2022 es el año, también, de la segunda parte del libro Retrato del exilio cubano, serie de entrevistas que Neo Club Ediciones publicó en 2015 y cuya principal intención, como el título indica, fue dar a conocer una especie de radiografía de la comunidad cubana en el exterior a través de sus definiciones. Ahora, esta segunda entrega de la saga profundiza en el contexto cubano del día después, cuando el castrismo en el poder entra en su recta final.
Al habla con el crítico y escritor Jorge Enrique Rodríguez:
Armando Añel- ¿Qué es para usted la patria?
Jorge Enrique Rodríguez- No suelo compartir la percepción común, o popular, de determinados conceptos, principios o categorías. En mi lectura personal, Patria va desde una utopía, o metáfora, hasta una lógica de vida o compromiso moral. Permíteme la pedantería o la arrogancia de citarme a mí mismo en un verso de mi último libro publicado en Puente a la Vista Ediciones:
“[…] Patria es también enjaezar a contracorriente los demonios de esta isla,
una casa frente al mar para despedir los barcos que zarpan hacia la vida […]”.
AA- ¿Qué es la libertad?
JER- En sintonía con la acotación anterior, Libertad, en mi perspectiva particularísima, se resume en dos palabras: determinación y voluntad. Expresión más profunda no existe. Nada, absolutamente nada, puede construirse, soñarse, anhelarse, concebirse o ambicionarse, sin antes alcanzar la libertad personal. Hablar de Libertad sin que sientas el dolor de ser infinitamente libre en tu corazón es lo más absurdo que puede acontecer en cualquier circunstancia de eso que decidimos nombrar Vida. Simplemente es una tontería. Ni siquiera el amor y la amistad pueden erigirse dentro de un corazón amordazado. No es posible.
AA- ¿Cómo y cuándo Cuba será libre?
JER- Cuba será libre el día en que cada cubano incendie el cañaveral y el barracón que lleva dentro. El día en que cada cubano calcine el cepo y el látigo que lleva tatuado en la mente. El día en que cada cubano se arranque la lengua para hablar directo desde el corazón. El día en que cada cubano aprenda a sostener la mirada frente al mayoral que le azota las ansias de ser cubano.
AA- ¿Qué hacemos con, o qué se hacen, los cientos de miles de cubanos considerados castristas una vez Cuba sea libre?
JER- Orula dice: “el perro tiene cuatro patas, pero un solo camino”. Eso significa, exactamente, justicia. Cada acción tiene, siempre, una consecuencia. El pago depende de cuáles fueron tus acciones. Provengo de un mundo verdaderamente violento, no de telenovela, sino de violencia pura y dura. Incluso en ese mundo, del cual todo el mundo se cree experto sin haber transitado ni un solo surco, existe una regla: quien te castiga no es el adversario, sino tus propias decisiones y las acciones que elegiste en consecuencia. Un viejo proverbio Abakuá reza: “chekendeke lengorísemo” (quien no tiene corazón, no va a la guerra).
AA- La difamación, el brete, las teorías de la conspiración, etc., han contribuido grandemente a afianzar el totalitarismo en Cuba en los últimos 63 años. ¿Cómo atenuar esta tendencia sociológica en una Cuba en democracia, con conexión abierta a Internet?
JER- Los cubanos somos belicosos y conspiradores por consecuencia histórica: desde los nativos hasta el minuto presente hemos estado envueltos en conflagraciones contra colonizadores, dictadores y tiranos de toda índole, tanto forasteros como nativos. Es, por fuerza, nuestra naturaleza. Creer que una idiosincrasia de siglos pueda enmendarse –no toda idiosincrasia es buena de facto− desde la simple querencia es, cuando menos, infantil. Lo que sí es posible, es la reconfiguración individual en el cambio de pensamiento y comportamiento: de no parecernos a nuestros tiranos. En mi caso tuve que atravesar una transformación profunda de mi personalidad cuando me convertí en un ciudadano con criterios públicos, es decir, mediante internet. Lo asumí como entrenamiento, porque también es infantil creer que el cambio personal debe comenzar en democracia.
AA- ¿Usted votaría a favor de incluir una asignatura contra la envidia en un futuro sistema de educación en Cuba?
JER- La envidia es, de hecho, uno de los siete pecados capitales. Aunque no soy una persona religiosa, no estoy reñido con esos dogmas de las Sagradas Escrituras. Sin embargo, desde niño he escuchado la frase: “envidia sana”. Me da muchísima risa escuchar eso, pues es como decir un “puntapié sano”, para ser diplomático. Más que asignatura, debería ser conciencia en el individuo. Tarea diaria, como un rezo, alejarse de actitudes que, una vez llegada la democracia y el estado de Derecho a Cuba, serán un lastre en la reconstrucción y restauración de una verdadera república, o como queramos llamarle luego.
AA- ¿Cuán positivamente puede contribuir a la liberación y desarrollo de Cuba el activismo político youtuber liderado actualmente, entre otros, por influencers como los Pichy Boys, Alain Paparazzi o Alexander Otaola?
JER- Tengo mis criterios personales –que he expresado públicamente– sobre dos de los mencionados. La pregunta dice “positivamente”, por tanto no creo que la balanza se incline sobre lo “positivamente” para los casos de Alexander y Alain. No al menos en sus épocas recientes. Demasiada histeria, demasiado irrespeto por los que están peleando dentro de Cuba y por los que no resistieron –son derechos genuinos es el miedo y el cansancio– y pusieron mar de por medio. Demasiada danza de egos, demasiada prepotencia, demasiado cronocentrismo, demasiado patriotismo y cubanismo. La violencia también se genera, y se promueve, cuando usas la descalificación, la humillación y la reputación ajena como armas blancas y argumentos. Debo ser honesto, en ocasiones me hastía tanto la retórica gubernamental del régimen como el escenario dantesco de determinados espacios: me suenan igual, casi la misma melodía.
AA- ¿Qué tipo de influencia puede ejercer Estados Unidos en el futuro de Cuba teniendo en cuenta los estrechos lazos existentes entre ambos países desde hace, por lo menos, tres siglos?
JER- Más que influencia debería ser, como bien deja entrever la pregunta, compromiso histórico. Hay que insistir, todos los días, en que la relación belicosa entre ambos países está sostenida sobre la posición dictatorial que mostró el régimen a su arribo al poder en 1959. No existe ni el más mínimo indicio o pensamiento decente de una enemistad contra el pueblo de Cuba. De hecho, ninguna nación en el mundo tiene animadversión, de índole alguna, contra los cubanos. Sabemos bien que fue Fidel Castro quien se construyó para sí mismo ese “idilio” de plaza sitiada que luego entronizó cobrándose por el camino decenas de miles de vidas cubanas. El único enemigo actual de Cuba es el Partido Comunista.
AA- ¿Usted quiere ser enterrado en la mayor de las Antillas o, por el contrario, prefiere que sus cenizas sean arrojadas al mar?
JER- Por reflejos de mi pasado, siempre he estado listo para partir hacia el mundo de la verdad. Además de ser naturalmente inevitable. Me da igual lo que suceda luego de mi último respiro. No se conoce ni a un solo guerrero en la historia de la civilización humana que haya dejado “actos de última voluntad” o que mueran de una larga y penosa enfermedad.
AA- Por favor, revélenos el nombre secreto de Cuba.
JER- Resistencia.