«Cerraron más el acceso a internet en Cuba. Desde hace un rato, además de los sitios y servicios a los que solo se podía acceder con VPN, se ha sumado la caída de velocidad de conexión a la web. No sé qué estará pasando pero el ‘ojo de Sauron’ no quiere que veamos… solo él puede mirar. Me dice un amigo que en Pinar del Río está totalmente ‘tumbada’ la internet. Varios colegas de La Habana tampoco tienen ninguna posibilidad de mantenerse conectados. No sé cuánto tiempo más podré estar conectada. Una pena porque quería publicar un video de la fila de ómnibus llevándose a los participantes del acto del Malecón después de que finalizara… por unas calles donde el transporte público es hoy casi inexistente». Yoani Sánchez
«En la RDA también hubo ‘actos de reafirmación revolucionaria’ cuatro semanas antes de la caída del comunismo. ¡Ánimo mi Cuba!». Lucía González
«Una pequeña protesta se tornó masiva contra el comunismo. En Cuba el 11 de julio. En Rumanía el 17 de diciembre de 1989. La Securitate disparó contra el pueblo. Miles tomaron las calles al grito de ¡libertad! Ceausescu convocó a una movilización de apoyo. Su fieles llenaron la plaza. Horas después lo fusilaron. En Cuba, Díaz Canel convocó a sus fieles. Les entregó porras para golpear. Golpearon. Aplauden. Por ahora…». Armando López
«La dictadura totalitaria que intervino en toda Latinoamérica y Africa promoviendo rebeliones y revoluciones de corte marxista y populista, cuyo principal objetivo era ‘crear dos, tres, muchos Vietnams’, ahora grita horrorizada de que alguien siquiera la mire de reojo». Roberto Lozano
«Mucha gente no entiende que al castrismo, como a cualquier extremismo -asuma la ideología que asuma o pertenezca al bando que pertenezca-, la realidad no le entra por un oído y le sale por el otro, sino, simplemente, no le entra. Porque no tiene oído. Porque no oye. Vive en un mundo paralelo donde se escucha a sí mismo únicamente, dentro de un globo donde la patria es un partido o una ideología o una familia, los Castro, y quien diga lo contrario es un traidor. El problema consiste en que ese globo pretende ser la realidad, obligar a la realidad a amoldarse a su fantasía permanente. Un problema que solo puede resolverse, visto lo visto, muertos los muertos, desaparecidos los desaparecidos, explotando el globo. Ya sea con una aguja o con un proyectil». Armando Añel