La guerra de los funcionarios culturales del régimen cubano contra el artista alternativo Luis Manuel Otero Alcántara continúa.
Tras el fallido encarcelamiento del creador, ya célebre por sus performances de denuncia en La Habana –permaneció 12 días encarcelado–, se le había programado un juicio sumario por «ultraje a los símbolos patrios», «desacato agravado» y «daños a la propiedad» que luego fue pospuesto. Nuevamente en la calle, Otero Alcántara ha continuado con su itinerario creativo y los funcionarios del régimen con sus ataques en las redes.
La nueva iniciativa del artista, una ingeniosa subasta de la bandera cubana que utilizó «como segunda piel» en el performance Drapeau, tendrá lugar este miércoles a las 3:00 p.m. y el dinero obtenido sería donado al gobernante Miguel Díaz-Canel «para enfrentar la pandemia del coronavirus» en Cuba. Una andanada de ataques oficialistas, más algunas incomprensiones aliadas, ha seguido al anuncio.
Entre los funcionarios que han cargado esta semana contra Otero figuran Yasel Toledo y Pedro de la Hoz, connotados desinformadores oficialistas, el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, y Alexis Triana, jefe de Comunicación del Ministerio de Cultura. La indignación incluso ha subido unos cuantos decibelios. Y es que se trata de un performance de doble filo, este de la subasta, que pone en aprietos el supuesto patriotismo de la nomenklatura comunista… o el nacionalismo de opereta que sirve de punta de lanza a la represión y la censura en la Isla.
Según Toledo en un artículo publicado en Juventud Rebelde, «Fidel siempre tuvo mucha claridad sobre la importancia de los símbolos, las tradiciones y el orgullo colectivo de ser cubanos como motores para vencer cualquier obstáculo y no dejarse engañar». Léase, por supuesto, «como motores para ahogar cualquier expresión independiente y dejarse manipular».
Aviso: La subasta fue finalmente suspendida por el artista este martes.