por Lía Villares
El #artistacubano #LuisTrápaga, tras un viaje a Praga por motivos culturales y familiares, fue detenido este 27 de septiembre por oficiales de inmigración en La Habana, quienes le retiraron su pasaporte y le ordenaron esperar por algún agente de la Seguridad del Estado que venga a «atender el caso».
A su salida, Luis Trápaga también había sido separado de la ventanilla de inmigración hasta recibir la orden de poder salir del país. Cuba es un país militarizado, donde todos los organismos responden al Ministerio del Interior, que es quien regula el estatus de todos ciudadanos, dándole un «tratamiento especializado» a los que abiertamente disienten con el régimen.
Ahora lo mantendrán horas esperando a que llegue el seguroso de turno y le registren cada objeto personal que lleve consigo y todo el equipaje.
Todas estas detenciones constituyen arbitrariedades, que, según incluso el nuevo proyecto de constitución fraudulento que están cocinando en el poder, son absolutamente ilegales.
Luis Trápaga ha sido víctima de innumerables detenciones en plena vía pública, un brutal registro domiciliario, confiscación de bienes y arrestos, únicamente por tener una galería fuera de todo margen institucional en el espacio doméstico que habita, relacionarse con opositores, organizar actividades artístico-culturales en la casa-galería El Círculo (exposiciones de fotografía contemporánea cubana, lecturas de poesía, funciones de teatro, etc), por ser parte del colectivo Teatro Kairós o sencillamente por montar una exposición de cuadros abstractos durante la prohibida #00bienaldelahabana.
Los artistas independientes vienen sufriendo el acoso y la censura de la policía política por expresarse y manifestarse #contraeldecreto349, futura ley que no les permite, desde ahora, o desde hace muchísimo tiempo, realizar su trabajo creativo en un ambiente normal y los margina quitándoles la posibilidad de concretar ninguna acción artística dentro de su propio espacio.