Hasta el 15 de mayo de este 2020 permanecerá abierta la exposición ‘Nudos Génesis’, del pintor y ensayista cubano Waldo Díaz Balart, en la galería Casado Santapau, ubicada en la calle Piamonte 10 en Madrid. Los interesados pueden escribir al correo: [email protected] para más información.
“Casado Santapau aprovecha para mostrar los nuevos estudios geométricos que entran en su sala de la mano de Waldo Balart”, anunciaba en marzo pasado Javier Díaz-Guardiola en ABC. La alternativa es virtual:
Waldo Balart nació en Banes (Holguín, Cuba) en 1931, y es uno de los miembros más destacados del colectivo de artistas de Arte Concreto. Además de sus estudios y titulaciones en economía y ciencias políticas realizadas en La Habana, su formación como artista comenzó en la década de los 60 en EE.UU., cuando, una vez instalado en Nueva York, frecuenta el ambiente artístico de la ciudad y se forma en la Escuela de Arte del MoMA. Se introdujo de lleno en el panorama artístico más moderno de entonces, compartiendo amistad con Andy Warhol, Fernando Botero, Rafael Soto, etc. Su arte, sin embargo, lejos de encaminarse por las sendas del Pop Art, tan en boga en ese momento –o de otras de las muchas tendencias que concurrían en Nueva York en aquella época– se dirige hacia el mundo del constructivismo concreto, estética que ha presidido su trayectoria hasta hoy.
Afincado en España desde los años 70, ha desarrollado desde entonces buena parte de su actividad artística, investigadora y literaria en ese país, alternándola con estancias en Europa y Estados Unidos. La entidad de los museos y colecciones que cuentan con obra de Waldo Balart explica por sí sola la importancia de su trayectoria artística global, lo que le convierte en un referente a nivel mundial del Arte Concreto. Además de su actividad como pintor, su dilatado itinerario artístico ofrece también una intensa actividad como ensayista y articulista en relación con el estudio profundo y detallado de la estética y la filosofía del arte.
“La actividad artística es una síntesis de nuestras emociones unidas a una interiorización profunda producida por nuestra intuición e íntimamente conectada a la creatividad que se expresa en el arte, según el grado de sensibilización del artista, y que según Malevich es una mezcla entre la razón y el sentimiento”, escribe Balart. “Conecta con lo extrasensorial que denominamos ‘misterio’, y en la práctica disciplinada y continuada de su profesión el artista ejecuta sus obras con las herramientas de que dispone y las ofrece a la sociedad con el fin de influir en el incremento de la conciencia de los receptores. No buscando respuestas, sino encauzando esa corriente de energía en una dirección positiva”.