Pronunciamiento del Club de Escritores y Artistas de Cuba
El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó este miércoles 11 de diciembre un Pronunciamiento de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). El artículo, titulado “La sorpresa que día a día nos da el pueblo cubano”, respondía a supuestas calumnias del multipremiado escritor peruano Mario Vargas Llosa.
En reciente entrevista en Miami, Vargas Llosa declaró sus opiniones respecto a la situación de Latinoamérica y la demostrada culpabilidad de Cuba y Venezuela en las crisis políticas y sociales que se han desatado en varios de los países del continente.
Lo que todos entendemos como libertad de opinión y de expresión, para la UNEAC y el PCC no es más que una receta neoliberal o imperialista. Se burla abiertamente de ese derecho humano y de la democracia, a la cual llama, despectivamente, “democracia electoralista que se rige por las leyes de la oferta y demanda, las reglas del neoliberalismo y la manipulación aviesa de la opinión pública”.
Evidentemente, quienes redactaron el comunicado desconocen la historia de la humanidad. La democracia es un principio fundamental que fue definido desde la antigua Grecia, como un gobierno ejercido por el pueblo mediante mecanismos de participación -como las elecciones- a través de los cuales confieren legitimidad a sus representantes. Supuestamente es eso lo que existe en Cuba, al menos según lo expuesto una y otra vez por los funcionarios del PCC o del gobierno; contradictoriamente, a ellos nadie, o al menos no una probada mayoría, los ha elegido. En Cuba no se ha desarrollado una elección democrática y libre desde 1948.
La oferta y la demanda es otro principio que ha regido el mercado por siglos. Como la izquierda ha obviado o ignorado esta regla de la economía, ha sumido a sus respectivos países en la miseria y el caos. Pero por supuesto, de todo eso culpa al neoliberalismo y al imperialismo norteamericano. Basta comparar los modelos políticos de la Izquierda y de la Derecha en el continente para percatarse de la eficacia -o no- de ellos. Mientras en países dominados por la Derecha la crisis económica y social afecta a algunos sectores, en naciones de Izquierda como Cuba, Venezuela y Nicaragua, la miseria está generalizada y una mafia de narcotraficantes es quien se enriquece y dirige los destinos del “pueblo oprimido por el yugo imperialista”.
Mario Vargas Llosa conoce muy bien los mecanismos de la Izquierda y el sufrimiento de los latinoamericanos bajo regímenes totalitarios e izquierdistas. No solo es uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, sino que ha sido un autor comprometido con la realidad social del continente y por ello ha participado en la política como defensor del liberalismo.
Poco o nada entiende la Presidencia de la UNEAC sobre democracia, liberalismo o derechos humanos. Y así lo ha demostrado en su Pronunciamiento. Mediante un discurso ambiguo, mediocre e intolerante confirmó ser, una vez más, un mero instrumento al servicio del PCC, cuyo único fin ha sido -y es- censurar cualquier opinión contraria a la dictadura y manipular a la opinión pública.
La UNEAC, que se cataloga a sí misma como “la vanguardia del movimiento artístico y literario cubano”, no posee autoridad ni prestigio alguno dentro o fuera de Cuba. Desde el propio momento de su fundación, al convertirse en el aparato restrictivo de escritores y artistas, perdió su razón de ser. Hoy apenas constituye -dicho por sus propios integrantes- una mera agencia de viaje, pues gestiona, a precios módicos y con apenas burocracia, todas las invitaciones y viajes nacionales e internacionales de sus miembros.
¿Con qué moral critica la UNEAC los pronunciamientos del señor Vargas Llosa si nunca ha defendido a los escritores y artistas censurados, reprimidos, apresados, torturados y asesinados por la dictadura en más de 60 años?
El Club de Escritores y Artistas de Cuba (CEAC) asumió ese vacío de representatividad del gremio. A diferencia de la UNEAC, el CEAC, pese a no tener por objeto constituir una organización política, sino cultural y artística, ha entendido que su deber primero es defender los derechos humanos de los escritores y artistas y, por tanto, manifestarse cuando los mismos son violados; y así lo hemos hecho.
El CEAC, como vanguardia de un movimiento artístico y literario excomulgado y oprimido por la dictadura castro-comunista, denuncia la hipocresía de la UNEAC y sostiene las palabras de Vargas Llosa, quien augura que “en cualquier momento, el pueblo cubano nos va a dar una sorpresa”.
Precisamente, porque cada vez más el pueblo cubano, dentro y fuera del país, se percata de la falsedad, el despotismo y el sufrimiento que ha representado para Cuba y el mundo el régimen de La Habana; porque sí, es cada vez más revolucionario, pero en el sentido estricto de la palabra, pues anhela profundos cambios para su país y una gran parte trabaja en aras de eso.
Pero, sobre todo, cada vez es menos socialista y fidelista, y sí, cada vez más martiano, pues las ideas de José Martí en nada comulgan con este régimen. Martí, con su genio de poeta y profeta dijo: “Hay algo sutil y misterioso en el espíritu de la Libertad que la hace perdurar y vencer por irresistible empuje en medio de las más difíciles condiciones”.
El pueblo cubano ansía la Libertad y por ella vencerá sus miedos, destronará al opresor. El CEAC acompaña esas aspiraciones libertarias.
Jorge Olivera Castillo, Presidente del CEAC
Ángel Santiesteban Prats, Vicepresidente del CEAC