La lucha por lograr la dimisión o sustitución del ministro de Cultura cubano Alpidio Alonso, instigador y ejecutor de acciones de terrorismo de Estado contra los creadores independientes en Cuba -quien arrebató como un vulgar delincuente el teléfono del periodista Mauricio Mendoza y encabezó la turba paramilitar que agredió a los jóvenes presentes, entre ellos varias mujeres, el pasado 27 de enero en las afueras del Mincult-, no parece del todo desenfocada, o ilusa, como han sugerido algunos en las redes sociales.
Alonso es un símbolo del trepador al uso que a través de la literatura o el arte medra con el sudor y la indefensión de buena parte del pueblo cubano. Aun cuando el régimen castrista lo defenderá a capa y espada, siendo como es Alpidio un apéndice más de su mecánica represiva, todo el ruido mediático y las gestiones que puedan hacerse en pro de su dimisión resultan inteligentes, porque contribuyen a desenmascarar y poner en la diana de los organismos internacionales y la opinión pública a uno de los instrumentos de manipulación más sofisticados, y tortuosamente eficaces, con que cuenta la dictadura para camuflar el terrorismo de Estado: la cultura y los intelectuales serviles.
Nada revela mejor la naturaleza criminal del castrismo que su ministro de Cultura repartiendo golpes. ¡La cultura esclavista, totalitaria, es siempre represiva, terrorista! En la acción de Alpidio se resumen las mazmorras de la Seguridad del Estado, los cubanos asesinados por tierra, mar y aire, las torturas y los interrogatorios, los linchamientos y mítines de repudio y tantos otros abusos y violaciones de los derechos ciudadanos característicos del régimen en el poder en Cuba desde hace 62 años:
“Dada la gravedad de los hechos ocurridos el pasado 27 de enero a las puertas del Ministerio de Cultura, artistas, escritores, periodistas y miembros de la sociedad civil integrantes del 27N, exigimos la renuncia inmediata del Ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau. Como ciudadanos de la República de Cuba creemos en la reivindicación pacífica de nuestros derechos y condenamos enfáticamente toda manifestación de violencia, en particular, cualquier manifestación de violencia gubernamental impulsada desde las instituciones y ejercida por funcionarios públicos”. Para firmar esta petición clic aquí.
“Yo no vivo en Cuba, pero he firmado esta petición porque ese ministro de Cultura, que da manotazos a colegas periodistas para que no transmitan la realidad, y permite la violencia contra jóvenes creadores frente al Ministerio de Cultura, no merece permanecer al frente de la cultura de un país que a pesar de ser una dictadura tiene mucho arte”. Lien Carrazana
“Lo único inadmisible de los sucesos del ministerio el 27 de enero no es el manotazo del ministro Alpidio Alonso. Eso solo ya bastaría para su dimisión y su vergüenza porque significa, además de su vulgar comportamiento, un desconocimiento y desprecio por lo que significa ser un servidor público. Pero lo que ocurrió inmediatamente después es todavía más grave: él y los otros funcionarios se quedaron mirando y hasta ayudaron en la golpiza que militares de civil le propinaban a esos jóvenes. Golpiza, literalmente, con un saldo que incluye personas con moretones, arañazos, hasta un yeso para Alfredo Martínez, que le fracturaron el dedo. Esas no son especulaciones, son hechos. Y los recalco para que sepan todos lo que están justificando y apoyando: ¡están justificando y apoyando una golpiza a ciudadanos cubanos!”. Anamelys Ramos
“A los dinosaurios solo les queda renunciar. La única manera que tienen de sostener su régimen es la violencia, el calabozo, el mitin de repudio y la mentira. Eso quiere decir que ya perdieron”. Luis Dener
Perdieron y ahora le caen a patadas a la mesa. Son ellos los que están fuera de juego.