Yo pienso -sí, a veces me da por eso-, que la disidencia cubana necesita ser popular.
Pienso que debería dejar de ser exclusiva de los extremos. Me refiero a que debería salirse un poco de los escondrijos intelectuales de revista independiente y también debería salir de entre las grietas de los márgenes y de los cuerpos, como el del muchacho aquel que sale solo a la calle con un cartel y nunca más ve la luz del sol.
Necesita invadir nuevos terrenos, nuevos cuerpos, apáticos por miedos o por privilegios, da igual. Necesita estar más en el medio, en el hoyo del meollo. Eso, necesita estar pegada como una canción en el inconsciente dormido de mi tía o de tu vecino.
Necesita, la disidencia quizá, apropiarse de las «oportunidades» que por décadas ha acaparado el sistema. El tema Patria y vida es para mí eso, una otra manera de hacer que la Disidencia esté Pegá.