El escritor y periodista Luis de la Paz responde las cuatro preguntas esenciales de nuestra página, una manera práctica de profundizar, con el creador, en su obra y sus experiencias:
Cuéntenos sobre sus inicios en la literatura. ¿Qué le impulsó a escribir y cuáles fueron sus primeros textos?
Creo que mis primeros pasos tuvieron que ver de alguna manera con un lejano periodismo, pues en la escuela yo redactaba notas para ser leídas ante todos los estudiantes. Desde luego, lo hacía bajo la supervisión de la maestra y eran otros los que las leían. Nunca se me daba crédito por ello, pero me satisfacía escuchar en otra voz lo que yo había redactado. Luego las lecturas conducen a intentos de escritura propia, hasta que fueron apareciendo poemas y cuentos, y cada vez eran más.
Defina o mencione brevemente, por favor, aquello que los lectores descubrirán, o conocerán, a través de sus libros.
Conocerán de mí, quizás de una forma adulterada o edulcorada. Se darán cuenta que me agrada meterme en la sicología de los personajes y que me gustan los finales sorprendentes. Descubrirán que me preocupa la pérdida del tiempo, de los seres queridos y de los amores, que es un poco perder la vida. También mis inquietudes por la libertad. En fin, que intento ser un escritor que busca estar a la altura de su tiempo.
Mencione tres autores o libros que considere fundamentales o que le hayan inspirado o influido durante su trayectoria creativa.
Entre muchos otros, cada lectura deja una huella. El mundo de ayer de Stefan Zweig, Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski y en general los cuentos de Borges. Pero soy injusto, porque debería mencionar a Kafka, a Panait Istrati, a Hemingway, a Ethel I. Voynich, pero tengo que parar, porque acuden muchos más nombres.
A partir de las nuevas teorías cuánticas según las cuales la esencia del universo no es la materia ni la energía, sino la información, ¿estamos a punto de descubrir que la vida es literatura?
Soy bastante reticente con las teorías que por lo general no demuestran nada y que solo resultan útiles para crear un nuevo lenguaje académico. Después de todo ya está en la Biblia (Juan 1, 1): “En el principio era el Verbo”. Estoy convencido de que el Verbo está relacionado directamente con la palabra, por eso entiendo que la vida es literatura, que la literatura es vida.