2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.
Al habla con el analista, licenciado en Economía, Erick Nogueira:
Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?
Erick Nogueira- Con el tiempo he aprendido a no sentir orgullo por lo que no he podido escoger, sea la fecha de cumpleaños o el lugar donde se nace. La patria podría ser ese afecto que uno termina escogiendo.
Por otro lado, si todas las culturas hubiesen podido fraccionar la autoridad, como terminaron haciendo las sociedades anglosajonas y otras luego —quedando la persona común lo más cerca posible de tomar decisiones sin coacción— probablemente no harían falta naciones delimitadas, no harían falta patrias (nótese que los Estados Unidos podrían ser cincuenta patrias diferentes y ello no ha hecho falta). Con el tiempo, el lugar de origen perdería importancia. La patria entonces serían los afectos. Sin embargo, mientras ello no ocurra, mientras vivamos tratando de evitar déspotas, la patria representa dos escenarios diferentes. Uno, el área a defender, dado que las reglas apoyan al individuo; el otro, un eslogan para manipular y satisfacer fines ajenos, herramienta utilizada para explotar el “sentimiento” patrio de las mayorías.
En sociedades autoritarias —D. North las denomina órdenes naturales por su insistencia—, ese sentimiento patrio se utiliza como grillete sobre quien se queda. Quien emigra lo experimenta como recuerdo, o lo renueva de forma espontánea en cualquier otro lugar donde pueda ser libre.
AA- ¿Qué es la libertad?
EN- El derecho de tomar nuestras propias decisiones sin forzar a otro, o sea, con un límite claro. Derecho que además implica ser responsable de los resultados que deriven de cada decisión que tomemos. Por ejemplo, los seres humanos solo pueden obtener recursos de dos maneras, por medio del trabajo (e intercambio) o por la fuerza. Esta última parte de violar la libertad del otro, como en el reino animal, donde jamás se ha visto a un león negociando con una cebra. Por ello la libertad es vital para todo individuo, para la civilización. Cualquier variante intermedia es esclavitud, ruina.
AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?
EN- El apoyo del exilio es muy importante pero la solución tiene que partir del más afectado, el pueblo. Recientemente parecía detonar, pero la represión del régimen vuelve a dilatar la espera y muchos se convencen de emigrar. Otros, renuentes al cambio, disfrazan sus miedos, vegetan o compiten por insertarse en la clase gobernante sin reconocer que el país entero está sometido por un régimen parasitario.
¿Cómo y cuándo entonces? A mi juicio una mayoría en la Isla podría destruir el andamiaje actual si ciertos elementos de la nomenclatura, al ver disminuidos sus privilegios, protegiesen a algunos jugadores privados que lograsen acumular fondos, sobornar piezas claves del aparato represivo y provocar un estallido masivo. Ese quiebre en la elite podría llegar por el agotamiento definitivo de los recursos o por un fraccionamiento forzado del poder tras la muerte de Raul Castro. Ello debe ser apuntalado de inmediato por una intervención internacional que se apure en restablecer un orden jurídico y un cuerpo ejecutivo temporal (ver el apoyo de EE. UU. tras el fin de la dictadura en Corea del Sur, en 1987, aunque no debe olvidarse que el empresariado norteamericano hace mucho no ancla intereses en Cuba).
Por otra parte, si la comunidad internacional no actúa a tiempo existe el riesgo de que, una vez muerto el caudillo, los jugadores en disputa arreglen una coalición para repartirse los activos y el control de la sociedad, anulando la democracia en Cuba. En tal caso se llegaría a un capitalismo de arreglos, de acceso limitado, de corrupción, de poder público subordinado a la nueva elite, con amenazas de golpes de Estado, como los que abundan en América Latina.
AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?
EN- En una Cuba democrática la libertad de expresión sería incuestionable. No así la libertad de acción, pues ello pasa de nuevo por el respeto al otro. Creo que muchos dementes ideológicos cambiarían con el tiempo al sentir los resultados de una sociedad libre.
Referente a los que se implicaron en abusos, deben ser detenidos y juzgados por el nuevo orden una vez se establezca. Aunque muchos podrán escapar del país o de las pruebas, creo que los más involucrados podrán ser procesados.
AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?
EN- Es difícil detener esas tendencias que parten de una cultura venida a menos y reducida a formas más simples producto de la imposición del comunismo en la Isla. Pero lo más complicado es que el protagonismo, el reconocimiento y el estatus, herramientas comunes en los políticos y personas influyentes, son juegos de suma cero. A diferencia del mercado (suma positiva), en estos ámbitos el modo de ganar es por medio de la derrota, o sea, del desprestigio del otro. Ser el indicado implica llevarse el máximo de la partida, un total fijo en cada momento, y este solo se alcanza disminuyendo a los otros contendientes. Por ejemplo, la suma cero es: A + B = 100; podemos inventar cualquier variante con la fórmula, pero A solo puede subir a costa de la caída de B.
Esa es la razón por la que los competidores se dedican más a la destrucción del otro que a mejorar su aporte. (Este fenómeno también ocurre en ciertos géneros musicales, por ejemplo). Se espera ello cambie en una Cuba plural, cuya pluralidad traiga la convivencia de múltiples preferencias, y lo que mencionas iría siendo desplazado. Ver que siempre allí predomina aplastar al otro y acercarse al poder.
En suma positiva, ambas partes ganan. Una empresa crece y contrata a nuevos empleados que también crecen, porque, si aceptaron el empleo, se supone sea la mejor opción para ellos en ese momento.
AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?
EN- Sí, por supuesto. Tal vez como parte de contendidos más amplios. Lo importante es fomentar la admiración por los que tienen buenos resultados. No es sencillo, pues la envidia está arraigada en la cultura cubana y en Latinoamérica.
AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?
EN- Aunque sigo poco a esos activistas o youtubers, en el escenario actual, mientras denuncien al régimen, ayudan a que el pueblo sepa lo que ocurre dentro y fuera de Cuba y acumule fuerzas para un día liberarse. Luego entonces, creo que ellos podrían ser parte de la variedad. Pero el público, una vez eleve su nivel, demandaría espacios más profundos.
AA- ¿Qué tipo de influencia puede ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?
EN- A mi juicio, muy positiva. Estados Unidos hereda y mejora el salto dado por la Gran Bretaña, donde bajaron al rey y subieron al individuo. Un retorno, ya con la protección de un Estado limitado a sus funciones, de la democracia liberal, y casi por primera vez del imperio de la ley. De ahí vendría el cambio a la cultura del trabajo, a la frugalidad, como comentaba Weber. Del status al contratus, como resumió Henry Maine, del privilegio adquirido al resultado ganado. Del orden impuesto al orden espontáneo, como explicaba Hayek. Del orden natural, despótico, al orden de acceso abierto (ver a D. North). De las instituciones extractivas de siempre a las inclusivas en Occidente hoy, como describe Acemoglu. Del buen salvaje de Rousseau al ser civilizado pero bajo ciertas reglas, como indica Sowell. Todo ello sería una influencia genial en el futuro de Cuba.
AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?
EN- No había pensado en ello. Lo que desee hacer la familia está bien, pero de seguro será acá, en Estados Unidos.
AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba
EN- Creo que la era de los despotismos va a pasar. El Estado autoritario surgió hace unos siete mil años para controlar —a fuerza y muerte— la necesidad constante de transformar alimentos en energía, pero hace unos pocos siglos la alternativa del intercambio se ha ido imponiendo y, como es obvio, ha mostrado muchos mejores resultados para la humanidad. Mi deseo es que Cuba no sea la última en dar el salto, pero, de nuevo, antes de ser rescatada debe intentar rescatarse a si misma. Entonces se me ocurre: Isla náufrago.