El régimen siempre lo supo, el enemigo nunca fue el Norte sino el pueblo. La soberanía no era otra que la soberanía del engaño. Hacen lo que sea, matan, sí… lo hicieron en el 59′ y vuelven a hacerlo hoy.
El principio: que no hay principios. La verdad: que todo lo que dicen es mentira. La revolución: sólo la que los llevó al poder. El apoyo: el que imponen por chantaje, o ese otro de quienes estudiaron todos los procesos menos el que los hace esclavos.
La ideología: da igual si era absurda, era una herramienta. El objetivo: vivir eternamente de otros. La familia: la de ellos, las demás que se sumen o se rompan.
Igual fue con Stalin, igual fue con Mao y en la Europa oriental. Es un engendro de criminales y hoy, más que nunca, de sus cómplices.