2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, con nuevos entrevistados de ambas orillas, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.
Al habla con el escritor y periodista deportivo Pablo Socorro:
Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?
Pablo Socorro- Quiero hacer un distingo entre Patria y País: Patria es donde nací y País donde me enterrarán. Mi certificado de nacimiento dice que nací en una isla hermosa siendo cubano. Mi certificado de defunción dirá que morí en un país maravilloso siendo estadounidense. Cuando opté por tomar otros horizontes la dictadura cubana me despojó de mi nacionalidad, pero no pudo despojarme de mi cubanidad. Siempre he creído que Patria es un concepto afectivo con el que nos manipulan los mal intencionados. Por eso siempre he pensado que mis raíces, mejor aéreas, para que no se pudran.
AA- ¿Qué es la libertad?
PS- Hay un verso del poeta español Ramón de Campoamor que define muy bien el concepto de libertad: «Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira». Cada uno mira la libertad desde su propio cristal, por eso lo que es válido para unos no lo es para otros. No quiero aventurarme a una definición porque en nombre de la “libertad” se ha pecado por exceso o por defecto. En mi caso, solo es levantarme cada mañana de mi cama sin temor a las consecuencias de lo que hice el día anterior, o de lo que voy a pensar en las próximas 24 horas.
AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?
PS- El día que los cubanos se levanten, lean el Granma y suelten una gran carcajada nacional, sin temor a las consecuencias. Pero, no se puede liberar a un pueblo que goza de sus propias cadenas; hay todavía muchos cubanos que tienen más fe en el socialismo que un gordo tomando Herbalife. El problema es que ahora solo unos pocos se han dado cuenta que se puede cambiar el Síndrome de Estocolmo por el de Esto es el colmo. Probablemente no me toque verlo, pero soy optimista. Estoy seguro que las semillas de independencia y libertad que están sembrando los jóvenes que hoy se lanzan a las calles, germinarán más temprano que tarde y los Castro y todo su legado infernal irán a parar al basurero de la historia o al estercolero de la memoria.
AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?
PS- Lo ideal sería montarlos en la barca del olvido, pero no se puede pasar página sin antes llevar ante la justicia a los que tienen las manos manchadas de sangre, los que fueron cómplices intencionales de los crímenes y torturas que han sido el sello de identidad del reinado castrista. Fidel Castro fundó su dictadura sobre un baño de sangre, ¿y qué país tenemos hoy? Un país dividido por el odio, la envidia, la revancha, el oportunismo, donde una minoría mantiene en el terror a una mayoría amedrentada o resignada. Lo único que el sistema ha producido en ingentes cantidades es miedo, y el miedo solo produce grandes cosechas de silencio. La isla es un gran cementerio donde las voces disidentes son ocasionales fuegos fatuos que mantienen aterrado al tirano.
AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?
PS- La internet no va a reformar o pararle lo pies al difamador, al bretero, al conspiranoico, porque estos son los gusanos que salen del cadáver de una revolución fallida. Seis décadas de lavado de cerebro han dejado como consecuencia tres tipos de cubanos: los que por su carácter se acostumbran a sus cadenas, otros que no saben qué hacer cuando las rompen (y hasta las extrañan), y los que liberados de sus ataduras comienzan a atacar al mono. Igual, la internet es la única arma con que cuentan hoy los opositores al gobierno, que ha tratado de limitar y regular su uso con leyes y represalias despiadadas, incluso acudiendo al espiritismo político ante la tumba del Culpable en Jefe.
AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?
PS- Yo votaría por incluir la Educación en Cuba. Como dijo nuestro Martí, «la educación es libertad». Partiendo de esa base, las nuevas generaciones se darán cuenta que la envidia es el homenaje que la mediocridad rinde al talento. Tengo una frase de Winston Churchill en un exergo de uno de mis libros, que define a la Cuba de los Castro: “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia, la prédica de la envidia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”.
AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?
PS- Si los cubanos necesitamos que nos influyan para luchar por la libertad de Cuba estamos muy jodidos. No obstante, no se puede ignorar el alcance mediático de esta forma de activismo político, donde a veces importa más el contenido que la forma. En lo personal soy más de la cuerda de Álvarez Guedes, porque el humor es un arma muy poderosa, capaz de aunar criterios dispares en torno a un ideal. Como afirma el filósofo esloveno Slavoj Zizek, «el humor nos coloca delante el espejo de nuestro propio yo y de la sociedad, pues el chiste es siempre una proyección del subconsciente colectivo, de sus miedos, de sus odios, de todo aquello que el estado reprime y acaba aflorando en un estallido de libertad e insolencia». Llegará el día en que la gente tomará en serio a los humoristas y en broma a los políticos.
AA- ¿Qué tipo de influencia puede ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?
PS- No concibo una Cuba futura sin la presencia de Estados Unidos, sobre todo porque ese Estados Unidos que podría ayudarnos a pavimentar el camino a un país próspero y libre incluye también a la inmensa diáspora cubana asentada en esta gran nación. Un exilio que, pese a sus bemoles y trompicones, ha aprendido a vivir en democracia. Sueño con el día en que las recargas y remesas vengan en sentido contrario.
AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?
PS- Yo quisiera que mis cenizas fueran echadas en el lago al fondo de mi casa en esta tierra donde he vuelto a nacer. Que los peces y pájaros se alimenten de mi cuerpo y mis amigos de mi recuerdo.
AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.
PS- Yumalay, un nombre originario de los indios nativos americanos que significa «libre como la furia».