¿Aprenderemos de esta lección que nos abofetea el rostro?

Todos tenemos la culpa por Luis Manuel Otero Alcántara.

Sí. Dejemos la hipocresía y las emociones a un lado. Ninguna de estas dos premisas ha funcionado; de tal modo que Luis Manuel está entre la vida y la locura inducida.

A pocos días de iniciada su última huelga, me comuniqué con Luis Manuel para hacerle saber mi criterio: «Una huelga de hambre es sinónimo de muerte, y tú te convertiste en un símbolo de Patria y Vida».

Era mi criterio contra su ansia de recuperar sus obras robadas, días antes, por la policía política al servicio del Partido Comunista.

Pocos se alinearon a este criterio. Muy pocos.

Muchos utilizaron el cuerpo de Luis Manuel como trinchera. Muchos hicieron comparaciones trasnochadas con el 33, en franca alegoría con Cristo. Muchos publicaron sus «mea culpa». Muchos alegaron el derecho de Luis Manuel a la huelga.

Pues ese derecho que ayer quisimos como amparo para Luis Manuel, hoy se traduce en lamentos vacíos volcados en centenares de posts, mientras la policía política [aprendiendo de nosotros] también utiliza su cuerpo como trinchera.

No lo dejarán morir. El Partido Comunista aprendió la lección cuando, en ese mismo hospital, dejó morir a Laura Inés Pollán Toledo el 14 de octubre de 2011.

Intentan dejarlo inutilizado mentalmente, y exhibir su desarticulación psicológica como escarmiento.

Si los lamentos de hoy los hubiésemos convertido en llamadas a Luis Manuel, para que ideara otra manera de recuperar sus obras, la policía política no tendría la ventaja que exhibe como triunfo en nuestras propias narices.

Pero nuestro apego por la pasión, por el capricho de no comprender [de una vez y por todas] que no necesitamos mártires para derrocar la tiranía del régimen de Cuba, nos enceguece y nos hace inútiles.

Tan inútiles como puede serlo este mismo texto.

Luis Manuel no tiene absolutamente ninguna culpa. Asumió una posición, y nuestro deber debió haber sido mostrarle las otras variantes donde podíamos acompañarlo para recuperar sus obras y continuar su pelea.

Mostrarle que ante Patria o Muerte habíamos elegido Patria y Vida.

¿Aprenderemos de esta lección que nos abofetea el rostro? No lo creo. Francamente no lo creo.

Quien permanece secuestrado y bajo un tratamiento que va lejos de sanarlo [Luis Manuel no estaba enfermo] es toda Cuba. Porque Luis Manuel es la representación cabal de todo un país bajo la opresión.

Quien permanece secuestrado y a punto de la locura es Cuba. Esa misma isla que las organizaciones que sirven de árbitros de los derechos humanos y las libertades civiles han abandonado a su suerte.

No confío en ninguna de esas organizaciones. Pues su única posición, en los últimos 60 años, ha sido servir de sombrilla a los desmanes de una dictadura militarista y totalitaria.

Si algo necesitó Luis Manuel de nosotros fue un simple mensaje: «tu vida vale más que una huelga, que un cadalso… tu vida vale más, incluso, que el conjunto de las obras que nos regalaste como demostración de que estabas puesto».

Pero ese mensaje, lamentablemente, nunca le llegó. Abrazo de paz y memoria para Luis Manuel.


De la serie #JugadasApretadas