2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.
Al habla con el escritor Ismael Sambra:
Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?
Ismael Sambra- En una entrevista que me hizo la poeta y activista María Elena Cruz Varela hace algunos años, le dije: “Canadá es mi nueva patria, porque patria es el lugar que te asume, te asocia, te define y te da protección y abrigo. No es ideología, no es política, no es solo el lugar donde se nace, sino también la tierra que amas y que te quiere bien. Patria para mí es libertad, la que te hace libre y no esclavo de ella”. Nunca olvido que nací en la isla de Cuba. Pero cuando protesté y quise ser moralmente yo, fui condenado a prisión y luego al destierro por el castro-comunismo. Todavía lucho por Cuba, pero nunca regresaré mientras la patria sea allí un partido y gobierne la infamia. Canadá me liberó y nos dio seguridad de vida, a mí y a mi familia. Martí tenía razón: “Patria es humanidad”.
AA- ¿Qué es la libertad?
IS- Me gusta mucho la definición de libertad que José Martí nos ha legado: “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía”. Esto lo tengo claro. La libertad es el derecho fundamental del ser pensante. En un editorial para el periódico impreso Nueva Prensa Libre, 3 de diciembre del 2004, titulado “La invasión china”, donde alertaba sobre el peligro del enriquecimiento de una China comunista, expresé: “La libertad no puede dosificarse como las medicinas para calmar dolores. No puede ser dosificada a conveniencia de un régimen represor que por naturaleza la enajena o la suprime. Existe tan entera como el sol y como sol debe ser tomada”. La libertad es inseparable de la naturaleza humana, es un derecho natural que incluye la obligación de respetar a los demás y la de ser respetado.
AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?
IS- Cuando estaba en la prisión de Boniato, algunos prisioneros políticos me hacían estas mismas preguntas. Para entonces parecía inminente el colapso del castrismo después del derrumbe del muro de Berlín y Europa del Este. El Maleconazo ya había marcado un punto de partida, pero no me hice ilusiones. Les respondía que muy pronto, que era un proceso que requería acción, que no se caía solo, que había que empujar aun estando tras las rejas bajo la directa represión. Yo debí decirles la verdad: que eso nadie lo sabía, pero quería convencerlos para que se sumaran a la rebelión que estábamos preparando, y no podía desanimarlos. Era una rebelión pacífica (julio-octubre de 1994), la más grande creada en las prisiones de toda Cuba que tenían prisioneros políticos, queríamos llamar la atención internacional. Habíamos preparado una convocatoria y la habíamos enviado con un activista a La Habana para su divulgación. Éramos más de 400 en toda la isla. Pedíamos libertad, ser reconocidos como prisioneros políticos y rechazábamos el uniforme de prisionero común y el plan de reeducación política del régimen. Ya Boniato está plantado —anunciábamos en la convocatoria—, y junto a Boniato dos prisiones más de la provincia Santiago. Pero el plan nacional fracasó, porque el activista quiso viajar en avión y allí la seguridad lo arrestó con los explosivos documentos. Todo esto lo cuento en mi novela Procesado en el paraíso. Lamentablemente, se han cometido errores y no se han aprovechado al máximo las oportunidades. Después de 63 años, todavía nadie sabe. Solo sabemos que el derrumbe es inevitable.
AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?
IS- Por suerte cada vez son menos y la sangre no llegará al río. Acéptese esto solo como metáfora, porque ellos están muertos de la vergüenza de querer salvar lo que no tiene salvación, y no se puede matar lo que ya está muerto, es decir, matar dos veces, aunque se lo merezcan. Pero el mejor castigo sería dejarlos vivos para que se mueran de envidia y remordimiento al ver cómo es que se trabaja y se progresa, con la libertad como bandera sobre el más alto pedestal de la nación.
AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?
IS- El cambio es inevitable, a pesar de los que se oponen, y a pesar de las divisiones y los matices políticos de los opositores que luchan para promover el cambio. Perdemos la orientación cuando desacreditamos los métodos que usan otros para lograrlo. Estoy totalmente en contra de esta crítica a destiempo. Cada grupo, organización o partido lo hace o lo hará de la forma que quiera. Lo importante es hacer. Los opositores que desacreditan a otros opositores le están haciendo el trabajo fácil a los agentes del régimen. Cuando creamos Cuban Canadian Foundation, los periodistas nos preguntaban que si estábamos de acuerdo con lo que hacía la Fundación Cubano Americana o la Fundación Hispano Cubana. Nosotros mantuvimos esta filosofía de cero críticas ya plasmada en los estatutos de nuestra organización. Lo otro es brete, difamación, adicción a la contradicción, conspiración desleal, traición. Esto hace daño. Pero peor hace quien critica y no hace nada. Como dijo José Ingenieros, “el genio moral es incompleto mientras no actúa”.
Costará tiempo la recuperación, porque primero tenemos que aprender a vivir en democracia, a olvidar la doble moral, a activar la conciencia de que podemos votar en una misma familia por diferentes programas y partidos sin que se rompa la armonía familiar, sin que se rompa la amistad. Estamos saturados de las ruinas y los traumas que hemos acumulado bajo el totalitarismo, aun en el exilio, y esto hará muy difícil la concordia incluso con la facilidad que da Internet para comunicarnos, para expresar ideas, acuerdos y desacuerdos.
AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?
IS- Recuerdo que cuando estudiaba en la escuela primaria pública se enseñaba una asignatura llamada Moral y Cívica. Esto se eliminó después con la llegada del castro-comunismo. Pienso que todo eso debería volver al sistema educativo en la democracia. La juventud tiene que asimilar los buenos valores que a veces se omiten en la vida moderna. Aquí podría incluirse la envidia, el egoísmo, la arrogancia, la soberbia, la venganza, la infidelidad, el oportunismo, entre otros pecados, vicios o bajas pasiones, para su análisis profundo y su total derrota. Y al mismo tiempo mantener y promover la defensa moral del capitalismo (que muchos enriquecidos y pervertidos capitalistas han olvidado), que es una garantía y una vía inmediata para el desarrollo y el progreso.
AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?
IS- Pienso que todos ellos desaparecerán por sí solos, a menos que se adapten a los nuevos tiempos con otros temas, como el llamado «Nuevo orden mundial», que amenaza descaradamente con imponernos nuevos dogmas y draconianas restricciones. Surgirán también otros influencers, y otros estilos de comunicación, para que cada cual escoja el que le guste. Ya el público se ha hecho dependiente de ellos. Los grandes medios de información o desinformación están cada vez más desacreditados y demasiado parcializados. Ahora cualquiera puede tener un canal en su propia casa y ese también será otro riesgo que habrá que asumir y sortear.
AA- ¿Qué tipo de influencia puede ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?
IS- Yo diría que podría y debería ejercer todo tipo de influencia. Todavía hay mucho que aprender de la gran nación americana. José Martí habló con admiración de Estados Unidos: es “un país libre, generoso y rico” y es “la morada misma de la libertad”, “el país más libre del planeta”, “la casa hospitalaria de los oprimidos”, la “más grande de cuantas erigió jamás la libertad”. Las influencias positivas nunca son malas ni para los escritores. Esto no riñe con la originalidad, porque también debemos buscar nuestro propio camino de acuerdo con nuestra cultura y nuestros intereses. Todavía hay mucho que agradecer a este gran país, aunque los envidiosos izquierdosos (valga la rima y la redundancia) digan lo contrario y quieran destruirle las raíces mientras se alimentan de sus frutos. ¡Tamaña hipocresía!
AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?
IS- Ya lo tengo decidido. Este será mi epitafio: ¡Nunca te rindas – Never give up! Y esta será mi última voluntad: que mis cenizas se depositen en el lago Ontario de Canadá, la tierra que me dio la libertad: mi patria querida. Me siento muy agradecido con este país. Ya lo había dicho en un poema que escribí en la prisión cubana: “¡Ah, libertad, donde quiera que te escondan te ha de encontrar mi mano amiga!”
AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.
IS- Isla Desamparada.