Con fotografía del periodista independiente Yoe Suárez, ya está en Amazon Humanos en Cuba. Selección de perfiles, compilación de la también reportera Yaiset Rodríguez Fernández.
Cinco jóvenes periodistas cubanos narran los vericuetos y el carácter de cinco contemporáneos y coterráneos: un enfermero internacionalista, un decimista luthier, un excéntrico antropólogo, un vendedor de drogas y un reguetonero. De eso trata esta selección –pretenciosa en su obstinación de agrupar un poco del ahora, sin importar cómo lucirá luego. Son perfiles periodísticos y, como tales, procuran que la voz del periodista no se convierta en un grito en el oído del lector. Tienen que ser capaces de encauzarse entre lo sublime y lo ridículo sin caer en los prejuicios de la víctima buena y el victimario malo para describir, sin excesos de adjetivos, a estos cinco seres humanos.
El primero de los perfiles se publicó en OnCuba en 2015. Los cuatro restantes fueron escritos para El Estornudo, la joven revista digital cubana de periodismo narrativo, fundada en 2016 y merecedora del Premio Gabo 2017, el más importante para el oficio periodístico en Iberoamérica.
Boca apretada, de Carlos Manuel Álvarez (Matanzas, 1989), cuenta la forma en que iba muriendo, entre Los Palacios, Pinar del Río, y Kerry Town, Sierra Leona, un enfermero pobrísimo, negro y homosexual.
La Cronología del artista olvidado la hace Mario Luis Reyes (La Habana, 1994) y perfila a Santiago Álvarez, un artista que se quedó rondando demasiado cerca de donde nació.
El tercer protagonista es un intelectual matancero tan multifacético como para vivir con una momia, servir de guía en las cuevas y coleccionar armas creadas por él mismo. Ercilio Vento, traductor de la muerte fue escrito por Yoe Suárez (La Habana, 1990).
El regreso de Scarface (I y II) es un thriller de la soledad. En el pozo, en la cárcel, botando un muerto, en la vejez; así lo hace sentir Lianet Fleites (Villa Clara, 1989).
Con el quinto perfil dedicado a Osmani García, domador de leones, su autor, Jorge Carrasco (La Habana, 1990), restalla el más irónico de sus látigos y habrá quien no quiera o pueda notarlo. Son todos humanos en Cuba.