De la nueva trova a la timba brava es un reciente libro del escritor Armando Añel, quien dirige la editorial Neo Club Ediciones en la ciudad de Miami. Añel tiene una amplia trayectoria periodística y de activismo político desde la cultura, gracias a la colaboración con diferentes publicaciones y por haber residido también en España e Inglaterra, lo que le provee de una visión más universal.
El texto es una radiografía de la cultura cubana en la etapa revolucionaria desde la música. El arte es una de las aristas desde las que se puede comprender a un país y la evolución de los procesos sociales. En este sentido, acercarse al universo musical puede llegar a ser particularmente esclarecedor para ofrecer una perspectiva del evento político que cambió la realidad cubana de manera profunda desde 1959 y de su impacto en la cultura. Los regímenes totalitarios siempre han tenido un particular interés en el ámbito cultural y artístico, como medios de propaganda y adoctrinamiento, por su carga simbólica y poder de convocatoria.
Es difícil mantener la neutralidad en una revolución que exige radicalismo y posicionamiento político, de ahí que el autor haya hecho un acercamiento a los cantantes a partir de la respuesta de ellos al parteaguas ideológico al que se vieron enfrentados. Algunos de ellos evolucionaron y eso es siempre respetable, otros involucionaron demostrando que en la vida no siempre funciona la segunda ley de la termodinámica; otros tuvieron una trayectoria más sinuosa, que va desde aparentes rebeldías hasta coqueteos con el régimen. También hay artistas de una coherencia paradigmática. Pero lo real es que el arte no puede entenderse al margen de una cierta eticidad. Los actos humanos tienen consecuencias.
Un cubano no precisa ser un musicólogo avezado para hablar de la música en las últimas décadas, por lo integrada que está esa manifestación del arte a nuestra vida cotidiana. Pero sí es esencial una formación cultural sólida en la que se imbrique la música y la política con una comprensión clara de la historia más reciente de nuestro país, y Armando Añel la tiene, sin lugar a dudas. Su libro, sin tener pretenciones académicas, perfectamente puede ser considerado un referente para introducirnos a comprender el complejo universo de las relaciones entre la política y la cultura a través de su manifestación más popular en la etapa revolucionaria.
De la nueva trova a la timba brava es un llamado de alerta y testimonio de una época. Es un libro de grata lectura que nos invita a entender lo susceptible que es la cultura de sufrir la presión política, lo expuestos que están los artistas ante los mecanismos de persecución cuando no hay democracia. La poiesis sufre en un entorno asfixiante. El arte es una expansión del espíritu, y de por sí exige un clima de libertad social en el que los artistas estén en condiciones de desplegar su creatividad. El libro de Armando Añel es también un aporte a la creación de algo nuevo, el alumbramiento de una sociedad en la que el arte vuele en una atmósfera luminosa por el cielo de la Isla.