Murió allá, lejos, en Brasil, Aimée González Bolaños. Lejos, como tantos cubanos y cubanas han ido a vivir, y morir.
Yo le decía Tícher porque pertenecía a esa raza de maestras y maestros de literatura, académicos digo, que, en verdad, se tocan el corazón con la teoría y el suspiro poético.
Ella una vez, hace tanto tiempo, luego de dedicarme una disertación —privilegiada, porque era solo para mí— sobre la teoría literaria, en su casa de la calle Máximo Gómez, allá, en nuestra querida Santa Clara, concluyó: “Pero, finalmente, escribir es un don”.
Ahora allá, en Brasil, la mató un borracho que manejaba una moto. De repente. Inesperadamente. Sin darle tiempo a la brisa para que la besara.
La Tícher era una de esas mujeres que por su entereza, su talento, su capacidad para la batalla, demuestran que, sea quien fuere el creador de la raza humana, le otorgó a la mujer la supremacía.
Nos vimos por última vez —en persona— hace acaso unos 25 años, allá en Santa Clara, al final de la calle Buen Viaje, en un mercado popular. Celebramos la coincidencia y celebramos que nos veríamos de nuevo…, que nos veríamos de nuevo…
En su poemario Andante, dice La Tícher:
Así iba al parque del Carmen
y de los muros de la iglesia
hecha gárgola se lanzaba.
Imaginaba el vuelo
y caía.
En tierra las vueltas del carrusel cojo
los golpes secos del cachumbambé
el vaivén torcido de las hamacas
los muchachos que miraban.
Y ella elegía con quien cruzar la mirada.
Quería ser otra y volar
aún sin alas.
Estos fueron mis últimos mensajes electrónicos con ella:
Tícher, ¿"Andante" no está en español? ¿Se relaciona con "Aladas"? Cariños y gratitud para ti.
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mar, 21 mar 2023, 10:41 a.m. |
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Ok, gracias. Me confundí. Por más que lo moví (dos veces), no lo vi- (Los años...) Cariños El mar, 21 mar 2023 a las 10:27, Aimee Bolanos (<bolanosaimee@gmail.com>) escribió: Pues es bilingue y está en español también. Son dos libros o uno en dos lenguas. Revisa... Como sabes, aprecio mucho tu lectura! Besos, beijos! (mando de nuevo)
Hoy, otra vez, siento deseos de parafrasear al poeta: “Qué solos se quedan los vivos”.