por Waldo González López
Como había anunciado el colegamigo Juan Manuel Cao (y este cronista también divulgara en su muro de Facebook), el pasado lunes 2 de marzo invitó a su popular programa El Espejo al valioso poeta y notable músico (compositor, cantautor, arreglista y orquestador) Mike Porcel, quien sufriera los embates del Movimiento de la Nueva Trova en 1980, cuando decidió venir a residir al exilio miamense tras sufrir las bajezas y canalladas de sus colegas en aquellos lamentables «Actos de repudio» impuestos por el castrismo en la Isla ya desde aquellos años, si bien en no pocas ocasiones aun son realizados por «el pueblo», tal denomina el (des)gobierno a las tropas del Ministerio del Interior que, vestidas de civiles, todavía arremeten contra el pueblo, y ahora sí es correcto el empleo de la palabra.
Mike Porcel (La Habana, 1950) debió padecer la doble prisión de (sobre)vivir en la Isla, porque aparte del sufrimiento de (per)vivir bajo la vigilancia, el odio y la envidia cotidianas con que se ¿vive? en nuestra sufrida patria, asimismo debió esperar nueve años para poder reunirse con su esposa e hijo, quienes habían logrado salir tres años antes.
Mas los lamentables sucesos fascistoides del tristemente inolvidable 1980, serían evocados por Cao y Mike, quienes, asimismo, corroboraron la infrarrealidad que aún padece la Isla, al preguntarle Cao a Mike sobre lo recién acontecido a los jóvenes cineastas José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, cuyo documental dedicado al brillante músico y poeta, Sueños al pairo, sería censurado y eliminado de la lista de cintas concursantes en una muestra de cine joven en Cuba, tal un revival de aquellos ataques al autor de valiosos poemas y canciones laureadas en eventos musicales de Cuba y otros países.
Con la habitual dignidad que le engrandece aún más, a la pregunta de Cao en torno a mencionar algunos nombres que firmaron la carta-acusación y hoy viven en Miami, Mike prefirió no hacerlo, pero sí se habló de algunos cobardes ¿colegas? que siguen en la sufrida Isla en su papel de alabarderos del régimen, y en aquella infausta ocasión se prestaron a tal vileza.
«Mike decide irse en el Éxodo del Mariel, pero no le aceptan la salida. Es confinado en su casa y sufre actos de repudio. Mike cuenta que el “sitio” a su casa duró una semana. Entonces revela algo verdaderamente significante: “En esa semana me echaron por debajo de la puerta de la casa un panfleto firmado por los integrantes del Movimiento de la Nueva Trova[…]”», encabezado —en una muestra de ruindad y envidia— por el oportunista Silvio Rodríguez, quien —como era de esperarse— se negaría a participar en el documental, ya que desde la inauguración de aquel hoy extinto Movimiento, era su director y, en consecuencia, uno de los máximos responsables de aquel perverso «Acto de repudio» que podría haber llevado a una desgracia a su mujer, hijo y, por supuesto, a sí mismo. (Esta lamentable muestra de cobardía hace recordar a este cronista la inhumana horda que repitió los «pogromos» y sus actos de crueldad, como la ocurrida el 9 de septiembre de 2004 en la región de Ekaterimburgo, donde las fuerzas rusas asesinarían a no pocos habitantes.)
Según narra el colega Emmanuel Martín Hernández en su reportaje «Ese lumpen marielito Mike Porcel», publicado en la web ADN Cuba, ese año Mike había fundado, con Carlos Alfonso, el Grupo Síntesis, mas pronto lo abandona por desavenencias con sus compañeros. Piensa este cronista que la ruptura la motivarían los celos y envidia del propio Alfonso ante el talento mayor de Mike, pues sobre Alfonso, el ya fallecido Akpwon Mayor Lázaro Ross, vecino del cronista, le contaría las bajezas de Alfonso, quien tras “perseguir” a El Akpwon Mayor para grabar varios números con Síntesis, ya realizada, no lo llamó mas, ni siquiera para pagarle los honorarios y mucho menos para viajar a Europa con motivo de una invitación realizada por el triunfo obtenido en esas grabaciones, gracias al apoyo vocal del viejo y experimentado artista.
«La canción tema del Festival Mundial la compone Mike y alguien dijo que […] era floja, para mujeres», cuenta ¿su amigo? Amaury Pérez (al que, por cierto, Mike había dedicado su talento y esfuerzo para la realización de su primer CD). «A mucha gente le pareció la canción poca combativa», narra Frank Fernández. Entonces, a Silvio Rodríguez, «el Dios de la Nueva Trova», se le encarga otra canción «más heroica», y el disciplinado «gran trovador» la compone (pero fracasa, pues no merece ni una mención, añade este cronista).
El documental de treinta y dos minutos, dirigido por José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, posee la calidad que le habría merecido uno de los lauros del concurso, pero la siniestra mano del castrismo lo impediría, negándole al dueto de talentosos cineastas su participación. Otros directores retiraron sus cintas del evento, en una digna muestra de solidaridad, tan distante y distinta de la del cobarde y envidioso Silvio, ya ni siquiera tenido en cuenta por su hijo, Silvito El Libre, cuya actitud dista mucho de la de Silvio, El Preso (y así lo nombro por su actitud de lamebotas). Tan diferente del ¿padre?, Silvito, residente en la Florida, recientemente dio otro ejemplo de valentía en su repleto concierto con El Aldeano en la ciudad de Hialeah.
Por el documental, supimos de ¿la vergüenza? (tardía, agregaría este cronista) que hoy muestran algunos músicos cubanos: José María Vitier, Frank Delgado, así como los oportunistas Pablo Milanés, Carlos Alfonso y, sobre todo, Amaury Pérez y Frank Fernández, connotados defensores y colaboradores del régimen.
Añade con tino Emmanuel: «Mike Porcel parece que, en términos musicales, era muy bueno, demasiado bueno y diferente para encajar en el quehacer artístico de esa época. Mike, al parecer, quería crear a su antojo sin tema político en su arte. Y pagó con la desidia, el ultraje, el rechazo, por ser diferente como artista. Mirando las viejas imágenes de Mike Porcel, puedo hasta pensar que Silvio le tenía envidia, Porcel era un hombre apuesto.»
Debo recordar que el nombre de Mike sería borrado del grupo por el propio Carlos Alfonso en otra de las numerosas canalladas a que fue y es todavía sometido, a pesar de estar alejado de la Isla y residir en Miami.
El muy talentoso Mike Porcel, desde sus inicios, demostró su talento superior incluso a los de Silvio y Pablo, gracias a su cultura musical y literaria que le permitiría, ya en el exilio, participar en eventos internacionales de enorme trascendencia, a los que muchos de sus ex colegas cubanos ni sueñan asistir.
Agradezco, en nombre de mis colegas escritores y amantes del genuino arte de Mike Porcel, el magnífico documental Sueños al pairo, de José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, como el valioso reportaje «Ese lumpen Marielito Mike Porcel», de Emmanuel Martín Hernández, por mostrar al mejor cantautor, compositor y poeta, enrolado a la fuerza en el Movimiento de la Nueva Trova, y por ofrecer a los cubanos de las dos orillas información sobre este otro acto repudiable del castrismo.
Concluyo con un poema de Mike que, desde el título, responde con finísima ironía a sus ¿colegas? conjurados que hoy tratan de borrar sus traiciones de ayer. Integra su antológico volumen Tonadas y versos, que (con excelentes edición y prólogo del crítico teatral y periodista Carlos Espinosa, y heermosos diseño y cubierta del notable artista plástico Umberto Peña) sería publicado, en 2011, por Los Libros de las Cuatro Estaciones.
Los oportunos
Los oportunos siempre llegan
cuando las oportunidades
vagan con prisa por las calles
y los demás no las esperan.
Los oportunos son muy diestros
en eso de alcanzar la gloria.
Fouche encabeza sus memorias
y es Maquiavelo su maestro.
Los oportunos no se arriesgan
y sin embargo dan el paso.
Con dos sonrisas y un abrazo
dan vueltas a las coincidencias
y ni se duermen ni se cansan
de alimentar sus sueños verdes.
Siguen el rastro, no lo pierden
porque su guía es la alabanza.
Mírelos cómo hacen por flotar
cuando el remolino les amenaza el barco.
Véalos cómo logran salir
y cómo se incorporan a la nueva ola.
Mírelos cambiando de tutor
diciendo lo mismo con distinto nombre.
Véalos cómo vuelven a embaucar
a su más seguro servidor: El hombre.
Los oportunos son expertos
en camuflar sus fechorías.
Componen una alegoría
y lo demás es tiempo muerto.
Los oportunos no se guardan
de destronar a otro oportuno
porque en su código no hay uno
que sea digno de confianza.
Los oportunos se acomodan
en cualquier piedra del camino
Si el viento sopla en el vecino
hacia su reino ponen proa.
Se parapetan en los modos
y tal parece que no piensan
lo malo de las consecuencias
y al fin y al cabo logran todo.
Mírelos…
Los oportunos son silvestres
cosmopolitas en esencia
sectarios en cualquier creencia
siempre agradables y rupestres.
Los oportunos nunca piensan
lo inoportuna que es la muerte.
Van tan seguros de su suerte
que ni se apuran ni se inquietan
Piensan que al juicio de sus almas
van a llegar, siempre oportunos.