La madre Norma Pérez Ferrer denunció esta semana, desde Cuba, las condiciones inhumanas en que sobrevive la población penal de la prisión de mujeres de El Guatao, donde su hija Sulmira Martínez Pérez, prisionera política, espera juicio.
Sulmira se quiere plantar y ha expresado intenciones de ahorcarse debido a la injusta prisión que padece y a las crueles condiciones de vida asociadas, denunció Norma. Las presas de su sección no disponen de agua potable y tampoco tienen para bañarse o lavar sus ropas. “Las pipas de agua están desaparecidas”, aseguró la mujer.
Norma expresó que en la sección de El Guatao donde se encuentra su hija las presas están obligadas a hacer sus necesidades fuera de sus celdas, en bolsas desechables que luego deben tirar donde buenamente puedan.
Con la cuenta ‘Salem Cuba’ en Facebook, Sulmira no cometió actos de violencia contra el régimen o sus propiedades que pudieran justificar su apresamiento, solo se mostró activamente crítica condenando la incompetencia estatal y la falta de libertades en Cuba.
Ha sido acusada de “Propaganda contra el orden constitucional”, delito registrado en el nuevo código penal castrista, o, según otras fuentes, de “instigación a delinquir”. Supuestamente, la muchacha habría llamado a los cubanos a manifestarse en las calles desde su cuenta en Facebook.
Los memes de Sulmira en Facebook ridiculizaban a figuras prominentes del aparato gubernamental cubano. Y ya se sabe que en la Cuba de los últimos 64 años el humor opositor no tiene cabida.
El abogado de la joven ha comentado a Norma que una futura condena a Sulmira pudiera oscilar entre los cuatro y diez años de prisión.
Detenida el 10 de enero de este año, la joven afrocubana permaneció inicialmente 67 días en Villa Marista, el tristemente célebre centro de torturas del MININT con sede en La Habana. El 17 de marzo pasado fue trasladada a El Guatao, indicó en su momento la organización no gubernamental Cubalex.
En abril, Sulmira fue filmada recitando un mea culpa en forma de entrevista, del tipo que acostumbra a fabricar bajo presión el aparato desinformativo del régimen, el cual lo transmitió luego por la televisión estatal.
También, denunció Norma, las comunicaciones con su hija encarcelada se hacen cada vez más difíciles, interrumpidas constantemente desde El Guatao por el pésimo estado de la línea telefónica o, tal vez directamente, por las propias autoridades carcelarias.
Sulmira Martínez Pérez tiene 21 años y era estudiante de informática.