Naveguemos un poco por las aguas de la hipocresía y la ruindad que distinguen al régimen de La Habana.
Se anuncia que durante el próximo mes de agosto se estará celebrando, en Cayo Santa María del Mar, un festival que reunirá a exponentes internacionales de la llamada música urbana: el Santa María Music Fest.
Recordemos que dicho cayo es el enclave controlado por la militar Gaviota S.A., que recientemente protagonizó el escandaloso «asunto» de negar, a cubanos residentes en la isla, reservar en sus instalaciones.
Recordemos que la prensa oficialista, controlada por el militarista y totalitario Partido Comunista, arremetió contra el evento Míster Cuba 2023: el concurso de belleza masculina que el régimen catalogó, entre otros cosas, de «fábrica de la banalidad».
Recordemos que por estos días el Consejo Nacional de la oficialista Unión de Artistas y Escritores [UNEAC] pidió, a la «vanguardia artística cubana», introducir «contenidos descolonizadores para hacer frente a las presiones externas e internas que corroen los valores fundacionales de la nación».
Pues ahora resulta que al régimen y a la UNEAC, que anteriormente despotricaron contra Míster Cuba 2023, no les parece una «colonización cultural» que los militares de Gaviota acojan un festival, en unos de los cayos más exclusivos del turismo, donde se anuncian exponentes como Charly & Johayron; Tekashi 6ix9ine; Tito El Bambino; Ñengo Flow.
Mi problema no es con la música urbana. Ni con los concursos de belleza.
Mi problema es con, como se acota al inicio, la hipocresía y la ruindad del régimen y las entidades culturales que controla, cuyo lema de cara al décimo congreso de la UNEAC es: «la descolonización cultural es prioridad absoluta de la batalla ideológica de la revolución».
Mi problema es con los militares controlando la economía del país a expensas del cubano de a pie.
Mi problema es con Gaviota S.A.
Mi problema es con la dictadura del PCC y su #apartheid contra 11 millones de habitantes.