En Madrid y Washington D.C., pero también en ciudades tan inimaginables como Tokio. Manifestantes en muchas partes del mundo volvieron a tomar las calles este fin de semana para visibilizar el anhelo de libertad de la población cubana, maniatada por un sistema militarizado de control y represión que, herido de muerte, se aferra al poder desesperadamente.
Las masivas manifestaciones del 11 de julio pasado en la Isla (11J), y las protestas y operaciones represivas posteriores, han encendido la mecha de la liberación de Cuba, que ahora se manifiesta en el exilio con particular intensidad.
«Quiero para todos los cubanos las mismas oportunidades que disfrutan mis hijos en libertad, en Estados Unidos», expresó Idabell Rosales, presidenta de Vista Larga Foundation, la noche de este domingo frente a la Casa Blanca.
«Vamos a estar en la calle hasta que Cuba sea libre. Dondequiera que haya un cubano, va a estar diciendo ¡Viva Cuba libre!”, gritó el cantante del célebre tema ‘Patria y Vida’, Yotuel Romero, ante una multitud reunida en Madrid también el domingo.
El cantautor cubano Pablo Milanés defendió el sábado, desde su página oficial en Facebook, el papel de los jóvenes como motor del cambio en Cuba, condenando los excesos gubernamentales contra la población de la Isla. «Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo», aseguró.
«Confío en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y sin hambre», añadió el autor del popular tema ‘Yolanda’. «Creo en los jóvenes, que con la ayuda de todos los cubanos deben ser y serán el motor del cambio».
Tras las manifestaciones del 11 de julio y posteriores en Cuba, se calculan decenas de heridos, al menos dos muertos y cientos de detenidos y desaparecidos, muchos de ellos menores de edad. En cadena nacional, el subpresidente Miguel Díaz Canel llamó ese día a la represión de las marchas, asegurando que «la orden de combate» estaba dada.
La muerte en línea de tres generales del ejército cubano, tras los sucesos del 11J, ha añadido morbo a un contexto informativo que el castrismo aún intenta controlar, sin comprender que en este tercer milenio tecnológico todo, o casi todo, a la corta o a la larga, se filtra o se averigua.