La Habana, Cuba | ASIC – Ante los insistentes rumores y versiones contradictorias de diversas fuentes, alertamos sobre el carácter de la unificación monetaria, tal como hasta ahora la conocemos. La ya dilatada experiencia nos indica que los rumores en la tiranía suelen, por lo general, convertirse en realidad.
La unificación monetaria y las medidas complementarias que se impondrían, responderían a las necesidades de la nomenclatura del régimen y el ejercicio absoluto del poder y no a las graves carencias económicas de la población.
Este sería el fin de un proceso errático que ha durado más de dos décadas y que pretende corregir las anomalías y calamidades que causaron la duplicidad monetaria y su artificial paridad con las divisas. El crimen económico del régimen de pagarle a los trabajadores en una moneda y cobrar los productos en otra, con un valor 25 veces superior, se ha extendido por 26 años.
Los aumentos salariales que tendrían lugar, y la manera cómo serían implementados y remunerados, representan un reto para las organizaciones sindicales independientes, ya que no suponen la superación sino la continuidad de las injusticias salariales de hoy, cambiando modalidades y formalidades que nada tienen que ver con el desarrollo económico y el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores.
De producirse en estos momentos un cambio monetario se desatará un proceso inflacionario donde “los precios subirán por el ascensor y los salarios por la escalera”. Por otra parte, con la continuación de las tiendas en dólares se mantiene la duplicidad monetaria y la segregación salarial ahora con el dólar estadounidense, convirtiendo a los pobres en más pobres y a los ricos en más ricos.
Mientras se mantenga el control centralizado del proceso de producción y comercialización de bienes y servicios, cualquier cambio tiene en realidad la intención de “cambiar para que nada cambie”.
Sabemos que, como siempre, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) cumplirá su función de brazo de control social de la tiranía y no defenderá las nuevas urgencias salariales y reivindicativas que los cambios traerán. Ya su inexplicable silencio es revelador. Como supuestos representantes del trabajador cubano, debieran ahora defender el salario real y oponerse a las nuevas distorsiones del salario nominal.
Nos oponemos a la fijación arbitraria del salario mínimo. No hay salario mínimo justo sin la consulta a empleadores y trabajadores, y para ello se impone el cumplimiento cabal del Convenio 131 de la OIT que establece que la consulta es obligatoria con toda organización de trabajadores o empleadores que manifestaran su interés en participar. La ASIC reclama ese derecho y el cumplimiento integral del Convenio referido.
Al trabajador no le interesa el nombre o las modalidades de la moneda que los expertos en políticas monetarias explican o justifican, sino el poder adquisitivo de aquel dinero que gana con su trabajo. Los sindicalistas independientes nos oponemos a la deformación del salario. Establecer remuneraciones diferentes por razones distintas al valor del trabajo, viola el concepto universal de “trabajo igual, salario igual”, consagrado así mismo en el Convenio Internacional número 100 sobre la igualdad de remuneración. Esto, adicionalmente, desconocería las destrezas y calificaciones obtenidas por el trabajador en su experiencia laboral.
Nos plantearemos un nuevo cuadro para las luchas reivindicativas en nuestro país de registrarse, tal como todo indica, un cambio monetario. Situación que evaluaremos en la medida que se vaya implementando sector por sector de la economía y con los diversos grupos de asalariados.
En tal sentido, sabemos que las medidas económicas que se anuncien en ese momento continuarían favoreciendo a las empresas socialistas y sus asociaciones a corto y mediano plazo, a la vez que traerían más trabas al pequeño y mediano sector de emprendedores y a los trabajadores no estatales en general. Para ese entonces, sabemos que aumentarán los impuestos, sustraerán las divisas y encarecerán los productos y bienes necesarios que hacen posible el trabajo por cuenta propia.
Aprobamos el fin de la dualidad monetaria y todas sus negativas consecuencias sufridas por la población, pero esto debe ser acompañado por medidas que obedezcan a las libertades económicas y a la elevación de la calidad de vida de los trabajadores y familiares. Si no, se mantendrá un caos similar o peor al actual.
Exigimos la vigencia de la libertad sindical, de la libertad de contratación individual y colectiva, la protección del salario y la fijación en consulta con los actores sociales del salario mínimo; garantías todas establecidas en los convenios internacionales de la OIT, 87 y 98 sobre la libertad sindical y la contratación colectiva, el Convenio 95 sobre la protección del salario, el número 100 sobre la igualdad de remuneración, el convenio 131 sobre la fijación del salario mínimo, el 144 sobre la consulta tripartita y, en resumen, la plena vigencia de los derechos laborales fundamentales.
¡Por la democracia política y económica!
¡Por la justicia social!
Secretariado nacional de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC).
La Habana, 11 de septiembre de 2020