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‘Cuba, historia y perspectivas de una escatología’ en Viernes de Tertulia

Viernes de Tertulia, evento artístico y literario del tercer viernes de cada mes conducido por el escritor y periodista Luis de la Paz, invita a la presentación del libro Cuba, historia y perspectivas de una escatología (Editorial Verbum, 2024), de los escritores Julio Lorente y Antonio Correa Iglesias.

Viernes 21 de febrero

20:00 p.m.

Miami Hispanic Cultural Arts Center

111 SW 5ta. Avenida

Viernes de Tertulia es un evento gratuito para el público asistente y transmitido vía Facebook Live por las páginas del Creation Art Center y el Miami Hispanic Cultural Arts Center.


 

Joaquín Gálvez sin ambages ni hipocresías

El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio invita el sábado 22 de febrero de 2025, a las 3:00 p.m., a la presentación del libro ¡Cuídate, Cuba, de tu propia Cuba! (Neo Club Ediciones, 2024), del poeta, periodista y promotor cultural Joaquín Gálvez.

Será en la Biblioteca Regional de Westchester (9445 Coral Way, Miami, FL 33165). Las palabras de presentación estarán a cargo del investigador y ensayista José Raúl Vidal Franco.

“En este libro Joaquín Gálvez no se anda con los ambages e hipocresías que dicta la corrección política y el buenismo marrullero al uso. Va de frente y dice unas cuantas verdades, lo mismo cuando desnuda las taras y trapacerías del mundillo intelectual y artístico cubano que cuando, sin temor a meterse en camisa de once varas, cuestiona al papa Francisco, los Premios Nobel, el nacionalismo catalán, la polarización política en Estados Unidos o la manía del caudillismo populista en Latinoamérica”. Luis Cino Álvarez

Joaquín Gálvez nació en La Habana en 1965 y se exilió en Estados Unidos en 1989. Es licenciado en Humanidades por la Universidad Barry y tiene una maestría en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la Universidad del Sur de Florida. Ha publicado, entre otros, los poemarios Alguien canta en la resaca, El viaje de los elegidos, Trilogía del paria, Hábitat y Retrato desde la cuerda floja (poemas escogidos 1985-2012). Dirige la revista de arte y literatura Insularis Magazine.


 

24 horas antes de morir

24 horas antes de su muerte, los periodistas Rodrigo Terrasa y Antonio Heredia entrevistaron para El Mundo a Waldo Balart (Banes, 1931), uno de los pintores cubanos, y por extensión españoles, más reconocidos internacionalmente, padre del ‘orden axiomático’, referente del arte geométrico, hermano de Rafael Díaz Balart, representante y fundador de La Rosa Blanca, y tío de los congresistas Mario y Lincoln Díaz Balart.

Aquí algunas respuestas y revelaciones del artista, quien solicitara la eutanasia en Madrid:

“Cumplir años es una necesidad que hemos creado para saber el tiempo que vamos consumiendo”.

“Si me preguntas si creo en Dios y todas esas cosas, no. Son invenciones humanas. No creo en nada, aunque estoy abierto a lo que venga”.

“Necesito orden porque yo ya soy caos”.

“Fidel Castro y mi hermana estuvieron casados siete años. Tuvieron un hijo, pero Raúl lo mató. Fidelito estaba en una institución gubernamental porque tenía un problema mental. Dicen que se tiró por la ventana, pero abajo ya había una ambulancia y un médico esperando para certificar su muerte”.

“Yo en Cuba era un contable buscándose la vida. No fui artista hasta que llegué a Nueva York”.

“Siempre tuve dinero, pero nunca me hice rico. El arte me ha costado dinero”.

“El abstraccionismo ofrece un tormento interno y yo pensé que, si seguía haciendo abstracción, la única solución era pegarme un tiro. No tenía otra opción que irme a lo concreto, aunque fuera una mentira. El arte es una mentira total”.

“He admirado a Malevich o Peter Forakis. Los concretos. He creído en la fantasía de que el arte es una búsqueda. Y Botero sólo buscaba dinero… Lo encontró. Warhol era un gran manipulador y Botero era muy sagaz. Se mudó a la Quinta Avenida y ya nunca bajó. De ahí para arriba haciendo siempre mierda”.

“Me dolió más dejar Nueva York que Cuba”.

“No me siento español, no sé lo que significa eso. Yo sólo soy un ser humano vagando por el espacio”.

“No me da miedo la muerte, me da miedo seguir viviendo”.


Para leer la entrevista completa, clic aquí.

Fallece en Madrid el pintor y ensayista Waldo Balart

«No me siento romántico en cuanto a mis cenizas. Si la ubicación de ellas puede significar algo en el futuro, quisiera que estuvieran en el lugar idóneo. Si no, que más bien desaparezcan». Waldo Balart, para quien el nombre secreto de Cuba era «Libertad».

Waldo, fallecido este miércoles en Madrid, «eligió el arte de la abstracción geométrica debido a su compromiso con la libertad –lo figurativo, él decía, sólo lo anclaría al pasado. Waldo nunca dejó de soñar con una Cuba libre, con su pueblo libre para diseñar sus propios caminos, aspiraciones y futuro. Siempre le estaremos agradecidos por enriquecer e inspirar nuestras vidas, y lo extrañaremos profundamente». Familia Díaz-Balart

“Instalado en Madrid desde los años 70, este artista es uno de los referentes del arte geométrico en España”, explica la página Kedin Madrid sobre el pintor nacido en Banes, Holguín, en 1931. Su pintura puede disfrutarse en el MoMA de Nueva York, en el Reina Sofía de Madrid, en el Museo de Arte Contemporáneo de Paraguay o en el Sammlung Grauwinkel de Berlín.

Waldo es considerado un exponente fundamental del Movimiento de Arte Concreto, con estudios de arte en el Museum of Modern Art de Nueva York entre 1959 y 1962.


Waldo Balart en Puente a la Vista

¿Algo es mejor que nada?

El “otorgamiento de libertad a 553 personas sancionadas por delitos diversos”, como anunció el pasado 14 de enero el régimen castrocanelista, ha supuesto un suspiro de alivio para los amantes de la libertad en Cuba y fuera de ella.

Sin embargo, aún no está claro qué presos políticos se beneficiarán de esta decisión y a qué precio. “553 personas” es una flaquísima cifra si se tiene en cuenta la enorme cantidad de prisioneros que la dictadura acumula como rehenes y aún siguen en las cárceles. Por no mencionar los millones que permanecen en las calles.

¿Serán excarcelados líderes de la sociedad civil y la cultura independiente como José Daniel Ferrer, Maykel Osorbo, Sahily y Félix Navarro, María Cristina Garrido y Luis Manuel Otero Alcántara, entre tantos otros? ¿Algo es mejor que nada?

Las excarcelaciones han comenzado a producirse luego de que Estados Unidos retirara a Cuba de la lista de Estados “patrocinadores del terrorismo”, decisión criticada por numerosos analistas en el exilio.

La mayor demostración del carácter terrorista del castrismo, como ha apuntado el periodista Boris González Arenas, “es que para negociar su salida de la lista de países infames lo que tenga para ofrecer son seres humanos vejados, hambrientos y enfermos”.

La vicepresidenta del Tribunal Supremo de Cuba, Maricela Sosa, ha asegurado en la televisión nacional, en la cuerda enredadora que caracteriza al régimen de La Habana, que “no se trata de una amnistía ni de un indulto” sino de “beneficios de excarcelación anticipada”.

“Significa que los excarcelados deben cumplir ciertos requisitos y condiciones, incluido demostrar ‘buen comportamiento’, y podrían ser internados nuevamente si las autoridades lo disponen”, recordó el grupo Justicia 11J.

Con lo cual, más allá del regocijo o el alivio con que familiares, amigos y personas de bien acogen la excarcelación de estos 533, se impone otra vez la pregunta: ¿Algo es mejor que nada?


 

Nuevo videoclip de AdriáNomada

Divertido y juguetón —Cultura The Club. El folclore que vendrá. La letra lo enuncia. “Deca-Dance”, de AdriáNomada:

https://vimeo.com/828270753/5132a4f110

Apuntes post-conceptuales de posible lectura del vídeo:

Como creadores, hemos de hablar de todo, incluso cuando resulta incómodo. Todo ello es parte del cuento, el folklore de la cultura urbana de hoy. La responsabilidad transversal testimonio de/con tu tiempo. Compromiso y testigo.

El título resulta apologético del oscarizado film de Sydney Pollack donde se baila hasta morir, en una letanía tan macabra como cínica que inunda de cine todo el clip.

Casi profético del injusto proceso posterior que sufre el creador y su fatídico accidente (que entonces nadie intuía), del que sale afortunadamente airoso y sin culpa, a sabiendas de que la justicia que demora no es justicia, luego de tres años y más de silencio fecundo. Así descubre otro mundo aún siendo el mismo… un lugar sin ley, demasiado desconocido, demasiado caro y demasiado peligroso. Marcando el fin del sueño, que se abre a un abrupto y asombroso “despertar” gnóstico, divertido y consciente. “Polifilo” correteando la imaginación  —si se quiere— imperecedera.

Un tema que juega con la arquitectura triunfalista de un París posmoderno. La Torre Eiffel detrás, telón de fondo, escenografía y contexto, desde el punto de vista de los pies (Nómada) en escorzo, enredados con el manto, bufanda, rabo o velo (de Maia) a casco y gafas puestos, protegido para soportar una realidad difícil, veloz y urgente.

Así cruza por debajo del mismo puente donde Bertolucci y su film el Último tango… de M. Brando y aquella donde DiCaprio in “Origen” desdoblaba la ciudad en un sueño dentro del sueño, más bien enredada pesadilla en otra.

El vestuario, de un cuero omnipresente, versa la durabilidad explicita de Chuck Palahniuk en El Club de la Lucha, al anunciarlo como “traje para toda la vida, trepando las enredaderas que crecen sobre las ruinas de la Torre de Sears”. La chaqueta modelo es una “perfecto” design original de época, top “Easy Rider” o “Pez Peleador”. Surcando escapista, desde un “arte de la fuga”, su “deriva” o “velocidad terminal” en la “Nómada” scooter negro metalizado de Rara Avis ¿Harley?, propiedad del realizador Ricardo Vega (brothers in arms), atravesando “la cité de la lumière” como un relámpago entre luces y sombras, virus, anteojos, los autos, el fuego, el color ardiente que inhala cantando, mientras la nariz le derrama de azul (subliminalmente sutiles franjas chorreantes de la bandera cubana), cayendo rostro abajo.

Así, manejando apurado, lo bautizaron como “El halcón milenario”, la Machine, vuelta asombro de “MotoPapi” —que no escandaliza el músculo de la mayúscula hembra Rosalía.

Vestido con “escafandra para salir a la calle a la neurosis cotidiana” (dice en otro tema suyo) —otrora “Sucede”, de los años 80—, igualmente ácido, quemando el asfalto como sosa cáustica.

Modo extremofilo en que el espíritu salva, sana y despierta… porque todo acto extremo es revelador… continuidad sin fin donde luego (se) descubre, quitándose las gafas, limpiando sus ojos al sonreír por primera vez en todo el clip, abriéndose por fin el túnel… puente Einstein-Rosen, donde la gravedad loca invita a movernos superluminares y contentos. Celebración de la vida después… Recuperando la fiesta sagrada del arte, más allá de toda gravedad accidental.

Finalmente y después de todo, tal dijera Humphrey Bogart: Siempre nos queda París.

Director y realizador: Ricardo Vega. Tecnología GoPro, edición digital, Telebemba/NomadART Co.Productions, París/Barcelona, Francia/España.

Deca-Dance

Ya no te sangra la nariz (bis)
Incombustible terror.
Hacinados borregos.
No será por no probar —¡Drugstore victim a full time!
Encontradamente perdido, perdidamente encontrado.

Ya no te sangra la nariz (bis)

Ya no aguantas la presión.
Ya no sientes más dolor.
Ya no sabes si estás vivo…
¡Danzad, danzad malditos!

Pero riendo de oreja a oreja,
porque reír primero no es peor.
Nunca reír fue peor. ¡Yeah!
Ya no te sangra la nariz (bis)

Mírate bien en el espejo,
en el rayado polvo de uñas
donde la mosca dorada con alas de diamante
va zumbando sobre la herida
y tu cabeza se prende
como una lámpara oscura.
¡Danzad, danzad malditos! (bis)

Ya no te sangra la nariz (bis)

¡Danzad, danzad malditos! (Bis)

LudensAristoCrazy


Sobre el clip “Deca-Dance”, tercer single del CD Pilgrim Souvenir. Apuntes para una Cimática. Variaciones y deriva literaria sobre idea de Marta Meseguer Caraltó (otoño de 2024)

“Dos cosas contribuyen a avanzar, ir más de prisa que los otros o ir por el buen camino”. René Descartes.

Una vez superada la sobredosis post-Cuba Reboilucionaria ya no le sangra la nariz. No estaría mal señalar que este transgresor creador nunca se ha drogado, no toma café ni fuma y adora los dulces. La Velocidad no es lo suyo, sino más bien la Lentitud que asocia con la memoria, distinto a la prisa que Milan Kundera lee como imperativo al Olvido. Sociedades (re)corridas con urgencia cuya condición es la carencia más absoluta de memoria y consciencia. La memoria requiere rumia pausada, autorreflexiva y gnóstica, y hasta en eso AdriáNomada se transgrede a sí mismo. Según Descartes: “Si quieres ser un auténtico buscador de la verdad, es necesario que dudes al menos una vez en tu vida —en la medida de lo posible— de todas las cosas”. Esa superación de “la oscura noche del alma” cuyo renacer luego es la preciosa cicatriz sobre el cuero sano, que significa la madurez y la experiencia. Dolor bien gestionado.

Y ahí nos cruza el rostro en este clip, con la Biker Jacket del Marlon Brando más salvaje, prototipo rebelde “con” causa, Rocker además, también, inclusive, términos conjuntivos e integradores del ocaso invitándonos a deambular. Perdido en París con la determinación del que sabe a donde va (o por lo menos a donde ya no…), trascendiendo el bendito ¿naufragio en el  Sena?, “la Deriva” sin la colorada, o será rosadita —que nunca roja— “Internacional Situacionista”, o simplemente otro paseo Nómada, que emprende su “Arte de la Fuga” sin descanso, ahora en un Scooter de lo más “Mod”, como si todos los rivales del “Brighton 64” escenificados en “Quadrophenia” se reconciliaran en él. Intrépido, urbanita, Mad-Max, siempre en el responsable paroxitón preapocalipto, que el propio William Blake advierte desde su (a)romanticismo gótico intemporal, donde la ciencia ficción se intuye (sin estar), mecánica de las pasiones con un sarcasmo saludable con/contra sí mismo. Poiesis del grado summum entre las luces, la calle que cede, mientras la cámara, el “gran” ojo, o “hermano” —según se mire— revolotea sobre su azotea cargada de ideas contagiosas, vírico ademán al contagio para su supervivencia. Y parece un súper héroe de la “Marvell”, persecuta (a)moral del villano ontológico, desde una libertad, más bien liberalidad sin miramientos, donde él mismo se pone sin miedo en la diana.

Al alba, tras “la larga noche” donde la celeridad del tiempo no transcurre, el “Mod Scooter“ desaparece por arte de magia (su Magia), como a Cenicienta su Carroza, cuando a sabiendas del cuento sigue avanzando… Y sugiere en otro tema reciente:

Por donde nace el sol

Aquel que nunca duerme conoce por donde nace el sol.

¡Sigue avanzando!, pase lo que pase,
si te molesta sonríe, si tropiezas levántate.
Si te equivocas rectifica, si te detienes empújate.
Sánate si te enfermas, encuéntrate si te pierdes.
Y si no sabes, aprende, solo aprende. No te desconcentres.
Cada error es tu maestro, cada avería una oportunidad,
si te duele agradece, si todo se tuerce, enderézate.

¡Avanza!, avanza, avanza y continúa…
no pares, no, nunca de moverte.
Aquel que nunca duerme conoce por dónde nace el sol.
Sigue en marcha, imparable, no abandones,
continúas viv@ en tu carrera, en la trinchera,
en tu maravillosa brecha…
Eres fuerte, eres amad@, indestructible y no estas sol@.

¡No estás sol@!

Aprende, ¡sólo aprende! ¡Aprende y avanza!
Aquel que nunca duerme conoce por dónde nace el sol.

Le Petit Prince Robe Noir de sangre azul o ¿acaso escarlata?, radiado al flúor del neón y su ternura, juega con su bufanda al viento como un experto espadachín, hiriendo de muerte al bello y absurdo escenario de palecetes acosados por la arquitectura de tan mecánico juego.

Ciñe de nuevo la bufanda alrededor de su cuello por descubrir que ella es el camino de vuelta al lugar del sí mismo, donde le espera el niño que nunca debió extraviar —hacerse como niño—, sólo entonces se desprende de la máscara, se frota los ojos para ver verdaderamente y sonríe —¡por fin! — en su planeta.

Dice el visionario Ray Bradbury en sus Crónicas marcianas: “…A veces Dios nos da una segunda oportunidad…” Si comprendemos que “Nuestro Reino no es de este Mundo, un Mundo, el nuestro, que finalmente tampoco es de este Reino”.

La comédie française ne s’est fini plus.


 

El peso de la palabra

Los escritores Félix Luis Viera y José M. Fernández Pequeño en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras

Cuando uno lee un libro como El pesador de palabras, escrito por el cubano José M. Fernández Pequeño, se lamenta de que los escritores cubanos exiliados —censurados en la tierra que los viera nacer— hayan perdido lo que suelo llamar la “patria editorial”; es decir, que hayan perdido el vínculo con los lectores residentes en la Isla.

En mi humilde opinión, El pesador de palabras es un excelente tomo de cuentos.

La mayoría de las piezas que lo forman tienen su conexión en el cerebro más que en el corazón. O sea, sobresale en ellos el “intelecto”, si bien abundan también las sentencias poéticas y filosóficas y un poderoso lirismo en uno y otro cuento, aun en aquellos textos cuya primera intención es el absurdo: “…con el tiempo y las salidas, pude precisar que aquel grosor hecho de luces, olores, sonidos y frotamientos era como una membrana que brotaba del interior de las cosas y las personas mismas”.

Hablo de un libro que te convoca a seguir leyendo en todo momento y uno de sus presupuestos básicos es que el escritor, por más que huya de las palabras, resulta alcanzado por estas, incluso cuando no las tiene.

Veamos brevemente las piezas por separado:

“Devoraciones” es un aviso del buen oficio de escribir textos cortos, cuentos breves.

“Dicho con otras palabras” posee un excelente cruce de planos temporales y de exposiciones de los personajes. El personaje Cristóbal, por momentos, se acerca al impresionismo que no pocos autores han tomado para narrar desde la perspectiva de un niño, un adolescente o un “limitado”. Al igual que una ensenada que forma parte del paisaje descrito en el cuento, las palabras se convierten en personajes.

“Culpas del tiempo” constituye un excelente cuento breve. La línea final es un martillazo que todo lo “aclara”.

En “Ciertas regularidades del verbo ir(se)” domina lo cotidiano; el tedio y la ironía resultan un recurso muy logrado. Es otro texto que tiene su fuente en el razonamiento y en el cual la frivolidad está muy bien “denunciada”.

“El arma mortal” —que, como otros, se desarrolla en Miami— ofrece un poco la radiografía de eso que llaman un “perdedor”. Ahí está de nuevo la rutina y yo siento la frialdad de un entorno plástico, la obsesión del personaje, la ironía; lo salpica el humor.

“Un cuento como ese” regresa a la burla, a la manipulación de la realidad. Aquí lo onírico denuncia lo pueril del entorno a través de una prosa muy elegante.

“Roma al revés” es alarde de sabiduría, de capacidad para filosofar. En particular los textos pertenecientes al 31 de diciembre y el 2 de enero constituyen alegorías muy fuertes: “Es una verdad que, por obvia, no necesitaría ser dicha: Nada como el pincel para probar que la envergadura de la herramienta no influye en la calidad del trabajo. Lo suyo son los filos sutiles, los pequeños contactos, la precisión en el movimiento sobre la superficie. El pincel llega el último, y donde otros apelaron a fuerza y posesión, él deja un toque de sensibilidad, agrega una melancólica vueltilla y fascina con su magia. Luego, orgulloso, se va entre halagos y ruegos, sabedor de que la obra está hecha y será para siempre.”

“Bonsái” por momentos se me “cae”, creo que se alarga demasiado. El tono de la segunda persona no lo favorece porque, como suele ocurrir con este recurso, por instantes suena a informe más que a relato y, asimismo, veo cierto didactismo. Todo esto sin olvidar que Hiram y Olivia resultan inolvidables personajes.

“El caminante” ofrece geniales descripciones, sobre todo para un texto breve que toma su brillo del absurdo y la intensidad narrativa.

“Agradecido” se gana al final y es un notable ejemplo del uso de la primera persona. Muy bueno.

“Fantasmas” es una concreción muy coloquial con perfectos cambios de punto de vista y donde campean lo simbólico, ¡las descripciones!, y las frases poéticas.

“La hora del café” me llega como una especie de divertimento para celebrar a tres buenos amigos y tres buenos intelectuales, pero divertimento y todo, no cualquier lector lo comprende. Me parece que no “juega” dentro de un libro como este.

“Contrapesos” es lo que podríamos llamar la cereza del pastel y aquí aparecen de nuevo el reconocimiento a amigos y colegas, y el personaje escritor. Leo, el protagonista, resulta excelente y su armazón encuentra un gran aliado en un lenguaje coloquial muy bien llevado hasta el final del texto. Igual, el especialista en palabras es un personaje muy fuerte, muy bien hecho, sin dudas excelente, sobre todo en escenas espléndidas, como la del mosquito y el churre, que dice mucho mientras parece referirse a otra cosa.

Estamos ante un largo texto que expresa muy bien el hastío y el ingenio, con un narrador muy efectivo y el manejo de símbolos como el de los cocodrilos, que me pareció fenomenal. Creo que aquí la novela de nuevo enseña las orejas y nos hace un guiño.

Recomiendo la lectura de este libro, que avisa de la buena salud de la literatura cubana de “dentro” y de “fuera”.


 

El temor que me seduce

Tarda una «conversación» sobre Cuba que debería iniciarse desde otro inciso.

Salir a las calles da náuseas. Literalmente.

Se mira a la gente con pesadez. Irritan las voces que solo cacarean. Encolerizan los insulsos temas de conversación mientras les rodea la pestilencia, el inminente derrumbe, o la ya «naturalizada» represión policial.

Se contempla con rabia a ese mulato que, envuelto en cadenas de oro y rodeado de un hambre que le ronca la pinga, regaña a su fiñe porque le pide dinero para una pizza, pero es dadivoso con la mulata [esposa de su vecino] que le insinúa un glúteo a través de un short cortísimo.

Y sí, hay que ser solidario con «Vivir del cuento» [dentro y fuera de la metáfora implícita]… pero también hay que ser solidarios con las propias ganas de NO tener más hambre [o de oponerte contra el hambre misma].

Desde hace rato Cuba dejó de ser un país para convertirse en un rancho de chismosas y breteros.

Duele ver ese proceso en cámara lenta, como si tardara un siglo ese filminuto donde el guionista, el productor y el protagonista son la misma persona al mismo tiempo [no sé si me explico].

Temo dejar de ser cubano, desterrado por las propias inacciones del no ser cubano [no sé si me explico].

Y ese temor me seduce.

Ya nos quitaron la bandera [ahí está Luis Manuel como ejemplo].

Ya nos quitaron la patria [ahí están los desterrados y los impedidos de volver].

Ya nos quitaron la voz [ahí está cada muerte en prisión de un preso político].

Pero seguimos hablando de las ganas de templar.

Aunque templar también sea importante.

Aunque templar sea lo único no reprimible que nos dejen.


De la serie #JugadasApretadas

IV Concurso Franz Kafka de Ensayo y Testimonio

InCUBAdora y la biblioteca-Samizdat Libri Prohibiti invitan a todos los autores e investigadores cubanos de cualquier lugar del mundo a participar en el IV Concurso Franz Kafka de Ensayo / Testimonio.

Condiciones de participación

Puede participar cualquier cubano en este concurso, independientemente de dónde viva o cuál sea su estatus.

El formato de este concurso será Ensayo de Investigación (histórico-político-social-cultural) o Testimonio (en cualquiera de sus variantes, incluyendo entrevistas y cartas).

El libro tendrá como mínimo 150 páginas (letra Arial o TNR a 2 espacios) y no sobrepasará las 500 pp., sólo se exige que la obra sea inédita y no haya sido premiada en otro concurso.

Las obras deben enviarse en formato electrónico a [email protected]

La fecha final de entrega será el 31 de enero de 2025.

El incumplimiento de alguna de estas bases llevará a la invalidación del premio.

Evaluación y publicación de la obra ganadora

Las obras pasarán por la evaluación de un jurado compuesto por ensayistas y/o investigadores del mundo cubano.

El ganador recibirá una retribución económica única (es decir, el derecho de autor y de imagen estará comprendido en la retribución que obtenga por el premio) y se publicará su obra en español por la editorial Incubadora. La plataforma inCUBAdora también se compromete a realizar pasado un tiempo un ebook del mismo.

inCUBAdora distribuirá los libros en Cuba a través de la red de bibliotecas independientes u otros organismos no estatales presentes en toda la isla. El autor contará con 50 ejemplares para su uso personal.


 

Merodeando el día después

Históricamente, al interior de los sistemas totalitarios, la muerte del máximo líder no ha supuesto el pistoletazo de arrancada de la transición hacia la democracia. No necesariamente, o al menos no en todos los casos. En este sentido, los ejemplos chino y soviético resultan paradigmáticos. Lenin y Stalin pasaron a mejor vida sin que los regímenes que construyeron, o contribuyeron a edificar, se vinieran abajo. La muerte de Mao Tse Tung no precipitó la desaparición del totalitarismo en China, sino, paradójicamente, su perfeccionamiento a través de la apertura económica. Por otro lado, la ascensión al poder del hijo de Kim Il Sung, en Corea Norte, no hace sino echar leña al fuego de la teoría del continuismo.

En cuanto a la autodisolución del régimen franquista, que tanto se ha invocado en relación al poscastrismo y que parece contradecir la tesis arriba expuesta, debe tenerse en cuenta que el modelo no tuvo un carácter marcadamente totalitario sino más bien autoritario, que no es lo mismo ni se escribe igual. A partir de los años cincuenta, y sobre todo en la década del sesenta, el franquismo se abrió paulatinamente a los mercados y la influencia europea y estadounidense, propiciando la gestación de una amplia clase media cuyo empuje sociocultural resultaría concluyente en la transición española. Se objetará que también China se ha abierto a los mercados occidentales y que, por tanto, el suyo tampoco sería un sistema totalitario en propiedad, pero en el caso asiático comparecen factores ausentes en el ibérico.

Primero, el franquismo, de raigambre católica, no había generado una nueva religión oficial (el ateísmo de la omnipresencia de la policía del pensamiento, característica clave de los totalitarismos chino, norcoreano y cubano), y continuó fomentando comportamientos sujetos a la dinámica de valores cristianos como el respeto a la privacidad y a la institución familiar. Segundo, los rasgos socioculturales presentes en el caso chino han posibilitado la fermentación de una masa poblacional mucho más homogénea, y moldeable, que la peninsular, tentativamente pro-totalitaria. Y tercero, la transición española coincide con la primera etapa de maduración de la Comunidad Económica Europea, con lo cual la retroalimentación continental jugaría un papel significativo en un país que, como España, siempre ha mirado a Europa en su estampida africana.

En cambio, China solo puede mirarse a sí misma.

Pero la realidad cubana se ubica en las antípodas de los casos chino y soviético. Cuba es un país pequeño, sin grandes recursos naturales que le permitan sobreponerse temporalmente, sin subsidios exteriores, a la sistemática ineficiencia de su sistema, como sí pudo hacerlo la antigua Unión Soviética. Tampoco cuenta con una mano de obra lucrativa (por lo copiosa) o especializada, con lo cual, como ha señalado el profesor Juan J. López, de la Universidad Internacional de la Florida, no podría competir de tú a tú con China y Centroamérica en el área manufacturera. La economía insular no es sustentable a mediano plazo si no es en base a subsidios, o si no se somete a un proceso de descentralización acusado que dé paso a la legalización definitiva y responsable de la empresa privada. Un modelo económico que, a diferencia de los chinos, La Habana no podría sostener a mediano o largo plazo sin recurrir a algún tipo de apertura política.

En Cuba, el retroceso de las tímidas reformas económicas verificadas a partir de la segunda mitad de los años noventa cobró fuerza a partir del subsidio venezolano. Pero estos subsidios, de los que ya no se beneficia el castrismo, constituían un arma de doble filo. Eran posibles gracias a los altos precios del petróleo en el mercado internacional y dependían de la estabilidad de un régimen chavista que, aunque aparentemente había entrado en una fase de consolidación, reflota a la deriva.

Aquí cabe la pregunta: ¿Tendrá el “raulismo-canelismo” —a falta de mejor denominación— una estrategia a largo plazo?

En cualquier caso, y más allá de sobreponerse a las crisis sucesivas que genera el sistema, minuciosamente ineficiente, el raulismo-canelismo necesita ofrecer a la población cubana soluciones concretas. No basta con sobrevivir indefinidamente (que es a lo más que puede aspirar una economía parasitaria), hay que producir sustancialmente de una buena vez. En el principio era el verbo, pero al final son los hechos.

Parece evidente que, tras la desaparición de Raúl Castro, la cúpula de poder no ventilará sus trapos sucios en público. Tampoco es probable que el sector tímidamente reformista que pulula en la nomenklatura o los mandos intermedios pueda imponerse. Probablemente prevalecerá el instinto de conservación más primitivo. La clase alta cubana (esto es, la dirigente o funcionaria) va a priorizar sus miedos, ambiciones y posesiones. Es decir, el cambio no sobrevendría como resultado de un reajuste en la cima del poder totalitario, como ocurrió en la antigua Unión Soviética. La elite gobernante no generaría la transición.

No obstante, las señales de un cambio en la psicología de la sociedad cubana ya comienzan a hacerse visibles. Señales vaporosas, apenas perceptibles a la primera lectura, pero señales al fin y al cabo. Para el ojo avizor, empieza a ser evidente que el inmovilismo no será la mejor de las opciones para los herederos. De cualquier manera, el detonante de la expectativa frustrada pudiera ser uno de los factores a tener en cuenta por el Poder a la hora de estructurar sus políticas del día después.

Lo anterior no significa, por supuesto, que si el canelismo se rehúsa a abordar soluciones concretas, esto es, a tomar medidas que alivien la tensión social y el deterioro económico tras la muerte de Raúl, la población vuelva a echarse a las calles. El ejemplo de los presos del 11J y similares, que se pudren en las cárceles sin que el pueblo cubano o la comunidad internacional muevan un dedo, constituye un poderoso disuasivo. En Cuba, tal vez si se exceptúa el aceitado aparato policial y paramilitar, la inutilidad colectivamente asumida de la iniciativa individual, de la responsabilidad ciudadana, continúa siendo la principal fuente de sosiego del régimen. Sin embargo, y sin que pueda descartarse completamente una explosión directa por el estilo de la protagonizada cuatro años atrás durante el ya mencionado 11J, la ausencia de verdaderas medidas aperturistas seguramente traería consigo un crecimiento de la sociedad civil en sus diversos grados de expresión contestataria, o una combinación de corrupción desbordada, crisis energética y desorientación represiva que volviera insostenible el inmovilismo. O una suma de todo ello.

El modelo chino, o al menos lo que corrientemente se entiende como tal, resulta inviable a mediano o largo plazo si no viene acompañado de un levantamiento del embargo norteamericano. Con Rusia sumida en una crisis de posguerra —todo cubano anticastrista debería anhelar la victoria ucraniana como propia—, en esta dirección podría remar eventualmente el régimen, propiciando el relajamiento de las sanciones a través de la asunción desesperada de decretos de baja intensidad que trasladen a Washington una imagen de apertura. La liberación de los presos políticos podría ser uno de ellos. O la celebración de un referendo con el objetivo de someter a escrutinio algún tipo de medida de menor cuantía, de naturaleza reformista. Siempre contando con que el sistema continúe en posesión de los mecanismos de control adecuados para que ninguna de estas movidas resulte contraproducente en términos de conservación del poder, o se escurra entre los dedos de la nomenklatura.

Así, la remoción de la cúpula gobernante es una opción a tener en cuenta si esta permanece mirándose el ombligo. Una variable posible entre muchas probables: la remoción desde la inestabilidad social, que desembocaría en una pre-democracia. Otra: la implementación y/o adaptación del modelo chino, que tal vez podría alargarle un poco la vida al poscanelismo. En este último caso, la posición de Estados Unidos resultaría determinante.


 

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