El Decreto Ley 35, Marrero, la zanahoria y el palo

Un nuevo decreto ley asoma la nariz en Cuba, otra vez empeñado en abusar del mismo de siempre: el pueblo cubano.

Se trata del 35 de “las telecomunicaciones, las tecnologías de la información y la comunicación y del uso del espectro radioeléctrico”. Los más cercanos en el tiempo, el 349 y el 370, respondían a la misma dinámica opresora y se han revelado incapaces de contener el espíritu de liberación que cada vez más ansiosamente respira la Cuba profunda.

De entrada, en su artículo 3 inciso A, este Decreto Ley 35 declara, vía Gaceta de Cuba, que su objetivo es “coadyuvar a que la utilización de los servicios de telecomunicaciones sean un instrumento para la defensa de la Revolución”.

Y ya sabemos que “revolución” significa, en el verano de 2021 en Cuba pero desde hace seis décadas, censura, abuso, represión, miseria, disparate y muerte.

Tras las manifestaciones masivas de julio pasado, puede decirse que la dictadura castrocanelista ha reaccionado ofreciendo dos tipos de respuestas clásicas en estado de totalitarismo: zanahoria y palo.

Módulos alimenticios de donación sorpresivamente gratuitos, y digo sorpresivamente porque el régimen acostumbra a hacer caja con la ayuda internacional (la zanahoria). Decreto Ley 35, chivos expiatorios y represión, mucha represión (el palo).

Relacionado con esto: Recientemente el primer ministro cubano Manuel Marrero intentó minimizar las denuncias por la escasez de medicamentos en Cuba asegurando que la población reclama más por “la mala atención de los médicos”. Resulta que los otrora ejemplares profesionales de la salud cubanos ahora son unos maltratadores. Otro ejemplo de búsqueda de chivos expiatorios por parte de la dirigencia con el objetivo de evadir responsabilidades (palo a falta de zanahoria).

Como advirtió un doctor habanero en las redes tras esta descarada justificación de Marrero, se trata de “la misma administración que se preocupa por comprar más patrullas que ambulancias”.

Y como decíamos al principio, tanta represión y tanto decreto solo han servido, en los últimos tres años, para estimular todavía más las ansias de libertad de la sociedad cubana. A más palos desesperados contra el pueblo, menos zanahoria para el poder. El castrocanelismo tiene los días contados.


 

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Armando Añel
Escritor, editor, zensicólogo. Ghost Writer. Entre los años 1998 y 2000 se desempeñó como periodista independiente en Cuba. Tras recibir el premio de ensayo anual de la fundación alemana Friedrich Naumann, con la revista Perfiles Liberales, en febrero del año 2000 viajó a Europa, donde residió en España e Inglaterra hasta radicarse en Estados Unidos en 2004. Tiene una docena de libros publicados. Dirige Neo Club Ediciones y es uno de los coordinadores del proyecto Puente a la Vista y del Festival Vista.