Todas las jornadas, en lugar de ir a comer a su casa al mediodía, un vendedor de electrodomésticos de la provincia de Barcelona entra en una biblioteca con su ordenador portátil colgado de un hombro. Allí descubre que puede rescatar su antiguo oficio de periodista, redactando un blog personal, una columna diaria que habla de todo un poco, desde las conversaciones con sus clientes, hasta sus recuerdos de Cuba, país en el que vivió y nació. Su diario subjetivo es colgado en la red inmediatamente, con el sugerente título de Segunda Naturaleza, aludiendo al reciclaje de oficios que, a veces, se hace necesario en la vida y, también, a esa desnudez espontánea que significa contar “sus cosas” a una tercera persona. Transcurren casi dos años. Cambian las sedes –las bibliotecas municipales, las ubicaciones de las tiendas-, pero el contenido sigue siendo el mismo: Un diario escrito con urgencia para tratar de comprender a la sociedad y tratar de entenderse a sí mismo… Hasta que el autor se ve obligado a dejar su puesto en la empresa y dicta su último post desde la más profunda inconsciencia. Este libro de Jorge Ignacio Pérez, entonces, pudiera ser un viaje al revés: De Internet a la imprenta. Pudiera ser un camino contrario a la dirección actual.
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