¿Cuál es el secreto tras las muertes consecutivas de cinco generales cubanos en apenas una semana, o poco más, luego de las manifestaciones masivas del 11 de julio (11J) pasado a lo largo y ancho de Cuba?
De los cinco generales muertos, el primero en caer, y el más joven, Agustín Peña, era quien mayor poder concentraba en su condición de jefe del Ejército Oriental. Los cinco son los siguientes por orden de “evacuación”:
Agustín Peña. (Holguín, 1963). General de División, jefe del Ejército Oriental de Cuba y miembro del Comité Central del PCC
Marcelo Verdecia Perdomo. (Granma, 1941). General de Brigada de la Reserva, guardaespaldas de Fidel Castro en la Sierra Maestra
Rubén Martínez Puente (Santiago de Cuba, 1942). General de División. Miembro del Comité Central del PCC y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Dio la orden de derribar las avionetas de Hermanos al Rescate
Manuel Eduardo Lastres Pacheco (Yara, Granma). General de la Reserva. Otro “histórico” de la Sierra Maestra. El noticiero oficialista no informó su edad.
Armando Choy Rodríguez (Las Villas, 1934). General de Brigada, miembro fundador del Movimiento 26 de Julio y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2014
Divido este breve recuento en tres líneas de investigación, o hipótesis, sobre las causas de sus desapariciones: 1-Purga, 2-Vacuna y 3-Virus
La hipótesis de la purga
De las tres hipótesis manejadas en esta nota, la de la purga parece la más plausible en primera instancia. La extraordinaria coincidencia, entre comillas, de las cinco muertes en pocos días, apunta a algún tipo de elemento exógeno implicado en ellas, ya sea humano, animal o químico.
Una purga, en el caso que nos ocupa, ¿estaría relacionada con la respuesta de estos generales, o no respuesta, a las marchas del 11J? Es la primera pregunta que viene a la cabeza.
La hipótesis de la vacuna
Supongamos que ante la crítica expansión del coronavirus en Cuba los machotes generales, que en principio habían evitado vacunarse, debieron, en procesión obediente, entrar por el aro del camarada Abdala y la compañerita Soberana, quienes los liquidaron con sus efectos secundarios no suficientemente estudiados por la «potencia médica». Quise decir por la «potencia miédica», claro, extraviada en su propia película de terror.
Se sabe de personas fallecidas tras recibir las vacunas autóctonas. Recuérdese que no se trata de medicamentos certificados por la comunidad científica internacional, de los que no hay estudios exhaustivos publicados y que aún están en fase de comprobación.
La hipótesis del virus
La tercera posibilidad, tal vez la más remota, es la de la contaminación de este grupo militar por un Covid en su variante más agresiva. En cuyo caso habría que especular con alguna reunión o evento en que estos altos mandos hayan estado juntos, incluso revueltos, tras la rebelión popular del 11J.