“Luis Manuel Otero Alcántara, artista valorado e invitado este año a nuestro proyecto, está detenido en paradero desconocido por hacer una acción artística (enfrente de su casa) colateral e independiente a la Bienal de La Habana que este año tiene por nombre, paradójicamente, ‘La construcción de lo posible’”, denunció la artista española Paula Valero Comin este sábado 13 de abril en su página de Facebook.
En la performance Se USA (realizada en el barrio de San Isidro, Habana Vieja) “Otero proponía realizar un evento deportivo donde los participantes hicieran un ejercicio de velocidad, con una bandera americana y una camiseta con la bandera cubana, tal y como hizo Llorente en 2017. La acción crítica no pretende ser un homenaje a los EEUU, sino que cuestiona el nacionalismo y patriotismo que construyen los poderes para dominar, controlar y situarte como apátrida si haces algo que escapa a su imaginario represivo», apuntó Valero.
“La Bienal es toda una energía que se mete en cada uno de los rincones y yo soy artista y la Bienal es mía también… Tengo tres proyectos y uno de ellos es un homenaje al hombre de la bandera, una carrera que se llamará Daniel Llorente y en la que puede participar todo cubano mayor de edad”, había contado Otero Alcántara al diario 14yMedio antes de su detención, según un reporte de la periodista Luz Escobar.
El opositor Daniel Llorente fue detenido por los órganos de la Seguridad del Estado durante la visita del Papa a Cuba, mientras corría desplegando una bandera estadounidense (foto que encabeza este post). Por estos días ha vuelto a ser arrestado y se encuentra en paradero desconocido.
En otro episodio represivo, el miércoles pasado a la artista Coco Fusco se le negó la entrada a Cuba. Fusco fue detenida tras arribar al aeropuerto José Martí, en La Habana, y se le informó que debía regresar a Estados Unidos sin dársele razón alguna para esta prohibición de ingreso.
Fusco, como Otero Alcántara, ha apoyado públicamente la campaña contra el nuevo Decreto 349, que criminaliza la creación independiente en Cuba, su difusión y comercialización. «No soy la primera ni la última intelectual vinculada a Cuba que es castigada por expresar sus opiniones y abogar por una mayor libertad de expresión en la isla», expresó Fusco a propósito del incidente. «Esto se ha convertido en una triste rutina».