El estadounidense (de origen serbio) Charles Simic está considerado uno de los mayores poetas y ensayistas contemporáneos en lengua inglesa. Pero, desafortunadamente, lo conocemos poco en Hispanoamérica. Es algo que no ha podido reparar siquiera el Premio Pulitzer de Poesía que se le otorgó en 1990, o los más de sesenta libros que ha publicado. Ojalá que la lectura de los dos breves poemas que siguen nos animen a consultar más a menudo su obra, de muy fácil acceso.
Temor
El temor pasa de hombre a hombre
sin saberlo,
como una hoja pasa su temblor
a otra.
De repente todo el árbol tiembla
y no hay ni rastro de viento.
Salmo
Has estado mucho tiempo decidiendo,
Señor, al respecto de estos locos
que controlan el mundo. Su largo alcance
y sus garras deben haberte asustado.
Uno de ellos me encontró con su sombra.
El día se puso frío. Yo oscilaba
entre el terror y la valentía
en la esquina más oscura del cuarto de mi hijo.
Te busqué con mis ojos. A ti, en quien no creo,
¿te has ocupado embelleciendo las flores,
haciendo correr los corderos tras sus madres,
o no has hecho acaso ni siquiera eso?
Era primavera. Los asesinos estaban llenos de buenas
intenciones y alegría, y tus sacerdotes
estaban justo a su lado para asegurarse
que nuestro último adiós se dijera apropiadamente.