Amir Valle, novelista cubano exiliado hace años en Alemania, afirmó que «la diáspora cultural cubana es una de las más grandes proezas de resistencia». La poetisa Lilliam Moro, habanera nacida en 1946 y que ha muerto en Miami tras largo y difícil destierro, avala con su vida las palabras de Valle. No tuve la oportunidad de conocer a Lilliam personalmente, pero he tenido el placer de internarme en su obra, donde hallé textos memorables. Hoy comparto con ustedes uno de ellos.
Acción de gracias
Te agradezco, Señor,
el poder disponer de mis cinco sentidos,
de no ser manco, tullido, ciego o sordo.
Perdóname si no siempre me acuerdo de estos dones.
Gracias por no sentir vergüenza
de pronunciar tu nombre,
escribir y decir las palabras amor, o rosa, o amistad
sin el menor rubor.
Perdóname si no siempre escribo y hablo lo que debo.
Pero sobre todo te agradezco esta profunda certidumbre
de creer que tanto dolor
tiene un sentido para ti que yo no alcanzo a comprender
y por lo cual te doy un voto de confianza.