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‘Irene y Teresa’, otra manera de contar asuntos sensuales

 por Arístides Vega Chapú

El amor desde otra manera (singular) de contarse parece ser el hilo conductor de la nueva entrega de Felix Luis Viera (Santa Clara, 1945), Irene y Teresa, novela corta aparecida en Puente a la Vista Ediciones y en la que a primera vista todos sus personajes optan por sostener y exponer  una sinceridad poco común en la vida real.

Y es que esta novela aparentemente inocente no precisa de trazos que pueden transcribir la realidad porque desde la más auténtica ficción es capaz de crear otra realidad que, sostenida sobre la primera, se muestra contundente y creíble, aun cuando en una lectura inicial nos parece que sus personajes están dominados por el absurdo. Pero es solo una primera impresión, basta unas cuantas cuartillas para que el lector se concilie con escenas y diálogos que tienen la maestría de quien despliega todo un arsenal narrativo para hilvanar una trama que también en un inicio parece sencilla y que es definitivamente singular y exquisita y logra personajes muy creíbles aun cuando la  manera de referir su realidad sea tan particular.

Diálogos meticulosamente trabajados, y el resultado de aportar una contundente veracidad incluso cuando las acciones que relatan parecen inverosímiles, ratifican a Félix Luis Viera como una de las voces narrativas más altas de la escritura contemporánea en nuestro idioma.

Sus personajes, principalmente dos mujeres hermosas que precisan satisfacer su voracidad sexual con el personaje principal, el Concejal; esposo de una de ellas y un exquisito personaje que tiene por oficio ser maestra en el quehacer sexual, y que lleva por nombre Julieta Trigo –la única que merece ser nombrada con un apellido–, se mueven en un escenario minimalista en el que apenas hay descripción de paisajes, espacios o características físicas, y esto hace que la sicología de ellos, su manera de expresarse, sentir, actuar, tenga un fuerte protagonismo por el que se construye un muestrario auténtico de seres si bien atípicos muy coherentes y reales, con mundos inmensamente complejos que los hacen extremadamente interesantes .

No es esta de las novelas que precisan escenas de amor candentes, como debe ser toda buena escena en que domine el sexo, para enganchar a sus lectores. No son necesarias para retenerlos hasta el final de la lectura, como el gancho que usualmente se utiliza, solo que aquí se marcan varias diferencias muy propias del género y una de ellas, la más importante en mi opinión, es que se aleja de todo lugar común.

Irene y Teresa muestra originalidad en todo su despliegue narrativo, que logra evitar todo lugar común aún cuando su peso mayor radica en algo tan trillado como las relaciones amorosas entre un hombre que es deseado por dos mujeres.

Su autor es un connotado y reconocido escritor con muchos años de explorar un universo narrativo amplio y sólido, que ya domina a la perfección como para darse ese y otros lujos a la hora de enganchar a sus futuros lectores por otras vías más difíciles, menos convencionales, como una trama en que el suspenso, muy bien montado, convida a cualquiera de sus lectores a proseguir para llegar a saber qué ocurre y cómo se solucionan los conflictos que van apareciendo en varios momentos, desde el inicio hasta el final.

Irene y Teresa es además una novela divertida. Quienes han seguido la copiosa obra de su autor, uno de los más importantes narradores cubanos, bien saben de su sentido lúdico y su manera personalísima de utilizar el humor, sobre todo para los momentos o diálogos o escenas más difíciles y escabrosas. Mecanismo que en su narrativa funcionan como una de las características más visibles y apreciadas.

También esta es una novela provocadora en la manera en que es irreverente e irónica y juega con frecuencia con el absurdo: un aparente discurso de castidad rompe con moldes y prejuicios.

En cuanto a lo sexual, las características del hombre deseado por Irene y Teresa son muy particulares. Su manera de sentir y desear lo hace aparentemente atípico, pues no responde a los cánones del tipo de personaje instalado en este tipo de novela, en la que por lo general el hombre hace gala de una envidiable virilidad e infinitas mañas para atrapar a cualquier mujer. Aquí es él quien queda atrapado. Lo que hace de esta nueva entrega de Felix Luis Viera una muy disfrutable novela. Ojalá esté al alcance de todos los que deseen leerla.

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