por Armando Añel
La casa del Premio Nacional de Literatura Independiente de Cuba ‘Gastón Baquero’, narrador, poeta, ensayista, videasta, Rafael Almanza, donde se celebra en Camagüey la ya célebre Peña del Júcaro Martiano, fue cercada en la mañana de este sábado por un operativo policial y varios de los invitados al evento terminaron detenidos, entre ellos el periodista Henry Constantín y el historiador Alenmichel Aguiló Queijeiro.
La casa donde se efectuó la peña –cuya edición de este sábado, a las 9:00 a.m., fue dedicada a José Martí– amaneció sitiada. No obstante, la presentación del poemario Corolarios –disponible en Amazon–, del escritor Mario Ramírez, precisamente uno de los coordinadores de la Peña, fue grabada, junto al performance previsto del propio Almanza, frente al reducido público que logró acceder a la vivienda. Entre los creadores a los que se impidió asistir al evento figura el joven pintor habanero José Manuel Mesías.
“La intención de eliminar la peña totalmente falló”, declaró a Puente a la Vista, desde Camagüey, Rafael Almanza. “Creo que han cometido (la policía política) un grave error. Se ha aplicado a la peña el Decreto 349 sin pasar por procedimiento alguno… esto va a tener consecuencias catastróficas para ellos en el plano de la cultura. Ya sabes que se hacen pasar por buenos…”.
En la noche del pasado viernes, efectivos de la Seguridad del Estado habían advertido a Almanza que la peña no podía efectuarse y estaba “clausurada para siempre”. Pero la Peña del Júcaro Martiano “continuará realizándose”, aseguró el escritor, quien sospecha que el próximo objetivo de la Seguridad del Estado es el poeta Mario Ramírez. “Hay mucha gente hábil e inteligente comprometida con este proyecto y, aunque nos eliminaran a todos, a Martí nunca lo podrán eliminar”, subrayó.
“Le tienen miedo a Martí… el miedo los está volviendo locos”, resumió el anfitrión de la Peña del Júcaro Martiano. Se trata de un evento que el poeta camagüeyano coordina, de manera privada, desde hace ya 25 años.
No puede obviarse que supuestos intelectuales como Miguel Barnet, Fernando Rojas, Iroel Sánchez o Abel Prieto, entre otros, son cómplices directos de estos atropellos a lo mejor de la cultura independiente en la Isla. Su defensa del Estado policial cubano nunca será olvidada, menos su decisiva contribución a la omnipresencia del gris decenio interminable en el que el terror castrista –nada más miedoso que la agonía de una dictadura— ha sumergido a Cuba.