El dolor se mueve en círculos concéntricos. Cada cierto tiempo vuelve a ser el mismo de antes. El ciclo es continuo y en cada vuelta se reinventa. Siempre encuentra un motivo para lacerar el alma (el alma del poeta). A veces se simula dormido como un felino salvaje, para luego saltar velozmente y desgarrar a su presa.
Brújula quebrada (Neo Club Ediciones), el poemario del cubano Julio Antonio Molinete ganador del premio de poesía Dulce María Loynaz 2017, es eso: la reinvención del dolor. Verso a verso constituye la historia de una vida desgarrada por circunstancias que a veces parecen inverosímiles (de no haber vivido situaciones parecidas, diría que lo son). Una biografía signada por la persecución, el rechazo y el desprecio.
Pero más que un simple poemario personal, este libro deviene un pedazo de la historia contemporánea cubana. Esa donde los hijos de la Isla se ven obligados a escapar en pos de una libertad que se hace esquiva aun en tierras de libertad (es extraño tener que defender ese derecho delante de quienes quieren pisotearlo en un país como EE. UU. Los tiranuelos pululan).
Sin embargo, no es necesario conocer la historia no oficial de la Cuba de la última mitad de siglo para comprender lo que quiere trasmitir Julio Antonio. Su mensaje es universal, cotidiano en todos aquellos lugares donde las personas se ven obligadas a buscar otros puntos cardinales para sobrevivir. Universal también en el desgarramiento del adiós y en el comenzar desde el peldaño más bajo en el lugar de acogida. Universal en una época en que los humanos migramos como aves de estación.
Sabiamente estructurado de acuerdo con los principales puntos cardinales, hoja de ruta del autor, el libro deja el regusto de lágrimas, frustraciones, recuerdos que mejor sería olvidar. Es un volumen donde los seres amados vienen como en un retrato de lejana época y ocupan el puesto que les corresponde en el presente.
Asimismo es un poemario de logros y victorias alcanzadas a través y a pesar del dolor. La tierra añorada de ayer deviene en el hogar de hoy y a la vez trasmuta en el sitio donde la nostalgia por lo que quedó atrás le da apariencia de ferocidad.