismos.

En estos últimos días en que parece hemos vuelto a los 80s, he entendido la importancia de la frase de mi papá. Mi papá, que nació con la Revolución y la ha vivido enterita, y que es un buen hombre (mi papá, yo lo quiero mucho a mi papá -nada tiene que ver con esta historia, pero quería decirlo igual).

Ellos son los mismos y no han pedido perdón. Ellos son los mismos y no han reconocido sus errores. Y es que si lo hicieran tendrían que juzgarse ellos mismos, porque Ellos son los mismos y no fueron errores los que cometieron, sino delitos. Y porque Ellos son los mismos que han dividido, que han humillado, atropellado, difamado, perseguido, fracturado la confianza de un país entero, y han quedado impunes, Ellos mismos se dan el lujo de repetir la historia, aunque ahora los nuevos tiradores de “huevos” crean más en La Yuma que en la Revolución Socialista.

Es lo que pasa cuando le quitas a un pueblo la cabeza, y lo conviertes en cuerpo con estómago y sexo, y nadamos en el agua sucia, sin memoria, sin entender a dónde vamos, sin preguntarnos por qué nos han regresado a ese momento en que somos otra vez cuerpos violentos que se rebelan contra ellos mismos.

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‘Cuba Suena’ desde Cuba: El nuevo programa de Radio Viva 24

Este sábado 23 de enero Radio Viva 24 emitirá el primer capítulo del programa Cuba Suena, un show que recoge las obras y vivencias de los músicos cubanos de la escena underground.

Durante una hora, el presentador Orelvys Cabrera conversará con sus invitados, en un diálogo ameno y directo que busca visibilizar a los cientos de artistas que, debido a las excluyentes regulaciones del régimen, no están adscriptos a empresas musicales.

Se trata de una producción independiente, grabada y editada en estudios locales, no asociados al ICRT o a empresas musicales del régimen. El programa difundirá preferentemente a artistas no afiliados a empresas estatales.

Cuba Suena se emitirá los sábados a las 9 PM y los domingos a las 3 PM, hora de Cuba.

En Cuba es ilegal que los músicos o artistas ejerzan si no pertenecen a alguna empresa estatal o regulada por el Estado. El Decreto 349 los obliga a entrar por el estrecho aro de la normalización, con las implicaciones sociales, culturales y hasta políticas que ello conlleva.

Consciente de la necesidad de visibilizar el arte sin parametrización estatal, Radio Viva 24 propone un espacio abierto, libre, en el que los más jóvenes puedan mostrar sus trabajos, tanto en las transmisiones de nuestra estación como en los nuevos formatos digitales streaming On Demand.

Además de Radio Viva 24, Cuba Suena se alojará y transmitirá también a través de Spotify, Alexa, Iheart, Audible, Stitcher, Listennotes, Getmeradio, Appel Podcasts, Google Podcasts, Podbean App, Radio Vox, Amazon Music, Listone, Pandora, Rcast, MyTunner, Invox Radio, Raddio, Radio Garden, Ivoox, TunIn, Roku y Deezer entre otras plataformas.

Cuba Suena se emitirá los sábados a las 9 PM y los domingos a las 3 PM, hora de Cuba.

Para escuchar Radio Viva 24:

Emitimos las 24 horas para Cuba por internet desde nuestro sitio web  y desde otras plataformas asociadas.

En la isla, el consumo de datos (conexión) por 3 horas de escucha es de aproximadamente 2, 3 mega.

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La señal se escucha en excelente calidad de sonido en cualquier teléfono, tablet o computadora.

La estación cuenta con otro canal en HD destinado a los usuarios que residen fuera de Cuba.

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Disclaimer:

Los derechos de uso y repetición de este programa en cualquier formato son libres, previa aprobación de Radio Viva 24.

La autoría de los temas musicales corresponde a los invitados. Los invitados asumen cualquier responsabilidad por derechos de autor.

Radio Viva 24 produce, aloja, difunde y transmite Cuba Suena en streaming, radio digital, análoga o cualquier otro soporte – propio o de terceros-, la música que los invitados del programa declaran como suya o sobre la que tienen derechos de uso.

Para más información, escriba a: [email protected]


Movimiento San Isidro nominado al Premio Freemuse

El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) ha nominado al Movimiento San Isidro (MSI) al Premio Freemuse a la Libertad de Expresión Artística “por su impulso e innovación a la hora de hacer frente a los dictados represivos provenientes del gobierno cubano».

«Desde su conformación en 2018 para hacerle frente a las disposiciones del controvertido Decreto 349, el movimiento demostró que es posible integrar arte y activismo en un mismo conjunto lo suficientemente sólido para discernir y luchar de manera pacífica en contra del dictatorial gobierno que sufren los cubanos», informó la organización en su página oficial.

El premio se otorga anualmente a “artistas, activistas, organizaciones, instituciones culturales y plataformas multimediales de cualquier parte del mundo que han contribuido significativamente a la protección y promoción de la libertad artística”.

CADAL es una organización de la sociedad civil abocada a la promoción de los derechos humanos y la solidaridad democrática internacional, «factores fundamentales de apoyo político y moral hacia aquellos países, grupos e individuos que vivencian diariamente represión y persecución política de todo tipo». 


El comediante Alexis Valdés entrevista a Luis Manuel Otero Alcántara, fundador del movimiento:

«Cuba, un país tan desvencijado y con horizontes tan oscuros que lo único que se puede considerar positivo en él, en el año que ha terminado, es el surgimiento en La Habana de un grupo de jóvenes artistas e intelectuales armados de buena voluntad, de civismo, de sentido común ¡y de valor!, que se han movilizado con vista a que el régimen castrista haga cambios, todos los que urgentemente necesita la maltratada población de la isla. No son pocos los que ya saben que me refiero a los integrantes del llamado Movimiento San Isidro». Manuel Díaz Martínez


Enrique Vila-Matas

Enrique Vila-Matas (El Comercio)

El barcelonés Enrique Vila-Matas es hoy uno de los más interesantes escritores del panorama hispanoamericano. Entre los españoles vivos, es el que más me interesa. Ingenioso novelista y cuentista, exhibe, además, un estilo muy singular para el ensayo y la crónica. Este breve relato pertenece a su libro Exploradores del abismo, del año 2007. 


                                       Nunca hizo nada por mí

“Embarulló tanto a los personajes en la larga novela que estaba escribiendo que hasta olvidó quiénes eran y qué hacían esos personajes. A una mujer muerta, por ejemplo, la hizo reaparecer a la hora de cenar. Y el día en que se suponía que el asesino iba a ser electrocutado, le hizo comprar flores para una niña…”. Leo todo esto de pie en la plataforma iluminada del tranvía que, al atardecer, me devuelve, como todos los días, a casa. Levanto un momento la vista, y después sigo leyendo: “Y sin embargo, nunca hizo nada por mí. Fui haciéndome más viejo y gruñón, como era de esperar, en un pequeño pueblo descuidado que él siempre describía como muerto e irrelevante”.

En la plataforma del tranvía crepuscular quedo raptado por este comienzo de cuento. Y me llega la impresión de estar dirigiéndome a un hotel de algún pequeño pueblo, muerto e irrelevante. Comienza a llover…


La igualdad de oportunidades solo puede traer desarrollo

El patriarcado, como cualquier otro poder absoluto, tiene muy poca capacidad para negociar y se le dificulta hacer concesiones. En consecuencia, el machismo, en cualquiera de sus variantes -incluye la cubana-, se convierte en una patética y desesperada defensa ante los sostenidos avances de la mujer, la demostración de las capacidades femeninas y, en muchísimos casos, su indiscutible superioridad al encarar situaciones difíciles.

Desgraciadamente el macho, aferrado a su comodidad, no tiene el menor interés en aprender ni en adaptarse a lo que se salga de su zona de confort. Su egoísmo y su cortedad no le permiten alcanzar la categoría de hombre.

La interminable batalla por hacerle justicia a la mujer, que resulta la creación suprema, es una de mis cruzadas personales. Nunca me ha importado ser incomprendido en ese o cualquier otro terreno. Es muy simple: con el patriarcado nos ha ido tan mal que lograr la igualdad de oportunidades solo puede traer desarrollo y beneficios.

Lo que pasa es que el macho, como cualquier tirano, no renuncia a su poder. Hay que arrancárselo.


Resistir o la acción de vivir como quien muere

Imagen base cortesía de Pixabay

A mi abuela le encantaba contarme la historia de ese día en que ella estaba planchando, como cualquier día de su vida, porque mi abuela era una de esas personas que al nacer les amarraron a una mano una plancha y a la otra un jabón candado. A mí me encantaba escuchar la historia de ese día en que ella estaba planchando y llegó un primo y una vecina contagiados por el alboroto de la calle, por la algarabía de los entusiastas.

-Elia, ¿pero qué tú haces planchando, muchacha? ¿Tú no sabes lo que está pasando?

Y con la misma el primo le desconectó la plancha de su único enchufe y le puso la radio.

-Elia, ¡vamos! ¡Hay que salir a la calle! ¿No escuchas lo que está pasando afuera? Llegaron los revolucionarios. Elia, se acabó la dictadura, ¡llegó Fidel!

El primo salió corriendo como mismo entró, llevándose a la vecina y su emoción con él.

Mi abuela, otra vez sola en la habitación, desconectó la radio de su único enchufe y volvió a poner su plancha. Y siguió planchando, con un escepticismo sabio. El más hermoso defecto de mi abuela consistía en no creer.

Mi abuela era esa persona que me preguntaba hasta cinco veces en un mismo día si la quería. Mi abuela era esa persona que afirmaba hasta cinco veces en un mismo día que yo no la quería. Mi abuela era esa persona que solo conocía, de la vida, el esfuerzo del trabajo. Mi abuela era esa persona que vivió dos dictaduras, sin descanso, sin la emoción de un receso, porque nunca creyó.

Cuántas veces tenía que tragar en seco, con mi estómago aburrido, medio vacío e infantil, viendo el dedo índice de mi abuela, con el que intentaba mostrarme el grosor de tal chocolate o tal golosina que ella pudo comprar con un centavo y que en mi vida yo había visto. Ella recordaba, no sé muy bien por qué, los precios, las medidas exactas, los colores del diseño de las envolturas, y el nombre de cada una de sus golosinas preferidas. Y tampoco sé por qué insistía en contármelo a mí, que poco de envolturas y colores y sabores conocía siendo una adolescente en los 90s.

Mi abuela vivía así su resistencia. Nadie ni nada podría ser mejor. Aunque lo de antes fuera luminoso para algunos y no para ella, al parecer lo prefería.  Mi abuela meciéndose en su sillón era la principal “enemiga” de la revolución. No había forma de que pudiera ver la imagen de “tu amigo”, como ella decía hablando en código, en un televisor o una foto: su indignación era tal que prefería irse a la cama aun cuando la noche no refrescara y fuera insoportable la idea de dormir con semejante sopor. Mi abuela era una persona pobre, malgeniada y trabajadora, que nunca creyó en héroes ni en revoluciones.

A veces siento un poco de pena por mi abuela, que ni en principio pudo darse el lujo de la ilusión de un porvenir. Ella se dedicó a protestar desde su sillón, a resistir desde allí. A veces pienso que mi abuela era un poco como Cuba, que pasó de mano en mano, de sistema en sistema, ignorada, burlada, sin que nadie le preguntase qué pensaba o qué quería ella para sí misma. Y así envejeció.

Cuba es mi abuela en su sillón y después en su lado del sofá, y después en su butaca. Los muebles van cambiando porque el tiempo los deshace y ella, recia, sólo envejece. Sigue en pie, pero se olvidó por qué está de pie, o por qué está sentada. Solo se dedica a resistir los ciclones, las medidas, los calores, la subida de los precios, la escasez, las muertes, la separación, los bisnietos que sólo conocerá por fotos. Resiste eterna, con la tristeza de quien entiende todo y dice nada.

El significado de la palabra resistencia es variado. Entre las acepciones se encuentra: 

Resistencia, acción de Resistir:

Mantenerse [alguien o algo] en un estado determinado durante cierto tiempo.  ¿Cuánto tiempo será cierto tiempo? A mi abuela no le alcanzaron sus 95 años.

Oponerse [una persona], con fuerza y vehemencia, a hacer, permitir o consentir algo. Quitar la vista del televisor, molesta, e irte a dormir indignada, al parecer no era suficiente.

Sufrir un padecimiento físico o moral, o a una persona que lo causa, sin dejarse vencer por él y, a menudo, sin quejarse o tratar de evitarlo.

Y finalmente encuentro este significado que me desborda, que me hiere en mi inercia. Mi abuela ya estaba cansada de trabajar desde sus seis años montañas de ropa de clase media, y a pesar de que nunca creyó, se mantuvo firme en su no creer. Pero nada más. Ella, siendo honesta conmigo misma, poco podría haber hecho.

Siento que este significado último es el resumen agrio de la historia de mi abuela, y de la Cuba de los últimos 60 años. Y encuentro entonces que la palabra resistencia, muchas veces usada para realzar la entereza de las luchas, puede entenderse también hacia el lado contrario. Que en la resistencia la fuerza se agota y termina debilitándose si no se convierte en otro tipo de esfuerzo. Si la resistencia se mantiene como tal, sería como aceptar ser la válvula de escape escandalosa que termina apagándose, esperando un estallido que nunca se dará, pues para eso son las válvulas, para dejar escapar en pequeñas dosis —ruidosas sí, pero inofensivas— pequeñas porciones de gritos de libertad abaratados. Si la resistencia perdura, estamos manteniendo el estatus que supuestamente queremos romper. La resistencia debería ser un estado de no permanencia, si no, deviene simplemente en Normalidad.

Resistencia no. Disidencia.

Hoy es 31 de diciembre de 2020, faltan unas horas para que empiece otra vez todo, para que otra vez llegue ese día en que mi abuela conecta su plancha y como primer acto de resistencia sigue planchando.


Texto ganador (compartido) del concurso Qué pasa Cuba


El humor gráfico y las caricaturas en la prensa cubana: 1952-1959

Luis García Fresquet

El humor gráfico y las caricaturas en la prensa cubana, de Luis García Fresquet, constituye un breve recorrido por el intrincado y controversial mundo de la caricatura editorial, comenzando en 1952-1958 hasta llegar al humorismo en la prensa cubana actual.

El autor nos remite a la prensa de la República y compara el derecho y ejercicio de la libertad de expresión en la sátira y el humor de las caricaturas publicadas en la etapa republicana con las impresas en la prensa socialista:

Entre el turismo y el Covid 19, ¿la disyuntiva cubana?

A pesar de que los reportes del régimen cubano no son confiables, sobre todo en materia de salud pública -el castrismo suele alardear mediáticamente de sus logros en este apartado a manera de justificación política-, y los resultados negativos en este sentido suelen minimizarse u ocultarse en Cuba, desde allí se reportaron esta semana, oficialmente, «405 nuevos casos de COVID-19 para un acumulado de 17 501 confirmados desde marzo de 2020».

Así lo estableció un informe del doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), aparecido en Cubadebate.

Por otro lado, según The Miami Herald, «La Habana volvió a cerrarse el jueves pasado, cuando Cuba experimenta su peor brote de coronavirus desde que comenzó la pandemia, un repunte que las autoridades atribuyen a la llegada de viajeros internacionales».

«La decisión se tomó después de casi una semana de cifras récord de nuevas infecciones diarias, con más de 1,500 reportadas desde el lunes, así como siete muertes», explicó el reporte de Nora Gámez.

«Las escuelas cerraron sus puertas y a las 7 p.m. y se ordenó el toque de queda como parte del nuevo esfuerzo para detener el contagio. El Aeropuerto Internacional José Martí permanecerá abierto, pero el acceso por carretera a la capital está restringido», según el diario Tribuna de La Habana.

Dado que el aumento de contagios es atribuido por el oficialismo «a la llegada de viajeros internacionales», y que el turismo es uno de los principales motores financieros de la depauperada economía cubana, el castrismo tiene un difícil reto ante sí.

«Cuba estaría en capacidad de inmunizar a la población cubana contra el virus SARS-CoV-2 en el primer semestre de 2021», había declarado Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, a fines de diciembre pasado. Pero, ya avanzado enero, no se vislumbra una luz al final del túnel.

Soberana 02, la supuesta vacuna cubana, «debería comenzar su fase III (medir eficacia y protección en miles de personas expuestas al virus), sin haber concluido la actual II (que comprueba seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad en cientos de personas)», señaló el diario Deutsche Welle.

«Será necesaria también la aprobación de su uso de emergencia para grupos priorizados sin concluir la fase III (…) para luego de que se consiga alcanzar los 1,000 voluntarios vacunados que se proyectaron» para este mes de enero, apuntó el mismo periódico.

Otro problema, advirtió Vérez Bencomo, es el de conseguir «los insumos necesarios para vacunar: agujas, jeringuillas, etc., cuya demanda y precios se han disparado también en el mercado mundial».


La poesía, dama de la pureza

Cada día más en este mundo globalizado, pragmático, tecnologizado, farandulero, todo se convierte en mercancía; desde un parto de quintillizos hasta un nuevo empaste en la cuarta muela de un actor de Hollywood  —hablando en este caso de las mercancías que fabrican los medios de difusión.

El arte no es mercancía. No debería serlo. Pero hoy sería difícil hallar a más de tres creadores —incluidos los de casi todas las disciplinas— que no deban aceptar o imponerse, al menos, una concesión, por muy mínima que esta sea, para poder ir adelante con su obra o mantenerla en un nivel de atención ideal.

En el terreno de la literatura, se hace difícil encontrar un escritor novel que, al menos, insinúe aquello que hace tiempo se ha definido como estilo. Si atendemos a la mayoría de las obras más promovidas, y aun las que han recibido premios importantes (en honor y en metal), comprobamos en ellas falta de audacia tanto en argumentos como en forma. Se advierte en esta mayoría un marcado ánimo de cumplir con el mercado, con la ideología imperante, con el lector promedio rastreado en los bancos de datos.

Hoy escasean los textos que propongan lo novedoso en las maneras de expresión o que ataquen algunos segmentos —siquiera los más tontos— de la moral establecida. Entre los elementos que más se han “congelado” están el lenguaje y las estructuras narrativas en general. Hay un onda —que tiene su nutriente en los bloqueos editoriales a partir de la mercadotecnia— cuyo credo básico es un lenguaje light y una estructura igual. La asepsia, el comedimiento, la circunspección prevalecen en estas obras. Es decir, el asunto es vender. Y es además ser conocido, famoso (si bien efímeramente —en lapso más breve, más largo—, porque finalmente, el verdadero arte es el que sobrevive).

Pero lo cierto es que lo dicho hasta la línea anterior le atañe sobre todo a los novelistas. Porque la novela, hoy día, es la mayor, si no la única, verdadera mercancía de la literatura. O sea, la novela es la que se vende. Por una u otra razón el lector —de literatura— gusta de la trama que se enreda, que se aclara, que retoma y continúa. Y gusta de identificarse con el personaje, punto esencial de la novela.

En algún momento se creyó que el cuento —por su brevedad, que generalmente permite consumirlo de un tirón, y por ser un género que se ocupa más de lo que ocurre que de quienes hacen que ocurra— sería el género por excelencia luego de su florecimiento, sobre todo al final de la primera mitad del siglo XX. Mas no fue así. En conclusión, el lector continuó el mismo camino: el camino de los personajes de novela.

De modo que el cuento, si bien ganó adeptos en la segunda mitad del siglo pasado, y como expresión literaria ha avanzado considerablemente al recibir sustanciales aportes de sus creadores, no es El Género.

¿Y la poesía? La poesía no se vende. Esa sí que no se vende (salvo muy pocas y a veces honrosas excepciones). Por cientos pueden contarse los poetas que deben aplicarse una edición de autor para ver sus libros publicados, lo cual es deprimente. La mayoría de las editoriales —sobre todo las más poderosas— no tienen absolutamente nada que ver con la poesía. Más bien la detestan por insolvente.

Y, paradójica, tristemente, el hecho de que la poesía no se venda es lo que la mantiene en un estado de pureza —a ella y a los poetas— que ningún otro género literario podría proclamar para sí. O sea, el poeta viene siendo aún el más libre de los escritores. La poesía, dama de la pureza.

No hace mucho nos llegaba una esperanzadora noticia desde España: se llevaban a cabo  lecturas de poemas, por sus propios autores, que eran atendidas por buena cantidad de espectadores.

Pero la alegría duró poco: se trataba de ditirambos bien recitados o declamados.

Al menos que yo sepa, nada se ha dicho en los últimos lustros acerca de si se mantienen aquellas lecturas que poetas rusos —entonces soviéticos — realizaban en teatros y otros sitios.

En México existen grupos de poetas que llevan la poesía a las calles —bares, restaurantes incluidos—, mediante sus propias voces. Mas, tal vez tengan razón quienes opinan que el quid está en atraer el público adonde el poema; no lo contrario.

No lo contrario, porque la poesía, es cierto, tiene la ventaja de que además de lectura, resulta goce para el oído.

Y ahí podría estar la diferencia: se necesitan menos esfuerzos para escuchar que para leer.

No es de extrañarnos entonces que sea posible reunir a un público determinado para escuchar poemas. Sin embargo, esto de ningún modo significa que los escuchantes compren el libro  que corresponde a las obras escuchadas; y lo mismo suele ocurrir con quienes han degustado grabaciones con poemas.

Otra ventaja para el poema al oído, es que este puede disfrutarse —en alguna medida— mientras se conduce un auto o se realizan ciertas tareas manuales.

Entonces, ¿tendrán los poetas que convertirse en una suerte de juglares del siglo XXI?

Si así fuera… ¿cuántas plazas harían falta para darles empleos a tantos poetas que no logran vender sus libros?

Y otra interrogante: ¿no se autocensurarían los poetas debido a un público que, en virtud de que paga sus boletos, exige de algún modo lo que le gustaría oír, no lo que decida el poeta; y así la poesía dejaría de ser Dama de la Pureza? Quién sabe.

Y otro detalle: Solamente lo que no tiene demanda se mantiene puro. ¿Será?


El punto de quiebre en la cultura cubana

Son muchos los que, ajenos al mundo del arte, aún se preguntan qué es en realidad el Movimiento San Isidro (MSI), a quién representa y cuánto de cierto hay en la versión del oficialismo sobre el reducido grupo. Para algunos, no es más que un pequeño gremio de artistas irreverentes que con performance, poesía, danza, narrativa o canciones, han sacudido los cimientos de un régimen arcaico, que se desmorona como los inmuebles de La Habana Vieja. Para otros, sobre todo los que aún se empeñan en erigirse en comisarios literarios, una falange de marginales sin oficio que tiene como único propósito desestabilizar un sistema que, a sus 61 años, todavía busca su centro de gravedad. Pocos sospechan que el MSI no es más que el punto de quiebre de un antagonismo que se ha venido gestando en el vientre de la cultura cubana. Una fractura generacional agudizada por realidades, conceptos y verdades diferentes. La franja donde confluyen dos placas tectónicas continentales.

Entre dientes, o con la prudente sutileza de una mirada, se dice y podríamos decir hasta se conspira en los talleres, casas de cultura, ferias del libro o festivales literarios. Hacía tiempo la cultura se había convertido en un foco de oposición peligroso, pero demasiado subjetivo, clasista y sutil como para preocupar y ocupar el tiempo de los agentes del régimen. El MSI cambió el nivel de percepción de riesgo. La propia «vanguardia revolucionaria del arte», con la que el oficialismo define a la AHS y la UNEAC, ha dejado de creer en la viabilidad del modelo político, impuesto de manera arbitraria. Solo unos pocos trasnochados, que nadie y todos saben por qué, aún justifican la barbarie y el atropello que ha cometido y comete la nomenclatura pseudocomunista contra toda una nación.

San Isidro es la punta de un iceberg llamado libertad. La materialización del descontento genérico que producen la censura, el miedo, la represión, la criminalización del arte libre y la violación sistemática de los derechos civiles. Las úlceras que, en la epidermis de la sociedad, provoca la implosión emocional de vivir en un país donde un poema, una obra de teatro, una palabra mal puesta en los labios, o el mero ejercicio de los derechos, pueden costar el empleo, la cárcel o el exilio. 

El arte, y sobre todo los intelectuales, desde el mismo triunfo de lo que un día fue una revolución -probablemente junto a la iglesia- constituyen el sector que más ha sufrido las represalias del totalitarismo. «Dentro de la revolución, todo; contra la revolución nada». Así reza el epitafio en la lápida de la libertad artística troquelada por Fidel Castro, tras la velada fúnebre de aquel encuentro realizado con escritores y artistas en junio del 61. Al sepelio le siguió el culto fanático de unos, el ostracismo de otros y el exilio de los más afortunados. De la vorágine creada por el panteísmo ideológico en torno a la figura del caudillo, ni siquiera pudieron escapar comunistas de la talla de Pablo Neruda. Una carta firmada por casi todos los intelectuales cubanos, producto de su viaje a los EE.UU. tras la invitación a un congreso del Pen Club Mundial, creó un clima que tensó las relaciones del poeta chileno con muchos de sus amigos cubanos. El Nobel, en su autobiografía Confieso que he vivido, dedicó unas palabras al episodio, del que fueron protagonistas la mayoría de los artistas que integraban la UNEAC. Unos conscientes y otros de manera inconsciente. Culpó en lo particular a Desnoes y sobre todo a Roberto Fernández Retamar, a quien llamó adulador y arribista político y literario. Del resto, incluido su otrora amigo Nicolás Guillén, solo dice que se niega a volver a estrecharles la mano. Cuando en otro pasaje del libro habla de Guillén aclara «el bueno: el español», como para no dejar lugar a la duda. Sin embargo, en otro capítulo del libro se deshace en halagos hacia Fidel Castro, el verdadero y único responsable de la afrenta.

Así quedó fragmentada la literatura postrevolucionaria. Los hábiles y oportunistas se acomodaron, pese a la antipatía que muy en el fondo algunos sentían por la figura del dictador, como el propio Guillén, según nos cuenta Cabrera Infante en su libro Vidas para leerlas. Otros, se ocultaron en sus casas o se escondieron en el fondo de su clóset, hasta que murieron lóbregos y olvidados, por no decir despreciados.  Así ocurrió con Virgilio, a quien ni siquiera en su lecho de muerte se le permitió descansar en paz. Cuentan que al percatarse del creciente murmullo que se desató durante el velorio, los arlequines de la Seguridad del Estado, disfrazados como siempre, miserables y cobardes, entraron a la funeraria y cargaron con el féretro del dramaturgo. Abrazaron la caja como al Gryphius de Borges y salieron raudos, ante el asombro de los presentes, desapareciendo con los restos de Virgilio Piñera. Eran aquellos los últimos tiempos de ese carnaval del terror mal llamado por muchos Quinquenio Gris. Para unos fue un lustro. Para otros, fue media vida. Solo los de la estirpe de Arrufat llegaron a ver la luz al final del túnel. Unos pocos, quizás los más desdichados, como Reinaldo Arenas o Calvert Casey, jamás lograron curarse del daño que causó en ellos aquel ríspido periodo de la historia. Curiosamente este último escribió -lo que ahora podríamos decir de manera profética- un poema llamado “San Isidro”, donde dice en algunos de sus versos:

«Un mes en San Isidro

y ya se puede dormir para toda la vida

en un campo de batalla dos días después.»

En aquel entonces, ni él ni nadie podía imaginar que precisamente aquel barrio pobre y de gente marginal se convertiría más de medio siglo después en un apéndice de la manigua, donde los ideales seguirían siendo los mismos, pero las armas serían el arte.

Una vez terminado aquel periodo neolítico de nuestra historia, la tierra se enfrió y comenzaron a desaparecer los dinosaurios. Tras la caída del campo socialista europeo, se hizo imprescindible comenzar a dar una imagen de democracia. El deshielo en el campo de la cultura llegó acompañado de la paulatina rehabilitación de muchos de los proscritos. Pero la oruga en que el totalitarismo había convertido al arte, comenzó a hacer metamorfosis. Se abrió la puerta de una que otra verdad y arrojó un poco de luz sobre la oscura historia de la cultura. Entonces ya nada fue igual. El silencio se convirtió en un acto de oportunismo para unos, y de complicidad para otros. Desde que se destapó la pandora del estalinismo cultural y su realismo socialista en Cuba, se le ha hecho muy difícil a un intelectual no terminar por convertirse en disidente. Que muchos no lo digan de manera pública, no quiere decir que en la intimidad de su corazón no lo sean. Casi todos odian, escupen, maldicen y desprecian en su cabeza a eso que, de una forma u otra, la propia inercia con que se mueven las instituciones todavía los impele a adular. No he visto sitio en Cuba donde la hipocresía sea un acto tan deliberadamente cínico y vulgar como en el mundo del arte.

Sin duda alguna, los sucesos del MSI y el 27N sentaron un precedente que dividirá el panorama cultural de la Cuba totalitaria en un antes y un después. Es el punto de ruptura entre lo nuevo y lo viejo. Como bien dijo Bertolt Brecht, «la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer.» Aunque en el 2020 lo viejo aún no muere del todo, las contracciones de una juventud ávida de cambio están anunciado que se acerca la hora de dar a luz a una nueva generación. Y que no es precisamente un corazón lo que está pariendo nuestra era, sino la dolorosa y casi siempre traumática libertad.


Primer lugar compartido del concurso Qué pasa Cuba


¿Quién no es traidor en Cuba?

El pueblo cubano quiere un cambio. O mejor dicho: el pueblo cubano necesita un cambio. Ese que debió suceder en 1994 y que —a diferencia de checos y rumanos— no supimos conquistar nosotros mismos. En consecuencia, nuestro pueblo se ha visto relegado a mendigar su libertad a los pies de los dirigentes. Una y otra vez, el pueblo ha acudido a las vías legales establecidas por esos mismos dirigentes: ha escrito cartas, enviado quejas, visitado ministerios… incluso ha recogido y presentado miles de firmas a la Asamblea Nacional. Sin embargo, el pueblo ha sido “peloteado” sin misericordia cada vez que ha intentado ir por las rutas convencionales, y ha sido silenciado cuando ha propuesto en público sus alternativas.

Por mucho tiempo ese mismo pueblo creyó en la honestidad de su gobierno, pero su gobierno no hizo más que cerrar todas las puertas. En 1961 Fidel Castro se reunió con un grupo de artistas en la Biblioteca Nacional para decirles —en resumen— que si su arte no era “revolucionario” no tenía derecho a existir. Aun así, otro grupo de artistas, casi 60 años más tarde, dio su voto de confianza al poder y se reunió para dialogar con el gobierno; pero el gobierno una vez más les dejó claro (no con palabras, sino con tánganas y operativos policiales) que no le interesaba dialogar. El poder nuevamente se burló de los artistas. “Con la Revolución, todo” —incluyendo los gritos y los golpes. “Contra la Revolución, nada.” —ni la poesía, ni el futuro.

El pueblo cubano quiere que le escuchen. O mejor dicho: el pueblo cubano necesita que le escuchen. Pero hay una pared que nos divide a los unos de los otros; que nos separa más allá de lo geográfico e impide que nos hagamos escuchar: nuestra incapacidad de respetar las diferencias. En Cuba —y donde quiera que haya un grupo considerable de cubanos— es difícil que alguien diga que no está de acuerdo con la mayoría, y que esa mayoría respete su elección. Nuestra falta de tolerancia se nota lo mismo en campos y ciudades que en estadios y universidades. Y desde luego, también en la manera en que defendemos nuestra posición política. La miseria, la falta de información y el adoctrinamiento han contribuido a que desarrollemos un odio irracional a todo aquel que no piense como nosotros.

Pero esto no viene de ahora, ni surgió de la nada en 1959, ni reposa debajo de una piedra. Todo ese odio viene de mucho más atrás; es muy común en nuestra historia y Fidel Castro constituyó su clímax.

Si nos ponemos a analizar, nos damos cuenta de que ese mismo comportamiento agresivo e intolerante de los partícipes en los actos de repudio, golpeando y gritando “que se vayan” a los que piensan diferente, es el mismo, sádico, de aquellos voluntarios cubanos pidiendo a gritos la muerte de los estudiantes de medicina en 1871. La misma histeria, ciento cincuenta años después. En 1871 los “traidores” eran los estudiantes de medicina. En 2020 son los del Movimiento San Isidro.

Si nos parece exagerada esta comparación, invito a remitirnos a la frase “Machete, machete, que son poquitos”, recién publicada (y eliminada a posteriori) por el medio oficialista Cubadebate, aludiendo muy retorcidamente a sus enemigos ideológicos. Si no ha habido machete, es porque ahora —gracias al internet— no pueden darse el lujo. Ahora sus métodos no son tan radicales; ya no te fusilan, pero sí fusilan tu reputación. Y hacen creer al pueblo que tu existencia constituye una amenaza a su propia identidad.

Resulta que desde el período colonial cada gobierno despótico ha llamado “traidores” a los que le llevan la contraria. Fue así cuando los bayameses desafiaron las restricciones económicas de la metrópoli a través del comercio de contrabando (o enriquecimiento ilícito) entre los siglos XVII y XVIII, y cuando los vegueros (cuentapropistas) se sublevaron en Occidente contra las leyes que les impedían vender sus productos por la libre,en 1717 y 1723. Luego se fueron sucediendo una serie de conspiraciones antigubernamentales —probablemente “pagadas por la CIA”— que fraguaron en el comienzo de las luchas por la independencia, de mano de dos grandes “traidores” a su “Madre Patria” (España), a la que tanto le debían: Francisco Vicente Aguilera y Carlos Manuel de Céspedes.

De más está decir que para el gobierno de aquella época los mambises no eran más que una partida de bandidos alzados para crear desorden; y que en los periódicos no faltaban caricaturas pintándolos como los peores elementos de la sociedad. ¿Y para qué hablar de lo que pensaba ese gobierno de Martí? Martí era considerado un revoltoso, un vendepatria y un traidor. Por eso estuvo en el presidio: por llamarle apóstata a Carlos de Castro y Castro, compañero suyo que se unía a los voluntarios españoles. O sea, que para José Julián servir al poder opresivo era la verdadera traición a la patria. Más tarde ese poder haría correr rumores sobre un supuesto alcoholismo con tal de desacreditarle, y luego le llamaría mercenario por recaudar dinero en Estados Unidos para la Guerra del 95. (De más está decir, también, que nuestra independencia fue en gran medida financiada desde el exterior… pero mejor ni entrar hoy en ese tema.) El hecho es que todos los que alguna vez han disentido de un poder autoritario han sido degradados a agitadores, mentirosos, terroristas, mercenarios, vendepatrias, y traidores. Fue el caso de Céspedes, Agramonte, Martí, Huber Matos y Oswaldo Payá; pero también el de Galileo Galilei, Darwin, Gandhi, Mandela, y Martin Luther King Jr. Todos fueron apestados sociales: a todos se les trató de silenciar con el estigma del “traidor”. Y sí, fueron traidores. Sobre todo al abuso de poder de sus gobiernos, y a las ideas que les restringían su libertad de pensamiento y expresión.

Aunque nos parezca mucho, sesenta años no son nada en la historia de un país. De aquí a un tiempo se verá con claridad lo que gran parte del pueblo cubano de hoy no estaba capacitado para ver; y se juzgarán las acciones del régimen actual como mismo hemos juzgado las de los regímenes anteriores. Pero para eso Cuba necesita un cambio. Y ese cambio comienza por nosotros. Debemos ser distintos de lo que criticamos, para enseñarle al pueblo “enardecido” y a las masas “espontáneas” —o al verdadero pueblo, que se esconde temeroso detrás de la pantalla de un dispositivo móvil— que somos más educados, más creativos y más valientes que el poder.

Decía Unamuno que para vencer hay que convencer. Pues que siga el poder “venciendo” con sus conquistas y victorias, que nosotros seguiremos convenciendo con verdades. Y que nos llamen traidores si desean. ¿Quién no es traidor en Cuba?


Primer lugar compartido del concurso Qué pasa Cuba


‘El hombre con la sombra de humo’, de José Hugo Fernández

Ya en Amazon El hombre con la sombra de humo, de José Hugo Fernández, Premio de Narrativa Editorial Hypermedia 2020.

«Por el camino de la imaginación con tintes fantasmagóricos, de las citas literarias entrecruzadas, del misterio y el fetiche cultural, esta nouvelle impone su autoridad desde las primeras páginas», apuntan sus editores. «La escritura, de un ritmo y un tono sumamente eficaces, sigue un rastro de sangre y deja al final un saldo curioso de preguntas. ¿Vampiros en La Habana? ¿En Miami? ¿Agentes de la CIA? ¿Espectros? ¿Una secta secreta? ¿Locos y carceleros? ¿La verdad tiene la estructura de la fantasía? ¿Quiénes son los ‘enemigos del pueblo’?»

Un libro premiado por Jorge Enrique Lage (presidente), Alberto Garrandés, Carlos Manuel Álvarez, Jorge Ferrer, Mabel Cuesta, Martha Luisa Hernández Cadenas y Orlando Luis Pardo Lazo.

Cuba, país patrocinador del terrorismo

Aunque sumamente tardía luego de cuatro años de presidencia, hay que celebrar la decisión de la administración Trump de regresar a Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo. “El régimen castrista debe acabar con su apoyo al terrorismo internacional y con la subversión de la justicia estadounidense”, declaró este lunes el secretario de Estado, Mike Pompeo, en un comunicado.

Cabe recordar que Cuba es un Estado terrorista desde 1959, y en varias direcciones:

a) Practica minuciosamente el terrorismo de Estado contra sus propios ciudadanos

b) Acoge en su territorio a criminales estadounidenses y terroristas de otros países

c) Exporta su modelo de terrorismo de Estado desestabilizando sistemas democráticos en naciones subdesarrolladas o en vías de desarrollo (caso de Venezuela, país más represivo del hemisferio ahora mismo) o atacando a diplomáticos en su propio territorio

d) Trafica armamento con países terroristas, o relacionados con el terrorismo, como Corea del Norte o la propia Venezuela 

¿Secuestrar a un ciudadano norteamericano, Alan Gross, que ayudaba a los cubanos a conectarse a Internet en la Isla, y pedir a cambio de él la liberación de cinco espías que se infiltraron en bases militares en Estados Unidos y fueron cómplices del asesinato en el aire de aviadores civiles, no constituye terrorismo de Estado? Salvando los detalles escenográficos, ¿no es lo mismo que hacía ISIS?

En La Habana dejaron sordos y medio sordos a varios funcionarios norteamericanos y sus familiares. El ataque auditivo contra los diplomáticos estadounidenses, y canadienses, que comenzó a finales del año 2016, ¿no es acaso terrorismo?

La lista de actos terroristas, y de apoyo al terrorismo internacional del régimen cubano, resulta demasiado extensa como para ser resumida en un solo artículo.

El castrismo llegó al poder practicando el terrorismo y no puede más que aterrorizarse ante la posibilidad de perderlo, de pagar por lo que ha hecho durante 62 años. El castrismo es El Terror por partida doble: porque lo difunde y porque lo padece. Es decir, porque sobrevive aterrorizado ante la posibilidad de que algún día tenga que responder frente a la justicia.


‘Qué pasa Cuba’, los ganadores

El concurso ‘Qué pasa Cuba’, convocado por el proyecto Puente a la Vista y las revistas Palabra Abierta y Otro Lunes el pasado mes de diciembre, dio a conocer este 11 de enero sus resultados.

“Cada autor concursará con un único texto sobre la actualidad cubana en el contexto de la lucha del Movimiento San Isidro y en general de la sociedad civil y la cultura independiente contra el totalitarismo imperante en Cuba”, habían pedido los organizadores. El texto, original e inédito, debía tener una extensión no menor de una cuartilla de 30 líneas, ni mayor de tres.

Tras evaluar los trabajos recibidos, el jurado, compuesto por los periodistas e investigadores Anamelys Ramos, Lien Carrazana, Jorge Enrique Rodríguez y Amir Valle, determinó cinco premios en lugar de los cuatro anunciados en las bases. El primer  lugar resultó compartido.

Ganadores

Primer premio compartido. Justo Antonio Triana (Camagüey, 2001). Poeta y ensayista. Estudiante de 12 grado en Nottingham High School, Syracuse. Ha publicado artículos en Hypermedia Magazine, La Hora de Cuba, Árbol Invertido, Havana Times y Deinós Poesía. Actualmente reside en New York. Fragmento de su texto  ¿Quién no es traidor en Cuba?:

“Resulta que desde el período colonial cada gobierno despótico ha llamado ‘traidores’ a quienes le llevan la contraria. Fue así cuando los bayameses desafiaron las restricciones económicas de la metrópoli a través del comercio de contrabando (o enriquecimiento ilícito) entre los siglos XVII y XVIII, y cuando los vegueros (cuentapropistas) se sublevaron en Occidente contra las leyes que les impedían vender sus productos por la libre, en 1717 y 1723”.

Primer premio compartido. Eduardo Clavel Rizo (Santiago de Cuba, 1991). Ha recibido el Primer Premio del concurso Luisa Pérez de Zambrana de poesía (2018) y el Tercer Premio del concurso Ángelus de poesía (2019), entre otros reconocimientos. Sus poemarios Epigramas de amor, desamor y erotismo, Am(o)rales y Herencia de la ruina, pueden adquirirse en Amazon. Fragmento de su texto El punto de quiebre en la cultura:

“Como bien dijo Bertolt Brecht, ‘la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer’. Aunque en el 2020 lo viejo aún no muere del todo, las contracciones de una juventud ávida de cambio anuncian que se acerca la hora de dar a luz a una nueva generación”.

Jorge Luis Águila Aparicio (Cienfuegos, 1967). Poeta,  crítico literario y narrador. Su obra ha sido publicada en Cuba, Estados Unidos, México, España y Australia. Fragmento de su poema Tren de regreso:

Tren de regreso, lo oscuro

en San Isidro me vela.

[Un testaferro devela

ingenuidades a un muro].            

Tren de regreso, conjuro,

vieja muralla: una puta.

Cigarro al piso, disputa

entre el héroe, su vacío.

Carta que doblo y envío

a esa voz que me refuta.

Ariel Maceo. Escritor, fotógrafo, poeta. Ha participado en más de una docena de exposiciones colectivas fotográficas dentro y fuera de Cuba. Columnista en ADN Cuba. Publica artículos en espacios como Havana Times, Árbol Invertido, Puente de Letras y Chiquilla te quiero, entre otros. Coordinador del grupo de poesía Demóngeles, tiene varios libros publicados. Reside en La Habana. Fragmento de su texto La Cuba que heredamos:

“Una constitución a la que le dijimos No más de un millón de cubanos, otros 700 000 se abstuvieron y a la que también le hubieran dicho No los casi 3 millones de cubanos que andan por el mundo. Una carta magna que solo sirve para perpetuar el poder de un régimen que agoniza mientras trata de resistir a un enemigo fantasma. Es jodido que esta sea la Cuba que heredamos”.

Olivia Manrufo (La Habana, 1985). Graduada en Teatro por la Escuela Nacional de Arte, ha recibido importantes premios de actuación. Reside en Lima desde el año 2012. Forma parte del grupo de profesores de la Escuela de Danza Terpsicore. Fragmento de su texto Resistir o la acción de vivir como quien muere:

“Si la resistencia perdura, estamos manteniendo el status que supuestamente queremos romper. La resistencia es un estado de no permanencia, si no, deviene simplemente en Normalidad. Resistencia no. Disidencia”.

Los trabajos ganadores aparecerán próximamente en el portal Puente a la Vista y otros sitios de asuntos cubanos.


Macedonio Fernández

Macedonio Fernández es otro de los grandes escritores latinoamericanos cuya obra, o bien olvidamos demasiado pronto o nunca llegamos a conocer debidamente. Por fortuna, ha ejercido una notable influencia entre escritores de su país, Argentina, gracias a Borges en no poca medida.

Esta breve pieza suya, extraída del libro Todo y nada, da cuenta, con magistral ironía, de la ingratitud humana.


Cómo comportarse en No-Ser

Lo primero para un ejercicio completo del no-ser está en trabajar en silencio en cosas útiles para la humanidad; lograr verdades y decirlas. Quien observe esto durante muchos años aun no tendrá ninguna otra fatiga para conseguir que nadie crea que ha existido.


Los acuartelados en San Isidro

Momento en que Anamely Ramos es arrastrada por agentes de la policía política en el barrio habanero de San Isidro (Facebook de Luis Manuel Otero)

Ya disponible en Amazon Los acuartelados en San Isidro, libro de Arsenio Rodríguez Quintana que recoge las crónicas de los sucesos en la sede del Movimiento San Isidro (MSI), de artistas independientes cubanos, desde el 9 de noviembre de 2020, cuando es detenido el rapero Denis Solís, hasta el 26 de noviembre. También lo acontecido tras el desalojo de la sede por la policía política, que termina en una protesta «de más de trescientos jóvenes artistas ante el Ministerio de Cultura pidiendo un diálogo».

Los acuartelados en San Isidro «relata por primera vez el impacto en las redes de casi todos los países de Europa y América donde los cubanos que residen en el exterior se han manifestado de forma continuada en estos dos meses, noviembre y diciembre del 2020, exigiendo más derechos en Cuba y libertades para la disidencia artística y política», apunta Rodríguez Quintana. «Además de declaraciones de acuartelados, de miembros del 27N y de artistas de renombre en Cuba que les apoyan, hay un repaso preliminar, aunque no completo, de las disidencias artísticas que se han sucedido en Cuba desde 1961 hasta 2021».

«Toda la segunda parte del libro es un recordatorio a personas o grupos de artistas que han exigido su derecho a manifestarse libremente», resume el autor. «Sin la colaboración de Iliana Hernández y Katherine Rodríguez, ambas acuartelas desde el primer día, este libro no fuera posible. Mil y una gracias por tener más valor que muchos».


Resultados del concurso ‘Empresario cubano’

Manuel Hernández, de La Habana, fue el ganador del primer premio de $1000 dólares del concurso Empresario Cubano convocado por el Observatorio Cubano de Conflictos y Apretaste!

El concurso consistía en aconsejar a Pepe Pérez, un ficticio cubano canadiense que quería invertir en una finca en Cuba para producir leche, queso, vegetales y frutas, con cuáles dificultades se tropezaría: ¿con el bloqueo interno o el bloqueo externo?

“¡Ay, Pepe! Te aseguro que en el desierto del Sahara te irá mejor con la inversión”. “Hermano, no te compliques la vida, no inviertas en este país”. “Compadre, no vas a ser dueño de las vacas. Váyase a Haití o a cualquier otro lugar a invertir”. Fueron algunos de los comentarios de los concursantes.

Este concurso contó con una participación inusualmente grande: 1043 trabajos de todas las provincias de la isla, siendo las de mayor participación Pinar del Río, Santiago de Cuba y Camagüey. El 39% de los participantes fue de menos de 30 años, aunque hubo de todas las edades. La concursante más joven, de 15 años, fue de la provincia de Villa Clara, mientras que el de más edad fue de Pinar del Río con 70 años. Se recibieron breves ensayos, PowerPoint, videos, poemas, cuentos, entrevistas, artículos y fotografías.

El 92% de los concursantes, 960, consideró que las dificultades que tendría Pepe Pérez para invertir serían provocadas por el bloqueo interno y un 89% aconsejó que no debía invertir en el país porque perdería su dinero.

Los concursantes se refirieron a las innumerables leyes que harían largo el proceso, la burocracia, la corrupción, los altos impuestos y concluyeron que el proyecto tendría pocas posibilidades de éxito. También mencionaron que no sería dueño de la tierra, solo la tendría en usufructo. Tampoco sería dueño de las vacas ni de la leche que éstas produjeran porque estaba obligado a venderla al Estado al precio que este estimara. Lo mismo ocurriría con las frutas y vegetales: tenía que entregar al estado el 90% de la producción.

Pepe ni siquiera podía tener las 100 vacas que se proponía. “El estado sólo permite la compra de una vaca por cada hectárea, y la cantidad de hectáreas también las decide el gobierno y casi nunca son aprobadas más de 20 hectáreas a ningún campesino, por lo que sólo podrías tener 20 vacas”, mencionó uno de los participantes.

http://www.observatoriocubano.com/2021/01/07/el-consejo-de-los-cubanos-a-pepe-perez-no-inviertas-en-este-pais/


Difícil año, luminoso año

Cada 6 de enero me celebro y me canto, como diría Walt Whitman. Es mi cumpleaños. Yo fui el regalo de Reyes de mi madre, aseguraba ella, «el único huevo que puso esta gallina vieja», me dijo cuando volvimos a vernos en Berlín, luego de 10 años separados por el destierro al que fui forzado por criticar esa idea abortada de futuro mejor por la que ella y mi padre estuvieron a punto de dar la vida antes de 1959. En la foto que encabeza esta nota, tomada por el joven periodista alemán Marvin Ivo, pensaba qué responder a una interrogante que muchos deben haberse hecho: «¿qué fue para ti este 2020?». Porque haber nacido en el mismo inicio del año te permite el privilegio de evaluar años casi redondos, completos.

Difícil año, hay que decirlo. Perder amigos es arrancarte tiras del pellejo. Y el COVID y el cáncer y los suicidios por la crisis universal se encargaron de recordarme cuán frágil es la vida, cuán volátiles pueden ser las propiedades, cuán estúpido es depositar únicamente las esperanzas en las riquezas, en un trabajo o en una ideología, más si no tienes a Dios, si te falta Su promesa de estar contigo y de que tú estés siempre con Él. Aprendí a decir «te quiero» cada día, a mis colegas, a mis amigos, a mi familia, incluso a unos cuantos de mis enemigos. Y ya esa, en los tiempos de deshumanización que corren, es una enorme enseñanza.

Luminoso año, también hay que decirlo. En medio del caos, de las pérdidas sentimentales, de la inestabilidad mundial, del cenagal de confusiones sembradas por las teorías de las conspiraciones de todos los bandos y colores, de las absurdas guerras fratricidas por defender líderes o sistemas a los que sólo les importamos como votantes o corderos o tontos útiles, la paz de Dios me iluminó cada segundo y pude ver Su Gracia prodigándome bendiciones a manos llenas: enumerarlas, perdónenme, me resulta indecente e insensible, pues sé bien que millones de personas han tenido un año más que terrible, infernal. Lo más importante, eso sí debo decirlo: dejé de ser un apátrida (entiéndase alguien a quien las autoridades de su país se niegan a reconocer como ciudadano, negándole también todos sus derechos) y hoy tengo una nación poderosa, Alemania, que me respalda. Soy, dicho en simples palabras, orgullosamente alemán.

Así, y recordándome una y otra vez que camino junto a un Dios que lucha y vence por mí todas las batallas, beso a la mujer a la que debo todo lo que soy: Berta; recibo el abrazo de esos dos hombres de los que vivo orgulloso: mis hijos Toni y Lior; converso con mi madre que me observa desde la eternidad hace dos años; pienso en los amigos (los que han demostrado serlo de verdad, ellos saben a quiénes me refiero, estén en este mundo o ya no estén), y reverencio a ese viejo cascarrabias, mi padre, pese a que sigue creyendo en ese engendro por el que ahora mismo no puedo abrazarlo allá, en Cuba, esa isla que, lo he dicho, viaja conmigo a todas partes y es, a la vez, mi bendición y mi cruz.


Silencios atravesados en la garganta

Victor Manuel Domínguez, Lilliam Moro y Félix Anesio en el II Festival Vista de Miami

No me hubiera gustado ser amigo de Rimbaud, ni de Pound, ni de la Woolf o Pizarnik o Szymborska, cuyas obras van siempre conmigo dispensándome una compañía entrañable. La devoción por la literatura –que es mi único credo– me inhibe del acercamiento personal a los escritores, tanto como favorece mi apego a las creaciones de aquellos a los que admiro. Debe ser porque pienso que el ego desbordado, la vanagloria o la perenne e insana necesidad de reconocimiento no son buenos soportes para la amistad, ni siquiera para el disfrute del quehacer literario de quienes sufren esas taras.

Claro que puedo estar equivocado, pero el argumento sirve al menos para explicarme por qué tengo pocos amigos escritores. Y entre los que tengo, la profesión es detalle accesorio. No los busco, aun cuando a veces los encuentro. Tampoco creo que el asunto le interese a nadie más que a mí. De modo que si lo he traído a colación es sólo como introito para rendir cuentas a la memoria de Lilliam Moro, de la cual sí que me hubiese gustado ser amigo, no por su condición de gran poeta cubana, sino más bien a pesar de ello.        

Nos encontramos físicamente sólo en dos ocasiones. Pero bastó con el primer encuentro para que yo malograse la oportunidad de ser su amigo. De nada serviría entonces que me sintiera cautivado por su poesía desde aquel rudo verano habanero (creo que en la década de los ochenta), cuando alguien la desveló ante mis ojos como quien señala un OVNI, luminosa, lejana y un tanto inverosímil, debido quizás a su carácter de tema prohibido.

Las circunstancias que marcan el inicio de mi acercamiento a sus versos, más los versos mismos, de genio orive, brillantes y firmes, ajenos a toda verbosidad y a cualquier tipo de ornato que no emane de un personalísimo instinto embellecedor, me condujeron a distinguir inmediatamente a Lilliam como una poeta de rara casta. Incluso estuve a punto de creer que era extranjera. No porque fuese imposible hallar buena poesía cubana en esa época, sino porque la suya no se emparentaba con ninguna que yo conociera.

Poemas ahormados con sutil maestría para dar entidad a lo simple, o para descolgar a ras del suelo las más caras sensaciones y experiencias: “Desde una ventana abierta a la noche/todas las ciudades son iguales/cuando se espera lo que no vendrá”. Versos que comprimen sus néctares buscando equilibrio entre la elevación y el descenso: “La posteridad ha pasado de moda… todo cielo es inútil”. Símiles tersos, con giros que imprimen una muy especial delicadeza hasta en las pulsiones más hoscas: “No rompas el espejo que te pongo delante/porque en cada trocito habrás multiplicado/lo que no quieres ver”.

Las claves del estilo poético de Lilliam, ingénito, connatural, me ayudaron en alguna medida a comprender por qué era una extraña en su país y muy probablemente en cualquier otro. Encontré razonable entonces que sus versos y aun su nombre permanecieran fuera del alcance público en una isla cuyos estamentos culturales sufren por ley la imposición de lo simétrico y lo insulso. Más tarde iba a saber que en el exilio, aunque le fuera mucho mejor con su obra y aun cuando nunca le faltaran amigos fieles, tampoco lograría hallar su Ítaca. La patria de los poetas poetas es el éter, por mucho que insistan en reconocerse afincando raíces en algún rincón de la tierra. Son criaturas alígeras.

Transcurridas más de tres décadas luego de aquella aproximación inicial a sus versos, la vi por vez primera, en Miami, justo en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras, en Café Demetrio. Yo había leído ya casi toda su obra publicada, pero conocía muy poco sobre su persona. Este último detalle, junto a mi carácter sumamente distraído y a mis inexcusables poquedades en materia de relaciones sociales, propiciaron que al aproximarme a su mesa para comprar un libro que ella acababa de presentar, no le dirigiera no digamos un saludo de elemental cortesía, ni siquiera una leve mirada. Cuando tuve conciencia de la mala pasada en que incurrí, ya no estaba a tiempo de enmendarla. Y debo confesar que tampoco me hubiera interesado hacerlo si no llego a enterarme muy pronto de que la esencial transparencia de Lilliam como ser humano, su bondad, su sencillez y modestia, eran cabalmente proporcionales con su grandeza poética.

Al saberlo, decidí pasar por el apuro de disculparme con ella, enfrentando el riesgo de que me devolviese hielo por hielo. Pero no ocurrió así. Lilliam no recordaba el incidente, o eso me dijo. Tal vez ni siquiera había reparado en mi presencia aquel día del primer encuentro en la tertulia, aunque tuvo la delicadeza de no que confesarlo. Así que no me fue propicio el momento para dar cauce a los silencios que llevaba atravesados en la garganta. Tuve, en cambio, el privilegio de conversar a mis anchas con ella. La irradiación de sus pensamientos, agudos, reflexivos, serenos, muy en especial su manejo de la ironía, finísima y siempre a flor de labios, fueron un estímulo extra para que valorase cuánto me hubiera gustado ser su amigo. Mas la muerte se interpuso.

A no ser que tengan razón los físicos cuánticos respecto a la muerte, que no existe, según ellos, pues nuestra conciencia apenas abandona el cuerpo en forma de energía para pasar a un estado distinto, sólo Dios sabe dónde y bajo qué nuevas circunstancias. Si así fuera, no pierdo entonces la esperanza de llegar a ser  amigo de Lilliam. Quedaría por confirmar si ella está dispuesta a concederme otro encuentro, en conformidad con aquello de que a la tercera va la vencida, y además de acuerdo con que mucho mejor que en el paraíso de los hipócritas, ambos preferimos volver a vernos en el infierno de los justos.


‘El cancionero trascendental’ de Rafael Almanza

Ya disponible en Amazon, en papel y en formato Kindle, El cancionero trascendental de Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’.

«Siempre quise escribir canciones, pero en mis libros de juventud apenas hay alguna canción extraviada», apunta el autor en Facebook. «Escribí algunas más, prescindibles. En septiembre de 2007 lamentaba yo una noche otro verano perdido sin vacaciones. En fin, me dije, ya no me interesa ni siquiera el mar. En ese instante algo se disparó en mi conciencia».

«Estuve inmóvil y en silencio unos minutos, hasta que agarré el papel y el bolígrafo más cercano y escribí ‘Ni siquiera el mar’, canción infantil que integra ahora este volumen de 520 páginas».

«Son más de mil canciones», resume Almanza. «No sé cómo. Me atacaban de noche, en el sueño, en la siesta. Perdí unas cuantas por no levantarme de la cama. Llenan estos catorce cuadernos que integran el libro, para una variedad de gustos: existenciales, metafísicas, angélicas, satíricas, eróticas, sexuales, para niños, para las flores, las mujeres, los árboles, los animales. Todas, desde luego, para el Creador».


Biden y Cuba

En memoria de José Sorzano

El régimen de La Habana está desesperado. Pretende que Biden, cuando comience a gobernar, le saque las castañas del fuego. Venezuela está en la lona. La crisis no tiene fin y se agravará con cada día que pase. Las relaciones con Rusia no son buenas. Cuba no tiene dinero para pagarle a Moscú las obligaciones a las que se había comprometido tras la condonación de las nueve décimas partes de la deuda. La Habana comisionó a Ricardo Cabrisas para que le explicara a Rusia la mala nueva. Obviamente, el señor Cabrisas le echó mano a la excusa de la devastación dejada por el coronavirus y, claro, al socorrido embargo.

El problema coyuntural es la pandemia, pero el problema de fondo es el sistema. No funciona. No ha funcionado nunca en ninguna latitud ni con cualquier tipo de líderes. Es verdad que Fidel Castro era un caotizador, pero Stalin, Gomulka, Rákosi o Mao no lo eran y también fue un desastre.

Sencillamente, si se trata de crecer e innovar, no hay sustituto para el sistema de propiedad privada y mercado. Los chinos y los vietnamitas lo han demostrado otra vez. Es cierto que no tienen regímenes democráticos, y eso es una gran calamidad, pero al menos tienen desarrollo. Cuba carece de desarrollo y de libertades y quiere que otros le financien el desaguisado.

China tampoco es una fuente probable de ayuda. No parece interesada en irritar más a Washington. Además, como es un país muy viejo, y con buena memoria, sabe que ayer, en el siglo XIX, el emperador del Celeste Imperio le escribió a los reyes de España preocupado por el rumor de que en la lejana Cuba, entonces colonia española, los criollos se hubieran comido –literalmente– a un par de chinos. “Comerse a un chino por la trenza” no es, pues, una metáfora popular que denota el hambre habitual vinculada al comunismo, sino una triste historia real. O un rumor, pero ya sabemos que cuando el río suena es porque algo trae.

No creo que Biden muerda el anzuelo. Por lo pronto, tiene dos mensajes contradictorios sobre la mesa. Uno es de John S. Kavulich, el más viejo de los lobistas pro Cuba en Estados Unidos, en el que veladamente le promete el oro y el moro si levanta el embargo y las sanciones impuestas por Trump. Simultáneamente, le propone 15 nombres de otros tantos personajes de las finanzas o la política americana para servir de embajadores en Cuba, que deben ser más “negociadores” que diplomáticos.

El otro es de William M. LeoGrande (American University) y Peter Kornbluh (National Security Archives), dos viejos procastristas. Fue publicado en The Sun Sentinel y, desde el título, le advierten al presidente electo que “para la política hacia Cuba» el ‘dando y dando’ está condenado al fracaso. Lo que quiere decir es que se olvide de pedirle al gobierno cubano que abandone a Maduro o moderación en su política exterior, porque no se puede tocar ni con el pétalo de una rosa el tema de la soberanía cubana.

En realidad, Joe Biden no tiene que tomar una decisión precipitada en el tema cubano. Tiene todo el tiempo del mundo para ver cómo evolucionan las cosas. El régimen cubano es el que necesita desesperadamente a EE.UU y no al revés. USA puede sentarse a esperar y tener en consideración varios asuntos muy notables.

Primero, es cierto que, como le dijo John Kerry, excanciller de Obama, a Andrés Oppenheimer (CNÑ), el régimen cubano no había actuado como esperaba el presidente Obama a la apertura sincera que le ofreció su administración. Había arreciado la represión dentro de Cuba (encarceló, entre otros, a José Daniel Ferrer, un famoso disidente cubano extraordinariamente valiente).

Segundo, la situación en Cuba no es la misma que en diciembre de 2014, cuando se reanudaron las relaciones entre los dos países. Se lo dijo Eric Farnsworth, VP del Council of the Americas, a la periodista Nora Gámez en un artículo en The Miami Herald y en El Nuevo Herald. En el 2016, cuando Obama viajó a La Habana y pronunció un formidable discurso, le valió un ataque muy revelador por parte del castrismo.

Tercero, no todo lo que hizo Donald Trump estaba equivocado. Fue correcto mudar la sede diplomática a Jerusalén (como había prometido el Congreso), revisar el tratado con Irán y organizar el respaldo internacional a la oposición democrática venezolana. De la misma manera, castigar a los corruptos y a los violadores de los Derechos Humanos con sanciones personales tiene un amplio respaldo en el mundo entero y en la sociedad norteamericana. Al fin y al cabo, se iniciaron con Bill Clinton y luego siguieron George W. Bush y Barack Obama.

Cuarto, es legítimo que Biden trate de conquistar para el Partido Demócrata el Estado de Florida en las próximas elecciones con sus 29 votos electorales. Los hispanos son un tercio de los votantes en Florida. Es difícil que eso se pueda lograr sin el respaldo cubano, venezolano y nicaragüense. En ese sentido, las sanciones personales contra los violadores de los Derechos Humanos y los corruptos son medidas plausibles.

Quinto, diez presidentes antes que él intentaron el quid pro quo. Incluso el demócrata Jimmy Carter, le propuso al régimen cubano abandonar África a cambio del levantamiento del embargo. Pero en ese momento estaba vivo y mandaba Fidel Castro, el más tenaz de los gobernantes antiamericanos. Fidel ya no existe. Raúl casi tampoco, pero lo más importante es que en la Isla apenas hay defensores de un sistema radicalmente empobrecedor. El día 1 de enero de 1959, hace 62 años, se inauguró el comunismo en Cuba. Hay que ser un subnormal profundo para creer que ese sistema algún día redimirá al pueblo cubano.

En todo caso, un gran experto en las relaciones de USA y Cuba, me escribió algo que me dejó pensando: “Las medidas del trumpismo y otras anteriores se pudieran revisar unilateralmente a la luz de avances concretos, verificables e irreversibles en el proceso de reformas internas en Cuba, emprendidas por el gobierno cubano en el campo económico y de derechos civiles”. Antes me había dicho que el régimen, si quería abrirse, tenía una oportunidad dorada con el Movimiento San Isidro, un grupo de artistas y músicos que protestó por la represión de que era objeto. Sencillamente, la dictadura no puede ignorar a la oposición.

Por ahí, sospecho, van los tiros.


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Breves apuntes sobre la brevedad

1- Augusto Monterroso, artífice de la brevedad literaria, se encontró cierta vez con un presunto lector, quien le dijo que estaba leyendo una de sus obras, El dinosaurio, que es justo el más famoso microrrelato de la lengua española, con apenas siete palabras. A Monterroso le resultó gracioso aquello de que “estaba leyéndolo”, pero con toda su seriedad de jodedor nato, tuvo a bien preguntarle al lector si le gustaba. Ante lo que éste respondió: “Todavía no lo he terminado, pero hasta donde leí, me gusta”. Quizás la anécdota sea ficticia, pero sirve para ilustrar una verdad de Perogrullo: los malos lectores, por más que les abrevies un texto, no lo leen completo, y menos aún lo entienden.

2- Soy un resuelto partidario de lo breve, tanto en literatura como en periodismo. Siempre que lo breve no venga asociado con lo mediocre, lo escaso, la falta de enjundia. Tampoco suscribo aquella frase de Gracián, hoy convertida en tópico: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. ¿Por qué dos veces? Lo bueno es básico. Independientemente del espacio que ocupe. La brevedad, en cambio, es un accesorio. Y es relativa. ¿Breve con respecto a qué? ¿Podría afirmarse que El Dinosaurio, con sus siete palabras, es dos veces bueno, y La broma infinita, de David Foster Wallace, con más de mil páginas, lo es sólo una vez?

3- Pues de eso se trata: de lo breve según qué y cómo y para quién. Lo mismo en literatura que en periodismo. Sentirse obligado a ser breve a contrapelo únicamente por complacer a los malos lectores, y a los vagos y lerdos que ocultan sus limitaciones utilizando como argumento el apuro con que se vive hoy día, y amparándose en la dinámica que imponen al lenguaje los nuevos medios de comunicación, creo que conceder tal prerrogativa es algo que demerita al que escribe y menosprecia al buen lector.

4- Así como la amplia extensión no es sinónimo de profundidad y documentación, la brevedad resulta insuficiente por sí sola para cubrir los requisitos de un texto ya no eficaz, ni siquiera de grata lectura. Con demasiada frecuencia los 140 caracteres de Twitter son escritos macarrónicamente. Y no menos torpe suele ser la redacción de la mayoría de los best sellers, que por lo general sobrepasan las 300 o 400 páginas. Sin embargo, constituyen legiones los lectores de ambos soportes. Gente de nuestros días, con la misma dinámica de vida e igual falta de tiempo libre. A ver cómo encabuyamos ese trompo.

5-Claridad, concreción, precisión, amenidad, destreza para estimular el poder de análisis y entendimiento, así como la imaginación del lector, y también su disfrute. Creo que son algunos de los componentes que no deben faltarle al producto de quien escribe, sea como exitoso escupidor de mamotretos con gran demanda editorial, o como cronista para un medio digital de información. Lo demás será siempre lo de menos. El medio debe moldear a sus lectores tanto como el lector moldea al medio con sus demandas. Y si llegáramos a un punto (de miseria intelectual) en que esta balanza se fuera de un solo lado, el del lector, entonces habrá llegado también la hora de cambiar las reglas del juego para la prensa. Las variantes ya están previstas. Y ninguna contempla la desaparición del periodismo profesional, como presagian ciertos agoreros. Mientras quede una pizca de civilización sobre la tierra, existirán los medios profesionales de información, con sus breves notas, sus artículos y con sus columnas de opinión, que no precisamente por breves constituyen el plato fuerte de la gran prensa estadounidense hoy mismo.


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Puente de Letras 16: Editorial

El 17 de noviembre de 2020 el Movimiento San Isidro, de creadores independientes, convocó a un “susurro poético” en La Habana Vieja para exigir la liberación inmediata del rapero Denis Solís González, activista del grupo injustamente encarcelado por expresar sus ideas políticas. “Los habaneros están invitados a acompañarnos en la sede del movimiento, sito en Damas 955 entre San Isidro y Avenida del Puerto”, escribieron. “Aquí estaremos por varios días un grupo de artistas y amigos compartiendo nuestras obras preferidas, cantando, actuando e imaginando una Cuba más plena para todos. Queremos que se unan al susurro poético todos los que entiendan que, al exigir la liberación de Denis, estamos exigiendo también nuestra propia liberación”.

Cercados por la policía política, y tras serle interceptado un envío de alimentos, nueve de los quince miembros del grupo iniciaron una huelga de hambre el 18 de noviembre. Poco más de una semana después, tras varios episodios de terrorismo oficialista, la sede del movimiento fue asaltada por agentes de la Seguridad del Estado disfrazados de trabajadores de la Salud Pública, y los huelguistas y sus amigos detenidos y dispersados.

“El violento desalojo en la noche del 26 de noviembre, con acto de repudio incluido, de los 14 activistas prodemocráticos que se encontraban, desde hace varios días, en la sede del Movimiento San Isidro, exigiendo la liberación del rapero Denis Solís y el cierre de las tiendas en moneda libremente convertible (MLC)”, volvió a poner en perspectiva “la impunidad del Estado cubano en el uso de la fuerza contra sus críticos”, escribió el periodista Jorge Olivera. “Previo a la acción en la que participaron fuerzas combinadas de la policía política, agentes del orden y brigadas de respuesta rápida, fue interrumpido el acceso a las redes sociales en al menos una parte del país, lo cual desató las alarmas de las personas allí reunidas, cuatro de ellas en huelga de hambre”.

Un asalto gubernamental desesperado que tendría consecuencias inéditas el día después, cuando cientos de jóvenes escritores y artistas se congregaron frente a la sede del Ministerio de Cultura para exigir, cómo no, la liberación de Solís y el cese de la violencia contra la creación alternativa en Cuba. Había surgido sorprendentemente, tras una demostración tan novedosa como aterradora para el Poder, el movimiento 27N. Porque, más allá de las naturales diferencias de criterio en torno al alcance e interioridades de la manifestación de ese viernes, en El Vedado, resulta innegable que el evento marcó pautas en cuanto a capacidad de movilización de la cultura independiente en la Isla y como desafío ciudadano al régimen totalitario. Incluso, la policía política tuvo que emplear gas pimienta para evitar que más manifestantes llegaran al lugar, ya en la madrugada.

Como ha apuntado la escritora Verónica Vega, miembro del movimiento, “la represión al arte libre sigue siendo la misma pero lo que sí ha cambiado es que se han multiplicado los rostros frente a esta sede ministerial que jamás ha representado la diversidad y autenticidad de nuestra cultura y mucho menos a Cuba. San Isidro está creciendo porque representa el dolor, la frustración y los sueños de millones de cubanos”. Un antes y un después para la sociedad civil cubana y los creadores independientes, a la cabeza ya de la oposición a la dictadura representada por Miguel Díaz Canel.

“La huelga de hambre de San Isidro y la consecuente protesta durante cerca de doce horas, el pasado 27 de noviembre, de más de 400 artistas frente al Ministerio de Cultura, en reclamo de libertad de expresión, han puesto en jaque al régimen”, ha resumido el periodista independiente Luis Cino. “Con la represión contra el Movimiento San Isidro lo que ha conseguido la dictadura es que centenares de artistas e intelectuales —algunos de ellos con mucho reconocimiento dentro de la cultura oficial— que hasta ahora permanecían callados, se solidaricen con los artistas reprimidos y se sumen a los reclamos por la libertad de expresión”.

“Esos reclamos, que seguirán creciendo, no los pararán con la alharaca de los más sumisos y los sicarios del pensamiento oficial de la UNEAC, la Asociación Hermanos Saíz y la farsa de diálogo que más bien es un monólogo ministerial, un chapucero remake de las Palabras a los Intelectuales de Fidel Castro en 1961”.

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Edición número 16 de la revista con Dossier dedicado a Manuel Gayol Mecías y textos de Amir Valle, Ana Rosa Díaz, Armando Añel, Carlos Penelas, David Montero, Ivette Fuentes, Jorge Enrique Rodríguez, José Hugo Fernández, Juan Carlos Mirabal, Lien Estrada, Luis Cino, Marlene Denis Valle, Mauricio Mendoza, Osmel Iglesias, Roberto Álvarez Quiñones y el propio Gayol.


La Cuba que heredamos

Habana (Henry James)

Esto no es Siria. No es Iraq. No es Honduras. Esto es Cuba, la Cuba que heredamos, la que le dejaremos a nuestros hijos, la que le dejarán ellos también a sus hijos.

60 años de dictadura comunista. 60 años de hambre, de terror, de miseria. 60 años de exilio, repudios, encarcelamientos, asesinatos. 60 años de hablar bajito, de virar la vista. 60 años de obediencia, de adoctrinamiento, de represión, de encarcelamientos, de miedo. 60 años de balseros, de muertos en Angola. 60 años de seremos como el Che. 60 años sin leche para los niños. 60 años de derrumbes, de familias divididas, de yogurt de soya. 60 años de chivatos. 60 años de picadillo.

Triste realidad la de esos cubanos y cubanas que, viviendo en la Isla, hacen campaña por el presidente de otro país y se olvidan de nuestra Cuba. Ellos y ellas son en su mayoría los jóvenes que han viajado a otro país y bien saben que aquí nos tienen a todos engañados, los que viven cómodos en su casa. Los que tienen el plato de comida en la mesa, los que tienen dinero para comprarse zapatos. Son los que critican el sistema electoral de EE.UU, pero no reconocen que en Cuba ni siquiera hay democracia.

Ellos son los que ven a sus amigos ser reprimidos y no se inmutan. Los que ven a una niña violada por la policía y no se inmutan. Los que ven a los hombres y mujeres plantados en San Isidro y no se inmutan. Los que ven los edificios derrumbarse y matar personas, y no se inmutan.

No son capaces de decir que este país está mal. Hablan de los presidentes de otros países, pero cuando está en la mesa el tema Cuba se quedan callados y calladas porque ellos “no hablan de política”.

Triste realidad de esos cubanos y cubanas que viven dentro de la Isla y celebran las elecciones del presidente de los EE.UU sin darse cuenta que en Cuba ni siquiera pueden votar, no pueden elegir a sus candidatos. Se quedan callados y calladas mientras el régimen les designa un presidente que es más títere que un muñecón de carnaval. Se quedan callados y calladas sabiendo que en Cuba hay un solo partido y todas las entidades están subordinadas a la cúpula militar implantada por los Castro.

Sí, Cuba, la que heredamos, es también una dictadura militar, con millones de dólares gastados en un ejército que se mantiene activo porque el servicio militar es obligatorio. Cuba, la que heredamos, da asesoramiento militar a otros regímenes políticos, alienta estallidos sociales en Latinoamérica y da refugio a terroristas y asesinos, ejerciendo la injerencia política. Nuestra Cuba es tan imperialista como los EE.UU o Rusia.

Nuestra Cuba, la de la foto, que es la Cuba de hoy, no respeta los derechos humanos. Sí bien fuimos de los países activos para firmar la Declaración Universal de los Derechos humanos en el 1948, y somos un país miembro recién elegido para el Comité Derechos Humanos, por otra parte no hemos ratificado el Pacto Internacional de los derechos Civiles y Políticos de 1966 y tampoco el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1975. Y no se han ratificado porque atentan directamente contra todas las leyes espurias impuestas por el gobierno cubano. Ambos pactos ponen en evidencia las deficiencias de nuestra constitución, la que dinamita cada aspecto de los cubanos y cubanas. La que los violenta.

Una constitución a la que le dijimos No más de un millón de cubanos, otros 700 000 se abstuvieron y a la que también le hubieran dicho No los casi 3 millones de cubanos que andan por el mundo.

Una carta magna que solo sirve para perpetuar el poder de un régimen que agoniza mientras trata de resistir a un enemigo fantasma.

Es jodido que esta sea la Cuba que heredamos. Un país amargado, patético, gris.

Una Cuba que 60 años después sigue teniendo como consigna “El patria o muerte venceremos”. ¿Pero venceremos sobre qué? ¿Sobre la miseria, el hambre, los derrumbes y el dolor? Porque eso es todo lo que queda de un país que se hunde sujeto a la asta de una bandera que no tiene viento para hondear y se moja cuando llueve, porque ya nadie la quiere bajar. Qué triste, Dios mío.


Texto ganador (compartido) del concurso Qué pasa Cuba


Cuba entre el socialismo y la economía: ‘La libertad es una sola’

Orlando Freire Santana

Hay ensayos que desde el inicio hasta el final se hacen inobjetables porque están forjados al fuego lento no solo de los principios, sino además de verdades concretas y experimentadas y de los conocimientos, más cuando es el caso de un país que en lo político y lo económico crea nefastas repercusiones en su sociedad.

     De hecho, un país bajo control totalitario como Cuba, al analizar sus más de 60 años de dictadura, permanece obligatoriamente expuesto a una nueva indagación sin tapujos en cada una de sus etapas históricas. Sus entrañas quedan al descubierto para dejar ver la metástasis cancerosa que desde hace mucho corroe a su pueblo; gente que clama en un desierto de miedo, y constata, una y otra vez, lo insalvable de su presente y su futuro.

     Es el caso de este estudio, La libertad es una sola, de Orlando Freire Santana, primer lugar en la categoría ‘Cuba’ del Premio de Ensayo Carlos Alberto Montaner 2019, publicado por Puente a la Vista Ediciones en este año 2020.

     Una de las primeras cosas que llama la atención de este libro es que en sus 96 páginas abarca y explica con gran claridad y concisión de análisis los errores esenciales que continuamente —desde 1959 hasta la fecha— caracterizan el fracaso de la “Revolución” cubana. Es el primer mérito que distingo en el libro, su precisión y sobriedad, que, por ser breve, no deja de darnos amplia razón y exactitud en cada uno de los tópicos que examina.

     Las veces que surgieron y resurgieron las ideas, supuestamente revolucionarias, del Che Guevara, en su perspectiva de méritos morales y búsqueda del Hombre Nuevo, han sido uno de los más grandes factores de atraso para la Isla, además de los discursos y promesas del Máximo Líder, en el que todo apuntaba siempre, desde un presente cargado de prospecciones utópicas hasta suposiciones tremendistas, y todo con el propósito de “augurar” un futuro que nunca, en sus 62 años, se ha vislumbrado siquiera como un sentir real de progreso.

     Así, desde estas páginas, se advierte toda la inutilidad de una inventada política antimercado, de completo rechazo a cualquier mecanismo económico capitalista, en la que se reducen drásticamente los estímulos materiales y se llevan a un primer plano unos estímulos morales que nada tienen que ver con las necesidades esenciales de una población que cada día ha venido evidenciando su calvario de miserias. Mientras, una clase de pocos funcionarios comunistas disfruta de grandes privilegios y recursos, como solo se ha visto entre los “odiados capitalistas”.

     Este libro se caracteriza por un discurso serio en el uso de los enfoques, por el cuidado que pone el autor en los términos que usa, con la finalidad de no calificar peyorativamente, sino dejando que la proyección de los análisis exponga la realidad de los fracasos. El empleo de cifras y estadísticas sirve para comparar y obtener resultados lo más cercanos posible a la exactitud de lo que se quiere demostrar. De esta manera, se observa que el autor intenta (y lo consigue) un distanciamiento objetivo que le permite hacerse totalmente creíble, práctico y persuasivo. Incluso, en este libro se refleja el impacto que la reanudación de las ideas guevaristas provocara en lo económico e ideológico, cuando llegaron negativamente a unos 31 países y afectaron a 155 universidades a lo largo y ancho del mundo (ver p. 25).

Parte por parte, el libro va demostrando que la libertad económica era y es “la mejor opción”

De igual modo se explica, con puntualidad de ejemplos, cada uno de los períodos económicos en los que se enfrascó el castrismo, como un absurdo proceso en el que se intentaba demostrar la ineficiencia del capitalismo ante el socialismo. Y en realidad, cuando la mirada aguda del analista penetra en esos ciclos político-económicos, los resultados que se obtienen, nos permiten decir que todo ha sido a la inversa. Pero no solamente dicho así, de una forma elemental, como en esencia todo el mundo lo sabe, sino que el autor nos lo da mediante la explicación y con análisis objetivos, con cifras y hechos concretos.

     Como diría un dicho popular: “No hay nada más cierto que un día detrás de otro”, y 62 años de proceso en un país como Cuba es demasiado tiempo para probar si un sistema político y económico (dentro de una ideología de continuados y rotundos fracasos) en realidad funciona. Sin embargo, aún se sigue pensando en la idiotez del socialismo, y hasta se ha reconstruido su Constitución para asegurar que este sistema perdure, y así llegar algún día al comunismo, lo que supongo se convertiría entonces en la miseria más inimaginable posible.

     En las consideraciones de Orlando Freire se reflejan el latrocinio, los desmanes y despilfarros, la corrupción y las invenciones disparatadas, además de las inversiones nada propicias para la población; por lo que podríamos decir que en la Isla ha predominado el engaño y el aprovechamiento del “vivo contra el tonto”, donde al parecer han logrado vaciar del espíritu a muchos y convertirlos en ruidosos aparatos parlantes:

“El ‘sálvese quien pueda’ que se extendió de un extremo a otro de la isla propició que aparecieran los bistec de frazadas de piso, y que los condones sustituyeran el queso de las pizzas. Las personas se apresuraron a enrejar las puertas y ventanas de sus domicilios ante la oleada de vándalos que hacían de las suyas en barrios y ciudades. Mientras tanto, la falta de trabajo, los apagones de hasta diez horas diarias y la escasez de alimentos llevaron a mucha gente a vegetar como auténticos zombis. Sin dudas, el período especial marcó un antes y un después en la vida de los cubanos” (p.26).

     Independientemente de su carácter de ensayo económico y político, este estudio, aun cuando aparenta ser escueto, como ya dije, en verdad es ampliamente preciso y en su síntesis descriptiva incluso no deja de ser abarcador de las situaciones políticas y culturales, además de las sociales y estremecedoramente humanas, como fue el hecho histórico —uno de tantos— del hundimiento del remolcador 13 de Marzo, masacre en la que fueron asesinados (por presión de agua mediante mangueras y ahogamientos en el mar) 37 personas, entre ellas 10 niños (p. 28).

     En el decursar del libro, junto a las consideraciones correspondientes, se proyecta la inestabilidad de las ideas y decisiones que en todo el proceso cronológico de la “Revolución” dan lugar con toda justeza a comparar la Isla con un enorme y fatídico laboratorio (desde la punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio) y en el que cada una de las experimentaciones ha fracasado siempre, y en realidad nunca se ha tenido en cuenta, en su importancia, la valoración concreta del ser humano (pp. 29-32). Un laboratorio que en verdad ha servido para crear los métodos más sofisticados de represión, poniendo en duda para muchos el sentido de libertad, pero para otros (espero sea la mayoría) el vislumbre de una esperanza no muy lejana, a pesar de todo.

     Por otro lado, reconozco que hay un apropiado manejo de las notas empleadas con el propósito de ratificar el informe o el análisis que se dan. Así, con las mismas citas se refuerza la seriedad del dato o la observación o estudio realizado. Es indudable que se denota en el trabajo la presencia de una excelente bibliografía como investigación. Datos, cifras, comparaciones, están sustentadas por una búsqueda bibliográfica precisa que infiere los altos y requeridos conocimientos que posee el autor en cuanto a ese desastroso proceso económico de la “Revolución” castrista.

     Notable resulta el capítulo “El factor de las tradiciones”, dedicado a exponer —en inteligente síntesis— las características políticas, económicas y hasta filosóficas (cuando habla de las creencias y practicas establecidas por Confucio en China) que han dado pie a la plataforma histórica del Gigante Asiático y, por otra parte, de Vietnam, en las cuales se resaltan las continuaciones dinásticas, dictatoriales, incluso de carácter absolutista y totalitario de estos dos países; particularidades que explican el por qué, en ambas naciones, se han podido instaurar los regímenes comunistas, aun cuando en su reciente modernidad emplean una economía de capitalismo estatal.

     Por el contrario, no ha sido así en la plataforma histórica de Cuba, que siempre tendió hacia el independentismo, dejando ver, incluso durante la República (aunque fuera una República con sus corrupciones y golpes de Estado), el rechazo de gran parte del pueblo y de instituciones y líderes políticos a la penetración de las ideas comunistas.

     Es importante reconocer que este ensayo crea las bases para un estudio todavía más amplio sobre las diferencias entre estos dos países asiáticos y Cuba, en lo fundamental, porque, en el caso de la Isla, las libertades económicas que se logren —si fuera este el asunto de que alguna vez la dictadura lo decidiera— no pueden estar desvinculadas de sus correspondientes libertades políticas, simplemente por un asunto de idiosincrasia sensible en relación con un sentimiento (al menos posible) necesario de independencia, que podría llegar a convertirse en liberación total.

     Claro, esto sería siempre que el Gobierno de la Isla (con nuevos dirigentes) decidiera llevar a cabo “reformas” como en China y Vietnam, creyendo, por supuesto, que el poder del socialismo no se desgajaría. Es muy posible entonces que si un capitalismo de Estado se implantara en la Isla, más tarde o más temprano, el socialismo (o para mejor decir: el castrismo) se iría al traste.

     Todo este capítulo imprime una importancia crucial al ensayo de Orlando Freire Santana, puesto que aporta un basamento esperanzador con sólidos presupuestos históricos entre estos tres países: China, Vietnam y Cuba.

     Por ultimo, un libro como este aporta prestigio y representatividad al Premio de Ensayo Carlos Alberto Montaner, en su primera edición de 2019. Y nos demuestra que más tarde o más temprano, al menos, en la Isla, la economía abriría las puertas de la política democrática, haciendo que la libertad sea total, y asimismo, sea una sola para todos los aspectos de la vida cubana.


‘Paradiso’ en la obra de José Lezama Lima

Según dijera el propio José Lezama Lima, Paradiso contenía los tres temas que más deben interesar al hombre: la madre, la amistad y la infinitud. Pero sobre todo, Paradiso es una historia de deseos. Es nuestra orfandad, agravada en el caso de mi hermano por la orfandad de aire.

Ya por aquel entonces los sofismas se hacían innecesarios. Los grandes críticos captaron el mensaje. Y yo diría sin petulancia que pocos textos literarios sirven mejor para ser estudiados como ejemplo a la luz de las nuevas corrientes de la crítica literaria, la semiótica y la lingüística. La pragmática ausente, el simulacro modal de una realización ausente, las premisas de Chomsky de competencia y actuación, parecen haber sido términos manejados en la técnica de mi hermano, adelantándose en muchos años a su época. Octavio Paz dijo al acusar recibo de Paradiso, entre otros elogios:

«Es el punto lento del vértigo que gira en torno a ese punto intocable que está entre la creación y la destrucción del lenguaje, ese punto que es el corazón, el núcleo del idioma… Una obra en que usted cumple, Lezama, con la promesa que le hicieron al español de América Sor Juana, Lugones y otros más. Paradiso ha transformado el mundo de los símbolos preexistentes, inventariando el pasado, alterando la historia y hasta la ortografía de la lengua española».

Los ojos de mi hermano se abrieron desmesuradamente y vieron lo que nadie podía ver. Una especie de hipermetropía literaria. Descubrió cómo haciendo girar su caleidoscopio esas imágenes se entrelazaban con infinitas posibilidades y podían ofrecer combinaciones ilimitadas. La clave estaba en saberlas traducir, en buscar el lenguaje capaz de expresarlas con exactitud. En forma didáctica me repetía: «Cada época crea sus clásicos… Hay que pegar en arte el pesimismo de Eliot. El arte podrá siempre soportar nuevas combinaciones y creaciones».

En una de sus últimas cartas me dice: «La realidad y la irrealidad están tan entrelazadas que apenas distingo lo sucedido, el suceso actual y las infinitas posibilidades del suceder». Los estudiosos de su obra deberán atenerse a sus propias palabras:

«Para mí la novela no es un problema de técnica, ni un problema de estructura, sino un problema de lenguaje, un problema de expresión… Es un concepto que se acerca más a los cronistas de Indias y se aleja de la novela realista».

En nuestra vida cotidiana era frecuente oírle decir que él era un mulo con orejeras que iba a su destino. Animal que le provocó uno de sus magistrales poemas:

Con qué seguro paso el mulo en el abismo.

Paso es el paso, cajas de aguas, fajado por Dios

el poderoso mulo duerme temblando. Con sus ojos sentados y acuosos

al fin el mulo árboles encaja en todo abismo.

Qué terquedad y seguridad en su empeño literario. Nada lo desviaba de su destino, nada lo hacía claudicar. Después del éxito de Paradiso, dijo: «Como soporté la indiferencia con total dignidad, ahora soporto la fama con total indiferencia. En eso me considero insensible a la diatriba y al elogio. No vivo en este mundo». Pero algún tiempo antes, no presintiendo aún el éxito de su obra, me había dicho:

“Creo que tendrán que pasar algunos años para que la novela sea captada en toda su esencia. Yo creo que, sencillamente, es algo muy importante que ha sucedido en la literatura cubana. Si tengo tiempo, le añadiré un primer piso para que todo quede aclarado”.

Y así quedó a su muerte Oppiano Licario, la segunda parte de Paradiso, donde los personajes centrales de la novela cierran su gestalt.


Fragmento de un texto escrito y leído por la hermana de José Lezama Lima en 1977, durante un homenaje al escritor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico.


El arte de matar un toro y sobrevivir a los abismos

Los escritores Rafael Vilches y Lewis Hellman en el Festival Vista de Miami

No está muerto quien pueda yacer eternamente,

y con el paso de los años la misma muerte puede morir.

Howard Phillips Lovecraft


Matar a un toro requiere de pericia en el manejo de la transfiguración y la escatología; implica la inmersión hacia una lógica de existencia donde el punto de no retorno es anhelo y credo: la última frontera a defender.    

Lewis Hellman (Luis Jiménez Hernández), en el volumen Cómo se mata a un toro y otros cuentos, percibe [o sabe] que ninguna holladura nos deja ilesos; que el peaje hacia toda transmutación nos deja solos en la querella, o frente a los abismos que solemos reinventarnos para dar sentido a nuestros miedos. Quizás por ello, los personajes que atraviesan estos once relatos se develan desde una signatura común: su determinación a quebrar todo límite y tiempo; su anticipación a la emboscada y a la dentellada que se otorga a cambio de una salvación que no podrá ser canjeada.

Para Silvano Bolaños ‒o mejor, la coreana Sun Hee auto percibida meretriz en una ciudad tan áspera como La Habana‒ el acto de prostituir su “Han” no es un trueque físico, sino peldaños que no llegamos a comprender con certeza (tampoco Bolaños ni Hee) si encumbran o descienden:    

“[…] Silvano Bolaños tiene la vista perdida en el vacío de la pared, siempre supo que este día iba a llegar, que se encontraría sin fuerzas y abofeteado por las perversiones de ella, pero él solo quería abandonar ese odio y rencor que lo abrazaba todos los días, la maldita amargura. Ella había forzado sus pasos, tantos sueños, tantos deseos dentro de su cabeza, años y años desde la adolescencia guiando su mano a los lugares más prohibidos de su cuerpo para convencerlo de que era lo correcto, que un día sería Sun Hee, la meretriz más grande de todas, la puta loca y agresiva que golpeaba a todos, la que los hacía gemir de placer con sus juguetes. La odiaba con todo su Han, siempre hacía lo mismo, maltratarlo, violarlo. Y ahora estaba este indio que parecía un búfalo americano. La golpea y no quiere reaccionar, no quiere defenderse, prefiere aguantar los golpes. […]”.

Esencialmente, las once confesiones que componen Cómo se mata a un toro y otros cuentos tienen como punto de partida un pronunciamiento por la muerte. Pero no desde esa solemnidad trágica que, históricamente, ha servido más como eje de sumisión que de propuesta de liberación. En la percepción de Lewis Hellman, y en los personajes a su resguardo, la muerte no es una nomenclatura que condiciona las decisiones sino un ardid. O más bien un atajo para presumir lo sinceramente importante: que la existencia es una vanidad mucho más ilusoria que la presunta inmortalidad de la muerte.

En las confesiones de Mario Pupo, más que palabras, se asoman las esquirlas del egoísmo humano que tercamente llamamos civilización:

“[…] Mario Pupo suda y vuelve a sudar frente al papel en blanco. Desea lograr una historia fractal que lo lleve a la inmortalidad. En su interior un terrible cáncer lo va llenando de terror y frío. Es el frío de la muerte, el frío cruel que se lleva el sueño y hace que las palabras no salgan, el mismo frío del pájaro mal herido que huye a tientas de los depredadores. Escribe tres palabras, las borra, abusa de sí mismo, su terrible dolor no lo deja llegar a ningún lado. Matemática, eso somos, fractales que se repiten una y otra vez, la tristeza solo con ligeras variaciones, color, sexo, estatura, el existencialismo o no, ese no ser humano que somos y la inmediatez. Lo mágicamente oculto que no nos deja dar saltos como la pared, la enfermedad cuelga irónicamente de las paredes blancas. Mario Pupo siente terror de lo blanco, de los hospitales, hasta de las blancas enfermeras que lo asedian, tómese esta pastillita, tómese la otra, una mueca pequeña, dios, tanto dolor. Tanto corazón herido y nuevamente la pared en blanco, el papel en blanco que lo asedia con odio, con desesperación […]”.   

En Cómo se mata a un toro y otros cuentos también se coquetea con aquella sentencia que nadie tiene capacidad ‒o coraje‒ de pronunciar en voz alta: nosotros no contemplamos al abismo; es el abismo quien nos contempla. Deviene entonces que, para sortear ese marasmo, sea imprescindible transitar el prende, la transfiguración amoral o, si se prefiere, la iluminación ‒el inevitable dolor de crecer, de convertirse en adulto‒ donde se difumina esa línea breve entre sentir y saber. Entre un venado y un hereje próximo al cadalso:

“[…] Nos miramos. Sentimos uno frente al otro como si nos conociéramos de otros tiempos. Ella sabe qué soy, no le importa. Sus ojos muerden la luz con brillo, son la noche intensa de la que no puedo escapar. Nos miramos, sabemos que en el olor del otro se esconde el misterio de los tiempos. La necesidad inextinguible de aparearnos y convertirnos uno en el cuerpo del otro. La huelo en sus partes, huele rico, a carne, a sangre, a celo. Siento como fluyen los líquidos de ella, la monto con fuerza. La aguanto duro, mis pesuñas resbalan con su piel y es un olor que hace que quiera seguir con más fuerza. Es un tiempo breve. Mi cuerpo es un ras de mar, impacto dentro de ella y su cuerpo arrecife resiste. Se estremece. Es maravilloso ser Dios.

No lo sentimos llegar, nunca pude imaginar que terminaría así. Un disparo. Caigo al suelo, me ha fallado mi omnipresencia, aun así, eyaculo. La veo salir corriendo, ensangrentada y con miedo. Se detiene. Mira hacia atrás, quiere volver. No te quedes, corre. Mi cuerpo comienza a cambiar, ¿podrá morir Dios? ¿Acaso esto es una burla, el castigo a mi arrogancia? Dios ha muerto. Grito. Aún soy un venado. El bramar de mi garganta se escurre entre los árboles. Mi transformación se acelera, dejo de sentirme en estado físico. Me vuelvo y no alcanzo a ver al cazador. Mi cuerpo se ha transformado en un halo de luz […]”.

De cualquier manera, Cómo se mata a un toro y otros cuentos es un conjunto de textos que nos enfrenta a un abalorio de cuestionamientos ‒viejos, usados, pero todavía irresolutos‒ relatados sin histeria ni estridencias. Y es que las verdaderas historias, esas que no se narran o transcurren desde las vidrieras de un mercado, se sobreviven desde la sencillez que solo se logra esgrimir cuando el oficio escritural es ya una extensión de la vida misma.

Aunque son relatos escatológicos, esta condición tampoco significa que funcione como mordaza o como definición única o censora. La escritura de Lewis Hellman, al menos aquí, en Cómo se mata a un toro y otros cuentos, es una promesa para abrirnos al aprendizaje, al arte, de matar a un toro y sobrevivir a cualquiera de los abismos. Pero ojo, no estamos contemplando a nuestros demonios personales; son ellos quienes nos contemplan, y Lewis Hellman lo sabe… y nos advierte:

“[…] Me masturbaba frente a ella, esa mujer me había robado el alma. Su olor, las sensaciones, la piel blanca de todas las vacas europeas, pero esta era una vaca distinta. No se quejaba, era mala, lo disfrutaba todo. Paff, el látigo, paff, el látigo, paff se venía, paff la leche manchando el potro. La miraba, le chupaba las tetas, paff, el látigo, le chupaba la pinga a mi esposo en una secuencia. Paff, se orinaba la vaca… Me puse un arnés con un pene inmenso y grueso. Ella no quería que se la metieran, pero la verdad a mí no me importaba. La amordacé, mi esposo se excitaba más y más. Entre los dos nos la singamos, él por el bollo y yo por el culo, le daba con fuerza y sentía cómo el consolador le rompía los pliegues internos y gritaba y lloraba. Se quería soltar, bufaba y mientras más bufaba más yo me excitaba con mi vaca blanca y las tetas que brincaban. Mi marido se vino como un lechón. Se la metía por el culo y después en la chocha y sonaba plaff, plaff, y temblaba. Oriné encima de ella y le restregué el bollo en su cara y me movía con ganas, rozaba en su nariz mi clítoris y me volví a mear y me vine. Agarré una bolsa de nailon grande y la amarré, se le veía el terror en los ojos. La envolví como a una momia y se revolcaba, no sé si de placer o porque quería escapar. Le dejé un hueco entre las piernas y se la metí a la fuerza. Me la singaba, en ese momento yo era más hombre que mi marido, y le tapaba la nariz. No era posible que me gustase una mujer, no era posible que me gustase ser hombre. La agarré por el cuello bruscamente y me la templé hasta el punto en que no respiró más. Ahí tuve un orgasmo largo y sentí en mis dedos la libertad de la muerte. Estoy segura de que cuando mi padrino me dijo que no me involucrara fue porque vio que algo podía pasar. Algo así de malo, me bajé de encima de ella. No respiraba, no había mucho más que hacer. Mi esposo entró en pánico […]”.


Así es: Medardo Naranjo (Mamito) y Eddy Calderón

Mamito en el canal América Tevé

Eddy Calderón y Medardo Naranjo (Mamito), dos clásicos del humor cubano exiliado, dos figuras ineludibles de la comedia televisiva del Miami del tercer milenio, acaban de fallecer en este diciembre de 2020, año pletórico de desgracias y disparates. Y aunque no creo en la muerte como «acción final», como algunos de mis exiguos lectores saben muy bien -o más bien, precisamente, porque no creo en la muerte-, y por tanto no la elevo al rango de excepción sino de continuidad, despojándola de solemnidad y lamento, quiero detenerme en la figura de Mamito con agradecimiento particular.

Se trata de darle las gracias sobre todo, dado que ha sido para mí y seguramente para muchos un referente práctico, filosóficamente hablando, encuadrado en ese espacio de comicidad que constituye a fin de cuentas, en los circuitos de la Sociedad del Disparate, casi la única ventana por la que escapar del absurdo. En Mamito y una de sus tajantes frases emblemáticas se resumen de manera asombrosamente clínica siglos de pensamiento o sabiduría o filosofía, tanto de Occidente como de Oriente. Me refiero a su abarcadora definición «Así es»:

En cuanto a Eddy Calderón, cómo olvidar sus geniales imitaciones del comandante en polvo, que seguro tendrán merecido seguimiento en la comedia postotalitaria de este siglo XXI, ya en una Cuba liberada:

Open Mic: Manuel Sosa, Alcides Herrera y Delio Regueral este domingo

Delio Photo Studio anuncia la presentación especial por fin de año, en Miami, del músico y escritor cubano Manuel Sosa. Sosa será acompañado en este evento por el poeta y también músico Alcides Herrera, y por el propio anfitrión Delio Regueral.

Lugar: Delio Photo Studio
Día y hora: 27 de diciembre de 2020, 8:00 p.m. (No Cover)
Dirección: 2399 Coral Way, Miami, Florida 33145
Teléfono: 305 856 5632

Manuel Sosa (Las Villas, 1967). Músico y escritor, tiene una Licenciatura en Lengua Inglesa y ha ejercido la enseñanza. Entre sus libros publicados figuran “Utopías del Reino” (1992), “Saga del tiempo inasible” (1995), “Canon” (2000) y “Una doctrina de la invisibilidad” (2008). En Cuba, fue Premio David de Poesía en 1991, Premio Nacional de la Crítica en 1993 y Premio Heredia de Ensayo en 1994. Actualmente integra el grupo musical Alejandro & The Third. Reside en Atlanta.

Alcides Herrera, fundador del proyecto musical Los Bloomers y con presencia frecuente en la televisión de Estados Unidos, nació en Sancti Spiritus (centro de Cuba) en 1974. Es trovador y escritor. Poemas suyos han aparecido en diversas publicaciones fuera y dentro de Cuba. Empleado en el Centro de vuelo espacial Goddard, es graduado de la Universidad de la Calle (promoción de 1995, Malacabeza, Español Bastardo, Amán). Actualmente reside en Miami.

Delio Regueral (La Habana, 1964), fotógrafo y promotor cultural, Premio Jovenaje en octubre de 2013, salió de Cuba hacia España en 1985, y luego se radicó en Estados Unidos (1994). Estudió en la academia española “Estudios Fotográficos de Técnicas de la Imagen” (EFTI). Ha participado en múltiples exposiciones colectivas, y en Miami han tenido lugar dos exposiciones personales de su obra. El Lowe Art Museum de UM University adquirió en el 2004 una de sus obras, Cundo Bermúdez Portrait, como colección permanente.

Arbolito literario en Navidad

Ha sido un año tremendo, llegan las fiestas de diciembre y con la Navidad a la vista nuestro proyecto, junto a Otro Lunes, Palabra Abierta y Editorial Betania, quiere regalar a sus lectores, siguiendo la tradición del árbol navideño, algunos libros de sus catálogos. Los interesados solo tienen que escribir a la dirección [email protected] solicitando uno o varios de los siguientes títulos, cuyos eBooks le serán enviados gratuitamente hasta el 5 de enero de 2021:

1-Cuentos del Club (compilación de narradores cubanos). Primera y segunda partes

2-Los timbales de Dios: Apuntes para una revisión de la historia de la guapería en Cuba (José Hugo Fernández)

3- 1959. Cuba, el ser diverso y la isla imaginada (Manuel Gayol Mecías)

4- Aurelio de la Vega, impresiones desde la distancia (Manuel Gayol Mecías)

5- Tiempo de exilio. Antología poética (Felipe Lázaro)

6- La estrategia del verdugo. Breve panorama de la censura cultural en Cuba (Amir Valle)

7- Gastón Baquero y Rafael Díaz Balart, sobre racismo y clasismo en Cuba (compilación de autores cubanos)

8- Retrato del exilio (compilación de entrevistas cubanas)

9- La piedra en el camino. Los nueve días en que murió Fidel Castro (compilación de autores cubanos)

10- Revista ‘Puente de Letras’ número 16

Te deseamos, querido lector, Feliz Navidad y un saludable 2021.


Las negras pobres sí triunfan fuera de Cuba

Dayme Arocena en concierto (Wikipedia)

Dayme Arocena está en mi muro de Facebook hoy no por ser una excelente intérprete cubana, que lo es. La puse por estas palabras que escribió en el suyo:

«Decir que Cuba es el único lugar del mundo donde, como negra pobre, podría convertirme en músico profesional, es, además de un profundo acto de racismo e ignorancia, una negación absoluta a la historia de la música universal».

En su muro, Dayme enumeró a artistas internacionales negras. Enumero aquí solo a cubanas, todas negras, en el siglo XX, y a una del siglo XIX. Mi lista:

María Martínez (s.XIX. Recogida en mi libro El arte del sabor), negra y esclava que dejó de serlo por talento. María Teresa Vera, 1920. Las Anacaonas, 1930. Mercedita Valdés, Xiomara Alfaro 1940. 1950-1959: La Lupe, Celia Cruz, Celeste Mendoza, Las D´Aida… Y gorda, negra y prieta (como mis tías) era Fredesvinda García, llamada Estrella en la novela de Guillermo Cabrera Infante Ella cantaba boleros, hermosa y con voz de dios como Dayma.

Por eso Dayme está en mi muro de Facebook hoy. Por no participar de los fakes eternos de ese país llamado Cuba. Y de este mantra infame que llevan enarbolando los infames «adminis-traidores» de la cultura cubana desde hace 60 años.

Nefasto y el velorio del CUC

Nunca una moneda cubana, hija bastarda de la revolución, se vio rodeada de tanto glamour. En la bóveda del Banco Central de Cuba, abarrotada de monedas y divisas internacionales, se rendía el postrer adiós al Peso Cubano Convertible (CUC). El Bolívar soberano, limpiándose las lágrimas y los mocos, se abrazó  al ataúd. Un afeminado Won Norcoreano se arrojó en los brazos de un Córdoba nicaragüense, y al paso de un Franco francés murmuró algo apesadumbrado: “No somos nada”.

La mayoría de las monedas europeas presentes en las honras fúnebres del difunto CUC, lo hacían con el nombre original que las identificó hasta ser reemplazadas por el Euro, y se quejaban, en pequeños corrillos tintineantes, de que la unificación monetaria las privó de identidad. Una Dracma griega, muy circunspecta, aseguró que sólo encontró desventajas en esa forzada unión.

 El Escudo portugués, medio ebrio, tiró de la bufanda de una Peseta española y cantaron un fado y un fandango en medio del salón. Una Libra esterlina se acomodó el monóculo al escuchar la risotada nerviosa de un Yuan, mientras el Dólar estadounidense y el Marco alemán salieron a buscar mulatas,  tabaco y ron por la Avenida del Puerto, el Paseo del Prado y el Malecón. La Rupia de Nepal pidió puerco asado y congrí, y un Peso cubano se compró un paquetico de maní tostao.

Un Naira nigeriano encargó diez ramos de girasoles, cinco palomas blancas y un chivo con sonseras para sonar un tremendo bembé, y un Rublo con bigote a lo Stalin y bolchevique al que lleva prendido un sello con  la hoz y el martillo, colocó un samovar en un rincón de la bóveda para preparar el té. El Peso mexicano y la Lempira hondureña comían tacos a un costado del ataúd.

Reunidos en pequeños grupos diseminados por el salón de acuerdo al área geográfica de donde provenían, la tendencia política o el desarrollo económico de cada país, las monedas de todo el mundo se preguntaron qué carajo hacían en Cuba si nadie fuera de sus fronteras ha conocido o ni siquiera visto al fallecido CUC. Un Quetzal guatemalteco dijo balbuceante que por solidaridad, y un Sol peruano aseguró envuelto en su poncho y comiendo seviche, que por morbo y curiosidad.

Cuando todas las monedas extranjeras comenzaban a desalojar el salón, un grupo de pesos cubanos (CUP) irrumpió en la bóveda y comenzó a cantar en torno al ataúd del CUC: “No la lloren, no la lloren, ella era una bandolera, por favor, no la lloren”. “No la lloren más, ella era una bandolera, enterrador, no la lloren”, y así hasta que un grupo de billetes con la imagen del Che se echaron al hombro el ataúd y caminaron hacia la puerta de entrada, flanqueada por una multitud.  

De pronto, todos quedaron paralizados al escuchar una voz que gritó “¡Deténganse ahí, partida de gusanos!”. Abriendo la puerta del baño-letrina de la instalación, escoba en una mano, y latica alcancía en la otra, una Peseta de a cuarenta centavos, desaparecida desde la irrupción del finado CUC en la prostibularia finanza nacional, expresó: “El duelo de esa perversa lo despediré yo”.

Atónitas, con los rostros desencajados por la emoción, las monedas internacionales viraron su otra cara hacia aquella inexplicable y fantasmagórica aparición, y los pesos con la efigie del Che en el centro del pecho dejaron caer el ataúd del finado CUC. Todo fue incertidumbre, expectación en medio del ruido provocado en la bóveda por la caja fuerte de pinotea donde descansaba el muerto.

“Por favor, escuchen todas y no quiero interrupción. Sin dejar de reconocer que esta moneda o peso era tan falsa como su padre putativo, Fidel, igual que su presunto progenitor merece un clamoroso adiós de San Antonio a Maisí. Y aunque la mayoría de los cubanos sólo la conocieron por fotos y nunca estuvieron cerca de él, como a su padre, este pueblo cobarde y baboso la llorará.

“Mis queridas, añoradas y perseguidas monedas extranjeras. Devaluados, miserables e inservibles pesos cubanos o CUP: Dineros todos. Mi desaparición durante años no se debió sólo al robo y la corrupción que aún impera en mi país, como ustedes sabrán. Mi furtiva salida de circulación se la debo al G-2. De chivatica de barrio pasé a trabajar para la Seguridad del Estado, con la misión de desmoralizar, a través del chantaje, la represión y la cárcel, a los seguidores del engreído CUC.

“Su relampagueante aparición en medio de la escasez congénita nacional, lo rápido que se infló respecto al humilde, villano e inservible peso cubano de curso legal, dieron al traste con la falsa igualdad de todos los ciudadanos de la isla, solo rota, y en perfecto secreto, cuando se autorizó la internet por los mayimbes y comeencubo líderes revolucionarios que cortan el bacalao en el país.

“Nunca un engendro de fabricación nacional había causado tanta división en la calidad de vida de quienes lo poseían y los que no. Su papel de globo inflado, que lo hacía superior al CUP, poco resolvió, pues no había que comprar. Es verdad que mientras con un CUC podías adquirir 24 panes verdes, barbudos y ácidos como el limón, con un CUP sólo obtendrías uno y paren de contar.

“Pero no estamos aquí para criticar su fallido rol en la economía cubana, sino para rendirle unas honrosas exequias y pedirles a las monedas fuertes o divisas presentes en este momento de dolor,  que nunca nos dejen de visitar, en especial las fuertes, pues sin renunciar a nuestros principios y trapisondeo de identidad, con dignos actos de sumisión y la rebeldía obediente que nos identifica,  ponemos nuestra  soberanía financiera en función de atraerlas e imponer el dólar a partir de hoy.   

“A todos les decimos que aún nuestras reservas materiales y morales no han llegado a su fin, pues para ustedes tenemos Hoteles Cinco Estrellas Plus, y todo lo que en otros sitios del mundo se pueda comer o beber; en fin, desear, y como añadido para su disfrute, unas prostitutas cultas y baratas que pueden hablarles de Fidel y el Che, y entregárseles por un litro de aceite, una bolsa de leche, un kilo de carne de res, un perfume, dos jabones, un blúmer, un champú, y nada más.

“Nada como una revolución para educar en la solidaridad sexual a su población, pero volvamos al muerto que se nos enfría en el ataúd. Cuando la caja fuerte se cierre con los restos mortales del CUC y sea llevada en andas por el pueblo hacia el panteón, les rogamos que lloren, gimoteen, se lamenten, ya que aquí cuando se muere alguien importante es obligado, por tradición y miedo, llorar aunque se tengan ganas de reír, sobre todo si están frente a las cámaras de la televisión.

“Sin nada más que agregar, descanse en paz, CUC, para gloria y honra de la triunfante revolución”.

Pocos minutos después, al paso del cortejo fúnebre del CUC, miles de cubanos, aglomerados en diversos piquetes dentro de los  baches de las principales calles y avenidas del país, subidos en las ruinas de algunos edificios de la ciudad, o ripeando y arrojando a su paso cientos de fotos del CUC, se oyeron gritos de dolor y desolación: “¡No se lo lleven! ¿Cómo compraremos a la vez un par de zapatos y una libra de Jurel? ¿De dónde sacar para comprar una olla Reyna, un tinte y un colador?”

El dolor popular estremecía los tambuchos de basura en los que, encaramados sobre los desechos que rodeaban a la ciudad, otros miles de cubanos le decían adiós al ver alejarse la caja fuerte hacia el panteón. Este reportero de La bola incendiaria, de pie sobre un bici taxi en la esquina del mausoleo de los héroes caídos en combate en el cumplimiento de una misión, sólo  escuchó decir:

“¡Ave CUC, quienes vamos a seguir robando para sobrevivir te saludan!”.

Eso se los aseguro yo, Nefasto el Financiero.

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Orígenes y la muerte en José Lezama Lima

Tras tener la experiencia y madurez de tres revistas, Verbum, Espuela de Plata y Nadie Parecía, surgió la revista Orígenes, que significó la plenitud de José Lezama Lima. La revista mereció grandes elogios. Octavio Paz afirmó que era lo mejor que se hacía en el idioma y Vicente Aleixandre que era una revista donde había poetas que tenían mucho que enseñar a los poetas españoles.

Cada número que publicaba era un festín. Una maravilla oler los ejemplares frescos, dejarse envolver por el aroma a pan que tiene la tinta, a trigo fresco, a saludo de la mañana… Fue un disloque prodigioso. Un signo y una fe para el trabajo literario.

Fue un Renacimiento de las letras cubanas. Por supuesto, sin mecenas oficial. Vi reunidos en mi casa poetas, músicos y artesanos de la tipografía. Una vuelta a los talleres del espíritu. La revista nacía de lo cubano, pero plenamente universalizada. Orígenes centró quince de los mejores años de Lezama.

Amaba su Isla. Viajó poco y siempre insistía en que también Goethe y Proust habían viajado poco. La «imago» era su navío. «Soy un peregrino inmóvil» (J.L.L.). Pero aclaraba: «No es que no me guste viajar, es que he viajado poco». En cierta ocasión lo invitó la Unesco a París para un conversatorio sobre Gandhi, y me comentaba: «Me siento tan desolado, indolente y abúlico, que lo que en otros tiempos hubiera sido un motivo de gran alegría, ahora lo es de hondas preocupaciones. El sentirse solo, sin familia, sin respaldo, te va debilitando en tal forma que pierdes el entusiasmo y la decisión». No pudo asistir.

En un escrito aparecido un mes antes de su muerte en la Revista de Occidente, haciendo la crítica del poeta José Angel Valente, refiriéndose a la comunicación poética, dijo:

“Como detrás de cada palabra hay otra palabra que es la que logra la luz del silencio evidente… Como la palabra desaparece, se hunde en el silencio, se vuelca sobre la nada y reaparece de nuevo y ofrece conexiones en un mundo nuevo”.

Era un termómetro capaz de otear lo telúrico. Sobrenatural. En la conversación familiar siempre recalcaba que así como había llegado a la cultura como un ciervo herido, su alergia era capaz de irritar su sensibilidad al menor cambio de temperatura. De acuerdo con la claridad del día podía producir prosa o verso y hasta llegó a predecir si el poema sería largo o corto. Su penetración traspasaba los cristales y las rejas de la soledad de sus últimos años. Dicen que presintió su muerte. No estaba enfermo de gravedad, pero en unas cuantas horas murió de una tonta pulmonía.

En los últimos poemas que escribió, los que forman parte del volumen que dejara a su muerte recopilado y titulado Fragmentos a su imán, versifica como un predestinado. Trata el tema de lo que se espera y no llega. Hace un repaso de su juventud y declara el tokonoma, el vacío, la compañía insuperable. También trata el tema inverso, en la ‘Fabulilla de Dánae’, lo que llega sin ser esperado, atravesando los cerrojos. ¿Por qué no la muerte?


Fragmento de un texto escrito y leído por la hermana de José Lezama Lima en 1977, durante un homenaje al escritor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico.


La reforma del sistema cubano no servirá de mucho

El régimen cubano quiere hacer reformas. Eso está muy bien. La sociedad cubana es de una improductividad asombrosa. Comenzarán por la moneda. ¡Bien pensado! De nada sirve hacer reformas si el elemento esencial, el dinero, vale muy poco. Especialmente en el vecindario de Estados Unidos, donde reina su Majestad el Dólar, pese a que desde 1971 su valor se mide subjetiva y arbitrariamente. (En ese año, Nixon eliminó el respaldo del oro a la moneda norteamericana).

Los reformistas cubanos harían bien en mirar lo que sucede a escasas 90 millas de sus costas. Los exiliados, que se fueron azuzados por el espantoso grito de “no los queremos, no los necesitamos”, han prosperado tremendamente. En USA, con matices, se hacen las cosas como se llevan a cabo en las naciones más ricas de la tierra.

Hablemos del 20%.

Unos pocos son “asquerosamente” ricos. Son billonarios. A otros les basta con tener varios milloncejos. Hay muchos profesionales que están muy acomodados. Médicos, abogados, contables, banqueros, arquitectos. Casi todos tienen dinero en la Bolsa, segundas casas, y compran objetos de arte. A ese grupo se suman los pequeños empresarios. Unos crecerán hasta hacerse grandes. Otros desaparecerán, pero en el camino habrán aprendido una lección provechosa.

El 80% restante forma parte de los tres grupos sociales medios, más los pobres que luchan por integrarse a ellos: El grupo medio más alto, el grupo medio-medio, el grupo medio-bajo y los pobres de solemnidad. Afortunadamente, la movilidad social es tremenda en Estados Unidos. No hablo de “clases” porque es un concepto cerrado, del que se han apropiado los marxistas (y así les va).

Los pobres de solemnidad en USA son quienes disponen de hasta $25,000 dólares anuales para una familia de cuatro personas. Generalmente, son pobres con automóvil, televisión, aire acondicionado, calefacción, agua potable, electricidad, teléfonos, sellos de alimentación, protección policiaca, sistema judicial, escuelas y hospitales gratis. Viven en “proyectos” del gobierno o en pequeños apartamentos subsidiados a los que, al menos en el sur de Florida, llaman “Plan 8”.

20 y 80%. Ese es el “Principio de Pareto”. No es una ley de la naturaleza de obligatorio cumplimiento. Es un “principio”, una “observación” que casi siempre se cumple. Vilfredo Pareto fue un gran matemático de origen italiano que enseñó en una universidad suiza a caballo entre los siglos XIX y XX. Se dedicó a averiguar la disparidad histórica entre los que tienen recursos y los que carecen de ellos. En donde quiera que hay libertad para crear riquezas surgen los inventores, los empresarios, la gente que se destaca por su afán de triunfar.

Al general Raúl Castro no le debe ser difícil entender el fenómeno. Su padre, Ángel Castro Argiz, que llegó en alpargatas de una aldea gallega, cuando murió, en octubre de 1956, dejó un capital de 8 millones de dólares (hoy serían más de 100), varios cientos de trabajadores, una finca muy productiva de 30 kilómetros cuadrados, dotada de un cine, que administraba su hija Juanita, una escuela y una estafeta de correo. Sin duda, Ángel Castro pertenecía al 20%.

Hoy el “Principio de Pareto” se ha transformado en una fórmula que se estudia en mercadeo y en casi cualquier actividad: el 20% de las causas generan el 80% de las consecuencias. El 20% -más o menos- de los productos producen el 80% de las ventas. El 20% de los vendedores sostienen el 80% de las ventas. Y así sucesivamente.

El problema que posee la observación de Pareto es que conduce a la desigualdad en la tenencia de ingresos. Quienes forman parte del 20% reciben una enorme cantidad del dinero que genera la sociedad.

Eso es un anatema para los comunistas, empeñados en que los resultados de todas las personas sean aproximadamente iguales, porque no se han dado cuenta de que los seres humanos son diferentes, tienen diversos sueños, y esperan una remuneración distinta, a veces de carácter emocional.

Esto quiere decir que no se trata de reformar el sistema comunista, sino de cancelarlo, y de aceptar de buen grado que unos ciudadanos vivan mejor que la media. No es cuestión de desaparecer las tres monedas, o de que los niños o los adultos puedan tomarse un vaso de leche cuando les plazca y no cuando lo indique la planificación centralizada. Se trata de preguntarles a los cubanos si quieren seguir con el comunismo o prefieren hacer sus transacciones como las llevan a cabo en los treinta países más prósperos del mundo.

Esa es la clave.


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Los últimos relatos. Protohistoria invisible para la incertidumbre

Reynaldo Fernández Pavón durante una de sus presentaciones en Miami (Facebook)

Nos hemos adaptado a las tinieblas porque de ellas es la luz…

—¿O no?—

“Un nuevo orden se aproxima”.

Reynaldo Fernández Pavón


Reynaldo Fernández Pavón (compositor total: en lo clásico y lo popular y en estrecha armonía con la poesía) es un autor que gusta debatir la Historia, pero además y fundamentalmente, cuenta con una cosmovisión profunda y en muchas ocasiones la tiene presente en sus creaciones musicales y en la literatura. Me atrevo a decir que su pasión es la creatividad y que mucho de su interés humanista no solo se canaliza a través de la composición musical sino además en su intuición histórica mediante la poesía. Y es esto último lo que nos ocupa debido a la publicación de su más reciente libro, Los últimos relatos (una selección de poemas suyos, publicada en Estados Unidos por Eniolá Publishing, 2020). Aun cuando su título parece hablar de narrativa, no es sino un conjunto de verdaderos poemas que desde una genuina perspectiva tropológica busca y encuentra la manera ideo-estética de contar una crónica invisible; digamos una leyenda que probablemente se conoce muy poco y cuyo sentido sí podría indicarnos un amplio y remoto proceso épico; proceso enfrascado en toda su extensión en una poética de “sentir y contar” su propio y particular (por diferente) modo de interpretar los entresijos secretos de la historia oficial.

          Toda poesía, en sus inicios, contaba una aventura, un testimonio y hasta el surgimiento de un mito, o dejaba, al menos, los rasgos de una acción legendaria en la memoria de los hombres. De ahí la Ilíada y la Odisea, por ejemplo. Por estas razones, en estos poemas que veremos aquí hay una marcada significación del despertar de la humanidad, de los valores y la sensibilidad del ser, de la necesidad sustancial de sugerir de dónde venimos, o al menos crear cierto camino intuitivo del hecho sensible (o sea, para hacernos sentir) una rara inquietud protohistórica por nuestros ancestros. Es por ello que Fernández Pavón recurre a una potencialidad de la épica que se esconde en la relación semántica, en la que el asombro radica en una exacta y enriquecida selección poética entre la metáfora y la conceptualización de su palabra. Esta posibilidad incurre en poemas que están imbuidos de una creativa experiencia que ha tenido mucho que ver con el proceso sociopolítico de su patria y de la humanidad.

          Indiscutiblemente, como ya ha dicho el profesor y ensayista Enrique Patterson, estos bellos poemas de Reynaldo Fernández Pavón siempre han apuntado hacia una compleja cosmovisión del ser humano no solo como especie, sino también como individuo en cuanto a la proyección de una gran trascendencia. Es, a bien decir, que estos poemas que conforman un conjunto sin fin, Los últimos relatos, buscan y encuentran el “más allá” de una Isla para resonar en un gran diapasón del mundo.

          Pero ese “resonar” no es un simple escuchar de palabras en sonidos, no están siquiera sujetos por los límites del orbe. Se trata más bien de la apoteosis de una intimidad henchida de gratitud por la vida. Es la composición total de toda una visión cósmica, que gravita entre nosotros con sus profundas necesidades humanas, pero que es imparable ante los extraordinarios sueños de libertad. Es lo que he llamado siempre “la utopía posible”; esa búsqueda de engrandecer más y más nuestra propia condición humana. Desde los griegos nos viene, y desde los sumerios encontramos los indicios de esta épica histórica, desde el Gilgamesh y su primer oponente y después amigo, Enkidu, cuando ya el hombre piensa en la inmortalidad para igualarse a los dioses.

♦♦♦

La primera parte son “cantares” en los que se revela el origen. Lo primigenio del ser que habla muchas lenguas, que imita la grandeza venida del cielo: ángeles creadores que, según se sospecha, nos permitieron la vida. Esa multiplicidad, esa diferencia unida como paradoja inexplicable de lo nacido igual-distinto y enlazado en la genética de los dioses. ¡Oh, belleza!, ¿dónde está la luz que aún habita en mí? ¿Y las cabezas… las gigantescas cabezas de la primera Historia?, me preguntaría yo sobre las incógnitas de sus poemas, tal como siento ante esta deliciosa bruma del pasado:

Revela los cantares de tu origen.

Háblales en lenguas,

cuéntales de la ola de secuestros

y muéstrales las huellas del tráfico incesante;

a ver si el asombro los lleva de regreso,

al sitio donde los dioses se alejaron;

donde habita la luz que los condujo

hasta las tierras donde plantaron cabezas

esculpidas con basalto.

[Fragmento de “Cantares”, I, p. 11].

          De este libro, ya desde esta primera parte de los “Cantares”, emana una atmósfera épica que nos acerca, con buen tino, a las travesuras imaginativas de los juglares, o quizás mejor: de los trovadores, que ya daban luz a la realidad-ficción de una epopeya o romance aparentemente invencionados para engrandecer al ser en su propio trasiego humano. Aunque no encontramos héroes explícitos en estos cantos de Fernández Pavón, sí percibimos un gran sentido de gesta que surge del sujeto lírico (porque elegíaca es la emoción que nos trasmite) en todo lo que nos advierten sus versos. Y, de hecho, porque la heroicidad se encuentra en la humanidad de su palabra, en la belleza de sus imágenes. Más que comentarios —nos insinúa ese protagonista enigmático— son señalamientos de lo que ha pasado en la vida humana, y al usar la segunda persona del singular, nos advierte cómo reconocer que todas las cosas tienen sus memorias, sus semblanzas, sus crónicas:

…los ámbitos donde nacieron las incandescencias,

la escritura cuneiforme y el accidente.

Después de la contracción,

todo podría ser absolutamente igual,

o absolutamente diferente.

No han existido números semejantes.

Los auxiliares no han vuelto a visitarnos.

Después de andar la tierra y de cercarla,

los guardianes volaron en los querubines,

tú los convocaste por sus nombres y sus conocimientos

que se refractan en la profundidad de todas las cosas.

[Fragmento de “Cantares”, I, p. 14].

           Estos “cantares” nos dicen de algo muy remoto, pero donde ya la inteligencia del ser humano iba tomando su camino. Es decir, algo que podría venir de la protohistoria. La conciencia entonces tendría sus proyecciones, específicamente su cosmovisión luminosa. El ser iba mitificando las realidades corpóreas a su alrededor y los ángeles caídos de una región lejana del Sistema Solar eran convertidos en dioses que recreaban al hombre a modo de sumisos laborantes a los que se les dejaban —tal vez sin querer— los genes de la barbarie:

¡Ay de las criaturas terrestres!

¿En qué momento fracasó el experimento?

¿A la imagen de qué barbarie

fue creada la cultura de la muerte?

Fe que se renueva segando vidas;

parece como si nunca, nunca,

colmara su sed.

[Fragmento de “Cantares”, IV, p.19].

          Quizás estos fueron los seres, ya de alguna manera humanizados, que dieron lugar a Sumer, que construyeron ciudades (Uruk, Ur, Eridú, Kish, Lagash, Uma, Nipur y tantas más) y propiciaron la cultura mesopotámica. Quizás solo fueron seres que habitaron en el inconsciente de Fernández Pavón, pero que por tales también se arrebujaron entre los escombros de una secreta primera civilización, que solo ahora podemos tener en cuenta a través de tablillas de escritura cuneiforme, donde ángeles caídos se convierten en dioses y diosas; diosas que mucho tienen que ver con el alma mater de nuestra auténtica nascencia, con sus dos naturalezas: la divina y la humana.

♦♦♦

De las divinidades nos viene una mujer universal y renace en las “Iluminaciones” de estos poemas. Es una segunda parte en la Historia de los seres de este mundo. Es la gestación del ser por nosotros mismos. Es la mujer la gran progenitora de todas las potencialidades y posibilidades. Nuestra verdadera diosa de la fertilidad, de la creatividad. Conciencia de nosotros como los seres que ahora caminamos por la fe, sin la mano de los dioses. Los ángeles caídos nos abandonaron, pero quedaron nuestros propios pasos, el aliciente de la utopía hacia adelante. Nuestra propia lucha contra la Nada, contra la sed de la sangre y el fracaso del experimento. A partir de nuestra grandiosa madre en su sublimidad, nosotros, todos, renacemos al dolor y a la esperanza.

… ¡Ah, la fruta prohibida!

¡Ah, los temblores del parto

y la simiente donde amaneció la existencia!

Así, a pesar de los quebrantos,

sobrevive la memoria en estertores…

Misterio del Universo:

En ti se han gestado las creaciones

como semillas sedientas en una siembra de credos;

y surges tú de las profundidades.

¡Oh, magnífica maga que te vuelves anhelos!

¿Qué sería de la vida sin tu aliento prodigioso?

Una gran pena en silencio.

 [Fragmento de las “iluminaciones”, I, p. 21].

          Del renacer, y por la misma salida del Sol, “hay que amanecerse”. Y siento que mi “canto viaja con los navegantes de Gadir” (y da lo mismo Gadeira o Islas Gaditanas), que vayamos todos a “reposar en las esteras de Olissipona y Canea”. Porque “te hablan por mí las voces de la antigua Varanasi, / la sensualidad de Damasco, los caracoles de Jaffa”. Ciudades importantes que en ocasiones dejan rasgos en el corazón. Como toda buena literatura, los poemas principalmente son un viaje a la Imago, y así los lugares se identifican con la belleza de sus imágenes. Porque el mundo, la Historia y los recuerdos ancestrales también son imágenes, quedan como imágenes que brotan del subconsciente, a veces como flores, otras como espinas relucientes de tanto filo. Las subtituladas “Iluminaciones” perfilan el viaje que indudablemente conduce a la “inmortalidad”. Porque es un viaje sin tiempo, “en la coordenada del nunca-jamás. /Este tránsito acontece/ en el mapa de la transmigración” [“Iluminaciones”, V, p. 25].

          Ese interlocutor con que cuenta el sujeto lírico es la mujer soñada, la mujer que anda por todos los corredores memoriosos del poeta; es la mujer onírica que como la diosa Innana se fija en su mente como un único tiempo de eternidad:

Regreso una y otra vez a los papiros.

Las auroras conducen a estertores espléndidos.

Los arcanos extienden sus alas.

Ríos tendidos sobre las sienes

acompañan la algarabía de la noche

y la cadencia crepuscular toca los labios

para propiciar eternidad.

La creación se multiplica

En visiones de sueños compartidos.

Ámbito donde los collares rodean las caderas

                                     y la vida danza.

[Fragmento de “Iluminaciones”, VII, p. 27].

♦♦♦

En la tercera parte, “El verso continuo”, los hacedores de la alquimia resaltan la magia de ciudades festivas, con nuevas tabernas de peregrinos, donde las miradas furtivas a veces dicen más que las chácharas mundanas, “de disquisiciones y rezos”, de las lenguas antiguas, remotas, crepitantes de sonidos y risas, recordando los abetos, “las fábulas y los cimientos…”. Exactamente es eso: el fecundo sonido del verso, imparable, como “luz de hoguera”. Y la poesía, sí, “¿cómo va la poesía?”. Y desde lo cotidiano, como un coro griego, muchas voces responden al unísono: “como un personaje”. Divina poesía que se destila en versos y forma poemas como canciones. El autor se adentra en su propia creación, más que todo en su propia emoción. Su decir que ahora ha pasado de lo remoto y secreto de las ciudades perdidas a los vientos íntimos del corazón. Es entonces, más bien ahora, el individuo en su palabra. ¿Qué recuerdo le ha traído esa “actriz que se acostó con la gloria, y despertó en medio de un pantano?”. ¿Qué personaje de su historia íntima cobra vuelo en el reino de las nuevas imágenes? Esa mujer que crece en las obsesiones de las pupilas es un aliciente sacado de la Nada, o del aparente Vacío, donde a pesar de lo inexplicable el autor invenciona el aire, las moléculas del aire que se procrean en sus manos y surge la belleza transparente de la mujer universal. En los poemas, las letras semejan gotas de agua, y se escucha el ritmo de la lluvia llenando la fuente. Aquella fuente que, por no tener, tenía un pez que escupía el agua, y los versos, en la superficie, formaban un espejo, donde los rostros se limpiaban de viejos pesares. Y en el patio central de la vetusta mansión, “la soledad es umbral del conocimiento”. Son los poemas que surgen de Ur, del sur de Mesopotamia, de aquellas regiones de carruajes voladores, con las siluetas encantadas y gigantescas de los ángeles caídos:

Las doce tumbas de piedras y ladrillos serán mostradas,

con gemas de los soberanos de Ur

entre hojas de sauce,

allende los territorios donde nació Abraham

y la caja de resonancia de esa lira,

convertida en estandarte;

vibrará en los carros alados.

[Fragmento de “El verso continuo”, VIII, p. 36].

♦♦♦

La cuarta parte, como “Retorno del ocaso”, habla del Padre, que no podía faltar. Ha sido una de las obsesiones afectivas del autor. Su padre prisionero de una dictadura diabólica. Desde el primer poema, todo en esta parte es conmovedor. El hijo convoca la imagen dorada de su progenitor. En realidad, no hay otra luz que no sea la de su propia sangre; una luz que se ahonda cada día del mundo, porque está hecha de amor y conocimientos. Es un dolor estremecedor porque habla de la soledad, del “insondable asombro del silencio en que te perdí”. El padre fue la cúspide de sus ilusiones y lo perdió entre las prisiones, las granjas y la vida misma en el espacio-tiempo de este mundo. Se hace inevitable el leer estos versos:

Padre,

no pude mencionarte antes,

las palabras se fueron colapsando

en las granjas de tu prisión.

Desde entonces trato de encontrarte

en calles de ciudades de las que nunca debiste regresar.

En el banco de los acusados dijiste:

—Hijo, la vida no es más que un breve diálogo

de una puesta en escena.

Padre que estás y no estás:

¿Cómo continuar el viaje?

¿A qué ciclo corresponde este sitio

donde acontece mi antes, mi después?

[Fragmento de “El retorno del ocaso”, I, p.41].

Su padre no solo representa el amor de su familia, incluso la madre buena y grandiosamente humilde que languidece en la Isla, sino que fue el Maestro de sus aspiraciones de los misterios históricos y axiológicamente humanos. Mientras su madre, creadora en todos los sentidos, significa lo nacional, su fuerte amor por lo telúrico, el padre es el universo en sí mismo, el sendero de la imaginación heroica, el romántico regreso a los orígenes. Y es por lo que surgen los asombros del planeta: la protohistoria invisible, las aventuras no contadas por los escribas oficiales, los hallazgos de las tumbas y monumentos, la enigmática procedencia de los faraones, los carruajes de fuego descendiendo entre las nubes, las pirámides alineadas con las constelaciones y entre tantas y tantas sospechas de otros mundos. Del Padre al Universo:

Tu rostro convertido en recuerdo,

la conversión de los mapas,

la quema de los códices,

los rollos del mar muerto,

los templos sepultados,

los incendios de Alejandría,

los ismos,

el culto a la ignorancia,

me aferran a tus pechos.

[Fragmento de “Retorno del ocaso”, V, p. 46].

Los ojos rasgados de una gitana tropical influyen en este poeta, conocimiento que lo atrae en las obras de Víctor Manuel; gitana del mundo con su sensualidad moderna que resalta de pronto en uno de sus poemas. Pero al mismo tiempo es imposible que el poeta en sus versos olvide El rapto de las mulatas, de Carlos Enríquez. El voluptuoso hedonismo cubano se refleja en un violento movimiento de sueños que sobresale de los dos nombres de esos universales pintores mencionados. Y su poema gana con el entrelazamiento poético de esas pinturas oníricas; de esos momentos que se hacen eternos:

¡Ay, Víctor Manuel!

Si pudieras extender tu abrazo,

tus ojos en este espacio,

tu delgada figura por estas calles,

inclinando tu sombrero bajo el Sol,

sobre el cariño en vida de estas ciudades hembras.

[…]

¡Ay, Carlos Enríquez!

Ojalá pudieran raptarse estas imágenes

y volcar en color sus transparencias.

Si hubieran visto estas siluetas

en las entrañas mismas del encanto,

habrían querido compartir estas alucinaciones.

[Fragmento de “El retorno del ocaso”, X, pp. 51-2].

♦♦♦

Los “Versos de la siega” conforman una quinta parte no venida a menos, sino por el contrario enriquecida paradójicamente en su brevedad. Es como la ascendencia ya en la cúspide. El mirar desde arriba todo lo escrito. Los tres poemas que componen la “siega” es el quehacer de una metapoesía. El accionar, el recomponer las ideas pasadas envueltas en la bruma de la poiesis, la sublimación del tropo con el significado-otro de nuevas palabras para reafirmar lo acontecido. Es del ser al ser-otro. Es la creación y el cambio; el movimiento de lo nuevo, y más cuando proclama a su persona: una poiesis del alma. El poema entonces permite la transformación del sujeto lírico, del sentirse necesitado de “sentir” en palabras, de sacar su verdad del pecho y penetrar, poéticamente, en los secretos del hombre. Es un señalamiento para renacer y recordarse a sí mismo que uno, independientemente de ser creador, pertenece a la legitimidad de este mundo.

Nacidos de un proto-pueblo

las visiones danzan el adagio de lo ignoto,

imágenes que dan paso a toda forma.

Desarmonía que se refracta,

percepción de los sueños

cuando cambio los epítetos.

Al ritmo de voces sonando a elegía

tomo la imagenería terrestre,

el símil transfigurado en acordes,

los armónicos celestes,

y la morfología que se asoma

como si hubiese sido antes

reminiscencias de las letras

paso de las gestas,

sentido de la transmutación,

belleza fundida en cadencia,

sin principio, sin definición…

[Fragmento de “Versos de la siega”, I, p. 54]

     Hay como una receta en la búsqueda de su propia creación. Al Poeta le interesa la exactitud de sus sentimientos, aun cuando muchas veces el alma se desborda más allá de uno. Los versos se precisan en “la fugacidad, / la recurrencia, / la fragilidad, / las derivaciones / y el flujo de los ciclos; / creando territorios.”. Sin embargo, más puedo decir: los versos vuelan plenos de sugerencias. Las palabras, en verdad, indican sutilmente caminos secretos, dimensiones primigenias de un resonar psíquico. La imaginación del Poeta, intuitivamente, busca otras lecturas de la Historia, incluso, se abre a sí mismo para dar una parte de su biografía más íntima y continua con el símbolo femenino y maravilloso de la vida. Además, recompone su interés pictórico, su reconocimiento a figuras señeras de la pintura cubana, la sensualidad moderna de una mujer genérica, única en su diversidad.

♦♦♦

Es como si este hermoso poemario terminara con una conclusión de sí mismo, en esa última quinta parte, al menos, en fragmentos de los dos penúltimos poemas, lo que podríamos llamar una metatextualidad poética como autorreconocimiento de lo que se ha propuesto el autor. De aquí “Los versos de la siega”. Pero al mismo tiempo, a esto se vincula una intención de oráculo, vaticinio o augurio que habla de la revelación en estos nuevos tiempos, cuando la Historia se abre, por fin, y se develan secretos social y políticamente guardados, que ya la tecnología y la ciencia han puesto en la palestra pública. Entonces, el ser humano se dejaría ver en toda su debilidad, o en toda su fuerza de redención. Quizás el pánico, tal vez la resignación de un porvenir sin soledad. O incluso la alegría de haber sabido siempre que hay algo más; o que el acontecer anterior no vino a ser sino una manera cobarde y oportunista para no aceptar nuestra verdadera e ínfima naturaleza; o que la libertad es una ley universal, o, todo lo contrario, que ha sido un disfraz de viejos tiempos, o algo que no tiene asidero, ni razón de ser ante los dioses. Y que, de hecho, desde una incertidumbre humanista nos habrá de afectar. Cambios vendrán, parece decir, y un nuevo espíritu de época nos acecha en el recodo de una cercana esquina. La incertidumbre es el colofón de Los últimos relatos:

Los unos se alejan de los otros.

Las ciudades se pueblan de silencio.

Los poderes palidecen.

Se suceden avisos de destierros.

Se han quedado mudas las voces en las redes.

Caen derribadas las pancartas.

El egocentrismo abre los ojos de impotencia.

Atrincherada, detrás de las fachadas,

la perplejidad sin respuesta.

[Fragmento de “Versos de la siega”, III, p. 57].


Mi grito de libertad desde el encabronamiento

Juventud Rebelde, quizás el más aberrante de los medios de prensa bajo el control del Partido Comunista, cataloga de «Papá Estado» al régimen cubano.

Hay que tener un corazón profundamente mezquino para clasificar de «Papá» a un seudoEstado que, tras seis décadas en el poder, no ha podido garantizar a sus ciudadanos ni siquiera los más antiguos y universales alimentos: el pan y la leche.

Un seudoEstado [una exRevolución] que va en harapos y que ha hecho de la mentira su ciencia y su esencia.

Con esa manera alevosamente tonta que distingue a cada una de sus publicaciones, Juventud Rebelde asegura que:

«La familia Cuba no puede prosperar con tanta sobreprotección igualitarista, al extremo de que sus hijos laboriosos y esforzados se desgasten trabajando y no progresen como desean para que sus hermanos vagos y extraviados vivan muchas veces mejor, del invento y del engaño medrando con las dificultades».

Esta es la respuesta soez que el régimen, a través de Juventud Rebelde, le otorga a cada trabajador cubano por el esfuerzo y el sacrificio de sesenta años. Es decir: Nada.

Porque nada es lo que tiene la familia cubana, mientras las Fuerzas Armadas [FAR] administran las arcas del país al tiempo que el Ministerio del Interior [MININT] le sirve de escolta y de cerbero.

¿Quiénes son los hijos laboriosos y esforzados; quienes los vagos y extraviados? Esa es la respuesta que jamás podrá ofrecer el insulso y oxidado Juventud Rebelde.

¿Por qué Juventud Rebelde no dedica sus páginas a detallar cuánto cuesta y quién financia los constantes y violentos operativos policiales contra la oposición política, contra los activistas pro derechos humanos, contra los periodistas y artistas independientes?

¿Por qué Juventud Rebelde no explica en sus páginas que la tremebunda y licenciosa vida a la que se abocan las familias de Fidel Castro, Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, y un larguísimo etcétera, se financian no solo con el sudor del pueblo cubano, sino con las remesas del exilio cubano, con las remesas de la UE, la FAO, la UNICEF y, también, con el 75% de la venta de los servicios que prestan los profesionales de la Salud Pública en más de treinta naciones extranjeras?

El engaño se termina aquí.

Cubanos: el régimen, a través de Juventud Rebelde, nos quiere dividir ahora y mezquinamente en «laboriosos» y «vagos», en «esforzados» y «extraviados».

Despierten.

No somos ni laboriosos ni esforzados ni vagos ni extraviados: somos esclavos, Cuba es una plantación de caña de azúcar y nuestros hogares, barracones.

Cuba es hoy menos que una finca, sino un corral desvencijado. Un suave latifundio, administrado por la mentalidad de quienes se autoperciben terratenientes e inquisidores.

Cuba vive una época oscura bajo la egida del Partido Comunista, y Juventud Rebelde es uno de sus patíbulos.

El engaño, al menos para este cubano, termina aquí. A mí nadie me paga porque jamás estuve en venta.

Aquí estoy.


El Movimiento San Isidro y su batalla por la libertad artística

Cuando el joven artista visual Luis Manuel Otero Alcántara y los integrantes del Movimiento San Isidro empezaron su batalla por la libertad de creación artística frente al ominoso Decreto 349, pocos pudieron imaginar la repercusión que llegarían a alcanzar.

La huelga de hambre de San Isidro y la consecuente protesta durante cerca de doce horas, el pasado 27 de noviembre, de más de 400 artistas frente al Ministerio de Cultura, en reclamo de libertad de expresión, han puesto en jaque al régimen.

Con la represión contra el Movimiento San Isidro lo que ha conseguido la dictadura es que centenares de artistas e intelectuales -algunos de ellos con mucho reconocimiento dentro de la cultura oficial- que hasta ahora permanecían callados, se solidaricen con los artistas reprimidos y se sumen a los reclamos por la libertad de expresión.

Esos reclamos, que seguirán creciendo, no los pararán con la alharaca de los más sumisos y los sicarios del pensamiento oficial de la UNEAC y la Asociación Hermanos Saíz y la farsa de diálogo que más bien es un monólogo ministerial, un chapucero remake de las Palabras a los Intelectuales de Fidel Castro en 1961.

A los mandamases castristas, en su intento de maniatar y amordazar al arte, les salió el tiro por la culata. Pero en su miedo y su torpeza, cuando, con tanto escándalo, muchos ojos en el mundo se viran hacia Cuba y es tan precaria la situación de los cubanos que pareciera inminente un estallido social, no se les ocurre otra cosa que aumentar la represión, sacar a los boinas negras a la calle y montar en los medios oficialistas un carnaval de mentiras y difamaciones ridículas en contra de los miembros del Movimiento San Isidro, a quienes presentan como “mercenarios pagados por el gobierno norteamericano” e intentar vincularlos con actos terroristas.

Los medios oficialistas se han ensañado con Luis Manuel Otero Alcántara. Ironizan diciendo que, fabricado por el gobierno norteamericano, es “un nuevo héroe de la contrarrevolución”. En realidad ese héroe, y los que vendrán, los ha creado no la CIA, sino el castrismo, con su paranoia, su odio y su saña represiva

Los prepotentes y paranoicos mandamases, que ven a todo el que disiente como un enemigo, se niegan a aceptar que Otero Alcántara es un artista. Para ellos, es “un negro gusano, marginal y revoltoso”, ideal para dar un escarmiento.

Otero Alcántara, con su excesivamente chocante irreverencia en la desnudez y la utilización de la bandera para sus performances, en un país donde las banderas son sacralizadas, y algunos miembros del Movimiento San Isidro, con su impulsividad, algunas frases desafortunadas y su devoción por Trump, se la han puesto fácil a los difamadores papagayos del régimen para su campaña de descrédito. Eso, por no hablar del vídeo del rapero Denis Solís y su altercado con el policía que irrumpió en su vivienda, que, como prueba del desacato del que se le acusó, parece filmado en el ICRT, con guión del Ministerio del Interior, para el serial “Tras la huella”.

Pese a todo eso, gústenos o no su arte y sus procederes, la mayoría de los creadores cubanos, los que nos negamos al sometimiento y la censura, no tenemos otra alternativa que solidarizarnos con los del Movimiento San Isidro por haber sacado la cara por todos nosotros y su valor para prender la chispa de las protestas.

Seis décadas de aberradas “políticas culturales”, que pretenden remachar con el Decreto 349, han generado una mediocre cultura de rebaño y un medio intelectual donde más allá de ciertas inocuas poses contestatarias imperan, como en el resto de la sociedad cubana, el miedo, la hipocresía, la simulación y el doble discurso. Ya es hora de terminar con ese aherrojamiento.

No puede estar en manos de un Estado-Gobierno-Partido, como pretende el Decreto 349, determinar quién es artista y quién no, y qué es arte y qué no lo es. Si el arte está sujeto a los intereses y conveniencias del Poder, será cualquier cosa, remedo, propaganda, panfleto, lo que sea, pero no arte.

El arte, no hay otro modo posible, tiene que ser independiente. Y si es irreverente y provocador, bienvenido sea también.

Pésele a quien le pese, el arte será libre o no será.

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‘Quiero una Cuba sin conflictos’: Entrevista a Yimi Konclaze

Yimi Konclaze

En la escena del rap cubano el Yimi –como todos le conocemos– es un personaje particular y pintoresco, capaz de llegar tarde a sus propios conciertos y luego subirse al escenario con la sonrisa de un niño pícaro intentando vivir a su tiempo sin que nadie le imponga leyes, reglas u horarios. Su obra está cargada de un lenguaje performático que la hace original en medio de la diversidad del rap insular. No de ahora, que ya se puede decir que este artista ha alcanzado madurez en su creación por toda su trayectoria: Desde sus primeros trabajos, se observaban vestigios de una investigación creativa que rebasa las fronteras del rap para apropiarse de otros códigos estéticos, sonoros, visuales y sociales, con los cuales se conforma su música.

Poseedor de una poesía distintiva con gran dominio de la rima, sus letras expresan lo que se habla en el barrio. No cualquier barrio, sino la Habana Vieja. Esa Habana de solares en peligro de derrumbe, del invento para buscar dinero, de los pillos que te envuelven con la labia, prostitutas y travestis que salen de noche a comerciar su cuerpo.

El folklore que lo rodea, la religión, los santos, la rumba, el espíritu de su abuela que lo guía, es parte de la construcción de este rapero, activista, Dj y productor. Un chamaco de barrio con sueños por los cuales apostó: al arte, la música, la libertad…     

¿Cómo llega Yimi Konclaze al rap?

Tengo el recuerdo de haber rapeado con el Rap del Tomatico en la primaria, de encontrarme con algún que otro casete de Vico C en cinta. Estando en la secundaria en algún pase de la beca, en fiestas del CDR, ponían a El General. En esa época fue cuando yo tuve noción de la Música Urbana.

¿Qué temáticas comenzaste a desarrollar en tus canciones?

En ese tiempo yo me sentía con poco feedback y lo que hacía era ver filmes.  Muchas de las primeras canciones eran basadas en los filmes que veía. Me conectaba incluso con los soundtracks de esas películas. Después han pasado los años y evidentemente me he dado cuenta que muchos eran filmes buenos. De un Hollywood comercial pero con buena factura sobre todo en el contenido y el mensaje que te dejaban. Me gustaba leer, le descargo a los libros, pero el cine capturó una cosa en mí, lo cual me inspiraba mucho.

Con el pasar del tiempo igual comencé a inmiscuirme un poco más en la trayectoria de raperos que me estaban gustando, sobre todo del Yuma, New York, Los Ángeles y esas tallas. Ahí empecé a comprender cosas que estaban en plena sintonía con las ganas que teníamos de expresarnos mediante ese medio.

También para crear las canciones creo que hay factores que tienen que ver con los momentos de crisis. Pueden ser personales o cosas que uno busca en el propio pasado u otras que te estén sucediendo en el presente. A partir de la separación de lo que para ti es crisis, pero pudo haber sido en otro momento crisis para otras personas, comienzas a valorar los ciclos donde rompes esa dualidad con otros seres y eso es lo que te hace crear las canciones con las cuales pueden conectar con el público.

En tu trabajo se puede percibir una gran variedad de mezclas, dando como resultado un producto experimental dentro del rap. Háblame de tus referentes musicales.

Desde que uno está en la barriga de mami está cogiendo pulsaciones y recibiendo un beat. Ese beat tiene mucho que ver con tus genes y ADN. Todo eso tiene que ver con tu árbol y tu historia trasgeneracional y por supuesto ahí está la música, en la conexión espiritual con mis antepasados, mi abuela y demás. Entonces, en primer lugar, eso a mí se me refleja y me siento muy conectado con ello.

Yo tengo total gratitud con la época que me tocó vivir de fiñe, yo viví los ochenta. Lo que tenía era un tv ruso y un Elpidio Valdés, una radio, muchas cintas sobre las cuales estás sentado –debajo de esa cama hay muchos casetes de cinta– y tengo una gran pasión por ese momento.

La banda sonora de mi niñez es en gran parte la música que les gustaba a mis padres. Podría mencionar la música romántica de aquel tiempo, los boleros. También te puedo mencionar referentes como Caetano Veloso, Van Van, Irakere, Carlos Embale, Los Muñequitos de Matanzas. Yo soy criado en Jesús María, Habana Vieja, la rumba tiene mucho de mí. Este es un barrio de rumba natural, lo aprendí luego.

Comencé a entender realmente la rumba súper tarde, a los veinte y tantos años. En mi etapa de adolescente lo que estaba de moda era la timba cubana. Yo estuve en el concierto del Team Cuba en el Capitolio. Cuando salía de pase en la beca iba para el Salón Rosado de la Tropical, los conciertos de la Piragua con NG La Banda. Todo eso en vivo yo lo cogí de chama. Igual era lo que se oía en la beca, que fue donde aprendí a bailar casino. Eso influyó mucho pues me encantaba bailar y con el rap fue un contraste fuerte, pues los raperos no bailan.

La rumba llega a mí por mi abuela y mi barrio. Pero la primera conexión que yo tuve con un tambor fue en casa de mi tío Carlitín, en el Cerro.

Háblame un poco de tu experiencia como productor musical.

Eso también tiene que ver con la música que me ha influenciado. Cuando me quiero acordar de mi infancia sampleo sonidos relacionados a ella, que detecto en el momento: Nelson Ned, José Feliciano, José José, Dúo Pimpinela, el cual mis padres me ponían a cantar de niño junto a mi hermana. Esas cosas a mí me cuadra samplearlas porque me conectan con el niño que quiero seguir siendo.

Aprendí que la música se podía hacer por computadora en un momento de la vida en que yo no tenía computadora, ni soñaba tenerla, creo que mi hija aún no había nacido. Yo sabía que en mi cabeza tenía el software, por llamarlo de algún modo, y eso hizo que el camino se me hiciera súper fácil para atrapar y lograr cosas sin tener la posibilidad.

Mi carrera de disidente comienza cuando copio la llave de la oficina de mi mamá sin que ella se diera cuenta, y entro a la escuela donde ella era directora sin pedir permiso… y de ahí salían mis backgrounds.

Háblame de tus trabajos como promotor cultural en la comunidad.

Eso surge a raíz de entender que había mucha gente aquí que se estaba conectando. Yo te digo, cuando uno hace algo en el barrio y trae disciplina no piensa que está rompiendo un paradigma. Yo realmente lo que pienso es que la gente lo sabe y lo va a asumir bien sin entrar en shock cuando me decido a hacer algo con la comunidad. Yo entiendo que todo el mundo sabe lo que es y lo entiende. Es la respuesta que he tenido, aunque luego en el proceso me he dado cuenta que para ellos ha sido un impacto positivo de conocimientos.

Háblame de tu proyecto La Partidera, el cual realizabas en La Madriguera y dabas espacio a otros raperos para que se presentaran…

Eso surge por allá por el año 2007, por lo menos la primera temporada, ya la segunda fue por el 2012 o 2013. Mira, Claudia Expósito, Carlito El Puro, Libán, Jorgito, Denis, ellos eran EL Topo Producciones que trabajaban ahí en La Madriguera, son los que me apoyan en ese proyecto.

Libán era el que se encargaba de programar a los artistas que cantaban. Ya yo en ese tiempo tenía mi experiencia como DJ, poseía una laptop y me gustaba mucho poner música. Y aunque me gustaba rapear, siempre he pensado que el rap no me puede aburrir y entonces la cultura la empecé a expandir y me comuniqué con grafiteros y bailadores, abriendo espacios para esa cultura underground.

Cuéntame de tu conexión con las artes visuales y en especial con la figura de Wifredo Lam. 

A Lam yo lo escuchaba de nombre y no sabía si era escritor o pintor (músico si estaba seguro que no era). Entonces me encuentro con el documental de Humberto Solás con música de Leo Bouwer, es ahí donde comienzo a recoger imágenes de Lam y a tener noción de su obra.

De Lam me inspira sobre todo su historia, su pensamiento, la mezcla también, pues yo vengo de chino y de afro igual. Entonces, gracias a Otari, un artista visual que me regala su biografía, me pude adentrar más en lo que es su obra, y es lo que realmente comienza a despertar en mí a la religión afrocubana. Eso ocurre en el documental cuando el menciona el nombre de Changó, haciendo una descripción de una obra, y yo soy hijo de Changó. Ocurrió antes de la de mano de Orula sin yo saber de quién era  hijo, en el 2014, lo cual marcó un antes y un después.

¿Cómo ves la situación del arte independiente en Cuba?

Lo veo tan oprimido que no llega hasta aquí. Ahora lo que veo es el colapso. Pero vamos a ver por qué llegó al colapso. Es por toda la censura y todo lo que se ha tenido que hacer por los propios medios de uno sin ningún apoyo. Yo creo que la pandemia también ha sido un factor importante que ha frenado muchos espacios que antes existían y ahora ya ni eso.

También que las instituciones a través del tiempo han perdido más interés y sentido de apropiación por los eventos que se hacen, ya sea porque no los entienden o porque no los valoran o entran en diferentes tipos de conflictos con sus organizadores. Jorge Enrique Rodríguez en algún momento fue algo en las instituciones, no sé si vicepresidente de la AHS o qué exactamente, y hoy por hoy él es una persona que trabaja fuera de las instituciones, vinculado con eventos culturales o no, pero lo que se demuestra aquí es que esas instituciones han perdido el vínculo con sus propios trabajadores. Imagínate con los artistas que no ven todos los días, gente que se queda, gente que va y viene.

¿Cómo tú ves esos casos de represión donde a artistas independientes los hostiga la Seguridad del Estado y los funcionarios dicen que ellos desconocen esos incidentes?

Eso es mentira. Esa gente se sigue los unos a los otros. ¿Que la institución cultural no va a saber que los artistas están recibiendo represión, en serio bro? No de ahora, de cuando el Sexto.

¿Qué opinas del descrédito que sufren los artistas independientes, que son acusados en los medios como mercenarios?

¿Mercenarios porque reciben dinero de otros sitios? ¿Y cómo se han hecho las guerras en este país? ¿Cómo tú puedes enfrentar a un sistema que no te va a reconocer como partícipe de un cambio? ¿Qué estamos haciendo?, repitiendo un ciclo. ¿Qué vamos a decir? Que Martí vivió en New York más de 10 años, que tuvo que contactar con tabacaleros y tuvo que formar cosas porque él venía de una familia pobre.

El arte independiente proviene de una esencia realmente complicada y disfuncional y al no recibir ningún tipo de apoyo del gobierno tiene que buscar opciones. Yo no sé de dónde sale el dinero para que los artistas produzcan sus obras. De cualquier lugar que salga, no tiene que ser directamente de Estados Unidos. ¿Vas a ser mercenario? Porque estás buscando una manera de equilibrar la obra que viene contigo desde que naces y el sistema en que vives no apoya eso. Imagínate tú, eso no hay quien lo controle y yo creo que ahí lo que hay es mucha difamación.

¿Cómo tú visualizas la Cuba del futuro?

Una Cuba sin tener que hacer colas y poder proyectar mi vida sin tener que mirar precios ni qué cuesta nada. Sin tener que estar ahorrando nada, ni salarios, ni datos móviles ni esto o lo otro. En este mismo espacio que es mío donde no pago renta y tengo una vista que me gusta, con tranquilidad y sin ningún ruido de nada. Quiero poder tener un huerto y la libertad de hacer lo que me plazca. Que todas las personas tenga el derecho a amar lo que hacen y libertad de hacerlo. El que no tenga la libertad de hacerlo que salga para la calle o se lo discuta a quien se lo tenga que discutir.

La Cuba del futuro donde ya todos hubiesen discutido eso y no hubiese más guerras ni conflictos.


Dos valientes cubanas o la insoportable inhumanidad del bloqueo castrista

Katherine Bisquet y Camila Lobón reaccionan al cerco de la policía política (foto de Facebook)

La Cuba policial continúa empeñada en ahogar a la Cuba independiente. En Facebook, cubanos de dentro y de afuera se hicieron eco este martes de las denuncias contra el bloqueo de la Seguridad del Estado a dos jóvenes creadoras del Movimiento San Isidro, quienes ya por trece días permanecen cercadas domiciliariamente.

«Katherine Bisquet y Camila Lobón escribieron en una sábana para denunciar que llevan 13 días en presión domiciliaria ilegal en Cuba y la colgaron hacia la calle», denunció desde Barcelona el escritor Arsenio Rodríguez Quintana. «El valor de estas jóvenes contra la dictadura en Cuba es descomunal. Mi apoyo a ellas, al Movimiento San Isidro y al 27N es sin fisuras».

«Un orgullo tener amigas como ellas, las artistas Katherine Bisquet y Camila Lobón. Encerradas por la Seguridad del Estado de Cuba por 13 días sin una sola razón legal. Usando su maquillaje, han pintado esta sábana y la han colgado del balcón», subrayó desde La Habana la periodista Luz Escobar:

Tras los sucesos del 27 de noviembre pasado, cuando cientos de jóvenes se congregaron frente al Ministerio de Cultura pidiendo la liberación del rapero Denis Solís y el cese del acoso contra los creadores independientes -luego de una huelga de hambre protagonizada por el Movimiento San Isidro-, los miembros del grupo se han visto sometidos a un cerco frente a sus domicilios que ya abarca todo el mes de diciembre.

El mitin de repudio contra Bisquet y Lobón no podía faltar:

«El arsenal culturo-repudial ha integrado en su repertorio a Moneda Dura, Moncada, Carlos Puebla, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Shara González, fragmentos de discursos de Fidel grabados y de vez en cuando un vecino que declama Bonifacio Byrne o grita lo de siempre, Fuera, Gusanas, Descaradas, Mercenarias, la calle es solo de los revoluyouknow», describió Lobón en Facebook. «Nada nuevo bajo el sol, imaginación 0. Es mi segundo acto de repudio en el año».

«A muchos les va a dar risa y a muchos ganas de llorar», escribió, por su parte, Bisquet. «A la mayoría les provoque quizás la mueca extraña esa entre la risa y el llanto. Pero la verdad es que cuando el altavoz, justo antes de la conocida avalancha de improperios e insultos, balbuceó las palabras delirantes ‘Y gracias a esta Revolución se está salvando a nuestra Revolución’, yo llegué a pensar por un segundo que aquella voz no venía de la calle sino de ahí mismo, de la azotea, y era una voz que entendía perfectamente tanto los mecanismos como el sentido último del Estado cubano».

Nueva editorial ‘El Ateje’ abre con colección de teatro

José Abreu Felippe

La editorial miamense El Ateje abre su Colección Teatro «con dos dramaturgos esenciales dentro del panorama teatral cubano, José Abreu Felippe y Héctor Santiago», han anunciado sus editores.

«Las piezas que integran estos libros parten del drama humano y se adentran en el dolor, la desesperación, la ruptura familiar y el deseo de libertad», indicaron. «Dos de las obras, Amar así de Abreu Felippe y El último vuelo de La Paloma, de Santiago, están ambientadas en los sucesos del Mariel, que este año 2020 conmemora su 40 aniversario».

«En la segunda pieza de Santiago, El loco juego de las locas, los personajes recrean en un juego de dolor y muerte, los campos de trabajo forzado UMAP en Cuba, que conmemora sus 55 años de instaurados».

«Dos efemérides cubanas que evocan momentos trágicos, violentos, actos de repudio, trabajo forzado y represión».

José Abreu Felippe. Poeta, narrador y dramaturgo. Nació en La Habana el 19 de marzo de 1947. Vivió unos años en Madrid y desde 1987 reside en Miami. Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero por El tiempo afuera, 2000. Como dramaturgo ha publicado Amar así (1988, 2020), primera obra escrita en el marco literario cubano sobre el éxodo del Mariel, fechada en La Habana en 1980. Teatro (1998), que reúne cinco piezas; Tres piezas (2010); y Árido (2012). Recibió el Premio Baco de Teatro en el 2012. Entre sus obras más recientes se encuentran Cenizas (2016) y La Felicidad (2020).

Héctor Santiago (La Habana, 1944). Director, dramaturgo, actor, titiritero, coreógrafo, bailarín y pintor. Graduado del Seminario de Dramaturgia del Teatro Nacional de Cuba. Vive exiliado en New York desde 1979. Sus obras han sido estrenadas en Estados Unidos, México, Brasil, Perú y Paraguay. Premio “Letras de Oro” 1997, por Vida y pasión de La Peregrina; Premio “Concurso Chicano/Latino”, Premio Teatral Internacional “Monólogo Dramático”, Madrid, España. Premio Teatral Internacional “Alberto Gutiérrez de la Solana”. En New York participó en una exhibición colectiva en la Galería Jadeite y en una unipersonal en la galería del curador Gustavo Valdés en New Jersey. En el 2012 publicó la novela La memoria del agua.

Contacto con la editorial: [email protected]


Lecciones de la serie española ‘La valla’ (The Barrier)

1- No hace falta un acento unificado —el supuesto ‘neutro’— para que el público se identifique y acepte a los distintos personajes de esta serie en Netflix. Por ejemplo, Alma es argentina, habla con un marcadísimo acento gaucho y nadie se lo cuestiona. Se entiende todo lo que dice, así que Televisa, Telemundo, Univisión, quiten la camisa de fuerza del acento dizque ‘neutro’ a sus actores no mexicanos.

2- Pero la gran lección no es esa, sino cómo es la vida de los pobres ciudadanos bajo un régimen totalitario, vigilados por una Begoña en cada comuna (cual CDR castristas: «En cada cuadra un comité, en cada cuadra… un chivatón») y por la Seguridad del Estado, a merced además de los chivatos oportunistas o fanáticos, que nunca faltan. Hace falta que todos los socialistas trasnochados —sobre todo los españoles— vean esta serie, donde el pueblo come ‘carne con papas’ sin carne mientras la nomenclatura gobernante y sus familiares gozan de todo tipo de privilegios. Esa es la Cuba de hoy, tíos trasnochados, y lamentablemente, desde ya pronto 62 años.

3- Desgraciadamente, la Seguridad del Estado siempre encuentra individuos que, por miedo a perder su trabajo o su posición, o por chantaje, porque los detuvieron haciendo algo ‘ilegal’ —casi toda actividad libre del control del estado totalitario es ‘ilegal’—,  aceptan vigilar e informar sobre sus familiares y amigos, algo de lo que he sido víctima yo mismo, pues dos de mis supuestos grandes amigos en Cuba, uno en La Habana y otro en Santiago de Cuba, accedieron a vigilarme cuando yo iba a la Isla para informar de mis movimientos y reportar si tenía algún encuentro con la disidencia. 

A uno lo dejé de tratar pero al otro lo he perdonado. Aunque no olvido.

4- Y por último, y no por ello menos importante, que todos los pueblos bajo dictaduras totalitarias se comportan de modo similar. La mayoría vive con miedo y hace el juego de la doble moral y hay chivatos y colaboradores. Como tan bien dice mi gran amiga Anabel, un solo hombre como dictador no puede joder a un país y a un pueblo si no cuenta con gente servil que lo siga y lo apoye.

Como coletilla, y ya sin nada que ver con dicha serie: Incluso muchos de los que logran escapar de la dictadura castrista (Díaz Canel es tan títere que no amerita decir «canelista») aún continúan con miedo a las represalias del régimen, como no poder entrar a Cuba, y no ponen «like» a textos en su contra, como éste mismo, por ejemplo. Ya que sabemos que las ciberclarias nos revisan Facebook, los emails y Twiter, como antes nos abrían la correspondencia… y siguen escuchando las llamadas.

Gracias, valiente Movimiento San Isidro. Viva la libertad de expresión. Cuba para todos. Sin miedo.

Comunicado #3 de los acuartelados de San Isidro

"El San Lázaro de cerámica que teníamos en San Isidro". Katherine Bisquet en Facebook

Este lunes, en Facebook, la escritora Katherine Bisquet publicó el siguiente comunicado a nombre del Movimiento San Isidro, cuyos miembros continúan sitiados por el régimen castrista en sus domicilios:

Comunicado:

En los días recientes hemos asistido a un despertar sin precedentes para Cuba. Miles de cubanos, sin importar el lugar de residencia actual, se han reconectado con el país y sus anhelos de libertad y han salido a las calles, exhibiendo con entusiasmo el apoyo a San Isidro, a la liberación de Denis Solís y a un cambio democrático para todos.

Dentro de la isla también hemos recibido numerosas muestras de apoyo, a pesar de la campaña difamatoria que el Estado ha desarrollado contra nosotros y la militarización de los espacios públicos. Algunos se han manifestado, exponiéndose a detenciones y maltratos, otros han apoyado desde un posicionamiento en la redes o a través de muestras de solidaridad a nivel personal o grupal.

Todo cuenta para nosotros: desde comunicados explícitos de apoyo, obras de arte, carteles, videos, hasta los saludos emocionados que recibimos de personas en las calles, poniendo sus manos en el corazón, o las que auxilian en sus casas a los que todavía están sitiados.

Desde ese espíritu de celebración queremos continuar en la senda de la libertad. Insistimos en nuestro derecho a movernos libremente y a reunirnos. Insistimos en la necesidad de seguir luchando por la liberación de Denis Solís y ahora también de Luis Robles, joven que se manifestó pacíficamente en el boulevard de San Rafael, en La Habana, y que ya fue acusado de desacato.

El gobierno ha demostrado de todas las maneras posibles que no quiere diálogo y que está dispuesto incluso a recurrir a la violencia con tal de no cejar en la violación constante de nuestros derecho humanos y ciudadanos. Hemos esperado por dos semanas que la Seguridad del Estado quite la vigilancia a nuestras casas y nos permita volver a nuestras vidas y ocupaciones. Como no ha ocurrido, dejamos explícita nuestra decisión de hacer uso de nuestros derechos elementales y responsabilizamos al Estado Cubano de cualquier acto agresivo y arbitrario en nuestra contra. Somos mujeres y hombres libres y nuestras casas no son calabozos.
Este clima de efervescencia nacional coincide con la celebración de San Lázaro esta semana, culto popular donde se concentran tradicionalmente los anhelos más entrañables de los cubanos. Invocamos a la confluencia de esas energías y voluntades, para que cada persona de buena fe contemple, dentro de sus peticiones e iniciativas, el cambio que tanto necesitamos todos.

Queremos acompañar a Maykel Castillo a llevar hasta el Rincón la ropa de preso por él utilizada estos últimos meses, un performance a favor de la liberación de Silverio Portal Contreras. Que Silverio esté libre es motivo de júbilo y nos impulsa para continuar abogando por la excarcelación de Denis y de los más de cien presos políticos cubanos.

A esta demanda, sumamos el reconocimiento por parte del Estado Cubano de la ciudadanía plena a todos los cubanos dispersos por el mundo. Que volvamos a ser, también desde la legalidad formal, un solo pueblo.

¡Libertad y vida para Cuba!
Acuartelados de San Isidro

Cuba: El ocultamiento crece mientras el Covid-19 se extiende

El Covid-19 podría estar extendiéndose agresivamente en Cuba gracias a la negligencia médica sistémica y las condiciones objetivas de insalubridad, promiscuidad social y miseria reinantes en la Isla.

Y es que el régimen cubano no generaliza las pruebas o tests de coronavirus por temor a que se disparen las cifras de contagio y dañen la imagen internacional de su sacrosanto sistema de salud.

Ni siquiera la exigua cifra de tests brindada recientemente por Prensa Latina, agencia de prensa célebre por tergiversar datos y maquillar la imagen de la llamada «revolución cubana», resulta creíble (35 mil supuestas pruebas).

Tan supuestas que no figuran, o no son aceptadas, por el sitio de estadísticas mundiales (Statista.com). Según Prensa Latina, Cuba «no aparece oficialmente en el listado, pero pudiera colocarse en la tabla, con exactamente 35 mil 115 pruebas -entre test rápidos y PCR- aplicados hasta el pasado primero de julio».

Otra forma de ocultar las cifras reales de contagio pudiera ser la aplicación de tests rápidos en lugar de tests RT-PCR para detectar SARS-CoV-2. Los primeros arrojan un 30% de resultados falsos negativos, y se estarían utilizando de manera preponderante.

El periodista independiente Oscar Casanella señala en ADNCuba el caso de «un hombre de 68 años de edad que residía en el área vinculada al evento de contagio de San Joaquín, del municipio Cerro», en La Habana.

«Conocer a ciencia cierta si este cubano hubiera sobrevivido a la Covid-19 de haber tenido un diagnóstico temprano es imposible (…) pero lo que sí podemos afirmar es que los médicos que lo atendieron no fueron capaces de diagnosticar su enfermedad antes de su muerte por mala praxis», apuntó el periodista.

Los médicos en Cuba deberían conocer «que los test rápidos de detección de anticuerpos no sirven por sí solos para confirmar el diagnóstico de Covid-19, como tampoco sirve un rayos X de tórax», abundó Casanella. «Sin complementar con un test diagnóstico de RT-PCR, ninguno de ellos pudo descartar la Covid-19 como posible diagnóstico de este paciente».

El último episodio de transmisión aceptado por el régimen, al que cada vez se le hace más difícil disimular o camuflar los contagios, ocurrió en una empresa de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, según informó un periódico de Artemisa (Occidente de Cuba).

Otros municipios occidentales donde se han anunciado contagios son Bauta, San Antonio de los Baños, Guanajay, Artemisa, Caimito y San Cristóbal. En La Habana, varias barriadas han sido puestas en cuarentena en lo que va de año.

La vertiginosa muerte del popular reguetonero Daniel Muñoz, del dúo Yomil y El Dany, ocurrida el pasado 18 de julio en el hospital Calixto García, de la capital del país, habría sido otro caso de ocultamiento, según diversos analistas y seguidores del músico.

El Dany, quien habría ingresado al hospital para verificar la causa de unos dolores en sus piernas, terminó hospitalizado por varios días, y en una foto publicada en las redes sociales apareció recibiendo respiración asistida.

El cadáver del músico, de solo 31 años, fue trasladado precipitadamente del hospital al cementerio. La explicación oficial predominante es que murió de “un ataque cardiaco por trombo”.

“Los trombos, que pueden causar embolias cerebrales, ataques cardiacos y peligrosas obstrucciones arteriales en piernas y pulmones, son encontrados cada vez más seguido en pacientes con Covid-19, entre ellos algunos niños”, ha apuntado Lindsey Tanner en el Chicago Tribune.


 

Cuba, la UNEAC y sus mafias literarias

El control general que establecen las autoridades cubanas sobre el sistema editorial, los espacios promocionales, las agendas de viaje y cuanto acontezca en el plano artístico-literario en Cuba, reúne a muchos escritores en una especie de mafia que algunos prefieren llamar clan, piña y otras definiciones que significan lo mismo: “Grupos de interés”.

Aunados por amistad, afinidades estéticas, políticas, generacionales, raza, orientación sexual o sólo por acceder con ventajas a determinada oportunidad editorial, espacio de influencia o prevalencia en el enrarecido mercado literario cubano, los implicados en esta guerra de intereses defienden a como dé lugar los grupos elegidos para su realización personal.

En un país donde todo se mide por el denominador común de la incondicionalidad al régimen, estos grupos, ungidos de cuantas artimañas les permiten dejar fuera o descalificar a los demás, conviven sin demostrarse pública animadversión, pero a solas se ponen zancadillas, sacan los trapos sucios y se valen de su espacio ganado a cualquier precio para que sus obras, estilos, formas y temas sean referentes literarios en la nación.

Por eso es que las mafias literarias cubanas, más allá de sus ambiciones o su visión de la literatura nacional, se reparten el control, participan en la presentación de un libro y hasta comparten el jurado de un concurso que sabe de antemano quién ganará, u organizan una antología de cuentos o poemas donde aparecen integrantes de cada grupo a partes iguales, como un pacto de honor entre autores mediocres que velan por los intereses del clan.

Desde hace años, y en los corrillos de amanuenses, arribistas, creídos y demás integrantes de las diversas tendencias literarias que recorren mojito en mano los jardines de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), entre otros sitios de interés cultural, surgen cuatro denominaciones para “caracterizar” a cada grupo en el abrevadero literario nacional.

En la  primera, bautizada como Escuela del realismo “sociolista” (también llamado por sus rivales Pene Club), se agrupan machistas y egocéntricos que se autodenominan realistas, “ocupan puestos claves en revistas, editoriales e instituciones promocionales del país, y desprecian al resto de las modalidades de actualidad. Su tótem es Mario Vargas Llosa”.

Por oposición natural, la segunda se denomina La mafia rosa, y la principal característica de sus correligionarios es la homosexualidad. Defienden la literatura fantástica y el absurdo y sus obras giran en torno al sujeto gay, en busca de un sitio en la sociedad. Se muestran beligerantes, hasta el escándalo, con su contraparte del Pene Club. Su ídolo es Virgilio Piñera.

La tercera es denominada La colonia negra, porque “agrupa a los individuos de esta raza unidos para hacer valer sus derechos preteridos en una masa mestiza que anhela, a toda costa, pasar por aria, nórdica, eslava o latina, al decir de sus voceros”. Ejercen la literatura como una provocación conceptual, deconstructivista.  Su ángel tutelar es Severo Sarduy.

En último lugar, La escuela de las mujeres, a quienes los del Pene Club llaman El Clítoris Hall, o Hell, debido a la veleidad de sus demandas, y a un feroz feminismo que preconiza el discurso genérico cual aparato para granjearse áreas de empuje sociocultural, y al ímpetu que emplean con tal de  lograr sus propósitos.  Su ídolo es Simone de Beauvoir.

Estas y otras calificaciones escuchadas en tertulias, exposiciones y bares; o leídas en polémicas publicitadas en revistas literarias (Yoss), y libros como Cuestiones de agua y tierra (Jesús David Curbelo), nos muestran el panorama interior de una literatura excluyente, dividida y censurada que perdió su influencia en el acervo cultural de la nación.


Una primera versión de este artículo fue publicada en 2015 en Neo Club Press


Escritor expulsado de la UNEAC tras publicar carta abierta a Díaz Canel

Los escritores Pedro Armando Junco y Jorge Olivera en el Festival Vista. Foto cortesía de Melikah Jazz

El narrador cubano Pedro Armando Junco, con residencia en Camagüey, fue expulsado de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) esta semana tras hacer pública en las redes una carta al gobernante Miguel Díaz Canel en la que le pedía el fin de «la segregación de nuestra moneda frente a las divisas extranjeras y la libertad económica de todos aquellos que producen alimentos».

«Ayer lunes 3 de agosto se presentaron en mi casa dos funcionarios de la Unión de Escritores para notificarme la separación definitiva de este organismo por actuar en franca contradicción con los principios, estatutos y reglamentos de la UNEAC”, anunció este martes el narrador, autor de novelas como Confesiones eróticas de la tía Nora y Muchachas en Río Blanco, y del libro testimonial La furia de los vientos (Premio Nacional David), entre otros volúmenes.

«Esto ha sido en respuesta al atrevimiento de escribir una carta pública, mediante Facebook, al presidente Díaz-Canel. Para nada me ha sorprendido esta violación del artículo 54 de la Ley de Leyes, recientemente promulgada (“El Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión”); por el contrario, me extrañó que demoraran tanto en violar la Constitución, pues desde el requerimiento que me hicieron a final de julio con la esperanza de obligarme a pedir perdón al estilo de Heberto Padilla hace ya casi sesenta años, los estuve esperando», indicó el escritor.

«Lo que les duele es la acogida positiva por miles de personas que dieron like, comentaron o compartieron en sus muros, haciendo suyas las dos propuestas principales de esa misiva que encierra el sentir de la mayoría del pueblo cubano’, resumió Junco.

Pedro Armando Junco (Camagüey, Cuba, 1947) es periodista, ensayista, narrador y poeta. Premio David de Testimonio (1987) y Premio Rolando Escardó en 2007, ha obtenido numerosos reconocimientos literarios en Cuba y fuera de ella. Ha publicado también, entre otros, los libros 36 hombres a bordo (narrativa) y Crónicas de un pueblo pequeño (narrativa). La furia de los vientos (testimonio) es tal vez su obra más conocida.


La carne

Luego de que sonara tanto en las redes lo declarado por una cretina de la televisión cubana sobre la escasez de carne en Estados Unidos, y cuando tan oportunamente viene al caso la triste situación alimentaria que sufre nuestra gente en la Isla —donde los jefes organizan el hambre con puño de hierro mientras ellos comen filete—, viene muy bien repasar este descacharrante y malicioso cuento del gran Virgilio Piñera, jodedor cubano por excelencia. La carne fue escrito por Piñera en 1944 y forma parte de la colección titulada Cuentos fríos.

La carne

Sucedió con gran sencillez, sin afectación. Por motivos que no son del caso exponer, la población sufría de falta de carne. Todo el mundo se alarmó y se hicieron comentarios más o menos amargos y hasta se esbozaron ciertos propósitos de venganza. Pero, como siempre sucede, las protestas no pasaron de meras amenazas y pronto se vio a aquel afligido pueblo engullendo los más variados vegetales. Sólo que el señor Ansaldo no siguió la orden general. Con gran tranquilidad se puso a afilar un enorme cuchillo de cocina y, acto seguido, bajándose los pantalones hasta las rodillas, cortó de su nalga izquierda un hermoso filete. Tras haberlo limpiado, lo adobó con sal y vinagre, lo pasó –como se dice– por la parrilla, para finalmente freírlo en la gran sartén de las tortillas del domingo.

Sentóse a la mesa y comenzó a saborear su hermoso filete. Entonces llamaron a la puerta; era el vecino que venía a desahogarse… Pero Ansaldo, con elegante ademán, le hizo ver el hermoso filete. El vecino preguntó y Ansaldo se limitó a mostrar su nalga izquierda. Todo quedaba explicado. A su vez, el vecino deslumbrado y conmovido, salió sin decir palabra para volver al poco rato con el alcalde del pueblo. Éste expresó a Ansaldo su vivo deseo de que su amado pueblo se alimentara, como lo hacía Ansaldo, de sus propias reservas, es decir, de su propia carne, de la respectiva carne de cada uno. Pronto quedó acordada la cosa y después de las efusiones propias de gente bien educada, Ansaldo se trasladó a la plaza principal del pueblo para ofrecer, según su frase característica, “una demostración práctica a las masas”. Una vez allí hizo saber que cada persona cortaría de su nalga izquierda dos filetes, en todo iguales a una muestra en yeso encarnado que colgaba de un reluciente alambre. Y declaraba que dos filetes y no uno, pues si él había cortado de su propia nalga izquierda un hermoso filete, justo era que la cosa marchase a compás, esto es, que nadie engullera un filete menos. Una vez fijados estos puntos diose cada uno a rebanar dos filetes de su respectiva nalga izquierda. Era un glorioso espectáculo, pero se ruega no enviar descripciones. Por lo demás, se hicieron cálculos acerca de cuánto tiempo gozaría el pueblo de los beneficios de la carne. Un distinguido anatómico predijo que sobre un peso de cien libras, y descontando vísceras y demás órganos no ingestibles, un individuo podía comer carne durante ciento cuarenta días a razón de media libra por día. Por lo demás, era un cálculo ilusorio. Y lo que importaba era que cada uno pudiese ingerir su hermoso filete.

Pronto se vio a señoras que hablaban de las ventajas que reportaba la idea del señor Ansaldo. Por ejemplo, las que ya habían devorado sus senos no se veían obligadas a cubrir de telas su caja torácica, y sus vestidos concluían poco más arriba del ombligo. Y algunas, no todas, no hablaban ya, pues habían engullido su lengua, que dicho sea de paso, es un manjar de monarcas. En la calle tenían lugar las más deliciosas escenas: así, dos señoras que hacía muchísimo tiempo no se veían no pudieron besarse; habían usado sus labios en la confección de unas frituras de gran éxito. Y el alcaide del penal no pudo firmar la sentencia de muerte de un condenado porque se había comido las yemas de los dedos, que, según los buenos gourmets (y el alcalde lo era) ha dado origen a esa frase tan llevada y traída de “chuparse la yema de los dedos”.

Hubo hasta pequeñas sublevaciones. El sindicato de obreros de ajustadores femeninos elevó su más formal protesta ante la autoridad correspondiente, y ésta contestó que no era posible slogan alguno para animar a las señoras a usarlos de nuevo. Pero eran sublevaciones inocentes que no interrumpían de ningún modo la consumación, por parte del pueblo, de su propia carne.

Uno de los sucesos más pintorescos de aquella agradable jornada fue la disección del último pedazo de carne del bailarín del pueblo. Éste, por respeto a su arte, había dejado para lo último los bellos dedos de sus pies. Sus convecinos advirtieron que desde hacía varios días se mostraba vivamente inquieto. Ya sólo le quedaba la parte carnosa del dedo gordo. Entonces invitó a sus amigos a presenciar la operación. En medio de un sanguinolento silencio cortó su porción postrera, y sin pasarla por el fuego la dejó caer en el hueco de lo que había sido en otro tiempo su hermosa boca. Entonces todos los presentes se pusieron repentinamente serios.

Pero se iba viviendo, y era lo importante, ¿y si acaso…? ¿Sería por eso que las zapatillas del bailarín se encontraban ahora en una de las salas del Museo de los Recuerdos Ilustres? Sólo se sabe que uno de los hombres más obesos del pueblo (pesaba doscientos kilos) gastó toda su reserva de carne disponible en el breve espacio de 15 días (era extremadamente goloso, y por otra parte, su organismo exigía grandes cantidades). Después ya nadie pudo verlo jamás. Evidentemente se ocultaba… Pero no sólo se ocultaba él, sino que otros muchos comenzaban a adoptar idéntico comportamiento. De esta suerte, una mañana, la señora Orfila, al preguntar a su hijo –que se devoraba el lóbulo izquierdo de la oreja– dónde había guardado no sé qué cosa, no obtuvo respuesta alguna. Y no valieron súplicas ni amenazas. Llamado el perito en desaparecidos, sólo pudo dar con un breve montón de excrementos en el sitio donde la señora Orfila juraba y perjuraba que su amado hijo se encontraba en el momento de ser interrogado por ella. Pero estas ligeras alteraciones no minaban en absoluto la alegría de aquellos habitantes. ¿De qué podría quejarse un pueblo que tenía asegurada su subsistencia? El grave problema del orden público creado por la falta de carne, ¿no había quedado definitivamente zanjado? Que la población fuera ocultándose progresivamente nada tenía que ver con el aspecto central de la cosa, y sólo era un colofón que no alteraba en modo alguno la firme voluntad de aquella gente de procurarse el precioso alimento. ¿Era, por ventura, dicho colofón el precio que exigía la carne de cada uno?

Pero sería miserable hacer más preguntas inoportunas, aquel prudente pueblo estaba muy bien alimentado.


Ajedrez, patrimonio cultural de la humanidad

Editorial Lunetra suma otro activo valioso a su catauro deportivo con la edición del libro Ajedrez, patrimonio cultural de la humanidad, del historiador y docente venezolano Uvencio Blanco Hernández, Doctor en Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. Esta es la segunda obra de Blanco Hernández con Lunetra, luego del exitoso lanzamiento de Capablanca y su método: sistema instruccional de ajedrez.

En esta obra de 309 páginas, ilustradas con 25 pinturas realizadas por autores de varias épocas, el profesor Blanco Hernández allana caminos y facilita la asimilación de las esencias culturales del ajedrez a los millones de seres humanos ávidos de conocer el contenido patrimonial histórico y establecido del bien llamado «más noble de los juegos». Sus orígenes milenarios, su historia reciente y su trascendencia en la literatura, la poesía, el cine y otras formas de arte de la sociedad, son expuestas en este libro con abundantes ejemplos y declaraciones de numerosas personalidades del mundo ajedrecístico y grandes maestros de la actualidad. Todo con el objetivo expreso de que la UNESCO declare al ajedrez Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

«Aspiramos que Ajedrez, patrimonio cultural de la humanidad, sirva como herramienta de apoyo a nuestra propuesta de solicitud de declaratoria del ajedrez como Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO y como aporte a la cultura general hacia una mejor comprensión de la evolución del juego, sus valores e impacto en nuestra sociedad», afirma el autor.

Las versiones digital y papel ya están disponibles en Amazon:

Virgilio Piñera y los orígenes del miedo

Montaje de autor desconocido sobre foto de Virgilio original de Mario García Joya.

Tuve miedo: estas fueron, según la Biblia, las primeras palabras del primer hombre luego de cometer el primer pecado. Algún tiempo más tarde, y lejos ya del paraíso, el relevante escritor cubano Virgilio Piñera, nacido un 4 de agosto de 1912, también tuvo miedo, más que por los pecados cometidos, por los que iba a cometer. Es como si durante el transcurso de milenios el temor hubiese dejado de ser mera consecuencia de la falta para convertirse, ante todo, en su prevención o en su anticipo.

Se trata de un desaguisado por cuya existencia no debemos culpar al demonio, quien nunca ostentó poder para tanto. Más bien es la obra de obispos lombardos, concilios de Verona y todos los demás inquisidores que en el mundo han sido, desde Calígula a Torquemada, desde Hitler a Stalin o a Fidel Castro.

Ellos, con sus hogueras y sus empalamientos, violentaron las esencias del miedo para convertirlo en fe. Así, hecho fe pervertida, el miedo continuaría atizando sus llamas hasta aquella memorable ocasión, año 1961, en La Habana, cuando Fidel Castro, Torquemada redivivo, dijo a los escritores y artistas: conmigo o contra mí. Y entonces Virgilio Piñera sintió miedo.

En realidad, fueron muchos los que sintieron miedo, pero únicamente él tuvo el valor y el desenfado que se necesitan para confesarlo a voz en cuello. Debe haberle ayudado la convicción de que su torcedor era precisamente la cobardía, algo que ya había admitido a través del protagonista de uno de sus cuentos, El enemigo, con el cual, por cierto, hizo de profeta, previendo, desde 1955, lo que empezaba a ocurrir aquel nefasto día habanero de 1961: Hay un miedo que es típico del ser humano –escribe Virgilio-. Se trata de ese miedo que por ser un sentimiento muy vital mira horrorizado la posibilidad de perder algo tan valioso como es la vida, y no sólo la vida sino también la fortuna, el empleo, el ser querido…  Esto lo han sabido muy bien ciertos hombres y es por ello que han podido, en un momento dado, dominar a millones de otros hombres.

Sólo valdría agregar que en efecto, esos hombres logran dominar a muchos, pero no a todos. Y en cualquier caso, algunos son dominados sólo a medias. Virgilio perteneció a este grupo, ya que por encima de sus viejos pánicos, supo agenciárselas con una fórmula: Si yo me someto al amedrentador es porque estoy cogido en el engranaje, pero frente a él una sonrisa desdeñosa aflora a mis labios.

En ausencia de otra salida mejor, dadas las circunstancias, su fórmula habría resultado útil no sólo para intelectuales y artistas, sino para millones de cubanos con los más disímiles oficios. Sin embargo, parece que el miedo frustró la aplicación a extensa escala. Tampoco el horno estuvo para palitroques. Además, ni Virgilio ni nadie habría podido vislumbrar hasta qué punto el miedo empezó a alinearnos desde aquella vez en una simetría mental de ciento quince mil kilómetros cuadrados, algo sin precedentes en la polimorfa caribeña, donde la gente siempre ha invocado a Santa Bárbara después del trueno.

Como un músculo, el miedo se iba a robustecer estimulado por la práctica de todos los minutos y en todas las posiciones y variantes, no sólo las conocidas hasta entonces, sino también alguna que otra inédita. Muy pronto dejaría de actuar como un simple instinto de conservación. Obligados a dedicarle atención especial a todo lo que ofrece peligro –una ley, un discurso, una planilla, el anuncio de nuevas medidas, una sospecha, una acusación sea fundamentada o no, una actitud ambivalente, lo que le pasó a un conocido, un operativo policial, una pregunta del jefe, el barco que no llega, un ciclón que arrasa platanales, la lengua del vecino, un tipo parado en la esquina -, el miedo, aun cuando mantuviera su función de resorte, al nivel intuitivo, se fue convirtiendo dentro de nosotros en un fenómeno de máxima racionalidad. Y desató formas convencionales de adaptación, esas a las cuales André Breton había llamado “los malhechores de adentro”.

Desde entonces somos el bodrio que somos: garras de tigre, espíritu de oveja, moral de lagartija, laboriosidad de cachalotes, iniciativa de pichones en su nido. El miedo nos hizo enemigos velados del amigo y delatores del pariente. Nos enseñó al revés la máxima de aquel santo: desconfío de todo cuanto pueda tocar o que me toque: ese fue ahora nuestro credo. El miedo nos transformó en sujetos de sonrisa fácil y palmaditas sobre el hombro, en solidarios por decreto y zancadilleros en secreto. Somos maniáticos del miedo, porque es nuestra obsesión, aun en los casos en que suele presentarse como una especie de palanca ética.

El miedo no sólo nos priva de la libre acción y la serena conciencia. También nos disloca la brújula, pues ya ni siquiera estamos capacitados para identificar a cuenta y riesgo qué papel jugamos bajo el cielo, en qué tiempos vivimos, cuáles son nuestros reales derechos. Tal vez por eso apenas podemos ayudarnos o entendernos mutuamente, al menos. Algo nos lo impide. Es el miedo, bajo cuya égida nos hallamos más solos que un pingüino en la boca de un volcán.

Hemos llegado ya tan lejos que hasta aquel que dispuso y amasó nuestros miedos se pudo dar el lujo de vender una imagen como defensor de nuestros miedos. Y es así que nos cuidaba de las malas influencias que “amenazaron” siempre desde más allá del horizonte. Nos hizo sentir a buen resguardo, con leyes rígidas, acceso restringido, estadísticas mañosas, y manipulando a conveniencia el pensamiento de los próceres. El miedo y su gestor nos protegieron de la dañina luz solar, la taparon con un dedo, largo, fino, implacable en su intolerante verticalidad. ¿Quién dijo que no es posible cubrir el sol con un dedo? Basta con que al dedo se le otorguen poderes omnímodos para tocar botones, apagar pantallas, apretar gatillos, indicar direcciones, alertar, señalar, advertir, condenar. Esa fue la principal enseñanza que nos legó Fidel Castro. Ahora sólo queda por ver cuánto tiempo necesitaremos para interiorizarla.


Descemer Bueno revela que Ramiro Valdés cultiva marihuana

El cantante y compositor Descemer Bueno, célebre por hits como ‘Bailando’, junto a Enrique Iglesias y el dúo Gente de Zona, aseguró este martes, en una directa desde su cuenta de Facebook, que el vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba, Ramiro Valdés, cultiva marihuana.

«Los dinosaurios como Ramiro Valdés meten presa a la gente por fumar marihuana, pero él tiene campos de marihuana sembrados en Cuba», reveló Bueno.

«Como muchísimos delincuentes más que no han dejado que Cuba se mueva en otra dirección que no sea un comunismo y socialismo erráticos», añadió el compositor, que suele explayarse en las redes sociales.

Durante su ya extensa carrera musical, Bueno -recientemente atacado por el viceministro de Cultura de Cuba, Fernando Rojas- ha estado en contacto con numerosos miembros de la nomenclatura castrista y sus familiares.

Ramiro Valdés Menéndez (Artemisa, 1932), considerado uno de los veteranos participantes en el régimen cubano «desde la acción militar que le dio inicio el 26 de julio de 1953», ostenta desde 1976 el grado militar honorífico de Comandante de la Revolución Cubana.

Considerada una de las figuras más impresentables del castrismo, Valdés es actualmente Vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba. En el VI Congreso del PCC, fue ratificado como miembro del Buró Político.


La Cuba más libre y próspera

Foto cortesía Pixabay

La pureza cultural no existe. O al menos no existe en la mayoría de las regiones del mundo, y esa inexistencia ni siquiera forma parte de un fenómeno moderno, o digital –resultado de la famosa globalización o revolución informática–, sino que conforma el trasvase de información y comercio que se extiende y diversifica desde la antigüedad, y al que denominamos comúnmente “civilización”. Por eso, en el caso cubano o castrista, hablar de “nacionalismo” pudiera sonar doblemente ridículo.

Sin embargo, desde su mismo origen, todo el discurso, la mecánica y el espíritu del castrocomunismo ha girado en torno al nacionalismo como un planeta alrededor de su estrella. Hasta el “internacionalismo” blandido por los hermanos Castro y sus seguidores pudiera ser definido como neoimperialismo, nacionalismo exhibicionista.

Puede sonar extravagante, pero la contradicción entre la vocación universal de “Cuba” y el régimen nacionalista que finalmente ha logrado institucionalizarse allí, esa realidad esquizofrénica, ha sido un elemento poderoso en la perpetuación de la dictadura. Los chivatones y segurosos son ante todo, más que comunistas o socialistas o castristas o estalinistas, profundamente nacionalistas, o se escudan en ese discurso. No importa si algunos se lo creen o no: funciona como mantra oficialista y eso es lo que importa al poder.

Solo cuando nos atrevamos a salirnos de la camisa de fuerza del viejo nacionalismo y a dejar de esperar “lo de afuera” (gracias a que nos volvemos en la práctica “lo de afuera”), comenzaremos a dejar sin discurso y sin espíritu a esa zona autoritaria de la cultura “nacional” que prepondera en la homogeneidad, en la exclusión, en la delación. ¿Cuándo ha sido “Cuba” más libre y próspera? Durante la primera mitad del siglo XX, cuando más presencia extranjera, empresarial y cultural, había en el país.


Fundación para los Derechos Humanos en Cuba otorga galardón ‘General Calixto García por la Libertad’

La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) ha establecido, por primera vez este año, el galardón “General Calixto García por la Libertad” y ha anunciado a los primeros receptores cubanos y extranjeros, entre los que se encuentra el escritor y periodista independiente Roberto Quiñones Haces.

«FHRC decidió honrar al General Calixto García, que luchó desde los 18 años en las tres guerras de independencia y falleció de neumonía en diciembre de 1898 en Washington cuando gestionaba que se otorgase una pensión decorosa para los jubilados del Ejército Mambí», indicó el ensayista Juan Antonio Blanco.

En esta primera edición del galardón “General Calixto García por la Libertad”, FHRC ha decidido reconocer a las siguientes personas de Cuba: Roberto Quiñones Haces, Silverio Portal Contreras y Lisandra Orraca Guerra. Junto a ellos se ha distinguido también a dos diputados de Venezuela y Lituania, María Corina Machado y Emanuelis Zingeris.

Los premios serán entregados el día 11 de diciembre coincidiendo con el aniversario del fallecimiento del general, en 1898.

En esta ocasión las medallas “General Calixto García por la Libertad” recayeron en tres cubanos, dos de ellos actualmente en injusta prisión. Estos cubanos han desarrollado su lucha en los campos del periodismo independiente, el activismo social por una vivienda digna y los derechos campesinos para conjurar el peligro de una hambruna inminente. Junto a ellos, que serán receptores de la Orden “General Calixto García por la Libertad”, FHRC tomó la decisión de reconocer también el compromiso de los citados diputados extranjeros con la lucha por la libertad, la democracia y los derechos humanos, otorgándoles la Orden de igual nombre.


370: Las redes sociales y las viandas como delitos de opinión

La pandemia del coronavirus en Cuba le ha venido como anillo al dedo y servido de coartada al gobierno dictatorial del país, que a través del empleo de  decretos y diversas artimañas legales censura, prohíbe y criminaliza actos que no constituyen delitos a nivel internacional, por lo que viola los derechos humanos de la nación y de una Carta Magna diseñada desde el poder y hoy  reconvertida en novela de ficción.

Para las autoridades cubanas, hundidas hasta el cuello en una crisis general que afecta renglones de primera necesidad para la población –como los alimentos, el aseo, el fondo habitacional, los medicamentos y otros que por la ineficiencia del régimen tienen al borde de un nuevo “Período Especial” al país desde mucho antes de la aparición del Covid 19–, la pandemia se convirtió en un hecho providencial para justificar el caos económico, político y social de la isla, y de paso, para incrementar la represión.

Esta situación en el país, que nada tiene de coyuntural y mucho menos que ver con el coronavirus –como pretenden hacer creer las autoridades a la población cubana–, se ha convertido en el escenario ideal para mostrar su poder represivo y, camuflados tras supuestos ejercicios legales como decretos y resoluciones violatorias del Derecho Internacional, intentar acallar, mediante la coacción de la fuerza, las voces y proyectos que disientan o propongan un cambio al estancamiento y retroceso que vive la nación.

De ahí que si bien el Decreto Ley 349 se convirtió en una extensión del corralito que levantó Fidel para unificar el balido de los carneros acuartonados tras las talanqueras ideológicas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en 1961, hoy pretenda hacer lo mismo con el arte alternativo. El 370 es una mordaza para impedir la opinión adversa de una ciudadanía que ya expresa su disgusto en las calles, las colas para conseguir alimentos, el transporte y ante todo lo que viole sus derechos.

Las amenazas, multas y el uso extremo de la fuerza policial contra quienes expresan libremente una opinión que no complazca a la revolución, en lugar de poderío y control son señales de temor y debilidad que, disfrazadas de Decretos Ley, violan la propia ley desde sus raíces. En su esencia, la intención es hacer de las disímiles opiniones de la población un coro de once millones de voces que entone un solo tema de alabanza a la revolución, algo difícil de conseguir a estas alturas, aunque nos condenen al paredón.

Según expresa el Decreto Ley No. 370 en el inciso I, capítulo 68, en referencia a las contravenciones de la información y la comunicación, se trata “específicamente de difundir, a través de las redes públicas en la transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”. Conceptos ambiguos que sólo pueden definir los cuerpos represivos y el poder.

¿Es contrario al interés social que una madre proteste porque no tiene alimentos para sus hijos? ¿Contrario a la moral y las buenas costumbres que una familia exija y denuncie a través de las redes públicas que la corrupción, el desvío de recursos y la desidia gubernamental sean culpables del derrumbe de su hogar? ¿Lesivo para la integridad de las personas que otras digan “esto tiene que cambiar”?

No lo dudo. Se trata de un país bajo un régimen dictatorial, donde expresar que un funcionario es calvo, el otro gordinflón, el de más allá corrupto y aquel vividor constituye una contravención. Un país donde, según este Decreto Ley, el sujeto del delito puede ser multado e incluso ir a prisión. Será real pero kafkiano. Si alguien, por gritar en una calle de Bayamo que “no hay viandas”, es detenido y multado, apaga y vámonos.

Al régimen no sólo le interesa la opinión y forma de expresarse de los artistas en la Cuba de hoy. Por temor a un estallido social generado por las carencias que provocan las ineficiencias, arbitrariedades, imposiciones y actos represivos nacidos de la cúpula gubernamental, hoy silencian el vozarrón de Juan el Mudo y reprimen lo mismo a un vendedor de maní que a una lavandera, a una actriz que a un escritor. No duden que en próximos decretos se dicte qué se puede hablar en la cocina, la sala, los cuartos, la azotea o el baño de la casa, como se satiriza en el audiovisual de Eduardo del Llano titulado Café Monte Rouge.


Juan Carlos Valls, los animales del corazón

Juan Carlos Valls en el III Festival Vista de Miami

He intentado una y otra vez recordar quién me presentó a Juan Carlos Valls, y cómo. Por alguna extraña sinrazón y el tiempo transcurrido, más de 25 años, conservo la nitidez de ese encuentro, los rostros, la comida en su casa, la lectura de sus poemas, aquellos del libro Los animales del corazón. Pero no recuerdo otros detalles, otros nombres, que no sean los títulos de sus textos.

Desde entonces supe que este poeta de la intimidad, uno de los mejores de su generación –que pudo trascender en esa catarsis de lo íntimo, lo bello, lo que denuncia una vida existencial profunda–, quien enarbolaba la angustia como si pudiera descifrar nuestras vidas, nos decía, sin laberintos de palabras ni otras pérdidas, las verdades que el miedo, el silencio o simplemente cierta falta de luz para encontrar un ritmo, una musicalidad, una forma de filosofar que no quedara como tarea de dioses –que no extrapolara tendenciosamente como un invento de la miseria–, ocultaban. Él, a diferencia nuestra, lograba su forma de decir en un escenario que siempre nos incluía, nos inspiraba y aún lo hace.

Sentí desde aquel encuentro el flash con el que nos retrataba, que se devolvía en el suyo sin que por ello constituyera una trampa, un espejismo o resultado de un mal manejo de la carencia en aquellos días difíciles. Valls sabía transgredir los códigos de una cerrazón que nos asfixiaba como la maldición del agua violentando las puertas, las estaciones de la intimidad, y que era en esa otra dimensión de la ficción, o de la realidad misma, también nuestra.

Él supo apropiárselas –realidad y ficción– y tener coraje para asomarse al abismo con la sabiduría de quien puede cantar con voz propia, adelantarse como una limpieza, como dejar caer la arena de nuestros cuerpos sobre el polvo al que finalmente regresaremos.

Muchas veces, como el poeta, he bebido en cuerpos desconocidos y vuelto a ese recuerdo como el asesino al lugar del crimen. Pero Valls lo hace como un don casi divino o un prodigio, con el gusto exquisito de quien sabe de cicatrices, intemperies y desamparos. El poeta es su propia entrega, su amor propio en la transparencia.

No se trata de una entrega fácil o difícil. Se trata de una sin prejuicios ni moralismos, porque esos animales del corazón siempre lo acompañarán –solo Dios puede saber cuánto le cuesta–, y porque a veces él es el otro que escucha, que padece, que entiende.

Esas cicatrices develan al ser sensible, y sublime, que quizás juega a ser fantasma, sombra o silueta que merodea, pero también en su ascendencia a un aprendizaje desde donde nos transmite, locuaz, fluido y, por qué no, concentrado en esas partes donde asoma su esencia, la insustituible razón de quien sabe contar nuestros padecimientos, y en su madurez nos dice:

Cuando se tense todo
Cuando esté listo para empezar el camino del hombre
Que enmudeció con el tajo sangrante
De un viaje sin horarios
Querré decir cómo es la libertad por dentro
Cómo son los anillos
Los parques
La soledad del fauno.
Será como aprender a enlazar las palabras
Y los sonidos íntimos
Será entrar en el miedo de mí
Con una enorme pata de cabra
Y con la mano aún temblorosa
Incendiaré el agua mansa
Que sin pudrir
Hace los días largos
Y las noches abiertas al amor.

Una dulzura implícita

Hay una dulzura implícita
en el hombre que pasea a su perro
son idénticos modos de pernoctar
en los recovecos de la memoria
en mis cuatro caminos
y en mi sola cabeza trunca de soledad.
a quién le importa
mi luna llena y metafórica
el vicio de animal
el sueño de animal
la vieja herida injusta y necesaria
para que yo aprendiera que un perro es una mancha
hasta en el corazón de un niño.
ese soy yo un perro desde el hocico tibio
hasta mi rabia peligrosa.

son días de no sentir
el manotazo de una palabra
de no despertar en medio de la noche
con el graznido metafísico de un pájaro
de no padecer el amor como ordenan las escrituras.

creí tener tiempo para limpiar
lo que ensucia la memoria
pero el agua desterró la espuma de mi boca
y a cambio de la continuidad
le dio a mis manos un olor seco
y un chirrido mecánico
mis manos
único sitio que desconozco
la única herramienta
que se convierte en osamenta de la noche.

hay una dulzura implícita
en el hombre que pasea a su perro.
quién lleva a quién.
quién escribe.
quién ladra.



Eusebio Leal y la carta de despedida del Che Guevara

La verdadera carta de despedida de Ernesto Che Guevara, el guerrillero de origen argentino ícono de la izquierda radical, al exgobernante cubano Fidel Castro, fue descubierta el pasado mes de junio en un apartamento de La Habana Vieja por trabajadores al servicio de Eusebio Leal, el difunto historiador de la ciudad, quien sin embargo nunca pudo tener acceso a la misiva.

En la verdadera carta, cuyo descubrimiento desmiente la misiva difundida durante décadas por el régimen castrista, el militar y médico argentino parece criticar la programación de la televisión cubana a finales de los años sesenta, particularmente la programación infantil.

“Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando conocí a Mickey Mouse en el Canal 2, de Armando Calderón y su comedia silente, de toda la tensión en el diversionismo ideológico”, apunta Guevara durante la misiva.

“Un día pasaron preguntando a quién se debía acudir en caso de que los muñequitos rusos desplazaran definitivamente al Oso Yogui, y la posibilidad de que Ferdinando copara las tandas infantiles nos golpeó a todos”, adiciona en la verdadera carta el homicida argentino, célebre por comandar pelotones de fusilamiento en la fortaleza de La Cabaña, actual sede de la Feria del Libro de La Habana.

“Después supimos que era cierto, que en Cuba no había solo dos canales por gusto. La revolución era verdadera, al punto de perseguirnos con cuatro tanquistas y un perro”, lamenta Guevara en uno de los fragmentos.

Fuentes que prefirieron no ser identificadas aseguraron a la redacción de ‘Arroz con mango’ que aunque Eusebio Leal persiguió con ahínco la carta, tras enterarse de su aparición, los dos trabajadores involucrados en el hallazgo lograron escapar de la Isla a bordo de una “cigarreta” –lancha rápida–, y actualmente se encuentran a salvo en un punto no determinado del sur de la Florida, en Estados Unidos.


Quebrar el Estado, una propuesta para liberar a Cuba

¿Es posible liberar Cuba sin un alzamiento masivo? Probablemente sí. Los influencers, las redes sociales, el activismo cultural, etc., han detonado un cambio de opinión, tienen preocupada a la familia “real” y han puesto a correr a un bando de guayaberas. Pero, aunque la denuncia es masiva, no desborda. Hay temor, hay apatía y es entendible.

Por otra parte, si bien el apoyo internacional resulta clave, un plebiscito es difícil de materializar. Un estado autoritario no regala terreno. Allí el mando es escalonado, no fraccionado; no hay partes, no hay opuestos autorizados a diferencia de Chile o cuando surgió el parlamento en Inglaterra.

La mayoría en Cuba no tiene claro que el gobierno es el obstáculo, una autocracia extractiva por excelencia. Muchos, crecidos en una misma biblioteca y con Marx de economista, probablemente no marquen “Republica Liberal” en ninguna boleta. No es que no vean la realidad, es que esta ha sido distorsionada.

Se necesita un plan concreto, algo que el gobierno sepa pero que no pueda evitar. Veamos esta sugerencia: Hay que tender un puente entre la banca exterior y el cubano de a pie. Hay que dejar fuera al Estado. Si el dólar queda en la calle podría desatarse una ruptura entre la primera y la segunda línea del régimen.

Unos breves detalles antes de exponer la idea:

No olvidar que ninguna sociedad ha tenido progreso sostenido bajo instituciones extractivas, esto es: donde una “elite” colecta, filtra todo y luego distribuye según rango a cambio de permanencia. Ver el imperio romano, el imperio español, el colapso soviético. Ver Cuba, la misma receta desde 1959. Siempre se arruinan.

Por otro lado, ya no tienen padrinos; el club de Paris les pide la cabeza y quedan pocos empresarios por engañar. La cúpula, la primera línea, sigue acaparando en cuentas privadas por si hay que correr, dejando a “Los Caneles” con muy poco para sostener la demanda (apenas tienen para la Libreta). Ahora, con el turismo de vacaciones y las remesas disminuidas, no encuentran otra que abrir tiendas carnadas, digitalizar el dólar para manipularlo y dedicarse al parasitismo a tiempo completo. Que el exilio trabaje.

No olvidar que llevan tiempo haciendo bicicleta con el ciclo de pago. Ejemplo: importan a 8, venden al pueblo a 20, luego, desvían 15. (Cangrejos, yates, meriendas para la represión, etc.) Resultado: solo quedan 5 para volver a comprar. En unos pocos ciclos se sobregiran. Entonces no hay liquidez, no hay crédito, la renta de capital humano decrece, pero no sueltan; el sector privado sique en jaque. El poder no se negocia.

Quieren los dólares del exilio, se quitaron el disfraz, pero los quieren en tarjeta, o sea, en el banco de ellos. El agente secreto CUC está en las gavetas del pueblo, ese papel de tablero de monopolio ya no les sirve. Para recogerlo tendrían que invertir los dólares que hoy no tienen. Además, el funcionario tiene que procurar que ninguna idea roce la estructura de poder. Nada de mercado libre, que después quiere ser libre todo el mundo. 

Bueno, vamos directo:

¿Cómo el pueblo podría acceder a dólares en efectivo?

Concertado con el Departamento de Estado  –si es posible – se abrirían cajeros automáticos en la Oficina de Intereses. Estos cajeros estarían dentro, para evitar reclamo de injerencia, tal vez donde se hacían las entrevistas. También podría utilizarse la Base Naval de Guantánamo, o cualquier otra sede extranjera que el régimen no alcance. Verdad que podría suponer un cuello de botella, pero ello podría blindar la cola. Cualquier sugerencia aquí es válida.

En principio no se necesitarían tarjetas, solo un código personal, no sea que la aduana declare a la tarjeta instrumento imperialista. Cada cubano, con previo autorizo del norte, podría abrirse una cuenta en un banco norteamericano o de cualquier otro país sin tener que viajar, por medio de una copia digital de su pasaporte o carnet de identidad.

Los fondos de estas cuentas tendrían múltiples entradas, un depósito inicial de un amigo o pariente de afuera, una venta a otro, quien le haría una transferencia, o incluso un depósito directo allí en Cuba. Sí, exacto: ir y depositar.

Podrían impedirlo, es cierto, si son pocos es probable que los declaren mercenarios y Serrano comience el ataque mientras los represores limpian el área. Pero creemos que serían muchos, millones de dólares en remesas se envían a cientos de personas en Cuba. Otros se abrirían también sus cuentas ya sea por ayudas de amigos o para transacciones del mercado informal. “Mi herma, conéctate y revisa que te envié lo del TV”.

Las personas irían allí a depositar o recibir su dinero. Para impedirlo, el régimen tendría que elaborar muy bien su campaña. Es cierto que pueden cercar el área pero, ¿lo harían si es numeroso el personal? Imponer algo requiere mayorías. ¿Lo harían cuando les urge que el dólar entre?

Una pausa: ¿Que incentivo tendría un cubano en abrirse una cuenta en un banco afuera? Primero, proteger el dólar que recibe o realiza en el mercado informal, mejor en un Citibank que bajo el colchón. ¿No? Segundo, depositar allí no implicaría cargos, dicen que lo que entre a la banca de MLC pierde un 3%. Sumado a ello, ir al cajero sería para extraer el corriente, el del mes en curso, lo demás queda en cuenta y lo podrían revisar en internet. Ah, ¿y si quitan internet? Casi seguro que no, no pueden comprometer el ingreso por recargas. Tampoco se les ocurriría prohibir el efectivo, perderían todo el que entra por avión.

Ahora bien, en paralelo, de forma espontánea, crecería el mercado informal (mercado negro), que es informal porque ha sido relegado a ello siendo todo lo demás estatal, dominio de la cúpula. Es cierto que es imposible dejar de ir a las tiendas del Estado, pero según nuestro cálculo sería solo para un 20 % del gasto familiar. La familia cubana consume mínimo un 80% de la calle, del campesino. A pesar de que el Estado ahoga al timbiriche, el mercado informal es más asequible, es el mercado real de Cuba. Llegaría un momento en que al régimen solo se le compraría aceite y puré de tomate. A este nivel ya estarían cuesta abajo, vendiendo los yates.

Luego, si el mercado informal absorbe buena parte de los dólares, se mantendría drenada la banca del Estado y muy probable afecte también las cuentas privadas de la “nobleza”. Una primera línea con menos fondos, como se nota hoy, podría reducir e incluso eliminar privilegios materiales a la segunda línea del régimen, entiéndase jefes militares de menor peso, jefes de unidades de policía, funcionarios de Lada  –en piezas– e incluso jefes de grupos represores. Ello podría quebrar la fidelidad de mando, el cumplimiento de orientaciones, de este segundo nivel para con sus jefes.

Dado el caso tendrían dos opciones: una, duplicar la corrupción; esa es tentadora pero de alto riesgo. La otra, comenzar una ruptura. Una posible ruptura, mental al inicio, luego de inacción o rebeldía, podría minar el aparato estatal y producir un quiebre. Esta segunda línea podría atomizarse o agruparse y aparecerían los opuestos en la oficialidad cubana. De ser numerosos, se puede dar un punto de no retorno.

Nuestra hipótesis hace coincidir dicho quiebre con una nueva y empoderada clase empresarial, además con una mayoría consumiendo del mercado real, no del Estado (ver los espárragos). Ello sumado a que pronto la primera línea perderá sus “históricos” y casi seguro surgirá el caos entre apellidos, cargos y cuentas pendientes. Si todo se junta, sin plata, se pueden dar a la fuga o pactar con el empresariado. Escenarios probables. Al menos hasta que se pueda establecer un consejo de transacción, y luego un andamiaje legal impersonal, un sistema jurídico, constitucional, así como fondos para policía y ejército imparciales, subordinados a poderes divididos.

Todo a partir de que las mayorías estarían incentivadas poco a poco a crearse y a utilizar sus cuentas afuera, con la posibilidad de efectivo adentro. Esto es, cambiar el dinero de manos.

Por supuesto que toda hipótesis está sujeta a variantes. Esta incluye que otras ideas la superen. Al menos los dólares en las manos correctas aniquilarían la escasez, y tal vez luego regrese la diversidad, un cambio de biblioteca, de normas de conducirse, de perspectiva; estos serían colaterales excelentes. Un cambio de sistema, ideal.

La nueva Cuba necesita la destrucción creativa de Schumpeter, cualquier apertura a la creatividad individual allí dejaría fuera a ese gobierno. El acceso abierto –de Douglas North– ahora es nulo, el lucro es perseguido y el movimiento político es asignado, a dedo. Desde 1959 no hay facciones. Tampoco reglas, intercambio impersonal  –de Hayek–, ello es hoy casi inexistente; impera el conocido o el vínculo con el poder. Solo el mercado informal muestra transacciones sin que las partes se conozcan.

Por último, creo que la afectación cultural es remediable, siempre y cuando se establezcan instituciones inclusivas, pluralidad económica y política, y se aprenda a convivir entre opuestos, donde a veces prima ceder. El asunto es institucional, no cultural: ver las dos Coreas, o Botswana vs resto de Africa, o Nogales, Arizona, vs Nogales, Sinaloa. En todos estos pares existe la misma cultura pero un desempeño diferente. Muy probablemente la futura Cuba no sea la excepción.


Waldo Balart

Waldo Balart e Idabell Rosales en el estudio del pintor en Madrid

El pintor y ensayista Waldo Balart, autor de Ensayos sobre arte (Editorial Betania), responde las cuatro preguntas esenciales de Puente a la Vista. Una manera práctica de profundizar, con el creador, en su obra y sus experiencias:

Cuéntenos sobre sus inicios creativos. ¿Qué le impulsó a pintar, y luego a escribir o viceversa, y cuáles fueron sus primeras obras?

Mis inicios creativos están bien definidos, en el New York de los años 60 y alrededor del Greenwich Village. Fui encontrando amigos afines con edades y necesidades similares y, muy importante, asistiendo a los museos, al MoMA principalmente, donde tenían en el vestíbulo a “La jungla” de Wilfredo Lam y dentro… ¡la gloria! Fue un privilegio poder tener este incentivo emocional. Naturalmente, esto ayudado por las inauguraciones de las exposiciones de los artistas, que eran espectáculos. Fue un privilegio no solo por poder participar en el nacimiento de movimientos como el abstracto expresionista y, años después –el tiempo lo aceptaremos aquí en un sentido cuántico–, el minimalismo, el pop art, el hard edge y otros tantos que comprendemos son manipulaciones de los agentes artísticos pero que constituyen la esencia de este mundo que componen no solamente los artistas sino los galeristas, los coleccionistas y otros amantes y aprovechados del arte. Condicionamientos que al admitir no debemos dejar que nos influyan en nuestra necesidad de comunicación precisamente contra estas manipulaciones, pero manteniendo la riqueza del vivir por delante de todo.

Fueron experiencias inolvidables. Éramos jóvenes, podíamos expresarnos y, naturalmente, nos podían usar como elementos dentro de un gran juego en el cual tienes la mayor parte de papeletas para perder. Pero eso no lo sabes cuando estás en ese gran espectáculo que es la vida. El riesgo es, al fin y al cabo, uno de los elementos claves del juego.

Conocí a otros artistas similares que me ayudaron en este sendero en el que aún participo. Acudí a la escuela de arte que funcionaba en el MoMA, uno de cuyos maestros fue Sol LeWitt, y compartí mi taller con el escultor Peter Forakis con la intención de recibir asesoramiento artístico. Fuera de estos quehaceres continuaba trabajando, aunque cada vez ponía más énfasis en mi labor artística, a medida que podía regular mis ingresos con el control de mis gastos.

Comencé con experimentos naturales y expresionistas y la primera obra que considero arte fueron lienzos sobre lienzos en un juego de creación y destrucción del espacio sensible basado en ideas de Albers y de Hans Hofmann, quienes impartían cursos en Princeton y New York que algunos de sus alumnos, como Nela Arias-Nisson, me facilitaban… Recuerdo los bares en el Village, como el Cedar’s Bar, a donde acudían los consagrados –entre otros, Willem de Kooning, de quien fui amigo, Franz Kline y Pollock cuando vivía– y, a una manzana de distancia, el Dyllon’s, a donde íbamos los principiantes como este servidor, Peter Forakis y su mujer Phyllis Yamspolski, Chuck Ginnever, el argentino Alejandro Puente –que disfrutaba de una beca Guggenheim y que fue gran amigo mío–, Mark DiSuvero y otros fijos o eventuales, como es el caso de César Manrique, a quien llevé un día contra su costumbre de no beber. O más tarde el Max’s Kansas City en el Lower East Side, que estaba a una manzana de mi casa, donde conocí a Andy Warhol. Con él mantuve una buena amistad y participé en tres de sus películas.

La cultura no es solamente búsqueda intelectual, es importante la vida en el sentido de utilizarla o, en otras palabras, vivirla. Considerando su esencia como la de un tejido emocional del que el riesgo, que ya mencioné anteriormente, es parte fundamental. ¡Hay que  atreverse e involucrarse totalmente! En el sentido de Heráclito: nadar en el río de la existencia… y a veces hasta atreverse a nadar a contracorriente.

A escribir comencé en Madrid, donde, entre otras cosas, por dos años redacté unos comentarios semanales en el periódico de arte El Punto, que constituyen la mayor parte de los textos publicados en mi libro Ensayos sobre arte, de la Editorial Betania. El otro ensayo que he publicado es La práctica del arte concreto, en la editorial Aduana Vieja.

Defina o mencione, por favor, aquello que el público descubrirá, o conocerá, a través de su creación.

La esencia de mi arte concreto. Y creo que toda creación artística en general es un vehículo para inducir al usuario de la obra de arte a buscar su propia necesidad sensible. Y no para producir un mensaje específico, que sería propaganda y es lo que utilizan los regímenes totalitarios como Cuba, aunque actualmente han aprendido y manipulan el arte para esconder esta opción (aunque autores muy destacados como Tania Bruguera o El Sexto, que expuso en Miami, constantemente alertan sobre estas actuaciones).

Mencione tres autores o libros que considere fundamentales o que le hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa.

El hombre y la gente y La rebelión de las masas, de Ortega y Gasset. La peste y El extranjero, de Camus. Y a Wittgenstein, que me ha llevado a pensar en la filosofía y en la vida como lenguaje y a través de él seguir en el camino del conocimiento, que no tiene fin. Ese es su mayor mérito. Debo hacer hincapié en que he leído a estos autores como un absoluto lego en filosofía, pero ansioso de hallar verdades allí donde las pudiera encontrar. Considero a esos autores completos artistas de la ciencia, es decir, individuos capaces de comunicar a nivel general los misterios más complicados. Casi diría que son poetas de la filosofía. No puedo terminar sin mencionar de manera especial a mis poetas de cabecera, entre los que destaco a José Mario, víctima del castrismo.

A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, ¿estamos a punto de descubrir que la vida es lenguaje abstracto?

Me referiré a mi ensayo La práctica del arte concreto. En la introducción digo, en relación a la finalidad u objetivo del artista como tal, que la percepción del mundo a través de nuestra conciencia varía en cada uno de los paradigmas en que distinguimos nuestra cultura. Y continúo comentando que, dentro de cada uno, tanto el sentido de asociación como el pensamiento lógico dan un cierto orden a todo el modelo de realidad que percibimos y que en cada etapa nos conduce a la esencia de la experiencia consciente real.

Traigo este pensamiento a colación porque lo que realmente me estás planteando es el cambio drástico del paradigma analógico al digital, que precisamente denomino “paradigma sensible global, de información instantánea”. Haciendo una síntesis dramática, en el sentido de que estoy comprimiendo un pensamiento muy complejo, describo el holomovimiento cuántico como el de un nuevo orden y expreso que los conceptos de espacio-tiempo ya no tienen validez: en cualquier elemento del universo se contiene la totalidad del mismo –una totalidad que incluye tanto materia como consciencia–, y aquí entramos en el mundo de la especulación científica, intelectual y sensible: un mundo onírico hecho realidad que ni las más osadas ideas metafísicas y místicas pudieron prever… ¿y no significa esto que hemos accedido al mundo de la información?

Y este mundo que describo precisamente es al que creo que que aludes. Como que la vida es lenguaje abstracto, resumiendo me referiría a la interpretación de Copenhagen, en la que los físicos Niels Bohr, Werner Heisenberg y Edwin Schrödinger plantearon la racionalidad de la nueva realidad cuántica, la cual estaba basada en los experimentos y ecuaciones de la mecánica cuántica. Cuestionaban el sentido común hasta entonces considerado como válido y universal… ¡Armando, pura información!

Y en relación al lenguaje, aunque lo hemos soslayado anteriormente, habría que considerar la diferencia entre lenguaje abstracto y concreto. Mi trabajo, al fin y al cabo, apunta al lenguaje artístico, en el que estoy completamente convencido de que utilizo un lenguaje concreto… ¡No me pidas más, amigo!


“Instalado en Madrid desde los años 70, este artista es uno de los referentes del arte geométrico en España”, explica la página Kedin Madrid sobre el pintor cubano Waldo Díaz Balart (Waldo Balart), nacido en Banes, Holguín, en 1931. Su pintura puede disfrutarse en el MoMA de Nueva York, en el Reina Sofía de Madrid, en el Museo de Arte Contemporáneo de Paraguay o en el Sammlung Grauwinkel de Berlín. Es considerado un exponente fundamental del Movimiento de Arte Concreto, con estudios de arte en el Museum of Modern Art de Nueva York entre 1959 y 1962. Reside en Madrid.


Mantenga su cerebro a salvo

El coronavirus puede provocar la muerte por:

Derrame cerebral

Ataque cardíaco

Shock séptico

Fallo renal, etc.

Pero también puede afectar la salud mental indirectamente, tras una larga exposición a Facebook y otras redes sociales. Si usted presenta alguno de los siguientes síntomas (es decir, si le asaltan a menudo esta clase de pensamientos o “descubrimientos”) debe acudir a un especialista:

a) El Covid 19 es parte de un complot dirigido por Bill Gates para vacunar a la población mundial e implantarle chips de localización

b) El Covid 19 en realidad no existe, es una conspiración “globalista” o del “estado profundo” para implantar el socialismo (conspiración coordinada por el Dr. Antony Fauci, miembro secreto “iluminati”)

c) Las tasas de mortalidad y contagio del Covid están superinfladas, la mascarilla afecta la salud y la distancia social enloquece

d) El coronavirus es una tapadera para encubrir una enfermedad relacionada con la instalación de la tecnología 5G

e) El Covid 19 es un virus extraterrestre. Lo trajo una bola de fuego que cayó en el norte de China en octubre de 2019

Cuide su salud mental y la de los suyos. Mantenga su cerebro a salvo.


‘La heredera’, de Fleur Jaeggy

Fleur Jaeggy

La inefable suiza Fleur Jaeggy es una escritora de culto en Europa, aunque para nuestra pérdida no es suficientemente leída en América. No me tiembla el pulso para ubicarla entre los más interesantes creadores vivos de la literatura universal. Este cuento pertenece a su excelente libro El último de la estirpe, del año 2016.  

La heredera

Hannelore, una niña sin vivienda fija, es la única testigo de un incendio en el apartamento de la señorita Von Oelix. Una tarde modesta y gris. Vítrea. La señorita es una mujer amable, marchita, muy sola. Y la soledad la había vuelto aún más amable, casi se excusaba. Las personas solas temen muchas veces hacer visible su soledad. Algunas se avergüenzan. Las familias son tan fuertes. Tienen a la publicidad de su parte. Pero una persona sola no es más que un pecio. Primero lo llevan a la deriva, luego lo dejan naufragar. La señorita Von Oelix vive en un hermoso apartamento. La señorita come poco, es estrictamente vegetariana. Hannelore acaba de regresar de la compra. Tiene diez años. Ejecuta las órdenes de la señorita con precisión y alegría. Se alegra de servir. Se ha aficionado. Aquella tarde, el aire estaba volviéndose sofocante. “Estoy a punto de desmayarme”, dijo la señorita Von Oelix. Por suerte estaba la niña. Tan calmada, tranquila, no presa del pánico. Habría llamado a los bomberos. Las llamas son rápidas. Como en un juego, el fuego iba rodeando a la señorita. Hannelore se ha puesto un turbante de lana en la cabeza. Sus manos están cubiertas de trapo, como si llevase guantes de boxeo. Ella también está jugando. Esquivaba las llamas con agilidad, se ayudaba de una manta de lana como escudo. La adorable pequeña guerrera. El apartamento está medio destruido. La niña no ha llamado a los bomberos. Caen los retratos. El incendio, piensa Hannelore, exhibe su vocación aniquiladora. La palabra vocación, dijo a las llamas en un tono resabido, te concierne a ti –fuego– porque cada cosa tiene un impulso primordial muy suyo que desencadena nuestros actos. El fuego no es el criminal. Es Dios quien envía las llamas al apartamento con los muebles Biedermeier. Hay imágenes con un corazón en forma de llama. Él es el que ha encendido el fuego. Las ánimas son peligrosas. A menudo inflamadas. La niña tenía ganas de predicar, pero le faltaba el aliento. Las llamas la excitaban. Corre de una habitación a otra, ebria de peligro. ¿Quién es ella para impedir el destino destructor? Sólo Dios puede hacerlo. Dios ha ordenado la total destrucción de la casa. Ella lo sabe. Hay algo más grande por encima de nosotros, en los lugares ocultos que ordenan a las llamas apoderarse de cualquier aliento vital. Ella es indigente, hija de desconocidos, sin esperanza. No puede invocar. Ella no posee nada. ¿Cómo puede ella invocar la gracia? Quien nada tiene, nada en absoluto, no pide. No tiene siquiera un pasado. Ni un nacimiento. Ha salido del desecho y al desecho regresará. Ha salido del cenagal de los muertos. Y regresará al cenagal. Por eso la acogió la señorita. Entonces, ¿por qué apagar las llamas enviadas por un designio supremo? Además, se estaba divirtiendo. Por vez primera en su miserable existencia. Para nosotras, criaturas de las calles, el instinto es nuestra morada. Y un total descuido del bien. Y, muchas veces, cuando le apetece, el mal es la mejor forma que el bien más alto puede asumir.

La querida señorita Von Oelix consideraba a la niña una hija. No había podido adoptarla por ser núbil, pero le había legado su patrimonio. Y un día se lo dijo a la niña, que ya se maquillaba mucho. Sobre todo los párpados, una henna cobriza. Era atractiva. Como tantas niñas vestidas y maquilladas de mujer. Eso sí lo había notado la señorita. La miraba mientras se vestía. Y Hannelore lo hacía lentamente, casi como una profesional. Para complacer a la señorita. “Hanne, tú serás mi heredera”, le había dicho. La señorita estaba sentada a su escribanía de madera rubia. Una luz clara, esa también Biedermeier, monótona, sobre la hoja de papel con sus iniciales en cursiva, azul pálido. Quiso imitar el papel de cartas de Djuna Barnes, que en cambio era blanco. Al parecer Djuna mostró cierta obstinación por ocultarse, en algún momento de su vida, cuando, en su habitación de Patchin Place, estaba rodeada de incontables frasquitos medicinales y llevaba una bata azul. Y parecía más alta de lo que era, el aire autoritario. De modo que su nombre quedó impreso blanco sobre blanco. Así la señorita Von Oelix, con su caligrafía pequeña, ordenada y afectada, escribió unas pocas líneas. Manifestando su voluntad. Su estado de ánimo era el de la ebriedad. La ebriedad de poder dejárselo todo a aquella desamparada. No, como había pensado, a un nombre cualquiera del listín telefónico. Además, eso ya se había hecho en una película. O a la tortuga. Había leído acerca de un señor que se pasaba el día en su habitación mirando por la ventana a una tortuga en el jardín de abajo. Y la tortuga le devolvía la mirada. Durante años se hicieron compañía. La tortuga se convirtió en su heredera. La cifra era sustancial. La señorita no encontró la tortuga, pero sí a la niña. Todo terminaría tal vez en manos de una delincuente. No era ninguna tonta la señorita Von Oelix. Sabía a qué se enfrentaba. Sabía qué quiere decir acoger a una presunta huérfana, quizás una criminal. Y sabe que actuar con buen fin conduce a veces a la desgracia. Pero el objeto del supuesto buen fin es un amabilísimo y graciosísimo ejemplar femenino, adolescente. Hannelore estaba llena de buena voluntad. Ayudaba a la señorita, reía y cantaba. Y, cuando la señorita la llamaba baby, se acurrucaba, se dejaba acariciar y ronroneaba. La niña tenía voluntad. Una voluntad y una determinación enormes. Quería la destrucción de aquella mujer que quería su bien. Destruir mediante una maldita gloria. No quiere dinero. Destruir. ¿Acaso debiera contestar a un ridículo porqué? Porque todo el mundo cree que hay un porqué en los gestos o los impulsos humanos. Una razón. Pero cualquier pretexto es incitante. Sin motivo. Furia, santidad, aburrimiento. La niña veía sus pensamientos en los cristales de las ventanas como insectos llenos de sangre en las paredes de una habitación. Sus pensamientos lejanos, sueltos, como si fueran de otros. Destruir el universo. Nada tiene importancia. ¿Qué importa pensar? Pensar es inicuo. No complace a Dios. La creación es una forma de destrucción. Y cantaba el Stabat Mater, que le había enseñado la señorita. “¿Tiene calor, señora?”, preguntó Hannelore. La mirada triunfante y malvada. Las llamas asaban a la señorita como un animal sacrificado. No era tan distinta de uno de esos al espetón. La señorita no sentía dolor. Mientras las llamas la envolvían sintió una terrible nostalgia. Por aquello que no tenía. Por aquello que nunca tuvo. No temía a la muerte. La nostalgia –o tal vez la desesperación por la nada– era tan intensa que la muerte le parecía leve. Las manos, cual pinzas de un crustáceo, apretaban un puñado de cenizas.


La muerte del Dany, entre el miedo y la sospecha

El parte médico oficial aseguró que el cantante de reguetón Daniel Alejandro Muñoz (Dany) murió en Cuba, en la mañana del pasado 18 de julio, a causa de una afección cardiovascular aguda, pero Yomil Hidalgo, quien compartía escenarios y grabaciones, matizó el fallo con un video que circuló en las redes sociales donde asevera, entre lágrimas, que el deceso se produjo por negligencia médica.

Esto no anula lo que se plasmó en el acta de defunción, pero sí expone el desastroso estado de los servicios médicos, un fenómeno que no se circunscribe al hospital capitalino Calixto García donde tuvo lugar el hecho.

La red hospitalaria nacional se caracteriza por una pésima gestión que provoca un indeterminado número de muertes cada año. La falta de higiene, la indolencia de una parte de los galenos y el personal de enfermería y el estado ruinoso de las instalaciones, son hechos incontrastables.

Así que el punto de vista de Yomil no es una distorsión gratuita del episodio. Existen razones para sospechar que hubo un mal proceder desde que el artista llegó al hospital. De todas formas, se puso en marcha un proceso investigativo que debe servir para aclarar los verdaderos motivos del fatal desenlace.

Es iluso esperar una mejoría notable en este ámbito. Las cadenas de disfuncionalidades solo se acaban o se reducen con un intenso programa de inversiones, que ayuden a restaurar y equipar debidamente cada centro, pagarles salarios dignos a los trabajadores y optimizar las condiciones laborales, y eso no es factible por múltiples razones que van desde el férreo bloqueo interno liderado por los jerarcas del partido único hasta el reforzamiento del embargo desde que Donald Trump se convirtió en el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos.

Es obvio que sin una economía sólida no puedan brindarse servicios de salud que cubran las expectativas de los pacientes. El reconocimiento de Cuba como potencia médica es una barrabasada, un ultraje al sentido común.            

De vuelta al tema de la publicitada tragedia, pienso que las pesquisas en curso, y un hipotético fallo a favor del punto de vista del entrañable amigo del occiso, ayudarían si acaso a una corto y relativo alivio del problema.  El relajo va a proseguir con sus aciagas consecuencias sin que haya alborotos mediáticos y mucho menos órdenes para iniciar investigaciones policiales para determinar si hubo uno o varios deslices profesionales.

El Dany era una estrella del género que se ha impuesto en el mercado internacional de la música, al margen de los cuestionamientos y rechazos. No era uno de esos jóvenes que a duras penas sobreviven entre las ruedas dentadas del socialismo que les prometió la felicidad plena.

Es harto conocido que alcanzó, junto a Yomil, una relevancia que sobrepasó las fronteras nacionales.

Por otro lado, no faltaron los choques verbales entre algunos artistas que exigían un mayor protagonismo en defensa de una inmediata aclaración de los motivos del fallecimiento y otros que se cuidaban de traspasar la delgada línea de lo permisible en un escenario tan politizado como el cubano.

Meterse en líos con la policía política por emitir algún criterio es un asunto que se evita al máximo y no solo en el gremio artístico.

La mayoría de los cubanos se cuidan de no llegar a esos extremos. Esta vez, como era de esperar, hubo un derroche de moderación. Nada que perturbara la versión oficial de la muerte, tal y como lo hizo Yomil.

Al final, muchas condolencias a la familia, temas musicales de recordación y despedida y cero alusiones al cada vez más patético sistema de salud pública que pudo ser la causa de que el cantante esté bajo tierra.

Son muchos los que identifican a la doble moral como un mal necesario dentro de un entorno de miseria permanente, delaciones, miles de policías con uniforme o encubiertos y esperanzas con epitafio.

Ningún músico quiere perder los privilegios de entrar y salir del país, ofrecer conciertos y grabar sus temas sin las molestias de algún policía pisándole los talones o los humillantes efectos de un boicot permanente supervisado por un alto funcionario del Ministerio de Cultura.

La gran mayoría de los artistas han aprendido las reglas del juego. Se amoldan a las circunstancias o se van sin boleto de regreso.

Hay que hilar fino en los dominios de una dictadura. Un resbalón puede ser el paso previo a la muerte en vida.

Quizás sin darse cuenta Yomil se extralimitó con sus declaraciones. A lo mejor va y en algún momento pide disculpas. Todo es posible bajo la sombría cotidianidad del miedo y la sospecha.   


Roberto Quiñones Haces, sin respuestas del Vaticano

Tras cumplirse diez días de la entrega al papa Francisco de un documento abogando por la libertad del escritor y periodista católico Roberto de Jesús Quiñones Haces, preso desde hace casi un año en Guantánamo, el Vaticano se mantiene en silencio.

22 organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y medios independientes cubanos enviaron a Francisco el pedido de que intercediera ante la dictadura cubana por el también abogado independiente.

La misiva enviada al Vaticano «expone las causas de la injusta condena de Quiñones y su difícil situación dentro de las cárceles cubanas desde hace diez meses». Los firmantes solicitan que el papa «intervenga ante el gobierno cubano para la excarcelación inmediata del periodista, reclamada por varias instituciones internacionales y casi 2.000 personas en una campaña en Avaaz».

«Quiñones Haces, de 62 años de edad, padece de hipertensión arterial, glaucoma, asma y psoriasis, lo que lo coloca en riesgo ante la pandemia de la COVID-19», apunta el documento.

La solicitud también fue entregada físicamente el 18 de julio «en la Nunciatura de la Santa Sede en Cuba, a la Conferencia de Obispos Católicos, al cardenal Juan de la Caridad García en el Arzobispado Metropolitano de San Cristóbal de La Habana y al obispo de Guantánamo-Baracoa, Monseñor Silvano Pedroso».

Firmaron el documento:

  • Convivencia
  • ADN Cuba
  • Otro Lunes
  • Diario de Cuba
  • Palabra Abierta
  • La Hora de Cuba
  • Cubanet
  • Observatorio Cubano de Derechos Humanos
  • Yucabyte
  • Cubalex
  • Observatorio de Libertad Académica
  • CADAL
  • Sarau das Americas
  • Programa Cuba
  • Mesa de diálogo de la juventud cubana
  • Libertad Cuba Lab
  • Puente a la Vista
  • Institute on Race, Equality and Human Rights
  • Asociación Pro Libertad de Prensa
  • Instituto de Artivismo Hannah Arendt
  • Foro Patmos

Alexis Rosendo Fernández

Los poetas Alexis Rosendo y Rodrigo de la Luz en el Festival Vista de Miami

El escritor Alexis Rosendo Fernández responde las cuatro preguntas esenciales de nuestra página, una manera práctica de profundizar, con el creador, en su obra y sus experiencias:

Cuéntenos sobre sus inicios en la literatura. ¿Qué le impulsó a escribir y cuáles fueron sus primeros textos?

Respecto a eso, recuerdo un soneto de Shakespeare que decía más o menos así: “el hombre es el único animal que sabe lo que es, pero no lo que puede llegar a ser”… Y digo esto, porque mis inicios se fueron dando a través de las circunstancias. Me graduaba en 1987 de técnico de laboratorios, pero me fue imposible encontrar trabajo en La Habana de esa época. También me fue imposible entrar a la Universidad de la Habana, aun recorriendo cátedras de Química, Física (y menos de Historia del Arte; recuerdo que en estas dos últimas me ‘sugirieron’ como requisito estar afiliado a la “Juventud comunista”; nada nuevo, era lo de entonces…). Así que tuve que hacer varios trabajos para ganarme el pan y en mis ratos de ocio me exigía una superación personal, bastante rigurosa, a través de la lectura. Recuerdo entre otras cuando leí El Quijote, casi termino el primer tomo en solo una madrugada. Tuve muchas lecturas así… Recién en 1987, escribí mis primeros versos, malísimos, pero luego de un año fueron mejorando; algunos de los que sobrevivieron a esa época están editados en mi primer libro En el corazón de una frambuesa. Otra –para mí– fuente de crecimiento fue mi afiliación a la Sociedad Teosófica de Cuba y las prácticas de meditación yoga. Con juventud todo es una aventura. Luego de llegar a Miami, en 1996, poseía un conocimiento bastante sólido sobre estos temas. Más un pequeño cuaderno mecanografiado bajo el brazo que con el tiempo se convirtió en mi primer libro, antes mencionado.

Defina o mencione brevemente, por favor, aquello que los lectores descubrirán, o conocerán, a través de sus libros.

Debido a mis propias investigaciones sobre el terreno metafísico y lo universal en el campo de la literatura, creo que el lector podría encontrar mucho de: Entre lo puramente terreno y lo insospechado del espíritu; entre lo que creemos ser y lo que verdaderamente somos; entre la caída y la elevación del ser humano. Entre la más oscura desesperación y la esperanza infinita. También hay humor, crítica, inconformidad y una rebeldía que va siempre de la mano de la razón… La inspiración la he encontrado precisamente en medio de esa brecha. Desde muy joven he admirado a grandes hombres que han sabido llevar al mismo tiempo el valor y la humildad. Por lo que pienso que quien se precie de ir tras la poesía debe ser un hombre amante de la libertad y poseer un gran valor para poder adentrarse por dicha brecha, corriendo el riesgo de quedar atrapado para siempre. Porque la poesía, como cualquier creación artística, nos ronda al plantearnos seriamente las preguntas fundamentales de la existencia: ¿Qué somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?  

Por otro lado, nunca me ha gustado ceñirme o encasillarme en un solo estilo o forma específica de creación; he tratado de tocarlas todas, como todas las estructuras poéticas. Desde el haiku, el soneto, la décima –aun la campesina y humorista. Sin despreciar la rima en contra del verso libre o viceversa… Los temas son siempre los mismos; lo que cambia son las modas de los tiempos. Quizás debido a mis estudios orientalistas, y de religiones comparadas, en mis libros no paso por alto todos esos temas que siguen estando hoy dentro del ideario del mundo. ¿El centro de todo?  Pues siempre es el hombre, el hombre y su realidad. El hombre que ama y, por tanto, sufre; el hombre que lucha, que crece, que espera, que vive y muere ante un universo siempre por descubrir.

Mencione tres autores o libros que considere fundamentales o que le hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa.

Sería injusto solo mencionar tres autores que me hayan influido, me han influido muchísimos libros y autores. Pudiera citar unos veinte o treinta entre narradores y poetas… De los poetas de Cuba: José Martí y todos los poetas de la generación de Orígenes. Entre estos últimos siempre he sentido predilección por Eliseo Diego y Lezama. Del extranjero recuerdo haber devorado a los veinte años una traducción bilingüe de T.S. Eliot, como una colección de poetas franceses, ingleses (de la que recuerdo y luego leí por separado a Mallarme, Baudelaire, Rimbaud, John Donne, Blake y Yeats, por ejemplo). Pero me siento identificado con muchos otros como Catulo, Ovidio, Whitman, Góngora, E. Pound, Dylan Thomas, Joaquín Pasos, Nicanor Parra, Uribe, etc. ¿Libros? Recuerdo con gran cariño El ciervo, de León Felipe. Los cantos pisanos, de Pound. Y una colección –también de esa época– de Pedro Salinas. (Ernest Hemingway, que ha pasado como el gran novelista que fue, también –a mi entender– fue un extraordinario poeta, pero hoy es muy difícil conseguir su poesía).

A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, ¿estamos a punto de descubrir que la vida es literatura?

Soy un aficionado de la física teórica, la cual me place comparar con las filosofías de los Vedas de la India. Yo pienso que la vida –no solo respecto al humano, sino ‘macro estructuralmente’, es y seguirá siendo un enigma. Quizás en este estado de conciencia no la podamos entender del todo, lo que no nos imposibilita pensarla y hacer expresión parcial de ella. Y ahí es donde entran las artes y en particular la literatura. Porque esta –la literatura – es una de las formas de re-crear la vida, de tratarnos de explicar “lo que sucede” y el “por qué de las cosas” que le acontecen al ser humano a través de su existencia –solo o entre otros (lo que denominamos sociedad). Esto, que de alguna forma sigue y seguirá siendo “un misterio” para él. Como, a su vez, lo es él para sí mismo.

Estructuralmente hablando la composición del universo material puede ser comparada a lo que hoy esas ciencias –que rozan en teoremas místicos y de gran elevación artística y filosófica– llaman “holograma”. Creo que esto le hizo ganar una serie de premios y reconocimientos a un gran físico moderno llamado David Bohm. Pero, siguiendo el hilo de la pregunta, no solo existe el lado “estructural” en lo que llamamos universo o realidad material. También podemos ver que coexiste el lado de la “psique” (inteligencia, memoria, sentimientos, emociones, vislumbres y recuerdos imposibles a veces, que nos incitan a adentrarnos en la pregunta de la existencia de algún truco o “un más allá”).

En ese punto es donde cabe el concepto a que aludes de “Información”. Al que la filosofía india llamaría “Purusha” –casi siempre traducida muy linealmente como “espíritu”, en conjunción con su contraparte “Prakriti”, o materia primordial. Pero más allá de estos dos conceptos básicos, existe el Verbo (Vach, en sánscrito) o la Palabra –el oxímoron de los griegos, la unión de los opuestos–, con la que, según las tradiciones antiguas, Dios crea y organiza su creación. Y luego los hombres conforman sus lenguajes para nombrar y ordenar todas las cosas… Lo que nos lleva de vuelta a responderte afirmativamente tu pregunta porque, bajo estas pautas, el Universo puede ser comprendido como un poema enorme en constante construcción.


Alexis Rosendo Fernández nació en La Habana en 1969. Es poeta y conferencista de Filosofía Vedanta de la India. Presidente y Fundador de la Asociación Ramakrishna Vedanta de Miami (2002-2006). Entre sus libros publicados figuran ‘Verbum’, ‘Poemas para Yolanda’ y ‘En el corazón de una frambuesa’. Reside en Estados Unidos.


Sigfredo Ariel (1962-2020)

Hoy, 26 de julio de 2020, nos llega la mala noticia: murió, a destiempo, y de improviso casi, allá, en La Habana, Sigfredo Ariel, Sigfredito, como lo llamaba la mayoría.

Siempre que muere un poeta, odio más a los tiranos. Y de nuevo busco hacia atrás en el tiempo, y no hallo, no hallo a un tirano que haya resultado un poeta al menos un poquito sobresaliente.

La poesía, la verdadera poesía es el antónimo de los dictadores, los oportunistas, los “revolucionarios de última hora”, los ultrapendejos.

En mi opinión, es con Las primeras itálicas (1997) que Sigfredo levanta el vuelo poético que lo convertiría en uno de los más destacados de su promoción.

Frank Abel Dopico (también fallecido a destiempo), Sigfredo Ariel, Arístides Vega Chapú (1964) y Norge Espinoza (1971) resultan un cuarteto de poetas de raza nacidos y criados —y criados, que esto es muy importante—  allá, en la ya lejana quizás para siempre, ciudad de Santa Clara. 

A continuación, un poema que escribí en 1989, que explica lo mucho que podría decir en esta nota, en cuya dedicatoria consta Sigfredo Ariel.

Oración por un joven poeta de provincia

A Arístides Vega Chapú
Heriberto Hernández Medina
Joaquín Cabeza de León.
Sigfredo Ariel

Madre Poesía, no permitas
que ese humo de estraza lo disloque,
esos hipocuervos miren por sus ojos,
esos festones de terciopelo
hagan sus colores.

No permitas
que esos loros clandestinos
digan sus palabras, ni dejes
que escuchen las suyas.

Ampáralo de los cancerberos y guardianes
que tienen la celda y las cadenas listas.
Líbralo de los moscardones que esculcan sus papeles.
Escóndelo, Madre, debajo del pétalo que Aquellos desconocen.

23 de julio de 1989

Arsenio Rodríguez Quintana gana 13º concurso de microrrelatos Cugat Media

Esta semana se dio a conocer que el escritor cubano Arsenio Rodríguez Quintana, residente en Cataluña, ganó el 13º Concurso de microrrelatos que Cugat Media organiza por Sant Jordi en Barcelona, en su versión en castellano.

«Hace años no participaba en un concursos de literatura», apuntó el ganador tras conocer los resultados. «Cuando publicas libros, pasan a un segundo plano los concursos. Había olvidado lo feliz que me pone. Además, porque estos textos se los enviaron a los enfermos de COVID 19 ingresados en los hospitales de Cataluña y esa fue mi ilusión mayor, que por un momento fijaran los ojos en un texto y no en el respirador artificial que hacía lo que sus pulmones no podían”.

Este año el concurso tenía una vertiente solidaria, explicaron los organizadores. “La iniciativa se puso en marcha con el objetivo de fomentar la lectura y la escritura durante el confinamiento y también para apoyar a los enfermos ingresados por coronavirus, así como a todo el personal sanitario de la Hospital Universidad General de Cataluña (HUGC), Mutua Terrassa y también de los CAP de Sant Cugat. Así pues, a medida que llegaban los textos, Cugat Media los enviaba a estos centros sanitarios para hacer menos pesados los días tan complicados que pasaron”.

Arsenio Rodríguez Quintana nació en 1964 en La Habana. Vive en Europa desde 1999: París, Sevilla y Barcelona en ese orden. En veinte años ha publicado once libros de literatura e historia. Ha ganado premios literarios en Cuba. Participó en el Diccionario de rock latino (SGAE), en el año 2000. Ha escrito sobre música en la revista Encuentro de la Cultura Cubana (2000-2007). Su blog rebasa la cifra de un millón doscientas mil vistas. Asiduamente, imparte charlas y conferencias en Cataluña. Dirige la Editorial Muntaner (independiente) desde 2018, donde además de publicar sus libros brinda servicios editoriales a instituciones y creadores.


Anamely Ramos: Desbordarse para generar un arte trascendente

A Anamely Ramos la conocí recientemente, tras ser agredida, junto a Luis Manuel Otero Alcántara y Maikel Osorbo, por agentes de la policía. Sin un previo conocimiento de su trayectoria, las noticias generadas estimulaban mi curiosidad, la necesidad de saber quién era esta persona. Me agrada el hecho de no haberla conocido antes pues creo que mientras menos vínculos se mantienen con el entrevistado más se impone la imparcialidad. E incluso es una oportunidad para que éste demuestre cuán preparado está.

Empecé a indagar un poco más en internet y aparecía información de lujo sobre esta bella mujer. No hubo una persona a la cual le preguntara que me dijera algo negativo. Segura, con base en sus planteamientos, profesional, con deseos de generar un cambio en pos del mejoramiento social: son algunos de los atributos que la pueden definir. Quizás mi ascendente Acuario –ella es acuariana de pura cepa– nos conecta y da paso a estas respuestas, magistrales en mi opinión.

Esta no es una entrevista simple. Se trata de una clase basada en las experiencias y conocimientos que ha ido adquiriendo Anamely en su trayecto de vida, y que hoy nos comparte con total humildad. Es la triste confirmación de que, con el paso del tiempo, la educación cubana ha ido perdiendo a sus mejores educadores por no querer abrirse al diálogo y la libertad de expresión. Pero también constituye una luz para aquellos que quieran cambiar y hacer impacto en la realidad que les toca vivir. La esencia de lo que nos comparte Anamely desborda los límites nacionales y puede ser puesto en práctica por cualquier persona en cualquier parte del mundo.

¿Quién es Anamely Ramos?

Yo me gradué de Historia del Arte en el año 2007 y enseguida fui a trabajar al ISA (Instituto Superior de Arte). Fui profesora del ISA hasta el 2019, ahí yo impartía Arte Cubano en varias facultades. Después comencé a dar Arte Africano, que fue lo que me cambió totalmente la vida y mis nociones de lo que es la creación, la Historia y las relaciones sociales manifestadas en el arte. Básicamente soy eso, una profesora e investigadora. También he escrito crítica de arte y poco a poco me he ido introduciendo en zonas del activismo cultural.

¿Qué significó para ti dar clases en el ISA?

La posibilidad, en primera instancia, de probar lo que yo había aprendido en la universidad. Siempre he sido de generar debate. Cuando llego al ISA me doy cuenta que yo era más joven que mis propios estudiantes –en esta escuela hay cursos por trabajadores también–, y fue el momento para probar todo eso.

Para mí dar clases es lo más grande que existe, la experiencia de más riesgo que he vivido en mi vida, y parecerá loco pues últimamente he enfrentado otros tipos de riesgos. Pero esa fue mi experiencia de riesgo, porque te pone en crisis cuando tienes a veinte personas delante de ti haciendo preguntas, o con caras expectantes esperando que les demuestres la verdad de algo. Ese es el desafío, te obliga realmente a estudiar y a profundizar en las cosas para poder comunicarlas después. Dar clases a artistas que tienen una visión del mundo y de la sociedad diferente, con otras formas de asumir la realidad y demostrarla, fue lo más grande que me pudo haber sucedido.

Todo lo feo que me pasó en el ISA al final, es decir, lo que tiene que ver ya con mi salida, no afecta para nada mi relación con la docencia, con mis estudiantes y colegas de trabajo. Esa experiencia siempre será como el momento en que me probé y del que aprendí lo que es actuar en sociedad y lo que quiero realmente dar y que me den.

Cuba es un país que, a pesar de vender la cultura como pilar, a lo largo de los años ha sufrido una gran degradación cultural. ¿Cómo crees que esto se podría solucionar?

Pregunta bastante complicada, yo no tengo soluciones. Tengo ideas o vivencias. Quien ahora mismo diga que tiene soluciones para Cuba, aunque sea simplemente en el terreno del arte, está loco… porque generalmente estamos abocados al desastre total. Realmente creo que nosotros estamos en un momento de desastre y no puede ser de otra manera. Además, es bueno que sea así, porque en algún punto tiene que haber alguna ruptura para comenzar a generar nuevas dinámicas, nuevas formas de vivir la vida.

Yo escribí un texto estando en el ISA todavía de profesora, que era especialmente sobre el ISA, sobre qué estaba pasando en el ISA, sobre la decadencia que estaba viviendo el ISA, que era mi institución de trabajo, e insertaba esa decadencia del país. Es decir, en un país donde, como ya sabemos, hay muy pocos espacios de participación real y eso va generando como una especie de esquizofrenia a nivel social que permea todos los espacios. Permea los espacios artísticos, los políticos y los de cualquier índole.

Entonces, creo que la única manera de combatir eso es trabajando. Generando un trabajo sostenido, hagas lo que hagas. Si tú eres curador, artista, rapero o lo que sea, generar un trabajo sostenido donde te estés poniendo en crisis a ti mismo a partir de lo que la realidad te está mostrando. Generar una autonomía dentro de ese trabajo, es decir, poder generar alianzas con quien tú quieras. Yo no estoy en contra de generar alianzas con las instituciones oficiales, ni con el partido siquiera, pero salvando la autodeterminación, la posibilidad de agenciarte la vida o el trabajo de la manera en que decidas que es justo, sin que eso te prive de generar alianzas con otros actores sociales que pueden ser criminalizados o demonizados por las mismas instituciones oficiales.

Tú tienes que lograr ser consecuente con tu propio trabajo y con tus propias convicciones de ética y de toda índole. Si logras eso aunque sea a paso corto, porque además esto es una carrera de resistencia dura, a ti la gente te va a respetar, vas a generar un cúmulo de información y de vivencias personales que te van a ayudar luego a seguir trabajando cuando venga el tajo. Siempre que generes un espacio libre de trabajo, en el terreno que sea, va a venir la intervención del gobierno por alguna vía. Eso está clarísimo ya, si no pactas ellos te van a intervenir. Ahora, tienes que estar consciente de eso y, después que te intervengan, tú dices: Ah bueno, gracias, pero yo sigo trabajando.

Y es la única forma de generar un trabajo sostenido a largo plazo, que enfrente la decadencia cultural. A pesar de todo esto que te he dicho que parece caótico y catastrófico. Nosotros somos un país grande, un país que tiene una cultura impresionante, que ha generado resultados culturales que no tienen otros países de Latinoamérica; estoy totalmente en contra de esas visiones que minimizan lo que es Cuba. Incluso todo eso que se habla del daño antropológico, que yo entiendo es la base de esa teoría que es justamente perder la agencia.

El daño antropológico que nosotros tenemos como pueblo es que nos han enseñado a“abre la boquita pajarito que yo te voy a meter la comidita”. Eso por supuesto te va atrofiando como sociedad y desaprendes cosas importantes, a nivel teórico y a nivel práctico. Ese daño yo creo que está, pero decir que es un daño antropológico resulta demasiado determinista para mi gusto. Suena como que ya estamos atrofiados para siempre y no tiene en cuenta ese otro capital cultural nuestro como nación y como país. Lo tenemos, está ahí y se puede regenerar.

Lo que hay que tener primero la valentía de decirlo y no abandonarse a la desidia. Debes tener la voluntad de hacer un esfuerzo sostenido para ponerte en crisis a ti mismo frente al desastre actual. Y hay que dialogar con los demás, conscientes de que uno no tiene las verdades completas. El desencanto que uno puede sufrir en un momento determinado, no te puede dominar.

Entonces, usando todas esas armas –es decir, el trabajo sostenido, la esperanza de alguna manera, la colaboración con los demás, el conocimiento de los trasfondos incluso recientes–, tratar de generar un trabajo en el terreno artístico, proyectos culturales inclusivos de verdad. No para vendernos inclusivos pero al comunicarnos con el amigo que nos ayuda ser unos tiranos, así no avanzamos. Generar un trabajo a prueba de las intervenciones que evidentemente va a haber.

Y aunque soy enfática con eso, hacer un trabajo implica poner en crisis lo que yo creo de mi historia y de Cuba en todo momento. Si tú generas una consigna de todo pero no te pones en crisis y a todo respondes con consignas, estamos perdidos, porque de consignas estamos hasta el moño. Lo que viene al lado del paternalismo es la consigna, la repetición, el ego que te hace pensar que estás descubriendo el mundo. Y aquí nadie descubre el mundo: el mundo está descubierto desde que surgió.

Hay que buscar maneras inteligentes y éticas de relacionarse con eso que está ahí y hacer frente al poder. La lógica del poder es aplastante, porque está dentro de nosotros mismos. Hay que ponerse fuerte, pues lo que viene para arriba de uno cuando genera un espacio sencillo de libertad es “la tiza”, como se dice por ahí. Uno debe de estar consciente de que está asumiendo una responsabilidad y hay que hacerlo con placer. Pero, repito, hay que hacerlo también sabiendo lo que te viene para arriba, porque, si entras ingenuamente, te arrollan y te acaban.

Hay que tener esperanzas y sobre todo trabajar, no es suficiente con armar bulla. Hay que trabajar e incluso en momentos determinados dar pasos atrás y hasta ceder en algunas cosas para poder seguir trabajando.

¿Qué crees de las propuestas de las nuevas generaciones de artistas cubanos?

He estado en contacto con mucho de lo que están creando las nuevas generaciones, porque eran mis alumnos en el ISA. Es una de las ventajas de haber sido profesora del ISA. Estás recibiendo de primera mano lo que después va a sonar, o lo que después se va a perder, lo que sea, pero tú estás viéndolo surgir. Es como el tráiler o el corte del director que nadie vio. Una lo ve cuando está en el ISA.

A ver, talento siempre hay. Con eso de que hay menos talento ahora que antes y toda la estupidez esa, no estoy de acuerdo. Lo que pasa que como no hay espacios suficientes para probar ese talento, para entrar en un diálogo creativo con otras realidades dentro del mismo circuito del arte, a veces dicho talento se estanca.

Lo que sí está demostrado es que el arte contemporáneo, como todo tipo de arte, genera fórmulas. Yo creo que en el ISA, desde hace mucho tiempo, esas nuevas generaciones están chocando con esas fórmulas del arte contemporáneo que además tienen que ver mucho con el arte político y con maneras muy concretas de hacer arte político.

El reto está ahí, en encontrar un camino propio que dialogue con esas fórmulas. Que es además lo que está arrojando el mundo del arte, lo que se está haciendo como obra, o mostrando como curaduría, lo que el mercado compra. Hay que dialogar con esos paradigmas entronizados en la academia –no te puedes desentender del todo– para filtrar esas fórmulas que vienen del arte contemporáneo internacional y lograr un camino propio en medio de las circunstancias.

Yo creo que hay muchos jóvenes creadores en las artes visuales tratando de pegarse, y hay mucha superficialidad. Chus Martínez, cuando vino a dar la conferencia en el Museo Nacional de Bellas Artes, y le hicieron la pregunta “¿Usted que cree del arte cubano actual?”, respondió: “Creo que el arte cubano actual es poco generoso”. Lo cual a mí me pareció genial.

Tú dices: “La partió… ¿Por qué generoso?”. Es decir, un concepto o una idea que viene, no sé, de la ética, las costumbres, la moral, qué se yo. ¿Qué importa la generosidad en el arte?  Creo que ella lo que estaba diciendo –y ya sé que ella es ella y yo soy yo– era justamente eso, que no nos podemos quedar con una fórmula, que debemos ser plurales. Tenemos que ser capaces de dar más de lo que vayamos a recibir. No podemos ser instrumentales con el arte porque el arte es todo menos un instrumento.

Esa cosa de que el arte es un instrumento que se usa en la sociedad… no. El arte no es un instrumento. La lógica instrumental no tiene nada que ver con el arte. Tú tienes que dar mucho en el arte, probarte mucho, equivocarte mucho y desde ahí va a haber cosas que solitas van a relucir como pepitas de oro.

Y yo no estoy en contra de las estrategias: quien no sepa ahora mismo, como artista, generar una estrategia, está frito. Eso se sabe. Y esa estrategia no la desarrollas tú solo, necesitas al curador y demás entes asociados y, una vez más, necesitas dialogar. Pero nunca puede ser totalmente instrumental para que llegue aquí o allá u obtener la residencia tal. Eso está muy bien y muy lindo, pero tú tienes que desbordarte para generar de verdad un arte que trascienda, que diga cosas, que te refleje como ser humano, que refleje a la sociedad en que estás viviendo.

La Historia nos demuestra que a la larga esos son los artistas que quedan y generan relaciones más allá de sí mismos. Y eso es lo que yo creo que no está sucediendo tanto en las nuevas generaciones. Las nuevas generaciones están más concentradas en la estrategia de pegarse, entrar en un mercado o en determinados circuitos que les propiciarán residencias, y se están olvidando de todo lo demás. Ahí se pierden a sí mismos. Porque se queman generando un tipo de arte que los violenta para entrar en determinadas fórmulas de lo que debe ser el arte contemporáneo y ahí te pierdes, pierdes creatividad, pierdes la posibilidad de equivocarte, de hacer obras malas. Es necesario a veces crear obras malas, según determinados estándares, para no perder la posibilidad de generar un camino propio. Y darse golpes, chocar con lo que hace el otro, incluso estar un tiempo sin hacer nada.

¿Quién dice que estar tiempo sin hacer nada es malo? A veces hay que estar tiempo sin hacer nada; ese es el tiempo que no se están permitiendo los artistas contemporáneos. Yo creo que hay que desmantelar muchas lógicas. Hay que desmantelar la lógica de las galerías oficiales, hay que desmantelar la lógica de los espacios alternativos que también están filtrando ya un tipo de arte contemporáneo. Hay que desmantelar la lógica con que se dan las clases en el ISA, poner todo eso en cuestionamiento y sobre todo mirar en qué país estás viviendo.

Tú no debes estar ajeno, pero tampoco puedes convertir la política en una fórmula para validarte como artista.

¿Qué es el grupo Ánima?

Un colectivo de trabajo que yo coordino desde Cuba, aunque en Argentina es coordinado por Luis Alberto Mariño –graduado del ISA de composición y violinista–. El grupo se denomina Ánima recientemente, por el poemario de José Koser, el poeta cubano. Pero realmente recoge un poco, como historia, un trabajo que venimos sosteniendo María de Lourdes Mariño y yo desde que éramos profesoras jóvenes del ISA.

Todo ese trabajo de curaduría que se hizo en espacios públicos abandonados, iglesias abandonadas, casas abandonadas de la Habana Vieja, en fin… Son más de diez exposiciones que avalan de alguna manera el trabajo, por más de diez años, de lo que es Ánima hoy. Ánima es un proyecto de investigación y arte que se ocupa de los procesos de la memoria en Cuba. Cada uno de los artistas o investigadores que componen el colectivo tiene un tema específico que trabaja y del cual va arrojando resultados parciales que son publicados en la página del proyecto y en los perfiles de Ánima en Instagram. Se organizan actividades en los espacios públicos para mostrar ese trabajo.

Tratamos de colaborar primero entre nosotros mismos y después permitir la entrada de personas ajenas al colectivo que también puedan colaborar. Básicamente Ánima es eso, un colectivo de artistas e investigadores que trabajan los procesos de la memoria en Cuba.

Según el texto al cual hacías referencia sobre el grupo Ánima, publicado en la revista Rialta, uno de los objetivos era llevar el arte a las masas…

A ver… no me gusta lo de las masas. Nosotros reaccionamos rápidamente a eso de la masividad, que se parece a la batalla de ideas.

O mejor dicho, a un público no habitual…

Exacto, no habitual. Justamente por eso comenzamos haciendo las exposiciones fuera de las galerías. Nosotros, salvo excepciones puntuales, no hicimos exposiciones en galerías. Buscábamos un espacio cargado de connotaciones, dentro de la ciudad por lo general, en ruinas o abandonados, y hacíamos las exposiciones ahí. Usábamos los objetos del lugar, las connotaciones que vienen de la historia del lugar, dónde está enclavado, las condiciones físicas en las que se encuentra y, a partir de eso, tratábamos de atraer público de todo tipo.

Salir de las galerías ya es un paso para eso. Porque a las galerías va quien va a las galerías, el que asiste despistado es una excepción. Pero el circuito del arte genera su propio público, que valida además todo eso. Salir de las galerías ya es un paso importante, pero no es lo único. Tienes que interactuar con el barrio y su historia, con la gente que está ahí, con los que usan esos espacios que ya no se utilizan para fines útiles, digamos.

Entonces tratábamos de generar ahí como un gran diálogo entre las distintas manifestaciones del arte. Artes visuales con música, con teatro, tratando de no quedarnos en los tecnicismos propios del arte contemporáneo. Eso es muy difícil pero se puede hacer, siempre se puede trabajar en base a eso.

Los resultados fueron increíbles, nosotros tuvimos personas en las exposiciones que nos decían: “lo que más me gusta es el ambiente que han generado, un ambiente de acogida donde yo puedo estar y no necesito estar casando lo que me dice la obra porque ya me siento bien aquí y estoy recibiendo esas sensaciones e impresiones a nivel personal, incluso corporal”. Y lo increíble es que aunque no lo teníamos como horizonte en un primer instante, nos dimos cuenta con el tiempo de que por ahí está yendo una línea importante del arte contemporáneo.

Recién vino uno de los curadores o director –no recuerdo bien su cargo– del museo de arte contemporáneo de Barcelona y él lo decía en un encuentro que tuvimos organizado por Lianna y por el espacio de Wilfredo Prieto: “hay que tratar de entender cada vez más que somos cuerpos habitando un espacio que puede ser el espacio del arte, la galería X o el lugar X donde se esté haciendo la exposición, y hay que afectar a esos cuerpos”.

Mucho del arte contemporáneo se está yendo por ahí y eso es lo que queremos conseguir nosotros. Mostrar la historia, las ideas que están detrás de las obras, pero sobre todo generar un espacio de confluencia donde las personas de cualquier sector social lleguen sin tener un conocimiento exhaustivo de la historia del arte ni de lo que es el arte contemporáneo, se sientan afectados con lo que está sucediendo ahí y generen sus interpretaciones, sean las que sean. Que se pregunten cosas, se escandalicen, no entiendan, vengan a preguntar de qué se trata. Eso es lo que buscábamos conseguir.

La más emblemática exposición fue la primera, Quinto día (2010), en las ruinas de la iglesia de El Carmelo, donde habían obras de todo tipo. La gente llegaba y se fascinaba, pues el lugar ya de por sí era hermoso. Un lugar con su propia belleza, que es lo que a veces falta a las galerías. Las galerías son espacios muy fríos y si tú te mueves de lugar ese espacio tiene un peso y tienes que ser capaz de dialogar con él.

Realmente era uno de nuestros objetivos, no sé hasta qué punto lo conseguimos. Pero era y es lo que aún perseguimos. En Ánima lo que hacemos con los procesos de la memoria es tratar de ver qué ha quedado de esa historia, cómo se ha filtrado en la gente. Y tratar de devolver nuestra visión de cada uno de esos espacios que se investigan o de esas personas, y continuar la historia. Devolverlos a la vida y que la gente entonces siga haciendo sus interpretaciones.

En ese mismo texto publicado en Rialta, relatabas que en distintas etapas de estos diez años ciertos miembros, y hasta tú, habían tenido que emigrar. ¿Cómo ha sido favorable, o no, el distanciamiento de algunos miembros y la incorporación de nuevos?

Es una pregunta dura porque ahí se mezcla la vida de uno. Yo me fui para Angola por muchas cosas, en primer lugar porque yo no tenía casa en La Habana. En ese momento tuve que irme para Camagüey un tiempo con mi hijo, e irme de misión era la posibilidad, en primera instancia, de conseguirme un lugar para vivir.

También me fui para Angola porque yo adoro África y ya yo venía con todo este proceso del arte africano y me fascinaba la idea de salir por primera vez de Cuba. De hecho, África no me defraudó, creo que en ese sentido el momento más feliz de mi vida tuvo lugar allí, y eso me hizo replantearme todo.

Cuando regresé, después de casi dos años viviendo en Angola, se fueron entonces María de Lourdes Mariño para Estados Unidos, a estudiar, y Luis Alberto Mariño para Argentina, que además es el padre de mi hijo, por lo tanto se mezclan cosas personales. Tratar de mantener un trabajo sostenido con esas personas que ya no están cerca de uno y esas interrupciones en el tiempo, es un poco difícil. Pero se hace si uno tiene claro, primero, que quiere seguir trabajando; segundo, que uno puede superar esas distancias y buscar formas de trabajo diferentes que vuelvan a reunir gente.

Además, es también muy necesario refrescar, ver el mundo, cómo funcionan otras sociedades. No somos el ombligo del mundo, nuestros problemas no son el centro de nada. Parecen terribles pero otros países tienen también problemas terribles, y eso te ayuda a tener otra visón del asunto más global.

Por supuesto que la incorporación de gente nueva es importantísima, hay que estar regenerando todo el tiempo ese colectivo del cual formas parte. Siempre fue así desde que éramos profesores y trabajábamos con los estudiantes que teníamos, no tuvimos que irnos del país para necesitar gente nueva. Entraba y salía gente, nosotros nunca trabajábamos con nómina fija de artistas. Nunca le cerramos las puertas a nadie, pero si trabajábamos con obras e ideas concretas. “Me interesa tú idea o no me interesa tu idea; o me interesa tu idea pero vamos a negociar aquí ciertas cosas para crear entre todos”.

Nosotros nunca trabajamos con obras ya realizadas, a no ser excepciones, y ese diálogo creo que fue muy provechoso. Entonces, entraba y salía gente todo el tiempo, era un espacio de creación colectiva pero abierta y por eso nos fue fácil reincorporar gente nueva.

Hay siempre un desgaste en estas cosas de proyectos a largo plazo. Hay desgaste por eso mismo de que la gente se va todo el tiempo o porque te cansas de luchar contra las circunstancias en las que vivimos, que no son un cuento ni una mentira. Te desgastas pero tienes que ser capaz de continuar o de terminar, porque tampoco las cosas tienen que durar para siempre.

Hay momentos en que tienes que parar. A veces ese parón es para siempre y simplemente generas otro proyecto cuando estás listo. A veces generas versiones nuevas, que es lo que nos pasó a nosotros. Estuvimos tiempo sin hacer nada y volvimos a la carga cuando nos encontramos el poemario de Kozer y dijimos: “esto tiene que ver con lo que nosotros hacíamos, vamos a crear un proyecto nuevo que tenga que ver con el inicio pero con cosas diferentes también. Vamos a incorporar a la gente nueva que está a mano y estaría dispuesta a trabajar con nosotros”. Entonces se van generando como versiones distintas dentro de una misma idea, y ya después decides organizar todo eso. Y comienzas a periodizar ese nuevo trabajo, comienzas a vivir de lo que has hecho y ahí viene el riesgo también de estancarte otra vez.

Debes ser capaz de vivir de lo que has hecho pero plantearte nuevos objetivos, incorporar nuevas personas, entrar en crisis otra vez y así sucesivamente. La gente joven que ha entrado a trabajar con nosotros han sido pilares dentro del proyecto. La misma Camila Lobón, que es una artista muy joven con mucha visibilidad; y también en estos momentos, por la misma cuestión del activismo, Juan Pablo Estrada, Carla María Bellido a la par de Ernesto Santana, un escritor, Amilkar Feria, un artista con una trayectoria enorme, y personas de generaciones intermedias que estamos, como podemos ser yo, María de Lourdes Mariño, Luis Alberto Mariño, Gisel Arango –curadora que vive en Camagüey, también graduada de Historia de Arte–, Alain Michel Aguiló, historiador también de Camagüey, Osvaldo Hernández, profesor del ISA, Mario Castillo, igualmente profesor del ISA y con gran prestigio en el activismo y en el trabajo con la memoria.

Entonces se trata de unir gente de diferentes generaciones e intentar generar un proyecto con una idea central pero donde cada cual tenga la libertad de trabajar su propio tema e ir por los caminos que decida. Después, hacer conflicto de eso ha sido como que muy rico, y creo que es la base del éxito que pueda tener el proyecto. Ninguno de nosotros esta estresado con que mañana Ánima termine. Termina cuando tenga que terminar y la bola saldrá por algún lado de nuevo y cada cual tendrá sus proyectos personales o colectivos futuros, pero por ahora estamos bien trabajando juntos y trabajando ese espacio.

Cuéntame de tu experiencia en África. ¿Qué huella crees que África haya dejado en ti y tú en ella?         

Angola a mí me cambio la vida totalmente. Yo llegué a un lugar que era una universidad que se estaba creando de la nada. No existía universidad de arte en Angola. Por lo tanto, los alumnos que yo tuve eran alumnos que no sabían nada de lo que es el arte, digamos como se entiende en la historia occidental. Eran alumnos que venían de la calle. Aquí estamos acostumbrados a trabajar con alumnos que provienen de escuelas con nociones elementales de lo que es la historia del arte y un trabajo ya adelantado.

Esos alumnos que yo tenía a veces no tenían conocimientos de nada, ni de la historia ni de la geografía. Yo empezaba a explicar sobre arte griego y me daba cuenta que no sabían dónde estaba Grecia. Entonces coges mapas y a explicar qué es Grecia. Además, lo otro que me brindaba era estar en un país extranjero  por primera vez, un país muy diferente pero con cosas muy parecidas a Cuba y manejar todo eso.

Fue lo más grande que me pudo haber pasado. Tuve que reinventarme como persona y como profesora en ese lugar. Tuve que cuestionarme lo que sabía –“tumbar catao y poner quinqué”, como decimos aquí–, empezar de nuevo, tratar de explicarles a esas personas qué es el arte, tratar de entender para ellos qué cosa es el arte y tratar de sacar de ahí una experiencia.

Yo tenía muy claro las asignaturas que iba a impartir con programa y todo. Yo daba Arte Contemporáneo, Historia del Arte, Apreciación de las Artes y terminé dando una mezcla de todo en cada lugar que me paraba. Tenía que dar apreciación antes de entrar en contenidos históricos. Al final, les dije a ellos que sentía haber aprendido más que lo que les pude brindar.

Aprendí en primera instancia a desmontar lo que yo creía que sabía. Desmontar todos esos paradigmas en la historia del arte occidental. Entender que para ellos el arte tiene un carácter utilitario, pero no de la utilidad que nosotros podemos entender como utilidad. Para ellos el arte está muy vinculado con todos los procesos de la vida y eso hay que comprenderlo para poder darles algún tipo de herramienta que les sirvan para poder después hacer una obra y tratar de descubrir cuáles son sus talentos. Yo daba clases en música, en plástica y teatro. Ninguno de ellos había hecho teatro (música sí, pues cantan en las iglesias desde pequeños y tenían otra relación con el tema). Con la plástica, algunos tenían relación y otros no. Entonces el fin era ayudarlos y darles las herramientas desde la historia y lo que uno pueda saber del campo del arte.

Yo aprendí a estar abierta ahí, pues además estás en un espacio que es una mezcla. Angola es un compendio de culturas, allí hay más de treinta lenguas nacionales. Imagínate tú salir de Cuba y llegar a un país donde hay más de treinta lenguas nacionales –no dialectos, lenguas nacionales–, además del portugués, que por cierto el portugués no te lo sabes. Ahí aprendes portugués y después te tienes que relacionar. Yo no aprendí ninguna lengua nacional aunque lo intenté, eran realmente muy difíciles. Estás en un país donde las fronteras son arbitrarias, Portugal mezcló ahí a todo el mundo y estás en medio de todo eso. Además, estás observando las contradicciones sociales de ese lugar, que son muy fuertes.

Barrios pobres en un país muy rico, donde hay dinero corriendo. Y además las contradicciones que tienes como cubana dentro de los cubanos. Porque es una misión donde tienes un reglamento militar, la empresa que regula las misiones en África es militar. Entonces tienes un reglamento militar lleno de prohibiciones y restricciones que incluyen incluso las restricciones para relacionarte con los angolanos, que por supuesto yo las violé absolutamente todas porque, si no, no puedes vivir e interactuar de verdad. Te obligan a quedarte dentro del espacio de los cubanos. Y lo siento pero yo no fui a África a quedarme dentro del espacio de los cubanos. Yo fui a África a relacionarme de verdad con los angolanos.

Me arriesgué, pues a quien viola las normas, y lo cogen, le quitan el dinero y lo chantajean, ya se sabe cómo son las cosas de este gobierno. Además de que te quitan no sé qué por ciento de lo que ganas, no les es suficiente, tienen que restringir tu vida. Pero aun así tú sales de todo eso y logras vivir y relacionarte con esa gente. Yo fui a los óbitos, que son las ceremonias que ellos realizan cuando mueren personas, a las ceremonias tradicionales que hacen cuando se casan. Viví directamente lo que ha hecho el cristianismo dentro de esa sociedad, y que está muy extendido. Vi cómo choca con esas religiones tradicionales que ellos tienen, con sus costumbres, que es lo que prácticamente queda de esa religiosidad. Están secularizados como mismo pasó en Occidente, pero ellos lo tienen más reciente en el tiempo y tú, como cubano, tienes que relacionarte con eso a nivel humano.

Tienes que relacionarte en un lugar donde la muerte es lo cotidiano. Mueren personas todo el tiempo por la situación sanitaria compleja que tienen, y debes ser capaz de ponerte en el centro, arriesgar tu propia salud si quieres realmente entender lo que está pasando ahí. Entonces los cubanos muchas veces se quedan en la cosa de “qué brutos son, cómo se ríen de todo, que si tienen peste…” Yo tuve que oír de todo allí, el racismo de los cubanos se manifiesta porque no entienden y no saben qué hacer, y yo aprendí a lidiar con eso y abrirme. Creo que eso es lo que más me va a ayudar en el futuro a adaptarme y a lidiar con las personas en cualquier lugar en que yo viva, pues fui capaz de hacerlo allí. Eso es lo que me llevo, la capacidad de estar en el medio de relaciones que se cruzan, abrirme a ellas y dialogar.

Alguien me comentaba que siendo profesora del ISA eras una persona adelantada en pensamientos y análisis social. Coméntame un poco cuáles eran esos temas que abordabas.

Me encanta estar en el filo de la navaja, en la frontera de las cosas, donde se supone que no debo estar. “¿Si tú eres historiadora del arte qué tú haces ocupándote de la sociología o de la antropología?”, me preguntaban Pues me da la gana en primer lugar, y para mí ese es el mundo contemporáneo. Quien quiera mantenerse dentro de la especialización que generó la modernidad, está frito.

Tú no puedes ser un disperso o un todólogo. No se puede ser Fidel Castro, que al final no sabía de nada y siempre estaba en todo. Tiene que haber una especialización, pero tú tienes que estar abierto a la trans-disciplinariedad, esa de la que tanto se habla y casi nadie practica.

A mí la Historia del Arte no me gusta como disciplina, no me siento cómoda ahí. Me parece que estoy con una camisa de fuerza y, desde que era estudiante, me iba para la facultad de historia y daba clases de las asignaturas de historia que quería. Yo daba clases con Acanda, el famoso profesor de marxismo de la facultad de Filosofía; o con Jorge Chirino, que daba clases de pensamiento contemporáneo.

Yo me moví libre aunque no lo necesitara, pero me daba la gana. Era alumna ayudante de Estética y Teoría de la cultura estudiando Historia del arte. Ya me había movido hacia la estética, que es un espacio de confluencia entre la filosofía y el arte. Cuando me fui para el ISA, también tuve la suerte de dar clases de arte dentro de una disciplina que se llama Estudios Cubanos. Justamente hay profesores de Historia, Economía, Literatura, que se unen y generan ese tipo de asignaturas donde hay distintas miradas sobre Cuba.

Me enseñó mucho porque tuve obligatoriamente que dialogar con esas otras áreas del conocimiento. Entonces, me muevo porque soy un ser humano que tiene intenciones de mejorar un país, que no le da la gana de seguir la lógica del poder en que vivimos y porque creo que el arte tiene un lugar ahí. Tiene que retomar su voz dentro de la sociedad y filtrar esa realidad. No concibo el arte de otra manera, ni la curaduría, para mí siempre se trata de generar libertad. Es decir, de generar espacios autónomos desde la curaduría, desde el arte o desde donde sea y dialogar con esas otras realidades que aparecen.

En eso también me ayudó no solo dar clases en el ISA y formar parte de este colectivo de Estudios Cubanos, sino también, después que regresé de Angola, trabajar en el centro Loyola, a donde llevan a los jesuitas. Ahí yo dirigía un espacio de diálogo sobre Cuba. Tratábamos todos los jueves temas diferentes de la realidad cubana, invitábamos a especialistas y se generaba un debate. Teníamos muy claro que el espacio de debate tenía que ser mayor que el espacio del especialista, que es lo que muchas veces no pasa. Te atiborras de información y después no sabes qué hacer con ella porque no dialogas.

Por supuesto, ahí también tuve mis problemas, pero logramos gestionarlo con la ayuda de la iglesia y hasta hace nada ese espacio funcionó. Entonces me sirvió también a mí para gestionar un espacio diferente de diálogo sobre Cuba.

Cuba es mi pasión número uno, desde que era niña. Siendo niña me obsesioné con Martí y Cuba es lo que me sostiene. Ya después mi pasión por África, y demás pasiones que pueda tener, se suman a esa pasión por Cuba y creo ser consecuente con eso.

Ahora voy a ir a estudiar Antropología en México. Entendí que todos esos elementos distintos que tengo como background, de arte, historia y demás, se sintetizan en la antropología. Es una vocación que ahora pienso desarrollar. No se estudia Antropología en Cuba, ni en pregrado ni en postgrado. Esa sería una gran pregunta: ¿Por qué en Cuba no se estudia antropología? Gran pregunta frente al poder incluso. Así que voy a estudiar antropología si me dejan salir del país, pero voy a estar vinculada a Cuba siempre.

Me voy a abrir al mundo. Patria es humanidad, esa es mi premisa. No soy sectaria y no me gusta el chovinismo. Iré y estaré regresando y seguiré generando espacios de confluencia.

¿Qué provocó tu expulsión del ISA?    

A ver… técnicamente no fue una expulsión. Ellos son tan cobardes que ni siquiera me fueron de frente. Cuando a ti te expulsan, tienen que explicar la causa, y generalmente son causas ideológicas evidentemente. Ellos me aplicaron una medida administrativa por la cual, supuestamente, a mí, que era plaza fija del ISA –tenía un contrato indeterminado, es decir, tenía una plaza–, me cerraban el contrato porque viajé por cinco días a Chile a un evento gestionado individualmente, que no tenía nada que ver con el ISA, y, aunque pedí la autorización a la universidad, no esperé la respuesta.

Según ellos, yo estaba regulada por el Decreto 306. Cosa que por demás resulta absurda, porque si yo hubiese estado regulada por ese decreto no hubiese podido salir del país. En la aduana me hubiesen pedido la autorización para salir pero no me la pidieron, pues yo no estoy regulada por el decreto 306. Entonces, cuando regresé, esperaron dos meses –por lo tanto no era una medida disciplinaria, era una medida administrativa. Ellos alegan que, como estaba regulada y no esperé la autorización, me cerraron el contrato. En fin, a nivel legal el documento que me dieron era un disparate total. Ahora no quiero extenderme en eso pues tuve la oportunidad de hacerlo público en su momento y decidí que no, porque en ese instante no me sentía con la energía suficiente para asumir un debate de esas características en las redes, donde por supuesto se iba a mezclar mi vida personal, etc. Pero sí apelé a todos los niveles correspondientes. Primero al órgano de justicia laboral y luego al tribunal municipal.

Quedó todo muy claro en ese juicio. El abogado me defendió magistralmente y quedó en evidencia el descalabro legal del documento y de lo que se me pretendía aplicar. Aun así, como son las cosas en este país y con el desamparo que tenemos, la sentencia llegó. Después se supo que la Seguridad del Estado estaba detrás de todo. Y ni siquiera creo que haya venido en primera instancia de la Seguridad del Estado. Creo que vino del Ministerio de Cultura. Yo era una persona incómoda, ya había escrito sobre el Decreto 349 y ese texto del que te comenté sobre el funcionamiento del ISA; el rector a cada rato me llamaba a su oficina. Me hacían llamadas cuando iba a intervenir en paneles determinados diciéndome que estaban preocupados por lo que yo diría.

Era simplemente una persona incómoda que ellos querían quitar del camino. Y lo consiguieron de esa manera. Creo que cuando eso subió de tono y apelé al tribunal municipal, ahí sí intervino la Seguridad de Estado. Sabía que estaba siendo vigilada ya por mi amistad con Luis Manuel Otero. Sabrá Dios, ya ni siquiera quiero saber los detalles de todo eso. Lo cierto es que fue muy injusta mi salida del ISA. Cualquier persona digna de ese instituto, ya sea profesor o estudiante, te dirá que no hay razón profesional para que a mí me expulsaran. Modestia aparte, soy una excelente profesora que se interesa por sus estudiantes, por los procesos académicos, por generar espacios de discusión y no hay razón que avale mi salida del ISA. A no ser la única que ellos tienen: no les importa la calidad de la docencia, no le importa quién tú seas profesionalmente, lo único que le importa al poder es que seas incondicional, que no los amenaces de ninguna manera. Y para lograr eso están dispuestos a hacer lo que sea. Estoy segura que la presión vino de arriba y el desenlace fue ese.

Yo la pasé muy mal pero ya lo superé. Entendí que voy a ser profesora hasta que cierre los ojos. Con el perro de la casa voy a ser profesora. En donde quiera que me pare gestionaré un espacio de diálogo y para mí eso es ser profesora. En fin, no me afecta y seguiré adelante. Eso también me ayudó a entender que debía pasar a otra etapa. A veces uno se estanca y quiere salvar cosas que no puede salvar. Hay veces que hay que parar, tomarse un descanso, salir de Cuba y hacer otras cosas, porque te funden. Creo que también hay que superar esa cosa mesiánica, nosotros no somos los salvadores de nada. Nosotros simplemente debemos hacer nuestro trabajo, generar el diálogo con los demás y tratar de sanarnos a nosotros mismos. Eso ya es suficiente y ya es “tronco” de trabajo.

Este tiempo de cuarentena y aislamiento social… ¿cómo ha influido en ti?

Para mí ha sido una cuarentena muy rara, porque yo no he estado tranquila por todo lo que ha pasado en mi vida últimamente, por lo cual me he hecho más visible sin quererlo. De hecho no me lo esperaba, me ha tomado por sorpresa. He tenido pérdidas y he cerrado muchos círculos de mi vida, mi hijo ahora mismo no está en Cuba y yo me iré a México a estudiar antropología si me dejan salir. Entonces estoy cerrando ciclos y me cogió la cuarentena en eso y, además, abriendo algo que no sé a dónde me va a llevar.

Me refiero a todo esto que ha venido después de la lucha contra el Decreto 349, de mi relación personal y profesional con Luis Manuel Otero y el Movimiento San Isidro. Todo el mundo me pregunta ahora si soy del Movimiento San Isidro: no soy del Movimiento San Isidro. Pero colaboro con ellos y con quien sea que crea necesario. Con Maikel Osorbo también tengo amistad, recientemente escribí un texto que salió en El Estornudo y eso me ha traído vigilancia, pues quien quiera que se relacione con personas sensibles desde punto de vista político se atiene a eso. Aparte de que ya yo tengo mi trayectoria propia.

Ha sido raro, un momento para reflexionar sobre todos esos ciclos que se cierran y a la vez lograr insertarse en las nuevas circunstancias que se abren. Me he visto involucrada en sucesos, como el del día en que me golpearon, que no estaban previstos. Quizás no tenía que estar ahí pero estaba, y donde yo esté, estoy. No me anulo nunca y no dejo que nadie me anule. Por eso donde esté voy a defender aquello que crea justo.

Así que me veo involucrada en esas cuestiones ya más directamente políticas, más confrontacionales digamos, y he tenido que gestionar todo eso. He tenido que decir yo soy esto, soy esta mujer que ha tenido esta historia, estaré colaborando con diferentes personas en estos momentos pero sin perder mi esencia.

Ahora, en la manifestación reciente por Hansel, yo no había organizado la manifestación ni estaba en el centro de ella pero mi vi impulsada a solidarizarme con esos amigos míos detenidos. Además, ¿por qué no manifestarme por ese muchacho y en las demandas contra la violencia policial? Tengo derecho a manifestarme.

Entonces, estoy tratando de estar tranquila, por un lado, para poder cerrar mis ciclos adecuadamente, y estoy tratando de mantenerme activa al mismo tiempo para poder estar en el centro de todas esas discusiones que creo necesarias. También se trata de ejercer mi derecho a relacionarme y generar alianzas con quien yo quiera. En eso estoy, tratando de no perder mi lugar. Todos me dicen últimamente que tengo un lugar y no es el mismo de Luis Manuel, Maikel o el Movimiento San Isidro. Yo también lo creo, cada cual tiene su lugar. Pero por qué no nos vamos a relacionar. Hay que regenerar el tejido social en Cuba, no podemos seguir pensando en espacios divisorios si al final todos somos seres humanos y todos somos cubanos.

Hay que colaborar y al mismo tiempo ser capaz de mantener lo que eres con un sentido y una coherencia. No se trata de que nadie sea mejor que nadie. Yo me he pasado la vida estudiando pero no soy mejor que Maikel Osorbo por eso. Maikel tiene una capacidad para gestionar la vida diferente a la mía, que no se puede obviar, y eso no quiere decir que yo sea mejor que él. Ese es el reto que tenemos, regenerar ese tejido social sin perdernos a nosotros mismos en el camino, ni pensar que todos somos iguales. No todos somos iguales.

Puente de Letras 15: Editorial

La cortada del coronavirus ha llegado a Cuba para cerrar aún más el cerco contra la cultura independiente. Una vez que los represores y comisarios de la censura tardocastrista comprendieron lo útil que podían ser, en términos represivos y de control sociocultural, las medidas de protección contra la pandemia, pusieron manos a la obra entusiasmados. El Decreto Ley 370, como antes el 349, emerge entonces como una medida expansiva, de la que son víctimas periodistas y escritores independientes como Jorge Enrique Rodríguez y Roberto Quiñones-Haces, o poetas como Ghabriel Pérez, citado por la policía por pretender leer un poema el pasado 7 de julio frente a la estatua del general Calixto García, en un parque de Holguín.

Recientemente, a propósito de la emergencia sanitaria internacional provocada por la expansión del coronavirus, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) lanzó una campaña en pos de la liberación de los periodistas encarcelados en todo el mundo, mencionando el caso de Quiñones. “Para los periodistas encarcelados en países afectados por el virus, la libertad ahora es una cuestión de vida o muerte. Los periodistas encarcelados no tienen ningún control sobre su entorno, no pueden optar por el aislamiento voluntario y a menudo se les niega la atención médica necesaria”, aseguró el CPJ.

Pero, de cara a la represión en Cuba, la coartada del coronavirus no solo se expresa contra la cultura independiente y sus creadores. Otras minorías y segmentos socioculturales son también víctimas de ella. Como ha apuntado el ensayista y activista por los derechos civiles Juan Antonio Madrazo: 

“El shock del Covid 19 está interactuando con todas las desigualdades y vulnerabilidades. El racismo no está en cuarentena. La vida de jóvenes como Hansel Moreno, ultimado por la policía cubana en junio pasado, tiene una circularidad permanente entre los bordes de la marginalidad y la cárcel. Jóvenes como él están más expuestos a situaciones de violencia, adicciones, familias disfuncionales, arbitrariedad, discriminación de las autoridades y aplicación de perfiles raciales por parte de agentes del orden”.

O como ha escrito el pastor y activista cultural Mario Félix Lleonart:

“El sistema cubano aprovecha un momento de gran temor e incertidumbre durante la crisis pandémica del coronavirus para aumentar su represión contra el arte independiente y la iglesia cubana. Las autoridades aumentaron su acoso, intimidación y detenciones injustas de líderes y sus familias, incluso violando las restricciones de salud pública emitidas por el propio sistema. La dictadura está intensificando su represión incluso cuando la Iglesia en Cuba extiende su mano para ayudar a las comunidades vulnerables, como las personas mayores y los pobres”.

Un estado de cosas viral que extiende y retroalimenta, frenéticamente, la represión cultural de los últimos 61 años en Cuba. Así, el Dossier de este número 15 de Puente de Letras echa una mirada a lo que va de un 2020 bajo dos cuarentenas estrechamente ligadas: La cuarentena del Covid 19, circunstancial pero también liberticida, y la cuarentena permanente contra la independencia individual que desde la segunda mitad del siglo XX, y en todo lo que va de siglo XXI, aún subyuga a los cubanos.


En este número:
Abel German • Abu Duyanah • Andrés R. Rodríguez
Ángel Escobar • Armando Añel • Ismael Sambra
Jorge Olivera • José Alberto Velázquez
Carlos Manuel Taracido • Lidice Megla
Luis Leonel León • Manuel Gayol Mecías
Mauricio Mendoza • Odalys Interian
Rafael Vilches • Rodrigo de la Luz
Sacramento José Acebo • Victor Dominquez

La masacre del periodismo obediente: El grito de los niños

Este lunes suma un aniversario más de la masacre del Remolcador 13 de Marzo, apoyada por la propaganda obediente que en Cuba se disfraza de periodismo. Los hechos pueden resumirse más o menos así:

El 13 de julio de 1994, en horas de la madrugada, 72 personas intentaron escapar de la Isla a bordo de un remolcador. Hallándose a unos doce kilómetros de la costa habanera, otros tres remolcadores embistieron la embarcación, lanzando agua a presión sobre sus ocupantes. El 13 de Marzo fue sucesivamente golpeado –ya anegado- hasta que cedió, se quebró y hundió, con un saldo de 41 víctimas mortales, 23 de ellas menores de edad, incluyendo una bebé de seis meses.

Hasta ahora, el castrismo no ha mostrado la menor voluntad de esclarecer lo que desde el principio calificó de “accidente”. En el diario Granma, diez días después del hundimiento, apareció un artículo –firmado por Guillermo Cabrera Alvarez- donde se dijo, entre otras cosas, que “un grupo de trabajadores de la Empresa actuaron directamente defendiendo sus intereses. Comunicaron a Guardafronteras el hecho delictivo y asumieron ellos mismos la acción de detenerlos”. Con anterioridad, el mismo periódico había argumentado que “para tratar de obstaculizar la acción del robo (el ladrón cree que todos son de su condición), tres embarcaciones del MITRANS intentaron interceptarlo, y en las maniobras que ejecutaron para cumplir ese objetivo se produjo el lamentable accidente que hizo naufragar el barco”.

Desde entonces, la tónica de las esporádicas explicaciones gubernamentales se ha mantenido inalterable: se trató de un irresponsable acto de piratería promovido por la contrarrevolución –a estas alturas ya nadie sabe muy bien qué significa el término–, ante el que el pueblo se tomó la justicia por su mano. Claro que lo de que “el pueblo” se tome la justicia por su mano no implica, para el discurso oficialista, algo punible.

La versión castrista, aupada por un periodismo inescrupuloso, al servicio el poder, da pie a numerosas interrogantes. Si se trató de una acción espontánea, no coordinada, ¿por qué al 13 de Marzo, en plena madrugada, lo esperaban varios remolcadores a la entrada de la bahía? ¿Y por qué precisamente remolcadores, un tipo de embarcación que por sus características era la ideal para interceptar a los prófugos? ¿Por qué estos “centinelas” dejaron que el barco continuara su huida? ¿Por qué el encuentro se produjo a unas siete millas de la costa, exactamente donde no podía ser avistado desde tierra por testigos indeseables, pero aún en aguas jurisdiccionales cubanas? ¿Y cómo es posible que habiendo sido informadas de la fuga desde un principio, las lanchas rápidas de guardafronteras hayan demorado una hora y veinte minutos en arribar al lugar de los hechos, ya cuando la masacre se había consumado?

Pero todas estas preguntas pierden relevancia cuando se formula la interrogante fundamental: ¿Por qué no se celebra el proceso que esclarecerá de una vez y por todas si lo ocurrido fue un accidente o un crimen? ¿Por qué el periodismo impreso en Cuba no promueve el esclarecimiento de la verdad? Porque si fue un accidente, lo urgente, lo lógico, lo establecido habría sido poner a los implicados ante un juez, un abogado defensor y un fiscal, para que se impartiera justicia. Así sucede cuando se produce cualquier accidente de tráfico, sobre todo si hay víctimas mortales: no se da por establecida la inocencia del conductor en cuestión, antes se investiga. Y en Cuba, desde 1959, los acusados están en la obligación de probar su inocencia.

Entretanto, la masacre del remolcador 13 de Marzo –más que las de Canimar, Cojimar, la base de Guantánamo, etcétera– ha pasado a ser patrimonio de la memoria cultural del exilio, y aun de buena parte del insilio. La imagen es pavorosa: una muchacha protege a su bebé de los chorros de agua a presión castristas mientras grita, casi murmura, “nos van a matar a los niños… nos van a matar a los niños…”. Ella se rendía, pero inútilmente. Ella se rendía, y sus verdugos se burlaban. Ella se rendía, pero en la memoria de una nación que ya es diáspora y reminiscencia, fuga y perenne retorno, el Remolcador no se rinde.

El grito de los niños no cesa de estremecer nuestros oídos.


 

La civilidad cansa: Crónica de una detención

A las 11:30 de la mañana de este lunes fui detenido y conducido en un auto marca Geely gris plateado, con matrícula P035908, por el oficial René –»el compañero que me atiende»– y otro oficial que se presentó como “mayor Armando”, ambos del Departamento de la Seguridad del Estado (DSE).

Ocurrió en plena vía pública, cerca de la entrada del reparto Náutico (municipio Playa). El oficial René me abordó, con la excusa de conversar, cuando yo estaba realizando una operación en un cajero automático, pero me negué a entrar al automóvil. En ese momento, el mayor Armando pidió mi carné de identidad y dejó claro que «iba a ser conducido». «Si quieres entras al carro o te pongo las esposas», dijo.

Este episodio rompe el mito de la cordialidad de los agentes del DSE. Detrás de una supuesta petición a hablar o a asistir a una «entrevista» reposa, presta para saltar, la coacción.

El auto tomó la 5ta Avenida, después la calle 17A hasta la rotonda de La Muñeca. Antes de continuar por la Avenida 25, el mayor Armando me pidió que me vendara los ojos con un paño verde. No debía ver a dónde íbamos. El auto aceleró y debe haber pasado el Centro Comercial El Pedregal antes de girar en L, ya en algún sitio del municipio La Lisa.

Tras estacionarse, sentí abrirse la puerta y una mano buscando mi brazo. El oficial René me guió por lo que identifiqué como una puerta y sentí un cambio de temperatura. Cuando me pidieron retirar la venda estaba frente a unos muebles donde permaneceríamos sentados más de una hora. Al fondo se divisaba una mesa redonda con ocho sillones de oficina alrededor.

La esforzada amabilidad de ambos militares pasó de brindarme café y preguntar por la salud de mi familia a insistir en que les enviara mis trabajos para Diario de Cuba, que me reuniera con ellos para hablar sobre cosas «que queden fuera» de los trabajos que publico. Expliqué que mis textos pueden leerlos una vez publicados y que aquello que quede fuera de mis textos es porque la ética así lo indica o porque no viene al caso en el tema central.

La reiteración de los oficiales patinaba sobre la misma respuesta mía. Durante un buen rato me pregunté si no me explicaba bien al decirles que mi trabajo es netamente periodístico, que no haré nada fuera de eso.

Es laborioso ser cívico, cansa la civilidad. Tardo en enojarme, pero el mediodía y el estómago me pusieron a prueba un par de veces.

Me invitaron a almorzar. «Acostumbro a almorzar a la mesa con mi familia».  Me invitaron a llevarme la comida, aunque al salir la botara en un cesto. «La comida es sagrada para mí, no podría hacerlo». Los argumentos patrioteros («Tienes la oportunidad de hacer algo por Cuba», «nosotros también queremos cambios, pero sobre el mismo sistema») me invitaban a quedarme por segundos eternos en silencio. Bebí tanta agua…

«¿Cuándo nos vemos de nuevo? –preguntó el mayor Armando–. Para hablar ya de cosas que te inquietan y sobre las que podemos actuar. Para que nos digas, ‘mira, esto es una mierda’, ‘esto hay que cambiarlo'».

Me pregunté en qué momento creyó que habíamos llegado a algún acuerdo o que yo quería verlo esta semana o en algún minuto de mi vida.

Empecé diciéndole que no eran de mi agrado esa clase de encuentros… Y el oficial René interrumpió: «Te citamos en la estación de Siboney y dijiste que no estabas a gusto ahí; te citamos en la empresa Cubatur de tu cuadra y ahí tampoco; ahora te traemos acá y es lo mismo. Parece que a ti lo que no te gusta es encontrarte con nosotros». No hubo tiempo para felicitar a René por tan lúcida conclusión.

Salimos del local, yo con el paño verde tapándome los ojos. Pasada la rotonda de La Muñeca me ordenaron bajarlo. De ahí en adelante volvió la extraña familiaridad de los represores, cruelmente infantil, “el soy tu amiguito aunque no quieras”. Querían saber si tengo familia fuera del país, si mi esposa tiene pasaporte, si he pensado en emigrar.

El auto atravesó, en recta endemoniada, las calles vacías del reparto Cubanacán. Jagüeyes que tras décadas quebraron las aceras, cubren los portones de las embajadas y el Palacio de las Convenciones, donde el parlamento unicameral cubano alza aeróbica y abúlicamente los brazos. De la llave del auto que Armando conduce cuelga un llavero plástico con un rombo negrirrojo, y en el medio una estrella.

Sacramento Acebo, el delito de ser cubano

Las Tunas aparenta tranquilidad. Aldea con casas bajas, que en su mayoría no sobrepasan la segunda planta, con una población de alrededor de 100 mil habitantes. Sitio monótono. Su gente, trabajadora, atenta y cariñosa, ahora, en tiempo de pandemia, desanda de cola en cola para poder llevarse algo de comer. También he visto a mendigos que revuelven los latones de la basura y duermen en las paradas de ómnibus. Locos que gritan a sus fantasmas en calles y parques.

Esta es la ciudad de Guillermo Vidal Ortiz, autor de Matarile y de una veintena de libros de cuentos y novelas memorables.

Nadie en la calle se pregunta cuántos nacimientos o muertes hay a diario en esta ciudad, ni sus causas. A nadie más que a los implicados interesan estos acontecimientos terrenales.

Aquí el tedio se aprovecha al máximo. La mayoría de los artistas y escritores no pierden tiempo en las “minucias” de la cotidianidad: lo invierten en engrosar su obra personal.

Con este ostracismo obligatorio, un amigo, cristiano, escritor, pintor, diseñador gráfico (buen vecino, excelente hijo, persona auténtica, honesta e intachable), vive hoy la peor pesadilla de su vida. Cuando permanecía en la calma del hogar junto a sus ancianos padres y su hermano, también artista y débil visual, su cuarentena fue violada.

Procedo a relatar la macabra historia que me fuera contada de primera mano por el propio afectado, Sacramento Acebo, para informar o aclarar a todos sus amigos algunas generalidades sobre los últimos e inconvenientes sucesos acontecidos a él y a su familia:

“El pasado lunes 27 de abril, se presentó a mi puerta un funcionario de Salud Pública alegando la necesidad de pasar a mi vivienda para efectuar la revisión de los tanques de agua, etc.; con respecto a la ya común ‘campaña anti-Aedes’ (mosquito)… Yo le explico que no me es posible darle entrada en esta ocasión, por causa de que, en mi hogar, mis padres ancianos eran vulnerables al Covid-19; sobre todo mi madre, por ser cardiópata extrema y haber estado recientemente con neumonía, además de señalarle el detalle de que él no llevaba ningún medio de protección adecuado (ni siquiera un par de guantes).

El funcionario alegó que tenía que dejarle pasar a inspeccionar, porque en la zona se habían encontrado casos de dengue y era imperiosamente necesario (situación que no confirmó hoy ninguno de mis vecinos). Ante esta obvia contradicción de funciones (su labor y mi deber de protección familiar), le expliqué que, para su tranquilidad, en mi casa no había ni un mosquito, y que los tanques de agua estaban y están debidamente tapados. Que, si mi palabra no bastaba, yo podría filmar con mi móvil para que pudiese verlo por sí mismo, y luego abrir los tanques y filmar y fotografiar dentro, con un bombillo mucho más potente que la linterna o la luz del celular que él pudiese usar en su inspección. De este modo, él cumpliría su trabajo de inspección y yo con la responsabilidad de cuidar a mi familia. A su negativa, le comparto la idea entonces de poder encargarme personalmente de reunirme con el superior que él me indique, para ver si acepta esta sugerencia o me propone alguna solución para mi caso particular.

“Él me da la espalda diciendo que no tiene tiempo para eso, y le dice a uno de sus acompañantes que llame a la policía para que vengan, me lleven y me impongan una multa de 300 pesos.

“A la llegada de la patrulla, explico nuevamente la situación, recordándoles la exhortación presidencial de ser creativos ante cualquier contingencia… pero me dicen que estoy equivocado, que debo hacerlo a su manera, de otro modo, tengo que ir con ellos a la estación de policía. Les explico que no tengo ningún problema con acompañarles… aunque no lo creía necesario y eso iba afectar mi cuarentena, y se podía evitar con una de las soluciones planteadas.

“Ya en la estación policial, el oficial que atiende mi caso, luego de conversar a solas con el funcionario, me manda a pasar y me asegura que estoy acusado de un delito de desobediencia. Le explico que no puede ser posible, puesto que no he desobedecido, sino que, por el contrario, asumo las normas expresadas con respecto al cuidado de los ancianos de la pandemia que azota al país, le describo la situación vulnerable de mi familia, y le explico cómo he ofrecido una solución viable que resuelva ambos problemas y, además, he propuesto someter mi juicio al de un superior que me sea indicado… En fin: permaneció la acusación a pesar de las muchas explicaciones (aunque a mi novia y a una amiga se les informó que además se me acusa nada más y nada menos que de: ¡Propagación de pandemia!)

“Fui encarcelado (por 24-26 horas aproximadamente) en una celda para cuatro personas (en donde terminaron habiendo cinco); luego de más o menos 12 hipotermias y varios eventos de deshidratación, calambres y todos los sucesos comunes (de los que muchos de mis amigos y conocidos saben que padezco luego de haber sido afectado en estos últimos años por la introducción de 2 bacterias en la realización de un TPR en una muela).

“A pesar de haber sido puesto en libertad con una medida cautelar, he sido citado a mi salida de la estación para un juicio (en el que, todos los consultados hasta ahora auguran «todo el peso de la ley» y no descartan la posibilidad de un nuevo encarcelamiento).

“Mis agradecimientos a todos los que, al enterarse, han estado orando o presentando a otros mi necesidad de oración, comunicándose conmigo, mi familia o amigos cercanos, e incluso comunicándose con las autoridades competentes en mi favor… A todos: Dios les bendiga.”

Este jueves 30, el propio Sacramento me informó que el juicio fue pospuesto para el próximo lunes 4 de mayo.

Para poner sal a la herida, me pregunto y me respondo: ¿Cuál es el delito de Sacramento José Acebo? Además de disentir contra lo que sabe incorrecto y ser, junto a los intelectuales cubanos Amir Valle, Alberto Garrido, Yaiset Rodríguez, Yoe Suárez, Carlos Jesús (CJ) y Martínez Antonio Lorenzo, en agosto-octubre de 2019, uno de los firmantes de la Carta Abierta de los siete, que exigía respeto a los Derechos Humanos al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y al Secretario del Partido Comunista, Raúl Castro, y la liberación del pastor Ramón Rigal y su esposa, Ayda Expósito, detenidos en abril de 2019 en la ciudad de Guantánamo (por ejercer el derecho, consagrado en el Artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de dar a sus hijos una educación acorde a sus principios y valores). Ya en 2017 el matrimonio había enfrentado un juicio y ambos fueron condenados a prisión domiciliaria por practicar la enseñanza en el hogar o homeschooling. Carta esta que comenzara: “Cuba precisa el bien. Con hijos encarcelados y tanta voz segada no hay oportunidad de construir el país de todos…”. Y concluyera: “Cuba precisa el bien, y para eso la libertad de tanta gente y de ella misma”.

La pregunta es: ¿Hasta cuándo se permitirá el gobierno cubano castigar y regular a los ciudadanos que no piensen tal y como manda su política? El de Sacramento Acebo puede convertirse en un caso político, de hecho ya lo es aunque lo quieran hacer ver de otra manera. ¿Será encarcelado? ¿O engrosará la lista del Instituto Patmos que ya supera los 200 “regulados”?

En Cuba, ¿estarán seguros quienes piensen distinto y hagan público su descontento, incluidas sus familias?

Ayer fueron Camilo Cienfuegos, Huber Matos, Oswaldo Payá, Virgilio Piñera, Ángel Cuadra, Heberto Padilla, Reinaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante, Rafael Alcides, Regina Coyula, Carlos Victoria, María Elena Cruz Varela, Raúl Rivero, Armando de Armas, Carlos Alberto Montaner, Amir Valle, Antonio José Ponte, Orlando Luis Pardo Lazo, Luis Felipe Rojas, Francis Sánchez, Yoaxis Marcheco, Mario Félix Lleonart. Hoy son Ángel Santiesteban, Tania Bruguera, Rafael Almanza, Guillermo Fariñas, José Gabriel Barrenechea, Víctor Manuel Domínguez, Jorge Olivera, Henry Constantín, Yoani Sánchez, Reinaldo Escobar, Antonio Rodiles, Manuel Cuesta Morúa, Roberto Quiñones Haces, Yoe Suárez, Camila Acosta…

Hoy son Sacramento Acebo y otros tantos hijos honestos y valientes de la patria. Mañana puedes ser tú en el asador del infierno de los Jemeres Rojos. Evítalo, súmate, no permitas esta ni ninguna otra injusticia.

Citas e interrogantes en tiempos de coronavirus (IV)

“La peste negra también anduvo en barco, vino de Asia y cambió el sentido de las cosas. Dicen que murieron tantos, que los pocos que quedaron se sintieron especiales. Los poetas huyeron hacia adentro y escribieron historias nuevas. Después de nuestra pandemia nada será igual. El futuro como página en blanco. Prestar atención. Huir hacia adentro. Érase una vez una pandemia que nos dejó sin palabras”. Camilo Pino en The New York Times

“El humor es uno de los elementos presente en la crisis del coronavirus y en la literatura. Es reconocido su uso a la hora de bajar la tensión de una escena. Shakespeare lo aplicó con maestría. Las redes sociales están llenas de vídeos e imágenes que satirizan la pandemia. Pisamos el borde del abismo sin dejar de reír, el humor continúa siendo un salvavidas”. Javier Zamudio en The Huffington Post

Desde Miami Beach, OmniKizzy Productions documenta la ciudad en tiempos de coronavirus:

«El próximo miércoles 29 haremos un ayuno de 24 horas por la libertad del escritor Roberto Quiñones y contra las leyes dictatoriales (…) Si cada uno de nosotros tiene la fuerza del sacrificio individual, no pensaremos en si el otro lo hará o no. Esto nos hará más fuertes a nivel de grupo en este momento, cuando no debemos salir de casa; esta alianza le dirá al régimen cuán fuertes somos (…) La idea es postear una foto durante el ayuno en casa, junto a la de Quiñones. Lo otro es que cada uno convoque al ayuno desde su muro, como entienda. No es obligado sino un acto de rebeldía y espiritualidad personal». Luis Manuel Otero Alcántara en su Facebook

¿Hay estado de excepción en Cuba? Amenazas contra Yoe Suárez provocan intenso debate

Yoe Suárez (foto de Juan Carlos Herrera)

Las amenazas por parte del Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) a las que fue sometido el periodista y escritor Yoe Suárez el pasado 22 de abril generaron decenas de reacciones en medios de comunicación, organizaciones internacionales y en redes sociales.

Uno de los debates más encarnizados e interesantes fue el referente a si hay o no estado de excepción en Cuba a causa del COVID 19, y se dió en el perfil de Facebook del periodista y profesor Jesús Arencibia Lorenzo, quien posteó un mensaje en solidaridad con Suárez, quien fuera alumno suyo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

El post de Arencibia Lorenzo fue comentado por el profesor de posgrado de la Universidad de Ciencias Médicas, Orlando Marín Farías, quien justificó la intimidación por parte del DSE al periodista independiente porque “en tiempos excepcionales las leyes son más severas”, y más adelante afirmó que “violar la legislación sanitaria en un estado excepcional o divulgar en contra de lo establecido constituyen delitos agravados por el Código Penal”.

¿Decretado por el presidente?

Durante el encuentro con los agentes del DSE, Suárez, que trabaja con el periódico Diario de Cuba y la revista El Estornudo, fue amenazado con la aplicación de altas condenas del Código Penal por “propaganda enemiga”, y el Decreto Ley 370, que contempla multas de 120 dólares y el decomiso de celulares y laptops a quienes divulguen contenido contrario a los designios gubernamentales en redes sociales.

Alina Bárbara López, que trabajara en Ediciones Matanzas, ripostó a Marín Frías que “debe saber que en Cuba no se ha declarado el estado de excepción, ese Decreto Ley 370 no se ajusta solo a esta etapa de la pandemia, de hecho, fue aprobado antes, y en todo caso quienes están violando la legislación sanitaria son los que citan a personas para ´conversar´ en medio de estas circunstancias”. 

Marín Farías insistió que “el presidente [Miguel Díaz Canel] públicamente” declaró el estado de excepción, “veo las Mesas redondas y en la constitución está la pandemia sanitaria como situación excepcional”.

“El presidente exigió medidas más severas, como parte de una intervención en el Consejo de Ministros, pero no se ha declarado legalmente el Estado de excepción”, acotó López, y reiteró que el Decreto Ley 370 “pretende coartar la libertad de expresión”.

En otro comentario, López explicó que las personas multadas con el 370 “no han estado en las calles, sin nasobucos o gritando en una cola, los han ido a localizar a sus casas y los han presionado para salir de ellas y ser interrogados y amenazados. ¿Quiénes están violando entonces la situación sanitaria?”.

El Decreto Ley 370, promulgado en 2018 por el Consejo de Estado, ha sido aplicado de manera feroz en el último mes contra activistas y periodistas, principalmente, como la joven reportera Camila Acosta.

La vieja historia del mercenarismo

El abogado Eloy Viera, refirió en respuesta a Marín Frías que “no existe una declaración formal del estado de emergencia en Cuba, le convido a que busque en la Gaceta Oficial la norma jurídica que así lo dispone, cuando la encuentre hablamos.”

“Si es usted de los abogados que cree que un discurso es fuente de derecho y que los medios de comunicación son los mecanismos idóneos para cumplir con el principio de publicidad es usted un abogado que no entiende, o no quiere aplicar el concepto de Estado Socialista de Derecho, que la propia constitución a la que usted alude”, argumentó Viera.

Y en referencia al Decreto Ley 370 expresó que “impone contravenciones que a la luz de la Constitución que usted defiende es inconstitucional, pero que partiendo de su noción de lo que pueden ser las fuentes de derecho, debe ser tolerado porque el Presidente de la República ha tildado a las víctimas de sus postulados como ´enjambre de mercenarios´”.

A partir de ahí varios perfiles falsos progubernamentales se sumaron al post, como el de Elio Santos Pérez: “Mentir no es correcto; hacerlo y recibir beneficios de otros países a cambio es mercenario”.

Títulos como “mercenario”, “gusano”, “escoria”, han sido empleados por adeptos al castrismo para referirse a quienes trabajan en contra o simplemente al margen de las autoridades, en el poder desde 1959.

¿Qué dice la prensa?

Marín Frías aseguró, sin embargo, que el 22 de abril “se pronunció el Tribunal Supremo de Cuba, Sala Penal, hay criterio judicial”. Una búsqueda en los principales medios oficiales cubanos no devolvió resultado alguno en este sentido.

La web Periodismo de Barrio publicó sobre el tema que, en contraste con la Constitución y la Ley No. 75 de la Defensa Nacional, vigente desde 1995, «Cuba no ha declarado formalmente el estado de emergencia. A pesar de esto, diversos entes gubernamentales han hecho uso de poderes excepcionales recurriendo a otras normas legales».

«El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha ocupado un rol central. Al amparo de la Ley No. 41 de la Salud Pública (1983), su Reglamento, y la declaración de la COVID-19 como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el MINSAP emitió la Resolución No. 82 de 23 de marzo de 2020 donde califica la presente situación higiénico-epidemiológica como ‘de emergencia'», continuó la web.

Periodismo de Barrio explica que mediante esa norma se dispuso el aislamiento obligatorio de quienes arriben al territorio nacional y «las que se identifiquen como casos sospechosos, y se definió la cuarentena epidemiológica como medida de carácter extraordinario, aunque no se determina claramente cuáles son las autoridades territoriales encargadas de su aprobación y su terminación».

Medios de prensa oficiales refieren que los Consejos de Defensa Provinciales y Municipales han declarado “cuarentena,” “incremento” y “refuerzo” del “aislamiento”, o “la vigilancia reforzada” en La Habana, Cienfuegos, Villa Clara, Camagüey, Holguín, Sancti Spíritus, Granma, Ciego de Ávila, y el municipio especial Isla de la Juventud.

3000 es el número de la represión

 

De hace tiempo vienen las polémicas con el llamado Decreto 370, que regula los posts en redes sociales de los ciudadanos residentes en la isla y, por ende, la libertad de expresión. Ya algunos periodistas independientes y activistas han sido sancionados a pagar multas de 3,000 pesos bajo los efectos de esta ley, por mostrar en redes la gran catarsis que está viviendo el cubano de a pie. Resulta absurdo que en tiempos tan difíciles el gobierno, en vez de buscar el contento popular y la salida de esta crisis, se centre en la represión y las arbitrariedades.

Las calles son una viva representación del clásico de George Orwell, 1984, con altoparlantes en ciertos lugares que repiten como consignas las obligaciones del pueblo y sobre todo las medidas que serán aplicadas en caso de incumplimiento. Esto apoyado por un aumento de la vigilancia policiaca y el maltrato a las personas que salen a las calles en busca del escaso sustento que puedan encontrar. Días atrás en mi barrio, El Bahía, del municipio Habana del Este, presencié un escándalo a causa de que habían sacado pollo en una tienda y un policía –no sé por qué razón– golpeó a uno de los que hacían la cola.

Varios diarios independientes han publicado la noticia de la violación de dos policías a unas menores de edad en el municipio de Marianao. Según lo que cuentan estas muchachas, los policías las interceptaron cuando se dirigían a hacer un mandado y las montaron en la patrulla alegándoles que recibirían 3,000 pesos de multa, pues no se podía andar en la calle. Los uniformados, conocedores de la gran escasez económica que viven muchos cubanos  –más los de esas zonas periféricas–, usaron como excusa la multica para intimidarlas y acometer sus macabros propósitos. Esperemos que se haga justicia y se esclarezca públicamente un hecho tan vergonzoso.

Hace unos días me contaba una amiga que a unas amistades le habían puesto 3,000 pesos de multa por andar sin mascarilla en la calle. Me le reí en la cara pues, aunque conozco los pies que meten las autoridades cubanas, en verdad me sonaba iluso que alguien fuera multado por andar sin macarilla. Cuando más, requerido.

En verdad el iluso fui yo y lo descubrí el pasado 19 de abril, cuando me dirigía a mi casa en bicicleta. Venía desde la Habana Vieja, de recoger algunos alimentos que una amistad me había conseguido. Quien monte bicicleta sabe lo necesario de la respiración y más si se está recorriendo largas distancias, por lo que entenderá que usar mascarilla montando bicicleta es incómodo.

Me encontraba saliendo del anillo del puerto para entrar a Regla cuando me paran dos patrullas y me preguntan por qué no uso el bendito “nasobuco”. Les explico que lo tengo en la mochila y que montando bicicleta –cuando además no estoy en contacto con ningún ser humano— me es molesto. Sin analizar mucho mi argumento, me dice el oficial que me conduciría a la estación para ponerme 3,000 pesos de multa dado “que el presidente Miguel Díaz Canel había dicho” que al que no tuviera mascarilla le tocaba esa multa.

En ese momento para colmo andaba sin carnet de identidad –el cual, gracias a Dios, nunca me pidieron—, no me quedó más remedio que poner cara de gato de Shrek (si me vieran los guapos de mi barrio me habrían dicho que toqué tres). Como bien aprendí del Arte de la guerra y de Maquiavelo, hay peleas que se deben evitar en ciertos momentos. No obstante, después que me libré de tales lacayos, sentí las mezquinas risas por el mal rato que me habían infligido. Ya entendía por qué no me habían pedido el carnet y que todo había sido un momento de aburrimiento en el que los oficiales necesitaban sentirse poderosos. Graciosos los niños. Entiendo, por la ignorancia y casi analfabetismo de gran parte de los policías de Cuba, que no tienen otra forma de liberar el complejo de inferioridad que sienten por ser vistos ante la sociedad como la escoria indigna del país, marionetas del sistema, un verdadero chiste. Quizás intimidan, pero eso no les garantiza respeto. Ya hasta violadores son… ¿qué más bajo se puede caer?

Estoy consciente de las medidas de protección e higiene que debemos tomar en estos tiempos de epidemia, pero no es razón para que alguien sea multado con 3,000 pesos en caso de no llevar mascarilla. Además, si una persona está caminando sola por algún sitio sin tener contacto con otros seres y no quiere usar el bendito trapo, está en su derecho. No hay razón para irnos al extremo con la paranoia colectiva infundida por los medios de comunicación, incluidos los cubanos, que no paran de meter miedo a las personas cuando lo que el pueblo necesita son mensajes de calma.

Todas estas acciones represivas, agudizadas en estos tiempos, tanto las multas y citaciones a periodistas independientes como otros abusos, algunos en nombre de Miguel Díaz Canel, evidencian que la política con los ciudadanos no es mantenerlos contentos, ni buscan su bienestar. Mientras más reprimidos y atemorizados estén, mejor.

A veces temo que el 370 sea una táctica para distraer la atención de los periodistas independientes. Aunque la denuncia ante este decreto puede convertirse en un mal para el gobierno, como lo fue la 349. Se sabe que los políticos a veces escogen entre varios males el menor, con el que mejor pueden lidiar.

De todos modos, vamos a seguir denunciando en redes sociales y medios independientes lo que está pasando en las calles. No vamos a pagar multas por ejercer el derecho de expresarnos libremente, ni por no llevar mascarilla. Recuerdo que al principio de esta pandemia, cuando los padres querían enviar a sus hijos con mascarilla a las escuelas, no los multaban porque Dios es grande. Además que la economía de las personas no está como para pagar una multas que en ningún país civilizado tienen cabida. Quienes tengan que ver con el asunto, que se preocupen por abastecer los mercados. Bastante vacíos están.

Feministas y antirracistas cubanos deshaciendo entuertos

Ernesto Santana, José Hugo Fernández y Luis Felipe Rojas en el XI Festival Vista de Miami.
Ponencia ganadora del foro ‘Racialidad, género, cultura y diversidad’

Suenan esperanzadores algunos nombres y enunciados que se escuchan en estos días, procedentes de Cuba: Red de Mujeres por la Igualdad del CIR, Ley Integral contra la violencia de Género, Alianza Cubana por la Inclusión, Red Femenina de Cuba, #UnidasPorNuestrosDerechos… Se trata de organizaciones, proyectos, campañas que convergen en tiempo y espacio al parecer destinados a la confirmación de aquella máxima según la cual lo imposible se hace posible cuando confías en tus propias fuerzas. La renovada avalancha de reivindicaciones y reclamos de plena justicia para los derechos de la mujer que hoy recorre el planeta, ha irrumpido al fin en nuestra isla, amenazando con echar por tierra el falso velo impuesto sobre el tema por la dictadura fidelista durante décadas en las que toda realidad histórica fue distorsionada bajo el subterfugio de garantías legales para tales derechos.

Precisamente el desmontaje de ese viejo mito fidelista tendría que ser el primer objetivo de activistas y líderes sociales empeñadas en desarrollar una auténtica lucha por los derechos de la mujer. Es paradójico que en un país donde las más escandalosas y repulsivas manifestaciones de violencia de género las comete el aparato policial del régimen, a diario y ante los ojos de la opinión pública (golpeando, arrastrando, encarcelando impunemente a mujeres indefensas sólo por acallar lo que piensan) exista aún la necesidad de convencer a muchas personas -mujeres incluidas- de que se les ha estado engañando cínicamente al hacerles creer, a lo largo de toda una vida, que el sistema respeta sus derechos y que la violencia patriarcal es un rezago burgués, ajeno a los principios del fidelismo.

Es el mismo cuadro que apreciamos con respecto a la lucha contra la discriminación racial. Luego, para mal de males, ocurre que en ambos casos el régimen se las ha agenciado para hacer uso de un dispositivo propagandístico sustentado no ya solamente por sus cada vez menos creíbles medios de divulgación, sino por historiadores, artistas, intelectuales y estudiosos de diferentes disciplinas, analistas, formadores de opinión, los cuales, sea por ingenuidad, por alicientes de carácter material o por ruin connivencia, se dedican a calzar las mentiras oficiales con argumentos más y menos desatinados pero que no desaprovechan fisuras para continuar tapando el sol con un dedo. Son feministas y antirracistas cuyo accionar discurre formalmente al margen de la oficialidad, pero que en la concreta sirven a los intereses del régimen, algunos incluso convertidos en vehículos de exportación ideológica, conscientemente o no, y aun disfrazando su complicidad con presuntas buenas intenciones.   

Lo cierto es que en las actuales circunstancias de Cuba, resulta una obviedad (aunque no todos lo vean así) que ya no es posible luchar responsablemente por las consecución de los derechos plenos de la mujer y contra los cada vez más bochornosos rezagos de discriminación racial, si antes –o al menos al mismo tiempo- no se lucha también por el desmontaje sin trampas de la dictadura castrista. 

Vistas así las cosas, tal vez sería mucho más fácil plantearse prudentes distinciones entre unos y otros antirracistas y entre unas y otras feministas, lo cual, por supuesto, no tiene por qué impedir que ambas partes convivan armónicamente, ni que exista la posibilidad de que intercambien objetivos a partir de aquellas ideas en las que coinciden, y, claro, en el caso de que la dictadura lo permita.

Pero siempre desde la convicción de que no hay otra alternativa que desmantelar el sistema. Sencillamente no es atinado aspirar al pleno respeto de los derechos humanos en una dictadura totalitarista como la cubana. No obstante, se trata de un poder que ha sabido moldear muy bien sus fraudes y que ha dispuesto de más de medio siglo de dominio absoluto para manipular a su antojo la realidad. No en balde los activistas sociales se encuentran ante el difícil reto de empezar por la demolición de ese bien entramado corpus de falsificaciones o medias verdades o tópicos adoctrinadores que con el paso de los años ha sido incorporado orgánicamente a la idiosincrasia común. 

Y ya que de tales falsificaciones hablamos, relacionadas con las desigualdades de género y con la discriminación racial, la oportunidad no puede ser más apropiada para esbozar un tema cuyas características particulares, íntimas diría, no se mencionan con frecuencia, a pesar de que se encuentra en la misma base de los problemas que preocupan a los activistas del feminismo y el antirracismo. Me refiero al machismo y a la violencia de género entre los cubanos descendientes de esclavos.

En este caso, como en tantos otros, resultaría indispensable comenzar por el mentís de un tópico, aquel según el cual los negros cubanos sobresalen entre los más contumaces machistas del país. Es un criterio en cuya base gravita también el racismo. Al menos cuando se enuncia así, en términos absolutos y con carácter generalizador. Diferente sería afirmar que nuestras mujeres negras sufren más que las blancas los rigores del machismo, debido a una combinación de agravantes realmente ignominiosa. A ellas el machismo les acecha por varios flancos a la vez: Primero, han debido padecer, como todas las demás, las gravitaciones de una cultura patriarcal que en Cuba, por su herencia histórica y por las características de su desarrollo económico-social, fueron y son tan avasalladoras como difíciles de solventar cabalmente. Segundo, a diferencia de sus compatriotas blancas, padecen las secuelas del legado —diabólico y salvaje— con que la esclavitud recrudeció esa cultura patriarcal de origen. Tercero, debieron y deben enfrentar la dolorosa condición de víctimas de otras víctimas, sus hombres, condenados a vivir debatiéndose entre las circunstancias del estatus propio como discriminados, por ser negros, y los efectos paradójicos que les conducen a ser, a la vez, discriminadores con sus mujeres. Son hechos que han permanecido siempre ahí delante, a un palmo de nuestras narices, pero sobre los cuales –como ya dije- se habla poco, o menos de lo necesario. Debe ser, entre otras razones, porque el análisis del machismo entre los negros cubanos de la actualidad adolece del mismo vacío historiográfico que el tema del racismo en general.

Estamos ante un asunto que verdaderamente pide a gritos la atención de historiadores y entendidos en otras disciplinas complementarias, algunos de los cuales, por fortuna, han comenzado ya a enfocarlo con la debida consecuencia, es decir, desmarcándose de los esquemas, los dogmas y las ingenuas rigideces de carácter ideológico que vinieron mediatizando su labor durante seis largas décadas.

La subjetiva creencia, los prejuicios, los tópicos tergiversadores y cada vez más extendidos que endilgan a los negros el descrédito de ser no únicamente los mayores machistas entre los cubanos, sino también los más abusadores con las mujeres, configuran uno de esos bulos racistas que a fuerza de ser propagados sin réplica consiguieron posesionarse incluso del modo de pensar de muchos negros.

La verdad es que las clases hegemónicas (de blancos, claro) no son las únicas culpables del machismo entre los negros de la Isla pero son culpables de sus peores desenfrenos y de sus gravámenes en perpetuidad. Por no hablar de la culpa que les toca por el engendramiento de este prejuicio contra el negro, sin pruebas que lo sustenten ni datos científicos que lo respalden medianamente.  

Ni las leyendas bíblicas ni el modo de pensar de los antiguos griegos, bases indiscutibles de la cultura occidental, se originaron en África. Y tanto en unas como en la otra campea el machismo con su prepotencia secular. Es un lugar común recordarlo, pero viene al caso porque quienes presentan hoy al negro como súmmum de nuestro machismo suelen incurrir en el desliz de achacar la causa a sus ancestros africanos. No fue sino durante uno de los acontecimientos sociales, políticos y económicos más citados en la historia de Occidente, la Revolución Francesa, cuando las feministas, sólo por serlo, eran conducidas al cadalso bajo la imputación de transgresoras de las leyes de la naturaleza. Y no es que en algunas regiones de África no haya acunado el androcentrismo, como en tantísimos otros sitios del planeta (aunque tal vez no tan generalizadamente), pero soslayar la sobrecarga decisiva de la herencia europea en nuestros rezagos machistas, incluso en sus peores manifestaciones, denota una visión muy sesgada o muy mezquina y malévola.

Valdría entonces preguntarse: ¿por qué la historiografía oficial de Cuba ha dejado prosperar indolentemente esas inculpaciones, al tiempo que se deslengua insistiendo en el carácter antirracista del régimen? ¿Será que los formadores de opinión y los garantes de la unilateralidad de pensamiento entre nuestras masas no conocen un infundio tan propagado? Escandaloso sería aceptar que, conociéndolo, no hayan sido capaces de ubicar sus condicionantes racistas. Y de ser así, ¿cómo se explica que los antirracistas afines al régimen no hayan demostrado su interés por deshacer la trola?

La única respuesta congruente es que este tema, al igual que otros muchos, ha permanecido en el limbo de lo intocable, porque tratarlo implica contrariar la corriente oficial que se resiste (o se resistió durante varias décadas) a hurgar públicamente en las diferencias históricas y socio-económicas que aún hoy gravitan entre blancos y negros de la Isla.  Si todos los asuntos se abordan oficialmente desde la perspectiva de lo cubano, sin entrar en especificidades en cuanto a la composición social de nuestro pueblo (lo que no tendría por qué distanciarnos, en absoluto, sino al contrario, pero cuyo aireamiento nunca fue beneficioso para el régimen), puede entenderse por qué no ha sido suficientemente debatida esa falsedad de que los negros de aquí representan el colmo del machismo.

Hasta algunas feministas cubanas frecuentemente olvidan o pasan por alto el imperativo de incluir entre sus observaciones (con énfasis bien diferenciado, que es como debe hacerse) que las mujeres negras acusan desventajas aun dentro de las propias filas del feminismo, toda vez que, encima de las dificultades citadas anteriormente, deben soportar otra que les afecta a ellas, muy en especial, y a los hombres de su grupo socioracial: el enrarecimiento de las causas del drama, al ser proyectado desde una perspectiva racista que, además de oscurecer y entorpecer el análisis, complica las soluciones.

Tal vez se puedan contar por cientos de miles los cubanos que hoy piensan que los negros son los campeones del machismo en la Isla. Sobre todo hay tres aspectos que, según ellos, tipifican el comportamiento digamos aberrante de los machistas descendientes de esclavos: 1) no son buenos maridos, por su tendencia (dicen que innata) a la promiscuidad sexual y por su abierto desapego a la estabilidad del matrimonio; 2) no son buenos padres, por los mismos motivos; 3) acostumbran ser groseros y violentos en el trato con sus parejas, a las cuales faltan el respeto e incluso golpean públicamente.

Por supuesto que tales inculpaciones no están respaldadas por datos estadísticos o por ningún otro resultado de estudios sociológicos. En el mejor de los casos forman parte del imaginario popular. Lo rotundamente cierto y comprobable a simple tiro de vista (por más que tampoco abunden los exámenes especializados al respecto) es que esas miserias de leso machismo que suelen ser acreditadas a los negros están presentes hoy entre los hombres de Cuba, en general, y sobreviven y se propagan en medio de conceptualizaciones retóricas que no han conseguido sino agudizar el conflicto de la discriminación, queriendo ocultarlo bajo una capa de ingenua o falsa y escurridiza idealización.

Lo que sí es comprobable (y aun corrientemente aceptado por todo el que frecuenta a profundis sus sitios y modos de vida) es que entre los negros cubanos constituyen reglas de tradición el apego familiar y la solidaridad socio-racial, a pesar de la creciente pobreza y la drástica crisis de valores que ha venido sufriendo nuestra sociedad en los últimos decenios. No obstante, tampoco sería ocioso recordar que algunos de los agravantes que ahora les achacan quienes especulan en torno a su mala fama como machistas, alinean entre las peores prácticas que la esclavitud impuso a sus antepasados.

Se conoce (porque en esto sí han abundado los historiadores) que el matrimonio como institución de base familiar no estaba al alcance de los esclavos traídos desde África a Cuba, a los cuales tampoco les era posible tener hijos legitimados por la ley. Y mucho mejor todavía es conocido el tratamiento que recibían las mujeres negras, en tanto simples objetos de uso y de placer, sin que mediasen normas de respeto o de consideración ni el menor miramiento por parte de los varones, quienes se limitaban a obtener lo que deseaban de ellas sin compromisos y regularmente a través de la fuerza bruta.

Justamente al referirse a la lucha liberadora que debieron desarrollar estas mujeres, ya en pleno siglo XX, la historiadora cubana María del Carmen Barcia ha puntualizado: “Doblemente desestimadas, las mujeres negras y mestizas arrastraban un pasado de uniones consensuales, hijos ilegítimos, y marginación social y cultural, que estaban decididas a redimir a toda costa. A la discriminación racial, de fuerte raíz esclavista, que se manifestaba en tratamientos diferentes a partir del color de la piel, se sumaba, en el caso de las mujeres, la relativa al sexo. La mulata cubana —el término, según algunos contemporáneos, tenía un origen peyorativo, al derivarse del carácter híbrido de la mula, hija del asno y la yegua—, era producto del cruce entre el hombre blanco y la mujer negra. Esta se inclinaba a la estirpe paterna, y tendía a blanquear en las sucesivas generaciones”(1).

De manera que además de ser un signo de ignorancia histórica y de hipócrita pillería, esa recriminación que actualmente recae sobre los negros como los peores machistas de nuestra sociedad (debido, dicen, a la herencia de sus predecesores africanos) representa una injusticia que no encuentra apoyo más que en las rémoras del prejuicio racial que todavía condiciona nuestros pensamientos. Y otro tanto podría añadirse sobre el Sambenito de machistas violentos con que son tachados.

Por lo demás, no deja de ser ridículo que dentro de una población generalmente machista alguien se tome la facultad de establecer diferencias, a ojo de buen cubero, entre quienes lo son en mayor o menor proporción que otros. Tan ridículo como suponer que la existencia de algunas leyes que se han dictado en Cuba en las últimas décadas para enaltecer teóricamente a la mujer y rechazar sólo con letra muerta las manifestaciones de discriminación racial, han bastado para transformar la realidad histórica.

Se cuenta que a resultas de la revolución industrial en Inglaterra, durante la segunda mitad del siglo XVIII, las mujeres consiguieron finalmente imponer su derecho a traspasar las cuatro paredes del hogar para ir demostrando su talento y su empuje como trabajadoras en la industria y otras áreas públicas. Sin embargo, aquello que en principio les pareció (porque de hecho lo era) una gran conquista en materia de independencia y de autorrealización, muy pronto se volvería contra ellas, tan pronto como se vieron obligadas a trabajar más de 12 horas en la calle, por un salario muy inferior al de los hombres y sin poder aliviarse la carga de las tareas que desarrollaban antes en la casa.

Por algún ángulo esta historia nos retrotrae a lo sucedido en Cuba en los últimos tiempos. Es incuestionable (al menos en el orden cuantitativo) el grueso número de regulaciones, disposiciones y leyes dictadas por el régimen, dicen que para garantizar el respeto a los derechos de las mujeres. Pero en la práctica no se ha notado nunca una correspondencia medianamente justa entre el supuesto objetivo y sus frutos. Luego de sesenta años, las cubanas continúan siendo víctimas de la función, la presión, la objeción y la opresión patriarcal, tanto en el plano íntimo y doméstico como en la esfera pública. Es un tema sobre el que no hará falta detenernos porque afortunadamente ya está siendo abordado con cierta abundancia por los especialistas, sobre todo por aquellos que trabajan al margen de las estructuras estatales. Y hasta por algunos oficialistas, aun cuando su examen se vea lastrado con demasiada frecuencia por las mismas rigideces de naturaleza ideológica que mencionamos. Por ejemplo, si todavía hoy es fácilmente visible la discriminación de género, a contrapelo de la ley y aún por encima del discurso y las pretendidas políticas oficiales, no se debe únicamente (como suelen afirmar los estudiosos de la oficialidad) a que las claves de nuestro pasado androcentrista lograron imponer su fuerza, por sí solas, sobre las estructuras judiciales y los proyectos sociales con perfiles opuestos a la discriminación de la mujer. También pesa el hecho de que sobre la objetividad de esas estructuras sociales ha imperado la subjetividad de las estructuras mentales, empezando por las de las propios dirigentes que dictaron los tales proyectos y por los especialistas que los diseñaron, quienes estaban obligados a sistematizar su materialización desde la esencia.

De cualquier forma, el principal motivo de nuestra atención ahora es el daño que han estado ocasionando los sedimentos de la herencia racista dentro de este fenómeno. Al igual que los prejuicios de género, los raciales han sido reprobados pública y oficialmente en Cuba durante los últimos tiempos. También este rechazo recibió el respaldo de leyes, disposiciones y discursos, pero, como en el otro caso, la subjetividad de las estructuras mentales minó los pilotes de las estructuras sociales. Y las consecuencias (como se ha visto) pesan de modo abrumador sobre las mujeres negras, víctimas de un drama en cuyo extremo más doloroso radica el contrasentido de verse discriminadas por los hombres de su grupo socioracial, sujetos a la vez a discriminación por el color de su piel y por su estatus socioeconómico. Si aquello que más identifica a los seres humanos es, al mismo tiempo, causa de sus alejamientos y de sus mutuas renuencias, entonces no hay duda de que el problema amenaza con ganar la partida, abriendo brechas en la identidad y en la integridad psicológica para convertir los asuntos del alma en sus rehenes. Así que requiere un contraataque a fondo y sin demora.

Desde luego que, como siempre sucede, los sufrientes directos de la tragedia son los que menos preparados están para enfrentarla. Así que la responsabilidad cae enteramente sobre las espaldas de activistas del feminismo y el antirracismo. Por ello es tan sustancial y decisivo que tales activistas vean con claridad el escabroso camino que tienen por delante. El principio es la mitad del todo, nos advierte un sabio desde hace milenios. Y el principio concreto de los objetivos de feministas y antirracistas se afinca hoy, sin la menor duda, en el fin de la dictadura castrista. Enfocar la lucha pasando por alto esta evidencia constituye pecado de lesa ingenuidad. Y ya se sabe que en estos asuntos, como en casi todos los demás, los ingenuos suelen perder la carrera desde el mismo arranque.  

(1) Barcia, María del Carmen: “Mujeres al margen de la historia”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, año 2009.

Foro ‘Racialidad, género, cultura y diversidad’: Premiados

El Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), a un mes de haber anunciado la posposición del evento ‘Racialidad, género, cultura y diversidad’ debido a la crisis sanitaria producida por el COVID 19, agradece a todas las  personas dentro y fuera de la Isla que participaron en el envío de ponencias y textos musicales. El jurado recibió 18 ponencias y dos videos musicales para su evaluación. 

Como parte del desarrollo del evento, nos animamos a la presentación pública de quienes con sus trabajos han sido  premiados. El jurado estuvo integrado por la Sra. Elena Larrinaga de Luis, coordinadora de la Red Femenina de Cuba; el Sr. Armando Añel, coordinador de la plataforma Puente a la Vista, y el Sr. Fernando Palacio Mogar, Coordinador Nacional del Centro de Estudio, Liderazgo y Desarrollo (CELIDE), los cuales decidieron,  por unanimidad, otorgar los premios del Foro en el siguiente orden:

Tres primeros lugares

-“Feministas y antirracistas cubanos: Deshaciendo entuertos”, por José Hugo Fernández, investigador independiente, Miami, Estados Unidos.

-“Tatúate la piel”, por Richard Zamora Brito, artista independiente, Cuba.

-“La vulnerabilidad social en Cuba: Mujeres, minorías máximas”, por Roberto Díaz Vázquez, Cuba.

Otras categorías premiadas

Raza:“ Racialidad. Emergencia para un Programa Nacional contra el racismo”, por Joshua Soriano, Madrid, España.

 Género: “El empoderamiento de las mujeres: Una ruta para la democracia en Cuba”, por  Dania Virgen García, periodista independiente, Cuba.

Cultura: “El papel de los artistas y líderes sociales”, por Luis Oleidy Machado Reinosa, del Comité Ciudadanos por la Integración Racial, Cuba.

Diversidad: “¿Diversionismo o diversidad necesaria?”, por Hildebrando Chaviano Montes, abogado, Cuba.

Menciones

-“La violencia política contra la mujer cubana”, por Victoria Cañón, Madrid, España.

-“¿Qué será de las próximas generaciones?”, por Mauricio Mendoza, periodista independiente, Cuba.

– “La violencia política en Cuba, una herida real”, por María Cristina Labrada, Dama de Blanco.

Premio de la popularidad

Calendario/Homenaje “Mujeres en la Historia de Cuba”, de Osvaldo Navarro Veloz, Di.Verso, Cuba.

Los premios serán entregados por el Comité Organizador en la nueva fecha de realización del foro. Estaremos informando a través de nuestras redes sociales.

https://cir-integracion-racial-cuba.org/

Comité Ciudadanos por la Integración Racial

La Montaña Draco, cosmogonía de la ternura

Todavía el globo mundial no había sido rebanado en forma de países. La virtud no era como luego la vería Cortázar, un microbio redondo y lleno de patas. Nadie conocía el bochornoso desacorde de las palabras vanidad, mentira, miedo… Muchos diluvios tendrían que desatarse antes que el odio deflagrara sus diques devenido chasco de la imaginación. En fin, el planeta Tierra no era reino de hombres, sino de dragones. Aunque si ambas especies se aproximaban hasta el punto de intercambiar el aliento de sus entrañas, nacían prodigios con corazón humano y alas de dragón. Y donde quiera que tuviese lugar uno de tales nacimientos, estaba asegurada la presencia de un tesoro.

Son tiempos y circunstancias a los que podremos volver fácilmente. Basta con que seamos capaces de identificar la ubicación de la Montaña Draco según las coordenadas que entre guiños nos desliza la escritora cubana Daína Chaviano. Una vez sobre la pista, sólo debemos conservar en el espíritu cierta dosis de inocencia. Entonces nos será permitido escalar el anillo de vegetales cristalinos que defiende el pico de la Montaña Draco, atravesando un puente entre dos dimensiones, la de la existencia común y la de los anhelos.

La Montaña Draco es región del idilio, atlas de lo inverosímil, lo inabordable a simple vista, a pesar de que de ningún otro sitio, fantaseado o físico, está más al alcance de la mano, pues pertenece a la cosmogonía de la ternura. No por gusto cada uno de sus paisajes, al igual que los seres que pueblan su atmósfera, inusitada, translúcida, le dispensan una muy especial accesibilidad al lector adolescente, aun cuando fueran o no creados exclusivamente para él. Yo por lo menos no me atrevería a afirmar que País de dragones y El abrevadero de los dinosaurios, libros donde se escancian las maravillas de la Montaña Draco, deban ser incluidos en forma inapelable dentro del género literatura juvenil. Se conoce que muchas obras aprisionadas hoy dentro de esa jaula fueron escritas para lectores de cualquier edad. Sólo que los menores, siempre suspicaces, sabios y entusiastas, les concedieron voto unánime, lo cual no supone necesariamente una renuncia por parte de los adultos. También se registran casos en que ocurre lo contrario. Uno entre varios es el de las obras de Selma Lagerlöff, ese portento sueco.

Sea literatura para personas menores de la cual se apropian las mayores, o sea al revés, lo cierto está en el hecho de que la fantasía, el fino acento poético, el énfasis sutil pero nunca insubstancial, ni pedante en torno a las riquezas del espíritu, demarcan la geografía de esta montaña mágica. Razones suficientes para que se entienda por qué los niños y en particular los adolescentes van hacia ella como bala por tronera, confiados, ansiosos por aprehender linduras, mientras que los mayores disfrutan de su contemplación a distancia, y hasta dejando caer quizá un mohín de escepticismo. Y es que mientras unos trasponen apenas la etapa de la vid tierna, sedienta y voraz, por el imperativo de crecer; los otros son la borra ácida del vino. Unos van y otros regresan. Sin embargo, entre las grutas de ensueño, los altos riscos, el fulgor verde de la  Montaña Draco, gravitan dos lecciones aptas y aun necesarias para todas las edades. A saber, que más importante que el hallazgo será siempre la búsqueda y que sin equilibrio no hay sabiduría.

Al igual que el suelo que pisan, los pobladores de la Montaña Draco, o de sus cercanías, exhiben la increíble singularidad de lo sencillo, lo tierno, las esencias. Si son dinosaurios, nada les chifla tanto como ponerse a pastar en los sueños de las personas, con la panza vuelta al sol. Si son dragones, resultan visibles únicamente para quienes dispongan de paz interior. Desde hace casi treinta siglos los humanos andamos imaginando dioses y monstruos con el objetivo de intimidarnos a nosotros mismos, de aleccionarnos, de representar a la tremenda nuestros defectos, traumas y aspiraciones, buscándole la quinta pata al gato. Casi tres mil años y aún los moradores del Olimpo griego continúan ejerciendo su implacable autoridad sobre el espíritu del mundo. Con su herencia de sólida cultura y con su torrente de invención, nos dejaron también el súmmum de lo tétrico y lo deforme. Ni en treinta siglos más podrá ser engendrada otra galería tan aterradora como la de su bestiario. Gigantes desalmados con cincuenta cabezas y cien manos, medusas que convierten en piedra todo aquello que rozan con el brillo de sus pupilas, majestades que crispan los océanos con un estornudo, pájaros con garras de bronce que almuerzan carne humana, centauros que reparten túnicas envenenadas, basiliscos que matan con los ojos, minotauros, cancerberos, sirenas engañosas, abortos de mezcla infernal, mitad león mitad cordero. Alguien dijo que es sobre todo en el amor donde los griegos mezclaban sus bestias con sus dioses, y con eso queda resumido el asunto. Pero no sólo ellos. Ahí están La Esfinge egipcia y sus deidades Anubis o Ammon. Están el Jaggernat hindú, el Dumovai eslavo, el Lamia medieval, el dios-vampiro de los zapotecas. Y la Cábala, el Islam, los chinos, los babilonios, los cronistas de Indias, el escalofriante Luzbel de los cristianos…

Nada que ver, en ningún caso, con los inquilinos de la Montaña Draco y sus alrededores. Ni siquiera aquel dragón de cien cabezas, guardián de las manzanas de oro de las Hespérides, parece ser pariente lejano de quienes pueblan el País de dragones, dulces criaturas alumbradas al mundo con la vida no dentro de su cuerpo, sino en el interior de una piedra preciosa. “Cuando la inteligencia busca, el universo se expande”, afirma Daína en las páginas del libro en cuestión. Es justamente lo que ha sucedido con los dragoncitos y los dinosaurios de la autora. La inteligencia, combinada con una sensibilidad exquisita, expandió las arcas de la literatura fantástica mediante estos dos seres en los que ningún creador del género había puesto mientes, tal vez por esa tendencia o padecimiento que nos impulsa a elevar siempre la mirada en pos de lo grandioso. 

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Quien espere hallar en El abrevadero de los dinosaurios un libro más sobre aquella manoseada especie de reptiles cuya extinción (cuentan que por hambre) ha dado de comer a tantos escritores, será la primera víctima del delicado sarcasmo de la autora. Se trata de otros dinosaurios. Para constatarlo no hay más que pasar la mirada sobre algunas de las setenta piezas que conforman la obra. He aquí un adelanto: “Los dinosaurios son criaturas muy especiales que no pueden contener sus deseos. Cuando alguno lo ha intentado, la represión, además de inútil y dañina, nunca ha sido duradera. Al final el deseo termina por escapar, transformado en un vampiro de luz”, (El bosque de los deseos). “El ser humano se diferencia del dinosaurio en que el primero, por muy liberal que se diga, en el fondo jamás perdonará que su prójimo sea distinto a él”, (Boceto de identidad). “Las grutas donde habitan los dinosaurios pueden ser de tres tipos: cerebrales, emotivas o durmientes”, (Habitat). “No metas tu hocico en el tazón ajeno: esta frase constituye la primera ley en el país de los dinosaurios”, (Boceto de identidad).

Publicado en La Habana, en 1990, un año antes de que Daína Chaviano se despidiera de su ciudad para radicarse en el exilio, El abrevadero de los dinosaurios es un libro que a pesar de haber logrado éxito inmediato entre el público de la Isla espera todavía un detenido examen de los especialistas. Narraciones de diversos cortes, reseñas, parábolas, crónicas, breves prosas poéticas, ajiaco de textos limpiamente hilvanados que se conjugan para intentar un rescate de las primigenias, las más auténticas resinas del sentimiento, lo configuran, a la vez que le otorgan un carácter peculiar.

Creo que clasificar esta obra, apretujarla en el corsé de un inventario, no resulta difícil. Ni muy productivo que digamos. Nos lo advierte una de sus propias piezas, el cuento Romanza ambigua, desafiante alegato contra nuestro afán por las definiciones. Así pues, me limito a ubicar antecedentes entre dos puntos bien distanciados en el tiempo, los estilos y las intenciones, aun cuando se retroalimenten como el oro líquido, por debajo de la corteza. En la raíz, Aristóteles, quizás Plinio, incluso Aristófanes. En el tronco, Borges, su insoslayable Manual de zoología fantástica, quizás el Estravagario de Neruda, y sin duda las Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar. Me dirán que el espectro es demasiado amplio, elástico. Debe ser que como al dinosaurio Verde Verde, no me parece importante definir con palabras lo que nació ya determinado por su naturaleza.

Mucho más me complace sugerir el estudio de este libro en tanto revelador y atractivo bestiario de la literatura latinoamericana. Y bien se sabe que no son pocos. También sería imprescindible dejar dicho que no sólo se trata de una obra amena, de gran aliento humanista, sino muy eficaz en sus detalles técnicos, con piezas como El melancólico o El raro, que representan joyas del relato breve, y con un manejo envidiable de la fantasía poética, al tiempo que una transparencia, tanto en las ideas como en el lenguaje, y un tono desenfadado, de fina ironía, que sitúa el nombre de su autora junto al de los notables del género en el continente.

Por su lado, País de dragones ratifica a Daína Chaviano como la muy sobresaliente escritora de literatura fantástica que desde hace tiempo es, aunque no sea únicamente eso.

Este libro recibió en Cuba, año 1989, el premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil “La Edad de Oro”, pero su autora no logró publicarlo hasta el 2001, pues al partir rumbo al exilio engrosaría la legión de los escritores malditos condenados a la gaveta dentro de la Isla, con lo cual las autoridades la privaron de un derecho previsto legalmente en las bases del concurso. Al final, tanto ella como la literatura cubana salieron ganando con el edicto prohibitivo, pues para su primera edición, en España, la obra fue enriquecida con tres nuevos cuentos, Diario de un alquimista, La voz de la isla y El guardián de los molinos. Por cierto, en este último, una pieza de inspiración quijotesca, el dragón protagonista dice algo que constituye toda una sentencia para los censores de su creadora y para todos los censores: “Si existe un hombre que defienda sus sueños contra el resto del mundo, eso significa que aún hay esperanza. Significa que el alma humana, a pesar de todo, sigue viva».

En total, son once las piezas que integran País de dragones. Un detalle capital para quienes gustan del encasillado es que se trata de un libro de relatos fantásticos, donde los protagonistas son siempre dragones, los cuales tampoco llevan el mismo apellido que los legendarios de China, toda vez que éstos “…tienen el poder del conocimiento y del vaticinio, de la vigilia atenta y de las pasiones sublimadas”. Y otro detalle todavía mejor para los lectores, es que estamos en presencia de una obra trascendental en su género.

“Estas son leyendas del tiempo en que los seres humanos y los dragones vivían juntos. En aquella época, las fronteras que hoy separan las naciones no existían. El mundo era un inmenso país de dragones”. Con tales palabras se nos condiciona para la lectura desde las páginas iniciales del libro. Y lo agradecemos. Creo que como nunca antes necesitamos dirigir la mirada hacia días mejores, hayan existido realmente o estén por existir.

Puede ser que por sí solos los libros no sirvan para encarrilar el curso de la historia, pero nos arriman la palanca. Además, ¿dónde podremos encontrar impulsos más efectivos que los que ofrece la literatura en momentos en que el hombre ya no es libre ni siquiera ante su conciencia? Costumbres, referencias culturales, simpatías y antipatías, pasiones, obstinaciones, supersticiones, esperanzas, temores, unidos a nuestra ignorancia natural, nuestra ingenuidad, nuestra soberbia, nos convierten hoy en reos de nosotros mismos, aun antes de que la maquinaria económica y política de la sociedad nos haga animales dependientes.

Citas e interrogantes en tiempos de coronavirus (III)

¿Cómo define el coronavirus el mundo que asoma la nariz a la vuelta de la esquina? ¿Cómo ha enfrentado el ámbito de la cultura la expansión de la epidemia? ¿Y mientras tanto, en Cuba?

“La pandemia forma parte de lo social, de lo ideológico y de la economía. Entre nosotros, del otro lado de la puerta, está la muerte, la miseria, la violación, la toxicomanía, el alcoholismo, los dilemas morales, los prejuicios raciales, la intolerancia religiosa, los distanciamientos socio-económicos, la corrupción, la violencia contra la mujer… Esta pandemia en particular desnuda a un sistema global y las miserias de los países del Tercer Mundo, con sus deseos imaginables y brotes caudillistas”. Carlos Penelas en Palabra Abierta.

“El miedo al contagio nos hace más conformistas y menos receptivos a la excentricidad. Nuestros juicios morales se vuelven más estrictos y las actitudes sexuales, más conservadoras». David Robson en la BBC.

En medio del avance del Covid 19 en Cuba, “el rapero cubano Maykel Osorbo, detenido desde el pasado miércoles, fue liberado este sábado, informó en su muro de Facebook el activista cubano Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los miembros más conocidos del Movimiento San Isidro”. ADN Cuba.

“Jason Valdés, junto a su hermano Jovany, ha tenido la iniciativa de donar comida a los sanitarios que trabajan en hospitales, ya han logrado hacer varias entregas. No pude menos que brindarle mi colaboración, pero todos les podemos apoyar pues se ha creado una campaña en Gofundme llamada Fueling the Fronline, con la cual todos podemos hacer mucho más grande y efectiva esta ayuda”. Joanna Columbié Grave de Peralta en Facebook.

Desde Alamar, al este de La Habana, la tertulia digital ‘Lecturas en tiempo’, también en tiempos de coronavirus, tuvo este viernes 17 de abril a los artistas independientes Iris Ruiz y Amaury Pacheco como principales animadores en Facebook: #ParaDescargarteEnCuarentena

Mientras, el acoso a la expresión independiente no cesa en la Isla, con periodistas e influencers como Osniel Carmona, Ruhama Fernández, Yander Serra, Camila Acosta, Yoe Suárez, Otero Alcántara o Víctor Manuel Domínguez, entre otros, bajo asedio o presión. La laureada periodista independiente Mónica Baró, multada el viernes pasado con $3,000 tras un largo interrogatorio en La Habana, declaró en su página: “No quise firmarla, tampoco pienso pagarla”.

Maykel Osorbo, golpeado y detenido

El rapero Maykel Osorbo

El rapero Maykel Osorbo, uno de los artistas independientes cubanos que con mayor frecuencia ha sufrido en los últimos años los embates de la represión cultural en Cuba, volvió a ser detenido este miércoles supuestamente por sus publicaciones contra el Decreto Ley 370, que regula (censura) el uso de internet en la Isla.

«Acabo de hablar con la familia de Maykel y me informa que está en la unidad policial de Zanja y lo acusan de propagación de epidemia y desacato, por lo que, supuestamente, será sometido a un juicio sumario», informó este jueves en Facebook el performer Luis Manuel Otero Alcántara, integrante del Movimiento San Isidro. «Debe contratar un abogado (esta información la da el carpeta a la familia), lo cual es ilógico porque todos los bufetes colectivos están cerrados como parte de las medidas por el coronavirus».

«En estos momentos en el que el país permanece en estado de aislamiento social, el régimen propone juicios sumarios, por lo que todos los protocolos legales están a disposición de lo que decida la dictadura:,» agregó Otero. «Mañana lo llevan para el Vivac. Esta golpeado y con un brazo muy dañado».

A continuación la nota completa de Luis Manuel Otero Alcántara:

  1. La zona donde vive Maykel no está en cuarentena por lo que él, cumpliendo las medidas, puede salir de su casa. En sus directas, Maykel usa mascarilla, por lo que no pone a nadie en riesgo ni propaga epidemia alguna.
  2. Desacato es una causa que atenta contra la libertad de expresión, y por lo tanto no la reconocemos.
  3. La ley 370 y la 349 son una aberración legal y dictatorial por lo que no las reconocemos ni aceptamos sus medidas.
  4. Están poniendo en riesgo la vida del artista y activista, por lo tanto, lo que le pase en estos pocos días es responsabilidad del régimen imperante en Cuba.
  5. No aceptamos la prisión injustificada de Maykel ni de ningún otro artista o activista por ejercer la libertad de expresión y exigir esa libertad para todos los cubanos.

Esta acción es para dar una lección a todos y atemorizarnos, pero no pasará. Cada día estamos más fuertes y convencidos de que daremos todo por la libertad.

Espinaca virtual

 

Los hay que quieren ser poetas, pero no lo serán nunca. Los hay que quieren ser escritores, pero no lo serán nunca. Los hay que quieren ser editores, pero no lo serán nunca. Incluso los hay que quieren ser periodistas, pero no lo serán nunca. Sin embargo, no hay razones mayores para perseguirlos o repudiarlos, como tanto pasa en las redes sociales. No le hacen daño a nadie salvo a los tontos que los toman por tales, y ya eso implica que los tontos se lo merecen por tontos. ¿Usted se imagina si esos «poetas», «escritores», «editores», «periodistas», quisieran ser cirujanos, pilotos de aviones o laboratoristas?

Ya dejemos la persecución, que no solo es inútil sino cruel y hasta peligrosa.

Facebook y otras redes sociales tienen en muchos de sus usuarios perseguidores (bullies, troles, etc.) idéntico impacto que la Coronilla, aquel alcohol pelao que en Cuba, parafraseando a Almodóvar, ponía a muchos al borde de un ataque de nervios. Como ciertas drogas en los débiles de espíritu, Internet desinhibe y saca a flote lo más rencoroso, o lo más pendenciero. Entonces el sereno artista, o escritor o catedrático, tímido y hasta amable en los eventos culturales de su ámbito físico, se transforma en un valiente cazador de “entuertos” y amateurs en Facebook o WordPress, o en alguien irascible e intransitable que a las primeras de cambio te pone como un zapato.

Nunca jamás he visto, o escuchado, a alguno de estos perseguidores y perseguidoras de Internet atacar o mostrarse agresivos en la vida real con sus víctimas digitales. Parece que su espinaca es virtual, que en lugar de consumirla en laticas, como Popeye el marino, lo hacen wireless. Son los supermanes de las redes, vuelan alto en el cielo cibernético, el puño al frente y el cuerpo enhiesto como una bala, mas su kriptonita es terrena. En tierra, en el cuerpo a cuerpo del encuentro concreto, se comportan de lo más civilizadamente, cuando no como esas aves que en las plazas y malecones del Occidente desarrollado pululan a nuestro alrededor solícitas, y a las que solo les falta sonreírnos para que las alimentemos un poco más.

‘El octavo día’ de Rafael Almanza

El octavo día, segunda edición del libro de narrativa de Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’, ya se encuentra disponible en Amazon.

“Es este el decimocuarto libro de Ediciones Homagno. Lo que significa financiamiento libre y limpio, y el trabajo desinteresado de los miembros del grupo, especialmente de Carlos Sotuyo, Jorge Luis Porrata, Daniel Morales y Mario Ramírez”, expresó Almanza en las redes sociales. “Las dieciséis narraciones del libro, desde la viñeta y el cuento breve hasta el relato, intentan construir una Erótica Trascendental, si es que estas mayúsculas pueden significar hoy algo más que una ironía”.

Los relatos de este libro “conforman una trilogía con la noveleta Nada existe y las narraciones breves de Fívulas u peróvulas. Ese ladrillo de unas 480 páginas de narrativa integra la segunda etapa de mi proyecto El Amor Universal”.

“La primera edición de El octavo día, por la editorial Oriente de Santiago de Cuba, en 1998, debe ser desechada”, añadió el autor en Facebook. “Estaba llena de erratas y lucía una cubierta espantosa que nunca aprobé. Fue útil para muchos, es verdad. Comenzando por el entonces bachiller Henry Constantín. Ahora he revisado la prosa y añadido dos piezas más, que estaban previstas desde la lejana fecha de 1996, en que cerré con premura el libro bajo la compulsión amorosa de mi inolvidable amiga Élgida Gil”.

Nota sobre Victor Batista

Victor Batista

por John Suárez

A la edad de 87 años, acaba de fallecer en La Habana, en domingo de Resurrección, víctima del Covid-19, el gran mecenas de la literatura cubana del exilio Víctor Batista Falla, quien desde principios de marzo se encontraba de visita en su ciudad natal.

Batista Falla partió al exilio en 1960, a los 27 años de edad, y se radicó primero en la ciudad de Nueva York y más adelante y de manera permanente en Madrid. En Nueva York ayudó a fundar, junto con Raimundo Fernández Bonilla, Carlos M. Luis, Jesús Lago, entre otros, la revista Exilio, que se editó gracias a su mecenazgo entre 1965 y 1973.  También ayudó a fundar –y costeó– la revista Escandalar, dirigida entre 1978 y 1984 por el poeta exiliado Octavio Armand.

Ya instalado en Madrid, colaboró en calidad de asesor con los esfuerzos del intelectual Jesús Díaz en la publicación de la revista Encuentro –que luego diera lugar al diario digital Encuentro en la Red–, y más adelante con Diario de Cuba. En 1998 fundó la Editorial Colibrí, que dirigió con la colaboración de Helen Díaz Argüelles hasta su cierre en 2013.

El legado de Batista Falla y de Colibrí incluye 41 libros de una treintena de autores, publicados y distribuidos por todo el mundo. Afable, generoso y noble de espíritu, Víctor Batista Falla deja un vacío profundo en la cultura cubana del exilio. Descanse en paz eternamente su alma.



Center for a Free Cuba
https://www.cubacenter.org/

Cuba, tres de coronavirus

Ruhama Fernández

En tiempos de coronavirus, el régimen de La Habana acosa y persigue a los influencers residentes en Cuba. Ruhama Fernández y Yander Serra, este último ganador del concurso Red Cuban Power convocado recientemente por el youtuber Alex Otaola en la categoría “Vida en mi barrio”, son algunos de los reporteros independientes amenazados.

“Cómo tú vas a estar citando a Ruhama cuando tienen que estar destupiendo los baños de los albergues donde están metiendo a la gente», declaró Otaola en su programa de Youtube. «Ustedes tienen que estar dando cloro en esos baños”.

También, «oficiales de la policía política citaron, interrogaron y amenazaron con desaparecer al periodista y director del medio de comunicación comunitario del ICLEP Amanecer Habanero, Osniel Carmona Breijo, si publicaba textos sobre la pandemia y la crisis paralela que se va creando en la ciudad».

En La Habana, Víctor Batista Falla, director de la Editorial Colibrí y conocido mecenas cubano, falleció por coronavirus el pasado domingo 12 de abril. Diario de Cuba informó que el editor visitaba la Isla por primera vez luego de dejar su país natal tras el triunfo del castrismo. Residía en Madrid.

Este lunes, el escritor y periodista independiente Victor Manuel Domínguez, autor de libros como Revolución a la carta y Café sin Heydi frente al mar, fue operado de una pierna en el hospital Calixto García de La Habana. Domínguez era vigilado de cerca por un agente de la policía política en ese hospital a pesar de las medidas de distancia social recomendadas por las autoridades médicas de todo el mundo en tiempos de coronavirus. Noticia en progresión.

Citas e interrogantes en tiempos de coronavirus (II)

Victor Manuel Domínguez (foto de archivo).

En medio de la expansión del coronavirus, el mundo de la cultura y el pensamiento reflexiona. ¿Cómo enfrentar mejor la pandemia y cómo vivir después de ella? ¿Y mientras tanto, en Cuba?

«La novela de ciencia ficción Los ojos de la oscuridad (The eyes of darkness) pasó bastante desapercibida cuando se publicó en 1981. Hasta que hace unos días todas esas coincidencias con el coronavirus la han puesto de moda en las redes. El libro, que está totalmente descatalogado, se ha convertido en objeto de deseo y sus precios online se han disparado. Viejas ediciones de bolsillo que, antes del coronavirus, apenas valían unos dólares cuestan ahora más de 150 dólares en Amazon». Vanessa Graell en El Mundo.

«Ceder ante la tentación del purismo puede ser fatal para el futuro de la literatura. La estrategia debe ser colaborativa, abierta, plural y largoplacista. Sobre todo si la crisis actual acelera, como todo parece indicar, la digitalización del mundo. Y, con ella, se imponen definitivamente las narrativas que solo tienen pleno sentido a través de la pantalla». Jorge Carrión en The New York Times

«En el Decamerón de Boccaccio, de 1348, se reúnen unos amigos en el campo a contarse historias como terapia frente a la peste que asuela Florencia. Ellos respetarán unas reglas convenientes no solo a su salud física sino a la salud del espíritu porque la peste genera tristeza y depresión. Boccaccio es inteligente y nos dice que lo peor es el miedo al miedo». Nuccio Ordine en La Vanguardia

«El negocio castrista de la cultura es más abusivo de lo que parece: Yo (el Estado) te subvenciono, tú (el escritor) me legitimas. Por supuesto, la subvención la paga el de siempre, Liborio, la mayoría de los cubanos que ni lee ni escribe ni tiene jabón con que lavarse en tiempos de coronavirus». Armando Añel

En Cuba, en momentos en que la pandemia progresa, la situación del escritor y periodista independiente Víctor Manuel Domínguez García resulta preocupante, ingresado en el hospital Calixto García de La Habana bajo el asedio de un agente de la Seguridad del Estado. Informa: Martí Noticias.

El berro y los cubanos

Ryan McGuire / Pixabay

 

Hipócrates fue un entusiasta del berro. Cuentan que allá por el año 400 antes de Cristo, creó el primer hospital junto a un riachuelo para asegurar que los enfermos tuvieran berro tierno al alcance de sus manos. Él creía que el berro es curativo porque limpia la sangre. Yo creo que el berro mata. Aunque estoy pensando en otro berro, el que padecemos los cubanos. Un berro que no ha crecido junto a los riachuelos, ni contiene quince vitaminas esenciales, sino que es consecuencia de una larga dictadura política impuesta por sujetos perennemente berreados y potenciadores de nuestra propensión al berro. 

Al contrario de ese vegetal fresco cuyo nombre usurpó, el berro de los cubanos es sumamente tórrido y corrosivo. Una conquista de la revolución. Incorporada a nuestra idiosincrasia, como tantísimas otras lacras, por el fidelismo y sus lecciones de intolerancia dogmática y de odio y descalificación a todo lo opuesto, diferente, alternativo.   

La roña, el insulto, la implacable revancha, el dictamen sin juicio previo y sin derecho a réplica, son constantes por las que hoy damos cauce a la permanente vocación de berreados. Es un atajo para el laberinto de nuestras conciencias de humillados sin desquite.

Alguna vez creí (y estoy seguro de no ser el único) que al vivir fuera de la Isla, habiendo dejado atrás esa inagotable fuente de malestar e indignaciones que es el fidelismo, conseguiríamos curarnos, por natural proceso, de la epidemia del berro. Ilusión vana. De no existir otras vías para confirmar el chasco, basta con un sencillo clic de acceso a las redes sociales: un muestrario, revelador donde los haya, de cubanos berreados.

Los hay de todas las tendencias políticas o religiosas o artísticas o existenciales. Y de todos los gustos, o al menos de todos los dudosos. Hay incluso los que se esfuerzan por hacer creer (o hacer creer que creen) que ya son personas serenas y dadas al desenfado. Pero basta que alguien haga o diga algo que les contraríe, para que el berro los desborde.

Evidentemente, cambiar de lugar de residencia y de atmósfera política no nos alcanzó para cambiar la manera de encauzar nuestras pasiones. Michel de Montaigne nos lo había advertido desde hace cuatro siglos: “Ya he roto mis cadenas, dirás: como el perro rompe el lazo a fuerza de tirones, pero en su huida arrastra un buen trozo de cadena al cuello”.

Igual que Hipócrates creyó en los poderes curativos del berro, Montaigne apostaría por la serenidad de espíritu y por el recogimiento dentro de nosotros mismos en tanto principios para conquistar la libertad. Y de eso se trata. Berreados no podremos ser libres.

Así como el berro de Hipócrates limpia la sangre, el nuestro la envenena. Por eso mata. No sólo nos puede matar de un infarto, lo cual, según creo yo, resultaría el menos sufrible de sus efectos. Peor es que nos mate la alegría, el sosiego, el sentido del humor, la sensibilidad. Y peor que peor es que nos convierta en censores, o sea, que nos mate el arranque humano de ser justos y solidarios. Porque el gesto punitivo de acallar al otro diciéndole: “si no te gusta lo que a mí me gusta, te vas de aquí”, eso tiene su origen en el berro, que conduce inevitablemente a la censura, toda vez que no nos permite poner en duda nuestras opiniones. Cuando estamos berreados, no existe otra verdad más que la nuestra.

Pobre de nosotros, los berreados, que no acabamos de arrancarnos del cuello aquel trozo de cadena.

‘La duda’, con Juan Manuel Cao y Adrián Mas

Locutor, escritor, periodista, resulta que Juan Manuel Cao, cuyo exitoso programa El Espejo transmite el canal América Tevé en Miami, también es cineasta. Y de los buenos a juzgar por el cortometraje La Duda, estrenado hace ya varios años en Cuba Ocho pero que puede recrear las noches del amable lector ahora mismo, en tiempos de coronavirus.

Se trata de un microfilme sobre la doble moral. “Cao escribió el guión y el actor Adrián Mas lo convenció de que se pusiera frente a las cámaras”, aseguraron los organizadores durante el estreno. “Adrián Mas es un actor de larga trayectoria, que además de haber hecho mucho teatro y televisión tiene varias películas en su haber, como Mediterranean Blue, Paraíso, Jaque Mate (pre-nominada a los Oscar), Vino Tinto, etc.

“El cortometraje aborda el difícil tema de la doble moral en la sociedad cubana y en el exilio. Y toda la trama transcurre durante una entrevista en la aduana del Aeropuerto Internacional de Miami. El conflicto empieza desde la primera frase en la que el recién llegado le pregunta al oficial de inmigración: ¿Yo no lo conozco a usted? A partir de ese momento surge La Duda, título del corto.

La Duda sorprende no solo por el hondo contenido de su trama sino también por la pulcritud de su hechura”.

 

Humanos en Cuba. Selección de perfiles

Yaiset Rodríguez Fernández

Con fotografía del periodista independiente Yoe Suárez, ya está en Amazon Humanos en Cuba. Selección de perfiles, compilación de la también reportera Yaiset Rodríguez Fernández.

Cinco jóvenes periodistas cubanos narran los vericuetos y el carácter de cinco contemporáneos y coterráneos: un enfermero internacionalista, un decimista luthier, un excéntrico antropólogo, un vendedor de drogas y un reguetonero. De eso trata esta selección –pretenciosa en su obstinación de agrupar un poco del ahora, sin importar cómo lucirá luego. Son perfiles periodísticos y, como tales, procuran que la voz del periodista no se convierta en un grito en el oído del lector. Tienen que ser capaces de encauzarse entre lo sublime y lo ridículo sin caer en los prejuicios de la víctima buena y el victimario malo para describir, sin excesos de adjetivos, a estos cinco seres humanos.

El primero de los perfiles se publicó en OnCuba en 2015. Los cuatro restantes fueron escritos para El Estornudo, la joven revista digital cubana de periodismo narrativo, fundada en 2016 y merecedora del Premio Gabo 2017, el más importante para el oficio periodístico en Iberoamérica.

Boca apretada, de Carlos Manuel Álvarez (Matanzas, 1989), cuenta la forma en que iba muriendo, entre Los Palacios, Pinar del Río, y Kerry Town, Sierra Leona, un enfermero pobrísimo, negro y homosexual.

La Cronología del artista olvidado la hace Mario Luis Reyes (La Habana, 1994) y perfila a Santiago Álvarez, un artista que se quedó rondando demasiado cerca de donde nació.

El tercer protagonista es un intelectual matancero tan multifacético como para vivir con una momia, servir de guía en las cuevas y coleccionar armas creadas por él mismo. Ercilio Vento, traductor de la muerte fue escrito por Yoe Suárez (La Habana, 1990).

El regreso de Scarface (I y II) es un thriller de la soledad. En el pozo, en la cárcel, botando un muerto, en la vejez; así lo hace sentir Lianet Fleites (Villa Clara, 1989).

Con el quinto perfil dedicado a Osmani García, domador de leones, su autor, Jorge Carrasco (La Habana, 1990), restalla el más irónico de sus látigos y habrá quien no quiera o pueda notarlo. Son todos humanos en Cuba.

Gerardo Hernández Nordelo, vicechivatón

La noticia de que Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco espías castristas involucrado en el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en 1996, fue nombrado este 6 de abril Vicecoordinador Nacional de los CDR (Comités de Defensa de la Revolución, o de la delación oficialista), ha generado opiniones encontradas. A pesar del coronavirus, la corresponsalía de Arroz con Mango en La Habana salió a la calle en busca de declaraciones:

‘La sangre del tequila’: Un cubano en la Ciudad de México

Félix Luis Viera

 

«Nací trece años antes del triunfo de la revolución comunista de Cuba […] mis primeros trece años los pasé en medio de la religiosidad de variante infinita que nos permeaba allá en la Isla. […] cuando Fidel Castro declaró el estado ateo y así los santeros, cristianos, espiritistas y el resto tuvieron que sumirse en las sombras, quienes entonces tenían mi edad ya contaban con infinitud de mensajes de la etapa anterior.» Félix Luis Viera (La sangre del tequila)

                «el azar nos supera; es […] quien nos hace la vida». FLV (La sangre…)

             «Ley de vida / Ley de muerte

            Ley debida / Muerte debida.»                    

               Mario Trejo (Poeta, Argentina, 1912-2014)

Con la publicación, por Alexandria Library Publishing House en 2019 de su novela (escrita entre 2008 y 2018, en México y Miami) La sangre del tequila, el narrador, poeta y periodista cubano Félix Luis Viera no solo entrega a los lectores una nueva obra, sino que con ella amplía el diapasón temático y estilístico de su creativa producción.

   Mas, explico por qué cursivo el adjetivo creativa: con esta nivola —por nombrarla con el neologismo creado por Unamuno para diferenciar las suyas de las publicadas en su tiempo, exceptuando varias de la saga galdosiana—, Félix Luis ofrece a quienes disfrutamos su narrativa que no cesa — parafraseando a Miguel Hernández— esta obra distinta que, por su prosa multitemática, resulta atractiva con lo que, además, evidencia su voluntad de estilo: y he aquí uno de los principales méritos de sus cuentos y novelas.

 

   De otra parte, subrayo el caudal de numerosas costumbres, anécdotas y tradiciones de la capital que —tales datos e informaciones de la megaciudad y la idiosincrasia de sus habitantes, no como intertextos, sino dentro de la trama— incluye el autor, quien, de tal suerte, enriquece su discurso y contextualiza aun más al lector, pues lo involucra con mayor énfasis en el curso su amena narración.

   Pero leamos qué escribe sobre el tema el editor en la nota de contracubierta:

A mediados de la década de 1990, un escritor cubano arriba a la Ciudad de México con el propósito de quedarse a vivir en suelo azteca. Así comienza una historia donde la capital mexicana será observada y expuesta —a veces quizá de modo implacable— por los ojos de un extranjero.

    Bien, pero otros datos anexa el editor sobre la narrativa vieriana: fuertes dosis de erotismo y lenguaje directo, descarnado pero no carente de poesía [con el que] indaga en el «misterio del sexo», que (añado) define toda su producción. Además, el editor adjunta «el fino humor» que (subrayo) identifica su prosa, su poesía e, incluso, su personalidad, rasgos que bien le conocemos quienes amistamos, desde décadas atrás, con el incambiable villaclareño.

   Sin embargo, quien con mayor precisión definiera su estilo es el relevante narrador y periodista Amir Valle, que en su prólogo a Irene y Teresa «Una aberración esplendorosa, indescifrable», señala sus definidos rasgos, como sentido lúdico, limpieza y precisión dramática, ironía, profundidad y tipicidad, matices de universalidad y peripecia de los protagonistas. Y agrega un tópico singular: Félix Luis es «un magnífico configurador de sicologías».   

   Y en la nueva obra se confirman varias de las características apuntadas que conforman su impronta estilística, en tanto retornan una y otra vez a sus cuentos y novelas, identificando su personal quehacer en prosa. Tal acontece en la noveleta Irena y Teresa —publicada en 2019, por Puente a la Vista Ediciones— donde el autor funde amor y voluptuosidad, logrando su título más erótico, al tiempo que incluye las informaciones que enriquecen la trama, sin olvidar el humor.

   Dividida en tres partes («El Sur», «La celda» y «Verónica», y una «Nota del editor» o epílogo, según confiesa el editor-autor), como la addenda «Bitácora de los vencidos» (que incluirá reiteradamente, tales añadidos suyos), La sangre del tequila posee, además, una condición de la que muchas narraciones actuales carecen: el reclamo de la constante atención del lector, quien sigue, durante las 204 páginas, la trama con los mil y un acontecimientos de este cubano (que tanto se parece al autor: ¿alter ego suyo?) por la capital mexicana en busca de sobrevivencia.

   Con este Via Crucis, el recién llegado cubano a la megápolis azteca, se me antoja un sosias del Ulises de James Joyce, quien en la canónica novela irlandesa —que transformara el género a nivel occidental— el dueto protagónico: Leopold Bloom (Joyce viejo) y Stephen Dedalus (Joyce joven), acaso sendos alter egos del propio autor, realizan en apenas un día un viaje odiseico al revés, ya que los temas homéricos se invierten y subvierten a través de una tríada antiheroica (pues incluyen a Molly, esposa de Joyce), cuyas vicisitudes devienen tragicomedia..  

   Los conflictos en que se verá envuelto el protagonista constituyen toda una gama de aventuras y desventuras: algunas difíciles, cómicas otras, todas osadas, raras para este cubano sui generis que, huyendo del Sucialismo (no es una errata, sino el verdadero nombre del cruel sistema) aterriza en la ciudad más grande y con mayor contaminación de Latinoamérica, donde sobrevive durante los primeros tiempos como redactor de un mediocre diario rojo que apoya al desgobierno cubano, dura tarea por lo que recibe un magro salario que casi no le alcanza para pagar la renta mensual del paupérrimo habitáculo que ocupa. En fin, tal dice Félix, de pronto su alter ago se halló «frente a una de esas encrucijadas del porvenir» que le plantó la distinta realidad.

   Pero hay más: en este otro Jardín de las delicias —que, por el profuso sexo, evoca al crítico una de sus obras preferidas en la Historia del Arte: el clásico y homónimo cuadro del gran pintor neerlandés Jheronimus Bosch (El Bosco), predilecto de quien escribe— las mujeres ocupan el centro de interés, ya que se vincularán con el protagonista, ¿cómo si no?, Eros mediante.  

   Por ello, aparecen y reaparecen en sus páginas, sin nunca perder su protagonismo, pues incluso prestan sus nombres a los reiterados títulos de los capítulos: Lucero Araiza (agente de una compañía de seguros); Ruth Tagle (ex-estudiante de Letras, ex-bailarina de folklore, ex-maestra de tango e investigadora de la Secretaría de Educación); «La Gorda» (un peculiar «personaje», tal nombrábamos. en la Escuela Nacional de Arte, a los ingenuos condiscípulos que ¿sobresalían? por su impronta Kitsch); Irene «Sinforosa» Ramblas (tan viajera como insaciable bisexual, que «dañada por la deslealtad, el propósito hegemónico de los hombres […] se refugió en el amor fraternal, sexo mediante, con las mujeres desencantadas como ella»).

   Mas, asimismo aparecerán, enriqueciendo la trama: Marisela (doméstica, «achaparrada, morena oscura […] De quizás unos veintisiete o treinta años»); Laura Arias («una de las personas más dulces que he conocido en esta ciudad. Me trató como a un niño perdido y expresó que un poeta nunca debería estar ‘desregularizado’ en este país ni en ninguno»); Sandra Vélez (empleada de limpieza que «tiene el pubis más armónico y acentuado que he visto hasta hoy»); Patricia Pensamiento (diseñadora); Verónica Illescas («con una mirada de puta que resultaba imposible ignorar»); Lucía Luévano («policía, de 29 años de edad y madre soltera con un hijo de 13»); Ximena y Las Fresas, quienes «constituyen una raza que se mueve de la clase media hacia arriba (o no pocas de ellas se lo hacen creer a sí mismas. […] Así, hay mujeres Fresas y hombres. […] Porque ser Fresa es una actitud ante la vida». Otra amiga en la distancia es la farmacéutica habanera Mercedes Giménez, íntima del narrador que, como otras, aparece mencionada.

   De igual modo, numerosos personajes masculinos engrosan el profuso tejido de la narración. Ante todo, uno de los esenciales y quien, copersonaje, aparece de continuo: Mario Trejo —homónimo del poeta, dramaturgo, director teatral y guionista argentino, merecedor en 1964 del entonces recién surgido Premio Casa de las Américas por su poemario El uso de la palabra, cuando también visitara La Habana—, cuyo nombre en la novela es acaso fruto del azar concurrente lezamiano, pues Félix en ese año era apenas un niño del campo que vivía con su familia en la provincia de Santa Clara, y era imposible que conociera al verdadero Trejo.

   Otros son: Jeffrey Mendoza («un tipo zambullido en la envidia —viperino en suma—, inteligente, taciturno […], aspirante a escritor […] jefe de redacción de la revista […] visita un psicoanalista. Tendrá unos treinta y cuatro años de edad, soltero»); El Almirante, el ex Senador, los licenciados Osvaldo Serra y Hugo Solórzano, Tamal («el mulato cubano tenor de la Ópera de Cuba»); el albañil y esposo de Sandra Vélez (que le es infiel con el cubano)…

   Creadores mexicanos son mencionados, acaso como guiños a colegas conocidos de Félix. Valga el caso del escritor René Avilés Fabila. Como hay otros de ficción o de su profusa y varia invención, por emplear un título emblematico del narrador azteca Juan José Arreola, descubierto por el crítico en la adolescencia, cuando iniciara su tarea de insaciable lector.

   Otro rasgo testimonial es que el protagonista es censurado del libelo comunista en que laboraba por escribir un artículo enjuiciador del hoy por fortuna fallecido gobernante venezolano Hugo Chávez.

   En aun otros instantes el narrador da fe de lo visto en la Alameda Central, «el parque público más antiguo de la Ciudad de México», donde no solo halla «los rateros, los policías corruptos, el instinto de traición, la impuntualidad, la desidia, los limosneros», sino también define el célebre espacio: «sitio de vendedores de cualquier genero pesetero, tragafuegos, putas de oficio, predicadores a quienes se les ve a simple vista que mienten, indigentes, acordeonistas, “cantantes”, organistas que pasan el cepillo; en fin, la sublimidad entristecida por el relajo tercermundista»    

   El aún recién llegado cubanito de provincias mostraba de esta manera su asombro ante el rico mercado mexicano, pues solo tenía la dura praxis de la paupérrima (i)rrealidad cubana, ya que hasta esta estancia en la capital azteca, solo había gozado de una breve y feliz incursión en una pequeña ciudad de los países del ‘campo socialista’: gracias a haber sido ‘seleccionado’ por los gendarmes de la Asociación de Escritores de la UNEAC para asistir a un insignificante evento literario, concedido al ‘escritor de provincias’ por no interesarle a ellos. De tal suerte, había podido viajar como ‘invitado’ a un evento literario, sin interés para dichos gendarmes, ya cansados de tantos viajes al extranjero y, sobre todo, con el propósito de ‘cuidar sus espaldas’: no ser criticado ni atacado por los miembros de la institución oficialista, presidida hasta su decadencia y muerte por el rechoncho poeta comunistoide Nicolás Guillén. Por cierto, esta anécdota también la incluiría Félix en «Cursi y sensiblera historia de amor», uno de los hermosos cuentos de su valioso volumen Precio del amor, republicado en nuestra ciudad, por la propia editorial en 2015.

   Por ello, asombrado ante un gran almacén, lo define: «El Palacio de Hierro, tienda de tope cuya propaganda, que aparece en innumerable, televisión, radio, periódicos, anuncios inmensos en lo alto de azoteas, casi todos dirigidos a las mujeres, tienen la salsa ideal para fomentar la ira consumista, la banalidad, el desguace, la envidia letal entre las damas.»  

   Mas atributos, asimismo, corroboran lo testimonial de la novela, como, entre otros, el fragmento que hallamos en la segunda parte «La celda», donde Félix confiesa un dato autobiográfico:

Ya en mi juventud había comprendido que mi ruta sería llevar una doble vida: trabajar en lo que me tocara para ganarme la superviviencia, y escribir por mi cuenta y riesgo. Siempre me tocaron trabajos lejanos de cualquier filamento de la sensibilidad, entre personas que si acaso habían leido algo de poesía, según ellas, sería cualquier ditirambo al que llamaban, a veces emocionados, es lo peor, poema. De modo que sería tirarme de imbécil, de zonzo ante esas personas que solo tenían mente para vencer las colas para croquetas de sus meriendas y las tantas otras colas sin fin de la patria, o para babearse frente a las telenovelas o para algo parecido. Así, guardaba yo en secreto, guardé hasta el día en que se hicieron públicos, esos poemas que escribía unicamente porque, como dijo el sabio-poeta, “escribo porque estoy loco, sé que a nadie le importa, y está bien que a nadie le importe, pero yo escribo como quien predica el Evangelio entre los buitres. Es mi destino. (El subrayado en negrita es mío: WGL).

    Por otra parte, al crítico le pareció oportuna la inclusión de una distracción que constituye una de las más seguidas por los mexicanos, porque además le evocó algunas noches de su adolescencia, pues se transmitía por la TV de la Isla durante los años finales de «la otra dictadura», por llamarla con palabras de la respetable madre de un colegamigo: la Lucha Libre, cuya deplorable falsedad por sus trucos y ‘peleas’ vendidas, revela Félix Luis, quien ¿sin querer? remite al lector a un narrador y uno de sus títulos de valía: el cubano Severo Sarduy y su decisivo ensayo La simulación:

una de las simulaciones más públicas que puedan existir […] Las arenas donde se realiza este espectáculo se repletan. Los índices de audiencia de la televisión alcanzan rangos considerables. Se trata de reconocer la perfección del fingimiento. 

   En torno a Ciudad de México —«la región más transparente del aire», el epíteto creado en 1803 por el explorador germano Humboldt, cuando realizando una expedición por ciudades latinoamericanas arribó a la patria de Morelos y se deslumbró ante el Valle de México. Luego sería empleado por el ensayista, narrador y poeta Alfonso Reyes en su importante Visión de Anáhuac. Finalmente, lo reutilizaría en su novela homónima. y emblemática de la ciudad, el Premio Cervantes Carlos Fuentes.

   No puedo dejar de mencionar otras peculiaridades que enriquecen su narración, como la jocosa y palmaria mención, en varias ocasiones, de «El Candidato Eterno»: Manuel Andrés López Obrador, ridículo impar autotitulado con el alias AMLO.  

      Para concluir, pienso que ha hecho muy bien Félix Luis al burlarse del deplorable presidente que durante décadas se arrastraría tras el ¿honroso? puesto que, al fin, ganara en las últimas elecciones. En tal sentido, añade otro rasgo que igualmente definiría a sus incautos seguidores durante las jornadas previas a su arribo a la presidencia:

El Candidato Eterno diariamente vocifera arengas en la Plaza de la Constitución, repleta, lo cual demuestra que las masas o buena parte de ellas suelen estar equivocadas. Buena parte de estas que siguen al Eterno son gritonas, amenazantes, agresivas —como suelen ser en Latinoamérica las masas comunistoides—, vestidas al descuido, o de modo estrafalario. Hay algunos hombres barbudos en uno y otro sitio; de los que cantan o  recitan, o los que conferencian acerca de las bondades de la Izquierda, sin dejar de enviar amores a dos de sus dioses: Fidel Castro y Hugo Chávez. El Eterno, quien al pronunciar parece escupir las silabas finales de algunas palabras, declara día a día que le hurtaron las elecciones, y acusa al presidente elegido de ladrón y más.

Citas e interrogantes en tiempos del coronavirus

¿Cómo golpea el coronavirus al mundo de la cultura? ¿Qué saca en claro éste de la expansión universal de la epidemia? ¿Y mientras tanto, en Cuba?

«El arte suele indagar en las grandes problemáticas humanas y, desde el surgimiento del coronavirus en China, ha renacido el interés por las obras literarias relacionadas con pestes, virus y pandemias. El aumento de ventas de clásicos como La peste de Camus y Ensayo sobre la ceguera, de Saramago, son un claro indicio de esta realidad». Juan Batalla en Infobae

«Los más avispados han acertado en calificar esta situación de ‘Quarantine Tarantino’ (entiéndase el juego de palabras entre Quentin y cuarentena). Porque ni en su mejor guion el director de ‘Pulp Fiction’ y ‘Reservoir Dogs’ habría podido concebir el confinamiento de la mitad de la población por una violenta pandemia, causada por un virus de origen animal. La ficción superada por la realidad». Janira Gómez en France24

«Supongo que ahora mismo, bajo los dictados de las grandes editoriales, se están gestando ya los primeros relatos, crónicas y novelas sobre el coronavirus». Mario Crespo en Lamarea.com

“Muchos no vamos a poder vivir de este oficio durante un tiempo… la clase media, seamos autores, libreros, pequeñas editoriales, traductores y correctores, se va a venir abajo”. Marta Sanz en El País

Entretanto, esta semana, Washington denunció el acoso del régimen cubano a los periodistas independientes que intentan informar sobre el coronavirus en Cuba. Informadores alternativos como Camila Acosta y Yoe Suárez, entre otros, han sufrido multas y sido citados a interrogatorios en momentos en que se recomienda permanecer en casa ante el avance de la pandemia.

A propósito de la emergencia sanitaria internacional provocada por la expansión del coronavirus, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) lanzó el pasado 30 de marzo una campaña es pos de la liberación de los periodistas encarcelados en todo el mundo. Entre ellos figura, injustamente preso en Guantánamo, el escritor Roberto Quiñones Haces.

Premio de Narrativa Reinaldo Arenas 2020Participa y ganaClic AquíPremio de Poesía Intertextual José Martí 2020Anímate y participaClic aquíLibertad para Roberto de Jesús Quiñones Haces#FreeThePress: La campaña del Comité para la Protección de los PeriodistasClic aquí
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¿Buena Fe? El bloqueo de Israel Rojas

En recientes declaraciones en su muro de Facebook, Israel Rojas, principal cantante del dúo procastrista Buena Fe, negó la existencia de un bloqueo interno en Cuba. Mientras, en pleno avance del coronavirus en la Isla, la policía política continúa citando, acosando y multando a los periodistas independientes cubanos.

El milagro de la luz

 

Cuando te detienes un momento y cierras los ojos, ocurre un milagro interesante. Con tus ojos cerrados puedes ver el mar y ver el azul en múltiples tonos y ver el oleaje y este fenómeno también es muy interesante.

¿Por dónde entran los rayos de luz a mi cerebro?

Cuando piensas con calma en las explicaciones que los científicos y físicos tradicionales dan del fotón y de los demás átomos que viajan juntos en un rayo de luz, las imágenes que creas con tu cámara se convierten en un gran misterio.

Una pintura está compuesta de fotones; por ejemplo, el color de los pigmentos. Una fotografía digital está compuesta de fotones; por ejemplo, el píxel es un punto físico, creado en las múltiples capas de tu pantalla por impulsos eléctricos. Las imágenes en tu cerebro también son creadas por impulsos eléctricos y esos impulsos eléctricos estimulan una serie de sustancias químicas que forman los diferentes destellos que forman una imagen.

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Los fantasmas cabalgan de nuevo

José Hugo Fernández junto a Ramón Fernández-Larrea (abril de 2017)

 

A Miami le faltaba una novela. No una novela donde la ciudad fuera decorado exterior o pretexto, sino la novela donde ella misma fuera protagonista por el comportamiento de sus personajes, que en este nuevo libro de José Hugo Fernández parece estar dictado por la cita de Ovidio que lo abre, y que dice: Huyo de lo que me sigue; voy detrás de lo que huye de mí.

Iniciando una persecución interminable, que en el principio es una huida, José Hugo Fernández ha situado en Miami sus jinetes del Apocalipsis, que son más de cuatro. No es la condena entre real e irónica de Tom Wolfe a un momento, o varios momentos sangrientos de la ciudad. No es el Lazarillo de Tormes, trasplantado y transmutado a estas calles ardientes de sol cegador. No es tampoco La conjura de los necios en versión tropical, entre bañistas semidesnudas, caimanes y asfalto incendiado.

Los jinetes fantasmas (Neo Club Ediciones, 2017) tiene un poco de todo eso, y más; y hay en el fondo de la picaresca con la que hablan, sueñan, aman, aspiran, recuerdan y engañan sus personajes, como un dolor que nunca cesa, que no acabará nunca, porque es el mismo dolor que tenemos todos los que decidimos vivir lejos y reinventarnos en la distancia, ese sitio que puede llamarse Paris, Madrid, Estocolmo, Nueva Jersey, Barcelona, Ciudad México, Tampa o Miami, y que en el fondo se llama casa del carajo o ninguna parte.

Una enfermera que escribe cartas mentales a dos primos que se suplantan para alternar entre Cuba y Miami y que es raptada noche a noche por extraterrestres de Plutón… Una caritativa mujer madura, que junto a otras cambia protección por sexo a jóvenes balseros cubanos y por tanto reciben el simbólico y simpático nombre de Hermanas al Rescate…Un adinerado hombre que se enamora de una frágil y distante camarera china. Un detective privado que parece saberlo todo y que domina a la perfección el arte de dar lo que esperan escuchar quienes contratan sus servicios: “especialista en dilemas pasionales y en trampas del desamor”. Una vietnamita conocida en La Habana por ese detective, y que viaja a Europa en forma de foto en su billetera para convertirse, idealizada, en tabla de salvación erótica hasta que en esos giros de la vida él logra el definitivo contacto físico solo para descubrir, asqueado, que toda ella, y cualquier cosa que toque, se impregna del olor de la carne de cangrejo en mal estado…Una mujer gigante que maneja una rastra… Un interlocutor que razona y argumenta y que parece ser el eje por donde pasan todas las historias humanas y divinas.

Gente que vive bajo el mismo sol con delirios diferentes. Gente que olvida o recuerda y que planifica sus vidas para salir de sus vidas en una especie de eterno retorno a la nada que aspira un día dejar de serlo. Gente divertida que sufre, o gente sufridora que pretende divertirse. Emigrantes, exiliados, cubanos todos que han sido puestos a coincidir en el mismo momento con todos sus momentos distintos, y que parecen ser iguales sin serlo. O, para decirlo en las propias palabras del autor: Y como no podía ser de otra manera, lo hace exponiendo la fiereza y la falta de sentido común de los seres humanos, junto a su propia indefensión al lanzarse a enmendar el destino que le ha sido impuesto.

Pero todo gira, de alguna manera, en torno a un cuadro pintado por un loco en el Hospital Siquiátrico de Mazorra, que regaló a un amigo que se exiliaba para garantizarle económicamente su futuro. Una pintura cuyo nombre le da título al libro, y que no es más que una copia de un fragmento del cuadro El triunfo de la Muerte, de Pieter Brueghel El Viejo y que al final resulta el maquillaje perfecto para una obra de Jacob Van Loo, robada del Museo de Bellas Artes de La Habana, en el año 1939, y que nunca más apareció.

Así que, bajo esa máscara similar a la que cubre también a la ciudad –como el que esconde a simple vista otra gran obra verdadera- hay otras vidas reales que parecen también la simulación de las vidas que aquí se cuentan, y que resultan ser un mapa humano donde todas esas historias se cruzan y coinciden, convirtiendo a Los jinetes fantasmas en una novela divertida cuyo protagonista resulta ser, además de Miami, la desbordante imaginación de los cubanos de distintas épocas que coinciden en el fondo de este gran caldero llamado “la capital del exilio”.

Los jinetes fantasmas podría ser también la novela de la desmesura, porque no hay nada tan desmedido y delirante como los sueños de los que emigran o se exilian, porque están entre dos aguas, el sitio que dejaron y el lugar al que quieren llegar. Y Miami es la tierra perfecta para esa desmesura, porque además del sol que todo lo engrandece y destruye, está la diversidad de quienes la habitan, con algo que resulta un denominador común: no es la ciudad definitiva, sino un punto intermedio entre el origen y lo que se aspira. Y los que al final se quedan a vivir en ella tienen, más allá de su sonrisa, el dolor de que ya no van a regresar a ninguna parte.

Y como parece ser que con el tiempo, y gracias a la amistad que nos une, me he convertido en el presentador oficial de los libros de José Hugo Fernández, ejerzo hoy también de vendedor y les digo de corazón que compren esta novela, que se lee con una sonrisa en los labios y donde van a encontrar a más de alguna persona igual a gente que conocen.

Presentación de la novela Los jinetes fantasmas, de José Hugo Fernández, en la Expo Venta Artistas Pro Derechos Humanos. Panel ‘Puente a la Vista’ en el Cuban Art Club.

#FreeThePress: La campaña del Comité para la Protección de los Periodistas

Roberto Quiñones Haces

A propósito de la emergencia sanitaria internacional provocada por la expansión del coronavirus, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) lanzó este 30 de marzo una campaña en pos de la liberación de los periodistas encarcelados en todo el mundo.

“Para los periodistas encarcelados en países afectados por el virus, la libertad ahora es una cuestión de vida o muerte. Los periodistas encarcelados no tienen ningún control sobre su entorno, no pueden optar por el aislamiento voluntario y a menudo se les niega la atención médica necesaria”, aseguró el CPJ. En Cuba, uno de estos periodistas es Roberto Quiñones Haces.

El también escritor y abogado independiente fue condenado el 7 de agosto de 2019 “a un año de privación de libertad sustituido por trabajo correccional con internamiento, durante un juicio amañado en el Tribunal Municipal de la ciudad de Guantánamo, Cuba”. La policía política lo había atacado para impedirle cubrir un juicio público contra la pareja de pastores Ramón Rigal y Adya Expósito, y, no contenta con el maltrato físico, le abrió una causa por “desobediencia y resistencia”.

Desde la Prisión Provincial de Guantánamo, Quiñones Haces aseguró el pasado 30 de marzo citado por Cubanet: “Lo lógico sería que, en circunstancias como estas, el gobierno diera alguna muestra de compasión e indultara a aquellos a los que les falta poco tiempo para concluir su condena; o que adelantara algunos beneficios, como desean muchos reclusos. Sin embargo, la realidad es bien distinta”.

Los contagios por el virus aumentaron esta semana en Cuba mientras los esfuerzos del régimen cubano por minimizar el alcance de la epidemia continuaban entorpeciendo la transparencia informativa en torno al tema.

Residentes en varias ciudades de Cuba han asegurado que no se puede dar una cifra exacta de los muertos por coronavirus “porque la gente tiene mucho miedo a hablar de eso” –a causa del estado de represión política habitual en la isla comunista–, pero se manejan cifras preocupantes.

#FreeThePress

Para reformar el Premio Cervantes

 

Los premios  literarios necesitan en España una larga y profunda revisión, para devolverles  la fiabilidad y el respeto. Monetariamente alcanzan cifras cada vez más altas, lo que no hace más que empeorar las cosas. Antes el honor del premio estaba en el premio mismo, no en la cuantía económica. El Fastenrath de la Real Academia no sacaba a nadie de apuros, pero sí sacaba del anonimato a la gente. Porque Ciro Bayo le ganó a Pío Baroja un Fastenrath, el implacable vasco  persiguió a Don Ciro hasta después de muerto.

Estos suculentos premios españoles de hoy necesitan una urgente operación de cirugía en cuanto a la seriedad del método de elección. El premio “Príncipe  de Asturias” fue hace años manchado en forma indeleble porque, hallándose presentado, entre otros, el gran Juan David García-Bacca en la sección de humanidades, el jurado decidió darle el galardón a una estación de radio del Brasil. Sólo cabía pensar o que el jurado no sabía quién era este hombre ni conocía el tamaño y calidad de su obra, o que por razones de ganarse la simpatía de un medio preferían pasar por burros y por irrespetuosos ante una figura relevante de humanista y de pensador, antes que granjearse la enemistad del poderoso medio.

La sorpresa producida por la elección de Bioy Casares, que es un creador perteneciente a esa legión callada, silenciosa, apartada y olvidada de los escritores-escritores, de los que creen en la literatura y viven para ella, no de ella, dejó  a todo el mundo “con la boca abierta”. Y no porque en la larga nómina  de presentados por las academias no hubiese algún otro nombre que mereciera el galardón, sino porque a Bioy Casares, como a muchos otros, le falta “el ambiente”, la  politiquilla intelectual, que es casi  tan peligrosa como la otra. Autor  que no bulle, como decía Quevedo, que no se promociona para proyectarse en lo popular y conocido, es autor muerto. Y si  al pudor ante el empleo de artimañas añade  que no logra que lo lleve una editorial modernamente organizada, con métodos eficaces para vender lo que ofrezca, el autor no sólo está muerto, sino además enterrado.

La guerra entre las editoriales al acercarse la fecha de un veredicto está  llegando en España casi tan lejos como en Francia, allí respecto del Goncourt principalmente.  Porque el afán de dinero, que es universal, se ha entronizado también en los medios  literarios. Desde hace tiempo las firmas comerciales descubrieron que si se sabe manejar los hilos, con una inversión de veinte en un premio, se obtienen trescientos en publicidad. Y además se queda ante el mundo como benefactor y protector de la cultura, que viste mucho.

Bioy Casares está muy bien en el Cervantes. A su amigo y maestro Borges se lo dieron ex-aequo con Gerardo Diego, y a él se lo han dado solo. Mayor acierto hubiera sido dárselo con alguien como el gran Juan Gil-Albert, otro  arrinconado, o como Rosa Chacel, porque dado el número de candidatos y la edad de muchos de ellos, sería justo dividir el Cervantes en dos, o tres, o cuatro designaciones cada año, para que el honor prolifere aunque el dinero se reduzca.

Eso, y hacer porque el jurado se integre de tal manera que ante casos de grandes valores poco conocidos del público alguien pueda señalar los méritos de hombres como José Agustín Balseiro, como Ángel  Battistesa, como Luis Flores, como Enrique Labrador Ruiz, como José Rivas Sacconi, como Humberto Díaz Casanueva…

No quisiera yo que a ninguno de ellos le ocurriera con el Cervantes lo que a la noble Juana de Ibarbourou. Fue presentada la poetisa para la primera convocatoria de esta nueva etapa del Cervantes. Tenía voto, por su cargo, el Duque de Cádiz. Era este hombre, a cuyas órdenes yo trabajaba en el Instituto, persona correcta, humilde, consciente de su  desconocimiento en materia literaria. En consecuencia, me pidió le sugiriese el voto que yo considerara más adecuado. Mi recomendación, escrita, fue que propusiera para un ex-aequo a Juana de Ibarbourou y a Jorge Guillén.

Al día siguiente a la votación tuvo la cortesía de explicarme por qué no había seguido mi recomendación. Cuando llegué,  dijo el Duque, me abordaron en la acera Fulano, Zutano y  Mengano, y me dijeron  que “el acuerdo” era darle el premio a Jorge Guillén por unanimidad, ¡para no ofenderlo!

Era la viveza, la picaresca de unos caciques literarios que conocían el carácter débil del Duque y su temor a infringir “lo  acordado”, por falta de malicia. ¡Y él no advirtió que lo obligaban  a ofender a una gran figura de América, donde jamás se podría entender ese y otros desdenes!

Una primera versión de este texto apareció en 1990. Cortesía El Blog de Montaner

El amor no cabe en una ideología

Osvaldo Navarro (Navy Pro)

 

En la actualidad, cuando se habla de rap cubano, es necesario mencionar entre sus exponentes destacados a Osvaldo Navarro Veloz, Navy Pro. Con más de una década de carrera en el rap, este artista ha calado en el oyente generando gran aceptación. Muchos recordamos su trabajo en La Alianza o el gran disco Los que merecen no piden, junto al rapero Maikel Extremo, que marcara un hito en la discografía del rap insular. Ahora Navy se adentra en un espacio de introspección artística y espiritual para brindarnos su primera producción en solitario.    

¿A qué se debe el nombre Muñeca negra?

 Bueno, primeramente la idea de nombrar al disco Muñeca negra surgió por lo que esta representa. Una imagen desplazada, mayormente vista en las zonas religiosa y cultural de distintas religiones africanas. Pero, cuando tú vas a una tienda, te encuentras la representación de la clásica mujer europea o el clásico hombre europeo, y este tipo de muñecas no se ven. Así intento hacer una analogía con una gran parte de la sociedad que no se ve, pues los medios la intentan ocultar. Es lo que estoy narrando en mi disco, entre otras cosas.

Conceptualmente, ¿cómo has trabajado lo visual en este disco?

El diseño gráfico viene de la mano de Abstrakto Gráfico. Ian Sanz es quien me hace el diseño del disco. Cuando chocas con la portada, es un sable japonés semi desenfundado. Los guerreros en aquel entonces, en Japón, tendían a ponerle nombres propios a las espadas legendarias.  Lo que viene reflejando ese sable en la portada de mi disco es esa espada semi desenfundada lista para la pelea, pero también lista para guardarse y tener paz.

¿Entonces ves tu arte como un arma de lucha?

Exacto. Pero un arma, como te decía, que puede dar guerra pero también puede preservar la paz. Por eso es que la espada esta semi desenfundada, una imagen que creo transmite y estoy muy contento con el trabajo que hizo Ian en ese diseño.

 ¿Qué temáticas has tocado en las letras del disco?

Este disco en gran medida es un reflejo de una etapa de mi vida. Yo hacía activismo cultural, trabajé en proyectos como Puños Arriba, también en un documental que se hizo sobre la conectividad a internet en Cuba que se llama Off Line, y tuve la oportunidad formar parte de la banda sonora. Después hicimos una gira por Cuba con el equipo de trabajo y conocí otras realidades a las cuales hasta ese momento no me había enfrentado en mi país.

Sucede que también comienzo a rozar más con el activismo político y empiezo a vivir en carne propia lo que había escuchado por terceras personas; no había experimentado la represión. No solo contra mí sino contra mi esposa y miembros del grupo al que me había afiliado. En fin, todo esto influyó grandemente en la redacción de las canciones de Muñeca negra.

Eso se ve en temas como “Amor disidente”, donde digo que el amor no cabe en una ideología. Tema que nació a raíz de un encuentro con la Seguridad de Estado donde no querían que mi esposa Martha saliera del país –no les daba la gana a ellos—y, después de eso, en una conversación con ella, sale esa frase: El amor no cabe en una ideología.

Hay canciones como “Dictado”, que es un desprendimiento de muchas cosas que tenía en mi cabeza y quería dar esa sensación de desespero. Cuando oyes los Push line y los flows que hay en ese tema, te das cuenta que es algo rápido en pos de crear catarsis junto con la letra. Pero hay temas mucho más sencillos y a la vez grandes, como uno que le dediqué a mi hija, que es algo muy personal para hacer un stop en lo político, algo espiritual para mí. “Unicornios en lienzo” se llama.

¿Quiénes colaboraron en la producción del disco?

La producción musical estuvo a cargo del Prófugo y mía –en la gran mayoría de los temas–, excepto un tema que me produjo Dj Sonic llamado “Arte independiente”. Este trabajo se empezó en el estudio 264 de grabación. Yo le llevaba las ideas de los ritmos que quería al Prófugo, pues era un disco que tenía muy claro sonora y estéticamente hablando. Después lo grabé en casa de Dj Sonic, en la Everest Music. No tengo colaboraciones con otros artistas pues como te comentaba anteriormente es un disco muy personal que refleja una etapa de mi vida.

¿Qué metas te has propuesto con Muñeca negra?

Mi enfoque con este trabajo principalmente es probarme a mí mismo, pues estaba acostumbrado a trabajar en equipo. Obviamente cada vez que uno saca un disco debe tener un objetivo comercial o un concepto.

Yo principalmente creo que en el rap cubano falta aquella noción de mercadeo que puede tener nuestro producto. Estoy encaminando mi trabajo al mercado. No tenía cuenta de Spotify, YouTube y demás plataformas. Ahora, con este material, estoy intentando crear bases sólidas para después encaminar trabajos venideros. Estamos tratando de hacer contactos en Latinoamérica para crear intercambios de materiales que en Cuba son muy difíciles de exportar hacia otros lugares. Aunque estamos en la era de internet, son muchos los impedimentos en nuestro país.

¿Cómo se desempeña tu carrera ahora, en solitario?

Ahora mismo estoy produciendo más contenido que en el último año de trabajo que tuve con El Nene, cuando nos enfocamos mucho en un disco que se titula Brújula, el cual tenemos pensado sacar pronto.  Solamente tenía tiempo para pensar ese disco, que está grabado ya, y el trabajo con La Alianza era más de dúo. El proyecto La Alianza sigue, porque todavía somos hermanos y no ha cambiado nada, pero había que contar el uno con el otro. A veces se daba que El Nene escribía un pedazo por su lado y después yo otro por acá, pero nos gustaba el trabajo en equipo. Entonces ya El Nene no vivía cerca y como que el trabajo se demoraba un poco. Ahora también estoy produciendo más, pues he adquirido madurez. He tenido la posibilidad de chocar y experimentar con nuevos ritmos y tal. Además, tengo alrededor de cuatro trabajos por sacar este año después de Muñeca negra.

Una gran parte de los raperos cubanos se ha marchado al exilio. ¿Qué hace que te mantengas en Cuba?

Siento que no he terminado de hacer cosas aquí. Y no lo digo por nada heroico. Simplemente creo que uno tiene el derecho de vivir en cualquier lugar que desee y hacerlo sin ningún tipo de censura. Y por alguna razón que desconozco, siento una especie de voz que me dice: “tienes algo que hacer acá”. El plano personal también me influye, porque mi hija de apenas 7 años está aquí, y mi familia. Para mí Cuba es mi gente. Entonces también ese compromiso me hace mantenerme por el momento acá.

¿En qué lugares te presentas últimamente?

A nivel nacional me presento en donde me inviten. Tras los problemas con la censura que he tenido en los últimos tres años, se me hace más difícil pedir a título personal un espacio, y más si tiene que ver con la institucionalidad. Entonces me apoyo mucho en amigos y colaboradores y me presento en distintos sitios. El año pasado me presenté en el festival de Villa Clara, en conciertos como invitado, etc. Este año tengo varias fechas confirmadas para el mes de junio y julio, colaboraciones que establezco con otros hermanos de provincias.

A nivel internacional se me hace un poco más difícil. Hace poco estuve en Argentina. No tuve la posibilidad de presentarme en un concierto como tal pero hice colaboraciones con Triángulo Estudio. Grabé un 24Siempre, que es una serie que ellos tienen, e hice la conexión con los hermanos de allá, lo cual es un honor. Para mí, el Triángulo Estudio en Argentina representa lo que es Real 70 en Cuba. El año pasado sí me pude presentar en el concierto de Aldo el Aldeano que realizó en Argentina, lo cual también fue un gran honor para mí.

Recientemente, en diciembre pasado, tenía prevista una presentación en el Festival Vista de Miami, donde lamentablemente no pude estar. Me tocaba cerrar el festival con música y también iba a participar en un panel sobre el impacto del Decreto 349 en la sociedad y el arte independiente, pero la Seguridad del Estado no me dejo salir de Cuba.

¿Cómo visualizas el hip hop cubano en un futuro desde el presente en el cual te encuentras?

Yo creo que para que el hip hop cubano avance hay dos caminos. Uno es independizarse totalmente de todas las instituciones gubernamentales que controlan lo asociado al rap y a la cultura en el país. Coger caminos como los que están tomando muchos proyectos que tienen que ver con otras cosas como, por ejemplo, la estética del cabello, que ha tomado un rumbo donde camina por sí sola.  El rap cubano necesita independizarse y abrirse a la ayuda de otros gremios e instituciones no gubernamentales. Entonces la segunda vía es creértela, trabajar y no seguirle tanto el juego al gobierno, que nos ha censurado los dos festivales más importantes de la historia del hip hop cubano, el Festival de Alamar y Puños Arriba. No es lógico que otros géneros avancen y el rap se mantenga estancado cuando aquí hay buenos exponentes. Existe una política que no quiere que el hip hop  avance; pasa con la cultura Rasta también, pues nos cuestionamos los estándares rígidos que se mantienen en la actualidad y buscamos otras alternativas de vida.

¿Qué visión tienes de lo que está pasando en la cultura cubana en general?

Es una mezcla de sentimientos. Te puedo hablar de admiración por lo que muchos artistas están reclamando, tanto independientes como institucionales. Veo que en los últimos tiempos hay más artistas luchando por sus derechos y eso me causa alegría y un orgullo tremendo. Pero veo que también hay otro grupo de artistas que permanece a la vieja usanza, la de cuando el señor Fidel Castro se sentó en aquel famoso discurso de palabras a los intelectuales y puso su revólver arriba del buró… y nadie hizo nada.

Entiendo el contexto quizás de aquel momento, pero ahora mismo estamos en el año 2020 y es hora de que los artistas cubanos empiecen a hablar y a apoyarse. Han sido muchas las historias oscuras y necesitamos entender que el artista tiene una responsabilidad social también. Más allá de que estés pegado o no, seas conocido o no, el arte y los artistas deben estar conectados.

El mejor amigo del hombre

El virus había atacado varias veces, con creciente insistencia, saltando de país en país, de ciudad en ciudad, de casa en casa. Durante décadas, malamente hacinada en refugios naturales y edificios en ruinas, sin Facebook, sin Internet, sin electricidad –luego de que la pandemia redujera la población mundial a unos pocos miles de individuos–, la especie humana había logrado sobrevivir a sus mutaciones. Medio siglo después de iniciada la neoera, sin embargo, mientras el microbio que lo había cambiado todo apenas constituía una vaga referencia en la literatura oral que de generación en generación poetas como él –egresados del Centro de la Rima Cavernaria ‘Anemio El Bardo Guaroso’– mantenían viva, la antigua culinaria china seguía atormentando la imaginación de las tribus al sur del lago Okeechobee, aferradas a un pasado supuestamente fastuoso de alitas de murciélago y picadillo de pangolín.

–¡Nasobuco, hijo, que el cocimiento de marabú se te enfría! –volvió a gritarle su madre desde la hoguera improvisada al fondo de la cueva– ¡Nasobucoooo…!

–¡Take it easy, mami, take it easy! –respondió el bardo en pleno forcejeo con la mascota de la familia–. ¡Coronavirus le robó un hueso al perro de Covid 19 y sospecho que va a haber sopa!


 

Narrativa exiliada: XI Festival Vista

El panel ‘Narrativa exiliada’, del XI Festival Vista de Miami celebrado el pasado 15 de diciembre en el American Museum of the Cuban Diaspora (Museo de la Diáspora Cubana), de Coral Gables, fue moderado por el escritor José Hugo Fernández y contó con los siguientes títulos:

-Novela Irene y Teresa (Puente a la Vista Ediciones), de Félix Luis Viera, presentada por Manuel Vázquez Portal

-Libro El honor de los zombis (Neo Club Ediciones), de Rodolfo Bofill, presentado por José Hugo Fernández

-Libro Habana Babilonia. Prostitutas en Cuba (Neo Club Ediciones), de Amir Valle, presentado por Armando Añel

-Proyección del documental de Ricardo Bacallao Amir Valle, vida y coherencia

A continuación fragmentos de todas estas presentaciones:

‘Tinieblas de soledad’, un testimonio para el coraje

 

La literatura, y en este caso la narrativa, en tiempos de guerra, de batallas ideológicas y prisiones políticas, deja de convertirse en arte ideal para ser entonces, por su esencialidad, un documento, un testimonio de profunda historia contemporánea.

Aun cuando el documento, el testimonio y la crónica se acrediten también como géneros literarios, lo que siempre descuella es la validez e importancia del contenido periodístico caracterizado por su vertiente realista, objetiva o de no ficción. Y ello es así, fundamentalmente, en el caso de una obra como Tinieblas de soledad, que denuncia, señala, aclara y muestra sin tapujos, descarnadamente y con la fluidez de un buen escritor, que los grandes valores humanos se imponen por encima de toda arbitrariedad, de injusticias y de mentiras.

Por las razones antes dichas, esta narrativa testimonial —en el desciframiento de sus valores— fluye no solo por un lenguaje cristalino y una estructura ajustada con precisión a los hechos, sino porque el libro pasa de la acción novelística a la exactitud documental y al “alegato histórico”, como ha dicho el escritor Armando Añel en la contracubierta de este libro:

Esta no es la historia común de un preso común. Se trata de un extraordinario alegato para el futuro en el que Ferrer Espinosa logra aunar el testimonio escabroso y la sensibilidad literaria, sumergiéndonos de inmediato en la trama y sus derivaciones. Hay que leer esta novela como se estudia un documento histórico.

En efecto, esto es lo que sucede con Tinieblas de soledad, premio de narrativa Reinaldo Arenas 2017, libro de Rolando Ferrer Espinosa (Villa Clara, 1964, abogado y periodista), quien vivió, o peor, padeció en varias ergástulas de la Seguridad del Estado en Cuba, ese tipo de prisión que está dirigida sin misericordia a la destrucción del ser humano.

Hoy en día, mientras Cuba se debate y tiembla de impotencia por una dictadura de más de 60 años, un testimonio de esta naturaleza hace trascender la narrativa literaria hacia la dimensión de una documentación, de carácter acusatorio, que además de mostrar y enseñar los hechos, logra ir creando algo de importancia crucial para el presente y futuro de la Isla, y es la recuperación y asentamiento de nuestra verdadera memoria histórica.

Libros como este posibilitan la esperanza, contagian de valor a los demás seres oprimidos del pueblo y otorgan —con la positiva intransigencia de un hombre— la fuerza espiritual necesaria para la transformación de una sociedad que busca nuevas ansias de libertad.

 En su breve tiempo de escritor, después de salir de prisión, Rolando Ferrer Espinosa ha obtenido varias distinciones: además del Reinaldo Arenas 2017; ha sido también finalista de Hypermedia 2015 con el reportaje Caminos a Vegas Nuevas, un barrio marginado, y fue asimismo primer lugar del Concurso Fomentando el debate: Propuestas cubanas, de 2016, auspiciado por el Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE), con un trabajo sobre la Ley de Peligrosidad Social.

Tinieblas de soledad fue publicada en 2018, en Miami, por Neo Club Ediciones, como “parte de un proyecto de vertebración cultural” que da a conocer no solo la importancia que año tras año va adquiriendo el Concurso de Narrativa Reinaldo Arenas, auspiciado por el proyecto Puente a la Vista, sino asimismo al hecho de vincular a clásicos y jóvenes escritores de la Isla con los que ya estamos en el exilio. Un proyecto de solidaridad y reconocimiento que coadyuva a que la verdadera literatura y el arte cubanos logren salir al mundo en busca de su libertad, sin ninguna clase de censura.

Ferrer Espinosa nos cuenta así lo que durante unos cuantos años de su vida tuvo que pasar injustamente condenado (solo por pensar diferente) como preso político sin ceder un ápice en sus principios de “amor por la vida”, manteniendo su postura anticastrista, la fe en su familia y la férrea voluntad de preferir morir antes que claudicar.  Un hombre que en los años en prisión sufrió todo tipo de abusos: lejanía y negaciones de encuentros con su familia, engaños, golpizas, aislamiento, amenazas de muerte e intentos por asesinarle. Fueron años de horror y desesperación, de oscuridad y aparente soledad; años en que sus verdugos ensayaron con él las tretas posibles para doblegarlo, intimidarlo e incluso comprarlo.

 Esta es la narración de un hombre cabal, indomable, lleno de una luz enteramente cristiana, disciplinado pero al mismo tiempo rebelde por un espíritu convencido de que el ser humano no era aquel que le torturaba y atosigaba para convertirlo en un animal amaestrado, sino que el verdadero cubano estaba (está) más allá de toda maldad, que ese hombre por el que él apuesta existía (y existe) en Cuba a pesar de todo, y era (es) capaz de luchar por su prójimo, por una patria mejor y por un amanecer de libertad y solidaridad.

Querido lector, aquí te dejo con unas sensibles palabras de Rolando Ferrer Espinosa que expresan la belleza con que pueden contar grandes momentos de libertad:

Pronto quedé ante la inmensidad del horizonte, sin mallas, sin tapias, sin puertas, nada entre el mundo y mis ojos… los pulmones se me llenaron de aire puro, tanto que casi no podía respirar, me ahogaba el exceso de oxígeno, quería acapararlo todo de un golpe, hacer uso de toda la libertad de una vez. La naturaleza asistía a la cita con un ausente y me besaba, me acariciaba el rostro en un éxtasis de añoranza por los años de encierro. Permanecí en las afueras de la prisión varios minutos, estático, no atinaba a hacer movimiento alguno. Necesitaba digerir lo que sucedía, ubicarme en que era cierto, que estaba otra vez en la calle, tomando la decisión de hacia dónde ir…

 El laberinto quedó atrás, como desvaneciéndose. Respiró profundo hasta más no poder. Sus oídos trinaron con el ruido de un trueno íntimo. De repente, hubo un estallido de luz y las tinieblas desaparecieron. Miró hacia adelante y se embriagó, se llenó de la claridad del día. Entonces, definitivamente, fue cuando descubrió que la soledad nunca fue cierta.


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Otero Alcántara, la saga continúa

Ilustración: Rafael Alejandro García
Ilustración: Rafael Alejandro García

La guerra de los funcionarios culturales del régimen cubano contra el artista alternativo Luis Manuel Otero Alcántara continúa.

Tras el fallido encarcelamiento del creador, ya célebre por sus performances de denuncia en La Habana –permaneció 12 días encarcelado–, se le había programado un juicio sumario por «ultraje a los símbolos patrios», «desacato agravado» y «daños a la propiedad» que luego fue pospuesto. Nuevamente en la calle, Otero Alcántara ha continuado con su itinerario creativo y los funcionarios del régimen con sus ataques en las redes.

La nueva iniciativa del artista, una ingeniosa subasta de la bandera cubana que utilizó «como segunda piel» en el performance Drapeau, tendrá lugar este miércoles a las 3:00 p.m. y el dinero obtenido sería donado al gobernante Miguel Díaz-Canel «para enfrentar la pandemia del coronavirus» en Cuba. Una andanada de ataques oficialistas, más algunas incomprensiones aliadas, ha seguido al anuncio.

Entre los funcionarios que han cargado esta semana contra Otero figuran Yasel Toledo y Pedro de la Hoz, connotados desinformadores oficialistas, el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, y Alexis Triana, jefe de Comunicación del Ministerio de Cultura. La indignación incluso ha subido unos cuantos decibelios. Y es que se trata de un performance de doble filo, este de la subasta, que pone en aprietos el supuesto patriotismo de la nomenklatura comunista… o el nacionalismo de opereta que sirve de punta de lanza a la represión y la censura en la Isla.

Según Toledo en un artículo publicado en Juventud Rebelde, «Fidel siempre tuvo mucha claridad sobre la importancia de los símbolos, las tradiciones y el orgullo colectivo de ser cubanos como motores para vencer cualquier obstáculo y no dejarse engañar». Léase, por supuesto, «como motores para ahogar cualquier expresión independiente y dejarse manipular».


Aviso: La subasta fue finalmente suspendida por el artista este martes.

Lo que sólo una novela puede decir

 

Abundan los escritores cubanos, más y menos conocidos, que han venido apostando desde hace años por el mero escenario de sus ficciones como ingrediente sine qua non para el éxito. No importa que sean pocos los que alcanzan una relativa acogida comercial (aunque no más que eso), ni que tal acogida obedezca mayormente a resortes extraliterarios. La tendencia mantiene su ritmo en ascenso. Incluso suele marcar pautas por las que se rigen las editoriales a la hora de seleccionar libros de autores nacidos en la Isla.

Si una novela aborda temas como el Período Especial, la prostitución, el homosexualismo, las “glamurosas” ruinas de La Habana, la santería, ciertos ambientes marginales, cierta chismografía, la participación de Cuba en las guerras africanas…, tal vez al autor no le haga falta nada más para ser publicitado con el benemérito de amigos y parientes.   

Es una de las causas (sólo una) por la que nuestro panorama literario luce hoy tan insípido y socato como el pan de la libreta de racionamiento. Y aun va para mal, con la pertinente ayuda de las redes sociales, idóneas para condicionar hábitos de consumo festinadamente digeribles, así que ajenos y hasta hostiles a los reales valores de la cultura.

“La única razón de ser de la novela es decir lo que tan sólo la novela puede decir”, nos advirtió aquel checo que casi siempre tenemos presente pero de cuya frase elemental no hemos sabido aprovecharnos. Quizá por creer que la única razón de la novela que escribimos los antagonistas y críticos de la dictadura castrista es denunciar sus tropelías, corruptelas y miserias, pero sin escarbar en las entrañas subjetivas e inmateriales del fenómeno, como corresponde en esencia a la novela, sino mediante la simple descripción del reportero, el aleccionamiento del historiador y la trasnochada retórica del político.

Vale entonces la pena intentar que no pase inadvertida la publicación de una novela como Los dioses muertos, de Duandy Oscar Gómez, que esencialmente enfoca el desacuerdo con el régimen desde el prisma de personas que simpatizaron con él y que continúan sirviéndole obedientemente, aun cuando la crisis económica, precipitada por la caída de la URSS, ha cambiado la historia y les devela sin paliativos la inutilidad del sistema.

En esta novela, Premio de Narrativa Reinaldo Arenas 2018, auspiciado por el proyecto miamense Puente a la Vista, los personajes sueñan con salir de una situación de caos económico que les hunde en la desesperación, obligándoles incluso a pasar por alto los límites de la honradez. Sin embargo, ni por casualidad incluyen en sus sueños la esperanza de librarse de la dictadura totalitaria que es causa real y surtidor perenne de la crisis. 

Soñar en vano es lo único que se les ocurre hacer para enfrentar sus calamidades. Porque los peores efectos de la debacle no son económicos sino morales. Y éstos no solamente les condenan a la inapelable miseria. También les condenan a no poder ni querer hacer nada contra la miseria. A lo largo de las 146 páginas de la novela –según la primera tirada de Puente a la Vista Ediciones–, hay apenas cuatro renglones que nos esbozan una idea de lo que pueden ser las tareas cotidianas del protagonista, quien, por lo demás, al igual que el resto de los personajes, invierte la mayor parte de su tiempo en lamentaciones, evocaciones y otras rumias amargas. He aquí cómo nos enteramos de lo que hace para enfrentar el hambre: “Esta mañana el trabajo se redujo a desmontar el sembrado de yuca, a desbrozar un montecito de aromas que empezaba a aparecer a un costado del naranjal. Cerca de las doce ya habían trabajado media jornada. Los días estaban muy soleados para trabajarlos completos y se fueron hacia la casa”. Las otras actividades que se relacionan con la búsqueda del sustento son el robo de una vaca y la prostitución.

En cualquier caso, lo que cuenta esta novela no es nada que no se haya conocido ya sobradamente a través de los medios de información. Lo significativo es la forma en que lo cuenta. Y en ello precisamente radica su mérito. Si quisiéramos promocionarla con la festinada tónica que antes mencioné, bastaría con anotar que narra las desventuras de un excombatiente de Angola que sufre un profundo choque emocional, acorralado por la pobreza del Período Especial, en un pueblo de la provincia de Sancti Spíritus, al centro de Cuba, exprimiéndose el cerebro y el corazón por la angustiosa partida de su hija, que se fue a Varadero dispuesta a convertirse en prostituta para turistas. Pero este hombre evita hablar sobre el asunto, tal como evita analizar las verdaderas causas del desastre que les rodea, pues, como bien afirma su esposa, él sabe que enfrentar el tema implica comprenderlo.

Así, pues, siguiendo la pauta de los buenos relatos, lo más efectivo que se cuenta en Los dioses muertos es lo que no se cuenta. Es esa atmósfera que domina tanto en los diálogos como en el lenguaje general de la novela, aun en los momentos más desgarradores. Son las inflexiones secas, contenidas, displicentes, evasivas de quien no llegas a saber nunca si no ve las cosas como son, o no quiere verlas, o no quiere admitir que las ve. 

El autor ha tenido además el buen tino de no filtrar indicios de su posición personal ante la trama que desarrolla. Se limita a mostrarnos descarnadamente el paisaje espiritual y físico de Cabaiguán, un pueblo muerto, como Comala, presa de la miseria y el abandono. Sólo que a diferencia del pueblo de Rulfo, en el de Duandy Oscar Gómez ni los fantasmas se mueven. La gente está muerta en cuerpo y alma, paralizada por la tragedia.

Sin embargo, en esa forma en que los personajes se han dejado arrastrar por sus equivocaciones hasta la nulidad, creo ver sintetizado exactamente aquello que sólo una novela puede decir.

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Jorge Luis Borges y el Nobel

 

A 34 años de su muerte, un 14 de junio de 1986 en Ginebra, Jorge Luis Borges continúa siendo nuestro mayor y más antiguo prosista. Lo de mayor lo digo como grande, como gigante de la literatura. Lo de antiguo porque la prosa del ciego porteño es la más clásica, austera y negada a la vanguardia de cuantas se han publicado en el idioma. Es una prosa clara, de adjetivos precisos, de oraciones perfectamente construidas; una prosa que no tiene otro objeto que trasmitir historias o comunicar reflexiones de la manera más simple y directa.

Pero Borges, que fue olímpico y desdeñoso en todo, lo es en grado sumo en materia literaria. Ningún escritor en el joyciano siglo XX –si ese siglo tuvo un patrón literario fue San Joyce– ignoró el experimentalismo y los juegos verbales como ese argentino impertinente y genial.

A Borges le interesaba contar sus cosas, casos, obsesiones o apariciones con la mayor economía posible. Nada de imaginación metafórica (a lo Lezama), nada de truculencia artesanal (a lo Cortázar), nada de frondosidad (a lo Alejo Carpentier), nada de realismo mágico (a lo García Márquez). Sólo una severa sintaxis, negada a la hipérbole o al hipérbaton, transparente, ceñida, con alguna adjetivación sorprendente por todo adorno, y siempre al servicio de una historia interesante. No hay más secreto.

Con esa poética conservadora, con esa gramática de profesor de preceptiva aplicada a una brevísima obra –mil no sé cuántas páginas–, Jorge Luis Borges escribió los textos más importantes del español contemporáneo. Y son los más importantes precisamente por todo lo que no tienen de contemporáneos, por todo lo que tienen de universales y de atemporales. Porque los párrafos sueltos de El Hacedor o los cuentos de Ficciones se podrán leer con el mismo deleite dentro de cuarenta años o de cuatro siglos.

Hace unos años, en un otoño madrileño, charlé unas horas con Borges. Hablamos del Nobel. En aquel entonces Borges no creía que la academia sueca pudiera vencer la repugnancia política y otorgarle el premio. Tuvo razón. Murió sin él. Injusticia de la cual ya no podrá recobrarse la docta, rubia y remota institución.

Originalmente publicado en el libro De la literatura como una forma de urticaria

La mente consciente: el misterio como creación

 

Que te baste saber que todo es un misterio:

La creación y el destino del Universo y tú.

Sonríe, pues, ante ellos. No sabrás nada más

cuando hayas franqueado las puertas de la Nada.

Omar Khayyam

Rubaiyat nº 141

Siglo XI

Relativo al espectro de la luz. Espectro: figura irreal, horrible, que se presenta a la imaginación de alguien. Conjunto de radiaciones, elementos, tendencias, etc., de que consta algo.

Diccionario de la Lengua Española

A lo largo de gran parte de mi vida, la mente me ha preocupado siempre por el elemento de misterio que conlleva y que será el que determine el desarrollo de la idea que tengo de la creatividad.

A la mente la he relacionado con los gurús de la cultura oriental por el control que ejercitan sobre ella y los logros obtenidos a partir de su desarrollo, que siempre he considerado extraordinarios e importantísimos pero ajenos no solamente a mi comprensión sino también a mi cultura, entendiendo cultura como el compendio de mis vivencias y de mi pertenencia, por generaciones, a un ámbito específico.

Atribuyo esta disposición mía a que soy un producto intelectual y sensible del período de la Ilustración, la que ha determinado el paradigma mundial actual y condicionado el desarrollo del paradigma “Sensible de comunicación instantánea” en el que estamos inmersos, según mi ensayo La práctica del arte concreto.

Comenzando con la interrogante de la naturaleza misma de la conciencia, me remito a Antonio Damasio en su libro Y el cerebro creó al hombre. Allí expresa: “la conciencia es lo que le permite a uno darse cuenta de sí mismo y de los demás. Depende de la mente y del proceso consciente. Implica al lenguaje y a la memoria”. Y más adelante subraya al pensamiento abstracto como uno de sus atributos más importantes.

Quiero resaltar que ya no hablamos de dónde está situada la mente. Ya no estamos inmersos en las discusiones bizantinas de dónde reside el alma o de cuántos espíritus caben en la cabeza de un alfiler. Estamos indagando en la esencia de la naturaleza del ser consciente, que es el ser humano. Ahora podemos hablar de cómo ejercitar esa capacidad y de cómo utilizarla más convenientemente. Entramos en el ámbito de los sistemas y procesos.

Cuando nos percatamos de nosotros mismos y utilizamos la memoria y el lenguaje a partir del ejercicio de la mente abstracta, que como ya hemos visto es el atributo fundamental de la mente, podemos indagar en lo más recóndito de nuestro ser las interrogantes que han acuciado al ser humano desde siempre, tales como conocer nuestra procedencia y hacia dónde nos dirigimos.

Sin ninguna duda estamos en la especulación intelectual filosófica pura y dura, pero cuando clasificamos los datos que recabamos de nuestro quehacer diario y los organizamos en órdenes y elementos diferenciales, entonces nos adentramos en ámbitos científicos como la química, la física o las ciencias naturales, naturalmente tomando como base las matemáticas, disciplina que llegó a ser considerada religión por Pitágoras y que demuestra la capacidad de abstracción expresada en signos de la mente.

En el límite de nuestras preocupaciones más íntimas e importantes, nos planteamos la necesidad sensible y casi física de la inmanencia de un ser con el cual estamos unidos y nos comunicamos, ya sea uno o más dioses, y que nos ayuda y guía. En este caso estamos inmersos en una síntesis inmaterial y sobrenatural de los problemas inherentes a la religión, dentro de la cual buscamos las respuestas que nos acucian y que nos son necesarias para continuar nuestro diario quehacer.

La presencia del otro nos produce emociones complejas que se originan por la combinación o transformación de otras más básicas, y que al fin y al cabo nos definen como especie, posiblemente más y mejor que la inteligencia. Emociones que posteriormente se convertirán en sentimientos y nos acompañarán de por vida. En este sentido y según Juan Luis Arsuaga y Manuel Martín-Loeches en su libro El sello indeleble, a través de nuestros nuevos órganos, que son extrasomáticos, podemos catalogar a la culpa, la vergüenza, el orgullo, el odio, la envidia, el amor, la admiración, la humillación, los remordimientos, el miedo al rechazo, el deseo de venganza, la pasión y otros más difíciles de clasificar.

Está muy claro que aun siendo nuestra mente individual, sus principales gozos y sufrimientos dependen de las mentes de los demás. Es aquí donde entramos en el ámbito de la ética, tema muy controvertido, tratado exhaustivamente a través del tiempo y para el cual asumo como válida la definición de Humberto Maturana y Francisco Varela en su libro El árbol del conocimiento: “todo acto humano tiene lugar en el lenguaje. Todo acto en el lenguaje trae a la mano el mundo que se crea con otros en el acto de convivencia que da origen a lo humano; por esto, todo acto humano tiene sentido ético. Este amarre de lo humano a lo humano es, en último término, el fundamento de toda ética como reflexión sobre la legitimidad de la presencia del otro”.

Es dentro de esta idea que encuadro la actividad artística, que es una síntesis de nuestras emociones unidas a una interiorización profunda producida por nuestra intuición e íntimamente conectada a la creatividad que se expresa en el arte, según el grado de sensibilización del artista, y que según Malevich es una mezcla entre la razón y el sentimiento. Conecta con lo extrasensorial que denominamos “misterio”, y en la práctica disciplinada y continuada de su profesión el artista ejecuta sus obras con las herramientas de que dispone y las ofrece a la sociedad con el fin de influir en el incremento de la conciencia de los receptores. No buscando respuestas, sino encauzando esa corriente de energía en una dirección positiva.

La obra y sus circunstancias: XI Festival Vista

El panel ‘La obra y sus circunstancias’, del XI Festival Vista de Miami celebrado el pasado 14 de diciembre en el American Museum of the Cuban Diaspora (Museo de la Diáspora Cubana), de Coral Gables, fue moderado por el pastor Mario Félix Lleonart y contó con los siguientes títulos:

Danza y poesía. Para una poética del movimiento (Editorial Vivarium), de Ivette Fuentes. Presentado por Loly Triana.

Saliendo del closet, crónicas para reír y pensar (Neo Club Ediciones), de Pablo Socorro. Presentado por José Hugo Fernández.

Hombre familiar y Monólogo de las confesiones (Alexandria Library), de Ismael Sambra. Presentado por Félix Luis Viera.

Armado hasta en el nombre y el apellido: Una entrevista al escritor Armando de Armas (Neo Club Ediciones), de Yoaxis Marcheco.

A continuación fragmentos de todas estas presentaciones:

Una de las más grandes proezas de resistencia

Lilliam Moro en el II Festival Vista de Miami, junto a los también poetas Víctor Manuel Domínguez, Félix Anesio y Tino Díaz

 

Amir Valle, novelista cubano exiliado hace años en Alemania, afirmó que «la diáspora cultural cubana es una de las más grandes proezas de resistencia». La poetisa Lilliam Moro, habanera nacida en 1946 y que ha muerto en Miami tras largo y difícil destierro, avala con su vida las palabras de Valle. No tuve la oportunidad de conocer a Lilliam personalmente, pero he tenido el placer de internarme en su obra, donde hallé textos memorables. Hoy comparto con ustedes uno de ellos.

Acción de gracias

Te agradezco, Señor,
el poder disponer de mis cinco sentidos,
de no ser manco, tullido, ciego o sordo.
Perdóname si no siempre me acuerdo de estos dones.

Gracias por no sentir vergüenza
de pronunciar tu nombre,
escribir y decir las palabras amor, o rosa, o amistad
sin el menor rubor.
Perdóname si no siempre escribo y hablo lo que debo.

Pero sobre todo te agradezco esta profunda certidumbre
de creer que tanto dolor
tiene un sentido para ti que yo no alcanzo a comprender
y por lo cual te doy un voto de confianza.

Foto de bandera cubana en trasero atribuida a Otero Alcántara: Intrahistoria y opiniones

El artista Luis Trápaga

La foto de una bandera cubana hincada en un trasero desnudo, falsamente atribuida a un performance de Luis Manuel Otero Alcántara por los detractores del artista recientemente liberado, fue explicada en las redes sociales este lunes, donde varios creadores e internautas opinaron sobre el tema.

“La foto se llama ‘Montaña’ y pertenece a la serie ‘Efecto de halo’, del artista Luis Trápaga con una diseñadora que prefiere mantener el anonimato por el momento, y se expuso en Espacio Aglutinador hace alrededor de diez años”, aclaró la artista y activista Lía Villares en Facebook. “La bandera usada en la serie, una vieja bandera amarillenta del papá de Luis, fue decomisada por la teniente coronel Kenia María Morales Larrea en el brutal registro que nos hiciera en la casa galería El Círculo en febrero de 2018. Kenia insistió en que debía asegurar que ninguna otra bandera fuera ‘profanada’ por nosotros o tuviera un ‘uso inapropiado’, como indica el texto del titular tan mal redactado del proyecto de ‘nueva’ constitución que condena estos usos, aparecido en el Granma”.

“Si la bandera es intocable, no es mía, es de algo o de alguien más. Pero si tengo la libertad de usarla como yo quiera, entonces la relación con la bandera es mucho más cercana y sincera. Aunque duela lo que el arte expresa, tiene que ser libre para que el pensamiento sea libre también”, opinó el artista visual Adrián Monzón.

“Le inocularon un mensaje de odio a toda una nación y los pusieron a pelearse y a veces a matarse unos a otros. Y eso lo hicieron, entre otras cosas, en nombre de los símbolos patrios y del patriotismo”, escribió el propio Luis Trápaga en Facebook. “Cada cual, cada bando, pretendía tener la versión correcta acerca de la patria y el patriotismo, y estarían dispuestos a luchar hasta la muerte no contra los que invadieran y avasallaran la dignidad de su país, sino contra los que tuvieran una versión, opinión, diferente acerca de eso”.

“Es una banderita comunista, es una banderita de las marchas de Elián en el Protestódromo, del 1ro de mayo en la plaza de la revolú”, adicionó Villares. “Una banderita manoseada y meneada en la mano de nostragamus, de un decrépito, el enemigo del pueblo. Es una banderita del entierro del tirano, de la farsa hasta en el entierro, de las que llevaban los que empujaban la carroza de la cajita. Es una banderita de papel con la tinta que no es para imprimir libros de Reinaldo Arenas, de las que amanecen pisoteadas después de la marcha revolucionaria. Es una banderita, en fin, indigna por naturaleza y ciertamente más sucia que un culo, que el culo que la porta”.

“Una banderita que durante 60 años ha representado el terrorismo y la esclavitud en este hemisferio y más allá, y que dentro y fuera de Cuba, en las embajadas de todo el mundo, ha humillado a los cubanos”, agregó el escritor Armando Añel. “En mi opinión, la foto de Trápaga refleja artísticamente una realidad incuestionable: el castrismo —y esto lo hacen todos los regímenes autoritarios, populistas y nacionalistas que perduran en este mundo– ha utilizado la bandera, los símbolos ‘patrios’, los bustos de José Martí, etc., para sodomizar a los cubanos. Y los cubanos, claro está, se han dejado clavar la manipulación allí donde mismo expulsan sus desperdicios. En consecuencia, hay una acumulación, un atoramiento, un embotellamiento en toda Cuba… y no precisamente vehicular”.

Primer Premio de Poesía Intertextual José Martí 2020

El proyecto Puente a la Vista, con base en los Versos sencillos del apóstol de la independencia de Cuba, convoca al Primer Premio de Poesía Intertextual José Martí 2020, que se regirá por las siguientes bases:

1- Podrán participar en esta convocatoria todos los internautas, cubanos o no cubanos, residentes en Cuba o fuera de ella, por medio de seudónimo o con su nombre completo, con cuentas en Twitter o Facebook.

2- Solo se podrá presentar una obra por autor, que tendrá que ser original e inédita. La extensión mínima será de cuatro(4) versos y la máxima de ocho(8), respetándose el formato de cuarteta o redondilla. También se podrá participar con una décima (10 versos).

3- En tiempos de Internet, la poesía intertextual es también poesía interactiva. La intertextualidad, relacionada con la paráfrasis y la parodia, pasa por la interacción entre textos de diferentes autores tanto en la creación como en la comprensión del mensaje directa o indirectamente sugerido. La siguiente definición de “paráfrasis”, correspondiente al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, también puede servir de guía a los participantes en el Primer Premio de Poesía Intertextual José Martí 2020: “Frase que, imitando en su estructura a otra conocida, se formula con palabras diferentes”.  ( https://dle.rae.es/par%C3%A1frasis )

A continuación, con base en los Versos sencillos, dos ejemplos intertextuales:

Si ves un monte de bruma

no es un monte lo que ves:

Es la censura, el estrés,

el comunismo que abruma.

(Puente a la Vista)

 

Abruma el vil desamor

sembrado por el tirano,

abruma el susurro vano

del cómplice trovador.

(Dashel Hernández)

4- El jurado que analizará las obras en concurso estará integrado por poetas, editores y humoristas radicados en Cuba y el mundo. Tras anunciarse los cinco ganadores, se dará a conocer su integración. El jurado tendrá muy en cuenta, de cara a la evaluación de los versos concursantes, elementos como la sencillez, el humor, la novedad o la actualidad. Los versos concursantes deben abordar uno o todos los siguientes temas:

a) Liberación de Cuba

b) Denuncia de la represión cultural en Cuba (Decreto 349, secuestros y encarcelamientos, “regulados”, etc.)

c) Denuncia de la tergiversación del pensamiento martiano y su utilización como soporte propagandístico del totalitarismo en Cuba

5- En Twitter, los versos concursantes se tuitearán incluyendo al final, a manera de firma, la dirección @PuentealaVista y el hashtag #Marticoncursa En Facebook, se podrán publicar los versos directamente en la página Puente a la Vista ( https://www.facebook.com/puentealavista/ ) también con el hashtag #Marticoncursa. Cualquier otra forma de envío implicará la descalificación de la obra.

6- Las obras presentadas al concurso no podrán estar comprometidas para publicación ni participación en otro certamen.

7- Se otorgarán cinco premios: un primer premio dotado con $200 dólares americanos y otros cuatro con $100 cada uno.

8- El plazo de admisión cierra este 15 de junio de 2020. Los resultados se darán a conocer en julio de este mismo año en Facebook, Twitter y varios medios de prensa. Los organizadores no mantendrán correspondencia alguna con los participantes y solo se dirigirán a los ganadores para anunciarles el resultado.

9- El hecho de participar en este concurso implica la total aceptación de sus bases.

 

Los ‘Versos sencillos’ de José Martí

Fidel Castro en la era de Lezama Lima

José Lezama Lima (cortesía La Mascarada)

 

En Miami, desde hace algunos años, existe un notable festival de cine auspiciado por el Miami Dade College. Tiene una creciente importancia. El domingo 8 de marzo exhibieron un gran documental. Se tituló “Cartas a Eloísa”. Lo dirigió una magnífica realizadora llamada Adriana Bosch. Es excelente. El punto de partida es la correspondencia entre el poeta cubano José Lezama Lima y Eloísa, su hermana menor. Lezama le escribía desde Cuba y Eloísa le respondía desde el exilio. A Lezama no “le daban” la salida de Cuba. Ella temía entrar (su marido, Orlando Álvarez, era un opositor notable), y él no podía salir.

Fidel y Raúl eran los dueños de todos los cubanos. Ellos decidían quienes viajaban y quiénes se quedaban en la Isla. Lezama, había nacido en 1910 y murió en La Habana en 1976 a los 65 años. Eloísa murió en Miami en el 2010. Nunca pudieron reencontrarse. Adriana ha tenido la inteligencia de servirse del libro que recoge las cartas, pero para hacer algo mucho más impactante: un film sobre la angustia de un escritor exquisito atrapado en un sitio inmundo que se degradaba peligrosa e ineluctablemente.

Lezama era gay. De closet, pero gay. Se casó con una señora para que lo cuidara y para protegerse de la homofobia oficial. También era gordo, asmático y abogado. Su amigo –no eran pareja–, también poeta, Gastón Baquero, antes de la revolución le había conseguido un “trabajito” en la junta que estudiaba los expedientes de los presos comunes y recomendaba o negaba la libertad a esos reos. (Parece que Lezama era muy severo).

Cuando le pregunté a Gastón, exiliado en Madrid, por qué respetaba tanto literariamente a Lezama, pese a que habían tomado caminos divergentes en el campo poético –la poesía de Gastón era directa y transparente–, me miró fijamente y me dijo con toda certidumbre: “porque un día las enciclopedias dirán que Fidel Castro era un dictadorzuelo menor en la era de Lezama Lima”. Su devoción por el poeta creador del grupo Orígenes era total y auténtica.

¿Ya ha comenzado la era de Lezama Lima? Tal vez. No sólo se ha estrenado el documental con vocación de Oscar, sino se ha reeditado su novela Paradiso, un monumento barroco de 600 páginas, eliminando numerosos errores de la descuidada edición original de Cuba de 1966. No soy un fanático de la literatura barroca, pero entiendo que otros lo sean. Por ejemplo, a Julio Cortázar y Octavio Paz les fascinaba ese mundillo laberíntico de formas alambicadas, vocabulario sorprendente y alusiones literarias e históricas cultísimas e inesperadas.

Sin embargo, Paradiso no ha llamado la atención de muchos lectores cubanos (y no cubanos) por sus virtudes barrocas, sino por su capítulo ocho, el texto homoerótico que hablaba del homosexualismo sin tapujos, aunque Lezama se escudaba tras el personaje de José Cemí, lo que provocó una agresiva reacción de la cúpula revolucionaria, especialmente de Fidel, Raúl y Ramiro Valdés –el Che Guevara, el otro gran homófobo, ya se había marchado de Cuba–, al extremo de que en la Isla se comenzó a hablar de “machismo-leninismo”.  

Llamarle al ano “círculo de cobre”, y explicar que “la configuración fálica de Farraluque (un personaje de la ficción inspirado en un señor de carne y hueso) era en extremo propicia a esa penetración retrospectiva”, era más de lo que la escasa sensibilidad de aquellos barbudos feroces podía tolerar.

Era la época de la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción, 1965-1968). Encerraban a los varones homosexuales en campos de concentración para reeducarlos y extirparles a látigo y tentetieso las “costumbres burguesas” de amar o sentirse atraídos por personas de su mismo género. El inútil castigo se saldó con decenas de suicidios y Conducta impropia, un extraordinario documental realizado por Orlando Jiménez Leal y Néstor Almendros (ganador de un Oscar), en el que algunos de los encerrados en la UMAP contaban con amargura lo que habían sufrido junto a numerosos creyentes religiosos. 

Eventualmente, la dictadura reconoció el estúpido crimen y disolvió los campos de la UMAP, pero los criminales no fueron castigados. La lista incluía a Fidel, Raúl y al resto de la dirigencia, y la revolución siguió siendo “machista-leninista”. En los años ochenta continuaron expulsando de sus trabajos o de las universidades a los gais, acusándolos de “escoria”. Lezama estaba muerto, pero su prestigio literario crecía bajo la hierba. Hoy no existe la menor duda: la figura de Fidel se encoge bajo el peso acusatorio de sus propias palabras en las filmotecas, mientras la de Lezama se agiganta. ¿Se cumplirá la profecía de Gastón Baquero? 

Liberan al artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara

Otero Alcántara junto a sus amigos tras su liberación (cortesía El Estornudo)

Tras 13 días encarcelado por el régimen de La Habana, el artista alternativo Luis Manuel Otero Alcántara fue liberado en horas de la noche de este viernes 13 de marzo.

La liberación de Otero Alcántara se produce tras una intensa campaña de denuncia en las redes en la que participaron desde creadores cubanos hasta figuras públicas internacionales. Incluso artistas orgánicos del castrismo habían mostrado su disgusto ante el encarcelamiento del joven.

“Es absolutamente vergonzoso que la administración cubana continúe reprimiendo cualquier voz que no esté alineada con la posición oficial», había expresado el viernes Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional. «Luis Manuel Otero es un preso de conciencia y urgimos al gobierno cubano a que lo libere inmediata e incondicionalmente».

Otero Alcántara había sido acusado de insultos a los símbolos de la patria (Artículo 203 del Código Penal), un delito que no se ajusta a las leyes y normas internacionales de derechos humanos según la propia Amnistía Internacional, y de “daños” a la propiedad (Artículo 339).

Precisamente, en una entrevista con Amnistía Internacional en 2019, el artista ahora excarcelado había prefigurado la actual situación: “Soy como la punta del iceberg… estamos hablando de todo un sinnúmero de artistas activistas que también hay en Cuba… Van a por mí porque soy supuestamente el más visible y se dicen: ‘si podemos meter preso a éste, qué no podremos hacer con los demás…’”.

«Las 5:00 a.m. en La Habana y Luis Manuel celebra junto a una veintena de intelectuales y amigos el fin de su encarcelamiento y también la perseverancia de quienes promovieron una intensa campaña mediática y ciudadana por liberarle y reivindicar el derecho a expresarnos libremente», declaró la revista El Estornudo en Facebook, pocos minutos después de la liberación de Otero.

«Es la segunda campaña exitosa en Cuba para liberar a un prisionero de conciencia. Antes fue Ariel Ruiz Urquiola en 2018, hoy Luis Manuel Otero Alcántara», recordó la actriz y productora independiente Lynn Cruz en su cuenta de Facebook.

La liberación de Otero Alcántara demuestra de nuevo el poder de la cultura independiente en época de redes sociales. La dictadura cubana, que desde sus inicios entendió la influencia que son capaces de ejercer artistas y escritores como generadores de opinión, ha preferido una vez más «poner el parche» antes que crezca la herida.

Rancaño vs Otero Alcántara: La cultura esclava vs la cultura independiente

Ernesto Rancaño

El pintor oficialista cubano Ernesto Rancaño atacó este miércoles en las redes sociales al artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara, quien se encuentra injustamente encarcelado en Cuba y cuyo caso ha desatado una ola de solidaridad nacional e internacional.

Rancaño publicó en su cuenta de Facebook ataques descarnados contra su colega preso como «Yo prefiero una Cuba sin Alcántara» y «Abajo Alcántara».

De inmediato, funcionarios procastristas de Cultura como Norma Rodríguez Derivet –presidenta del Consejo Nacional de Artes Plásticas– Fernando Rojas, César Gómez y Fernando León Jacomino, entre otros, se hicieron eco de sus publicaciones.

Rancaño ha utilizado su arte para congraciarse con el poder castrista y obtener beneficios publicitarios. En el verano de 2019 el actual presidente de la Casa de las Américas y exministro de Cultura, Abel Prieto, elogió muestras de su obra donde aparece el fallecido dictador Fidel Castro.

“Una excepcional muestra de piezas de Ernesto Rancaño se inauguró el pasado 13 de agosto en el Memorial José Martí”, tuiteó Prieto en esa ocasión. “Es una hermosa, delicada y memorable evocación de Fidel y del Apóstol que vale la pena ver y disfrutar”.

Una pintura realizada por Rancaño para el VIII Congreso de la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas), celebrado en La Habana en el año 2004, fue obsequiada luego por el pintor a Fidel Castro. En la obra, Rancaño mezcla la figura del poeta y apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, con represores como Ernesto Che Guevara y el propio Castro:

Silvio Rodríguez ‘susurra’ defensa de Luis Manuel Otero Alcántara

Silvio Rodríguez

El cantautor cubano Silvio Rodríguez, cuya trayectoria a favor del régimen vigente en Cuba es bien conocida, lamentó este 8 de marzo, en la zona de comentarios de su blog ‘Segunda cita’, que el país esté metido «cada cinco minutos» en un «escándalo sobre libertades» –aludiendo al encarcelamiento del artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara– y abogó por el arte como provocación.

«Pienso que el país tiene suficientes problemas con sus enemigos destructores y además otros internos, de mal funcionamiento, como para cada cinco minutos estar metidos en un escándalo sobre libertades», escribió el cantautor. «Tiene que haber otra forma más sensata e inteligente para tratar estos asuntos que como evidentemente se están tratando. No hay semana en que no haya un show de este tipo. Es una burla constante. Y es vergonzoso. Yo metiera presos a los que promueven esas políticas. Es que están desprestigiando al país».

Refiriéndose a la causa del encarcelamiento de Otero Alcántara, Silvio expresó que «aparentemente es porque se hace fotos con la bandera, algunas provocadoras. Y es que el arte, o al menos una concepción del mismo con muchos adeptos, debe ser una provocación (Arnold Hauser)». Y se preguntó: «¿Por qué no aprendemos? ¿Por qué seguimos con esas mediocridades que son de otras épocas y países?»

«Estamos dando una impresión muy triste de atraso, de medioevo», agregó. «Cuba no es para que fuera así, un país donde a mediados de siglo XX se hicieron escuelas de arte maravillosas. ¿Cómo en el siglo XXI vamos a meterle a los artistas jóvenes retrancas ideológicas? Yo creo que hay que parar eso clara y enérgicamente. Porque este tipo de actitud reiterada sí que es un problema político grave».

Una declaración-petición de creadores e intelectuales a favor de la liberación de Otero Alcántara ya suma más de 2,600 firmas en AVAAZ, instando a “no ser cómplices del secuestro de un país entero, de una república que menoscaba los derechos más fundamentales de sus ciudadanos”.

Mike Porcel, Premio Jovenaje

Mike Porcel se dirige a los participantes del Primer Festival Vista, en diciembre de 2014. En el marco de este evento, la tercera edición del premio Jovenaje homenajeó al cantautor cubano en la sede del Miami Hispanic Cultural Art Center ((111 SW 5ta AVE).

La periodista Karen Caballero moderó un panel en el que el pintor Casimiro González y el fotógrafo Delio Regueral obsequiaron obras de su autoría al homenajeado. Vista Larga Foundation, que patrocina Jovenaje y otras iniciativas por una cultura en libertad, entregó un cheque de mil dólares a Porcel y una placa acreditativa.

En 1980, debido a discrepancias políticas con el castrismo, Mike Porcel fue borrado de la escena musical cubana. Se le negó el derecho a trabajar en las instituciones y su música fue vetada en los programas de radio y televisión. Recientemente, el también cantautor Silvio Rodríguez confesó haber participado en un mitin de repudio contra Porcel, a propósito de los sucesos del Mariel, lo cual provocó encendidos debates en las redes.

Compositor y guitarrista de excelencia, Porcel nació en La Habana el 13 de abril de 1950. Su tema ‘En busca de una nueva flor’ ganó el primer premio del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes celebrado en 1978 en la capital cubana. Ese mismo año, cofundó la popular banda de rock progresivo Síntesis.

Jovenaje es un evento itinerante concebido con el objetivo de homenajear a escritores, promotores y artistas vivos cuyo itinerario en Estados Unidos y otros países “haya marcado el acontecer cultural de sus comunidades”.

Convocan tuitazo por la liberación de Otero Alcántara

El Movimiento San Isidro, de creación independiente, convocó el jueves, desde Cuba, a un tuitazo por la liberación del artista alternativo Luis Manuel Otero Alcántara, retenido desde hace varios días por la policía política cubana. Sobre el creador pesa la amenaza de un «juicio sumario abreviado».

El tuitazo está previsto para este viernes 6 de marzo a las 7:00 p.m.

«Convocamos al twittazo por la libertad del artista y coordinador de MSI @LMOAlcantara dirigido a @DiazCanelB y el @Europarl_ES Parlamento Europeo este viernes a las 7:00 de la noche. #EstamosConectados ya basta de abusos. #Cuba #FreeLuisMa @CIDH @Almagro_OEA2015», tuiteó el movimiento.

«Luis Manuel Otero Alcántara fue detenido el mismo día en que activistas LGBTI+ habían convocado una besada frente a la televisión cubana como protesta por la censura de un beso homosexual en una película», explicó el sitio Cubalex. «Luis Manuel, quien se suma a todas las causas que cree justas, había anunciado que iría».

«Ese domingo, cuando la policía lo vio salir de su casa, lo apresaron y metieron a la fuerza a la patrulla como han hecho en 27 ocasiones desde 2017. A su novia, la curadora Claudia Genliu, la golpearon frente a él para quitarle el teléfono con el cual filmaba el arresto», adicionó Cubalex.

“Los cargos contra Luis Manuel Otero Alcántara son la iteración más perturbadora hasta ahora de los continuos intentos del gobierno cubano de aterrorizarlo para que guarde silencio”, declaró esta semana Julie Trébault, Directora de la Conexión de Artistas en Riesgo (ARC) de PEN América. “Los cargos infundados contra Luis Manuel y la falta de garantías procesales que ha recibido son parte de los esfuerzos de las autoridades cubanas para amordazar la disidencia, intimidar a los artistas y restringir la libertad de expresión».

«Hacemos un llamado al gobierno cubano para que retire todos los cargos contra Otero Alcántara y para que cese el hostigamiento y la censura de los artistas, escritores y pensadores independientes”.

https://www.youtube.com/watch?v=uySPji0oxHY

Pen America condena detención de artista cubano

El artista Luis Manuel Otero Alcántara

El arresto del artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara por cargos fabricados es una violación indefendible de la libertad de expresión y la dignidad humana básica. PEN América declaró hoy que los cargos deben ser retirados, y que Otero Alcántara debe ser liberado inmediatamente.

El artista multidisciplinario cubano Otero Alcántara fue arrestado el domingo por supuestos cargos de insultos a los símbolos nacionales, vandalismo y desacato agravado al tribunal. Podría enfrentarse a una sentencia de 2 a 5 años de prisión. Fue arrestado cuando se dirigía a una protesta en apoyo de la representación de la comunidad LGBTQIA+ en la radiodifusión pública cubana. Durante el arresto, la policía también habría agredido físicamente a su novia, la activista y curadora Claudia Genlui. Se informa que Otero Alcántara se encuentra actualmente detenido en Valle Grande, y comparecerá ante el tribunal para un juicio sumario dentro de siete a diez días como parte de un “proceso de juicio abreviado”. Según su abogado, pueden ser notificados, como muy pronto, el día anterior o, como muy tarde, cinco horas antes del comienzo del juicio. El corto plazo para tal juicio deja pocas oportunidades para que Otero Alcántara busque un recurso legal.

“Los cargos contra Luis Manuel Otero Alcántara son la iteración más perturbadora hasta ahora de los continuos intentos del gobierno cubano de aterrorizarlo para que guarde silencio”, dijo Julie Trébault, Directora de la Conexión de Artistas en Riesgo (ARC) de PEN América. “Los cargos infundados contra Luis Manuel y la falta de garantías procesales que ha recibido son parte de los esfuerzos de las autoridades cubanas para amordazar la disidencia, intimidar a los artistas y restringir la libertad de expresión. Hacemos un llamado al gobierno cubano para que retire todos los cargos contra Otero Alcántara y para que cese el hostigamiento y la censura de los artistas, escritores y pensadores independientes”.

El arresto marca la 21ª vez que Otero Alcántara ha sido detenido desde el mes de noviembre de 2017. Su arresto es parte de una campaña más amplia de represión de la expresión artística en Cuba, documentada por PEN América en un informe de 2019, “Arte Bajo Presión“. Otero Alcántara se ha convertido en uno de los innumerables artistas, escritores y activistas que han sido incesantemente perseguidos.

PEN América lidera la Conexión de Artistas en Riesgo, un programa dedicado a ayudar a los artistas en peligro y a fortalecer el campo de las organizaciones que los apoyan. Si tú o alguien que conoces es un artista en riesgo, contacta con ARC aquí.

https://pen.org/

Mike Porcel en el espejo

por Waldo González López

Como había anunciado el colegamigo Juan Manuel Cao (y este cronista también divulgara en su muro de Facebook), el pasado lunes 2 de marzo invitó a su popular programa El Espejo al valioso poeta y notable músico (compositor, cantautor, arreglista y orquestador) Mike Porcel, quien sufriera los embates del Movimiento de la Nueva Trova en 1980, cuando decidió venir a residir al exilio miamense tras sufrir las bajezas y canalladas de sus colegas en aquellos lamentables «Actos de repudio» impuestos por el castrismo en la Isla ya desde aquellos años, si bien en no pocas ocasiones aun son realizados por «el pueblo», tal denomina el (des)gobierno a las tropas del Ministerio del Interior que, vestidas de civiles, todavía arremeten contra el pueblo, y ahora sí es correcto el empleo de la palabra.

Mike Porcel (La Habana, 1950) debió padecer la doble prisión de (sobre)vivir en la Isla, porque aparte del sufrimiento de (per)vivir bajo la vigilancia, el odio y la envidia cotidianas con que se ¿vive? en nuestra sufrida patria, asimismo debió esperar nueve años para poder reunirse con su esposa e hijo, quienes habían logrado salir tres años antes. 

Mas los lamentables sucesos fascistoides del tristemente inolvidable 1980, serían evocados por Cao y Mike, quienes, asimismo, corroboraron la infrarrealidad que aún padece la Isla, al preguntarle Cao a Mike sobre lo recién acontecido a los jóvenes cineastas José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, cuyo documental dedicado al brillante músico y poeta, Sueños al pairo, sería censurado y eliminado de la lista de cintas concursantes en una muestra de cine joven en Cuba, tal un revival de aquellos ataques al autor de valiosos poemas y canciones laureadas en eventos musicales de Cuba y otros países.

Con la habitual dignidad que le engrandece aún más, a la pregunta de Cao en torno a mencionar algunos nombres que firmaron la carta-acusación y hoy viven en Miami, Mike prefirió no hacerlo, pero sí se habló de algunos cobardes ¿colegas? que siguen en la sufrida Isla en su papel de alabarderos del régimen, y en aquella infausta ocasión se prestaron a tal vileza.

«Mike decide irse en el Éxodo del Mariel, pero no le aceptan la salida. Es confinado en su casa y sufre actos de repudio. Mike cuenta que el “sitio” a su casa duró una semana. Entonces revela algo verdaderamente significante: “En esa semana me echaron por debajo de la puerta de la casa un panfleto firmado por los integrantes del Movimiento de la Nueva Trova[…]”», encabezado —en  una muestra de ruindad y envidia— por el oportunista Silvio Rodríguez, quien —como era de esperarse— se negaría a participar en el documental, ya que desde la inauguración de aquel hoy extinto Movimiento, era su director y, en consecuencia, uno de los máximos responsables de aquel perverso «Acto de repudio» que podría haber llevado a una desgracia a su mujer, hijo y, por supuesto, a sí mismo. (Esta lamentable muestra de cobardía hace recordar a este cronista la inhumana horda que repitió los «pogromos» y sus actos de crueldad, como la ocurrida el 9 de septiembre de 2004 en la región de Ekaterimburgo, donde las fuerzas rusas asesinarían a no pocos habitantes.)

Según narra el colega Emmanuel Martín Hernández en su reportaje «Ese lumpen marielito Mike Porcel», publicado en la web ADN Cuba, ese año Mike había fundado, con Carlos Alfonso, el Grupo Síntesis, mas pronto lo abandona por desavenencias con sus compañeros. Piensa este  cronista que la ruptura la motivarían los celos y envidia del propio Alfonso ante el talento mayor de Mike, pues sobre Alfonso, el ya fallecido Akpwon Mayor Lázaro Ross, vecino del cronista, le contaría las bajezas de Alfonso, quien tras “perseguir” a El Akpwon Mayor para grabar varios números con Síntesis, ya realizada, no lo llamó mas, ni siquiera para pagarle los honorarios y mucho menos para viajar a Europa con motivo de una invitación realizada por el triunfo obtenido en esas grabaciones, gracias al apoyo vocal del viejo y experimentado artista.       

«La canción tema del Festival Mundial la compone Mike y alguien dijo que […] era floja, para mujeres», cuenta ¿su amigo? Amaury Pérez (al que, por cierto, Mike había dedicado su talento y esfuerzo para la realización de su primer CD). «A mucha gente le pareció la canción poca combativa», narra Frank Fernández. Entonces, a Silvio Rodríguez, «el Dios de la Nueva Trova», se le encarga otra canción «más heroica», y el disciplinado «gran trovador» la compone (pero fracasa, pues no merece ni una mención, añade este cronista).

El documental de treinta y dos minutos, dirigido por José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, posee la calidad que le habría merecido uno de los lauros del concurso, pero la siniestra mano del castrismo lo impediría, negándole al dueto de talentosos cineastas su participación. Otros directores retiraron sus cintas del evento, en una digna muestra de solidaridad, tan distante y distinta de la del cobarde y envidioso Silvio, ya ni siquiera tenido en cuenta por su hijo, Silvito El Libre, cuya actitud dista mucho de la de Silvio, El Preso (y así lo nombro por su actitud de lamebotas). Tan diferente del ¿padre?, Silvito, residente en la Florida, recientemente dio otro ejemplo de valentía en su repleto concierto con El Aldeano en la ciudad de Hialeah.

Por el documental, supimos de ¿la vergüenza? (tardía, agregaría este cronista) que hoy muestran algunos músicos cubanos: José María Vitier, Frank Delgado, así como los oportunistas Pablo Milanés, Carlos Alfonso y, sobre todo, Amaury Pérez y Frank Fernández, connotados defensores y colaboradores del régimen.

Añade con tino Emmanuel: «Mike Porcel parece que, en términos musicales, era muy bueno, demasiado bueno y diferente para encajar en el quehacer artístico de esa época. Mike, al parecer, quería crear a su antojo sin tema político en su arte. Y pagó con la desidia, el ultraje, el rechazo, por ser diferente como artista. Mirando las viejas imágenes de Mike Porcel, puedo hasta pensar que Silvio le tenía envidia, Porcel era un hombre apuesto.»

Debo recordar que el nombre de Mike sería borrado del grupo por el propio Carlos Alfonso en otra de las numerosas canalladas a que fue y es todavía sometido, a pesar de estar alejado de la Isla y residir en Miami.

El muy talentoso Mike Porcel, desde sus inicios, demostró su talento superior incluso a los de Silvio y Pablo, gracias a su cultura musical y literaria que le permitiría, ya en el exilio, participar en eventos internacionales de enorme trascendencia, a los que muchos de sus ex colegas cubanos ni sueñan asistir.

Agradezco, en nombre de mis colegas escritores y amantes del genuino arte de Mike Porcel, el magnífico documental Sueños al pairo, de José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, como el valioso reportaje «Ese lumpen Marielito Mike Porcel», de Emmanuel Martín Hernández, por mostrar al mejor cantautor, compositor y poeta, enrolado a la fuerza en el Movimiento de la Nueva Trova, y por ofrecer a los cubanos de las dos orillas información sobre este otro acto repudiable del castrismo.

 Concluyo con un poema de Mike que, desde el título, responde con finísima ironía a sus ¿colegas? conjurados que hoy tratan de borrar sus traiciones de ayer. Integra su antológico volumen Tonadas y versos, que (con excelentes edición y prólogo del crítico teatral y periodista Carlos Espinosa, y heermosos diseño y cubierta del notable artista plástico Umberto Peña) sería publicado, en 2011, por Los Libros de las Cuatro Estaciones.

                            Los oportunos

Los oportunos siempre llegan

cuando las oportunidades

vagan con prisa por las calles

y los demás no las esperan.

Los oportunos son muy diestros

en eso de alcanzar la gloria.

Fouche encabeza sus memorias

y es Maquiavelo su maestro.

Los oportunos no se arriesgan

y sin embargo dan el paso.

Con dos sonrisas y un abrazo

dan vueltas a las coincidencias

y ni se duermen ni se cansan

de alimentar sus sueños verdes.

Siguen el rastro, no lo pierden

porque su guía es la alabanza. 

Mírelos cómo hacen por flotar

cuando el remolino les amenaza el barco.

Véalos cómo logran salir

y cómo se incorporan a la nueva ola.

Mírelos cambiando de tutor

diciendo lo mismo con distinto nombre.

Véalos cómo vuelven a embaucar

a su más seguro servidor: El hombre.

Los oportunos son expertos

en camuflar sus fechorías.

Componen una alegoría

y lo demás es tiempo muerto.

Los oportunos no se guardan

de destronar a otro oportuno

porque en su código no hay uno

que sea digno de confianza.

Los oportunos se acomodan

en cualquier piedra del camino

Si el viento sopla en el vecino

hacia su reino ponen proa.

Se parapetan en los modos

y tal parece que no piensan

lo malo de las consecuencias

y al fin y al cabo logran todo.

Mírelos…

Los oportunos son silvestres

cosmopolitas en esencia

sectarios en cualquier creencia

siempre agradables y rupestres.

Los oportunos nunca piensan

lo inoportuna que es la muerte.

Van tan seguros de su suerte

que ni se apuran ni se inquietan

Piensan que al juicio de sus almas

van a llegar, siempre oportunos.

Relación de actos de hostigamiento contra Luis Manuel Otero Alcántara

Luis Manuel Otero Alcántara

Un reporte de Cubalex. Por Laritza Diversent

Relación de actos de hostigamiento sufridos por Luis Manuel Otero Alcántara desde 2017 hasta el 1ro de marzo de 2020:

Durante los últimos 30 meses, Otero Alcántara ha sido víctima de 32 incidentes de hostigamiento. De ellos 27 han sido detenciones arbitrarias, varias con uso de la fuerza y violencia, la mayoría en incomunicación y cortos periodos de desaparición. Generalmente las autoridades se niegan a informar el lugar donde lo mantienen detenido. Tan solo en el 2019, las autoridades lo arrestaron en 15 oportunidades, y cuatro en lo que va de 2020. Ninguna de estas detenciones ha sido supervisada judicialmente. A su favor se han presentado al menos seis Hábeas Corpus. El tribunal Provincial de La Habana solo ha respondido a dos.

2017

  1. En septiembre de 2017 fue citado para presentarse a la estación de la Cuarta, donde fue informado verbalmente que tenía abierto un caso por tenencia de armas de fuego, debido a las imágenes de esculturas de madera y metal, artefactos de ficción que nunca funcionarían como armas de fuego, que había publicado en la web en el año 2014 como parte de su obra Chong Chong Gang, una crítica a los distintos espacios de violencia. (citación oficial)
  2. El 6 de noviembre 2017, aproximadamente a las 3:00 pm., cuando se disponía a realizar una conferencia de prensa, la policía irrumpió en la vivienda de propiedad de su hermana Larianni Otero Alcántara, ubicada en Damas 955 entre San Isidro y Avenida del Puerto, donde al encontrar sacos de cemento viejos y húmedos, mediante insultos fue detenido y conducido esposado a la estación de policía de Cuba y Chacón, en la Habana Vieja, mientras su esposa fue interrogada como testigo del delito de receptación. Se negaron a entregar copia del registro. El 7 de noviembre de 2017 Lidia María Pérez Carbonell presentó los papeles del subsidio otorgado por el gobierno, que estaban en regla como los comprobantes de pago de los materiales, corroborando lo dicho por Luis Manuel ante el Capitán “Ilmer”, quien le dijo que llevaría los papeles para la fiscalía y que lo más probable era que se desestimara el caso por receptación. (detención arbitraria y allanamiento)
  3. El 9 de noviembre de 2017 fue acusado por el delito de “receptación”, por los cuatro sacos de cemento encontrados en la vivienda de su hermana, comprados por su tía Lidia María Pérez Carbonell. Fue trasladado desde la estación de Cuba y Chacón al centro de detención conocido como “El Vivac”, hasta que fuera juzgado. Se le prohibió durante su estancia en ambos lugares recibir visitas y realizar llamadas telefónicas. Fue liberado bajo fianza, que se pagó a través del certificado de depósito judicial y de organismo público no negociable No 041900 del Banco Metropolitano en la suma de 1,000 pesos CUP, ordenada por el Capitán Ilmer Arencibia Mora de la PNR No2., La Habana Vieja, en la causa 695621/2017 por el delito de Receptación sin fecha prevista de juicio. (acusación e inicio de procedimiento penal)
  4. El 21 de noviembre de 2017 presentó ante el coronel Juan Raudel Risell Collazo, Jefe de la Fiscalía Militar Principal, una denuncia por la comisión del delito de Registro Ilegal previsto en el artículo 288 del Código Penal, contra el jefe del sector del barrio San Isidro, la Habana Vieja, miembro de la Policía Nacional Revolucionaria, identificado con placa o chapilla número 27737, solicitando se disponga la realización de una exhaustiva investigación y el ejercicio de la acción penal como corresponda. Aproximadamente a las  2:45 de la tarde de ese mismo día, el vehículo donde viajaba junto con su pareja fue interceptado por una patrulla policial; luego que fueran identificados los bajaron del carro y lo condujeron sin orden de arresto a la estación de policía de Zapata y C, ubicada en el Vedado, en la patrulla No.627, dejándolo en una celda alrededor de 40 minutos para ser llevado luego a una oficina donde fue entrevistado por la Teniente Coronel Kenia del MININT, donde lo empezaron a amenazar, a insultar, diciéndole que se estaba reuniendo con la contrarrevolución y que estaba bajo medida cautelar por el juicio pendiente relacionado con los materiales de construcción, y que también iba a ser juzgado por propaganda ya que permitía que activistas y amigos como Lía Villares repartieran promoción de sus proyectos en su casa, donde desarrolló distintas acciones culturales propias como el Museo de la Disidencia en Cuba; fue liberado luego de 2 horas de amenazas, ofensas y gritos con frases peyorativas. (detención arbitraria)
  5. El 13 de diciembre de 2017 fue detenido después de que iniciara un peregrinaje al Santuario de San Lázaro, con una piedra amarrada al tobillo, por oficiales de guardia de la PNR de la estación de Aguilera en Lawton. Por orden de la Seguridad del Estado, le negaron el derecho a realizar una llamada telefónica. El 16 de diciembre de 2017 el oficial de guardia de la estación de Aguilera informó que el artista se reunió con la Contrainteligencia (CI), que decidió mantenerlo detenido pese a que no existía acusación alguna. El dinero que recaudaría en su peregrinación iba a ser destinado a la organización de la #00Bienal de La Habana, un evento cultural que está organizando de manera independiente y por el cual ya ha sufrido la represión de las fuerzas del régimen. (detención arbitraria)
  6. El 20 de diciembre de 2017, aproximadamente a las 8:00 p.m., fue detenido de forma violenta por  efectivos de la Seguridad del Estado y agentes policiales y fue trasladado a la Estación policial del municipio San Miguel del Padrón, cuando se encontraba en la vivienda ubicada en la calle 10 No.316 altos, entre 13 y 15, Vedado municipio Plaza, donde se organizaba la presentación del working progress Psicosis, de Sarah Kane, dirigido por Adonis Milán, como parte de un proyecto cultural independiente denominado “Festival de arte alternativo Poesía Sin Fin”. El 09/02/2018 su pareja presentó ante la Sala una demanda de Habeas Corpus por la detención arbitraria del artista solicitando entre otras diligencias su inmediata libertad. (detención arbitraria)

2018

  • El 21 de julio de 2018 fue detenido por agentes policiales y de la Seguridad del Estado junto a otros artistas plástico cuando exhibían un cartel con el letrero “Arte Libre” en el Parque Central de la Habana, donde se disponían a realizar un performance para cubrirse todo el cuerpo con excrementos. Fue multado con 30 pesos por Desorden Público. El 23/07/2018 su pareja y la ciudadana Iris Ruiz Hernández presentaron ante el Tribunal Provincial Popular – Sala Penal de la Habana una solicitud de Hábeas Corpus por la detención arbitraria al haber sido privado de su libertad el 21 de julio de 2018 solicitando su inmediata liberación. (detención arbitraria)
  • El 11 de agosto de 2018 fue detenido a las 6:00 p.m., en su vivienda –donde se encontraba su esposa, la curadora e historiadora del arte Yanelys Núñez Leyva–, por oficiales de la Seguridad del Estado vestidos de civil y agentes de la PNR, lugar donde se organizaba un concierto denominado «Sin permiso de la 349» que tenía un espacio con micrófono abierto para todo el que deseara expresarse. Sin instruirle de cargo, lo condujeron a la Estación policial de Zapata y C, donde fue registrado como detenido de “Operativo de la CI (Contrainteligencia)” y, bajo el rótulo CR (Contrarrevolucionario), permaneció en un depósito con pésimas condiciones higiénicas, de iluminación y ventilación, y no se le permitió realizar llamada telefónica alguna. Fue liberado a las 10:30 de la noche. (detención arbitraria)
  • El 4 de noviembre de 2018, cuando regresaba de su viaje a Miami, en los Estados Unidos de Norteamérica, en el vuelo 1447, luego de arribar en el terminal Dos del Aeropuerto Internacional José Martí le fueron retenidos seis pullovers de color blanco con el texto #No al Decreto 349, y un pullover color azul con propaganda del Movimiento 26-7, que traía consigo; se encontraban en regla y sin fines de ser comercializados por decisión del Inspector de la Aduana llamado Yunielki Araújo, identificado con el número 7080, y aparecen descritos en el Acta de Retención y Notificación Modelo Rad-01,número C 384475, en aplicación de la norma legal: Resolución No. 5 de 14 de febrero de 1996, de la Aduana General de la República. Solicitando se acoja con lugar su pretensión y la devolución de dichos artículos personales. El 06/11/2018 interpone Recurso de Apelación ante el Jefe de Aduana Aeropuerto Internacional “José Martí” Terminal Dos, contra la Resolución de Decomiso No. 12524/2018, dictada por Yeandy Alfonso, segundo jefe de turno y funcionario del Aeropuerto Internacional José Martí, Terminal Dos. (Decomiso)
  • El 27 noviembre 2018 fue citado por el MININT-PNR para que se presentera en el Consejo PNR a las 2:00 p.m. del día 28 de noviembre con el objetivo de una entrevista. El 28/11/2018 se presentó al MININT-PNR y fue atendido por el teniente “Santos”, quien le dijo que el motivo de la entrevista era el haber participado en el video musical de artistas contra el Decreto, que ofendía a la figura de “Díaz Canel”, lo cual era un delito; le advirtió que no permitirían el concierto del día 11 en el MAPI, y que si iba lo meterían preso, y al responderle que trabajaba haciendo ilustraciones para Havana Times y que le pagaban 5 CUC, el oficial le dijo que no estaba trabajando, recalcándole que el que viola la ley es un delincuente y que a él desgraciadamente le encantaba hacer su trabajo. No le hicieron firmar ningún documento. (citación oficial)
  • El 3 de diciembre de 2018, fecha en que inicio una sentada pacífica frente al Ministerio de Cultura que duraría hasta el 7 de diciembre, convocada en las redes sociales ante la proximidad de la implementación del Decreto 349, fue detenido junto a su esposa y subido a un patrullero que pertenecía a la Seguridad del Estado (SE), y trasladado a la estación de policía de San Miguel del Padrón, conocida como “La Oncena”. Allí varios participantes fueron encerrados en calabozos oscuros y al ser entrevistados por la Teniente Coronel Kenia por separado se rehusaron a firmar las actas de detención donde se explicaban las intenciones de su protesta. (detención arbitraria)
  • El 4 de diciembre de 2018 fue conducido con su pareja al centro de detención Vivac, ubicado en Calabazar, para luego regresarlos a la estación de Oncena; al negarse a almorzar porque el “expedientillo de inanición” no estaba realizado, en la noche volvieron a trasladar a ambos a la prisión del Vivac, donde les retiraron sus efectos personales y uniformaron con ropa de recluso y fueron conducidos a destacamentos distintos donde debían permanecer hasta el día 10 de diciembre. Luego que la TNT. Coronel Kenia les redactara el acta de libertad, les advirtió que si volvían al Ministerio de Cultura estarían cometiendo el delito de asociación ilícita y manifestación pública sin permiso. (detención arbitraria)

2019

  1. El 4 de abril de 2019, aproximadamente a las 4:30 p.m. de la tarde, las autoridades lo detuvieron en las cercanía de su casa durante cinco horas y lo trasladaron a la estación policial del municipio San Miguel del Padrón, para impedir que realizara actividades en paralelo a las que oficialmente se realizarían en la Bienal de la Habana, en las que también le prohibieron participar, incluso como espectador. (detención arbitraria)   
  2. El 11 de abril de 2019 fue detenido durante cinco días en las afueras de su domicilio por realizar performance en paralelo a las muestras oficiales de la XIII Bienal de La Habana. La acción artística formaba parte de su proyecto «Se U.S.A» y que llevaba la participación un grupo de jóvenes del barrio San Isidro, que realizaron una competencia de velocidad en 66 metros reproduciendo la carrera que realizara un activista que resultó detenido y enjuiciado por haber inrrumpido con la bandera americana en el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores celebrado en La Habana el 1ro de mayo de 2016, en la Plaza de la Revolución. Fue trasladado y esposado en una patrulla de Policía Nacional Revolucionaria (PNR) con el número 666 y liberado el lunes 15 de abril de 2019 a las 11:00 a.m. Durante su detención estuvo incomunicado y las autoridades negaron en reiteradas ocasiones su paradero. El 15/04/2019 Sandor Pérez Pita presenta ante el Tribunal Provincial Popular de la Habana – Sala de lo Penal una solicitud de Habeas Corpus a favor del artista por detención y desaparición. (detención arbitraria)
  3. El 16 de abril de 2019 fue detenido por una patrulla cuando salía de un restaurante y regresaba a su casa, donde se encontraban reunidos otros artistas integrantes del Movimiento San Isidro, para evitar que realizara actividades en el espacio público. Fue liberado cuatro horas más tarde. (detención arbitraria)
  4. El 2 de junio permaneció detenido durante 24 horas por su performance ¿Que la patria os contempla orgullosa? La obra era un gesto en el que se proponía realizar el sacrificio de sostener la bandera cubana en un ángulo de 90 grados durante 24 horas. La obra cuestiona la funcionalidad del gesto y lo que representa para la sociedad cubana el sacrificio, pone en tela de juicio los conceptos de nacionalismo, patria y los símbolos nacionales en momentos de crisis mundiales. (detención arbitraria)
  5. El 10 de agosto de 2019, aproximadamente a las 11:45 de la mañana, fue detenido por cinco agentes del Estado, tres uniformados y dos vestidos de civil, cuando salía de su casa en la calle Primelle y avenida Norte, en el Reparto Santa Catalina, junto a Claudia Genlui Hidalgo. Cuando llevaba la bandera cubana sobre sus hombros, como inicio de un nuevo performance, fue esposado y llevado en una patrulla a la unidad policial ubicada en la calle Zanja y luego trasladado al centro de detención Vivac ubicado en la carretera del Zoológico Nacional en Calabazar, al sur de La Habana, acusado por desorden público y agresión. Permaneció incomunicado y en paradero desconocido, y no le informaron los motivos de su detención. (detención arbitraria)
  6. El 11 de agosto de 2019 resultó detenido por cinco agentes del Estado, tres uniformados y 2 vestidos de civil, en la calle Primelle y avenida Norte, en el Reparto Santa Catalina, a las 11:40 a.m. Estuvo durante más de 48 horas sin comunicarse con su familia para informarle sobre su detención. Familiares y amigos indagaron por su paradero en estaciones policiales y la central telefónica de la Policía Nacional Revolucionaria, quienes negaron en todo momento que se encontraba detenido, mientras permanecía en una estación policial en el municipio San Miguel del Padrón, en la capital cubana. La detención fue en represalia por la acción artística Réquiem por la patria, que se inició con performance Drapeau y convocaba a la ciudadanía a ponerse la bandera sobre los hombros durante un mes. El 12/08/2019 Claudia Genlui Hidalgo Moreno interpuso una solicitud de Habeas Corpus a favor del artista ante el Tribunal Provincial Popular de la Habana – Sala de lo Penal por su detención arbitraria y desaparición. (detención arbitraria)
  7. El 18 de agosto de 2019 resultó nuevamente detenido por 30 minutos en La Habana por llevar encima una bandera de Cuba mientras recorría las calles de la capital durante los carnavales. Recientemente, el parlamento cubano emitió una ley que restringe el uso por parte de la ciudadanía de los símbolos nacionales. (detención arbitraria)
  8. El 12 de septiembre fue detenido violentamente por al menos cinco agentes del Estado, tres uniformados de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos vestidos de civil en la calle San Isidro y Compostela, aproximadamente a las 11:15 p.m. Estaba con un grupo de amigos en un exposición de artes visuales en el Estudio Gorría. Dos sujetos vestidos de civil se le acercaron por la espalda y uno de ellos lo tomó por el cuello y le aplicó una técnica de estrangulación; todo esto sin previa identificación. Comenzaron a golpearlo en las costillas mientras lo arrastraban alrededor de diez metros en  medio de la calle hasta que llegaron a la patrulla de policía. Lo esposaron y trasladaron hacia la unidad policial ubicada en el municipio San Miguel del Padrón. Nunca le informaron de qué se le acusaba. Lo llevaron hacia los calabozos y al otro día un teniente coronel del Ministerio del Interior le informó que estaba siendo procesado por el delito de uso indebido de los símbolos patrios. Durante las más de 72 horas que estuve arrestado, se le negó acceso telefónico para que familiares y amigos se enteraran de dónde estaba. No le dieron aseo ni asistencia médica. Fue liberado el 15 de septiembre aproximadamente a la 1:30 p.m.. Durante su detención, Otero Alcántara no se comunicó con ningún familiar o amigo para informar sobre el lugar donde se encontraba detenido. Familiares y amigos indagaron por su paradero en estaciones policiales y la central telefónica de la Policía Nacional Revolucionaria, que responde al número 18806, y en todo momento negaron que se encontraba detenido. Antes de ser liberado, el teniente coronel del Ministerio del Interior que le informó que sería procesado, y una teniente que se hizo llamar Yuli, del Departamento Especial de la Unidad de Investigación de Picota, le informaron que habían iniciado una investigación por una denuncia que habían hecho los vecinos del barrio de San Isidro, Habana Vieja, por uso indebido de los símbolos patrios. Nunca identificaron al denunciante ni le mostraron por escrito la denuncia.  Le entregaron una citación para presentarse al siguiente día, 16 de septiembre, en la unidad policial ubicada en Picota y San Isidro. El 16 de septiembre de 2019, Claudia Genluis interpuso una solicitud de Habeas Corpus a favor del artista ante el Tribunal Provincial Popular de la Habana – Sala de lo Penal por su detención arbitraria y desaparición. El 18 de septiembre, el tribunal se pronunció declarando sin lugar el recurso de Hábeas Corpus (detención arbitraria)
  9. El 16 de septiembre 2016, se personó en la estación policial ubicada en Picota y San Isidro, después de ser requerido mediante citación oficial. Fue recibido por los mismos oficiales del Ministerio del Interior que lo habían liberado el día anterior, quienes le informaron que además de tener los cargos de uso indebido de los símbolos patrios tenía cargos de “desacato agravado” por emitir ofensas hacia los dirigentes del país y que tenían de testigos a los vecinos denunciantes. Le prohibieron salir de su casa después de las 12 de la noche, ingerir bebidas alcohólicas, organizar eventos en su casa y asistir a lugares públicos donde hubiese aglomeraciones de personas. Le dijeron que el único que tenía acceso al expediente era su abogado y que disponían de 60 días prorrogables para el juicio. (citación oficial)
  10. El 29 de septiembre 2019, en la esquina del cine Yara ubicado en la calle 23 y L, en el Vedado, municipio Plaza de la Revolución, fue detenido junto con otros dos activistas por una supuesta violación del cordón policial[1]. El pequeño grupo usaba máscaras con el rostro fotografiado del huelguista Guillermo de Sol. (detención arbitraria)
  11. El 18 de octubre de 2019, a las 2:00 p.m., resultó detenido en la calle Lazada Norte III e/ Ave. Norte y Ave Sur, Cerro. Fue esposado y conducido en la patrulla 965. En esa oportunidad las autoridades también negaron información sobre su registro y lugar de detención. Fue liberado el 19 de octubre a las 5:30 p.m. (detención arbitraria)
  12. El 24 de octubre de 2019, a las 11:30 p.m., Luis Manuel y su esposa, Claudia Genlui, salían de una lectura de poesía en la Galería de La Habana del Este. Estaban en una esquina esperando un taxi cuando Otero Alcántara fue detenido. Las autoridades policiales se negaron a dar información sobre su ubicación y alegaron que no aparecía registrado como detenido. Estuvo aproximadamente 72 horas detenido. Según su testimonio después de ser liberado, cuando salió de la actividad cultural en el reparto Alamar se dirigió a coger un taxi. Los oficiales lo estaban esperando en una patrulla en la parada del ómnibus. Le pidieron su identificación y lo montaron en el auto sin decir nada más. Fue puesto en libertad el viernes 25, después de ser detenido la noche anterior sin explicación alguna por parte de la policía. Estuvo en la estación de La Lisa casi 24 horas. (detención arbitraria)
  13. El 11 de noviembre de 2019, a las 10:00 a.m., resultó detenido en la Avenida de Paula después que un oficial de la Seguridad del Estado lo citara en la avenida del puerto para tener una conversación (se desconoce el nombre o alias).  Fue conducido a la estación ubicada entre las calles 7ma y 62 en el municipio Playa, acusado de desorden público. Durante su detención lo mantuvieron incomunicado y no le permitieron visitas familiares para recibir aseo. Fue liberado el 14 de noviembre a la 1:35 p.m. (detención arbitraria)
  14. El 15 de noviembre de 2019, a las 9:20 p.m., fue detenido entre las calles Infanta y Carlos III. Al bajarse de un P1, Luis Manuel y su esposa, Claudia Genlui, se dirigían a la galería de arte Taller Gorría en la Habana Vieja. Dos oficiales uniformados lo condujeron a una patrulla. No informaron el motivo de la detención. Fue liberado el 17 de noviembre a las 8:20 pm. Después de la última detención, estando en el calabozo, con la entrada de un frente frío, donde el agua para bañarse era fría unido a la frialdad y la humedad existentes en el lugar, Luis Manuel Otero comenzó con un cuadro de infección respiratoria, con fiebre, congestión nasal, enrojecimiento e inflamación en la garganta, dolores musculares que aún permanecían a la hora de su detención el 23 de noviembre. (detención arbitraria)
  15. El 23 de noviembre de 2019 resultó detenido a las 8:50 p.m. en la esquina de las calles Damas y San Isidro. Su vivienda estaba bajo un una vigilancia injustificada, y lo detuvieron cuando salía a comer. Dos oficiales uniformados lo condujeron en la patrulla 078 a la estación ubicada en las calles Cuba y Chacón. Según informó la oficial 97 (al llamar al 18806) estuvo detenido en la estación ubicada en el Municipio La Lisa. Luis Manuel Otero Alcántara estaba enfermo con una gripe muy fuerte como consecuencia de su último arresto. La exposición sistemática a la humedad y la frialdad de los calabozo habían empeorado su estado de salud. El 26 de noviembre 2019 su pareja Claudia Genlui Hidalgo Moreno llamó nuevamente a las autoridades policiales y estas le informaron que Luis Manuel había sido libertado a las 6:45 horas del 24 de noviembre de 2019, información que confirmó un agente policial que se negó a dar información sobre el funcionario que ordenó su liberación. Ese mismo día interpuso una solicitud de Habeas Corpus a favor del artista ante el Tribunal Provincial Popular de la Habana – Sala de lo Penal por su detención arbitraria y desaparición. El 28 de noviembre el tribunal se pronunció declarando sin lugar el recurso de Hábeas Corpus (detención arbitraria)

2020

  1. El 26 de enero de 2020, aproximadamente a las 9:00 de la mañana, resultó detenido en las calles Primelles y Santa Catalina, Cerro. Se dirigía al aeropuerto a acompañar a su novia que debía viajar a Colombia y a la cual no le fue permitido por estar regulada. Fue conducido a la estación policial de 7ma y 62 en Playa en un auto particular por dos agentes de la Seguridad de Estado vestidos de civil. Fue liberado a las 2:30 pm ese mismo día. (detención arbitraria)
  2. El 7 de febrero de 2020 resultó detenido aproximadamente a las 11:14 de la mañana en la esquina de 15 y 20, Playa. Se dirigía a una entrevista en la Embajada de Holanda. Fue conducido en una patrulla por dos oficiales uniformados y un agente de la Seguridad del Estado a la estación policial ubicada en 7ma y 62 en el Municipio Playa. Fue privado de su libertad por una supuesta “desobediencia”. Los agentes de la Seguridad del Estado intentaron convencerlo de que no continuara con el gesto artístico “Los niños nacieron para ser felices no para morir en derrumbes”, que consistió en llevar un casco protector de construcción durante 9 días (4 de febrero comenzó el gesto artístico) en homenaje a tres niñas fallecidas en un derrumbe en La Habana. Fue liberado el 8 de febrero a las 12:12 pm. (detención arbitraria)
  3. El 13 de febrero de 2020, aproximadamente a las 11:00 de la mañana, fue detenido en las afueras de la Embajada de EE. UU en Cuba. Salía de realizar trámites para un viaje programado para el domingo 16. Una patrulla con dos oficiales uniformados le pidió su identificación y, al buscarlo en la base de datos, fue conducido a la estación de Zapata y C, en el Vedado. Fue liberado el 14 de febrero a las 3:15 am. (detención arbitraria)
  4. El 1ro de marzo de 2020, aproximadamente a las 2:30 de la tarde, el artista Luis Manuel Otero Alcántara y su pareja, Claudia Genlui (también artista), salían de su vivienda cuando resultó detenido violentamente y esposado por agentes del Estado en la calle de Damas, entre San Isidro y avenida Pau y Paula, Habana Vieja. Lo montaron en un auto policial. En horas de la mañana, Otero Alcántara denunció en sus redes sociales que efectivos de la Seguridad del Estado y la policía tenían montado un operativo para impedirle asistir a la besada (besos) pública convocada para ese mismo día a las 1:30 pm frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en protesta por la censura de un beso gay en la película “Love Simón”, transmitida por la televisión cubana. Aproximadamente a la 1:00 p.m., el ICAI, en una declaración pública, ofreció disculpas por la censura del beso y anunció la retransmisión del filme. Los activistas decidieron no participar. El 2 de marzo de 2019 familiares y amigos fueron informados por la oficial con número de registro policial 10836 y grados de Mayor que según la red del sistema policial Otero Alcántara se encontraba en el centro de procesamiento para detenidos conocido como “el Vivac”. Hasta el momento, Otero Alcántara no se ha comunicado con su familia para avisar sobre el lugar donde se encuentra detenido y su situación legal. En la Dirección Nacional de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) se informó que es acusado por daños a la propiedad y que será sometido a “juicio sumario abreviado” transcurridos 10 días según el ordenamiento jurídico vigente. En el momento de los hechos, Genlui se mantenía a una distancia prudencial filmando la detención. Un oficial de la Seguridad del Estado, que regularmente los vigila y reprime, le pidió el teléfono y ella se negó a entregárselo. La agente policial que conducía el auto patrullero se colocó a sus espalda y le aplicó una llave de inmovilización llevándole las manos a la espalda y obligándole a doblar el tronco hacia adelante para arrebatarle el teléfono, pero Genlui logró zafarse. Acto seguido la agente la levantó, le aplicó una llave y la lanzó al suelo, la golpeó repetidamente para arrebatarle el teléfono, hasta que el oficial le ordenó que parara[1]. Desde el auto patrullero Otero Alcántara gritaba y daba golpes en la patrulla mientras veía la violencia policial ejercida contra su pareja. A esta acusación se suman otras dos por “desacato agravado” y “ultraje a los símbolos patrios”. (detención arbitraria)


[1] https://www.cibercuba.com/noticias/2019-09-30-u1-e199556-s27061-detienen-reportera-cibercuba-iliana-hernandez-otros-activistas

[2] https://www.facebook.com/claudiagenlui.hidalgo/videos/569110400352722/

Will Cuban artist Luis Manuel Otero Alcántara be prosecuted by the Castro dictatorship under Decree 349?

by Center for a Free Cuba

International attention has justifiably focused on the plight of human rights defender Jose Daniel Ferrer Garcia, and the recent show trial he and three other dissidents were subjected to, but there are over 125 identified political prisoners, and Amnesty International recognized six new Cuban prisoners of conscience in August and September of 2019. Sadly, prisoners of conscience have existed over the six decades of the Castro regime. One of these new prisoners of conscience, Roberto de Jesús Quiñones Hace, an independent journalist and attorney smuggles a letter out of prison revealing that during an earthquake on January 28, 2020 prisoners were kept in their cells rather than taken out to an open space, that would have been safer under the circumstances.  Human rights defenders, and independent journalists are not the only targets of repression in Cuba. Artists have also been cracked down on by officials of the dictatorship. 

Decree 349, a 2018 law that criminalizes all independent cultural activity in Cuba, gives regime authorities total control over artistic production and ensures that individual artists can no longer be independent.  This provoked protests by independent artists. Many were arbitrarily detained, and at least two were jailed for a prolonged period. Rapper Maikel Castillo Pérez in September of 2018 and Rapper Lazaro Rodriquez Betancourt “Pupito en Sy” in November 2018 were jailed for protesting this law. Pupito en Sy was released on August 23, 2019. Maikel Castillo was sentenced to 18 months in prison in April 2019 for protesting Decree 349, and was released on October 23, 2019. It appears that Luis Manuel Otero Alcántara will soon face a political show trial for his activities as a dissident.

https://www.cubacenter.org/

Última hora: Raúl Castro y Díaz Canel acusados de daños a la propiedad

Caricatura de Omar Santana

En una noticia de última hora, la redacción de Arroz con Mango pudo saber que el general de ejército Raúl Castro, quien des-gobierna Cuba tras bambalinas, instruyó de urgencia a su títere Miguel Díaz Canel –supuesto presidente– para que acusara de daños a la propiedad al artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara.

“Se trata de un intento de Raúl de convertir el revés en victoria, como le enseñara su hermano mayor, el comandante en polvo”, aseguró a nuestra redacción la fuente, que prefirió no ser identificada.

Al conocer que un equipo especializado de juristas y abogados independientes cubanos había comenzado, en enero pasado, a procesar internacionalmente a Raúl Castro y Miguel Díaz Canel por daños a la propiedad en Cuba, el hermano menor, principal impulsor del represivo Decreto 349, ha intentado encontrar un chivo expiatorio en la persona de Otero Alcántara, artista del performance que desde hace tiempo denuncia los desmanes del castrismo en Cuba.

Los derrumbes provocados por el castrismo en la Isla, es decir, los daños a la propiedad cuyos principales resonsables en lo que va de siglo XXI son precisamente Raúl Castro y Díaz Canel, han resultado en la pérdida de cientos de vidas. Recientemente murieron tres niñas tras derrumbarse un balcón en la Habana Vieja.

“Este episodio puede calificarse de asesinato estatal”, acuñó la fuente que prefirió no ser identificada por residir en Cuba. “El Estado castrista ha asesinado a estas tres niñas y seguirá asesinando gente mientras no se le ponga un pare a su obsesión de dañar la propiedad”.

En Cuba, el Estado se ha hecho cargo durante más de 60 años de la escasa construcción y la abundante destrucción, negando permisos de todo tipo y prohibiendo la empresa privada. “Es por eso que el Estado comunista, el castrismo y sus defensores, son los únicos responsables de las muertes por derrumbe en la Isla”, puede leerse en un fragmento del documento acusatorio contra Castro y Díaz Canel.

La noticia del procesamiento de los jerarcas del régimen ha provocado reacciones iniciales de muy extenso rango al interior de la oposición y la sociedad civil cubana, tanto en Cuba como fuera de ella.

“¿Daños a la propiedad, verdad?”, se preguntó Idabell Rosales, del proyecto Puente a la Vista, tras conocer la maniobra de Raúl. “Será a la propiedad de Luis Manuel, a quien por poco le cae el techo encima. ¡Demandemos al régimen cubano por daños a la propiedad de Luis Manuel Otero Alcántara!”


 

Juicio sumario abreviado contra Luis Manuel Otero Alcántara

Los activistas Daniel Llorente y Luis Manuel Otero Alcántara (derecha) en una imagen de archivo
Declaración del Movimiento San Isidro

El domingo 1ro de marzo, a las 2 y 30 de la tarde, fue detenido en las afueras de su casa Luis Manuel Otero Alcántara. Se le prohibía salir por la convocatoria realizada por sectores de la comunidad LGTBIQ a una protesta frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión. Durante el proceso de la detención a Luis Manuel, fue reducida con extrema violencia policial Claudia Genlui, aparentemente por intentar documentar el arresto. Fue golpeada por una policía mujer, lanzada al piso y dejada en la vía pública, sin proceso alguno; su celular fue secuestrado sin mediar documentación o registro, lo que entendemos como un robo desde las mismas fuerzas de Seguridad del Estado y del orden público.

Hoy lunes nos personamos en la Dirección Nacional de la PNR para solicitar información sobre el estado del detenido. La respuesta policial fue dada por una oficial con número de placa 10836, con grados de Mayor. Indagó en la red del sistema policial y nos confirmó que Otero Alcántara está en el centro de procesamiento para detenidos conocido como “El Vivac”, acusado de daños a la propiedad.

Nos comunicaron en la Dirección Nacional de la PNR que será sometido a “juicio sumario abreviado” y que esto debería suceder antes de transcurridos 10 días según el ordenamiento jurídico vigente.

Por principio, rechazamos cualquier alusión desde el Estado cubano o las fuerzas de seguridad del estado sobre los debidos procedimientos, pues los mismos son constantemente violentados por aquellos que pretenden ser sus representantes.

Recordamos que el uso de la fuerza represiva innecesaria, la arbitrariedad policial, el abuso físico sobre los ciudadanos indefensos y la puesta en práctica de figuras legales arbitrarias, puede ser considerada como terrorismo de Estado, y como tal ser entendida por los organismos internacionales y los estados soberanos nacionales.

Insistimos en que este procedimiento, el uso arbitrario de la fuerza policial, puede desencadenar males mayores para la sociedad cubana, pues el ciudadano, al sentirse sin recursos de protección ante los desvaríos y arbitrariedades del Estado, podría reaccionar asumiendo su propia protección y defensa, creándose un estado de caos o de guerra civil en la nación.

Luis Manuel Otero Alcántara ya está preso y esperando un juicio sumario. Las figuras jurídicas que antes habían establecido contra él, el “desacato agravado” y “ultraje a los símbolos patrios”, no llevan el peso suficiente para juzgarlo y encarcelarlo. Ahora agregan una nueva figura, “daños a la propiedad”, para aumentar el peso de su caso en materia legal.

El Movimiento San Isidro esperaba este momento culminante y nos habíamos preparado para él. Activaremos nuestros protocolos y procedimientos, iniciaremos una campaña en función de la libertad de Luis Manuel, así como hacia las libertades fundamentales de todos los cubanos. Estaremos en las calles y en los juzgados, mientras existamos estaremos alzando nuestras voces pues la injusticia que impera es grande e inaceptable. Todas nuestras variantes operativas están sobre la mesa.

Convocamos a los artistas cubanos y del mundo a alzar su voz frente al régimen cubano, injusto y dictatorial.

Gestos artísticos, performances, cualquier manifestación creativa puede ser un mensaje de apoyo para quienes defienden la libertad en la isla de Cuba.

A las diferentes comunidades culturales, interesadas o involucradas, que levanten la palabra ante la injusticia y la opresión que se vive en la Isla, pues estos procedimientos pueden ocurrir ( y ocurren) sobre cualquier ciudadano que decide vivir en libertad.

¡El tiempo final es ahora!

https://twitter.com/Mov_sanisidro

Represión y solidaridad en torno a la censura cinematográfica en Cuba

Luis Manuel Otero Alcántara en una foto de archivo

Este fin de semana, la censura del documental Sueños al pairo –de los realizadores independientes José Luis Aparicio Ferrera y Fernando Fraguela Fosado– por parte del oficialista ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos) ha desatado un movimiento de solidaridad y protesta en Cuba y fuera de ella.

“En solidaridad con Aparicio y Fraguela, otros cineastas han retirado sus obras de la Muestra Joven. Tal es el caso de Umbra, de Daniela Muñoz Barroso, El amor de las cucarachas, de Regis Guedes, y Los puros, de Carla Valdés León”, informó el portal ADN Cuba. “También decidió retirar su corto Generación el reconocido cineasta Carlos Lechuga”.

La Muestra Joven, espacio donde sería exhibido el documental en Cuba, fue cancelada tras el acto de censura. “La dirección del ICAIC ha decidido posponer la celebración de la Muestra Joven ICAIC para fecha que se anunciará oportunamente con el objetivo de crear mejores condiciones para su realización y analizar diversos temas de trabajo en un ambiente apropiado y con el tiempo necesario”, apuntó el comunicado oficial.

También, el ICAIC expulsó a la directora de la Muestra Joven, Carla Valdés, tras la polémica en torno a Sueños al pairo, que aborda el itinerario del cantautor exiliado Mike Porcel.

Simultáneamente, el propio domingo 1 de marzo, activistas de la comunidad LGBTIQ+ cubana convocaron a una “besada” frente a la sede del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), en La Habana, como protesta contra otra censura, la de un beso entre dos jóvenes homosexuales en la película Love Simon. El portal Cubanet reportó varias detenciones llevadas a cabo por la Seguridad del Estado en torno a la iniciativa.

Los activistas Luis Manuel Otero Alcántara y Claudia Genlui Hidalgo, quienes apoyaban el evento, volvieron a ser objeto de la represión policial. Otero aún se encuentra en paradero desconocido y a Genlui le fue hurtado su teléfono tras ser golpeada por la policía.

A continuación algunos comentarios de creadores y activistas en las redes sociales:

“Luis Manuel Otero Alcántara ha sido detenido, yo he sido golpeada por la policía política y la seguridad del estado en Cuba, me han quitado el teléfono… la mujer cubana y los artistas e intelectuales cubanos están siendo violentados, ¡reaccionemos!”. Claudia Genlui Hidalgo

“No nos olvidemos que aunque consideremos una «victoria» (y la entrecomillo a conciencia) que la TV Cubana haya ofrecido disculpas por la censura al beso, Luis Manuel Otero Alcántara se encuentra detenido precisamente porque había expresado su deseo de apoyar a la comunidad LGBT en su reclamo. Luis Manuel generalmente apoya casi todas las causas que tienen que ver con la reivindicación de derechos. Deberíamos ser recíprocos con él. No podemos naturalizar los atropellos de los que es víctima constantemente”. José Raúl Gallego  

“La bota del inculto, del incapaz, del insensible, del extremista, del irracional, del oportunista, aplasta contra el pavimento, una vez más, los sueños y creaciones de los artistas e intelectuales cubanos. Pero cuanto más aplasten, más creadores con vergüenza y valor se unirán a las protestas”. Sandra Ceballos

El exilio hoy: El otro cine cubano

El evento ‘El exilio hoy: El otro cine cubano’, presentado por el Miami Dade College, recogerá el próximo 11 de marzo “las experiencias de tres generaciones de cineastas y su visión del cine cubano” con el escritor Carlos Alberto Montaner y el crítico Alejandro Ríos, quienes moderarán un panel compuesto por los cineastas Orlando Jimenez Leal, Lilo Vilaplana y Yaima Pardo La Red.

Fecha: Marzo 11 de 2020

Horario: 6:00 p.m. – 8:30 p.m.

Dirección: Freedom Tower (600 Biscayne Boulevard, Miami, FL 33132)

‘El exilio hoy: El otro cine cubano’ es un ciclo de conferencias multidisciplinares “que cuenta con profesionales del mundo de los negocios, la ciencia, las artes y el espectáculo para conversar sobre la experiencia del exilio desde una perspectiva contemporánea”.

Aparcamiento gratuito en el garaje del Miami Dade College (500 NE 2nd Ave., Miami).

Orlando Jiménez Leal es director de cine. Su cortometraje PM (1961) fue censurado y requisado por el régimen castrista, lo que provocó una polémica político-cultural sobre la libertad de creación en Cuba. En 1979 dirigió el largometraje de ficción El Súper, ganador del Gran Premio en el Festival de Cine de Mannheim, Alemania, y del Premio de la Association Française des Cinemas d’Art et d’Essai, y seleccionado para muestra del Festival de Cine de Venecia. En 1984 codirigió el documental Conducta impropia junto a Néstor Almendros, que gira en torno a la represión de la homosexualidad en la Cuba castrista y que ganó el Gran Prix en el Festival Internacional de los Derechos Humanos de Estrasburgo y el premio a mejor película del año en el London Film Festival.

Yaima Pardo es cineasta y videoactivista. Ha dirigido los documentales Causas y azares (2017), Pinero Pinero (2015), Antígona el proceso (2014) y OFF_LINE (2013), y las series web Brújula (2019) y Conociendo a… (2018). Actualmente ejerce como directora de multimedia del portal digital ADN Cuba. Entre 2002 y 2017 trabajó como directora en la televisión cubana.

Lilo Vilaplana es escritor y director de cine. Su largometraje más reciente, Plantados, sobre el presidio político en Cuba en los años 60’, está actualmente en proceso de post producción. Vilaplana ha dirigido las series Leyendas del exilio, de AméricaTeVé, Perseguidos, de Fox TeleMexico, Dueños del paraíso, para Telemundo NBC y El Capo en Fox Telecolombia, entre otras. El Capo fue ganadora de 8 Premios India Catalina, incluyendo mejor serie y mejor director, y del premio TV Novelas en Colombia a mejor director de serie. Vilaplana ha dirigido también cortometrajes sobre Cuba como Agrypnia; La muerte del gato, con el que participó en el Festival de Cannes y ganó el premio al mejor corto de América Latina del periódico español ABC; La casa vacía, con el que también participó en el Festival de Cannes; Los ponedores e Irene en La Habana. Es ganador de un Premio Emmy por el docudrama El infierno de Montoya, dirigido con Fox Telecolombia para Nat Geo.

Alejandro Ríos es crítico de cine y de arte. Ha cubierto festivales cinematográficos en La Habana, Miami, Brasil, Calcuta y Canadá. En 2018 fue co-curador del Festival ‘La fruta prohibida’, de cine independiente cubano del siglo XXI, con sede en Coral Gables Art Cinema. Como parte de la serie de cine cubano que fundó en Miami Dade College en 1993, presentó el primer Festival de Cine Alternativo Cubano en 2003. Durante 10 años, Ríos presentó el programa de cine cubano ‘La mirada indiscreta’ en Canal 41, AmericaTeVe, y actualmente conduce ‘Pantalla indiscreta’ en TV Martí, donde también ha presentado ‘Pantalla de azogue’ y ‘Pantalla TVM’. Mantiene un segmento sobre cine internacional en el Noticiero de Canal 41, así como una sección de cine cubano en el programa ‘A Fondo’ que conduce Pedro Sevcec. Ríos es autor del libro La mirada indiscreta, que compila 10 años de columnas publicadas semanalmente en El Nuevo Herald.

Carlos Alberto Montaner es escritor y periodista. Entre sus decenas de libros publicados figuran La libertad y sus enemigos, Manual del perfecto idiota latinoamericano, La mujer del coronel, Otra vez adiós, Tiempo de canallas y las memorias Sin ir más lejos. Montaner fue vicepresidente de la Internacional Liberal durante veinte años y en la actualidad apoya a la organización como patrocinador. Ha recibido numerosas distinciones como el Premio a la Tolerancia de la Comunidad de Madrid, el Doctorado Honoris Causa de la Universidad the Francisco Marroquín y el premio Juan de Mariana, entre otras. La revista Foreign Policy lo seleccionó como uno de los 50 escritores más influyentes de la lengua española.

Premio de Narrativa ‘Reinaldo Arenas 2020’

El proyecto Puente a la Vista lanza nuevamente el Premio de Narrativa ‘Reinaldo Arenas’ (2020), que se regirá por las siguientes bases:

1- Podrán participar en esta convocatoria todos los narradores nacidos en Cuba, residentes en la Isla o fuera de ella.

2- Cada autor concursará con una única obra de tema libre –novela o conjunto de relatos–, original e inédita en formato impreso (papel), con una extensión no menor de 80 cuartillas ni mayor de 200, quedando excluidas aquellas que hayan sido premiadas en cualquier otro certamen.

3- El original irá firmado con el título de la obra y el nombre del autor, haciendo constar en un documento aparte el nombre completo, dirección, teléfono, correo electrónico y currículo.

4- Las obras se presentarán obligatoriamente por correo electrónico, en formato Word. Se adjuntarán dos archivos en el mismo correo: uno para el libro, que deberá ir identificado con el título de la obra y el nombre del autor, y uno aparte con los datos señalados en el punto 3º de estas bases, identificado solo con el nombre del autor. Las obras deben ser remitidas al email [email protected] con el asunto o encabezamiento CONCURSO DE NARRATIVA 2020. De enviarse con otro asunto o encabezamiento, serán descalificadas.

5- Las obras presentadas al concurso no podrán estar comprometidas para publicación ni participación en otro certamen. La utilización de formatos PDF u otros que no sean Word, o de ilustraciones junto a los textos, implicará la descalificación de la obra. El tipo de letra utilizado en los textos quedará a consideración de los concursantes.

6- Los autores serán comunicados de su participación en el concurso a través de su correo electrónico, tras recibirse sus obras.

7- Se otorgarán dos premios, el primero de ellos de $1,000.00 y el segundo de $500.00. Los premios en metálico serán únicos e indivisibles en ambos casos. Los organizadores garantizarán la publicación de las obras ganadoras. Los derechos de todas las obras participantes pertenecerán desde el principio a sus autores. En ningún caso los organizadores harán uso de ellas sin su consentimiento, salvo para promocionarlas.

8- El plazo de admisión cierra el 1 de agosto de 2020 y los resultados serán anunciados a finales de año en diversos medios de prensa. Los organizadores no mantendrán correspondencia alguna con los participantes y solo se dirigirán a los ganadores para anunciarles el resultado.

9- El jurado que analizará las obras en concurso estará integrado por escritores, críticos y editores radicados en la Isla y el exterior. Tras anunciarse los ganadores, se dará a conocer su integración.

10- El hecho de participar en este concurso implica la total aceptación de sus bases.


 

La memoria como gran fiadora

Pablo Socorro, editor y compilador, junto al prologuista del libro, José Hugo Fernández

 

Conocí de cerca la historia de un oficial de la Marina de Guerra del régimen de Fidel Castro, a quien le complacía sobremanera hundir las embarcaciones y balsas repletas de gente desesperada que intentaba huir de Cuba. Su modus operandi (por el que ganó triste renombre, durante los años setenta, en todo el litoral oeste de La Habana) consistía en ordenar el lanzamiento de sacos llenos de arena sobre aquellos maltrechos vehículos portadores de niños, mujeres y hombres inocentes, para hacerlos desaparecer en el fondo del mar o en la barriga de los tiburones. Si alguien cree que fantaseo o que exagero o que pretendo estandarizar la crueldad de un caso aislado para presentarlo como típico del fenómeno, debe ser porque no conoce ni de lejos los pormenores de la debacle migratoria que ha debido sufrir la población cubana a lo largo de las últimas seis décadas.

Ya sabemos que la emigración se ha convertido en uno de los grandes problemas del mundo moderno. De un lado, países subdesarrollados, súper poblados y con malos gobiernos que no dejan a los ciudadanos otra elección que no sea la desbandada. Del otro lado, países desarrollados en los que la fuerza de trabajo del inmigrante pierde su histórica incidencia en tanto beneficio de orden económico, a la vez que aumenta desproporcionadamente la cifra de inmigrados que son carga social e incluso retranca para la prosperidad. Se trata de una tragedia que ahora mismo parece irremediable, no tanto porque lo sea verdaderamente como por la falta de previsión y de buena voluntad por parte de los poderes dominantes, y por la absoluta falta de perspectivas de los afectados.  

Ocurre, sin embargo, que aun en medio de esa catástrofe con dimensiones planetarias, la historia de los emigrantes y exiliados cubanos en los últimos sesenta años exhibe características sui géneris, lo que es decir particularmente dramáticas en más de un sentido.

En ningún otro país pobre y generador de emigrantes en masa, el simple imperativo de abandonar la tierra, el hogar, la familia, para ir en busca de otros horizontes, ha sido perseguido, reprimido y tan implacablemente castigado como en Cuba, bajo el estigma de delito político. Posiblemente no existan estadísticas oficiales (y si existen, no las conoceremos nunca) sobre las cuantiosas cifras de personas que fueron juzgadas y enviadas a cumplir largos años de cárcel por intentar sin éxito huir de la Isla. Menos aún consta la infinidad de casos en los que fueron asesinadas en alta mar por las fuerzas represivas del régimen. Por no hablar de los cientos de miles de cubanos que desaparecieron para siempre en la travesía, sin que sus nombres hayan podido engrosar siquiera las listas de inmolados. Jamás llegaremos a conocer el escandaloso número de vidas que se ha llevado por delante el fidelismo movido por la soberbia de no tolerar no ya el desacuerdo ideológico, ni aun el deseo de alejarse silenciosamente de su fatum tiránico.

Tampoco cuentan, porque no son cuantificables, los disímiles sufrimientos, las frustraciones, el luto, la rabia, el miedo, la desesperanza…que ha venido acumulando la población durante más de medio siglo de éxodo indetenible y siempre satanizado oficialmente. Por decenios, las familias cubanas que decidían explorar nuevas opciones de vida en el exterior eran despojadas por ley de sus propiedades, incluidas sus propias casas con todo lo que tuviesen dentro. Todo profesional que manifestaba interés por abandonar legalmente la Isla, era sometido a régimen de trabajos forzosos, en condiciones de internamiento y cumpliendo tareas rústicas en la agricultura o en otras áreas ajenas a su especialidad. Los profesionales y técnicos de la salud eran expulsados de sus puestos y obligados a permanecer desempleados entre cinco y diez años antes de obtener permiso para viajar al exterior. El término militar “desertor” es esgrimido todavía hoy para calificar a cualquier persona (pero en especial a profesionales, deportistas, artistas…) que halle propicio quedarse a vivir en un país extranjero donde le ofrezcan mejoras laborales y de desarrollo. Y ser considerado desertor por la dictadura implica la prohibición de regresar a su país (a veces nunca más, otras veces después de un extenso destierro), ni aun para darle el último adiós a una madre moribunda. Todavía más cruel es el tratamiento que se impone a los exiliados. El simple hecho de mantener correspondencia o algún tipo de comunicación con ellos, implicó para su familia en Cuba, durante una larga etapa, la limitación de acceso a empleos y a estudios universitarios, así como el san Benito de vivir bajo perenne sospecha como “traidor a la patria”.

Sería difícil encontrar un solo hogar cubano en el que la emigración y el exilio no hayan dejado dolorosas marcas. El éxodo de nuestro pueblo bajo el dominio del fidelismo encierra una de las mayores desgracias históricas que ha padecido Cuba desde la época colonial. Todavía no ha sido desglosada en términos cuantitativos. Quizás nunca sea posible hacerlo con exactitud. No obstante, no es en este orden, sino en el cualitativo, donde registra sus más graves perjuicios. Pongamos sólo la total desvertebración de la familia cubana, o la pérdida de lo más valioso de su patrimonio intelectual y de su gente joven.  

Así, pues, mejor que consultar las estadísticas –ya que ninguna puede ser confiable–, y mucho más revelador que el recuento del cúmulo de acciones resueltamente fascistas con que el fidelismo se aseguró con este asunto un lugar de privilegio en el estercolero de la historia, resultará siempre consultar la memoria viva de sus protagonistas. Por eso me parece tan importante que existan libros como El último que apague el Morro, compilado y editado por Pablo Socorro para la Colección Testimonio de su flamante Editorial Lunetra. Los números fríos se tornan ininteligibles con el tiempo. El dato histórico es recompuesto según el interés de quienes lo refrendan. Entonces nada como el testimonio directo de las víctimas para impedir que estos hechos se olviden o adulteren.

Por El último que apague el Morro discurren las rememoraciones de diez emigrantes que proceden de distintas zonas de Cuba y que afortunadamente consiguieron reconstruir sus vidas y las de sus familias huyendo hacia el exterior. Tanto sus ocupaciones como sus edades o el recuento de las circunstancias que rodearon su fuga de la Isla resultan ejemplares para ilustrar un vívido acercamiento al tema. Las anécdotas, narradas con la mayor naturalidad, sin actitudes lastimeras y sin poses falsamente heroicas, exponen al detalle muchos de los aspectos que configuran el drama general.  

Un técnico de equipos de oficina, un profesor de derecho de la Universidad de La Habana, un dentista, dos pintores, un biólogo devenido enfermero, un actor, una oficinista, un estudiante frustrado, un periodista independiente, un informático, narran sus experiencias personales en un libro en el que resalta la amenidad de las anécdotas, lo sustancial del contenido y la transparencia de los testimoniantes. Algo que ha llamado muy puntualmente mi atención es el modo en que casi todos enaltecen la ayuda que les brindaron familiares, amigos o meros paisanos. Es este un rasgo del fenómeno que en ocasiones se pasa por alto. Incluso algunos consideran que muestra síntomas de estar cambiando para mal, sobre todo últimamente. Sería lamentable. Pues si las ignominias padecidas por nuestros emigrantes y exiliados conforman sin duda uno de los más tenebrosos capítulos de la historia del totalitarismo castrista en Cuba, la solidaridad entre sus víctimas (que es el conjunto de la población cubana) bien merece ser realzada como una especie de lirio blanco en el pantano, cuyas raíces se nutrieron con la inmundicia.

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Cuba, la censura según Vicente Echerri

Escritor, editor, traductor, Vicente Echerri (Trinidad, 1948) profundiza en este video en los orígenes y las características de la censura en la Cuba totalitaria conformada a partir de 1959. Su último libro publicado es la novela El caballo de ébano (Espuela de Plata, 2019).

De la serie ‘La voz tras la mordaza’. Una investigación en torno a la censura y la represión cultural en Cuba en los últimos 61 años:

https://www.youtube.com/watch?v=13Hrr5j2HJw&t=6s

Carta abierta a los artistas cubanos

Luis Manuel Otero Alcántara, artista y activista independiente

por Coco Fusco

La fecha del juicio del artista Luis Manuel Otero Alcántara se acerca. La fiscalía ya ha recibido su caso y tiene hasta el 1 de marzo para responder.

Como ya saben, Luis Manuel ha sido detenido arbitrariamente más de 20 veces en dos años, y esas desapariciones forzadas han durado hasta cuatro días. Las acusaciones de desacato y ultraje a los símbolos patrios relacionadas a los performances que él ha desarrollado en las calles de la Habana y las redes, son diseñadas no solamente para aplastar su carrera artística sino también para infundir miedo en la comunidad artística. Es una estrategia para domar a los creadores que ha funcionado muy bien en Cuba a lo largo de sesenta años.

No es la primera vez que el Estado cubano maltrata y difama a un artista. Los cubanos conocen bien esta historia, aunque de las víctimas se hable poco dentro de la isla. La lista de carreras artísticas que han sido destruidas por los censores es larga. Pero también están los casos infames de artistas que no solo fueron censurados sino también atacados por la Seguridad del Estado, golpeados por la policía, interrogados durante horas, despojados de su membresía en la UNEAC y en la Asociación Hermanos Saíz, de sus licencias para vender su obra, y de sus propios hogares. Entre ellos algunos han sido sometidos a juicios en los que no pueden defenderse de acusaciones falsas. Entre los plásticos está el caso de JuanSí González, que fue hostigado en los años 80 por sus performances callejeros y su actitud contestataria y que en su última visita a Cuba fue amenazado por la Seguridad del Estado de nuevo. Está también el caso de Angel Delgado, que pasó seis meses en la cárcel en 1990 por haber hecho un performance escatológico sin autorización. Danilo “El Sexto” Maldonado estuvo en la cárcel por diez meses y sufrió amenazas de muerte que precipitaron su partida definitiva porque hacía grafiti político en el espacio público. Tania Bruguera aguantó varios meses de lo que equivalió a arresto domiciliario en 2015 por un performance que ni siquiera realizó y sigue siendo hostigada continuamente por los agentes del Estado. Me limito aquí a algunos casos dentro del campo de la plástica, pero sabemos que hay mucho más casos que provienen de la música, la literatura, el cine, el teatro y el periodismo independiente.

Esas prácticas policíacas seguirán si los cubanos no hablan de ellas. El Decreto 349 refuerza el poder del Estado para realizar impunemente estas acciones, pero el silencio general facilita la práctica porque hace que siga ocultada a simple vista. La única diferencia entre el pasado y el presente es que en los últimos dieciocho meses la comunidad artística en Cuba ha empezado a levantar su voz en contra de estas políticas represoras. Ha decidido hacer público su desacuerdo con el Estado cubano. Ha mostrado que considera que la libertad de expresión y la definición de quién es un artista no deben ser manejadas y manipuladas por un gobierno.

Esa manifestación de valores éticos y democráticos da esperanza por el futuro de la vida cultural en Cuba. Demuestra valentía y dignidad frente a una situación terrible.

No obstante, el miedo que hace que la mayoría de los artistas cubanos guarden silencio, no ha desaparecido. Todos conocen bien las actitudes que justifiquen ese silencio. Todos saben que hay muchos artistas e intelectuales que no quieren perjudicarse defendiendo a los que son blanco de las campañas de difamación de la oficialidad cubana. A pesar de haber estudiado y trabajado juntos, se distancian de los colegas condenados como si no los conocieran. Están los que tienen miedo de perder lo poquito que han conseguido, los que temen no poder viajar o regresar a Cuba si hablan. Están los que piensan que solo las figuras más cercanas al poder pueden salvar a los condenados, como fue el caso de Alicia Alonso cuando logró sacar a algunos de sus bailarines de los campos de la UMAP. Y están los que insisten en que no les gusta la política y que su arte no tiene que ver con las cuestiones cívicas y éticas. El entrenamiento que los intelectuales cubanos reciben es muy fuerte. El adoctrinamiento y el miedo hace que muchos se nieguen a apoyar a los artistas “infames” diciendo que sus obras no son buenas o que los que hacen obra que aborda temas políticos son oportunistas que solo buscan la fama – como si no fuera el caso que todos los artistas cubanos desean ser reconocidos por su obra. Jamás he conocido a un artista de la isla que no quisiera ser famoso, exhibir y vender su obra. Todos estos argumentos que pretenden separar al artista de la política terminan siendo estrategias que sirven a los intereses políticos del Estado cubano.

Sabemos también que hay miembros de la comunidad artística que han denunciado a otros de su medio para ganar el favor de la oficialidad. Hay algunos que han firmado cartas escritas por miembros de la Seguridad del Estado declarando que tal o tal persona no es un verdadero artista. Entre ellos hay algunos que después optan por el exilio y nunca hablan de ese pasado comprometedor. Aquel acto de violencia simbólica legitima las medidas de la policía, pero corresponde a una lógica errónea. El derecho de expresarse no tiene que ver con la calidad artística de una obra –es una cuestión ética y un elemento clave de los derechos civiles al nivel global. El artista pertenece a una profesión que celebra y demuestra que la creatividad no tiene límites. A pesar de la buena educación que muchos artistas reciben en Cuba, ningún cubano tiene la capacidad y la autoridad de determinar de manera absoluta el valor de una obra de arte. Hay artistas que no son reconocidos hasta mucho tiempo después de su muerte y otros que son elogiados por periodos muy cortos antes de desaparecer del campo cultural.

Los profesionales de arte pueden enmascarar su miedo con disparates formalistas, pero no pueden negar que la represión de un artista crea las condiciones para la represión de todos los artistas. El Estado que promueve a algunos es el mismo que suprime a todos.

Por eso les invito a reflexionar en este momento y decidir si les conviene a los artistas cubanos que encarcelen a uno de ustedes. Y si les parece que no les conviene entonces tal vez podrán levantar la voz y denunciar el maltrato de Luis Manuel Otero Alcántara. Llegó la hora definitiva para hacerlo y, si no lo hacen, por lo menos reconozcan las implicaciones y las repercusiones de su silencio.

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Bebo Valdés, la música interminable

 

De Bebo Valdés, uno de los pianistas más importantes que ha dado Cuba, uno de sus grandes músicos de todos los tiempos, apenas si se habla en las calles y medios de difusión masiva en la Isla. Una leyenda viva de la música insular prácticamente desconocida para la inmensa mayoría de la población cubana.

Mucho se ha hablado de Bebo fuera de Cuba, al punto que uno se pregunta: ¿Y por qué no dejar que Bebo hable de sí mismo? Así fue como se me ocurrió ensamblar esta especie de collage de fragmentos de entrevistas concedidas por el pianista y compositor a varios medios y periodistas de distintos países. Pero antes recomiendo leer esta breve síntesis de su biografía:

Bebo Valdés nació el 9 de octubre de 1918 en Quivicán, unos pocos kilómetros al sur de La Habana, y falleció en Estocolmo (Suecia) el 22 de marzo de 2013. Comienza su carrera profesional como pianista de la orquesta de Julio Cueva, y poco después colabora con la orquesta de Armando Romeu en el cabaret Tropicana. Deja Cuba en 1960 y, tras una gira europea con los Havana Cuban Boys, decide exiliarse en Estocolmo, Suecia, en 1963. Luego de casi treinta años alejado de los focos, tocando el piano en hoteles y teatros suecos, el 25 de noviembre de 1994 Bebo recibe una llamada de Paquito D’Rivera, quien le invita a grabar un nuevo disco en Alemania; reinicia entonces su carrera internacional con la grabación de “Bebo Rides Again”. Sus dos primeros premios Grammy fueron obtenidos por ‘El arte del sabor’, junto a Cachao, Patato y Paquito d’Rivera, y ‘Lágrimas negras’ –que firmó junto al cantaor flamenco Diego El Cigala—, elegido por Ben Ratliff, crítico de The New York Times, como mejor disco del 2003. En total, Bebo mereció siete Grammys.

Hecho el preámbulo, las palabras del artista:

“Estuve un tiempo en Miami antes de venir a Europa. Lo que pasa es que en México trabajaba para Hispavox, donde le hacía los arreglos a [los cantantes chilenos] Monna Bell y Lucho Gatica; y de ahí me mandaron a trabajar a un festival en Madrid. Yo quería conocer Europa, porque tenía más de cuarenta años y nunca había estado allí. Luego llegué a Helsinki y conocí a la que es mi esposa, en el año 62. Cuando vino la crisis de los misiles, mis amigos cubanos me dijeron: “Olvídate de Cuba, ya no hay esperanza de volver; mejor cásate y quédate por aquí, que éste es un buen país”. Eso hice, y me salió muy bien, porque llevamos 42 años casados, y acá tengo hijos y nietos, así como mi casa y mi pensión. Si sigo trabajando es porque me gusta hacerlo, no por necesidad” (entrevistado por Sergio Burstein).

“En Cuba pasaron cosas en lo que tiene que ver con la música. Una de las que más me sorprendió fue el comienzo de los Irakere de mi hijo, en el año 73. Y las estrellas como Paquito y Sandoval y el pianista este… cómo se llama… uno que es mulatico, muy bueno, que era competidor de Chucho, más o menos de mi color… Gonzalo Rubalcaba. Emiliano Salvador también fue muy bueno, pero prácticamente no salió de Cuba” (entrevistado por Pablo Larraguibel).

“A mí el dinero no me importa ni cojones. Nunca me ha importado. Yo quiero hacer mi trabajo, que me dé para comer y para ir aquí al lado, y ponerme un traje cuando yo quiera. Y aquí una casita o lo que sea. Pero ser esclavo, no. Yo tuve dos tíos, Rufino y Agustín, que fueron a la guerra con Maceo y cuando volvieron en 1898 nunca se habían puesto un par de zapatos ni se habían acostado en una cama. Dormían en el suelo. Eran esclavos y se fueron como cimarrones con un machete porque les echaban a los perros. Cuando vi que tumbaban caña todo el día, que no sabían ni leer ni escribir, y que los explotaban en la hacienda, yo le pedí a Dios una cosa: Dame para dar y no me dejes pedir nunca jamás. Y todos los años mando dinero a Cuba. Lo he hecho toda mi vida. Yo no puedo dejar de ayudar a mi gente” (entrevistado por Carlos Galilea).

“En ese tiempo (los años sesenta en Cuba) se empezaron a dar las cosas así. Si tú tenías una orquesta, te imponían a alguien dentro. “Pero si tú no eres músico, ¿cómo tú me vas a enseñar a tocar piano?”, preguntaba.  Y te podían decir: “Óigame, hágame un arreglo para esta tarde que va a cantar fulano”, y no te quedaba más que decir: “¿qué es eso?, ¿qué tú estás diciendo?”. Esas cosas no son comprensibles. Así yo no podía seguir. Yo entiendo las cosas como son. Cada cual tiene sus razones. Pero para mí es inexplicable. Yo soy un hombre democrático totalmente. Mientras tú no infrinjas la ley, haz lo que te dé la gana y lo que tú quieras. Ahora, no me obligues a mí a hacer lo que tú haces. Eso es todo” (entrevistado por Pablo Larraguibel).

“Donde quiera que esté un hijo mío, seguirá siendo mi hijo; ahí no vale la política. Dejé de ver a Chucho durante dieciocho años, porque él no iba a los lugares a los que yo iba. Después del año 78, empezó a ir a Estados Unidos todos los años. Tanto él como yo hicimos al lado de esa nieta un concierto a tres pianos en Tenerife. Y hace sólo unos días, para celebrar que yo cumplía 87 años y él 64, Chucho y yo dimos juntos un concierto de dos horas y media en España. Cuando yo me fui de Cuba, Chucho era mayor de edad; a los 16 años ya era un señor pianista, y tocaba en mi orquesta Sabor de Cuba. El empezó con el piano a los cuatro años, y durante diez tuvo como maestro a un profesional extraordinario que le dio toda la educación que yo no pude tener” (entrevistado por Sergio Burstein).

“Yo podría ir a Cuba mañana si quisiera. Lo que no quiero es ir al “régimen” de Cuba. Yo soy un hombre libre y debo hacer lo que quiero y cuando quiero. No obedezco a nadie porque soy mayor de edad ya. Para mí, según mi manera de ser y de pensar, un pueblo debe tener su Constitución. Yo tengo la mía, hay dos incluso, las de 1940 y 1902, pero en Cuba es como si no existiesen. Si eso no existe en Cuba, yo no puedo ir a un país donde no tenga ninguna seguridad. No soy político, ni de izquierdas ni de derechas, no te hablo de política. Es por eso que no voy a Cuba, no por otra cosa. No voy por el régimen” (entrevistado por Diego Salazar).

“Yo quiero tocar hasta que me muera. ¿Qué voy a hacer metido en mi casa? Me meto en casa por mi mujer; si no, me voy para la calle a caminar, a hacer lo que me dé la gana, pero la quiero cuidar porque no se siente bien. En los tiempos malos se portó muy bien. A veces yo estaba un día o dos sin comer. Le daba lo poquito que entraba y le decía que ya había comido con fulano. Ella estaba esperando un niño y yo no quería… ¿Quieres que te diga algo? A mí ella todavía me gusta” (entrevistado por Carlos Galilea).

Un poemario muy especial de Rafael Almanza

Ediciones Homagno planea para este 2020 la publicación, en tirada única de 100 ejemplares a color, del poemario HymNos ii, del escritor cubano Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’.

El poemario –continuación de HymNos (536 páginas), publicado por la misma editorial– consta de 584 páginas, en formato de 6 por 9 pulgadas, y con color interno.

«Este himnario a la Gloria del Ser, de 1.120 páginas hasta ahora, está compuesto por 17 poemas extensos, varios de ellos visuales», ha explicado el propio autor. «HymNos ii consta de solo tres himnos, pero dos de ellos son visuales y requieren el uso del color, especialmente para los poemas-objetos que aparecen fotografiados, la heráldica y el poema arquitectónico Parque AlmAnsia».

El alto coste de producción de esta segunda parte del proyecto ha llevado a los editores a solicitar apoyo económico en forma de crowdfunding (colecta). Apoyo que Puente a la Vista recomienda vivamente dada la importancia de este libro singular:

Clic aquí para apoyar la publicación del libro

Lilliam Moro, homenaje en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de febrero de 2020 con un homenaje a la escritora Lilliam Moro.

Durante la celebración, autores invitados, familiares y amigos leerán poemas de la reconocida escritora cubana, en una gran fiesta de poesía para resaltar la obra y trayectoria de Moro, quien también leerá algunos de sus textos.

Fecha: viernes 21 de febrero de 2020
Hora: 8:30 de la noche
Dirección: 111 SW 5ta. Avenida
Más información en el (305) 747-1877.

El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña (†) y dirigida por Eriberto Jiménez.

Ana Rosa Díaz, rara avis en la literatura cubana

 

Ana Rosa Díaz, cubana nacionalizada española, estudió pintura y ha ilustrado cubiertas de libros. Es una prestigiosa actriz en su tierra natal, donde se desempeña como titiritera, y a veces dirige a actores y actrices en alguna obra de teatro.

Nacida en Las Tunas en 1973, egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en La Habana, bajo la dirección de Eduardo Heras León, Ana también ha hecho cine, radio y televisión. Pero son la poesía y la narrativa quienes la han dado a conocer en el ámbito cultural.

Las deudas literarias de la autora con escritores universales y nacionales son muchas, pero su novela El hueco (Iliada Ediciones), la primera que publica, lleva una marca personal. Aquí narra la historia de Gustavo, un adolescente perdido en un pueblo de provincia; de los abusos de un tío alcohólico y morboso; de su abuela; de la pérdida de la madre, a quien tratará de encontrar; del amor de Luisa, que llegará al pueblo para salvarlo de las miserias materiales, espirituales y de la peor de todas, la humana.

Discípula de Guillermo Vidal y Alberto Garrido, Ana forma parte de las generaciones de María Liliana Celorrio, Lucy Araujo, Carlos Esquivel, Nuvia Estévez, Frank Castell y José Alberto Velázquez, escritores que se entrelazan para alimentarse entre sí.

Este libro nos hunde en un mundillo del campo cubano donde todas las desgracias y la marginalidad pueden ser posibles, y acontecen. Novela del siglo veintiuno donde la Virgen de la Caridad y el Internet también son personajes que asoman en el culo del mundo donde vive Gustavo y hacen un guiño de fe y modernidad para iluminarlos.

El hueco comienza a ser reconocida y elogiada por los lectores en el mundo hispano, y un poco más allá.  Novela narrada con feroz maestría. La autora se asoma por vez primera al gran mercado que resulta publicar fuera de su país, pues en este los libros se diluyen entre amigos, vecinos y familiares.

El hueco, obra que rompe con los cánones planteados por escritores anteriores que tocaron la problemática y la realidad del campo en la isla, para dibujar la precariedad que transcurrido el tiempo ha ido creciendo y agrietando toda posibilidad de sueño y esperanza. Novela que va siendo imprescindible dentro del coro narrativo de la nación. Ana Rosa nos permite asomarnos con ojo crítico a una realidad soslayada y olvidada por la novelística cubana en lo que va de este siglo.

Tomo prestadas las palabras de contracubierta: «Novela dura, hermosa, cruda sobre la soledad, el abandono, las miserias humanas y la lucha del ser humano por conseguir sus más íntimos sueños”.

 

Una novela donde el lector tendrá que sortear todos los horrores para salir a salvo. En ella no hay personajes ingenuos o inocentes. Es una historia que hace sangrar, porque la gama de personajes no deja de hacerlo a lo largo de la trama propuesta por la escritora. De ella ha dicho el reconocido crítico y novelista Amir Valle: “Con El hueco la cubana Ana Rosa Díaz Naranjo demuestra que es una de las voces a tener en cuenta en la actual narrativa cubana escrita en la Isla”, a lo que yo agrego: y fuera de ella.

Ha debutado en las ligas mayores con una gran novela, una Ópera Prima que dará de qué hablar, ya lo está haciendo. Un torbellino capaz de arrastrar al más perezoso de los lectores. En Amazon:

Amazon cierra contrato con Raúl Castro para viviendas en Cuba

Caricatura de Omar Santana

La multinacional Amazon, cuyas sucursales se extienden a lo largo y ancho del planeta, cerró contrato este fin de semana para inflar viviendas en Cuba, eternizando así el mayúsculo problema habitacional que arrastra el régimen cubano desde los tempranos años sesenta del siglo pasado.

Tras el éxito de sus yates de goma, Amazon creyó prudente explorar la posibilidad de inflar casas de goma en Cuba, un país donde la excesiva promiscuidad hace prácticamente imposible el despegue socioeconómico, pero luego de estar a punto de sellar contrato con el mismísimo Raúl Castro –en el poder tras bambalinas— tuvo que cerrarlo.  

“Raúl Castro nos bloqueó y tuvimos que cerrarlo”, explicó a la redacción de nuestro semanario humorístico Arroz con Mango uno de los ejecutivos de la empresa que prefirió permanecer en el anonimato (el ejecutivo).

Amazon comenzó a vender en 2019 el popularmente bautizado ‘yate para pobres’ (su nombre real es ‘Inflatable Bay Breeze Boat Party Island’), un barco hinchable convertido en la alternativa perfecta para que disfruten en alta mar “aquellos que no tienen dinero para costearse un barco real”.

El yate de goma tiene espacio para hasta seis personas “y se divide en dos áreas de asientos en la parte delantera y trasera. También tiene ocho posavasos y un enfriador de bebidas incorporado. El hinchable no tiene motor y, por lo tanto, no se puede utilizar para navegar”.

Ya en el otoño del año pasado, no obstante, la posibilidad de una avalancha náutica hacia Cuba en estos botes de goma, tras la previa incorporación de motores a su vez plásticos, había rondado las mentes de los ejecutivos de la empresa:

 

El Poeta

 

Tal vez no exageraba Coetzee cuando afirmó que mediante la música de origen africano los occidentales empezaron a vivir de una nueva manera dentro de sus cuerpos. Sobre la gente de Cuba podríamos decir aún más. Nuestros cuerpos fueron procreados con esa música adentro. Es marca de fábrica. Así que no resulta concebible que se nos identifique no digamos ya ajenos, ni siquiera apartados de ese don cultural devenido inherencia sanguínea. El legado musical de África es para el ente cubano lo que la décima espinela procedente de España ha sido para nuestra historia literaria: savia fundacional.

No por casualidad ambas influencias se entroncaron desde tiempos remotos en el punto guajiro o punto cubano, fruto alquímico que, pese a la marginación y al ninguneo elitista de tantísimos años, ha constituido –constituye- milagro irrepetible de nuestra cultura.

Me apena calcular la cifra de coterráneos (cientos de miles, o millones quizá) que nunca han presenciado una canturría, o que no sintieron por lo menos curiosidad frente a una controversia entre dos decimistas del patio, artífices del repentismo. Es el sortilegio de la poesía sintetizado en un espectáculo que a fuerza de ser auténtico, parece acto de magia.

Estoy lejos de ser chovinista. Ni siquiera me considero un buen patriota. Tampoco pienso, con Cicerón, que mi patria está en cualquier sitio donde me sienta bien. Más allá del pintoresco reduccionismo mental que impone este concepto, la patria, para mí, no sobrepasa los límites de un minúsculo grupo de seres entrañables, o de algunos sitios de La Habana y algún que otro recuerdo o rastrojo de olvido, sumas mermadas por infinitas restas, como diría Pitol. Sin embargo, entre esos escasos atributos a través de los que todavía me sorprendo a veces sintiéndome orgulloso de ser cubano, se halla el punto guajiro y la décima en tanto expresión poética, sea improvisada o escrita, cantada o impresa.

Y doy fe de que ese arraigo se lo debo particularmente a un hombre: Francisco Riverón Hernández. Un inmenso poeta. Por más que nunca utilicé el determinante indefinido “un” para referirme a él. Para mí siempre ha sido El Poeta. Aunque no sea el único gran poeta cubano que admiro. Pero fue el primero que me abrió los ojos, me afinó los oídos y me expandió el espíritu al revelarme la maravilla de sus versos y del arte poético en suma.

Ahora también me sería difícil -y descorazonador- calcular la cifra de coterráneos para los que el nombre de Riverón puede sonar irrelevante, o hasta desconocido. Ojalá no sean tantos como sospecho. Ello, desde luego, no disminuye en modo alguno la trascendencia de su obra. En todo caso es otra prueba del sesgo de provincianismo y desmembración cultural que marcó desde siempre nuestra historia, y más en las últimas décadas.

Porque a pesar de que el punto guajiro está reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y no obstante el relieve concedido a la décima por algunas pocas aunque eminentes figuras de nuestra cultura, como Lezama Lima, quien la cultivó sin sonrojos y además la situó en perspectiva dentro de su Antología de la poesía cubana, lo cierto es que los críticos y en general la mayoría de nuestros escritores y otras personas presumiblemente cultas, no han dejado de mirarla por encima del hombro. Tal vez porque la asumen como un género menor, o como una rústica antigualla, o como expresión folklórica distante y ligeramente emparentada con la poesía.

Yo tuve suerte. Disfruté la ventaja de acercarme a la poesía mucho antes de asistir a las aulas universitarias, y sobre todo antes de que me embutieran de tanta estrofa ramplona y tediosa en aquellos talleres literarios. Ocurrió en mi adolescencia. Vivía entonces en el barrio de Cocosolo, en Marianao, donde un vecino (bastante mayor que yo aunque aún joven) poeta vallejiano, decimista e incondicional entusiasta de Francisco Riverón, empezó por recitarme de memoria los versos de El Poeta, y luego tuvo a bien prestarme algunos libros suyos. No recuerdo haber recibido, antes ni después, otra experiencia tan reveladora. Al punto que decidió mi futuro como impenitente lector y emborronador de cuartillas.

Es que la poesía de Riverón resulta inspiradora. En su obra reconozco muchas de las mejores décimas que se han escrito en Cuba. No fue el único género en que expresó su singular talento, pero personalmente no le encuentro paralelos en el vasto catálogo de decimistas de primera fila que han prestigiado nuestro panorama literario en todos los tiempos.

Con más razón que un santo, el poeta cubano Luis Mario nos advirtió que la sencilla mención del nombre de Riverón conduce a evocar todo el encanto que pueda caber en una décima.

Ni más ni menos. Nadie como él supo mantener el equilibrio entre el imperativo de renovar el género, sobreponiéndolo al estatus de sus inicios como simple versificación anecdótica, pero sin recargarlo con el excesivo rebuscamiento de metáforas que padecería después. Nadie como él, que yo sepa, fue capaz de revalidar la décima (tanto improvisada como escrita) colocándola entre el clasicismo y la modernidad, o sea en la balanza de lo genuinamente culto. No en balde también apuntó Luis Mario que supo vestir de largo a la décima guajira para presentarla en los salones de La Habana ilustrada.

Por si fuera poco, nadie que no fuese Riverón habría dotado con igual fineza a un adolescente huraño como yo para amar y hacerse amar por las mujeres. Y eso sí que ya es mucho decir. 

Instituto Patmos, segundo libro de su colección #BerlinWall30

Nancy Alfaya, Mario Félix Lleonart y Juan Carlos Recio en el Festival Vista de Miami

 

Es este un libro que desde el punto de vista laico, y más desde el no religioso, cabe llamar como de combate. Un breviario con el cual un pastor Bautista, que lleva constantemente prendida a su pecho una medallita con la imagen de un Mártir de la fe católica, pretende armar a la ecúmene cristiana cubana de armas para reclamar su derecho a vivir según los principios de Cristo. En medio, por cierto, de un Estado totalitario que siempre ha pretendido imponerles la subordinación de esos principios a lo que ellos no pueden interpretar más que como intereses temporales, del momento. En definitiva en contraste con un Estado que dice querer construir sobre la Tierra el mismo Paraíso que esperan los cristianos, pero según las ideas de una vanguardia política que no admite otros principios, y sobre todo otra dirección, que la suya.

En La medalla en mi solapa, Mario Félix Lleonart Barroso, su autor, comienza por narrarnos cómo fue a dar a Polonia en 2013, y luego en 2014, invitado como parte del Programa Latinoamericano, del Instituto Lech Walesa. Mas aclaro que no es este un libro de viajes, ni mucho menos, porque esa narración solo sirve como excusa para introducirnos paso a paso, por medio de episodios personales de un protestante, en el papel fundamental de la Iglesia Católica en el proceso de transición polaco, a su vez clave para el derrumbe de todo el llamado Socialismo Real.

Acompañaremos así al Cardenal Wyszynski en su posición vertical ante el comunismo, su martirio, las primeras victorias de 1956, hasta verlo recibir en 1979 al Papa polaco, o hasta su muerte en 1981, en la calma de los justos. Escucharemos desde la nave su iglesia la palabra de Libertad de Jerzy Popieluszco, asistiremos indignados a su asesinato por agentes de la Seguridad del Estado polaca. Retumbara en nuestros oídos aquella cita con que Juan Pablo II removió los cimientos del régimen comunista polaco, no bien besar la tierra de su amada patria, aquel día 2 de junio de 1979 en que Andropov, la cabeza pensante del KGB, decidiera que a ese Papa había que hacerlo callar, a como diera lugar. Caminaremos en medio de una manifestación, rodeados de obreros, en su mayoría católicos, que siguen a su líder Lech Walesa, un hombre a quien a su vez guían los principios de la prédica y la acción de Cristo.

A seguido Mario explora en nuestro pasado, desde que un cristiano nos pensara por primera vez como nación independiente, Félix Varela, en una institución religiosa, el Seminario San Carlos y San Ambrosio. Y luego de esta breve exploración que llega a nuestro presente parece decirnos: miren, cristianos todos, nosotros también somos de esa madera que en Polonia ha dado a héroes y mártires como Jerzy Popieluszco, o Lech Walesa. Sólo vivamos los principios de nuestra fe común en aquel que murió en la cruz por la salvación de cada uno de nosotros.

El libro a su vez se completa con una serie de documentos imprescindibles para el cristiano que lucha hoy en Cuba por la Libertad. Se incluyen así una lista actualizada de los ciudadanos cubanos a los que el régimen cubano nos impide salir del país, y el texto completo del informe sobre la situación de las libertades religiosas, durante el pasado 2019. Por último se incluye la valiosísima Declaración de Barmen, mediante la cual en tan temprana fecha como 1934 un grupo de Iglesias evangélicas alemanas se declararon en oposición abierta al régimen nazi. Es este último un documento de imprescindible lectura para cualquier mujer u hombre de bien, no importa si creyente o no, porque es el manifiesto de un grupo de personas que no se han dejado arrastrar por la opinión mayoritaria, y en medio de tal panorama se han mantenido firmes en sus principios.

La medalla en mi solapa es el segundo libro de la colección #BerlinWall30, de Patmos Ediciones, editorial del Instituto Patmos. Con él, como con todos los demás libros publicados en esta colección, se persigue acelerar la llegada de una democracia que a los cubanos se nos mostrara elusiva en el memorable otoño de 1989.

Convocatoria: Foro ‘Racialidad, género, cultura y diversidad’

El Comité Ciudadanos por la Integracion Racial (CIR), con el acompañamiento de su programa socio-cultural Di.Verso, convoca a la celebración de su foro Racialidad, género, cultura y diversidad, el cual estará dedicado a tres temáticas fundamentales:

  • Emergencia de un Programa Nacional contra el racismo y la discriminación en Cuba y el  desarrollo de la esfera pública afrodescendiente
  •  Prácticas de empoderamiento de las mujeres y la necesidad de una Ley contra la violencia de género. Aprendizajes desde el feminismo negro.
  • El papel de los artistas y líderes sociales  como influencers y agentes de cambio y la experiencia del activismo social y comunitario

Racialidad, género, cultura y diversidad es un espacio  para el intercambio y multiplicación de ideas, un  foro que invita abiertamente a todos los actores de la sociedad civil a desmantelar ―con responsabilidad ética, con ánimo integrador y con respeto a la diversidad― los espejos de la hegemonía, a estimular líneas de  investigación y el compromiso del activismo ciudadano con la realidad, a explorar la constante atracción semántica entre nación, género e identidad, a conciliar diferencias, a restaurar grados de libertad y autonomía que permitan articular acciones de transformación y multipliquen opciones para el futuro. 

Promover el ejercicio de la soberanía ciudadana, continuar descifrando la sinfonía de nuestra identidad, pensando a Cuba con otros lentes, es un propósito imprescindible para este evento que piensa Cuba desde todas las diversidades.

El Foro, animado por el CIR, estará dedicado a la memoria y el pensamiento de las intelectuales e investigadoras afrocubanas Leyda Oquendo Barrios (La Habana, 1936- 2008) e Inés Maria Martiatu Terry (La Habana 1942-2013), las cuales desde el magisterio, la comunicación social y los saberes acompañaron su preocupación por la historia de la afrodescendencia en Cuba y el mundo.

Tambien el Foro es un homenaje al Decenio Internacional de la Mujer Africana y de la Diáspora. El foro utilizará la metodología de presentación de ponencias, debates y mesa redonda que cubrirá las siguientes temáticas:

  • El campo cultural y político afrodescendiente en el escenario cubano actual. Barreras y desafíos para la sociedad civil
  • El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), un mecanismo de protección y empoderamiento para la afrodescendencia global
  • Prácticas culturales y de empoderamiento organizativo de las mujeres ante la violencia de género
  • La agenda de género afrodescendiente desde un enfoque diferencial
  • Trabajo comunitario desde el empoderamiento ciudadano
  • La economía solidaria y desarrollo de incubadoras en el mapa de empoderamiento de la afrodescendencia

Las ponencias no deben exceder las 15 cuartillas y deben ser escritas en letra Times New Roman, fuente 12, a espacio y medio. Un resumen de una cuartilla debe ser enviado por los participantes a los siguientes correos electrónicos:

 [email protected]

 [email protected]

 [email protected]

La fecha límite para el envío de las ponencias será el 10 de marzo de 2020.

Las ponencias deben ir acompañadas de una ficha de autor que incluya nombre, dirección particular, correo electrónico y una breve reseña curricular. La participación está abierta a todas las personas dentro y fuera de Cuba. Las ponencias serán recibidas por el Comité Organizador.

Juan A. Madrazo Luna                       Marthadela Tamayo González

Coordinador Nacional CIR                 Coordinadora Desarrollo de Proyectos

Patmos Ediciones, inauguración en el American Museum of the Cuban Diaspora

Mario Félix Lleonart, autor de 'La medalla en mi solapa'

A siete años de fundado, el Instituto Patmos inicia su proyecto Patmos Ediciones. Enfocada en el particular caso cubano, la editorial abre con la serie #BerlinWall30, dedicada a los 30 años de la caída del muro de Berlín, conmemorados en noviembre de 2019.

Los dos primeros libros de la serie, Cuba, una isla entre la apatía y la revolución, del ensayista José Gabriel Barrenechea, y La medalla en mi solapa, del pastor Mario Félix Lleonart Barroso, serán presentados el próximo jueves 13 de febrero, a las 7:30 p.m., en el Museo de la Diáspora Cubana (1200 Coral Way, Miami, FL 33145).

Participarán Yoaxis Marcheco como moderadora; Dagoberto Valdés y Armando Añel como presentadores, y uno de los dos autores, Mario Félix Lleonart.

José Gabriel Barrenechea, escritor, investigador y periodista. Durante años ha estado escribiendo artículos sobre cultura, historia y actualidad cubana para publicaciones en la isla y el exilio, entre ellas 14ymedio, Convivencia, Cubaencuentro, Cubanet, Puente a la Vista y Voces. También ha pertenecido al equipo editorial de revistas independientes como Cuadernos de Pensamiento Plural. En 2018, Neo Club Ediciones publicó su libro de relatos Tubular Bells, disponible en Amazon.

Mario Félix Lleonart Barroso, pastor, activista, editor, nació en 1975 en una familia cristiana-protestante. Tras abrazar el sacerdocio, fundó el sitio alternativo cubanoconfesante.com y comenzó a denunciar la represión en Cuba desde Twitter. Publicó las denuncias del disidente Juan Wilfredo Soto, quien falleció en 2011 tras ser golpeado por la policía cubana. Sufrió persecución y fue arrestado varias veces, como durante la visita de Barack Obama a Cuba en 2016. Sus libros Cubano confesante y Doce entrevistas para Nota del cielo pueden adquirirse en Amazon.

Novedades de la represión cultural en Cuba: La familia en la mirilla

El escritor Jorge Olivera y la activista Nancy Alfaya abandonan la estación policial de Zapata y C tras ser interrogados (imagen de archivo)

Este sábado 7 de febrero nuestra redacción compiló algunas de las noticias que en materia de represión cultural continúa generando, crecientemente, el régimen de La Habana. En boca de activistas de la sociedad civil:

Idabell Rosales: “La activista cultural Nancy Alfaya tendrá que presentarse una vez al mes ante el Jefe de Sector policial. Va a estar bajo estricto control de la policía. Pero lo peor no es eso: Estos mal nacidos no solo la humillan y la desestabilizan a ella, su madre volvió a enfermar de ataques de pánico y está muy mal de salud. Esta es la Cuba de tantas y tantas familias separadas, acosadas, humilladas por tantos años solo por querer un país distinto, próspero. No puede ser que pensar diferente, actuar diferente, siga siendo motivo de intimidación, cárcel, exilio o muerte”.

Juan Antonio Madrazo: “La represión contra Nancy Alfaya es parte de un hostigamiento selectivo y criminal contra los actores de la sociedad civil en Cuba”.

Yoaxis Marcheco: «El Instituto Patmos ha incluido un nuevo nombre a su lista de ‘regulados’, el del joven periodista independiente y escritor habanero, Yoe Suárez. Según declaraciones suyas a Radio Viva 24, el 4 de febrero, en la tarde, un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria dejó en su casa una citación para que se presentara al siguiente día a la estación policial del reparto Siboney, en Playa, Ciudad de La Habana». Durante la citación, Suárez recibió amenazas contra su esposa y su hijo pequeño, señalándosele «que la vida de ellos podría sufrir repercusiones por el trabajo que realiza».

Luis Manuel Otero Alcántara fue detenido este viernes. Se dirigía a una reunión de trabajo en horas de la mañana. No sé dónde está, ni si está bien, tampoco cuál fue el motivo de la detención. Luis realiza un gesto artístico que consiste en llevar un casco de protección por los derrumbes que están ocurriendo de manera constante en La Habana y en homenaje a las niñas fallecidas recientemente en uno de ellos. Además, a través de esta acción ha visibilizado viviendas y situaciones precarias en las que viven las familias cubanas. ¡Alerta! ¡La represión contra los artistas e intelectuales va en aumento! ¡Abramos lo ojos, reaccionemos! Es hora de decir: ¡Basta ya! Pensar diferente, disentir, no es un delito; luchamos, exigimos que Cuba sea un país mejor para todos, que seamos considerados seres humanos y por tanto se respeten nuestros derechos”. Claudia Genlui Hidalgo

‘La rareza’. Cuentos completos de Lezama

Ediciones Hurón Azul y Linkgua coeditan, por primera vez, los cuentos completos de Lezama Lima, en una apuesta que rescata los cuentos clásicos y otros textos con valores propios del relato, hasta llegar a sumar 19. Además, el proyecto cuenta con el apoyo de la familia del escritor cubano.

La rareza. Cuentos, relatos y poemas narrativos de José Lezama Lima (1910-1976) agrupa la parte fundamental de las narraciones del gran poeta cubano, reuniendo sus cuentos clásicos más todos aquellos textos con valor de relato dentro de sus obras ensayísticas, narrativas e incluso de la propia poesía, en aquellos poemas donde es visible la intención de narrar por la presencia de epos, personajes y situaciones de tiempo y espacios definidos. Las fronteras genéricas aparecen aquí transgredidas, pero siempre se acentúan los textos donde hay narratividad.

El volumen es el resultado de la unión de seis cuentos clásicos, ocho poemas con valores narrativos, un cuento autónomo dentro de su extraordinaria novela Paradiso, y cuatro crónicas-relatos de Tratados en La Habana y Analecta del reloj.

El osado conjunto muestra la capacidad del poeta para narrar más allá de sus dos novelas esenciales. Ello implica la originalidad de superar con creces las ediciones de cinco cuentos típicos que Lezama Lima mismo defiera como propios de tal género literario.

El autor, compilador y prologuista es el Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, quien ha publicado unos cuarenta libros, incluidos doce poemarios y más de veinte de ensayos; es académico de la Academia de Ciencias de Cuba, profesor universitario, investigador, crítico literario y de artes y traductor. López Lemus es autor del libro La imagen y el cuerpo: Lezama y Sarduy (1999), organizador de coloquios sobre la obra del insigne cubano y ha ofrecido a la publicación doce antologías de la poesía cubana editadas en Cuba, España, Italia y Brasil.

Contacto:

Director editorial: [email protected]

Web: https://huronazul.es/product/la-rareza-cuentos-completos-de-lezama-lima/

Artista camina La Habana con un casco en homenaje a niñas fallecidas

El artista Luis Manuel Otero Alcántara

Nueve días en homenaje a las víctimas. A las tres niñas cubanas fallecidas por un derrumbe en enero pasado en La Habana Vieja. Es el performance que el artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara ejecuta por las calles habaneras portando un casco azul de la construcción con el siguiente enunciado:

Los niños nacieron para ser felices

no para morir en derrumbes

“Se trata de una especie de grito de auxilio”, expresó el creador independiente en su página de Facebook, y pidió que se le entreguen cascos protectores a los niños en Cuba como parte de su uniforme escolar.

«Son 60 años de inmovilidad, de que el Estado ni siquiera permita reparar nuestras casas», expresó, culpando al regimen del deterioro y la prohibición generalizados en la Isla.

“Acaba de caerse una reja de un balcón al doblar de mi casa… parece casual pero no: así está La Habana (por suerte nadie pasaba)”, enunció en otro video de su página Otero Alcántara.

Recientemente el régimen cubano impidió un homenaje popular a las tres niñas fallecidas, María Karla Fuentes (12 años), Lisnavy Valdés Rodríguez (12) y Rocío García Nápoles (11), tras el derrumbe de finales de enero pasado en las calles Revillagigedo y Vives, en el barrio de Jesús María.

Verdades de un hombre aferrado a la soledad

Rolando Ferrer Espinosa (izq.) junto al pastor Mario Félix Lleonart en el Festival Vista

 

El sentido de pertenencia a una isla/país fragmentada, lleva al narrador/personaje a reflexionar sobre la competitividad de ciertas actitudes. Y es que detrás del dolor, de la ansiedad que hostiga a un escritor, en ocasiones meditabundo, late una espiral de esperanza en el poder de la acción y del verbo, inocencia que oxigena la creación de toda certeza negativa o acto anulador.

Y en efecto, es el libro Tinieblas de soledad, del escritor cubano, por excelencia santaclareño, Rolando Ferrer Espinosa, Premio Internacional Reinaldo Arenas 2017, publicado por la editorial Neo Club Ediciones en 2018, la continuidad de un dolor y de una soledad que se vienen expresando —y se acrecientan— desde el interior del Yo singular para convertirse en un Yo plural que nos abarca a todos los que, de una forma u otra, y con unidad o no de criterios, pernoctamos en esta gran ciudad atiborrada de sombras que llamamos Cuba.

Aquí el dolor que aterra al narrador/personaje frente a su isla/país se hace más evidente desde las palabras introductorias escritas por el poeta y narrador Rafael Vilches. Cito: «Se narra en estas páginas una historia de amor por la vida, pero triste y despiadada. Donde los hombres que se encuentran en el poder son el lobo de los que como corderos se hallan en prisión».

Es Rolando Ferrer un escritor que escribe desde la profundidad del dolor, desde la intraducible soledad del hombre que ve partir sus sueños bajo una bruma que no emite otra señal que la desesperanza, dándonos la sensación que va muriendo lentamente en el vacío, en ese recuerdo inconmensurable sobre un futuro al que todos apuestan y cada vez está más lejos.

En cada una de sus páginas otea la resistencia del corredor de fondo y, al mejor estilo de la tradición hispanoamericana, llega a la conclusión, o más bien a la aceptación, de que el dolor y la soledad son definitivos y debe aceptarlos como ecos del silencio de su Yo interior. Ese que abriga los espacios que comparte en tono apesadumbrado.

El libro está dividido en doce partes, las que agrupan comunicaciones que reflexionan sobre asuntos conexos, todos, como dijera en los inicios, bajo la misma unidad temática referente al dolor y a la soledad, al ser humano como un ente insólito sobre la tierra, equilibrista frente al vacío al cual se enfrenta desde su nacimiento. Un ente absurdo en cierta forma porque, como dijera Quevedo, «Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino…!». Parece que el personaje/narrador concluye con la noción de que buscamos a Cristo en cristo ya que todos somos cristo. Es decir, que lo somos en potencia si somos capaces de arriesgarnos a caminar por la cuerda floja, «línea mortal del equilibrio», como dijera Vallejo, y así convertirnos, junto a él, en los desheredados de la tierra que son, en el fondo, una numérica mayoría, y así encontrarnos a nosotros mismos sin máscaras y frente al mar, espejo silencioso de nuestros infortunios.

Constantemente regresa a la memoria de Rolando Ferrer su isla/país fragmentada, sus habitantes con sus sueños e improperios a cuestas, con sus diálogos que tal parecen monólogos alucinados, esa cantera de imágenes y planteamientos que apuntan a una visión más íntegra del ser humano y su esperanza, siempre al borde del abismo. También se vuelve sobre su propio presente para subrayar su desencanto por una actualidad sumergida en una crisis de valores que lo asfixia, lo hace sentir insomne entre los callejones de una isla/país ya no solo fragmentada, también camino al caos.

El poder de la imaginación para profetizar y reconstruir en él, a pesar del dolor y la soledad que constantemente lo aquejan, es infinito. En repetidas ocasiones a lo largo del texto, ha ejemplificado sus realidades, haciéndonos ver que todo fin puede ser un comienzo, que toda esperanza no tiene por qué ser utopía y que el hombre, en toda su dimensión de animal herido, puede ser salvado de las filosas garras de la desesperanza.

Tinieblas de soledad no es más que la lucha constante de su autor contra las prohibiciones y la censura, contra el enrejado moral de la cultura muy de moda por estos tiempos. Revela en el plano de la escritura la presencia de un hombre deseoso de dejar sus huellas de manera consciente, plural y a la vez contradictoria, de su paso por el mundo. Reflexión y crítica, desgarramiento espiritual y nostálgico, historia dentro de la historia, Dios misericordioso, el pasado revertido en un presente a la deriva y sin otro mensaje que el desconcierto, y el dolor y la soledad, es la tonalidad mágica que encierra este libro. La aflicción de un hombre que nos llama a no perder nuestra identidad, a no claudicar ante tanto desarraigo, ante tanta duda imponiéndose a los días vividos y a los por vivir, como nos dice, con calculada sutileza, en los inicios del libro, precisamente en el capítulo Cómo sobreviví: «Así ajusté mi coraza protectora contra todo lo malo que pudiera venir. Creé un nuevo concepto, allá afuera, y lo ubiqué lejos de mí. Sería una meta de futuro, sin contacto con el presente». 

Un cubanito ‘bien’

 

Otaloandri de la Caridad es un joven cubano de estos tiempos.

Otaloandri viste a la última moda, tiene un teléfono con un coeficiente intelectual bastante más alto que el suyo, y una noviecita tan chic como él. Porque Ota no es un tipejo de esos que viven de sisar en alguna empresa, de las peleas de perros, de gallos, o vaya a saberse de qué otro recurso de malandrines de baja estofa.

A Otaloandri le disgustan tanto las maneras poco sofisticadas, hasta cabe decir que bestiales de la mayor parte de sus contemporáneos, que incluso estuvo por participar en aquella marcha contra la violencia animal que se quiso organizar aquí, en Santa Clara. Hasta que un tío suyo, coronel del MININT, les advirtió a él y su novia de los verdaderos y contrarrevolucionarios intereses que movían a sus organizadores.

Ota es en definitiva un chico bien, de esos que dicen “bien importante”, o “bien bonito”, y hablan de una manera muy particular, a grandes trancos respiratorios, algo así como si quisieran imitar al difunto ministro de cultura Armando Hart.

Ota estudia medicina en la Universidad de aquí, de Santa Clara, pero no viaja a diario a la casa de sus padres, en Calabazar de Sagua, y mucho menos hace uso de la beca que le paga el Estado. Él ni tan siquiera pasa por el comedor la mayor parte de los mediodías, y rara vez come algo más que dos cucharadas de lo que le ponen en la bandeja.

Ota y su noviecita alquilan un caserón, a la mitad, con otra parejita chic. La parte del alquiler que les toca, 60 dólares, se lo pagan unas tías que se matan limpiando culos de viejos en Miami. Son ellas, y un primo, casualmente el hijo menor del coronel del MININT, quienes le mantienen su ropero siempre rebosante, y bastante dinero en el celular como para hablar cualquier nimiedad por ese caro medio, a cualquier hora, con cualquier otro chic contemporáneo suyo.

En cuanto a la saludable comida que ingiere la parejita en su alquiler, se la sacan del lomo sus padres, allá en Calabazar de Sagua. Ellos también por vías no muy chic.

Ota y su noviecita suelen frecuentar los bares más caros de la ciudad, como esa copia de la Bodeguita del Medio que recientemente inauguraron por acá, o cafés caros, como ese carísimo -y malísimo- en el Boulevar, o la cafetería al aire libre, en el portal del hotel junto a la emisora provincial de radio. Adonde también suele ir a exhibir su buen y muy caro vivir cierta locutora, que frente al micrófono se nos da de muy proletaria.

Estos lugares chic normalmente se los pagan ellos mismos, no sus parientes. Mas no con el sudor de su frente, o en general de cualquier parte de sus cuerpos, ya que ellos prefieren las habitaciones climatizadas para desempeñar las labores que rinden los dividendos imprescindibles. Más bien se los pagan los amigos extranjeros que suelen hacer en sus diarias visitas a estos mismos lugares, o en Facebook.

Porque olvide agregar más arriba que Ota y su media naranja no sólo se gastan el dinero que, vía ETECSA, les ponen tías, primos… y hermanos -que la noviecita algo pone a la economía conyugal de su parte, o más bien de parte de su gente en Miami-, en hablar cáscara de piña con sus contemporáneos chic.

Ellos también navegan bastante en Internet. Mas no para informarse de lo último en la ciencia médica, o incluso de lo que ocurre fuera y dentro de la Isla. De hecho rara vez abren alguno de esos sitios que divulgan los chismes de su país, como el tal Chanclecuba, que ahora hace furor entre los mayores de 30. No, ellos no están para eso. Lo suyo es disfrutar la vida y conocer gente, pero gente de afuera, que se hagan sus amigos, o más bien sus benefactores con derechos… sexuales, se entiende.

Porque se me olvidaba decirle que Ota y su noviecita también asisten religiosamente a cierto gimnasio chic. Uno bueno de verdad, de esos en que hacer ejercicios una semana cuesta tanto como a uno de nuestros ancestros hacerse con uno de aquellos sufridos negros congos, sobre cuyos lomos se edificó la riqueza nacional.

Es a causa de esa rutina de ejercicios, a las frecuentes visitas al peluquero, al pedicuro, al especialista facial… y por supuesto a una buena retahíla de productos caros de la más… clase media cosmética, por lo general procedentes de Miami, que Ota y su despampanate noviecita salen tan bien en las fotos que no paran de compartir en Facebook, o en WhatsApp, y en que por lo común muestran mucha más área de piel lozana y tersa que de los tejidos de sus abarrotados roperos.

Y es precisamente gracias a tan buena pinta que tienen tantos amigos por esos países del mundo… rico, claro. Los cuales amigos no paran de venir de visita a Cuba, y que sin falta le dedican a la parejita una noche, o a veces hasta un fin semana completo de su apretada agenda en la Isla. Repleta de compromisos semejantes con otros muchachos y muchachas chic, que conocieron por semejantes vías.

Y es en parte a resultas de esa estupenda pinta de Ota y su noviecita, pero sobre todo gracias a su espíritu muy liberal, en lo esencial para las diversiones, y sobre todo para las que se ejercitan en la cama, que últimamente la parejita ha podido dejar de depender por completo de sus familiares en Miami para pagarse el gimnasio, y muchas otras pequeñas cosas. Porque no es que ellos dos sientan algún peso en su conciencia al dilapidar el dinero que a las tías de Ota les cuesta hasta 12 horas diarias de limpieza de culos arrugados, y al hermano de la noviecita levantarse a la una de la madrugada, para irse a quitar la nieve de las calles de Minneapolis.

No, el asunto es que a ratos sus tías se pusieran “fulas”, como aquella vez en que Ota las llamó desde el Parque de la wifi en Calabazar de Sagua, para explicarles la necesidad de un nuevo par de zapatillas de marca, porque las últimas se le habían despegado en la caminata anual al Monumento al Che, “que figúrense, hubo que hacerla debajo de un aguacero”.

O como aquella otra en que le pidió a su primo que le estampara por allá afuera un pullover, “de buen algodón de verdad”, con la imagen del Comandante, para poder salir súperbien en las fotos que se iba a tomar durante su próxima participación en la “la marcha de las antorchas”. Fotos con las que quería impresionar favorablemente a una pareja de italianos “progres” con la que había comenzado a comunicarse hacía unos días.

Entonces tuvo que soportar que su primo le gritara en el medio de la zona wifi que si él era comemierda, que si él no sabía que por menos que eso podría buscarle tremendo lío allá en Miami: “¡asere, tú te imaginas llegar a un negocio de esos con ese encarguito… ño asere, te pones fula cantidad!”

Nada, como si todos no supieran en el municipio de Calabazar en el Exilio que quien surte de supositorios de última generación a su papá, el coronel Vega, aquejado de estreñimiento crónico, es precisamente su hijo, y que los saca nada menos que de los business sucios que con sus tías hace con el seguro médico del Estado Yanqui.

Aclaramos que Ota no es que sea en el fondo comunista, ni progre, ni de izquierdas, ni nada por ese estilo. Como tampoco lo es por cierto su tío el estreñido del coronel Vega, a quien también le gusta mucho lo bueno, y después que probó el whisky por primera vez no ha habido manera de que vuelva a tomar ni Havana Club.

No, tras la superficie sensual de ambos, sobrino y tío, no hay nada tan profundo como un fondo, o en general un algo cualquiera.

Ota simplemente trata de vivir bien, y para ello ha aprendido desde la cuna que en este país hay que estar con los que mandan: si hay que cantar la Internacional, se canta y ya, o si hay que gritar ¡Viva Fidel!, se grita y punto, que mientras más ganas uno le ponga al grito más los que tienen la sartén por el mango se harán de la vista gorda con tus deslices burgueses por la cultura consumista.

Si de algo está consciente Ota es de que en un final esta vida chic no le durará para siempre, que la juventud se irá. Que cuando termine la carrera ya sus tías no le pagaran más su alquiler, y su primo, el de los supositorios que tanta ayuda le prestan a la actividad represiva de régimen, no será tan espléndido con la ropa y los zapatos, las laptops o las recargas al móvil. Por eso desde hace meses hace correr a sus padres, con lo de la ciudadanía española, y por eso el mismo ha hecho lo imposible para congraciarse con el vicecónsul de aquí, de Santa Clara, que según las malas lenguas es tremendo malandrín.

Sus planes para su futuro son simples, y se concretan en una frase: de esta mierda hay que irse.

Claro, él no quisiera tener que pasarse ocho años sin poder regresar al país, como ocurriría en caso de abandonar alguna de las misiones médicas del Estado Cubano en el extranjero. Ota, en caso de que lo de la ciudadanía española no llegara a concretarse, piensa pedir asilo político por ahí, en cualquier parte, y mientras espera la correspondiente decisión judicial se colgará día y noche un pullover con la imagen de Rosa María Payá, encargará por Amazon el juego completo de camisetas que promueve su medio tocayo, Ota Ola, conseguirá una insignia como seguidor en Facebook de Bolsonaro, y exhibirá en redes un anticomunismo solo comparable al del senador McCarthy.

Entonces su vida consistirá en trabajar en el exterior, con la cabeza sin embargo en Cuba, adonde correrá a gastarse lo ahorrado cada vez que tenga oportunidad.

Ya sin su noviecita, que lo habrá abandonado a poco de haber llegado a otras tierras, hará amistad por Facebook con alguna de las parejitas de jóvenes chic que vinieron a ocupar el lugar que en Santa Clara él dejará abandonado a poco de graduarse… Es en las consiguientes correrías por los nuevos lugares chic que encontrará de cuando en cuando a su ex, bien casada con un viejo uruguayo, español… en fin, yuma, o quizás hasta cubano, con más posibilidades que él, que nunca logrará revalidar su título.

Ella arrastrará tras de sí a algún fornido y rebosante de testosterona mulato, para nada chic, a quien mantiene en secreto en Cuba; él se dejará conducir por su tropa de un poco más jóvenes amiguitos, que solícitos le abren espacio para que no se pierda un detalle de las exuberantes formas de la novia del estudiante de ingeniería, o de derecho, que tan orgulloso de sus relaciones bien se muestra ante este parroquiano.

Puente de Letras 14: Editorial

Este año 2020 abre en Cuba envuelto en la misma atmósfera represiva con que cerró el 2019. En la era del ‘puesto a dedo’ Miguel Díaz Canel, como llaman en las redes sociales al actual gobernante cubano títere de la familia Castro, quienes apostaban por una mayor apertura, o al menos por una relativa paz vigilada, han sufrido una gran decepción. La represión ha aumentado considerablemente en la Isla en los últimos dos años, particularmente en el ámbito cultural. Como ha expresado la periodista y curadora independiente Claudia Genlui Hidalgo, se trata de ”una estrategia que aboga por forzarnos al exilio, agotarnos y quebrantar nuestro espíritu creativo”.

En los dos últimos años han aumentado exponencialmente los casos relacionados con dos tácticas de guerra psicólogica que el régimen de La Habana utiliza contra los creadores independientes: El bloqueo a sus viviendas, para que no puedan ganar la calle, y los secuestros express que fluctúan entre las pocas horas y los varios días. Adicionalmente, en el año 2019 que acaba de cerrar ha crecido dramáticamente el número de “regulados”, eufemismo que el funcionariado oficialista utiliza para señalar a aquellos escritores y artistas, y en general miembros de la sociedad civil, a los que se les prohíbe viajar al exterior. El Decreto 349, que criminaliza la independencia cultural en Cuba —o el espíritu represivo de dicho decreto—, ya se aplica a rajatabla, aunque el régimen, tras sucesivos escándalos mediáticos relacionados con la medida, evita llamarlo por su nombre.

La situación se vuelve insostenible y la policía política cuenta con el cansancio psíquico de la sociedad civil para que esta “se relaje” o termine abandonando el país. De estas tácticas han sido víctimas, insistentemente, artistas, escritores y activistas independientes como Nancy Alfaya, Jorge Olivera y Luis Manuel Otero Alcántara, así como numerosos integrantes del grupo Demóngeles y del movimiento San Isidro, entre muchos otros.

En otro orden de cosas, el Dossier de este número, dedicado al narrador y poeta Félix Luis Viera, saluda la entrega en Miami del Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’ a este relevante escritor nacido en Santa Clara, en el centro de la Isla. De él escribió uno de los jurados, el narrador y ensayista José Hugo Fernández:

“Viera es un caso raro en la literatura: gran poeta y gran narrador. Hay muchos poetas también narradores y narradores que escriben poesía, pero no abundan los que sobresalen en ambos géneros y a un mismo nivel. Yo no me atrevería a afirmar que Viera es mejor narrador que poeta, ni lo contrario. Y en los dos géneros tiene libros que por sí solos le bastan para merecer este Premio Nacional. A ello hay que sumar su larga y fructífera trayectoria como escritor y los valores de su obra en general, además de su actitud cívica como cubano residente en el exterior”.

En esta ocasión, el Consejo Asesor, compuesto por nueve jurados (Rafael Almanza, Rebeca Ulloa, Odalys Interián, Reinaldo García Ramos, Alejandro González Acosta, José Hugo Fernández, Luis Pérez de Castro, José Alberto Velázquez y Armando Añel), eligió finalistas a otros cuatro escritores: Lilliam Moro, Francis Sánchez, Amir Valle y Rafael Vilches.

Bobby Fischer en La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación del libro Bobby Fischer en Cuba (Two Bishops, 2019), de los escritores y periodistas Miguel A. Sánchez y Jesús Suárez. Las palabras de presentación estarán a cargo del Gran Maestro Internacional Julio Becerra.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Sábado, 8 de febrero/3:00 p.m

Miguel Ángel Sánchez (Guayos, 1947) formó parte por muchos años del equipo de redacción de la revista cubana de ajedrez Jaque Mate. Es Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. En 1976 su libro Capablanca, leyenda y realidad ganó el premio en el género de biografía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Miguel Angel trabajó casi dos décadas como editor en el diario/LA Prensa de la ciudad de Nueva York. Desde el año 2016 reside en Miami.

Jesús Suárez Suárez nació en La Habana, vivió en México y reside desde 1994 en Miami. Es licenciado en Ingeniería Química en la Universidad de La Habana. Fue miembro del equipo de redacción de la revista cubana de ajedrez Jaque Mate desde 1963 y es Arbitro Internacional desde 1984. Después de marcharse de Cuba en 1987 trabajó en México y Miami en las agencias de prensa United Press International (estadounidense), Reuters (inglesa) y EFE (española), así como en el diario miamense El Nuevo Herald. Desde el 2000 comienza su carrera como guionista de cine y es coautor de las obras The Uncornered King, The Yod, The Psychiatrist y Las aventuras de Cheo Casas.

El gran secuestro

 

Hay un pensamiento impuesto en Cuba, entre los intelectuales y sus verdugos, según el cual solamente habría instituciones «para escritores» cuando fuesen estatales, con un plan de inversión a gran escala para pagarles por su trabajo literario y supuestamente a cambio de nada.

De eso se ufanaban incluso Virgilio Piñera y José Lezama Lima en cartas enviadas a Fidel Castro muy al principio: felices de que el Estado por primera vez iba a imprimir y distribuir sus libros por miles de miles. Y sí, lo hicieron al principio. Pero la verdad se impuso: era a cambio del control total, el secuestro total, que pudieron comprobar cuando ese mismo sistema «paternalista» podía impedir por decreto que se imprimiera una página de cualquiera de los dos, y ya no podían llevarle sus textos a Úcar García, ni a Rodríguez Feo, ni a nadie.

De ese secuestro aún no se salen las mentes que en Cuba se cantan y celebran porque tienen un Estado que les paga sus ediciones con la misma mano que les da nalgaditas si se les ocurre tener una imprenta o una editorial independiente.

Hubo en Cuba una gran institución «para los escritores», la más grande, eficiente y necesaria que ha habido y puede haber, se llama libertad de imprenta, de impresión y de expresión. Y fue eliminada como nunca antes, ni en la época de la Colonia.

He visto noticias de reuniones de la UNEAC con escritores mendigándole a papá Estado ediciones, promoción, etc., y es vergonzante. Cabe recordar que existían miles de grandes y pequeños periódicos y revistas, imprentas y sellos editoriales a lo largo del país antes de 1959.

Comentario en Facebook. https://arbolinvertido.com/

Silvio, Orishas, Fonsi y la leche de Raúl Castro

La reciente reclamación del cantautor procastrista Silvio Rodríguez al grupo Orishas tiene fuertes antecedentes en la jefatura comunista que asola Cuba, como este miércoles 29 de enero hicieron observar a esta redacción investigadores del sur de la Florida.

La pasada semana, siguiendo la conflictiva tradición de la llamada “Generación de la Sierra”, Rodríguez había protestado porque el grupo Orishas utilizó un fragmento de su conocida canción ‘Ojala’ para ambientar un tema con Beatriz Luengo que en Youtube ya pasa de las 700.000 vistas.

Una tradición remarcada por los más altos jerarcas del castrismo. Por ejemplo, el popular cantante puertorriqueño Luis Fonsi, supuestamente coautor del hit mundial ‘Despacito’, había entrado en la lista negra del régimen de La Habana en 2017, cuando el dictador cubano Raúl Castro expidió contra él una orden de búsqueda y captura por “plagio”.

Castro habría reclamado los derechos de autor de ‘Despacito’ para sí, “sin prisas pero sin pausas”,  ya desde febrero de ese año, pero sin obtener respuesta alguna del boricua.

‘Despacito’ fue supuestamente estrenada por Fonsi en enero de 2017, a través del sello Universal Music Latino y, sin embargo, “Raúl ya había compuesto el soporte de la pieza desde 2006”, puede leerse en el pliego de reclamación circulado desde La Habana.

“Pasito a pasito, suave suavecito / Ya vamos llegando, a tomarno’ el vasito / cuando tú me estresas con esa destreza / le saco la leche hasta a PDVSA”, reza uno de los fragmentos de la versión original de ‘Despacito’, bajo la firma de Raúl Castro y que supuestamente Fonsi habría plagiado (ver video adjunto al final de esta nota).

Según diversas fuentes, la versión reclamada por Raúl Castro habría tenido origen en su promesa (incumplida), hecha varios años atrás, de llevar un vaso de leche a cada mesa cubana.

El tema de Fonsi, atribuido también a Erika Ender, habría sufrido un doble plagio al ser utilizado por el dictador venezolano Nicolás Maduro para llamar a la Asamblea Nacional Constituyente en julio de 2017.

La tradición musical de la llamada “Generación de la Sierra” es de larga data en Cuba. El comandante Juan Almeida, entre los principales dirigentes del régimen castrista, fue también un célebre compositor de música popular cubana.

Desestiman orden de deportación contra el fotógrafo Delio Regueral

Delio Regueral tras salir de la corte este martes.

El popular fotógrafo cubano Delio Regueral, con un amplio currículo al servicio de la cultura independiente en el sur de la Florida, fue absuelto por un juez en una corte federal de inmigración en Miami este martes, tras ser acusado en 2019 de haber entrado al país “con intenciones de quedarse”.

Regueral lleva viviendo 25 años en Estados Unidos junto a su familia y, siendo residente, le negaron la ciudadanía el año pasado, tras lo cual fue informado de que había un proceso de deportación en su contra.

«La fiscalía no fue capaz de mostrar evidencias de fraude, tal y como había alegado», explicó el artista a Puente a la Vista.

“Con ayuda de un abogado (Willy Allen) logró que el juez descartara los señalamientos y revocara la orden de deportación emitida por el Departamento de Seguridad”, informó la cadena Univisión.

Delio Regueral (La Habana, 1964), fotógrafo y promotor cultural, Premio Jovenaje de Vista Larga Foundation en 2013, salió de Cuba hacia España en 1985, y luego se radicó en Estados Unidos (1994). Estudió en la academia española “Estudios Fotográficos de Técnicas de la Imagen” (EFTI). Ha participado en múltiples exposiciones colectivas, y en Miami han tenido lugar varias exposiciones personales suyas.

El Lowe Art Museum de UM University adquirió en el 2004 una de sus obras, Cundo Bermúdez Portrait, como colección permanente. Es célebre su serie de más de 150 fotos de personalidades como Bebo Valdés, Carlos Alberto Montaner o Mijail Gorvachov, entre otras.

El necio, su disparo de nieve

 

Resulta que por estos días el cantautor Silvio Rodríguez ha protestado porque el grupo Orishas utilizó un fragmento de su conocida canción ‘Ojala’ para ambientar, digamos, un tema con Beatriz Luengo que en Yotube ya pasa de las 600.000 visualizaciones. En la porfía entró esta semana Manolín, el Médico de la Salsa, y lo cito:

“Dices tú que no diste a Orishas tu aprobación para utilizar la estrofa de tu canción “Ojalá”, que no te la pidieron. Una pregunta Silvio: La revolución que tú defiendes y representas, en 60 años, ¿cuándo nos ha pedido permiso para algo ? Y esos sí han hecho con nosotros lo que les ha salido de los cojones. Como dicen los cubanos, ‘Ay par favarrr’, no me hagas reír. Pero tranquilo Silvio, por alzar tu voz en contra, en un futuro no te prohibiremos en Cuba, ni te quitaremos tu país, ni te golpearemos, ni te encarcelaremos, ni te desterraremos…”.

Esto de que “no te golpearemos ni te encarcelaremos”, dicho a Silvio, me recuerda otra canción del mismo cantautor procastrista. En un fragmento de otro tema muy conocido, al que tituló ‘El necio’, Rodríguez revela su obsesiva aspiración, la misma que a lo largo de la historia ha seducido a tanto buen robolucionario, y lo cito también: «Dicen que me arrastrarán por sobre rocas, cuando la revolución se venga abajo, que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el badajo». El referente heroico, militante, sacrificado del hombre nuevo despliega en estos versos su íntima razón de ser: ya no se trata de construir una sociedad más justa o equitativa sino de escapar del ridículo a través del martirio.

En el caso de Cuba, al contrario de lo que algunos piensan, la ya inminente transición probablemente no estará marcada por un sangriento ajuste de cuentas; ese país es la olla de presión donde se cuecen la burla, el sarcasmo, el choteo al que Jorge Mañach dedicara su monumental estudio. Silvio Rodríguez, por supuesto, no será arrastrado sobre rocas, nadie le machacará las manos ni le arrancará los ojos; sospecho que en su fuero interno él lo sabe. A la caída, a la muerte natural de la imagen, de la rutina ideológica amortajada por el humor, es a lo que en verdad le temen los egotistas del régimen cubano; muy probablemente ellos no sean objeto de linchamientos ni fusilamientos ni “ejecutamientos” ni “arrastramientos”. A ellos los ajusticiará un multitudinario y demoledor ataque de risa, tal vez un reguetón parodia como el de Chocolate MC, del que dejo también link. Aquí pueden consultarse ambos temas:

https://www.youtube.com/watch?v=NrM25odbVkY

https://www.youtube.com/watch?v=W-HpEqqVAUE

La prensa cubana en la era de los “busticidios”

por Francisco Alemán de las Casas

Si los únicos integrantes del grupo Clandestinos ya están en cana, ¿quiénes siguieron manchando los bustos de Martí y las execrables fotos de Fidel Castro con posterioridad a la detención de Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo?

Algo no huele bien en esta historia. La artista Ana Olema niega tajantemente las acusaciones del régimen. “A estas alturas es imposible dar crédito a un reportaje hecho por una prensa al servicio de una dictadura, con unos entrevistados que no están siendo entrevistados, sino que, después de días y días bajo interrogatorio en las mazmorras de la Seguridad del Estado, se les obliga, sabe Dios bajo qué amenazas, a decir cualquier cosa”, declaró en Facebook.

Las palabras de Ana son tristemente ciertas. Como exempleado del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), digo, una vez más, que a los medios de comunicación del régimen no se les puede creer ni lo que rezan. Durante los años 90, en pleno “período especial”, vi cómo se fabricaban en el ICRT las disparatadas mentiras del régimen, que luego mis colegas y yo deberíamos leer frente al lente de la cámara o en las distintas estaciones de radio de la isla.

La lista de globos que vi inflar y lanzar desde las antenas de 23 y M, en La Habana, es larga y seguramente algún día me referiré a ello, porque vi de todo: desde la modificación exponencial del número de votantes reales en unas elecciones del Poder Popular a las que nadie asistía, hasta la edición, casi cáustica, de los videos del juicio del general Ochoa.

Para leer el texto completo, clic en Radio Viva 24.

Genlui Hidalgo: ‘Los límites se desplazarán cada día más’

Luis Manuel Otero Alcántara en una foto de archivo

Este domingo 26 de enero, la periodista y curadora independiente Claudia Genlui Hidalgo llamó la atención en las redes sociales sobre el incremento de la represión cultural en Cuba, enfatizando en la desaparición de su pareja, el muy perseguido artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara, a quien la policía política cubana acosa por enésima vez.

«Luis Manuel Otero Alcantara está desaparecido. Solo 10 minutos después de hablar conmigo y decirme que ya estaba en el lugar (Santa Catalina y Primelles) donde nos encontraríamos, su móvil está apagado y él no apareció», narró Genlui Hidalgo en Facebook. «Luisma me acompañaría al aeropuerto pues hoy yo viajaba a Colombia por razones de trabajo. Recuérdese que hace apenas unos días se le prohibió no solo viajar por estar pendiente a un proceso legal que ha sido violado en varias ocasiones, sino también salir de su casa e ir al aeropuerto».

«Es obvio que todo sucedió para evitar que estuviera presente cuando me informaran de que estoy regulada… Y ahora pregunto: ¿por qué estoy yo regulada? ¿Acaso soy (somos, porque esta lista va en crescendo) delincuentes?», se preguntó la periodista.

«Solo veo intelectuales, artistas, activistas y defensores de los derechos humanos presos en esta Isla, prohibiéndoseles su libertad y limitadas sus capacidades de superación. Un estrategia que aboga por forzarnos al exilio, agotarnos y quebrantar nuestro espíritu creativo», expresó Genlui Hidalgo y añadió:

«Abramos los ojos ante tanta violencia lenta y sádica que es aplicada a la sociedad civil cubana. Si esto continúa, ante la represión el Movimiento San Isidro reaccionará generando a través del arte más pensamiento, más cuestionamientos. Los límites se desplazarán cada día más. ¡Estamos conectados!».

¿Leña? ¿Qué se hizo del piñón de leche?

 

La noticia de que Santiago de Cuba regresa a la leña para producir pan de boniato y casabe abriendo “11 polígonos de producción de alimentos”, no debería desviarnos de la pregunta del millón, ineludible, certerísima, íntimamente relacionada también con el transporte de tanta jama: ¿Qué se hizo del piñón de leche?

Se trata de otro de los grandes misterios que la robolución cubana, al menos en los últimos 10 años, ha puesto en la pista para deleite de investigadores y coleccionistas: El misterio de la desaparición del piñón de leche. Es decir, el misterio de la desaparición del “combustible” piñón de leche como solución energética para la producción alimentaria en Cuba.

¿Moringa? ¿Morera? ¿Marabú? ¿Cuy? ¿Claria? ¿Aveztruz? Nada de eso: Allá por el año 2012 lo último en Cuba era el Piñón de Leche. Un arbusto oleaginoso no comestible (oficialmente llamado “Jatropha Curcas”) que iba a resolver el arduo problema de la falta de combustible. Según la gloriosa prensa oficialista, la primera planta de biodiesel construida en la Isla ya producía en Guantánamo en ese año con la milagrosa matica como materia prima.

Si la moringa era fuente inagotable de “carne, huevos y leche”, y con el cuy el castrismo pretendía sustituir la carne de puerco y el pollo –obsérvese que en ningún momento el coma-andante hubo de asumir en sus reflexiones que la moringa también fuera una fuente inagotable de pollo, pero cualquiera sabe–, con el piñón iba a quedar resuelto el problema de cómo transportar tanto alimento hasta las mesas de los cubanos.  Y es que en 2012, según Radio Habana Cuba, la mencionada fábrica de Guantánamo podía “producir cada año más de 100 toneladas de ese biocombustible líquido (en sustitución del gasoil o diesel), el cual internacionalmente se obtiene a partir de aceites vegetales y grasa animal”.

Y hablaban de la de Guantánamo nada más. No quiero ni pensar qué hubiera sucedido con varias fábricas de piñón de leche, o con piñón de leche, en varias provincias cubanas. Hubiesen sido “la leche”. Si es que llovía café.

¿Qué pasó con los avestruces en Cuba?

 

La Batalla de los Avestruces no comenzó, como erróneamente se cree, en abril de 2019, cuando el inefable matador de gallos Guillermo García Frías la anunció en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana. Hace ya seis largos años que el sueño de convertir a Cuba en una gran granja de avestruces, es decir, de llenarla con esas poderosas aves que cuando “huelen peligro” entierran la cabeza en la arena, apareció en el horizonte. Y aunque el vasito de leche de Raúl Castro le antecede ampliamente en cuanto a promesas robolucionarias incumplidas, no está de más recordar que con esto de los avestruces la esperanza alimentaria nacional vibró con insuperables ecos.

Según la prensa oficialista de esa época –2014 –, la “actividad ganadera” del avestruz alcanzaría “el pleno desarrollo en Cuba a partir de 2018”. Ahora, ya cómodamente instalados en 2020, nos preguntamos “el desarrollo dónde está”.

Como nos contaban hace seis años, supuestamente los avestruces iban a generar casi tanta carne como las vacas, y de mejor calidad, pues se trataba de carne avícola, blanca (eso de que es roja no me lo creo), casi pollo compañero, prácticamente pavo de Acción de Gracias. Avestruz por pescao. Claria ni de casualidad.

Si ya se sabe que la moringa a la postre no fue “fuente inagotable de carne, huevos y leche”, como asegurara el Comandante en Polvo en una de sus reflexiones poco antes de estirar la pata (cualquiera tiene un mal día, máxime si no cuenta con un editor suficientemente atento), ¿qué decir ahora del avestruz? Fuente inagotable de carne y de huevos (23 huevos de gallina = un huevo de avestruz), que no exactamente de leche, es cierto, ¿pero acaso no fue y es Cuba una isla llena de chivas? Dejémosle la leche a las chivas y los huevos a las aves. Y la carne por si acaso.

Recuérdese que la carne roja (la de avestruz, insisto, es blanca, sólo que con pespuntes rojos) es dañina para la salud. Si hasta la Universidad de Harvard ha informado que incrementa el riesgo de mortalidad en un 13%. Y si, como también estableciera en su momento el Comandante en Polvo, “la ciencia busca constantemente explicaciones de las leyes que rigen el universo”, también la robolución tiene derecho a buscar constantemente explicaciones de las leyes que rigen la calidad de vida de los cubanos. Aunque interminablemente las explicaciones nunca se encuentren. O se encuentren, pero nunca se expliquen.

Por aquellos días gloriosos de los avestruces, en 2014, el compañero José A. Buergo Rodríguez aseguraba en Rebelión que “la condición más importante entre muchas para lograr alcanzar desarrollo y sostenibilidad económica alimentaria en las condiciones actuales de nuestro país y el escenario internacional, es la disciplina”. ¡La disciplina! Y enseguida se preguntaba: “¿Somos los cubanos disciplinados en materia agropecuaria?”.

No podemos asegurarlo rotundamente pero, al menos, los cubanos sí han demostrado gran disciplina para cultivar misterio. No los llena el misterio, pero les sirve de entrante, a manera de ensalada. En cualquier caso, el de la “actividad ganadera” enfocada en los avestruces sigue con la cabeza metida en la arena. El misterio, quiero decir.


 

La artista Ana Olema desmiente reportaje de ‘Razones de Cuba’

De izquierda a derecha: Idabell Rosales y Ana Olema en el Festival Vista de Miami

Un reportaje transmitido este martes 21 de enero en el segmento final del Noticiero de la Televisión Cubana (oficialista) culpó a la performer Ana Olema, residente en Miami, de financiar las acciones del ya popular grupo Clandestinos, un movimiento sin cabeza visible que actúa pacíficamente en Cuba contra la simbología comunista.

El material audiovisual mostró confusas confesiones de varios presuntos miembros del movimiento Clandestinos arrestados en la Isla a quienes se intentó incluso involucrar, sin mayor profundidad, en un supuesto tráfico de drogas.

«A estas alturas es imposible dar crédito a un reportaje hecho por una prensa al servicio de una dictadura, con unos entrevistados que no están siendo entrevistados sino que, después de días y días bajo interrogatorio en las mazmorras de la Seguridad del Estado, se les obliga, sabe Dios bajo qué amenazas, a decir cualquier cosa», declaró la artista Olema en Facebook.

En declaraciones para la serie propagandística ‘Las razones de Cuba’, dos hombres identificados como Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo asumen la autoría de acciones con supuesta sangre de cerdo contra bustos de José Martí y vallas de Fidel Castro en La Habana. Otros dos hombres, Guillermo Mendoza Torroella y Jorge Ernesto Pérez García, también fueron implicados por el régimen castrista en el cortometraje.

«Estaríamos orgullosos de apoyar cualquier movimiento de resistencia civil y cívica en Cuba, pero esas acusaciones son falsas”, abundó Olema. “Ese movimiento nació dentro de Cuba espontáneamente y ahora ellos quieren decir que no, que es una fabricación del extranjero porque no quieren reconocer que el descontento popular está escalando y que tienen un oposición legítima y autóctona».

«Son acusaciones falsas de un sistema represivo que está utilizando los medios y la propaganda para perseguir y hostigar al pueblo cubano”, cerró la artista. “Asesinando su reputación, señalándolo de manera pública, sembrando pruebas fraudulentas, operando desde el terror. Esto es un crimen de Estado».

Tras las detenciones de Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, sin embargo, las acciones de Clandestinos continuaron en Cuba y fuera de ella. El movimiento ha logrado activar un espíritu colectivo contra la simbología oficialista que podría crecer considerablemente en un futuro inmediato.

“Este es un régimen que le teme mucho a la libertad en el arte y en la vida”, indicó el escritor cubano Armado Añel tras ver el corto de ‘Las razones de Cuba’. “No hay que extrañarse de que el castrismo dedique tanto tiempo y recursos a criminalizar o desnaturalizar estos eventos. Está aterrorizado ante la posibilidad de que las acciones de Clandestinos, como todo parece indicar ya estaría ocurriendo, se multipliquen dentro y fuera de Cuba”.

https://www.youtube.com/watch?v=iRPBP4kA7Xg&t=6s

Del rock al diversionismo ideológico

 

En los setenta del siglo pasado, el panorama cultural internacional se distinguía por la emergencia de masivos movimientos juveniles que a golpe de música y manifestaciones pretendían transformar el mundo. Las expresiones de estos cambios sacudían tanto a California como a París, a México como a Londres. Se entrelazaban frenéticamente los símbolos de la paz y el amor con los del LSD y la marihuana; los del rechazo a la guerra de Vietnam con los de la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, así como los de la Primavera de Praga.

Entre los músicos más populares se hallaban figuras hoy legendarias como Bob Dylan, Janis Joplin, Jimmy Hendrix y Bob Marley; así como The Beatles y The Rolling Stones, Chicago, Iron Butterfly, Santana, entre otras bandas emblemáticas del pop-rock de la época.

En Cuba, el control absoluto que el poder ejercía sobre los medios de comunicación, la censura parcial que imponía sobre ese tipo de música —la relación entre música de habla española y de habla inglesa que radiaban las emisoras cubanas favorecía a la primera en una relación aproximadamente de 10 a 1— y la persecución a los jóvenes afectados por “diversionismo ideológico”, de acuerdo con las orientaciones emanadas del Congreso Nacional de Educación y Cultura de 1971, surtió una especie de efecto llamada en esta generación.

La misma, musicalmente hablando, desdeñó lo mejor de la tradición nacional y, en su rechazo a las manipulaciones de corte totalitario, rindió culto a la avanzada musical de los setenta, asumiéndola en muchos casos de manera mimética (las bandas habaneras de la época, Almas Vertiginosas, Sesiones Ocultas, etcétera, no versionaban, sino reproducían los hits de las agrupaciones más difundidas en el exterior. Asimismo, los conciertos de estas agrupaciones eran virtualmente clandestinos y muchas veces terminaban en redadas policiales).

Curiosamente, casi desde 1970 comienzan a percibirse en el dial de la radio cubana, principalmente en las provincias Habana y Matanzas, tres emisoras de los Estados Unidos: WQAM y WGBS, de la Florida, y KAAY, de Little Rock, Arkansas. Mientras que las dos primeras se recibían claramente desde el amanecer hasta la puesta del sol, la segunda levantaba boga al caer la noche, presidida por el archifamoso programa Baker Street (Underground Music Service), que hacía las delicias de los trasnochados melómanos del oeste de la Isla (en el centro del país también se escuchaban perfectamente emisoras norteamericanas, y en el oriente se captaban las de Jamaica, así como la de la Base Naval de Guantánamo).

Ambas emisoras trasmitían en inglés la música pop-rock del momento, mientras que, plenamente conscientes de que su señal era captada en Cuba, no intentaron nunca, al no ser su propósito, colar alguna cuña anticastrista.

La señal de las dos primeras emisoras se originaba en los cayos del sur de la Florida, fuera de la demarcación de los condados donde mayor preponderancia tienen los grupos de poder cubanoamericano, mientras que la Baker Street trasmitía desde Little Rock, Arkansas, totalmente al margen del conflicto entre las dos Cubas. Quizás fue por ello que sus señales no fueron jamás interrumpidas por la cortina de bagazo del régimen.

En contraste con la ausencia de esa música en los medios estatales de comunicación, los jóvenes se actualizaban de esa manera y, al escuchar aquellas emisoras, también prestaban atención a la publicidad comercial, rozando el mundo de la sociedad de consumo. Frente a las carencias y el racionamiento de la cartilla familiar, sabían que se vendían marcas de Café (Maxwell House), autos (Your car is Toyota), que se estrenaban películas como Papillón y Exorcista, y que existían programas televisivos como Midnight Special o shows como Saturday Night Under the Lights.

¿Cuántos de los que se marcharon por el Mariel no lo hicieron buscando esa bocanada de aire fresco que les entró, por primera vez, por las rendijas de la WQAM, la WGBS o la KAAY? ¿Acaso no era un ritual escuchar el Top 100 de las emisoras y copiarlo en las libretas, lo que de por sí constituía una ventaja en el aprendizaje del idioma inglés?

En Cuba, la impronta de la música pop-rock marcó profundamente el gusto y hasta la orientación ideológica de esta generación de los sesenta o “dobliu” (generación W), inicial de dos de las estaciones de radio norteamericanas que se oían en la Isla. Resultaba frecuente que por las mañanas, durante la formación en el patio de los preuniversitarios, los jóvenes comentaran apasionadamente los temas que habían escuchado la noche anterior desde Little Rock.

Muchos incluso se agolpaban en torno a un radio portátil ruso o japonés para escuchar atentamente una melodía de The Who o de Eagles; mientras que también se reunían en casa de cualquier amigo que tuviese un tocadiscos High-Fidelity norteamericano en el cual poder devorar los discos de pop-rock que alguien clandestinamente había traído de una “misión” en el extranjero.

En 1979, durante el primer encuentro musical Cuba-USA, la revista People informó que Billy Joel, de visita en Cuba y descansando en la playa frente al Hotel Marazul, departió con un grupo de jóvenes y se asombró de que estuvieran al tanto de su música. Cuando les preguntó cómo podían mantenerse actualizados si no se vendían discos y no había presentaciones en vivo de artistas, le trajeron un radio con la WGBS sintonizada. Frente al mar la recepción debía ser envidiable y en ese momento estaban poniendo Freak Out, del grupo Chic. El hombre quedó atónito.

Para un mundo dependiente de la imagen, como lo es el actual, parece insólito explicar el alto grado de seducción que despertaban aquellas transmisiones radiales. Pero, ¿cuántos de los cientos de miles de jóvenes que emigraron en el año 1980 no iban en busca de esos “sueños de audio”? Algún día habrá que hacer la encuesta.

Texto perteneciente al número 14 de Puente de Letras, de próxima aparición

Omni Zona Franca: La primera censura

Omni Zona Franca durante una de sus intervenciones públicas

Poeta, performer, músico, artista total, Luis Eligio de Omni profundiza en este video en los orígenes de la censura contra el grupo de arte y literatura independiente Omni Zona Franca, del que es fundador.

Grupo autodidacta fundado por artistas plásticos y poetas en 1997, en La Habana, «por ello es primeramente un grupo de creación, pero con proyección conscientemente abierta a la sociedad. Cultiva el arte total: unidad de todas las artes».

De la serie ‘La voz tras la mordaza’. Una investigación en torno a la censura y la represión cultural en Cuba en los últimos 61 años:

 

 

Viera: ‘No fuimos nosotros quienes creamos la división’

José Hugo Fernández, Félix Luis Viera y Odalys Interián en el XI Festival Vista de Miami

 

El narrador y poeta Félix Luis Viera, de 74 años, autor de seis poemarios, cinco novelas y tres libros de cuentos, recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’ en el XI Festival Vista, que se desarrolló los días 14 y 15 de diciembre pasado en el Museo de la Diáspora Cubana, en Miami. Con motivo de ese premio, envié este cuestionario que Viera amablemente accedió a responder:

Luis Cino: ¿Cómo te sientes luego de ganar este Premio?

Félix Luis Viera: Estimulado. Es un reconocimiento a más de 50 años de trabajo. Pero resulta lamentable que el Premio Nacional de Literatura esté dividido; uno allá en Cuba, otro “afuera”. Claro, no fuimos nosotros quienes creamos esa división, sino Ellos. De cualquier manera, yo posiblemente no lo veré, pero habrá de llegar ese día en que el Premio Nacional de Literatura se otorgue a un escritor cubano, allá, en su tierra; a un solo escritor cubano, quiero decir. De eso, nadie que esté en su sano juicio debe tener dudas.

LC: ¿Dónde te sientes más cómodo, en la narrativa o en la poesía?

FLV: Hace poco publiqué Sin ton ni son, una antología personal, y definitiva, a partir de los seis poemarios que había dado a conocer antes de La patria es una naranja. En el pórtico de Sin ton ni son dejoclaro que este, más La patria es una naranja, serán los únicos libros de poesía que tomaré como míos. Reniego de los poemas que no estén en este par, que, calculo (los que no están) serían más de las dos terceras partes de lo publicado en el género. Siempre la poesía me resultó menos cómoda. Si bien la novela requiere un esfuerzo constante, intenso, resulta un género más agradecido porque, entre otras razones, le puedes dar y dar y vas viendo el diamante (o lo que uno cree que es el diamante) con más seguridad. Sabemos que la poesía no puede esperar, atenaza de una forma impiadosa en ocasiones.

El último —sí, el último— libro de cuentos, Precio del amor, lo di a conocer en 1990 —luego ha sido objeto de una reedición. Con este género, y con la poesía después de La patria es una naranja, me ocurrió algo semejante: estuve seguro de que podría pasarme el resto de la vida escribiéndolos… patinando en el mismo sitio; o sea, no conseguiría crear algo realmente interesante, o más interesante —me refiero principalmente a las formas— que lo anterior…

LC: ¿Cómo te iniciaste en la literatura? ¿Cuáles fueron tus principales influencias?

FLV: Sería muy largo, y tedioso entrar en detalles. Fueron los inicios, y no poco más allá de lo inicios, etapas duras, muy duras, en medios muy adversos. Y en cuanto a influencias, no podría señalar un autor, un grupo de autores, un ismo, que incidiera en mí más que otros.

LC: Tu novela Un ciervo herido, ¿tiene algo de autobiográfica? ¿Estuviste en las UMAP?

FLV: Estuve allí casi seis meses, en 1966. Aunque Un ciervo herido no trata solo de mis experiencias, se apoya principalmente en quienes fueron llamados a las UMAP en octubre de 1965, con quienes tuve muchos contactos. Los que formaron parte del Primer Llamado se las vieron negras, sufrieron mucho, todo lo que se pueda imaginar.

Quienes fuimos en el Segundo Llamado, en junio de 1966, gozamos de muchas “ventajas” en relación con los primeros. Fueron reducidas las alturas de las cercas, la comida en agosto fue mejorando y el trato de los oficiales se humanizó considerablemente. Aunque el trabajo en el campo estaba cabrón, sobre todo para quienes eran citadinos. En agosto y septiembre permitieron las visitas —colectivas—  de familiares, un día domingo señalado. Y en octubre concedieron 10 días de pase para ir a la casa.

Las UMAP fueron un hecho vergonzoso, una ofensa a la dignidad humana. Pero  compararlas con los Gulags y el Holocausto es ridículo, una exageración. Duras, duras de verdad resultaron de octubre de 1965 a mediados de mayo del 1966. Hoy se aparecen por aquí y por allá “eléctricos” publicando textos  sobre unas UMAP que no existieron. Se habla y escribe mucha mierda sobre aquello, personas que no tienen ni la más puta idea de lo realmente ocurrido. Ya deberían de dejar este tema tranquilo; o entrarle solo si en realidad van a aportar algo nuevo.

Tal vez  lo que más ha perjudicado a quienes estuvimos allí es el hecho de que el expediente siguió vivo.  O sea, se era Umap para toda la vida. Con este estigma había que cargar para siempre, a la hora de un ascenso en el trabajo, un viaje al extranjero, un reconocimiento de cualquier tipo. Lo trataban a uno como si fuera el victimario, no la víctima…

Fragmento de la entrevista que aparecerá completa en el número 14 de la revista Puente de Letras. Cortesía de Cubanet.

2020, otro año de secuestros y represión cultural en Cuba

Luis Manuel Otero Alcántara

El castrismo abrió este año 2020 repitiéndose a sí mismo en su modalidad de represión cultural e insiste en impedir la salida de Cuba de aquellos creadores independientes invitados a participar en eventos en otros países. Esta semana se dieron a conocer dos casos de secuestro oficialista alrededor del movimiento alternativo San Isidro, los de los artistas Yasser Castellanos y Luis Manuel Otero Alcántara.

“El Movimiento San Isidro se encuentra secuestrado, o como eufemísticamente asumen llamarlo, regulado”, declaró otro artista independiente, Michel Matos, en Facebook. “Para esto no media advertencia o proceso legal alguno en la mayoría de los casos… Excepcionalmente (no sé cuánto durará la desregulación) me permiten a mí viajar a Buenos Aires, pero extrañamente solo a mí. Yasser Castellanos, miembro del colectivo, que pretendía tomar el vuelo junto conmigo, fue impedido de viajar sin que haya algún tipo de proceso legal o penal hacia él”.

“Luis Manuel Otero está igualmente regulado; en palabras de ‘quienes lo atienden’, él enfrenta un proceso legal que le impide viajar”, adicionó Matos. “Sin embargo, ya ni siquiera cuenta con la capacidad de tomar la decisión de llegar al aeropuerto a recibir las malas nuevas, es impedido de salir de su casa”.

“Desde hace algunos días el Movimiento San Isidro viene preparando un viaje a Latinoamérica para recibir y dar unos talleres”, explicó Otero Alcántara en su cuenta de Facebook. “Ayer me llegó de momento una citación, justo el día en que debía hacer los trámites para mi visa. Ante la curiosidad por saber qué me dirían, me acerqué a la estación señalada y me recibieron con la noticia de que estaba regulado por mi juicio. Por lo tanto, le dije a la policía política que iba al aeropuerto y que si me querían detener lo tendrían que hacer en emigración, ya que todo esto era ilegal totalmente”.

“Ahora soy uno más de los ‘regulados’, esos a quienes el gobierno les prohíbe viajar fuera de Cuba sin otra excusa que su oscura y enferma voluntad”, reaccionó Yasser Castellanos en las redes sociales. “Con los aguijoneados por la injusticia está echada mi suerte. Cuando lo que temías por fin te sucede, experimentas cierta ‘liberación’… y una confirmación más de la inexistente ética, de la bajeza de estos individuos con que lidiamos”.

Presentación de ‘Cuba, una isla entre la apatía y la Revolución’ en la editorial Patmos

Mario Félix Lleonart, al frente de la colección #BerlinWall30

 

Es un inmenso honor inaugurar esta colección, con la que la editorial Patmos celebra los 30 años de la caída del Muro de Berlín.

El libro seleccionado, Cuba, una Isla entre la apatía y la Revolución, ya había sido puesto por mí a la consideración de otra editorial. No obstante, cuando Marito me comunicó su deseo de inaugurar la colección, y nada menos que con un libro mío, no dude un segundo en cedérselo a Patmos.

He estado ligado desde sus mismos inicios a esta prestigiosa institución, defensora de los derechos humanos fundamentales, y en especial de la libertad de creencia. Aunque no estuve físicamente presente en su acto fundador, aquella noche de inicios de 2013, sí fui llamado casi de inmediato a participar como panelista en sus dos primeros foros.

Algo que debo destacar en esta institución es su inhabitual espíritu inclusivo, al menos en estos tiempos de redefinición de las banderías políticas, religiosas, deportivas, en fin de todo tipo.

Patmos, y sobre todo su alma, mi entrañable amigo el pastor bautista Mario Félix Lleonart Barroso, más que tolerar mi presencia, reclamaron la activa participación de este ateo católico, liberal de izquierdas, y en fin de este intempestivo, en el exacto sentido que Nietzsche y la Real Academia le dan a esta palabra.

Y es que Mario ha demostrado ser un caso raro dentro de la cubanidad. Uno de esos poco comunes cubanos que pueden convivir con personas que piensen por completo distinto de lo que él cree.

Siempre, claro, que la persona en cuestión sea como él un ferviente defensor de las libertades de pensamiento y expresión. Porque sólo para los enemigos de esas libertades fundamentales reserva Marito su intolerancia.

La colección #BerlinWall30 recuerda un suceso que sin duda él vivió muy joven, cuando todavía estudiada en secundaria, a los 15 años. Quizás desde una familia que por su acendrada militancia religiosa vivía algo lejos del limitado espacio público que se extendía a todo el campo socialista.

En mi caso viví la caída del Muro en mi segundo año de universidad, desde una familia presidida por un fundador del PCC, y más pro-soviético que fidelista.

Precisamente acababa de ingresar a la Universidad, en 1989, cuando durante un breve otoño el llamado Socialismo Real cayó en casi toda Europa del Este.

Mis años de preuniversitario, por su parte, habían estado marcados por las lecturas de medios soviéticos: Sputnik, Novedades de Moscú y Tiempos Nuevos, que se habían convertido para entonces en propagadores de los ideales de la Glasnost.

En mis días ha sido determinante la profunda impresión que en el adolescente aquel dejó la súbita caída del mundo socialista en que había vivido su niñez.

Este libro es en esencia resultado de aquella fundacional impresión. En él, el joven que debió vivir el fin del socialismo real en 1989 se pregunta por qué en Cuba el socialismo leniniano no terminó en aquel memorable otoño de los vientos de cambio.

Esa pregunta, ¿por qué el socialismo sobrevivió en Cuba al desplome del Muro de Berlín?, a su vez es la que me conduce a aquella que se constituye en el eje central de este libro: ¿Por qué en un pequeño país como Cuba ocurrió un hecho tan singular como la Revolución que triunfó aquí en enero de 1959?

Porque, evidentemente, esa capacidad de persistencia del régimen que se estableció con esa Revolución sólo puede explicarse si se consigue entender todo el devenir histórico que a su vez confluye en ella.

Los 22 ensayos cortos que constituyen Cuba, una Isla entre la apatía y la Revolución, indagan en nuestro pasado y en nuestro ser nacional. Tratan de encontrar las claves históricas que explican los últimos sesenta y pico de años de vida nacional.

Se encontrarán aquí visiones muy críticas de nuestro carácter nacional. Mas aclaro son las de un cubano que, a pesar de todo, no se cree otra cosa que cubano.

En su mayoría estos ensayos han sido publicados en medios digitales como 14yMedio, Cubaencuentro, Convivencia, Otro Lunes, Árbol Invertido… y escritos como Vitral. No obstante, todos han sido sometidos aquí a una profunda revisión, que llega en algunos casos a una total reescritura.

Quede este libro como modesto intento inicial de promover entre nosotros el debate alrededor de la pregunta que esta colección nos propone en definitiva: ¿Por qué la Cuba de Fidel Castro sobrevivió al vendaval de 1989?

Un debate que Patmos sobre todo se propone provocar al interior de Cuba.

Como verán son libros de modesto diseño, elaborados sin los grandes recursos que poseen las editoriales gubernamentales cubanas. Pero eso sí, precios económicos y sobre todo una profunda pasión por Cuba. Gracias.

Orlando Rossardi, obra selecta

Orlando Rossardi (foto de Wenceslao Cruz)

Este miércoles 15 de enero, a las 5:00 p.m, Nacae invita a la presentación en Miami del libro Obra selecta, del poeta cubano Orlando Rossardi, publicada por Aduana Vieja (Valencia, 2019).

Será en la Biblioteca Pública de Coral Gables (Calle Segovia 349) y presentarán el libro los escritores Carlos Grillone, Joaquín Gálvez y José Prats Sariol.

Orlando Rodríguez Sardiñas (Orlando Rossardi) nació en La Habana en 1938. Dejó Cuba en 1960 y posteriormente se doctoró en la Universidad de Texas, Austin (EE.UU). Ha sido profesor en las universidades norteamericanas de New Hampshire, Southern California, Texas, Wisconsin y Miami-Dade College, en los cursos de postgrado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Málaga, y dirigido los cursos de las universidades norteamericanas de Wisconsin, Indiana y Purdue en la Universidad Complutense de Madrid, España. Entre sus libros de ensayos destacan los tres tomos de Teatro selecto hispanoamericano contemporáneo (Escelicer, Madrid, 1971),La última poesía cubana(Hispanova, Madrid, 1973) y León de Greiff: Una poética de vanguardia (Ed. Playor, Madrid, 1974). Su obra poética se recoge en libros como El diámetro y lo estero (Ágora, Madrid, 1964), Que voy de vuelo(Plenitud, Madrid, 1970) y Los espacios llenos (Verbum, Madrid, 1991), entre otros. Es miembro del PEN de Escritores Cubanos  en el Exilio, Numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y Correspondiente de la Academia Panameña de la Lengua y de la Real Academia Española.

Caritate con Malena Burke

El Centro Cultural Hispano para las Artes de Miami, que dirige el maestro Eriberto Jiménez, la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM) y la Fundación Apogeo para el arte público, invitan a la presentación de la revista Caritate correspondiente al trimestre octubre-noviembre-diciembre, con Malena Burke en portada.

Burke estará presente y será entrevistada por Baltasar Santiago Martín, director de Apogeo y de Caritate.

Fecha: Miércoles 15 de enero de 2020

Hora: 8:00 p.m.

Lugar: Centro Cultural Hispano para las Artes de Miami (“la Casa Blanca del Ballet”)

111 SW 5th Ave. Miami, FL. 33135

Teléfono: 786 747 1877 (CCHAM)               

                 786 390 5855 (Fundación Apogeo)

La Habana abre el año con más represión cultural

Jorge Olivera entrevista a María Elena Cruz Varela en el Festival Vista (archivo)

Según todo parece indicar, la violencia policial contra la cultura independiente no tiene intenciones de mermar en este 2020 en Cuba, y el año se inició con más represión por parte del régimen de La Habana y sus asociados.

El allanamiento de la casa de la periodista independiente Iliana Hernández, y un operativo policial frente a la vivienda del escritor y periodista Jorge Olivera Castillo y su esposa Nancy Alfaya, activista cultural, demostraron esta semana que la escalada represiva de los dos últimos años contra la sociedad civil cubana se mantiene.

«Esto es parte del terrorismo de Estado que enfrentan los cubanos a diario, especialmente los miembros independientes de la sociedad civil», denunció Olivera en Twitter.

«Los agentes de la Seguridad del Estado consideran que una acción contra el régimen en Cuba puede ser una simple lectura de poesías o una reunión entre amigos, por lo que en determinadas fechas, y a veces sin motivo aparente, los retienen por la fuerza en sus viviendas”, señaló por su parte, el portal digital ADN Cuba.

«Iliana Hernández está acusada por las autoridades cubanas por el supuesto delito de receptación, tras allanar su casa y ocuparle, entre otras propiedades, tres computadoras, un disco externo, una memoria flash que no funciona y dos antenas de televisión en desuso», detalló Diario de Cuba.

Ismael Sambra, un “Hombre familiar”

Félix Luis Viera, Ismael Sambra y José Hugo Fernández en el XI Festival Vista de Miami

 

Ismael Sambra forma parte de ese envidiable grupo de intelectuales —y no intelectuales— cubanos que ha padecido las mazmorras castristas y hoy no exhalan rencor; es decir, si acaso no han perdonado, tampoco han perdido la ternura o la capacidad amorosa para el semejante al permitir que el odio irracional, la aversión en fin contra sus verdugos, forme parte de su hacer y decir diario.

Tanto es así en el caso de Sambra, que en su poemario Hombre Familiar o Monólogo de las confesiones —publicado en 1999 editorial Betania , y ahora reeditado en dos libros, uno en inglés Family man y otro bilingüe español-francés Monologue des Confessions, por  Alexandria Library y Libro Libre Ediciones, respectivamente—, indaga en lo más íntimo, lo más perentorio del entorno, digamos particular, del poeta, y que si bien enjuicia los golpes recibidos en este ámbito —valentía suma, indagar y exponer lo hallado, digo, en el ámbito de los amores más cercanos, o que deben serlo—, su denuncia viene más bien desde el dolor; o sea, en ningún caso tiene su origen en el rencor, la mala fe, la vendetta.

Es decir, entre otras consecuciones de este poemario, que explora, sobre todo, en la intimidad de ese “hombre familiar” —justamente del Ismael Sambra familiar, he ahí el arrojo, insisto—, cito la universalización de lo cotidiano; algo que realmente pocos poetas logran, aunque no pocos —echando a un lado sus limitaciones,  puesto que no todo el mundo puede cantar o llorar del mismo modo, en la misma estrofa— lo intentan para finalmente ir a parar en el panfleto y en el mejor de los casos en ditirambos excesivamente melosos (valga la redundancia).

Para respaldar lo antes dicho, remito a la pieza titulada Poema pesimista:

 “¿Cómo expresar sin repetirse en el rincón del cuarto?/ aquí no hay nuevos poros/ que es la misma piel que se resiste cuando la llama/ quema y se deja sentir/ más que el hueso”.

En la misma cuerda se haya esa especie de aleluya: “¡Qué gran Invento el parque!” Antológico, entre otras causas, por la ascensión desde la inmediatez hasta el vuelo poético más alto. Dice: “Las ciudades se representan por sus parques/ los parques por las ciudades/ así también podría titularse este poema/ el parque es el termómetro de la ciudad”. Este último verso es sentencia inapelable. Cartel que deberíamos encontrar en los pórticos de tantas ciudades. Labor del poeta esa de mostrarnos lo que estaba a nuestro alcance, lo que tal vez habíamos mirado, pero no habíamos visto.

Coincido con quienes afirman que la poesía es, en cuanto a las artes de la palabra, la que mejor expresa la revelación del hombre en su andar. O sea, el poema, más que otros géneros literarios —matices aparte— significa, si no toda la verdad, sí el sentir incontestable de un hombre, o un grupo de hombres, o una época —o todo esto. 

Dicho lo anterior, remito a varios de los poemas de Hombre familiar o Monólogo de las confesiones (y esto de “confesiones” ensambla ciento por ciento con lo que he expresado en párrafos anteriores), que dan fe de la nueva noticia sobre un hecho viejo o acerca de una verdad oculta ante nuestros ojos, uno de los porqués principales de la poesía, el poeta. Quizá, entre otras, por esta causa “Hombre familiar…” nos espolea de principio a fin para saber ahora, cuando demos vuelta hacia la próxima página, qué viene, qué sorpresa, qué asombro nos depara.

Van los ejemplos anunciados:

En “Estoy vivo”, dice: “Se apodera de mí el canto de los vivos/ ese que encuentra su mundo después de conjugar galaxias/ pues te descubro dormida/ sobre las sábanas que blanquearon con tu llegada».

El poema está dedicado a Martica… y aquí nos enteramos de que ella ha sido capaz de, con su sola presencia, con su llegada, blanquear las sábanas. Cuánto hay dicho más allá de lo escrito en ese último verso. ¿Quién no ha tenido una Martica —amante, tía, hija, madre, novia— que alguna vez le ha blanqueado con su arribo las sábanas; entiéndase: el alma, el día, el pasado y el futuro con esa sola llegada?

Ismael Sambra se anuncia polémico, para de inmediato, al cerrar la estrofa en la que esto proclama, prevenirnos que su afán de “discutir y convencer” se aviene con esa gracia y sinceridad de la poesía (“gracia y sinceridad de la poesía”…, ¿aquí su “arte poético”?), mas, de modo primordial, se aviene, con esa frase sabia de un niño” (¿o aquí “su arte poético”?).

Así, en la medida en que este poemario nos va pasando las testificaciones de su autor, igual vamos comprendiendo que eso que nos expresa, reitero, era aquello que se encuentra a nuestro lado, pero no lo habíamos visto. De este modo el poeta nos hace heredero de sus visiones, sus avisos, no solo para iluminarnos en la racionalidad digamos, sino asimismo para, algo mucho más esencial, iluminarnos allí donde tengamos embozados esos sentires que justamente sobresalen en Hombre familiar… , digo la piedad, la ternura, la justeza, la humildad o algo tan concurrente en este poemario y que, vale decirlo, cada vez escasea más en determinados grupos sociales: El sentido del otro, la compartición del beso y la parcela, la fruta y la sonrisa; el regocijo por el advenimiento de la aurora en el semejante.

Si bien no es posible afirmar que en Hombre familiar, monólogo de confesiones, el sujeto poético ofrece la otra mejilla, sí vale destacar esta máxima: “No soy solo el hombre/ (…) no soy solo el llanto sino además el llanto/ una manera indefinida de ser/ un poco nuevo”.

Asimismo, cito par de virtudes formales que en mi opinión obran en favor de las calidades de Hombre familiar:  el ritmo —el ritmo— y un lenguaje que no se puede enmarcar del todo en la poesía conversacional, pero tampoco del todo en algún lirismo críptico. Un lenguaje fresco, poderoso, asequible, en función de la sencillez al investigar en lo más insondable del ser humano.

Así hoy, como 20 años atrás, la “gran familia” agradecemos a Ismael Sambra estas “prohibidas confesiones” que se mantienen entre lo más destacado de nuestra poesía.

Presentación del libro en el XI Festival Vista de Miami

Tres mujeres altas

Arca Images y el Miami Dade County Auditorium presentan la lectura dramatizada de Tres mujeres altas, de Edward Albee, con las actrices Rosie Inguanzo, Carmen Albernas y Zully Montero, dirigidas por Larry Villanueva.

Día: Jueves 16 de enero
Hora: 7:30 p.m.
Dirección: On.Stage Blackbox del Miami Dade County Auditorium (2901 W Flager St.)

La entrada es libre. Para reservar luneta: [email protected]

Un viaje hacia ‘Apocalipsis: la resurrección’

 

El problema con el ego irracional es que hace fácil metástasis, a modo de un cáncer que ataca las fibras más sensibles del ser humano. Su consumismo contamina el cuerpo, toda la mente y lanza por la ventana el inconsciente y el alma.

De aquí que haya que señalar que en la novela Apocalipsis: la resurrección, de Armando Añel, los instintos tienen su propia fuerza. Una fuerza que en muchas personas es avasalladora. Pero es difícil entender sus resultados, puesto que la humanidad se percibe como un centro complejo de fusiones nerviosas, de cálculos inimaginables que van procreando nuevas fuentes de acontecimientos… El problema radica —y aún no se ha logrado controlar— en que nunca se ha podido medir la dosis de fuerza instintiva que viene con cada ser humano. ¿Hasta qué punto un hombre, una mujer, es más instintivo que intuitivo y racional? No lo sabemos… al menos, por ahora… Esta es una de las complejidades humanas en relación con el universo. En realidad, es uno de los dramas del humanismo.

El caso es que —cada vez con más frecuencia— vemos que el instinto domina la racionalidad. Por tanto, a mi modo de ver, hay dos clases de ego: el irracional (instintivo) y el racional (lógico y también, ¿por qué no?, intuitivo). En el ser humano siempre ha habido una lucha, a veces devastadora, entre uno y otro ego por dominar su estructura corpórea y mental. Y muchas veces esta puja, esta tensión, ha llevado al alma a refugiarse en los más recónditos parajes del inconsciente. En esta novela, cabe la posibilidad de encontrar este antagonismo entre el narrador —siempre extraño, diferente, como en la anterior novela Erótica— y el mismo mundo que describe Apocalipsis…, a veces con sorna, a veces con drama, a veces con sutil vulgaridad; pero que es el mundo existente, con la exactitud de esta dimensión objetiva, física, donde también somos lectores y sufrientes.  

Supuestamente, en la evolución del ser humano como especie, el ego irracional ha debido decrecer, ya que —supuestamente también— la sensibilidad, la civilidad, la inteligencia científica y tecnológica y la misma imaginación creativa, se han propuesto enterrar esa irracionalidad lo más profundo posible. No obstante, hoy en día, con el avance de las comunicaciones, el supuesto de la decadencia de lo irracional no parece ser tal, sino que contrariamente es lo racional lo que está perdiendo terreno. Habría que hacer un estudio, supongo que de varias disciplinas, para saber si en realidad es lo irracional lo que ha avanzado, y está o no avanzando, por encima de la sensibilidad humana, y cuáles han sido las causas —genéticas y sociales— de que el hombre esté prefiriendo su autodestrucción.

En este sentido, página por página, vamos constatando en la novela de Añel esos pespuntes de irracionalidad progresiva, principalmente en el personaje del presidente y del clima de prostitución que dejan ver los hechos del ambiente mundano y real, diciendo que nuestra propia existencia convive en su mayor parte rodeada de mediocridad. La descripción de muchas escenas, y el lenguaje mismo, cuando es poéticamente popular y hasta vulgar, pero nunca soez, proponen un entramado semiótico de irracionalidad, de instintos que dominan la cotidianidad de este mundo.

Si sabemos que el científico analiza, repite y comprueba los datos para llegar a conclusiones concretas, objetivamente ciertas, también tenemos que el creador literario (y asimismo incluyo a muchos intelectuales que encuentran en la imaginación una fuerza especial) intuye, especula y apuesta basado en su intuición. Y en muchas ocasiones va por delante del científico en proponer o predecir las causas de los fenómenos… Esta última idea, la del creador literario, la del intelectual intuitivo, es lo que descubro como una de las fuerzas motrices de Apocalipsis: la resurrección. A diferencia de temas parecidos, dados en libros y filmes de ciencia ficción, como es el desbarajuste de autodestrucción del planeta y de lo que pasa después de este apocalipsis ya concebido, Añel lo que plantea de lleno es la autodestrucción inevitable del mundo conocido y al mismo tiempo el resurgimiento de una nueva cultura; la necesidad del nacimiento de un formato más humano, lúcido y al mismo tiempo profundo en la comprensión de los demás, del otro, sin olvidar que es imprescindible, imperioso, que el nuevo sentimiento y la nueva visión humanista nazcan en cada individuo, a expensas y con la responsabilidad de cada individuo, y que esa nueva manera de ser tenga la potencialidad y posibilidad de proponer y seducir, de persuadir y convencer, de sumar y aunar voluntades. Y que cada Voluntad se convenza de manera espontánea, auténtica y deliberadamente independiente de que el camino es en un progreso evolutivo, en espiral hacia la nueva era; que es imprescindible y hasta definitivo que nos demos cuenta de que hay que alcanzar todos los mecanismos y recursos posibles para que el ego racional se imponga sobre toda clase de salvajismos: sicopatía de las ideas, sicopatía de las guerras y la destrucción, sicopatía de la ambición por el poder.

Entonces, cuando el ego racional no se distraiga más por su lucha contra la ferocidad de su ego pecador, comenzaría la relación armónica entre este ego racional y el alma. Lucha evolutiva en la que el alma tendrá las de ganar. El alma/las almas que abrirá/n las puertas hacia el infinito reino de Imago.

El niño es un disidente

En esta novela, Armando Añel se propuso dinamitar el caos actual partiendo de su propia experiencia bajo el caos de la dictadura castrista. El cubano (no todos, por supuesto, pero sí muchos) ha vivido la humillación más terrible, que es la discriminación inimaginable y hasta absurda de ser persona non grata en su propio país, además de sufrir la falta de libertad de expresión y de movimiento y la falta de cumplimiento de los derechos más elementales del ser humano. De aquí que muchos, muy probablemente la mayoría, hayan escogido la opción de convertirse en seres ingenuos (en cuanto a un “oportunismo” estúpido se refiere), a los que no les interesa el peso político que cargan encima, sino supuestamente sobrevivir, o vivir de más, buscando el mejor lugar del hoyo en que están, acurrucarse en un nicho patriotero, y vivir un poco mejor en su esclavitud. Estos “ingenuos” (tontos útiles u oportunistas) han sido una alfombra roja para la irracionalidad, y coadyuvan así con la imagen del Espejismo.

Sin embargo, los que eligieron la inocencia, la búsqueda de sí mismos, tuvieron que actuar con la naturaleza infantil, y dijeron las verdades como las sintieron y comprendieron, con esa lógica transparente del niño que no respeta fronteras, ni edades, ni cargos, ni discursos, ni miedos. Un real y esencial niño en Cuba es, así de simple, un disidente.

Idamanda y el ángel imaginario

Idamanda —al igual que en la novela Erótica— es el principio, centro y fin del mundo en Apocalipsis: la resurrección, ser que nos propone un final definitivo de la cultura, pero al mismo tiempo nos proyecta hacia otro Renacimiento más comprometido con el humanismo esencial, en el que lo proverbial de la imaginación es equidistante con la lógica física. Indagar quién es Idamanda, conocerla, es darnos cuenta de que la energía primordial yace en cada uno de nosotros, en todo ser vivo, racional y sufriente que ha tenido a bien dejarse llevar por el camino de la imaginación hacia el reino de Imago.

Idamanda —por su propia voluntad— es el ámbar, la energía del niño, la liberación total; es el ángel imaginario que nos advierte y pervierte en contra de la irracionalidad y hasta de la desconsoladora racionalidad cartesiana; es la que aboga por la inteligencia entre lo racional y lo imaginario; es el placer natural, sin fronteras; es el verdadero origen del ser humano, pero al mismo tiempo es el destino, el viaje circular de una espiral que progresa, cumpliendo sus etapas de retorno y final en el mismo origen.

El ángel imaginario de Idamanda no tiene géneros ni edad y es todos los géneros. Es el símbolo de la inteligencia con la pasión. Y es el símbolo de la felicidad, y el propio placer sexual, natural, de su cuerpo. Su felicidad es asimismo su deseo (hedonismo profundo porque es esencia natural en el ser humano), su natural y raigal deseo de ser feliz… Pero, en realidad, ¿dónde se encuentra Idamanda? Pues se encuentra en Playa Hedónica, en Erótica, en el mundo corpóreo proveniente de la esencia originaria, estelar y mistérica del ser humano, y vive en el nivel —como ya dije— del universo paralelo, virtual y mental, de cada persona; es parte intermedia que va del mundo corpóreo, físico, a los mundos imaginales que descubrió el sabio sufí Ibn al-Arabi.

En este sentido Apocalipsis: la resurrección es la nueva y breve Biblia de un humanismo real (corpus, mentis, ánima esencial), natural, original, del Occidente al Oriente; es el conjunto de Orbis, de Fénix y Pegaso y, por encima de todo, del mítico fuego de Prometeo; es como el Aleph borgiano o el Tokonoma lezamiano. Es el camino para salir de este mundo perdido, donde el ego irracional intenta secuestrar el alma; donde la lucha entre la egolatría y el alma se acaba y comienza la Resurrección, para dar paso al nuevo reino de Imago.

Un nuevo espíritu de época

Pero dentro de la Resurrección podríamos encontrar las etapas del viaje, reencarnaciones, digamos, que se funden con la Resurrección mediante la ubicuidad, función restauradora del no-tiempo. En el tiempo imaginario, incluso en el tiempo después de la muerte, el tiempo lógico no existe, como todos sabemos, puesto que ya estamos en el misterio, dentro de ese ámbito del no-tiempo es muy factible —lo digo por pura intuición, por supuesto— que la ubicuidad sea un recurso para resolver la contradicción entre las reencarnaciones y la Resurrección; es decir, al mismo tiempo (o mejor: al mismo momento) que se espera y se da el instante de resurgir, estén ocurriendo entonces las reencarnaciones (nada comprensible para un lenguaje lógico). Este es ya el viaje evolutivo que va del ego racional (o mejor, del ergo proteico) al estado del alma y de ésta a un nivel mucho más avanzado hacia el espíritu. Pero para ello tiene que existir un punto de partida que se encuentra en esta tierra, en este planeta y en nuestro cuerpo. Y para ello (o sea, el punto de partida), además, debe darse una sustanciación de cambio. La humanidad tiene que mutar a una nueva dimensión, mucho más vasta, que el mundo o la vida como la conocemos hoy. Para esta transformación vital lo que conocemos actualmente, la vida como ha venido funcionando, tiene que dejar de ser. Es entonces el cambio, el nuevo espíritu de época que ha de venir. Y es este momento crucial el que interpreta la novela Apocalipsis: la resurrección.

El gen de la oscuridad

Efectivamente, “el Apocalipsis como resurrección” es en realidad el preludio del comienzo. Del nuevo comienzo. Antes era la locura de la soledad. El no entendimiento del hombre de lo que debía ser el ser. Había un estado de negación total. Por eso la novela tenía que escribirse como un caos (y tiene —porque continúa en nuestro mundo corpóreo y extraliterario, ya que es la realidad misma del lector que somos ahora), porque no se puede describir el caos sino desde el caos mismo. El presidente (de cualquier partido, de cualquier Gobierno) es el mayor símbolo del caos. Es una ofensa a la inteligencia y a la sensibilidad del ser humano esencial (ese que quiere reducir su imperfección), ese que quiere volver al origen para enmendar su pecado, y que dejó de estar en Imago por el pecado original… Pero, ¿cuál fue ese pecado? ¿Es que fue el pensamiento mismo? Pudo haber sido un exceso de lo que se ha llamado racionalidad, que acabó con la inocencia del niño… Pero no… pensar no pudo ser lo malo, lo nefasto. También pudo ser algún germen, ¿o gen?, de ambición y arrogancia, de personalismo, de atroz autosuficiencia, que se filtró durante la creación… El gen de la oscuridad que viene desde el mismo Big Bang.

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Diez poetas hiperbóreos en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor y periodista Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de enero del 2020 con la presentación del libro Viajeros: diez poetas hiperbóreos, con compilación, edición, diagramación y cuidado a cargo de la escritora María Eugenia Caseiro.

Será el viernes 17 de enero a las 8:30 de la noche, en el 111 SW 5ta. Avenida, con la participación de la propia Caseiro y William Navarrete, Lilliam Moro, Karyon Kuma y Alberto Lauro.

El programa Viernes de Tertulia, conducido por el escritor y periodista Luis de la Paz, es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña (†) y dirigida por Eriberto Jiménez. Más información en el 786 747-1877.

Los Bee Gees y la libertad

 

Los Bee Gees –Barry, Maurice y Robin Gibb– provocaron indirectamente mi primer encontronazo con el totalitarismo. Desataron, probablemente, mi primer acto de disidencia en Cuba. Cursaba yo el séptimo grado y dibujaba como un endemoniado en las libretas de clase, comenzando de atrás hacia delante, ignorando con tozudez la pizarra. Dibujaba sobre todo a los Bee Gees y a Andy Gibb, el hermano menor solista, los perfiles con las largas melenas ondulantes que a finales de los setenta hacían furor. Pelo largo y música «imperialista». La maestra me descubrió e indignada citó a mi madre a la escuela. Con solo 12 ó 13 años, yo ya estaba haciendo “diversionismo ideológico”.

Eran una bocanada de aire fresco. Ritmos irresistibles y el célebre falsetto de Barry Gibb. También Donna Summer, fallecida en 2012, sonaba duro por aquellos días, y el grupo Abba. Pero recuerdo ahora particularmente a los Bee Gees por el episodio del dibujo y la maestra, y porque constituían el plato fuerte en las fiestas y corros juveniles de la época, y porque según todo parece indicar pronto habrá una película sobre ellos. Vuelvo a escuchar “Tragedy”, “Jive Talkin”, “Stayin’ Alive”, “How Deep Is Your Love”, “Night Fever”, “More Than A Woman”. La apoteosis de una música imperecedera que en Cuba a muchos abrió una primera ventana hacia la libertad.

Murieron Robin y Maurice. Los sobrevive el mayor de todos, el hombre del falsetto, Barry Gibb. El único que queda y que probablemente asistirá al productor de la rentable Bohemian Rhapsody, Graham King, durante el rodaje para la Paramount en este 2020.

Rácata en La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación del noveno número de Rácata, revista de arte y literatura, con la participación de su director Félix Rizo (“Chicho Porras”) y varios de los autores que colaboran en este número.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Sábado, 11 de enero/3:00 p.m.

Félix Rizo es dramaturgo, narrador, poeta y crítico de cine. Este nuevo número de Rácata contiene textos y poemas de más de una decena de autores de varios países, la mayoría residentes en Estados Unidos.

El final de la vividera del cuento a manos del Facundo Presidente

Facundo, el personaje

 

Vivir del Cuento era un programa humorístico de la TV cubana. En un inicio tenía un muy limitado elenco, y se transmitía los domingos al atardecer. Este se concentraba en las peripecias disparatadas de un par de sui generis ancianos, Pánfilo y Chequera, para sobrevivir en una Cuba en que como promedio los retirados no cobran más que 10 dólares al mes. Toda la acción se desarrollaba de manera invariable en la casa de Pánfilo, donde además vivía una joven parienta suya, Indirita. Solo de cuando en cuando se sumaba algún actor invitado.

Con el tiempo el programa ganó en seguidores y en consecuencia se lo pasó para un horario de mayor audiencia: el lunes, tras el Noticiero Estelar de las ocho. Poco a poco los argumentos ganaron en complejidad, los temas se ampliaron, y con ello un grupo de nuevos personajes, y de actores, hizo aparición.

En ese proceso uno de estos actores, Andy Vázquez, rápidamente se convirtió con Luis Silva (Pánfilo), y su contraparte, Chequera, en una de las figuras centrales del humorístico. Andy, un actor muy versátil, interpretaba a la vez a un dirigente de base, Facundo, a un señor muy relamido, Bienvenido, y a Aguaje, un pequeño ratero de barrio.

Facundo era, no obstante, su principal caballo de batalla dentro del elenco, que no dejaba de participar en ninguna emisión de lunes. De hecho fue él uno de los cuatro escogidos que junto a Pánfilo, Chequera y Ruperto jugaron dominó con el presidente Obama en aquel corto que la TV cubana nunca se atrevió a transmitir.

Facundo, con su guayabera, su infaltable condecoración indeterminada, era la fiel representación del dirigente cubano de base: incapaz de tomar la iniciativa, celoso de cualquiera que intente dar libre curso a su iniciativa individual, constantemente atento a los pasos de sus vecinos, de cuya vida y milagros lleva minucioso registro en una agenda que protege como si contuviera secretos de estado, inculto y no muy inteligente, dado a cumplir las tareas de manera mecánica y con frecuentes atisbos de una tendencia a la corrupción que los libretistas nunca se atrevieron más que a sugerir (El fondo de las coronas). En la lógica de “a quien le pica, es porque le escuece”, su personaje no podía más que incomodar a los mandantes del país, hasta hacérseles intolerable.

Más la verdad es que no solo era Facundo. En Vivir del Cuento todos habían empezado a ir demasiado lejos. Como en aquella primera emisión de 2018, en que Ruperto le asegura a Pánfilo que “en el 2019 se va”, en clara alusión a un Raúl Castro que estaba a punto de salir de la presidencia. Declaración que, tras una intencionada pausa dramática, y una muy estudiada expresión de susto de Pánfilo, se le atribuye a Cachita. Otro personaje, eterno amor de Ruperto, y a quien aseguraba por tanto llevarse a la cama en ese año.

O aquella otra en que en medio de una reunión Facundo suelta eufórico: “Compañeros, ahora sí se van a resolver todos los problemas”, y Pánfilo, en una serie de imágenes lo recuerda decir una y otra vez lo mismo, a medida que a Facundito poco a poco se le cae el pelo, con el paso del tiempo y de la confianza del anciano. Numerito montado con todo el elenco por los mismos días en que Machado Ventura soltaba un bocadillo semejante en cada emisión del Noticiero Nacional de TV.

Sin dejar de recordar que la única vez en que todo comienza a ir bien en el barrio es aquel día en que los vecinos pueden elegir sin presiones, y votan por Pánfilo…

Con nuevo presidente, hombre de escasa frente, carente de sentido del humor, e interesado en imponer respeto a la manera en que el cubano de no muchas luces estima debe de hacerse, era sólo cuestión de tiempo para que el régimen chocara frontalmente con Vivir del Cuento.

A fines de agosto de este 2019 una de esas plumas apegadas a congraciarse con el régimen publicó un artículo en Granma, el diario más oficial entre todos los demás tan oficiales como él, en que precisamente se cuestionaba a Vivir del Cuento por la forma en que representaba a nuestros dirigentes. Y es que el asunto había ido poco a poco a más, porque tras Facundo habían hecho entrada en el show nuevos dirigentes, superiores y por tanto de mayor entidad que él mismo, con defectos y vicios aún más marcados que los del, en definitiva, pequeño “cuadro” de base.

El artículo provocó la respuesta inmediata de muchos humoristas, y de un amplio sector de la ciudadanía, sobre todo a través de las redes sociales, cada vez más importantes en la formación de una opinión nacional. Quizás por ello, cuando se decidió que Vivir del Cuento sólo retransmitiría programas viejos a partir de septiembre y hasta fin de año, como ya había venido ocurriendo en las precedentes temporadas, fue al propio elenco del programa al que le tocó irse a un estelar de mediodía a dar la noticia. Pero significativamente Andy no estuvo, y Luis Silva derrochó esfuerzos, de manera demasiado evidente, para evitar que esa decisión de retransmitir fuera asociada con el artículo, o una subrepticia orden “de arriba” de moderación.

Pero la realidad es que ya la decisión de ponerle coto a Vivir del Cuento estaba tomada, quizás en la oficina del presidente mismo. Había que darle un escarmiento y la oportunidad, que la pintan calva como su mismo personaje estrella, apareció cuando Andy subió a su canal de YouTube un corto en que se reía, sutilmente, de la manera en que el régimen presenta hechos como el ocurrido durante la reapertura del Mercado de Cuatro Caminos, a la vez que de la manera en que suele administrase la escasez en Cuba.

El actor fue entonces expulsado del Centro Promotor del Humor, y sacado del elenco de Vivir del Cuento.

La salida de Facundo del programa no conllevó que los vecinos pudieran elegir a su sucesor. Aunque sus vecinos lo piden, Pánfilo, o Luis Silva, escaldado por la experiencia anterior, no acepta, y al los vecinos no ponerse de acuerdo los compañeros superiores del “tronado” Facundo imponen “desde arriba” a su sucesor.

El lugar de Andy en el elenco es entonces entregado por un actor bastante limitado, de cuyo nombre prefiero no acordarme, que al prestarse para la maniobra ha entrado por la puerta ancha de la Historia de la Infamia en la vida cultural cubana post revolucionaria. Su nombre es hoy, de hecho, sinónimo de rompehuelgas en la Cuba profunda.

Este compañero recibió el encargo “gubernamental” de interpretar a un dirigente con defectos, Felipito, pero defectos tolerables, de esos que ante la audiencia cubana humanizan, sin restarle prestigio, al funcionario.

Por ejemplo, el nuevo hombre, aunque casado flirtea con Cachita, algo que todos sabemos es bien visto por la gran mayoría de la machista audiencia cubana. Es de hecho un tipo que no pierde la tabla ante las guaperías de un pamplinoso Ruperto, y es delgado, en un momento en que todos sabemos que es más fácil hacer pasar a un camello por el ojo de una aguja que dar con un dirigente cubano sin sobrepeso.

En fin, el nuevo personaje ha sido escrito con la incuestionable y estudiada intención de presentarnos un dirigente más aceptable para la castrocracia. Un dirigente molesto por su exigencia, pero eficiente, que hace que en el barrio pase lo que nunca había pasado: que las cosas funcionen, como no se cansaron de repetir Pánfilo y Chequera en esta pasada edición del ya muerto humorístico.

La transformación se completa con la nueva forma de representar al compañero superior de Facundo, el de la minerva al cuello, que evidentemente sale muchísimo mejor parado esta vez que en cualquier ocasión anterior.

Con la salida de Andy el programa no sólo pierde a tres de sus más importantes personajes, sino que al admitir la censura de hecho ha muerto. Solo falta ver cuánto más sobrevive su fantasma en la TV, o si el elenco se atreve a hacer lo que le ha propuesto parte del público: que saque a Vivir del Cuento de la TV controlada por el Estado y se vaya con su música, Facundo, Aguaje y Bienvenido, a otra parte…

Esperamos que Silva reviva a su Pánfilo, pero ahora uno más libre.

Festival Vista: La intervención de Cuba en Venezuela

El 14 de diciembre de 2019, en el XI Festiva Vista de Miami –un evento patrocinado por El Instituto La Rosa Blanca (The White Rose Institute), Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation–, Carlos Alberto Montaner presentó el libro La intervención de Cuba en Venezuela, de María C. Werlau.

Werlau, directora de Archivo Cuba, asegura “que la devastación en Venezuela se deriva de un plan de integración completo forjado por Hugo Chávez y Fidel Castro, de naturaleza ideológica, política, militar, económica, judicial, sociocultural y que también abarca información y comunicaciones”.

La intervención de Cuba en Venezuela describe cómo la Cuba “revolucionaria” esencialmente ocupó Venezuela no con una gran fuerza militar in situ sino asimétricamente, colocando activos estratégicamente para controlar las fuerzas de seguridad, la economía, la información, las comunicaciones y la sociedad en su totalidad. Explora cómo evolucionó el plan que dio lugar a una alianza con una agenda radical de integración regional y una red criminal internacional cuyas implicaciones son globales. Y explica cómo, a pesar de ser Cuba mucho más pequeña, pobre y subdesarrollada que Venezuela, logró el papel dominante con herramientas metodológicas derivadas de la naturaleza totalitaria de su sistema. Disponible en Amazon:

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Concierto por la libertad en Cuba Ocho

«¿Qué queremos para Cuba en 2020? Te esperamos para seguir trabajando en función de una Cuba Libre donde los cubanos puedan decidir».

Así invitan Cuba Decide y Umbrella Art Foundation al concierto en Cuba Ocho Museum & Performing Arts Center (1465 SW 8 St. #106, Miami Fl 33135) de Cachita López Band, Lucy López, Eskuadrón Patriota y Michael Marichal.

Este viernes 3 de enero a las 9:00 p.m. Arte y Hip Hop por la libertad de Cuba. La entrada es libre.

Cuba Decide es una iniciativa ciudadana para cambiar el sistema político y económico en Cuba provocando un proceso pacífico de transición hacia la democracia.

Umbrella Art Foundation es un proyecto dedicado a apoyar a artistas de vanguardia en Miami. Persigue promover arte de alta calidad.

‘Poesía en Miami’ (segunda parte). XI Festival Vista

De su libro Homenaje a la tierra, publicado por la editorial Betania en Madrid, lee la poeta nicaraguense Rubí Arana:

El poemario Las tablillas de Diógenes, de Eduardo René Casanova, resultó finalista del premio ‘Dulce María Loynaz’ que convoca el proyecto Puente a la Vista:

Bagazo. Poemas iberos, de L. Santiago Méndez Alpízar, en segunda edición por el sello peruano Lancom Ediciones. Un poeta cuyo blog, Efory Atocha, brinda desde hace años un espacio de confluencia creativa:

Dos artistas del performance, Ana Olema y Nilo Julián González Preval, que en Miami Beach coordinan desde abril pasado la valiosa peña “En boca cerrada”, descargan en clave poética:

‘Poesía en Miami’ (primera parte). XI Festival Vista

El moderador del panel ‘Poesía en Miami’, de la XI edición del Festival Vista en esta ciudad, Félix Rizo (Chicho Porras), leyó fragmentos de su libro Poemas de Facebook inaugurando el segmento:

El baúl de los duendes y los chicherekues es un poemario publicado por la editorial Voces de Hoy, con sede en Miami, que este año cumplió una década de fundada. Un libro de poesía infantil de Madeline Pedroza:

Aunque la higuera no florezca, poemario publicado por Lyrics & Poetry Editions cuya autora es Odalys Interián, fue presentado por el escritor José Hugo Fernández:

Poemas para tocar a Dios

José Hugo Fernández, Félix Luis Viera y Odalys Interián en el XI Festival Vista de Miami

 

La poesía de Odalys Interián, no solamente la de este libro admirable, Aunque la higuera no florezca, sino toda su poesía, parece tener como fin la búsqueda de una plenitud sin altibajos. Y es en la materialización de ese empeño como se multiplica su esencia prodigiosa (igual que Jesús multiplicó los panes) en tanto beneficio para el lector.

Según Aristóteles, los dos objetivos básicos de la poesía son agradar y conmover. Con tales premisas, él, junto a otros, le enmendó la plana a sus antecesores, los primeros griegos, quienes asumían el poema, ante todo, como un vehículo para expresar la verdad.

Sería difícil saber cómo se las arreglaban aquellos poetas de la antigua Grecia para establecer con certeza dónde estaba la verdad. Así que prefiero creer que se referían únicamente a la verdad intrínseca de la poesía, que tal vez consista en su capacidad para agradar y conmover. De modo que no veo claro el aporte aristotélico en este sentido. 

En cuanto a Odalys, su verdad personal como poeta se perfila aquí mediante un singular salterio. Aunque la higuera no florezca es un libro de salmos, no en balde agasaja al rey David, uno de los principales o el principal entre los predecesores del salmo como género oratorio-religioso, y además el preferido de la poeta entre los personajes bíblicos. Es algo de lo que ella da cuenta desde el primer poema, en versos que rememoran: El libro de los salmos/de David/que leía mi madre bajo el peral/y la nube.

Así, pues, la poeta honra su estatus de religiosa, honra al credo que ella representa, al tiempo que no se limita para dar vuelo a otros asuntos que, aunque más mundanos y corrientes, forman parte por igual de las caras subjetividades del oficio. Explícitamente, Aunque la higuera no florezca está destinado a homenajear a todas las personas que hoy sufren alguna forma de persecución por su fe. Ello, desde luego, no le impide ser un libro para el mero disfrute de los amantes del buen verso, surgido de una de las más fecundas y originales voces de la poesía cubana de estos días, sobre cuyo panorama podría decirse, parafraseando a la Biblia, que son muchos los llamados pero pocos los elegidos.

Poesía en estado puro, casi virginal. Poesía contemplativa, que a veces discurre dulce, suave… y otras veces se despeña como impelida por los rayos del apocalipsis. Los salmos de este libro pueden ser indistintamente ardorosos, cáusticos o enternecedores, siempre con la palabra en su desconsolada avidez/arrojada hacia los vértigos, como precisa la poeta. Una palabra, agregaría yo, que es vehículo de la pasión y también del remanso.

Hay una música interior en todos los textos de la Biblia, una especie de convocatoria al embeleso. Y en esa música, tanto como en las palabras y en sus sabias enseñanzas, se afinca el casi milagroso poder de convocatoria que contienen las Sagradas Escrituras.

Esa misma música, especie de acento celestial, tipifica cada uno de los salmos de Aunque la higuera no florezca. Debe ser cierto eso de que el gran estilo se halla entre el poeta y su objeto, porque justo en la correspondencia entre el contenido de este poemario y el modelo escogido para darle forma, veo yo patentizado el gran estilo de Odalys.

He dicho ya que no me gusta explicar la poesía, por la sencilla razón de que la poesía no debe o quizás no pueda ser explicada. Pero si tuviera que resumir con una frase mi conclusión particular sobre este libro, lo más probable es que saliera del paso valiéndome de un salmo donde la poeta proclama: Escribo para tocar a Dios… Y es que leyendo sus versos uno se descubre bajo la impresión de que en verdad logra tocarlo.

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E pluribus unum

Amir Valle, Ñico Sánchez, Madeline Pedroza y Félix Anesio en el XI Festival Vista de Miami

«E pluribus unum…». Ha concluido el Festival Vista en su XI edición de Miami. Allí, en el Museo de la Diáspora Cubana, se dieron cita cientos de personas entre el 14 y el 15 de diciembre pasados: lectores, escritores, poetas, artistas y público en general. Rendían tributo a las letras cubanas congregados bajo un principio de la nación que nos acoge solidaria y en la cual hemos podido continuar creando.

Porque sí, siendo todos tan diversos en la creación, hay un consenso democrático que nos sustenta: «E pluribus unum…» Que alienta y guía a esta nación, los Estados Unidos de América, de la cual formamos parte dándole lo mejor de nuestro trabajo en el arte. Gracias a todo el equipo que hizo posible este festival.

El carnaval de los androides

Ernesto Santana, José Hugo Fernández y Luis Felipe Rojas en el XI Festival Vista de Miami.

 

No son insustanciales ni pocos los aportes que de nuevo este año Neo Club Ediciones tributó a la cultura cubana. Pero entre ellos sobresale, sin duda, la reedición de El carnaval y los muertos, de Ernesto Santana, una novela que no obstante su particular excelencia –o precisamente por eso- fue tachada como fruta prohibida para el lector de la Isla.  

Formalmente, El carnaval y los muertos cuenta el drama de un habanero veterano combatiente en Angola, que está enfermo con SIDA y que resuelve fugarse del sanatorio-prisión donde lo han recluido para ir a pedirle perdón a un amigo. Sin embargo, en vez del eje central de la novela, este personaje parece ser una especie de coartada, útil para cristalizar las ingeniosas esencias de la trama, destinadas realmente a la exposición de la incapacidad para comunicarse que sufren todos los que transitan por ella.

Más que un personaje principal, y más que La Habana como escenario, en la novela destaca una idea, contenida en la representación de los habaneros como androides a los que ese arrasador drama histórico que es el fidelismo ha incapacitado para interrelacionarse, para confiar unos en los otros y para prodigarse en el afecto espontáneo. Y es como son recreados por Santana, sobreviviendo tan vinculados como hostiles entre sí, presas de un resquemor condicionado por las circunstancias que les vinculan.

Así, pues, el infeliz guerrero de Santana se proyecta empeñado en demostrarnos que entre los habaneros de estos tiempos la comunicación no es sino mera apariencia, espejismo mal disimulado por los estereotipos al uso, el de la alegría y la superficial cordialidad carnavalesca entre ellos. Incluso el propio carnaval no pasa de ser una sutil máscara en el título. Cuando buscamos su peso específico dentro de la trama, nos damos cuenta de que apenas prefigura un pliegue sombrío de la realidad que le sirve de escenario.

El carnaval es lo que pasa allá afuera, allá abajo, pues la primera línea narrativa de El carnaval y los muertos transcurre casi todo el tiempo en un apartamento, en altos, de un edificio situado frente al Malecón. Y en esa dicotomía, presencia-ausencia del intercambio entre la gente, se entretejen las distintas capas que envuelven la semilla del relato.

La muerte, por su lado, no se presenta como fin o dramático destino, sino como una suerte de desiderátum ante el bochornoso vacío y la sin razón de la existencia. Es lo que menos importa, diríamos. O no tanto como el riesgo que implica para los personajes conocerse e interconectarse cabalmente. Por ello prefieren espiarse, o intuirse, en el mejor de los casos. Los verdaderos muertos parecen ser los vivos en El carnaval y los muertos.

Para redondear la singularidad de su obra, Santana tuvo a bien valerse de un estilo donde se consustancian –rara pero afortunadamente- lirismo y crudeza, transpiración popular y lenguaje cultivado, formas convencionales de narrar y hallazgos de alto vuelo poético.

Hace ya casi una década, El carnaval y los muertos fue honrada con el Premio Novelas de Gaveta Franz Kafka, que se otorga en la República Checa. Pero a pesar del tiempo transcurrido, son muy escasos los lectores que conocen este libro dentro de Cuba, debido a la tenaz y estúpida prohibición por parte de los censores del régimen. De modo que por el momento, su lectura es otro de los privilegios que nos toca en suerte a quienes vivimos en el exterior. Un privilegio triste, ciertamente, pero no por ello dejaremos de disfrutarlo.

Texto perteneciente al número 14 de la revista Puente de Letras, de próxima aparición. Presentación del libro en el XI Festival Vista de Miami.

Velázquez: En Cuba los jefes son malos, pero los choferes de los jefes son peores

El escritor José Alberto Velázquez, premio de poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2019 en la Categoría Cuba, lo tiene claro: «En Cuba los jefes son malos, pero los choferes de los jefes son peores».

Durante su presentación en el XI Festival Vista de Miami, celebrado los días 14 y 15 de diciembre en el Museo de la Diáspora Cubana, Velázquez habló sobre la situación de la poesía en Cuba y otros temas relacionados.

«La poesía cubana ahora mismo, y la literatura cubana, y la economía cubana, y la pelota cubana, y el transporte cubano, y el sexo cubano, y los techos cubanos, y el clima cubano… están hechos tierra porque han sentado precedentes cosas que no debían haber sentado precedentes», aseguró.

Vista en Miami: Escenario sensible para el buen arte

Ana Olema y Nilo Julián González Preval en el panel de poesía del XI Festival Vista

 

Durante los días 14 y 15 diciembre 2019 se desarrolló la oncena edición de Vista, Festival Independiente del Arte y la Literatura en Miami, en el ya prestigioso Museo de la Diáspora ubicado en la Coral Way. Un evento patrocinado por el Instituto La Rosa Blanca (The White Rose Institute), Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation.

    He tenido la suerte de haber estado en casi todas las ediciones. Y, sin  temor a equivocarme, opino que esta edición ha sido como “la mayoría de edad” del Festival. Anoto que hubo mayor  concentración en el objetivo del evento, que es preservar y destacar la literatura en todos los géneros en que se produce en Cuba y en el extranjero. Eso es Vista: Agrupa en el presente y para la historia a los escritores  de adentro y de afuera. A esos de adentro que la dictadura no publica, que margina y que junto a los del exilio no considera parte de la literatura castrocomunista. Basta echar una rápida mirada al programa de los dos días para corroborarlo.

    Quiero destacar también que, en cuanto a la logística, haber agrupado las presentaciones en paneles además de aligerar tiempos dio mayor dinámica, cierta armonía y un toque de distinción al evento. Sin dudas, responde a un  buen sentido de la organización.

   Me parece importante enfatizar sobre el área de  premiación. Incluso no siendo la primera vez en Vista, algunos aún se sorprenden de que se llame  al premio ganado por Félix Luis Viera “Nacional”, cuando se convoca y entrega en Miami. Pero la idea es coherente con las mismas premisas del evento: reconocer a escritores destacados en un concepto integral de  nación, teniendo en cuenta a cubanos que viven en Cuba y a los de la diáspora. Estos premios nacionales contribuyen a conservar el concepto de nación. Yo pienso, particularmente, que si se ha cuidado, y hoy podemos hablar de un espíritu de nación cubana, se debe a que en la  diáspora se ha mantenido en prioridad ese sentimiento.  Aquí los premiados durante el XI Festival Vista:

   Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”: Félix Luis Viera. Cubano, Residente en Miami.

   Premio en investigación y ensayo “Carlos Alberto Montaner”: Amir Valle.  Cubano. Residente en Alemania. Orlando Freire. Cubano. Residente en Cuba.

   Premio en poesía “Dulce María  Loynaz”. Juan Manuel López. Cubano. Residente en Dinamarca. José Alberto Velázquez. Cubano. Residente en Cuba. Y  dicho sea de paso, este último es uno de los pocos “escapaos”, sí, porque resulta que a los otros invitados de la Isla, por estar “regulados”, no los dejaron viajar, fueron detenidos en sus casas y hasta alguno llegó al aeropuerto.

    Si vemos el programa, podemos comprobar que los paneles contaron con figuras reconocidas en el mundo de la literatura. Unos del patio, como el poeta Vázquez Portal; el notable periodista y escritor Carlos Alberto Montaner; Juan Antonio Blanco; el periodista Rolando Cartaya; el escritor Armando de Armas; y José Hugo Fernández, entre otros. Y también  participaron Amir Valle, que viajó desde Alemania; o Ismael Sambra, residente en Canadá. Así como los pastores Mario Félix Lleonart y Yoaxis Marcheco, que llegaron desde el norte del país para participar en el  Festival.

   Cada uno de los paneles, así como las presentaciones aparte, tuvieron  atractivo y valor. Pero quiero particularizar en el panel de poesía del sábado, conducido por Chicho Porras y que, a pesar de cierto desnivel, que achaco más a la lectura que a la calidad de los poemas, el cierre, a tenor con los tiempos que vivimos, fue un verdadero espectáculo.

   Ana Olema y Nilo González, unidos en una especie de dueto con su renovado aire poético, más de la calle, más popular, asombraron y rescataron al público, ya en cierto marasmo a esa hora. Digamos que con Ana estamos frente a la poesía rap, todo ritmo, sonoridad, medio canción, y de marcado corte rapero. Y a Nilo desde el primer Festival Vista lo hemos disfrutado así, al natural, y es que para él la poesía es como andar, hablar, no le cuesta esfuerzo o al menos así lo recibe el público. Es un punto al recuerdo de Luis Carbonell con su poesía antillana. Nilo lo suelta todo y mezcla versos tradicionales con el sentir actual, como esos de «r con r, carril, las ruedas del ferrocarril».

    Quiero felicitarlos a ambos y debo decir que la presentación –en la que Nilo y Ana empezaron exponiendo sus proyectos «La Casa Templo del Arte Cubano» y «Umbrella Art Foundation», respectivamente, explicaron cómo hacen realidad el lema «Creciendo juntos» y siguieron con sus versos ¡OMG!– fue muy buena, buenísima. De excelente factura y cierre el panel, que con este punto final dejó en el público la impresión de que la poesía sigue viva y Miami es un escenario sensible para el buen arte.

     ¡Felicidades y gracias a los organizadores de Vista por abrir espacios a la cultura y al arte!

     Aparte de la presentación de libros, debates y ventas, Vista, como siempre, constituye un espacio de encuentro para colegas y amigos que nos hace pensar que sí, que estamos preservando y construyendo nación.

Un Estado del Alma Compartido

Rafael Almanza durante una de las peñas de 2017 (Henry Constantin)

por Rafael Almanza

Anoche me visitaron dos oficiales de la Seguridad del Estado para volver a amenazarme.

Que la Peña del Jucaro Martiano está prohibida para siempre y que si intento celebrarla entrarán en mi casa y nos prenderán a todos.

Y que yo seré encarcelado por peligrosidad (ya tengo un acta de advertencia).

Estos militares creen que La Peña del Júcaro Martiano es una reunión bianual.

Pero es un Estado del Alma Compartido.

Que por eso mismo es una Acción.

Ante todo, una Acción de Oración.

Creen que matando al perro Almanza se acabará la rabia martiana.

Cuando me apliquen la ley de Dos Ríos, el Cauto y el Contramaestre seguirán estando aquí.

Otaola busca a cinco nuevas estrellas de Youtube en Cuba

El popular presentador Alex Otaola

Alex Otaola, el carismático influencer que fustiga al régimen cubano desde su canal de YouTube, lanzó una convocatoria el viernes pasado para encontrar y apoyar a cinco jóvenes cubanos que quieran convertirse en las nuevas estrellas de las redes sociales.

La convocatoria, pública y abierta, busca abrir nuevos canales de expresión y opinión a las nuevas generaciones y voces de los jóvenes residentes en la isla para que puedan expresar y compartir libremente sus ideas y experiencias, y propiciar un cambio social.

“¿Tienes algo interesante que compartir y decirle a la sociedad? ¿Tienes ganas de ser escuchado y de cambiar algo en tu comunidad? ¿Tienes ese algo, ese factor X, ese carisma que hace que la gente te voltee a ver? Pues ésta es tu oportunidad”, dijo Otaola. “Si es así, ¡te invito a unirte a la Red Cuban Power!”.

La convocatoria, que será personalmente dirigida por Otaola y cuyos ganadores serán escogidos por él mismo, se va a realizar con base en vídeos de YouTube que envíen los participantes, que tienen que residir en Cuba.

Los ganadores tienen que sortear tres etapas eliminatorias. En la primera, se escogerán doce semifinalistas, luego ocho y finalmente a los cinco ganadores.

Los temas escogidos son los siguientes:

  • Cubanas poderosas
  • Geeks, Tech y Gaming
  • Sociedad Futura: Sueños para Cuba
  • Arte o música: Expresarte como quieres
  • La vida en mi barrio: cómo se vive en diferentes partes y sectores de la sociedad
  • LGBTIQ: Nuestro derecho al amor y a nuestros cuerpos
  • Medio ambiente y/o derechos de los animales

La convocatoria está abierta a partir del jueves 12 de diciembre y concluirá el 10 de enero. Las bases del concurso y el proceso de selección se encuentran en la página de Facebook Red Cuban Power https://bit.ly/FacebookRCP e inicia con la inscripción de los participantes en el formulario.

“En el marco de la semana en la que celebramos el Día Internacional de los Derechos Humanos, queremos que la información corra dentro de Cuba de mejor manera, por eso liberamos la bases oficiales para que todxs lxs cubanxs que se quieran convertir en los próximos influencers de la isla lo puedan hacer, sólo tienen que consultar las bases”, dijo Otaola.

Contacto: Email: [email protected]

Ghetto

José Alberto Velázquez, Ray Faxas y Luis Felipe Rojas en el XI Festival Vista de Miami

 

I

Una poesía descarnada, sin alardes. No hay contravención que pueda detener a un poeta cuando se encamina a la búsqueda de sus propias fatalidades. El libro del que tienen noticias hoy es una especie de desfiladero creado propiamente para mirar el mundo antes de una “desgracia nacional”. La isla-objeto contra la isla-sujeto. El hacedor de palabras que es JAV sabe que el lugar desde donde comenzó a traficar con sus sentimientos es un lugar donde siempre está por suceder algo, un lugar donde nunca acaba de suceder lo esperado. Ghetto acorrala a su autor luego de 13 años decantando palabras, guardando piezas de un animal poético que tarde o temprano estallaría.

2

Yo no soy un hombre, soy un campo de batalla, dice Friedrich Nietzsche, seguirá diciendo Friedrich Nietzsche y lo dirá JAV algunos siglos más tarde, aun cuando no quede el recuerdo de JAV. La retórica en los diarios no me inmoviliza. He visto a Dios de cerca y quien murió fue él, confiesa en esta especie de cerrazón que se ha creado en una mínima antología de sus propias huellas y agradecemos a Neo Club Ediciones. El único campo de batalla posible, de manera obligada por sus propias circunstancias, es darle sentido a la poesía, al cantar, a ese espejo que le va traduciendo todos los dolores de un país. Con la libertad electiva de que gozamos, apuesto por el poema que sabes que va a estallar el algún momento, y del que tienes la seguridad de que entre los restos quedará un verso, una oración informe, una palabra acaso que devele que ahí hubo una transfiguración, que el sudor ajeno de un poeta intentó labrar un camino. Ghetto no hace más que eso, ha dejado escapar sin remordimientos toda la energía contenida en la poesía que no grita, que no clama por salvarse.

3

Podría estar escribiendo aquí toda la noche/ mis pies sumergidos en la oscuridad/ En un pedazo de Biblia mujeres bailan con atrevimiento/ Dios las observa o no aburridamente/ He llegado con tres milenios de impureza y todavía se atreven/ Avalancha de símbolos crea cierta oscuridad que a mis pies absorbe/ Soy pies sin un cuerpo/  Menos mal.

Y apunto, no está nada mal. No habrá aquí poesía, libro, sin lector. JAV se nos presenta a la usanza: un aeda llegado a la aldea que viene a traducirnos el pasado, que no es más que lo que se nos va a repetir cíclicamente en algún momento. No hay pretensión en su lenguaje, y es algo de aplaudir. Es esta una poesía que vuelve a los sentimientos, a la corazonada de que alguien va a reír, a llorar, a rabiar al terminar alguna lectura escondida y eso salva al género poético de muchos experimentos fallidos. Ghetto está hecho a base de conmiseraciones hacia el mismo autor y luego hacia el futuro emisario, les trae una buena noticia: todavía se escribe poesía para ser leída.

4

La poesía es un misterio compartido, hecho terreno de nadie y de todos y estamos hoy ante alguien que ha aniquilado el concepto de anacoreta de algunos poetas: no hay poesía sin política, no hay poesía sin observación crítica de las realidades y que pueda esquivar algún rescoldo de la belleza.

Descenderé sin libros, sin ti, sin los pequeños/ Cuando quieras encontrarme —“la piel de su rostro era resplandeciente”—/ no más sigue el rastro de mis vísceras o mis oraciones/ Nada valen, deben aniquilarme para ser, dejarme como (a) un niño que llora solo en el incendio

Chilla, incendia, postula, un poeta que se baja de una isla-balsa para subirse a un país-incendio, balsa otra vez, podredumbre, pero no se arredra y canta. Un poeta siempre canta, incluso en el ghetto menos deseado.

Gracias.

Presentación del poemario de José Alberto Velázquez en el XI Festival Vista de Miami. Texto perteneciente al próximo número de la revista Puente de Letras.

Ecos del Mayflower en el origen de la nacionalidad cubana

 

En el próximo noviembre estaremos festejando el cuatrocientos aniversario del arribo del velero Mayflower a una playa en la costa oeste de Norteamérica. Será un día de gran celebración, porque en ese velero llegaron los gestores del núcleo fundacional de este gran país, los Estados Unidos, modelo de progreso y democracia para la civilización terrestre.

Y precisamente entre aquellos ciento dos pasajeros del Mayflower, que la historia ha reconocido como los Padres Peregrinos, viajaba un antecesor sanguíneo de Rodolfo Bofill Phinney, autor de El honor de los zombis (Neo Club Ediciones, 2019).

El segundo apellido de Rodolfo le viene, por vía materna, de Theodore Phinney, descendiente directo de uno de los Padres Peregrinos, cuya semilla no sólo germinó en la base de los Estados Unidos, sino que además fue a prodigarse en el origen de la nacionalidad cubana. Se trata de una relación sumamente curiosa, a más de su importancia histórica, aunque ha sido ignorada durante demasiado tiempo por cubanos y estadounidenses.

En El honor de los zombis, Bofill Phinney recrea la historia de esta familia norteamericana que vivió más de treinta años en Cuba, durante la primera mitad del siglo XIX, época en que fundó allí un próspero negocio de cafetales e ingenios azucareros sostenido con el trabajo de cientos de esclavos africanos, hacia algunos de los cuales, como no pudo ser menos, transferiría la herencia genética y el apellido de los Phinney. 

Treinta años de investigaciones de carácter histórico, genealógico y genético, dedicó el autor a la preparación de esta obra que, tal como él certifica en la introducción, no es un manual de historia, ni una novela, ni cualquier otro tipo de relato ficcional: “Los hechos que se describen en este libro –puntualiza Bofill Phinney- tienen que ver con la existencia de una familia que coincide en el tiempo con sucesos inolvidables de un país. Mi narración intenta recrear, con la mayor fidelidad posible, y a través de algunos de sus legítimos actores, las vidas del hacendado Theodore Phinney (descendiente del Mayflower y fundador de esos negocios agrícolas en Cuba), la de su esposa inglesa Anna Phinney, la de sus cuatro hijos nacidos en la isla, y la de sus descendientes cubanos”.

La afortunada consumación de ese propósito, no le impidió al autor redondear un libro que se lee como una novela no sólo por su amenidad y por el dominio de las técnicas narrativas. También por su eficaz método para introducirnos en acontecimientos de real peso histórico que inexplicablemente han sido desestimados por los investigadores cubanos. De tal modo, con El honor de los zombis, Bofill Phinney logra una estructura narrativa que aun cuando se vale inteligentemente de los artificios de la literatura, muestra mucha más potencia en el fondo que en la forma, aunque sin que ésta resulte descuidada. 

Es este, en suma, un libro sustancioso y placentero, que habla de desigualdades e injusticias y que además reflexiona en torno a cómo la responsabilidad y la culpa suelen disolverse en la conciencia de las personas cuando otras fuerzas dominan su corazón. Pero que al mismo tiempo nos enseña que en medio de las circunstancias más adversas, siempre hay cabida para la integridad moral y para el amor y las elevaciones del espíritu.

Clic aquí para adquirir el libro en Amazon

Félix Luis Viera, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’ 2019

La entrega del Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba, «Gastón Baquero», en su quinta edición, fue uno de los momentos estelares del XI Festival Vista de Miami, un evento celebrado los días 14 y 15 de diciembre y que patrocinaron este año el Instituto La Rosa Blanca, Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation. Este Festival Vista se celebró por primera vez en el Museo de la Diáspora Cubana (1200 Coral Way).

Marcando una pauta respecto al resto de las ediciones del premio —salvo la primera—, que se había entregado hasta ahora en dos categorías (a un autor residente en Cuba y a otro en el exilio), esta vez el reconocimiento se concedió de manera unificada y recayó en el narrador y poeta Félix Luis Viera, por una trayectoria signada “por la excelencia e independencia creativa”.

Sobre el estrado Idabell Rosales, quien preside el proyecto Puente a la Vista, entregó la placa acreditativa a Viera. Rebeca Ulloa, miembro del Consejo Asesor (jurado) que concedió el galardón, ofreció al autor de El corazón del rey una caricatura del conocido artista plástico Arístides Pumariega.

Para leer la reseña completa, clic aquí (revista Árbol invertido)

La poesía como salmo en el Festival Vista

 

Una entre las tantas virtudes del XI Festival Vista fue la calidad de los libros presentados. Valdría la pena reseñar cada uno y promocionar la adquisición, gracias al milagro de Amazon, para prolongar al Festival en el tiempo.

Entre los libros presentados cautivó mi atención el libro de poesía Aunque la higuera no florezca, de Odalys Interián ( https://www.facebook.com/odalys.interian.3), cuya dedicatoria precisa: “Con especial dedicación a todos los que son perseguidos por su fe”. Su prologuista (quien fue también su presentador en el Festival), José Hugo Fernández, lo define como “un libro de salmos, no en balde agasaja al rey David, uno de los principales o el principal entre los predecesores del salmo como género oratorio-religioso, y además el preferido de la poeta entre los personajes bíblicos.”

Odalys misma encontró en la Biblia el consuelo en medio de “la marginación institucional y el indolente rechazo social que sufría toda su familia por ser religiosa.” Y ahora que ya vive en libertad, dedica también palabras de ánimo a quienes persisten en su fe en tribulaciones como las de Cuba.

Quienes sintonicen “Radio República” a través de la onda corta en Cuba los sábados 21 y 28 de diciembre a las 10:00 pm, o quienes sintonicen Radio Caracol 1260 AM el domingo 22 de diciembre a las 9:00 pm, podrán escucharme terminar mi último programa radial “Cubano Confesante” del año leyendo su poema “No cedas compañero”, que ella incluye en una sección de su libro especialmente dedicada “a los más de noventa hermanos que siguen detenidos en las cárceles de Rusia”, pero del que por extensión pueden apropiarse todos los perseguidos por su fe en el mundo, incluyendo por supuesto a los cubanos.

Odalys, además de poeta, es narradora y critica, dirige la editorial Lyrics & Poetry Editions, es miembro de la Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos e instructora del Taller de Creación Poética del Centro de Instrucción para la Literatura y el Arte en Miami. Ha sido merecidamente laureada con prestigiosos premios como el Facundo Cabral 2013, Hacer Arte con las Palabras 2017, mención en el I Certamen Internacional de Poesía “Luis Alberto Ambroggio” 2017, y tercera mención en el mismo concurso de 2018. Segundo Premio de La Nota Latina 2016. Premio Internacional “Francisco de Aldana” de Poesía en Lengua Castellana (Italia) 2018. Premio Dulce María Loynaz 2018 en la categoría Exilio. Y finalista en los concursos “Pilar Fernández Labrador” y en el Premio Rey David de Poesía Bíblica Iberoamericana 2019.

Vista: Premios de Ensayo, Poesía y Nacional de Literatura Independiente de Cuba

Rebeca Ulloa interviene durante la premiación en el XI Festiva Vista, junto a Félix Luis Viera y Carlos Alberto Montaner

Durante la jornada de este 14 de diciembre en el XI Festival Vista de Miami, un evento patrocinado por El Instituto La Rosa Blanca (The White Rose Institute), Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation, se entregaron los premios Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’, de Ensayo ‘Carlos Alberto Montaner’ y de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ correspondientes a 2919.

Concurso de Poesía ‘Dulce María Loynaz’

Primer lugar Categoría Exilio: Los materiales del cielo, de Juan Manuel López.

Primer lugar Categoría Cuba: Pop rural, de José Alberto Velázquez.

Mención especial: Salomón y el tiempo recobrado, de Duandy Oscar Gómez. 

Jurado: Odalys Interián, Luis Felipe Rojas y Rafael Vilches Proenza.

Sobre el premio en la Categoría Cuba, el poemario de José Alberto Velázquez, apunta Luis Felipe Rojas:

“Es una poética hecha para romper el poema, para hacerlo estallar frente al lector. Las argucias presentadas por el sujeto que se trasviste en poeta, salen del estercolero humano y lo elevan. En Pop rural el autor acude al diarismo como literatura visceral que le sirve de asiento. Un basamento en la escritura de diario, hecha por algunos clásicos: ahí refunda y se sostiene Pop rural”.

Y resume Rafael Vilches:

“Además de sus múltiples lecturas, en Pop rural cuentan talento y genialidad. Con arte, violencia y agresividad, Velázquez amasa y destruye la poesía para hacer auténticos antipoemas”.

Refiere Odalys Interián sobre el premio en la Categoría Exilio:

“Los materiales del cielo, de Juan Manuel López, se aparta del conjunto para homenajear la poesía. Son poemas en prosa translúcida, reflexivos, descriptivos, existenciales, escritos aparentemente con el lenguaje de la conversación corriente (pero sólo en apariencia, porque es auténtica poesía). Poemas escritos a la manera de los antiguos clásicos, la carga poética viene desde el mismo interior del poema, al margen de que éste tenga o no grandes hallazgos metafóricos o de otra índole. Plasma la realidad con ese coloquialismo que parece sencillo pero tiene una profundidad deleitable y nos hace cómplices de las cavilaciones del poeta; un estilo claro, directo, muy reflexivo a pesar de que no importen mucho en poesía las reflexiones del que escribe: pero uno disfruta ver, a través de su mirada, esa luz serena que nos hace sentir el prodigio de la vida y del poema”.

Concurso de Ensayo ‘Carlos Alberto Montaner’

Los jurados de este 2019, Manuel Gayol Mecías, Francis Sánchez y Armando Añel, determinaron otorgar el primer lugar en la Categoría Exilio al libro La estrategia del verdugo, de Amir Valle.

Sobre el volumen refiere Francis Sánchez: “El libro de Amir Valle se impone por la sistematicidad con que analiza el problema de la censura y todos sus derivados (simulación, etc.) en Cuba desde 1959 hacia acá. Desde el punto de vista investigativo, es muy variado y exhaustivo. Bien redactado, objetivo, veraz y profundo. Además, tiene, como producto editorial, una gran contundencia por lo interesante de su propuesta.

Y concuerda Manuel Gayol: “Es un libro con una real y seria panorámica intelectual de los ya casi 61 años de dictadura cubana. Es de notar que el volumen proyecta una atmósfera muy profesional por su exactitud de veracidad en los datos testimoniales, por su carácter sincero y honesto en el desarrollo de sus ideas y por la lucidez estructural que enlaza a todos los subtemas. Además,  este ensayo es de suma importancia debido a que nunca se había dado un criterio extensamente sistematizado del vergonzoso capítulo del fenómeno intelectual dentro de la dictadura y cómo escritores y artistas han sufrido la represión y se han opuesto a ella, y cómo —de contraria manera—  otros muchos todavía se han plegado al castrismo por miedo o por oportunismo.

Mención especial en esta categoría recibió Los timbales de Dios, de José Hugo Fernández, por “su originalidad y lo excelentemente bien escrito”, al decir de Francis Sánchez. “Es de valorar mucho ese pensamiento lateral que desmitifica y al mismo tiempo juega con los estereotipos de la idiosincrasia cubana”. Y añade Manuel Gayol sobre este libro de José Hugo: “Tema importante en la antropología del cubano, el de la guapería, visto con una perspectiva novelesca, de lucidez y digresiones, como una gran anécdota o historia cuajada de análisis y criterios”.

El primer lugar Categoría Cuba correspondió a: La libertad es una sola, de Orlando Freire.

De este libro puntualizó Francis Sánchez: “La libertad es una sola logra una necesaria sistematización de las deficiencias del modelo cubano, en sus aspectos económicos y sociales”.

Y Manuel Gayol: “Se trata de una descripción económico-social-cultural que va apuntando a cada uno de los pasos fallidos de un sistema de producción anacrónico y antinatural que solo ha potenciado la estupidez, el atraso, la miseria y la opulencia clasista.

Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’

Las premisas a considerar para el otorgamiento de este premio Nacional de Literatura Independiente Gaston Baquero, ya en su quinta edición y auspiciado por el Instituto la Rosa Blanca y el proyecto Puente a la Vista y sus amigos, son las siguientes cada año:

– Calidad de la obra general del candidato

– El candidato debe tener al menos dos libros publicados

– Independencia del candidato respecto a las instituciones oficialistas de Cuba (en este apartado se tomará en cuenta sobre todo su desempeño en los últimos años).

El Consejo Asesor de 2019 (nueve jurados), compuesto por Rafael Almanza, Rebeca Ulloa, Odalys Interián, Reinaldo García Ramos, Alejandro González Acosta, José Hugo Fernández, Luis Pérez de Castro, José Alberto Velázquez y Armando Añel, votó finalistas a los escritores Félix Luis Viera, Liliam Moro, Rafael Vilches, Francis Sánchez y Amir Valle.

Finalmente, resultó ganador el escritor cubano Felix Luis Viera.

“Viera es un caso raro en la literatura: gran poeta y gran narrador”, afirma uno de los jurados, José Hugo Fernández. “Hay muchos poetas también narradores y narradores que escriben poesía, pero no abundan los que sobresalen en ambos géneros y a un mismo nivel. Yo no me atrevería a afirmar que Viera es mejor narrador que poeta, ni lo contrario. Y en los dos géneros tiene libros que por sí solos le bastan para merecer este Premio Nacional. A ello hay que sumar su larga y fructífera trayectoria como escritor y los valores de su obra en general, además de su actitud cívica como cubano residente en el exterior”.

No sorprende la hipocresía de la UNEAC

Pronunciamiento del Club de Escritores y Artistas de Cuba


El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó este miércoles 11 de diciembre un Pronunciamiento de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). El artículo, titulado “La sorpresa que día a día nos da el pueblo cubano”, respondía a supuestas calumnias del multipremiado escritor peruano Mario Vargas Llosa.


En reciente entrevista en Miami, Vargas Llosa declaró sus opiniones respecto a la situación de Latinoamérica y la demostrada culpabilidad de Cuba y Venezuela en las crisis políticas y sociales que se han desatado en varios de los países del continente.


Lo que todos entendemos como libertad de opinión y de expresión, para la UNEAC y el PCC no es más que una receta neoliberal o imperialista. Se burla abiertamente de ese derecho humano y de la democracia, a la cual llama, despectivamente, “democracia electoralista que se rige por las leyes de la oferta y demanda, las reglas del neoliberalismo y la manipulación aviesa de la opinión pública”.


Evidentemente, quienes redactaron el comunicado desconocen la historia de la humanidad. La democracia es un principio fundamental que fue definido desde la antigua Grecia, como un gobierno ejercido por el pueblo mediante mecanismos de participación -como las elecciones- a través de los cuales confieren legitimidad a sus representantes. Supuestamente es eso lo que existe en Cuba, al menos según lo expuesto una y otra vez por los funcionarios del PCC o del gobierno; contradictoriamente, a ellos nadie, o al menos no una probada mayoría, los ha elegido. En Cuba no se ha desarrollado una elección democrática y libre desde 1948.


La oferta y la demanda es otro principio que ha regido el mercado por siglos. Como la izquierda ha obviado o ignorado esta regla de la economía, ha sumido a sus respectivos países en la miseria y el caos. Pero por supuesto, de todo eso culpa al neoliberalismo y al imperialismo norteamericano. Basta comparar los modelos políticos de la Izquierda y de la Derecha en el continente para percatarse de la eficacia -o no- de ellos. Mientras en países dominados por la Derecha la crisis económica y social afecta a algunos sectores, en naciones de Izquierda como Cuba, Venezuela y Nicaragua, la miseria está generalizada y una mafia de narcotraficantes es quien se enriquece y dirige los destinos del “pueblo oprimido por el yugo imperialista”.


Mario Vargas Llosa conoce muy bien los mecanismos de la Izquierda y el sufrimiento de los latinoamericanos bajo regímenes totalitarios e izquierdistas. No solo es uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, sino que ha sido un autor comprometido con la realidad social del continente y por ello ha participado en la política como defensor del liberalismo.


Poco o nada entiende la Presidencia de la UNEAC sobre democracia, liberalismo o derechos humanos. Y así lo ha demostrado en su Pronunciamiento. Mediante un discurso ambiguo, mediocre e intolerante confirmó ser, una vez más, un mero instrumento al servicio del PCC, cuyo único fin ha sido -y es- censurar cualquier opinión contraria a la dictadura y manipular a la opinión pública.


La UNEAC, que se cataloga a sí misma como “la vanguardia del movimiento artístico y literario cubano”, no posee autoridad ni prestigio alguno dentro o fuera de Cuba. Desde el propio momento de su fundación, al convertirse en el aparato restrictivo de escritores y artistas, perdió su razón de ser. Hoy apenas constituye -dicho por sus propios integrantes- una mera agencia de viaje, pues gestiona, a precios módicos y con apenas burocracia, todas las invitaciones y viajes nacionales e internacionales de sus miembros.


¿Con qué moral critica la UNEAC los pronunciamientos del señor Vargas Llosa si nunca ha defendido a los escritores y artistas censurados, reprimidos, apresados, torturados y asesinados por la dictadura en más de 60 años?


El Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) asumió ese vacío de representatividad del gremio. A diferencia de la UNEAC, el CEAC, pese a no tener por objeto constituir una organización política, sino cultural y artística, ha entendido que su deber primero es defender los derechos humanos de los escritores y artistas y, por tanto, manifestarse cuando los mismos son violados; y así lo hemos hecho.


El CEAC, como vanguardia de un movimiento artístico y literario excomulgado y oprimido por la dictadura castro-comunista, denuncia la hipocresía de la UNEAC y sostiene las palabras de Vargas Llosa, quien augura que “en cualquier momento, el pueblo cubano nos va a dar una sorpresa”.


Precisamente, porque cada vez más el pueblo cubano, dentro y fuera del país, se percata de la falsedad, el despotismo y el sufrimiento que ha representado para Cuba y el mundo el régimen de La Habana; porque sí, es cada vez más revolucionario, pero en el sentido estricto de la palabra, pues anhela profundos cambios para su país y una gran parte trabaja en aras de eso.

Pero, sobre todo, cada vez es menos socialista y fidelista, y sí, cada vez más martiano, pues las ideas de José Martí en nada comulgan con este régimen. Martí, con su genio de poeta y profeta dijo: “Hay algo sutil y misterioso en el espíritu de la Libertad que la hace perdurar y vencer por irresistible empuje en medio de las más difíciles condiciones”.

El pueblo cubano ansía la Libertad y por ella vencerá sus miedos, destronará al opresor. El CEAC acompaña esas aspiraciones libertarias.

Jorge Olivera Castillo, Presidente del CEAC
Ángel Santiesteban Prats, Vicepresidente del CEAC

Cuba: Otro creador ‘regulado’ cuando se dirigía al Festival Vista

Barrenechea

El caso del rapero y activista Osvaldo Navarro (NavyPro), quien fue detenido este jueves en La Habana por la policía política castrista para impedirle participar en la XI edición del Festival Vista en Miami, se repitió con el escritor y periodista independiente José Gabriel Barrenechea, “regulado” hoy en el aeropuerto de La Habana.

El narrador y ensayista, quien reside en Villa Clara, era uno de los invitados en el evento a realizarse el sábado 14 y el domingo 15 de diciembre en el American Museum of the Cuban Diaspora (1200 Coral Way). Estaba previsto que Barrenechea participara en el panel ‘La cultura independiente y el Decreto 349’, presentando su libro de relatos Tubullar Bells.

«Al presentarme en taquilla de inmigración del aeropuerto de La Habana, a las 8:30 a.m., se me pidió que esperara”, reveló el escritor. “Un señor, que supongo fuera el jefe de turno de inmigración, vino a buscarme y me pidió que lo acompañara a una oficina allí mismo. En ella me preguntó que si sabía que no podría viajar. A lo cual respondí que cuál era la causa».

«Entonces intervino otro señor que estaba allí y se identificó, creo recordar, como Gerardo, o como uno de los cinco héroes”, continuó exolicando. “Se dirigió a mí como Barrenechea y me explicó que yo estaba sometido a una investigación criminal en mi municipio de residencia, ya que mi nombre había surgido en ciertas indagaciones e interrogatorios que allí se habían hecho. Que por negligencia de la policía de mi municipio no se me había comunicado esta situación, y que de hecho yo tenía una restricción de salida ya no del país, sino de mi propio municipio. Que me instaba a regresar lo más rápidamente posible, y que podía elevar una queja, o una denuncia por error de procedimiento en la Fiscalía Militar de mi provincia».

«Finalmente –resumió Barrenechea–, un trabajadora de aduanas me condujo a la taquilla de American Airlines. O sea, me temo si no quedará esto solo en la regulación e irá a más, o simplemente se trató de una justificación elegante para no dejarme participar en el Festival Vista».

“Otro cubano secuestrado por la banda de gánsteres que desgobierna a Cuba”, resumió en las redes sociales el pastor Mario Félix Lleonart, uno de los coordinadores de la XI edición del Festival Vista.

Secuestran a rapero Osvaldo Navarro para impedirle asistir al Festival Vista

Osvaldo Navarro al momento de ser secuestrado por la policía política

El rapero y activista de la sociedad civil cubana Osvaldo Navarro (NavyPro) fue secuestrado este jueves en La Habana por la policía política castrista, en la persona del mayor de la SE «Alejandro», quien apareció en su casa temprano en la mañana, le ocupó el carnet de identidad y se lo llevó detenido.  

El rapero había sido invitado a participar en la XI edición del Festival Vista en Miami, a realizarse el sábado 14 y el domingo 15 de diciembre en el American Museum of the Cuban Diaspora (1200 Coral Way). Estaba previsto que Navarro cerrara el evento el domingo con sus canciones, participando del panel ‘La cultura independiente y el Decreto 349”.

“Osvaldo ya estaba listo para irse al aeropuerto cuando el mayor Alejandro llegó, tocó la puerta, le pidió el carnet y le dijo que lo acompañara”, narró a Puente a la Vista la activista Marthadela Tamayo.  

Cuando el rapero se negó, “Alejandro le dijo que él sabía para donde iba hoy y que no saldría a ningún lado”, abundó Tamayo. “Le dijo que tenían una patrulla esperando fuera, que si no bajaba con él subirían a llevárselo de todos modos porque no iba a viajar”.

“El mayor Alejandro se ha convertido en la pesadilla de los activistas independientes en Cuba», declaró Tamayo. “A Osvaldo se lo llevaron con la presión alta, él es hipertenso”.

¿Cómo Cuba se ‘tragó a Venezuela’?

Los analistas cubanos Carlos Alberto Montaner, María Werlau y Luis Domínguez en la I edición del Festival Vista.

 

La ensayista María Werlau presentará obra en el Festival VISTA que coordinan el escritor Armando Añel y su mujer Idabell Rosales. Se trata del extraordinario libro La intervención de Cuba en Venezuela: una ocupación estratégica con implicaciones globales.

Enseguida les explicaré por qué se trata de una obra extraordinaria, pero antes daré unos detalles de este festival que ha ido consolidando su prestigio con cada año que pasa.

El lema del Festival VISTA es “por una cultura en libertad” y se celebrará en la ciudad de Miami el 14 y 15 de diciembre del 2019 en el hermoso Museo de la Diáspora Cubana.

Es una jornada, como todas, dirigida a rescatar y a estimular las obras de arte y literatura producidas por escritores, académicos y artistas cubanos.

Para estos creadores, la labor de VISTA es fundamental, dado que se trata de personas que no suelen tener el apoyo de nadie, sino que, con frecuencia, tienen que enfrentarse a la hostilidad del gobierno cubano, dada su posición frontal en defensa de la democracia y las libertades.

María Werlau dirige el Archivo Cubano. Su formación académica la lleva a respaldar cada afirmación con datos confirmados. Esa es la primera observación que hay que hacer ante esta obra. Se trata de un estudio riguroso. Pero la segunda es también muy importante: se trata de explicar por qué y cómo una pequeña y empobrecida isla caribeña de 114 000 kilómetros cuadrados, poblada por apenas 11 millones de sobrevivientes, ha podido dominar y parasitar a un país 8 veces mayor, más rico y mejor instruido, con más de 30 millones de habitantes.

El secreto de esa colonización radica en la antigua Unión Soviética. El Moscú anterior a Gorbachov, al derribo del Muro de Berlín, tenía un método muy eficiente de control de las poblaciones. Ese Moscú era un gran fabricante de jaulas y Cuba aprendió diligentemente cómo se sujetaba a las personas.

Pero, mientras a la URSS le costaban todos los satélites, Cuba aprendió a saquearlos minuciosamente. Cuba ofrece sus servicios por un precio: tanto por los médicos, tanto por los soldados, tanto por los servicios de inteligencia.

Por eso Venezuela es tan importante para Cuba. Es el soporte principal del destino de la Isla, aunque le cueste la ruina a Venezuela.

Sábado 14 de diciembre. 4.30 p.m. American Museum of the Cuban Diaspora (1200 Coral Way, Miami Fl 33145). XI Festival Vista de Miami. Presentación del libro La intervención de Cuba en Venezuela (Archivo Cuba), de María Werlau. Presentado por Carlos Alberto Montaner. Un festival auspiciado por el Instituto La Rosa Blanca, Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation.

Socorro, un jodedor sale del closet

(Fragmentos del prólogo del escritor José Hugo Fernández para el libro Saliendo del closet, editado por Neo Club Ediciones).

«Adentrarse en algunas de sus veintisiete piezas (crónicas, estampas, artículos…) es como estar sentado en un parque, o en la barra de un bar de mala muerte, o en las esquinas o portales de cualquier barrio de La Habana, escuchando a esos prolíficos jodedores y filósofos de café con leche que se dan silvestres entre nosotros, igual que las flores del romerillo. Es la apoteosis del gracejo criollo, aliñado con sabiduría callejera y robustecido, para el caso, por el dominio del arte narrativo y la sagacidad idiosincrática que sólo proporcionan muchas lecturas, junto a una larga experiencia cosmopolita».

«Cubano de verbo fácil y choteo a flor de labios, el autor de Saliendo del clóset (Crónicas para reír y pensar) no se ciñe rígidamente al tema central de cada una de sus crónicas, sino que va infiltrándoles pinceladas sobre los asuntos más variopintos, aunque no vengan al caso, es lo de menos, siempre que potencien la gracia y enriquezcan los contenidos. En esta dirección no hay materia que le resulte ajena. No en balde es un periodista de extensa trayectoria, y ya sabemos que el costumbrismo nació ligado indisolublemente al quehacer periodístico. De modo que este libro no se limita a presentar el cuadro de costumbres, o al menos no en sus formas convencionales».

Presentación este sábado 14 de diciembre en el XI Festival Vista de Miami. 8:30 p.m. Museo de la Diáspora Cubana (1200 Coral Way, Miami, Fl 33145)

Llega la XI edición del Festival Vista

Ana Olema, Luis Eligio de Omni y Alina Brouwer en I edición del Festival Vista

El XI Festival de Arte y Literatura Vista, en su edición de Miami, ya está aquí. Se celebrará el próximo fin de semana, los días 14 y 15 de diciembre patrocinado por el Instituto La Rosa Blanca, Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation.

El festival, en su versión de 2019, está dedicado a los artistas, escritores y activistas de la sociedad civil cubana encarcelados, agredidos, “regulados” y sitiados en la Isla. Se trata de una edición contra el represivo Decreto 349 –que criminaliza la creación independiente y su comercialización en Cuba– y a favor de la Venezuela avasallada por el régimen castrochavista. El evento tendrá lugar esta vez en el American Museum of the Cuban Diaspora (Museo de la Diáspora Cubana) de Coral Gables. Dirección: 1200 Coral Way, Miami Fl 33145.

Durante ambas jornadas, que comenzarán a las 4:00 p.m., los asistentes podrán disfrutar de presentaciones de libros, música, conversatorios, paneles de debate y el documental ‘Amir Valle, vida y coherencia’. Un sorteo humanitario del proyecto Puente a la Vista, en beneficio del escritor, periodista y abogado Roberto Quiñones-Haces, injustamente encarcelado en Cuba, tendrá lugar durante ambos días y entregará a cinco ganadores, al cierre del evento, ejemplares de la segunda edición del libro de relatos La chica de nombre eslavo, de la autoría del propio Quiñones-Haces.

Durante los días 14 y 15 de este mes de diciembre se presentarán en el festival reconocidos creadores, activistas y analistas, entre ellos Amir Valle, María Werlau, Carlos Alberto Montaner, Luis Felipe Rojas, Odalys Interián, José Hugo Fernández, L. Santiago Méndez Alpízar, Félix Rizo, Madeleine Pedroza, Rubí Arana, Eduardo Casanova, Mario Félix Lleonart, Ivette Fuentes, Alberto Lauro, Loly Triana, Yoaxis Marcheco, Armando de Armas, Ismael Sambra, Félix Luis Viera, Pablo Socorro, Juan Antonio Blanco, Luis Domínguez, Rolando Cartaya, Casto Ocando, Manuel Vázquez Portal, Rodolfo Bofill, Ernesto Santana, Ana Olema, Nilo Julián González Preval, Rolando Ferrer Espinosa, Guillermo Fariñas, Idabell Rosales y Armando Añel.

Otras presentaciones y sorpresas no son anunciadas en esta nota de prensa para preservar la seguridad y movilidad de los escritores invitados residentes en Cuba, donde la represión cultural arrecia.

Desde diciembre de 2014, el Festival Vista da a conocer el trabajo de escritores, editores y artistas, fundamentalmente independientes, en interacción con colegas de otras ciudades y regiones. El festival aspira a ofrecer un espacio de continuidad e intercambio a individuos, editoriales y organizaciones cuya labor cultural constituya un aporte comunitario y merezca apoyo y reconocimiento. Hasta ahora se ha celebrado en tres países: Estados Unidos, Colombia y Cuba.

En la mayor de las Antillas, a pesar de la represión vigente, el festival ha efectuado ya varias ediciones al margen de las instituciones estatales, en colaboración con grupos y creadores de la sociedad civil.

Para más información: [email protected]

https://www.facebook.com/FestivalVista/

https://twitter.com/Festival_Vista

XI FESTIVAL VISTA DE MIAMI

American Museum of the Cuban Diaspora

(1200 Coral Way, Miami Fl 33145)

 Un evento auspiciado por:

Instituto La Rosa Blanca, Foundation for Human Rights in Cuba, Fundación Rescate Jurídico, American Museum of the Cuban Diaspora, El Dorado Furniture y Vista Larga Foundation

SÁBADO 14 DE DICIEMBRE

4:00. Brindis

 4.30 p.m. Presentación del libro:

La intervención de Cuba en Venezuela (Archivo Cuba), de María Werlau. Presentado por Carlos Alberto Montaner

 5:15 p.m. Área de premiación

 Con la entrega de los premios Nacional de Literatura Independiente Cubana ‘Gastón Baquero’, ‘Dulce María Loynaz’, de poesía, y ‘Carlos Alberto Montaner’, de ensayo. Intervenciones de miembros del jurado y algunos de los escritores premiados.

5:45 p.m. Panel ‘Poesía en Miami’. Moderado por Félix Rizo. Con los poemarios:

El baúl de los duendes y los chicherekues (Voces de Hoy), de Madeleine Pedroza

Poemas de Facebook (Audio Libros), de Chicho Porras

Aunque la higuera no florezca (Lyrics & Poetry Editions), de Odalys Interián

Homenaje a la tierra (Editorial Betania), de Rubí Arana­

Las tablillas de Diógenes (Puente a la Vista Ediciones), de Eduardo Casanova

Descarga poética de Ana Olema y Nilo Julián González Preval

Bagazo. Poemas iberos (Lancom Ediciones), de L. Santiago Méndez Alpízar

8:30 p.m. Panel ‘La obra y sus circunstancias’. Moderado por Mario Félix Lleonart. Con los libros:

 Danza y poesía. Para una poética del movimiento (Editorial Verbum), de Ivette Fuentes. Con Alberto Lauro y Loly Triana

Saliendo del closet, crónicas para reír y pensar (Neo Club Ediciones), de Pablo Socorro, presentado por José Hugo Fernández

Hombre familiar y Monólogo de las confesiones (Alexandria Library), de Ismael Sambra, presentados por Félix Luis Viera

Armado hasta en el nombre y el apellido: Una entrevista al escritor Armando de Armas (Neo Club Ediciones), de Yoaxis Marcheco

DOMINGO 15 DE DICIEMBRE

4:00 p.m. Brindis

 4:30 p.m. Presentación del libro:

Cubazuela, crónica de una intervención cubana (Foundation for Human Rights in Cuba), con Juan Antonio Blanco, Luis Domínguez, Rolando Cartaya y Casto Ocando

5:15 p.m. Panel ‘Narrativa exiliada’. Moderado por José Hugo Fernández:

Novela Irene y Teresa (Puente a la Vista Ediciones), de Félix Luis Viera, presentada por Manuel Vázquez Portal

Libro El honor de los zombis (Neo Club Ediciones), de Rodolfo Bofill, presentado por José Hugo Fernández

Libro Habana Babilonia. Prostitutas en Cuba (Neo Club Ediciones), de Amir Valle, presentado por Armando Añel

Proyección del documental de Ricardo Bacallao Amir Valle, vida y coherencia

7:30 p.m. Panel ‘La cultura independiente y el Decreto 349’. Moderado por Mario Félix Lleonart:

Novela El carnaval y los muertos (Neo Club Ediciones), de Ernesto Santana, presentada por José Hugo Fernández

Novela Tinieblas de soledad (Neo Club Ediciones), de Rolando Ferrer Espinosa, presentada por Guillermo Coco Fariñas

Poemario Guetto (Neo Club Ediciones), de José Alberto Velázquez, presentado por Luis Felipe Rojas

Disertación de Ana Olema: Represión, resistencia y resiliencia en Cuba, y el exilio, desde el arte y la cultura

Resultados de la rifa caritativa de ejemplares de la nueva edición del libro La chica de nombre eslavo, relatos de Roberto de Jesús Quiñones Haces. Destinada a contribuir con este escritor encarcelado en Cuba

Otras presentaciones sorpresas de este panel no son anunciadas en este programa para preservar la seguridad de los escritores invitados residentes en Cuba

‘La floresta interminable’ en Books & Books

La presentación del libro La floresta interminable, poetas de Miami (Editorial ArtesMiami), una selección a cargo del periodista y escritor Luis de la Paz, tendrá lugar el próximo miércoles 11 de diciembre, a las 6:30 p.m., en Books and Books (265 Aragon Avenue, Coral Gables, Miami Dade).

Conformada por 34 autores nacidos entre los años 30 y 70 del siglo pasado, en esta compilación aparecen poetas cubanos como Lilliam Moro (La Habana, 1946), Félix Luis Viera (Santa Clara, 1945), Rosie Inguanzo (La Habana, 1966) o María Eugenia Caseiro (La Habana, 1954), entre muchos otros de varios países como Omar Villasana (La Paz, México, 1972), Rubí Arana (Masaya, Nicaragua, 1941), Raúl Heraud (Lima, Perú, 1970) y Claudia Noguera Penso (Caracas, Venezuela, 1963).

Los actores Vivian Ruiz y Chaz Mena leerán varios poemas del libro durante la presentación en Books and Books.

Creadores cubanos rechazan cerco a Rafael Almanza

Almanza muestra la nota amenazadora. Foto de Henry Constantín (La hora de Cuba)

El colaborador de la publicación independiente cubana La hora de Cuba, Mario Ramírez, resumió este viernes el apoyo general de la cultura en libertad a Rafael Almanza, poeta, ensayista, videasta, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’, acosado en Camagüey por la policía política cubana, y recientemente amenazado de muerte.

A continuación el texto de Ramírez, publicado en La hora de Cuba:

Escritores y artistas rechazan amenaza de muerte al intelectual Rafael almanza

Decenas de escritores, artistas y periodistas han rechazado la amenaza de muerte impresa en un papel que ayer recibió el intelectual Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente Gastón Baquero.

El crítico de cine y miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Juan Antonio García Borrero, fue de los primeros en pronunciarse: “Esto me parece inadmisible y me hace sentir vergüenza. Ningún ciudadano debería vivir intimidado ni sintiendo que sufre abuso. Esto no tiene que ver con la política. Es cuestión de civismo (…) Almanza ya no es sólo un gran intelectual, sino que es un ciudadano que hay que respetar, piense como piense”.

A lo que el artista visual y crítico de arte, Henry Eric Hernández, comentó, avivando desde temprano el debate: “…justamente: eso es (la) política en Cuba, anular el civismo, o si se quiere, determinada civilización…Lo que le viene sucediendo a Rafael, no es de cartelitos, antes bien, ha comenzado por la misma élite intelectual, ‘la camagüeyana’ en primer lugar, que lo ha dejado tirado. Así que sí, es un gesto político, cargado de ideología, su consecuente autoritarismo y el visto bueno intelectual”.

El escritor Francis Sánchez, gestor del magazine Árbol Invertido, continuó en varios momentos la línea de denuncia social defendida por Eric. “¿Y los intelectuales cubanos, tan alarmados con cualquier desconocido allende los mares, podrán sentirse aludidos con su moral, su ética, etc.?”, preguntó. “Esa maldad tan cumplidora de una norma, tan formal, como del empleado aburrido de un gran mecanismo, que redacta un mensaje así, perdido en una hoja en blanco para él solo, y se toma el cuidado de colocar un punto final.”, agregó más tarde. Finalmente, el propio Francis inició la tendencia de los chistes ingeniosos, que abundaron, como buen rasgo de cubanía: “Creo que ese mensajito es una obra visual…Debe enmarcarse para protegerlo del paso del tiempo, y colocarse en una pared. Veo a los viajeros preguntando por tu casa y yendo allí a hacerse una foto contigo.”

Por este último estilo desfilaron algunos escribas y artistas: “La cobardía, rasgo característico de la robolución cubana”, bromeó Armando Añel, coordinador de Neo Club Ediciones y del proyecto Puente a la Vista; “Podemos deducir que la impresora tenía poca tinta y parece de esas de antes”, analizó Elvia Rosa Castro, crítica de arte conocida por su espacio en las redes Sr. Corchea; “Impresora de cinta… Solo vista en el ministerio del interior”, agregó Abu Duyanah, promotor de Demóngeles, un grupo que aglutina a varios poetas y artistas y al que pertenece también Ariel Maceo, el cual, en su habitual tono provocativo, azuzó al agresor con estas palabras: “Estoy seguro que llegó al lugar a donde fuera ahora, y está asustado…Un ciervito pendejo”, “Tú eres luz Rafael Almanza”, dijo el joven poeta en aliento al consagrado bardo camagüeyano.

“Se toman el trabajo de imprimirlo! Qué institucional! Hay que montarlo”, recomendó José Manuel Mesías, destacado artista de la plástica.

Entre los que se pronunciaron con palabras alentadoras y encendidas estuvo el multipremiado narrador Pedro Junco López, también miembro de la UNEAC: “Esa actitud es el fruto de la impotencia y de la cobardía. Mi saludo y mi apoyo hacia ti, amigo Almanza.”

Angel Santiesteban-Prats, Premio Casa de las Américas y como Almanza también Premio de Literatura Independiente Gastón Baquero, se dirigió indirectamente a los autores del escrito: “Que se atrevan a tocarte, que soy capaz de ir a vivir a tu casa”, lo que provocó las reacciones de apoyo de los poetas Juan Carlos Recio, del canal de youtube “Sentados en el aire”, y de quien escribe estas líneas.

Rafael Almanza, colaborador de La Hora de Cuba desde su fundación, es también el organizador de la Peña del Júcaro Martiano, reunión cívica y artística celebrada en su propia casa bianualmente, y que ya le ha provocado una larga lista de agresiones policiales entre las que se incluyen llamadas telefónicas anónimas a veces acompañadas de ofensas y amenazas de muerte, vigilancia a su vivienda, seguimiento en la vía pública, interrogatorio y amenazas a sus amistades, vandalización de la fachada de su casa, una visita de oficiales de la Seguridad del Estado para amenazarlo con prisión por hacer la Peña, cerco policial para impedir el acceso de público a dicho evento, y una citación policial, en la que se le impuso acta de advertencia por el mismo tema.

“Es un acto de cobardía absoluta para causar miedo”, dijo desde España el teatrista y filólogo Luis Enrique Valdés Duarte, del centro Miguel Delibes y gestor del crowdfunding para la edición facsimilar de La Edad de Oro. “…son solo bajos manejos de gente baja…”, sentenció desde Argentina el músico exiliado Luis Alberto Mariño Fernández. Envió su mensaje de fuerza el poeta Carlos Esquivel, y desde el exilio del Norte el talentoso ilustrador de Ediciones Homagno, Jorge L Porrata, dejó estampada esta idea: “Y pensar que lo que les molesta no se puede matar”.

Otros hicieron sus propias publicaciones, como en el caso del artista visual Lester Alvarez, coordinador de Ediciones La Maleza, de la editora de Puente a la Vista Idabell Rosales y del novelista Orlando Luis Pardo Lazo, Premio Franz Kafka de Novela.

Yerandy Bassart en ‘Plantados’

Yerandy Bassart

 

 En estos días se comenta con frecuencia, tanto en la prensa convencional como en las redes sociales, la producción fílmica ‘Plantados’, y ciertamente lo amerita.

‘Plantados’, con guión de Angel Santiesteban, Juan Manuel Cao y Lilo Vilaplana, quien también tiene a su cargo la dirección, se produce y se rueda en Miami. Algo sin precedentes en el quehacer cultural de esta ciudad.

Es una historia de ficción donde las coincidencias con la realidad no tienen que ver con casualidades. El argumento está basado en testimonios directos de expresos políticos cubanos que se plantaron y dijeron no al trabajo forzado que se les quería imponer. Así como también se opusieron durante las condenas, a veces hasta de 20 años y más, a ponerse el uniforme de presos comunes. Esta posición radical asumida en contra de la dictadura cubana, fue lo que hizo que se les conociera como plantados.

La película, en fase en estos momentos de rodaje, va a todo tren. Con un presupuesto cómodo, gracias al empresario cubano Leopoldo Fernández Pujals, quien hizo el aporte en memoria de los presos políticos cubanos, y en especial de su tío, José Pujals Mederos, ya fallecido y que cumplió 27 años en prisión en la Isla. Se han reconstruido los escenarios siguiendo las descripciones de los propios expresos. El esfuerzo es loable, y se espera su estreno para principios del 2020.

Plantados

Ciertamente, la producción de esta película es el resultado de mucho esfuerzo y de intenso trabajo. Y de todo ese trabajo, a mí siempre me ha llamado la atención el proceso del casting, la elección certera de los actores. Mi curiosidad y mi interés por el tema me llevó a conversar vía whatsaap con Irasema Otero, jefa del casting de ‘Plantados’, quien junto a su asistente Pedrito del Rosario ha llevado la difícil carga de buscar y seleccionar a quienes interpretan los personajes del filme.

Irasema Otero

El casting es un proceso que iniciamos Pedrito del Rosario y yo. Pero los casting los dirigía Lilo, y con el director de fotografía, Carlos Andrés Hernández, se montaron los sets como si fueran ya los de la película.

El casting inicialmente se armó con propuestas de fotos en dependencia de los perfiles que se habían escrito para el guión. Se armó una propuesta y se hizo una presentación visual y ahí se empezaron a llamar a casting a los actores, teníamos varias opciones por personajes. Por cada personaje, más o menos, cinco actores para los que se refieren a la actualidad.

Para los personajes de los presos plantados, que son nueve, teníamos una idea más-menos y les fuimos haciendo casting y fue muy acertado.

En los nueve presos políticos quedaron:

Héctor Medina… ……………… David

Yerandy Bassart………………..Pablo

Fabián Brando…………………..Jorge el poeta

Adrián Mas………………………José

Abel Rodríguez………………….Ricardo

Alejandri Gil………………………Julio, El Chino

Guillermo Cornelio, El Guille…..Miguel

Pedro de los Ríos………………Antonio, que es un español

Conrado Cogle, Boncó……… Alfredo

Ricardo Becerra……………….El Ramón joven

Gilberto Reyes…………………Ramón en la actualidad

En los guardias principales: Alberto Pujols, Roberto Escobar, Carlos Acosta, José Broco, y Javier Fano

El esbirro Mauricio, de joven, lo interpreta Frank Eguskiza; y en la actualidad, el estelar Carlos Cruz.

Además, trabajan Isabel Moreno, Yani Martin, Vivian Ruiz, Gretel Trujillo Ani Garcia y Camila Vilaplana

De cinco actores por personajes, se quedaron dos, y luego escogimos. En los presos plantados, casi todos son actores jóvenes, son relativamente jóvenes, no son tan conocidos porque queríamos que no se identificaran los personajes con actores en otros papeles. Boncó es de los más conocidos, pero era difícil encontrar un actor que reuniera las características del personaje como lo hace Boncó, quien hizo un gran casting. Y me parece chévere también sacarlo del cliché de la comedia donde ha estado insertado hasta ahora. Yerandy también hizo muy buen casting. En realidad, tenemos un gran casting en ‘Plantados’.

Y de los actores jóvenes de ‘Plantados’, elegí a Yerandy Bassart. Aquí les comparto mi conversación con este joven talentoso, habanero, graduado del ISA, Instituto Superior de Arte en Cuba. Actor, profesor, con buena trayectoria y que ha hecho varias presentaciones en Miami. Interpretó al personaje Sixto Nicot Susavila en la serie ‘Leyendas del exilio’ y hace el Pablo en ‘Plantados’.

Yerandy Bassart

Cuando me preguntan quién soy, yo respondo ‘actor’. Siempre estoy pensando en teatro, siempre estoy pensando en algo que me aporte. Por suerte, todo lo que pasa en la vida le sirve al teatro. El teatro se nutre de la vida misma, como el arte. Todo lo que aprendemos a hacer, o lo que hagamos, aunque no sea teatro, sigue siendo teatro.

He interpretado muchos personajes. Pero a la pregunta de cuál me haimpresionado más, pienso que lo que más me ha marcado a mí, son las obras, más que los personajes. Las obras me han acercado más a la realidad, me han llevado a comprender mejor el mundo en el que me muevo.

He compartido con muchísimos actores jóvenes y no tan jóvenes, más consagrados, menos consagrados. De todos he aprendido muchísimo. Yo siempre me dispongo a aprender cada vez que estoy en un proceso de trabajo. Siempre me ha gustado aprender, sobre todo cuando doy clases. He sido profesor en las mismas escuelas donde estudié, en la ENA y en el ISA; y creo que he sido mejor actor después que he impartido lo que sé. Los que saben de Pedagogía, saben lo que digo. Uno recoge más que lo que da, sin falsa modestia. Así me he labrado mi carrera

Yerandy en el teatro

Después que me gradúo del ISA, ingreso en la compañía de teatro ‘Las Estaciones’ de Matanzas. Cumplo mi servicio social y me quedo tres años más. Viajo a Venezuela, Francia, y voy tres veces a México.

En el teatro ‘Las estaciones’ empecé con una obra, que se llamaba ‘Historia de burro’ y era el amor imposible entre dos burritos, separados por un terrateniente.

Después hice ‘Patito feo’. Bueno, todos sabemos ‘Patito feo’ lo que significa, el canto al cambio y a la aceptación, ¿no? A pesar de las diferencias.

Después llegué a una etapa muy buena en el teatro Las Estaciones, porque montamos nada más y nada menos que ‘Los zapaticos de rosa’, de José Martí. Ahí empecé a conocer a otro Martí. De la mano de Rubén Darío, que es martiano de médula, empecé ya con el mismo trabajo de mesa sobre ‘Los zapaticos de rosa’ a descubrir un Martí, que yo lo tenía totalmente desvirtuado, o tenía muy muy limitado, muy básica información. Tenía la información que tenía, normalmente la que dan en la escuela. La que viene a ti, de alguna manera, por la televisión. Pero ahí conocí un Martí, con errores, un Martí que escribe desde el exilio, desde una playa del exilio. Ahí supe que lo que sucede en ‘Los zapaticos de rosa’ es en una playa que se llama Bath Beach y que está en Nueva York.

Ahí descubrí cuán maltratado y maltraído está el texto de ‘Los zapaticos de rosa’, que se ha vuelto como un cliché panfletario. Y ahí hicimos ‘Los zapaticos de rosa’ de una manera diferente, y yo sentía el espíritu de Martí cuando estábamos haciendo la obra, tenía ese vuelo. Después, nos acercamos a Lorca, a Villafañe y volvimos a Martí, con ‘Los dos príncipes’, un poema épico sobre las diferencias, sobre el dolor en la diferencia. Volvimos a caer en Martí. Ya este Martí era mucho más cercano a nosotros. Ya lo conocíamos. Ya habíamos lidiado con él.

Luego regreso a mi casa, en La Habana. Empiezo a trabajar con teatro ‘El Publico’ de Carlos Díaz.

En teatro ‘El público’, hacer Shakespeare fue una escuela. Bueno, todos los actores deberían pasar por hacer Shakespeare. Hice ‘La duodécima noche’, después hice ‘Calígula’. Fue un texto remontado, y en su momento, ‘Calígula’, cuando sale en 1996, fue bien polémico, porque retrataba la dictadura tal cual. Revisitarlo ahora era de otra manera, era verlo con otro backgrounds

En ‘El Publico’ hicimos ‘La Duodécima noche’. Un espectáculo bien grande con 101 funciones a teatro completo. Después hice ‘Calígula’. Y con ‘Calígula’ es que vengo por primera vez a los Estados Unidos, en junio del 2012. ‘Calígula’ de Albert Camus, todo el mundo lo conoce, un texto bien fuerte, bien trascendental políticamente hablando.

Yerandy y el Maleconazo

Esto yo nunca lo he dicho, solo lo he contado en círculos muy cercanos, personales, pero me es muy curioso. Cuando el Maleconazo (1994) yo vivía en Centro Habana y yo estaba allí, justo el día del Maleconazo.

Ese día estaba en la calle con mi padrastro. Recuerdo que él estaba manejando un skoda y estábamos bajando por toda la calle Reina. Y la calle Reina estaba llena de gente, muchas personas… muchísimas personas.

Yo me acuerdo que tuve mucho miedo. Teníamos que atravesar toda esa marea de personas y de gente gritando, diciendo cosas, con palos en las manos, y mi padrastro recuerdo que me dice: ‘no tengas miedo, estas personas no le van hacer nada a los autos particulares.’ Y eso a mí se me quedó grabado, porque en ese momento justo a mí se me empezó a ir el miedo. Y lo estoy analizando ahora en el contexto en que estoy y creo que es algo interesante y te lo estoy regalando, Rebe, porque es bien lindo eso que me pasó.

 Estaba en medio del Maleconazo, siendo un niño de 10 años, con mucho miedo y por esa frase que me dijo mi padrastro empecé a dejar de sentir miedo. Y hoy por hoy, sé lo que significó el Maleconazo y de cierta manera tengo una cierta conexión con eso. Siempre que hablan del Maleconazo o hay alguna anécdota o algún recordatorio acerca del Maleconazo, lo recuerdo como un momento muy importante para mí y que demostró muchas cosas a Cuba y al mundo.

Yerandy en Miami

Aquí en Miami, donde todos me decían que era imposible hacer teatro, que tenía que colgar los guantes, que tenía que dedicarme a hacer otra cosa, que me olvidara del arte, que ya el actor había quedado en Cuba, que el teatro había quedado en Cuba, yo me demostré a mí mismo que no era cierto.

Yo me demostré a mí mismo que podía dirigir. Y lo primero que hice fue dirigir. Dirigir y actuar en microteatro. Después hice otra obra más en micro teatro, después hice otra obra más en micro teatro. Me maté el enano en micro teatro. Después trabajé de asistente de dirección en un musical grandísimo, ‘Carmen, la cubana’, y fui a Alemania con un director de Brodway, un equipo buenísimo de músicos y bailarines, todos muy profesionales. Otro tipo de cosa.

Monté yo solo, con una producción que corrió por mi cuenta ‘Adiós a Cuba’, un texto del dramaturgo Luis Enrique Valdés Duarte, hoy radicado en España, que no se había estrenado a pesar de haberse publicado en la Isla. Se usa la figura del compositor cubano del siglo XIX, Ignacio Cervantes, como pretexto para hablar de dos exilios diferentes, pero similares en el dolor por la patria. Lo llevé al festival del Instituto Superior de Arte, así que fui a La Habana y lo puse dos días, hice dos funciones en la sala ‘Adolfo Llauradó’, y las dos a teatro lleno. Era una cuenta que yo tenía pendiente y me demostré a mí mismo que sí se puede hacer teatro en Miami.

Después trabajo en ‘Leyendas del exilio’. Fue una experiencia tremenda, porque hacer, interpretar a una persona que aún sigue con vida, era un compromiso tremendo. El viejo Sixto y yo hicimos buena amistad desde el principio, hubo buena química, y yo me nutrí mucho de verlo, de conocerlo, de mirarlo a los ojos, de abrazarlo, de estrecharle la mano. Y ahí está el capítulo ‘El audaz Sixto Nicot’.

El director, Lilo Vilaplana confió en mí. Otra cosa, uno llega aquí y no está en el radar, uno tiene que poquito a poco tiene que labrarse el camino para poder lograr encontrar el lugar, porque yo creo que hay un lugar para todo el mundo y más en una sociedad como ésta, tan grande, tan diversa, con tanto contenido.

 ‘Leyendas del exilio’ con Lilo Vilaplana, fue una experiencia impresionante. Un trabajo inmenso, bueno, muy sacrificado. Pero siempre con el afán de que llegue la verdad a todos y de que la historia no se calle, que no se debe ocultar ni cambiar.

Yerandy en ‘Plantados’

Bueno… ¿qué representa para mí pertenecer al equipo de ‘Plantados’, estar entre los nueve actores protagonistas de una película y de un hecho sin precedentes en la historia de la cultura de Miami? ¡Imagínate tú!

Creo que es un premio, un regalo de la vida; creo también que ya le tocaba a este pueblo tan dolido, tan maltratado, también tan confundido ,le tocaba hacerse justicia por lo menos en esta película.

Tengo toda la esperanza del mundo de que esta película le llegue a todos, porque ni así, ni así, vamos a poder agradecer del todo tanto sufrimiento, tanto dolor que pasaron muchachos que salieron jóvenes de sus casas y regresaron viejos. De muchachos que nunca más pudieron ver a sus padres. Muchachos que no vieron a sus hijos crecer. Muchachos a los que, sencillamente, ataban a un poste y fusilaban. Muchachos más jóvenes que yo, eso me aterra. Lo único que pudieron atarse fue a su convicción y a su dignidad. Porque a un hombre yo creo que lo pueden despojar de todo menos de la dignidad, y eso fue lo que los mantuvo fuertes hasta el final.

Siempre uno piensa cuando lee o escucha la historia de lo que pasó, como nos trascienden –o así pienso–, que los héroes y mártires eran mayores que yo. Y todo lo contrario, eran entonces muchachos más jóvenes que yo, de 20, 22 años. La mayoría con una educación católica, cristiana. La mayoría no había visto ni siquiera el más mínimo empujón o maltrato físico. Imagínate caer en esas mazmorras de momento y sufrir por años el dolor, la humillación, la violación.

¡Encontrarme con parte de los plantados! Ese día que tuvimos la reunión con ellos, a la cabeza estaba Ángel de Fana. Encontrarme con ellos y ver cómo volvían a contar y volvían a vivir lo que estaban contando, eso no tiene perdón de Dios. ¿Cuántas veces no han tenido que hacer las anécdotas desde que salieron de prisión? Y me pregunto: ¿cuántas veces habrán tenido que pasar por la misma situación cuando tratan de recordar todo ese calvario y esa pesadilla?

No volvieron a ser personas nunca más en la vida. Esas personas son espectros de lo que fue un abuso y de lo que fue la humillación más grande solo por sentir y pensar diferente a la dictadura castrista. A esa gente le acabaron la vida. Esa gente están muertas en vida, lamentablemente. Y que sirva ‘Plantados’ para dar un poco de alivio y homenaje y agradecimiento. Es el granito de arena más importante que podemos hacer.

Muchas gracias, Rebe, porque tú siempre confiaste en mí, siempre hicimos una empatía familiar. Te quiero mucho, cuídate.

Gracias a ti y a Irasema, que en medio de esta locura que es el rodaje de la película, me han dedicado un tiempito.

¡Esperamos impacientes el estreno de ‘Plantados’!

Entrevista de próxima aparición en el número 14 de Puente de Letras

El poeta Rafael Almanza sigue en peligro en Cuba

Rafael Almanza

El poeta, ensayista e investigador martiano Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente Cubana (2017), continúa bajo acoso de la policía política en Cuba y esta semana recibió una nueva muestra de ello cuando fue amenazado de muerte en su vivienda de Camagüey, donde anualmente realiza la Peña del Júcaro Martiano.

Almanza recibió una tosca nota en papel por debajo de su puerta: “Te voy a matar viejo de pinga”.

“Me acaban de echar por debajo de la puerta, a plena luz del día, esta amenaza. Dicen los vecinos que fue un joven y que se quedó parado ahí. No es el esquizofrénico que me ha amenazado antes”, denunció Almanza en Facebook.

“Los guapos, los valientes (si hay algo de valentía en enfrentarse a una persona mayor, pacífica y enferma), lo hacen sin anunciarlo. Los cobardes, mandan a otro a que lo anuncie en papelitos”, escribió el periodista independiente Henry Constantin Ferreiro en la red social, refiriéndose a la amenaza a Almanza.

A finales de agosto pasado, la casa del Premio Nacional fue cercada por un operativo policial y varios de los invitados a su Peña del Júcaro Martiano terminaron detenidos, entre ellos el propio Henry Constantín y el historiador Alenmichel Aguiló Queijeiro.

“La intención de eliminar totalmente la peña falló”, declaró Almanza a Puente a la Vista en esa ocasión. “Creo que han cometido (la policía política) un grave error. Se ha aplicado a la peña el Decreto 349 sin pasar por procedimiento alguno… esto va a tener consecuencias catastróficas para ellos en el plano de la cultura”.

Las memorias de Carlos Alberto Montaner ya están aquí

El escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner presenta el próximo jueves 12 de diciembre, a las 8:00 p.m. en Books & Books (265 Aragón Avenue, Coral Gables), sus memorias Sin ir más lejos. El libro será presentado por su hija, la novelista y periodista Gina Montaner.

“La autobiografía de Montaner es la autobiografía de todos”, refiere el también escritor Juan Manuel Cao en Diario las Américas. “Son sus memorias personales, pero también las de Cuba y el exilio. Sin ir más lejos (Penguin Random House), su último libro, es el menos egocéntrico que haya parido el género. Pero no por ello deja de ser una obra íntima”.

“Las memorias de Montaner nos hablan del futuro”, añadió Cao. “No rememora el pasado con nostalgia, no lo glorifica, lo disecciona. Porque se trata de un hombre moderno, de ideas avanzadas, un hombre del futuro, y toda su obra está escrita con esa luz larga. Toda. Desde la ficción hasta la ensayística. Montaner es, no tengo dudas, nuestro mejor ensayista político”.

“Montaner nos narra su vida con una sinceridad conmovedora”, observa, por su parte, la académica Uva de Aragón. “Se desnuda. No es un exhibicionista erótico. Es un alma triste. Un cubano a quien le duele Cuba de forma obsesiva. Un hombre que a menudo confiesa sus equivocaciones. Un ser humano que desea cuadrar la caja, halagar a sus parientes y amigos, enterrar rencores menos uno que puede más que él: el que siente por los hermanos Castro y por todos los que colaboraron o aún lo hacen con el gobierno de La Habana”.

Carlos Alberto Montaner (La Habana) ha publicado más de veinte libros de ensayos, varias novelas y miles de artículos, por los cuales es reconocido como uno de los periodistas más seguidos en el mundo hispano. Es analista de CNN en Español y expresidente del Interamerican Institute for Democracy. En 2010 recibió, en Madrid, el Premio Juan de Mariana por una vida dedicada a la defensa de la libertad. En 2019 le fue otorgado en México, por TV Azteca, el galardón Caminos de la Libertad por razones similares. Fue durante veinte años vicepresidente de la Internacional Liberal. Este año el proyecto Puente a la Vista instituyó un concurso de ensayos que lleva su nombre.

A un lustro de un clásico: Cruz Varela en La Otra Esquina

A poco de arribar a Miami, María Elena Cruz Varela deleitó a sus lectores y admiradores con este recital en La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia en Café Demetrio que en este 2019 cumple diez años.

La autora de los poemarios Hija de Eva y El ángel agotado, entre otros, recordó a los presentes que, «más que perder un país, han ganado un mundo».

Poesía del recuerdo. Presentación de la escritora cubana en la tertulia del poeta Joaquín Gálvez. Febrero de 2014 (fragmento).


 

Décimo aniversario de La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, celebra el próximo sábado 7 de diciembre su décimo aniversario con un evento en el que participarán escritores, artistas y  coordinadores de proyectos culturales que se han presentado en este espacio de Coral Gables a lo largo de una década.

Lugar: Café Demetrio (300 Alhambra Circle, Coral Gables)

Fecha: Sábado 7 de diciembre de 2019

Hora: 2:00 p.m.

El evento comenzará con una disertación del poeta e investigador literario Augusto Lemus.

Programa:

2:00 p.m. – 3:00 p.m.: Encuentro con el poeta e investigador Augusto Lemus Martínez

3:15 p.m. – 6:00 p.m: Lectura e intervención de escritores, artistas y directores de proyectos culturales

Un hombre y su destino bajo el comunismo

Los dioses muertos: Un hombre y su destino en un régimen comunista. Novela ganadora del premio de narrativa ‘Reinaldo Arenas’ 2018.

“Cuba, caída del campo socialista, final del siglo XX y periodo especial: cuatro claves para poder adentrarse en la historia que cuenta Duandy Oscar Gómez (Oscar G. Otazo). Para sobrevivir en esa época, Beltrán, un campesino y excombatiente de la guerra de Angola, toma decisiones que subvierten los valores acumulados por muchos años. La trama se centra en las penurias;en la espera por la hija de dieciocho años que, alentada por los padres, ha salido para prostituirse;y en la falta de alimentos para la esposa embarazada”, puede llerse en la contraportada.

“El momento clímax ocurre cuando el protagonista decide robar una vaca —propiedad de un campesino amigo suyo que perdió un hijo en la guerra— y matarla”, escribe Marlene García Pérez. “Este hecho provoca que comience una lucha interior de la que Beltrán no podrá recobrarse nunca. Al final, el nacimiento del hijo se vuelve símbolo de una época.

Desgarrador y sincero, sin apelar a extremos para agradar a ningún lector, retrato de la Cuba de finales del siglo XX y principios del XXI —como apunta Jorge G. Silverio Tejera en el prólogo—, Los dioses muertos se convierte por sus propios méritos y por intención del autor en una lectura necesaria para evitar que el tiempo sumerja en el olvido esos momentos y personas que, lejos de los focos, lidiaron y resistieron en situaciones altamente complicadas para ellas”.

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Enrique Patterson, poesía

Umbrella Art Foundation, Acetato Producciones y la Casa Templo del Arte Cubano en Miami en edición especial de ‘En boca cerrada’, espectáculo poético que vienen desarrollando desde abril de este año 2019.

Fragmento del recital del ensayista y analista cubano Enrique Patterson:

 

 

No es lo mismo un torneo que una batalla

 

Para quienes pretenden restarle méritos a la Batalla de Cuatro Caminos, en La Habana, comparándola con el Black Friday, en Estados Unidos, algunas precisiones:

a) La Batalla de Cuatro Caminos fue una auténtica batalla, mientras el Black Friday, como sabe hasta el gato, es solo un torneo.

b) El Torneo del Black Friday tiene lugar en espacios cerrados acondicionados para la ocasión. La Batalla de Cuatro Caminos se desató en campo abierto y solo más tarde ingresó a unas instalaciones incapaces de resistir la estampida de la masa combatiente.

c) La Batalla de Cuatro Caminos aconteció también contra la policía o a pesar de ella, mientras el Black Friday es celosamente protegido por la policía.

d) Los guerrilleros de la Batalla de Cuatro Caminos sabían que terminarían pagando extra, enfrentando precios inflados por el régimen opresor imperante en Cuba. Los caballeros del Torneo del Black Friday saben que siempre, invariablemente, terminarán atacando precios ridículos, gangas, inconcebibles rebajas estadounidenses.

e) Pero tal vez el detalle más revelador o importante entre varios más que se me escapan: El Torneo del Black Friday se realiza todos los años en una fecha señalada de antemano: constituye una tradición, un ejercicio, un jueguito. En cambio la Batalla de Cuatro Caminos tuvo lugar espontáneamente, desatada por la miseria, el hambre, la necesidad tras 60 años de comunismo en Cuba.

‘El hueco’, novela de Ana Rosa Díaz, ya en Amazon

 

1

Siempre hemos sospechado que la tierra es plana, que las imágenes mienten, los proverbios chinos se equivocan. En una realidad constituida por palabras, pocas finalidades se consiguen sin ellas. En tanto pudiéramos imaginar un mundo de ciegos (de alguna manera lo es) no resulta viable suponer uno en el que todos seamos mudos, desprovistos de lenguaje. Recordemos que el castigo a la primera gran obsesión colectiva no consistió en ver menos. Fue confundir las lenguas, distorsionar el verbo. Torre de Babel, caos hasta hoy, comienzo de la literatura.

No se dice Te amo o Te detesto con la mirada.

Basta de pamplinas.

2

Para caer en el hueco primero tiene que existir El hueco. Para salir de esa y de cualquier otra oquedad, física y metafísica, tendríamos que desearlo, decirlo, escribirlo. Y comprar una escalera, un libro. Voluntad y dólares. Así se llama el último capitulo de la humanidad. La novela de Ana Rosa Díaz Naranjo (Albita) es cínica ad nauseam. Lo es porque se mueve  a voluntad en esas zonas que, como buenos poscatólicos, siempre ocultamos con mayor ahínco. Aquí hay la exposición de una telaraña tejida por los protagonistas con la meticulosidad del rencor, la envidia y el deseo frustrado, en las dosis que todos poseemos y fingimos no poseer. Aquí está la sacramental familia. Una cualquiera, escogida a dedo, sin filtros ni maquillaje. Dice un verso de Lezama: Aquí llegamos, aquí no veníamos, y me vale al cien por cien para comentar lo que la novela de Albita describe: en qué montón de mierda puede convertirse el ser humano. Cuánto esfuerzo invierte en ocultar las consecuencias, cuando sería tan simple, tan placentero, tan HUMANO, no deleitarnos en la sistemática aplicación de las causas.

Eso creo.

3

En El hueco nadie escapa del hueco. La crueldad es acarreada a espuertas. Pero como antes advertí, la autora no es culpable de nada, ni siquiera los múltiples y muy bien estructurados personajes-narradores que sostienen, ahondan, complican el discurso. Hablé de telaraña y vuelvo sobre la imagen: cada hilo viscoso, cada celda, incluye un genoma vinculante, un trauma comprometedor. Insisto: nadie escapa. La persona más ingenua que nos encontremos en esta confabulación, disimulaba, hasta la salida de este libro, “secretos” considerados “espeluznantes y que, en nosotros, son solo rutina de un breve tiempo a esta parte. Digamos, desde Adán y Eva hasta la niña de seis años que, ataviada como una chica de compañía (véase puta), pasa ahora mismo por la calle. No miento. Puedes asomarte.

¿Viste?

Te lo dije.

4

Un componente muy digno de destacar de El hueco, es que, en un contexto literario de temática netamente habanera como el nuestro, sobresale la presencia de un personaje más: la ciudad-monte. La sinécdoque por excelencia de la ciudad-monte en Cuba, no cabe discusión, es Las Tunas. Así, que quienes la conocemos de veras asumimos sin énfasis el diseño del Siglo XXI en estas páginas y geografía, real irrealidad real. El deslumbramiento por tecnologías que hoy son obsoletas en Haití, pongamos por caso. La connivencia del trabajo rural (ineludible, sí, estimados-amigos-que-gustan-hablar-de-lo-que-no-saben. EMBRUTECEDOR también, estimados-amigos-que-gustan-hablar-de-lo-que-no-saben. Lo dice alguien que sabe) y las imágenes, no más que las imágenes, de una vertiginosa y posmoderna y absurda vida contemporánea, la cual odiamos porque deseamos, y viceversa, como hacen y hacemos y negamos siempre, animadversión y deseo hacia todo y todos y a sí mismos.

Los personajes de El hueco.

Las personas en el hueco.

5

Y vaya que reímos. Esta novela destila sentido del humor. Finamente bordado por alguien que conoce el drama literal y cómo procede, nos sacude en fuertes rachas que, lejos de refrescar, soliviantan  el sabor amargo por la persistencia del estupro, el voyeurismo, en fin, las parafilias sexuales resultado de la insatisfacción sexual resultado de normas sociales resultado de la conveniencia y no de, ¡ejem!, los sentimientos. El humor, digo, es más cruel, si cabe. La tetrapléjica y adorable viejecilla no es la tetrapléjica y adorable viejecilla del asqueroso lugar común. El sonriente y travieso niño de cachetes sonrosados, ibídem. Son monstruos. Nos reímos ante el teratológico espectáculo porque nosotros también formamos parte del show. O en determinadas circunstancias ejecutaríamos con perfecto donaire similares actuaciones. Pero líbrenos Dios de admitirlo. Sigamos oteando hacia la calle, por la que también pasan borrachos incestuosos, madonnas pervertidas, jefes corruptos.

Lo normal.

6

La lógica del El hueco no es cerebral, es nerviosa. No denuncia, no pontifica, no sustituye el periodismo en un contexto carente de periodismo. Es una fotografía sin manipular. Una novela. Literatura que, como todo arte, acaba siendo una biografía del género al que pertenecemos. Carnavalesca y arrollante, traumática y cotillera hasta el delirio, presume de unas secuencias no comunes en nuestras letras, donde tan poco o tan mal se ha leído a Severo Sarduy y Virgilio Piñera. Yo me la juego con este libro, que más que libro se convierte, desde dentro,  en un descarado estudio de los procesos grupales en los últimos sesenta años. Advierto una vez más sobre el poscatolicismo en la sacramental (incestuosa) familia. El supuesto y baboso patriarcado donde probable y subrepticiamente siempre, o al menos en las últimas seis décadas, haya existido una extraña y no saludable forma de matriarcado. Desde mi hueco personal (no os asoméis: os veríais reflejados) estaré al tanto de las peripecias de El hueco. Probablemente odio reciba más que indiferencia. Muy bien. Ese enemigo que aborreces y atacas y contra el cual conspiras y pones tropiezos y creas calumnias, se llama espejo. Lo que hagas, te lo devolverá a cambio.

Seas quien seas.

Hagas lo que hagas.

Ay.

7

Dice la Biblia que un ciego no puede guiar a otro ciego, pues ambos caerían en el hoyo. Ana Rosa Díaz Naranjo, Albita, con su luz (talento), examina este cubo de basura que nos vendieron a precio de oro (la vida), y al cual nos aferramos torpe y desesperadamente. Quizás al leer  El hueco no consigamos salir. Pero podremos mirar arriba. Allí, al alcance de la mano y las palabras, veremos un círculo azul. Desde Adán y Eva hasta la niña que pasa por la calle vestida de niña, el hombre y la madonna impuramente puros (el jefe incorruptible no ha llegado), se le llama Cielo. Mira bien. Está ahí. Más cerca. Un poco más.

¿Viste?

Te lo dije.


 

Convocatoria sobre ‘Documentación y reporte de violaciones de derechos humanos en Cuba’

Cubalex invita a las organizaciones de la sociedad civil radicadas en Cuba y que operan sin registro legal a proponer candidatos para el curso sobre “Documentación y reporte de violaciones de derechos humanos en Cuba”.

Nuestro curso busca potenciar y desarrollar las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil cubana, para llamar la atención de órganos de los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos sobre la situación en el país.

Los organismos de los sistemas de protección internacional de los derechos humanos son los encargados de supervisar el cumplimiento de la obligaciones que asumen los Estados de respetar y garantizar de los derechos humanos. Sin embargo, las facultades de estos organismos para verificar directamente en un país el cumplimiento de estas obligaciones es limitado, y dependen del trabajo que realizan las organizaciones no gubernamentales en el terreno, al punto que la falta de libertad de actuación de las ONG en un país determinado comporta que la comunidad internacional no preste atención a la situación de ese país, aunque así lo merezcan las violaciones de los derechos humanos que tienen lugar allí.

A nivel internacional el récord de denuncias internacionales contra el Estado cubano es bajo, a pesar de los continuos abusos, especialmente contra defensores de derechos humanos. Las organizaciones de la sociedad civil no registradas no tienen libertad de actuación dentro de país. El gobierno se niega a legalizarlas y los defensores de derechos humanos son estigmatizados, hostigados y en última instancia encarcelados.

Debido a la falta de formación en materia de derechos humanos en todos los niveles educativos en el país, desconocen cómo funcionan los sistemas de protección internacional y los mecanismos para participar en los procesos de supervisión que realizan estos organismos internacionales respecto a las obligaciones en materia de derechos humanos. Actualmente la mayoría utiliza las redes sociales y medios alternativos de prensa como vía para denunciar esas violaciones.

A través de este curso pretendemos crear una red de alianza entre varios grupos y organizaciones de la sociedad civil para reportar actos de hostigamiento contra defensores de derechos humanos, activistas y periodistas independentes.

Los incidentes de hostigamiento serán registrados y analizados en la base de datos DiDi, con el objetivo de visualizar las violaciones a derechos humanos en Cuba. Esta herramienta fue creada por la organización Civil Rights Defenders, con la cual colaboramos en este proyecto. 

A través de esta base de datos los activistas que se formen en nuestro curso podrán denunciar e inclusive adjuntar documentos, fotos y enlaces y visualizar de forma rápida la situación de derechos humanos en el país y generar información con la cual hacer incidencia ante organismos internacionales. 

Asimismo, se espera que los/as participantes:

1.         Adquieran conocimientos sobre derechos humanos y los sistemas internacionales para la protección de estos, que les permitirá valorar objetivamente el cumplimiento por parte del estado de sus obligaciones en la materia.

2.         Adquieran habilidades para elevar el récord de denuncia internacional contra el estado cubano a través de la documentación de casos individuales de violaciones de derechos humanos con el objetivo de visibilizar la situación de los defensores de derechos humanos en el país, disminuir los riesgos de hostigamiento contra estos e incrementar la libertad de actuación de estas dentro del país.

3.         Generan información e investigaciones temáticas sobre la situación de derechos humanos en el país con el objetivo de incidir y/o cooperar con órganos de los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos y otros actores relevantes de la comunidad internacional a través de la presentación de informes temáticos sobre derechos humanos en Cuba.

Su organización podrá recomendar 4 activistas, respetando la paridad de género. Cubalex seleccionará 2 activista de los propuestos teniendo en cuenta las motivaciones expuestas en el formulario de inscripción, menor cantidad de responsabilidades dentro de sus organizaciones y mayores habilidades en el uso de los softwares procesadores de texto, en ese orden de prioridad, respetando la paridad de género.

Los candidatos propuestos deberán postular a la iniciativa, acorde al perfil y requisitos establecidos en la presente convocatoria, por medio de un formulario de inscripción online, que se le enviara por E-mail una vez que recibamos sus datos de contacto (nombre, apellidos y correo electrónico) que deberán enviar a la siguiente dirección electrónica [email protected]

Este proceso de inscripción para las personas propuestas estará abierto entre el 1ro y 10 de diciembre de 2019. Una vez seleccionados los participantes en el proyecto, Cubalex se comunicará directamente con los seleccionados y les enviará una prueba de evaluación inicial para medir los conocimientos del grupo al inicio del proyecto. 

Recuerde, el plazo para presentar sus 4 propuestas vence el 30 de noviembre. Para más información, puede escribir a [email protected]

Laritza Diversent

Directora Ejecutiva

Demóngeles ya es una ONG y convoca a los creadores cubanos

A través de un comunicado especial en las redes sociales, el grupo Demóngeles, de arte y literatura independiente, anunció este lunes que «se ha transformado en una organización no gubernamental, amparada en el marco jurídico noruego, y protegida por los estándares internacionales».

«¡Nueve mundos ha recorrido Demóngeles para rescatar a la princesa! ¡Que más que una princesa es una flor, una ola, una idea», escribió en Facebook uno de los fundadores del proyecto, Luis Dener. «Demóngeles aboga por el arte, no importa que tenga que enfrentarse contra los honguitos, contra las nubes malvadas, contra los Linebacker. Demóngeles se sube arriba de un Yoshi y destripa todo a su paso. Ni los mundos bajo el agua, ni los castillos han podido detenerlo. Y todo este minihomenaje al Mario Bros es para contarles a todos que Demóngeles es, desde ahora mismo, una organización artística internacional».

«Usando el arte como bandera, Demóngeles, en su nueva etapa, sigue aportando un granito de arena a la cultura nacional y a lograr un país que esté a la altura de todos los cubanos», añadió Dener.

«Demóngeles está listo para representar al arte cubano en los escenarios internacionales. El desafío es enorme. Y sí, vamos a tropezar, y vamos a rodar pendiente abajo, y nos vamos a romper la madre, pero ya vendrá una estrellita que nos rescate, o la misma princesa, porque sabemos que el arte además de ser bello también es una bestia cruel, y deja en el camino a todos, pero nadie ha dicho que Demóngeles va a recorrer ese camino a pie».

«Tenemos un Yoshi, ese animalito tierno que a todos nos gusta, ¡y ¡sabe volar! Así que desde ya abrimos convocatoria para todos esos artistas, o que simplemente sean admiradores del arte y de Cuba, que quieran seguir engrandeciendo a la cultura cubana. ¡Pueden unirse, que tenemos chocolate!»

«Desde ya le decimos al mundo que todos son bienvenidos. Aceptamos toda la ayuda que venga. Todos los proyectos artísticos que tengan en sus cabezas, tráiganlos. No existen imposibles, recuerden, y no importa si no es un arte correcto, si no es un arte bonito, que se salga de las líneas, que sea incómodo, ¡más incómodo que ir al dentista no será!»

Dener anunció el «logo nuevo que va a acompañarnos. Una obra de esa artista tremenda que es Lety Lety y que también se ha montado sobre Yoshi, porque como ya les dije todos los artistas son bienvenidos, da igual donde vivan. Importante, ¡no se olviden de traer café!».

Juan Manuel Cao, poemas de la cárcel

Umbrella Art Foundation, Acetato Producciones y la Casa Templo del Arte Cubano en Miami en edición especial de ‘En boca cerrada’, espectáculo poético que vienen desarrollando desde abril de este año 2019.

Fragmento del recital del periodista y escritor cubano Juan Manuel Cao, quien habló de su libro inédito Casa sin puertas, poemas de amor escritos durante su prisión política. Cao mostró esta faceta poco conocida de su obra además de regalar al público un recorrido -grosso modo- sobre la poesía carcelaria en Cuba, desde el Periodo Colonial hasta la actualidad:

Castro, la piedra en el camino

Sobre el libro La piedra en el camino, la cronología en clave humorística de la muerte del dictador Fidel Castro, el 25 de noviembre de 2016, ha escrito José Hugo Fernández: «El hecho de que parezca haber sido concebido como un revelador documento para la historia, no le resta pizca de interés como lectura actualizada».

Para este libro, con portada de Omar Santana, Neo Club Ediciones compiló buena parte de las reacciones más reveladoras en torno al fallecimiento de Castro (artículos, ensayos, humor gráfico, comentarios varios, etc.). Un documento clave para entender la verdadera naturaleza de las relaciones entre el exdictador y el pueblo cubano; una cronología detallada de las prohibiciones en Cuba, y las celebraciones en el exilio, tras el esperado deceso.

No aparecen todos citados en este libro, pero sí muchos de los cronistas que abordaron los nueve días de luto y fiesta, respectivamente, en ambas orillas. Por orden alfabético: Adrián Morales, Alfredo Pong, Amir Valle, Annelys Casanova, Antonio Ramos Zúñiga, Aristides Pumariega, Armando Añel, Armando de Armas, Augusto Juarrero, Barack Obama, Bárbara Travieso, Carlos Alberto Montaner, Carlos Curbelo, Carlos Eire, César Menéndez Pryce, Donald Trump, Exilda Arjona, Faisel Iglesias, Félix Luis Viera, Gustavo Rodríguez, Idabell Rosales, Ileana Ros-Lehtinen, Iván Acosta, Janisset Rivero, Joel Cano, Jorge Arronte, Jorge Ignacio Pérez, José Armando Rodríguez, José Hugo Fernández, Juan Abreu, Juan Antonio Blanco, Juan Manuel Cao, Julio Fowler, Leyser Ley Martínez, Lilo Vilaplana, Lincoln Díaz-Balart, Luis Leonel León, Manuel Gayol, Marcell Felipe, María Victoria Machado, Mario Díaz-Balart, Midiala Rosales, Mike Pence, Modesto Arocha, Nicolás Águila, Norge Sánchez, Omar Santana, Oswald Santos, Pablo Jesús Socorro, Rafael Marrero, Ramón Fernández-Larrea, Randy Espinet, Rebeca Ulloa y Yoaxis Marcheco.

 

«Si los libros llamados de autoayuda no hubiesen perdido todo su crédito (para mí gusto) en el empeño de orientar a la gente a ser no como debiera sino como les conviene aparentar que son, tal vez podría afirmarse con justicia que La piedra en el camino está destinado a ser, por antonomasia, uno de esos textos de autoayuda gracias al que nuestros nietos aprenderían a ser mejores que nosotros. Claro que La piedra en el camino no es únicamente un libro para leer cuando seamos grandes. Desde ahora mismo podemos empezar a disfrutarlo». José Hugo Fernández

‘Kabiosiles’, de Ramón Fernández Larrea

Larrea junto al también poeta Félix Anesio

«Kabiosiles. Los músicos de Cuba es para mí una declaración de amor a mi cultura. Una parte de esa cultura que el gobierno de Cuba intentó borrar y ocultar». Así describe el escritor y humorista Ramón Fernández Larrea su nuevo libro ya a la venta en Amazon, en el que retrata a 66 «dioses terrenales» de la música cubana.

Benny Moré, La Lupe, Bola de Nieve, Celia Cruz, Barbarito Diez, Carlos Embale, Elena Burke, Arsenio Rodríguez y Vicentico Valdés, entre otros, figuran en las páginas de este libro imprescindible publicado por Unos & Otros Ediciones, “ampliado este año con fotografías, discografía e índice de canciones”.

“Aquí están reunidos 66 retratos de nuestros dioses terrenales: los músicos de Cuba. Esos que andan en nuestra memoria, en nuestra piel y en la niebla de nuestra identidad. Son los rostros que conforman nuestro ADN sonoro”, puede leerse en la página de Amazon donde está a la venta el volumen.

https://www.amazon.com/Kabiosiles-Los-m%C3%BAsicos-Cuba-Spanish/dp/1950424219

“Kabiosile es una palabra yoruba, una salutación a una deidad del panteón yoruba a Changó (sincretizada en Cuba como la Santa Bárbara de la religión católica); es como decir alabado seas o qué grande eres», declaró Fernández Larrea a EFE.

El arte de leer es tan agudo como el de pensar

Nancy Alfaya, Mario Félix Lleonart y Juan Carlos Recio en el Festival Vista de Miami

 

El arte de leer es tan agudo como el de pensar. No se piensa a la ligera, no se lee sin el detractor. Por eso la gente que escribe sin pensar en su lector y en leer a los otros se pierde dos cosas: no tener un detractor para ellos mismos y no acceder a lo que los demás piensan.

Y si seguimos así, vamos a los grupos de poetas, escritores, etc. Están los que miran, como guardando su nombre de una opinión. O los que opinan solo si conocen al autor. Los peores son los que tienen miedo a pensar, leer y escribir sobre los demás: se le llama falta de personalidad.

Mi generación (que es la de los ochenta casi con los noventa en Cuba) tiene una ventaja: pasamos hambre en los noventa pero aprendimos con la decorosa hambre de los ochenta. Había solo un poquito más de ración de comida pero fue una época abundante en debates sinceros de literatura, lecturas, teorías literarias y todo lo que fuera debatible. Por eso una vez escribí pensando en todo esto:

Si me vas a leer

Tomo ron con los perdidos,
no hablo mal de ellos,
solo dejo que me enamoren
por las veces que sin saberlo
han sido cobardes
en asumir con valentía
la inutilidad de sus derrotas.
Igual pasa con los amigos
que nunca fueron para siempre,
no es como sacar un muerto a tomar sol
ni danzar en los entierros
de aquellos vivos que enarbolan
su soga al cuello
ni los otros que han dicho
que sus muertes hablan
y se fueron a los ríos revueltos
intentando pescar una imagen ridícula
de lo que fueron.

Guerra psicológica, guerra de desgaste contra la cultura independiente

Miembros del Movimiento San Isidro entregan Habeas Corpus de Luis Manuel Otero Alcántara en La Habana.

por Armando Añel

En la era del ‘puesto a dedo’ Miguel Díaz Canel, como llaman en las redes sociales al actual gobernante títere de la familia Castro, quienes apostaban por una mayor apertura se han llevado un chasco. La represión ha aumentado considerablemente en Cuba en los últimos dos-tres años, particularmente en el ámbito cultural.

En los dos-tres últimos años han aumentado exponencialmente los casos relacionados con dos tácticas de guerra psicológica que el régimen de La Habana utiliza de preferencia contra los creadores independientes: El bloqueo a sus viviendas, para que no puedan ganar la calle, y los secuestros express que fluctúan entre las pocas horas y los dos o tres días.

La situación se vuelve insostenible y la policía política apuesta por el cansancio psíquico de la sociedad civil, implementando de facto el infame Decreto 349. De estas tácticas han sido víctimas en numerosas ocasiones, insistentemente, artistas, escritores, periodistas y activistas independientes como Nancy Alfaya, Jorge Olivera, Luis Manuel Otero Alcántara e integrantes del Movimiento San Isidro y el grupo Demóngeles, entre otros. Solo este año, Otero Alcántara ha sido secuestrado en 16 ocasiones. Solo en este mes que cierra, Alfaya ha sido arrestada cinco veces.

Guerra psicológica, guerra de desgaste contra la cultura independiente. Es el camino que ha escogido recorrer un régimen vengativo, chantajista, que vive, ahora sí, sus últimos días. Y en consecuencia recurre al pataleo.

Texto perteneciente al número 14 de Puente de Letras, de pronta aparición.

Luis Alberto García y el episodio de Cuatro Caminos

El actor de cine y teatro Luis Alberto García

 

Muy bien lo dicho por el actor Luis Alberto García a propósito del episodio del mercado de Cuatro Caminos, en La Habana. Pero arrastra el equívoco, inoculado a todos en Cuba, de que ese desastre es salvable si los que dirigen hacen mejor las cosas. O sea, que el remedio no incluye un cambio de sistema, de régimen.

Hay necesidades acumulándose durante décadas, faltantes ancestrales, billeteras vacías, refrigeradores tristes que se enfrían a sí mismos. Angustias, demasiadas familias con una sola comida al día y el papel periódico colgando de un clavito en los baños. Muchas personas que no saben ni cómo funciona Western Union. Viejos y niños recogiendo pomos plásticos y ‘escachando laticas’. Y los viejitos que no han sido funcionarios, los viejitos que no han sido dirigentes.
Luis Alberto García, actor y artista cubano

La base teórica del colectivismo, de una economía centralizada como la que aún predomina e impone el gobierno cubano a cambio de poder, es en extremo contradictoria e inoperante, fue refutada desde que se escribió y ni siquiera traía una receta de cómo aplicarse.

Por ende la experiencia, incluso donde sobraban los recursos como en la URSS, no fue otra que una catástrofe.

Muy bien por Luis Alberto, repito, escribe desde adentro y, aun con cierta impunidad, lo que hace requiere valor.

No obstante, las soluciones que propone son cosméticas. El sistema por naturaleza es improductivo, masifica los peores instintos y removerlo sería la única salida. Desplazando al gobierno incompetente, creando un aparato jurídico independiente, estableciendo pluralidad para, de este modo, reconstruir la Isla.

Luis Alberto García, Luis Silva y otros con voz y rostro allí -junto a las redes-, podrían ayudar. Muy probablemente el clan en el poder no se atreva con los que el pueblo conoce. Sería el principio del fin.

Nuvia Inés Estévez en la tertulia de Waldo González

por Waldo González López

El próximo domingo 24 de noviembre, a las 3:00 p.m., tengo invitada a mi tertulia mensual de Art Emporium Gallery (710 SW 13th Ave., Miami, 33135) a la poeta y narradora cubana Nuvia Estévez, quien, por su calidad, fuera incluida por la ensayista y especialista Mayra del Carmen Hernández Menéndez en varios de sus estudios y antologías de la décima escrita por mujeres publicados en Cuba, como, entre otros: Hombres necios que acusáis. Estudio sobre el discurso femenino de la décima en Cuba (merecedor en 2001 del importante Premio Alejo Carpentier), donde le dedica un capítulo en el que afirma:

Últimas piedras contra María Magdalena [es] un decimario que quizá haya escandalizado a algún gazmoño lector por sus atrevidas, desinhibidas, eróticas, irónicas y cáusticas décimas, como «Mujeres», o ese verso en que confiesa ser «un perro mutilado», o en los que admite que es «La peor / la única / Pola Negri su boquilla / humeando contra la astilla / del Hades […]», pero que, en el fondo, con sinceridad refleja soledad, hastío, rabia e impotencia, y que la llevan a cuestionamientos nada banales, tal se aprecia en el conjunto de cinco estrofas reunidas bajo un pictórico título: «Muchacha en el hastío mirando al cielo».

Licenciada en Español-Literatura, Nuvia, nacida en Puerto Padre, Las Tunas, en 1971, ha publicado diversos poemarios y ha sido incluida en varias antologías mías, entre otras: Que caí bajo la noche. Panorama de la décima erótica cubana (2004) y, en colaboración con Mayra, Esta cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX (2 tomos: 2009 y 2010), entre otras.

Ha publicado los poemarios Arrepentida de llamarme Circe, (Plaquette, Editorial Sanlope, 1998); Penancolía (Editorial La Tinta del Alcatraz, México (2001); Últimas piedras contra María Magdalena (Editorial Sanlope 2001); Claveles para Rachel (Poesía para niños, Editorial Sanlope, 2002); Maniquí desnudo entre escombros (Premio David, 2001, Ediciones Unión. Ciudad de La Habana, Cuba; con una segunda edición por la Editorial Verdehalago, Distrito Federal, México (2003), Misterio de Clepsidras y Las muñecas, las putas, las estatuas [2018]. Su obra poética ha sido recogida en antologías en Cuba, México, Estados Unidos, Puerto Rico, Costa Rica, España y otros ámbitos. Asimismo, ha ofrecido conferencias en México y Colombia, y recitales de poesía en diferentes eventos internacionales. Actualmente reside en el sur de la Florida.

Instituto Patmos: lista de ‘regulados’ aumenta en Cuba

El escritor Jorge Olivera continúa en la lista de 'regulados'

La lista de ciudadanos cubanos impedidos de viajar fuera de la Isla por motivos de discriminación política continuó en aumento, indicó esta semana en su blog el Instituto Patmos, que contabilizó hasta 212 personas entre opositores y miembros de la sociedad civil «regulados» por el régimen de La Habana.

En la lista de ciudadanos secuestrados en Cuba figuran artistas, escritores, periodistas independientes y activistas culturales como Henry Constantin Ferreiro, Jorge Olivera, Nancy Alfaya, Camila Acosta, Roberto de Jesús Quiñones, Iván Hernández Carrillo, Victor Manuel Domínguez, Yusimí Rodríguez, Regina Coyula y Juan Antonio Madrazo, entre otros.

Esta lista, apuntó la nota de prensa de Patmos, «sigue siendo apenas un listado parcial que solo muestra la punta de un iceberg de cubanos secuestrados, ya que a esta lista de nombres de activistas de la sociedad civil cubana que han sido constatados hay que añadir otra larga lista desconocida de pueblo integrada por profesionales de diversas especialidades, médicos, deportistas, militares, exmilitares, etc.»

«El Instituto Patmos recepciona la información de cada caso y contribuye en el llenado de datos de cada uno a la Base de Datos (#DiDi) de la organización Civil Right Defenders (@CRDefenders @CRDLatin), con sede en Suecia», indicó la institución, que agradece toda información al email [email protected] «con el fin de compartir en cada oportunidad posible con los organismos internacionales».

A continuación la lista completa compilada:

Acón Sardiñas, María Josefa
Acosta Guillén, Arturo Feliciano
Acosta Peña, Pedro
Acosta Rodríguez, Camila
Aleaga Pesant, Julio
Alfaya Hernández, Nancy
Álvarez Bravo, José Alberto
Álvarez, Julio César
Álvarez Pequeño, Benito
Arango Rodríguez, Isel
Armenteros Vázquez, Yosldán
Ayala Anazco, María de Lourdes
Aveleira Rodríguez, Jorge Luis
Amela Hernández, Omar
Armenteros Vázquez, Yolsdan
Barges Hurtado, Yamilé
Baez Guerrero, Zaqueo
Benítez Rodríguez, María Mercedes
Berrio Sarda, Enix
Biscet, Oscar Elías
Bravo López, Yoel
Boicet Potrillé, Oscar
Broche de la Cruz, Magalis
Burunate Gómez, Caridad María
Burunate Gómez, Regla Rafaela
Cabrera Álvarez, Aimée de las Mercedes
Carreras, Felipe
Carrillo Hernández, Asunción
Castro García, Deyli 
Castro Valentín, Ismael
Carmona Carmona, Niurka
Cervantes García, Jorge
Colas, Ileana
Columbié Grave de Peralta, Dariém
Constantin Ferreiro, Henry 
Cortina Rey, Amarilis
Couto Guzmán, Henry
Coyula Pérez-Puelles, Regina
Cuba Delgado, Sara
Curbelo Aguilera, Yeris
Chaviano Montes, Hildebrando
de la Nuez Ramírez, Juan Alberto
de la Torre Montecino, Tania
Del Sol Alfonso, Adrián
Del Sol Pérez, Guillermo
de Prada Esquivel, Moisés
Díaz Becerra, Onelsys
Díaz Silva, José
Domínguez García, Víctor Manuel
Durán Domínguez, Yilber
Durán, Dulce Amanda
Durán Noa, Yanela
Echevarría Menéndez, Tania 
Engroba González, Irisley
Escobar Pérez, Luzbely
Escobedo Morales, Egberto Angel
Estenoz, Yaudel 
Esquivel Vieyto, Lourdes
Expósito Leyva, Adya
Fania, Andy Luis
Ferrer García, José Daniel
Ferrer, Julio
Fernández Cuenca, Waldo
Fernández Izaguirre, Ricardo
Figueredo Cruz, Yunia
Flores García, Kirenia
Fonseca Viltre, Marelis
Fornaris Ramos, José Antonio
Formigo, Yohana
Fuentes Lemet, Ramón
Fuentes Madán, Claudio
Fumero, Alberto
Galammame, Amado Calixto
García Basulto, Sol 
García Fournier, Niober
Garmendia Murt, Milagros
Gómez Guevara, Carlos Javier
Gómez Manzano, René
González Albernas, Matilde Alejandra 
González Arenas, Boris
González Leiva, Juan Carlos
González Reinoso, Pedro Manuel
González Suárez, Eroises
Gottardi, Emilio
Guerra Alfonso, Cecilia
Guerra, Ernesto
Heredia Morales, Yaquelin
Hernández Cardoso, Iliana 
Hernández Carrillo, Iván
Hernandez de Armas, Carlos Sebastian
Herrera Calvo, Miriam
Hidalgo García, Damaris Mónica
Isaac Reyes, Elsa Licsy
Jiménez Enoa, Abraham
Jiménez Sánchez, Ricardo
Labrada Varona, Maria Cristina 
Ledea Ríos, Ana Rosa
Legrá Pacheco, Abdel 
León Rodríguez, Rafael
León Velázquez, Manuel Alejandro
Linares García, Librado
López Canino, Agustin
López Cortés, Eduardo Ramón
López Mora, Juan Michel
Madrazo Luna, Jacqueline 
Madrazo Luna, Juan Antonio
Manzanet Ortiz, Francisco Luis
Mariño, Yordán
Márquez Frías, Santiago Emilio
Marrero Burunate, Yisabel María
Martín, Aylin
Martín Calderín, Miraida
Martín Valdivia, Roberto
Martínez Vaillant, Alexei
Mariño García, Iris 
Matos Alonso, Michel
Mesa Crespo, Dora Leonor 
Mir Marrero, María Elena
Mojena Hernández, Katherine 
Monteagudo Rivero, Liván
Mora Montalvo, Alexei
Moreno Soto, Dianelis
Moreno Borrego, Juan Manuel
Morales Estrada, José Ernesto
Moya Acosta, Angel Juan
Nápoles, Maricel
Navarro Rodríguez, Félix
Navarro Álvarez, Sayli
Noriega Gutiérrez, Naiviv
Oliva Rivery, Carlos
Oliva Torres, Carlos Amel
Oliva Torres, Ernesto
Olivera, Jorge
Ortiz Ramírez, Eduardo
Palacio Mogar, Fernando Edgardo
Palma Pupo, Eliecer
Peña González, Aimara
Peñalver, Roseling
Pereira Díaz, Ricardo
Pérez Abreu, Zelandia de la Caridad
Pérez Arias, Martha de los Ángeles
Pérez Franco, Leonardo
Pérez González, Alfredo
Pérez González, Ariel 
Pérez Mendoza, Adrián 
Pérez Pérez, Armando Antonio 
Pérez Velázquez, Zuleidys Lisbet
Piñeiro, Michel
Poveda Silva, Isael
Puentes Batista, Alain
Pulido Viera, Jubiel Armando
Pupo Carralero, Rolando
Quiñones Haces, Roberto de Jesús
Quijano Silva, Soraya
Ramírez Álvarez, Osmel
Ramírez, Carlos
Ramírez Méndez, Mario Félix
Ramos Herrería, Leticia 
Rangel Manzano, Francisco 
Remón García, Anay (Ana León)
Reyes, Saimi
Rigal Expósito , Joel
Rigal Expósito, Ruth
Rigal Rodríguez , Ramón
Robert Vera, Jorge Amado
Robert Salazar, Lisandra
Rodríguez Alonso, Leonardo Lino
Rodríguez, Arelis
Rodríguez Arroyo, Yaimel
Rodríguez Becerra, Carlos Raimundo
Rodríguez Camejo, Jorge Enrique
Rodríguez, Charles
Rodríguez García, Leandro
Rodríguez García, Victor Manuel
Rodríguez González, Dalila
Rodríguez, Jorge Enrique 
Rodríguez Legrá, Josué
Rodríguez Lora, Inalkis
Rodríguez, Madelyn
Rodríguez Pentón, María Cristina
Rodríguez Riverol, Jonniel 
Rodríguez Rivero, Mayended
Rodríguez Santiesteban, Alexander
Rodríguez, Yusimí
Rojas Pérez, Dailén
Romero Becerra, Yusleidy
Roque Cabello, Martha Beatriz
Roque, Jimmy
Ruiz Hernández, Iris
Salazar Infante, Ramón
Salazar Pérez, Dayanis
Sánchez Solís, Martha Lissette
Sánchez Perdigón, Yorsi Kelin
Sánchez Zaldívar, Alejandro
San Martín Albistur, Augusto César 
Santana Capdesuñer, Roberto Miguel
Serrano Díaz, Yadira 
Soler  Fernández, Berta
Sosin Martínez, Eileen
Tamayo González, Marthadela
Tavares, Leydis
Toledano Valiente, Alayn
Torres Reyes, Ivan René
Valdés Delgado, Javier
Valdéz, Aida Manuela
Valle Roca, Lázaro Yuri
Valdivia Hernández, Roberto Martín
Vallín Almeida, Wilfredo
Viñas Lazo, Rosalía
Zamora Carmenate, Annia
Zamora García, Adriana
Zerguera Borrell, Raúl Domingo

‘En boca cerrada’: Edición especial con Juan Manuel Cao

Umbrella Art Foundation y la Casa Templo del Arte Cubano en Miami invitan a sus amigos el próximo sábado 23 de noviembre, a partir de las siete de la noche, a participar de una edición especial de ‘En boca cerrada’, espectáculo poético que vienen desarrollando desde abril de este 2019.

Para esta ocasión, el patio bohemio de Miami Beach se viste de gala con la presencia del periodista y escritor cubano Juan Manuel Cao, quien hablará de su libro inédito Casa sin puertas, poemas de amor escritos durante su prisión política. Cao mostrará esta faceta poco conocida de su obra además de regalar al público un recorrido -grosso modo- sobre la poesía carcelaria en Cuba, desde el Periodo Colonial hasta la actualidad.  

El evento también contará con la intervención de los poetas y anfitriones de la casa Nilo Julián González Preval y Ana Olema, junto a la poeta Nuvia Inés Estévez.

Brindis cortesía de Papi Wine y buen ambiente para festejar un Miami alternativo y cultural, entre otras sorpresas. Los interesados deben contactar previamente con las coordinadoras Ana Olema y Alina Guzmán Tamayo en Facebook, pues el espacio es limitado. El evento es por invitación, pero la entrada es gratuita.

Lugar: La Casa del Arte Cubano en Miami

(6971 Indian Creek Dr, Miami Beach, FL 33141)

Día y hora: Sábado 23 de noviembre/ 7.30 – 10.30 p.m.

Umbrella Art Foundation, es un proyecto que se dedica a apoyar artistas de vanguardia de nuestras comunidades en Miami. Persigue crear “una élite cultural en la ciudad y promover arte de alta calidad”. 

Acetato Producciones es un proyecto dedicado a unir a creadores, artistas, e intelectuales. Busca generar espacios de difusión y visibilizar prácticas complejas. También sus integrantes son documentadores visuales de una época, una generación y sus contextos.

Rafael Vilches o la desmesura de las imágenes

Rafael Vlches en el I Festival Vista de Bogotá, Colombia
 

Cuando tuve en mis manos el volumen de poemas titulado Antología de la poesía oral-traumática y cósmica de Rafael Vilches Proenza (selección de Fredo Arias de la Canal: Frente de Afirmación Hispanista, México, 2019), me pareció un título, en cuanto a extensión, desmesurado. Sigo pensando que no hubiera sido necesario abundar en tanto barroquismo y elegir como título alguno de los excelentes versos que contienen los veintisiete poemas elegidos para formar este volumen. Pero ese es un simple criterio subjetivo mío, sin otro apoyo irracional que el del gusto literario.

Entonces, prefiero abundar en los poemas en sí mismos, no todos porque de lo que se trata es de que los amantes de la buena lectura redescubran quién es este autor, capaz de desplegar un excelente lenguaje tropológico («Con las palabras que ama mi padre / puedo cavar un silencio», poema Después que él habla; «Eres el triste / dirán los lectores en los muros, / pero no tengo muros / ni ciudad para soñar esta muerte», poema sin titular).

Llama la atención la valentía que exhiben los diferentes sujetos líricos convocados por este autor, que en todo momento muestran la rebeldía propia del que aspira a otro mundo mejor (poema El ser profundo), a la vez que es capaz de exhibir la ternura por el pequeño sitio donde lo pusieron a nacer sin consultarle («Ese que fui me despide con un mar de fondo, / lo miro titilar a lo lejos azul, el tren avanza raudo, / lágrimas, aguas que reposan / oreadas de salitre; poema Pueblo mío).

Empleo de códigos retóricos, odios y críticas contra enemigos específicos, lenguaje cercano a lo bíblico, audaces imágenes y empleo reiterado de elementos cósmicos para aderezar los textos, se combinan a la perfección con la nostalgia por la niñez, la visualización onírica de la madre y el padre y candentes poemas eróticos, de tal manera que en esta simbiosis sale ganando lo mejor de la poesía.

Aunque con un breve poema no podrán juzgar toda la calidad de la poética de Vilches, creí conveniente dejarles como muestra el titulado Me espanta:

      Me espanta ser un solo,

      he perdido los rumores del mar entrando por tu voz,

      inundaba la casa donde fuimos cuchillada al hastío,

      ya no soy la ciudad, la tarde, las iniciales que marcan,

      aquí, donde me escondo del miedo.

                  (Poema que pertenece a su libro El cielo narrativo)

Otero Alcántara en ‘El show de Truman’

Truman en la película

El artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara, quien ya sido arrestado al menos una docena de veces en lo que va de año, volvió a ser detenido en La Habana, este viernes 15 de noviembre, por la policía política cubana.

“Íbamos al Taller Gorria, saliendo del encuentro de arte independiente en Artista x artista”, cuando fue detenido, refirió en Facebook el también activista independiente, poeta y artista, Amaury Pacheco.

El arresto coincide con una ola de cercos a viviendas e intimidaciones contra la sociedad civil en medio de la visita de los reyes de España a la Isla.

La serie creciente de secuestros express de que ha sido víctima este activo promotor de los derechos civiles en Cuba es ya objeto de denuncia en las redes sociales. «No podemos normalizar las detenciones de Luis Manuel Otero Alcántara. Es una estrategia de desgaste que el poder aplica sobre él y a todas las escalas. Intentan volverlo una costumbre que aburra, la experiencia se recicla para a través de la repetición incesante quebrarlo y quebrarnos…», expresó la activista cultural Claudia Genlui Hidalgo, y añadió:

«Recordemos que vivimos en una ficción donde nos construyen cada segundo de vida, somos parte del Show de Truman… por lo tanto la manipulación forma parte del día a día. Estas detenciones frecuentes, ‘habituales’, forman parte de una estrategia de manipulación para con él y para con todos nosotros».

“No van a conseguir que veamos como algo de rutina el descaro y el abuso que tienen con Luis Manuel Otero Alcántara. Cada vez que lo meten en un calabozo, le ponen un bloque más al propio calabozo de ustedes”, declaró también en Facebook el escritor cubano exiliado Luis Dener. «Lo único que están logrando es fortalecer a un ejército de amigos, ansiosos de libertad, dentro de la isla y en los cinco continentes”.

Yo me quito el sombrero

José Hugo Fernández, Ramón Fernández Larrea y Joaquín Gálvez en La Otra Esquina de las Palabras

 

Antes de viajar por vez primera a Miami, estuve expuesto a ser víctima del bulo que muestra a esta ciudad como terreno yermo para la cultura y otras querencias del espíritu, cuyas manifestaciones, dicen, son punto menos que un hilo de humo en permanente sofoco bajo los apremios de la cotidianidad materialista y de los estándares que impone el dinero.

Ya sabemos que cierta nostalgia mal digerida, por un lado, y el prejuicio y la artera propaganda, por el otro, han creado en torno a Miami una nube de clichés que la envuelven como la estructura gaseosa del planeta Urano, por lo que no son pocos los que tienden a verla como no es, no ya desde Europa o desde Cuba, sino aun desde su propio interior.

Yo fui un afortunado. Tuve el privilegio de librarme de los efectos de ese bulo desde el primer momento en que pisé tierra miamense. Y de qué manera. A través de La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia literaria y artística -singularísima por más de una razón- que dirige el poeta Joaquín Gálvez en el Café Demetrio, de Coral Gables. Si no existieran, como existen, otros enclaves semejantes o parecidos, creo que con éste bastaría para derrumbar el falso tópico que viene negándole a Miami, desde hace tiempo, una meritoria ubicación entre los buenos valedores de la cultura hispana en América. 

Luego de haber sufrido durante un cuarto de siglo, en La Habana, la más implacable censura y marginación institucional, y después de haber perdido hasta la última gota de simpatía hacia las actividades públicas de carácter cultural que se supone (mal) deben interesar a un escritor, mi aterrizaje en La Otra Esquina de las Palabras fue una revelación.

Aquella atmósfera tan particularmente impregnada de energía positiva, donde los escritores se confunden como en familia con sus lectores y con los amantes del arte en general, sin impedimentos para el intercambio libre, franco, espontáneo, tal vez pueda resultar algo común y corriente para quienes nacieron o se acostumbraron a vivir en democracia, pero para mí fue una experiencia insólita, nunca antes vivida en tiempo real.

Aquel encuentro entre personas auténticamente movidas por el placer de la lectura, y además convocadas por la iniciativa independiente, sin el concurso de esas instituciones que pagan para dictar reglas. Aquel espacio donde confraternizan en forma llana escritores con diferentes niveles de éxito, diversas procedencias y distintas generaciones o filosofías existenciales o simpatías políticas. Donde nadie va en busca del vanidoso figurado o de la cofradía sectaria, y si alguien lo intenta, termina fracasando, porque el medio no es propiciador. Aquel punto de encuentro donde no impera otra norma que la del intercambio civilizado, ni prevalece otra regla más que la heterodoxia, no sólo me liberó en principio de percepciones erróneas en torno a Miami, también removió mi tajante rechazo al gregarismo y me llevó a poner en solfa mi apesadumbrada insociabilidad.  

En medio de una etapa de intercambios culturales falsos o condicionados por la camarilla gremial y la coyunda política, yo caí de fly en La Otra Esquina de las Palabras, sin conocer a Gálvez y sin que mis libros fueran conocidos por la mayoría de los asistentes a su tertulia. Sin embargo, la calidez y transparencia con que fui tratado pesarían entre los estímulos que me condujeron a echar el ancla en Miami creo que para siempre.

Se trata de confesiones personales que tal vez carezcan de importancia para el lector de estas páginas. Así es que me disculpo de antemano. Pero sentí que no debía perder la ocasión de airearlas justo en días previos a la celebración del décimo aniversario de La Otra Esquina de las Palabras. Tampoco creo que mi caso sea una excepción, pues entre los grandes aciertos de esa tertulia está el de haber fomentado la divulgación, dentro de la comunidad miamense, de las obras de numerosos escritores que vivieron o todavía viven condenados al ostracismo y a la salvaje persecución por parte del régimen de Cuba.   

Veinte años quizás no sean nada para un tango. Pero la mitad alcanzaron para redondear la rica existencia de este proyecto destinado a abrir brecha y a brillar con luz propia entre los más sobresalientes impulsores del activismo cultural en Miami. Pienso en los poemas que dejó de escribir Gálvez durante los días y meses en que, impelido por su fidelidad a la literatura, debió dedicar su tiempo libre a La Otra Esquina de las Palabras, y, a falta de algo mejor, no puedo menos que quitarme el sombrero ante este poeta del verso y del gesto.  

‘Inquisión roja’, ya en Amazon

El autor de la novela, Rafael Vilches

Algunos dirán que es falsa esta novela. Que las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP) jamás existieron. O que sí, pero que solo eran campamentos de reeducación donde, mediante el trabajo, se reinsertaba a las personas confundidas (sin su permiso) en una sociedad con normas nuevas. Eso de creer en un Dios decadente o que te gusten entes de tu mismo sexo o el rock and roll (esa música de “maricones”) no va con los revolucionarios.

Transitar las páginas de una novela como esta se vuelve un asunto arduo. Caminas con dolor sobre el dolor de cuerpos inútilmente segados por esa otra guerra, esa estúpida e infantiloide borrachera de poder que comenzó para los cubanos en enero de 1959. Los personajes, levantados de sus rutinas a mitad de la noche, procuran sostenerse mediante una esperanza que saben inútil, pero que del mismo modo se niega a abandonarlos. Sus hambres anhelan con idéntica intensidad un cuerpo para amar que un trozo de músculo para sustentarse. Se burlan de todo y de ellos mismos. Y de paso nos cuentan una historia que hoy asusta a los mismos que la escribieron a punta de fusil. ¿Por qué Stalin fue peor que Hitler? Pues porque mientras fundamentalmente el malo de Hitler acabó con extranjeros, el bueno de Stalin fundamentalmente lo hizo con compatriotas suyos. Lo mismo hizo Fidel Castro en Cuba.

Del autor:

Rafael Vilches Proenza (Cuba, 1965). Narrador y poeta. Premio de poesía “Manuel Navarro Luna” en 2004 y 2010 con El único hombre (2005) y País de fondo (2011). Ha publicado la novela Ángeles desamparados (2001 y 2012) y los poemarios Dura silueta, la luna (2003), Trazado en el polvo (2006), Tiro de gracia (2010), Lunaciones (2012), Café amargo (2014) y La luna entre nosotros (2018, premio “Dulce María Loynaz”). Es considerado uno de los poetas fundamentales de su generación en la isla y la diáspora cubana.

De la poesía de Orlando Fondevila

Fondevila junto a María Elena Cruz Varela en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras

 

El mundo aproximado (Aduana Vieja, Valencia, 2011) reúne la poesía del escritor exiliado Orlando Fondevila, fallecido en Miami en 2015. Nacido en 1942 en El Cerro, barrio que en La Habana tiene la llave, consecuentemente este poeta, periodista y editor irreductible nos abre aquí la puerta a un mundo de percepciones, apariciones y deslumbramientos relacionados. Así que del Cerro parten estos descubrimientos incesantes, en los que la naturaleza, el amor y el destierro resultan protagónicos.

“Los doce poemas del paraíso”, la pieza que abre el primer libro y a mi modo de ver la más lograda del conjunto, destaca por la sutil artesanía con que Fondevila consigue metabolizar la denuncia política a nivel poético. “Si estos son los dioses / los profetas/ los porveniristas mascarones/ avisadores de la excelsa balanza/ de la ordenación geométrica/ del amor perfecto/ ¿cuál será la impostura?”, se pregunta. “Nadie sabe cómo/ –nadie es una manera de decir–/ nos hallamos en medio/ de los escombros del Paraíso/ rodeados por sus despojos/ muy abiertos los ojos suplicantes/ cercenados los miembros por la propia obra/ desolados y solos”, añade más adelante. Esta capacidad para colar la denuncia en clave lírica, generalmente tan difícil de cuajar técnica y conceptualmente hablando, recorre de punta a cabo la compilación, y constituye una de sus señas de identidad fundamentales.

Otra es la habilidad con que Fondevila desenmascara las palabras y hace causa con un coloquialismo a menudo romántico, siempre germinal. No hay artificio en El mundo aproximado sino un esfuerzo por, y una intención declarada de, esclarecer las cosas y las circunstancias, las anécdotas y las preguntas. Porque este es un libro repleto de preguntas, ciertamente, estructurado en torno a la incesante curiosidad de su autor.

Dice Raúl Rivero en el prólogo de El mundo aproximado, libro dividido a su vez en cinco libros (“Poesía desde el Paraíso”, “De cosas sagradas”, “Resaca de nadas y silencios”, “Claridades y confusiones” y “Del amor”), que en la escritura de Fondevila va por delante “el pálpito y la temperatura de su vida”. Una ternura recóndita que irriga y enaltece estos versos a ratos proteicos, a ratos lánguidos y humildes. Desde ellos fluye la poesía sin cortapisas, natural como una cascada.

Lanzan campaña #NoMásConsecuencias

Prensa libre. (Ilustración: Rafael Alejandro García)

En momentos en que la sociedad civil y los creadores independientes sufren el aumento de la represión cultural y política en Cuba, el Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC), la Red de Mujeres por la Igualdad (capítulo del Comité Ciudadano por la Integración Racial) y el Partido Autónomo Pinero (PAP) convocan a la Campaña #NoMásConsecuencias.


El objetivo es hacer un llamado de atención sobre la represión que sufren los activistas de derechos humanos y disidentes en Cuba por parte de la dictadura.


La campaña se desarrollará del 11 al 14 de noviembre, coincidiendo con la visita de los reyes de España a Cuba. Consistirá en que cada persona grave un video de un minuto máximo o postee en las redes sociales respondiendo a una de las siguientes preguntas:


1-¿Cuáles son las consecuencias de ser activista de Derechos Humanos en Cuba?


2- ¿De qué manera viola Cuba la Declaración Universal de Derechos Humanos?


3- ¿Qué podemos hacer para luchar contra las violaciones de derechos humanos en Cuba?


4- ¿Por qué es importante defender los derechos humanos en Cuba?


5- Pese a la represión, ¿qué connotación espiritual tiene para usted el ser un defensor de la libertad y los derechos humanos en Cuba?


La respuesta debe estar acompañada del hashtag #NoMásConsecuencias

Carta abierta al gobierno de Cuba

Ramón Rigal y su esposa, Adya Expósito, junto a sus hijos

 

Sumo mi firma y mi malestar al de los siete intelectuales y artistas cubanos (Amir Valle, Alberto Garrido, Yaiset Rodríguez, Yoe Suárez, Carlos Jesús (CJ) Martínez, Sacramento José Acebo, y Antonio Lorenzo), que enviaron recientemente una carta abierta al presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel, y a Raúl Castro, quien dirige el partido que el Gobierno y el Estado de la Isla sigue imponiendo al pueblo, el PCC (Partido Comunista de Cuba).

Apoyo a la familia cristiana de la provincia de Guantánamo, hostigada y cruelmente reprimida por intentar hacerse cargo de la educación de sus hijos. Es mi obligación como ciudadano pedir la libertad para el matrimonio de Ramón Rigal y su esposa, Adya Expósito, a quienes separaron de sus hijos y condenaron en abril de este año. Ellos ufren prisión.

Están en todo su derecho para en libertad escoger la educación que desean para sus hijos. Un matrimonio valiente, valioso, digno de admiración y respeto, como los firmantes de la carta. Algunos de ellos viven en Cuba y aun así se han atrevido a denunciar la represión del Estado contra la sociedad civil, en especial contra los creyentes de denominaciones religiosas protestantes, y contra los periodistas independientes, y a demandar que, entre otras violaciones de los Derechos Humanos, cese la práctica de «regular» (impedir viajar al extranjero) arbitrariamente a quienes les resulten incómodos. Agrego a esa lista negra a intelectuales, artista y escritores independientes.

Todos los disidentes que nos oponemos al régimen, luchamos por el bien de todos los cubanos.

No es justo que padres preocupados por la enseñanza y el bienestar de sus hijos, sean vilmente juzgados y encarcelados.

Pido que en el mundo se levanten voces de justicia para que podamos construir un país mejor para todos. No hay justicia si se hace silencio ante tanta bajeza. No es justo que las personas no se hagan eco del sufrimiento de un pueblo entero.

Libertad para el pastor Ramón Rigal y su esposa, Ayda Expósito.

Yo también, como los firmantes de la carta: Exijo el fin de las agresiones contra la familia Rigal-Expósito, la libertad para escoger la educación que los padres cubanos deseen dar a sus hijos, así como la descentralización de la enseñanza en Cuba a todos los niveles.

El Estado no debe ser dueño exclusivo de la educación. Es un derecho de todas las personas y una responsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado.

Sumo mi firma a las más de 30 mil firmas recabadas por HSDLA a través de la plataforma citizengo.org

Que el Estado respete, garantice y proteja la libertad de pensamiento, conciencia y expresión, y reconozca a los ciudadanos, instituciones no estatales y asociaciones la libertad de prensa.

Como dicen los siete en su carta: Cuba precisa el bien, y para eso la libertad de tanta gente y de ella misma.

Lo creo y firmo.

La culpa del Nobel

Peter Handke, Nobel de Literatura en 2019

 

Por fin la Academia de Estocolmo, después de un año de penitencia y clausura, emitió su veredicto literario. El postergado galardón de 2018 correspondió a la feminista polaca Olga Tokarczuk, y el del corriente al escritor y dramaturgo austriaco Peter Handke. Este último despertó un alud de críticas. 

¿Merecía el premio Peter Handke? Personalmente, no conozco mucho su obra. He visto la puesta en escena cubana de “Insultos al público” que espontáneamente contribuyó a distraerme del autor –como todo ejercicio experimental que además pretenda  “acercar el arte a la vida”, con retraso–. Pero esta ignorancia mía no me coloca en minoría para opinar sobre la pertinencia del premio: multitud de escandalizados inocentes han negado el trofeo sin atender a letra impresa alguna. Las razones del rechazo son conocidas: Peter Handke ha condonado masacres como la de musulmanes en Sarajevo, ha apoyado al genocida serbio Slobodan Milóshevich, también conocido como “El carnicero de los Balcanes”, y hasta lo ha elogiado en su sepelio, cuando sus víctimas aún no habían terminado de llorar a los suyos.

Por principio, ni las opiniones de un autor, ni sus actos, ni el autor mismo, deberían entorpecer la valoración de la obra. Esto exoneraría a Handke de toda depravación pasada para recibir cualquier honor que su trabajo merezca.  Sin embargo, llevar este principio abstracto a la vida que conocemos no es siempre tan fácil. Quizás para admirar la obra de Handke podríamos olvidarnos de sus opiniones y hasta de su persona. Pero distinguirlo a él con el famoso premio Nobel, hacerle usar el 10 de diciembre un divulgado traje, asistir al banquete, leer un discurso frente a celebridades que lo aplaudirán atentamente, es una determinación casi inhumana. Alguien (Slavoj Žižek) ha sugerido que los suecos de hoy comparten en silencio el racismo de Milóshevich y por eso aclaman a Handke. Yo creo que se pueden arriesgar hipótesis más amables con los discretos señores suecos, que ya bastante han tenido. Estas vendrían de observar la dificultad moral del trance en la que se han puesto después de un año de silencio, de suponer detrás del veredicto una discusión atormentada y de adivinar, por fin, un desesperado remedio, dado como despojo a la luz pública para contentarla.

¿Qué mejor estímulo para un escándalo moral que otro escándalo moral de signo contrario? ¿Qué mejor acicate para el desequilibrio que la culpa? De ambas zozobras conoce la Academia en su historia. De la primera es ejemplo el descubrimiento hace dos años de que uno de sus miembros era un depredador sexual –lo cual fue tan grave que postergó la entrega del premio en 2018–. De la segunda, es fama que ese jurado siempre favorece a los autores de izquierda o con una hoja política no muy controversial  –no digo que absolutamente haya sido así, pero ahí está la postergación de Mario Varga Llosa sobre García Márquez sin razón estética que la justificara y, peor aún: para vergüenza del siglo XX, la denegación del Nobel a Borges porque aceptó honores de Pinochet, de lo cual el galardón actual es un espejo estrafalario–.  De este trayecto simbólico, quizás, quisieron redimirse. 

Culpables y avergonzados, entonces, han elegido a una feminista polaca para honrar propiamente (vindicación del abuso) y a un cómplice moral de genocidio (lo cual era exagerar, comparado con Borges) para mostrarse justos. Si una debilidad oculta ha tenido el tribunal de Estocolmo, esta no ha sido, como se dice, el eurocentrismo, el machismo, o incluso el esteticismo, sino el apego irrestricto a la imparcialidad. Los dos registros que la atormentaban no pudieron ser soportados un año más y así lo han resuelto. Triste sería que la obra de Peter Handkle en verdad no mereciera el premio, y entonces hubieran celebrado simplemente a un canalla. Al canalla que buscaban.

Sin 349

Luis Manuel Otero Alcántara, artista y activista independiente

‘Sin 349’ es una serie documental de videos cortos que registra la oposición al Decreto 349 por parte de la comunidad intelectual independiente cubana. El Decreto 349 fue diseñado por el régimen cubano para limitar los derechos culturales y «legalizar» aún más la censura.

En inglés:

‘Sin 349’ is a documentary series of short videos that portrays the Cuban cultural independent comunity oposition’s to the 349 Decree. 349 was designed by the Cuban government to limit cultural rights and make censorship legal.

El video:

Los siete contra Castro: La carta de la que todos hablan

por Lorenzo Reyes

El politólogo norteamericano Gene Sharp es conocido por sus teorías para desarmar una tiranía. From Dictatorship to Democracy es quizá su libro más conocido. Esa especie de manual para el activismo antidictatorial tiene entre sus recomendaciones la lucha pacífica, pues la violenta es, por lo general, mejor conocida por los regímenes antidemocráticos.

Siete intelectuales y artistas cubanos de aquí y de allá, de adentro y de afuera, tratan de hacerlo desde el emplazamiento público: dieron a conocer una carta abierta a Miguel Díaz Canel y a Raúl Castro. ¿Qué piden? Libertad de expresión, de prensa, la liberación del modelo educacional, el fin de la prohibición de salir de Cuba o “regulación” por motivos políticos.

No quiero extenderme explicando la carta y desmenuzándola, pues la adjunto al final de este artículo. Solo deseo expresar mi admiración por estos cubanos que se exponen no en medio de un grupo grande que, como el cardumen, provee más protección y muchas veces sirve para ocultar mejor los entendibles temblores.

Los tres firmantes que viven fuera de la isla saben que aún en la distancia el régimen puede alcanzarlos a través de sus familias todavía en Cuba o, incluso, prohibiéndole a ellos mismos entrar al país. Por otra parte, aquellos que cuatro que viven dentro entienden que sus riesgos son mayores…pero dejemos eso, no le demos ideas a la dictadura.

La lista de firmantes es variopinta. Hay nombres tan destacados como Amir Valle, autor de ese clásico underground Habana Babilonia, valga decir, declarado el mejor libro de no ficción en habla hispana en 2007. Hay nombres tan desconocidos como el de Carlos Jesús (CJ) Martínez, hacedor de un talkshow que circula por El Paquete Semanal –esa plataforma offline cubana- y fundador de un encuentro de música urbana en 2019.

De la maestría de Valle dudan pocos. Martínez, aunque ahora empieza a bruñir su nombre, es un prometedor director y editor audiovisual. 

Completan la lista el narrador, profesor y artista visual tunero Sacramento José Acebo, ganador del Premio nacional de literatura infanto-juvenil El Principito y el Primer accésit del Certamen Internacional González-Waris 2014.

Alberto Garrido, aplaudido por sus libros de narrativa El muro de las lamentaciones (Premio Casa de las Américas 1999) y El círculo de los infieles (Premio Casa de Teatro 2005).

También firmó Yoe Suárez, merecedor de cuanto premio nacional periodístico que se convoque. Del Hypermedia de Reportajes (dos veces consecutivas) hasta el Cubacrón.

El conferencista y psicólogo Antonio Lorenzo, así como la reportera Yaiset Rodríguez, cierran la pasarela de signatarios.

Un ejercicio de este tipo, en medio de un régimen opresivo, es, además de una clara valentía, un acto de bondad con sus conciudadanos. Eso, la bondad, no se ve mucho por estos días.

Carta abierta a Miguel Díaz Canel y a Raúl Castro


Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y Secretario del Partido Comunista, Raúl Castro[1]:

Cuba precisa el bien. Con hijos encarcelados y tanta voz segada no hay oportunidad de construir el país de todos.

El pastor Ramón Rigal y su esposa, Adya Expósito, fueron detenidos en abril de 2019 en la ciudad de Guantánamo por ejercer el derecho (consagrado en el Artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) de dar a sus hijos una educación acorde a sus principios y valores. Ya en 2017 enfrentaron un juicio y fueron condenados a prisión domiciliaria por practicar la enseñanza en el hogar o «homeschooling».

Rigal y Expósito tomaron la decisión cuando su hija mayor, Ruth, volvió de la escuela con dolores en su cuerpo: había recibido una patada en el estómago, y había ocurrido por su fe cristiana. Ante el acoso o “bulling” escolar protegieron a la niña del modo que creyeron correcto, incluso a costa de sus propias libertades.

Por más de dos años la pareja lideró un grupo de nueve familias que sacaron a sus hijos de las escuelas estatales y se sumaron a un programa que incluía materias como matemáticas, gramática e historia, entre otras, mediante la metodología del colegio guatemalteco Hebrom, especializado en educación en el hogar. Tal movimiento espontáneo de la ciudadanía refleja inconformidades y un claro reclamo a diversificar la centralizada educación cubana.  

Una vez cumplida la primera condena, Rigal dijo en un audiovisual de la Asociación de Defensa Legal de Home School (HSDLA, por sus siglas en inglés) que el Gobierno le impidió abandonar Cuba junto a su familia aun cuando los boletos aéreos estaban comprados.

El 19 de abril Ramón Rigal y Adya Expósito, fueron sometidos a un juicio que irrespetó el debido proceso. No tuvieron tiempo suficiente para convocar a un abogado que condujera la defensa en un proceso judicial que arrojó dos años de privación de libertad para él y uno y medio para ella por «actos contra el normal desarrollo del niño, asociación ilícita y asociación para delinquir».

Tras una demorada e infructuosa apelación, Rigal fue sometido sin justificación a régimen de severidad en la cárcel guantanamera donde hoy purga su condena.

EXIGIMOS el fin de las agresiones contra la familia Rigal-Expósito, la libertad para escoger la educación que los padres cubanos deseen para sus hijos, así como la descentralización de la enseñanza en Cuba a todos los niveles. Reconocemos el rol del Estado en el monitoreo de instituciones docentes, pero no como dueño exclusivo de la educación.

Es un derecho de las personas y una responsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado. En ese orden, y no al revés. Los padres están obligados a alimentar a sus hijos, asistirlos en la defensa de sus legítimos intereses y la realización de sus justas aspiraciones, educarlos y formarlos con valores morales, éticos y cívicos, más allá de la pretendida correspondencia con la sociedad socialista.

Si las autoridades no atienden el reclamo de siete intelectuales y artistas, al menos consideren las más de 30 mil firmas recabadas por una petición de HSDLA a través de la plataforma citizengo.org. El Estado debe proteger la familia, la maternidad, la paternidad y el matrimonio; separar a padres de sus hijos no es la mejor manera de cumplir ese deber.

Mientras el calvario de la familia guantanamera se desarrollaba, en julio de 2019 a varios presidentes de denominaciones protestantes cubanas se les prohibía salir del país para asistir a un evento sobre libertad religiosa en Washington. Eran “regulados”, una práctica que limita la libertad de movimiento aplicada, también y por décadas, a activistas, intelectuales, periodistas y una larga lista de actores de la sociedad civil que el Partido Comunista identifica como enemigos sistémicos.

EXIGIMOS el levantamiento de esa medida, violatoria de las libertades individuales, a todos los ciudadanos cubanos a quienes se les aplique por razones políticas. La lista del Instituto Patmos supera ya los 200 “regulados”.

De igual manera DEMANDAMOS la no criminalización del ejercicio periodístico y el activismo social fuera de la égida del Estado, así como las visiones diferentes a las del statu quo sobre el presente y futuro de Cuba. Actitudes como esta llevaron una semana a la cárcel, en julio pasado, al reportero y militante por los derechos religiosos Ricardo Fernández Izaguirre. Esa historia se ha repetido contra varios comunicadores.

El Estado, en la práctica y no solo en la letra, debe respetar, garantizar y proteger la libertad de pensamiento, conciencia y expresión, y reconocer a los ciudadanos, instituciones no estatales y asociaciones la libertad de prensa.

Cuba precisa el bien, y para eso la libertad de tanta gente y de ella misma.

Creemos y firmamos:

Amir Valle

Alberto Garrido

Yaiset Rodríguez

Yoe Suárez

Carlos Jesús (CJ) Martínez

Sacramento José Acebo

Antonio Lorenzo


[1] Las personas tienen derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades, las que están obligadas a tramitarlas en plazo adecuado, dando las respuestas oportunas y pertinentes de conformidad con la ley.

Apretazón, bulla, pachanga y… castrismo

Decía Jorge Mañach que los cubanos, al pensar, tendemos a extendernos y no a profundizar. En Cuba abundan los individuos que atesoran un montón de saberes superfluos, superficiales, incoherentes, como de “enciclopedia de maravillas”, pero al mismo tiempo se nota una completa ausencia de, por una parte, quienes se proponen enfrentar un problema determinado, fijan su atención en él y no cejan hasta obtener una respuesta al mismo con cierto grado de plausibilidad, y por otra la de aquellos a quienes hacerse las preguntas esenciales les resulta una necesidad existencial.

Esta falta de profundidad, y de sistematicidad, es evidentemente un problema de concentración que responde al hecho de que los cubanos vivimos constantemente en la alteración aquella de que hablaba Ortega y Gasset, y rara vez conseguimos ensimismarnos.

Según nuevamente Mañach, el asunto es consecuencia del clima, ya que no se podría filosofar con más de 30º de temperatura. Mas si recordamos que Atenas ha sido históricamente una ciudad con un régimen de temperaturas veraniegas un tanto más ardiente que el de La Habana, nos damos cuenta de que esa no puede ser la razón. Sócrates, en medio de los calores del agosto ateniense, solía reunirse a dialogar con cualquiera sobre asuntos nada superficiales en la plaza del mercado de su ciudad, y por su parte ninguna fuente nos aclara que Platón o Aristóteles escogieran dedicarse a reflexionar, o a escribir, solo en la estación fría y lluviosa.

El asunto en Cuba está, sí, en las temperaturas, pero no en los extremos calores que no llegan a compararse con los cuarenta grados de buena parte del Mediterráneo, sino en que aquí nunca hayamos tenido los fríos suficientes, en alguna época del año, para hacernos encerrar en habitaciones que se prestaran para el ejercicio del ensimismamiento.

En general el paradisiaco medio ambiente cubano original, con sus facilidades para dejarlo vivir a uno a la intemperie, nos evitó la necesidad del encierro, y a la vez su cómoda abundancia nos ahorró la de plantearnos problemas concretos en la lucha por la vida. Porque aquí, hasta entrado el diecinueve, para comer bastaba con estirarse un poco hacia las ramas de un árbol y ya se traía la mano cargada de frutas y de jutías, y para todo lo demás había primero indios y después negros, sobre todo indias y negras, en abundancia.

La facilidad para vivir a la intemperie tendió a no levantar barreras entre nosotros. La cómoda abundancia hizo que los cubanos, ya que no había ningún problema en el que fijar nuestra atención, comenzáramos a buscar más y más la cercanía del vecino para matar el aburrimiento consecuente. O sea, nos llevó más que a no sentir la necesidad de esas barreras a crearnos un persistente sentimiento de rechazo hacia las mismas.

Así, cuando con el tiempo la población urbana aumentó inexorablemente, ya no hubo nada que delimitara nuestras esferas vitales de existencia. Pero también, cuando con la Era Industrial ya la Isla y su medio no pudieron atender a la satisfacción de las nuevas necesidades industriales, y por tanto la vida se convirtió en un problema de subsistencia cotidiana, los cubanos no tardaron en descubrir que en el amontonamiento festivo conseguían adormecer sus sentidos; sobre todo los muy negativos datos que la nueva realidad industrial comenzaba a enviarnos a través de ellos. Por lo que muy pronto todos terminamos amontonados y sudorosos, irremisiblemente muy alterados unos encima de los otros, en La Apretazón, esa bullangera pachanga que ha sido desde siempre la mejor metáfora para la existencia cubana (la última explicación de esta filosofía de vida se encuentra muy bien en cierta canción de nuestra Filósofa Mayor: Laritza Bacallao).

En general hay un grado óptimo de cercanía humana para el ejercicio del ensimismamiento: ni muy lejos, como en nuestros guajiros, especie de Mowglies del Caribe, demasiado perdidos en el paisaje como para poder estar al tanto de lo que dialoga su época, y por lo tanto para tener pensamientos en lugar de su proverbial suspicacia; ni muy cerca, como en el de nuestros habitantes urbanos, que viven todos muy juntos y revueltos, con demasiada bulla alrededor y sin claros espacios hacia los que retirarse al interior de sí mismos. Por ello, si al explorar los espacios interiores del guajiro solo se encontrará un animal silvestre acurrucado en su profunda suspicacia, al indagar en el de nuestro poblano, sobre todo en el habitante del solar, o la cuartería, no se descubrirá más que lugares comunes de dominio público, tópicos, toneladas de prejuicios, un exagerado sentido de pertenencia a su barrio, y nada verdaderamente distintivo, propio, alcanzado gracias al ejercicio de su creatividad, que nos permita diferenciar al indagado de sus vecinos.

Mas no es un problema solo de los de abajo: ese grado óptimo no se alcanzó en Cuba ni tan siquiera por las clases altas. Lo que se nos hace evidente si estudiamos la casa típica de estas clases durante los siglos coloniales en que en general se formó lo esencial de nuestro carácter nacional[i]. De puntal muy alto, superiores a los cuatro metros, las divisiones-fronteras entre las habitaciones personales son tenues, de materiales que aíslan muy poco o nada el paso del sonido. Por demás esas divisiones tienen solo la altura necesaria para evitar ver directamente de la una a la otra al estarse de pie, y por tanto dejan un amplio espacio libre a la circulación del aire, y del ruido o la luz, entre el límite superior de esas “divisiones” y el techo. Lo cual también se repite muchas veces en las divisiones entre las habitaciones personales y los amplios y dominantes espacios de socialización, abiertos no solo a la familia en casas en que las puertas de la calle por lo general no se cerraban más que al anochecer. Sin tampoco dejar de tener en cuenta que dentro de la casa no existen puertas propiamente dichas, sino batientes que no llenan todo el espacio del vano, y que por demás se componen en buena medida de vidrieras opacas a medias.

En general en esas casas señoriales, a resultas de la necesidad de dejar circular el aire en un clima tropical, se vivía ya como en las cuarterías en que habrían de terminar divididas cuando pasaron al uso de las clases bajas, con la mudanza de la aristocracia a Extramuros. Todos, miembros de la familia y esclavos de la servidumbre, juntos y muy revueltos con las continuas visitas que aparecían a cualquier hora sin anunciarse, y que no tenían muchos remilgos en empujar cualquier puerta.

Fueron por tanto el medio ambiente cubano en lo fundamental, y luego la habitación que este nos hizo adoptar, la causa de esta vida nuestra, alterada, pachanguera, en que todos vivimos como en un carnaval, sin respetar los límites del prójimo. En que de hecho los límites de lo íntimo no existen en verdad, y en que rara vez alguien siente tan siquiera la necesidad de “retirarse” a estar a solas consigo mismo. De hecho tener esa necesidad, y expresarla, solo genera en el medio humano que rodea al que pugna por ensimismarse un claro sentimiento de suspicacia, sino de rechazo abierto.

Podemos por lo tanto afirmar que si por algo no se reflexiona en Cuba es porque es virtualmente imposible en un país en que los vecinos viven como si fuera tu privilegio participar de sus vidas íntimas, y viceversa, y por ello no sienten remilgos en hacerte el favor de poner su música en tu dirección, a todo volumen, o escenifican para todo el barrio, más que viven, sus problemas familiares. En que los vecinos que poseen línea de teléfono fijo se hacen de modelos inalámbricos para irse a hablar asuntos muy íntimos y personales al portal, o incluso al medio de la calle. Un país en que los parientes no tienen ningún escrúpulo de empujar la puerta, o levantar la cortina de tu cuarto, sin antes llamar, y no porque ocurra un cataclismo del que es imprescindible darte aviso; en que las bibliotecas públicas o escolares son áreas de cotorreo de las bibliotecarias y de sus innúmeras amigas o parientes sin oficio ni beneficio; en que es muy probable que la comida no te caiga muy bien dada la “música” que han escogido para “ambientártela” en cualquier establecimiento, estatal o privado, no importa; en que en cualquier parque, cuando estás a punto de sentir una epifanía llega un imbécil cualquiera a preguntarte si tienes candela, y tú solo entonces entiendes a tipos como Torquemada y su afición por las chamusquinas humanas… Sin duda, precisamente por todo eso y más es que en Cuba inteligencia y misantropía tienden a ser dos variables directamente proporcionales.

Esa falta de un área personal vital, que el individuo cubano esté determinado a defender con uñas y dientes, es una de las razones de por qué aquí nunca ha llegado a prender con fuerza la democracia, y en consecuencia de la facilidad relativa con que se implantó ese fascio apretador tan nuestro, el castrismo, o de su posterior capacidad para aferrarse a la Isla, por más de sesenta años. Porque sin un área propia a la cual retirarse a decidir sobre su vida, el ser humano ya no es individuo sino parte del rebaño que lo arrastra inexorablemente hacia donde este se mueva. Dirección que no puede ser otra que la escogida por el Pastor en Jefe, quien se ocupa de mantener ese movimiento compacto con la ayuda de los bien alimentados perros de los Órganos de Seguridad del Estado.

El hombre sin límites a su alrededor es alguien que no tiene cómo oponerse a que ciertas entidades, supuestamente superiores a él, se le aproximen sin parar, hasta que más que ocupar su conciencia se transformen en ella. Al terminar ese proceso el tal individuo que alguna vez fue humano se convierte en nada más y nada menos que en una cotorra que repite una y otra vez los pensamientos del Tirano.

Aclaro que esto no es óbice para que la Cotorra viva muy feliz, porque de hecho si de algo se ha ocupado el Tirano es de crear las condiciones idóneas para dejarle al animalito lo que sí no estaba dispuesto a ceder: el perpetuo remeneo de la apretazón en la conga sin fin, ni fines. No cabe más que admitir que el régimen político cubano es entonces el resultado de la transacción entre la Cotorra conguera nuestra y Fidel Castro: la Cotorra ha exigido que se le respete su pachanga metafísica, y a cambio ha estado dispuesta a repetir hasta el cansancio todo lo que a los castristas les interesara particularmente. Que con Fiesta, Pachanga y esa particular filosofía promocionada por la ideóloga del régimen, la compañerita Laritza Bacallao, nuestra  cotorra, ha tenido y tiene lo muy bastante. Porque señores, no se engañen, pensar por uno mismo provoca insomnio, te tira por los suelos la comisura de los labios y le quita a uno el ánimo gozador; y si algo nos jode a los cubanos es perder esto último.

Resulta significativo el que Fidel Castro impulsara fuertes sistemas de educación y salud pública, mientras que en realidad no dedicara un segundo de su ininterrumpida actividad, por el bien del pueblo, a intentar superar el ancestral problema de nuestras  viviendas demasiado gregarias. Lo cual contrasta con su propuesta de crear un hombre nuevo. Porque sin lugar a duda de no solucionarse el amontonamiento cubano nunca se despejaría un espacio vital amplio para el individuo, en que este pudiera llegar a convertirse en persona, para luego alcanzar a ejercer la soberanía nacional como ciudadano de una República, dizque Socialista.

Mas el caso es que el interés de Fidel Castro no era el de formar ciudadanos, ni mucho menos hacer República; sino hormigas -en este caso hormigas locas- y hormigueros, controlados subconscientemente por el Hormigón en Jefe, que así podía quedarse con la tal soberanía nacional solo para él. No era algo tan irrealizable, adivinó muy pronto, ya que para quedarse con ella solo tendría que mantener a los cubanos en su ancestral cachito bullanguero de mundo; o sea, evitar que alrededor de los cubanos nuevos se excretara un espacio vital íntimo de existencia.

De hecho a ese tal hombre nuevo el plan era crearlo en la escuela nueva, unos campamentos en que cientos de niños y jóvenes vivirían en edificios en medio del campo, dedicados al trabajo agrícola, y a la aprensión de conocimientos, que no al estudio. Porque resulta evidente que para poder hacer esto último se requiere de una mente aislada que reflexione por sí misma, algo que muy poco probablemente podrá darse en medio de un albergue en que conviven apiñados decenas y decenas de adolescentes. A no ser, claro, en esas rarísimas excepciones que siempre aparecen, y cuya vida allí no podrá ser más que un calvario, por su “extrañeza”, el peor pecado humano para el hombre amontonado cubano.

En general, y con toda intención, al asunto de la vivienda y la apretazón vital el Comandante le tiró con la mano izquierda. Así, salvo las múltiples comunidades de jrushchovinas que se levantaron para sacar a los guajiros de su ancestral aislamiento, y por tanto para eliminar a esa subcultura cubana poco asimilable en sí misma para los planes rebañísticos del castrismo, este régimen no se ocupó en verdad de los graves problemas de la vivienda popular. Y cuando lo hizo, como en este caso, fue para embutir a los agraciados en esas edificaciones, típicamente soviéticas, en que en el trópico los humanos solo pueden vivir como las aves de cualquier abarrotada colonia en los huecos de un acantilado costero. Con lo que así consiguió extender la cultura de la Apretazón y los estados alterados de la ciudad al campo.

Otro rasgo que demuestra lo dicho es el uso que se le terminó por dar a las viviendas de las clases que bajo influencias foráneas, o gracias a ciertos avances tecnológicos (ventiladores, aires acondicionados, altura de la edificación, por tanto más abierta a las brisas cubanas y alejada a su vez del calor del pavimento y también de nuestra omnipresente bulla), desde fines de la Colonia habían comenzado a construirse una habitación más propia para conservarse un amplio espacio íntimo. Estas viviendas, cuando estas clases comprobaron que la Pachanga Revolucionaria tendía más que a desaparecer con el tiempo, a convertirse en filosofía de vida oficial del régimen,  y por lo tanto emigraron, fueron destinadas solo a la élite política. O a ciertos especialistas que les eran muy necesarios, muy destacadamente a la intelectualidad dedicada a crear una falsa imagen de la vida cubana destinada a las intelectualidades de izquierdas en Occidente. (Por favor, si no me cree averigüe dónde viven los personajes principales del programa televisivo La Pupila Asombrada.)

Mas como no eran pocas esas viviendas, ya que la clase que caminaba a bajarle el volumen a la pachanga y la bulla se había extendido durante los últimos veinte años de República, la gran mayoría de ellas se optó por destinarlas a oficinas, o a escuelas, o a policlínicos, o a bullangueras bibliotecas públicas. Todo menos a intentar sacar de la gran Cuartería Nacional a las clases que, por el contrario de las mencionadas, no habían descubierto todavía ningún motivo para no encontrarse a sus anchas con la apretazón y el espíritu conguero.

Porque en un final el proyecto castrista no se limitaba únicamente a la escuela nueva, sino que pretendía que los individuos formados en ella continuaran viviendo como hasta allí, amontonados y privados de un área íntima real. Así, tras unos esperanzadores primeros años en que el régimen aparentó querer ir en dirección contraria, muy pronto el compañero Fidel comprendió que sí, a Santa Camila y sus chulos se los podría convertir en empleados de la gran Botella Nacional, ese pleno empleo pero sin objeto real de trabajo que no tardó en imponerse bajo el castrismo, pero que por el contrario mejor se los mantenía viviendo apiñados en su solarcito de La Habana Vieja. Fue por entonces, 1965 más o menos, que los cubanos le perdieron el rumbo a Pastorita Núñez. Quien, por cierto, prefirió ir a pasar su vejez en Santovenia, una íntima institución de la Iglesia, que en cualquiera de los barracones de esclavos que en Cuba pasan por asilos de ancianos.

Muestra de lo dicho es que tras volver de una visita a Corea del Norte, a fines de los ochentas, Fidel Castro explicó como nunca antes, o después, en que consistía su verdadera aspiración en estos temas de la vivienda. De la cual, por cierto, Alamar ya daba buena cuenta desde algo antes.

En su discurso correspondiente se le escapa de cuando en cuando su fastidio porque alguien no nos hubiera reducido a ruinas a La Habana, a la manera en que los B-29 americanos lo habían hecho antes con Pyongyang. De haber ocurrido así, reflexionaba, se podría haberla reconstruido a la manera de aquella ciudad coreana. En que según él la determinan los diferentes conjuntos de jrushchovinas que se amontonan alrededor de un punto central, donde los individuos que allí viven pueden encontrar todo lo que se les suministra normado para vivir, y desde donde, además, aunque esto no lo dice él, son vigilados por todo el cuadro administrativo-represivo del régimen. O sea, la aspiración del compañero Fidel era educar a la sociedad cubana en campos de trabajo y memorización, las escuelas nuevas mencionadas, para a su llegada a la adultez trasladar a sus súbditos a vivir en prisiones panópticas. Prisiones sin duda, ya que el objetivo de esa concentración de servicios bajo la torre central de vigilancia es dejarle muy pocos motivos al habitante de esas comunidades para alejarse de ellas; salvo para ir a trabajar, si es que no se ha podido conseguir un empleo precisamente allí, en el núcleo central.

Por cierto, exteriorizaciones de este deseo de tenernos muy controlados, sin alejarnos de nuestro punto de nacimiento, renacen en los discursos postreros del Comandante, cuando se queja de los muchos viajes por gusto que hacíamos los cubanos en la década de los ochentas. Últimos años en que en Cuba existió un sistema de transporte público. Así, cuando la abundancia relativa de la relación con Venezuela permitía reponerlo en cierta medida, Fidel Castro prefirió crear universidades y editoriales municipales, montar hospitales a este nivel mejor equipados que otros muchos provinciales, y en general se propuso crear una cierta autonomía municipal que no le diera justificaciones plausibles al cubano para verse obligado a moverse muy lejos de su precaria casa en el hormiguero correspondiente.

Cabe aclarar que esta autonomización del municipio corre en paralelo con una vuelta de tuerca más en la recentralización de un estado, el castrista, que siempre ha sido muy central y vertical; y que por otra parte son estos también los años en que nuestros segurosos comienzan a recibir motos Suzuki chinas para desplazarse, ya que se suponía que su trabajo de atención comenzaría a ser principalmente solo local.

El proyecto de norcoreanizar del Comandante, por cierto, nunca se realizó no tanto porque nadie no nos hubiera hecho el favor de convertirnos en ruinas al país, que de todas maneras esa ha sido siempre la tendencia natural del castrismo, y por otra parte, muy bien sabemos que sin argumentos contrarios que valieran, si a Fidel Castro se le hubiera metido en la cabeza desbaratarlo todo de una buena vez habría encargado cinco millares de buldóceres para echar abajo no ya La Habana, sino el país. El asunto estaba en que el Comandante estaba muy claro de sobre qué transacción con la cultura del país se sostenía su gobierno, por lo que prefirió no menearlo. Total, si aquí no hacía falta mantener esa vigilancia continua que parece era la única forma de controlar a los desabridos coreanos, o a cualquiera de esos otros pueblos tristes que solo encuentran en las insurrecciones populares lo que los cubanos ya tenemos bastante en nuestra vida normal: bulla, excitación, apeñuscamiento. Por el contrario, con dejar vivir a los cubanos en su ancestral apretazón ya bastaba para mantenerlos bastante contentos y alterados, y por lo tanto con pocas posibilidades de ensimismarse, ese peligroso estado que entre los súbditos solo augura problemas para sus tiranos.

Podrán algunos replicar que el esfuerzo educativo y la actual lucha contra la banalidad cultural, demuestran que contrario a lo aquí sostenido el castrismo sí intentó, y aún intenta, cambiar la matriz cultural alterada de la cubanidad.

Sin embargo, el análisis de algunas de esas acciones demuestra claramente lo contrario. No cabe duda, por ejemplo, de que si por un lado se promueve la alfabetización universal, y por el otro se establece un férreo control sobre lo que el ciudadano puede leer, el objetivo no era crear ciudadanos conscientes, capaces de formarse un criterio propio y en base a él consensuar con sus conciudadanos las decisiones generales en el ejercicio de la plena soberanía nacional, sino hacerse con un medio de comunicación más, la lectura, para manipular con mayor eficiencia a la opinión pública por una élite que se ha reservado para sí el ejercicio de esa soberanía nacional. Esto fue precisamente lo que se hizo en Cuba, y por lo tanto no puede afirmarse que la alfabetización universal tuviera como objetivo ampliar la base cultural del cubano. Su intención solo era tenerlo más controlado.

Otro ejemplo lo es la actual política de enfrentamiento a la banalidad cultural, defendida por una élite de comisarios culturales que no puede ser más banal y simplista en sus argumentos. En realidad el tal enfrentamiento, concretado en el Decreto 349, solo ha servido hasta ahora para reprimir, de forma aparentemente legal, y hasta legítima para una parte de la población preocupada por el fenómeno de la banalización, a los creadores que pretendemos mantenernos independientes de las instituciones culturales del régimen. Para impedir nuestros esfuerzos por asociarnos o de divulgar nuestra obra hacia el resto de la sociedad. Lo cual ocurre mientras el reggaetón campea por sus respetos no solo en los guetos en que han terminado en convertirse los barrios cubanos, con el beneplácito silencioso de un régimen que sabe que de la alteración consecuente a tal forma cultural nunca podrán venirle amenazas de grupos organizados y con un discurso capaz de resistir sus ataques[ii]. Mientras en general ese género musical se oye incluso en escuelas, centros de trabajo, o en cualquier fiestecita particular de los miembros del cuadro administrativo castrista.

Más allá de cualquier visión superficial de la realidad cubana, resulta incuestionable que ni la educación, ni la cultura, salvo a resultas de los esfuerzos aislados de muchos que han actuado a contrapelo de las verdaderas intenciones del castrismo, ha servido para sacar al cubano de su estado alterado constitutivo, y para convertirlo en ese ciudadano consciente, ensimismado cuando hace falta, imprescindible con su participación a todo proyecto social que merezca ser calificado de progresista. Por el contrario, la educación censurada, memorística, en que poco o nada se hace por encender el criterio propio en el educando, o la cultura promovida por las instituciones estatales del brincoteo, de la creación literaria en talleres, del cine con productores del MININT, de las formas carnavalescas, de lo populachero, nos habla a las claras de la verdadera naturaleza, profundamente conservadora, incluso retrógrada, de ese proceso social llamado castrismo.

Resumiendo, compañeros, que mis vecinos han quitado la música y voy a aprovechar para ensimismarme un rato: El castrismo se ocupó de dar servicios asistencialistas al tipo cubano ya existente, como cierta cantidad de productos básicos normados, o salud pública, pero no de intentar crear las condiciones necesarias para que el despreocupado y poco reflexivo cubano se transformara en un ciudadano consciente y muy activo. Más bien ha intentado impedirlo de manera consciente al mantenerlo sometido a las condiciones de demasiada cercanía que el mismo cubano se creó al evolucionar en el medio cubano prístino.


[i] El cubano, por lo menos el que permaneció en la Isla a posteriori de 1959, y buena parte de los que se largaron pero después de 1978, ya era en un 96% lo que es hoy para enero de 1898, cuando los últimos soldados españoles abandonaron Cuba.

[ii] Los reguetoneros, con todo y su aparente guapería, son los representantes de nuestra “cultura” más “apolíticos” de nuestra historia. Anda por ahí la historia de las diarreas que al Chacal le produjo la visita del compañero asignado a atenderlo, las cuales solo se le curaron tras semanas de bismuto mañana y tarde.


 

Luciérnaga en el páramo

Félix Luis Viera

 

Compadezco a los críticos literarios. Sobre todo cuando los imagino leyendo libros que no les gustan para poder despedazarlos en toda regla, o con la apremiante encomienda de hallar algún detalle que les permita elogiarlos. Nosotros, los meros lectores que además escribimos libros, nos damos el gusto de leer únicamente lo que nos plazca, salvo excepciones, que seguro las habrá, porque hay de todo en este valle de extrañezas. Nos resbalan los famosos, los súper premiados, los súper antologizados, los súper reseñados, así como cualquier súper compromiso que arrastre a dispararnos un libro que no nos enganche desde las primeras páginas, aunque quien lo escribió fuese un amigo, un pariente, un compatriota o algún vate de nuestra generación, en caso de que creamos en esa entelequia de las generaciones. Yo en particular no creo. Ni siquiera sé en qué generación encajo, porque no me importa. Me importa sólo la literatura (la que me gusta) como sustento primordial del espíritu y como irremplazable fuente de satisfacciones.

Impulsado por tales principios (que tampoco son rígidos, igual que los de Groucho Marx) es que he sentido la necesidad de disculparme públicamente con el notable escritor cubano Félix Luis Viera por no haber leído hasta hoy su novela El corazón del rey, que fue publicada en el año 2010. Aunque tal vez más que con él, tendría que disculparme ante mí mismo, puesto que el autor ya hizo lo suyo sin mi concurso; en cambio, yo estaba perdiendo la oportunidad de paladear una auténtica joya de la literatura.

Luego, para falta mayor, ni siquiera puedo esgrimir la justificación de que no tenía noticias sobre la relevancia de este escritor, toda vez que en su momento había leído y disfrutado a plenitud otra contundente novela suya, Un ciervo herido. Pero así son las cosas dentro del contrahecho mundillo de la literatura cubana, tan enrarecido por el distanciamiento físico, cultural, político entre los autores, tan lastrado por el provincianismo de aldea en permanente cuarentena y tan mediatizado por la piña y el compadreo.

El corazón del rey es uno de esos libros que cualquier crítico con ganas de ser justo podría incluir en la lista de clásicos modernos. Allá ellos si no lo hacen. Para mi gusto personal, es un portento de la literatura, no de la cubana sino de la literatura en general. No lo comparo con Tres tristes tigres porque no son iguales. Se trata de dos grandes novelas que, por más curioso que parezca, se conectan justo por aquello que mejor distingue a cada una de ellas pero que no es lo mismo en ambos casos. Si bien se mira, el intento de compararla con Tres tristes tigres condiciona inconvenientes para El corazón del rey, pues siempre el modelo será la otra. Y creo que las dos van a la par. Entonces, en vez de confrontarlas, yo prefiero pensar que con sus obras, Cabrera Infante y Viera, cada cual a su modo, exploraron por igual nuevos caminos para la novela cubana, a la vez que expandían los límites del lenguaje literario y dejaban  trascendental recreación de un tiempo y un espacio históricos mediante universos estéticos muy propios.

Menos pertinente aún me parece la tentativa de parangonarla con La consagración de la primavera, ya que la novela de Viera es superior a la de Carpentier, para mi gusto personal, desde luego. Pero, además, ¿por qué tendríamos que establecer comparaciones únicamente con novelas cubanas? ¿Acaso no estamos ante una obra que admite –por no decir que reclama– ser comparada con las de otros grandes contemporáneos de la literatura universal, pongamos Don DeLillo o John Banville o Javier Marías o Mircea Cartarescu?

Pero también me paso ante esa clase de cotejos. Otra ventaja de los meros lectores es que no necesitamos más canon que el de nuestros gustos privados. Así que al menos para el caso no considero útil desgastarme en teorizaciones. Lo que en realidad me vale es el privilegio de este feliz aunque tardío encuentro con El corazón del rey, novela absorbente y deleitable como ya no se ven, generadora incluso de buenas vibraciones. Un artefacto mágico que alumbra hacia atrás, como las luciérnagas, alterando con su resplandor la modorra de páramo oscuro que ha perfilado en décadas nuestro quehacer narrativo.

Viera no sólo es un escritor extraordinario. También es un estilista de aguzado bisturí. Nuestro idioma, incluido el infaltable argot popular, alcanza un brillo y un ritmo en esta novela para los que no identifico similares sino entre los maestros de la lengua. Palabras, frases, expresiones que son como torpedos, dirigidas sin la menor floritura hacia el eje de la narración, engranando sus hilos emotivos de un modo en que no queda descuidado ni el más mínimo detalle. La estructura es tan precisa y dúctil como la prosa misma. Su diafanidad estimula el goce de la lectura al tiempo que solidifica los resortes que propician ese goce. Es el trabajo de un narrador pura raza, que se gasta el lujo de no presentarle dificultades al lector sin dejar por ello de ser sumamente creador, original, sugestivo.

En El corazón del rey no he descubierto ni un leve indicio de que el autor se planteó como tarea la búsqueda de la cubanía o la cubanidad o como quieran llamarle. Tal vez porque empezó por encontrarla. Es sustancia intrínseca de su personalidad. Lo cual, unido a una sólida cultura, le permite insertar naturalmente nuestros asuntos locales en la dinámica del universo. Si uno de los primeros aciertos del escritor consiste en hacerse de un estilo, desplegando el potencial de su imaginación a partir de experiencias más y menos concretas, Viera, que ya poseía su estilo desde antes, consiguió aproximarlo a los límites de la perfección en esta novela, donde describe las correrías de un cuasi poeta, cuasi renegado político, cuasi vago, cuasi nihilista y jodedor cubano, que anda y desanda su ciudad natal, Santa Clara, contando a golpe de un realismo decantado, preciso (que a veces recuerda a Chejov, por aquello de deslizar entre líneas mucho más de lo que narra), los avatares individuales y los del conjunto que le rodea, junto a los de una ciudad, capital de provincia, que puja por mantenerse en pie bajo los primeros azotes del ciclón fidelista, lo que es decir en época de auge para una revolución devastadora.

Santa Clara, con la peculiar atmósfera de esos días en los que parece crecer para abajo, es la gran protagonista de la novela. Posiblemente no haya otra ciudad de Cuba, incluida La Habana, que haya sido tratada y retratada con mayor fuerza plástico-descriptiva, pero permitiendo a la vez que se filtren las más entrañables subjetividades artísticas. Es la Dublín de Viera. Sus calles, barrios, parques, bares, suburbios, son recintos de un espacio real que deviene jugoso entramado de ficción. Si el tratamiento de lo material es más constante que el de lo subjetivo en esta novela debe ser sólo porque la materialidad de la cual nos da cuenta el autor está permeada hasta los huesos por lo inverosímil. Creo que fue Cortázar quien sostuvo que el verdadero realismo exige del novelista la búsqueda de nuevas formas para expresar mejor la realidad. No está mal. Sólo le quedó por definir qué es la realidad según cada cual, o todavía mejor, qué diablos es la realidad. 

Los temas que marcan el argumento de El corazón del rey son también los clásicos: amor, desamor, amistad, pasiones políticas o existenciales, traición, muerte, erotismo… El trazado de los personajes es otra nota alta. En ellos se recrean los caracteres y la psicología de gente común que, no obstante, adquiere especial relevancia ante nosotros, debido a la sutil maestría -y a la gracia- con que Viera ahonda en sus brevedades humanas. Robertón, la Samaritana, Magali, Benito de Palermo… Más que personajes, son personas a las que nos parece conocer de tú a tú. Así de vívidamente nos entran por los ojos.

Una alusión particular merece –para mi gusto- Robertón Pérez, simpatiquísimo habitante de los márgenes de la ley y de todos los márgenes. Este personaje encarna con excelencia a cierto espécimen de perdedor cubano que se cree ganador, sobre todo por la estrechez de horizontes que implica vivir en un entorno físicamente reducido y mediocre. Pícaro e ingenuo a la vez, complejo y simple, habilidoso y torpe, encantador a tiempo completo y repudiable en ocasiones, agudo y cerril, pero con una inteligencia innata y una sensibilidad que le distinguen, aunque no demuestre tener plena conciencia de ello. Para que no le falte nada, Robertón Pérez es un lector con preferencias loables (suele llevar a mano una novela de Faulkner). Y es escritor sin libros pero con garbo y tino.

Con frecuencia este personaje le entrega al protagonista-narrador de la novela algunas de las reflexiones que anota cuidadosamente, tal vez con la intención de conformar un libro. Son apuntes deliciosos, al estilo de: “El fútbol es la novela rosa del deporte…” “¿Qué sentirá una mujer al tocar la cabeza de un calvo? Es decir, algo tan dulce como esa caricia en el cabello, es una posibilidad para nunca jamás…”. “Es común que la gente compare a una mujer bella con una muñeca. Es una muñeca, dicen. Mi pregunta: ¿alguien ha visto a alguna muñeca bella? No lo creo. Son horribles. Imposturas malparidas de niñas para que jueguen las niñas”… Se trata de cavilaciones que bien podrían alinear entre las de Sancho Panza y las del don Pablos de Quevedo, pero que contienen más de un ingrediente con los que Viera les otorga incontrovertible singularidad.

Una ventaja más para los de mi grupo, el de los meros lectores, es que no tenemos que resignarnos a esperar que en algún momento alguien decida colocar El corazón del rey en los vértices del canon. No albergo la menor duda de que así ocurrirá, pero, por si acaso, celebro haber podido adelantarme, situándola con mi lectura –y relecturas por venir– en la cúspide de mi canon privado. Igual supongo que el mayor premio de Viera sea haberla escrito. Así que en su caso, tanto como en el mío, lo demás será siempre lo de menos.

Reseña incluida en el número 14 de Puente de Letras

Un escritor no es un ingeniero

 

En 1975 tuvo lugar en Madrid el Congreso de Literatura Iberoamericana. Asistí, melancólicamente dispuesto a aburrirme como un enano. Y lo logré. Oír hablar de literatura puede ser muy ameno en una tertulia de café, pero letárgico en una sala universitaria. En el café impera una amable camaradería y el comentario no pretende ser otra cosa que superficial. Pero ocurre que lo valioso de la literatura es precisamente lo superficial. Lo que está escrito ahí y yo leo u oigo y me entero. La «estructura profunda» –por emplear la jerga de los gramáticos de turno– importa un bledo.

Cuando la crítica literaria dejó de ser un alegre chismorreo se echó a perder. La convirtieron en «ciencia». Con unos métodos muy sesudos, unos señores respetables se escribían un tomo de seiscientas páginas sobre la estructura de un soneto de Petrarca. Al estructuralismo se deben algunos de los libros más soporíferos de la historia de la imprenta. ¿Ha visto el lector «un análisis tagmémico» de alguna obra literaria? Si lo ve, huya despavorido. Es algo horroroso. Un crimen de lesa diversión.

¿Por qué se ha perpetrado el estructuralismo y afines en la crítica literaria? Porque existe en los medios académicos la maldita tendencia a sistematizarlo todo. La literatura no es ciencia. Un escritor no es un ingeniero y es absurdo reducir a esquemas el producto de su trabajo. La literatura sólo sirve para ser leída y para brindar diversión. Por diversión entiendo desde admiración ante el ingenio cerebral de un Quevedo hasta cólera ante los apasionados alegatos de un Solzhenitsyn. Diversión es todo el abanico de respuestas anímicas al estímulo literario. De niño me parecía estúpido que me pusieran a contarle las sílabas a los sonetos, y de universitario ratifiqué la misma sensación.

Ese «saber» es inútil, gratuito y absolutamente intrascendente. Un oficio de bizantinos.

No obstante, como dicen los gringos, el show must go on. El bendito Congreso de 1975 se repitió mil veces y con éxito parecido. Con gran seriedad, un señor muy serio y muy calvo volvió a tomar una tiza y explicó con numeritos, rayas y llaves lo que Cervantes dijo en su novela. Me imagino que el buen manco se quedaría estupefacto ante el alucinante pizarrón.

La versión original de este texto apareció en el libro ‘De la literatura considerada como una forma de urticaria’ (1980)

Dos libros de Gayol Mecías, la presentación

En palabras de Roberto Alvarez Quiñones:

«Cuando se menciona el año 1959, cualquier cubano, esté donde esté, para las orejas. No importa si es viejo y como yo vivió en directo aquel día de Año Nuevo inicialmente fulgurante que luego devino cataclismo social, o si es un jovencito.

«Darnos la mano para planear con vista de águila sobre el cómo y el por qué ocurrió el asombroso viaje cubano a la Edad Media es lo que hace Gayol en esta entrega, 1959, Cuba: el ser diverso y la isla imaginada. Pero no es un vistazo más. Se lanza al terreno tabú de las características del cubano mismo, a desentrañar el ADN social de la cubanía. Y digo tabú porque casi nunca eso se ventila en público, o si lo hacemos por lo general luego de reconocer defectos terminamos por elogiarnos. Uno de nuestros defectos es que tendemos a valorarnos por encima de lo que somos.

«Por ejemplo, en materia política los cubanos no somos nada buenos. En los 57 años de república antes del castrismo tuvimos 32 de democracia (ocho presidentes elegidos en las urnas), 22 años de dictaduras populistas, y tres años de una intervención militar de tres años de EE.UU. (1906-1909) que fue pedida insistentemente al presidente Teodore Roosevelt por su colega cubano, Estrada Palma, porque luego de cumplir su mandato de 4 años quiso seguir en el Palacio Presidencial y se sublevaron los políticos opositores en la llamada Guerrita de Agosto.

«En este libro Gayol llega a la conclusión de que la tragedia (de casi 61 años) ocurrida en Cuba tiene que ver con esa tendencia a la sobrevaloración del cubano por sí mismo y a imaginarse lo que es y lo que no es, cosa que le permitió a Fidel Castro presentarse como el héroe que en verdad nunca fue, e hipnotizar y arrastrar tras sí a millones cual versión caribeña del Flautista de Hamelin».


Palabras en el lanzamiento de los dos más recientes libros del escritor Manuel Gayol Mecías. Para leer la presentación completa, clic aquí

¿De qué va esto?

 

¿Quién votó por los últimos presidentes que han subyugado a Cuba desde 1959 a la fecha, hasta desangrarla?

¿Quién les dio ese voto para decidir por los hijos de esta nación?

¿Quién les permite hacer dejadez de los cubanos que viven fuera de la Isla?

¿Con qué derecho hacen que algunos tengan que irse obligados al exilio y otros no puedan regresar a la patria después que salen?

El régimen imperante prohíbe la libertad de expresión y para ello persigue y atemoriza a artistas, escritores, reporteros, periodistas independientes, luchadores de los derechos humanos. ¿Su delito? Haber tirado la venda, disentir, oponerse a las arbitrariedades del régimen, enfrentarlo a cara descubierta.

Por dejar de creer en un partido que lo monopoliza todo, hasta el pensamiento, somos un  grupo reprimido por los compañeros que nos atienden. Nos dejan sin trabajo, no podemos hacer exposiciones, presentaciones, lecturas públicas. Nuestras obras son descaradamente sacadas de concursos, de las editoriales nacionales. Las galerías, las plazas, permanecen vetadas para nosotros.

En Cuba, la policía política (S.E) hace lo imposible para que los artistas y escritores independientes no existamos como seres sociales, para seamos nada, nadie. Desde 1959 pretenden asfixiar nuestras voces, la obra colectiva e individual, de quienes disentimos y nos oponemos a la barbarie del sistema, pero se les ha hecho difícil. Cada minuto se unen más artistas y escritores a las filas del pensamiento, al quehacer en libertad. Pobres de quienes rinden pleitesía al poder, el tiempo se encargará de ponerlos en su justo lugar.

¿Quién le dio derecho a los comunistas a decidir por el pueblo qué es bueno, qué es malo, qué se puede hacer y qué no?

Un país donde el periodismo que se ejerce es generalmente de pacotilla, de verdades a medias y mentiras ocultas, no puede ser un país digno, mucho menos feliz. Para el periodismo cubano el resto del mundo está muy jodido y Cuba es la tacita de oro que un loco mesiánico nos hizo creer iba hacer algún día. Que todas las vacas darían más de 100 litros de leche diarios como la atormentada “Ubre Blanca”, que en paz descanse si Dios quiere. Esta es la meca de la felicidad, según los periodistas del régimen.

Los artistas y escritores no somos los únicos en saber que en un país comunista el  pueblo en su totalidad es propiedad exclusiva del Estado.  Cuba es un gran campo de concentración rodeado por mar, la “finca de los Castro”, no importa quién esté calentando la silla presidencial. Aquí si eres artista, intelectual, escritor independiente, si disientes de los desmanes estatales, sabes que a todas partes que vayas te acompaña el ojo delator e incriminatorio del Gran Hermano. Te levantas y no puedes pensar en el poema, el capítulo de novela que dejaste inconcluso al acostarte. No. Tienes que salir a la calle a ver si hay pollo, aceite, vianda, rasparte una cola de horas para tratar de agenciarte un producto que le permita a los tuyos palear el hambre y el mal comer del día.

Ahora quisiera escribir sobre el libro que acaba de publicar Carlos Esquivel, en Miami, Diez cuentos que estremecieron a Cuba, sobre La eternidad no basta para todos, libro que publica la editorial de la esquina, poemario con más de cien sonetos de Toni Borrego, quien ahora mismo se recupera en el hospital provincial, donde aún se debate entre la vida y la muerte. Comentar sobre el premio Frank Kafka ganado en la última edición por mi amigo José Alberto Velázquez con su libro Cierra los ojos, no respires, o el premio del poeta Frank Castell, pero para qué, somos escritores de provincia que vamos pasando con muchas penas pero sin pocas glorias por el recinto literario nacional.

La ola represiva, las detenciones arbitrarias contra  artistas, escritores independientes en Cuba, es  feroz, encarnizada por parte de la Seguridad del Estado.

En Cuba la represión contra disidentes, opositores, artistas y escritores independientes no se detiene un segundo, es un tsunami de rabia contra los resueltos a pensar y levantar la voz en contra de las injusticia de un gobierno totalitario. Sus palabras suenan disonantes dentro de una pretendida uniformidad intelectual cacareada por el gobierno, es este último grupo un coro obligado a mentir por miedo.

Por solo citar algunos a los que la maldición comunista ha alcanzado: Ángel Santiesteban, Jorge Olivera, Jorge Ángel Pérez, Víctor Manuel Domínguez, Tania Bruguera, Maribel Feliú, Ghabriel Pérez, Henry Constantín, Rafael Almanza, Guillermo Fariñas, Roberto Jesús Quiñones Haces, José Gabriel Barrenechea, Luis Cino… Los más renombrados, pero estos soñadores no son los únicos perseguidos. 

Escritores y artistas independientes no contamos para el movimiento cultural del país, somos los apestados. También lo son quienes conforman el mapa de la Cuba intelectual, dispersa por el mundo.

El cambio de presidencia en la Isla es solo una payasada de la cúpula que ocupa los puestos en el poder. Solo teatro, puro cuento. Un monigote al que otro tira de los hilos. Un fraude electoral. Lo sabemos, y la mayoría hace mutis.

Me reconforta que a los escritores ya mencionados, en ostracismo perpetuo, esos que día a día hacen sus denuncias, se les sumen escritores de valía como, Manuel García Verdecia, José Alberto Velázquez y Carlos Esquivel. No se quedan callados, hacen públicas sus inconformidades. Eso demuestra que aún existen intelectuales con vergüenza dentro de una sociedad civil depauperada y dócil.

Han dividido a la sociedad civil cubana, el ciudadano de a pie. ¿Hay dos sociedades civiles en Cuba? Sí, esa otra, muy distinta, la gubernamental, a esa que el Estado le da todo su apoyo para que alce su voz en foros internacionales a favor del comunismo, ganan viajes, reciban otras prebendas, levanten banderitas en los actos, y aplaudan los discursos oficiales.

Acuso a los que ejercen el poder que supuestamente les otorga el pueblo por masacrar vil y descaradamente a la sociedad civil que disiente, quienes nos oponemos al sistema imperante en la isla. Sociedad también conformada por artistas y escritores independientes. Tan cubanos, o más, que los esbirros que nos mancillan. Ninguna ‘Coyuntura’ justifica el abuso exacerbado de un gobierno y sus lacayos.

Demando ante el mundo al gobierno cubano que libere a todos los presos políticos, respete las acciones llevadas a cabo por las valerosas Damas de Blanco, a los miembros de partidos opositores, a sus líderes, y respete la vida de José Daniel Ferrer, desaparecido en las mazmorras del país.

Pido que los culpables de la muerte de Oswaldo Payá, respondan ante la justicia, sean procesados y juzgados. Que no haya más cubanos ultrajados en el suelo patrio, Cuba. Que cesen los abusos de los testaferros, que el país deje de ser la finca de los Castros (convertida en eso desde 1959).

Acuso al régimen por mantener un carísimo nivel de vida mientras el pueblo, el de a pie, el trabajador, sobrevive en extrema pobreza.

¿No tenemos patria que añorar? ¿Acaso la Isla es una estancia con muros de agua y no nos pertenece? ¿Somos ovejas, mano de obra barata, esclavos?

Cuba es también de sus hijos en el exilio. De todos los cubanos proscritos, quienes tienen prohibido regresar a su casa, la patria. Para ustedes va un girasol y la dignidad. Mis respetos.

Censuroso y el electricista

El incansable Censuroso vuelve a hacer de las suyas en las redes. El personaje, clásico de la Cuba castrista, se resiste a vivir en libertad.

‘El Radikal’: De frente contra la censura

El Radikal

 por Osvaldo Navarro

En Cuba, es normal que el gobierno señale y castigue a todo aquel que critique el mal procedimiento de las instituciones estatales, sobre todo cuando la opinión cuestiona los fundamentos del sistema encabezado por el partido único. Frente a estas realidades, surge una serie de interrogantes que ponen en perspectiva la vulnerabilidad del cubano ante la arrogancia del poder: ¿qué defensa tiene un trabajador cuando es acusado y acosado por los directivos de una empresa? ¿A quién se le reclama cuando un agente de la seguridad del Estado amenaza con expulsarte de tu trabajo si no dejas de usar las redes sociales para expresarte libremente sobre cualquier asunto?

Con esas preguntas anotadas en la memoria me fui hasta el municipio de Colón, de la provincia de Matanzas, donde vive Richard Zamora, más conocido en el mundo del hip hop (rap) como ‘El Radikal’, el cual fue expulsado de su trabajo por motivos ajenos a su voluntad. Las letras de las canciones que escribe bastaron para que perdiera su empleo como cocinero en el piano bar La Roca, donde se elabora el almuerzo para el personal de ETECSA, la empresa que tiene el monopolio de las comunicaciones en la Isla.

¿Cuál fue el motivo de la expulsión?

Richard Zamora R/ Primero fue una conversación para hablar sobre la manera que me expresaba en las redes sociales. Después de pasados cinco meses, el 27 de septiembre del 2018, hicieron un análisis del contenido de una de las letras de mis canciones y acto seguido me comunicaron que no podía continuar trabajando allí.

¿Pudieras abundar un poco sobre tu obra artística? ¿Las letras de tus temas siempre hacen hincapié en la crítica social y política?

Richard Zamora R/ Tengo dos discos grabados y ahora me encuentro trabajando en otro. En mi obra plasmo la realidad en que vivimos. Si hablo de política es porque todo en este país está politizado, pero no toda mi producción tiene esas características. Abordo otras temáticas, No soy esquemático a la hora de crear.  No sé por qué me echaron del trabajo por el contenido de mis canciones. Esa siempre ha sido mi manera de escribir. No es nada nuevo.

¿Consideras que tu expulsión y la censura que sufres tiene que ver con el decreto 349 y toda la ola de represión que ha venido sobre algunos artistas dentro del país?

Richard Zamora R/ No sé si tiene que ver directamente con el 349, pero fue un acto de censura. Ellos no quieren que nadie les diga nada y rechazan cualquier denuncia desde el arte o desde cualquier otra plataforma. Ven manifestaciones contrarrevolucionarias por todos lados. Yo me niego a creer que la directora del centro donde trabajaba estuviera enterada de lo que hacía como artista. Lo lógico es que se interesara por mi rendimiento laboral. Detrás de todo estuvo la Seguridad del Estado. A fin de cuentas, unos meses después de mi expulsión, ella se fue a vivir a los Estados Unidos. Sus hijas la reclamaron y allá está.

¿Aparte de los funcionarios del centro donde trabajabas, hubo algún directivo de cultura que te visitara con la intención de dialogar sobre la manera de expresarte en las redes sociales con tu arte?

Richard Zamora R/ En una ocasión, cuando todavía estaba trabajando en el piano bar, recuerdo que un grupo de amigos habíamos organizado una actividad cultural. Comenzaría a las 9 de la noche y a las 6 de la tarde se apareció el director de cultura de Colón, junto a un agente de la Seguridad del Estado, para decir que no sería permitida. Anterior a este percance, hubo otro. Esa vez fue coordinado para celebrarse en un cabaret por aquí cerca y el mismo director de cultura de Colón y dos agentes de la Seguridad del Estado fueron a casa de la dueña del local para comunicarle que no se podía realizar el evento.

¿Cómo describirías tu vida como artista después de los contratiempos que has enfrentado?

Richard Zamora R/ Sigo censurado. No puedo actuar de manera independiente y mucho menos en una institución del Estado. Aquí en Colón se hace un festival que se llama Potaje urbano y yo, siendo artista de aquí, no puedo participar. Aunque sinceramente no quiero hacerlo.

En el último festival que se hizo, el director de cultura subió al escenario a decir que Fidel estaba entre nosotros y que nadie derrocaría a la revolución. Era pura propaganda política. Ellos imponen su discurso de exclusión y nosotros como artistas tenemos que sufrir las consecuencias. Algunos amigos y familiares se han distanciado a causa de todo esto, pero no estoy solo. Algunas de mis amistades más cercanas me han confesado que la policía política los ha tratado de reclutar para vigilarme. 

¿Desearías volver a tu antiguo trabajo como cocinero?

Richard Zamora R/ Brother, no sé ni qué decirte. Lo mío es la música y no es menos cierto que en ocasiones se puede hacer dinero con eso, pero en mi antiguo trabajo aseguraba el sustento de mi familia, me iba bien allí. Después que me sacaron, no me he acercado al lugar. Tampoco he hecho ningún reclamo, ¿para qué? Cuando pasan estas cosas no hay vuelta atrás. Ellos lo controlan todo. Ahora mismo, hago lo que aparezca para buscarme la vida y sigo trabajando en mi música, que es mi pasión.

¿Cuáles son tus perspectivas futuras?

Richard Zamora R/ Estoy trabajando en un nuevo DVD, como te dije anteriormente, y haciendo colaboraciones con artistas del patio con los que comparto el amor por la música y demás ideas y sueños. Aprovecho esta oportunidad para decir que me pueden encontrar en las redes sociales como El Radikal, también en Facebook, YouTube e Instagram, en todos lados…

Cuando termine con el proyecto, no sé de qué manera podría presentarlo en vivo. Soy un rapero censurado, pero voy a seguir. No se puede parar a pesar de los tropiezos.

¿Algún mensaje que quieras agregar?

Richard Zamora R/ Respeto, libertad y amor. Eso es lo que hace falta.

Rebeca Ulloa en la tertulia de Waldo González

La tertulia del escritor y crítico Waldo González López, que se celebra en Art Emporium (710 SW 13 Ave, Miami 33135)
, invita a un encuentro con la escritora y activista cultural Rebeca Ulloa el próximo domingo 27 de octubre, a las 3:00 p.m. 


¿Cuándo su primer premio? ¿Por qué aparece consignada en el Diccionario de la Literatura cubana por la letra T? ¿Cómo figura Miami en su obra literaria? Sus cuentos eróticos… su novela en proceso… sus minicuentos… Estos y otros asuntos serán abordados en la tertulia.

Rebeca Ulloa (Guantánamo, 1949) es narradora, periodista, guionista de radio y televisión, promotora, productora cultural, crítica y ensayista. Técnica en informática, fue profesora universitaria y asesora de tesis de grado de la Facultad de Comunicación Social (Colombia 1998-2008). Es también curadora y ha obtenido numerosos reconocimientos por su obra literaria y radial. Ha publicado varios libros con la coautoría del artista plástico Arístides Pumariega, entre ellos Cuerpo a cuerpo y La fiesta de Florinda y otros relatos (Neo Club Ediciones).

Uva de Aragón en Books and Books

La novela The Miracle of Saint Lazarus, de la escritora y académica de origen cubano Uva de Aragón, será presentada este viernes 25 de octubre, a las 8:00 p.m., en Books and Books de Coral Gables (265 Aragon Avenue). Acompañarán a la autora Jeffrey Barnett y Kathleen Bulger-Barnett, traductores del libro al inglés.

Mediante esta historia policiaca, vinculada al cadáver desaparecido de una niña, Aragón brinda “una retrato multifacético de la sociedad hispana de Miami y Hialeah, con pinceladas en Tampa, Puerto Rico y New York”.

Uva de Aragón (La Habana, Cuba), ha publicado los poemarios Versos de exilio (1974), Entresemáforos (1980) y Los nombres del amor (1996), además de numerosos libros en prosa. Ha sido colaboradora del Diario las Américas y profesora y directora adjunta del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Ha ganado diversos premios literarios tanto en Estados Unidos, país al que llegó muy joven, como internacionalmente.

La libertad creativa bajo presión: El Analista

El Analista

por Osvaldo Navarro

El pasado 23 de junio tuve la oportunidad de dialogar con Omar Mena, más conocido como “El analista”, en el gremio de raperos de la isla. El encuentro tuvo como trasfondo el festival 2 de 10, patrocinado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y celebrado en la ciudad de Villa Clara. Su nombre no estaba registrado en la lista de participantes, ni tampoco noté su presencia entre el público. Eso despertó mis sospechas y decidí llamarlo por teléfono. Tenía entendido que él era miembro de la AHS y, por tanto, debía estar allí. Era una oportunidad de exponer su trabajo en un contexto muy problemático para los raperos, más allá de los esfuerzos de algunas instituciones, pero sobre todo de iniciativas individuales, interesadas en visibilizar a los exponentes de este estilo musical en el país.

Para nadie es un secreto que en Cuba existe una censura institucional hacia el sector artístico que funciona de múltiples formas pero con el mismo propósito:  controlar el discurso y el accionar de algunos creadores que de manera espontánea deciden ejercer su derecho a la libertad de expresión, al incluir dentro de su obra la crítica social y política, en este caso a través de sus canciones. En los temas no faltan los fuertes emplazamientos al gobierno por su inoperancia política, una variada gama de asuntos entre los que habría que mencionar la grave situación socioeconómica que afecta a amplios sectores de la población, así como el impacto negativo en los ámbitos de la ética, la moral y la civilidad, todo eso asociado a la ortodoxia ideológica del poder. Precisamente, esos cuestionamientos expresados a través del canto constituyeron la causa de la expulsión de Omar de la AHS, además del veto permanente en el resto de los espacios culturales controlados por el oficialismo.

¿Cómo definirías tu obra?

Analista/: Mi obra es básicamente contestataria. Esa es la esencia del rap. Quienes tengan otra opinión se la respeto, pero yo voy a seguir cuestionando nuestra realidad. 

¿Cómo empezaste a usar el rap como herramienta de cambio social?

Analista/: En principio, fui parte de una banda de rock and roll. Yo era uno de los partidarios de hacer temas críticos, pero no todos estaban dispuestos a cargar con las consecuencias, entonces decidí separarme y comenzar en el mundo del rap. Así tenía la libertad para componer lo que quisiera sin consultar con nadie. Hacer tu propia música tiene muchas ventajas.

Hace algún tiempo, eras uno de los creadores más activos dentro de la AHS, aquí en Villa Clara y además te encargabas de producir eventos tanto en la ciudad como en otras localidades. ¿Cuáles fueron los motivos para que te expulsaran de la AHS?

 Analista/: La expulsión ocurrió el año pasado. Después del percance, seguí trabajando de manera independiente. De todas formas, las instituciones del Estado no es mucho lo que aportan. Casi todo cae en los hombros de los artistas a la hora de organizar algo.  Recuerdo que en los festivales siempre me daban menos capacidades de las que yo tenía planificadas, aunque siempre me las arreglaba para traer a los artistas. Volviendo al tema de la expulsión, está ocurrió a raíz de un tema que creamos varios artistas en contra del decreto 349. Desde entonces, estoy en la lista negra. No puedo participar en este festival ni en ningún otro evento.

Sé que tienes conocimiento de muchos artistas que pasaron por situaciones difíciles, mucho antes del decreto 349, pero después de implantado este decreto no cabe duda que la censura y la persecución contra los artistas contestatarios ha sido mucho mayor. ¿Cómo crees que se debe enfrentar esto? ¿Cómo ha sido la relación con tu entorno después de tu expulsión de la AHS?

Analista/ Yo siempre digo que mucho antes del decreto existía la censura y la represion por parte de los funcionarios del gobierno y la seguridad del estado. Siempre se los dije a ellos que cuando me metieran un “toque fula” me iba a crear un espacio en mi propia casa y eso fue lo que hice. Construí una tarima y ahí me estoy presentando. Hasta ahora he organizado un solo evento, pero tuvo una buena asistencia. Yo mismo me grabo en la casa y después hago los masters en casa de David de Omni, allá en La Habana. En cuanto a mi relación con otros artistas, te diré que es compleja.  Tienen mucho miedo.  Ellos quieren hacer su trabajo sin buscarse líos y yo sigo en mi posición de hablar lo que hay que hablar.  Entiendo que nadie quiere meterse “en candela”, pero no debería ser así.

¿Crees que existe una especie de plan por parte de los organismos culturales para satanizar a los artistas contestatarios y separarlos del gremio, acusándolos de mercenarios al servicio del imperio?

Analista / No es cuestión de creer, eso es así, pero hay que tener compromiso y valor para decir la verdad, saber lo que uno quiere. Ellos han hostigado a mi familia, por ejemplo, a mi madre, a mi esposa e incluso a la familia de ella. También, por las redes sociales han hecho campañas difamatorias para crearme problemas en el matrimonio. El acoso es constante.

Y todo esto por tu posición como artista contestatario y por lo que dices en tu obra.

Analista / Por supuesto que sí. Ellos quisieran meterme preso, pero hasta ahora solo me hostigan. Tratan de manchar mi reputación por todas las vías posibles. Tengo que cuidarme porque están al acecho. Todo el mundo sabe que lo mío es la música y mi familia, pero ellos te inventan cualquier cosa para sacarte de circulación.

Quisiera que abundaras sobre el espacio que has creado en tu propia casa, específicamente en la presentación que hiciste…

Analista / Eso fue por el lanzamiento de mi último disco que se titula Contracultura; estuvieron varios invitados, como David de Omni, Hermanos de causa, Hiphop de barrio, El gancho. Hacía tiempo que no cantaba para tantas personas. Tuve un apoyo total del barrio en todos los sentidos. Algunos hasta se acercaron para regalarme tirillas de luces para la iluminación del escenario. Sentí un apoyo inmenso de la gente. No paran de preguntarme sobre la fecha del próximo concierto. Fue algo muy alentador. Una experiencia inolvidable.

Háblame de tu discografía, ¿cuántos discos tienes?, ¿dónde se puede encontrar tu trabajo en general?

Analista /Tengo 11 discos. Es un poco complicado encontrar la música en internet por lo difícil que es trabajar desde aquí, pero tengo mi canal de youtube que se llama “Omar Mena analista rap cubano”. En este sitio pueden ver mis videos y mi música. También en instagram posteo mis trabajos y proyectos.

¿Cómo ves tu futuro como creador? ¿Algún mensaje para los artistas cubanos?

Analista / Bueno, yo no me preocupo mucho por el futuro, sigo en mi “talla fresca”, haciendo lo que me gusta. Te digo que si no hay un viaje o algo que pueda servir como avance estamos “achicharrados”, los raperos contestatarios tenemos muchas barreras para salir adelante. En cuanto a los artistas, no tengo ningún mensaje que darles. Aquí todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y nada es obligado. Yo seguiré haciendo mi música sin hacer concesiones a nadie. En plena libertad creativa.

Presentación: Dos nuevos libros de Gayol Mecías

Los más recientes libros del escritor y editor cubano Manuel Gayol Mecías, 1959. Cuba, el ser diverso y la Isla imaginada y Regocijo del criterio (Lecturas de interpretación para una dramativa cubana), serán presentados en la Biblioteca Pública del Este de Los Angeles (4837 E. 3er Street, Los Angeles, CA 90022. Tf.: 323-264-0155) el próximo sábado 26 de este mes de octubre, a las 2:00 p.m., por el también escritor y periodista Roberto Alvarez-Quinones.

Sobre 1959. Cuba, el ser diverso y la Isla imaginada se ha dicho:

“Gayol Mecías aporta su visión de lo que somos, lo que hemos sido y, en buena medida, lo que no hemos logrado ser los cubanos. Gayol Mecías lo sabe. Por ello, entre la espada y la pared, entre la certeza y la incertidumbre, ha escrito esta larga lista de tribulaciones del cubano moderno”. Luis Leonel León

“Cuatrocientas páginas dedicadas al repaso de esos ‘malhechores de adentro’ que son nuestros defectos como pueblo. Con la particularidad de que en este caso no hay lugar para la sobredimensión de las virtudes, que también aparecen escudriñadas en el libro, pero como natural correspondencia, nunca como justificación y mucho menos como atenuante para salir de apuros”. José Hugo Fernández

“La seriedad y profundidad de Manuel Gayol Mecías lo convierten en una referencia obligada a la hora de reflexionar sobre estos temas tan vilipendiados y malinterpretados”. Amir Valle

“Este monumental ensayo es, primero, un titánico acercamiento espiritual y antropológico a lo cubano, o a los cubanos, y luego una disección crítica del retorcimiento imaginativo que terminó institucionalizando al castrismo en Cuba”. Armando Añel

En cuanto a Regocijo del criterio, en palabras de Manuel Gayol Mecías, este libro es un corpus “de diez interpretaciones dramativas, de dramas disímiles en géneros, temas y estilos” que pueden inducir al lector no solo a buscar las obras originales por su alta calidad formal sino también “por sus importantes contenidos: nuevos y esenciales en sus problemáticas de lo contemporáneo cubano”. Se trata de un intento por sacar a la luz “las visiones de diez creadores cubanos (Abilio EstévezAmanda Rosa Pérez, Amir Valle, Armando Añel, Carmen Alea Paz, Guillermo Vidal, Ivette Fuentes de la Paz, José Latour, Julio Benitez y Reynaldo Fernandez Pavon) que se basan en valores universales para no olvidar el infierno que ha sido la realidad de la Isla en estos 61 años de ‘Revolución’”.

Regis Iglesias en La Otra Esquina

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación de los libros de crónicas Como un eco en el destierro (Voces de Hoy, Miami, 2018) y El libro de la celda (Círculo Rojo, Almería, 2019), del escritor y activista político Regis Iglesias Ramírez.

Las palabras de presentación estarán a cargo de la poeta Judit Arvesu.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Sábado 26 de octubre/3:00 p.m.

Nueva ola de secuestros en La Habana

Marthadela Tamayo y Osvaldo Navarro en una foto de archivo

Una ola de arrestos y secuestros policiales en La Habana, este 18 de octubre, incluyó a activistas culturales, periodistas y artistas independientes. El objetivo de la policía política sería sabotear un evento sobre el cáncer de mama y las actividades culturales del Movimiento San Isidro, que incluyen una lectura de poesía este viernes.

La paciente de cáncer y profesora universitaria Omara Ruiz Urquiola fue detenida esta mañana en el Hospital Oncológico, junto a la periodista independiente Iliana Hernández. La activista de derechos humanos Marthadela Tamayo y el artista Osvaldo Navarro (Navypro), “ambos del ejecutivo del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), fueron secuestrados por el Mayor Alejandro a las 10.00 a.m.”, informó la activista cultural Nancy Alfaya. Paralelamente, la periodista Claudia Genlui Hidalgo informó del secuestro del artista independiente Luis Manuel Otero Alcantara en las afueras de su casa.

“Desde horas tempranas la patrulla lo esperó, incluso intentó provocarlo llamándolo y preguntándole a toda voz que cuándo iba a acabar de salir para llevárselo, supuestamente para que no asistiera a las dos actividades planificadas hoy: el conversatorio de Omara Ruiz Urquiola sobre cáncer de mama en INSTAR (por lo q ella misma tambien fue detenida junto a Iliana Hernández) y la lectura de poesía que haremos a las 4 pm en el Museo de la Disidencia, continuidad del ciclo de actividades programado como parte de la jornada de celebración por el 1er aniversario del Movimiento San Isidro”, informó Genlui Hidalgo en Facebook.

De ángeles y azares

El autor de la novela, Rafael Vilches

 

¿Sueño o vida real? ¿Fue el Mijial uno de los tantos cuentos inventados, un pretexto del autor que no para de contar su vida y la de los otros? Entre estos niveles de realidad discurre la novela de Rafael Vilches Proenza, ofreciendo la parte más descarnada de la vida estudiantil, los momentos en que estos inmediatos adultos descubren el amor, el sexo, el odio, la felicidad; en que comienzan a cuestionarse el presente a partir del dramático cuestionamiento de su pasado; la pérdida de una inocencia (quizás ya desflorada entre las sábanas del ayer) en un ambiente para ellos de hostilidad y desamparo, comenta Manuel Navea Fernández sobre Ángeles desamparados (Neo Club Ediciones, Miami, 2017).

Y nada más cierto. Sigue siendo el pasado mucho más cercano tal vez que el propio presente; sigue siendo el pasado el caldo de cultivo para lograr entretejer toda una trama que un día nos acompañó y, pasadas quién sabe cuántas gaviotas por el mar y cuántos discursos mal intencionados de directivos escolares, hoy aún nos siguen acompañando, solo que con otros ribetes más rimbombantes y camuflados con palabras dulcificadas por un heroísmo que constantemente llama al degüello, a una épica muy alejada de la realidad circundante.

En Ángeles desamparados, como toda obra que se respete, la búsqueda incesante es el asunto central. Su autor se plantea un tema, no importa cuán lejano o cerca pueda estar, y lo explota con los elementos de navegación propios de su oficio: el lenguaje. La hoja en blanco, para él, es un continente fascinante que, a pesar de la peligrosidad que este refleja, se enfrenta a él con la hidalguía de un Quijote presto a la victoria, y lo logra con destreza de estilo y eficacia técnica. La búsqueda, en ocasiones, parece no tener fin, pero él sabe que lo que busca –o buscamos todos en momentos determinados de la vida– es algo que sabemos dónde está escondido y nos vanagloriamos de su encuentro: de ese único instante que la vida nos reserva a través de la palabra escrita.

Esta novela es eso: un libro de búsqueda, pero, sobre todo, de interrogantes que nos dan la respuesta perfecta para empezar a perdernos, para decirlo de alguna forma, entre los laberintos de sus propias historias ¿juveniles? Muchos deambulan entre los intersticios de estas historias; intersticios que son una herida abierta donde seguramente con un guiño de ojo y algo de disimulo nos reconoceremos todos.

En ella alguien, desde lo más profundo de sus desencuentros, se pregunta y nos pregunta si hemos estado becados; si hemos asistido, aun contra nuestra voluntad, a una escuela al campo; si hemos sido alguna vez expulsado por no cumplir con los designios del director de turno o de algún que otro profesor caprichoso; si hemos sido capaces de fornicar bajo las escaleras o en el mismísimo dormitorio a la vista de las demás muchachitas y los profesores de guardia, siempre al acecho de la sombra de los demás; y también, por qué no, si hemos visto el mar. Figuras emblemáticas con las que Vilches construye atmósferas, un mundo –del que nos hace partícipe– poblado por seres de su mitología íntima. Por eso, las distintas historias que estructuran esta novela, más que simples historias de vida, son fabulaciones que narran por medio de la acumulación de imágenes y experiencias únicas esos extravíos que puede tener la conciencia en los paisajes más íntimos del alma. Son estas historias, si así se quiere, una reflexión desgarradora del existir, una búsqueda azarosa del origen a través de las palabras.

Ángeles desamparados le abrirá los ojos no solo a los lectores, también a la noche y a cada comienzo del alba, y consumirá el vestigio de los que la abriguen en su remanso, porque nada logrará apartarlos de su siniestro silencio; de ese silencio que canta en sus páginas a través de sus personajes destilando las cosas sentidas en el mismo estado de estimación de lo mítico.

He aquí, amigos, un pasado hecho presente que alude a un espacio que se sitúa más allá del individuo, de la propia persona que no solo aparece sino que desaparece, y es a partir de ahí donde comienza la búsqueda del que fuimos, también del que somos y habitamos sobre estas calles atiborrados de silencios y con la esperanza hundida en los bolsillos.

https://puentealavista.org/2017/05/rafael-vilches/

María Werlau presenta libro sobre la intervención cubana en Venezuela

El libro Cuba’s Intervention in Venezuela: A Strategic Occupation with Global Implications, de la académica de origen cubano María Werlau, sobre el rol del régimen castrista en Venezuela, será presentado el próximo 16 de octubre en San Juan, Puerto Rico.

Será en la biblioteca de la Universidad Ana G. Méndez, recinto de Cupey. Habrá un «brown bag lunch» a las 12:30 p.m. y la presentación comenzará a la 1:00 p.m. Para reservar espacios (libres de costo), visitar: https://librocubayvenezuela.eventbrite.com

“María Werlau es la gran experta académica en materia de represión cubana. A la escalofriante masa de información que ha cuantificado como nadie, ha agregado numerosos estudios y análisis sobre las inquietantes intervenciones cubanas en el exterior. La última es la de Venezuela, donde el dictador Nicolás Maduro se sostiene gracias al auxilio de los cuerpos cubanos de inteligencia. Cuando se pase balance a la lucha de los cubanos por establecer la verdad, el nombre de María Werlau destacará”. Carlos Alberto Montaner

A sorteo cinco libros del escritor encarcelado Roberto Quiñones

El pasado mes de agosto, el escritor, abogado y periodista independiente Roberto Quiñones Haces fue condenado “a un año de privación de libertad sustituido por trabajo correccional con internamiento” durante un juicio amañado efectuado en el Tribunal Municipal de la ciudad de Guantánamo, Cuba. La policía política lo atacó para impedirle cubrir un juicio público contra la pareja de pastores Ramón Rigal y Adya Expósito, y, no contenta con el maltrato físico, le abrió una causa por “desobediencia y resistencia”.

Este mes de octubre, Quiñones fue amenazado y extorsionado por los artículos y cartas que escribe desde la cárcel, denunció su hijo Roberto José Quiñones en la página Cubanet.

En el año 2014, Neo Club Ediciones publicó en Miami, con portada del pintor cubano Casimiro González, el libro de relatos La chica de nombre eslavo, del escritor actualmente encarcelado Quiñones Haces, presentado por el Instituto Patmos en una Feria del Libro Independiente organizada en Caibarién, Cuba, en 2015. Esta edición, ya agotada, está siendo reeditada por Puente a la Vista Ediciones con nuevos ajustes del autor, y cinco ejemplares impresos se rifarán a partir de este mes de octubre y hasta diciembre.

La participación en la rifa se concretará digitalmente donando $5.00, $10.00, $20.00 o la cantidad que el donante considere (la cantidad a depositar se entenderá como donación al escritor y su familia), e in situ en el Museo de la Diáspora, donde se celebrará el Festival Vista este diciembre, adquiriendo físicamente el ticket con su donación. El email utilizado para donar digitalmente servirá a los coordinadores del proyecto, a manera de ticket, para identificar a los ganadores el día 15 de diciembre. En caso de donar anónimamente, vía digital, a los organizadores le será imposible registrar el email del donante, con lo cual se considerará que éste no está interesado en participar en el sorteo.

Para donar vía Facebook, clic en el botón verde al final de esta nota.

Los cinco ganadores de la rifa, cada uno de los cuales recibirá un ejemplar del libro de Quiñones, serán dados a conocer en el XI Festival Vista de Miami, a celebrarse los días 14 y 15 de diciembre en el Museo de la Diáspora (Coral Gables, Miami). Al ganador que no pueda asistir se le enviará el libro por correo.

El proyecto Puente a la Vista enviará el monto total derivado de la rifa al escritor en Cuba, o a sus familiares, para ayudarlo a cubrir sus necesidades de alimentación, aseo, medicamentos, transporte u otros. Asimismo, Puente a la Vista anunciará oportunamente la cantidad recaudada para conocimiento de los participantes y el público en general.

Colabora con este escritor independiente que pasará las celebraciones de fin de año injustamente encarcelado en Cuba. El propósito de este sorteo no solo es apoyarlo materialmente sino difundir por todas las vías posibles la injusticia que contra él se comete, pujando mediáticamente por su liberación.

¡Por una cultura en libertad!

Para preguntas y observaciones: [email protected]

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Libertad para Roberto Quiñones

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El humor en la contrahuella

 

Al mejor cazador se le escapa una liebre. Aun cuando se llame Roberto Bolaño y haya ocupado para muchos (entre los que me incluyo) el cenit de la literatura hispanoamericana en las últimas dos décadas, por lo menos. El genio creador de Bolaño era una torrentera luminosa: novelas, relatos, poesía, ensayo, reseñas críticas… sin irregularidades, o casi, en los niveles de excelencia. Sobre todo en los últimos años de su vida, cuando parecía escribir bajo perenne estado de gracia, porfiando feroz e inútilmente contra el fin anunciado. La vastedad de algunos de sus principales libros y las circunstancias en que fueron escritos, no impidieron su consagración por voto unánime como el más celebrado narrador de ficciones de las letras hispanas en sus días. En cambio, como ensayista o crítico o conferencista sobre temas literarios –en los que también fue brillante-, llegaría a cosechar tantas refutaciones como anuencias. La manera incisiva, desparpajada incluso, de lanzar sus verdades, o sus vehementes pareceres, sin reparar en convencionalismos, ni en pautas históricas, ni en obras y figuras elevadas al panteón de los incuestionables, no sólo demostraría su valor como artista y ser humano, también iba a poner en evidencia la vulnerabilidad de algunos de sus criterios, a veces aireados ad líbitum, contra reloj, o bajo los desbordamientos de la pasión.

Entre tales resbalones conceptuales alinean ciertos juicios sobre literatura cubana, vertidos en el ensayo El humor en el rellano, donde se lamenta de la carencia del ingrediente humor en los libros de los más reconocidos escritores de la América hispana. Empezando por los clásicos, quienes –dice- sacrificaron el humor a costa de un romanticismo cursi y aleccionador, o en algunos casos de denuncia, razón por la que han resistido mal el paso del tiempo. “Es en el siglo XX –agrega Bolaño- cuando el humor, tímidamente, se instala en nuestra literatura. Por supuesto, los practicantes son una minoría. La mayoría hace poesía lírica o épica o se refocila imaginando al superhombre o al líder obrero ejemplar o deshojando las florecillas de la Santa Madre Iglesia. Los que se ríen (y su risa en no pocas ocasiones es amarga) son contados con los dedos”.

Tiene razón en cuanto al componente de amargura que tipifica el humorismo empleado por algunos escritores latinoamericanos. Pero no la tiene en otros detalles. Principalmente en eso de que se pueden contar con los dedos los que en el siglo veinte incluyeron el humor entre sus recursos más iterativos. Es verdad que los pocos mencionados por él como excepciones resultan modélicos. Pero son más los que no menciona. Sin contar a los que excluye festinadamente, como es el caso de Reinaldo Arenas. 

Cuando comencé a leer este ensayo de Bolaño tuve la impresión de que incurriría en el descuido de no valorar el trascendente peso de los escritores cubanos en lo que atañe al uso del humorismo. Temía incluso que aun cuando se refiriese a la literatura latinoamericana en su conjunto, estuviera pensando parcialmente en la del cono sur. Pero no. Pronto iba a constatar que citaba a Martí, con razón, entre los grandes cuyas obras carecen de humor. Sin embargo, olvidaba (o no le interesó) citar a otros ilustres de la Isla que sí apelaron frecuente y eficazmente a este recurso. Y no era todo ni lo peor. Para mi perplejidad, vi que había ubicado a Reinaldo Arenas entre los autores que desestimaron el humor por dedicarse, según él, a contemplar hechizados el destino del continente.

Así, pues, El humor en el rellano descuella entre los pocos textos desafortunados de Bolaño. Y no solo por lo que su autor afirma, niega o ningunea en torno a la literatura cubana. Tampoco hace justicia a su lucidez y a su erudición al desgranar ciertas valoraciones sobre la presencia del humor en el panorama literario de otros países de la región. Pero aun cuando hubiese acertado con estos últimos, son tantas y tan evidentes sus pifias en lo concerniente a Cuba, que bastan por sí mismas para desvalorizar el ensayo.

Podríamos pasar por alto que no le apeteciera reconocer la temprana influencia del costumbrismo como vehículo para la cristalización del uso del humor en la narrativa hispanoamericana, y muy particularmente en la de Cuba, ya que no en balde fue en nuestro país donde apareció (en 1852) la primera antología del género que vio la luz en América. Igual resulta más o menos dispensable que no mencionara ni de pasada algunas obras de autores nuestros en las que, ya en el siglo XIX, sobresale el humor como constante, tal y como ocurre en varias novelas y relatos de Ramón Meza. Así como en otras de las primeras décadas del siglo XX, pongamos las de Miguel de Marcos.

Reprochable también puede ser -y más en su caso de escritor sin humos academicistas ni sectarios- que no haya contemplado a la décima guajira de Cuba como una manifestación poética de muy resonante alcance, cuya estela ha marcado notablemente la obra de no escasos escritores llamados cultos, y cuyo sustancial aprovechamiento del humorismo como recurso llegó a extender irradiaciones hasta el mismísimo José Lezama Lima, a quien, por cierto, tampoco menciona Bolaño, quizá por creer, tan equivocadamente como muchos, que su insigne densidad cerró las puertas a la gracia criolla.

Pero que Bolaño desconociera las décimas humorísticas escritas por Lezama, y que ignorase sus derivas de jodedor cubano arropado con himatión de clásicos linos, es algo que también se le podría dispensar. Lo que me parece indigerible (por ser un despropósito sin pies ni cabeza) es que haya pasado por alto a Virgilio Piñera y a Cabrera Infante a la hora de nombrar a los grandes escritores latinoamericanos que constituyeron excepción, según él, en la práctica permanente y venturosa del humorismo.

El hecho de que no incluyera a esos dos grandes en su selección de los que se pueden contar con los dedos, deja una puerta abierta para la disparatada posibilidad de que los considerase dentro del grupo de los que “se refocilan imaginando al superhombre o al líder obrero ejemplar o deshojando las florecillas de la Santa Madre Iglesia”. Y ese sí que sería un buen chiste. Quizá el mejor entre los que aportó Bolaño a la literatura hispanoamericana.

No es que uno pretenda acreditarle intenciones que no tuvo. Muy al contrario. Pero casi nos deja sin alternativas. Sobre todo después de haber comprobado la forma punto menos que alucinatoria en que entrevió a Reinaldo Arenas serio y hechizado ante el destino.

Puestos a tomar las cosas por este lado especulativo y hasta lúdico, también podríamos conjeturar que optó por no incluir a ninguno de los tres para no verse obligado a extender su ensayo, pormenorizando acerca de las diferentes clases de humorismo que practicaron.

Destrenzar las raíces que enlazan subterráneamente el humorismo de Cabrera Infante, acibarado, triste y hasta depresivo en ocasiones, de sátira y retruécano, de maroma verbal que logra su apogeo subvirtiendo el idioma; con el humor burlesco y procaz de Arenas, con esa acritud que mina sus chistes, apesadumbrados, satíricos, desafiantes, implacablemente aguafiestas; y luego emparentar el humorismo de ellos dos con el de Piñera, chota, alucinante, paródico, grotesco y elevado a su máxima potencia en el tratamiento del absurdo, exigiría demasiado tiempo-nalga y todo un libro posiblemente más extenso (aunque mucho menos aburrido) que El Capital y La sagrada familia juntos.

Y aún no sería todo. Porque también resulta imprescindible añadir a Severo Sarduy, a quien, por razones absolutamente inexplicables, Bolaño tampoco insertó en su restringida selección de notables escritores de Latinoamérica que apelaron al humor como herramienta de primera mano. Si creyéramos lo confesado por Sarduy en varias entrevistas (pero ya se sabe que la mayoría de sus confesiones no eran sino intentos de jugar con el público), él solía bailar mientras escribía. Que fuera cierto o no, es algo que carece de importancia, toda vez que esa confesión fue un buen modo de introducirnos en las esencias festivas, paródicas, de chanza y desacralización que caracterizó su estilo literario.

Según otra confesión pública de Sarduy (en la misma cuerda pero más creíble que la citada anteriormente), su objetivo al escribir no era contarle historias al lector, sino proporcionarle placer. Freudiano hasta donde podía serlo, dado su carácter, siempre demostró tener clara la validez del humor en tanto mecanismo de defensa no sólo para quien lee, también para el que escribe. Así que se entregó a la jocosidad sin frenos, poniendo a un lado cualquier reparo ante pinceladas fútiles y frívolas o pintoresquismos carnavalescos. Lo suyo era echar garra a todo lo que fuese útil para divertirse y divertir, sin que ello implicara el menor desliz a la hora de abordar los asuntos serios y trascendentales.

Por más que Bolaño no haya querido utilizar los dedos de las dos manos para contar a los grandes escritores hispanos que enriquecieron sus páginas con frecuentes apelaciones al humor, no es posible entender por qué no señaló a Severo Sarduy, digamos con uno de los dos o tres primeros dedos. Otro tanto habría que decir sobre Piñera, Cabrera Infante y Arenas. Claro que apreciado el asunto con mayor rigor, reconoceríamos que ni aun utilizando las dos manos le hubiesen alcanzado los dedos para señalar a todos los escritores cubanos del siglo XX que también merecen engrosar la selección.

Nicolás Guillén, mediante la puesta en órbita poética del humorismo callejero y solariego, muy en especial de los negros. Onelio Jorge Cardoso, que otorgó categoría estética al humor llano, a veces cándido pero siempre ocurrente y agudo, del guajiro cubano. Héctor Zumbado, menos conocido que los otros en el entorno internacional, pero arrasadoramente aclamado en la Isla como uno de los mayores representantes de la regia estirpe del humorismo nacional, afincado en las tradiciones de la picaresca y el costumbrismo.

Es una suerte que en estos primeros años del siglo XXI haya surgido alguna que otra iniciativa de carácter independiente para no permitir que la indolencia y tal vez el resquemor de la cultura oficialista en Cuba eche tierra y dé pisón sobre la obra de Zumbado, artífice de la sátira social, enhebrada con humor fino y con una ironía sui géneris, que filtra el gracejo popular en las corrientes de la alta cultura y que fue azote para la fosilizada y tan dañina burocracia cubana de las últimas décadas. Sus libros son una decena de obuses apuntando directamente al corazón de la dictadura castrista. Algo por lo que -como sabemos- debió pagar con su salud y con su vida, aun cuando nunca quedaran (y al parecer no quedarán) esclarecidas las pruebas. En cualquier caso, ahí está la obra, monumento vivo a la suma ingeniosidad y a la rica simbiosis literatura-humorismo.

Y no es la última ni la única que podríamos citar, puesto que todavía hoy (a pesar de los pesares) esa simbiosis continúa siendo un surtidor inagotable, tanto para nuestros escritores que residen –resisten- dentro de la Isla, como para los que viven desparramados por los más diversos rincones del planeta. Un ejemplo, por citar solo uno, el más revelador, es Ramón Fernández Larrea, fruto arquetípico y realmente insólito de la consustanciación entre el gran poeta y el gran humorista, sin que resulte posible (ni siquiera deseable) precisar dónde termina uno y comienza el otro, y mucho menos hasta qué límites y en qué medida ambos logran complementarse armónicamente.  

En fin, después de repasar grosso modo el quehacer de este grupo de escritores de Cuba, sobresalientes en el universo hispanoamericano gracias al humor como ingrediente básico de sus libros, es imposible no experimentar al menos extrañeza ante El humor en el rellano. Tal vez Bolaño no se tomó el asunto muy en serio. Ello aclararía en parte que asumiera el humor como un simple rellano en la escala de la literatura continental, dejando ocultos tras la contrahuella del primer peldaño a muchas de sus más altas luminarias.

Declaración de medios independientes cubanos

Prensa libre. (Ilustración: Rafael Alejandro García)

Consideraciones:

PRIMERA: Desde enero de 2018 se han documentado 183 agresiones a periodistas que trabajan en el país, según organizaciones nacionales e internacionales; y en los últimos meses ha ocurrido un aumento ostensible en los ataques;

SEGUNDA: Estos ataques hacen parte de una ola de represión a la prensa independiente, no oficial y no estatal, e incluyen detenciones arbitrarias, interrogatorios, intimidaciones sicológicas, agresiones verbales, allanamientos de domicilios, prohibiciones de salida del país, acoso sexual, ciberacoso, difamación, provocaciones en la vía pública y decomiso de medios de trabajo, entre otros;

TERCERA: Estos ataques hacen parte de una campaña sistemática del gobierno cubano con el propósito de acallar a quienes ejercen el periodismo independiente. A su vez, estas agresiones cercenan el derecho de la ciudadanía cubana a la información de interés público y, por tanto, le impiden acceder y participar en la toma de decisiones;

CUARTA: Para contribuir al desarrollo económico, social y cultural de cualquier sociedad contemporánea y de Cuba entre ellas, se requiere una discusión pública, abierta, sin trabas ni barreras, participativa, asertiva, basada en los hechos y las evidencias, guiada por el análisis inteligente, continuo, racional y sosegado de los acontecimientos;

QUINTA: Las y los periodistas somos mensajeros de los hechos cuyo conocimiento y difusión generan la discusión pública; nosotros también constituimos un grupo diverso, legítimo y autóctono;

SEXTA: Tener una prensa libre en Cuba es una condición fundamental para que el país pueda tramitar y resolver de mejor manera sus conflictos, retos y amenazas en pos del bienestar e interés de la sociedad cubana, de la que somos parte;

SÉPTIMA: De conformidad con el artículo tercero de la Constitución de la República de Cuba, la soberanía reside en el pueblo, del cual emana todo el poder del Estado; por lo que, como periodistas y parte de la sociedad, hacemos las siguientes declaraciones y exigencias en el ejercicio de esa soberanía y de nuestra voluntad libre, autónoma y colectiva.

Declaraciones:

PRIMERA: CONDENA. Rechazamos los ataques sistemáticos a la libertad de prensa y expresión en contra de varios periodistas por parte de las propias autoridades: sufrimos detenciones ilegales por largos y/o cortos períodos de tiempo; somos condenados a prisión, sometidos a interrogatorios y a técnicas de tortura sicológica; nuestros domicilios han sido allanados; se nos prohíbe salir del país; padecemos constante acoso, provocaciones y decomisos de los medios de trabajo, entre otras acciones.

SEGUNDA: LEGALIZACIÓN. Solicitamos que las autoridades cubanas otorguen carácter legal al ejercicio periodístico en el país y a los medios de comunicación independientes, no estatales.

TERCERA: DEROGACIÓN DE LEYES. Exigimos la derogación de toda ley, acto administrativo, decreto, resolución y norma que coarte la libertad de expresión o de prensa de cualquier periodista y medio de comunicación.

CUARTA: DERECHO A INFORMAR. Demandamos para todas las personas cubanas el derecho a informar y a recibir información veraz y objetiva; la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones; la libertad de fundar medios masivos de comunicación; la prohibición expresa de todas las formas de censura y la protección legal de las fuentes de información.

QUINTA: TRANSPARENCIA. Exigimos al gobierno poner a disposición de la ciudadanía y los periodistas toda la información generada por sus diversas instancias y ramas del poder, incluyendo datos abiertos, gratuitos, integrales, oportunos, permanentes y primarios que faciliten la fiscalización ciudadana de su gestión. También exigimos que impida, efectivamente, la censura previa, las restricciones a la circulación de contenidos de los medios, la imposición arbitraria de información, los obstáculos contra el libre flujo informativo y las limitaciones al libre ejercicio y movilización de los periodistas.

SEXTA: PROTECCIÓN. Demandamos que las autoridades prohíban las detenciones ilegales, presiones, uso y ejercicio de cualquier herramienta, mecanismo, modalidad de chantaje y coerción en contra de periodistas, en razón de los temas que investigan, lo que piensan, dicen y publican; y que incluyen, pero que no están limitadas a: las condenas a prisión, las detenciones temporales, los allanamientos de morada, las prohibiciones de salida del país o ingreso, la tortura sicológica, la destrucción o decomiso de sus materiales de trabajo, cualquier tipo de violencia o acto intimidatorio que coarte la libertad de expresión, pensamiento, conciencia y de prensa. También exigimos que se castigue a quien incumpla este deber de protección.

SÉPTIMA: NO DISCRIMINACIÓN. Exigimos que las autoridades prohíban la discriminación a periodistas y medios de comunicación por motivos de su ejercicio periodístico.

OCTAVA: COMPROMISO. Periodistas y medios no estatales e independientes nos comprometemos ante la sociedad cubana a ejercer el oficio del periodismo con apego a la verdad y a la búsqueda de los hechos de interés público; a adoptar mecanismos internos que garanticen la verificación y precisión de nuestra información, así como la objetividad, imparcialidad y equidad; y a establecer una clara diferenciación entre información, opinión y mensajes comerciales. El logro de estos fines y la observancia de los valores éticos y profesionales no deben ser impuestos y son responsabilidad exclusiva de periodistas y medios.

Firman:

14ymedio
ADN Cuba
Alas Tensas
Árbol Invertido
Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP)
CiberCuba
Convivencia
CubaNet
Diario de Cuba
El Estornudo
Havana Times
Hypermedia Magazine
La Hora de Cuba
Play Off Magazine
Proyecto Inventario
Puente a la Vista
Rialta Ediciones
Tremenda Nota
YucaByte
La Habana, Cuba, 7 de octubre de 2019

Continúan presiones sobre Premio Nacional de Literatura Independiente

Alenmichel Aguiló y Rafael Almanza frente a la casa de este último

El prestigioso escritor cubano Rafael Almanza fue citado de manera «extraoficial» este viernes por la instructora Janet Díaz para la estación de la PNR en la ciudad de Camagüey, Cuba, informó la revista Árbol Invertido en su página de Facebook:

«Acabo de ser citado, sin documento, para la primera estación de la policía en Camagüey, a las tres de la tarde, con la instructora Janet», publicó Almanza en su perfil de Facebook a las 9:24 de la mañana del viernes 4 de octubre.

A pesar de no recibir citación oficial, decidió acudir, y lo hizo acompañado por el jurista y amigo Alenmichel Aguilo.

Hubo un cambio de planes y, en vez de la instructora Janet Díaz, fue el Capitán Yusniel quien lo recibió.

«Fueron unos 20 minutos», refiere un amigo de Almanza.

«Mientras afuera llovía y una enfermera tomaba la presión alta del prestigioso escritor, el capitán del DSE advertía sobre las supuestas actividades que se desarrollan, según él, en casa de Almanza», relata la misma fuente antes citada.

«Desde luego aludió a la Peña del Júcaro Martiano, y otras, las cuales no quiso mentar, tal vez considerando la presión arterial y tratando de suavizar un posible show».

Rafael Almanza, destacado escritor cubano, ganador del Premio Nacional de Literatura Independiente Gastón Baquero 2017, tiene 62 años y sufre de hipertensión.

«Tras levantarle una nueva carta de advertencia, y después de unos cuantos términos de usanza, el oficial despidió al intelectual sin más».

Para leer la nota completa, clic aquí:

Nota de prensa

Periodista del CEAC engrosaría lista de ‘regulados’ en Cuba

Camila Acosta junto al artista Yasser Castellanos

La policía política continúa coartando la libertad de movimiento en Cuba y sigue en aumento la lista de regulados. La joven periodista Camila Acosta, especialista en comunicaciones del Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC), fue amenazada en la noche de este viernes por el oficial Ernesto, de la Seguridad del Estado: le dijo que este sábado no fuera al aeropuerto José Martí, porque no la iban a dejar abordar el vuelo hacia Washington.

Este viaje es para tener un encuentro de género, sobre los derechos de las mujeres, al que también yo estoy invitada y, por estar «regulada», tampoco podré asistir. Ya somos dos las que no estaremos en este programa de género por decisión de la Seguridad del Estado. Estos actos represivos siguen demostrando la violencia política, el acoso, el hostigamiento y la falta de libertades contra todas las que hemos decidido disentir, y ejercer nuestros derechos, pero vale resaltar que la escala de represión aumenta aún más contra nosotras las mujeres.

Todo esto demuestra el miedo que el régimen le tiene al liderazgo femenino, que cada día crece con mayor fuerza en la Isla. Seguiremos denunciando estas violaciones sistemáticas contra activistas, periodistas, académicas, opositoras, artistas y mujeres que desean una Cuba diferente con libertades, derechos, igualdad, respeto y oportunidades para todas y todos los ciudadanos.

Nota de la redacción: Finalmente, a Camila Acosta le fue permitido viajar. 

Bajo el fuego de la censura

El mayor Alejandro, de la policía política cubana, amenazó en la noche del martes 2 de octubre al productor del álbum musical que yo estaba grabando, junto al rapero Osvaldo Navarro (Navy Pro), y que pensaba concluir en las próximas semanas.

Por tal razón no es posible continuar con el trabajo, lo cual es una clara manifestación de censura contra el arte independiente.

La medida punitiva se agrega a otras que nos vienen aplicando desde el mes de agosto a mí y a mi esposa Nancy Alfaya por su desempeño como promotora cultural y activista social en defensa de los derechos de la mujer.

En el interrogatorio de cuatro horas a que fue sometida el pasado 30 de septiembre, por el referido agente, este le advirtió que impediría la culminación de mi proyecto musical, lo cual definitivamente cumplió sin medias tintas.

El oficial Alejandro le insistió en que, si no se convertía en informante de ellos, elevarían el nivel de la represión contra nosotros y este nuevo episodio represivo confirma las advertencias.

Este acto se enmarca dentro del Decreto 349 que busca la eliminación de las manifestaciones artísticas que no estén bajo el control de las instituciones estatales.

Hago un llamado a la comunidad internacional para que reaccione ante este interminable ciclo de vejaciones y otros atentados contra la dignidad humana por el mero hecho de no comulgar con las políticas del partido único que coartan las libertades individuales y criminalizan el disenso.

 

Escritores y artistas independientes bajo asedio

De izquierda a derecha: Yasser Casteñanos, Jorge Olivera, Marthadela Tamayo, Angel Santiesteban y Osvaldo Navarro. Foto de Camila Acosta

por Jorge Olivera Castillo

El encuentro organizado por el Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) para la tarde del lunes 30 de septiembre fue violentamente interrumpido por la policía política.

La actividad estuvo precedida por la detención en la vía pública de Nancy Alfaya, promotora cultural y coordinadora de la Red de Mujeres por la Igualdad, en el momento en que salía de su domicilio junto a su esposo Jorge Olivera, quien suscribe estas líneas.

El mayor Alejandro, quien estaba al frente del operativo, negó tajantemente brindar información sobre el lugar hacia donde sería llevada.

Poco después de este episodio, un grupo de escritores y artistas nos dimos a la tarea de realizar la actividad cultural en la casa del rapero Osvaldo Navarro (activista y coordinador del proyecto cultural Di.Verso del CIR). Allí se encontraban Yasser Castellanos (artista de la plástica e integrante del movimiento San Isidro), Ángel Santiesteban (laureado escritor y vicepresidente del CEAC), Camila Acosta (periodista y realizadora de audiovisuales, además de desempeñarse como especialista en comunicaciones del CEAC) y Marthadela Tamayo, tesorera del CEAC y organizadora de la Red de Mujeres por la igualdad del CIR.

Finalmente, el encuentro fue frustrado por la irrupción del mayor Alberto, quien entró amenazante a la casa, conminando a terminar la reunión y a desalojar el sitio.

En la calle fuimos objeto de fuertes ataques verbales por parte del mencionado oficial. En mi caso fui obligado a abordar un carro policial que me dejó en un lugar alejado.

Antes que interviniera la policía, se presentó el último número de la revista Puente de Letras, editada por Puente a la Vista Ediciones, y también se habló de los textos publicados en el folleto Diálogo Latino, editado por CADAL. Marthadela expuso detalles de la guía sobre Violencia de Género, uno de los temas recibidos durante su estancia en una beca en Washington. Por su parte, Osvaldo Navarro explicó la situación actual de algunos raperos hostigados por el régimen debido a sus críticas de corte político y social.

También se abordaron otros tópicos relacionados con la necesidad de desarrollar proyectos artísticos y literarios sin las coyundas del Estado y sobre el declive de la cultura nacional sometida a los dogmas del partido único.

Una vez más, la policía nos advirtió que no permitirán ninguna actividad. “Vamos a ser implacables con ustedes”, dijo el oficial Alberto.

Nancy fue liberada tras cuatro horas de interrogatorio en la estación policial de Cuba y Chacón, en La Habana Vieja.

El mayor Alejandro fue extremadamente hostil con sus groseras alusiones, intentos de chantaje e invitaciones a colaborar con ellos. De no hacerlo, serían mucho más violentos, alegó.

La situación represiva se torna peligrosa y enfilada a destruir cualquier intento de estructurar alternativas independientes, sobre todo artísticas, literarias y sociales, en el caso de las que pretenden visibilizar la violencia contra la mujer y potencian el empoderamiento femenino.

El CEAC conserva intacto su compromiso de defender la libertad de expresión en todas sus variantes a pesar de las consecuencias que se deriven de estos actos que violan flagrantemente las libertades consignadas en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.      

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La unidad de la poesía

 

La unidad cubana hoy es solo posible en la poesía, que es donde realmente desaparece el exilio y todas las barreras que separan o restringen. La poesía es una acto íntimo y un ejercicio de libertad, pero algunos no se enteran. No es creación humana, aunque se valga del hombre para materializarse; es un regalo, un don, tristemente quienes establecen límites son los hombres: la poesía establece puentes, rutas verdaderas de encuentro y reencuentro ya sea con nuestra tradición, con la cotidianidad o con nuestra propia memoria.

La poesía verdadera es multiplicidad, es lo que une o reconcilia, es un canto de exaltación universal que va más allá de latitudes y culturas.  No es algo que esté  en venta, no se compra, no se alquila, sobrevive a los conceptos e ideas dogmáticas y politizadas que tratan de regular la escritura en un intento banal, lejos de los convencionalismos intolerantes, de las ataduras históricas y oportunistas, de los estériles conceptualismos.

El poeta vive esa independencia que le da la poesía, tenemos mucho que aprender de ella porque es más que un estado del ser: no tolera moldes ni la inmovilidad, la encontramos diseminada en el cosmos con una capacidad de transformación avasalladora, ya se sabe que es lo esencial e infalible, le iría bien al hombre si no tratara de empobrecerla. Ella es indispensable para la creación de un nuevo orden, para el intelecto y la sensibilidad humana, un reino de verdadera autonomía que intenta valorar las posibilidades creadoras del hombre y sobrepasar  las condiciones históricas, culturales que le impiden realizarse. Por eso solo en ella somos libres, verdaderamente libres.

https://www.crearensalamanca.com/odalys-interian-vencer-las-ausencias-entrevista-de-milho-montenegro/

Waldo Balart en el foro Konkrete Kunst

El foro Konkrete Kunst, una colección de alrededor de 150 obras de arte concreto de casi cien artistas de quince países, vuelve a la palestra pública con la excepcional participación del pintor cubano Waldo Balart, entre otros creadores. Debido a la conversión prevista de la iglesia del monasterio de San Pedro y San Pablo, que la albergaba desde hace años, la exposición finalmente se había cerrado en noviembre de 2016. Ahora, el sitio de exhibición es una antigua planta de energía eléctrica en la ciudad alemana de Jena, donde las obras se presentarán hasta el 20 de octubre.

Exposición: Abierta hasta el 20 de octubre de 2019

Dirección: Nollendorfer Str. 30, 07743, Jena

Artistas expositores en esta edición del Foro Konkrete Kunst:

Waldo Balart, Douglas Allsop, Lucien den Arend, Ulrich Barnickel, Horst Bartnig, Jan Berdyszak, Regine Bonke, Wolfgang Bosse, Hellmut Bruch, Suzanne Daetwyler, Andrzej Dłużniewski, Ralph Eck, Roswitha Ennemoser, Heinz Gappmayr, Tibor Gayor, Tibor Gayor, Tibor Gayor, Tibor Gay Hangen, Ewerdt Hilgemann, Malcolm Hughes, Jean-Pierre Husquinet, Rudolf Kämmer, Kammerer-Luka, Rita Karrer, Thomas P. Kausel, Meta Keppler, Wulf Kirschner, Axel Knipschild, Ute Köngeter, Alfons Kunen, Alfons Kusiek, André van Lier, Josef Linschinger, Peter Lowe, Erich Lütkenhaus, Fritz Meyer-Roland, Manfred Mohr, Ben Muthofer, Knut Navrot, Sigrid Pahlitzsch, Ilkka Pärni, Henri Prosi, Alan Reynolds, Tors , Wolfgang Ritter, Albert Rubens, Jochen Scheithauer, Astrid Schröder, Helmut Senf, Karl Siegel, Eva Sjöberg, Jean Spencer, Peter Staechelin, Heiko Tappenbeck, Kurt Teuscher, AD Trantenroth, Friedhelm Tschentscher, Anna Werkmeister y Mieczysław Wiśnn.

Caracol gigante africano enfrenta ‘Periodo Coyuntural’

Jama...

La invasión del peligroso caracol gigante africano en Cuba podría tener un “final feliz”, según el Dr. Antonio Vázquez, especialista del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, en La Habana. Y es que este doctor ha asegurado que el «animalito» es comestible. Al parecer, bien cocinado, el caracol oriundo de África podría saciar el hambre de los cubanos en pleno “Periodo Coyuntural”, como lo ha llamado el inefable Díaz-Canel. Falta saber si las famosas ollas arroceras del Comandante en Polvo aún están en servicio, pues se recomienda consumirlo a presión:

Ha descubierto la “ciencia”
que el caracol africano
no solo sería vegano
sino que tendría conciencia.
Frente a tanta ineficiencia
que golpea el pueblo hambreado,
frente a tanto “atrincherado”
y dirigente corrupto,
el caracol interrupto
será en Cuba liberado.

Han hallado la manera
de hacer de este caracol
(acompañado de alcohol)
un plato de los de “afuera”.
En la olla arrocera
que trajeran de la China
ya se hierve con inquina
a este animal presuntuoso.
No digo que sea sabroso
mas el hambre ya es canina.

Ni avestruces por jamón
ni jutías a lo García
ni claria en cerveza fría…
es a fuerza de presión,
cual chivo de Bolondrón
o vaca del comandante,
que este caracol gigante
se rinde a la coyuntura:
la olla será insegura,
pero lo ablanda al instante.

 

https://www.youtube.com/watch?v=yrjXtGWeUwwhttps://www.youtube.com/watch?v=greQJIAffSk

George Franklin en La Otra Esquina de las Palabras

Este sábado, a las 3:00 p.m., el poeta norteamericano George Franklin presentará su poemario bilingüe Among the Ruins/Entre las ruinas (Katakana Editores, Miami, 2019) en La Otra Esquina de las Palabras (Café Demetrio), la tertulia dirigida por el poeta cubano Joaquín Gálvez en Miami. Este evento contará con la participación de la poeta Ximena Gómez, quien tradujo al español los poemas del libro, y del editor y escritor Omar Villasana.

Día: Sábado 28 de septiembre

Hora: 3:00 p.m.

Dirección: Café Demetrio (300 Alhambra Circle, Coral Gables)

Ficha biográfica del poeta:

George Franklin es autor de dos poemarios: Traveling for No Good Reason (Sheila-Na-Gig Editions 2018) y un poemario bilingüe, Among the Ruins / Entre las ruinas, traducido por Ximena Gómez al español (Katakana Editores 2018), además de un folleto que publicó Broadsided Press (2019). Obtuvo una Maestría en Poesía de la Universidad de Columbia y un Doctorado en Literatura Inglesa y Norteamericana de la Universidad de Brandeis. Sus poemas han aparecido recientemente en Into the Void, The Threepenny Review, Salamander, Pedestal Magazine, Cagibi, Twyckenham Notes y The American Journal of Poetry (próximo a publicarse). George Franklin es abogado, practica el derecho en Miami e imparte talleres de poesía en las cárceles del Estado de La Florida.

Más ‘regulados’ en Cuba

Michel Matos, un nuevo 'regulado'

El desfile de los “regulados”, eufemismo que utiliza La Habana para impedir que sus críticos viajen al exterior, continúa su curso en Cuba. Ya cerca de 200 personas entre artistas, periodistas, escritores, activistas y opositores integran la lista de secuestrados. Esta vez ha sido detenido en el aeropuerto internacional José Martí el artista independiente Michel Matos, quien estaba invitado a la plataforma de Front Line Defenders, en Dublín, Irlanda, que se realizará entre el 2 y el 4 del próximo mes de octubre. La inauguración estaría a cargo de la expresidenta chilena Michel Bachelet.

“Esta es la primera vez que me prohiben salir del país, sin argumento lógico o causa palpable, la señorita de emigración alega que solo cumple las órdenes que recibe”, puntualizó Matos en Facebook. “Yo afirmé que deberían ser órdenes de la Seguridad del Estado, ella no respondió pero realizó cierto gesto afirmativo. No es secreto, la Seguridad opera como un grupo mafioso, por encima de la ley, y castiga a la ciudadanía buscando efectos emotivos y de desgaste sicológico”.

“Pero ningún gesto va impedir que la verdad prevalezca… ninguna acción va a privarnos del inmenso privilegio de luchar y trabajar por la libertad de Cuba… ¡Su tiempo, comunistas, está llegando a su fin! ¡La libertad está cerca! ¡Cultura y Libertad!”, enfatizó Matos.

Otro caso de «regulado» esta semana es el de Carlos Sebastián Hernández Armas, Secretario General de la Convención Bautista de Cuba Occidental, quien “al pasar por Emigración en el aeropuerto José Martí de La Habana” se enteró de que también estaba regulado. Hernández Armas viajaba para impartir conferencias en un retiro espiritual en la iglesia «Resurrección» de Newark, en New Jersey.

“¿Cada día más impune el régimen? ¿Saben lo que hacen? ¿Son acciones bien calculadas o los manotazos de una fiera que se ve acorralada?”, se preguntó la activista Yoaxis Marcheco en Facebook. “Una tiranía cada día más férrea, un sistema totalitario que viola todas las libertades, entre todas una de las más violadas: la libertad de religión, creencia y conciencia”.

Trazo 7 en Homenaje a Alfonso Bravo Pina

El grupo Trazo 7 invita a la exposición Homenaje a Alfonso Bravo Pina, pintor español. El evento será inaugurado este 27 de septiembre de 2019 y estará abierto hasta el 31 de octubre del propio año en el Centro Cultural Rafael Morales (Talavera de La Reina, España).

Dirección: Plaza del Pan, 45600 Talavera de la Reina, Toledo.

Al grupo Trazo 7 pertenece la artista plástica cubana Astrid Alcayaga, quien participará con las obras Mujeres del futuro (acrílico sobre lienzo) y Moon Woman (óleo sobre tela).

Una loca sublime

 

¿Puede una novela ser tenebrosa y enternecedora al mismo tiempo? Por supuesto que sí. La literatura cubana de nuestra época goza el privilegio de contar con un ejemplo realmente exclusivo. Y no sólo por eso. Boarding Home o La casa de los náufragos, de Guillermo Rosales, es singular por diversas virtudes. Sin embargo, todavía hoy (como hace casi veinte años fue advertido en magníficas reseñas) son escasos los lectores cubanos –de afuera y adentro– que han leído este libro o conocen por lo menos su existencia.

Ni siquiera la conmovedora biografía de su autor, encarnado esencialmente por el protagonista, parece haber sido suficiente para despertar el interés general en torno a la novela. Con todo y que Rosales representa por sí mismo una figura novelesca donde las haya. Trágico como su amigo Reinaldo Arenas y con un poder de imantación como ningún otro dentro de nuestro panorama literario, mayor incluso que el de Carlos Montenegro.

Si El extranjero, de Albert Camus, ha sido proclamada con razón una obra maestra y un clásico moderno, tal vez sería justo que los cubanos incluyéramos a Boarding Home y a su autor en la lista de nuestros clásicos de todos los tiempos. Y conste que el parangón no es caprichoso ni gratuito. A mí particularmente, desde la primera lectura y en todas la relecturas subsiguientes, la novela de Rosales me ha remitido siempre a la de Camus. Existen diferencias entre las dos, desde luego, por más que ni aun al sopesar tales diferencias aprecio yo que la balanza se eleve de manera conclusiva a favor del escritor francés.

Igualmente las dos novelas exhiben coincidencias bien sustanciales. Por ejemplo, en la técnica. Descripciones en primera persona, con ese tono analítico, crudo, desgarrador, de frases cortas con apariencia sencilla pero sobrecargado núcleo. También concurren en la exposición del sustrato existencial o filosófico. Creo que las similitudes son mayores que sus diferencias. Es el mismo estilo, equivalente estructura y muy parecidos enfoques para hilvanar argumentos distintos, aunque no tan distintos cuando los examinamos detenidamente. Lo curioso, en todo caso, es que (por lo menos hasta donde conozco) nadie le haya dispensado a estas semejanzas la atención que merecen. Probablemente porque aun cuando no han sido escasos ni ligeros los análisis sobre la obra de Rosales, fueron realizados mayormente por cubanos, sobre todo por cubanos del exilio.

No me parece que por el solo hecho de que fuera vetada la circulación de esta obra en su mercado natural (llamémosle así al de la Isla), a la vez que poco leída entre los exiliados y emigrantes, se pueda justificar la falta de atención del público y de los escritores y críticos extranjeros. Pero lo cierto es que mientras a Camus le bastó con la publicación de su primera novela para conquistar fama internacional, la de Rosales ha resultado injustamente menospreciada. Y eso que en cuanto al muy peculiar mérito de ser tenebrosa y enternecedora a partes iguales, Boarding Home le saca raya y salida a El Extranjero.  

Aunque no es el parecido entre esas dos extraordinarias novelas la razón que anima estos apuntes. Tampoco la de llover sobre mojado pormenorizando elogios sobre la obra de Rosales, puesto que por más que me tiente hacerlo, otros ya lo hicieron antes y muy bien. De manera que me conformo (y me regocijo) con enaltecer solo a uno de sus personajes. Para mí gusto, el más encantador entre todos los personajes femeninos de la literatura cubana. Y si constriño el asunto a nuestra literatura es porque temo parecer exagerado.

Se llama Francis. Es una loca sublime. Y es el único ser capaz de tocar fibras (sin proponérselo siquiera) en el árido, tortuoso y sombrío corazón de William Figueras, el protagonista, escritor y hombre aniquilado por la vida y por una especie de locura demasiado lúcida. El primer encuentro entre los dos se produce casi a mitad de la novela y no son muchos los encuentros posteriores. De hecho, Francis alinea entre los personajes que menos se hacen notar dentro del refugio para indigentes que sirve de escenario a la obra. Aparece apenas en unas diez escenas, todas muy breves. Pero son suficientes para que su aura fascinante quede incrustada entre ceja y ceja de cualquier lector mínimamente sensible. A mí en particular se me quedó a perpetuidad, por delante de Emma Bovary o Ana Karennina o Lolita o Alicia o Scherezada o Miss Amelia, de La balada del café triste, o La Maga de Rayuela… y a la par de Clarisse Dalloway, la más redonda creación de Virginia Woolf, que es otra de mis grandes preferidas; o de Emily Dickinson, persona real que siempre me ha gustado asumir como divino personaje de ficción.

En el primer encuentro entre Francis y William Figueras, éste comienza a toquetearla sin que medien palabras. Ante cada avance de sus manos, ella responde sumisa con la misma frase: “Sí, mi cielo”. Cuando finalmente la mano llega al pubis, Francis agrega: “Lo que tú quieras, mi cielo”. Entonces él se da cuenta de que está aterrada, tiembla como una hoja. Así que detiene la transgresión. Le toma una mano y se la besa. Ella le dice: “Gracias, mi cielo”, con una vocecita apagada. Pronto Figueras va a intentar estrangularla. No será la única vez. Y siempre que lo intente, Francis sólo dirá: “Sí, mi cielo”.

“Mis sentimientos hacia ella son una mezcla confusa de piedad, odio, ternura y crueldad”, va a confesar el protagonista apenas recién ha conocido a Francis. Y en el entrecruce de tales sentimientos, con el nauseabundo y dantesco boarding home como telón de fondo, germinará entre ellos el amor, como esas bellas flores que crecen silvestres en el campo sobre la mierda del ganado. Aunque nadie debiera estar seguro que se trata de amor. Lo más posible es que no pase de ser alguna fantasía que intentan inventarse a modo de remedio para la desesperación, o un espejismo redentor cuando más.  

Nunca llegamos a saber cómo es Francis físicamente. El protagonista y narrador sólo comenta de pasada que aún conserva algo de juventud y es relativamente deseable, sobre todo porque es limpia, la única persona que huele bien en aquel muladar. Tampoco sabremos cómo piensa, ni cuál es su historia. Oye voces. Es una loca tierna y abúlica. Es dibujante naif: su única señal de vida. Se entretiene dibujando las caras de todos los personajes del boarding home, y a través de esas caras, según Figueras, es posible ver en lo hondo de sus almas. Alguna vez le dice al protagonista que fue revolucionaria y alfabetizadora en Cuba, igual que él, pero que ahora está vacía. Por lo demás, ella no se corporiza más que en una frase: “Sí, mi cielo”. Es un fantasma. Una luminiscente aparición. La breve lucecita que Figueras quiere creer que le indica la puerta del laberinto. Quizás sea esta la causa por la que intenta matarla en varias oportunidades, aunque él lo explica alegando que es debido a la inmensa ternura que le despierta.

Francis desaparece del refugio antes de que concluya la novela, tan repentinamente como apareció. Su desaparición es el coronamiento de un pasaje absolutamente desgarrador.

Figueras le ha propuesto que se vayan del refugio para vivir juntos. Ella lo mira asombrada. Tiembla. Figueras narra: “Me aprieta las manos con fuerza. Me mira con una sonrisa temblorosa. Su emoción es tanta que durante unos segundos no sabe qué decir. Entonces pierde el color del rostro. Pone los ojos en blanco y se desvanece entre mis brazos. Francis –digo, levantándola del suelo-, ¿qué te pasa? Es la ilusión, mi cielo, responde”.

En definitiva no va a ser nada más que eso, una ilusión, además de un fragmento que puede ponerle la carne de gallina al lector más impasible. Figueras proyecta la escapada. “Un pequeño rayo de esperanza irrumpe en el enorme hueco de mi pecho vacío”, confiesa. Pero se está engañando a conciencia. Mientras organiza sus planes, recuerda insistentemente la canción Nowhere man, de Los Beatles. Es obvio que vislumbra el desenlace. Y que pretende (aunque sea inconscientemente) que también lo vislumbren todos aquellos que le escuchan tararear: Él es un verdadero hombre de ninguna parte/Sentado en su tierra de ninguna parte/Haciendo todos sus planes de ninguna parte, para nadie.

No creo haber leído en toda mi vida otra historia de amor más estremecedora. Es el amor dulcemente convertido en trampa para la desesperanza. El amor que destila sus savias hacia el fondo sin fondo del barranco. No digo que sea irrepetible. De estremecedoras historias de amor está colmada la literatura. Incluso esta ocupa un espacio tangencial dentro de la propia novela. No es el plato fuerte de Boarding Home. Lo que le otorga una muy especial singularidad es Francis, el leve pero imperecedero hálito de esta loca sublime que, para mi gusto, sí es un personaje único en nuestras letras.

Medio siglo fuera de juego

El recital de poesía y conversatorio sobre el legendario poemario de Heberto Padilla ‘Medio siglo fuera de juego. Un caso que estremeció la cultura latinoamericana’, tendrá lugar en el Museo de la Diáspora el próximo 12 de octubre.

Fecha: Sábado 12 de octubre de 2019
Hora: 7:00 p.m.
Dirección: American Museum of the Cuban Diaspora
(Museo de la Diáspora)
1200 Coral Way (22,22 km)
33145 Miami
Teléfono: (305) 529-5400

Participantes:
Andrés Reynaldo, escritor
Orlando Jimenez Leal, realizador
Juan Manuel Cao, escritor y periodista
Ramón Fernández Larrea, poeta
Raudel Collazo (Escuadrón Patriota), poeta urbano
Ana Olema, artista y gestora cultural
Hijas y familiares de Heberto Padilla y otros invitados especiales

«Recordando el 51 aniversario del libro de poemas Fuera del juego, escrito por el fallecido poeta Heberto Padilla, prestigiosos intelectuales, poetas, artistas y periodistas de Miami realizarán un recital de poesía a modo de homenaje pero también con el fin de analizar el impacto y la vigencia de esta obra medio siglo después dentro de la cultura cubana y de la región», apuntan los coordinadores del evento.

Convoca:
Museo de la Diáspora, Programa ‘El Espejo’, America Teve & Umbrella Art Foundation

Equipo técnico:
Ana Olema, productora ejecutiva
Diddier Santos, producción general
Annelys PM Casanova, diseño gráfico

Agradecimientos especiales:
Dr Marcell Felipe, Presidente de ‘Inspira America’

Observarte: Concurso de fotografía digital

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), específicamente su grupo Observatorio de Derechos Sociales (ODS), conjuntamente con un grupo de instituciones colaboradoras, invita a participar en la segunda convocatoria del concurso de fotografía digital cubana de temática social, que se regirá por las siguientes bases legales:

Participación y período de recepción de las obras

La recepción de las obras para el concurso comenzará el 20 de septiembre de 2019 y concluirá el 10 de diciembre de 2019. Cada participante puede enviar obras de su autoría a lo largo de este período.

La participación está abierta a todos aquellos ciudadanos cubanos mayores de edad, tanto residentes en la isla como fuera de ella, que deseen, a través de una o de varias fotografías, compartir su visión, sensibilidad o criterio sobre el estado de los derechos sociales en la Cuba de hoy, del modo que considere más realista, artístico u original.

Cada participante puede enviar, como máximo, hasta cinco obras; dos de estas cinco obras pueden ser una serie de no más de cinco fotografías.

Los visitantes podrán votar en la web oficial del concurso (https://observarte.net) por las obras presentadas a esta segunda convocatoria, para el Premio del Público. El período de votación comenzará el 20 de septiembre y se extenderá hasta el domingo 22 de diciembre,  las 22:00 hora de Madrid.

Características de las obras participantes

Dado que es un concurso de fotografía digital, las obras deben estar realizadas con una cámara digital, tableta o móvil.

No se admitirán fotografías realizadas antes del 2010. Las fotografías participantes en la primera convocatoria de este concurso, pueden presentarse nuevamente siempre que no hayan sido finalistas o premiadas. No se aceptarán fotografías premiadas en algún otro concurso fotográfico, ni aquellas que estén participando paralelamente en otro.

Se permite el retoque de las fotografías cuando sea para aplicar filtros globales que mejoren su calidad (brillo, contraste, etc.); igualmente, se permite el uso de HDR. No está permitido, sin embargo, añadir o eliminar elementos a la fotografía, mezclar varias fotos o modificar su composición original; en suma: no se aceptarán montajes fotográficos o collages.

Las fotografías deben respetar los siguientes requisitos: deben ser archivos JPG o PNG, y tener una resolución mínima de 1.280×720 píxeles. El peso del archivo no debe sobrepasar los 2 Megabytes (MB).

Propiedad intelectual y derechos de autor

El autor o autores de la obra, por el solo hecho de ser los creadores de esta, conservarán de manera irrenunciable e intransferible la propiedad intelectual sobre la misma.

Todos los autores, al presentarse a este concurso fotográfico, autorizan al OCDH al uso no comercial de sus imágenes en posibles publicaciones o reproducciones que hagan referencia a la difusión del propio concurso o se relacionen con los objetivos del OCDH (incluida su exposición en la o las páginas webs y redes sociales oficiales de este concurso y de la propia organización), lo cual no impedirá que los autores conserven sus Derechos de Propiedad Intelectual y se responsabilicen del cumplimiento de las disposiciones legales en esta materia.

Cualquier uso que se haga de las fotografías participantes, ganadoras o no, deberá ir siempre acompañado del nombre del autor (o de su seudónimo, en caso de este preferirlo) en un lugar visible.

Las fotografías a concurso pueden estar parcial o totalmente publicadas (en revistas, blogs, redes sociales, etc.), pero su difusión, reproducción o edición en el marco del presente concurso no puede lesionar derecho alguno de terceros.

El OCDH propone que las obras presentadas se acojan a la licencia Creative Commons que el autor considere oportuna. Si este no expresa lo contrario, las obras recibidas se considerarán bajo la licencia Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0). Pueden verse las condiciones de esta licencia en:

https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es_ES.

Los participantes se responsabilizan totalmente de ser los autores de su obra u obras presentadas a concurso bajo su autoría, de que no existan derechos sobre ella otorgados a terceros, así como de toda reclamación por derechos de imagen o de autor sobre las mismas. Por tanto, se exime a los organizadores de cualquier responsabilidad al respecto.

El OCDH se reserva el derecho de excluir del concurso aquellos trabajos que pudieran atentar contra el honor o la dignidad de las personas.

Sobre el envío de las obras

La obra, acompañado por varios datos de esta y de identificación de su autor, puede enviarse de dos maneras: directamente a través del formulario que aparece en el sitio oficial de la convocatoria (https://observarte.net/enviar-obra/), o a través del correo electrónico (a la dirección [email protected]). Los organizadores sugieren que se emplee la primera opción, ya que garantiza un período mucho menor entre la recepción de la obra y su publicación.

Si se envía la obra (imagen o serie) por correo electrónico, deberán necesariamente adjuntarse los siguientes datos, en uno o varios documentos: título de la obra; año en que se tomó la fotografía; nombre y apellidos del autor (o autores), así como el seudónimo con el que desea aparecer públicamente; indicar si el autor o autores residen en Cuba o fuera de la isla; indicar a cuál o cuáles categorías sociales (Gente, Alimentación, Educación, Medio ambiente, Salud, Trabajo, Vivienda, etc.) se aproxima la obra; e indicar si esta ha sido o no publicada anteriormente (en libros, blogs, redes sociales, etc.), ya sea en su totalidad o parcialmente.

Animamos a los autores a enviar además un breve texto descriptivo o complementario a su obra (sobre las circunstancias en que se tomaron las fotografías, lo que se intenta representar o mostrar, etc.). Si el texto no es suyo o está tomado de alguna publicación, necesariamente debe indicar la autoría y el lugar de donde se ha tomado (por ejemplo, la dirección web o los datos editoriales).

El autor deberá incluir un breve currículum o resumen de su persona, así como una fotocopia de su carnet de identidad o pasaporte donde claramente aparezca el número de identidad, su nombre y apellidos, y su fotografía. Estos documentos no tiene que añadirse en cada obra que el autor envíe a concurso, pero sin haberlos recibido al final del período de recepción, dichas obras no se considerarán para ser premiadas.

Si lo encuentra más factible o práctico, el autor también podría facilitar a los organizadores enlaces públicos a sitios de almacenamiento desde donde descargar las obras y la documentación requerida (ya sea a una dirección FTP propia o a servicios como dropbox, googledrive, mega, etc.).

Jurado y Premios

El Jurado (compuesto por no menos de tres y no más de cinco personas) efectuará su evaluación de las obras presentadas en las tres semanas posteriores al cierre de la recepción de las obras. Se dará a conocer la composición del Jurado una vez se anuncie la decisión del mismo, que será inapelable.

El fallo del Jurado se dará a conocer en un comunicado y/o actividad públicos del OCDH, con suficiente publicidad e informando directamente a todos los participantes, vía email, antes de que finalice marzo de 2020.

El Jurado seleccionará una obra ganadora del Primer Premio (que necesariamente debe corresponder a un cubano residente en la isla); una obra ganadora del Segundo Premio; y no más de cinco Menciones. El Jurado puede dar la condición de «Finalistas», a las obras que considere destacables.

El Premio del Público se concederá a la obra que haya conseguido el mayor número de votos en la web oficial, de parte de los visitantes. A las siguientes tres obras, en orden descendente de votos, se les otorgará la condición de «Destacadas por el Público».

Los premiados recibirán un premio en metálico o (a petición propia) su valor en material fotográfico (libros especializados, accesorios o dispositivos), así como una certificación del premio. El monto del Primer Premio será de 500 dólares; de 250 dólares para el Segundo Premio, así como para el Premio del Público; las Menciones recibirán 100 dólares.

Las organizaciones afines que deseen apoyar esta iniciativa pueden otorgar sus propios premios a las obras que consideren; previa coordinación con los organizadores.

El OCDH podrá realizar las comprobaciones que considere oportunas al respecto de las obras presentadas al concurso, y posteriormente de las premiadas o seleccionadas. En el caso de que alguna obra fotográfica premiada fuera posteriormente descalificada por incumplimiento de las bases, el premio o calificación correspondiente pasaría al siguiente clasificado.

Finalmente:

Los datos facilitados serán tratados de forma confidencial, de conformidad con las Leyes de Protección de Datos vigentes. Si los participantes lo desean, puede ejercer su derecho de acceso, rectificación o cancelación de datos, mediante email dirigido a [email protected].

El hecho de participar en este concurso supone la total aceptación de estas bases. La resolución que deba adoptarse por cualquier incidencia no prevista en ellas corresponderá únicamente al Observatorio cubano de derechos humanos (OCDH), quien resolverá con el mejor criterio, sin que proceda recurso alguno.

Pedro Luis Ferrer en concierto

Pedro Luis Ferrer (Collectible Fine Art Photography de Delio Regueral)

La fundación sin fines de lucro Hispanic American Artist Group celebra su sexto aniversario con una cena de gala donde el cantautor Pedro Luis Ferrer ofrecerá un concierto exclusivo para los asistentes.

Esta organización, creada por un grupo de 35 renombrados artistas, tiene la misión de ayudar a través del mundo del arte a niños discapacitados por el autismo.

Lugar: Big Five Club (600 SW 92 Ave Miami, FL 33174)

Fecha: 4 de octubre de 2019

Hora: 8:00 P.M.

Precio: $100.00

Sección VIP: $150.00

Para reservar llame al número: 305-856-5632

Cupo limitado.

Ramón Fernández Larrea en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de septiembre de 2019 con el poeta, humorista y guionista Ramón Fernández Larrea.

Fecha: viernes 20 de septiembre de 2019
Hora: 8:30 de la noche
Dirección: 111 SW 5ta. Avenida
Más información en el (305) 786 747-1877.

El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña (†) y dirigida por Eriberto Jiménez.

Ramón Fernández Larrea (Bayamo, 1958) ha publicado, entre otros, los poemarios El pasado del cielo, Poemas para ponerse en la cabeza, Manual de pasión, El libro de las instrucciones, El libro de los salmos feroces, Terneros que nunca mueran de rodillas, Cantar del tigre ciego, Yo no bailo con Juana y Todos los cielos del cielo, con el que obtuvo en 2014 el Premio internacional de Poesía Gastón Baquero. Además, es autor de las antologías personales Si yo me llamase Raimundo y Nunca canté en Broadway, así como del libro Kabiosiles: Los músicos de Cuba, retratos poéticos de glorias de la música cubana.

Ha residido en Tenerife, Islas Canarias, Barcelona y Miami Beach. En Cuba escribió, produjo y dirigió El Programa de Ramón, un espacio radial de música y humor que tuvo máxima audiencia. En Barcelona hizo radio en la emisora latina Radio Gladys Palmeda, de la que fue fundador. Allí nació el programa Memorias de La Habana, que desde hace cuatro años ha vuelto a radiarse en Miami. Como guionista ha escrito humor para los programas televisivos Seguro que yes y Esta noche tu night, conducidos por Alexis Valdés. En la Feria Internacional del Libro de Miami presentará una reedición de Kabiosiles: Los músicos de Cuba y Cuba a la carta, que reúne las cartas humorísticas escritas a personajes históricos y legendarios, objetos y lugares de la Isla.

Premio de Poesía Editorial Hypermedia 2019

Con el objetivo de apoyar y fomentar la creación poética, la Editorial Hypermedia convoca a su Primer Premio de Poesía.

I Premio de Poesía Editorial Hypermedia 2019:

Podrán participar todos los escritores de origen cubano, sin tener en cuenta su lugar de residencia actual, así como aquellos autores extranjeros que puedan acreditar su residencia en Cuba.

La dotación del premio será de 1.000,00 USD.

La obra premiada será publicada por la Editorial Hypermedia y una selección de la misma aparecerá en el número Primavera/Verano de nuestra revista impresa Hypermedia Review, así como en la publicación online Hypermedia Magazine, durante la segunda quincena del mes de diciembre de 2019.

Presentación de la obra:

La obra presentada tendrá una extensión mínima de 70 cuartillas, independientemente de si se trata de un único poema o de una colección.

El tema y la métrica son libres.

La tipografía a emplear será Times New Roman o Arial, pto 12 (o similar).

El interlineado es libre.

El envío se hará de forma electrónica a la dirección [email protected], en dos archivos independientes, los cuales comprenderán:

1.   La obra a concursar (sin firmar, e identificada bajo un lema o seudónimo).

2.   Datos del autor, identificados por el mismo lema o seudónimo.

Se deberá presentar una sola obra.

Obra inédita:

La obra presentada deberá ser inédita y no premiada anteriormente.

Si el autor presenta la obra a otro concurso, en caso de obtener un premio deberá notificarlo a la Editorial Hypermedia, mediante correo electrónico a la dirección [email protected], para proceder a retirarla del concurso.

No obstante, una obra que haya resultado previamente premiada quedará automáticamente descalificada.

Fechas:

Las fechas previstas para el I Premio de Poesía Editorial Hypermedia 2019, son las siguientes:

La convocatoria queda abierta desde el domingo 1 de septiembre de 2019 y permanecerá vigente hasta el sábado 30 de noviembre de 2019.

El jurado, integrado por cinco escritores de reconocido prestigio, habrá de fallar antes del 15 de diciembre de 2019.

La entrega del premio se realizará antes del 31 de diciembre de 2019.

Tras la deliberación del jurado, una vez abierta la plica, la Editorial Hypermedia se pondrá́ directamente en contacto con el ganador.

En caso de ser premiado, el autor se compromete a declarar bajo su responsabilidad el carácter inédito y no premiado de su obra, y su total aceptación de las bases del concurso.

Obras presentadas:

En ningún caso se mantendrá́ correspondencia al respecto, dado el carácter anónimo del premio.

En casos excepcionales, la Editorial Hypermedia se reserva el derecho de ponerse en contacto con posterioridad al fallo con aquellos finalistas que hubieran podido despertar el interés del jurado.

Todas las obras no premiadas serán eliminadas del servicio de mensajería electrónica de la Editorial Hypermedia. 

Consideraciones legales:

Presentarse al concurso implica la aceptación de todas y cada una de las bases de esta convocatoria, entendiéndose que el incumplimiento de una sola de ellas podrá́ ser suficiente para dejar fuera de concurso la obra presentada.

Las decisiones del jurado son inapelables.

Para cualquier duda, discrepancia, reclamación o cuestión que pueda suscitarse sobre la interpretación y ejecución de las presentes bases, las partes renuncian al fuero propio que pudiera corresponderles y se someten expresamente a la jurisdicción de la justicia.

Reaccionan a secuestro de artista en Cuba

Miembros del Movimiento San Isidro entregan Habeas Corpus de Luis Manuel Otero Alcántara en La Habana.

 Tres días han pasado del secuestro del artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara en La Habana, Cuba, por miembros de las fuerzas represivas del régimen imperante, y creadores y organizaciones internacionales reclaman su aparición desde las redes sociales. A continuación algunas de estas denuncias:

“¿Por qué la desaparición de Luis Manuel Otero Alcántara es forzada? Porque fue arrestado, detenido, secuestrado y sometido a privación de libertad por agentes del Estado, seguido de la negativa a reconocer dicha privación de libertad, ocultando su paradero, sustrayéndolo de la ‘¿protección de la ley?’. La última vez se le vio en las calles San Isidro y Compostela aproximadamente a las 11:15 p.m. del 12 de septiembre (hace 64 horas) mientras era detenido violentamente por al menos cinco agentes del Estado, tres uniformados de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos vestidos de civil. Hasta el momento, Otero Alcántara no se ha comunicado para informar sobre el lugar donde se encuentra detenido, lo que hace suponer que se encuentra incomunicado”.  Laritza Diversent

“Un tal agente Jaime llamó este lunes a Claudia Genlui para asegurarle que Luis Manuel no tenía ni un arañazo. Eso quiere decir que, con el apoyo de ustedes, los obligamos a dar una señal. Ahora exigimos que lo liberen inmediatamente. De lo contrario, que nos den una prueba de vida. Queremos comprobar que está vivo y sin daños físicos o sicológicos”. Luis Dener

«La normalización de este tipo de detención es un secuestro, viola cualquier normativa elemental sobre derechos humanos y es obviamente un abuso criminal sobre la ciudadanía. Nunca debería ser el proceder de autoridad alguna… si esas son las leyes, renegamos de los procedimientos y reglas opresivas. Responsabilizamos a las autoridades políticas y militares cubanas del estado físico y sicológico de Luis Manuel Otero Alcántara». Amaury Pacheco

«Según la ley cubana, después de tres días se debe reportar una detención y en la nueva constitución se habla del habeas corpus. Ya han pasado más de tres días desde que detuvieron Injustificadamente y que no se sabe el paradero de Luis Manuel Otero Alcántara, a eso técnicamente se le llama desaparición. ¿Dónde está Luis Manuel Otero Alcántara?».  Tania Bruguera

«Luis Manuel Otero defiende que artistas en Cuba puedan expresarse libremente, sin temor a represalias. También ha dicho #NoAlDecreto349, una norma distópica orientada a censurar a artistas en la Isla», Amnistía Internacional

“Luis Manuel Otero Alcantara no es que no tenga aval artístico, es que lo tiene demasiado. Tanto es así, que me atrevería a postularlo como uno de los artistas más importantes en Cuba. Luis Manuel ha hecho lo que nadie: volver a negociar los límites de la libertad de expresión en el campo cultural, su obra presupone el rango de posibilidades del arte en la isla, desde lo más conservador hasta lo más rupturista”. Abel González

‘José Martí, cónsul argentino’, de Rodolfo Sarracino: un análisis contextual

 

Rodolfo Sarracino aparenta ser uno de esos pocos investigadores del Centro de Estudios Martianos (CEM) que se atreven a incursionar en serio, más allá de la retórica acumulada por la conveniencia de cierta tradición política nuestra, en la vida y la obra de José Martí. Así, en el libro que da motivo a esta aproximación nuestra, José Martí, cónsul argentino en Nueva York (1890-1891). Análisis contextual (Centro de Estudios Martianos, 2018), como antes en José Martí y el caso Cutting: ¿extraterritorialidad o anexionismo?, declara seguir aquel consejo que diera Roberto Fernández Retamar en Desatar a América y desuncir al hombre: En una de las notas a pie de página escribe Sarracino: “él (Retamar) nos recuerda que no basta con el mero rastreo de las “fuentes” europeas o estadounidenses, ni el alto tenor del bello estilo de Martí, sino (que) sus acciones, y el contexto en que se desenvolvieron, deben estudiarse en profundidad para comprender sus ideas políticas” (nota 5, páginas 49-50). Sugerencia que a la verdad en Cuba ha sido muy poco seguida, no solo por los investigadores martianos, sino por historiadores y sociólogos de la cubanidad en general.

No obstante no hay por qué dejarse llevar por las apariencias. Recordemos que para todo castrista de ley, como lo era el difunto Roberto Fernández Retamar, no se trata en realidad de comprender el pensamiento de José Martí, que sin lugar a duda es exactamente el mismo del Comandante en Jefe, Fidel Castro, sino de demostrar esa identidad y continuidad entre ambos hombres; o por lo menos de tender cortinas de humo retóricas que impidan demostrar lo contrario.

Rodolfo Sarracino, un viejo diplomático reciclado en investigador titular en el CEM, es también un castrista acérrimo, y por lo mismo alguien interesado sobre todo en justificar intelectualmente al castrismo. Solo que un castrista que se ha dado cuenta de que el pensamiento martiano es demasiado complejo como para lograr alcanzar a afirmar al sencillo, popular, espontáneo, guapetón… simplón castrismo como su continuidad, si es que no se lo reduce antes a una retórica armada a base de tópicos y citas descontextualizadas. Pero que por otra parte también ha comprendido que la ya cada vez mayor distancia desde la que necesariamente se mira a la vida, la obra y el pensamiento de Martí, supera claramente al rastrero velo de retórica romántica con la cual convenientemente se lo ha rodeado por nuestra tradición revolucionariezca desde los inicios mismos de la República.

Así, ante el inevitable escenario de que en el futuro se multiplicaran las aproximaciones críticas, que hayan dejado a un lado los prejuicios románticos sembrados por aquella retórica inicial, Sarracino ha optado por aceptar algo de lo que ya no se puede negar. Pero repetimos que no para aceptar y divulgar la verdad toda, sino para lanzar una nueva interpretación parcial de la actitud de Martí hacia su contexto mundial, descargada de muchos de sus puntos inconciliables con el castrismo; el más nefasto resultado evolutivo de la tradición revolucionariezca.

Sarracino ha optado por lanzar sobre el pensamiento y la obra martiana una nueva cortina de humo, una nueva retórica. Eso sí, ahora un tanto más compleja, para prejuiciar a los que nos empezamos a acercar al estudio de ambas, y de ese modo crearnos prejuicios retóricos que impidan veamos lo que sin esos condicionamientos nos sería más que evidente: la radical oposición entre los pensamientos de José Martí y Fidel Castro.

Sarracino parte de un meritorio reconocimiento: “… (Martí) estaba plenamente convencido de que la guerra necesaria no se decidiría solo en los campos de batalla, sino, casi en pareja medida, también en la esfera de las relaciones políticas internacionales y sus complejas interacciones”[i].

Con lo que explícitamente acepta algo que la historiografía y la investigación martiana asociadas a la tradición revolucionariezca, tan interesadas en afirmar la independencia cubana de manera absoluta, como de isla utópica abandonada a sí misma en las soledades del Mar Antártico[ii], han pasado por alto: Que la principal dificultad para que la Isla alcanzara su libertad política no eran los ejércitos españoles, o incluso los activos elementos integristas que en ella habitaban, sino su compleja situación geopolítica, su lugar central y su extrema inserción dentro del mundo noratlántico. Lo cual durante todo el diecinueve llevó a que los mismos incontables intereses involucrados sobre Cuba prefirieran el mantenimiento del status quo español. Y que por tanto la más importante misión para Martí no fuera levantar la guerra necesaria en sí, sino conseguir la actitud idónea para nuestra independencia en cada uno de los interesados en el asunto cubano. Para así evitar a un tiempo el salir de unas manos para ir a dar a otras, o que se terminará por imponer el ideal aislacionista, nefasto para Cuba, de la tradición revolucionariezca que venía de los inicios de la Guerra Grande.

Pero tras esta admisión Sarracino comprende, como seguramente ocurrió tras terminar José Martí y el caso Cutting, su primer libro, en el cual empieza a caminar por esa vía, que esta, de seguirse rectamente lleva muy lejos de los fundamentos ideológicos del castrismo. Por ello de manera premeditada decide torcerla, mediante la adopción de una versión asimilable a dicha ideología política, que entre otras cosas tienda una cortina de prejuicios frente a todo aquel que se acerque al pensamiento y a la obra martiana desde la evolución que han seguido los estudios de ambas. Principalmente de la mano de una institución tan renombrada como el Centro de Estudios Martianos.

En esencia su interpretación de la política exterior de Martí es esta:

“Martí, que obviamente conocía ese proyecto expansionista (Sarracino, un poco antes en este mismo libro nos lo señala: “…garantizar la seguridad en el Paso de los Vientos para los aproches y la construcción posterior de un canal interoceánico”), concluyó que con la independencia de Cuba y Puerto Rico podrían detenerse o demorarse los planes estratégicos norteamericanos, contando con el apoyo de algunos países hispanoamericanos y de una o varias de las grandes potencias europeas, sobre todo Inglaterra y Alemania, con intereses contrarios a los norteamericanos en el Caribe, Centro y Sudamérica y el Pacífico.”[iii]

Para el autor de este libro a los EE.UU., en sus planes expansionistas, no les convenía la independencia de Cuba y Puerto Rico, pero a hispanoamericanos y europeos sí, lo cual crea una oportunidad de oro para lograr independizar a ambas islas. Para ello, frente a su ingente poder anti-independentista a ultranza, un Martí que más parece un Castro pretende usar el contrapeso de América Latina, en especial de Argentina hasta 1892, y de México a partir de entonces, o de Europa, en especial de Inglaterra y Alemania.

Siempre según Sarracino, Martí lograría que esos contrapesos jugaran a su favor al persuadirlos de que era más conveniente para evitar los citados planes expansionistas el que Cuba y Puerto Rico, islas con poco más de dos millones y medio de habitantes escasos, alcanzaran a constituirse en repúblicas independientes, y no continuaran como parte de una España que poco después habría de demostrarse capaz de poner sobre ellas a más de un cuarto de millón de soldados bien armados y entrenados, o que para 1894 todavía contaba con una marina de guerra comparable a la americana. Contradicción que adelantamos no se explica, al menos en la interpretación sarracina del pensamiento geopolítico martiano, y que deja muy mal parado a Martí, al nivel de uno de esos arbitristas de café ibéricos que entretenían sus días en escribirle al Rey memoriales con planes disparatados para resolver los problemas del reino.

La política exterior de Martí es así reducida a un mero equilibrio de fuerzas físicas, y en una sola dirección, con lo que a su vez pone en duda su capacidad intelectual: Sarracino convierte a Martí en un redomado inconsecuente, porque desde esa premisa del equilibrio simplón que le adjudica a su juego geopolítico lo más razonable habría sido compartir la idea que tenían la mayoría de los iberoamericanos, no pocos cubanos autonomistas, las principales cancillerías europeas, e incluso su admirado Roque Sáenz Peña: la de que fuera de la órbita española Cuba necesariamente gravitaría hacia el Monstruo Americano. O sea, en la versión sarracina Martí o es un arbitrista inconsciente, que se atreve a arriesgar el futuro de la nacionalidad cubana en una típica y alocada guerrita latinoamericana, o es un solapado agente anexionista…

Sin duda a Martí le preocupan los EE.UU., pero también el Reino Unido mismo, que por momentos parece dejar de confiar en el status quo y asume, con muestras de cierto desespero, una actitud más activa para evitar el reposicionamiento del Coloso Americano en las puertas mismas del canal que por entonces se construye en la todavía provincia colombiana de Panamá. Incluso una de las conspiraciones para traspasar la soberanía sobre la Isla a la Pérfida Albión, apoyada tanto por peninsulares como por insulares, llegaría a ser denunciada por el hermano negro de Martí, Don Juan Gualberto Gómez, desde las páginas del diario de que era propietario[iv].

En cuanto a Alemania, no debe de dejar de mencionarse el que el general Juan Prim, al  proponerle a Bismark en 1870 que un miembro de una de las ramas de la familia real prusiana ocupara el trono de España (Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen), puso como condición el que el heredero declarara que Cuba permanecería bajo soberanía española, o lo que es lo mismo: que no la cedería bajo ninguna circunstancia a la Prusia que ya iba para Imperio Alemán[v]. Lo que demuestra que algún interés debía de haber, cuando un político como Prim se apresuró a sentar tal condición.

Es necesario, para hacernos una más correcta idea del contexto internacional del pensamiento y la obra martianas, destacar un par de escenarios contemporáneos a Martí que Sarracino no menciona en su libro:

Primero, para 1895 el Canal de Panamá, aunque con serios inconvenientes y periodos de incertidumbre, seguía en manos de una compañía francesa, la Nouvelle Compagnie Universelle du Canal Interocéanique de Panamá. O sea, sobre el Canal por entonces los americanos tenían un muy limitado dominio (cierto número de acciones), y aunque era previsible que terminaran la obra en que literalmente se habían encharcado los franceses, no era algo todavía seguro. Dependía de la buena voluntad anglo-germana el que los americanos pudieran controlar una obra que les iba a permitir poner en contacto, con menores costos de flete, a sus costas este y oeste (el trasporte por mar a través de Istmo resultaba más barato que por ferrocarril, cruzando todo el continente norteamericano).

Segundo, si indagamos en los registros navales de Washington comprobaremos que la numeración de los barcos acorazados de los EEUU comenzó con el Indiana (BB-1), asignado el 20 de noviembre de 1895. Por tanto, a la muerte de Martí la marina americana no tenía terminado ninguno de los acorazados de I clase que por entonces construía, incluidos los futuros BB-2 Massachusetts, y BB-3 Oregon[vi], por demás todos con evidentes deficiencias técnicas (la principal un francobordo demasiado bajo). Lo cual situaba a la marina americana por detrás de la inglesa, de la francesa, de la alemana, de la italiana, de la austro-húngara, o de la rusa, e incluso de la japonesa o la española[vii]. Y en cuanto a su despliegue en el Pacífico, hasta la comisión del USS Oregon en ese océano, en 1897, la misma cedía allí a la marina chilena.

Estas dos situaciones dejan a las claras la realidad del poder americano en tiempos de Martí, que no era todavía ni con mucho el que llegaría a ser con el Nuevo Siglo Americano. Sobre todo en sus décadas de los cincuenta y sesenta, periodo de surgimiento y apogeo del castrismo; una corriente política profundamente traumatizada por esa coincidencia.

En verdad la idea de Martí del equilibrio de los campos de poder mundial sobre la puntual Isla de Cuba era algo más compleja, y no compartía la visión sarracina, profundamente maniquea, de contrapesar a los yanquis, y ya. Que Martí no solo temía a los americanos es lo más natural del mundo, si es que usted conoce cómo es que funcionaba la política internacional de su tiempo.

Eran tiempos de política de fuerza simple y llanamente, en que las potencias europeas no tenían remordimientos en reunirse, como en Berlín en 1885, para repartirse entre ellas a todo un continente cual si de un pastel de cumpleaños se tratara (los EE.UU. no participaron de manera efectiva en esa Conferencia, y mucho menos en el reparto). No eran por tanto los EEUU el principal enemigo de América Latina en 1890[viii], año de publicación del ensayo Nuestra América. Lo era la Europa que acababa de dividirse a África y que mañana podía hacer lo mismo con América, bajo la muy legitima justificación de ese entonces, del despoblamiento y la necesidad de usar los muchos recursos subutilizados del continente para alimentar al Dios Progreso. Una Europa con un poder tecnológico y demográfico que superaba de manera abrumadora a la casi despoblada, y muy atrasada, América Latina: en 1890 Francia, la gran potencia europea menos poblada, contaba con 35 millones de franceses, lo que sobrepasaba por unos cuantos millones a la población de toda América del Sur.

Por ello es que Martí habla en el primer párrafo de Nuestra América de los gigantes de las siete leguas, no del gigante de las siete leguas, como si ya lo hace en el segundo, para referirse a la actitud que deberán tomar las repúblicas latinoamericanas si es que uno de esos gigantes viniera sobre ellas. Por eso también, en clara referencia a la Conferencia de Berlín, de la que lo separa solo un lustro, habla de la pelea de los cometas, que dormidos van por el cielo engullendo mundos; en este caso continentes.

La idea de Martí, por tanto, incluye varios equilibrios bidireccionales, no uno solo. Y es un fino cálculo que va más allá del intento de contraponer el mundo a un vecino malévolo al que se le adjudican aspiraciones quizás no muy erradas, pero posibilidades irreales para realizarlas. Pero sobre todo sin tomar en cuenta que la propia naturaleza del ideal político sobre el que se sustenta ese vecino es en definitiva la principal barrera para esas aspiraciones, siempre nacidas entre un específico elemento con ambiciones imperiales, tanto hacia afuera como hacia adentro. De hecho es al tener en cuenta esa particular naturaleza republicana de los EE.UU., al decir de Martí, que sobre esa vecindad funda en lo principal su idea de independizar a Cuba y Puerto Rico. Algo que, por supuesto, en el beato convento castrista del Centro de Estudios Martianos nunca se estará dispuesto a reconocer.

En general su esquema de contrastes es el siguiente:

A los EEUU pretende equilibrarlos (1) al sacar provecho del interés de las dos superpotencias europeas, Alemania e Inglaterra, por entonces muy cercanas entre sí, en que los EE.UU. no llegaran a convertirse en un nuevo rival de ambas, una tercera superpotencia global; (2) al usar a nuestro favor el interés americano de no enfrentar directamente a los gobiernos y a la opinión pública latinoamericana, región que por entonces pretendían usar de la única manera que les era factible, diplomáticamente, para crear un área de libre comercio para sus productos sin mercado[ix]; (3) gracias al interés de específicas naciones latinoamericanas, sobre todo México y Argentina, en marcar sus propios equilibrios hemisféricos frente a los EE.UU. (en el caso de Argentina por la cercanía creciente entre estos y Brasil, su gran rival sudamericano); (4) pero sobre todo aprovechando la propia naturaleza republicana de los EE.UU.

En cuanto a los europeos (1) mediante el apoyo de las naciones latinoamericanas, interesadas en que Europa no mire hacia este hemisferio de la misma manera que miraba por entonces al resto del mundo (con ánimos recolonizadores), naciones latinoamericanas que por demás tienen firmes lazos comerciales y diplomáticos con Inglaterra, que las convierten en interlocutores con cierta voz en el Londres sede por entonces del hegemón mundial; (2) y al aprovechar el ideal de una América Republicana, en contraposición a la monárquica Europa, lo que a la vez implicaba sacar provecho de cierto sector republicano, creciente, de la opinión pública europea, y a la vez de la mayor República del hemisferio occidental, y de la sombrilla de poder que proyectaba ya sobre las islas de Cuba y Puerto Rico.

O sea, no es solo oponer el mundo a los EE.UU. lo que pretendía José Martí, y los dos puntos que marcan con claridad las diferencias entre el simplón planteamiento sarracino (castrista), y el sofisticado martiano, son los dos últimos de cada párrafo: el relacionado con la naturaleza republicana de los EE.UU., y el referido a sacar provecho de la sombrilla de poder americano, no solo a intentar alejarla de encima de nosotros.

De más está afirmar que José Martí sabe que ese complejo equilibrio sobre su Isla no se arma espontáneamente, y mucho menos se mantiene luego inalterable en el tiempo por sí mismo. Se necesita de una Política Exterior de la Revolución que ayude a montarlo, y luego a sostenerlo. Pero esa política no puede ser solo de equilibrios de fuerzas, sino más bien de reinterpretación de las ideologías ajenas a nuestro favor. Se impone en consecuencia comenzar por convencer a los múltiples intereses involucrados sobre el espacio físico e ideal de la Isla de la conveniencia para cada uno de ellos de la independencia de esta, o a su vez persuadir a los cubanos de la necesidad de adoptar desde la guerra unas formas republicanas que quizás sea cierto, inevitablemente embarazaran al esfuerzo bélico, pero que permitirán sin embargo que la Revolución encaje en ciertos valores continentales, americanos, más útiles que las armas del Ejército Libertador para asegurar que Cuba Libre consiga mantenerse independiente en un mundo dominado por cometas que dormidos van engullendo mundos.  

La propuesta martiana a Europa en esencia está contenida en un párrafo del Manifiesto de Montecristi:

“La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo. Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia, abandonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo.”

Martí le propone a Europa una nación fuerte, con intereses semejantes a los europeos en contener a los EE.UU, situada en una isla con maravillosos puertos a medio camino entre ese país y el canal que se construye, pero que por entonces todavía no es americano.

Pero: ¿Por qué preferir a esa isla independiente en lugar de española? He aquí una de las claves concretas que nos dejan ver las diferencias entre el verdadero pensamiento martiano y su interpretación sarracina.

Quizás porque Martí cree, y quiere que los europeos compartan su creencia, en que tras abrir la Isla al mundo, y sobre todo a las grandes emigraciones europeas, como por entonces sucede en Sudamérica, Cuba podría llegar a un crecimiento económico y demográfico sostenido, que le permitiría fortalecerse hasta el punto de poder defender su territorio mejor que bajo el dominio colonial español, y la sombrilla de su ejército[x]. Pero sobre todo porque Martí sabe que en las cancillerías europeas hace rato existe el convencimiento de que es solo cuestión de tiempo el que Cuba abandone la órbita española, y ante el casi seguro traspaso de su soberanía a los EE.UU. él les propone una solución que les evitaría irse a la guerra, o por lo menos la molestia de tal cesión a un rival que se empoderaría con ella: dejar esa soberanía en la misma Cuba, esa que él promete abierta a sus capitales, y a todos los europeos que quieran venir a trabajar en ella por su engrandecimiento y progreso.

Pero advierto que no esto todo, y mucho menos lo más esencial, como más adelante veremos ya con mayor claridad.

En cuanto al intento de usar a Latinoamérica, tanto para contener a europeos como a americanos, tiene dos caminos. El primero mediante la labor de concienciación de las opiniones públicas hispanoamericanas, que se desarrolla desde la tribuna de la prensa continental a la que ha tenido acceso privilegiado durante la década de los ochenta, y se condensa en la propuesta de Nuestra América: o sea, en crear, en la defensa del derecho de Cuba a ser independiente, las bases de un futuro sistema de seguridad colectiva. El segundo corre a través de sus rejuegos diplomáticos, primero con la Argentina y después con México, se desarrolla en sus contactos personales con los círculos de poder de ambos países, y pretende presentar a ambos la independencia de Cuba como de muy útil para resolver sus propios problemas geoestratégicos.

Por su parte, a los americanos Martí pretende ganarlos a la causa independentista mediante las promesas y sugestiones que hace en carta al director del New York Herald, el 2 de mayo de 1895:

(1) “Cuba se ha alzado en armas… para emancipar a un pueblo inteligente y generoso… de la nación española, inferior a Cuba en la aptitud para el trabajo moderno y el gobierno libre, y necesitada de cerrar la Isla, exuberante de fuerzas naturales y del carácter natural que los desata, a la producción de las grandes naciones para mantener con el ahogo violento de un pueblo útil de América, el mercado único de la industria española, y los rendimientos con que paga Cuba las deudas de España…”

(2) “El hijo de Cuba…padece… de ver encadenado su suelo feraz, y en él su sofocante dignidad de hombre, a la obligación de pagar, con sus manos libres de americano, el tributo casi íntegro de su producción… a las necesidades y vicios de la monarquía (española), cuya composición… le impide permitir jamás al atormentada Isla de Cuba que en la hora histórica en que se abre la tierra y se abrazan los mares a sus pies, tienda anchos sus puertos y sus aurígeras entrañas al mundo repleto de capitales desocupados y muchedumbres ociosas, que al calor de la República (cubana) firme hallarían en la Isla la calma de la propiedad y un crucero amigo.”

(3) “A la boca de los canales de los canales oceánicos, en el lazo de los tres continentes… y a las puertas de un pueblo perturbado por la plétora de los productos de que en él se pudiera proveer, y hoy compra a sus tiranos, Cuba quiere ser libre, para que el hombre realice en ella su fin pleno, para que trabaje en ella el mundo, y para vender su riqueza escondida en los mercados naturales de América, donde el interés de su amo español le prohíbe hoy comprar.”

(4) “Los Estados Unidos, por ejemplo, preferirían contribuir a la solidez de la libertad en Cuba, con la amistad sincera a su pueblo independiente que los ama, y les abrirá sus licencias todas…”

(5) “… el pueblo de Cuba, atado a un amo de constitución nacional incorregible, paga, con el producto casi total de sus productos despreciados en la lucha sin término entre el interés español, impotente para cerrar el único mercado a España en la Isla, y las represalias de la Unión Americana…”

(6) “Plenamente conocedor de sus obligaciones con América y con el mundo, el pueblo de Cuba sangra hoy a la bala española, por la empresa de abrir a los tres continentes en una tierra de hombres, la república independiente que ha de ofrecer casa amiga y comercio libre al género humano.”

Es evidente, por más que se quiera esconder, que José Martí hace aquí a los americanos promesas neoliberales de abrir el comercio de Cuba, y de permitir la libre inversión y explotación de las tierras, minerales y puertos de la Isla a los ociosos y desocupados capitales extranjeros. Sobre todo a los de ese pueblo a cuyas puertas se encuentra, y que ansía venderle algo de esa multitud infinita de productos que producen sus granjas o sus fábricas.

Pero el entreguista Martí (al decir de un Sarracino que fuera consecuente con la verdad y su fe castrista) hace más aquí. Si leemos con detenimiento la farragosa oración de la que hemos tomado la cita 5[xi], comprenderemos de inmediato que en el sentido paralelo que arman sus muchas subordinadas habla de los productos cubanos depreciados, por la súbita decisión española del año anterior (1894) de elevar los derechos de entrada a los productos americanos en la Isla, en respuesta a la cual medida, a su vez, Washington le retiro a Cuba Colonial las ventajas para la importación de azúcar y tabaco que le habían traído el Bill McKinley. O sea, Martí emite el juicio de que los productos cubanos han quedado depreciados por la decisión de España de tomar medidas que echaban abajo el tácito Tratado de Reciprocidad establecido en 1891. El cual Tratado le había permitido a la Isla colocar sus azúcares en el único mercado para ellos que le iba quedando, en un mundo en el cual los europeos, los otros grandes consumidores, preferían proteger mediante ruinosos aranceles su propia azúcar de remolacha[xii], o importarla de sus colonias en el caso inglés. Por cierto, ese juicio de hecho constituye una demostración de su apoyo a ese Tratado tácito, e incluido en este texto en particular una promesa a los lectores americanos de su apoyo al mismo.

Hay todavía más en esta carta-declaración a la prensa americana: Martí demuestra confiar en que por su propia naturaleza de república, basada en los valores de la democracia liberal, y por su propio discurso adoptado a lo largo del diecinueve de presentarse a sí mismos como los campeones defensores de los valores republicanos, liberales y democráticos en el hemisferio occidental, estos no podrían atacar a otra república que demostrara fehacientemente constituirse sobre esos mismos valores. Lo dirá más claramente unos pocos días después, en su último texto conocido, su inconclusa carta a Manuel Mercado:

“La guerra de Cuba… ha venido a su hora en América, para evitar… la anexión de Cuba a los Estados Unidos, que jamás la aceptarán de un país en guerra, ni pueden contraer, puesto que la guerra no aceptará la anexión, el compromiso odioso y absurdo de abatir por su cuenta y con sus armas una guerra de independencia americana.”

Para Martí, la misma esencia del discurso sobre el que sostienen los EE.UU. su aspiración a extenderse por todo el hemisferio les impide enfrentar directamente a un pueblo americano que luche por su independencia. Se presentan ellos cual los campeones defensores de la libertad hemisférica, inmanente a América y su historia de poblamiento; discurso inmanentista en que fundan su propio derecho a vivir independientes, en esta parte del mundo, de la por entonces todavía más poderosa Europa. No pueden por tanto ir contra ese mismo discurso, y atacar por su interés más burdamente sostenido a un pueblo americano que también busque esa independencia con el deseo y el valor suficientes. Los principios sobre los que basan su supuesta superioridad sobre la monárquica Europa se los impiden.

Y es precisamente este convencimiento martiano el que nos permite ver el punto que faltaba para acabar de convencernos de que no era Martí un arbitrista, y mucho menos un castrista, al estilo de su interesado exégeta Sarracino. De comprender en fin por qué para él los europeos iban a preferir una República de Cuba, independiente, liberal y democrática, a una Cuba Española.

El hecho es que si ante alguien proyectaban los americanos ese referido discurso auto legitimador era precisamente ante Europa. Por tanto para el Apóstol, que como hemos dicho ya sabía del convencimiento europeo en la precariedad cada día mayor de la dominación española en la Isla, y de la casi segura posibilidad de que Cuba derivará hacía los EE.UU., bastaba con darle a la Revolución un claro carácter republicano para resolver dos problemas de un tiro: por una parte los americanos no podrían “abatir por su cuenta y con sus armas una guerra de independencia americana” llevada desde los principios republicanos, y mucho menos a la República que saliera de ese conflicto; lo que a la vez funcionaba como una buena garantía para los europeos mismos, que sabían que los americanos no podían infringir ese límite que se ponían precisamente ante ellos, y que era la base de la aspiración de los EE.UU. a que se les permitiera convertirse en el hegemón hemisférico.

Para Martí los europeos conocían que los americanos estaban obligados, por el propio discurso auto-legitimador con que se presentaban ante ellos, a respetar y a defender una República Cubana virtuosa, que cumpliera a rajatabla con los principios democráticos liberales; obligación que por el contrario no tenían con una colonia de una monarquía europea venida muy a menos, por demás a la vista de sus mismas costas.

Entendamos que ante los políticos europeos, y sobre todo ante un sector clave de la opinión pública europea (sus crecientes sectores progresistas de clase media, con ideales y aspiraciones republicanas), los EE.UU. tenían que mantener limpio su historial de grandes defensores del ideal republicano, de gobierno independiente del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo. Porque era gracias al apoyo de esos sectores que podían aspirar a ir ascendiendo poco a poco, por entre las contradicciones entre las superpotencias europeas, para hacerse un lugar entre ellas.

A contrapelo de lo interpretado interesadamente por Sarracino, Martí con lo que menos contaba era con el poderoso armamento europeo, o con sus ingentes flotas para equilibrar a los EE.UU. En lo fundamental contaba con la influencia de ese mencionado sector de la opinión pública europea para obligar a nuestros vecinos del Norte a no traicionar su propio discurso auto-legitimador. De más está decir que el sector de opinión pública más importante de la época.

Tal designio de Martí, de aprovechar los mismos principios republicano-liberal-democráticos sobre los que se asientan los EE.UU., y sobre todo la elevada visión que de sí mismos tienen sus simples ciudadanos y directores de opinión, para defenderse precisamente de cualquier amenaza que naciera de ellos, y de otros, queda aún más clara en un fragmento de su obra con el cual Sarracino necesariamente tuvo que trabajar bastante en sus estudios del caso Cutting, y al cual, de manera inexplicable, y no por dislexia, el autor no logra sacarle todo lo que tiene. Me refiero a aquel en que nos dice El Maestro:

En los Estados Unidos se crean a la vez, combatiéndose y equilibrándose, un elemento tempestuoso y rampante, de que hay que temerlo todo, y por el Norte y por el Sur quiere extender el ala del águila, —y un elemento de humanidad y justicia, que necesariamente viene del ejercicio de la razón, y sujeta a aquel en sus apetitos y demasías. Dada la dificultad de oponer fuerzas iguales en caso de conflicto a este país pujante y numeroso, es útil irle enfrenando con sus propios elementos y procurar con el sutil ejercicio de una habilidad activa, que aquella parte de justicia y virtud que se cría en el país tenga tal conocimiento y concepto del pueblo mexicano, que con la autoridad y certidumbre de ellos contraste los planes malignos de aquella otra parte brutal de la población, que constantemente se elabora por la seguridad de la fuerza y el espectáculo del éxito: a un informe falso, un informe verídico: a un artículo avieso, un artículo en que se exhibiesen las razones de él, o se denunciaran sus errores. A diarios hostiles, un diario defensor. A libros enemigos libros justos. Todo en la lengua hostil, con prudencia a la par que viveza. En suma, un estandarte permanente, clavado en el campo que pudiera convertirse en enemigo.[xiii]

Martí, y lo deja muy claro aquí, por cierto, considera que el mejor modo de que México, e igualmente una futura Cuba independiente, detengan los intentos americanos de hacerlos desaparecer como unidades políticas independientes, está en que logren usar a su favor los principios republicano-democráticos que los americanos daban por sus fundamentos ciertos. De lo cual a su vez se desprende que Martí también tenía en mente usar a los EE.UU., a su sombrilla de poder, mediante la comunicación constante con su opinión pública nacional, como un recurso para salvaguardar a una futura República de Cuba de las asechanzas americanas, y se sobrentiende, también de las europeas.

¿Con qué debía cumplir dicha República Cubana para poder sacar todo ese provecho de la naturaleza de los propios EE.UU? Aquí me permito citar un fragmento de una carta de Martí a Gerardo Castellanos, que alguien como Roig de Leuchsenring dio por suficientemente buena como para citarla a su vez:

“No hay más modo seguro y digno de obtener la amistad del pueblo norteamericano que sobresalir ante sus ojos en sus propias capacidades y virtudes. Los hombres que tienen fe en sí, desdeñan a los que no se tienen fe; y el desdén de un pueblo poderoso es mal vecino para un pueblo menor. A fuerza de igualdad en el mérito, hay que hacer desaparecer la desigualdad en el tamaño. Adular al fuerte y empequeñecérsele es el modo más certero de merecer la punta de su pie más que la palma de su mano. La amistad, indispensable, de Cuba y los Estados Unidos requiere la demostración continua por los cubanos de su capacidad de crear, de organizar, de combinarse, de entender la libertad y defenderla, de entrar en la lengua y los hábitos del Norte con más facilidad y rapidez que los del Norte en las civilizaciones ajenas. Los cubanos viriles y constructores son los únicos que verdaderamente sirven a la amistad durable y deseable de los Estados Unidos y de Cuba.”[xiv]

Es este en esencia el esquema martiano de política exterior, mediante el cual se proponía lograr la independencia de Cuba. Que al final no rindiera todos los resultados que se propuso su inspirador no lo demerita, sin embargo, como a todo plan al que siempre las circunstancias superarán, y al cual sus impulsores deberán corregir sobre la marcha. No debemos nunca dejar de comprender que era un plan trazado sobre las circunstancias de un hombre que murió en mayo de 1895, cuando el Canal de Panamá era todavía un sueño y estaba en manos francesas; tres años antes de que los marinos ingleses estacionados en Honk Kong, al ver partir a la escuadra americana con destino a la Filipinas, se dijeran entre ellos que aquellos iban a una segura muerte, al atreverse a enfrentar a una nación que contaba con una mucho mayor tradición naval; y cinco años antes de que su compatriota José Ignacio Rodríguez, uno de nuestros más preclaros anexionistas, escribiera un libro con el fin de demostrar que lo que se proponían hacer McKinley y su camarilla con Cuba, y ya hacían con Puerto Rico, nada tenía que ver con las aspiraciones, los sueños que habían inspirado el ideal anexionista en miles de buenos cubanos durante todo el siglo.

No obstante es imprescindible agregar que aunque en sus planes con Latinoamérica Martí tuviera un claro fiasco, no ocurrió así con el factor central sobre el que se desenvuelve su Política Exterior: Aprovechar el discurso auto legitimador de los americanos para independizar a la Isla y luego sostener a una futura República Cubana. Porque si algo contuvo a McKinley y su camarilla de alcanzar a hacer lo mismo con Cuba que con Puerto Rico, estuvo en la demostración que ante las opiniones públicas europeas y americana dieron los cubanos de su empeño de vivir independientes, según los modos republicanos. Es cierto que terminamos convertidos en un pseudo-Protectorado americano, pero ello es solo achacable al rápido cambio de la situación internacional entre el 19 de mayo de 1895 y el verano de 1900.

Epílogo

En su más reciente libro, José Martí, cónsul argentino en Nueva York (1890-1891). Análisis contextual, del Centro de Estudios Martianos, como en toda su obra, Rodolfo Sarracino más que buscar la verdad, instrumentaliza a José Martí para sus fines políticos: fundamentar al castrismo como supuesta continuidad de la suya. Un Martí cuya obra ya no se presenta mediante los viejos recursos retóricos habituales, de la época de los romanticismos independentistas, sino mediante otros que él llama a crear. Porque solo es en este sentido que pueden ser tomados sus constantes llamados, a lo largo del libro, a completar su obra iniciada con el análisis del caso Cutting; una obra toda que en realidad consiste en lo que hemos demostrado aquí.   

En esencia el modelo martiano de política exterior se distingue del que Sarracino le asigna en dos aspectos: El primero, en que los EE.UU. no solo son algo a contrapesar, sino un fundamental contrapeso, en este caso de las potencias europeas, pero sobre todo de sí mismos. El segundo, en que en su modelo de Martí en lo que menos se basa es en los contrastes de fuerzas físicas, de ejércitos, armadas, capacidad industrial… al darle más importancia a los universos ideológicos, al cómo se ven los distintos actores. De lo que trata de sacar provecho a través de la comunicación constante con las más diversas opiniones públicas, sobre todo americanas pero también europeas, más que al usar de las usuales maquinaciones de cancillerías y tras las bambalinas del poder político. Maquinaciones que no obstante tampoco despreciará, más que nada en países como el dictatorial México o en la Argentina, dominada por su clase terrateniente y anglófila, en que la opinión pública tiene una influencia muy limitada.

Aunque tales planes no se lograron cumplir más que de manera parcial (Cuba terminó convertida en un pseudo-protectorado), no se debe dudar de que la metodología de su concepción resultaba más atinada que aquella que pretende asignarle Rodolfo Sarrasino: en esencia la castrista, y que es por lo mismo una mejor propuesta metodológica para nuestra actuación presente, y en general en cualesquiera tiempos futuros, que la de Fidel Castro y quienes ahora se dicen su continuidad.

Notas.


[i] Página 13.

[ii] Así definía Enrique José Varona el ideal de la tradición revolucionariezca, en su convenientemente olvidada carta al general Maximiliano Ramos, Presidente del Partido Republicano (cubano), de 21 de agosto de 1900. Nosotros la hemos publicado en el primer número de Cuadernos de Pensamiento Plural, y también en el primer número de Cuadernos para la Transición.

[iii] Página 125.

[iv] La Fraternidad, en la estratificada sociedad cubana de la época un periódico de negros y mulatos.

[v] Prim quizás pensaba que el enfrentamiento con los EEUU por Cuba era inevitable, y que por tanto el nuevo rey español seguramente se vería obligado, en algún momento futuro, a pedir ayuda a otros gobernantes de su casa. Por lo que intentaba dejar establecido a tiempo que esa ayuda no podría condicionarse a que Cuba fuera transferida a los prusianos; poco después al Imperio Alemán.

[vi] El USS Texas, o el posterior USS Maine, botados y asignados antes de la muerte del Apóstol, no eran propiamente capital ships, sino acorazados de II Clase, o cruceros acorazados, por demás ya obsoletos tecnológicamente para la época en que fueron botados. De blindaje débil, no servían para enfrentar a las flotas principales de las seis primeras marinas mencionadas más arriba; de velocidad muy baja, tampoco podían ser usados como cruceros.

[vii] A la muerte de Martí España contaba con un acorazado, el Pelayo, y dos acorazados de II clase, el Infanta María Teresa, y el Vizcaya. El Almirante Oquendo sería asignado el 21 de agosto de 1895.

[viii] Por esa época lo único que podían hacer los americanos, más allá de México o ciertas regiones del Caribe y Centroamérica, era intentar por la vía diplomática establecer uniones monetarias o aduaneras en el hemisferio, cual hicieron en la Conferencia Panamericana de 1889. No en balde poco antes de esta fecha, el Presidente del Comité de Asuntos Navales del Congreso había predicho que en caso de que la totalidad de la flota americana se enfrentara, en mar abierto, al recién adquirido acorazado brasileño  Riachuelo, ninguno de esos barcos regresaría a puerto.

[ix] De hecho, si se observa la corriente expansionista-imperial en los EE.UU., de los Blaine, Mahan y luego McKinley o Roosevelt, solo consigue levantar vuelo cuando la Conferencia Panamericana se demuestra un fracaso, y con ella el intento americano de afirmar diplomáticamente a América como un mundo aparte del que en el Viejo Mundo arman los europeos. Es significativo el que el libro de Alfred Mahan, The Influence of Sea Power upon History, 1660-1783, fuera publicado precisamente hacia las postrimerías de esa Conferencia, o que solo a partir de entonces tomará verdadera velocidad el programa naval.

[x] En los cálculos de Martí siempre estuvo presente la errada subvaloración de la capacidad de España para poner sobre la Isla a un ejército tan considerable como que acá envió durante la Guerra Grande. En ese error de cálculo fue determinante lo sucedido durante la I Guerra del Rif entre 1893 y 1894, cuando en las puertas del reino no fue capaz de responder con rapidez y contundencia a la amenaza en que vivió por esos días su enclave africano de Melilla.

[xi] Hemos desbrozado un poco la prosa martiana en estas citas. Martí tenía tendencia a tener torrentes continuos de intuiciones paralelas que él incluye en la forma de subordinadas a la oración en la que desarrolla una idea determinada y preponderante. Estas ideas secundarias a veces le resultaban tan fuertes que a media oración estas pasaban a sustituir a la principal, con lo cual cargaba de sentidos su texto, sin duda, pero a costa del lector. Esto es más corriente en esos textos de urgencia, como en este caso, escritos a toda carrera y muchas veces sin posibilidad final de revisión, que reflejan las características cuánticas del pensamiento martiano: como del vacío cósmico del que constantemente están surgiendo partículas, del campo de pensamiento de Martí constantemente surgen ideas. Como buen cubano Martí sin dudas era un tipo intuitivo por sobre todo.

[xii] Incluso en la propia España, en Andalucía, existían desde 1869 intereses remolacheros que se oponían al establecimiento de las leyes de cabotaje entre la Metrópoli y su Colonia.

[xiii] Carta de José Martí del 8 de enero de 1887, desde Nueva York, al director de El Partido Liberal, publicada por ese diario el 28 de enero de ese mismo año. Esta carta no aparece en las Obras Completas. La hemos consultado en la versión digital de Colección de Archivos. José Martí en los Estados Unidos. Edición Crítica, tomo II, del Centro de Estudios Martianos, a cargo de Roberto Fernández Retamar y Pedro Pablo Rodríguez.

[xiv] Fragmento de la carta que José Martí le hiciera llegar a Gerardo Castellanos con fecha 9 de agosto de 1892, a modo de instrucciones para su misión secreta en Cuba. Cita tomada del ensayo Ideario de la Revolución (de 1895), de don Emilio Roig de Leuchsenring. En Cuadernos de Historia Habanera, 1945.

Es de destacar la actitud del anterior historiador de La Habana hacia un documento que a la larga se enfrentaba a su propia idea de la relación entre Cuba y su vecino norteño. Recordemos que es Roig uno de nuestros antiimperialistas más consecuentes. Seguramente su sucesor, el tan Leal Eusebio, lo hubiera quemado en las penumbras y el silencio de su oficina. De hecho cabe preguntarse cuántos fragmentos de nuestra historia no se habrán convertido en cenizas en el cenicero de este señor, demasiado pedestre para alcanzar las altas cuotas de aquel a quien, injustamente, llama su Maestro; y a quien sustituyo solo en base a su naturaleza rastrera ante el poder político.

Nanas para despertar la lucidez

 

Nanas para dormir a los bobos es el cuaderno ganador del premio ‘Reinaldo Arenas’ de narrativa correspondiente al año 2017 (compartido con Armando de Armas y Rolando Ferrer Espinosa), pero además el título de una de las piezas que conforman este libro apasionante desde la profundidad de su simpleza. Un volumen punzante, categórico, donde personajes y situaciones nos asaltan implacablemente nada más comenzar la lectura: una colección de relatos (120 páginas) donde la sagacidad argumentativa de José Hugo Fernández, sin duda uno de los narradores más importantes con que cuenta la actual literatura cubana, vuelve por sus fueros.

Así, Nanas para dormir a los bobos (Neo Club Ediciones), el relato en cuestión, constituye una muestra de la capacidad de José Hugo para atrapar al lector nada más comenzar la narración, atornillándolo en su asiento:

«Los sueños son recuerdos de un futuro ya acontecido», despega el narrador. «No es un descubrimiento propio. Otros lo pensaron antes. Yo sólo acabo de descubrirlo para mí mismo. Noches atrás soñé que me había hecho rico convirtiendo funerarias en casas de putas. Fue así como empezó todo». Y en este tono continúa Nanas para despertar a la lucidez, como prefiero llamarle a esta colección de relatos donde ni una sola de las piezas que lo conforman deja de avivar en nosotros la curiosidad, la avidez de despertar una y otra vez de secuencia en secuencia, de sorpresa en sorpresa, de deslumbramiento en deslumbramiento.

Se trata de 31 relatos cosidos por la constante de lo inesperado. Sí, porque este es un libro inesperado en sus azares y astucias, que sustentan tanto sus piezas más extensas como sus ultracortos, algunos de los cuales resumo a continuación citando a José Hugo Fernández:

El mirón de las cinco («Sólo cuando me aburro siento que estoy instalado cómodamente en el tiempo»); ¿Es usted un demonio? («La mató en Miami, antes de mudarse a Raleigh, Carolina del Norte. Luego tendría que volver a matarla en Raleigh»); Señorita Brígida («Fue el griego Demóstenes quien sostuvo que es propio de un buen ciudadano preferir las palabras que salvan a las palabras que agradan»); Reina («Matar es humano; perdonar, canino»); Gorda-Gordo («El corazón me dio un vuelco cuando la gorda me dijo: corazón, bájate los pantalones»); El fin del egoísmo («Todos podrían verte. Y tú podrías ver a todos. Pero nunca más volverías a verte a ti mismo»); Perro meando el caos («Dice que el infierno es infierno no por ser lo que es sino por ser perpetuo»); Fantomas, genio del mal («Se enlazó el cuello con la otra punta de la cortina, consiguió trepar hasta lo alto de la taza del inodoro, y desde allí, púmbata, a la mecida»); Bomba sobre dos tacones («La familia sabía ya que esa mujer no era su esposa, sino un punto malo, bomba sobre dos tacones»); Remedio santo («Es la circunstancia que Manuel aprovecharía para recordarle a su tío que la peligrosa asesina se llamaba Xiomara de las Mercedes, y para anunciarle de paso que había resuelto casarse con ella»); Hasta aquí llegamos («Me ha dicho que quiero ser tan feliz como todas las personas felices que conozco pero que a ella no le consta que esas personas sean felices»); La vagina de Pedro («Mi buen amigo Pedro asegura que el colon es su vagina. El colon de Pedro, desde luego»); Sombras del lezamiano olvido («Un lagarto y su sombra juegan a la viola sobre los tarros del buey»).

En el salón de espera del aeropuerto usted puede disfrutar este libro, y en la mecedora del portal de su casa, y en su cama poco antes del sueño reparador, pero también mientras come, se afeita o conduce, porque la inmediatez vertiginosa de estas narraciones se acopla a cualquier circunstancia o lugar. Deje de consultar su iPhone mientras cambia la roja del semáforo y léase uno de los ultracortos de Nanas… despertará sin sufrir el pitazo del automóvil contiguo, lista, o listo, para acelerar hacia el futuro.

La violencia policial arrecia contra el Movimiento San Isidro

Cuando este 12 de septiembre de 2019 el Movimiento San Isidro, de cultura alternativa en Cuba, cumple un año de trayectoria independiente, la represión aumenta contra sus integrantes. “Ironía cruel”, expresó el artista Michel Matos en su cuenta de Facebook este viernes, el aniversario fue “celebrado” entre “detenciones y agresión policial”.

“En la tarde, varios miembros asistimos a exposiciones y eventos culturales en la Habana Vieja…  a la salida del taller Gorría fue detenido con violencia policial el artista Amaury Pacheco, se le esposó y un policía lo redujo haciendo uso de fuerza extrema; estando esposado, lo golpearon en el abdomen. También fue detenida junto a él Iris Ruiz, ambos fueron llevados a una estación policial y liberados sobre la 1:00 a.m.”, continuó denunciando Matos.

“En ese mismo momento, en otra esquina cercana, estaba siendo detenido Luis Manuel Otero Alcántara, que en este instante está desaparecido. Se desconocen su paradero y la forma en que se procedió a su detención”, abundó Matos. “Su teléfono móvil se encuentra apagado, como es habitual en este tipo de secuestro organizado por la Seguridad del Estado…. si Luis Manuel Otero no aparece vamos a ser muchos más los arrestados”.

“Esta noche estábamos juntos celebrando el primer aniversario de la declaración del Movimiento San Isidro y, al salir de la galería Gorría, sobre las 8:00 p.m., la patrulla 792 nos interceptó a Iris Ruiz y a mí seguida de la patrulla 120 con el oficial del departamento de la Seguridad del Estado que se hace llamar ‘Santos’”, denunció por su parte el poeta Amaury Pacheco, también a través de Facebook. “Los policías con número de identificación 01798 y 37799 me esposaron y golpearon en el abdomen, y quien me esposó se me enganchó del cuello. Nos condujeron sin ningún tipo de formalidad a la estación de Alamar y nos soltaron a las 12 de la noche. A Otero Alcántara también lo tienen desaparecido, no hay rastro de su detención, no responde al teléfono y nadie sabe de él hace varias horas”.

“Si las bárbaras órdenes son las del acoso, la agresión y el maltrato físico, ¿qué diferencia a estas personas de los salvajes esbirros batistianos?”, se preguntó Matos para a continuación responderse: “No mucho, al parecer solo resta el detalle de la cuneta ensangrentada, las uñas extirpadas y tal vez los ojos muertos de la cara de Abel”.

En otro episodio represivo, el escritor y periodista independiente Roberto Quiñones Haces fue finalmente encarcelado este 11 de septiembre, en Guantánamo, tras ser víctima de un juicio amañado, bajo presión de la policía política. Se le impuso un año de privación de libertad.

“Ninguna coyuntura justifica el abuso exacerbado de un gobierno, ninguna hostilidad exterior ampara la destrucción de todo un pueblo que ya de hecho no les pertenece. Cuba está dormida y alienada, sí, pero tiene historia, una larga narrativa emancipadora que nos antecede; si estandarizan la violencia y el maltrato policial al ciudadano, un día venidero despertarán envueltos en tempestades”, terminó expresando Matos. “No estamos solos”.

‘El Soviet caribeño’: La otra historia de la revolución cubana

 

Al triunfo de la revolución de 1959 los comunistas cubanos del PSP fueron colocados por Castro a la cabeza (o como comisarios políticos) de todas las instituciones de la revolución, con la explicación susurrada de que eran los más confiables para atornillar el comunismo en Cuba, incluso más que los guerrilleros y militantes del 26 de Julio, muchos de ellos sin experiencia política ni ideología, o de tendencia opuesta. Se decía: “Fidel los utiliza en su provecho”.

Pero la relación venía de mucho antes y ahora César Reynel Aguilera vira la tortilla y explica, en El Sóviet caribeño (Editorial Lendel), que un minúsculo núcleo de la dirección del PSP, clandestino incluso para su propio partido y manejado por la KGB, utilizó a Fidel Castro para tomar el poder e implantar y solidificar una dictadura roja.

El autor de este libro nació en Cuba cuatro años después del triunfo de la revolución. Médico e investigador que dejó su profesión por la de escritor, es hijo de comunistas que lucharon contra Batista y absorbió desde pequeño las conversaciones que tenían sus padres con camaradas descontentos por la manera arbitraria y necia con la que Castro gobernaba el país. Con esa motivación afectiva de base, recopiló y analizó una cantidad enorme de información en este libro (conocida, inédita, olvidada o desestimada) para demostrar su hipótesis, ayudado por 528 notas a pie de página.

El lector podrá estar acuerdo con el autor o aceptar que un genial Castro manipulara a su antojo a comunistas con décadas de experiencia política y a sus mentores soviéticos, pero este libro es obligada referencia para cualquier estudioso de la revolución cubana.

En un lenguaje claro y elocuente narra episodios tan vívidamente que deja al lector con la impresión de haber estado en las escenas, ya sea el juicio de Marquitos, la decisión soviética de enviar misiles a Cuba u otros misterios en los que César alcanza el sumun de lo que hasta ahora puede conocerse.

‘Irene y Teresa’, otra manera de contar asuntos sensuales

 por Arístides Vega Chapú

El amor desde otra manera (singular) de contarse parece ser el hilo conductor de la nueva entrega de Felix Luis Viera (Santa Clara, 1945), Irene y Teresa, novela corta aparecida en Puente a la Vista Ediciones y en la que a primera vista todos sus personajes optan por sostener y exponer  una sinceridad poco común en la vida real.

Y es que esta novela aparentemente inocente no precisa de trazos que pueden transcribir la realidad porque desde la más auténtica ficción es capaz de crear otra realidad que, sostenida sobre la primera, se muestra contundente y creíble, aun cuando en una lectura inicial nos parece que sus personajes están dominados por el absurdo. Pero es solo una primera impresión, basta unas cuantas cuartillas para que el lector se concilie con escenas y diálogos que tienen la maestría de quien despliega todo un arsenal narrativo para hilvanar una trama que también en un inicio parece sencilla y que es definitivamente singular y exquisita y logra personajes muy creíbles aun cuando la  manera de referir su realidad sea tan particular.

Diálogos meticulosamente trabajados, y el resultado de aportar una contundente veracidad incluso cuando las acciones que relatan parecen inverosímiles, ratifican a Félix Luis Viera como una de las voces narrativas más altas de la escritura contemporánea en nuestro idioma.

Sus personajes, principalmente dos mujeres hermosas que precisan satisfacer su voracidad sexual con el personaje principal, el Concejal; esposo de una de ellas y un exquisito personaje que tiene por oficio ser maestra en el quehacer sexual, y que lleva por nombre Julieta Trigo –la única que merece ser nombrada con un apellido–, se mueven en un escenario minimalista en el que apenas hay descripción de paisajes, espacios o características físicas, y esto hace que la sicología de ellos, su manera de expresarse, sentir, actuar, tenga un fuerte protagonismo por el que se construye un muestrario auténtico de seres si bien atípicos muy coherentes y reales, con mundos inmensamente complejos que los hacen extremadamente interesantes .

No es esta de las novelas que precisan escenas de amor candentes, como debe ser toda buena escena en que domine el sexo, para enganchar a sus lectores. No son necesarias para retenerlos hasta el final de la lectura, como el gancho que usualmente se utiliza, solo que aquí se marcan varias diferencias muy propias del género y una de ellas, la más importante en mi opinión, es que se aleja de todo lugar común.

Irene y Teresa muestra originalidad en todo su despliegue narrativo, que logra evitar todo lugar común aún cuando su peso mayor radica en algo tan trillado como las relaciones amorosas entre un hombre que es deseado por dos mujeres.

Su autor es un connotado y reconocido escritor con muchos años de explorar un universo narrativo amplio y sólido, que ya domina a la perfección como para darse ese y otros lujos a la hora de enganchar a sus futuros lectores por otras vías más difíciles, menos convencionales, como una trama en que el suspenso, muy bien montado, convida a cualquiera de sus lectores a proseguir para llegar a saber qué ocurre y cómo se solucionan los conflictos que van apareciendo en varios momentos, desde el inicio hasta el final.

Irene y Teresa es además una novela divertida. Quienes han seguido la copiosa obra de su autor, uno de los más importantes narradores cubanos, bien saben de su sentido lúdico y su manera personalísima de utilizar el humor, sobre todo para los momentos o diálogos o escenas más difíciles y escabrosas. Mecanismo que en su narrativa funcionan como una de las características más visibles y apreciadas.

También esta es una novela provocadora en la manera en que es irreverente e irónica y juega con frecuencia con el absurdo: un aparente discurso de castidad rompe con moldes y prejuicios.

En cuanto a lo sexual, las características del hombre deseado por Irene y Teresa son muy particulares. Su manera de sentir y desear lo hace aparentemente atípico, pues no responde a los cánones del tipo de personaje instalado en este tipo de novela, en la que por lo general el hombre hace gala de una envidiable virilidad e infinitas mañas para atrapar a cualquier mujer. Aquí es él quien queda atrapado. Lo que hace de esta nueva entrega de Felix Luis Viera una muy disfrutable novela. Ojalá esté al alcance de todos los que deseen leerla.

Auge y desplome de una ilusión

Foto tomada durante la presentación del libro en el VIII Festival Vista de Miami

 

En Confesiones eróticas de la Tía Nora Pedro Armando Junco se desvela como un narrador que conoce a profundidad la manera de satisfacer a un gran público. No me atrevo a decir si escribió la referida novela pensando en este fin o si se trata solo de su estilo a la hora de sentarse a armar historias en la pantalla de su computadora.

Digo que es una obra para disfrutar por muchas personas, porque en cada página descubrimos una perfecta combinación de amenidad, humor, desgracias, sorpresas, depurado lenguaje y un erotismo que evita saturaciones escatológicas sin que por ello pueda ser considerado pacato ni sobreactuado. Nos llega como un complemento de esta obra, también llamada a trascender por el acertado balance entre realidad y ficción.

Se trata de una novela muy cubana y eso, lejos de limitar su alcance, se convierte en una atracción debido a que el autor utiliza importantes sucesos de la historia nacional, ocurridos aproximadamente entre la década del 30 y los 70 del siglo XX, como telón de fondo para estructurar un discurso narrativo donde confluyen armónicamente lo trágico y lo hilarante.

¿Es una tragicomedia? Pues sin dudas contiene elementos que la acercan a esta definición. Pero más allá de las valoraciones, creo que lo importante radica en lo que se siente después de terminar una lectura que se hace en tiempo récord. Desde el comienzo, Pedro Armando nos hace rehenes de su prosa.

Contada en primera persona, con el atinado apoyo del escritor omnisciente, Pedro Armando saca a la palestra algunos episodios traumáticos de nuestra historia, como el asalto al Cuartel Moncada, los crímenes políticos de la dictadura de Batista, el aparatoso suicidio del líder del Partido Ortodoxo Eduardo Chibás, las nefastas consecuencias sociológicas de la revolución proletaria, los campos de trabajo forzado para quienes se resistían a sumarse al nuevo modelo, la doble moral que desafortunadamente todavía distingue el comportamiento de la mayoría de los cubanos que residen en la Isla, entre otros sucesos no menos relevantes.

La novela es un fiel retrato del auge y el desplome de una ilusión, encarnado en la figura de la tía Nora.

Creo haber percibido que el optimismo no es el destino hacia donde Pedro Armando nos conduce a lo largo de 26 capítulos. Explícita e implícitamente, está la incertidumbre existencial, la fragilidad del ser humano y la invitación a aprovechar los momentos felices que nos regala la vida.

Con este libro, el autor reafirma su talento y nos deja con ganas de volver a ensimismarnos con otra de sus historias.

Esperamos que se compadezca de nuestra impaciencia.

Una ciudad con mujeres rotas

por Hugo Salvatierra

Una ciudad rota y sus mujeres rotas son el motor principal de La sangre del tequila, novela de Félix Luis Viera publicada recientemente por Alexandria Library —circula en las librerías independientes de México y se puede adquirir en Amazon— y que narra las andanzas de un escritor cubano, como el autor, curiosamente, que llega a la Ciudad de México para evadir las carencias y las injusticias del régimen de Fidel Castro. Con la mirada —muchas veces cándida— de un extranjero, el personaje principal desnuda la descomposición política y social de la capital mexicana, pero también se sumerge en la sexualidad de sus mujeres y en lo más podrido de sus habitantes (en la calle, en el trabajo, en la familia y consigo mismos).

La novela hace evidente la vorágine y la corrupción que los “chilangos” (como llaman a los nacidos en la Ciudad de México) pasan de largo; una sociedad que normaliza la violencia contra las mujeres; el racismo; el actuar de los “microbuseros” (choferes de transporte público), que tratan a los pasajeros como si estos fueran animales; la posibilidad de sufrir un asalto a plena luz del día; los baches, las aceras derruidas; la abismal desigualdad económica entre ricos y pobres; la baja preparación de la policía; o la impunidad que protege a los más poderosos.

El retrato de la Ciudad de México, que incluye una radiografía de la descomposición que caracteriza a buena parte de sus habitantes, resulta una de las propuestas de esta nueva novela de Viera, que asimismo, con toda crudeza hurga en lo más íntimo de diversos personajes, en una comunidad donde las mujeres son agredidas en los más diversos entornos, en una ciudad donde abunda la “falta de sentido del Otro, del derecho del Otro».

La pluma de Félix Luis Viera no utiliza filtros al narrar los encuentros con las mujeres, víctimas y victimarias, que van llegando a la vida del personaje principal, las cuales resultan el instrumento para realizar una reflexión filosófica sobre ellas, su psicología, y lo relativo a su comportamiento sexual (explícito en el libro); mas La sangre del tequila, al mismo tiempo, nos hace llegar una disección de la violencia y los abusos de los hombres hacia las mujeres, incluidas aquellas que cuentan con un notable nivel cultural o se desenvuelven en una posición de poder. Todas están en un riesgo latente.

Una de ellas, Irene Ramblas, vive en la colonia Guadalupe Inn (para clase media-alta), ubicada en el sur de la Ciudad. El narrador la conoció en un Sanborns (cadena de restaurantes propiedad del millonario Carlos Slim), donde “tanta gente parece posar para el prójimo, encapsulada en ese sitio que justamente semeja eso: una cápsula aséptica en medio de las cagazones exteriores en sucesión”. Irene habla inglés, francés y catalán, y es maestra en Historia, Arte, Filosofía y Letras, y además ha vivido en Chile, Bulgaria y España (Cataluña). La relación Irene-Narrador, de pronto, comienza a complicarse debido a factores impensados, hasta que se produce una ruptura más bien sorpresiva.

En su andar, el escritor cubano también conoce a mujeres de clases bajas, como Sandra Vélez, empleada de limpieza de una de las empresas editoriales más grandes del país —en la cual, entre otras, se editan revistas “para mamonas y mamones”—, con quien él sostiene un amorío. Sandra Vélez resulta uno de los personajes más entrañables de La sangre del tequila.

En el escenario de la editorial en cuestión —ubicada en lo más lejano del Poniente de la Ciudad de México—, el narrador se adentra en los turbios manejos “profesionales”, la envidia, la traición, la banalidad de no pocos de los personajes, esto sin dejar de lado el erotismo —que recorre una y otra página de la novela—, la desigualdad social que reina en este sitio, que es un ejemplo de lo que ocurre en toda la República Mexicana.

Otro personaje femenino de suma importancia que se relaciona con el narrador es Verónica Illescas, quien tiene cuatro hijos, todos de padres diferentes: un bombero, un taxista, un fayuquero (vendedor de aparatos eléctricos traídos de contrabando de Estados Unidos) y un peleador de Lucha Libre. Con domicilio en la “popular delegación Iztapalapa”, Verónica, “luchadora social” y mujer de intensa fogosidad sexual, había intentado retener a todas sus exparejas con un hijo, pero siempre terminó abandonada. Ella desempeña un papel muy importante en los puntos más vívidos de La sangre del tequila. “Por alguna razón que todavía investigo me le fui dando a Verónica. De repente me descubrí celándola, reclamándole”, recuerda el personaje-narrador.

De la suma de los personajes de la novela, incluidos ambos sexos, el más complejo es Lucía Luévano, dado que engloba la problemática de casi todas las mujeres del relato, y de buena parte de la sociedad mexicana.

Esta mujer policía, de 29 años de edad y madre soltera con un hijo de 13 años, vive con éste y su mamá en una colonia marginal llamada Gran Norte, en una casa pequeña y estrecha de «ladrillos desnudos» pintados de verde pálido, techo de asbesto y “como empotrada” contra un peñasco. “Ella vivía lejos de allí, en la colonia Gran Norte, en el medio oeste de la ciudad, y donde ni siquiera la policía se atrevía a penetrar en la noche”, describe el cubano.

 La mujer policía llega a convertirse en la más fuerte esperanza del narrador para intentar vencer una severa crisis existencial. “Lucía Luévano era una mujer singular, ella me rescataría del Holocausto Verónica”.

Mientras se relaciona con el sexo opuesto y trata de subsistir, la mente del cubano recurrentemente se va a Cuba, esa isla que lo privó de la posibilidad de acceder a productos que en otros sitios del mundo ya eran parte de la cotidianidad, como una aspiradora para la limpieza, una computadora, una tarjeta de crédito o un yogur de sabores.

«Esto es un planeta, un planeta repleto de gente, no una ciudad», exclama el narrador en las primeras páginas del libro durante una plática con su gran amigo mexicano Mario Trejo, quien resulta una especie de Virgilio para el cubano durante los primeros pasos de éste por “la interminable Ciudad de México”.

En La sangre del tequila Félix Luis Viera se adentra, con paso seguro, en las grietas de “este planeta repleto de gente”, en las cuales, abandonados y rotos, caen cada uno de los personajes de la novela.

Pen Internacional denuncia represión 349

Roberto Quiñones Haces

El Pen Internacional ha respondido con fecha lunes 2 de septiembre de 2019 a un pedido de denuncia del Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio y se ha hecho eco de la misma en favor de los periodistas independientes reprimidos en Cuba, informó este martes la directiva del Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio.

A continuación un fragmento del comunicado publicado en la página del Pen Internacional. Anteriormente, el 15 de febrero de 2019 y bajo el título «Cuba: artistas y creadores sometidos al decreto 349», el Pen Internacional había acogido la repulsa contra el represivo decreto.

«Las detenciones de los periodistas Ricardo Fernández Izaguirre y Roberto de Jesús Quiñones Haces son una muestra del recrudecimiento de las políticas cubanas relacionadas con la libertad de pensamiento, acceso a la información, expresión y de culto en Cuba, declararon hoy el Centro Pen de Cuba en el Exilio y Pen Internacional, y hacen un llamado a las autoridades cubanas para que se detenga la criminalización a periodistas, artistas, intelectuales y escritores», comienza diciendo la nota.

Para leer el texto completo, clic aquí: https://pen-international.org/es/noticias/cuba-acoso-y-detencion-de-escritores-y-periodistas-exponen-una-renovada-ola-represiva

Rafael Almanza: ‘Martí es el líder del pensamiento libre en Cuba’

«Compatriotas, al atacarse la Peña del Júcaro, en esta sesión número 29, hemos tenido la aplicación diáfana del Decreto 349 a la Independencia de la actividad Intelectual en Cuba», declaró el escritor cubano Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’, en la XXIX Peña del Júcaro Martiano que el 31 de agosto pasado se celebró en su hogar en la ciudad de Camagüey, en el centro de Cuba, a pesar del operativo policial con que se intentó impedir el encuentro.

«Si finalmente se lanzan a la brutalidad contra el pensamiento independiente, contra la cultura independiente y contra Martí, que es el líder del pensamiento libre en Cuba, entonces enfrentaremos eso a como sea, porque también les dije que tengo 62 años, estoy enfermo y me da igual durar mucho o durar poco… lo que dure lo voy a durar con integridad y como un discípulo de Martí”.

Más detalles y videos de la peña en la revista Árbol Invertido:

https://www.youtube.com/watch?v=mNoa9I8LlOg

Cuba, el pánico policial frente a la creación en libertad

Rafael Almanza durante una de las peñas de 2017 (Henry Constantin)

por Armando Añel

La casa del Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’, narrador, poeta, ensayista, videasta, Rafael Almanza, donde se celebra en Camagüey la ya célebre Peña del Júcaro Martiano, fue cercada en la mañana de este sábado por un operativo policial y varios de los invitados al evento terminaron detenidos, entre ellos el periodista Henry Constantín y el historiador Alenmichel Aguiló Queijeiro.

La casa donde se efectuó la peña –cuya edición de este sábado, a las 9:00 a.m., fue dedicada a José Martí– amaneció sitiada. No obstante, la presentación del poemario Corolarios –disponible en Amazon–, del escritor Mario Ramírez, precisamente uno de los coordinadores de la Peña, fue grabada, junto al performance previsto del propio Almanza, frente al reducido público que logró acceder a la vivienda. Entre los creadores a los que se impidió asistir al evento figura el joven pintor habanero José Manuel Mesías.

“La intención de eliminar la peña totalmente falló”, declaró a Puente a la Vista, desde Camagüey, Rafael Almanza. “Creo que han cometido (la policía política) un grave error. Se ha aplicado a la peña el Decreto 349 sin pasar por procedimiento alguno… esto va a tener consecuencias catastróficas para ellos en el plano de la cultura. Ya sabes que se hacen pasar por buenos…”.

En la noche del pasado viernes, efectivos de la Seguridad del Estado habían advertido a Almanza que la peña no podía efectuarse y estaba “clausurada para siempre”. Pero la Peña del Júcaro Martiano “continuará realizándose”, aseguró el escritor, quien sospecha que el próximo objetivo de la Seguridad del Estado es el poeta Mario Ramírez. “Hay mucha gente hábil e inteligente comprometida con este proyecto y, aunque nos eliminaran a todos, a Martí nunca lo podrán eliminar”, subrayó.

“Le tienen miedo a Martí… el miedo los está volviendo locos”, resumió el anfitrión de la Peña del Júcaro Martiano. Se trata de un evento que el poeta camagüeyano coordina, de manera privada, desde hace ya 25 años.

No puede obviarse que supuestos intelectuales como Miguel Barnet, Fernando Rojas, Iroel Sánchez o Abel Prieto, entre otros, son cómplices directos de estos atropellos a lo mejor de la cultura independiente en la Isla. Su defensa del Estado policial cubano nunca será olvidada, menos su decisiva contribución a la omnipresencia del gris decenio interminable en el que el terror castrista –nada más miedoso que la agonía de una dictadura— ha sumergido a Cuba.

Independencia por mar, independencia por aire

En momentos en que la represión cultural arrecia en Cuba, con el Decreto 349 haciendo de las suyas a hurtadillas, el décimo tercer número de la revista Puente Letras, con Dossier dedicado al grupo independiente de arte y literatura Demóngeles y fotografía de Remón Díaz, insiste en subrayar el papel de la independencia individual como paso indispensable para acceder a una verdadera independencia nacional. Dado que el soberano es el ciudadano, como ha afirmado el abogado Faisel Iglesias en su valioso libro homónimo (disponible en Amazon), no puede existir verdadera soberanía territorial o geopolítica si antes la nación –la suma de individuos que la componen dondequiera que se encuentren— no es soberana ella misma.

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Numerosos ejemplos indican que la represión contra la independencia individual se incrementa en Cuba bajo la batuta de Miguel Díaz Canel, relevo de los Castro en la cima del poder totalitario. En específico, la represión cultural aumenta cada día que pasa. El último listado de opositores, activistas y creadores independientes “regulados”, hecho público por el Instituto Patmos, revela un aumento brutal en las prohibiciones de salida del país; al unísono, los llamados secuestros express se multiplican a lo largo y ancho de la Isla, a lo que cabe añadir los allanamientos de morada y las citaciones policiales sembradas de interrogatorios y amenazas. Por ejemplo, el escritor Jorge Olivera, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’, y su esposa, la activista cristiana Nancy Alfaya, fueron detenidos e interrogados en una unidad policial este mes de agosto, lo cual llama la atención tratándose de una pareja becaria, en el periodo 2017-2018, de prestigiosas universidades estadounidenses, y cuya actividad alternativa se concentra básicamente en el arte, la literatura y el periodismo. Para colmo, se condena tramposamente a escritores y artistas. El caso de los raperos Maykel Castillo (Osorbo) y Leonardo Lázaro Rodríguez (Pupito en Sy), detenidos tras protestar contra el Decreto 349 en un concierto en 2018, es público y notorio (Maykel ya fue condenado a un año y medio de prisión). Este 7 de agosto de 2019, sin ir más lejos en el tiempo, el escritor, abogado y periodista independiente Roberto Quiñones Haces fue condenado a un año de privación de libertad sustituido por trabajo correccional con internamiento, por el supuesto delito de “Resistencia y Desobediencia”, durante un juicio amañado en el Tribunal Municipal de la ciudad de Guantánamo.

Como también informa el Instituto Patmos (ver informe en la sección Noticulturales de este número), en paralelo a las prohibiciones de salida el régimen lleva adelante una operación estratégica, para quitarse de encima a “ciudadanos indeseados”, conocida como ‘Jaula Abierta’. Se trata de la opción del destierro. Quien pretenda priorizar la independencia individual en Cuba, esto es, su propia independencia, solo podría alcanzarla por mar o por aire: abandonando definitivamente la Isla. Así las cosas, con el oportunismo, el miedo y la desesperanza cebándose en el cuerpo nacional, Puente de Letras continúa apostando por un futuro cubano donde la independencia individual también tenga lugar en tierra. Por aire, por mar… pero también por tierra. Por tierra cubana.

El Dossier de este número, dedicado al grupo Demóngeles, demuestra que dicho futuro podría estar a la vuelta de la esquina.

‘Mujer y familia en la sociedad cubana’, el libro en La Otra Esquina

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación del libro Mujer y familia en la sociedad cubana, 1889-1918. De la esfera privada al espacio público (Editorial Verbum, Madrid, 2019), de la historiadora y académica Ariadna Prats García.

Las palabras de presentación estarán a cargo de la Doctora en Historia Liliam Vizcaíno.

Día: Sábado, 7 de septiembre

Hora: 3:00 pm

Dirección: Café Demetrio (300 Alhambra Circle, Coral Gables)

La entrada es libre. Los interesados puede llamar al teléfono 305-448-4949 para más información.

Los amores difíciles de Cino

Luis Cino (izq.) y el autor de esta reseña en Art Emporium

Para Luis Cino, ninguna historia de amor que se respete tiene un final feliz. Creo entenderlo. Y no me parece que se contradiga al narrar, con prosa transparente como él mismo, los relatos, estampas, crónicas… de su último libro, Los más dichosos del mundo (Neo Club Ediciones, año 2018), conmovedora galería de finales infelices que, no obstante, nos dispensa la moraleja de una historia de amor absolutamente afortunada, la del autor con sus personajes y con su malhadado país deshecho por la dictadura castrista.

Con frecuencia escuchamos y leemos opiniones bien severas por parte de cubanos que residen en el exterior y que al parecer se creen con el derecho de censurar indiscriminadamente a los que han permanecido en la Isla, sea por las razones que fueren, o incluso sin razón alguna. Debido a una explosiva mezcla de rezagos idiosincráticos, agravada por los sufrimientos, la animadversión y el desarraigo que nos ocasionaron sesenta años de totalitarismo político, con sus dogmas y sus deformaciones de mente y espíritu, optamos por condenar sin juicio previo y por rechazar antes de entender.

La repulsa fácil como vía para ser aceptados sin sospechas dentro de lo que consideramos nuestro bando, o por simple acomodo de conciencia (lejos del agua cualquiera nada bien), nos convierte en árbitros de la conducta de nuestros familiares y amigos, o en general de la de infaustos paisanos con menos suerte o menos luces que nosotros. Es una actitud que también comprendo (aunque no la comparta), y ante cuyos exponentes no he sentido nunca la necesidad de responder con la misma intolerancia y severidad. De modo que si ahora los menciono es sólo porque me gustaría recomendarles (a todos pero muy especialmente a ellos) la lectura de Los más dichosos del mundo.

El libro es un retrato de familia moldeado con singular agudeza y con pleno conocimiento de causa, pero, sobre todo, con una sensibilidad que por sí sola lo hace grande, a la vez que ineludible para los interesados en ahondar en la realidad cubana de estos días.   

A través de sus catorce piezas discurren representaciones muy variadas de lo que es actualmente la clase social cubana por antonomasia, la de los perdedores, víctimas (aun cuando algunos sean además victimarios) de la mayor y más duradera tragedia histórica, económica, cultural y moral que haya sufrido país alguno del hemisferio en los tiempos modernos.

En Los más dichosos del mundo (el título es una de las frecuentes ironías de trazo leve que se gasta Cino), los personajes parecen ser fruto de un extraño injerto entre zombis y androides. No son individuos con conciencia existencial ni mucho menos. Apenas llegan a ser tristes desangelados, a los cuales la vida se les escapa –o se les escapó ya- como agua entre los dedos, sin que ni siquiera sean capaces de valorar para qué les ha servido.

Quienes hemos estado cerca del periodismo tan vigoroso como honesto y punzante que, durante decenios, ha desarrollado Luis Cino desde La Habana, unido, por demás, a una actitud política y a una honradez personal a toda prueba, no podemos menos que manifestar regocijo y una especial admiración ante este libro en el que, sin abandonar las herramientas de su eficaz periodismo, remonta el vuelo hacia la mejor literatura. No es la primera vez. Ya lo hizo antes con Los tigres de Dire Dawa. Si acaso con este nuevo libro confirma su estatus como escritor de raza. Y lo hace exhibiendo una capacidad poco común para hincar el diente en nuestras miserias materiales y espirituales, sin deslices panfletarios ni catequesis política. Además, sin dar vía a otro impulso que no sea el de la compasión y condescendencia ante su gente, los cubanos de a pie, situando por encima de la ideología o de cualquier aberración que profesen, su condición de sujetos y objetos arrastrados igualmente por una tenebrosa catástrofe histórica.     

Desde Elena rompe el cerco, relato minimalista sobre las desgracias de una mujer acosada por las iniquidades de la dictadura, aun cuando sigue simpatizando con el fidelismo, hasta Las fotos veladas del gordo, sobre un homosexual y fotógrafo doblemente frustrado por absurda fidelidad hacia sus padres “revolucionarios”. Desde Los sueños de Landín, un anciano nada soñador, pero a quien le resulta necesario soñar con muertos y animales mediante cuyas representaciones numéricas, según la charada, puede ganar algunos pesos jugando a la Bolita. O desde Charangón es feliz aquí, un ex oficial del ejército, ya jubilado, que culpa a Gorbachov por las calamidades del Período Especial, mientras se dedica a “bucear” en los contenedores de la basura en busca de algo útil para su miserable existencia; hasta Olor a quemado, sobre un interno en el manicomio, que se muestra resignado a aceptar su locura porque quienes lo ingresaron le han dicho que tendría que estar loco para manifestarse abiertamente contra del régimen…

Hay ocasiones en que incluso hemos creído entrever al propio autor entre los personajes del libro. Por ejemplo, en Reminiscing, donde el narrador da cuenta de su accidentada, dramática, triste y por momentos feliz relación con una antigua novia, Lilita. Resulta imposible no imaginar a Cino en su humilde casa habanera cuando, hacia el final del relato, este narrador apunta: “Son las seis de la tarde y oigo a Eric Clapton, Layla, versión original, 1971, mientras termino este cuento y se me hace un nudo por dentro. La próxima semana, si no estoy preso, es posible que pueda revisar mi correo en alguna embajada”.

Luis Cino vuelve a poner en alto el banderín, esta vez con un libro que no sólo recrea vívidamente la magnitud de nuestra desgracia como pueblo. También señala el origen preciso de todas las culpas. Y nos alerta sobre la improcedencia de interpretaciones rígidas y equivocadas. Enhorabuena por Los más dichosos del mundo. Y que vengan más.

Quiñones Haces, Premio Patmos 2019

La sexta edición del Premio Anual del Instituto Patmos a la Libertad Religiosa en Cuba entregó esta semana el galardón al escritor, periodista, abogado y laico católico Roberto Quiñones Haces.

«Este año la entrega del Premio se ha adelantado debido a las duras circunstancias que vive el galardonado, a quien el Tribunal Popular Municipal de Guantánamo le ha ratificado la sentencia de un año de trabajo forzado con internamiento, injusta medida contra un hombre inocente», señaló la activista Yoaxis Marcheco en Facebook.

Quiñones «fue condenado a un año de prisión en un juicio totalmente amañado, celebrado en el Tribunal Municipal de Guantánamo el 7 de agosto de 2019; se le negó la posibilidad de una vista de apelación y finalmente el 27 de agosto recibió como firme la sentencia», apuntó el blog del Instituto.

El 22 de abril pasado la policía cubana golpeó salvajemente a Quiñones para impedirle asistir a un juicio contra el matrimonio de pastores evangélicos Ramón Rigal Rodríguez y Adya Expósito Leyva. Luego, en lugar de abrírsele una causa a los uniformados agresores, asombrosamente el escritor fue acusado de desacato.

«Este acto ecuménico de solidaridad (con el matrimonio de pastores), digno de ser imitado por cualquier creyente cubano, sea cual fuere su profesión de fe, redundó en la condena que él mismo ahora, con total dignidad, está dispuesto a enfrentar», abundó el blog.

«La justicia cubana ratificó este martes la sentencia de un año de cárcel al periodista disidente Roberto Quiñones, por cuya liberación inmediata han abogado Estados Unidos y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)», publica la agencia EFE. «En la sentencia de apelación, con fecha del 23 de agosto pero comunicada hoy, el tribunal provincial de Guantánamo confirma el anterior fallo de un tribunal municipal que impone a Quiñones un año de cárcel reemplazable por «trabajo correccional», por los cargos de «resistencia y desobediencia» en relación con unos hechos acaecidos el 22 de abril».

«No se puede desligar la figura de Quiñones de su obra literaria», apunta José María Ballester Esquivias en ABC. «Ha escrito poemarios como La fuga del ciervo, Escrito desde la cárcel, Los apriscos del alba y El agua de la vida, y se le ha incluido en antologías como En esta cárcel de aire puro, de décima cubana,y la del Premio Internacional de Poesía Nósside en 2006. Ocho años más tarde, en 2014, Neo Club Ediciones publicó en Miami su libro de cuentos La chica de nombre eslavo«.

De la verdadera poesía

Quienes quieren hacer ver que la poesía está dando sus últimos coletazos, los que creen que nadie puede despertarla o que es imposible revivirla, los que hablan de una generación cero… Ante estos críticos tan fuertemente influidos por una retórica retorcida, insubstancial, manipuladora, que no encuentran ya ningún atractivo, ningún sentimiento, ninguna cosa digna que los pueda conmover, también pudiéramos decir: la crítica murió y es mejor que esté muerta si esta es la propuesta que tendremos, no necesitamos panfletos llenos de mensajes negativos que paralicen a los jóvenes, ni siquiera que los hagan dudar, no necesitamos que le corten las alas en pleno vuelo con un discurso defectuoso y sagaz, lleno de un resentimiento brutal.

¿Acaso alguien ha podido ya definir la poesía, se sabe lo que es? ¿Alguien puede decir “esta es la poesía verdadera”? Ni la crítica es una ciencia exacta ni la poesía tiene alguna manera de ser medida.

Yo apuesto por una propuesta y visión anticanonista que nos retorne al pensamiento libre, que los escritores escriban sin las ataduras de teorías férreas, cientificistas, dogmáticas, competitivas. La verdadera crítica, si sirve de algo, es para cumplir su función mediadora, entendiendo que la especificidad de la literatura no existe, mucho menos en poesía. La crítica literaria debe ayudar a pensar, permitir el establecimiento de diálogos (en su interés de mediación) y lograr que sus planteamientos sean modelos de claridad expositiva. La actividad crítica cubana en estos tiempos de “crisis” no se salva, el análisis literario refleja algunas de sus características: el inconformismo, la incertidumbre y la desunión. En algunos casos, el crítico asume su papel de especialista sui generis, empírico, y en otros prefiere estar ausente. No espero que la actividad crítica se convierta en tabla de salvación, sólo creo que dichas valoraciones, en tanto productoras de conocimiento, nos hacen comprender mejor nuestras condiciones y actitudes. Si la literatura es una expresión social, y la poesía recoge toda esa pulsación colectiva, la crítica debería, por su parte, encontrar la manera de señalar cómo se materializan y exploran esos deseos y traumas que nos enfrentan a la necesidad de escribir y poetizar.

Es verdad que la algarabía producida por toda una multitud de poetas que logran autopublicar no pasa de ser un fenómeno real. Y aunque algunos críticos literarios acierten al decir que se pasó de lo deplorable a lo mediocre, puedo también decir sin temor a equivocarme que la cantidad de sandeces que se publica hoy no es mayor a la que se publicaba en otro tiempo. Lo que sucede es que el mundo tecnológico hace que nos enteremos enseguida de todo y de tanto, de toda esa banalidad o vulgaridad que abunda en el medio literario. Por suerte, también en países donde se dificultan las publicaciones, los poetas, no importa que sea desde un espacio virtual, a pesar de todo no dejan de estar, de lucir y mostrarse, no dejan de hacer evidentes poemas que permanecen por su fuerza expresiva, textos que siguen conmoviendo con la misma intensidad artística que las mejores obras escritas en otros tiempos.

Convocatoria para integrar el Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC)

El Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) convoca, para que lo integren, a todos los escritores y artistas cubanos, de cualquiera de las manifestaciones literarias y artísticas, mayores de edad y con al menos una obra publicada o divulgada en cualquier formato o plataforma.

El CEAC constituye una Entidad de la Sociedad Civil Cubana que agrupa a todos los escritores y artistas cubanos. Sus principales objetivos son:

1. Reconocer, estimular y defender la libertad de creación artística.

2. Promover la obra de los escritores y artistas cubanos.

3. Convertirse en un instrumento cultural, jurídico y político de alcance internacional para la Promoción, Espacio y Defensa de la obra de todos sus integrantes.

4. Impulsar concursos literarios y artísticos, talleres, peñas de arte y literatura, así como intercambios culturales entre los creadores de las diferentes manifestaciones artísticas y con organizaciones de la sociedad civil cubana y de otros países.

5. Contribuir, mediante la promoción nacional e internacional, al desarrollo cultural e intelectual de sus miembros y de todo el pueblo cubano.

6. Denunciar las violaciones de derechos humanos a los escritores y artistas.

Esta labor será amparada por la Declaración Universal de Derechos Humanos, específicamente por el Artículo 19, el cual estipula:

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Los aspirantes deberán solicitar la planilla de inscripción al siguiente correo electrónico:

[email protected]

Los aedos de Facebook

No todo está perdido. Ni siquiera en Facebook. Levanta el ánimo observar el rebrote poético que tiene lugar por estos días en algunos espacios de las redes sociales frecuentadas por cubanos. No es que sorprenda demasiado, pues ya conocemos que Internet y las modernas tecnologías han propiciado un singular escenario para el reconocimiento e intercambio entre poetas. Se trata de un fenómeno que ya muestra alcance mundial, con defensores incondicionales y aferrados detractores, con los riesgos propios de toda nueva experiencia, pero también con el enriquecedor desafío que entraña para la poesía como género, al igual que para sus cultivadores y multitudes lectoras.

Lo que tal vez tipifica nuestro caso, creo yo, es que a diferencia de lo que está ocurriendo en otros ámbitos, muchos poetas cubanos no parecen acudir a Facebook en busca de un medio de divulgación con lectores poco exigentes y más proclives al ligero entretenimiento que a la valoración estética. Tampoco he notado que lo hagan para evadir el rigor que demanda la publicación de un libro impreso. Ni que se hayan propuesto sustituir el libro de papel con el espacio virtual, como sucede en otras plataformas.

De hecho, no son pocos los poetas nuestros con una obra sólida y con posibilidades de editar libros que hoy exponen sus versos a la consideración popular en Facebook. Algunos lo hacen espontáneamente, otros responden a las convocatorias de grupos, blogs o nuevos canales, como el que recién inaugurara el poeta Juan Carlos Recio, un espacio para leer y escuchar buena poesía, ajeno a las proyecciones elitistas y a cualquier otro interés que no sea la sana confraternización entre poetas y entre ellos y sus lectores (ver video al final de este texto).

La presencia de esa poesía madura o bien elaborada puede resultar decisiva para la buena salud del fenómeno en nuestro caso. Por cuatro razones fundamentales, sobre todo:

1-Sirve de modelo, a la vez que pone la pica en Flandes, para los poetas menos rigurosos o menos experimentados. 2- Crea un antecedente que nos aleja de la antinomia entre el poema hablado y el escrito, eludiendo un divorcio que, por más absurdo que parezca, ahora mismo está siendo estimulado por muchos a nivel internacional. 3- El espacio puede ser ideal para el acercamiento y la retroalimentación entre poetas y lectores de la Isla con los del exterior, dada la particular ductilidad del medio. 4- Es una tendencia en alza que podría ayudar al saneamiento de las redes que frecuentan los cubanos (de Facebook particularmente), ocupando para bien alguna porción de los espacios que han llenado y aún llenan la maledicencia o el chisme barato, la propagación de ideas fundamentalistas, la excesiva frivolidad, la controversia estéril, la manipulación politiquera o patriotera… Desde luego que esas taras no van a desaparecer de las redes sociales, porque es ahí donde encuentran su caldo de cultivo, pero al menos tendrían que compartir el espacio con otras expresiones más agradables y bienhechoras.

Desde Homero hasta hoy, la poesía ha exhibido (mejor quizá que ningún otro género literario y artístico) una imperturbable resistencia ante cualquier intento por apresarla dentro de soportes o marcos o predios exclusivistas y reductores. Si no existieran otras razones, ésta solamente bastaría para no asumir con alarma su actual deriva hacia las redes sociales y el consecuente auge que allí está alcanzando, sin el menor perjuicio para el libro escrito y sin menoscabo para su historia, gran monumento de la civilización humana.   

La Eneida, de Virgilio, como antes la épica grecolatina y homérica, o como después el aire de renovación que insuflara Francois Villon a viejos motivos poéticos heredados por la cultura medieval (entre tantos otros ejemplos ilustres), nacieron de la oralidad y de la exploración artística. De igual manera que en este mismo minuto nacen y se están consagrando sabe Dios cuántas nuevas creaciones cuyos autores nos recuerdan en alguna medida a los aedos -aquellos líricos andarines de la antigua Grecia-, pues no han tenido a menos, sino a más, ponerse a prueba a través del contacto vivo con el público.

Obviamente, estos autores saben que la validez y la trascendencia de sus obras no dependen del medio que las propague, sino del celo, el talento y la responsabilidad con que ellos las aborden, unido al entusiasmo y al buen juicio con que las reciban sus lectores.

‘Irene y Teresa’, la novela como suspiro

Félix Luis Viera

 

Novela breve con un aire de castidad mental e inocencia que encanta, aunque haya frecuentes y fogosos encuentros sexuales. Paradoja, pues. Tal fue mi primera apreciación de Irene y Teresa, obra que conocí antes de su publicación. Es  una de esas novelas que se leen como un suspiro: nada más comienza uno a leerla cuando ya la está terminando. El tema es el eterno e invariable de Félix Luis Viera: las mujeres. (Soy consciente de que estoy mintiendo por exageración: bien sé que FLV tiene otros temas que se asoman por lo menos en Un ciervo herido y otras novelas en las que las temáticas son menos íntimas, más colectivas, incluso cercanas a la denuncia, pero siempre con un innegable don narrativo y con un pícaro lenguaje cubano). Las mujeres son el tema por excelencia de Félix, un tema al que soy tan aficionado como al tema del amor. Con la diferencia de que Félix es o parece ser menos espiritual y por lo tanto más carnal —parece, solo parece—, aunque en no pocas ocasiones en medio de las batallas eróticas de las novelas de Félix, surja su filosofía sobre el amor (si es que en realidad exista algo que sea tal ¿sentimiento? ¿pasión? ¿enfermedad? ¿debilidad?)

Así comienza la parte dedicada a Irene: 

Irene y yo trabajamos juntos hace tiempo. Es decir, en la misma oficina. Únicamente ella y yo en una de las varias oficinas de esta factoría de muebles. La tarde que cuento Irene exclamó retrepándose en su silla —su escritorio se halla frente por frente al mío—, mirándome: —Ay, qué calor hace—, y vi algo así como par de cintas candentes que me llegaron, raudas, desde sus ojos a los míos. Calor hacía; era verano en esta isla en la que aun cuando es invierno es verano. Aunque tal vez se sentía un poquito más esa tarde que en las anteriores recientes.

En ese primer fragmento encontramos uno de los leitmotivs recurrentes de la novela: miradas de mujeres que se clavan en los ojos del hombre que irremediablemente caerá en las redes de esa mujer-araña.

Y aquí tenemos un fragmento dedicado a Teresa:

Siempre he realizado el sexo bien como un deber o bien  por necesidad; nunca por deseos. Teresa es muy agresiva en el acoplamiento. Ahora así ha sido; luego de besarnos hasta el ardor en los labios. Ella penetrada debajo de mí, de pronto, como otras veces, se ha escabullido y trepado con sus nalgas apoyadas en la base de mis muslos; mi pene hasta el fondo. La dejo hacer. Cuando ella toma esta postura, yo, con la cabeza en la almohada, doblada para tener mejor ángulo de visión, la contemplo hasta que eyaculo. Nada más que eso hago. Esta vez no. Estamos rígidos mi pene y yo. No eyaculo. Huelo a Irene. “Hueles a otra mujer, no a mí”, ha repetido Teresa después de su orgasmo tercero o cuarto, cuando aún mi miembro se mantenía rígido, pero ausente. Se sienta en la mecedora a un lado de la cama y solloza. Entonces repasé en la memoria y en efecto: no me había bañado. Había llegado a mi casa y luego de saludar a mis padres y a la señora que los cuida, comí con suma rapidez y salí. Di unas vueltas por el parque cercano, ya de noche, y luego hacia los muelles.

            Resulta que este adicto a las mujeres tiene a más del problema de su adicción a las más bellas obras de la creación, un conflicto familiar: sus padres están muy viejos y nuestro protagonista debe buscar quien los cuide. Y esta circunstancia obliga a que para solucionar el problema nuestro hombre (¿en la Habana? No se sabe) se involucre con otra mujer, Irene, compañera suya de trabajo y esposa de un destacado político; a ella debe servir sexualmente, ya veremos por qué razón —¿se prostituye nuestro protagonista?;  ya lo sabrá quien lea esta novela de solo 101 páginas.

El protagonista es un cubano, cubano prototípico, al que le apasiona involucrarse con mujeres sin medir consecuencias hasta llegar al punto sin retorno de despertarles el demonio del orgasmo y si es posible el multiorgasmo.

Vargas Vila,  el primer best seller latinoamericano, para quien los temas de la mujer, el amor, el placer sexual, son primordiales, escribió: “Ama a la mujer solamente por su carne” y en el caso de Irene y Teresa, nuestro protagonista se mueve en esa delgadísima frontera que separa lo carnal de lo “otro”.  Reprobable o no, eso carece de importancia en la literatura. Clemente de Alejandría dijo refiriéndose a la sexualidad: “No hay que avergonzarse de nombrar aquello que Dios no se avergonzó de crear”,  y en verdad, en ocasiones los personajes masculinos de FLV persiguen precisamente suministrar placer para recibir a cambio placer… u otros  géneros. Una actividad, vale decir,  divertida y peligrosa, pues bien se sabe que quien toca a una mujer, a cualquier mujer, queda marcado.

            Primer encuentro con Teresa:

Teresa paseaba por el Malecón una noche y yo le dije adiós. Adiós es un piropo. Me contestó “adiós” y caminé junto a ella. Hacía mucho calor. Comentamos. Me propuso ir a un sitio muy tranquilo pero muy oscuro “pero no te pases”, dijo. Los muelles. Allí acostumbraba ir con su exesposo en las noches. Él le reveló este lugar. Sentía muchos deseos de volver pero temía hacerlo sola. Y me inspiras confianza, dijo. Yo no traté de besarla en la oscuridad. Ni tocarla. Eran esos días en que hubiera ejercido el sexo por un deber de varón, no por necesidad. Ya en el Malecón aun en la noche había visto que sus ojos eran azules. Azul intenso. Y rutilante.

            El protagonista es básicamente un ser incapaz de resistirse a la tentación; un cazador que tropieza con sus presas, éstas le dan una leve entrada y eso hace que el hombre caiga en el agujero negro que es cada mujer. Dice: “Las mujeres han abusado de mí; de mi bondad, de las largas que les doy; y así se regodean cuando yo decido entrarles a fondo”.

Con Irene el lío se complica: nuestro protagonista ha sido contratado por un esposo para que calme las ansias sexuales de su esposa. Ello con el sano propósito de que la mujer no se descarríe a buscar peligrosas aventuras sexuales.

Nuestro héroe es un tumbalocas: las mujeres sufren desmayos al verlo. Y esa es la perdición de ese hombre que siente que tiene el deber de satisfacer a todas las menesterosas que se le ofrezcan: hay demasiada oferta sexual para un varón de voluntad débil.

                        Así, como de pasada, cuando visita la oficina del egregio esposo de Irene, nos hace saber: “En mi primera visita, la secretaria dejó ir ese brinquito de ojos que se les  viene a ciertas mujeres cuando la presencia de un varón les da un toque”.

            Y sin embargo, nuestro héroe es una especie de ingenuo que necesita lecciones de erotismo. Aquí es donde aparece Julieta Trigo:

Quién sabe por qué tanto de lo más importante o necesario o hermoso o transcendente de una ciudad se encuentra en el sur. Allí en el sur está La Ciencia; que antes fuera un burdel y hoy sitio en el cual exprostitutas imparten clases, en cuanto al accionar sexual de hombre para mujer, a varones apocados o inexpertos o lo que fuere de este tenor.  Mi maestra allí es Julieta Trigo; según viaja de boca a oído por un punto cardinal y otro de la ciudad, la más experta. Las ocho primeras clases son teóricas y las ocho siguientes combinan la teoría con la práctica para cada acápite. La tarifa es alta; cada clase de tres horas; el programa establece par de encuentros semanales; asisto de una a cuatro de la tarde.

Queda en esta apresurada nota planteado el conflicto: tres mujeres o más, todas como centros de gravedad de ese planeta enloquecido que es nuestro protagonista,  que no sólo siente el deber de satisfacerlas sino que debe ocuparse de otros problemas menos carnales: trabajar en lo que pueda y ocuparse de sus padres ancianos.

Como ocurre con otras creaciones de FLV, Irene y Teresa se lee con mezcla de alegría, pena, emoción —sumado el llamado a nuestra reflexión— y nos ofrece una picaresca contemporánea muy particular que se deja leer o más bien obliga a leer con aliento contenido de principio a fin.

   Se las propongo.

https://descabezadero.blogspot.com

Pupito en Sy, ya en la calle

Cartel de Annelys Casanova por la liberación de los raperos Maykell Osorbo y Pupito en Sy

Tras varios meses de cárcel, el rapero cubano Lázaro Leonardo Rodríguez (Pupito en Sy) fue liberado este jueves en La Habana.

Activista de la campaña contra el Decreto 349, que criminaliza la independencia creativa en Cuba, la policía política lo había acusado de “atentado y cohecho” tras detenerlo y golpearlo en la vía pública. Pero el proceso judicial nunca prosperó.

«Estoy llegando… la aldea regresa a su casa después de un secuestro de 9 meses… fuegooo… yo mismo escribo, los amo a todos los que me apoyaron” dijo el rapero en varios posts difundidos en las redes sociales.

En la cárcel, durante nueve meses, sufrió presiones, amenazas, intentos de chantaje y castigos para que depusiera su actitud, y llegó a coserse la boca. 

Entre los días 4 y 16 de julio de 2019, “Pupito estuvo en celda de castigo por negarse a vestir ropa de preso y por exigir su libertad”, informó el Club de Escritores y Artistas de Cuba en esta página.

El rapero fue arrestado el 12 de noviembre del 2018 tras un episodio violento de la policía cubana que fue colgado en Youtube.

Poetas armados rumbo al futuro

 

El poeta español Gabriel Celaya se fue a la tumba creyendo que la “poesía es un arma cargada de futuro”. De esta manera acuñaba una verdad irrebatible, que quedaría para la posteridad, en uno de los textos de su libro Cantos íberos, publicado en 1955.

En sus trajines poéticos, que comenzaron en la segunda mitad de los años 40 del siglo XX, hasta las postrimerías de los 80, comprendió la esencialidad del poema, independientemente de las formas y el estilo.

Creía en la posibilidad de transformar el mundo con la fuerza del verso y a eso se dedicó a lo largo de su existencia, marcada por el compromiso social y la producción de una abundante obra literaria.   

Fue un fiel exponente de la poesía comprometida. Rehuía la estética elitista. Prefirió el lenguaje sencillo en prosa, despojado de florituras, pero sin perder la capacidad de alcanzar memorables combinaciones retóricas.

Más acá en el tiempo y desde la mayor isla del Caribe insular, me asomo por los entretelones de una cotidianeidad cruzada por el dolor, la escasez y los miedos, para leer unos poemas abiertos a la comprensión inmediata, gracias al abandono de las afectaciones discursivas, el tono de denuncia, la calidad tropológica y la cercanía a la tragedia que se cierne sobre las cabezas de varias generaciones.

Estos poetas, nacidos en Cuba, no son epígonos de Celaya. Sin embargo, también les apasiona retratar la realidad que duele, la esperanza hecha jirones, las calamidades esparcidas por los vecindarios, todo por causa de la política ejercida por un partido experto en multiplicar las ruinas, la doble moral, las prisiones y las promesas de un futuro mejor. 

En los textos poéticos de Ariel Maceo, Abu Dujanah y Javier Moreno se siente el pulso de las agonías, pueden palparse las estropeadas superficies de las ilusiones, es posible sentir el olor de los basurales que rodean la ciudad y el tufo del alcohol barato utilizado para mitigar las penas.

Esa poesía, sórdida e irreverente, devela las peripecias del proletariado para sobrevivir entre consignas y racionamientos.

Lo grotesco y lo escatológico es una añadidura que ayuda a comprender las dimensiones de una involución cultural que aún no ha llegado a su destino final. El proceso se mantiene en marcha y apenas sin pausas que sugieran la probabilidad de un gradual retorno a la sensatez.

Agrupados en el proyecto Demóngeles, fundado en el 2006, reprimido y diezmado años más tarde por sus posiciones contestatarias, y relanzado en 2017, estos exponentes de la literatura al margen de las instituciones oficiales están decididos a continuar auscultando las zonas del desastre, cada vez más amplias y sin solución a la vista.

Puedo advertir, sin temor a equivocarme, que su poesía nunca será complaciente ni escurridiza. El compromiso de los artistas y literatos nucleados en esta iniciativa es hacer su trabajo al margen de las coyundas institucionales.

A pesar de estar constantemente bajo presión de la policía, saben que la libertad creativa exige sacrificios dentro de la órbita de una dictadura de corte totalitario.

Están conscientes que trabajan en un escenario de guerra, pero parafraseando a Celaya cuentan con un arma cargada de futuro. Entonces, no hay miedo.     

         Texto del Dossier sobre el grupo Demóngeles perteneciente al décimo tercer número de la revista Puente de Letras             

Una unión excepcional

“La unión de trabajo del Movimiento San Isidro y el grupo Demóngeles, anunciada este mes de agosto de 2019 desde La Habana, constituye sin duda una noticia alentadora, de esas que potencian esperanza, sobre todo porque proviene de, y se incuba en, un medio hostil por partida doble (con lo cual resulta doblemente excepcional): proviene de, y se incuba en, una Cuba en dictadura donde la represión se estructura como un mecanismo de relojería suizo, por una parte, y por la otra de un entorno sociocultural que, como el cubano en general, descree del trabajo en equipo y suele desbaratar con fruición toda clase de alianzas”. Armando Añel en carta a Adán Siro

“El grupo Demóngeles y el Movimiento San Isidro unidos en una sola fuerza cultural-artística-política contra el régimen totalitario imperante en Cuba. Estamos conectados por Cuba libre”.  Luis Manuel Otero Alcántara en Lokgram

“El poeta y narrador Luis Dener Hernández, fundador de Demóngeles, destaca que la vinculación de este grupo con el Movimiento San Isidro ocurrió desde un inicio, y que esta alianza ‘es un proceso natural en la forja de proyectos comunes para aumentar la capacidad de trabajo’, aunque estos últimos, ‘por obvias razones, no pueden divulgarse’. De esta forma unen fuerzas un movimiento joven, el de San Isidro, y uno con más experiencia, Demóngeles, que nació el 19 de mayo de 2006 con el objetivo fundamental de incidir sobre la realidad social y transformarla». Waldo Fernández Cuenca en Diario de Cuba

Nota incluida en el décimo tercer número de la revista Puente de Letras

Huelga de hambre, campaña #Ni1ReguladoMás: El Instituto Patmos actualiza su lista

El director de la agencia independiente de noticias “Santa Clara Visión” y activista religioso, Guillermo del Sol Pérez, se ha declarado en huelga de hambre a nombre de todos los ilegalmente “regulados en Cuba”, muchos de ellos escritores, artistas o activistas cuturales.

Según informa el blog del Instituto Patmos, Del Sol también se decidió por esta medida extrema luego de que a su hijo, también evangelista y periodista independiente, Adrián del Sol Alfonso, se le impidiera viajar el lunes 12 de agosto a unas conferencias sobre libertad religiosa.

https://institutopatmos.wordpress.com/2019/08/17/guillermo-del-sol-un-padre-que-levanta-la-voz-por-su-hijo-adrian-del-sol-y-reclama-ni1reguladomas-cuba/

«El primer listado de ciudadanos “regulados” fue publicada por el Instituto Patmos en julio de 2018 y contenía 52 nombres; desafortunadamente un año después el listado también preliminar que ahora presentamos contiene 138 nombres (estamos seguros que hay muchos más)», informa el blog. «Y si la lista ahora publicada no llega a los 200 es porque muchos que antes estuvieron “regulados” en una posterior posibilidad de salida (según nos indican esto constituye una operación estratégica para “limpiar” a Cuba de “ciudadanos indeseados” para el régimen conocida como Operación “Jaula Abierta”) optaron por su derecho a no volver».

A continuación la lista actualizada de regulados en Cuba que ofrece el Instituto Patmos:


Abascal Zamora, Sissi
Acon Sardiñas, Maria Josefa
Acosta Peña, Pedro
Acosta Ríos, Nelson 
Aleaga Pesant, Julio
Alfaya Hernández, Nancy
Álvarez González, Ileana
Álvarez, Julio César
Arango, Isel
Aveleira Rodríguez, Jorge Luis
Amela Hernández, Omar
Barges, Yamile
Baez Guerrero, Zaqueo
Benítez Rodríguez, María Mercedes
Berrio Sarda, Enix
Biscet, Oscar Elías
Bravo López, Yoel
Broche de la Cruz, Magalis
Burunate Gómez, Caridad María
Burunate Gómez, Regla Rafaela
Carrillo Hernández, Asunción
Castro García, Deyli 
Carvajal, Acelia
Cervantes García, Jorge
Columbié Grave de Peralta, Dariém
Constantin Ferreiro, Henry 
Cortina Rey, Amarilis
Coyula Pérez-Puelles, Regina
de la Nuez, Alberto
Del Sol Alfonso, Adrian
Díaz Becerra, Onelcys
Domínguez García, Víctor Manuel
Durán, Dulce Amanda
Durán Noa, Yanela
Echevarría Menéndez, Tania 
Engroba González, Irisley
Escobar Pérez, Luzbely
Escobedo Morales, Egberto Angel
Estenoz, Yaudel 
Esquivel Vieyto, Lourdes
Exposito, Adya
Ferrer García, José Daniel
Fernández Cuenca, Waldo 
Figueredo Cruz, Yunia
Fornaris Ramos, José Antonio
Fuentes Lemes, Ramón
Fuentes Madan, Claudio
Galammame, Amado Calixto
García Basulto, Sol 
García Fournier, Niober
Gómez Manzano, René
González Albernas, Matilde Alejandra 
González Arenas, Boris
González Leiva, Juan Carlos
González Reinoso, Pedro Manuel
Gonzalez Suárez, Eroises
Guerra, Cecilia
Guilarte Aranda, Eglis 
Hernández, Iliana 
Hernández Carrillo, Iván
Herrera, Miriam
Hidalgo García, Damaris Mónica
Jiménez Enoa, Abraham
Labrada Varona, Maria Cristina 
Legrá Pacheco, Abdel 
Leon, Alida
Linares García, Librado
López Canino, Agustin
López Cortés, Eduardo Ramón
Llanes Quintana, Dariel
Madrazo Luna, Jacqueline 
Madrazo Luna, Juan Antonio
Manzanet Ortiz, Francisco Luis
Marrero Burunate, Yisabel María
Martín Calderín, Miraida
Martín Valdivia, Roberto
Martínez Vaillant, Alexei
Mariño García, Iris 
Mesa Crespo, Dora Leonor 
Mir Marrero, María Elena
Mojena Hernández, Katherine 
Mora Montalvo, Alexei
Morales Estrada,José Ernesto
Navarro Rodríguez, Félix
Navarro Álvarez, Sayli
Oliva Rivery, Carlos
Oliva Torres, Carlos Amel
Oliva Torres, Ernesto
Olivera, Jorge
Ortiz Ramírez, Eduardo
Palacio Mogar, Fernando Edgardo
Peña González, Aimara
Peñalver, Roseling
Pérez Abreu, Zelandia de la Caridad
Pérez Franco, Leonardo
Pérez González, Alfredo
Pérez González, Ariel 
Pérez Mendoza, Adrián 
Pérez Pérez, Armando Antonio 
Pérez Velázquez, Suleydis
Piñeiro, Michel
Poveda Silva, Isael
Prada de, Moises
Puentes Batista, Alain
Puentes Beruvides, Yunior
Quiñones Haces, Roberto de Jesús
Quijano Silva, Soraya
Ramírez Álvarez, Osmel
Ramos Herrería, Leticia 
Rangel Manzano, Francisco 
Remón García, Anay (Ana León)
Rigal, Joel
Rigal, Ramon
Rigal, Ruth
Rodríguez Arroyo, Yaimel
Rodríguez Becerra, Carlos Raimundo
Rodríguez González, Dalila
Rodríguez Legrá, Josué
Rodríguez Riverol, Jonniel 
Rodríguez , Jorge Enrique 
Rodríguez Alonso, Leonardo Lino
Rodríguez Lora, Inalkis
Rodríguez, Yusimí
Rojas Pérez, Dailén
Romero Becerra, Yusleidy
Roque Cabello, Martha Beatriz
Sánchez Solís, Martha Liset
Sánchez Zaldívar, Alejandro
San Martín Albistur, Augusto César 
Santana Capdesuñer, Roberto Miguel
Serrano Díaz, Yadira 
Soler  Fernández, Berta
Toledano Valiente, Alayn
Valdés, Javier
Valle Roca, Lázaro Yuri
Valdivia, Roberto Martín
Viñas Lazo, Rosalía
Zamora Carmenate, Annia

Dos escritores cubanos en Coral Gables Museum

Los escritores cubanos Francisco García González y Enrique del Risco presentan este viernes 23 de agosto de 2019, en Miami, los libros Asesino en serio y ¿Qué pensarán de nosotros en Japón?

Día: 23 de agosto
Hora: 6:30 p.m.
Lugar: Coral Gables Museum
(285 Aragon Ave, Coral Gables 33134)

La entrada para los miembros es gratis y al público en general costará $5.00. Para hacer RSVP escriba a [email protected] o llame al 305.603.8067

Nuestra aldea mental

 

En una entrevista que leí recientemente, el entrevistador -escritor hispano residente en Estados Unidos- afirmaba tener constancia de la valía como escritor de su entrevistado -un cubano-, porque, según él, se tomó la precaución de informarse sobre su labor literaria y editorial en Cuba, y además acopió criterios entre otros escritores que viven en la Isla. No dijo ni dio muestras de haber leído uno solo de sus libros, pero estaba seguro de haberse preparado adecuadamente para entrevistarlo, gracias a las referencias de marras.

Es un detalle pintoresco que, a su vez, trae a colación otros pintoresquismos propios de la relación entre los escritores cubanos y el quehacer literario de la Isla, pautado, manejado y dominado en términos casi absolutos por las estructuras institucionales del régimen.

A lo largo de los últimos sesenta años, nuestra literatura ha sido ejercida desde los más diversos puntos cardinales del mundo, y no sólo al margen, sino incluso a contracorriente –en contenido y forma- de la que se publica en Cuba. Hay países como los Estados Unidos o España, en los que hoy viven y publican sus libros escritores cubanos en número no menos significativo al de aquellos que lo hacen en la Isla. Algunos de ellos lograron publicar allá parte de sus obras, pero muchos, quizás la mayoría, no publicaron nada, bien fuese por el contenido de lo que escriben, o por su actitud cívica o política, o porque simplemente empezaron a escribir estando ya fuera de su tierra.

Se trata de un fenómeno que en principio, sin entrar en detalles, resulta bastante parecido al de otros países latinoamericanos o al de cualquier nación pobre y generadora de altas cifras de emigrantes, donde no son pocos los escritores que han necesitado salir al exterior para darse a conocer y donde ocurre con frecuencia que el público de sus países es el que menos ha leído a esos escritores, los cuales, para mayor discordancia, suelen alinear entre los más reconocidos exponentes y divulgadores de la literatura nacional.

Claro que tratándose de Cuba, hay que entrar en detalles. Aunque sea en unos pocos. Y el primero nos lleva a una triste confrontación. Mientras en cualquiera de los países latinoamericanos a los escritores que viven lejos les basta con darse a conocer de algún modo entre eso que llaman su público natural para que, de inmediato, tanto la gente como las instituciones comiencen a prodigarle respeto y distinción, en la Isla se hace todo lo posible, desde la perspectiva oficial y editorial, por mantener al público lector ajeno a la obra de sus escritores que viven en el exterior. Sólo excepcionalmente son publicados o comercializados o invitados a eventos nacionales, así como mencionados en los medios de información. Y cuando la excepción tiene lugar, es fácil suponer lo que debió hacer el escritor.  

Durante varias generaciones la UNEAC se ha dedicado a monopolizar, impunemente, la representatividad de la literatura nacional. Y bien poco importa su desprestigio, no sólo como muñeco de ese bruto ventrílocuo que es el régimen, sino incluso como auspiciadora escandalosamente poco fecunda del desarrollo literario en el país. De todas formas, continúa siendo fuente de referencia inevitable para muchos en el extranjero, como es el caso del entrevistador citado al inicio. El colmo es que también lo es para muchos cubanos, quienes al parecer se consideran prestigiados profesionalmente cuando agregan a su currículum el crédito de haber pertenecido a sus filas, o el de haber obtenido alguno de los premios literarios que otorga ésta o alguna otra institución de su calaña.

Desde luego que cada cual es libre para hacer con su cuero el tambor que mejor le suene. Pero eso no le resta incongruencia al asunto. Ni su correspondiente cuota de provincianismo.   

A veces no basta con que vivamos en París o en Madrid o en Berlín o en New York o en Miami, para que hayamos dejado atrás completamente nuestra aldea mental, la que, a diferencia de la geográfica, va por dentro de nosotros. Así que puede ocurrirnos como en aquel acertijo del refranero: mientras más cercas, más lejos, mientras más lejos, más cerca.

Jorge Olivera y Nancy Alfaya, detenidos en La Habana

El momento de la detención, en las afueras de la sede del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR)

Continúa la represión contra la cultura alternativa cubana. A los ataques contra las páginas web de Puente a la Vista se suma la detención este miércoles 14 de agosto, en La Habana, de la activista Nancy Alfaya y el escritor Jorge Olivera, quienes se disponían a celebrar un evento independiente, peña de Arte Libre y Literatura sin Censura.

La detención se produjo en las afueras de la sede del Comité de Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), domicilio del opositor Juan Antonio Madrazo. El evento fue suspendido. Madrazo fue retenido en su casa. Alfaya y Olivera habrían sido conducidos hacia la estación policial de Zapata y C, en El Vedado.

Precisamente, el Club de Escritores y Artistas de Cuba que preside Jorge Olivera, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’, había denunciado esta semana «el reciente fallo de un tribunal contra el abogado, periodista independiente y poeta Roberto Jesús Quiñones, que certifica la línea ascendente de los actos punitivos del Estado cubano, dirigidos a mantener, a cualquier precio, los pilares del totalitarismo».

«La vigente Constitución de la República de Cuba no me representa, no me protege y el gobierno la viola flagrantemente. Por eso #VOTÉNO», había escrito Alfaya, a quien no le permiten salir del país, hacía pocas horas en su cuenta de Facebook. «Hoy me presenté en la Dirección de Emigración y Extranjería del Ministerio del Interior, ejerciendo mi derecho como ciudadana para recibir respuesta de la queja que presenté con la siguientes fechas, el 21 de noviembre de 2018 y el 16 de mayo 2019, ambas recibidas por la capitana Ofelia. Al no tener ninguna información al respecto, me presenté hoy, 13 de agosto, exigiendo una respuesta por la arbitrariedad y violación que han realizado por más de 9 meses, al no permitirme salir al exterior».

«Basta de represión policial y censura gubernamental contra los escritores y artistas independientes en Cuba», declaró el poeta Rafael Vilches desde Cuba. «Pido respeto y la libertad de Jorge Olivera, Premio Nacional de Literatura Independiente, y su esposa, la activista y periodista independiente Nancy Alfaya. Me hubiera gustado estar en la actividad literaria con ellos. Libertad para los dos».

Concurso de ensayo ‘Carlos Alberto Montaner’ 2019

Carlos Alberto Montaner visto por Delio Regueral

El proyecto Puente a la Vista y sus amigos convocan al Premio de Ensayo ‘Carlos Alberto Montaner’ 2019, que se regirá por las siguientes bases:

1- Podrán participar en esta convocatoria todos los ensayistas cubanos residentes en Cuba o fuera de ella.

2- Cada autor concursará con un ensayo o conjunto de ensayos de tema libre, originales e inéditos, con una extensión no menor de 80 cuartillas ni mayor de 200 (de alrededor de 30 líneas cada cuartilla), quedando excluidos aquellos que hayan sido premiados en cualquier otro certamen.

3- El original irá firmado con el título de la obra y el nombre del autor, haciendo constar en un documento aparte el nombre completo, dirección, teléfono, correo electrónico y currículo.

4- El libro con el ensayo o los ensayos se presentará obligatoriamente por correo electrónico, en formato Word y sin ningún tipo de ilustración. Se adjuntarán dos archivos en el mismo correo: uno para el libro, que deberá ir identificado con el título de la obra y el nombre del autor, y uno aparte con los datos señalados en el punto 3º de estas bases, identificado solo con el nombre del autor. Las obras deben ser remitidas al email [email protected] con el asunto o encabezamiento CONCURSO DE ENSAYO 2019. De enviarse con otro asunto o encabezamiento en el email, serán descalificadas.

5- Las obras o ensayos presentados al concurso no podrán estar comprometidos para publicación ni participación en otro certamen. La utilización de formatos PDF u otros que no sean Word, o de ilustraciones junto a los textos, implicará la descalificación de la obra.

6- A los autores se les comunicará su participación en el concurso a través de su correo electrónico, a manera de confirmación tras recibirse sus obras.

7- Se otorgarán dos premios, uno a un ensayista cubano residente en Cuba y otro a un ensayista cubano residente fuera de Cuba. El premio en metálico de 500 dólares será único e indivisible en ambos casos e implicará, además, la publicación de la obra por Puente a la Vista Ediciones –con todos los derechos cedidos al autor de la misma– y 10 ejemplares gratuitos.

8- El plazo de admisión de los ensayos a concurso cierra el 15 de octubre de 2019. Los resultados se darán a conocer en diciembre de 2019 o enero de 2020 en diversas publicaciones de temas cubanos. Los organizadores no mantendrán correspondencia con los participantes y solo se dirigirán a los ganadores para anunciarles el resultado.

9- El jurado que analizará las obras en concurso estará integrado por ensayistas, críticos y editores radicados en la Isla y el exterior. Tras anunciarse los dos ganadores, se dará a conocer su integración.

10- El jurado podrá interpretar las bases. El hecho de participar implica la total aceptación de las mismas. Cualquier situación no prevista será resuelta por los organizadores.

Declaración del Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC)

El reciente fallo de un tribunal contra el abogado, periodista independiente y poeta Roberto J. Quiñones Haces, certifica la línea ascendente de los actos punitivos del Estado cubano dirigidos a mantener, a cualquier precio, los pilares del totalitarismo.

Quiñones había realizado la cobertura periodística del juicio celebrado a dos pastores cristianos, quienes fueron condenados a prisión por educar a sus hijos mediante el sistema homeschooling (educación en casa). Por este motivo, es decir, por cumplir con su deber profesional, Roberto Jesús fue sancionado a un año de trabajo correccional con internamiento.

El CEAC llama la atención sobre esta venganza contra un periodista independiente. Hechos como este se han venido sucediendo en el país durante años, en los que disímiles personas han padecido prisión, amenazas, detenciones ilegales, actos de repudio, golpizas, allanamientos, entre otros eventos represivos, por el simple delito de ejercer libremente derechos fundamentales.

Pese a ello, el Gobierno cubano continúa sin tener límites burlándose impunemente de las denuncias de los organismos internacionales de derechos humanos. Por lo que, mientras la comunidad internacional mantenga su silencio, queda abierta la posibilidad de que otros corran la misma suerte.

Asimismo, el CEAC condena firmemente cualquier procedimiento que atente contra la integridad física y psicológica de personas comprometidas en la defensa de derechos considerados inalienables por las Naciones Unidas.

Demandamos la libertad de Roberto Jesús Quiñones Haces y de todos los presos políticos que sufren el rigor de un desproporcionado sistema carcelario compuesto por más de 200 prisiones y campos de trabajo.

Jorge Olivera Castillo (Presidente del CEAC). Ángel Santiesteban Prats (Vicepresidente del CEAC).

Condenan a escritor Roberto Quiñones en Cuba

Roberto Quiñones Haces

El escritor, abogado y periodista independiente Roberto Quiñones Haces fue condenado este miércoles 7 de agosto “a un año de privación de libertad sustituido por trabajo correccional con internamiento, durante un juicio efectuado en el Tribunal Municipal de la ciudad de Guantánamo, Cuba, por el delito de Resistencia y Desobediencia”, informó Cubanet.

Quiñones planea apelar la sentencia y tiene hasta el próximo lunes como plazo. Luego, según informa la propia página de asuntos cubanos, el Tribunal Provincial tomaría hasta diez días para darle una respuesta definitiva.

“Roberto de Jesús Quiñones ha sido sancionado a un año de prisión correccional con internamiento”, expresó la activista y escritora Yoaxis Marcheco Suárez en Internet. “Les recuerdo que Quiñones es un laico católico que brindó su solidaridad a la pareja de pastores Ramón Rigal y Adya Expósito, injustamente encarcelados por pretender ejercer el derecho que como padres tienen de dar a sus hijos el tipo de educación que crean pertinente”.

“Quiñones intentó llegar al juicio de los pastores y fue detenido con violencia por la Seguridad del Estado”, abundó Marcheco. “Sin embargo, se le ha acusado a él de ‘resistencia y desobediencia’. Seamos solidarios y repliquemos esta noticia, que el mundo sepa de las arbitrariedades del castrismo. Nuestro apoyo a Roberto de Jesús y a todos los presos políticos”.

“Está sucediendo: la represión se ensaña con más encono sobre los periodistas independientes”, expresó la también periodista Miriam Celaya González en Facebook. “Hoy es nuestro colega Roberto el que envían a la cárcel sin haber cometido delito alguno. Mañana puede ser cualquiera de nosotros. Cree la dictadura en su ciega prepotencia que con esto nos van a acallar. No saben cuántas voces saldrán por cada una que intenten silenciar. ¡Recuerden cuánto nos multiplicamos después de la Primavera Negra!”.

En el año 2014, Neo Club Ediciones publicó en Miami, con portada del pintor cubano Casimiro Gonzalez, el libro La chica de nombre eslavo, de Roberto Quiñones Haces, presentado por el Instituto Patmos en una Feria del Libro Independiente organizada en Caibarién, Cuba, en 2015.

‘Delante de las espadas’: La música que viene

Un avance de ‘Delante de las espadas’, el próximo y primer disco del escritor y compositor Jorge Olivera en colaboración con el rapero Osvaldo Navarro (NavyPro).

Tres temas que combinan diferentes géneros musicales en un espacio común de independencia creativa. Proyectando el mensaje de liberación de la sociedad civil cubana.

Libertad para Pupito en Sy. Libertad para Maykel Osorbo.

Abajo la represión y la censura. Viva Cuba libre.

Cómo convertirse en un poeta reconocido

 

1) Lo más elemental: escribir poemas. La calidad se consigue después. Eso sí, independientemente del poema.

2) Afíliese a un gremio literario –si es oficialista mejor.

3) Haga relaciones con escritores, poetas e intelectuales influyentes; pero, sobre todo, con críticos literarios y académicos.

4) Invite a esos colegas influyentes a almorzar, para que así pueda demostrarle su empatía cuando emitan sus opiniones políticas y de otra índole. Es importante que desde un principio coquetee con sus preferencias estéticas y sexuales. Hágase amigo de ellos lo más íntimamente posible.

5) Nunca diga su verdad: sólo la dicen los locos, los niños y los borrachos (no se emborrache por el momento).

6) Capte cuál es la tendencia que une al círculo literario con el que usted se codea. Déjese llevar por la misma; que su singularidad sea lo suficientemente gregaria para que goce de la aceptación del grupo.

7) Haga mucho ruido: escándalos en su vida personal relacionados con su adicción al sexo, al alcohol y las drogas, o cometa algún acto delictivo o de extrema irreverencia. Esto le creará un aura, una mística. De lo contrario, sea el acólito de algún dictador o régimen totalitario, escríbale unas cuantas loas y asegurará todo tipo de gratificación mefistofélica.

8) Afíliese también a un partido o movimiento político que esté de moda. Demuestre un activismo que le otorgue ciertas prebendas para que así pueda viajar, conceder entrevistas, dictar conferencias y conocer a personalidades influyentes en todo el mundo, y, sobre todo, para que su nombre acapare los titulares de la prensa de tal forma que nadie dude que usted es una figura pública y, por supuesto, mediática.

9) Llegado este punto, usted está apto para participar en un concurso literario y ganar un premio importante.

10) Y ahora que usted reúne todos los requisitos que lo avalan como un poeta bueno y reconocido, lo único que tiene que hacer es seguir escribiendo más poemas. Eso sí, nunca olvide que la calidad es independiente del poema, y que muchos de sus admiradores, lectores y exégetas han elevado su obra a imagen y semejanza de estas instrucciones.

Desnuda soy azul como la noche en Cuba

Diana Castaños

Diana Castaños, escritora y narradora cubana, autora de Yo sé por qué bala la oveja mansa, entre otros libros, responde preguntas esenciales de Puente a la Vista: una manera práctica de profundizar, con la creadora, en su obra y sus experiencias:

Puente a la Vista- Cuéntanos sobre tus inicios en la literatura. ¿Qué te impulsó a escribir y cuáles fueron tus primeros textos?

Diana Castaños- Mi vocación es un tirón de la sangre. Mis padres, los dos, adoraban la literatura. Son escritores en sí mismos, aunque nunca consideraron la carrera profesional. Ven a la literatura como una amiga más que como una profesión.  Y me regalaron esa amiga.

No recuerdo un momento en que no haya existido literatura en mi vida: Mi mamá me enseñó a escribir y leer cuando yo tenía tres años. Cuando, a los seis, empecé la escuela, ya sabía todo el contenido. La escuela me fue siempre extremadamente fácil. Dedicaba todo mi tiempo a leer, entonces. (Y sé que suena como a una niña apartada de todos, a quien le hacían bullying y demás. Pero jamás tuve ningún problema con los niños. Yo adoraba la escuela. Adoraba a mis compañeros de aula. Y ellos me adoraban a mí. Solían pedirme que les leyera mis historias, todo el tiempo).

Como Scherezada hizo con el sultán, cada noche -invariablemente- mi papá me contaba fragmentos de historias cuyo final no terminaba, a propósito. Me decía: «si quieres saber el desenlace de esta historia, tienes que leer al autor». Y ya el libro de ese autor me estaba esperando, sobre mi mesita de lectura.

Mis primeros textos: Tendría yo unos cuatro o cinco años. Hice un intento de novela sobre unas niñas a las que se les cuestionaba merecer convertirse en adultas. En la historia, crecer era el premio. Era unos esbozos precarios, con marcadas influencias de Charles Dickens.

PV- ¿Qué verán los lectores en sus libros?

DC- “Hay alguien caminando por la calle. Hay personas en la calle.  Hay alguien que te gusta. Te das vuelta en la esquina. Y allí está. No hay otra manera de verlo. Ella es la idea. Estás enamorado. Y ella es la historia” (David Lynch).

Por ejemplo, Yo sé por qué bala la oveja mansa (Bokeh, 2019) muestra un matriarcado. Así: ex profeso. Este es, en gran medida, un libro eco de cómo funciona mi familia, donde los hombres son apaciguadores, bellos y dulces como tiernos cristales de colores. Y las mujeres -yo incluida- somos arrebatadoramente fuertes. Mujeres audaces, que saben quiénes son y enfrentan sus miedos. Mujeres que incluso si no saben dónde van, saben que van en camino.

Claro que esa novela es, en cierta medida, autobiográfica. Lo cual no quiere decir que me haya sucedido. En Yo sé por qué bala la oveja mansa cuento mi historia, aunque los hechos que narro nunca me sucedieron.

Es una obra absolutamente personal y es en parte un homenaje a la familia tan audaz que tengo. Porque cada personaje de esa obra es un familiar mío. Tengo una familia muy pintoresca; por sí sola da para varios libros.

Te cuento como escribo. Yo cojo un sentimiento, el que más fuerte esté en mi vida en ese periodo, el que más me cueste enfrentar, y lo pongo en la página en blanco. Lo dejo caer. Fíjate que tiene que ser un sentimiento. No puede ser una emoción, que se irá en cuestión de horas. Tiene que ser algo que esté en efervescencia dentro de mí por años de años. En otras palabras, bienvenidos los traumas de la vida. Bienvenidos los sinsabores, todos.

Todo es material para mi escritura. Todo escrutinio, toda rotura, toda yo. Quizás por eso, ahora que lo he descubierto, me siento mucho más corajuda en la vida.

https://bokehpress.com/2019/05/05/castanos-diana-2019-yo-se-por-que-bala-la-oveja-mansa-leiden-bokeh/

PV- ¿Puede mencionar tres autores o libros que considere fundamentales o que le hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa?

DC- Las separaciones entre artistas siempre me parecen graciosas. Las personas que escogen la creatividad hablan todas un mismo lenguaje. Yo encuentro inspiración en todo tipo de arte.

Por ejemplo, en…

Edward Hopper, porque provoca que una sueñe y se asombre.

Francis Bacon, porque hay tormento en su trabajo, ¡pero es un tormento tan hermoso!

Jimi Hendrix, porque él y su guitarra son absolutamente uno.

PV- A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, ¿estamos a punto de descubrir que la vida es literatura?

DC- La vida es la suma de las partes. A veces, más que la suma de todas las partes. Océanos de consciencia pura.

PV. ¿Rituales, rutinas?

DC- Yo siempre he escrito; y mucho. No necesito una rutina para escribir. Escribir siempre se acomoda con lo que sea que haga en mi vida en esos momentos. ¿O era viceversa? Lo que sea que haga en mi vida en esos momentos se acomoda con mi escritura, que es como decir, se acomoda conmigo.

Sí ha habido ciertos rituales de perpetuación de esa rutina de escribir:

Cuando era niña, escribía desde el balcón de mi casa, que estaba frente al mar. O en el arrecife que separa al mar -literalmente, ¡qué afortunada soy! – de los límites de la casa. Era leer ahí todo mi tiempo libre, terminar el libro, llenarlo de besos y empezar otra vez. Y así. Y escribir luego, cualquier idea o historia que ese libro hubiera despertado en mí. O escribir lo que el libro no despertó y yo hubiera querido que hiciera.

Cuando era adolescente, solía caminar desnuda y descalza (lo de descalza lo vuelve más audaz, creo) por los arrecifes puntiagudos del mar que bordea Flores (en Playa, La Habana), en las madrugadas. Me gustaba pensar que me volvía entonces una con la naturaleza. Y luego de esas caminatas, me preguntaba: «¿qué lamentaría yo si muriera esa noche?». Y ahí, junto con la respuesta, me ponía a escribir. Porque siempre lo que me faltaba para morir en paz era lo que no había aún escrito.

Siendo adulta mis rituales son otros: ahora viajo (a un país distinto cada mes). Siento que el mundo es un libro y que quiero leer todas sus páginas. Viajo tan compulsivamente como leo. Leo viajando y viajo para encontrar nuevos libros que leer. Me gusta encontrarlos de casualidad, literatura de Onelio Jorge Cardoso en una librería hispana en el medio de Cambodia. O a Idea Vilariño en una tiendecilla de lavandería de Gili Air, una islita de un kilómetro de diámetro en Indonesia. 

PV- ¿Géneros que le mueven el piso?

DC- Prefiero la calidad literaria. ¿Ese es un género? Debería serlo.

PV- ¿La lectura del momento?

DC- Carol, de Patricia Highmith. Está en cola Me casé con un comunista, de Philip Roth.

PV- ¿Sus libros (solo literatura) de referencia?

DC- Eso cambia muchísimo. Y me gusta que sea así, que cambie. Te imaginas qué triste sería, después de todo lo que estamos creciendo en la vida con todas nuestras experiencias y demás, ¿que nuestros gustos permanezcan inamovibles?

Me gustan Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath, Simone de Beauvoir y Marguerite Duras.

PV- Su último libro publicado fue en la editorial Bokeh…

DC- Comienzo a trabajar con Bokeh por el medio convencional. Le escribí a Bokeh en septiembre de 2018. Sabía, por mis búsquedas online, que es editorial que publica escritores de calidad literaria. Me llamó la atención, también, lo exótico: una editorial en Holanda que publica en español.

Después, cuando me topé con la competencia profesional de Waldo Pérez Cino en el proceso de edición de Yo sé por qué bala la oveja mansa, me sentí afortunada de trabajar con Bokeh.

PV- ¿Existe algún personaje que haya querido crear y aún no haya hecho?

DC- Todo lo que he querido escribir lo he escrito. Todo lo que quiero escribir, lo estoy escribiendo. No tengo arrepentimientos literarios (ni siquiera no literarios). Esta es mi vida y la estoy viviendo al máximo. Siempre me las arreglo para tener tiempo para escribir. Y ganas. Y deseos. Y qué decir. No sé qué es el miedo a la página en blanco. Mi vida literaria es hermosa. Lo que han hecho otros, si es bueno, me gusta. Amo a los escritores que me han hecho amar la literatura. Y en esto soy irreductible: Todo el que aporte a La Literatura, tiene mi Lealtad, mi apoyo, mi Amor. Absoluto. Yo amo, ante todo, esa magia impoluta que es La Literatura. Si después el escritor es una persona llena de insuficiencias o ridiculeces más o menos arbitrarias, poco o nada me importa. Venero aquello que nutre mi alma.

Ahora, dicho esto:

Pippa Mediaslargas me parece una feminista de primera. Qué delicia.

PV- Algo que le moleste...

DC- Que se atente contra la literatura.

PV- Algo que disfrute…

DC- El sexo. Desnuda soy azul como la noche en Cuba.

PV- ¿Cómo es que escribes en todos los géneros?

DC- Los géneros no existen. Escribir es una relación de amor con una misma. Todo lo demás, está de más.

PV- Raro que una periodista no piense en géneros…

DC- He sido escritora desde siempre. Escogí la carrera de periodismo universitaria pensando: «Humm, de qué podría yo graduarme que sea cercano a lo que soy». Pensé en la Facultad de Lenguas Extranjeras, porque adoro los idiomas, pero el periodismo tenía demasiados nombres de escritores en su haber… y la Literatura me palpita. Así que fue decisión bien fácil.

Me complace ver cómo siempre intentan clasificarme, especialmente después de que me gradué de la carrera: que si hago periodismo narrativo, que si nuevo periodismo, que si literatura, que si prosa poética. Yo sigo pensando lo de Søren Kierkegaard: una vez me hayas clasificado, etiquetado o nombrado, me negarás. Qué tendencia a limitarlo todo a una categoría.

PV- ¿Tiene Diana Castaños más pasiones aparte de escribir?

DC- La conexión vital, espiritualidad y amor que existe y vibra entre dos seres humanos. Observarla en otros. Vivirla en mi vida.

La espiritualidad y relación de amor que encuentro en la naturaleza.

El cine, la música, la pintura. El amor que los demás tengan por la vida. La tristeza que los demás tengan por la vida.

La sanación, en todas sus formas.

Derribar los prejuicios. En mí misma y en otros.

Amar. A mí misma y a otros.

Los idiomas.

El jujutsu.

Montar caballo.

Nadar desnuda. Hay algo muy especial en sentir el agua en mis senos.

Escalar.

El sexo oral.

Bailar casino.

Superar mis propios límites físicos y emocionales. Cada día: es una carrera conmigo misma, de nunca parar.

¿Sabes qué es el infierno para mí? Llegar al final de mi vida y darme cuenta de todo lo que pude haber hecho y no hice. Así que trato de vivir la vida a todo lo que da. Por eso ahora mismo me dedico a viajar el mundo. Hoy te respondo esta entrevista en Tbilisi, Georgia, pero hace una semana estuve en Bali, Indonesia y vuelo a Münster, Alemania en dos semanas. Después de eso, La Luna. 

PV- ¿En qué proyecto estás trabajando por estos días?

DC- Se llama Axilas y si alguien necesitara clasificaciones, diría que es libro de cuentos incómodos, contestarios y eróticos. Provocativos en una extensión amplia de la palabra.

Puedo compartir un cuento en esta página, si quieren.

RevoluciOFF

Santos, Casanova, Olema y Marichal en RevoluciOFF

 

La exposición RevoluciOFF es un ejemplo bien ilustrado de lo que sí puedes hacer por Cuba.

A la gran mayoría, en sus egoísmos y borracheras, no le importa. Pero mucha gente se pregunta qué hacer para cambiar las cosas. En ese grupo hay cuatro gatos haciendo y, otra vez, la mayoría sin rumbo ni idea de cómo apoyar el cambio a la democracia en la Isla. Esta exposición ha sido inspiradora.

No se trata de la parte material, palpable y visible, de lo que pasó el sábado 27 de julio en un espacio llenísimo de vida en la Calle Ocho; lo importante aquí son las acciones y las intenciones. Umbrella Art Foundation es una organización pequeña dedicada a trabajar con una zona del arte cubano auténtica, interesante y sexy, porque nace en general de los dolores provocados por la mafia de los Castro en los artistas.

Y por supuesto también nace de la necesidad de devolver el golpe con el poder incalculable del artivismo (arte + activismo). Este es el producto con el que intentan traficar Diddier Santos y Ana Olema. Está clarísimo que es con esfuerzo e iniciativa propios, y lo otro que está clarísimo es que no hay una gran inversión detrás ni nadie poderoso dictando. Ni falta que hace, el esfuerzo dedicado a cosas cargadas de honor posibilita casi siempre que el resultado sea honorable.

En este episodio Umbrella nos muestra un recorrido por la cartelística (política) de Annelys PM Casanova, que estuvo acompañada de la lírica de Marichal en el sonido. Los dos fueron las estrellas de la noche.

Marichal es un rapero cubano que hace años vive en el exilio. Sueña y siente como lo hizo en su tiempo la Comisión Depuradora allá por el 2006 y además tiene un valor añadido a su poesía contestataria: a diferencia de la mayoría de sus colegas, Marichal se ha dedicado a estudiar Historia cubana, a cultivarse y a comprender profundamente los temas que toca en sus canciones. Es rap conciencia puro, del bueno, del irrefutable, del que hace falta.

Annelys es una creadora cubanoamericana que estudió diseño gráfico en Los Ángeles. Sus carteles hablan de su relación con el bombardeo de propaganda utilizado por el gobierno totalitario impuesto en Cuba y de la cultura visual hollywoodense, dejándonos ver su predilección por los carteles clásicos de la pantalla de seda cubana de los años 60-70’s. Así recrea una nueva historia del movimiento cívico emergente ignorado por el mismo sistema que anteriormente patrocinara el movimiento de protesta.

Ella vive en Los Angeles pero mantiene cercanía con Miami desde mayo de 2013, cuando se ha estado involucrando en varias campañas utilizando una fusión de ilustración, diseño y activismo en forma de carteles. Ha desarrollado un estilo de expresión cívica con un aspecto ilustrativo de serigrafía que tiene como objetivo informar sobre situaciones, ideas y eventos históricos de la oposición cubana y de otros países en dictadura. #RevolucioOFF es su primera presentación unipersonal.

Annelys se ha dedicado a producir un cartel-denuncia-homenaje cada vez que ha pasado algo o alguien ha terminado en la cárcel de los Castro. Seguro que como a ella, con la indignación por los abusos y la necesidad de denunciar, a muchos otros se les ocurren cosas que dibujar, que cantar, que bailar, etc., pero desafortunadamente son pocos los que ejecutan: muchos somos los que pensamos y sentimos. Annelys siente y ejecuta con su técnica de dibujo suelta y jirilibre, conquista el ojo y el corazón sin dudarlo y lo más importante: mantiene vivo el recuerdo de los crímenes pasados e impulsa a otros artistas produciendo inspiración para el futuro.

Anoche me quedé con ganas de dibujar lo que siento aunque sea en dos minutos, aunque el resultado no sea perfecto, aunque tenga detractores y gente que piense que es mejor “no-meterse-en-problemas”.

Se esperaría de Miami una cultura súper vibrante y renovadora, considerando que tanta gente talentosa y con tantos proyectos ha llegado a esta tierra buscando libertad para crear. Pero no. No sabría definir el qué, pero algo ocurre en la ciudad que casi obstruye el desarrollo de las ideas nuevas mientras es un hecho que todo guerrero que llega sangrando de la guerra en Cuba deja de ser interesante si decide quedarse en Miami y, por tanto, atraviesa un proceso de olvido y abandono en el cual la mayoría tiene que aprender por su cuenta todo lo que el resto ya sabe y que tomaría unos minutos explicar. Ejemplo: ¿Cómo funciona el crédito? ¿Cómo cuidar tus finanzas? ¿Dónde estudiar? ¿Qué son los taxes? Encima, hay que pagar los billes, por lo que la mayoría no tiene un momento para hacer arte en Miami, a la que algunos llaman “el cementerio de los artistas”.

¿Te imaginas a Mozart repartiendo pizzas de Domino’s? Suena increíble pero pasa. Mucho talento ha llegado a esta ciudad y está siendo subutilizado en el fregado de platos, en el ensamblaje de piezas, en la repartición de periódicos, cuando potencialmente podríamos ser New York en la cultura. Generalmente el poder no está muy interesado en los artistas, así que queda en manos de nosotros mismos promover y formar el foco. Por eso nace Umbrella, como una de las pocas instituciones dedicadas a producir este tipo de eventos.

Queda clarísimo, después de la buena experiencia del sábado pasado, que Miami necesita más Umbrellas… por la salud de la poesía.

Sin lluvia no hay arco iris

 

Qué manera de llover. Como en Macondo. Aunque entre Macondo y Alamar naufragó el realismo mágico, no por los excesivos simbolismos de la lluvia, sino por falta de alcantarillas.

Cuando le pregunté a Verónica Vega por qué llueve tanto en su novela El arte de respirar, la respuesta me descolocó. Esperaba ese tipo de alusiones que han inundado la literatura desde el diluvio bíblico hasta hoy. La lluvia en tanto inagotable proveedor de sinestesias. Triste, melancólica, intimista, dolorosa, erótica, desoladora, catártica, depurativa, angustiosa y aun aterradora cuando cae sin control y lo desborda todo. “Tiene que llover a cántaros”, cuentan que cantaban los revolucionarios de mayo del 68. Así que nada de extraordinario (ni de reductor) habría en el aprovechamiento de esa múltiple capacidad metafórica de la lluvia como ingrediente de una novela cubana de estos días, cuando en la Isla no escampan las malas nuevas, mientras la gente se aferra, inútilmente, a la ilusión de evadir el aguacero debajo de techos agrietados y sombrillas rotas.

Pero en El arte de respirar, segunda novela de Verónica Vega (Hypermedia, 2019), la lluvia cae sobre Alamar por gravedad, puesto que no puede llover hacia arriba. La autora ha confesado que no buscó el amparo de su versátil funcionalidad como metáfora. O al menos no a conciencia. No lo necesitaba. Sencillamente porque Alamar –vitrina habanera del desbarranque fidelista- ya tiene bastante con ser lluvia: “Hay un problema serio con el alcantarillado –sostiene Verónica- y la lluvia fuerte o continua obstruye las calles, es como un cerco adicional. Sentí que era la expresión del acorralamiento que experimentamos”. O sea, que la sinestesia se creó sola, por fuerza de natura.

Ello no significa que a Verónica no le guste la lluvia, o que no le resulte inspiradora. Y más que la lluvia, tal vez el agua, en general. Por algo ha residido muchos años en la costera Alamar, y no gratuitamente se define como admiradora de Virginia Woolf, quien vivió y murió obsesionada por el agua. Así que no sorprende que fuese notada la influencia de Woolf -particularmente de su novela Las Olas– en esta obra de la autora habanera.

Ella misma ha reconocido la plausibilidad de su deuda con Las Olas. No pensaba en esa obra mientras escribía –me dijo-, pero en algún momento se dio cuenta de que los sedimentos de su lectura pudieron conducirla a la utilización del monólogo interior como un recurso dominante en el esquema de El arte de respirar. En realidad, no es la única coincidencia. Hay por lo menos otras dos fácilmente apreciables: la ya mencionada ubicuidad del agua y el carácter coral de ambas novelas, pues en una y la otra son seis los protagonistas o las voces encargadas de sostener el desarrollo de la trama.     

Sin embargo, más allá o más acá de estas concurrencias, no comparto personalmente el criterio de quienes asumen como decisiva la gravitación que ejerce la novela de Woolf sobre la de Verónica. Si bien puede aceptarse que el ascendiente es básico, creo que no trasciende la base, el fundamento, las esencias. De hecho, los rasgos formales (pero sobre todo los de contenido) que distinguen a las dos novelas son mayores en número y más sustantivos que sus coincidencias. También son diferentes sus respectivas atmósferas.

Ni siquiera considero que en el Arte de respirar sean seis los personajes principales. Pues aunque la estructura fuera concebida para seis, ocurre que esos protagonistas, a través del fluir de sus conciencias recrean o reviven en la práctica a otros personajes de no menor importancia para mover la acción. Los pensamientos irradian, se contagian, tal como se afirma en alguna parte de la novela. Y a partir de tales irradiaciones cobran destino propio e importancia determinante otros seres cuyo papel no me ha parecido secundario.

Claudia, joven acorralada entre un embarazo que no desea y la insufrible perspectiva del aborto, orbita con malos recuerdos en torno a Elio, dándole especial relieve mediante sus pensamientos. Una niña y su abuela otorgan existencia material a la madre y al padre de la niña, ausentes sólo en el plano físico. Esa misma abuela observa a Benito, su antiguo marido, mientras rememora el desastre de su vida en común, otorgándole al sujeto un peso específico en la novela. La niña, por su lado, “ve” a un muchacho que nadie más puede ver, pero cuya inmaterialidad no le resta fuerza dramática de primera línea. Está Vincent, fruto del Período Especial (así que balsero de trechos sin consumar el hecho), quien recrea a su madre admiradora de van Gogh y a su padre balsero de hecho. Están María la doctora y Ángel el enfermo, generadores de otras historias sustanciales…

Verónica ha puntualizado que la diferencia entre sus protagonistas y los de Las Olas consiste en que los suyos son cubanos pobres, de lo cual se desprende que sean menos dados a levantar los pies del suelo, a distanciarse del asfixiante contexto para dar cuenta de sus percepciones en clave poética y alegórica, tal como hacen los seis personajes de Woolf. Tiene razón, pero existen otras diferencias capitales, tanto entre unos y otros personajes y en los motivos o en los códigos reflexivos de sus soliloquios, como en el modo en que estos soliloquios se entrecruzan para convertirse en alguna especie de coloquio.

Digamos que en Las Olas los acontecimientos externos o circundantes resultan pospuestos porque el objetivo de la autora es proyectar el entorno a través de la conciencia humana. En El arte de respirar también está presente ese recurso, pero como fondo o palanca de apoyo, mientras el objeto básico de las reflexiones, recuerdos, descripciones es narrar el drama no de seis personas –o prototipos de personas- en medio de sus circunstancias, sino de todo un barrio, una ciudad, un país, una catástrofe histórica.   

Donde Virginia Woolf apuesta por la reflexión por encima de todo lo demás, Verónica narra, utilizando como guía o pretexto las reflexiones de sus personajes. Se trata de una disimilitud que por sí sola bastaría para no considerar decisiva la influencia de una sobre la otra.

Pero tampoco es en lo único que difieren desde el punto de vista estructural. Por citar otro ejemplo (solamente uno más, para no ser latoso), el estilo escogido por la escritora habanera para contar sus historias, mediante la recreación de cuadros ágiles, siempre breves, concisos, calidoscópicos, buscando la poesía en los hechos más que en las palabras, no es algo que responda a su presumiblemente puntual influencia de la Woolf. Desde luego que también en esa clase de estructura sería fácil hallar la marca de otros grandes de la literatura universal. ¿Quién que es no es influido? Sin embargo, hasta donde conocemos a la autora por anteriores narraciones, vemos que tal procedimiento no sólo autentifica resueltamente el estilo de esta novela suya, sino su quehacer como escritora, y aun su personalidad como mujer diáfana, de hablar sucinto y aguda inteligencia.

Por lo demás, El arte de respirar se acerca o se aleja indistintamente de Las Olas, según la fuerza con que bata el viento desde la costa (o en la medida en que arrecie la lluvia). Es esta una novela de tristezas y desgarramientos, de lacerantes emociones y de complacencias mínimas y pasajeras. Verónica toma nota de la corriente de pensamiento de sus personajes mediante exposiciones relampagueantes, referencias de lugares, sucesos o simples recuerdos, estados de ánimo… valiéndose de una serie de viñetas narrativas, descriptivas, reflexivas, y de diálogos secos pero muy ricos en intenciones, siempre ágiles y profundos, a tono con la archiconocida teoría del iceberg. Una narración cargada de sentidos, de guiños más y menos sutiles, de mensajes más y menos implícitos. Un espacio donde los personajes buscan sin éxito la simple manera de llenarse los pulmones de oxígeno para ir exhalándolo después, a su ritmo, persuadidos de que respirar (como lo expresa uno de ellos) es la primera manifestación de autonomía.

Valgan entonces los aguaceros de esta novela. Aun cuando el agua no abra caminos sino abismos, según dice otro de los personajes. Por cierto, por más que las nubes se vacíen sobre Alamar, no me parece que en igual proporción caigan rayos y truenos. Los buscadores de símbolos podrían encontrar en el detalle alguna representación de lo que testimonia otro de los personajes: “Hemos perdido la fe en nuestro poder para cambiar las cosas”. Pero igual es válido pasar por alto el detalle, ya que los truenos nunca llegarían a ser más que efectos ruidosos. La yema del asunto continúa radicando en esa abundante agua que cae del cielo. Ya lo advirtió Chesterton: sin lluvia no habría arco iris.   

RevoluciOFF con Annelys Casanova y Michael Marichal

Umbrella Art Foundation invita a la apertura de RevoluciOFF (One Night Show), muestra gráfica de carteles de la diseñadora cubanoamericana Annelys Casanova que contará además con la presentación del rapero cubano Michael Marichal.

Será este sábado 27 de julio de 2019, entre las 19:30 y las 23:30, en el 1485 SW 8th St (Miami, FL 33135-3803). La
entrada es gratis pero, para acceder al evento, los interesados deben registrarse antes a través del siguiente link:

https://www.eventbrite.es/e/entradas-revolucioff-a-journey-into-the-political-poster-of-annelys-pm-casanova-60870473224

Umbrella Art Foundation “invita para que disfrutes de una noche única en Miami, con formatocaracterístico de Expo- Show. En esta oportunidad podremos disfrutar de más de una treintena de carteles gráficos de Casanova donde aborda el tópico cívico-político, creando una documentación visual de la Cuba contemporánea contra el totalitarismo. De alto rigor técnico, y usando el color como arma impresionista, esta muestra constituye un precedente donde un exponente femenino se interna en el complejo camino del reclamo de justicia y libertad. Con el mismo swing, podremos disfrutar de la presentación del rapero cubano de Miami Marichal, conocido por sus canciones virales en las redes ‘Son unos cínicos’, ‘La que te vio nacer’ y ‘Tú no eres mi presidente’, entre muchas otras”.

La exhibición es curada por la artista y gestora Ana Olema, y la producción general correrá a cargo de Diddier Santos.

Sobre cubanidad, cubanía y Abel Prieto

 

Tras leer el artículo de Abel Prieto del pasado 19 de julio en Granma, un amigo me comentaba esta mañana que no entendía cómo podía llamársele “cubanidad estacionaria” a la de aquellos nacidos en la Isla que integraron “los cuerpos de voluntarios  bajo la dominación española, frente a las insurrecciones de 1868 y 1895”. Que desde ese punto de vista se relativizaban los motivos por los que el adolescente José Julián Martí había padecido una condena a trabajos forzados que marcarían para siempre su vida y su obra (recordemos que el motivo de su calvario fue una carta en que increpaba de apostasía a un condiscípulo que había integrado los batallones de milicianos… perdón, de voluntarios).

Aclaro que a lo que se refería mi amigo es a una cita que incluye en su artículo nuestro exministro de Cultura, y actual merecedor de alguna de esas numerosas botellas culturales que el castrismo creo para invisibilizar, por exceso de trabajos académicos y complacientes, los verdaderos intentos críticos de estudio de la obra del Apóstol. Una idea en definitiva de Elías Entralgo, que sin duda hace suya Abel, y que por demás no tiene mucho de descaminada: Muchos de los que integraron los cuerpos de voluntarios lo hicieron en defensa de la cubanidad, ya que a semejanza de casi todo el mundo en Iberoamérica pensaban que una Cuba independiente no podía más que gravitar hacia los EE.UU. Integrados a los cuales, a la manera descrita por Saco, la nacionalidad terminaría por ser absorbida en la gran corriente de inmigración americana, a semejanza de lo ocurrido en Texas o California. 

En la idea de Entralgo, y de Abel, eran cubanos, solo que cubanos que le temían al Cambio; al adónde nos podía conducir este, y que paradójicamente tenían como principal objeto de sus temores, y por tanto motivo de su integración a las milicias pro-ibéricas, el mismo de los castristas para su antimperialismo yanqui (no en balde los voluntarios de Martí, el ojo del Canario, gritan exactamente lo mismo que las turbas milicianas de 1980: ¡Que se vayan!).

La idea estaba muy bien, le explique al amigo, y no se podía a la larga más que concordar con ella. Lo que no cabía, sin embargo, era la cita en un artículo tan ramplón como el publicado por el diario oficial del régimen este viernes. Tendía a llenar de facetas, de complejidades, un discurso simplista que a la larga no pretende más que distinguir entre nosotros, los cubanos verdaderos, y ustedes, los falsos, los que no merecen participar en la vida política, social, cultural o económica de la Nación. La eterna justificación de que cómo los verdaderos cubanos son aquellos que están dispuestos a delegar su criterio en las manos de las autoridades actuales, depositarias de la mística voluntad general de la Nación, pues en Cuba todo estaba como se debía y el castrismo, y ahora el Canelato, no son en un final sino el resultado del ejercicio democrático de los verdaderos cubanos.

El asunto, le explique a mi amigo, es que no se busca a un individuo bastante culto e inteligente para intentar articular un discurso simplista. A la larga semejantes compañeros sienten demasiado las complejidades, las ambigüedades del mundo, como para que no tiendan a incrustar en el dogma ideas que lo dinamitan desde adentro. Para meter la pata, en buen cubano.

Debo decir que esta tensión entre el autor y el discurso a que se le ha convocado es la causa de que el resultado final haya sido uno de los más incoherentes artículos que yo haya podido leer alguna vez.

Por ejemplo, Abel la emprende contra “los anexionistas rumberos y divertidos, que dominan un picante repertorio de cubanismos, disfrutan el ron, el dominó, un buen tabaco, el café fuerte, ríen con los chistes de Pepito, lloran con el bolero y llevan al cuello una medalla de la Caridad del Cobre”. Mas si volvemos a los inicios del artículo, a la piedra fundacional sobre la que pretende erigir todo su discurso, vemos que en la cita de Don Fernando Ortiz tomada de Los factores humanos de la cubanidad, este no se refiere a semejantes individuos. Es más, pronto se nos hace claro que Don Fernando tiene un objetivo muy diferente del que se ha propuesto Abelito:

No critica el Tercer Descubridor de Cuba, al decir de Juan Marinello, a los anexionistas rumberos, pero mucho menos pretende dotar a alguna autoridad eclesial superior de un criterio absoluto, rígido, tallado en piedra, para distinguir a los buenos cubanos, a los verdaderos, de los falsos. Solo deja muy claro que hay cubanos que no quieren serlo, que se avergüenzan de tal, lo cual evidentemente no es el caso de los citados rumberos; y que cubano es todo aquel se sienta tal, de manera consciente, que desee serlo (lo cual es el caso de los rumberos…).

El único criterio de la cubanía, por tanto, ha sido situado en la soledad de la conciencia de cada cual, no dejado a la mano de la voluntad eliminadora de alguna comisión estatal, o incluso de sabios y venerables varones que por algún recurso místico han accedido a la voluntad general.

Hay en este sentido un abismo entre las profundidades que nos descubre Los factores humanos de la cubanidad y la ramplonería racionalizadora del castrismo de este articulejo escrito por alguien que sin embargo no es un Iroel Sánchez (aunque va camino de ello a medida que envejece, y se encanallece, como muestran sus reciente trinos). Mientras el primero intenta oponerse a las visiones pacatas y absolutizantes, el segundo, desde la pacatería y la absolutización, pretende justificar un régimen político que se sostiene sobre un nacionalismo de zarzuela.

Pero incluso se puede ir un poco más allá… Si hablamos de cubanos que se avergüenzan de serlo, que reniegan de ello, no podemos más que incluir en ese saco a quienes se avergüenzan de partes importantes de lo cubano, a quienes reniegan, esconden parte de nuestro devenir, a quienes pretenden construirse e imponernos una cubanidad mítica, inventada, no real, casi tan simplista como la de la visión folklórica. Y no podemos más que incluir en ese saco a Abel Prieto mismo… más esto lo elucubro yo, no pretendo ponerlo en boca de un Don Fernando que no tuvo el gusto, o el disgusto, de conocer a este señor que pretende nada menos que tergiversar lo dicho por él para justificar su incondicionalidad a un régimen con el que aquel, si atendemos a su silencio de una década bajo el mismo (Ortiz murió en 1969), no habría estado de acuerdo.

Cubanos, en esto estaba claro Ortiz, lo somos todos los que nos sentimos tales, no los que Fidel Castro o ahora Díaz-Canel consideren merecen el honroso título. Tanto Abel Prieto como Cabrera Infante; aun cuando en la obra de este último lo cubano está más plenamente representado, más vivo. Y esa cubanidad está formada por hombres de carne y hueso, con sus incoherencias, y complejidades, por lo que a nadie se puede subir a algún cielo del cual resulte pecado bajarlo de cuando en cuando para someterlo a la crítica. Llámese Periquito Martínez o José Martí.

Somos una Nación, de más está decir que occidental, y por tanto no tenemos autoridades intocables; nadie está exento en nuestro pasado  y presente de ser sometido a nuestro criterio personal. No olvidemos que el Don Fernando del que ahora tanto hablamos llegó a justificar, poco después del 10 de marzo, la necesidad en Cuba de un Hombre Fuerte, o sea, de Batista; o que a diferencia de Varela y Saco, Martí no fue tan reacio a la influencia americana en Cuba. Sobran ejemplos del intencionado intento de Martí de hacer que los cubanos adoptáramos los valores americanos que tanto a su vez intentara desmontar desde sus bases filosóficas y religiosas, en sus Cartas a Elpidio, el Padre Varela. Ahí tenemos todo un documento en que explicita esa intención: su programa político de la Guerra Necesaria, El Manifiesto de Montecristi:

… y en el crucero del mundo, al servicio de la guerra, y a la fundación de la nacionalidad le vienen a Cuba, del trabajo creador y conservador en los pueblos más hábiles del orbe (los EE.UU., por supuesto), y del propio esfuerzo en la persecución y miseria del país, los hijos lúcidos, magnates o siervos, que de la época primera de acomodo, ya vencida, entre los componentes heterogéneos de la nación cubana, salieron a preparar (en los EE.UU.), o en la misma Isla continuaron preparando, con su propio perfeccionamiento, el de la nacionalidad a que concurren hoy con la firmeza de sus personas laboriosas, y el seguro de su educación republicana. 

Como ya dijera en El mito de la ancestral laboriosidad del cubano:

Para José Martí es en la convivencia horizontal de los campamentos mambises en donde los emigrados desempeñarían el importantísimo papel de trasvasadores de los valores y conocimientos necesarios para crear una nación moderna, capaz de sustentarse a sí misma en el trabajo duro y creador de sus componentes.

Para el José Martí al que le faltan menos de dos meses de vida, en trance ya de marcharse a la guerra necesaria que él ha levantado, existe en Cuba una primera época “de acomodo”, en que las cosas se nos daban en las matas, afortunadamente ya vencida gracias al ejemplo “del trabajo creador y conservador” de los pueblos “más hábiles del orbe”, ejemplo que permite a su vez “la fundación de la nacionalidad”, por sobre todo gracias a aquellos que “salieron a” prepararla en los dichos pueblos… aunque, y para eso esa oración adicionada a última hora con un guión, tampoco se debe desconocer a los que quedaron en la Isla. Que también a ellos en Cuba ha llegado ese ejemplo, muchas veces por vías indirectas; o en todo caso no conviene, por consideraciones políticas, dejarlos de lado, al declarar de manera tan abierta su íntima preferencia más que por los valores ancestrales cubanos que aún persisten de la época “de acomodo” por los que los elementos emigrados traerían de vuelta a la República en Armas, o a la ya independiente.

Caminando un poco más allá de Don Fernando cabe decir que cubanos somos todos los que nos consideremos tales, que sintamos el orgullo, pero también la vergüenza de serlo. Que parafraseando a Antonio Machado sintamos a un tiempo un gran amor a Cuba y una idea de Cuba completamente negativa. A quienes todo lo cubano nos encante, y nos indigne al mismo tiempo. Cubanos, por tanto, son lo mismo los optimistas muchas veces irreflexivos que se marcharon a la manigua como los pesimistas partidarios de la Anexión que diseñaron nuestra bandera, en Nueva York, allá por 1849, o los que al temer a semejantes “filibusteros” se afiliaron al autonomismo… Todos somos cubanos, y nadie tiene el derecho a decidir por nosotros esa pertenencia o no. Solo nosotros mismos.

Ensayo correspondiente al número 13 de la revista Puente de Letras

Alain de León en la tertulia de Waldo González

por Waldo González López

En mi tertulia del próximo viernes 26 de julio, el invitado será el poeta y narrador Alain L. de León [Matanzas, 1975], Premio Internacional de Poesía Instituto de Cultura Peruana [2012] y autor de la primera edición de Sones para Guillén y versos a Nicolás [2015] y Los ríos y las piedras [2016, ambos editados por Publicaciones Entre Líneas] y coautor de Crónica de una expedición denunciada: El Corinthia, 1957 (ACÚ, 2018).

Residente en EE. UU desde 1999, Alain es el talentoso autor de un  poemario que me satisface haber prologado, revisado y editado para esta segunda edición, ampliada por él, de Sones para Guillén y Versos a Nicolás: Homenaje y sátira, ejemplo de la mejor poesía sarcástica escrita en nuestra lengua desde el infaltable Francisco de Quevedo hasta hoy. Este 26 de julio será muy distinto a los impuestos por el castrismo en Cuba, pues lo celebraremos riendo y aplaudiendo la ironía cáustica de que ha dotado Alain a sus magníficos poemas.

No se pierdan este 26 de julio contra al castrismo, al estilo de Miami. 8:00 p.m. en Art Emporiun Gallery [710 SW 13th Ave, Miami, Florida 33135].

El CEAC alerta sobre rapero encarcelado

Declaración

Recientemente pudimos conocer la situación del rapero Lázaro Leonardo Rodríguez Betancourt (Pupito En Sy). El artista fue encarcelado desde noviembre de 2018 y, hasta la fecha, no se le ha informado cuándo se celebrará el juicio por delitos que -asegura- tienen como telón de fondo su frontal oposición al Decreto 349, que censura la labor de los artistas independientes.

En el siguiente documento se ofrecen, de primera mano, algunos pormenores de las presiones, amenazas, intentos de chantaje y castigos a las que está siendo sometido regularmente, para que deponga su actitud.  

Del día 4 al 16 de Julio, Pupito estuvo en celda de castigo por negarse a vestir ropa de preso y por exigir su libertad.

En horas de la mañana del 16 de Julio, lo sacaron de la celda de castigo para una entrevista con los capitanes de la Seguridad del Estado (SE), Enrique y Marco.

Le dijeron que era una conversación privada y que, si se publicaba el contenido de la misma, pondría en peligro su vida, dentro o fuera de la prisión.

Además le advirtieron que seguían en las redes sociales todas las publicaciones que se hacían con relación a él. También le comunicaron que Jorge Olivera (escritor independiente), Nancy Alfaya (activista social independiente) y Amaury Pacheco (artista independiente) eran informantes.

Por otro lado, le propusieron, de forma sutil, y a cambio de su colaboración, promover su música dentro y fuera del país, hacerle un proyecto musical e incluso sacarlo del país a ofrecer conciertos.

También le hablaron de sus hijos, exaltándolo como buen padre, entregándole una bolsa llena de confituras para ellos.. Pupito rechazó el ofrecimiento, insultándolos por ofender su integridad y principios, y reiterándoles que nunca aceptaría arreglos de ningún tipo.

Pupito teme por su integridad debido a que algunos presos, que trabajan para la policía política, lo están provocando constantemente.

El rapero describió las condiciones infrahumanas de las celdas de castigo, donde ha estado en varias ocasiones. Tapiadas, ninguna ventana, sin agua, cama de piedra y sin colchón, escasa luz, comida mal elaborada y en ocasiones putrefacta.

También puntualizó el impacto de las altas temperaturas, que lo ponen al borde de la deshidratación y la entrega de solo medio litro de agua para beber en todo el día. Asimismo, hizo alusión a las plagas de mosquitos e insectos y a los altos niveles de humedad que le han provocado un catarro crónico, para lo cual no hay medicamentos.

Pupito reclama un mayor apoyo de la comunidad internacional para todos los presos políticos, injustamente encarcelados, y reitera la firmeza de sus convicciones en medio de la tensa situación que enfrenta.

El Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) se solidariza con (Pupito En Sy) y Maikel Castllo (El Osorbo), otro rapero encarcelado por las mismas causas y actualmente en un campamento, donde extingue el año y medio a que fue condenado.

Una vez más denunciamos las constantes violaciones de Derechos Humanos cometidas por el régimen contra las personas que se oponen pacíficamente a sus políticas.

La Habana, 17 de julio de 2019


Jorge Olivera
Pres. CEAC
Ángel Santiesteban
Vicepres. CEAC

Capablanca en La Otra Esquina

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación del libro Capablanca, leyenda y realidad (Editorial Casa Vacía, 2019), del periodista y escritor Miguel A. Sánchez.

Las palabras de presentación estarán a cargo del ensayista y narrador José Prats Sariol.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Sábado, 20 de julio/3:00 p.m

Reconocido como la principal autoridad mundial sobre José Raúl Capablanca, el periodista y escritor Miguel A. Sánchez (Cuba, 1947) ha sido un estudioso sobre sucesos contemporáneos de la isla por muchos años. Sánchez ha trabajado en Estados Unidos en diversos medios de prensa, en Miami, Tampa y Nueva York. También formó parte, con los investigadores Manuel Moreno Fraginals y Antonio Benítez Rojo, de un ensayo auspiciado por la UNESCO sobre la economía de plantación en el Caribe. Ha sido invitado a charlas y conferencias sobre la vida de Capablanca en Argentina y República Dominicana, además de en numerosos centros culturales en Estados Unidos y en las universidades Columbia, New York y Amherst College.

La versión original de Capablanca, leyenda y realidad ganó en 1976 el Premio Nacional de la Unión de Escritores de Cuba en el género de biografía y ha sido publicado además de en castellano en inglés y en portugués. En la actualidad, Miguel A. Sánchez trabaja en un libro sobre el ajedrecista Robert “Bobby” Fischer y Cuba.

Apretaste incorpora  otra forma de loguearse fuera de Cuba

“Apretaste incorpora en sus diferentes aplicaciones la opción de loguearse estando más allá de las fronteras de la isla a través de la opción ‘Fuera de Cuba’, promoviendo la incorporación de nuevos usuarios cubanos que ven en cada uno de los servicios ofrecidos una forma de conectarse con los contenidos dinámicos, informativos y de entretenimiento que ven sus familiares y amigos”, informó este mes el proyecto. A continuación el resto de la nota de prensa:

Otra forma de loguearse

Escuela, Diario de Cuba, Cubanet, La Bolita y la aplicación matriz, Apretaste, ya cuentan con esta forma que da la opción adicional a la conexión por correo nauta o wifi/datos, que son las más utilizadas en la isla, siempre manteniendo el espíritu del ahorro de datos.

Al ingresar a alguna de las aplicaciones diseñadas con una interfaz dinámica y amigable, el usuario se encontrará con dos opciones: “En Cuba” y “Fuera de Cuba”, al seleccionar esta última opción podrá insertar un correo electrónico con un proveedor diferente al Nauta, a donde le llegará, igualmente, un código de verificación de identidad de cuatro dígitos que colocará para validar su correspondencia y seguir los patrones de seguridad que ha establecido Apretaste. 

El tiempo que tendrá para validarlo será de 60 segundos, con un tope de 60 minutos para usar el mismo código en caso de que el tiempo no le haya alcanzado. 

Método llamativo, seguro y fácil de entender

Para el director Ejecutivo de Apretaste, Salvi Pascual, con la conexión “Fuera de Cuba” se daría paso en un futuro cercano a la opción de conexión a través de mensajería de texto (SMS), otra forma con la cual podrá conectarse con Apretaste.

“Ahora se puede iniciar sesión desde Fuera de Cuba, por lo que el inicio de sesión es más organizado, fácil de entender y visualmente llamativo. Con este cambio, también se allana el camino para, en un futuro cercano, iniciar sesión usando SMS en vez de solo email”, explica Pascual, quien está satisfecho por los cambios realizados a la gama de aplicaciones de Apretaste.

Gracias a Apretaste, quienes están dentro y “Fuera de Cuba” podrán tener una interacción más directa, hablar de un mismo tema y conocer servicios útiles para el día a día.

Pascual comentó que el inicio de sesión “Fuera de Cuba” es útil para aplicaciones que permiten interacciones sociales entre cubanos dentro y fuera de la isla. “Por ejemplo, Piropazo (nuestra red de amor), y Pizarra (nuestra red social), permiten la conexión más allá de las fronteras. También, están las apps Cubanet y Diario de Cuba, que pueden revisarse desde fuera de la isla por el gran número de cubanos en el exilio que acceden a dichos medios de comunicación”, explicó.

Si bien existe un rediseño del login, el sistema de seguridad se mantiene con el fin de resguardar la información suministrada por los usuarios. “La seguridad está siempre entre nuestras prioridades. Se mantiene el uso del código para iniciar sesión, y sin importar la vía de inicio de sesión (internet o email) la app genera un token único para encriptar las comunicaciones de cada usuario hacia y desde la misma. Nadie (ni siquiera los creadores) pueden leer la información que cada usuario envía o recibe usando nuestras aplicaciones”, informó Pascual.

Apretaste y sus diferentes aplicaciones siguen siendo referencia en Cuba porque permiten ahorrar datos y ofrecen contenidos dinámicos e interactivos en un mismo lugar.

¿Quiénes somos?

En Apretaste, siempre buscando la excelencia y a través de este espacio, mantendremos conectados a los cubanos, por eso encontrará información de interés sobre la isla y el impacto de las relaciones internacionales en lo político, económico y social.

Apretaste conecta a miles de cubanos a la internet usando tecnologías al alcance de la gran mayoría. Nuestra App te ofrece acceso gratuito a más de cuarenta servicios del Internet mediante Nauta. Revisa las redes sociales, noticias, web, entretenimiento y muchos más, todo desde la comodidad del hogar. La aplicación utiliza el correo Nauta y red móvil para enviar y recibir información de forma segura y comprimida. De esta manera, ahorrará saldo.

Salvi Pascual

[email protected]

305-457-1656

apretaste.org

El carnaval y los muertos

“Está Rita sola, desnudándose ante su propia sombra reflejada en la pared y divirtiéndose con esa réplica oscura de su cuerpo. Derrama su cartera y hallarás a mil Ritas. Un semblante se disuelve en otro, como aquellos rostros de insectos bajo la lente del microscopio”, apunta Ernesto Santana en El carnaval y los muertos, novela en la que los personajes son analizados con lente de aumento mientras se superponen en su continuidad agónica. El autor sabe llegar al corazón de la historia interiorizando cada momento, cada matiz. El libro en Amazon:

https://www.amazon.com/El-carnaval-los-muertos-Spanish/dp/1077499949/

Ernesto Santana Zaldívar (Puerto Padre, 1958), escritor y periodista, columnista del portal Cubanet, es Premio Nacional de Novela Alejo Carpentier (2002) y Premio Franz Kafka de Novelas de Gaveta (2010). Ha publicado, entre otros libros, la novela Ave y nada (Ed. Atom Press, USA, 2010), los cuadernos de cuentos Cuando cruces los blancos archipiélagos (Ed. Algaida, Cádiz, España, 2003) y La venenosa flor del arzadú (Ed. Atom Press, USA, 2010) y el poemario Escorpión en el mapa (Ed. Arlequín, Guadalajara, México, 1998). El carnaval y los muertos se publicó por primera vez en Praga, en una edición ya agotada.

Viaje hacia el horror

 

El 13 de julio de 1994, fuerzas del gobierno castrista hundieron el remolcador 13 de Marzo, donde viajaban 72 personas que huían de Cuba hacia la Florida. Murieron 37, incluidos 10 niños.

Muerte por agua (T.S. Eliot)

1
La tierra está delimitada por fronteras. El mar es libre.
Pero en la libertad también está la Muerte.

2
La Muerte no está hecha de números, no es ninguna razón cuantitativa.
En solamente un muerto está la humanidad.
Pero cuando la Muerte llega uniformada en tres embarcaciones
y dispara cañones que arrojan furiosamente agua para hundir a un contrario
—muerte por agua—
y embisten y destrozan a ese contrario, y ese otro no es uno sino setenta y dos, y hay diez niños entre los setenta y dos
—muerte por agua—
y es en la madrugada
cuando el cielo y el mar se confunden en un mismo brochazo de negrura
—muerte por agua—
entonces, por salvarse,
se agarran a un cadáver que flota,
y una madre le dice al hijo que cierre los ojos para que no se asuste al ver la Muerte
—muerte por agua—
cuando piden clemencia
y les responden riendo “que se mueran”
—muerte por agua—
y empiezan a contarse los cuerpos bocarriba, a la deriva,
entre ellos diez niños como sueños flotantes.
¿Cómo quedan, Señor, los que sobrevivieron?
¿Cómo quedan, Señor, los que gritaron “que se mueran”,
ahora ya envejecidos tantos años después, sin los potentes barcos, sin cañones de agua,
con las medallas al mérito que se van oxidando al mismo ritmo que se pudren sus almas?
¿A qué dios obedecieron ciegamente y cuya voz ya no recuerdan?
¿Cómo queda, Señor, esa mujer que tira caramelos al agua cada 13 de julio?
¿Cómo quedamos, Señor, los que lo recordamos en cada aniversario y echamos espuma por la boca escribiendo poemas
y no podemos arrancar esa página infame de los libros de historia
ni concederles la resurrección?

3
El brutal cañonazo de agua en medio de la noche hizo pedazos la esfera de la brújula
que señalaba los puntos cardinales
del tiempo por venir, ese que llaman el futuro; el cristal hecho añicos
con sus agujas aplastadas
que no pudieron señalarles el Norte.
Los cuerpos ya no flotan, se fueron hundiendo
con la lentitud de lo que resulta inevitable. No necesitaron al barquero Caronte.
Se iban sumergiendo parsimoniosamente como el que al fin descansa
y se abandona al sueño donde la Nada los recibe.
Enredados al légamo entre los peces ciegos,
descendieron para hacer compañía a viejos barcos herrumbrosos
de maderas podridas
que desde hace siglos se han ido acumulando donde comienza lo abisal;
y allá abajo, en el fondo del fondo tan parecido al infinito
yacen los seres que intentaron
pasar hacia otro punto de la cercana geografía. Y todavía están allí.

Eriberto Jiménez en Viernes de Tertulia

Eriberto Jiménez

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor cubano Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de julio del 2019 con el profesor, coreógrafo y promotor cultural Eriberto Jiménez.

Fecha: Viernes 19 de julio del 2019
Hora: 8:30 p.m.
Lugar: Miami Hispanic Cultural Art Center
(111 SW 5ta. Avenida)

El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña y dirigida por Eriberto Jiménez. Más información en el (305) 786 747-1877.

Eriberto Jiménez, con entrenamiento en Ballet, Jazz, Danza Moderna y Contemporanea, estudió en Triknia Kabhelioz (Colombia), Joffrey Ballet School (New York) y Miami Hispanic Ballet. Ha bailado como solista para el Miami Hispanic Ballet, International Ballet Company, Cuban Classical Ballet of Miami y también ha participado como artista invitado de Carolina Ballet, Expressios Dance Company, Ballet Theater of Miami, South Florida Ballet Theater, New Century Dance Company, entre otras. Ha participado en numerosos videos musicales, programas de televisión, películas y giras con diferentes artistas además de ser coreógrafo de Univision TV. Ha sido invitado a bailar en el Spoleto Dance Festival, Festival de Danza de Colombia, New York Arts Festival, entre otros.

Desde 1989 comenzó su relación artística y laboral con Pedro Pablo Peña, comenzando como bailarín y llegando a convertirse en su mano derecha, asistiéndolo en calidad de ballet master, coreógrafo, repetiteur, regisseur y asistente general. Actualmente es Director General del Centro Cultural Hispano de las Artes de Miami, Director General de Creation Art Center y Director Artístico del Miami Hispanic Ballet, organización que produce el Festival Internacional de Ballet de Miami.

La noche del Gran Godo

Manuel Gayol Mecías

La noche del Gran Godo reúne más de una decena de relatos de exquisita factura. En este libro premiado y luego censurado en Cuba en la década de los noventa, La Habana de los años ochenta aparece retratada minuciosamente. «Angina Pectoris», «El ojo diplomático» y «La noche del Gran Godo», entre otras piezas, merecen figurar en cualquier antología del cuento contemporáneo.

«En lo personal, me he propuesto desde hace muchos años un mínimo universo en ese sentido de colección que le pretendo imprimir a mi propia creación literaria: un plan enorme, casi diría que ciclópeo, donde he volcado mis ansias por el hecho real de la imaginación, y desde hace más de 30 años he venido escribiendo este proyecto, como si yo me quisiera constituir —modestia aparte— en un Prometeo que le lleva el fuego a los personajes surgidos en mis sueños». Palabras de Manuel Gayol Mecías durante la presentación del libro en California.

 

Fifoquencia, flipoclic

un video de Asahel Rosales:

Fidel Castro, el Comandante Playboy

 

Decía Bob Hope, en tono profesoral, que en la vida todo había que comenzarlo por el principio. Hacía una breve pausa y seguía, risueño: “menos Playboy, que se comienza por el medio”. Y tenía razón: el centerfold de la revista solía traer una señora estupenda provocativamente desvestida. Era una publicación “para adultos”. Fidel Castro estaba entre sus lectores, pero lo más importante es que se dejó entrevistar varias veces por el magazine. Sabía, intuitivamente, que la manera más rápida de llegarle al ciudadano norteamericano era a bordo del papel couché de esa revista.

Abel Sierra Madero ha investigado el romance de Fidel Castro con Playboy  y el de todas las revistas para adultos con Fidel Castro, con la revolución y con los cubanos y, especialmente, con las cubanas. El título de su libro es el que tomo prestado para este artículo. Resulta realmente increíble lo que ha encontrado y coleccionado. El libro está lleno de reproducciones de las primeras páginas de los magazines. No en balde Sierra es historiador, graduado en Cuba, y ha estudiado un doctorado en literatura en una buena universidad de New York.

En el epílogo, Sierra Madero cuenta su historia y la de su familia. Eran de origen muy humilde. Su abuela era lavandera y su abuelo cortaba caña. Creyeron en la revolución y se beneficiaron de ella. Escalaron socialmente. Su madre estudió ruso en la URSS. Pero Abel nació en 1976. Era de un par de generaciones posteriores al fenómeno revolucionario. Sus abuelos vivieron y murieron deslumbrados por Castro. Para Abel, cuando llegó la edad de efectuar juicios políticos, especialmente tras el desmoronamiento de la Unión Soviética y el fin del comunismo europeo, el Comandante era el ComaAndante. Un tipo latoso, indiferente a la realidad, que hablaba incesantemente cosas sin sentido. No veía la historia a través de los mitos. Cuando pudo, escapó de Cuba. 

El libro que Abel ha escrito es sorprendente. Nada supe de las fantasías sexuales de esas publicaciones con mis compatriotas, incluidas las fantasías sadomasoquistas, entreveradas con historias reales muy conocidas, como la de Marita Lorenz, la alemanita de 18 años a la que Fidel, supuestamente, violó, embarazó y luego obligó a abortar contra su voluntad.

¿Qué hay de cierto sobre la hipersexualidad de Fidel Castro? Creo que no es verdad. Me parece que tiene razón Juan Reinaldo Sánchez, el jefe de los escoltas del Comandante (La vida oculta de Fidel Castro), citado por Sierra, cuando lo presentó como un tipo normalillo, incluso tímido, aunque poseía decenas de casas espectaculares, regadas por toda la Isla, en las que recibía a sus esporádicas amantes, mientras mantenía a su santa esposa, Dalia Soto del Valle, lejos del radar de los cubanos, quienes conocieron de su existencia tras llevar 25 años de casados y tener cuatro hijos en común.  

La atmósfera de sensualidad de la Isla acaso comenzó con la primera campaña publicitaria en la que se mezclaron el producto que se quería vender (los tabacos) y el sexo. En el siglo XIX se contaba que unas tabaqueras voluptuosas torcían los puros sobre sus muslos sudorosos en medio del clima ardiente de Cuba. Aunque no fuera cierto, los muy puritanos estadounidenses se quemaban de deseos y adquirían los tabacos para cerrar los ojos y soñar mientras fumaban, hasta que Bill Clinton mezcló la realidad con la fantasía y utilizó un puro como un extraordinario juguete sexual. (Nunca un habano fue más famoso).

Pese a esas revistas de dimes y diretes no creo que la sociedad cubana fuera especialmente sensual. Lo he escrito otras veces: Cuba, antes de la revolución, era una sociedad formada en la pacata tradición hispano-católica en la que copular –como dicen los vascos- “era más un milagro que un pecado”.  

Había, por supuesto, prostíbulos, pero esa costumbre, también española, italiana y francesa, estaba relacionada con la santidad de las mujeres honorables. Como también había unos discretos gángsters  que explotaban los ocho casinos de juego que existían en La Habana y compartían sus “beneficios” con el corrupto Fulgencio Batista  

Incluso, cuando las revistas estadounidenses de la entrepierna dibujaban a una Cuba lujuriosa, la policía política cubana había inventado un delito, la dolcevita, por el que castigaba a los “revolucionarios” que realizaban “fiestas de perchero” (para colgar las ropas cuando se desnudaban).

Más aún: en los primeros años de la revolución a estos idiotas les dio por cerrar las “posadas” o moteles furtivos en los que la parejas se daban cita. Un buen amigo, que había conquistado a una señora casada con un hombre feroz, se disponía a hacer el amor en una de esas posadas, cuando escuchó a un dirigente revolucionario que gritaba desde un megáfono en las afueras del motel: “compañero, la revolución no puede tolerar estas inmoralidades. Salgan inmediatamente de las habitaciones y váyanse. No serán detenidos”. 

Como mi amigo le temía al marido de la dama en cuestión, hizo una memorable canallada. Le dijo que no quería exponerse y que ambos saldrían solos. Ella lo miró con desprecio, se vistió y se marchó para siempre. Él espero unos minutos y se aventuró a salir. Lo esperaban numerosos vecinos con ánimo de divertirse. Le gritaron mil cosas, pero la palabra que más le hirió fue la que corearon incesantemente: “paje .., paje .., paje .. . 

Mi amigo nunca más pudo contactar a la señora casada. Creo que se suscribió a Playboy. Ahí debió leer las entrevistas que le hicieron a Fidel Castro.

Club de Escritores y Artistas condena detención arbitraria

El Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) denuncia y condena la detención arbitraria de la periodista independiente Iliana Hernández en horas de la mañana del 6 de julio.

Llamamos la atención de la comunidad internacional sobre los continuos actos represivos contra miembros de la sociedad civil por parte de la policía política y sus colaboradores.

El régimen de la Isla persiste en el uso de la violencia y la intimidación como instrumentos para garantizar la continuidad del modelo totalitario.

Impedir a toda costa la autonomía profesional, en este caso la de una persona dedicada a la difusión de informaciones objetivas y veraces de la realidad nacional, vulnera la letra y el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Una vez más alzamos nuestras voces para señalar que artistas, periodistas y escritores independientes enfrentan, día a día, los desmanes de los agentes dedicados a perpetrar, sin escrúpulo alguno, las peores vilezas.

La impunidad de los actos lesivos a la integridad física y emocional de quienes ejercen sus labores profesionales al margen de las instituciones controladas por el Estado, debe cesar.

Por todas las razones expuestas exigimos el cese inmediato de todas las manifestaciones de odio contra personas pacíficas que quieren difundir sus puntos de vista sin previos condicionamientos.

¡Libertad para Iliana!

Jorge Olivera Castillo – Presidente del CEAC
Ángel Santiesteban Prats – Vicepresidente del CEAC

eBook aborda la obra de Umberto Peña

Con un excelente travelling a través de su obra, desde los años 60 hasta la fecha, y notas críticas de Carlos Espinosa, Reynaldo González, Liana Ríos, René A. Piñero, Yanitzia Canetti, Janet Batet, Tonel, Alfredo Triff, Wendy Navarro y Carlos A. Aguilera, inCUBAdora anuncia un ebook sensacional:

Umberto Peña, el primer libro electrónico sobre la obra del pintor y diseñador cubano. Para descargar en PDF & EPUB:

Haz clic aquí

El último año del Instituto Cultural René Ariza (ICRA)

La actriz Yvonne López Arenal y el escritor José Abreu Felippe durante un evento del Instituto

 

Sin que se pudiera anticipar, el período 2010-2011 del Instituto Cultural René Ariza (ICRA) marcó también su último año de vida activa. Ese año la nota de prensa anunciaba que el Premio René Ariza 2010 sería entregado a tres figuras del teatro: los importantes dramaturgos Raúl de Cárdenas y Héctor Santiago, y a la actriz Magali Boix. Como era habitual, el galardón se otorgaba a: “a aquellas personas que han fomentado, de forma extraordinaria, el teatro cubano en el exilio”. 

El evento tuvo lugar durante un concurrido acto en la Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami, el jueves 18 de noviembre del 2010. Allí, el dramaturgo Matías Montes Huidobro puso en contexto el teatro de Raúl de Cárdenas. Por su parte, el escritor y dramaturgo José Abreu Felippe se refirió a la labor creativa de Héctor Santiago y recibió en nombre del dramaturgo el Premio, ya que este no pudo estar presente en la ceremonia. La placa conmemorativa fue entregada por la actriz Ivonne López Arenal, a nombre del ICRA, a los dos premiados. El reconocimiento a la actriz Magali Boix se lo entregó su hijo, el fotógrafo Iván Cañas. 

La figura principal del ICRA, la actriz Ivonne López Arenal, abrió su propio local para hacer teatro, Akuara Teatro y, como era necesario, volcó toda su energía en la puesta en marcha y funcionabilidad de su Sala Avellaneda. Por tal motivo, el ICRA no realizó ninguna de las lecturas dramatizas que se había programado para el 2011, y perdió su energía. Sin que se anunciara un fin, dejó de exiistir. 

Del Instituto Cultural René Ariza queda su legado, su historia y su aporte a la cultura cubana del exilio. A todos los involucrados entre el 2005 y el 2011, la gratitud del equipo del ICRA. Estoy seguro que Ivonne comparte también este agradecimiento.

Secuestro de Miguel Díaz Canel conmociona a la opinión pública en Cuba

En la carretera hacia La Habana, un conductor es detenido por una multitud. Desciende del auto y le pregunta al primero que se encuentra qué es lo que sucede.

– Hacemos una colecta… un grupo de delincuentes ha secuestrado a Díaz Canel y está solicitando diez millones de dólares por su liberación –responde, muy agitado, uno de los manifestantes–. ¡Si la petición no es cumplida en dos horas, lo rociarán con gasolina y le prenderán fuego!

– Oh… ¿y cuánto han reunido hasta ahora?

– 88 galones de Premium, 52 de Regular, 29 de keroseno, 38 cajas de fósforos y 21 encendedores…

Movimiento de San Isidro: Del Decreto 349 y el IX Congreso de la UNEAC

Integrantes del movimiento en la conferencia alternativa de la OEA

En el marco de la 49 Asamblea General de la OEA, los creadores independientes Amaury Pacheco e Iris Ruiz, integrantes del Movimiento de San Isidro, asistieron en calidad de expositores a la conferencia alternativa “Cuba: Perspectivas políticas post reforma constitucional”.

A propósito del Decreto 349, que criminaliza la creación independiente en Cuba y que el Movimiento de San Isidro ha denunciado consistentemente, el grupo se preguntó en Twitter qué pretende ocultar la la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que celebra su IX Congreso en La Habana.

“¿Qué pretenden ocultar? La página Web de la #UNEAC, en su servicio de búsqueda, no hace mención al Decreto 349, el cual restringe actividades independientes en el mundo de la creación”, señaló el movimiento. 

Michel Matos, también integrante del movimiento y uno de los promotores de la campaña #NoAlDecreto349, aseguró a Radio Televisión Martí “que el mencionado Decreto está en un área gris y, a la vez, las autoridades lo imponen”.

El ministro de Cultura cubano, Alpidio Alonso, dijo recientemente que «estamos en fase de discusión de la norma, y pensamos que progresivamente podrá irse aplicando el Decreto», señaló también Radio Televisión Martí.

“Obligar a las personas que pretenden expresar y desarrollar en cualquier forma y medio una obra artística a tener vínculos laborales con una institución del Estado, bajo amenaza de una pena, coarta la libre elección  de empleo del artista”, apuntó el Movimiento de San Isidro en Twitter.

En boca cerrada: El arte de respirar

Verónica Vega nos dice: «Creo que la verdad tiene poder y la palabra puede y debe ser extensión de la verdad. Creo que ese es también el papel del arte y de los medios de comunicación.

«Me considero una artista, pero ante nada una buscadora y defensora de la verdad como esencia, como lo que sustenta la existencia y la conciencia humana. Creo que Cuba puede y debe cambiar….».

Presentación de El arte de respirar
Una novela de la escritora cubana Verónica Vega, una voz única dentro de la actual narrativa cubana:

Sábado 29 de junio 2019
Desde las 7:30 p.m. y hasta las 10:30 p.m.
Casa Templo del Arte Cubano
6971 Carlyle AVE, Apt 1 Miami Beach, FL 33141
Acetato Producciones

Músico Invitado: Manuel Sosa. Producción de Alina Guzmán Tamayo y Didier Santos Moleiro. #UmbrellaArtFoundation #AcetatoProducciones Edición de video de Ana Olema y Diddier Santos Moleiro. Fotografías y videos de Alina Guzman Tamayo y Nilo Julián González Preval.

Umbrella Art Foundation 2019. Fotos, videos y diseños del poeta cubano Nilo Julián González Preval. “Metas volantes”. Ejercicios de creación plástica. Enero – diciembre 2019 #painter #painterlife #artbasel #art #artbaselmiami #live #artbasel2019, #iPhone8Plus #performances #ihomongangamiami #exploremyart

“Aquí y ahora”. Obras en progreso. Técnica mixta / Soportes variados Performances / Intervenciones públicas. Un proyecto de arte y vida de los fotógrafos cubanos Nilo Julian González Preval y Alina Guzmán Tamayo para 2019 #Montesori

FotógrafosCubanos #PintoresCubanos #ArteMultidisciplinario #magazine #PintoresCubanosenMiami #EscultoresCubanos #theselfie #IntervencionesPúblicas #meditando #Poetasdibujando #theselfiemagazine #EscritoresCubanosenMiami #Pintoresqueescriben #la bendecido — asistiendo a En boca cerrada (Espectáculo poético) en 6971 Indian Creek Dr, Miami Beach, FL 33141-3112, United States.

Voz de torbellino y agua fresca

Odalys Interián en La Otra Esquina de las Palabras

 

Oh, por amor de Dios, no se estudia a los poetas. Los lees y piensas: Qué maravilla, ¿cómo lo ha hecho? ¿Podría hacerlo yo? / Philip Larkin

1

Sin salir de su casa conoció el mundo. Esta paráfrasis del Tao Te Ching fue lo primero que me vino a la mente cuando la poeta Odalys Interián contaba que durante su temprana juventud, en La Habana, la única lectura que pudo frecuentar fue la Biblia, debido, principalmente, a la falta de otros libros que cubrieran sus gustos o expectativas. No sé si lo habrá dicho a manera de excusa o de humilde paliativo, pero en cualquier caso, aquella confesión resultó más que suficiente para comprender por qué en su cosmos poético predominan la luz, el torbellino, el caos… sustancias inflamables como el carburante nuclear. Aunque no son las únicas. Antes y por encima, en la primigenia, están las palabras conque la poeta asienta y comparte emociones, jugándose en cada verso su capacidad para expresar no solamente los misterios de la existencia. También el de la energía que genera esos misterios. Y es natural que tales sustancias le hayan llegado a través de la Biblia, que es el Libro de los Libros. De hecho, sin que ella misma lo supiera entonces, nada más necesitaría para encauzar el vasto y rico torrente de su poesía.

No es menester un gran esfuerzo de la imaginación para entreverla en su casa habanera, con diecisiete o dieciocho años de edad, buscando en las Sagradas Escrituras remedios para la tristeza, a la vez que consuelo para la soledad y fuerza de espíritu para enfrentar la marginación institucional y el indolente rechazo social que sufría toda su familia por ser religiosa. Los caminos de Dios son inescrutables, advierte el Eclesiastés. Así que muy posiblemente Odalys no debió sospechar que mediante aquella aparente condena quedaba preestablecido su crecimiento como un ser humano con distinción mayor, la de poeta.

Leyendo la Biblia en una isla solitaria, Robinson Crusoe logró salvarse del horror y la locura. Odalys, solitaria en su isla, parece haber procurado, ante todo, alivio para sus agitaciones metafísicas. Robinson creyó hallar en aquellas lecturas una voz que le indicaba cómo sortear cada obstáculo dentro de tan adverso encierro. Si tenía que permanecer un largo tiempo allí, nada mejor para él que la búsqueda de alternativas para mejorar sus condiciones de vida. No creo que la poeta habanera se haya propuesto un enfoque semejante. Debe haber intuido que la única elección a su alcance consistía en abandonar la isla. Así que mientras Robinson exploraba con su lectura las coordenadas de la resignación, ella, sin buscar tal vez conscientemente algún desenlace en específico, se regocijaba encontrando recursos para dar salida a su luz interior y al caos de las palabras.

2

De la Biblia derivó el Quijote y han estado derivando durante siglos -hasta hoy mismo- las múltiples formas de lo imaginativo, lo poético y lo narrable. Nada extraño debe ser entonces que alguien que aspira a recrear su íntimo universo a través esas formas, encuentre en la Biblia, aun cuando no sea únicamente en ella, las herramientas idóneas. Se podrían contar con pocos dedos los grandes de la literatura universal que ignoraron ese surtidor inagotable. Y son menos aún los que estuvieron dispuestos a pasarlo por alto.

Desde los más antiguos a los actuales. Místicos y ateos. Apasionados creyentes y aquellos que acudieron a sus páginas sólo para impregnarse con la savia de un impar monumento de la literatura. Desde San Agustín, con su modelo de autobiografía espiritual, hasta Faulkner escribiendo en un burdel aquellas novelas feroces e inmortales de inspiración bíblica. Desde los paraísos perdidos de Milton a los infiernos recobrados de Dostoievski. Desde Dante o San Juan de la Cruz o las comedias religiosas de Calderón hasta el eterno condenado Franz Kafka. Desde el alma laberíntica de Sor Juana hasta los dulces sonetos que Dulce María dedicara a Cristo. Desde el jodedor Quevedo hasta el amargo y triste Vallejo o el santurrón Eliot. Desde el Leviatán ballena de Melville, o el Fausto de Goethe, o las tinieblas de Lord Byron, hasta el óleo sagrado de Fina García Marruz. Del Espíritu Santo de Gabriela Mistral a la Sodoma y Gomorra proustiana…

Alguien con laboriosidad de hormiga ha computado más de mil trescientas referencias bíblicas en la obra de Shakespeare. Inglaterra tiene dos libros –sentenció Víctor Hugo-: la Biblia y Shakespeare; Inglaterra hizo a Shakespeare y la Biblia hizo a Inglaterra. Borges, por su lado, consideraba que los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, junto a La Ilíada y La Odisea, son las obras capitales de la humanidad. Y La Odisea hizo a James Joyce por conducto de la Biblia. Así como el Libro de Job hizo a Joseph Roth. Sin la reina Ester, Racine no hubiera sido uno de los mayores dramaturgos de su tiempo. Y sin aquel brillante repaso del Génesis y el Éxodo es imposible aquilatar la gran valía de Thomas Mann. No es razonable distanciar a La mujer de Lot de la excelencia poética de William Blake. De igual forma que Caín (más que Abel, no sé por qué) es inseparable como modelo y fetiche de no escasos genios literarios: Coleridge, etc…

Para que no faltase nada, se ha teorizado, con fundamento (el que le otorga, por ejemplo, el libro de Daniel) acerca de la Biblia como antecedente del relato policial al modo en que fue inaugurado para la modernidad por Los crímenes de la calle Morgue, de Poe.

De la Biblia, en tanto Libro de los Libros, vienen todos, y los que no vienen, van. Fue el primer libro impreso a gran escala con el sistema de tipos móviles, lo que es decir que fue el iniciador de la Era de la Imprenta. Y es también el libro más editado en todas las épocas, un singular longseller. Ningún otro le antecede en la mezcla ingeniosa de todos los géneros de la escritura y ninguno hasta hoy alcanzó su nivel de perfección en tal sentido. Asimismo no hay otro con su capacidad para abarcar todas las pasiones y manifestaciones humanas: amor, piedad, guerra, venganza, fe, odio, lujuria, traición, miseria, locura, ambiciones… Su influencia en el arte y la literatura universales es tan determinante como la que ejerce sobre la fe y la espiritualidad humana. En rigor, debe ser el libro más leído, o por lo menos el más conocido, el único que supera al Quijote en tanto libro que casi todas las personas mencionan aun cuando ni la mitad lo leyeran. Pero unos y otros lo tratan como a un familiar cercano. Que no en balde ha definido en amplia medida, y a lo largo de siglos, la identidad histórica y social de Occidente. Y también la literaria, donde es canon insustituible. Habría que tener el tiempo libre y la paciencia de un monje tibetano para enumerar la cantidad de obras maestras que ha incubado.

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Lezama Lima, que era católico y neoplatónico, le aconsejó a Reinaldo Arenas que leyera la Biblia. Ignoro hasta qué punto éste se haya tomado en serio la recomendación, ya que tan pocas cosas se tomaba en serio. Pero es indudable que Arenas bebió también de esa fuente. En todo caso, a nadie más que a un poeta estratosférico se le hubiese ocurrido aconsejar la lectura de la Biblia en La Habana de los años setenta, donde era extraordinariamente difícil conseguir un ejemplar, ni a precio de oro, y donde educarse leyendo las Sagradas Escrituras equivalía a no ser considerado un buen patriota, cuando menos.

A lo largo de 45 años (1969-2014), la Biblia fue manzana prohibida en el desalmado paraíso fidelista. Ni siquiera la mayoría de los creyentes dispuso de un ejemplar a mano. Quienes estaban habituados a buscar la presencia de Dios entre sus páginas, tuvieron que adaptarse a identificarlo mediante la oralidad, de boca a oreja. Paradojas de la historia: los propagadores del libro más leído acudiendo a las prácticas proselitistas que desde siempre se vieron obligados a utilizar los representantes de los ritos de la santería cubana, considerada por muchos de ellos como una religión inculta y retrógrada, salvaje incluso.

No obstante, ni siquiera el carácter de ejercicio cuasi clandestino que llegó a tener la lectura de la Biblia en Cuba, impediría la existencia de poetas y escritores apegados espiritualmente a sus doctrinas. Menos frecuentes tal vez sean los no religiosos cuyas obras podrían estar marcadas por la influencia bíblica. Y aun menor es la cifra de aquellos que siendo religiosos y habiendo hallado en la Biblia una orientación de compromiso espiritual, tuvieron el tino de enriquecer su obra con la sabiduría y las influencias literarias de este libro, sin perder de vista que es su conducto para comunicarse con Dios, pero sin convertir el resultado de sus enseñanzas en artefacto doctrinario.

Es algo que admiro particularmente en los libros de Odalys Interián. Y es también lo que se desprende de algunas de sus declaraciones públicas: “Los que conocen mi obra saben que no hago proselitismo… Dios es en mí una forma de pensamiento, una disposición y un estilo de vida. Siento que no puede ser encasillado lo que lleva el sello de eternidad: la belleza, el amor, la verdad y la vida son temas que nunca serán agotados. Amo la poesía porque es un reino de libertad, que está en renovación constante, es búsqueda, descubrimiento, riesgos, impulso, avance, se alimenta de tiempo, de futuro…”. Santa palabra, sentenciarían nuestros abuelos, apelando a vox pópuli.

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Razón tuvo el inmenso poeta inglés Philip Larkin cuando anotó que no se estudia a los poetas, basta con leerlos y pensar: qué maravilla, ¿cómo lo ha hecho?, ¿podría hacerlo yo? Así que ni loco me dedicaría a desmenuzar los resortes creativos de Odalys. Me siento más que encantando con el placer que prodigan. Tampoco me pregunto cómo lo consigue, ni de qué mágico modo ha logrado establecer en su interior esa franja de paz y eufonía entre su índole de cristiana devota y los demonios de la poesía. “No hago separación: para mí, Dios y poesía se corresponden”, ha confesado. Y con ello zanja el asunto.

Si al leer sus versos yo la encuentro mucho más cercana como poeta que como devota cristiana, la limitación seguramente es mía. Aunque no me disgusta esa limitación, porque alimenta una certeza: la del privilegio enorme que tuvo Odalys Interián al verse abocada a iniciar su formación como poeta de la mejor manera posible, leyendo la Biblia.

Eso la distingue entre el resto de los poetas cubanos que son además devotos cristianos, o al menos entre los que yo conozco. Su voz de torbellino y de agua fresca encarna el signo de los nuevos tiempos, junto, o más que junto, consustanciado con el fundamento clásico y la proyección cosmopolita que le dieron talla a nuestros poetas de épocas pasadas.

Naturalmente que también gravita a su favor la condición de exiliada, por mucho que contraríe a los patrioteros. Aunque todo escritor o todo artista -donde quiera que resida- comienza a exiliarse al dejar atrás la infancia. Pero es un hecho que aquella sólida formación que Odalys recibió en la Biblia debía disponer de nuevos y dilatados espacios para explayarse. Ella lo ha explicado en forma inapelable: “Mi poesía era extremadamente intimista, apenas tenía lecturas de poesía y me eran desconocidos muchos autores. Escribía entonces para un público muy reducido, una poesía intelectiva, hermética, oscura y altamente simbólica. Luego hubo un estallido creativo desde mi llegada a Miami. Mi obra no ha dejado de ser intimista, aunque he ido incorporando otras voces”.

A mí se me hace que esas otras voces que ha ido incorporando también pudo extraerlas de la Biblia.

Pero, en fin, creo que tanto a ellas como a los primeros balbuceos intimistas se refería la excelente poeta y ensayista Lilliam Moro, a propósito de la presentación de dos libros premiados de Odalys: Nos va a nombrar ahora la nostalgia, Premio de Poesía en Lengua Castellana “Francisco de Aldana”, convocado por el Círculo Literario Napolitano; y Poesía para el único día nuestro, Premio “Dulce María Loynaz” 2018, convocado por el proyecto Puente a la Vista, en colaboración con el Club de Escritores y Artistas de Cuba y Neo Club Ediciones, de Miami. En esa ocasión exponía la poeta Lilliam Moro: “La esencia de la poesía de Interián expresa, asimismo, la búsqueda angustiosa de una respuesta a una pregunta que no formula explícitamente en sus versos, pero que está latente en toda su obra: el sentido primero y último de la existencia a partir del vacío que ha dejado ese paraíso perdido que todos los seres humanos compartimos en nuestro inconsciente colectivo y que no se limita a un país, a la infancia o la familia, sino a una pérdida primigenia que es la esencia del sentimiento trágico de la vida”.

Secuestrados en nombre de la revolución cubana

Madrazo, el último secuestrado

Este lunes 24 de junio, en la mañana, la llamada «revolución cubana» sumó un nuevo secuestro ciudadano a su ya amplia lista: el del coordinador del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), activista y ensayista, Juan Antonio Madrazo, quien se disponía a viajar a Colombia.

 Un mayor identificado como «Alejandro» se presentó en el domicilio de Madrazo para asegurarle que no podría asistir al evento de la OEA que se celebrará en Medellín entre los días 25 y 28 de este mes. Madrazo está acreditado para participar en la Asamblea General de la OEA como sociedad civil, en el segmento de Jefes de Estado. El oficial alegó que, aunque no estén formalmente regulados, no asistirán al evento ni Madrazo ni el resto de los invitados cubanos porque a ellos, los represores supuestamente revolucionarios, «no les da la gana».

Enumerar a los llamados «regulados» –arbitrariamente impedidos de viajar fuera de Cuba– por el régimen castrista, solo en el ámbito de la cultura independiente y en los últimos meses, no resulta fácil. La lista es extensa. Pero podrían mencionarse los nombres de escritores, artistas, periodistas o activistas culturales como Nancy Alfaya, Regina Coyula, Adonis Milán, Luz Escobar, Katherine Bisquet, Victor M. Domínguez, Roberto Quiñones, Rafael Almanza, etc.

 

Del Museo de la Disidencia y la 349

«El Museo de la Disidencia es una plataforma cultural que surge de manera espontánea con la idea de crear espacios de diálogo y de creación artística. Yo y mi expareja, la historiadora de arte Yanelys Núnez, pusimos todo nuestro empeño. A ella le costó la expulsión de la revista Revolución y Cultura. Ambos nos convertimos en objetivos de máximo interés para los oficiales de la Seguridad del Estado. Bueno, debido a la intensidad de la represión, Yanelys tuvo que optar por el exilio. En marzo de este año, determinó quedarse en Madrid, junto al escritor y artista visual Nonardo Perea, otro de los integrantes de nuestro movimiento». Luis Manuel Otero Alcántara entrevistado por Jorge Olivera.

Jorge Olivera: El gobierno intenta criminalizar el trabajo de los artistas no institucionalizados mediante el Decreto 349. ¿Fracasó o se trata solo de una tregua para reintentarlo en el futuro?

Luis Manuel Otero Alcántara: Nosotros nos opusimos frontalmente y vamos a continuar haciéndolo. Fue una oportunidad para demostrar que la unión es posible a pesar de las terribles circunstancias. Fue una prueba de fuego para el movimiento. Hay que persistir, no desmayar, ante cada reto. Si bajamos la guardia, harán lo que se les antoje. La resistencia abierta o velada a las políticas de fuerza aumenta día por día. Son otros tiempos. Tiempos de cambio.

Para leer la entrevista completa, clic aquí:

https://www.canf.org/updates/blog/835-arte-libre-contra-viento-y-marea

 

Baltasar Martín en la tertulia de Waldo González

La tertulia del escritor y crítico Waldo González López, que se celebra en Art Emporium, invita a un encuentro con el también escritor y crítico Baltasar Santiago Martín. Durante el evento se presentará un nuevo número de la revista Caritate, dirigida por Martín, quien también responderá a las preguntas del anfitrión a propósito de su poemario Amaos los unos a los otros, cuya primera edición cumple diez años.

Día: Domingo 30 de junio
Hora: 3:00 p.m.
Dirección: 710 SW 13 AVE. Miami Fl 33135

Baltasar Santiago Martín (Matanzas, 1955). Ingeniero estructural, en 1987 fundó en La Habana el grupo “Arar” (Arte y Arquitectura). Tiene publicados Amaos los unos a los otros (Betania), Esperando el velorio (Alexandria Library), Calentando el bate (ZV Lunáticas), Una vida, un tren (Alexandria Library) y Visión 21/21 (Linden Lane Press), entre otros libros. En 2008 creó la Fundación Apogeo para el arte público, y en 2013 la revista cultural Caritate, tras casi cuatro años como columnista y jefe de redacción de la revista Venue. Es corresponsal en Miami de la revista Newsweek en español.

Manuel Sosa en La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita a un encuentro con el poeta y ensayista Manuel Sosa, en el que hablará sobre sus últimos libros publicados por Ediciones Exodus.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
Sábado, 29 de junio / 3:00 p.m.
305-448-4949

Manuel Sosa, poeta y ensayista, nació en Meneses (Las Villas, Cuba) en 1967. Se graduó de Licenciatura en Lengua Inglesa y ejerció como profesor de Fonética y Estilística en el instituto Pedagógico de Sancti Spíritus hasta 1998, año en que salió definitivamente de Cuba. Vivió sucesivamente en Toronto, Charlotte y desde 1999 en Atlanta, Georgia. Su primer libro, Utopías del Reino (1992), fue Premio David de Poesía y Premio de la Crítica 1994. Ha publicado además los poemarios: Saga del tiempo inasible (1995), Canon (2000), Todo eco fue voz (2007) y Una doctrina de la invisibilidad (2008). De 2007 a 2010 coordinó el blog La Finca de Sosa.


 

Del diccionario político-cultural cubano

 

Amigo: Escritores y artistas  que se agrupan en un gremio cultural auspiciado por el Estado y por el cual se asume que sus obras tienen un valor que las exime de todo cuestionamiento crítico. Estos amigos, aun cuando varios vivan en el exilio, no deben criticar a sus  miembros de cofradía ni cuestionarlos. Cuando uno de ellos se muere, se prohíbe toda crítica por actitudes reprochables; solo se le debe escribir loas y poemas a la usanza de nuestra tradición patriótica.

Bobo: Personas con ética y/o principios que residen en cualquier lugar donde existe una comunidad cubana y cuyos logros han sido producto de la legalidad. Aspiran al mejoramiento de su  país y sus ciudadanos por medios lícitos.

Censura necrofilia: Prohibición de cualquier tipo de comentario o debate periodístico a la muerte de una figura pública –aunque simpática y aparentemente inocua–, aun cuando haya tenido acciones reprochables o haya sido acolitico de un régimen dictatorial.

Derechista (incluido fascista): Miembro de una organización anticastrista integrada en su inmensa mayoría por exmiembros del movimiento 26 de Julio en el exilio. Entre dichas organizaciones se encuentra Alpha 66.

Diáspora: El verdadero exilio.

Disidente: en la acepción del gobierno cubano, el escritor Leonardo Padura Fuentes.

Envidioso: Cubano que se expresa críticamente y con argumentos sobre una personalidad artística o literaria por no compartir sus ideas políticas y estéticas, sobre todo cuando se produce su deceso.

Exiliado: Cubano que  pide asilo político en el extranjero y al año viaja a Cuba.

Generación: Artistas y escritores cubanos que a partir de 1959  han sido miembros de la Asociación Hermanos Sainz o la UNEAC, razones por las que, al hacerse un estudio crítico, solo ellos tienen derecho de recibir el calificativo de miembros de “tal o más cual generación”.

Gusano: Persona que disiente con la política del régimen cubano.

Inteligente: Persona que se valió de cualquier medio para ganarse un lugar prominente en la vida pública, tanto en Cuba como en el exilio.

Intransigente: Persona exilada que no está de acuerdo con el intercambio cultural, el levantamiento del embargo o no comparte las ideas del status quo del exilio, es decir, la diáspora.

Izquierdista (incluido comunista): Exiliado cubano que no comulga con algunas de las ideas del llamado exilio histórico cubano, entre ellas el diálogo con el gobierno cubano.

Mafioso: Exiliado cubano anticastrista radicado en Miami.

Maricón: Comunista para algunos exiliados cubanos; anticomunista para el gobierno cubano y sus testaferros.

Mediocre: Cualquier cubano que no coincida con la opinión o preferencia de sus coetáneos, ya sea de índole política o estética.

Rebelde: Trovador con pelo largo y de atuendo estrafalario al que se le concede el derecho de defender en una tribuna pública al régimen cubano.

Resentido: Persona que expresa su opinión sobre el mal que corroe a Cuba y que  está a favor del debate de ideas por muy álgido que este sea.

Talento: escritor o artista cubano que tiene la anuencia de los críticos de la UNEAC–o ex miembros– y  ha sido galardonado con premios de dicha institución oficialista o, por lo menos, ha tenido el apadrinamiento de una personalidad de la cultura cubana.

Se aceptan nuevos términos y acepciones con el fin de enriquecer el idioma cubano, que, por suerte, ya ha dejado de ser un dialecto.

Aumenta hostigamiento contra raperos en prisión

El rapero Maykel Osorbo

«El Movimiento San Isidro (MSI) da seguimiento al caso del artista Maykel Castillo (Maykel Osorbo), quien había sido trasladado de la Prisión de Valle Grande a la 15-80», informó este lunes el grupo de creadores independientes desde La Habana.

«Ya recibimos noticias de que el rapero fue trasladado de la 15-80 a la prisión 5 y medio en Pinar del Río, a solo dos meses de cumplir con la condena que le impusieran por protestar en contra del Decreto 349. Durante el traslado le perdieron sus pertenencias y en estos momentos el 1er teniente Lázaro, quien es uno de los oficiales de la nueva prisión donde lo tienen cautivo, lo está agrediendo verbal y físicamente, quitándole los zapatos a la fuerza».

«Denunciamos los acosos y maltratos que están sufriendo los artistas Maykel y Pupito en Sy en manos de los oficiales de prisiones y continuamos exigiendo su liberación», resumió el grupo.

La abogada independiente cubana Laritza Diversent expresó su preocupación por este traslado hacia una prisión de alta seguridad en la que el rapero debe convivir con reclusos de alta peligrosidad, alejado de su familia.

Maykel Castillo fue sentenciado en abril pasado a año y medio de prisión por el supuesto delito de «atentado», tras ser detenido en septiembre de 2018 luego de haber ofrecido un concierto en la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el que criticó el Decreto 349, que criminaliza la independencia creativa en Cuba.

Por otra parte, el también rapero Lázaro Leonardo (Pupito En Sy) permanece plantado en la prisión de Valle Grande con el objetivo de recibir respuestas sobre su proceso legal. Según reportes, desde el martes 12 de junio se encuentra en celda de castigo por motivos que se desconocen.

Pupito, también activista contra el Decreto 349, fue encarcelado en noviembre pasado tras ser golpeado por la policía. Ha denunciado desde la prisión de Valle Grande varias irregularidades en el caso en su contra.

Censuroso y la crítica constructiva

Censuroso, clásico personaje de la sociocultura cubana, regresa a las redes dispuesto a callarlo todo y a todos en momentos en que la unidad del pueblo combatiente ya no es tan combativa:

Eduardo Lolo en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina en Miami el escritor Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de junio del 2019 con el escritor, profesor e historiador Eduardo Lolo.

Será el viernes 21 de junio a las 8:30 de la noche, en el 111 SW 5ta. Avenida. El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña y dirigida por Eriberto Jiménez. Más información en el (305) 786 747-1877.

El Dr. Eduardo Lolo es escritor, bibliógrafo y catedrático jubilado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), autor de destacados libros de historia y crítica literaria. También confeccionó una edición crítica de La Edad de Oro de José Martí, publicada por primera vez en el 2001. Entre sus galardones se encuentra el Premio Letras de Oro y en la actualidad, entre otras funciones, es Miembro Numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), formando parte de su Junta Directiva. Es Presidente de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, Corp. (AHCE), Académico Correspondiente en los EE.UU de la Real Academia Española (RAE), Comendador Gran Placa de la Imperial Orden Hispánica de Carlos V de la Sociedad Heráldica Española, etc.

Para más, véase: https://eduardololo.com

Jorge Núñez

Jorge Núñez firma ejemplares en el Festival Vista de Miami (2018)

Jorge Núñez, autor de Jacques Maritain y el humanismo cristiano para Cuba, responde las cuatro preguntas esenciales de nuestra página, una manera práctica de profundizar, con el autor, en su obra y sus experiencias:

Puente a la Vista (PV): Cuéntenos sobre sus inicios en la escritura. ¿Qué le impulsó a escribir y cuáles fueron sus primeros textos?

Jorge Núñez (JN): Cuando niño recuerdo haber intentado escribir una historia de aventuras que transcurría en África, supongo que bajo la influencia de los libros de Julio Verne y Emilio Salgari. Leí mucho desde mi infancia, y creo que eso ha sido fundamental para escribir. Mis primeros artículos fueron publicados en la revista Vitral, de la diócesis de Pinar del Río. Era una etapa de tensiones políticas, y en la comunidad católica de mi ciudad existía una fuerte atmósfera de compromiso con la realidad cubana desde la fe, pero al mismo tiempo se daba un intenso diálogo con el mundo de la cultura. El descubrimiento de mi necesidad de escribir, se originó bajo ese signo.

PV: Defina o mencione brevemente, por favor, aquello que los lectores descubrirán, o conocerán, a través de sus libros.

JN: Pienso que lo más importante que los lectores podrían encontrar en mi libro son ideas muy elementales en las que creo, y que podrían ser de utilidad para el presente y el futuro de Cuba. Si pensamos de manera particular en Cuba, o en sentido general, si deseamos comprometernos por la humanidad, es importante tener referentes. No me parece que se trate de inventar filosofías nuevas, creo sinceramente que sólo se trata de volver a conectarse con las raíces religiosas, filosóficas, culturales, y humanísticas de la cubanía. Pensadores como Jacques Maritain, o Santo Tomás de Aquino, nos pueden reorientar como nación para purificarnos de nuestros errores y volver al cause democrático, sin necesidad de forzar nada en nosotros. En gran medida, hay errores fundamentales de pensamiento que nos han traído hasta aquí, y se hace necesario comenzar a pensar, no sólo de manera diferente, sino de manera correcta.

PV: Mencione tres autores o libros que considere fundamentales o que lo hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa.

JN: Cartas a un rehén es un pequeño libro de Antoine de Saint-Exupéry que me provocó una fuerte impresión. El extraño equilibrio entre hombre de acción y escritor no deja de sorprenderme. Amor por el desierto, lealtad a su patria, un sólido sentido de la amistad y valentía hasta enfrentar la muerte por defender la libertad y aquello por lo que vale la pena vivir, todo concentrado en unas pocas páginas. Frente al cinismo de las sociedades modernas, no creo que exista mejor medicina que encontrar nuevamente sentido en lo que siempre ha estado ahí. Autores como Hermann Hesse y Rabindranath Tagore también han influido mucho en mi formación, desde su conmovedora humanidad y su poderosa inteligencia.

PV: ¿A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, estamos a punto de descubrir que la vida es literatura?

JN: Estamos embebidos en información. La vida como fenómeno biológico está codificada en el ADN, y nos rodean ondas electromagnéticas que transmiten información. Pero la información necesita un sentido, una intencionalidad. Creo en el poder de las palabras, pero sólo si están sustentadas en la verdad y en la intensión de conferir sentido. La información, la cultura y la política en la actualidad parecen afectadas por el relativismo, que es una enfermedad de la inteligencia. La literatura puede convertirse en un asunto formal, en el empleo de técnicas novedosas y originales de construcción gramatical, o regodearse en el nihilismo, y perder el sentido primigenio de cultivar la inteligencia y enriquecer la espiritualidad. Los cubanos hemos sido testigos de lo que se empobrece la cultura cuando está al servicio de una ideología. La cultura en general, y la literatura en particular, deben estar al servicio de una evidencia espiritual.

 

 

Nelton Pérez

Nelton Pérez, febrero de 2017. Una foto de Dirk Skiba

Nelton Pérez, autor de La Habana sin tranvías (Premio de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2017), responde las cuatro preguntas esenciales de nuestra página, una manera práctica de profundizar, con el autor, en su obra y sus experiencias:

Puente a la Vista (PV): Cuéntenos sobre sus inicios en la literatura. ¿Qué le impulsó a escribir y cuáles fueron sus primeros textos?

Nelton Pérez (NP): Mis primeros textos fueron para y por culpa de una muchacha. Mi primera musa… luego ya no pude curarme ni de las muchachas ni de la poesía. Esos primeros textos ya no sé dónde andan, o sí lo sé pero ya no los releo ni reescribo. Mas fueron importantes para llegar a los de hoy.

 

PV: Defina o mencione brevemente, por favor, aquello que los lectores descubrirán, o conocerán, a través de sus libros.

NP: Mis libros están llenos de reinvenciòn y de un fabular con nostalgia aquello que perdí o nunca tuve… esa es mi reescritura. Un afán por devolverme algunas cosas y gentes…

PV: ¿Tres autores o libros que considere fundamentales o que lo hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa?

NP: El vino del estío, de Ray Bradbury, es el libro que siempre voy a soñar y envidiar. Luego hay muchos libros de Mario Vargas Llosa y Milan Kundera, Ernest Hemingway…

PV: ¿A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, estamos a punto de descubrir que la vida es literatura?

NP: Cada vida, por muy solitaria o aparentemente vacía que se crea, es un libro. Dios es el mayor bibliotecario del universo. El escritor de la vida… los escritores jugamos a emularlo… Sí, la vida es literatura.

Nelton Pérez (Manatí, Cuba, 1970) es narrador y poeta. Ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales por su obra, entre ellos el Premio Internacional de Poesía Eduardo Carranza 2011, en Colombia, y el Premio Internacional Letras en la Frontera 2013, de poesía (UNAM – San Antonio, Texas). Entre sus libros publicados figuran Apuntes de Josué 1994, Un café en el París de entonces y Conteos nocturnos. Sus cuentos y poemas han sido publicados en varias antologías en Cuba y otros países. Vive en Nueva Gerona, actual municipio Isla de la Juventud.

Verónica Vega en Books & Books

El próximo sábado 15 de junio, a las 5:00 p.m., la narradora y poeta Verónica Vega, residente en Cuba, presenta su segunda novela publicada, El arte de respirar, en la librería Books and Books de Coral Gables, Miami.

Dirección: 265 Aragon Avenue
Día: sábado 15 de junio
Hora: 5:00 p.m.

Verónica Vega nació en La Habana en 1965. De formación autodidacta, es colaboradora de sitios digitales como Havana Times y Diario de Cuba. Aquí lo que hay es que irse (Neo Club Ediciones), su primera novela, fue publicada anteriormente en francés, en el año 2010, por la editorial Bourgois (bajo el título Partir, un pointc’esttout).

Verónica Vega, en Miami como en Cuba

Verónica Vega en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras

La narradora y poeta Verónica Vega responde las preguntas del público en ‘La Otra Esquina de las Palabras’, la tertulia que coordina el poeta Joaquín Gálvez en Miami (Café Demetrio, 11 de mayo de 2019):

«El verdadero país es un país mental, no existe en ningún lugar del mundo».

«Una trata de convencerse de que es posible vivir como en una especie de estación de paso y convertir eso en un país».

«Así como en Miami se vive en un exilio, en Cuba vivimos en un insilio».

La novela en Amazon: https://www.amazon.com/dp/1072792753/

 

https://www.youtube.com/watch?v=zaOQ3SPJBeA&t=184s

Declaración del Movimiento San Isidro

Desde la cárcel, el artista cubano Maykel Castillo Pérez (Maykel Osorbo) había llamado el 30 de mayo pasado para denunciar la golpiza propiciada por autoridades policiales de la prisión de Valle Grande al también rapero Pupito En Sy (Lázaro Rodríguez Betancourt).

El sábado 1ro de junio, miembros del Movimiento San Isidro (MSI) y familiares de Maykel recibimos noticias de su traslado a la prisión 1580 en huelga de hambre. Desde entonces no se ha sabido nada de él. Su visita en Valle Grande estaba programada para el martes 11 de junio, su esposa Rosmely está preocupada ya que nadie le ha confirmado oficialmente el parardero de Maykel ni su estado de salud o si ha sido cambiada la fecha de la visita. Ya para estas alturas él debía haber llamado para pedirle el aseo u otras necesidades, cosa que no ha ocurrido.

Declaramos: A partir de esta publicación, comenzaremos una serie de acciones dirigidas a la liberación de estos artistas. Pedimos la conexión y el apoyo de todas y todos los amigos y las Organizaciones de la Sociedad Civil Independientes así como las Organizaciones de Derechos Humanos Internacionales para hacerle frente a la injusticia.

No más detenciones arbitrarias, encarcelamientos, represión, deportaciones, decomisos, difamaciones ni acoso a las actividades culturales, eventos y obras de artistas independientes. Exigimos el Derecho a Existir y Expresarnos libremente.

Probable juicio a rapero encarcelado

El martes 4 de junio, el rapero Leonardo Lázaro Rodríguez (Pupito En Sy), detenido desde el 12 de noviembre y enviado posteriormente a la prisión de Valle Grande, en las afueras de la capital cubana, recibió la visita del fiscal provincial llamado Víctor, quien le comunicó que en nueve días tendría una respuesta sobre su caso.

Debido al silencio de las autoridades, el cantante contestatario comenzó una huelga de hambre el día 30 de mayo, culminándola el día 4 del presente mes.

“No tuve más remedio que hacer la huelga. Ya son casi 6 meses de encierro sin saber qué pasará conmigo. Espero que el fiscal no me haya mentido. En caso de que sea así, volveré a dejar de comer”, dijo vía telefónica.

Por otro lado, relató que el guardia jefe de grupo, llamado Andy, lo maltrató físicamente, mientras estaba esposado, en el momento de llevarlo para la celda de castigo, tras pronunciar consignas antigubernamentales y declararse en huelga de hambre exigiendo un esclarecimiento de su situación.

“El fiscal me insinuó que me fuera del país y que no cantara más. También me dijo que me pusiera a trabajar”, expresó el artista.

“Todas las canciones que canto aquí son contra el sistema y no me voy a callar. Tampoco me voy a poner la ropa de preso pase lo que pase», agregó.

Nicolás Guillén, cuatro leyendas

El poeta cubano Nicolás Guillén era de apellido Batista por parte de madre. Doy mi palabra que es así y que yo no tengo la culpa. Se llamaba Nicolás Guillén Batista. Hago la aclaración para que no se le confunda con el cineasta cubano, preso en el Castillo del Morro en una época, llamado Nicolás Guillén Landrián.

Nicolás Guillén Landrián no era un impostor sino un sobrino. A Guillén le molestaba que el muchacho, que estaba preso por sus ideas liberales, le usurpara el nombre y su apellido, pero todavía no ha habido una revolución tan radical como para quitarles los nombres a las gentes. Las fábricas sí, y la casa, y hasta las camisas. Pero el nombre es demasiado. Acabaría armándose una confusión tremenda.

Así que Don Nicolás tuvo que conformarse con la idea de que su sobrino también llevara a cuestas las catorce letras famosas. Las catorce letras y los dos acentos en las últimas sílabas (algo había que tener agudo, ¿no?)

-¿Nicolás Guillén?

-El mismo.

-¿Pero no estaba preso?

-(Con gesto hosco.) Es mi sobrino.

-¿Y por qué está en la cárcel?

-Es que ahora la cárcel es para todos, como las playas.

Aclarada esta confusión, pasemos a la otra. A Nicolás a veces se le confundía con Jorge, el fino poeta español de la generación del 27. De acuerdo con todos los síntomas el equívoco surgió no porque fuera español, ni poeta fino ni de la generación del 27.

-Debió ser que los dos se llamaban Guillén.

-Exacto.

Nicolás era cubano por dos costados y africano por los otros dos. Nada de español. Tampoco era un poeta fino, sino facilón y jacarandoso. Es muy bonito eso de «Sensemayá que le doy con un palo», pero no es fino. Guillén –Nicolás– más que un poeta era un guarachero que no sabía música. Era como Machín, o como Rolando Laserie, pero sin corcheas.

-Efectivamente, no se parecía a Jorge Guillén.

Ni tampoco a la generación del 27. En 1927 Guillén no pertenecía a ninguna generación, sino al cuerpo de censores del dictador Gerardo Machado. Cuando cayó la dictadura, tuvo que salir escondido del periódico El Heraldo. Las turbas le buscaban para arrastrarle.

-A lo mejor allí se inspiró para aquello de «Sensemayá que se arrastra».

-A lo mejor. Lo cierto es que si no se esconde le dan con un palo.

Bien: dejo en claro que Guillén no era su sobrino ni él era poeta español. Ahora la confusión que pudiera presentarse es por lo de Nicolás. Hay gente tan despistada que pueden llegar a creer que quien fuera una vez candidato al Nobel era en realidad Papá Nicolás.

-Claro, como Guillén escribió aquello de Papá Montero…

-Es usted listísimo. Según el materialismo dialéctico Papá Nicolás era un canalla rumbero, pero de la burguesía.

No debe equivocarse el lector. Guillén no era Papá Nicolás, el personaje que regala juguetes en Navidades. Bien es verdad que el Nicolás cubano era gordo y andaba en una limousine que parecía un trineo, pero hay una diferencia esencial. Nicolás nunca regaló nada. A nadie. Jamás. Pedir, sí. Siempre y a todo el mundo, incluyendo al Partido Comunista, al que tenía seco con sus viajes a París y sus comilonas.

Después de su experiencia de censor no volvió a trabajar. Blas Roca solía decir que Guillén era el único comunista que había mantenido toda su vida la consigna de huelga general. Un caso monstruoso de disciplina. No rompió la huelga nunca. Ni una hora. Ni un minuto. Ni siquiera hacía sonetos voluntarios.

Desbaratada la tercera confusión queda una cuarta leyenda, más o menos malévola, que afirma que Guillén era un buen poeta, pero una mala persona. Ese es un infundio de la CIA. Es al revés. Como poeta era malo, pero como persona excelente.

Una primera versión de este artículo apareció en el libro De la literatura considerada como una forma de urticaria (1980).

Nicolás Abreu presenta poemario en La Otra Esquina

Nicolás Abreu Felippe

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina el poeta Joaquín Gálvez, invita a la presentación del poemario Las hojas al caer (La gota de agua, 2019) del escritor cubano Nicolás Abreu Felippe.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
Sábado 15 de junio / 3:00 p.m.
305-448-4949

Nicolás Abreu Felippe (La Habana, 1954) llegó a los Estados Unidos en 1980, a través del puente marítimo Mariel-Cayo Hueso. Es autor de Al borde de la cerca (Madrid, 1987), testimonio de sus experiencias como asilado en la embajada de Perú en La Habana; de las novelas El lago (Miami, 1991), Miami en brumas (Miami, 2000), La mujer sin tetas (Santo Domingo, 2005) y En Blanco y Trocadero (Miami, 2015). Es coautor, con sus hermanos, de Habanera fue (Barcelona, 1998). Su poemario Las hojas al caer (Pensilvania, 2019) fue finalista del Premio Paz de Poesía (2016). Cuentos y poemas suyos han aparecido en distintas publicaciones de Estados Unidos, España y América Latina. En la actualidad trabaja La ribera, una novela, y Tiempo podrido, cuentos.

Nuevo libro explora los vínculos entre Cuba y Cataluña

Ya está a la venta en Amazon el nuevo libro del escritor de origen cubano Arsenio Rodríguez Quintana, Cuba i Catalunya, influencias mutuas.

Un volumen que explora, a través de diez años de rastreo de bibliotecas y conversaciones privadas, los enlaces emocionales de las culturas catalana y cubana, sus influencias arquitectónicas, sociales, económicas y musicales. Disponible en Amazon también en versión Kindle:

 

«Este libro comenzó cuando descubrí que el primer futbolista negro que jugó con el Barça un partido oficial era hijo de un cubano; luego una estelada hecha de alfombra de flores en Sitges me hizo buscar las similitudes de la estelada blava y la bandera cubana: ambas fueron hechas en Cuba –apunta Arsenio Rodríguez–. Pasó el tiempo y el tema fue creciendo en mí tras tener una hija catalana y profundizar ese camino de similitudes del creador del ron en Cuba, Bacardí, o la música cubana de Xavier Cugat o las Havaneres de Palafrugell; hasta que di una conferencia a teatro lleno en el Centro Cívico de la Sagrada Familia invitado por Omnium Cultural Eixample, que dedicaron a Cuba las Fiestas de la Sagrada Familia del año 2018».

«Dedicado en exclusiva a vertebrar referencias culturales y sociales cruzadas de ambos mundos, para que mi hija sepa que hay muchas confluencias de Cuba, donde nació su padre, y su tierra, Catalunya», agrega el autor.

José Alberto Velázquez, premio Franz Kafka de novela

El narrador y poeta José Alberto Velázquez (Las Tunas, 1978), residente en Cuba, ha obtenido el Premio Franz Kafka de novela 2019 con el libro Cierra los ojos, no respires.

«Un jurado compuesto por Idalia Morejón Arnaiz, Waldo Pérez Cino y Carlos A. Aguilera ha decidido ‘por la calidad de su lenguaje, por su complejidad formal donde alternan diferentes voces narrativas y disímiles puntos de vista, los cuales, desde su fragmentación, exhiben una unidad que se sostiene en el ritmo y en imágenes poéticas’, entregar el Premio Franz Kafka de novela 2019 que otorgan Libri Prohibiti y la plataforma inCUBAdora a Cierra los ojos, no respires, del autor cubano José Alberto Velázquez», informó la página web In-Cubadora este 31 de mayo.

“Soy gordo, heterosexual, monógamo, descendiente de mambises. No pude escoger una patria, ni un idioma, ni a mis progenitores: pude, en cambio, elegir un carácter, una forma de pensar, y no los cambio ni por un premio Casa de las Américas. Pero fundamentalmente lo que soy es un guajiro de Las Parras que se debe a la lectura; un escritor free lance (léase desempleado) que hojea, cada noche antes de dormirse, El castillo de Kafka”, ha dicho Velázquez entrevistado por Rafael Vilches para la revista Otro Lunes, dirigida por Amir Valle.

En el año 2016, Neo Club Ediciones publicó su poemario Guetto, disponible en Amazon. También está disponible en Amazon la antología Tres tristes cubanos y un gato feliz, con poemas de Velázquez, Frank Castell, J. L. Serrano y Carlos Esquivel. La obra de este escritor tunero ha sido premiada en los concursos nacionales Celestino de cuentos (2011) y Navarro Luna de poesía (2011). Ha publicado además los poemarios En busca del cielo perdido (Ed. Sanlope, 2006), Yo desierto (Ed. Holguín, 2006), La burbuja heroica (Ed. Orto, 2012), y el libro de cuentos Fracturas y extrañezas (Ed. La Luz, 2012). Poemas suyos aparecen en diversas antologías nacionales e internacionales.

El pobre pescado cubano: Entre la liberación y el control

¿Cómo puede permanecer un pescado liberado y controlado al mismo tiempo? Si ha sido pescado, ¿cómo puede ser liberado? Y si ha sido liberado, ¿cómo puede ser controlado?

Cuba entera protesta por el nuevo ardid «alimentario» del castrismo: Un pescado racionado y a 20 pesos la libra, cuya calidad, despacho y precio constituyen una burla al pueblo hambreado. Así:

A Cuba llegó el pescado
y ha sido por la libreta
mas se trata de una treta
pues arribó liberado.
Le dicen que «controlado»
al lugareño optimista
pero hay que ser un artista
para llevar al sartén
a este animal del vaivén,
resbaloso, velocista.

Dicen que cuesta muy caro
este pescado inclemente,
que no hay quien le hinque el diente
o lo meta por el aro.
Que su precio es bien avaro
–la libra está a 20 pesos–,
que ni brujerías o rezos
logran su consumición.
¡Y es que no hay liberación
con los intestinos presos!

Un pescado liberado
es un pescado invisible,
hueco, alado, indestructible,
prófugo, envalentonado.
Ectotérmico hastiado
de ser troceado en la mesa,
vertebrándose cual presa
de avestruces sin arena:
Aves que esconden su pena
en su falta de cabeza.


 

Una cebolla entre claveles

 

Octubre de 1967. Jorge Luis Borges está impartiendo sus habituales lecciones de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. De pronto, un alumno lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y para exigirle, de paso, la suspensión de las clases con el fin de que todos los estudiantes le rindan homenaje al caído.

Borges contesta sin inmutarse que el homenaje puede esperar. El alumno riposta, malcarado, irrespetuoso: “Tiene que ser ahora y usted se va”. Borges mantiene su flema y su autoridad: “No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio”. Entonces el alumno amenaza con cortar la luz, sin darse cuenta de que está propiciando otra oportunidad para que Borges exhiba uno de sus muchos talentos, el de la afilada ironía: “He tomado la precaución de ser ciego esperando este momento”, le dice.

La anécdota quedó asentada en un magnífico libro: Borges, esplendor y derrota, de María Esther Vázquez, amiga personal y asistente del gran escritor. Sin embargo, es un pasaje poco conocido, entre otras razones posibles, por la poca atención que parecen haberle prodigado los reseñistas y también por la ¿casual? falta de repercusión en los medios. 

Después de todo, y a pesar de que involucra a uno de los mayores escritores de la modernidad en nuestra lengua (o en cualquier otra), me temo que este tipo de anécdota no es de las que reporta abultadas ganancias a las revistas, ni millones de “Me gusta” en las redes sociales. En todo caso, no como otras destinadas a divulgar la imagen del Che en tanto héroe fotogénico, Cristo redivivo en versión violenta, corajudo y romántico, rodeado por un halo de mitificación que no sólo alinea entre los más falsos de la historia contemporánea, sino también entre los más frívolos, irresponsables y contraproducentes.

Lo paradójico –y quizás lo más penoso– es que no a todos los que han sustentado la propagación de esa imagen fraudulenta podríamos señalarlos como cómplices de los crímenes del Che Guevara. Tampoco merecen la calificación de frívolos. Y menos todavía la de ignorantes o ingenuos. Es el caso de Ricardo Piglia, excelente novelista, ensayista y educador argentino, fallecido en 2017, cuya obra El último lector se ha mantenido durante los últimos dos años en las listas de los más vendidos en Hispanoamérica.

Se trata de un excelente libro de ensayos dedicados a profundizar (casi siempre ingeniosamente) en el arte de leer, a partir de conceptos y de ejemplos extraídos de la literatura de ficción o de su entorno, mediante un grupo de escritores y personajes célebres o muy conocidos. Cervantes, Hamlet, Kafka, Daniel Defoe, Joyce, Anna Karenina, Poe, Emma Bovary, Cortázar, Macedonio Fernández, Roberto Arlt, Gombrowicz o el propio Borges discurren como lectores por las páginas de El último lector, sujetos a ese tipo de análisiscon el que Piglia ha puesto de manifiesto la brillantez que lo sitúa entre los más destacados teóricos literarios de nuestro idioma. No gratuitamente dejó dicho que esta fue para él la más personal y la más íntima entre todas sus obras.

Y he aquí que entre idílicos lectores como Don Quijote y Robinson Crusoe, irrumpe de improviso el Che Guevara, igual que aquel estudiante malcarado que intentó desafiar a Borges.

Bajo el título Ernesto Guevara, rastros de lectura, Piglia se las gasta todas en un ensayo realmente idealizador en torno al Che como lector de pura raza. No es de sorprender entonces que desde las primeras páginas se remita a uno de los últimos días de su vida, en Bolivia, con la guerrilla diezmada, derrotada y perseguida por el ejército, no obstante lo cual el Che se sube a un árbol para darse el gusto de leer un libro. Como es fácil apreciar, la imagen, recreación de una foto que dio la vuelta al mundo (no sé quién la habrá tomado ni con qué fin), sí es de las idóneas para generar millones de “Me gusta” en las redes.

A esta escena se suman otras en El último lector, todas igualmente alucinadoras sobre el Che como lector singular y a la vez hombre de acción, que es como al parecer lo vio Piglia, como un hombre de acción, nunca como un psicópata, ni un enfurecido odiador, ni un criminal.

El Che capturado en Ñancahuazú, desaliñado, con el uniforme roto, exhausto y vencido, pero en la cintura, atado con un cinturón de cuero, lleva un portafolio con sus libros y una libreta verde que (y dale con lo mismo) se convertirá en palo mediático y será impresa miles de veces, pues no contiene consignas de guerra ni planes estratégicos para combatientes, sino poemas copiados con puño y letra del guerrillero, digamos una suerte de antología personal con versos de Neruda, César Vallejo o León Felipe, entre otros.

El Che alzado en la Sierra Maestra, donde, según el testimonio de algunos de sus compañeros de la guerrilla, nunca dejó de ser un lector infatigable, que abría un libro cuando todos los demás cerraban los ojos e intentaban dormir, abrumados por el cansancio.

El Che luego de tender la primera emboscada contra el ejército boliviano. Mientras espera el momento de entrar en combate, se acuesta en su hamaca y lee. O el Che organizando una pequeña biblioteca en la primera zona conquistada por la guerrilla en Bolivia.

El Che, herido durante del desembarco del Granma, piensa que morirá. Entonces recuerda un viejo cuento de Jack London, donde el protagonista, al saberse condenado a muerte, se dispone a enfrentar con dignidad los últimos minutos de su estancia sobre la tierra.

Por cierto, esta última imagen inspira en Piglia el más alucinante entre los no pocos alucinantes elogios que dedica al Che en El último lector. “No estamos lejos de Don Quijote –afirma-, que busca en las ficciones que ha leído el modelo de la vida que quiere vivir”.   

Lo que menos importa para el caso es si Guevara fue o no ese extraordinario lector que se recrea en el libro. Tal vez no se trate más que de otro episodio de su inflada leyenda. Y aun aceptando que lo fuese, faltaría por analizar al detalle qué leía, algo que no hace Piglia. Por lo demás, no sería el primer entusiasta lector en la lista de criminales famosos.

Lo que llama la atención, por su evidente incongruencia, es que Piglia haya incluido al Che dentro de un catálogo de ilustres escritores y personajes de ficción que fueron a su vez lectores icónicos. Sería comprensible si al menos lo hubiese hecho para ilustrar la gran diversidad de personalidades y conductas que es posible hallar entre lectores igualmente voraces, al margen de sus discordantes señas de identidad. Pero en tal caso, sería de agradecer que, al igual que hizo con el resto de los lectores citados, se hubiera detenido a examinar, aunque fuera sucintamente, los resabios y las taras mentales del Che.

Cuando menos, ya que a la lectura y a lectores auténticos se atiene este libro, tal vez hubiese bastado con que citara la infame anécdota que contó Cabrera Infante, relativa al día en que el Che encontró un ejemplar con el Teatro Completo de Virgilio Piñera en los anaqueles de la embajada cubana en Argel, y luego de lanzar violentamente el ejemplar contra la pared, regañó al embajador por conservar la obra de ese “sucio maricón”.

Por otro lado, obviando la disparatada comparación con Don Quijote, ni siquiera me parecen plausibles otros símiles que establece Piglia en su ensayo, aun cuando resultan mucho más moderados. Pongamos, por ejemplo, la búsqueda de semejanzas entre Guevara y el intelectual italiano Antonio Gramsci, escritor y filósofo marxista que encontró en la lectura la única manera de sobrellevar los rigores de la cárcel durante el régimen fascista de Mussolini. Pero es que Gramsci no fue sino un teórico, ajeno a las acciones homicidas del Che. Diferencias de esencia más o menos parecidas existieron entre el fusilador de La Cabaña y el también argentino Rodolfo Walsh, revolucionario de izquierda, incluso guerrillero, pero que ante todo fue un sobresaliente escritor y un hombre sin odio en las entrañas, por más que Piglia se extraiga de la manga el cotejo con el Che.

Más controversial aún puede ser la comparación que establece este libro entre una escena del Che leyendo en medio de sus aventuras guerreras, y otra del inspirado poeta ruso Ossip Mandelshtam, que lee desoladamente a la luz de una fogata, durante su confinamiento en un campo de concentración estalinista. Preso por el delito de escribir versos, Ossip lee en voz alta para los demás prisioneros, mientras les habla del poeta Virgilio.

No es de mi interés, no más faltara, que aquellos que no hayan leído suficientemente a Ricardo Piglia se hagan una idea errónea sobre su persona y su obra. Él ni siquiera fue un izquierdista militante. Hasta donde sé, profesaba una izquierda muy personal, heredada quizá de su padre peronista. En cuanto a su desempeño en la literatura, nadie podría negarle un sitio entre los escritores más relevantes del mundo hispano en los últimos tiempos. Solamente Dios o el diablo podrían explicar ese incondicional apego que le dispensó a la imagen edulcorada del Che Guevara. Aunque nada parece ser ya raro en este mundo en el que la sinrazón y el esperpento han tomado el mando por asalto.

De hecho, no son escasos (o no todo lo que debieran) los extraños arranques de simpatía hacia el Che que han demostrado figuras no precisamente afiliadas a la izquierda o al progresismo.

Uno de los que más me sorprendió en su momento fue Juan Carlos Onetti, un escritor escéptico y solitario, que siempre se cuidó de guardar prudente distancia entre literatura y política. Sin embargo, al enterarse de la muerte de Guevara, tuvo la mala ocurrencia de escribir: “La porfía del Che, profetizamos, es inmortal. Trepando, desembarazándose de tanta literatura, lágrimas y sentimentalina arrojadas encima de su pecho asesinado, Che Guevara está hoy otra vez –y van tantas- de pie, repartiendo rostros y metralletas entre ansiosos, resueltos checitos nacidos de su muerte y resurrección”. Qué pena. Si alguien me hubiese dado a conocer sin pruebas este dislate de Onetti, jamás le habría creído.

Ernesto Sábato, otro grande de la literatura hispanoamericana, recuerda en su libro Antes del fin, que conoció al joven Guevara durante su muy publicitado recorrido por América Latina. Y cierra el comentario con estas palabras: “A aquel joven, hoy símbolo de las mejores banderas, lo recuerda la historia con el nombre de Che Guevara”. Y Julio Cortázar, tan mitificado él mismo dentro del mundillo literario -lo cual no deslegitima necesariamente sus virtudes como escritor-, convirtió al Che en protagonista de su muy conocido cuento Reunión, además de alabarlo en público en más de una ocasión: “Sé que es absurdo y que es imposible, y por eso mismo creo que él escribe esto conmigo, porque nadie supo mejor hasta qué punto lo absurdo y lo imposible serán un día la realidad de los hombres”. En esto último quizás tenía razón, no tanto con respecto al Che como al modo en que sus propias palabras representan hoy lo absurdo convertido en realidad.

Para cortar el rollo, porque son muchos, demasiados, los que incurrieron, bastaría quizá con recordar que aunque a su manera (bien alejada del izquierdismo de moda y luminarias que practicó Cortázar), hasta el grande Lezama Lima destrenzó algún elogioso barroquismo en torno al Che: “Su imagen es uno de los comienzos de los prodigios, del sembradío en la piedra, es decir, del crecimiento tal como aparece en las primeras teogonías, depositando la región de la fuerza en el espacio vacío”. Chúpense esa.

No valdría la pena, y además no viene a cuento, rememorar los banales aportes de tantas estrellas de Hollywood, más los de otros relumbrones del mundo artístico, al sobredimensionamiento de esa amañada imagen del Che que quizá haya influido en los criterios de personas bien intencionadas, inteligentes y sensibles. Si acaso, por lo mucho que decepcionó a sus admiradores (entre los que me incluyo) retrotraigo al legendario guitarrista Carlos Santana entrando a la ceremonia de los Óscar, en 2005, con una camiseta que tenía estampada la imagen del guerrillero. Detalle menor, podría decirse si tenemos en cuenta la naturaleza provocadora y desafiante de los rockeros. Lo malo es que Santana completaría su performance con una de las declaraciones más estúpidas que hemos escuchado sobre el asunto: “Che era todo amor y compasión”. Si alguien dudaba que se puede ser un músico excepcional con un cerebro de pollo, Santana despejó sus dudas.

¿Cabe suponer que toda esta atmósfera de sublimación que ha envuelto durante años la figura del Che Guevara, alcanzando dimensiones planetarias, pudo hacer mella en la sólida formación humanista y en la lucidez de Ricardo Piglia, y a tal punto que le condujo a elevarlo al panteón de enaltecidos lectores como Kafka o Joyce o Proust? Tal vez no habría que exagerar. Pudo suceder que sólo lo escogiera como un ejemplo extremo para demostrar su tesis acerca de la incontrovertible influencia de la lectura en el carácter del lector y cómo esa influencia puede gravitar incluso sobre el destino de las personas.     

De cualquier forma, como ya quedó dicho, nada justifica mezclar claveles con cebollas sin advertir que no son los claveles los que traspasarán su olor a las cebollas sino al revés.

Odalys Interián recibe placa acreditativa

Idabell Rosales entrega a Odalys Interián la placa acreditativa por el libro premiado

En ‘La Otra Esquina de las Palabras’ (Miami, Café Demetrio), la tertulia que coordina el poeta Joaquín Gálvez, Idabell Rosales, presidenta de Vista Larga Foundation, entregó la placa acreditativa del premio de poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2018 a la escritora Odalys Interián, el pasado 11 mayo de 2019.

Un jurado compuesto por los escritores Jorge Olivera, Ramón Fernandez-Larrea y Victor Manuel Domínguez concedió este primer lugar a Interián en diciembre de 2018, compartido con el poeta residente en Cuba Rafael Vilches Proenza.

Odalys Interián (La Habana 1968), escritora, presidenta y editora de Lyrics & Poetry Editions y miembro de AIPEH Miami (Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos), tiene varios libros publicados, entre ellos el poemario Respiro invariable y el libro de ensayos Acercamiento a la poesía. Textos suyos aparecen en varias antologías y su obra le ha hecho merecedora de numerosos e importantes premios dentro y fuera de Cuba. Reside en Miami.

Reguladas: El caso de ‘La hora de Cuba’

Isis Mariño, una de las periodistas de La Hora de Cuba 'reguladas' por la policía política cubana

Cuatro integrantes del equipo de la revista La Hora de Cuba, que dirige en Camagüey Henry Constantín, han sido “reguladas” por la Seguridad del Estado castrista, según informaron esta semana diversos medios.

Son ellas Isel Arango, Inalkis Rodríguez, Iris Mariño y Sol García. A estas tres últimas se les impidió asistir a un evento sobre participación social femenina organizado por el Instituto Simone de Beauvoir. Un par de semanas antes, a Arango, editora y crítica de arte, se le impidió viajar a Chile.

La prohibición de salida de Cuba para creadores alternativos y miembros de la sociedad civil continúa atravesada como una cuña en la puerta de una regeneración sociocultural en la Isla. Lo demuestran estos cuatros casos y otros también recientes, como los de Regina Coyula, Nancy Alfaya o el propio Henry Constantín.

Recientemente, el fundador de la revista fue amenazado de muerte por un provocador procastrista luego de que revelara un caso de abuso sexual en una institución escolar de Camagüey.

Rafael Almanza, página de autor

Ya está online la página web de Rafael Almanza, Premio Nacional de Literatura Independiente ‘Gastón Baquero’. Se trata de un espacio muy singular para la poesía y el pensamiento donde el arte y la literatura conviven armoniosamente. Para entrar, clic en este enlace:

https://www.rafaelalmanza.com/

Rafael Almanza (Camagüey, 1957) es crítico, poeta, narrador, investigador y ensayista. Gran Premio de ensayo “Vitral 2004” con su libro Los hechos del Apóstol (Ed. Vitral, 2005). Ha publicado, entre otros títulos, El octavo día (cuentos, Ed. Oriente, 1998), Hombre y tecnología en José Martí (ensayos, Ed. Oriente, 2001), Libro de Jóveno (poesía, Ed. Homagno, 2003) y El gran camino de la vida (poesía, Ed. Homagno, 2005).

«Decidió no publicar más en editoriales y medios estatales y vive retirado en su casa, ajeno a las instituciones gubernamentales, aunque admirado y querido por quienes lo aprecian como uno de los intelectuales cubanos más auténticos», señala la revista Árbol Invertido.

Una entrevista a Armando de Armas

Ya en circulación el nuevo libro de la activista y misionera Yoaxis Marcheco, Armado hasta en el nombre y el apellido (Neo Club Ediciones, 2019), una larga entrevista al escritor y periodista Armando de Armas sobre su vida, su obra y diversos temas de la actualidad nacional e internacional. Para adquirir el volumen, clic aquí:

https://www.amazon.com/dp/1098612426/

Sobre este libro puede leerse en la contraportada:

“Mi entrevistado está en el bando de los inteligentes y de los que defienden sus posiciones con estocadas de ideas: en el duelo de los argumentos solo hay que saber batir bien la espada porque Armando de Armas es un gran esgrimista”. / Yoaxis Marcheco

“Leer esta entrevista no es un lujo sino una necesidad para el hombre contemporáneo que vive cercado por todas partes, en la cultura, en los medios de comunicación y en la academia.” / Tania Curbelo

“Este es un conjunto de preguntas inteligentes y respuestas despiadadas en el que Armando de Armas, sin renunciar al humor o la ironía, pone al lugar común contra la pared. Podremos estar o no de acuerdo, en todo o en parte, con los argumentos del entrevistado, pero lo que no se puede negar es que este libro alimenta espléndidamente el debate.” / Armando Añel

‘En boca cerrada’ (espectáculo poético)

Umbrella Art Foundation & Acetato Producciones anuncian la segunda edición del espectáculo poético «En boca cerrada no entran moscas», que tendrá lugar en la Casa Templo del Arte Cubano en Miami Beach.

En esta ocasión la invitada de honor es la poeta Nuvia Ines Estévez (Puerto Padre, Las Tunas, 1971), caracterizada por su estilo desembozado, su audacia léxica y su autoafirmación genérica. Estévez leerá poemas de su libro Las muñecas, las putas, las estatuas, pero también textos inéditos.

El espectáculo tendrá como anfitriones al artista, poeta y escritor Nilo Julián González Preval y a la artista proyectual Ana Olema. En esta ocasión, se trata de un show dinámico a tres manos. Producción: Alina Guzman Tamayo & Diddier Santos Moleiro

Sábado, Mayo 25.

7.30-10.30pm

7169 Indian Creek, Dr. 33141

Miami Beach, Florida

Este evento tiene un carácter semiprivado y por invitación. Si usted desea asistir por favor confirmar dejando registrada su posible asitencia en:

https://www.facebook.com/events/332783397384570/

Rapero sale temporalmente de celda de castigo por enfermedad

El rapero, Lázaro Leonardo Rodríguez, conocido como Pupito MC, está con fuertes dolores de estómago, fiebre y diarreas desde el pasado día 12 en que fue enviado a una celda de castigo por su negativa a usar el uniforme de preso.

Según dijo vía telefónica, ha tenido más de 15 deposiciones y desconoce si podrá recibir el diagnóstico de un médico. “Solo me han entregado un sobre con sales de hidratación”, alegó.

Por otro lado, dijo que el Jefe de Orden Interior, Yoandri Cabrera, lo amenazó con regresarlo a la celda de castigo de continuar resistiéndose a llevar la indumentaria que estipula el reglamento, el ultimátum también se extendió a los presos políticos Ismael Boris de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Yasser Rivero, Leonel Portillo y el rapero Maikel Castillo (El Osorbo).

El abogado a cargo del caso de Pupito MC, alegó que mañana 15 de mayo haría todo lo posible para verlo en la prisión de Valle Grande donde se encuentra desde noviembre pasado, a la espera de un juicio por los presuntos delitos de atentado y cohecho.

El cantante de rap fue detenido y golpeado, en la vía pública, por dos policías, el 12 de noviembre último y conducido a la estación policial de Zanja, del capitalino municipio de Centro Habana.

Su frontal oposición al Decreto 349, que criminaliza a los artistas que no pertenecen a las instituciones del Estado, fue el detonante para su detención e imputación de los cargos referidos. “Extraoficialmente, me enteré que la petición fiscal sería de 3 años. No sé qué pasará conmigo, lo único que puedo decir es que estoy encerrado injustamente”, expresó.

El rapero Maikel Castillo (El Osorbo) también, encarcelado por sus críticas a la citada disposición legal contra los artistas no institucionalizados, ya recibió una condena de 18 meses de encierro.

Se encuentra tras las rejas desde finales de septiembre de 2018.        

Ángel Santiesteban: ‘El régimen está en su fase terminal’

por Jorge Olivera

El escritor Ángel Santiesteban sostiene que ser escritor independiente en Cuba continúa siendo un oficio peligroso. Lo afirma porque estuvo más de 2 años tras las rejas (2013-2015), por su postura contestataria, aunque el régimen utilizó una serie de delitos comunes para incriminarlo.

La condena fue de 5 años, pero la presión internacional obró a su favor.

Desde que abrió el blog Los hijos que nadie quiso, en el 2008, fue declarado persona non grata en las instituciones literarias del país.

Más allá de la marginación, el acoso y las posibilidades de volver a la cárcel, Santiesteban permanece en Cuba. Tiene varios libros inéditos y trabaja en otros con la pasión y la excelencia que le caracteriza.

Entre los premios recibidos en su larga carrera literaria como narrador destacan Dichosos los que lloran (premio Casa de las Américas, 2006), El verano en que Dios dormía (premio internacional Frank Kafka de Novelas de Gaveta; 2013) y El regreso de Mambrú (premio Reinaldo Arenas, 2016), entre otros.

Recientemente estuvo a punto de frustrarse un viaje a Argentina, por causas relacionadas con su oposición a la dictadura de partido único con más de seis décadas en el poder.En medio de la confusión, encontró una alternativa y en unas semanas podrá estar en la tierra de Borges y Sábato.

Jorge Olivera Castillo– ¿Pudieras contar los detalles del viaje casi frustrado?

Ángel Santiesteban Prats– Te cuento que fue una invitación de una universidad. Es parte de un programa internacional de dos meses de duración.

En principio, ellos contactaron con algunos miembros la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) con la idea de alquilar un espacio para las presentaciones, pero al ver ni nombre en el programa y comunicárselo al presidente de la referida entidad se congelaron las posibilidades. Incluso, uno de los profesores que dirigen este proyecto me dijo que una integrante del gremio de escritores le había comunicado que me pasaría algo malo si definitivamente viajaba a Buenos Aires.

Ha habido muchas trabas, pero voy a poder viajar. En realidad, no tengo muchos detalles del asunto, pero me han dicho que mi asistencia está garantizada. Veremos a ver qué sucede. 

Todo indica que las presiones han sido fuertes desde La Habana para evitar mi presencia allí.

La izquierda argentina siempre ha estado muy identificada con el castrismo y aunque exista un gobierno de centro derecha, ellos tienen mucha influencia, sobre todo en los espacios académicos.

JOC- ¿Qué piensas de la represión contra los periodistas, escritores y artistas independientes?

ASP- Cada vez es peor, entre los últimos eventos represivos está el caso del laureado escritor Jorge Ángel Pérez, que el día 4 de este mes lo sacaron esposado de su casa rumbo a una estación de la policía. Un vecino que se identificó como agente de la policía política le dijo literalmente a la madre, una anciana enferma, que iba a matar a Jorge Ángel.

Escribir textos periodísticos en Cubanet, el espacio digital, con sede en Miami, dedicado a difundir el trabajo de los comunicadores independientes, es una de las causas de estos atropellos. En diciembre pasado su casa fue atacada a botellazos por un delincuente del barrio. La seguridad del Estado se vale de estas personas para amedrentar a quienes se salen del redil. También está el caso del director de la revista La Hora de Cuba, Henry Constantín que recientemente fue amenazado por un criminal armado con un machete. Son decenas de escritores y artistas sometidos, semana tras semana, a todo tipo de abusos por parte de las fuerzas represivas.

JOC- En Cuba existe una filial del PEN Club de Londres, presidido por Antón Arrufat. ¿Se ha pronunciado esta organización contra los constantes episodios de violencia y amenazas contra periodistas, escritores y artistas?

ASP- No tiene sentido que se haya establecido un PEN en Cuba. Es una burla que bajo una dictadura se haya procedido a abrir un capítulo de la referida organización que debe velar por el respeto a la libertad de expresión y denunciar al mundo el uso de la fuerza gubernamental contra periodistas, escritores y artistas.

Lamentablemente, callan ante el dolor de quienes han tenido el valor de saltarse las barreras de la doble moral y los cínicos acomodos.

Cuando estaba preso, me propusieron pertenecer al PEN, pero les dije que si iba a funcionar como un apéndice de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), no me interesaba.

Sería iluso esperar algo más que esos silencios cómplices y cobardes de quienes tienen la responsabilidad de hacer lo contrario.

En la pasada feria del libro de Miami, pude entrevistarme con la actual presidente del PEN Internacional, Jennifer Clement y le manifesté mi desacuerdo con el PEN que existe dentro de la Isla, por las razones explicadas.

JOC- ¿Pudieras darme un breve diagnóstico de la cultura en Cuba?

ASP- La cultura nacional sigue atenazada por la ideología de ordeno y mando. Nada puede avanzar bajo esas coordenadas. Vivimos un largo período de estancamiento o más bien de involución que tendrá serias repercusiones en el futuro. Gobernar el país como si fuera un centro penitenciario o en el mejor de los casos, como una hacienda particular ha sido un desastre. En esos contextos, la mediocridad está garantizada. El socialismo criollo es marxista y kafkiano. Es por eso que mucha gente alrededor del mundo les cuesta comprender como funciona.

JOC- ¿Tienes esperanza en que la transición a la democracia deje de ser una idea para convertirse en un hecho tangible?

ASP- Soy optimista. El régimen está en su fase terminal. En un lustro el castrismo será historia. Imagino a los cubanos preguntándose: ¿cómo pudimos soportar tantos años de carencias y desesperanzas? 

JOC- En una sociedad en que el miedo se ha instalado con inusitada fuerza a partir de un diseño de control social que combina impunidad en el uso de la fuerza, manipulación mediática y adoctrinamiento, te pregunto: ¿Tienes o has tenido miedo?

ASP-El miedo es una manifestación natural del ser humano. A veces lo siento, pero termino dominándolo. En realidad, mi mayor temor es ser catalogado como un cobarde, en este caso por no haber hecho nada frente a un gobierno que criminalizó el ejercicio de los derechos humanos. Será una enorme satisfacción ser recordado como un escritor que se opuso frontalmente a una dictadura.        

Oficio de Ángeles

Verónica Vega firma ejemplares durante la presentación del libro en La Otra Esquina de las Palabras

 

Lo primero fue un prejuicio. Me dispuse a leer Aquí lo que hay es que irse (Neo Club Ediciones, 2018), de Verónica Vega, temiendo que me decepcionara. La llamada “autoficción”, que hoy nos venden como una nueva tendencia literaria (aunque es más vieja que escupir), no alinea entre mis prioridades como lector. Sin embargo, apenas comencé a leer esta novela me di cuenta de que es absolutamente secundario el género o la tendencia a los que pueda pertenecer. Como toda obra auténtica y redondamente elaborada en sus aspectos técnicos, lo que importa en ella es la eficacia con que trasluce el universo espiritual de su autora y la rotundidad con que logra absorber al lector para hacerlo partícipe de ese universo.

Mediante el recuento de sus experiencias cotidianas como una habanera del humilde barrio de Alamar, y matizando cada descripción con sus apuntes reflexivos, dudas, aprensiones, desencantos y ensueños de artista, Verónica enhebra el drama de un cierto tipo de inadaptados que abunda en Cuba, aunque se les mencione poco, una estirpe peculiar de inadaptados: los que, aun cuando no pertenezcan a ninguna organización opositora, rechazan resueltamente el sistema, sin permitir que tal rechazo les condene a vivir amargados o roñosos. Se han encerrado en su interior para mantenerse a salvo de ese cloro hirviente que desde hace varias generaciones abrasa a los cubanos y les corroe el espíritu.

“De niña decía que iba a ser ángel, y estaba segura de que era un oficio practicable”, anota Verónica en Aquí lo que hay es que irse. Y al leerlo, reparamos en que, efectivamente, puede ser un oficio practicable, el cual tal vez consista en hacer lo que ha hecho ella: recrear la realidad, aun en sus vertientes más ásperas, al amparo de imágenes poéticas que aunque no siempre emergen de los hechos, cristalizan en la manera en que ella se los apropia, apelando a un recurso verdaderamente idóneo para penetrar en la sensibilidad de los lectores con la fina contundencia de la gota de agua que taladra la roca.

En esta novela intimista, escrita en primera persona, cuya voz narrativa es la de la propia autora, quien, además, es el personaje principal, Verónica articula la imaginería con detalles que reflejan su vida privada, pero bordeándola elegantemente, como para mantener los humos a raya. Así su estilo se nutre y a la vez disiente de la autoficción al uso.

Mientras que la mayoría de los escritores de autoficción (y no pocos poetas de estos días, cubanos incluidos) se proyectan muy devotamente a partir de sus ombligos, la autora de “Aquí lo que hay es que irse” ha subordinado el ego, lo amarró cortico, evitando que ese ensimismado regodeo en las penas y glorias personales obstaculice la elevación de la obra. Debe ser por eso que leer su novela, triste, desasosegante e incisiva, no provoca tristeza ni desasosiego. Si acaso una suerte de plácida melancolía. Al contrario de lo que sucede (o a mí me sucede) con los narradores y poetas ombliguistas, que a veces nos empalagan o nos hartan con sus aburridas variaciones sobre sí mismos, el comedimiento y la inspiración altruista marcan la diferencia en este caso.

También su pericia sintáctica. “Qué puede contarse desde un cuarto sin más vista que esta perpendicular hacia otros edificios idénticos: bloques de cemento olvidados bajo un sol atroz….”. Como respuesta a esta pregunta que ella misma propone en la novela, Verónica entreteje una contundente denuncia política sin hablar de política. Devela la oscura silueta del racismo y de la marginación económica y social o del machismo, diáfanamente, sin rasgarse las vestiduras. Hace justicia a su especial preocupación por la naturaleza y por la defensa de los animales, pero sin la ortodoxia y los tremendismos habituales. 

Por otro lado, o por el mismo, aunque la suya no es literatura propiamente feminista, al menos si nos atenemos a la más reciente faceta de este movimiento, está surcada por una exquisita sensibilidad que sólo las mujeres son capaces de lograr en forma inapelable.

Una sensibilidad sin la afectada pose de aquellos que tienden a valorarse a sí mismos como seres etéreos. Por las páginas de “Aquí lo que hay es que irse” discurren todo el tiempo poetas y artistas, siempre ajenos al sectarismo y a los melindres de la vanidad, actuando dentro de un espacio opresivo donde no hay lugar para que se crean serafines caídos sino culos para recibir patadas. Esto es algo que representa otro doble acierto de la novela, en el aspecto conceptual y también en el de la eficacia como vehículo narrativo. 

A propósito, es de agradecer muy particularmente que la novelista haya reservado un papel protagónico dentro de su obra para Omni-Zona Franca, ese grupo de poetas y artistas plásticos y de otras especialidades que desde hace ya unos veinte años está haciendo historia mediante sus esfuerzos por abrir espacios al diálogo entre el arte y los barrios pobres de La Habana y por romper los rigurosos límites de la libertad de expresión, pero que por actuar al margen de las instituciones oficiales de la cultura, no cuenta aún con el reconocimiento que merece, tanto a nivel nacional como internacional.

No es que sorprenda la presencia de este grupo en Aquí lo que hay es que irse, pues la autora mantiene vínculos de carácter estético y afectivo con Omni-Zona Franca. Pero puntualizo que se trata de una comunión muy afortunada, con la que ambas partes se enriquecen.  

En fin, no creo que sea necesario añadir mucho más. Sólo me faltaría recomendar de buena gana esta novela, mediante cuya lectura es distinguible el talento de Verónica Vega como narradora, y además la agudeza con que a la hora de escribirla asumió ella lo que considera una confrontación con su conciencia, con Dios, o con la intangible realidad.

Eduardo René Casanova

Ya en Amazon Las tablillas de Diógenes, poesía de alta sensibilidad y exquisita factura que nos regala Eduardo Rene Casanova como un arma infalible contra el asalto matrixta del disparate.

Como explica el propio autor:

“Las tablillas de Diógenes reúne poemas escritos entre 1999 y 2019. Algunos textos han formado parte de cuadernos sin publicar: La soledad del héroe, Al otro lado del mundo y Alma de mármol gris. La inclusión de los mismos como unidad en este libro es puramente intencional, sin convencionalismos a la hora de definir cuál va primero, como suele suceder con las tablillas de cera halladas en una gruta, que encuentran su camino a la luz tras siglos bajo el polvo y de las que nunca sabremos el orden en que fueron escritas, pero sí su intención”.

Eduardo René Casanova Ealo (Quemado de Güines, Villaclara, 1960). Licenciado en Idioma Ruso. Premio Calendario de Poesía (1999) con su cuaderno Navegación impasible, publicado por la Editorial Abril. Ha sido incluido en antologías de poesía y cuento en España y México. Su poemario Al otro lado del mundo resultó finalista del Concurso ‘Dulce María Loynaz’ 2018.

Concurso de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2019

Monumento a Dulce María Loynaz en Puerto de la Cruz, Tenerife

El proyecto Puente a la Vista y sus amigos convocan al Premio de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ 2019, que se regirá por las siguientes bases:

1- Podrán participar en esta convocatoria todos los poetas cubanos residentes en Cuba o fuera de ella.

2- Solo se podrá presentar un libro por autor, que tendrá que ser original e inédito, quedando excluidos aquellos que hayan sido premiados en cualquier otro certamen. La extensión mínima será de 1,000 versos, y la temática libre.

3- El original irá firmado con el título del libro y el nombre del autor, haciendo constar en un archivo aparte el nombre completo, dirección, teléfono, correo electrónico y currículo del concursante.

4- Los libros se presentarán obligatoriamente por correo electrónico, en formato Word y sin ningún tipo de ilustración. Se adjuntarán dos archivos en el mismo correo: uno para el poemario, que deberá ir identificado con el título y el nombre del autor, y uno aparte con los datos señalados en el punto 3º de estas bases, identificado solo con el nombre del autor. Las obras deben ser remitidas al email [email protected] con el asunto o encabezamiento CONCURSO DE POESÍA 2019. De enviarse con otro asunto o encabezamiento en el email, serán descalificadas.

5- Las obras presentadas al concurso no podrán estar comprometidas para publicación ni participación en otro certamen. La utilización de formatos PDF u otros que no sean Word, o de ilustraciones o fotos junto a los poemas, implicará la descalificación de la obra.

6- Los autores serán informados de su participación en el concurso a través de su correo electrónico, tras recibirse sus obras.

7- Se otorgarán dos premios, uno a un poeta cubano(a) residente en Cuba y otro a un poeta cubano(a) residente fuera de Cuba. El Premio en metálico de 500 dólares será único e indivisible en ambos casos e implicará, además, la publicación de la obra por Puente a la Vista Ediciones –con todos los derechos cedidos al autor de la misma– y 10 ejemplares gratuitos.

8- El plazo de admisión cierra el 30 de septiembre de 2019. Los resultados se darán a conocer entre diciembre de 2019 y enero de 2020. Los organizadores no mantendrán correspondencia con los participantes y solo se dirigirán a los ganadores para anunciarles el resultado.

9- El jurado que analizará las obras en concurso estará integrado por escritores, críticos y editores radicados en la Isla y el exterior. Tras anunciarse los dos ganadores, se dará a conocer su integración.

10- El hecho de participar implica la total aceptación de estas bases. Cualquier situación no prevista, relacionada con las mismas, será resuelta por los organizadores.

Palabras para Gayol Mecías, el poeta desconocido

Manuel Gayol Mecías

Manuel Gayol Mecías, a quien llamamos afectuosamente el “Hacedor” dada su numerosa obra literaria, que incluye alrededor de 14 libros publicados, una buena cantidad de artículos críticos y ensayos, ¿acaso no tiene quien lo lea? Si así fuese, tendríamos que considerar que no es una excepción, estaríamos en presencia de un hecho muy reiterado en la cultura cubana: escritores, compositores, intérpretes y artistas plásticos que han alcanzado notoriedad internacional y, desde la fundación de la nación, permanecen, en muchos casos, desconocidos entre cubanos. Ese asombro que puede no entenderse sin conocer nuestra psicología colectiva, me ha motivado a escribir este comentario sobre su obra poética en particular.

Este escritor, ganador del Premio UNEAC de Cuento 1992, es un poeta cuya excelencia lo llevará tarde o temprano a ser mencionado entre los mejores cultivadores del género —puedo atestiguarlo, pues he leído cuatro de sus libros de poesía, a saber, Retablo de la Fábula, Retorno de la duda, Los resplandores ocultos y El laberinto de Dios—, en los que nos entrega una poesía de carácter filosófico, en cuyos versos viaja la angustia que aqueja la soledad de los poetas en estos tiempos de cambio.

En sus resplandores ocultos he sentido el dramatismo que ha provocado su destierro acaecido hace más de dos décadas (otra constante de los poetas cubanos), parafraseando al escritor, cito, que anda “a cuestas con [su] voz”, vocación que estorba a los lisiados, a la gente dormida que ha sido cercenada… ¡Qué triste declaración! Nos llega su obra en su caudal múltiple desde su lejana cercanía, luchando contra el peso del olvido…

Somos el otro, dijo Octavio

y estamos en medio del susto.

Camino sediento

y bebo de los ojos

y mi sed no tiene límites.

Ando a cuestas con la voz del otro

cargando el peso intenso de mi isla.

En su “Revelación del mito” he descubierto, entre verso y verso, la toma de conciencia que provoca la censura totalitaria que se agolpa, pero no mata el espíritu altruista, y la crisis existencial de haberse revelado dentro de un sistema programado para no tolerar las disquisiciones existenciales, y donde se ha negado, en cierto modo, la existencia misma, y el poeta se empina para hablar de humanidad sin pódium, sin pedestal. He aquí la expresión que vuela entre sus versos, como una declaración de independencia frente a los opresores, tratando de llegar al otro, a ese sujeto que ha sido cercenado y maniatado.

…Reconozco entonces que el mito fue

de una naturaleza intensa. Sin embargo, el sucedáneo crepúsculo, el de ahora, está enriquecido. El mito paralizante, el desmedido,

la vieja cara de las imágenes vencidas, que nos provoca y nos

desdobla, ya no alumbra, ya no duerme, ya no clava nuestros

cuerpos contra el espejismo. Ahora creo, ahora existo, ahora

soy el otro verdadero, que me desborda con cierto anuncio de

que estoy en ti y paso por todas las historias

aún sin escribirse.

Ese descubrir el mito de la utopía que fue inventada para paralizar y congelar la memoria, viaja la poesía de Gayol Mecías, a la raíz que no nos deja ser, revelación que ha descrito y publicado recientemente en su libro 1959. Cuba, el ser diverso y la isla imaginada…, libro donde el sentido poético del cubano también está latente y se busca proyectar la historia actual de una identidad indefinida, de los defectos que no nos dejan ser —como ya dije—, pero que siempre apuntan a nuestra redención.

En su “Poema del agonista”, el peso mustio, otro lugar común de nuestros poetas, desde José María Heredia y José Martí hasta la presente generación considerada contestataria. Manuel alza su voz en el mínimo espacio que habita, esperando un día exacto y sin origen que el cerco de cañas se sumerja entre las aguas y sea mirándonos los unos a los otros, la resurrección colectiva.

 Poema del agonista

Es el fuego que se levanta con su condenado

                                 Rimbaud

I

Como una llama de brillo esmeralda, la hoguera es un poema

cercano de atrapar el instante que se bifurca, sin eternidad

sino en el ubicuo presentimiento de su huida. El fuego crepita

y se desborda, se expande en puntos intermedios… Oh, Dios

espero el salto. Ando tras de ti desde hace siglos, y quiero

ser más que la emoción, más que el instinto de tu propio sueño

…Por ti estoy aquí, como el fuego sin resignación… ¡Aquí!

Sí, inepto pero latente, dispuesto a transformarme, temeroso y

deprimido, en fin, un continuador de tu pasión bajo nuevas

circunstancias.

II

Es la incandescencia que resurge. Fue solo un segundo, quizás

menos… Y ahí quedé yo, para siempre, como un soplo de recuerdo

más allá del tiempo.

III

Voy ardiendo, hueso a hueso. Solo por dentro, pero todos lo

saben. Tremolan los muros invisibles y los ladrillos y los

sillares, transparentes, se derriten. Vuelco y mudo lanzo mi

interior al cielo, y me convenzo de mi estado de conciencia

…Estoy más allá de mí —me digo, y creo en los mundos

increados… Oh, Dios, tú de mí… Soy, de pronto, el reverso

del miedo… el fuego mismo sobre la ciudad.

Por último, debo mencionar su obra El Laberinto de Dios,  en la que no podemos llegar a ÉL, pero podemos imaginarlo, que es mucho más trascendente que conocerlo, porque es sentirlo, y no tenemos más que la certeza de necesitar su presencia, y el poeta trata de explicarlo mientras la muchedumbre calla, y la expansión podría no ser infinita.

De El labertinto de Dios (fragmentos)

I

Oh, Dios de los solsticios de invierno

que surges de nuevo en la penumbra

cálido sol entre tinieblas

que, en la noche más negra, tocas a mi puerta

y abro…

Mi casa entonces se descubre

con sus claros bordes

de tristeza

con las blancas paredes

manchadas de sal

con su techo taciturno

bajo la tormenta.

Mi casa, ya agobiada por el tiempo

cansada de borrascas

se postra ante ti

que estás en el umbral.

II

Oh, Señor, tú en el lado del mundo

resplandor de peregrino

que sacias la sed

con la tenue luz de tu presencia.

¿Quién sino yo ha vivido en la estrechez

de mi propia isla

(mi isla invadida de miserias)

sin escuchar las huellas

de tus pasos?

III

Oh, Dios de los solsticios de invierno

ahora que vuelves

que has pasado sobre las aguas

y te detienes en el pórtico de mi morada.

Ahora me dices:

Yo soy… Yo soy el peregrino.

He tocado a tu puerta y la has

abierto, y nadie te hará daño

porque el retoño ha florecido.

Entonces, nos percatamos de que su poesía va clamando humanidad con metáforas e imágenes de múltiples lecturas, y el propósito de habernos nombrado, ya para siempre.

¡Salve poeta, los mortales te saludan!

https://www.eniolamedia.com/eniolapublishing/

La OEA debatirá sobre el Decreto 349

El próximo lunes 6 de mayo, a la 1:00 p.m., la sede de la OEA en Washington acogerá un debate sobre la censura cultural en Cuba y los retos que afrontan los creadores independiente cubanos frente al decreto 349.

El Decreto 349 criminaliza la creación en libertad y, aunque toda actividad independiente ha sido perseguida por el castrismo desde el año 1959, alienta toda clase de operativos policiales y profundiza en la estructuración de la censura, “formalizando” la represión cultural de cara al relevo generacional en el poder.

Recientemente, entre otros, artistas cubanos como Luis Manuel Otero Alcántara, Amaury Pacheco, Maikel Osorbo, Pupito en Sy, Coco Fusco o el propio actor Luis Silva (Pánfilo), que protagoniza el ya célebre programa humorístico ‘Vivir del cuento’, de la televisión cubana, han sufrido diversas formas de censura, presión y represión por parte del régimen y sus funcionarios:

“Por un pan en forma de cocodrilo no salió el capítulo de este lunes pasado. No se puede mencionar ni el cocodrilo, ni la jutía, ni el avestruz. Lo peor es que ese capítulo estaba grabado desde enero…”, denunció Silva en las redes.

«La discusión se centrará en cómo la libertad de expresión está severamente restringida y criminalizada en Cuba, especialmente con la nueva ley de censura (Decreto 349) que restringe la libertad artística y la pone bajo control estatal», anunció la OEA en un comunicado.

Tras el debate tendrá lugar una recepción en el Museo de Arte de las Américas con una exhibición de arte cubano.

“El evento será transmitido en directo a través de la página web de la OEA y la página oficial de Facebook de la organización”, informó Diario de Cuba.

Perdidos en La Habana

Lezama en su casa de Trocadero

 

El escritor argentino César Aira, notable entre los más notables del actual panorama de la literatura hispanoamericana, visitó La Habana en el año 2000. No porque fuera simpatizante del régimen castrista, todo lo contrario. Ni siquiera fue motivado por una particular curiosidad hacia nuestro país. Lo hizo porque había resuelto escribir algo sobre los museos habaneros, partiendo del mítico Trocadero 162, la casa de Lezama Lima.

Su conocido y muy elogiado ensayo En La Habana es resultado de aquella visita, y no gratuitamente aparece en libro junto a otro ensayo cardinal de Aira, Sobre el arte contemporáneo, escrito para la inauguración del congreso Artescritura, Madrid, 2010, donde, entre otros tópicos, se analizó la relación entre arte y literatura, el proceso de creación, el arte de lo incompleto y, en general, la autenticidad literaria en estos tiempos.

No queda otro remedio que aceptar que la brillantez de En La Habana no parece ser derivación del impacto que nuestros museos produjeron en César Aira. Incluso sobre Trocadero 162, que fue el que más le interesó, dejaría anotado en su ensayo: “No hay gran cosa que ver: los muebles son dudosos, los cuadros no son muy buenos, hay unas vitrinas con libros (pero la biblioteca de Lezama la donó la viuda a la Biblioteca Nacional) y la mitad de los cuartos, que no son muchos están vacíos y se los adorna con deplorables cuadros donados por jóvenes pintores”. En suma, Aira calcula haber permanecido allí sólo unos cinco o seis minutos. Y lo que más le gustó de la antigua casa de Lezama, según asegura, fue su humedad. Por cierto, al anotar esto, recuerda con sorna la famosa respuesta de Jean Cocteau a propósito de una encuesta mediante la que pretendieron saber qué salvaría él del Louvre en un incendio. El fuego, se limitó a decir Cocteau.

Descrito a vuelo de pájaro, a través del ensayo En La Habana Aira da cuenta de los recorridos que realizara durante su breve estancia en esa ciudad. Toma nota de algunas imágenes que casi caprichosamente vienen a su encuentro en los museos: escenas microscópicas en un vaso danés (roto) que perteneció a Lezama, un pañuelo con instrucciones para el uso de un fusil Remington, platos estampados, el escarceo amoroso de un pavo real… Son detalles que le facilitan elaborar relatos sin la ayuda de la psicología, la imaginación o la memoria, apenas tramando nexos entre las figuras que el azar ha puesto ante sus ojos. Se trata de un recurso con el que Aira rinde homenaje al llamado método de producción automática, de su admirado predecesor Raymond Roussel. 

En fin, ya que lo deleitable del ensayo no radica exactamente en el contenido, sino en la forma en que éste es abordado por Aira, no me parece que sea de gran utilidad ocupar más espacio reseñándolo. Y menos después de que tantas veces y tan bien lo han hecho otros.

Sólo hay un detalle en el contenido de En La Habana, en el cual me gustaría detenerme, no porque sobresalga entre los demás. De hecho, estoy seguro de que resulta insignificante para cualquier lector no cubano, o no habanero, porque consiste en una observación más bien simple, tangencial y pasajera. César Aira comenta que cuando iba en busca de la casa de Lezama, y encontrándose ya en Trocadero, a pocos pasos del número 162, preguntó a algún vecino la ubicación del lugar y sólo recibía respuestas disparatadas.

Por supuesto que el argentino no intenta profundizar en el por qué de tales respuestas. Ya apuntamos que el objeto de su texto no es buscar explicaciones sino plasmar impresiones. Así que apenas se limita a calificar como bienintencionados aquellos disparates que le dieron a manera de indicaciones. Y conste que al afirmar eso ya dijo bastante. Más no podría pedírsele a un extranjero que viaja a la Isla por vez primera y que no sabe (no tiene por qué saber) que entre las cosas más difíciles de hallar en La Habana de los últimos años figuran los residentes conocedores de sus calles y lugares de referencia cultural. En cambio, conforman mayoría absoluta los que no son capaces de indicar con certeza una dirección cualquiera de la ciudad, a veces ni del barrio donde residen.

Es un producto de la nueva era, pintoresco, desconcertante: habaneros perdidos en La Habana.

No me propongo (no más faltara) pergeñar un rancio elogio localista, trasnochado y nostálgico del habanero de antes, por llamarle de algún modo. A fin de cuenta, muchos entre ellos también habían dejado atrás sus provincias del interior para establecerse en La Habana. Es algo que siempre ha ocurrido y seguirá ocurriendo, por razones harto conocidas, y que en la actualidad representa una marca de incidencia definitoria en gran parte de las capitales más y menos desarrolladas, muy en especial en las del llamado tercer mundo. Fue precisamente así como se poblaron y fueron progresando todas las grandes ciudades. Y es en la dinámica de ese movimiento migratorio por el que la gente busca mejores condiciones para vivir, donde se asientan las bases de la civilización moderna.

La anomalía en el caso de La Habana no radica entonces en la similitud que pudo guardar con esta tendencia planetaria, sino en la forma en que allí ha sido violentada la tendencia.

En ninguna otra capital del orbe, que yo sepa, la composición socioeconómica de sus residentes resultó alterada en forma tan radical y multitudinaria como en La Habana. En ninguna se ha dado este fenómeno no como resultado de la emigración espontánea de la gente del interior, sino mediante un plan de ingeniería social y política de inspiración fascista, llevado a cabo por un gobierno sin escrúpulos y sin la menor responsabilidad histórica.

Que hoy apenas queden habaneros (digamos) naturales en La Habana podría no ser tan insólito ni lamentable como las razones por las que han ido desapareciendo en los últimos sesenta años. Que esa ciudad esté hoy poblada por un nuevo tipo de residente que no la conoce y no acaba de asumirla como su verdadero terruño, no es motivo para poner en solfa a estos actuales habaneros, mucho menos para cuestionar su derecho a considerarse como tales, dadas las circunstancias. Es, ni más ni menos, la constancia palpable y sonante del fracaso de los autores (o más bien del autor) de aquel plan fascista. 

Desde los mismos días de su ascenso al poder, en 1959, el régimen fidelista demostró un distintivo interés por violentar la composición socioeconómica de los habitantes de La Habana. Era lógico suponer que a los capitalinos, por vivir un tanto más cómodamente y con mayores niveles de información que el resto de los cubanos, les sería más difícil adaptarse a las condiciones de pobreza extrema y de sometimiento totalitarista que pronto, pasado el entusiasmo de los primeros meses y años, nos vendría encima.

Así, pues, Fidel Castro, con su habitual instinto maquiavélico, debió haber visto caer por su peso la necesidad de evitar riesgos. Esperar a que la gente de la capital emigrara hacia el extranjero, como al final ocurriría, era algo para lo que posiblemente no disponía de tiempo ni paciencia. Tampoco podía trasladar a los habaneros hacia el interior del país, aunque no iba a dejar de intentarlo. La solución estaba en imponerles un cambio en las condicionantes socio-económicas y, por supuesto, en la mentalidad. Y para que ello fuera factible, resultaría obligado alterar, en número, su composición demográfica.

Con ello no sólo conseguiría crear un desbarajuste (muy favorable para él) dentro de la clase media habanera, sino que además, sin invertir nada, sin el menor esfuerzo, les mejoraba la vida a nuestros paisanos del interior y aseguraba de paso su incondicional apoyo.

Comenzaron entonces las oleadas migratorias organizadas por el régimen. Primero, los integrantes del ejército rebelde. Después, cientos de miles de estudiantes, cuyo arribo a la capital tuvo fácil coartada en principio, ya que en el interior eran muy escasas las escuelas especializadas. Pero ocurrió que más tarde fueron los reclutas del servicio militar. Y detrás, decenas de contingentes de trabajadores para las más disímiles tareas, en particular para las obras constructivas. Luego los policías y los maestros emergentes y los trabajadores sociales… Y en todos los casos quedaba por descontado que no sólo fijarían residencia permanente en La Habana, sino que además iban a traer a la familia. Y esa familia también cargaría con sus otros parientes. No en balde los nuevos barrios de edificios altos, feos, numerosos y abarrotados, que se construyeron en predios capitalinos en los años 60, 70 y 80, no resultarían suficientes no ya para resolver, ni siquiera para aliviar la drástica situación de la vivienda en la ciudad. Y eso que una gran parte de los habaneros de antes ya estaban marchándose al exterior y entregando sus casas (obligados por ley del régimen) para que fuesen ocupadas por el producto de la nueva era.

Debido también al mismo desaguisado, La Habana se iría ensanchando en forma desproporcionada y además con tintes dramáticos, pues en la medida en que crecía, fueron aumentando sus limitaciones de infraestructura y sus problemas económicos y sociales.

Así las cosas, llegamos a la actualidad, donde, aun cuando haya variado la estrategia del régimen, no han cambiado las condiciones que esa estrategia creó para la avalancha migratoria. Si bien hay caos tanto en las zonas céntricas de La Habana como en su periferia (donde la miseria toca fondo, sobre todo en comunidades levantadas por los emigrantes), el drama del interior del país ha continuado agudizándose hasta alcanzar el colmo en la mezcla draconiana de pobreza material, falta de oportunidades y superpoblación. Ello garantiza otra variante de éxodo, constante y masivo, que convierte a la capital en escala de tránsito: desde el interior hacia La Habana y de ésta hacia el extranjero.

Las regulaciones migratorias dictadas en los últimos tiempos para devolver a los provincianos a sus regiones de origen (a la fuerza, de una forma inhumana), lejos de contradecir el anterior disparate del fidelismo, y más lejos aún de mostrar algún interés del régimen por enmendarlo, corroboran la indolencia y el carácter descabellado de sus decisiones, a la vez que devela el fracaso del proyecto, dando fe del callejón sin salida en que les ha metido una vez más su modo peregrino de disponer las cosas y de manipular a las personas. Aquellos a los que antes quisieron convertir en su punta de lanza, son actualmente una denuncia viva y hasta un peligro para la estabilidad de su poder. No caben dudas de que en este, como en tantísimos otros planes, el tiro se les fue por la culata.

Lástima que un tema tan complejo y delicado como este no haya ocupado la debida atención de los historiadores y especialistas cubanos de las ciencias sociales y que solamente sea posible hallarlo (apenas esbozado a grandes rasgos) en la prensa independiente y quizá en las ponencias de algunos estudiosos que actúan por su cuenta y riesgo.

Así que a nadie debe sorprender que el argentino César Aira diera más vueltas que un trompo en las repletas calles de la ciudad sin que pudiese encontrar un solo parroquiano capaz de indicarle alguna dirección con regular certeza. Y ni hablar de los policías, que son los más perdidos dentro de la enorme amalgama de habaneros perdidos en La Habana.

Odalys Interián y Verónica Vega en La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras –la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez– y el proyecto Puente a la Vista invitan el próximo 11 de mayo, a las tres de la tarde, a la presentación de los poemarios Nos va a nombrar ahora la nostalgia (Premio Internacional ‘Francisco de Aldana’) y Poesía para el único día nuestro (Premio ‘Dulce María Loynaz 2018’), de la poeta Odalys Interián, y de la novela Aquí lo que hay es que irse, de Verónica Vega, escritora residente en Cuba.

Los poemarios de Odalys Interián serán presentados por la poeta y ensayista Lilliam Moro. La presentación de la novela de Verónica Vega estará a cargo del narrador y crítico José Hugo Fernández. Durante el evento, Interián recibirá formalmente la placa del Premio de Poesía ‘Duylce María Loynaz 2018’, que entrega Puente a la Vista.

Lugar: Café Demetrio (300 Alhambra Circle, Coral Gables)

Teléfono: 305-448-4949

Día y hora: Sábado 11 de mayo / 3:00 p.m.

Odalys Interián (La Habana 1968), escritora, presidenta y editora de Lyrics & Poetry Editions y miembro de AIPEH Miami (Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos), tiene varios libros publicados, entre ellos el poemario Respiro invariable y el libro de ensayos Acercamiento a la poesía. Textos suyos aparecen en varias antologías y su obra le ha hecho merecedora de numerosos e importantes premios dentro y fuera de Cuba. Reside en Miami.

Verónica Vega nació en La Habana en 1965. De formación autodidacta, es colaboradora de sitios digitales como Havana Times y Diario de Cuba. Aquí lo que hay es que irse (Neo Club Ediciones)es su primera novela, publicada anteriormente en francés, en el año 2010, por la editorial Bourgois (bajo el título Partir, un pointc’esttout). Recientemente, la editorial madrileña Hypermedia publicó otra novela suya, El arte de respirar. Reside en Cuba.

La entrada es libre y gratuita.

El sentido de atesorar horrores

Bajo la curaduría de Iris Ruiz, el artista independiente Amaury Pacheco inauguró este domingo la exposición ‘El sentido de atesorar horrores’ en su casa de Alamar, al este inmediato de La Habana, con dos obras principales:

-‘Caja 1/ Lote 1 (Horror molido dentro)’: una caja que atesora información sonora de los actos de repudio desde 1980 hasta la actualidad.

-‘Escarnio público’, con original, copia y conclusiones del análisis grafológico aplicado a la carta anónima que dejaran días atrás debajo de la puerta de su casa.

Statement:

“La creación ya no puede ser olvidadiza e incluso ya no debe proponérselo (…) El hecho de descubrirse ligado a la memoria, de no poder crear en una situación de olvido, se identifica para el artista con el hecho de reconocerse en continuidad con actividades menos claramente artísticas* (…)”. Gianni Vattimo

En la pos historia donde la información, las experiencias y las sensaciones cotidianas son activos desechables por la sobreabundancia, ¿qué sentido tiene atesorar? ¿En qué consiste la riqueza cuando se trata del horror? Cada presencia es un cuerpo consultivo más que obra artística o pieza museable. La conservación simultánea de la memoria colectiva y su acervo tangible dentro de cajas. Periódicos, insultos, dictamen grafológico de la personalidad de un represor. Cajas seleccionadas meticulosamente por el ciudadano, el padre, el artista y otras cajas que somos: caja casa, caja cuerpo, caja mente, y… como dice JKF: “Hoy, que podría ser lata de conserva, el horror molido adentro, soy un cosechador tranquilo, en su campo particular y pequeño, existiendo y cantando, dándole muerte al miedo”.

Lugar: Galería/Taller: Bloque del Este.

Dirección: Edificio E-83, apto 1, zona 9. Alamar. 2da parada del P-11 y del P-3. Frente al Círculo Infantil Blancas Mariposas.

Contactos:

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Puente de Letras alcanza su duodécima edición

Ya en circulación el número 12 de la revista Puente de Letras, publicación del proyecto Puente a la Vista con editorial dedicado a la simulación cultural, la Matrix represiva que en Cuba criminaliza toda forma de disidencia, tanto práctica como conceptual.

“Frente a la evidencia de un mundo cambiante y una población cubana cada vez más en contacto con las nuevas tecnologías, el continuismo cultural de la simulación representado –para usar solo tres ejemplos– por los Iroel Sánchez, Fernando Rojas y Abel Prieto de toda la vida continúa apostando por la Matrix de la zanahoria y el palo. Se trata de una dinámica del atrincheramiento cuyos parámetros fundamentales guardan numerosos puntos de contacto con el mundo ilusorio que finalmente descubre Neo (Keanu Reeves) en la película de los hermanos Wachowski a la que dedicamos el Dossier de este número (The Matrix, 1999)”, señala el editorial. Y añade:

“Los sucesos en torno al grupo de San Isidro este mes de abril en La Habana Vieja, con la detención del artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara –liberado tras cuatro días de incomunicación– y otros episodios represivos relacionados, demuestran que la Matrix castrista no puede renunciar a su carácter represivo (…) la Cuba del continuismo socialista resulta un compartimento estanco dentro de la propia Matrix, una especie de gaveta de tortura de La Cabaña por supuesto dentro de la propia Cabaña”.

Este número contiene textos de Abu Duyanah, Aimée Cabrera, Ángel Santiesteban, Eduardo R. Casanova, José Gabriel Barrenechea, Ketty Blanco, Lilliam Moro, Luis Cino, Manuel Gayol Mecías, Pedro A. Junco, Rafael J. Rodríguez,  Rafael Vilches, Verónica Aranda, Verónica Vega y Víctor Manuel Domínguez, entre otros.

La publicación cuenta con secciones de crítica literaria y espacios para la poesía, el ensayo, la narrativa… Para leerla gratuitamente, clic sobre el PDF y luego bajar el cursor:

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La obra de Waldo Balart en la Feria de Frieze

La galería madrileña Casado Santapau expondrá la obra del pintor cubano Waldo Balart en la próxima edición neoyorquina de la Feria de Arte Frieze, entre el 2 y el 5 de mayo de 2019.

Día: 2-5 de mayo
Dirección: 20 Randalls Island Park (New York, NY 10035)
Stand: S11

 

Esta feria pone a la venta obras de más de mil de los principales artistas contemporáneos con un programa especial de charlas, presentaciones y comisiones.

“Instalado en Madrid desde los años 70, este artista es uno de los referentes del arte geométrico en España”, explica la página Kedin Madrid sobre el pintor cubano Waldo Díaz Balart (Waldo Balart), nacido en Banes, Holguín, en 1931. Su pintura puede disfrutarse en el MoMA de Nueva York, en el Reina Sofía de Madrid, en el Museo de Arte Contemporáneo de Paraguay o en el Sammlung Grauwinkel de Berlín. Es considerado un exponente fundamental del Movimiento de Arte Concreto, con estudios de arte en el Museum of Modern Art de Nueva York entre 1959 y 1962. Reside en Madrid.

 

Noche de música y poesía

En University Bar and Lounge, el próximo sábado 4 de mayo, espera a los miamenses una noche de música y poesía con José Luis Barba y L. Santiago Méndez Alpízar.

Día: Sábado, 4 de mayo de 2019
Hora: 22:00
Dirección: 10777 West Flagler St, Miami 33174

Desde Madrid llega a Miami L. Santiago Méndez Alpízar ( Chago) escritor, editor, librero y promotor cultural cubano nacionalizado español. Ha publicado los volúmenes de poesía Plaza de Armas (1995), Rockasón con Virgilio Piñera (1996), ¿Entonces, qué? (2008), Bagazo: poemas iberos (2010), Primer conteo (2016), Punto negro (2016), y los ensayos críticos de Perversión del lenguaje, marginalia e historia (2016). Artículos y colaboraciones suyas pueden encontrarse en diferentes medios de distintos países. Edita y coordina la Colección Atocha de Literatura Hispanoamericana.

La música la pone el cantautor cubano José Luis Barba, que forma parte de la generación conocida como «novísima trova», segunda gestación de cantautores surgida a finales de los años 70. Tiene varios discos pero Cubanos es una obra especial en la que Invita a cantar sus canciones a los cantautores más reconocidos de dentro y fuera de Cuba.

5ª edición de ‘Conversaciones con Gastón Baquero’

Ya en Amazon un clásico de Betania en su quinta edición: ‘Conversaciones con Gastón Baquero’, del escritor y editor cubano, afincado en Madrid, Felipe Lázaro.

«En esta nueva ediciòn», explica su autor, «no sólo se pueden leer las dos conversaciones que mantuve con Gastón Baquero: la primera de 1987 y la segunda de 1994, sino otros tres textos de reconocidos poetas como Alfredo Pérez Alencart, Jorge Luis Arcos y León de la Hoz que enriquecen esta entrega. Además, se añade un Apéndice donde se reúnen varios poemas de Gastón Baquero seleccionados por mí (2019)».

Felipe Lázaro (Güines, 1948), escritor y editor, fue uno de los fundadores de las revistas Testimonio (1968), La Burbuja (1984) y Encuentro de la cultura cubana (1996). Ha publicado, entre otros, los libros ‘Las aguas’ (1979), ‘Ditirambos amorosos’ (1981), ‘Un sueño muy ebrio sobre la arena’ (2003), ‘Gastón Baquero: la invención de lo cotidiano’ (2001) y ‘Data di scadenza. Antología poética’ (traducción de Gaetano Longo, Italia, 2003). Obtuvo la Beca Cintas (1987-88) concedida por el Institute of Internacional Education de Nueva York. Dirige la Editorial Betania.

Clic aquí para adquirir ‘Conversaciones con Gastón Baquero’ en Amazon

Premio Nacional de Literatura ‘Gastón Baquero’, V edición

Un poster de Nilo Julián González

El Instituto la Rosa Blanca y el proyecto Puente a la Vista y sus amigos convocan al quinto Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’, que con el objetivo de promover la literatura en libertad entrega el galardón anualmente a un intelectual cubano de relevancia.

Un Consejo Asesor conformado por escritores, críticos, promotores y periodistas residentes en la isla y en el exilio seleccionará al Premio Nacional de entre las propuestas recibidas tras sumarse los votos de cada uno de los miembros del jurado, cuya composición se anunciará oportunamente.

Los coordinadores llaman también a todos aquellos críticos, periodistas y escritores cubanos que consideren una candidatura, ya sea la propia o una ajena, a enviarla con sus respectivos currículos –el de quien propone y el de su candidato(a)—, con el encabezado o asunto PREMIO NACIONAL, al correo [email protected]

El plazo de admisión de candidaturas vence el próximo 30 de octubre de 2019. Las premisas a considerar para el otorgamiento del premio son las siguientes:

-Calidad de la obra del candidato(a)

-El candidato(a) debe tener al menos dos libros publicados

-Independencia del candidato(a) respecto a las instituciones oficialistas en Cuba (en este apartado se tomará en cuenta sobre todo su desempeño en los últimos años)

-El candidato(a) podrá residir en Cuba o fuera de ella

El monto en metálico del premio parte de 1,000 dólares americanos. Aquellos filántropos —donantes individuales, empresas, instituciones, etc. — interesados en aportar una determinada cantidad para alcanzar o superar este monto, pueden comunicarse con los organizadores a través del correo mencionado en esta nota.

Sobre el onceno número de Puente de Letras

 

Con ligero retraso me llega el número 11 de la revista Puente de Letras, del proyecto Puente a la Vista. Mas no puedo leerlo en mejor momento, ahora que la Bienal del Estado Cubano abre sus puertas y con ella escala esa singular forma de arte seguroso que es la represión gubernamental contra el arte independiente de la Isla.

Dirigida por Armando Añel, y con un consejo editorial que incluye a relevantes intelectuales residentes en Cuba y en el exilio, esta revista funciona como el órgano informativo-cultural del proyecto Puente a la Vista. En sus páginas pueden encontrarse reseñas de libros publicados, sobre todo de manera independiente, información actualizada sobre los concursos que convoca el proyecto y sus resultados, abundante información sobre las actividades y eventos que programa, o las distinciones y premios que en otros espacios alcanzan los miembros de la sociedad civil cubana.

En este número el lector encontrará, por ejemplo, las actas que para este 2018 emitieran los jurados de los premios Reinaldo Arenas, de narrativa, y Dulce María Loynaz, de poesía, concursos que el proyecto convoca todos los años. También la reseña de Cuentos erróticos, un esfuerzo común de Neo Club Ediciones y Palabra Abierta Ediciones, y las dos reseñas dedicadas a 1959, el ser diverso y la isla imaginada, de Manuel Gayol Mecías. El primero una colección de relatos eróticos preparada por Ismael Sambra y el autor del segundo libro reseñado; el cual, por cierto, es uno de esos bienvenidos esfuerzos que observamos en los últimos tiempos, entre intelectuales cubanos, de indagar sin muchas complacencias en lo profundo del ser nacional cubano. Sin lugar a dudas la pueril idea de un Fidel Castro que nos hipnotizó como un tigre a sus presas deja de tener sentido, cada vez más, como explicación del Hecho Revolucionario.

Pero Puente de Letras no es solo el catálogo de un proyecto o un órgano de información cultural. La revista, de sobria pero interesante factura visual, ilustrada con obras de Amaury Pacheco y Nonardo Perea, también publica mucha poesía, narrativa y ensayo. Como en este número: un conjunto de poemas de Joaquín Gálvez, Odalys Interián y Armando Añel; o los ensayos breves La gramática radical de Ángel Delgado, de Carlos Aguilera, un intento por visitar de nuevo el performance político que Delgado realizara en 1990, en medio de una muestra en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, o el trabajo un poco más breve en que Manuel Gayol Mecías nos explica el criterio que usó para seleccionar las fuentes que citaría en 1959…  

El plato fuerte de la revista es, no obstante, su Dossier. Sobre todo por su oportunidad en estos momentos en que los segurosos pululan performáticos por la Bienal, con evidentes rasgos de sentirse los artesanos ayudantes de la cúpula mandante en la creación de la gran “obra de arte total” de remodelar a su antojo toda la vida al interior de un país, ya que esta vez dicho Dossier está precisamente dedicado al Decreto 349, en cuyo enfrentamiento han sido y son los creadores independientes principales protagonistas.

Encontrará el lector aquí un claramente posicionado Editorial, y poco después la Denuncia del Pen Internacional de “la ola represiva y las detenciones arbitrarias a las que son sometidos artistas y creadores cubanos independientes, a raíz de la promulgación del Decreto 349”, tomada a instancias del Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio. Siguen una respuesta a Alexis Triana, en que se desmontan las supuestas bases marxistas sobre las que el susodicho camarada sustentó su posición de apoyo al Decreto en el Noticiero Cultural, y un cuestionario que sobre el tema la revista le presentara a un grupo de artistas, escritores e intelectuales nuestros.

Un fragmento de la respuesta de Yasser Castellanos, creemos define con claridad lo que la literatura y el arte independiente cubanos deben esperar del 349:

En mi opinión el propósito fundamental del decreto 349 es el exterminar las expresiones artísticas que critican al gobierno, y reforzar y expandir la censura a aquellos espacios donde el arte independiente ha encontrado refugio y alimento, como son los hogares de los propios artístas.

Una revista que recomendamos y que puede encontrarse en el sitio digital del proyecto Puente a la Vista (puentealavista.org). Además de que ya por la ciudad circulan algunos ejemplares en papel.

Dos poetas en la tertulia del Pen Club

La tertulia ‘El Pen Club en Art Emporium Gallery’, que coordina en Miami su fundador, el escritor y crítico Waldo González López, invita a un encuentro con los poetas Juan Francisco González-Díaz y Eduardo René Casanova. Ambos serán presentados en el conocido centro cultural de la Pequeña Habana por Waldo y la anfitriona Vivian Pérez, profesora y pintora.

Día: Domingo 28 de abril

Hora: 3:00 p.m.

Dirección: 710 SW 13 AVE. Miami Fl 33135

Waldo González entrevistará a sus invitados sobre su quehacer literario y se leerán varios de sus poemas. Finalmente, los invitados responderán las preguntas del público.

‘La forma del agua’, una historia del desprecio

 

He demorado más de un año en verla, luego de que ganara todos los premios habidos y por haber, incluidos cuatro Oscar. ‘La forma del agua’ (The Shape of Water), en cualquier caso, puede verse en cualquier momento porque constituye uno de esos raros productos artísticos que trascienden el tiempo y las circunstancias.

Esta extraordinaria película de Guillermo del Toro se define en tres escenas sucesivas donde el vecino de la protagonista muda (Sally Hawkins), pintor gay en los sesenta y el único que puede ayudarla, tras despreciarla es despreciado a su vez cuando desprecian su arte, primero, y luego su sexualidad.

Es entonces que, con el ego-rabo entre las piernas, la autocompasión –o la compasión sin más– ilumina al personaje interpretado por Richard Jenkins y regresa a ayudar a la despreciada. Despreciada que a su vez pretende proteger, rescatándolo de la tortura y la muerte, al mayor despreciado de todos: el hombre anfibio.

No hay que seguir contando la película, solo agregar que redondean esta obra maestra una fotografía espectacular, minuciosa hasta en los más ínfimos detalles, y unas actuaciones impresionantes, tanto de malos como de buenos. Esta es una maravillosa historia de amor entre seres despreciados. Una exploración inmortal del desprecio.

En boca cerrada no entran moscas

Umbrella Art Foundation y Acetato Producciones presentaron el pasado sábado 20 de abril el espectáculo poético “En boca cerrada no entran moscas”, del escritor y artista Nilo Julián González Preval, quien introdujo a la artista proyectual Ana Olema. El evento, de carácter íntimo, exclusivo y por invitación, se realizó en la Casa Templo del Arte Cubano de Miami.

A la lectura asistieron reconocidos poetas y artistas de Miami y de otras comunidades. En un patio típico de Miami Beach, con brisa refrescante y ambiente bohemio, libre y de gran complicidad, Preval leyó poemas de su libro ‘Toca el corazón que late’ (Neo Club Ediciones), entre otros de producciones más recientes. Olema mostró, por vez primera, una arista creativa prácticamente desconocida. La activista y performer cubana sorprendió con una proyección performática donde jugó con una suavidad visual que contrastaría con la fuerza de sus textos. «Con flores en el pelo a modo de corona y descalza como quien quiere hablar lo que necesita hablar, desde tierra firme, fue el debut en estas arenas de la cubana que demandó al Estado Cubano por expropiación de su cuerpo», apuntaron los organizadores.

Artistas y poetas aprovecharon la oportunidad para manifestar su preocupación con respecto a la política cultural represiva en Cuba y denunciar la implementación arbitraria del Decreto 349. Pidieron, a su vez, la libertad de los artistas encarcelados injustamente al tratar de ejercer sus derechos ciudadanos y culturales. Y puntualizaron que “esta política no solo afecta a los artistas libres que residen en la Isla sino a quienes viven en Miami u otras diásporas y no quieren ignorar la situación vigente”. “Nos eliminan de la memoria colectiva de una nación, algo peor que un golpe muchas veces”, dijo Olema antes de comenzar su lectura.

La producción estuvo a cargo de Diddier Santos Moleiro y Alina Guzmán Tamayo. Ambos, gestores de trayectoria, consideraron esta iniciativa como el comienzo de colaboraciones entre ambas entidades alternativas e independientes (Umbrella… & Acetato…) y que, desde ya, la poesía y el arte cubano de Miami han ganado un espacio más de realización, crecimiento y socialización.

Umbrella Art Foundation es un proyecto dedicado a apoyar artistas de vanguardia en Miami. Persigue crear una élite cultural en la ciudad y promover arte de alta calidad. Dice «no a la censura y no a la mediocridad».
Acetato Producciones es un proyecto dedicado a unir a creadores, artistas e intelectuales. Busca generar espacios de difusión y visibilizar prácticas complejas. También documenta visualmente una época, una generación y sus contextos.

Sueños peligrosos

 

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1965: El celebrado poeta norteamericano Allen Ginsberg, enamorado de la revolución cubana (¿o será sólo de algunos de sus líderes?), está a punto de ser expulsado de La Habana. La policía política de Fidel Castro lo saca a la fuerza del hotel Riviera para enviarlo directamente a Praga, no porque él escogiera ese destino sino porque la orden era subirlo al primer avión que levantase vuelo en el aeropuerto internacional José Martí.

2

¿Cuál era el motivo? Ante esta pregunta, el esbirro que lo escoltaba respondió a Ginsberg que había violado las leyes del paraíso revolucionario. Y como él insistiera, interesado en saber qué leyes violó, la respuesta fue cortante: Pregúnteselo usted mismo.

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Por más que se lo preguntara, Ginsberg no podría saberlo, pues lo que él hizo, o más bien lo que dijo, ni siquiera estaba penalizado por las leyes de Cuba. Dijo que se masturbaba pensando en Fidel Castro y que le hubiera gustado irse a la cama con el Che Guevara.

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El mal gusto es tan común entre los buenos poetas como en cualquier otro tipo de persona. Pero no por ello requiere ser refrendado como un delito. Y no consta que sirviera para dictar sentencia nunca antes de aquel día. En ningún otro sitio del planeta. Todavía menos en forma sumaria. No obstante, el error esencial de Ginsberg pudo no haber radicado tanto en su mal gusto como en el hecho de que ignorase la ley suprema de la revolución fidelista, consistente en que las leyes que con mayor rigor deben cumplirse son las que no están escritas en código alguno. Las leyes del dedo único e inapelable. 

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Allen Ginsberg era reconocido por aquella época como el líder de la llamada Beat Generation, movimiento literario formado por un grupo de escritores de Estados Unidos, entre cuyas características más afines alineaban el rechazo a los valores clásicos de esa nación, la práctica y el elogio de la libertad sexual y existencial, el uso de drogas, o la afición por la filosofía oriental, tendencias que inspirarían las bases del movimiento hippie. Así, pues, ya que tanto él como otras constelaciones beat, digamos Jack Kerouac, Lawrence Ferlinghetti o William Burroughs, eran exponentes de una contracultura muy crítica con el modelo capitalista estadunidense, resulta ciertamente comprensible que en un principio simpatizaran con la revolución cubana y que, al igual que tantos otros artistas e intelectuales extranjeros (de ayer y hoy), se rindieran ante el glamur de sus líderes sin detenerse a examinar su real naturaleza. Frivolidades de los cultos progres.

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Ginsberg había sido invitado a visitar la Isla para que ejerciera como jurado del premio Casa de las Américas 1965. Una de esas dobles jugadas que tan bien conocemos: vacaciones gratis y por todo lo alto para el famoso, con lo cual reciprocan su participación en campañas de apoyo a la revolución, a la vez que consiguen reforzar las simpatías de la intelectualidad progre del mundo mediante el revuelo mediático de su visita.

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Él, por su parte, estaba encantado con el proyecto, pues le permitiría conocer el socialismo en vivo. Eso dijo poco antes de tomar el avión. Sin embargo, apenas plantó los pies en predios habaneros, comenzaría a sentir en su interior la necesidad de un segundo aterrizaje. Mucho tuvo que ver en el asunto su casi inmediato acercamiento con algunos jóvenes escritores y artistas cubanos, agrupados en torno a la revista El Puente, quienes lo pusieron al tanto de ciertos pintoresquismos fascistoides que tenían lugar en esos días, como las redadas contra los homosexuales para su confinamiento en campos de trabajo forzoso. Es un pasaje de la historia sobre el que se ha escrito bastante. Así que bastará con recordar que aquellos puenteros (como se les llamó) soñaban poéticamente con hacer alguna suerte de pequeña revolución dentro de la revolución. Sueño peligroso, por el que muy pronto serían condenados por otra ley no escrita, bajo la sentencia de jóvenes “empollados por la fracción más disoluta y negativa de su generación”. 

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Ginsberg deportado a la brava del país, sus amigos de El Puente presos o perseguidos o anulados, las aguas volverían a tomar su nivel. Mientras, la prensa oficial, ante la imposibilidad de guardar el habitual silencio cómplice, intentaba ilustrar el delito cometido por el poeta diciendo que lo expulsaron por fumar mariguana. Lapsus mentis. El redactor debió olvidar que Efigenio Amejeiras, Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria en los primeros años del régimen fidelista (y luego General de División de las fuerzas armadas, con el título honorífico de Héroe de la República de Cuba), era el más proverbial mariguanero de La Habana justamente en los días de la visita de Ginsberg.

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¿Se avergonzaba el machismo-fidelismo por haber tenido que llevar su homofobia hasta el colmo de ocultar que algunos de sus principales líderes pudieran ocupar un sitio en los sueños eróticos de un homosexual, célebre, pero homosexual al cabo? No lo creo. En todo caso le molestaba o le asqueaba reconocerlo. Tal vez incluso lo consideraron políticamente nocivo. No en balde por aquellos mismos días Fidel Castro declaró en entrevista concedida a otro norteamericano, Lee Lockwood, que los homosexuales eran un lastre social y agentes de corrupción moral que contravenían los principios de la revolución.

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Con todo, más revelador que la actitud asumida por el fidelismo ante los sueños eróticos de Ginsberg, y mucho más sorprendente, resulta constatar que desde aquellos días hasta hoy, o sea a lo largo de sesenta años, la intelectualidad progre del mundo, con sus homosexuales incluidos, no ha escarmentado ante el rancio y crónico machismo del régimen, que jamás pierde la oportunidad de mostrar su cavernaria jeta, al margen de cualquier disimulo o cualquier estrategia carnavalesca como la que ahora dirige Mariela Castro.

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Marzo de 2019: las autoridades cubanas prohíben la entrada a la Isla de Michael Petrelis, prominente activista estadounidense por los derechos de la comunidad LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e intersexuales). En este caso no hubo sueños eróticos, o al menos no declarados. Pero Petrelis, al igual que Ginsberg, ignoró (continúa ignorando) las leyes no escritas que sustentaron la prohibición. De nada le han servido sus lazos de simpatía y amistad con Mariela, junto a la cual había participado antes en algunas de esas jornadas carnavalescas contra la homofobia que ella dirige en Cuba. “Hoy busco su ayuda y compasión con respecto a una inesperada prohibición del gobierno cubano que me impide visitar su país nuevamente”. Palabras literales escritas por Petrelis en un mensaje que le enviara a la heredera de los Castro. Pero no hubo respuesta.

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Aunque la ley no escrita que violó Petrelis no sea tan melindrosa como la violada por Ginsberg, es obvio que igual se la aplicaron inapelablemente. Pero, en suma, ¿cuál es su delito?

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Dos sucintos datos aireados por el propio Petrelis pueden ofrecer pistas: A) En el mismo mensaje que envió a Mariela Castro comenta que en su anterior viaje a la Isla (enero de 2019), el régimen había asignado a un agente del Ministerio del Interior para que lo vigilara de cerca. B) Cita textual de un comentario hecho público por él a raíz de la prohibición: “No tengo idea de por qué estoy excluido de los turistas a quienes les permiten visitar Cuba, pero seguramente tiene algo que ver con el haber compartido la vida de la comunidad LGBTI fuera del control del Gobierno”. Este dato B explica por sí solo el dato A, pero además no deja dudas acerca de la conexión entre la ley no escrita que afectara a Allen Ginsberg y la que ahora descargó su peso bruto sobre Michael Petrelis.

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La diferencia entre las actitudes de ambos afectados también es mínima. Ginsberg no renunciaría a sus sueños eróticos, estimulado quizá por el bolerístico arbitrio sobre el sueño imposible. Petrelis dice no saber por qué lo han vetado, al tiempo que deja saber que sabe, e implora ser perdonado, ignorando el carácter inapelable de nuestras leyes no escritas. Es lo dicho, los cultos progres del mundo no escarmientan con el fidelismo. ¿Será por aquello de que el amor es ciego y sordo, o acaso por simple y patética frivolidad? 

Waldo Balart, el juego de las sincronizaciones

Nota publicada en el número 12 de la revista Puente de Letras

En la ‘Miami Biennale. Education through art’, en el otoño de 2017, quien disfrutó la exposición ‘Waldo Balart: Propositions on Color, Rhythm and Light’ —a la que pertenecen las fotos que acompañan esta nota— sabía o supo, poco después, que la vida también es arte, es decir, un juego de sincronizaciones ideoestéticas en el que el jugador —el  creador, el pintor— de alguna manera reinterpreta la creación, esto es, las naturales reglas del juego.

Sobre Waldo se ha dicho este año:

“Waldo Balart (Banes, 1931) presenta en su escaparate Dos universos paralelos de rayos de energía cromática comunicados. En esta obra llena de color y fuerza, el autor afincado en Madrid pone de manifiesto que ‘todos vivimos inmersos en la luz y es ésta la que nos permite sentirla’. Además, asegura Balart, ‘al discriminar y dividir esa luz me siento un agente activo seleccionando un trozo de vida y ofreciéndolo’”. Marcos Torres en ABC

“Waldo se inscribe en el arte concreto, que aprovecha los principios de la geometría y hace uso de la infinita variedad de tonos del color. Son rombos, cuadrados, listones y franjas que se entrelazan. Pero en sus últimos cuadros sus colores llevan la intensidad del neón, como el que veíamos los habaneros en la década del 50 en la nocturnidad del Malecón”. Olga Connor en El Nuevo Herald

“Aunque ya existe un concretismo balartiano, se conoce al pintor pero no al teórico. Ambas facetas cuajan en la obra. En su libro ‘El color como lenguaje plástico’, Balart anuncia: pintar es conseguir un espacio sensible y dinámico a través de la interrelación de volúmenes y líneas cromáticas, involucrados en un universo limitado». Alfredo Triff en Diario de Cuba

“Su estudio, situado en una pequeña calle del barrio madrileño de Lavapiés, es un caos mágico, ordenado según su criterio, que envuelve el espacio donde nacen sus maravillosas obras de arte. Un universo repleto de color que te empapa de energía y de vida”. Marta Barroso en Expansión

Exposición ‘Waldo Balart: Propositions on Color, Rhythm and Light’ En la ‘Miami Biennale. Education through art’. Octubre de 2017

Kurosawa: De realidad exaltada a belleza realizada

 

Ensayo publicado en el número dos de la revista Puente de Letras

            La nación japonesa no es un misterio del desconocimiento en las  facetas de nuestras vidas. Al contrario, Japón, como pocas naciones de Asia, ha sabido exportar todo lo bueno y hasta lo regular que se aglomera en esos cuatro islotes desiguales que lo componen  —y más de seis mil otros más pequeños— y se balancean sobre el mar del mismo nombre.

            Japón perdió una agonizante guerra mundial. Las huellas que dejó esa calamidad infrahumana fueron desbastadoras; todo cesó en un simple segundo en agosto 6 de 1945.  Como garfios que rasgaban  el aire,  las bombas del nuevo orden mundial se precipitaron sobre dos ciudades niponas para nunca dejarnos olvidar.

Pero Japón salió más victorioso —hasta lo que podemos apreciar—  que antes de la catástrofe del átomo infernal, no como un imperio donde la ambición militar y los caprichos de un monarca fueron el eje fundamental  en su derrota, al contrario: la nación asiática floreció como una paradoja espantosa del pasado con ganas de mirar al futuro. Aquellos mismos cañones, bombas y maleficios que propagaron el pánico por todo el Océano Pacífico y más allá, se convirtieron en el mejor producto que se puede  exportar con alta calidad y majestuosa cualidad. Sus productos, hace décadas, ya vienen acompañados por un talento impresionante y creativo.  No solo de autos y computadoras vive el hombre, se podría oír la voz de Japón por la década del cincuenta, cuando comenzó, más que nunca, su nueva guerra de exportación hacia el Occidente. 

Entre esta aportación están los grandes logros artísticos del Japón.  Logros que han llegado sin retroceso hasta los mismos umbrales de nuestras casas. Los cineastas japoneses son, al menos,  tan ampliamente reconocidos fuera de Japón como sus escritores: Tanizaki, Kawabata y Oe —todos Premios Nobel de Literatura. Los tres han encontrado en el mundo occidental no solo un nicho de admiración sino también una aceptación poco lograda por otros pensadores asiáticos.

Por otra parte, los directores Oshima y Kitano han ayudado a fomentar la idea pastoral y recóndita de un Japón abierto al mundo, su cara, llena de paisajes bucólicos y montajes elocuentes dentro del contexto de silencio siempre tan bien expuesto por estos directores.  Sin embargo, ningún otro talento japonés ha logrado la ebullición constante y el carisma mundial de Akira Kurosawa.  Por cincuenta años, desde que nosotros,  los cinéfilos de la era pasada, nos quedamos boquiabiertos frente a la pantalla que saludó a Rashomón en 1950, hasta nuestros cansados ojos que abrazaron los magistrales mis en scenes de Sueños en 1990, Kurosawa  se estuvo moviendo como un velero en el ventarrón, sin que nada pudiera prohibir su navegación extraordinaria y su pilotaje absoluto.

El éxito de Kurosawa en Occidente —al contrario del de Ozu, que era calificado de muy japonés según los productores nipones de la época— era considerado sospechosamente como una especie de golpe de suerte. A pesar de su triunfo indiscutible con Rashomon, Kurosawa seguía siendo uno de los más grandes cineastas en la historia del cine internacional que se arriesgaban de forma fácil y sin nunca pensar a fondo en las consecuencias que podrían traer tales riesgos.  

Cada una de sus películas de renombre mundial estaba precedida o seguida de una cinta mucho más compleja en su evolución o más comprometida en su desarrollo. Incluso puede argumentarse que algunos de sus más grandes éxitos, como Rashomon ( 1951),  Ikiru (1952) y  Los siete samurais (1954), provocaron enormes riesgos para la carrera de Kurosawa —con un final poco compensatorio, sin duda alguna.  

Esto podría parecer algo raro, dado que Kurosawa es hoy en día recordado como una especie de director reaccionario, de retaguardia (especialmente en el Japón). Pero aparte de la sensación extraña de lo que apetecía a su público, hay un hilo experimental persistente en funcionamiento durante toda  la historia cinematográfica de Kurosawa.  Empecemos con Perro callejero ( 1949).

Perro callejero

Después de establecer su carrera como cinematógrafo japonés a finales de los años cuarenta, con dos cintas poco conocidas por sus admiradores, como El ángel ebrio (1948) y El duelo silencioso (1949) —donde nos topamos por primera vez con su actor favorito, Toshiro Mifuno—,   Kurosawa comenzó el rodaje de Perro callejero (1949), un tenso y brillante retrato de la búsqueda de un policía por una pistola robada un verano caliente en la ciudad de Tokio.  A esta le siguió una irritante cinta sobre el dilema de los tabloides japoneses, Escándalo (1950). Pero, en realidad, fue su siguiente película, Rashomon, la que  cimentó su reputación, de público y crítica,  aunque no con los productores contemporáneos de su entorno.  Es importante mencionar que, después de Rashomon, Kurosawa nunca volvió a mirar hacia atrás ni hacia nadie; la senda a seguir estaba por delante de  él.

            Durante los siguientes años, el director japonés se convirtió en el héroe non plus ultra del cine de todos los tiempos. Salieron de su intelecto maravilloso las cintas El idiota, de una novela de Dostoievski,  Ikiru, basada ligeramente en la genial novela corta La muerte de Ivan Illyich, de León Tolstoi, Los siete samurais, Trono de sangre, tomado de la obra  teatral Macbeth de William Shakespeare, Los bajos fondos, una de las grandes obras teatrales del novelista ruso Máximo Gorki, y finalmente Los malos duermen bien (1963), con Toshiro Mifune en el papel central de nuevo.  

Durante esta época, ya entrando en los cincuenta años de edad, Kurosawa  se encuentra en la primera encrucijada de su carrera.  Con la filmación de Yojimbo (1961) y Sanjuro (1962), todas sus películas entraron en un período de transición debido a los problemas por los que pasaba la industria del cine japonés; período implacable para muchos directores de esa nación.

Barba Roja

Barba Roja (1965) fue una inversión drástica de tiempo y dinero para Kurosawa. De nuevo Toshiro Mifune toma riendas del personaje central, contando, con esta última cinta, un total de 16 que trabajó junto al director japonés. Esta vez, el actor tuvo una pelea con  Kurosawa —por causa de una barba natural que tuvo que mantener por cerca de dos años de filmación— y nunca aparecería de nuevo en una de sus películas.  A pesar de elogios de la crítica por la cinta y el premio Copa Volpi a Mifune como mejor actor en el Festival de Venecia, Kurosawa no logró conmover a los productores de Toho.

El director pasó los siguientes cinco años tratando de conseguir un proyecto —cualquier proyecto que lo pudiera llevar tras las cámaras. Al final volvió a la batuta dictatorial con su primera cinta en colores: Ka-den Dodes (1970). 

Este film, un estudio sobre un grupo de individuos abandonados por el destino y habitando un basurero de la ciudad, alcanzó momentos sublimes en el estilo audaz del montaje; sin embargo, los críticos japonés fueron crueles con el director, tanto así que éste trató de suicidarse unos meses después de la filmación. Los estudios Toho se negaron rotundamente a ofrecer un próximo proyecto al director por los excesos monetarios que devinieron de la filmación de Barba Roja, por lo que Kurosawa se fue a Rusia en 1970 para hacer su próxima película, Dersu Uzala (1974).  A pesar de los muchos premios y galardones que obtuvo esta cinta magistral, los productores japoneses continuaron viendo en Kurosawa a un inconformista derrochador y con poca comprensión artística.

A Dersu Ursala continuaron otros seis años de sequía en los que el nombre del director cayó en el olvido total. Por último, Francis Ford Coppola y George Lucas, admiradores de Kurosawa desde la época de Rashomon, se le acercaron con una oferta para financiar otra película. Kurosawa sugirió característicamente un proyecto largamente acariciado por muchos años —Kagemusha (1980) — y consiguió el respaldo para ello.  Por extraño que parezca, cuando la película terminó, Coppola y Lucas le pidieron al director japonés que recortara un poco la extensión de la cinta por temor a una reacción negativa por parte del público americano, al encontrarse frente a una historia no solo foránea sino algo esotérica. 

Para apaciguar a estos dos admiradores suyos, Kurosawa cortó 20 minutos de la película, que fue, al fin, lanzada en Estados Unidos con más alboroto que los famosos films de Kurosawa en los años sesenta. Para la próxima producción, Kurosawa, habiendo enfrentado el rechazo fulminante de los productores japoneses de nuevo, no le quedó otro remedio que buscar inversiones en el extranjero. Esta vez consiguió el apoyo del productor francés Serge Silberman —que había trabajado varias veces con Luis Buñuel y Jean Pierre Melville .  

Con las finanzas en orden, Kurosawa volvió detrás del lente a filmar su canto del cisne, Ran, sin duda alguna su declaración definitiva como artista. Desafiante, el director transpone la historia shakesperiana de El Rey Lear a un Japón medieval colmado de ansiedad pero, a la misma vez,  envuelto en magistrales escenas. Esta película es una magnífica declaración final de su filosofía y probablemente una de las películas más conmovedoras en la historia del cine moderno.   

Al fin, la Academia de Artes y Ciencias de Estados Unidos, que había pasado por alto y  por tantos años seguidos el talento del director japonés, le entrega el Oscar de 1989 por toda su carrera, sus triunfos y su talento como uno de los más grandes directores de todos los tiempos.  Fue en este preciso momento, cuando aceptaba su galardón internacional, que sus coterráneos comprendieron que Kurosawa no era el simple director huraño y arriesgado de películas oscuras —algunas— y otras emotivas y dogmáticas, sino un verdadero tesoro de la nación japonesa.

Antes de morir, Kurosawa pudo dirigir tres películas más: Sueños, Rapsodia en agosto (1991) y Madadayo, en 1993. A regañadientes, su avanzada vejez y sus muchos padecimientos le obligaron a retirarse en 1994. El 6 de septiembre de 1998 muere en Tokio a la edad de 88 años.

No podría terminar este ensayo sin dejar claro que la carrera de este gran director ha llenado los anales de la historia de una extraordinaria sensación de belleza lograda, de espejo reflejado en la quietud del agua, porque sus escenas son eso: árboles caminando por bosques aterradores, simples camelias flotando en un hermoso arroyo o silencios de suplicios y mentiras coronados por el miedo.  Nadie como Kurosawa ha podido llegar al meollo de la cinematografía mundial con tal elegancia y donaire. Su historia está escrita en el celuloide infinito de sus imágenes y en la enorme aportación que como excelso cineasta ha brindado a las masas vivas de esta humanidad, donde seguiremos buscando la mejor realidad exaltada en pos de la más exquisita belleza realizada.

Rapero se cose la boca tras ser condenado a año y medio de prisión

Rosmelys Hernández, esposa del rapero Maikel Castillo (El Osorbo), informó este viernes, desde La Habana, que el cantante contestatario se plantó y cosió la boca tras conocer que era sentenciado a un año y seis meses de cárcel por el régimen imperante en Cuba.

Por otro lado, la hermana de Pupito en Sy dio a conocer que el artista fue trasladado para una celda de castigo tras negarse a usar el uniforme de preso común.

Pupito, otro activista contra el Decreto 349, fue encarcelado en noviembre pasado tras ser golpeado por la policía cubana, y ha denunciado desde la prisión de Valle Grande varias irregularidades en el caso en su contra.

Maikel se encuentra encarcelado también en la prisión de Valle Grande, desde septiembre de 2018, acusado de un presunto delito de “atentado”.

Maikel Castillo Pérez nació en La Habana el 20 de agosto de 1983. Está casado con Rosmelys y tiene una hija de tres años. Hace más de 15 años que comenzó su carrera artística como cantante de rap.

La crítica al sistema político vigente y los problemas sociales que genera son la fuente principal de sus composiciones y por este motivo ha confrontado problemas con la policía del régimen.

El día 20 de mayo de 2018 fue arrestado mientras filmaba, con su teléfono, un operativo policial. El oficial a cargo del evento represivo le prohibió tomar evidencias y él se opuso, lo cual derivó en una discusión y al uso de la violencia en su contra. Finalmente fue detenido y conducido a los calabozos del centro de detención conocido como el Vivac. En el momento del arresto se encontraba junto su hija de tres años, la cual quedó desamparada. Tras 17 días recluido, fue liberado con una multa de mil pesos cubanos (CUP) y luego de comunicársele que la causa por un presunto delito de “atentado” quedaba cerrada.

Sin embargo en septiembre de 2018, 48 horas después de participar en un concierto en el centro cultural La Madriguera (sede de la Asociación Hermanos Saíz de La Habana), fue apresado en su casa. En dicha actividad Maikel cantó algunos de sus textos contestatarios, mostrando además su rechazo al Decreto 349, que busca criminalizar a los creadores independientes.

Días más tarde, la policía devolvía a sus familiares el dinero de la multa.

Desde entonces permanece encarcelado en la prisión de Valle Grande, donde ha protagonizado cuatro huelgas de hambre y ha sido objeto de maltratos y agresiones por parte de los carceleros.

El 20 de marzo pasado, en horas de la tarde, se celebró el juicio en el tribunal municipal de La Habana Vieja, en el cual se violaron las garantías al debido proceso. Maikel se enteró de la vista oral la noche anterior. La abogada lo supo el mismo día.

La petición fiscal fue de un año de privación de libertad por el delito de “Atentado”, que ahora se corrobora con esta sentencia de año y medio.

Publican antología de Rafael Vilches en México

El autor de la novela, Rafael Vilches

El Frente de Afirmación Hispanista acaba de publicar en México Antología de la Poesía Oral-Traumática y Cósmica de Rafael Vilches Proenza. Psicoanálisis arquetípico y selección, de Fredo Arias de la Canal, libro que reúne una serie de poemas de este conocido poeta y narrador cubano, nacido en Vado del Yeso en 1965, y que actualmente reside en Holguín.

Sobre este merecido reconocimiento a la obra del autor de Ángeles desamparados, quien recientemente, junto a Odalys Interiån, ganara el Premio de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ convocado por el proyecto Puente a la Vista, dice el poeta cubano Adalberto Hechavarría:

“En enero de 2019 el Frente de Afirmación Hispanista, que dirige  Arias  de la Canal, publicó Antología de la Poesía Oral- Traumática y Cósmica de Rafael Vilches Proenza en hermoso cuadernillo que ofrece poemas selectos de una amplia obra, representativa de la mejor poesía cubana de la primera década del siglo XXI. Basta un puñado de versos para ofrecer la estatura de un poeta.

 “Con Vallejo metido hasta los huesos, Vilches anda sus páginas alucinado y triste, buscando asideros para la permanencia del diario acontecer en las palabras. Poesía dolorosa y profunda, que invita a la reflexión y la complicidad hedónica.

 “Los desgarramientos humanos adquieren cuerpos en los signos. Quizás los símbolos sean los verdaderos protagonistas de su discurso lírico. La soledad, el miedo , los pájaros, los relojes, van marcando el territorio de los poemas.

 “Estremecedores textos que invitan a la confabulación cordial con el autor; a compartir avatares y miedos cotidianos en el terreno existencial.

“Un sostenido estilo mantiene el nivel artístico del libro. Sus imágenes bien logradas, la síntesis del lenguaje, validan sus valores literarios.

“El poema que abre el cuaderno y que dedica al padre- para mi criterio es el mejor, pese a la competencia de muchos otros.

 “Este puñado de poemas muestra la validez de Vilches como poeta. Felicidades a este reconocido poeta nuestro”.

Orlando Luis Pardo presenta nuevo libro en Miami

El libro Espantado de todo me refugio en Trump (Hypermedia Ediciones), del escritor cubano Orlando Luis Pardo Lazo, se presenta el próximo sábado 20 de abril en Miami, en la librería  Books & Books. Se trata de “un diario de crónicas contraculturales que constituye la venganza radical de un autor que escapó del castrismo cubano sólo para terminar atrapado en el castrismo académico norteamericano”.

Sábado 20 de abril, 7:00 p.m.

Books & Books (265 Aragon Ave, Coral Gables 33134)

Orlando Luis Pardo Lazo (La Habana 1971) es escritor, fotógrafo y bloguero. En la Isla publicó los libros de cuentos “Collage Karaoke” (2001), “Empezar de cero” (2001), “Ipatrías” (2005) y “Mi nombre es William Saroyan” (2006). Fue ganador del concurso nacional de cuentos “La Gaceta de Cuba” (2005), con “Cuban American Beauty”. Su libro de cuentos “Boring Home”, ganador de una Mención en el Premio UNEAC 2007, fue censurado por la editorial estatal Letras Cubanas en 2009, por las columnas del autor en su blog “Lunes de Post-Revolución”.

Desde 2013, Pardo Lazo imparte conferencias sobre política y literatura cubanas en universidades norteamericanas y europeas. Editó y prologó la antología de nueva narrativa cubana “Cuba In Splinters” (O/R Books, New York 2014), traducida al inglés. Y publicó el foto-libro digital “La Habana abandonada” (Restless Books, New York 2014). Hypermedia Ediciones ha publicado sus libros de crónicas contraculturales cubanas “Del clarín escuchad el silencio” (2016) y “Espantado de todo me refugio en Trump” (2019).

Comunicado tras la detención del artista Otero Alcántara

por Amaury Pacheco

Este 14 de abril de 2019 se cumplen 72 horas de la detención del artista Luis Manuel Otero Alcántara. Tanto su obra como lo que provoca con ella toca puntos neurálgicos de la realidad nacional exponiéndola frente al espejo del mundo, haciendo que tiemblen los delirios del poder, se levanten las voces y se descubran las máscaras que nos inventamos: ¿Qué es el anexionismo? ¿Cómo se establecen los nacionalismos en la identidad estética? ¿De qué contenidos están cargados los símbolos nacionales? ¿Con qué materiales se construye la mitología de una nación? Es parte de lo que explora su performance Se USA, del cual solo pudo realizarse un fragmento por la interrupción de la policía política en el acto.

Desconocemos su paradero. Ya lo tienen que dejar ver para que la familia le entregue el aseo y sepa de su estado de salud.

Mientras el Viceministro de Cultura Fernando Rojas difama en Twitter respecto a la situación legal del artista, demostrando una intención ejemplarizante hacia él, nosotros, el Movimiento San Isidro (MSI), declaramos a los y las representantes del gobierno cubano responsables de la integridad física, mental y profesional de Luis Manuel Otero y reafirmamos que el Decreto 349 y la política cultural vigente en Cuba constituyen un ataque directo a las y los artistas independientes y al patrimonio cultural que aportamos, además de una violación constante de nuestros Derechos Culturales.

https://puentealavista.org2019/04/otero-alcantara-coco-fusco-la-represion-cultural-continua-en-cuba/

Otero Alcántara, Coco Fusco… la represión cultural continúa en Cuba

“Luis Manuel Otero Alcántara, artista valorado e invitado este año a nuestro proyecto, está detenido en paradero desconocido por hacer una acción artística (enfrente de su casa) colateral e independiente a la Bienal de La Habana que este año tiene por nombre, paradójicamente, ‘La construcción de lo posible’”, denunció la artista española Paula Valero Comin este sábado 13 de abril en su página de Facebook.

En la performance Se USA (realizada en el barrio de San Isidro, Habana Vieja) “Otero proponía realizar un evento deportivo donde los participantes hicieran un ejercicio de velocidad, con una bandera americana y una camiseta con la bandera cubana, tal y como hizo Llorente en 2017. La acción crítica no pretende ser un homenaje a los EEUU, sino que cuestiona el nacionalismo y patriotismo que construyen los poderes para dominar, controlar y situarte como apátrida si haces algo que escapa a su imaginario represivo», apuntó Valero.

“La Bienal es toda una energía que se mete en cada uno de los rincones y yo soy artista y la Bienal es mía también… Tengo tres proyectos y uno de ellos es un homenaje al hombre de la bandera, una carrera que se llamará Daniel Llorente y en la que puede participar todo cubano mayor de edad”, había contado Otero Alcántara al diario 14yMedio antes de su detención, según un reporte de la periodista Luz Escobar.

El opositor Daniel Llorente fue detenido por los órganos de la Seguridad del Estado durante la visita del Papa a Cuba, mientras corría desplegando una bandera estadounidense (foto que encabeza este post). Por estos días ha vuelto a ser arrestado y se encuentra en paradero desconocido.

En otro episodio represivo, el miércoles pasado a la artista Coco Fusco se le negó la entrada a Cuba. Fusco fue detenida tras arribar al aeropuerto José Martí, en La Habana, y se le informó que debía regresar a Estados Unidos sin dársele razón alguna para esta prohibición de ingreso.

Fusco, como Otero Alcántara, ha apoyado públicamente la campaña contra el nuevo Decreto 349, que criminaliza la creación independiente en Cuba, su difusión y comercialización. «No soy la primera ni la última intelectual vinculada a Cuba que es castigada por expresar sus opiniones y abogar por una mayor libertad de expresión en la isla», expresó Fusco a propósito del incidente. «Esto se ha convertido en una triste rutina».

https://www.artforum.com/news/coco-fusco-denied-entry-into-cuba-as-campaign-against-decree-349-continues-79320

Detienen a artista independiente tras performance en La Habana

Luz Escobar, reportera de 14yMedio, publicó este viernes 12 de abril en su página de Facebook que el móvil del artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara no respondía a sus llamadas. «’El móvil al que usted llama está apagado o fuera del área de cobertura’, dice ETECSA cuando intento llamar al artista, que lleva más de 24 horas detenido en manos de la policía”, aseguró.

Alcántara, artista contestatario del llamado Grupo de San Isidro, en La Habana Vieja, es uno de los creadores que con más energía se ha opuesto al Decreto 349, que ahonda en la oficialización de la censura en Cuba.  

Por su parte, el artista independiente Michel Matos también informó en Facebook: “Hoy 11 de abril, en la tarde, alrededor de las 5:00 p.m., fue detenido en las afueras de su casa Luis Manuel Otero Alcántara por realizar un performance con la bandera americana (USA) en alusión al hecho (ciertamente performático) que realizara Daniel Llorente en la plaza de la revolución”.

“El performance insertado como colateral (e independiente) en el marco de la Bienal de la Habana, consistía en correr los 66 metros (aproximadamente) que corriera el hombre de la bandera… para esto se convocó a un grupo de jóvenes del barrio San Isidro, para realizar una competencia de velocidad siguiendo las características estéticas en cuanto a vestuario y bandera que llevara aquel. Pasados cinco minutos de comenzadas las diferentes carreras para buscar un finalista, llegaron al sitio carros policiales, entraron a casas y detuvieron a todo aquel que tuviese o hubiese tocado dichas banderas”, abundó.

“Al parecer… continúan vigentes los términos de ‘diversionismo ideológico’ y censura para con las artes y la cultura, y la libertad de expresión deviene en senda represión”, agregó Matos.

Avestruz a la cubana

La aparición en la televisión cubana del «Comandante de la revolución» y director de la Empresa Nacional de Flora y Fauna de Cuba, Guillermo García Frías, hablándole a los cubanos de una alimentación a base de jutías, avestruces y vacas «estabuladas», ha desatado momentos de humor e hilaridad en las redes sociales. La burla, el choteo, el sarcasmo, tan representativos de lo cubano, hacen ola en Facebook y otros sitios de alta demanda. Nuestra revista ‘Arroz con mango’ recogió algunas de estas muestras de «júbilo popular e intelectual», comenzando por la ilustración del artista Omar Santana que encabeza este post.

«¿Y si ahora, en vez de gato por liebre, pasan ratón por jutía?». Joaquín Gálvez

«Me salvé en tablitas…. Atte. El Majá». Lilo Vilaplana

«Como dice un amigo, cuando en Cuba hablan de comer jutías y avestruces los que tienen que preocuparse son los gatos». Enrique del Risco

«En el zoológico de La Habana hay un amplio operativo de la Seguridad del Estado. Un nutrido grupo de animales fueron sorprendidos organizando una protesta reclamando respeto y libertad para los humanos. Los líderes fueron llevados al zoológico de 26. Continuan los interrogatorios. Se ha documentado implicación del Burro de Mayabe, el Gallo de Morón y la mula que tumbó a Genaro». Norge Sánchez

«En la isla Macondo, la nieta de Raúl Castro renta una casa por 640 dólares la noche y ese mismo día su abuelo dice que vienen tiempos peores de escases y penurias; los Guaido parece que serán congoleses, las avestruces dan más carne que una vaca, un fregadero doble cuesta el salario íntegro de 27 meses de trabajo, el pueblo no puede viajar porque el cielo está congestionado de aviones y además se protesta contra el maltrato animal mientras al humano, si protesta, lo maltratan más que a un perro. Cuba es el destino turístico del disparate por excelencia». Augusto Juarrero

Este avestruz del youtuber Andy M. Alemán Valenzuela (@and1_cuba1) es particularmente ilustrativo:

El avestruz de Guillermo García Frías

 

Uva de Aragón en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, el evento artístico y literario que coordina el escritor Luis de la Paz, anuncia su jornada del mes de abril de 2019 con la escritora Uva de Aragón. Será el próximo viernes 12 de abril del 2019, a las 8:30 de la noche, en el 111 SW 5ta. Avenida. Más información en el (786) 747-1877.

 El programa Viernes de Tertulia es una producción del Creation Art Center, organización fundada por Pedro Pablo Peña y dirigida por Eriberto Jiménez.

Uva de Aragón (La Habana, 1944) es autora de más de una docena de libros, entre los que destacan, en narrativa, sus novelas El Milagro de San Lázaro (la versión en inglés saldrá a la luz en el  otoño de 2019) y Memoria del silencio  –también llevada al teatro y traducida al inglés–;  los poemarios Entresemáforos y Los nombres del amor; y las colecciones de artículos Morir de exilio, Crónicas de la República de Cuba. 1902-1958 y El mundo y mi Cuba.

Ha merecido varios premios literarios, entre ellos el de Poesía Federico García Lorca, el de ensayo Andrés Bello y la prestigiosa Beca Cintas. Columnista por varios años de Diario Las Américas, colaboró con El Nuevo Herald de 2014 al 2017. Mantiene el blog Habanera soy: https://uvadearagon.wordpress.com. Hasta su jubilación en 2011, fue subdirectora del Instituto de Investigaciones Cubanas (CRI) de la Universidad Internacional de la Florida, donde también enseñaba. Se graduó con un doctorado en literatura española y latinoamericana de la Universidad de Miami.

Olga Connor en La Otra Esquina de las Palabras

La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez, invita el próximo 20 de abril a un encuentro con la escritora y periodista Olga Connor.

Café Demetrio (300 Alhambra Circle, Coral Gables)
305-448-4949
Sábado 20 de abril / 3:00 p.m.

Olga Connor (La Habana).Profesora, escritora y periodista independiente, tiene un Ph.D en Lenguas Romances de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, de 1980, con una tesis doctoral sobre la “Evolución de las teorías estéticas de Octavio Paz”. Ha publicado, entre otros, los libros El arte de la entrevista (Alexandria Library Publications, 2017) y Palabras de mujer / Parables of Women (Fiction, Betania, 2006).

Connor escribe para El Nuevo Herald y otras publicaciones en inglés y español. Fue directora de las secciones culturales “Galería” y “Viernes” y asistenta de Carlos Alberto Montaner en las páginas de “Opinión” en ese periódico. Ejerció como profesora de varias universidades desde 1964 hasta el año 2000, como Swarthmore College, Pa., University of Pensilvania, en Filadelfia, Dickinson College, Carlisle, Pa., Universidad de Miami y la Universidad Internacional de la Florida.

Premiación del concurso ‘349 Cuba’

 

El primer apartamento del Edificio E83 de la Zona 9 en Alamar, hogar de los artistas independientes Iris Pérez y Amaury Pacheco, fue anfitrión de los premiados en el concurso «349 Cuba» y de otros miembros del Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) en la tarde del sábado 6 de abril.

Jorge Olivera, presidente del CEAC y su esposa Nancy Alfaya, dieron inicio al encuentro a pesar de la ausencia de Osvaldo Navarro «Naivypro», quien fuera detenido horas antes por miembros del Departamento de la Seguridad del Estado.

“En horas de la mañana el rapero Osvaldo Navarro (Navy pro), fue visitado por oficiales de la policía política en su casa, quienes le advirtieron que no iban a permitir la actividad cultural organizada por el Club de Escritores y Artistas de Cuba a celebrarse en la tarde del mismo día en La Habana”, había informado Jorge Olivera.

La tarde sabatina transcurrió en un ambiente fraternal donde muchos expresaron su sentir en contra del Decreto Ley 349 a través de sus opiniones, lecturas de poemas o interpretaciones de canciones críticas con el injusto Decreto, que es una vía oficial para reprimir la cultura.

El CEAC agradeció a Puente de Letras, el proyecto Puente a la Vista, El Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio, Artists at Risk Connection (ARC), Cubalex y la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) por su solidaridad con los artistas independientes en la Isla.

Los participantes

-Veronica Vega (escritora y periodista) leyó su texto ganador en el concurso sobre la #349Cuba y ofreció su punto de vista sobre este acto de censura (Mov. de San Isidro)

-Kabir Mustelier (periodista, mención en el concurso 349) expuso por qué había decidido participar en el concurso y lo que representaba el decreto para los artistas

-Yasser Castellanos (artista de la plástica y poeta) compartió un Spoken Word de su autoría en contra del decreto 349 (Mov. de San Isidro)

-Luis Manuel Otero (artista de la plástica – Mov. de San Isidro) entrevistó a Daniel Llorente (el hombre que corrió el 1de mayo en la Plaza de la Revolución con las banderas cubana y norteamericana). Luis Manuel ofreció detalles sobre su performance para la Bienal, que estará inspirado en la acción contestataria de Llorente

-Iris Ruiz (actriz, dramaturga, teatróloga – Mov. de San Isidro) dio lectura a la obra que llevará a la bienal independiente que se celebrará paralelamente a la oficial

-Amaury Pacheco (artista y poeta, Mov de San Isidro), compartió parte de su obra poética

-Sandor Pérez (rapero y rastafari, Mov. San Isidro) interpretó una de sus canciones

Además, entre otros, participaron en el evento Ariel Maceo (poeta, fotógrafo y escritor – Grupo Demóngeles), Abu Dujanah (poeta y periodista – Grupo Demóngeles), Luis Lusovich (poeta – Grupo Demóngeles) y Javier Moreno (poeta y periodista – Grupo Demóngeles).

 

Dios te bendiga mucho, hijo mío

La cloaca cultural es fértil para el galopante Síndrome de No Ser. Un 99 por ciento (o más) de los concurrentes enferman hasta la metástasis cuando la ausencia de alfombras rojas y coronas de laurel (e invitaciones a ferias con mesa buffet, eventos con mesa buffet, giras con mesa buffet) los apabulla. Al parecer fueron (fuimos) doblemente engañados. La única responsabilidad de un creador es crear. Punto.

¿Por qué si eres tan bueno no te invitan a la mesa buffet, y al que no lo es, sí lo invitan? Respuesta: ¿a ti qué te importa?

Pero te digo más: ¿sabes cuántas toneladas de, en este caso, escritores, hay por cada miserable kilómetro de mundo? Tu dolor te duele a TI, eso lo entiendo. Pero aun ese favorecido de bufanda a cuadros que ves mariposear de croqueta en croqueta ¡no es nadie! Ese rosario de premios de alcaldías y casas de cultura y festivales priápicos ¡no cuenta! Si lo que quieres es fama, búscate una Agencia Literaria, un representante, escribe una novela de vampiresas lesbianas y que tu Instagram sobrepase los cien mil seguidores. Olvida los vasos comunicantes y el narrador omnisciente y la mano en la barbilla para la foto. El siglo XX terminó hace mucho, y mucho más fácil de lo que le costó al XIX terminar.

Nunca fuiste (fui) ni serás (seremos) nadie. Incluso ese grande-grande, casi best-seller, comunista en Cuba y todo lo contrario fuera, pues bien: ese es otro penco de lechería, malo tres veces, ¡y tampoco es nadie! La meta siempre fue el olvido. Todos llegamos primero. Dios te bendiga mucho, hijo mío. Descansa.


‘The Walker’, documental sobre la vida y obra de Humberto Castro

 

The Walker, documental sobre la vida y obra del artista plástico Humberto Castro, se presentará próximamente como parte de la Serie de Cine Cubano del Miami Film Festival.

9 de mayo de 2025 a las 7:00 p.m.

Koubek Center (2705 3rd St, Miami Fl, 33135)

Entrada y estacionamiento gratuitos

Humberto Castro, nacido en La Habana en 1957, es uno de los más relevantes exponentes del arte neofigurativo. Realizó estudios en la Academia Nacional de Bellas Artes de San Alejandro y en el Instituto Superior de Arte (ISA). Entre los numerosos reconocimientos recibidos figuran el Primer Premio Internacional de Dibujo en la “Trienal Intergrafic” de Berlín, el Primer Premio en Grabado de la I Trienal Internacional de Arte contra la Guerra, en Lublin, Polonia, el Primer Premio de la VII Bienal de San Juan de Grabado Latinoamericano y del Caribe, en Puerto Rico, y el Primer Premio “Toison d’Or” en Cannes, Francia. Su arte se exhibe en colecciones de Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Actualmente reside en Miami.

https://humbertocastro.com/


 

Vindicación de Agramonte y Martí

Dr. Dagoberto Valdés

Centro de Estudios Convivencia

Estimado compatriota y muy querido amigo:

Debo, ante todo, felicitarlo a usted por la obra de entrega a la causa mayor que se ve reflejada en su propia vida y en el Centro de Estudios Convivencia (CEC), en el cual me alimento a diario, coincidiendo en sus propósitos.

Y dada la condición del CEC de “espacio plural, incluyente e independiente de la sociedad civil cubana, que trata de inspirar, crear y difundir ideas a través de sus estudios e iniciativas de formación ética y cívica”, y como “un centro de pensamiento y propuestas, conformado por ciudadanos de muy diversas opciones filosóficas, políticas y religiosas, que están interesados en debatir ideas, hacer estudios y proponer soluciones sobre aspectos de la vida de nuestro país, con el fin de contribuir a que, cada vez más, los cubanos y cubanas se informen, comprometan y contribuyan al mejoramiento de la nación y de su futuro», me veo estimulado a participar, por iniciativa propia.

Mi condición de cubano, abogado, fundador de la Corriente Agramontista, autor y académico de teoría del estado y el derecho y del Proyecto de País “Pacto Social Posmoderno”, que siguen e inspira a miles de compatriotas, Proyecto alimentado por la obra de Ignacio Agramonte, José Martí, los Padres Fundadores de la Constitución Norteamericana y el Pacto  Social de la Cristiandad, que procura una “Patria con todos y para el bien de todos”, donde el soberano sea el ciudadano, porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza, inviolables los derechos inalienables de la persona humana, en virtud de instituciones que sirvan de peso y contrapeso institucionales en un estado como instrumento al servicio del ciudadano, me siento, además, obligado a participar.

Entre sus propósitos ustedes expresan que el CEC, “intenta contribuir a la unidad de la nación cubana”. En este punto quisiera yo detenerme pensando precisamente en Jefferson y José Martí.

“Juntarse es la palabra de orden”, exhortó José Martí a los patriotas cubanos cuando los estaba convocando a la guerra de 1895. Juntarse es acercarse, arrimarse, acompañarse de alguien en el andar… Permite en consecuencia la autonomía de cada elemento. Por eso, el Partido Revolucionario Cubano, que fundara el Maestro para organizar la “guerra necesaria”, estaba constituido por “clubes independientes.” Sin embargo, históricamente los lideres cubanos, desde Gómez y Maceo hasta Fidel Castro, han interpretado la palabra “juntarse” del Maestro de modo restrictivo, significando solo una de sus acepciones: “unidad”.  Según la real Academia de la Lengua Española, “unidad” significa propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse. Singularidad en número. Conformidad en la que solo hay un asunto. Lazo de unión en todo lo que ocurre.

En consecuencia, el “juntarse” de José Martí, no es la “unidad” que procuran y que tan bien le ha convenido a los sucesivos dictadores de la Perla de las Antillas. La unidad que han procurado los revolucionarios cubanos no nos ha permitido alcanzar el proyecto libertario de José Martí. Significativamente los Padres Fundadores de la Constitución Norteamericana defendieron la diversidad y el derecho de las minorías a ser tratados igual y triunfaron.

Los norteamericanos hicieron la guerra para consagrar su Constitución. Los franceses, como los cubanos, hicieron una Constitución para consagrar su Revolución. Parece una logomaquia. Pero no lo es. Encierra un concepto metodológico. No debemos echarnos a andar si no sabemos a dónde vamos.

De nada vale la independencia de Cuba sin la liberación de los cubanos. La unidad política de todos los elementos ignora el peligro de que cuando la “unidad” adquiere forma de gobierno, al presuponer un mando centralizado, obediencia ciega, el sometimiento a la idea única, limita contornos, fija posiciones dogmáticas, no admite discrepancias y, a fin de cuentas, elimina la palabra libertad, el respeto a la diversidad y a las minorías, a los derechos humanos, en fin, la dignidad humana.

La diversidad, por el contrario, jamás define bordes, no completa las ideas, para siempre volver a ellas con nuevos bríos, porque es de pensamiento abierto. El respeto a la minoría significa darle a un elemento el valor del todo, oponerse a la dictadura de la mayoría, porque el bien supremo es la persona humana, su dignidad, su plenitud, no el poder. De ahí el hecho trascendente de que los funcionarios públicos en Norteamérica sean considerados meros “servidores públicos”, mientras en los países de la que Martí llamara “Nuestra América”, se les identifica con el “ejercicio del poder”. Seguramente por ello, cuando Martí visito Latinoamérica dijo con dolor: “sigue viviendo la colonia en las repúblicas.”

Debe llamarnos la atención que en la concepción latinoamericana del estado y el derecho se llama a nuestros estados, “estados soberanos”, mientras que en la concepción norteamericana, que tanto admiraban José Martí e Ignacio Agramonte, nuestros Padres Fundadores, se le llama al Gobierno Federal de los Estados Unidos, simplemente “Administración Federal”, porque el soberano no es el estado, sino el ciudadano: We the people”, nosotros cada uno de los ciudadanos.

En lo referente al “Transito constitucional y marco jurídico en Cuba: de la ley a la ley”, el documento de CEC, aboga por “Un nuevo marco jurídico”, con lo cual coincidimos en su necesidad histórica.

Mas, es imprescindible tener en cuenta que el triunfo de la Revolución de 1959, condicionó el alineamiento de Cuba al campo socialista, fundado y liderado por la entonces Unión Soviética. La Rusia que no había recibido aún, de manera eficaz, las influencias del Derecho romano, del renacimiento, del iluminismo, del movimiento enciclopédico, de la Revolución industrial inglesa, de la constitución y el pragmatismo de los políticos norteamericanos, y mucho menos de la Revolución francesa y de la concepción tripartita de los poderes del Estado, que le legó al mundo en las ideas de Montesquieu, con la excepción de la creación de una especie de parlamento sometido, legalizador por la unanimidad viciada de la muchas veces ilegítima voluntad del zar: la Duma, antecedente histórico de las mal llamadas asambleas populares de los países socialistas.

Rusia no había conocido una constitución, esa ley suprema que establece la competencia de los órganos del Estado y consagra los derechos fundamentales de los ciudadanos. «Solo una vez, en noviembre de 1917, hubo un parlamento votado libremente, pero sin llegar a reunirse», nos recuerda Michael Morozow, en su obra El caso Solzhenitsyn. El pueblo ruso carecía de una tradición de opinión pública. Sus pensadores estaban en la literatura, y sus vidas eran trágicas: Pushkin fue asesinado por una camarilla de cortesanos aliados a Nicolás I, para solo citar un par de ejemplo.

De la ley a la ley 

Sin embargo, a continuación, ustedes señalan la necesidad de un “tránsito constitucional para Cuba”, de la ley a la ley”. Una constitución es además, un pacto social, dentro de la concepción del pacto social de la cristiandad y la de los Padres Fundadores de la Constitución Norteamericana (inviolabilidad de los derechos naturales y soberanía del ciudadano) o dentro de la concepción del contrato social de Rousseau, caracterizado por la soberanía de las mayorías, enmarcado en la concepción de la ilustración europea (los representantes políticos del “pueblo”, reunidos en convención se dan unos derechos que llaman “fundamentales” y delegan en el Estado para que los garantice. Es decir, la soberanía de los “elegidos” al poder del estado.

Tanto el Pacto Social como el contrato social requieren el consentimiento de las partes, el cual debe ser libre, voluntario y en igualdad de condiciones. ¿Hay igualdad de condiciones y consentimiento libre en una sociedad donde existe un partido único que se abroga el derecho de dirigir a la sociedad, el estado y el derecho? ¿De que ley vamos a partir? ¿Acaso de la Constitución de 1940? ¿Acaso no sabemos que las leyes se derogan de manera expresa o tacita y en ambos casos la Constitución de 1940 esta derogada desde 1952? ¿O se refieren ustedes a los Estatutos Constitucionales de Batista o a la Ley Fundamental de 1959? La mal llamada constitución de 1976 y la de 2019, ambas tienen vicios de origen, vicios de consentimiento.

Debemos significar una vez más que Cuba necesita un nuevo “marco jurídico”, como bien señala el documento del CEC, pero un nuevo proyecto de país “con todos y para el bien de todos”, como expresara José Martí e Ignacio Agramonte, no desde la parcdialidad de los partidos, ni de las ideologías y doctrinas, y mucho menos desde los intereses creados.

En febrero de 1862, en su mencionada Tesis, tan olvidada por los estudiosos cubanos de la teoría del estado y el derecho y despreciada en nuestros procesos constituyentitas, Agramonte expreso;

“Viven el hombre en sociedad, porque en su estado natural, es condición indispensable para el desarrollo de sus facultades físicas, intelectuales y morales, y no en virtud de un convenio o de un pacto social, como han pretendido Hobbes y Rosseau”. Debo significar que cuando Agramonte se refiere a “un convenio o pacto social, se refiere a la obra el “El contrato Social de Rousseau”, que en síntesis consagra la tesis, de la  soberanía de la mayoría democrática  – y no olvidar las secuelas que dejo, sobre todo en los estados totalitarios de Europa en los años 30 y 40 del pasado siglo XX – y que los hombres en convención se han de dar unos derechos, que con el tiempo se han venido en llamar derechos fundamentales y delegan en el estado para que los garantice. Lo que significa elevar a soberano de toda una nación-estado a un ente, a una ficción jurídica.

Y José Martí nos dijo:

“Yo esculpiría en pórfido las estatuas de los hombres maravillosos que fraguaron la Constitución de las Estados Unidos de América: los esculpiría, firmando su obra enorme, en un grupo de pórfido. Abriría un camino sagrado de baldosas de mármol sin pulir, hasta el templo de mármol blanco que los cobijase; y cada cierto número de años, establecería una semana de peregrinación nacional, en otoño, que es la estación de la madurez y la hermosura, para que, envueltas las cabezas reverentes en las nubes de humo oloroso de las hojas secas, fueran a besar la mano de piedra de los patriarcas, los hombres, las mujeres y los niños.”[1]

Y en The Hour de Nueva York, del 10 de julio de 1880, expresó: “Estoy, al fin, en un país donde cada uno parece ser su propio dueño. Se puede respirar libremente, por ser aquí la libertad fundamento, escudo, esencia de la vida […] Nunca sentí sorpresa en ningún país del mundo que visité. Aquí quedé sorprendido […][2]

Ello nos lleva a expresar, que el Proyecto de país de nuestros Padres Fundadores, por lo que lucharon hasta morir y por el que ha seguido luchando toda una nación, no se refiere solo a independizar a nuestra Patria de uno u otro estado imperial, sino de la necesidad de independizar al ciudadano incluso, de su estado nacional, hacerse soberano, con garantías jurídicas de la inviolabilidad de sus derechos inalienables de su dignidad humana, en virtud de instituciones que le han de servir de instrumento para viabilizar de la mejor manera las necesidades y aspiraciones de cada individuo en particular y de la sociedad en general.

A continuación, expresa el documento de CEC la “necesidad de identificar de antemano y dar contenido a un paquete de leyes que, interrelacionadas, faciliten, ordenen y agilicen las reformas que Cuba necesita.”

Las leyes las da El Creador a la persona humana por el solo hecho de venir a la vida. Su interpretación y aplicación deberá ser obra de un sistema judicial independiente producto de la voluntad de cada uno de los soberanos, los ciudadanos, expresada en elecciones libres e imparciales.

Cada generación tiene el derecho a crear las instituciones necesarias para viabilizar sus propios proyectos personales y públicos. No somos sus dioses. No tenemos derecho a eternizar nuestra voluntad en un documento jurídico. Nos oponemos a constituciones con partes dogmáticos. La vida es dinámica. El derecho dogmático es propio del derecho con el propósito de servir al poder político establecido, al mantenimiento del status quo,

Transito constitucional

A continuación, ustedes expresan: “Se establecen los pasos necesarios para un tránsito constitucional que dote a la Nación de una nueva Carta Magna que recoja lo mejor de nuestras tradiciones constitucionales, responda a las necesidades actuales y consagre el nuevo marco legal con un referendo que apruebe la Constitución y facilite unas reformas orgánicas, participativas, ordenadas y lo más ágiles posible, pasando de la ley a la ley.”

¿Lo mejor de nuestras tradiciones constitucionales? ¿Se han tenido en cuenta a Agramonte y Martí? ¿Acaso el soberano es el ciudadano, como propuso Agramonte? ¿Acaso los derechos que pretenden consagrar como inviolables serán los dados por El creador o el fruto de la voluntad de los políticos? ¿Acaso en vuestro proyecto el soberano será ciudadano o el estado? Porque si la soberanía reside en el pueblo, quienes la ejercerán serán los políticos desde las instituciones del estado, no cada uno de los ciudadanos, dibujando la voluntad nacional a diario como primera y última fuente de poder.

Creo, además, que la palabra transito no es la más adecuada. Transito mas bien significa, entre otras cosas, venir de un estado a otro. Pero, ¿podemos decir que Cuba viene de un estado constitucional a otro?

Una constitución es un pacto o social o un contrato social, en virtud del cual se establece la inviolabilidad de ciertos derechos, quien es el soberano, la primera y última fuente de poder, y un sistema de pesos y contrapesos institucionales para la realización armónica de la vida individual y colectiva de la Nación. De modo que se necesita capacidad de acción, consentimiento libre e informado en igualdad de condiciones.  En consecuencia, Cuba, desde 1952 no se dan esas condiciones. Cuba desde 1940 no tiene constitución. Y por la nada no se transita.

Cuba más bien necesita la creación de un proceso de constituyente ciudadana. Ni siquiera una Asamblea Constituyente, esa reunión de políticos, con la ideología de sus partidos, con las doctrinas de su credo, con sus intereses creados. No. Bien lo dijo Agramonte: “No Russeau”.

Una constituyente ciudadana es un proceso de creación de la carta magna por todos y cada uno de los ciudadanos. Hoy la Revolución Digital lo permite. La Dama del Siglo XXI, María Corina Machado, lo demostró.

En cuanto a la estructura de Carta Magna que propone el CEC, me resulta contrario a la concepción del estado y el derecho de Agramonte y Martí, las figuras cumbres del pensamiento constitucionalista cubano: Preámbulo, Parte dogmática, Parte orgánica, Modificación y tránsito constitucional. Eso es propio de la estructura del contrato social de Rousseau, donde dan y quitan derechos los políticos en convención que terminan siendo los nuevos soberanos, en una democracia de los elegidos, donde no solo convierten en leyes de obligatorio cumplimiento la voluntad del estado, sino que obligan al poder judicial, supuestamente independiente, a interpretar las leyes de conformidad con su intención legislativa. En fin, el estado deja de ser un instrumento al servicio de quien debe ser el soberano, el ciudadano, y se convierte en un ente artificial, con calidad de soberano con capacidad de someter, paradójicamente, a quien debe ser el soberano, el ciudadano porque Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza.

A Cuba, por todos los agujeros.

Faisel Iglesias García

Fundador de la Corriente Agramontista y autor del del Pacto Social Posmoderno y del Proyecto de Constituyente Ciudadana


POSDATA

CONSTITUYENTE CIUDADANA

“Yo quiero que la primera Ley de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”

                                                                                                                     José Martí

“El individuo mismo es el guardián y soberano de sus intereses”

                                                                                         Ignacio Agramonte y Loynaz

PREÁMBULO

La conquista, el saqueo y sojuzgamiento, la implantación violenta del estado como medio para imponer una visión hegemónica del mundo, y un derecho sin fundamento en lo armónico, lo equilibrado, lo justo, minaron las bases de una sociedad democrática.

Enraizado en nuestra tierra un despotismo ilustrado que despojó a la ciudadanía de sus derechos a la soberanía y el autogobierno, se impidió el desarrollo de una tradición en los derechos individuales, y se obstruyó el avance de un sistema de justicia verdaderamente independiente, en el que pudiera imperar la armonía, los valores de la igualdad ante la ley y la fraternidad.

El triunfo de la Revolución Cubana de 1959, en medio de la III Guerra Mundial conocida como la Guerra Fría, época en que la humanidad vivía en medio de la asfixiante atmósfera de la paz del miedo nuclear, condicionó el alineamiento de Cuba al Campo Socialista, el cual tenía una concepción monista del estado y consideraba el derecho un instrumento -y por tanto sin valores propios- del poder político.

Extrapolada de su espacio vital natural, el hemisferio occidental, Cuba se convirtió en un satélite de las aspiraciones geopolíticas de la Unión Soviética, cada vez más lejana de la concepción del estado y del derecho de Ignacio Agramonte (“El individuo mismo es el guardián y soberano de sus intereses, de su salud física y moral; la sociedad no debe mezclarse en la conducta humana, mientras no dañe a los demás miembros de ella. Funestas son las consecuencias de la intervención de la sociedad en la vida individual; y más funestas aun cuando esa intervención es dirigida a uniformarla, destruyendo así la individualidad, que es uno de los elementos del bienestar presente y futuro de ella”) y José Mari de “no copiar doctrinas ni formas foráneas de gobierno”.

La Revolución Informática ha roto las fronteras, ha eliminado las distancias y la humanidad ha arribado a una nueva Era en la que el ser humano tiene predicado y perspectivas nuevas. Hoy, el ciudadano puede llegar con inmediatez a las instituciones del Estado y contribuir a dibujar la voluntad nacional, sin necesidad de “representantes políticos” que hablen a espaldas de esa ficción jurídica llamada “Pueblo”.

Son necesarios pesos y contrapesos institucionales, en los que cada cuerpo sea elegido por la voluntad soberana de los ciudadanos, y se garanticen los derechos inalienables de los seres humanos, en armonía con la sociedad y la naturaleza y la pulcritud en el manejo de la cosa pública.

Declarada, por las propias autoridades cubanas, la incapacidad del Estado de satisfacer las necesidades materiales y espirituales de la ciudadanía, se hace necesario una

CONSTITUYENTE CIUDADANA

REFRENDADA por NOSOTROS, CIUDADANOS CUBANOS, adquiere el significado y trascendencia jurídica de

CARTA MAGNA DE LA REPUBLICA DE CUBA

Artículo I. El Ciudadano es el Soberano y, en consecuencia, es la primera y última fuente de poder.

Artículo II. Son inviolables los derechos los derechos inalienables, de la persona humana.

Artículo III. Poderes Ciudadanos delegados al Estado

Todos los funcionarios encargados de ejercer las funciones de los Poderes de los Ciudadanos delegados en el estado deberán ser elegidos por los ciudadanos. Los ciudadanos elegidos a los poderes del Estado no podrán ejercer estas funciones por más de dos periodos consecutivos de cuatro (4) años cada uno.

Sección I. PODER JUDICIAL.

Su función deberá ser instrumento para impartir justicia, por encima del imperio de la ley, procurando la equidad y la armonía.

Interpretar las leyes y velar por la constitucionalidad de las mismas, así como la de los demás actos de cualquiera de los poderes del estado.

El Poder Judicial deberá tener profesionales de carreras y otros elegidos por los ciudadanos, a fin de que exista un balance entre funcionarios que deben responderle a los ciudadanos directamente, e implementar la política pública de un momento dado, junto a aquellos que deben ejercer su magisterio, en virtud de sus ciencias, de las virtudes de su arte, y la armonía con la naturaleza, sin tener que estar atento a las coyunturas económicas, políticas y sociales.

La Administración de Justicia permanecerá siempre independiente del Poder Ejecutivo. Las reglas a estos efectos serán fijadas por ley.

Sección II. PODER LEGISLATIVO

Sus funciones serán “atender a los encargos públicos”, según José Martí, crear la política pública, legislar e investigar a los fines legislativos.

Sección III. PODER EJECUTIVO

Será el encargado de desarrollar la obra de gobierno, dentro de los marcos institucionales y legales vigentes.

Sección IV. PODER FISCAL

Deberá ser un garante de la legalidad. Velar por la pulcritud de la administración pública y los derechos de los ciudadanos. Deberá auditar, controlar, fiscalizar y encausar a personas naturales y jurídicas.

Sección V. PODER ELECTORAL

Será el encargado de certificar a cada funcionario en el puesto que ha ganado por oposición, en virtud de un mejor derecho, o para el que ha sido elegido en virtud de la voluntad ciudadana. Debe ser una garantía en contra del nepotismo, las influencias y la incapacidad.

Sección VI. UN PRESIDENTE QUE NO GOBIERNE

A fin de evitar la concentración de poderes en una persona, que lo puedan convertir en determinadas circunstancias históricas en otro de nuestros dictadores, el presidente de la república, deberá representar al país como jefe de Estado, recayendo la responsabilidad de gobernar en las instituciones.

República de Cuba.


[1] Martí, José. Obras Completas.

[2] Martí, José. Obras Completas.

‘La naturaleza del templo’ en la obra escultural y transpictórica de Vineet Kacker

Beyul: Hidden Valley 02 (2024)

mi única religión es el amor, el arte, la belleza y la gratitud


Aquí les presento una obra extraordinaria. Concebida desde el simbolismo místico tras el paisaje, creando un contexto híbrido entre la modernidad y los ancestros.

Interesante sesgo de referencia naturalista (sin serlo) que orienta su cerámica al monte Kailash, Beyul, y el inmenso Himalaya de trasfondo general, para insertar esas t(i/o)po(logías/grafías) del sánscrito a la imaginería mítica, complemento de los mándalas, donde hace mutar el paisaje de la eco-reflexión, a una escenografía sensible, el retrato del contexto incluso el retablo contemplativo.

Tal dijera la generosa fotógrafa, escritora y amiga común que me lo presenta, Blanca Helena O’Byrne, se trata de: “…Confabulaciones del Universo que hacen posible los encuentros aparentemente improbables…” Entre tú y yo, el Mundo y lo demás, la tecnología y el arte, la gnosis y el Templo, el camino y el pie que anda. Contradiciendo al propio autor “Naturaleza Viva”. ¡Muy viva!

Transhumanismo -mediance- para una arquitectura donde la estética y/o la evidente belleza (de estupenda factura) se hace prenda, talismán, “Estupa”; maqueta a otra escala del recorrido iniciático que complementa, eficaz, lo cultural en lo natural y viceversa.

Lo que el “Za-Zen” denomina “Fudō”, concepto que no distingue sujeto y objeto, el yo del paisaje en un todo único de orden, armonía y calma, donde cualquier razón o constructo también forma parte de la disolución no antropocéntrica en el ejercicio de la mirada.

“Un poco de ciencia nos aparta de Dios. Mucha, nos aproxima” [1].

Visiones extremadamente curiosas entre la tecnología (el horneado de esas texturas blandas orgánicas de la cerámica, las impresiones digitales y los ensambles consistentes) que saltan del espacio bi-dimensional a lo Trimurti incluso tetra-cardinal… pues cada Yantra es un diseño que transgrede la geometría cartesiano-mecanicista para comprenderse “Teseracto”, matemática mística proyectada en el tiempo y el espacio, no sólo conceptual, sino realmente estructura hipercúbica de un instrumental que intuye lo sobrenatural incluido, pero también la práctica humilde del objeto: Impresión, registro, anecdotario autorreferencial y/o experiencial (si se quiere) del “ecce homo”, más o menos ¿invisible y/o exento? en/de las imágenes (tal están los tiempo) en (o fuera de) su contexto, por “conseguir ser lo que se es”. Empeñados en encontrarle, quizás donde no es y/o no está, en cambio legado de su rastro en la ruta, visibles huellas de manos, dedos, entre otras trazas del recorrido, bajo la luz creativa posándose sobre el Mundo. El túmulo, Chedi, Dagoba, Chöten en lengua palí, cúmulo funerario para algún distinguido dignatario Veda, que el viaje del Buddha asume sin holocausto ni ofrendas animales, en cambio contenedor mágico y campana de cenizas. Dejando instrucciones precisas para su construcción, los fundamentos establecidos que Vineet Kacker comprende cual “corazón como paisaje” o el “paisaje mismo del corazón”. La sencillez rúbrica de un milenario hinduismo peregrino atravesando las cumbres sombrías del techo del Mundo, la “mente despierta”, el “cuerpo de Buddha” cuyo altar sendero al despertar contemplativo es bóveda celeste u Ovo, luego “Harmika” cuadrangular que sostiene el eje del universo “Iashti” donde reside la divinidad.

Obra magnífica que rodea y contagia el carácter sagrado que se intuye, incluso para los no iniciados, empujándonos a un nomadismo transteista merodeador de izquierda a derecha, con ese modo en que el brazo del corazón siempre queda hacia afuera, enfocado al infinito exterior de una otredad desconocida. “Ritual Pradaksina” que imita el sentido que recorren las estrellas firmamentales en el Universo. El sol y la luna creciente en lo más alto nos habla de la sabiduría y la compasión, en la danza del cosmos místico, que en esta esotérica obra integra sabiamente los valles, el bodegón, el retrato de las montañas y hasta la doble Vesica, internando divinidades manifiestas que el Imperio Ashoka volvió sacras reliquias en/de cada locación allí donde se hallasen, se me antoja orientando los cinco elementos: La Tierra (lo lítico, piedra bruta), el Agua (el azul y el blanco dinámico y fluido de la luz), el Fuego (la representación de la Estupa misma que se eleva y danza como una llama prendida en medio de tanta confusión), el Aire (simbolismo del pájaro en pleno vuelo) y el Éter (la proyección de su deseo, corrimiento de lo de-sidéreo al ámbito de lo divinizado sublime), en cuyo simbolismo reside el pacto entre el abajo y el arriba. Chakra o discos que le coronan y a medida que ascienden pierden superficie, representando los cielos sucesivos que Vineet coloca y pontifica como pequeños gigantescos ombligos del Mundo.

Y parecen terrazas, portales entre el más acá y el más allá, que deliberado escoge como insistente Logos, al que recurre de manera continuada, ejercicio de una obsesión expresa en la fuerza recurrente del signo que repite intencional y que en lugar de buscar un craso neologismo plural desarraigado o desprovisto de la profundidad en la tradición, apela a la reiterativa arquitectura, descrita internada, adjunta y mimética a la poética en cada obra. Más elocuente quizás en (lo que para mí son las piezas más logradas y conceptualmente más poderosa de) la serie de “Beyul. Hidden Valley”, otro metarealismo de la imaginación -absolutamente magníficas- en la integridad arqueológica protocultural, el ornamento religioso (re-ligare), la belleza del contexto y la razón tesorera del objeto de culto. Me refiero a la influencia bienhechora del atributo de las piedras, donde los escarpados picos se transfiguran en animales blandos que respiran su “sagrada geología”, la nieve del blanco que ilumina su piedra escultural y preciosa. Obra “Para-Ganesha” que se intuye, entre tantos atributos concentrados. Digo: Toranas, o quizás Jakatas de sucesivas vidas Iluminadas del maestro.

Serie que también aborda con curiosísimos “Mandalas Espejos” su respeto por las ilustraciones alegóricas de ciertas figuras inmortales de los Puranas, reinseminados en nuevos contextos que enuncian el éxtasis de “Devi” o el gran “Uno Azul” …versando su dulce nada… los Sueños Yóguicos, el gran amor del Señor Universal, que baja de la máquina, el tech-non espiritual y un extenso ajuar sígnico de “armas sobrenaturales” o “Astras”, como el “Trishul” comúnmente utilizado como uno de los principales símbolos tridentes en el Sanatana Dharma, cuando sobre el Himalaya hace descansar su “Vashra/Tvastar” o “Dorje” en tibetano (diamante como rayo) representando su dureza indestructible y la fuerza irresistible del ardiente relámpago. Épica que el hinduismo denomina “la poderosa arma de Indra” -según el mito- realizada artesanalmente por Vishua Karma (el orfebre y arquitecto de los dioses) a partir de los huesos del rishi Dadhichi.

Y también veo mistéricos Vimanas y hasta el cisne celestial cuya prototecnología surca el cielo plomizo del “Rig-Veda”, el mismo arco sobre nuestras cabezas sostenidas, justo en medio del campo sagrado y heroico, repleto de imaginación y mitología.

Vineet con gran oficio continúa la tradición de sus ancestros hindúes, volviendo al arte de la piedra en un templo que no excluye la naturaleza del infinito, la orografía, incluso el ejercicio de la postal. Sublime mapeo de una neofiguración al comprender que: Quien va en busca de montes (contrario al decimonónico pensamiento martiano de los trópicos) también encuentra “uno” en cada piedra del camino, en cada girón, en cada loza o mosaico que sostiene la cordillera, el valle, las cumbres y el cielo, en la ontología fundamental del corpus ígneo viviente: “La Naturaleza” reverdecida y abisal, como el más adorable, sagrado, orgánico, funcional y fundacional “Templo”, en perfecta comunión con su arte, talento, virtud.

AdriáNomada

(Cómplice)


[1] Frase extraída del anecdotario del eminente científico Luis Pasteur.

La Tícher (1942-2025)

Murió allá, lejos, en Brasil, Aimée González Bolaños. Lejos, como tantos cubanos y cubanas han ido a vivir, y morir.

Yo le decía Tícher porque pertenecía a esa raza de maestras y maestros de literatura, académicos digo, que, en verdad, se tocan el corazón con la teoría y el suspiro poético.

Ella una vez, hace tanto tiempo, luego de dedicarme una disertación —privilegiada, porque era solo para mí­— sobre la teoría literaria, en su casa de la calle Máximo Gómez, allá, en nuestra querida Santa Clara, concluyó: “Pero, finalmente, escribir es un don”.

Ahora allá, en Brasil, la mató un borracho que manejaba una moto. De repente. Inesperadamente. Sin darle tiempo a la brisa para que la besara.

La Tícher era una de esas mujeres que por su entereza, su talento, su capacidad para la batalla, demuestran que, sea quien fuere el creador de la raza humana, le otorgó a la mujer la supremacía.

Nos vimos por última vez —en persona— hace acaso unos 25 años, allá en Santa Clara, al final de la calle Buen Viaje, en un mercado popular. Celebramos la coincidencia y celebramos que nos veríamos de nuevo…, que nos veríamos de nuevo…

En su poemario Andante, dice La Tícher:

Así iba al parque del Carmen
y de los muros de la iglesia
hecha gárgola se lanzaba.
Imaginaba el vuelo
y caía.
En tierra las vueltas del carrusel cojo
los golpes secos del cachumbambé
el vaivén torcido de las hamacas
los muchachos que miraban.
Y ella elegía con quien cruzar la mirada.
Quería ser otra y volar
aún sin alas.

Estos fueron mis últimos mensajes electrónicos con ella:

Tícher, ¿"Andante" no está en español? ¿Se relaciona con "Aladas"? Cariños y gratitud  para ti.


Félix Luis Viera <[email protected]>
mar, 21 mar 2023, 10:41 a.m.
para Aimee, Cco:mí
Ok, gracias. Me confundí.  Por más que lo moví (dos veces), no lo vi- (Los años...) Cariños




El mar, 21 mar 2023 a las 10:27, Aimee Bolanos (<[email protected]>) escribió:

Pues es bilingue y está en español también. Son dos libros o uno en dos lenguas. Revisa...

Como sabes, aprecio mucho tu lectura!

Besos, beijos!

(mando de nuevo)

Hoy, otra vez, siento deseos de parafrasear al poeta: “Qué solos se quedan los vivos”.


 

Un espíritu humanista inquebrantable ante la adversidad

Lincoln Díaz Balart, presidente de CHLI, interviene durante un evento de la organización

“Siempre dispuesto a echar una mano, con el evangelio de Cuba en la otra”. Así describí al congresista y querido amigo Lincoln Díaz-Balart encabezando su cuestionario para el libro de entrevistas Retrato del exilio: 110 cubanos, 10 definiciones (Neo Club Ediciones, 2015), disponible en Amazon.

¿Cómo describir la impronta y/o el legado que un hombre como él nos deja tras 70 años de existencia en este plano? (aclaro que no creo en la muerte como desaparición sino como partida hacia un siguiente plano creativo, o regreso al plano fundamental de la realidad).

Resulta difícil hilar estas líneas. La riqueza de su personalidad y su inteligencia constituyen un reto de cara a cualquier obituario y, de cualquier manera, duele aceptar que ya no estará, aquí y ahora, entre nosotros.

Había, hay, en Lincoln, un optimismo ligado a una generosidad siempre incansable. Ello hizo posible, por ejemplo, hazañas legislativas como la Ley de Ajuste Nicaragüense y Alivio Centroamericano de 1997 (NACARA por sus siglas en inglés), que concediera residencia legal a cientos de miles de inmigrantes que en Estados Unidos confrontaban la deportación.

Lúcido pero humilde a pesar de su relevancia y su brillante trayectoria de décadas, Lincoln Díaz-Balart simboliza la persistencia de un espíritu humanista inquebrantable ante la adversidad. “Una Cuba próspera y democrática atraerá a jóvenes talentosos y trabajadores de todo el mundo que buscan un futuro mejor”, escribió en sus “Apuntes de una vida”. Y también:

“La inmigración ordenada y bien planificada ayudará a revitalizar a Cuba cuando se combine con la extraordinaria capacidad de trabajo, la inigualable imaginación del cubano y la pujanza que brindarán las nuevas generaciones de cubanoamericanos que descubrirán sus raíces en Cuba con amor, y ayudarán a que la segunda República sea aún más próspera que la primera”.

A continuación sus respuestas en el cuestionario al que aludo al principio:

  1. Defíname, por favor, qué es para usted Cuba

Mi patria. Definida magistralmente por José Martí como “fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”.

  1. Estados Unidos

Mi otra patria. Pueblo generoso y valiente, libertador de naciones oprimidas.

  1. Estar en forma

Sentirse bien.

  1. La libertad

La paz, que, como dijo Benito Juárez, es el respeto al derecho ajeno.

  1. Aquello a lo que nunca dice no

A tratar de ayudar.

  1. El calentamiento global

Un tema relacionado al hecho de que solo estamos aquí por un corto tiempo y debemos intentar cuidar el planeta.

  1. La corbata

Vieja costumbre decorativa en crisis.

  1. La comida rápida

No será buena, pero menos mal que existe.

  1. Un selfie

Nuestra época.

  1. El año 2015

Vorágine de cambio creativo en los países libres. Condenable luz verde de la comunidad internacional para la represión en Cuba. Pero Cuba será libre.



 

En palabras de Lincoln Díaz-Balart

Lincoln y su padre, Rafael Díaz-Balart, durante una marcha por la libertad de Cuba

Lincoln Díaz-Balart (La Habana, 13 de agosto de 1954 – Miami, 3 de marzo de 2025), fue electo a la Cámara de Representantes estadounidense por el 21.º distrito congresional de Florida en 1992. Ya en el Congreso, fue autor de la codificación de las sanciones económicas de Estados Unidos contra la dictadura cubana, según la cual antes que puedan levantarse las mismas todos los presos políticos deben ser liberados convocándose elecciones pluripartidistas en Cuba.

Su acción legislativa en 1996 evitó que el presidente Barack Obama pudiera levantar unilateralmente el embargo cuando normalizó las relaciones diplomáticas con el castrismo en 2014.

Lincoln Díaz-Balart fue también el autor de la reforma migratoria de mayor impacto aprobada por el Congreso desde la Ley de Inmigración de 1986, la Ley de Ajuste Nicaragüense y Alivio Centroamericano de 1997 (NACARA por sus siglas en inglés), que concedió residencia legal a cientos de miles de inmigrantes que en Estados Unidos confrontaban la deportación.

Su generosidad, elegancia y lucidez lo definen como uno de los políticos de origen cubano más importantes de los siglos XX y XXI.

En palabras del congresista:

«La denigración constante de la República logró ocultar las realidades positivas y los admirables logros sociales obtenidos en Cuba, debilitó a sus instituciones y, en definitiva, las destruyó».

«El contraste entre la forma en que Washington y los otros fundadores de Estados Unidos han sido tratados por la historia, y como han sido tratados los hombres públicos, los políticos, de la República cubana, es demasiado dramático para dejar de mencionar una de las mas importantes diferencias entre las historias de las dos naciones».

«El punto de vista de cada persona sobre Estados Unidos es el factor ideológico definitorio de nuestra era. La historia ha dejado atrás los conceptos de Izquierda y Derecha. ¿Crees que Estados Unidos es una fuerza para el bien o no? Esa pregunta define en gran medida la política de nuestro tiempo».

«Estados Unidos es una nación increíble, libertadora de naciones, una nación de fundadores excepcionales e innumerables héroes que la han mantenido libre. Una nación de generosidad realmente incomparable. Ojalá todo el mundo pudiera visitar los solemnes y hermosos cementerios en toda Europa de los americanos caídos que liberaron dos veces ese continente en el siglo XX».

«La ilusión constante de mi vida –y una gran motivación para la acción– ha sido ver a Cuba libre. He tratado siempre de hacer todo lo que está a mi alcance para contribuir a mantener viva la llama de la nación cubana. Más de 65 años de totalitarismo, destrucción, degradación, muerte y diáspora le han causado un daño indescriptible. Pero Cuba, aunque profundamente herida, no está muerta».


 

‘El pesador de palabras’, de José M. Fernández-Pequeño, un libro sin garata

José M. Fernández Pequeño (o mejor, Pepe) es un perro viejo en la contadera de cuentos. Los inventa mientras bebe cerveza con los amigos y va enriqueciéndolos con su labia multilingüística. Tira al aire un tema que crece en su cabeza para robarse las palabras en el aire y usarlas en las madrugadas, que es cuando escribe escondido hasta de él mismo. Van cayendo los años al contador de cuentos, que ha visto muchas cosas y ha leído mucho más, y a medida que las canas nublan su cabeza es más diestro y escribe con más cariño, como si se le escapara la poesía que hasta ahora esconde.

En uno de los cuentos del libro que ahora nos ocupa, cuando las palabras mágicamente aparecen en las márgenes de una ensenada, él dice: “Si Cristóbal supiera cuántas veces he visto las palabras así como las describe, de un color que él dice entre carmelita y naranja, lo fácil que me sería aclarar sus dudas… Explicarle, por ejemplo, que no tienen esa apariencia por la forma en que el sol hace brillar el agua, y que tampoco debe sorprenderse porque permanezcan ahí, regaladas al balanceo del mar, indiferentes ante la presencia de tantos curiosos.” ¿No les digo?, ¡perro viejo! En cualquier momento se sale con un libro de poesía, aunque si ahora alguien le dice que escriba en versos, segurito que responde: ¿Oye, de qué carajo hablas tú?

Así dirá, y encima le colocará el acento dominicano.

Pero no solo es cuentero el hombre, también salió consejero. Hay un par de frases que le vienen bien a cualquiera y pongo ejemplos para que lleven carta:

“Es difícil no juzgar a la gente por su apariencia, lo sé, pero a veces eso trae más despiste que ventajas.”

“Uno hace el esfuerzo de, aunque sea en la vejez, comportarse como una persona normal. Basta ya de estar escribiendo invenciones, imaginando historias, intercambiando golpes con unas palabras que a fin de cuentas solo alcanzan sentido si logran zafarse de uno y abandonarlo a tiempo.”

El pesador de palabras (Editorial Casa Vacía, 2024) es un libro hermoso; para mí, el más sensitivo de su autor… ¡por mucho! Un libro que regala verdades dentro de su ficción poética, donde hasta el omnisciente que ya no le gusta a Pepe (dice él que nunca le gustó, ¡ja!) protagoniza las nostalgias; pero solo las palabras tienen la luz para desentrañar una variedad de situaciones en las que lo importante es lo que no se dice.

Hablo de un libro donde aparecen amigos y también Miami sin necesidad de nombrarlos ni de hacerse el miamita.

Es un libro bueno para pensar en las palabras, en su significado y su vuelo. Claro, porque ya él descubrió que tragárselas es la única forma de escribir un buen libro. También es bueno para la mesita de noche, para marcarlo, rayarlo y releerlo cuando te sientas solo: “Puede que haya un momento en que sus signos se hagan inaudibles para el universo (cualquiera sea la amplitud que concedamos a tal palabra) y su avance hacia el horizonte desaparezca en el radar de los dioses. Sin huella no hay presencia, al menos no para los ojos humanos, con su horrible pretensión de atrapar la mayor cantidad posible de realidad y elaborar rutinas.”

O pa’ devorarlo antes de dormir.


Open Studio | Tributo a Waldo Díaz-Balart

Hdez-Güero Studio invita, del 3 al 10 de marzo próximos y con texto de Betty Gago, al Open Studio «Entrelíneas», un homenaje a la amistad entre los artistas de origen cubano Waldo Díaz-Balart, fallecido el pasado 5 de febrero en Madrid, y Jesús Hdez-Güero.

Cuándo: Del 3 al 10 de marzo de 2025
10:30 am – 19:00 pm

Dónde:
Hdez-Güero Studio
Calle San Ildefonso 10
28012 Madrid
(Metro: Antón Martín)

Un Open Studio que, afirman sus organizadores, «desde finales del año pasado estuvimos organizando con Waldo, junto a su mano derecha Ángel Gómez, pensando que nos acompañaría para disfrutar juntos de este proyecto. Aunque ya no estará físicamente con nosotros, lo estará de forma espiritual».


‘El pesador de palabras’ de José Fernández Pequeño

Miami Book Fair invita el próximo 7 de marzo a las 7:00 p.m. en el Koubek Center (2705 SW 3rd Street, Miami, FL 33135), a la presentación del libro El pesador de palabras (Ediciones Casa Vacía, 2024), del narrador José Fernández Pequeño.

En el evento intervendrán, además, las escritoras Kelly Martínez Grandal y Ena Columbié.

“Miami Book Fair presenta una conversación única sobre la memoria, la perspectiva y la creación literaria en tiempos actuales. Un diálogo que trasciende la literatura para conectar con el cine, la fotografía y el arte visual”, afirman los organizadores.

“Cuando uno lee un libro como El pesador de palabras, escrito por el cubano José M. Fernández Pequeño, se lamenta de que los escritores cubanos exiliados —censurados en la tierra que los viera nacer— hayan perdido lo que suelo llamar la ‘patria editorial’; es decir, que hayan perdido el vínculo con los lectores residentes en la Isla… Recomiendo la lectura de este libro, que avisa de la buena salud de la literatura cubana de dentro y de fuera”. Félix Luis Viera.

El estacionamiento es gratuito.


 

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