He publicado cuentos y poemas eróticos de forma aislada desde que era muy joven. En Naranja dulce (1989), una revista cubana de corta duración adjunta al Caimán Barbudo, publiqué mi primer texto erótico, un cuento sobre una chica que se masturbaba mientras patinaba sobre el malecón habanero. Luego Salvador Redonet me publicó «Otra carne», mi cuento erótico más conocido, presente en alrededor de diez antologías cubanas, venezolanas, norteamericanas y españolas que lo han reproducido, además de estar en mi libro La caída y otros deseos.
Erótika Summa tiene la peculiaridad de que reúne imágenes de fotógrafos -Ira Kononenko, Leandro Feal, Evelyn Sosa Rojas, Evel Gonzalez, Zichy-, modelos del siglo XIX francés, dibujos eróticos también de inicios del siglo XX y algunos fotogramas de clásicos del cine del siglo XX…
Todos no sirven de soporte a mis poemas y textos. Cada imagen en sí misma tiene una lectura propia sobre el erotismo que yo he vivido al verlas y del erotismo que me ha marcado desde que soy muy joven. No es un libro de arte, es un libro para compartir algo que nos es común sobre la piel.