No importa si votas izquierda, centro, derecha o te abstienes; no importa si eres del norte, sur, este u oeste; no importa si eres cubano o de otro país; no importa si nunca antes dijiste lo que pensabas o si fuiste de los primeros que lo vio todo claro y lo dijo claramente; no importa si te creíste el cuento del gato con botas o si “a ti no hay quien te pase gato por liebre”; no importa si tu discurso está lleno de consignas panfleteras o si ya tu verbo tiene alas propias; no importa si eres un ratón enmascarado o “un bárbaro con el hacha”; no importa si actuaste “a tiempo” o si “más vale tarde que nunca”; no importa si te gusta el protagonismo absoluto, la humildad infinita o el anonimato extremo; no importa si eres dramático o bochinchero, elocuente o lacónico, purista o malhablado, no importa tu preferencia sexual, religiosa, características étnicas, cultura, tendencia, postura o locura; no importa que hayas cerrado los ojos, que “no hayas querido ver” o que tengas luz larga.
Lo esencial es que hoy tu sentido más elemental de la empatía y la decencia humanas se anteponga a tus viejas heridas, tus intereses, conveniencias, alianzas, creencias y miedos para condenar el abuso y la intimidación a los que han sometido por 62 años al pueblo cubano, sin poner “peros” ni “parches”, ni “cambiar de tema” para quedar bien “con dios y con el diablo”.
Hoy nos unimos, hoy no vamos a debatir quién fuiste, eres o serás, cómo pensaste, piensas o pensarás, si lloras o bailas conga, si te expresas con frases delicadas o estallas en palabrotas.
Hoy no permitas que nos dividan. Hoy no te pelees con tu familia ni con tus amistades. Hoy no seas radical, intransigente, intolerante, contra todas las banderas. Hoy no busques atención hablando de tus resentimientos. Hoy déjalo pasar. Hoy dile: “tal vez tengas razón, lo discutimos luego”. Hoy anota esa “cuenta pendiente” y sáldala más adelante, si aún vale la pena para entonces.
Hoy ganemos la batalla más importante. Sin ganar esa, seguiremos girando en la rueda del monstruoso laboratorio del tirano.
Hoy no te enfoques en lo que nos separa, enfócate únicamente en lo que nos une: ¡eliminar el poder absoluto de un gobierno que decide “el bien y el mal”! ¡Enfócate en que Cuba sea libre para todos los cubanos! No se trata de un “quítate tú, dictador que solo impone una forma de pensar, pa’ ponerme yo, dictador, e imponer mi forma de pensar”. Se trata de que todos quepamos, aunque sea apretados.
¿Y qué haremos con los que actuaron impunemente, los que causaron daño, los que arruinaron vidas? Con una sociedad lo más plural y democrática posible (e imperfecta, por supuesto), se establecerá un Estado de Derecho que haga justicia y que proteja a todos con independencia de sus opiniones, creencias o preferencias.
Hoy únete al tirio aunque seas troyano contra un poder que los afecta a ambos.
Mañana, sepárate del tirio o del troyano y defínete dentro del grupo con el que tengas mayor afinidad, o de varios, o de ninguno.
Mañana debate lo que quieras. Si quieres, enarbola la bandera que te guste o ninguna, saca tus trapitos, ajusta cuentas pendientes mientras todos vamos construyendo un lugar de coexistencia y respeto mutuo, un lugar donde nos sintamos protegidos por las leyes.
Puede que yo no coincida en nada contigo, o solo en parte, o en casi todo, pero hoy no te lo diré.
Hoy te abrazo y te agradezco lo mucho o poco que hagas por defender una Cuba para todos los cubanos, sin dictaduras ni dictadores. Hoy no me tomo nada personal, porque entiendo que las personas heridas, pueden herir. Hoy ni siquiera reparo en los oportunistas y sinvergüenzas que intentan sacar ventaja económica en río revuelto.
Hoy abrazo a los que suman su voz al coro.
Hoy el tema de conversación es Cuba sin dictadura.