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Diez respuestas de Rafael Almanza

Rafael Almanza

2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.

Al habla con el escritor, Premio Nacional de Literatura Independiente, Rafael Almanza:

Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?

Rafael Almanza- La patria es el otro. La patria, para mí, eres tú.

AA- ¿Qué es la libertad?

RA- La libertad contemporánea se propone como un fin en sí mismo. En ese caso el fascismo, y el canibalismo, tendrían que ser admitidos. La libertad es imprescindible para el amor. Es su prólogo. A nadie en sus cabales se le ocurre obligar a la otra persona a que le ame. La libertad del amor es su valor. Pero el desafío del ser humano consiste en su ambigüedad esencial entre el mal y el bien. Hay otras libertades que no vienen de la lucidez del amor y no constituyen su prólogo. Esa otra libertad, la del dictador y la del rico narcisista y abusador, que últimamente al fin van siendo lo mismo y en las mismas personas, debieran ser combatidas sin cuartel.

AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?

RA- Liberarnos del socialismo es condición necesaria pero no suficiente. Seremos libres cuando tengamos convivencia democrática a nuestra propia manera, una tarea descomunal, de la que no tenemos ni idea. Mientras más prisa sin pensamiento ni estrategia, más tardará.

AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?

RA- Cualquiera dice ser castrista si no hay libertad de expresión. La cifra, la que sea, siempre será dudosa. El adversario nos tiene bien estudiados. Pero no hay un estudio de esos castristas de que hablas. No es lo mismo la Familia que el Mayimbato (o Nomenclatura, pero yo no soy académico), y el Mayimbato mismo tiene distintas estructuras y niveles (políticos, administrativos y militares) con intereses distintos. Los empleados del Mayimbato también son diversos. Hay las viejitas que limpian el piso en el Partido y hay los caleseros de la Uneac. Los fanáticos de barrio son más homogéneos entre sí, pero desiguales a los otros, porque sus intereses son los de una supuesta superioridad. Yo quiero una Cuba con todos, incluyendo los malos y los peores, para el bien de todos. Pero cómo reaccionarán ante la historia las personas y los intereses es una asignatura pendiente para todos. Recordar solo que había treinta mil mambises enfrentados a ochenta mil cubanos que peleaban voluntariamente y como fieras a favor de España. Y perdieron.

AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?

RA- La atenuación de esas miserias tal vez venga por la gravedad de la situación, que puede llegar a ser espantosa. Ante el horror que está por venir, ciertas miserias tendrán que escampar por un tiempo. Vaya esperanza, miserable también.

AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?

RA- Debiera incluirse la asignatura de Conducta, como la de Familia y la de Cívica, en secundaria. Pero lo decisivo siempre será lo que el niño vea en su casa y en la calle, la conducta de la familia y de sus conciudadanos. Necesitamos padres y madres, y hombres de religión, y algunos pocos políticos capaces de atreverse a la buena conducta a cualquier precio. Ya los hay, pero no salen por la tv. Y sí, la envidia que heredamos de los españoles es una de nuestras miserias mayores, destructiva y paralizante. Hay que empezar a vernos como realmente somos, única manera de mejorarnos.

AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?

RA- ¡Oh La política cómica, la república del choteo! ¡La cuartería virtual llamada Facebook! Siempre existirán. Lo terrible no es que existan, sino que no exista, y al parecer no puede existir, una alternativa de seriedad y de cultura, de proyección y de creación. Jamás saldremos del sainete con saineteros. La alternativa no tiene que conducirnos a la solemnidad ridícula, la falsa aristocracia y la ausencia de humor. Se trata de un tamaño interior de la persona que se dice que es imposible hoy. Estamos en la época del pantalón mecánico roto en la rodilla, como elegancia popular. Y los líderes cubanos vienen de más de medio siglo sin experiencia de la libertad personal, sin crecimiento en el ejercicio de las libertades públicas. Se necesita gente de fundamento, como se decía antes, pero la persona grave no es escuchada por una mayoría que no quiere escuchar, sino que se le diga otra vez la miseria que ya tienen en sus cabezotas. Y el político, claro, tiene que contar con esa mayoría, incluso es de esa mayoría…

AA- ¿Qué tipo de influencia podría ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?

RA- Cuba lleva doscientos años esperando auxilios salvadores de los Estados Unidos, sin darnos cuenta de que somos un país pequeño y no podemos, de ninguna manera, representar algún interés sano y perdurable en la vida de una superpotencia. Debiéramos aprender de Japón, que estuvo mil años recibiendo la influencia de la vecina y todopoderosa China. Ese jardín que usted admira como lo más japonés imaginable, es el resultado de la asimilación secular de los jardines chinos. Cuba es una nación joven, pero culturalmente poderosa, que puede crecer desde sí misma escogiendo de los Estados Unidos lo mejor: el culto del trabajo, aunque no el laboralismo esclavo; el imperio de la libertad y de la ley; la estabilidad de los institutos de la democracia; la pasión por la ciencia y la tecnología. Estos valores están en peligro ahora mismo ahí. Pero los necesitamos. Recomiendo leer Teoría de la frontera, de Jorge Mañach. Los yanquis me dicen que en América solo se entienden cabalmente con los brasileños y los cubanos. Cuba tiene mucho que dar, pueblo a pueblo, persona a persona, a los yanquis. Por otro lado, Occidente va no solo de Cádiz a Kamchatka, a pesar de Kiril y su Putin, sino también de Alaska a la Patagonia. No esperemos ni busquemos ningún auxilio decisivo de los Estados Unidos. Aprendamos de ellos, ante todo, a crear, no a pedir; a ser dueños, nunca mendigos. Hagamos que nos necesiten, para beneficio mutuo.

AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?

RA- Estoy preocupado por la utilidad y la salvación de mi alma, no del destino de mi cuerpecito. Me gustaría morir en Cuba, tratando de serle útil de alguna manera hasta el final. Ojalá mi Señor me conceda ese privilegio.

AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.

RA- Nombre, en la tradición bíblica, significa poder. Está muy bien que pensemos en el nombre secreto de Cuba, porque sabemos que nuestro país tiene un nombre, un potencial gigante que nada tiene que ver con su desgracia actual. Británicos y holandeses dicen que estamos más vivos que ellos, ahora mismo. Thomas Merton escribió en su diario, en 1940, que el pueblo cubano es el pueblo de Dios. Yo diría que el nombre secreto de Cuba es Juana. No la loca princesa española sino la genial habanera Borrero, muerta a los diecinueve años en un colmo de pasión amorosa. Somos la aparente demencia del amor terrenal y universal cuyo contenido primero, aunque de obra que se nos antoja inverosímil y fantástica, es ese que sabemos desde niños: con todos, para el bien de todos.


 

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