El castrismo abrió este año 2020 repitiéndose a sí mismo en su modalidad de represión cultural e insiste en impedir la salida de Cuba de aquellos creadores independientes invitados a participar en eventos en otros países. Esta semana se dieron a conocer dos casos de secuestro oficialista alrededor del movimiento alternativo San Isidro, los de los artistas Yasser Castellanos y Luis Manuel Otero Alcántara.
“El Movimiento San Isidro se encuentra secuestrado, o como eufemísticamente asumen llamarlo, regulado”, declaró otro artista independiente, Michel Matos, en Facebook. “Para esto no media advertencia o proceso legal alguno en la mayoría de los casos… Excepcionalmente (no sé cuánto durará la desregulación) me permiten a mí viajar a Buenos Aires, pero extrañamente solo a mí. Yasser Castellanos, miembro del colectivo, que pretendía tomar el vuelo junto conmigo, fue impedido de viajar sin que haya algún tipo de proceso legal o penal hacia él”.
“Luis Manuel Otero está igualmente regulado; en palabras de ‘quienes lo atienden’, él enfrenta un proceso legal que le impide viajar”, adicionó Matos. “Sin embargo, ya ni siquiera cuenta con la capacidad de tomar la decisión de llegar al aeropuerto a recibir las malas nuevas, es impedido de salir de su casa”.
“Desde hace algunos días el Movimiento San Isidro viene preparando un viaje a Latinoamérica para recibir y dar unos talleres”, explicó Otero Alcántara en su cuenta de Facebook. “Ayer me llegó de momento una citación, justo el día en que debía hacer los trámites para mi visa. Ante la curiosidad por saber qué me dirían, me acerqué a la estación señalada y me recibieron con la noticia de que estaba regulado por mi juicio. Por lo tanto, le dije a la policía política que iba al aeropuerto y que si me querían detener lo tendrían que hacer en emigración, ya que todo esto era ilegal totalmente”.
“Ahora soy uno más de los ‘regulados’, esos a quienes el gobierno les prohíbe viajar fuera de Cuba sin otra excusa que su oscura y enferma voluntad”, reaccionó Yasser Castellanos en las redes sociales. “Con los aguijoneados por la injusticia está echada mi suerte. Cuando lo que temías por fin te sucede, experimentas cierta ‘liberación’… y una confirmación más de la inexistente ética, de la bajeza de estos individuos con que lidiamos”.