Inicio Blog Página 140

Sobre el onceno número de Puente de Letras

 

Con ligero retraso me llega el número 11 de la revista Puente de Letras, del proyecto Puente a la Vista. Mas no puedo leerlo en mejor momento, ahora que la Bienal del Estado Cubano abre sus puertas y con ella escala esa singular forma de arte seguroso que es la represión gubernamental contra el arte independiente de la Isla.

Dirigida por Armando Añel, y con un consejo editorial que incluye a relevantes intelectuales residentes en Cuba y en el exilio, esta revista funciona como el órgano informativo-cultural del proyecto Puente a la Vista. En sus páginas pueden encontrarse reseñas de libros publicados, sobre todo de manera independiente, información actualizada sobre los concursos que convoca el proyecto y sus resultados, abundante información sobre las actividades y eventos que programa, o las distinciones y premios que en otros espacios alcanzan los miembros de la sociedad civil cubana.

En este número el lector encontrará, por ejemplo, las actas que para este 2018 emitieran los jurados de los premios Reinaldo Arenas, de narrativa, y Dulce María Loynaz, de poesía, concursos que el proyecto convoca todos los años. También la reseña de Cuentos erróticos, un esfuerzo común de Neo Club Ediciones y Palabra Abierta Ediciones, y las dos reseñas dedicadas a 1959, el ser diverso y la isla imaginada, de Manuel Gayol Mecías. El primero una colección de relatos eróticos preparada por Ismael Sambra y el autor del segundo libro reseñado; el cual, por cierto, es uno de esos bienvenidos esfuerzos que observamos en los últimos tiempos, entre intelectuales cubanos, de indagar sin muchas complacencias en lo profundo del ser nacional cubano. Sin lugar a dudas la pueril idea de un Fidel Castro que nos hipnotizó como un tigre a sus presas deja de tener sentido, cada vez más, como explicación del Hecho Revolucionario.

Pero Puente de Letras no es solo el catálogo de un proyecto o un órgano de información cultural. La revista, de sobria pero interesante factura visual, ilustrada con obras de Amaury Pacheco y Nonardo Perea, también publica mucha poesía, narrativa y ensayo. Como en este número: un conjunto de poemas de Joaquín Gálvez, Odalys Interián y Armando Añel; o los ensayos breves La gramática radical de Ángel Delgado, de Carlos Aguilera, un intento por visitar de nuevo el performance político que Delgado realizara en 1990, en medio de una muestra en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, o el trabajo un poco más breve en que Manuel Gayol Mecías nos explica el criterio que usó para seleccionar las fuentes que citaría en 1959…  

El plato fuerte de la revista es, no obstante, su Dossier. Sobre todo por su oportunidad en estos momentos en que los segurosos pululan performáticos por la Bienal, con evidentes rasgos de sentirse los artesanos ayudantes de la cúpula mandante en la creación de la gran “obra de arte total” de remodelar a su antojo toda la vida al interior de un país, ya que esta vez dicho Dossier está precisamente dedicado al Decreto 349, en cuyo enfrentamiento han sido y son los creadores independientes principales protagonistas.

Encontrará el lector aquí un claramente posicionado Editorial, y poco después la Denuncia del Pen Internacional de “la ola represiva y las detenciones arbitrarias a las que son sometidos artistas y creadores cubanos independientes, a raíz de la promulgación del Decreto 349”, tomada a instancias del Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio. Siguen una respuesta a Alexis Triana, en que se desmontan las supuestas bases marxistas sobre las que el susodicho camarada sustentó su posición de apoyo al Decreto en el Noticiero Cultural, y un cuestionario que sobre el tema la revista le presentara a un grupo de artistas, escritores e intelectuales nuestros.

Un fragmento de la respuesta de Yasser Castellanos, creemos define con claridad lo que la literatura y el arte independiente cubanos deben esperar del 349:

En mi opinión el propósito fundamental del decreto 349 es el exterminar las expresiones artísticas que critican al gobierno, y reforzar y expandir la censura a aquellos espacios donde el arte independiente ha encontrado refugio y alimento, como son los hogares de los propios artístas.

Una revista que recomendamos y que puede encontrarse en el sitio digital del proyecto Puente a la Vista (puentealavista.org). Además de que ya por la ciudad circulan algunos ejemplares en papel.

Dos poetas en la tertulia del Pen Club

La tertulia ‘El Pen Club en Art Emporium Gallery’, que coordina en Miami su fundador, el escritor y crítico Waldo González López, invita a un encuentro con los poetas Juan Francisco González-Díaz y Eduardo René Casanova. Ambos serán presentados en el conocido centro cultural de la Pequeña Habana por Waldo y la anfitriona Vivian Pérez, profesora y pintora.

Día: Domingo 28 de abril

Hora: 3:00 p.m.

Dirección: 710 SW 13 AVE. Miami Fl 33135

Waldo González entrevistará a sus invitados sobre su quehacer literario y se leerán varios de sus poemas. Finalmente, los invitados responderán las preguntas del público.

‘La forma del agua’, una historia del desprecio

 

He demorado más de un año en verla, luego de que ganara todos los premios habidos y por haber, incluidos cuatro Oscar. ‘La forma del agua’ (The Shape of Water), en cualquier caso, puede verse en cualquier momento porque constituye uno de esos raros productos artísticos que trascienden el tiempo y las circunstancias.

Esta extraordinaria película de Guillermo del Toro se define en tres escenas sucesivas donde el vecino de la protagonista muda (Sally Hawkins), pintor gay en los sesenta y el único que puede ayudarla, tras despreciarla es despreciado a su vez cuando desprecian su arte, primero, y luego su sexualidad.

Es entonces que, con el ego-rabo entre las piernas, la autocompasión –o la compasión sin más– ilumina al personaje interpretado por Richard Jenkins y regresa a ayudar a la despreciada. Despreciada que a su vez pretende proteger, rescatándolo de la tortura y la muerte, al mayor despreciado de todos: el hombre anfibio.

No hay que seguir contando la película, solo agregar que redondean esta obra maestra una fotografía espectacular, minuciosa hasta en los más ínfimos detalles, y unas actuaciones impresionantes, tanto de malos como de buenos. Esta es una maravillosa historia de amor entre seres despreciados. Una exploración inmortal del desprecio.

En boca cerrada no entran moscas

Umbrella Art Foundation y Acetato Producciones presentaron el pasado sábado 20 de abril el espectáculo poético “En boca cerrada no entran moscas”, del escritor y artista Nilo Julián González Preval, quien introdujo a la artista proyectual Ana Olema. El evento, de carácter íntimo, exclusivo y por invitación, se realizó en la Casa Templo del Arte Cubano de Miami.

A la lectura asistieron reconocidos poetas y artistas de Miami y de otras comunidades. En un patio típico de Miami Beach, con brisa refrescante y ambiente bohemio, libre y de gran complicidad, Preval leyó poemas de su libro ‘Toca el corazón que late’ (Neo Club Ediciones), entre otros de producciones más recientes. Olema mostró, por vez primera, una arista creativa prácticamente desconocida. La activista y performer cubana sorprendió con una proyección performática donde jugó con una suavidad visual que contrastaría con la fuerza de sus textos. «Con flores en el pelo a modo de corona y descalza como quien quiere hablar lo que necesita hablar, desde tierra firme, fue el debut en estas arenas de la cubana que demandó al Estado Cubano por expropiación de su cuerpo», apuntaron los organizadores.

Artistas y poetas aprovecharon la oportunidad para manifestar su preocupación con respecto a la política cultural represiva en Cuba y denunciar la implementación arbitraria del Decreto 349. Pidieron, a su vez, la libertad de los artistas encarcelados injustamente al tratar de ejercer sus derechos ciudadanos y culturales. Y puntualizaron que “esta política no solo afecta a los artistas libres que residen en la Isla sino a quienes viven en Miami u otras diásporas y no quieren ignorar la situación vigente”. “Nos eliminan de la memoria colectiva de una nación, algo peor que un golpe muchas veces”, dijo Olema antes de comenzar su lectura.

La producción estuvo a cargo de Diddier Santos Moleiro y Alina Guzmán Tamayo. Ambos, gestores de trayectoria, consideraron esta iniciativa como el comienzo de colaboraciones entre ambas entidades alternativas e independientes (Umbrella… & Acetato…) y que, desde ya, la poesía y el arte cubano de Miami han ganado un espacio más de realización, crecimiento y socialización.

Umbrella Art Foundation es un proyecto dedicado a apoyar artistas de vanguardia en Miami. Persigue crear una élite cultural en la ciudad y promover arte de alta calidad. Dice «no a la censura y no a la mediocridad».
Acetato Producciones es un proyecto dedicado a unir a creadores, artistas e intelectuales. Busca generar espacios de difusión y visibilizar prácticas complejas. También documenta visualmente una época, una generación y sus contextos.

Las respuestas de Rafael Alcides

 

Hace doce años, en agosto de 2006, cuando entrevisté al poeta y narrador Rafael Alcides, inadecuado como suelo ser, inicié la entrevista con una pregunta que al autor de Agradecido como un perro se le antojó siniestra: si podíamos albergar la esperanza de ver publicado en Cuba un nuevo libro suyo.

Le hice aquella pregunta, cual si diera por terminada la historia de este país y su cultura, debido al almacén doméstico de novelas y poemas inéditos que el escritor, laborioso y testarudo, guardaba en espera de momentos mejores, sintiéndose dueño absoluto del tiempo y las palabras.

Me respondió que no se sentía frustrado, que frustrado se sentiría publicando “fuera del día que se ha fijado para hacerlo”. El día cuando sus libros estarán en las librerías junto a los de tantos otros autores cubanos cuyos nombres el mundo pronuncia con respeto, y aquí, en su patria, ni mencionan.

He aquí un fragmento de aquella entrevista, que de las que he hecho es la que más me complace:

P: La Generación del 50, pese a mucha buena poesía y a su influencia en generaciones posteriores, sigue generando polémica. Usted, que es uno de sus más importantes sobrevivientes, ¿cómo la definiría?

RA: Todas las grandes generaciones han sido polémicas. En eso, si existen excepciones no las recuerdo. Y la nuestra ha hecho una poesía que por su calidad y la aventura que significó, parece estar destinada a sobrevivir. Claro, sus ideas no han sido estéticas solamente. Dado los días de su debut, no podrían haberlo sido. Tampoco podrían serlo las de sus detractores. Hoy, que el tiempo ha pasado dejándolo ver todo más claro, lo que en el fondo se sataniza en ella, aunque el interesado crítico se lo calle, es su alineación política. Dicho en otras palabras, el haber sido emblema (que lo fue) de un proyecto social hoy envejecido. Por eso, según la mano capciosa que reparta, si esta, si la otra, la verás en unos casos agarrar más honores de los que tal vez le toquen, y en otros, faltarle hasta la última migajita.

P: Usted ha dicho que no puede dejar de ser de Barrancas. ¿Qué sigue significando Barrancas para Rafael Alcides? ¿Acaso una suerte de paraíso perdido?

R: Tú lo has dicho. Barrancas es mi paraíso perdido. Todavía yo, todas las noches, sobre las ocho, al entrar los taburetes para acostarnos porque está muy oscuro para seguir en el portal y no podemos malbaratar un centavo comprando luz brillante, le digo a mi abuelo: “Écheme la bendición, papá”, y él me dice: “Santico, hijo”, y le digo a mi abuela: “Écheme la bendición, mamá”, y ella, con el olor a albahacas y a colonias puestas a serenar que le dejara el baño de las cinco de la tarde, se agacha a abrazarme y a besarme como si estuviéramos en un muelle, despidiéndonos para un viaje muy largo, como en efecto pronto sucedería, y con mucha ternura me dice al oído: “Dios te haga un santo”.

Esto es, por cierto, cuanto queda de Barrancas. Y su nombre en el mapa. Todo lo otro, el cine, la farmacia, la funeraria, no existe. Desapareció. Y lo nuevo no ha llegado. Ni siquiera tiene una videoteca, una biblioteca, un parque infantil, un círculo social. Cuando a medianoche le da a alguien un dolor de barriga o un infarto, tienen que emparrillarlo en una bicicleta para llevarlo al entronque que está a varios kilómetros. Las guaguas que viajan entre Bayamo y Manzanillo van llenas al pasar por allí, los graduados de los tecnológicos trabajan en la agricultura y, condenados como están los barranqueños a no poder seguir estudios en la universidad de Peralejo o encontrar trabajo en las fábricas de Bayamo por falta de transporte, el ocio que le dejan los avatares extras para sobrevivir lo ocupan en beber alcohol de reverbero colado con algodones, jugar dados, pelear gallos, perros, y apuntar números en la bolita, que, de hecho, allí es pública.

Y no vayas. Si pasas por allí, no llegues. Si te mandan, no vayas. Olvida un poema mentiroso que sin saber que mentía publiqué en el 84 elogiando la supuesta nueva vida que, viendo los milagros que en otras partes del país ocurrían, inclusive muy cerca de Barrancas, le atribuí a aquel espacio donde nací y he seguido viviendo con el pensamiento. Aunque te maten, no vayas…

P: ¿Qué siente cuando escribe crónicas sobre la Cuba de ahora mismo?

R: En principio, tristeza. Eso siento. ¿Por qué tener que ir tan lejos a decir lo que deberíamos haber debatido aquí en familia? Pero me sobrepongo. El deseo de ser útil te vence. Esto mismo de Barrancas de que te hablaba: denunciarlo a las autoridades provinciales de Granma no tendría sentido porque ellas lo saben. ¿Irles con el cuento a un periódico, llegar incluso con lagrimitas en los ojos al Comité Central? En esos lugares están muy ocupados, no les gusta trasladar malas noticias y no podrían asegurar que el pescado en mal estado que les estás sirviendo no sea el efecto colateral no previsto emanado de alguna orientación general bajada de allá arriba. Ah, pero tal vez cuando sepan a la gente allá afuera tapándose la nariz, entonces corran a enterrar el pescado y a lavar plato y mesa y todo lo demás con jabón y creolina. Es una esperanza que no borraría lo que empezó siendo frustración, pero alivia. Al menos durante un rato te sientes persona.

P: ¿Cómo sueña el futuro Rafael Alcides?

R: ¿“Sueña” has dicho? De la invención de la rueda a la carrera espacial que está teniendo lugar entre los actuales dueños del mundo, tal vez la humanidad no ha sido más feliz pero ha conseguido alargar su vida y hacerla más confortable y segura, excepto cuando llegan las guerras, sea la guerra de morirse enseguida o la otra guerra, la menos civilizada y por ahora empantanada: la de la pobreza. En todo caso, si existen respuestas, están en el futuro. En cuanto al inmediato, al futuro cubano, que por conocérmelo de memoria no necesito soñarlo, puedo resumírtelo diciendo que aquí en Cuba se publicarán mis libros, poesías y novelas bajo las condiciones de que te hablaba al comienzo de esta charla. 

Sueños peligrosos

 

1

1965: El celebrado poeta norteamericano Allen Ginsberg, enamorado de la revolución cubana (¿o será sólo de algunos de sus líderes?), está a punto de ser expulsado de La Habana. La policía política de Fidel Castro lo saca a la fuerza del hotel Riviera para enviarlo directamente a Praga, no porque él escogiera ese destino sino porque la orden era subirlo al primer avión que levantase vuelo en el aeropuerto internacional José Martí.

2

¿Cuál era el motivo? Ante esta pregunta, el esbirro que lo escoltaba respondió a Ginsberg que había violado las leyes del paraíso revolucionario. Y como él insistiera, interesado en saber qué leyes violó, la respuesta fue cortante: Pregúnteselo usted mismo.

3

Por más que se lo preguntara, Ginsberg no podría saberlo, pues lo que él hizo, o más bien lo que dijo, ni siquiera estaba penalizado por las leyes de Cuba. Dijo que se masturbaba pensando en Fidel Castro y que le hubiera gustado irse a la cama con el Che Guevara.

4

El mal gusto es tan común entre los buenos poetas como en cualquier otro tipo de persona. Pero no por ello requiere ser refrendado como un delito. Y no consta que sirviera para dictar sentencia nunca antes de aquel día. En ningún otro sitio del planeta. Todavía menos en forma sumaria. No obstante, el error esencial de Ginsberg pudo no haber radicado tanto en su mal gusto como en el hecho de que ignorase la ley suprema de la revolución fidelista, consistente en que las leyes que con mayor rigor deben cumplirse son las que no están escritas en código alguno. Las leyes del dedo único e inapelable. 

5

Allen Ginsberg era reconocido por aquella época como el líder de la llamada Beat Generation, movimiento literario formado por un grupo de escritores de Estados Unidos, entre cuyas características más afines alineaban el rechazo a los valores clásicos de esa nación, la práctica y el elogio de la libertad sexual y existencial, el uso de drogas, o la afición por la filosofía oriental, tendencias que inspirarían las bases del movimiento hippie. Así, pues, ya que tanto él como otras constelaciones beat, digamos Jack Kerouac, Lawrence Ferlinghetti o William Burroughs, eran exponentes de una contracultura muy crítica con el modelo capitalista estadunidense, resulta ciertamente comprensible que en un principio simpatizaran con la revolución cubana y que, al igual que tantos otros artistas e intelectuales extranjeros (de ayer y hoy), se rindieran ante el glamur de sus líderes sin detenerse a examinar su real naturaleza. Frivolidades de los cultos progres.

6

Ginsberg había sido invitado a visitar la Isla para que ejerciera como jurado del premio Casa de las Américas 1965. Una de esas dobles jugadas que tan bien conocemos: vacaciones gratis y por todo lo alto para el famoso, con lo cual reciprocan su participación en campañas de apoyo a la revolución, a la vez que consiguen reforzar las simpatías de la intelectualidad progre del mundo mediante el revuelo mediático de su visita.

7

Él, por su parte, estaba encantado con el proyecto, pues le permitiría conocer el socialismo en vivo. Eso dijo poco antes de tomar el avión. Sin embargo, apenas plantó los pies en predios habaneros, comenzaría a sentir en su interior la necesidad de un segundo aterrizaje. Mucho tuvo que ver en el asunto su casi inmediato acercamiento con algunos jóvenes escritores y artistas cubanos, agrupados en torno a la revista El Puente, quienes lo pusieron al tanto de ciertos pintoresquismos fascistoides que tenían lugar en esos días, como las redadas contra los homosexuales para su confinamiento en campos de trabajo forzoso. Es un pasaje de la historia sobre el que se ha escrito bastante. Así que bastará con recordar que aquellos puenteros (como se les llamó) soñaban poéticamente con hacer alguna suerte de pequeña revolución dentro de la revolución. Sueño peligroso, por el que muy pronto serían condenados por otra ley no escrita, bajo la sentencia de jóvenes “empollados por la fracción más disoluta y negativa de su generación”. 

8

Ginsberg deportado a la brava del país, sus amigos de El Puente presos o perseguidos o anulados, las aguas volverían a tomar su nivel. Mientras, la prensa oficial, ante la imposibilidad de guardar el habitual silencio cómplice, intentaba ilustrar el delito cometido por el poeta diciendo que lo expulsaron por fumar mariguana. Lapsus mentis. El redactor debió olvidar que Efigenio Amejeiras, Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria en los primeros años del régimen fidelista (y luego General de División de las fuerzas armadas, con el título honorífico de Héroe de la República de Cuba), era el más proverbial mariguanero de La Habana justamente en los días de la visita de Ginsberg.

9

¿Se avergonzaba el machismo-fidelismo por haber tenido que llevar su homofobia hasta el colmo de ocultar que algunos de sus principales líderes pudieran ocupar un sitio en los sueños eróticos de un homosexual, célebre, pero homosexual al cabo? No lo creo. En todo caso le molestaba o le asqueaba reconocerlo. Tal vez incluso lo consideraron políticamente nocivo. No en balde por aquellos mismos días Fidel Castro declaró en entrevista concedida a otro norteamericano, Lee Lockwood, que los homosexuales eran un lastre social y agentes de corrupción moral que contravenían los principios de la revolución.

10

Con todo, más revelador que la actitud asumida por el fidelismo ante los sueños eróticos de Ginsberg, y mucho más sorprendente, resulta constatar que desde aquellos días hasta hoy, o sea a lo largo de sesenta años, la intelectualidad progre del mundo, con sus homosexuales incluidos, no ha escarmentado ante el rancio y crónico machismo del régimen, que jamás pierde la oportunidad de mostrar su cavernaria jeta, al margen de cualquier disimulo o cualquier estrategia carnavalesca como la que ahora dirige Mariela Castro.

11

Marzo de 2019: las autoridades cubanas prohíben la entrada a la Isla de Michael Petrelis, prominente activista estadounidense por los derechos de la comunidad LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e intersexuales). En este caso no hubo sueños eróticos, o al menos no declarados. Pero Petrelis, al igual que Ginsberg, ignoró (continúa ignorando) las leyes no escritas que sustentaron la prohibición. De nada le han servido sus lazos de simpatía y amistad con Mariela, junto a la cual había participado antes en algunas de esas jornadas carnavalescas contra la homofobia que ella dirige en Cuba. “Hoy busco su ayuda y compasión con respecto a una inesperada prohibición del gobierno cubano que me impide visitar su país nuevamente”. Palabras literales escritas por Petrelis en un mensaje que le enviara a la heredera de los Castro. Pero no hubo respuesta.

12

Aunque la ley no escrita que violó Petrelis no sea tan melindrosa como la violada por Ginsberg, es obvio que igual se la aplicaron inapelablemente. Pero, en suma, ¿cuál es su delito?

13

Dos sucintos datos aireados por el propio Petrelis pueden ofrecer pistas: A) En el mismo mensaje que envió a Mariela Castro comenta que en su anterior viaje a la Isla (enero de 2019), el régimen había asignado a un agente del Ministerio del Interior para que lo vigilara de cerca. B) Cita textual de un comentario hecho público por él a raíz de la prohibición: “No tengo idea de por qué estoy excluido de los turistas a quienes les permiten visitar Cuba, pero seguramente tiene algo que ver con el haber compartido la vida de la comunidad LGBTI fuera del control del Gobierno”. Este dato B explica por sí solo el dato A, pero además no deja dudas acerca de la conexión entre la ley no escrita que afectara a Allen Ginsberg y la que ahora descargó su peso bruto sobre Michael Petrelis.

14

La diferencia entre las actitudes de ambos afectados también es mínima. Ginsberg no renunciaría a sus sueños eróticos, estimulado quizá por el bolerístico arbitrio sobre el sueño imposible. Petrelis dice no saber por qué lo han vetado, al tiempo que deja saber que sabe, e implora ser perdonado, ignorando el carácter inapelable de nuestras leyes no escritas. Es lo dicho, los cultos progres del mundo no escarmientan con el fidelismo. ¿Será por aquello de que el amor es ciego y sordo, o acaso por simple y patética frivolidad? 

Waldo Balart, el juego de las sincronizaciones

Nota publicada en el número 12 de la revista Puente de Letras

En la ‘Miami Biennale. Education through art’, en el otoño de 2017, quien disfrutó la exposición ‘Waldo Balart: Propositions on Color, Rhythm and Light’ —a la que pertenecen las fotos que acompañan esta nota— sabía o supo, poco después, que la vida también es arte, es decir, un juego de sincronizaciones ideoestéticas en el que el jugador —el  creador, el pintor— de alguna manera reinterpreta la creación, esto es, las naturales reglas del juego.

Sobre Waldo se ha dicho este año:

“Waldo Balart (Banes, 1931) presenta en su escaparate Dos universos paralelos de rayos de energía cromática comunicados. En esta obra llena de color y fuerza, el autor afincado en Madrid pone de manifiesto que ‘todos vivimos inmersos en la luz y es ésta la que nos permite sentirla’. Además, asegura Balart, ‘al discriminar y dividir esa luz me siento un agente activo seleccionando un trozo de vida y ofreciéndolo’”. Marcos Torres en ABC

“Waldo se inscribe en el arte concreto, que aprovecha los principios de la geometría y hace uso de la infinita variedad de tonos del color. Son rombos, cuadrados, listones y franjas que se entrelazan. Pero en sus últimos cuadros sus colores llevan la intensidad del neón, como el que veíamos los habaneros en la década del 50 en la nocturnidad del Malecón”. Olga Connor en El Nuevo Herald

“Aunque ya existe un concretismo balartiano, se conoce al pintor pero no al teórico. Ambas facetas cuajan en la obra. En su libro ‘El color como lenguaje plástico’, Balart anuncia: pintar es conseguir un espacio sensible y dinámico a través de la interrelación de volúmenes y líneas cromáticas, involucrados en un universo limitado». Alfredo Triff en Diario de Cuba

“Su estudio, situado en una pequeña calle del barrio madrileño de Lavapiés, es un caos mágico, ordenado según su criterio, que envuelve el espacio donde nacen sus maravillosas obras de arte. Un universo repleto de color que te empapa de energía y de vida”. Marta Barroso en Expansión

Exposición ‘Waldo Balart: Propositions on Color, Rhythm and Light’ En la ‘Miami Biennale. Education through art’. Octubre de 2017

Kurosawa: De realidad exaltada a belleza realizada

 

Ensayo publicado en el número dos de la revista Puente de Letras

            La nación japonesa no es un misterio del desconocimiento en las  facetas de nuestras vidas. Al contrario, Japón, como pocas naciones de Asia, ha sabido exportar todo lo bueno y hasta lo regular que se aglomera en esos cuatro islotes desiguales que lo componen  —y más de seis mil otros más pequeños— y se balancean sobre el mar del mismo nombre.

            Japón perdió una agonizante guerra mundial. Las huellas que dejó esa calamidad infrahumana fueron desbastadoras; todo cesó en un simple segundo en agosto 6 de 1945.  Como garfios que rasgaban  el aire,  las bombas del nuevo orden mundial se precipitaron sobre dos ciudades niponas para nunca dejarnos olvidar.

Pero Japón salió más victorioso —hasta lo que podemos apreciar—  que antes de la catástrofe del átomo infernal, no como un imperio donde la ambición militar y los caprichos de un monarca fueron el eje fundamental  en su derrota, al contrario: la nación asiática floreció como una paradoja espantosa del pasado con ganas de mirar al futuro. Aquellos mismos cañones, bombas y maleficios que propagaron el pánico por todo el Océano Pacífico y más allá, se convirtieron en el mejor producto que se puede  exportar con alta calidad y majestuosa cualidad. Sus productos, hace décadas, ya vienen acompañados por un talento impresionante y creativo.  No solo de autos y computadoras vive el hombre, se podría oír la voz de Japón por la década del cincuenta, cuando comenzó, más que nunca, su nueva guerra de exportación hacia el Occidente. 

Entre esta aportación están los grandes logros artísticos del Japón.  Logros que han llegado sin retroceso hasta los mismos umbrales de nuestras casas. Los cineastas japoneses son, al menos,  tan ampliamente reconocidos fuera de Japón como sus escritores: Tanizaki, Kawabata y Oe —todos Premios Nobel de Literatura. Los tres han encontrado en el mundo occidental no solo un nicho de admiración sino también una aceptación poco lograda por otros pensadores asiáticos.

Por otra parte, los directores Oshima y Kitano han ayudado a fomentar la idea pastoral y recóndita de un Japón abierto al mundo, su cara, llena de paisajes bucólicos y montajes elocuentes dentro del contexto de silencio siempre tan bien expuesto por estos directores.  Sin embargo, ningún otro talento japonés ha logrado la ebullición constante y el carisma mundial de Akira Kurosawa.  Por cincuenta años, desde que nosotros,  los cinéfilos de la era pasada, nos quedamos boquiabiertos frente a la pantalla que saludó a Rashomón en 1950, hasta nuestros cansados ojos que abrazaron los magistrales mis en scenes de Sueños en 1990, Kurosawa  se estuvo moviendo como un velero en el ventarrón, sin que nada pudiera prohibir su navegación extraordinaria y su pilotaje absoluto.

El éxito de Kurosawa en Occidente —al contrario del de Ozu, que era calificado de muy japonés según los productores nipones de la época— era considerado sospechosamente como una especie de golpe de suerte. A pesar de su triunfo indiscutible con Rashomon, Kurosawa seguía siendo uno de los más grandes cineastas en la historia del cine internacional que se arriesgaban de forma fácil y sin nunca pensar a fondo en las consecuencias que podrían traer tales riesgos.  

Cada una de sus películas de renombre mundial estaba precedida o seguida de una cinta mucho más compleja en su evolución o más comprometida en su desarrollo. Incluso puede argumentarse que algunos de sus más grandes éxitos, como Rashomon ( 1951),  Ikiru (1952) y  Los siete samurais (1954), provocaron enormes riesgos para la carrera de Kurosawa —con un final poco compensatorio, sin duda alguna.  

Esto podría parecer algo raro, dado que Kurosawa es hoy en día recordado como una especie de director reaccionario, de retaguardia (especialmente en el Japón). Pero aparte de la sensación extraña de lo que apetecía a su público, hay un hilo experimental persistente en funcionamiento durante toda  la historia cinematográfica de Kurosawa.  Empecemos con Perro callejero ( 1949).

Perro callejero

Después de establecer su carrera como cinematógrafo japonés a finales de los años cuarenta, con dos cintas poco conocidas por sus admiradores, como El ángel ebrio (1948) y El duelo silencioso (1949) —donde nos topamos por primera vez con su actor favorito, Toshiro Mifuno—,   Kurosawa comenzó el rodaje de Perro callejero (1949), un tenso y brillante retrato de la búsqueda de un policía por una pistola robada un verano caliente en la ciudad de Tokio.  A esta le siguió una irritante cinta sobre el dilema de los tabloides japoneses, Escándalo (1950). Pero, en realidad, fue su siguiente película, Rashomon, la que  cimentó su reputación, de público y crítica,  aunque no con los productores contemporáneos de su entorno.  Es importante mencionar que, después de Rashomon, Kurosawa nunca volvió a mirar hacia atrás ni hacia nadie; la senda a seguir estaba por delante de  él.

            Durante los siguientes años, el director japonés se convirtió en el héroe non plus ultra del cine de todos los tiempos. Salieron de su intelecto maravilloso las cintas El idiota, de una novela de Dostoievski,  Ikiru, basada ligeramente en la genial novela corta La muerte de Ivan Illyich, de León Tolstoi, Los siete samurais, Trono de sangre, tomado de la obra  teatral Macbeth de William Shakespeare, Los bajos fondos, una de las grandes obras teatrales del novelista ruso Máximo Gorki, y finalmente Los malos duermen bien (1963), con Toshiro Mifune en el papel central de nuevo.  

Durante esta época, ya entrando en los cincuenta años de edad, Kurosawa  se encuentra en la primera encrucijada de su carrera.  Con la filmación de Yojimbo (1961) y Sanjuro (1962), todas sus películas entraron en un período de transición debido a los problemas por los que pasaba la industria del cine japonés; período implacable para muchos directores de esa nación.

Barba Roja

Barba Roja (1965) fue una inversión drástica de tiempo y dinero para Kurosawa. De nuevo Toshiro Mifune toma riendas del personaje central, contando, con esta última cinta, un total de 16 que trabajó junto al director japonés. Esta vez, el actor tuvo una pelea con  Kurosawa —por causa de una barba natural que tuvo que mantener por cerca de dos años de filmación— y nunca aparecería de nuevo en una de sus películas.  A pesar de elogios de la crítica por la cinta y el premio Copa Volpi a Mifune como mejor actor en el Festival de Venecia, Kurosawa no logró conmover a los productores de Toho.

El director pasó los siguientes cinco años tratando de conseguir un proyecto —cualquier proyecto que lo pudiera llevar tras las cámaras. Al final volvió a la batuta dictatorial con su primera cinta en colores: Ka-den Dodes (1970). 

Este film, un estudio sobre un grupo de individuos abandonados por el destino y habitando un basurero de la ciudad, alcanzó momentos sublimes en el estilo audaz del montaje; sin embargo, los críticos japonés fueron crueles con el director, tanto así que éste trató de suicidarse unos meses después de la filmación. Los estudios Toho se negaron rotundamente a ofrecer un próximo proyecto al director por los excesos monetarios que devinieron de la filmación de Barba Roja, por lo que Kurosawa se fue a Rusia en 1970 para hacer su próxima película, Dersu Uzala (1974).  A pesar de los muchos premios y galardones que obtuvo esta cinta magistral, los productores japoneses continuaron viendo en Kurosawa a un inconformista derrochador y con poca comprensión artística.

A Dersu Ursala continuaron otros seis años de sequía en los que el nombre del director cayó en el olvido total. Por último, Francis Ford Coppola y George Lucas, admiradores de Kurosawa desde la época de Rashomon, se le acercaron con una oferta para financiar otra película. Kurosawa sugirió característicamente un proyecto largamente acariciado por muchos años —Kagemusha (1980) — y consiguió el respaldo para ello.  Por extraño que parezca, cuando la película terminó, Coppola y Lucas le pidieron al director japonés que recortara un poco la extensión de la cinta por temor a una reacción negativa por parte del público americano, al encontrarse frente a una historia no solo foránea sino algo esotérica. 

Para apaciguar a estos dos admiradores suyos, Kurosawa cortó 20 minutos de la película, que fue, al fin, lanzada en Estados Unidos con más alboroto que los famosos films de Kurosawa en los años sesenta. Para la próxima producción, Kurosawa, habiendo enfrentado el rechazo fulminante de los productores japoneses de nuevo, no le quedó otro remedio que buscar inversiones en el extranjero. Esta vez consiguió el apoyo del productor francés Serge Silberman —que había trabajado varias veces con Luis Buñuel y Jean Pierre Melville .  

Con las finanzas en orden, Kurosawa volvió detrás del lente a filmar su canto del cisne, Ran, sin duda alguna su declaración definitiva como artista. Desafiante, el director transpone la historia shakesperiana de El Rey Lear a un Japón medieval colmado de ansiedad pero, a la misma vez,  envuelto en magistrales escenas. Esta película es una magnífica declaración final de su filosofía y probablemente una de las películas más conmovedoras en la historia del cine moderno.   

Al fin, la Academia de Artes y Ciencias de Estados Unidos, que había pasado por alto y  por tantos años seguidos el talento del director japonés, le entrega el Oscar de 1989 por toda su carrera, sus triunfos y su talento como uno de los más grandes directores de todos los tiempos.  Fue en este preciso momento, cuando aceptaba su galardón internacional, que sus coterráneos comprendieron que Kurosawa no era el simple director huraño y arriesgado de películas oscuras —algunas— y otras emotivas y dogmáticas, sino un verdadero tesoro de la nación japonesa.

Antes de morir, Kurosawa pudo dirigir tres películas más: Sueños, Rapsodia en agosto (1991) y Madadayo, en 1993. A regañadientes, su avanzada vejez y sus muchos padecimientos le obligaron a retirarse en 1994. El 6 de septiembre de 1998 muere en Tokio a la edad de 88 años.

No podría terminar este ensayo sin dejar claro que la carrera de este gran director ha llenado los anales de la historia de una extraordinaria sensación de belleza lograda, de espejo reflejado en la quietud del agua, porque sus escenas son eso: árboles caminando por bosques aterradores, simples camelias flotando en un hermoso arroyo o silencios de suplicios y mentiras coronados por el miedo.  Nadie como Kurosawa ha podido llegar al meollo de la cinematografía mundial con tal elegancia y donaire. Su historia está escrita en el celuloide infinito de sus imágenes y en la enorme aportación que como excelso cineasta ha brindado a las masas vivas de esta humanidad, donde seguiremos buscando la mejor realidad exaltada en pos de la más exquisita belleza realizada.

Rapero se cose la boca tras ser condenado a año y medio de prisión

Rosmelys Hernández, esposa del rapero Maikel Castillo (El Osorbo), informó este viernes, desde La Habana, que el cantante contestatario se plantó y cosió la boca tras conocer que era sentenciado a un año y seis meses de cárcel por el régimen imperante en Cuba.

Por otro lado, la hermana de Pupito en Sy dio a conocer que el artista fue trasladado para una celda de castigo tras negarse a usar el uniforme de preso común.

Pupito, otro activista contra el Decreto 349, fue encarcelado en noviembre pasado tras ser golpeado por la policía cubana, y ha denunciado desde la prisión de Valle Grande varias irregularidades en el caso en su contra.

Maikel se encuentra encarcelado también en la prisión de Valle Grande, desde septiembre de 2018, acusado de un presunto delito de “atentado”.

Maikel Castillo Pérez nació en La Habana el 20 de agosto de 1983. Está casado con Rosmelys y tiene una hija de tres años. Hace más de 15 años que comenzó su carrera artística como cantante de rap.

La crítica al sistema político vigente y los problemas sociales que genera son la fuente principal de sus composiciones y por este motivo ha confrontado problemas con la policía del régimen.

El día 20 de mayo de 2018 fue arrestado mientras filmaba, con su teléfono, un operativo policial. El oficial a cargo del evento represivo le prohibió tomar evidencias y él se opuso, lo cual derivó en una discusión y al uso de la violencia en su contra. Finalmente fue detenido y conducido a los calabozos del centro de detención conocido como el Vivac. En el momento del arresto se encontraba junto su hija de tres años, la cual quedó desamparada. Tras 17 días recluido, fue liberado con una multa de mil pesos cubanos (CUP) y luego de comunicársele que la causa por un presunto delito de “atentado” quedaba cerrada.

Sin embargo en septiembre de 2018, 48 horas después de participar en un concierto en el centro cultural La Madriguera (sede de la Asociación Hermanos Saíz de La Habana), fue apresado en su casa. En dicha actividad Maikel cantó algunos de sus textos contestatarios, mostrando además su rechazo al Decreto 349, que busca criminalizar a los creadores independientes.

Días más tarde, la policía devolvía a sus familiares el dinero de la multa.

Desde entonces permanece encarcelado en la prisión de Valle Grande, donde ha protagonizado cuatro huelgas de hambre y ha sido objeto de maltratos y agresiones por parte de los carceleros.

El 20 de marzo pasado, en horas de la tarde, se celebró el juicio en el tribunal municipal de La Habana Vieja, en el cual se violaron las garantías al debido proceso. Maikel se enteró de la vista oral la noche anterior. La abogada lo supo el mismo día.

La petición fiscal fue de un año de privación de libertad por el delito de “Atentado”, que ahora se corrobora con esta sentencia de año y medio.

Publican antología de Rafael Vilches en México

El autor de la novela, Rafael Vilches

El Frente de Afirmación Hispanista acaba de publicar en México Antología de la Poesía Oral-Traumática y Cósmica de Rafael Vilches Proenza. Psicoanálisis arquetípico y selección, de Fredo Arias de la Canal, libro que reúne una serie de poemas de este conocido poeta y narrador cubano, nacido en Vado del Yeso en 1965, y que actualmente reside en Holguín.

Sobre este merecido reconocimiento a la obra del autor de Ángeles desamparados, quien recientemente, junto a Odalys Interiån, ganara el Premio de Poesía ‘Dulce María Loynaz’ convocado por el proyecto Puente a la Vista, dice el poeta cubano Adalberto Hechavarría:

“En enero de 2019 el Frente de Afirmación Hispanista, que dirige  Arias  de la Canal, publicó Antología de la Poesía Oral- Traumática y Cósmica de Rafael Vilches Proenza en hermoso cuadernillo que ofrece poemas selectos de una amplia obra, representativa de la mejor poesía cubana de la primera década del siglo XXI. Basta un puñado de versos para ofrecer la estatura de un poeta.

 “Con Vallejo metido hasta los huesos, Vilches anda sus páginas alucinado y triste, buscando asideros para la permanencia del diario acontecer en las palabras. Poesía dolorosa y profunda, que invita a la reflexión y la complicidad hedónica.

 “Los desgarramientos humanos adquieren cuerpos en los signos. Quizás los símbolos sean los verdaderos protagonistas de su discurso lírico. La soledad, el miedo , los pájaros, los relojes, van marcando el territorio de los poemas.

 “Estremecedores textos que invitan a la confabulación cordial con el autor; a compartir avatares y miedos cotidianos en el terreno existencial.

“Un sostenido estilo mantiene el nivel artístico del libro. Sus imágenes bien logradas, la síntesis del lenguaje, validan sus valores literarios.

“El poema que abre el cuaderno y que dedica al padre- para mi criterio es el mejor, pese a la competencia de muchos otros.

 “Este puñado de poemas muestra la validez de Vilches como poeta. Felicidades a este reconocido poeta nuestro”.

Usamos cookies para brindarle la mejor experiencia posible en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio, acepte nuestro uso de cookies.
Aceptar
Privacy Policy