El opositor venezolano Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, acusó este sábado al régimen de Nicolás Maduro de financiar la «represión y la persecución» en Cuba, tras tuitear una foto de la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, con el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel.
«Mientras el mundo rechaza la represión y la persecución, la dictadura de Maduro la financia en Cuba. Tienen años cooperando en la violación de derechos humanos», declaró Guaidó, quien aseguró sobre la foto:
«Representa desprecio por el ser humano, no representa a los venezolanos y cubanos que luchamos por libertad y democracia».
Díaz-Canel recibió el viernes en La Habana a la vicepresidenta de Venezuela, quien manifestó su apoyo a la dictadura cubana tras las masivas protestas ocurridas en el país. El pasado 11 de julio, en decenas de ciudades y poblados de Cuba, la gente se echó a las calles espontáneamente, con miles de manifestantes clamando libertad y “Patria y Vida”.
El régimen respondió con violencia y los desaparecidos se cuentan por cientos. También respondió con un apagón tecnológico que dejó a la población sin posibilidades de coordinarse o denunciar en tiempo real secuestros, palizas, tiroteos y todo tipo de operaciones encubiertas.
Ahora, mientras las imágenes de la represión militar y paramilitar del día 11 y posteriores recorren los medios y redes sociales de todo el mundo, Díaz-Canel pretende que su gobierno es víctima de “terrorismo mediático”.
La visita de Delcy Rodríguez extiende una tradición de intimidad represiva que dura ya más de 20 años entre chavismo y castrismo. En etapas de crisis o rebeliones libertarias ambos regímenes han mantenido siempre intensas consultas e intercambios.
La liberación de Cuba, cual efecto dominó, probablemente derribaría el castillo de naipes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega en Venezuela y Nicaragua, extendiendo una ola de rechazo a la ultraizquierda en América Latina.
El castrismo constituye una especie de sala de máquinas de la desestabilización regional, cabeza de playa de Rusia y China, referente antinorteamericano de toda clase de gobiernos y movimientos extremistas, o empobrecedores, y principal asesor para la represión en el hemisferio. Todo lo cual conspira, directa o indirectamente, contra la seguridad nacional y la estabilidad geopolítica de Estados Unidos.
También, el pueblo de Cuba, a diferencia del de Venezuela o Nicaragua, cuenta con un exilio influyente a un tiro de piedra, en Miami y en Washington, con representantes tanto en el Poder Legislativo como en el Ejecutivo, lo mismo en el Partido Republicano que en el Demócrata (funcionarios, congresistas, senadores, etc.).
Medidas radicales que hagan pagar un alto precio por la represión en Cuba, o algún tipo de operación humanitaria o tecnológica que garantice a la población cubana indefensa conexión a Internet y cierta protección frente a los abusos del aparato totalitario, no deberían descartarse durante este caliente verano.