“Dos impresoras, dos laptops, cuatro teléfonos celulares, un tablet, cuatro memorias USB, seis cajas de papel en blanco, tres pomos de tinta y una moto eléctrica marca Águila (propiedad de Yoandy), fue lo que ocuparon”, aseguró al Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) el director de Páginas villareñas, el nuevo proyecto desarticulado por la policía política cubana, el periodista independiente Carlos Torres.
Varios de los periodistas detenidos por la policía política, y que fueron puestos en libertad poco después, se negaron a hablar vía telefónica con Normando Hernández, director general del ICLEP, aterrorizados ante la vigilancia que estaría ejerciéndose sobre ellos.
El propio Torres intentó «comunicarse personalmente con los periodistas y le ha sido imposible, pues se encuentran aterrorizados y rechazan tener cualquier encuentro personal».
“Lo sucedido con los periodistas y el medio Página villareñas ha sido un duro golpe», declaró Normando Hernández. «El más grande desde el 2012, cuando comenzamos nuestro trabajo en Cuba. Los periodistas están aterrorizados. Su director nos informó que le es imposible continuar trabajando y que se ven obligados a cerrar el medio. Sin dudas, nunca habíamos enfrentado una situación similar”.
La ola represiva del régimen contra los medios de comunicación comunitarios del ICLEP se extendió a las provincias de Sancti Spíritus, La Habana y Matanzas.
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