Para responder con “júbilo y alegría revolucionaria” al efecto que han tenido en la Isla y fuera de ella las acciones llevadas a cabo por un grupo de artistas e intelectuales que durante varios días se declararon en huelga de hambre, atrincherados en la vivienda de uno de ellos, en el barrio San Isidro, el presidente delegado cubano, Miguel Díaz Canel, organizó un mitin en el parque habanero Trillo y asistió al convite vestido con la bandera cubana.
Porque la bandera de Cuba es solo de ellos. La patria es de ellos. La verdad es de ellos. Y todo lo bueno que hay en la tierra —incluidos el talento y la honradez— es de ellos; quienes, sin arrebolarse, se autodenominan comunistas.
Así como lo negativo, lo funesto es de los demás que no son ellos. Yo incluido. E incluido asimismo nuestro amigo Robertico Arencibia, quien lejos, en el exilio, suele lagrimear cuando ve la bandera de su tierra o cuando recuerda su barrio de allá, en la Isla.
Así, dicho por el noticiero de la Televisión Cubana y el diario Granma —como toda la prensa autorizada en Cuba, en la nómina del gobierno—, miembros del Movimiento San Isidro —como ahora se les conoce a los artistas e intelectuales antes referidos— no son más que unos “vendidos al imperio”, “delincuentes”, “apátridas”, “ladrones”, “perversos” y un largo etcétera de este tenor.
Nadie duda que la mayoría de quienes asistieron a la manifestación en el parque Trillo —aun gritando enfebrecidas consignas revolucionas— lo hicieron bajo presión, por miedo. Ese terror que asimismo sienten quienes, en la Isla, si se portaran mal podrían ser despojados igual de una promoción laboral que del derecho a una vivienda o de la beca universitaria para el hijo.
El mismo pánico que sienten los cubanos que, fuera de Cuba, tampoco se atreven a manifestarse en contra del régimen, para así evitar que sus familiares allá resulten de algún modo afectados, o sean privados ellos de viajar a la tierra que los viera nacer.
Sabemos que afirmaciones como las contenidas en los dos párrafos anteriores, llenan de gozo a la cópula en el poder. Es decir, los hace sentirse fuertes, aún invencibles.
Mas, para replicar lo escrito en el párrafo que antecede, ¿ha existido en la tierra, desde que el mundo es mundo, un gobierno, sea dictatorial o no, que haya resultado eterno?