Los periodistas independientes Héctor Luis Valdés Cocho y Esteban Rodríguez, miembros del Movimiento San Isidro y colaboradores del sitio ADN Cuba -entre otros medios-, fueron desterrados por el régimen castrista el martes pasado, y se encuentran en un limbo migratorio tras arribar por vía aérea a El Salvador y denegarle Nicaragua la entrada al país.
“Esteban llevaba, hasta el día de ayer 4 de enero del 2022, ocho meses de injusta condena dentro de la prisión de máxima seguridad en el Combinado del Este; todo por exigir pacíficamente los derechos de todos los cubanos e intentar ver a un amigo que se encontraba en huelga de hambre y sed, Luis Manuel Otero Alcantara”, narró Valdés Cocho en su muro de Facebook. “Ocho meses en que su cuerpo fue sometido hasta el último minuto a torturas y confinamientos en celdas de castigo en condiciones infrahumanas”.
“Por no saber tolerar una opinión distinta y reconocer que todos y todas tenemos el derecho de expresarnos sin miedo a la represión, el régimen cubano nos obligó a tomar la decisión de abandonar nuestro país”, añadió el reportero. “A Esteban lo llevaron al aeropuerto en la madrugada de ayer, al igual que a mí. Aún Esteban tiene en sus pies las marcas que le dejaron las llamadas shakiras. Todo ese tiempo, en que las lágrimas no faltaron, ellos (la policía política cubana) estaban ahí recordándonos que éramos expulsados y que jamás podríamos regresar a Cuba”.
Valdés y Rodríguez hicieron escala en Tocumen, “aeropuerto en que tomamos otro vuelo hacia El Salvador, desde donde tomaríamos otro hacia Managua”, explicó Valdés Cocho. “Justo a las 9:30 p.m., hora en que llegó el último vuelo hacia Nicaragua, único país con libre visado y en el que unos amigos nos darían refugio en su hogar para de ahí pedir asilo político en algún país con democracia, justo a la hora en punto de la llegada del vuelo, nos llamaron por el altavoz y nos comunicaron que la dictadura nicaragüense nos prohibía la entrada a Esteban y a mí”.
“Nunca nos dieron una explicación ni mucho menos una posible solución a esta problemática: Varados en San Salvador, en un limbo migratorio y sin la idea de retornar a nuestra tierra por la inminente amenaza de procesarnos si lo hacemos”.
“Acá estamos, sin soluciones, sin dinero, sin comida e implorando al gobierno salvadoreño o a cualquier país en democracia que nos brinden ayuda”, cerró el comunicador independiente. “Ya vamos para veinticuatro horas como hoja que bate el viento”.